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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab

LUCIFER RISING
de

SL Bowers

Sinopsis

Lucifer Rising es una novela sobre amor y miedo. Es la historia del angel caido
de la droga Jude Lucien y la periodista del Miami Herald decidida a descubrir los
secretos de Jude.

Cuando una aparente casualidad reune a Jude con la periodista Liz Gardener, la
oscura ex-agente esta a la vez intrigada y excitada por la joven. Un disparo de
un francotirador desdinado a Jude alcanza a Liz, y las dos mujeres se lanzan
juntas a una carrera para descubrir quien intenta asesinarla. Mientras sus vidas
se encuentran cada vez mas entrelazadas, Jude se encuentra inesperadamente
con la caida de la periodista y Liz descubre que la agente convertida en capo de
la droga es más y menos de lo que parece.

En un lenguaje elocuente y sobrio, Sharon Bowers pinta un deslumbrante


retrato de una mujer llevada al extremo más oscuro de la condición humana y
que hace el viaje para cruzar al otro lado.

Nota: Las palabras en color azul y con cursiva ya estaban en español.

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Así habla el Señor Yavé: “Tú eras el dechado de la perfección, lleno de sabiduría y
de espléndida belleza. En el Edén, jardín de Dios, vivías... Como un querubín
protector yo te había puesto en el monte santo de Dios, y caminabas entre brasas
ardientes. Eras perfecto en tus caminos desde el día en que fuiste creado, hasta
que apareció en ti la iniquidad. Te llenaste de violencia y pecaste; y yo te he
arrojado del monte de Dios; y te he destruido...

Ezequiel 28:12

Capítulo 1.

―Hay una ventaja en ir con los malos en esta versión moderna del gobierno de la
guerra entre indios y vaqueros‖, pensó Jude Lucien mientras guiaba suavemente
su nuevo Porsche Boxster y se deslizaba con facilidad fuera del congestionado
tráfico de Miami. ―Consigues los juguetes que más molan‖. El coche era
totalmente nuevo, recién sacado del concesionario, pagado con los dólares
duramente ganados a unos traficantes de drogas colombianos a los que había
engañado unas semanas atrás. De todas formas, eran unos amateurs, un grupo
de patanes recién llegados que intentaban abrirse camino en el negocio
precipitadamente, con unos kilos de farlopa y algunas Glock 9mm.
―Evidentemente no entendieron la parte organizada del crimen organizado‖, bufó
Jude recordando a los hombres que al principio pensaron que podían
fanfarronear ante ella y después, cuando eso no funcionó, obligarla a punta de
pistola a hacer un trato. Uno de ellos se asfixió hasta la muerte después de que
le aplastara la laringe con un codazo bien colocado. El otro cayó de rodillas
suplicando cuando vio el destino de su amigo. Una rápida bala en la cabeza
terminó con sus ruegos de clemencia.

El proveedor colombiano, afortunadamente para él, era un hombre de visión


amplia que había transferido tranquilamente su lealtad (y sus productos) a la
dirección de Jude.

―Debe ser alguna extraña mutación darwiniana‖, musitó al tiempo que tomaba la
larga extensión de carretera oceánica en su camino a casa. ―Supervivencia de los
más implacables. Ya no hay lugar para la virtud... al final todo queda en la
capacidad de hacer lo que hay que hacer. Y esos bastardos no eran capaces‖. Sus
irritados pensamientos permanecían a ratos en la vista panorámica a su
derecha, largas extensiones de casas exóticas bordeando un océano
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imposiblemente azul, y más en dirección hacia la sangrienta caída del sol a su
izquierda. Anillos desiguales, rojo dorado, marcaban el cielo crepuscular, dando
paso en la escena del atardecer a la vibración antinatural de la Ciudad de Neón.
Su Miami sólo cobraba auténtica vida una vez la noche había ascendido, cuando
la gente equivocadamente parecía creer que sus transgresiones eran, si no
aceptables, al menos invisibles. En cierto modo, Jude era como el guardián de su
corrupción. Cada vez que ella entraba en una habitación, su presencia evocaba
recuerdos primarios de los siete pecados capitales en aquellos que la miraban.

Jude Lucien apenas había pasado su treinta cumpleaños pero había un sentido
atemporal de seguridad en el modo en el que se movía. Era alta y elegante, con
una sofisticada apariencia civilizada y que, aún así, no podía ocultar la energía
violenta que constituía su esencia. Enfrentados a los firmes planos de sus
mejillas, la plenitud de su pelo negro como la tinta y el seductor índigo de sus
ojos; mucha gente se quedaba sin habla. Los más listos, sin embargo, nunca
olvidaban la mente astuta que vibraba tras esos ojitos azules.

―La presentación lo es todo...‖, Jude recordaba vagamente decir a su madre.


Aunque el tiempo había vaciado de todo sentido tanto a su madre como a la
mayoría de sus opiniones, cada vez que Jude participaba en un acto social,
inevitablemente recordaba sus incesantes discursos sobre el tema. Shalimar,
incienso, la cadencia implacable de su voz elevada en oración o con rabia, eran
con mucho, los únicos recuerdos que quedaban de la infancia de Jude. Y esas
eran precisamente las cosas que había dejado atrás la última vez que salió por la
puerta del desvencijado tugurio que su madre llamaba casa de huéspedes.
Quince años después, aquellos sermones sobre maneras, educación y apariencia
que había hecho todo lo posible por ignorar, ahora resultaban muy útiles a la
mujer oscura. Jude podía sentarse en una mesa con elegancia regia, conversar
sobre arte y literatura con erudición, y llevar vestidos de alta costura con tanto
estilo que habría hecho llorar de celos a una modelo profesional. Por desgracia,
todo era al servicio de un sombrío y sangriento negocio que habría helado el
alma ignorante de su madre.

Considerar a Jude simplemente traficante de drogas sería tan completo y


preciso como considerar a Da Vinci simplemente pintor. Sus largos dedos se
extendían alrededor del mundo entero, y no solo se hundían en los tarros de miel
del negocio de las drogas, sino también en el tráfico de armas y en el juego, así
como en otros variados negocios legítimos. Por razones incomprensibles para sus
competidores, Jude marcaba su límite en la venta de carne humana. ―No
escatimo a nadie sus placeres‖, decía sobre este tema ―pero, francamente, la idea

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de mi gente proporcionando a algún viejo gordo una niña de quince años para que
pueda clavarle su polla en el trasero, no me atrae‖.

Una vez fue la prodigiosa niña mimada de la ―Drug Enforcement Agency‖, Jude
ahora mordía con venganza la mano que antes la alimentaba. La habían
arrancado de las calles donde era una criatura indomable que rápidamente se
estaba haciendo un nombre en sus turbios corredores, y la sumergieron en un
mundo de líquida decadencia y alturas empolvadas. Le habían cambiado el
nombre y dado una placa que no la protegería en los círculos donde se movería.
Sin embargo, las habilidades únicas que Jude incorporó a su nueva vida no se
podían enseñar en ninguna academia. Había algo en ella que siempre había
respondido a la llamada maléfica de aquellos a los que estaba obligada a
perseguir, convirtiéndola en la perfecta agente infiltrada. En un mundo en el que
un solo paso en falso significaba un castigo instantáneo e irreversible, Jude
había prosperado haciendo caer en la trampa piezas cada vez más importantes y
entregándoselas a sus señores de la DEA. Pero en algún punto del recorrido algo
salió horriblemente mal.

* * * * * * * * *
—¿El ―Serafín de la Muerte‖? —Jack Lucas miró incrédulo a la pequeña mujer de
pelo dorado de pie frente a él—. ¿Qué cojones es un serafín? —pasó una mano
por su abundante y mal cortado pelo gris—. ¿Alguna nueva consecuencia del
SIDA?

La mujer golpeaba con impaciencia el suelo con el pie ante esta diatriba, pero
esperó a que el redactor-jefe se calmara.

—Un serafín es un ángel, Lucas. Eso es todo.

—Entonces por qué jodidos no dices ―El Ángel de la Muerte‖. Esto es el Miami
Herald, Liz. La mitad de tus lectores apenas habla inglés y mucho menos saben
qué cojones es un serafín.

Liz Gardener hacía una mueca cada vez que Lucas decía ―jodidos‖, que era muy
a menudo. Tan a menudo que una vez su jefe le preguntó si sufría algún tipo de
problema nervioso.

—No puedo llamarla ―El Ángel de la Muerte‖ porque la haría sonar como una
sosa compinche de Jack Kevorkian. Serafín es más amenazador, ¿no te parece?

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Ojos verde claro brillaron con excitación. Liz llevaba sólo un año en la brecha y
todavía no había perdido el entusiasmo. Incluso tenía un auténtico don para el
lenguaje que hacía que alguien como Lucas, que había sido un reportero simple
del tipo ―quién-qué- cuándo-dónde‖, suspirara de orgullo y envidia.

Lucas se dejó caer dramáticamente en su silla y miró detenidamente a su


destacada pupila.

—¿Amenazador? Desde luego, guapa, es amenazador. Pero lee el puto artículo.


Se alegó esto, se alegó aquello. Refundimos el juicio que acabó hace un año. ¡Y
resultó absuelta, joder! Todo lo que tienes es amenazador. ¿Dónde están tus
fuentes? Sé que las tienes porque si no, no habrías estado todo el mes pasado
inventándote chorradas.

Liz se retorció incómoda en su asiento. Sabía que el artículo era débil pero sus
manos habían estado atadas.

—Mis fuentes no hablarán oficialmente y los archivos de la DEA están sellados.


Cuestiones de seguridad dicen —bufó quitándole importancia—. Tendríamos que
ir a los tribunales para conseguir que los abrieran y de todos modos, eso echaría
a rodar mis planes.

—¡Espera un momento! —Lucas levantó una mano—. Uno: quieres que publique
una historia como ésta sin al menos dos fuentes conocidas y fiables. Tú sabes
bastante mejor como funciona esto. Y dos: ¿a qué te refieres con tu plan?

Liz sonrió abiertamente a su jefe. La historia había sido un cebo para conseguir
interesar al redactor. Sabía que había algo más que un simple artículo en todo
esto y tenía la intención de ir a por todas.

—Lucas, sabes tan bien como yo que aquí hay algo importante. Tiene de todo:
drogas, asesinatos, fuerzas de la ley corruptas. Y una mujer guapa de por medio.

—La historia es del año pasado —cruzó los brazos, pero Liz podía intuir por la
forma en que sus ojos no se apartaban de los de ella, que estaba enganchado.

Normalmente, cuando Lucas tomaba una decisión, despedía a sus peticionarios


volviendo al inconmensurable montón de papeles que había sobre su escritorio.
Liz tenía la teoría de que había dos formas de organización: archivos y montones.
Lucas, Dios bendiga su irascible corazoncito, era un amontonador. Echó una
mirada a las montañas de papel que la rodeaban y reprimió un suspiro. La era
electrónica todavía estaba por alcanzar a su jefe.

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—El juicio, sí, claro....pero....

—¡Alto ahí!

—Pero....

Lucas emitió un gruñido y levantó una mano carnosa. Agarró su taza, la rellenó
de una cafetera que Liz sabía que llevaba allí al menos seis horas y se volvió a
sentar.

—Ahora empieza desde el principio. Véndeme la historia Liz, y veremos si


podemos llegar a algo.

Liz sonrió una vez más y se pasó las manos por su pelo rubio dorado. Estaba
más cerca de los treinta que de los veinte pero todavía tenía que enseñar el
carnet en las discotecas y las tiendas de licores. Se mantenía en forma con
sesiones regulares en el gimnasio y había llegado a ser una experta kickboxer, lo
que le había venido muy bien unas cuantas veces en su tipo de trabajo. Su
rápida sonrisa y sus penetrantes ojos verdes parecían llegar al alma de las
personas, y hacer que quisieran contarle su historia. Cosa que también le había
sido útil en su trabajo.

Llevaba trabajando en el Herald alrededor de un año, a donde había llegado


desde un pequeño periódico en Arlington, Virginia. Hija de un diplomático, había
evitado el nombre de su familia y se había abierto su propio camino en la
facultad escribiendo novelas románticas para pagar la matrícula en la
Universidad George Washington. Aunque admitía que era una forma poco usual
de trabajar en sus años de estudios, Liz llevaba contando historias desde que
tenía uso de razón. Parecía una forma de transformar en lucrativo algo que sus
padres siempre habían considerado inservible.

Había estudiado ciencias políticas y relaciones internacionales, pensando en que


quizá tendría futuro como asesora del Congreso o en alguna comisión. Liz era
buena en el trato con la gente y sabía, después de toda una juventud observando
las cenas y cócteles que sus padres organizaban, que a menudo la gente más
poderosa en una habitación eran aquellos que trabajaban detrás del escenario.
No tenía deseos de ejercer ese poder pero se sentía fascinada por aquellos que lo
hacían. Y así fue como llegó al periodismo. No era el qué lo que la intrigaba sino
más bien el quién y, más importante, el porqué. Esto era, en resumidas cuentas,
la razón por la que se había sentido cautivada por la caída en desgracia de Jude
Lucien.

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Acababa de llegar al Herald cuando la ex-agente de la DEA había sido llevada a
juicio acusada de asesinato, conspiración para el asesinato y otros varios delitos
relacionados con el tráfico de drogas. Liz era una simple redactora y sólo pudo
seguir el juicio de lejos, pero el rostro de la mujer que silenciosamente devolvía la
mirada a las cámaras, la había hipnotizado. Ni las granulosas fotos que
salpicaban la primera página del Herald podían ocultar la subreal belleza de la
acusada o su calma sobrenatural.

Liz no podía explicarlo, pero el temerario desprecio de Jude Lucien hacia la


moral y las fronteras legales, la fascinaban. Se descubrió a sí misma
necesitando, casi más que nada en el mundo, conocer a esa mujer, llegar detrás
de esa media sonrisa enigmática y esos penetrantes ojos, para poder entender la
oscuridad que parecía emanar incluso desde su misma imagen

Fue testigo desde fuera de cómo, pieza a pieza, el caso del estado comenzó a
desmoronarse sobre las enrojecidas orejas del fiscal Mark Brugetti. Testigos se
retractaban misteriosamente de sus declaraciones, desaparecían documentos y,
además, la DEA dejó de colaborar declarando que abrir sus archivos pondría en
peligro otras operaciones que se estaban llevando a cabo. A partir de aquel
momento, el caso del estado se apoyaba sólo en el testimonio de un criminal
convicto, terreno dudoso como poco. Pero lo que había asestado el golpe de
gracia al caso contra Jude fue el propio testimonio de la ex–agente. A Liz le había
costado una semana de cenas con un tipo insufriblemente aburrido que hacía la
ronda en el palacio de justicia, eso sin mencionar la lucha con él en la puerta de
su casa cada noche, pero se las había apañado para sacar un pase de prensa del
Herald para los días en que Lucien testificaba.

Había una atmósfera de caos controlado en el juzgado. Los abogados de Lucien


habían declarado durante todo el proceso que Jude tenía intención de defender
su nombre en el estrado. Pero el sentido común consideraba esta posibilidad
como una simple pose ante el gran público. Ningún defensor en sus cabales
hubiera permitido a su representado subir a declarar habiendo tantos cargos en
su contra. Como las bases del caso habían ido desapareciendo poco a poco,
parecía un suicidio permitir que Lucien testificara porque eso la expondría a
preguntas que nadie se habría ofrecido a responder.

Y a pesar de todo había subido al estrado, calma regia, vestida con un impecable
traje negro que Liz identificó inmediatamente como de Armani, sabiendo
instintivamente que Lucien jamás llevaría una imitación. La reportera se
maravillaba ante el aura provocativa que rodeaba a la ex–agente mientras la
mujer sombría juraba tranquilamente decir la verdad, toda la verdad y nada más

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que la verdad con la ayuda de Dios. Su principal abogado, una fotogénica joven
que aun así, palidecía en comparación con su cliente, comenzó una serie de
preguntas rutinarias que de ningún modo o manera, sorprendieron a nadie.

La acusación había esperado impaciente su turno durante el interrogatorio de la


defensa. En el momento en el que el abogado de Lucien dijo: ―Su testigo‖,
Brugetti saltó de su asiento y se precipitó hacia el lugar del estrado desde el que
Lucien le observaba silenciosamente.

También fue el momento que todo el mundo había estado anticipando. A su


alrededor Liz podía oír las respiraciones aceleradas de la gente que abarrotaba la
sala.

Brugetti prescindió de formalidades y miró a la acusada con abierta hostilidad.

—Ha tenido una carrera bastante larga en la DEA, señorita Lucien. Más larga
que muchos agentes —comenzó inocentemente. Se detuvo un momento. Liz
observó que estaba esperando a ver si la oscura mujer mordía el anzuelo. Sin
embargo, claramente Lucien no iba a contestar nada que no fuera una pregunta
directa. Finalmente apuntó—: ¿Verdad?

—Creo que tiene la documentación delante de usted, señor Brugetti. Pero bueno,
sí, tuve una carrera bastante larga en la Agencia.

—Era un agente infiltrado, ¿correcto?

Lucien se movió ligeramente en su asiento y cruzó sus largas piernas,


apoyándose en el respaldo. El conjunto conservador y bien cortado no podía
ocultar sus músculos mientras se movía. Liz vio la suave sonrisa que jugaba
sobre los labios de la ex–agente mientras observaba a los demás mirándola.
Lucien parecía un indolente gato salvaje tomando el sol en un árbol. Desde luego
no una mujer en un juicio del que dependía su vida.

—Sí —contestó ausente.

— Lo que significa que estuvo relacionada repetidamente y durante largos


periodos de tiempo con traficantes de drogas y sus asociados, y tuvo bastante
éxito a la hora de convencerles de que usted era uno de ellos ¿correcto?

—Esa parece ser la definición de ―infiltrado‖.

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—Dígame, señorita Lucien, ¿cómo se las apañó para ser tan convincente? Por
ejemplo, ¿alguna vez tomó drogas con esos hombres?

Liz gimió mentalmente. Este tipo era demasiado estúpido para expresarlo con
palabras. Estaba atrayendo la atención sobre todas las cosas que Lucien había
hecho en beneficio del gobierno y siguiendo sus instrucciones, en lugar de en lo
que la agente había hecho una vez había dejado la organización.

—Si lo que me está preguntando es si inhalé señor Brugetti, la respuesta es sí —


una sonrisa irónica iluminó sus rasgos invitando al resto en el chiste— pero fue
cuando tenía dieciséis años y nos escondimos en el patio trasero de Eddie Fazini.
Sus padres habían salido el fin de semana y él asaltó las reservas de su hermano
Tommy. Tommy le pilló y nos dio una buena paliza. Así que me parece que he
pagado mi deuda con la sociedad en relación a ese cargo en concreto.

Una breve ola de risas se extendió por la sala, alcanzando a todo el mundo,
incluido el jurado, notó Liz.

—En estos días, el alcohol es mi droga.

—¿Está diciendo que nunca ha tomado drogas tanto en su aspecto de agente de


la DEA como en el de ciudadana privada? —la miró escéptico.

—El alcohol es una droga —le corrigió— pero cuando estás en una habitación
llena de traficantes cocainómanos y paranoicos, un vaso de bourbon en tus
manos es mucho mejor que un tiro de coca por la nariz. Considérelo el menor de
dos males.

El duro tono de sus palabras atrajo la atención de todo el mundo hacia el peligro
en el que Lucien se había colocado repetidamente por orden del gobierno. Liz
miró a Brugetti y casi sintió pena por ese hombre tan torpe. Estaba desnudando
su propia yugular y sabía que Jude Lucien no dejaría que se le escapara la
oportunidad.

Sin embargo, Brugetti siguió animosamente.

—Jack Taylor declaró que la vio esnifar cocaína con los miembros de lo que
entonces se llamaba el Cártel Massala y que más tarde, vio a unos cuantos
hombres que siguiendo sus instrucciones, emboscaron y asesinaron a esta gente.
Y que usted personalmente asesinó a Enrico Massala aunque éste estaba
colaborando con la DEA por aquel entonces.

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—Estoy al tanto de las alegaciones, señor Brugetti, estaba en la sala en ese
momento.

—Y ¿qué respondería a esas acusaciones señorita Lucien? que ¿usted fue


responsable de toda esa carnicería? —preguntó con aire de suficiencia.

Un breve destello de fastidio fue claramente visible mientras atravesaba los


rasgos de la sombría mujer. Lucien arqueó inquisitivamente una ceja antes de
hablar.

—Voy a ser franca. He servido a la DEA durante más años de los que quiero
recordar. Y durante ese tiempo participé en más de quinientas detenciones que
resultaron en más de cuatrocientas condenas y la puesta fuera de la circulación
de cientos de kilos de cocaína y otras sustancias con un valor en la calle de
millones... ¡qué coño!, probablemente de billones. Mi trabajo cada día consistía
en eliminar drogas de la calle y meter en la cárcel a los chicos malos. Lo que
usted o el señor Taylor olvidaron mencionar de ese testimonio ‗ocular‘ fue que él
era uno de esos chicos malos. Sería mejor que lo volviera a llamar al estrado y le
preguntara si recuerda haber presenciado esa ‗carnicería‘ antes o después de que
yo arrastrara sus miserables huesos hasta la cárcel. ¿Me entiende?

La galería de prensa estalló junto con el resto de la sala. Y aunque Brugetti


siguió farfullando durante el resto de su interrogatorio, le habían arrancado el
caso de las manos. El juicio continuó, pero las mentes de la mayoría renunciaron
a una conclusión. Jude Lucien sería absuelta.

Pero lo que Liz recordaba especialmente era que la acusada en su declaración,


nunca había negado ninguno de los cargos.

* * * * * * * * *
El vaho había empañado el espejo oval mientras Jude atravesaba la puerta de la
ducha. Limpiando la condensación con una gruesa toalla y usándola a
continuación para absorber vivamente el agua que caía por su delgado cuerpo,
se enfrentó a un reflejo levemente difuso. El rostro que le devolvía la mirada
desde el espejo era liso y sin líneas causadas por las tensiones de su profesión.
Nunca dedicada a contemplar los favores que la lotería genética le había
otorgado, Jude se agachó y cogió un secador profesional y lo aplicó a sus espesos
mechones de pelo negro. Media hora más tarde, los cepilló eficientemente para
apartarlos de su cara y después se puso un leve toque de rímel en sus pestañas.

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Deslizando su flexible cuerpo en una falda de suave cuero negro, se puso una
camisola color burdeos y subió la cremallera de su lateral. Mirándose al espejo
una última vez mientras se ponía los zapatos, reprimió un largo suspiro. Hora
del espectáculo, le susurró al reflejo.

No tengo ganas de hacer esto. La tarde iba a ser pura rutina, si algo en la
tumultuosa vida de Jude podía ser catalogado así. Una sencilla reunión
preliminar entre ella y el nuevo líder del Cártel Massala. Cena y unas copas entre
dos socios de negocios. Sí, ya…….entonces ¿por qué las compañías normales no
hacen cacheos antes que sus CEOs se estrechen las manos? Habían tenido que
pasar años desde la muerte de Enrico Massala para que la familia se reagrupara
después de la devastadora redada de Jude.

Finalmente, el hombre que había surgido como nuevo líder un primo lejano
llamado Romair era un pensador de ideas más progresistas, que dijo que no
tenía deseos de antagonizar más a la mujer que había sido responsable de
quitarle la mitad del negocio a su familia.

Jude, siendo pragmática, había aceptado la invitación para tomar asiento. Los
meses que siguieron inmediatamente a la Masacre Massala como la llamaron los
periódicos no habían sido agradables para ella. Fue forzada a dejar el país un
tiempo, y miembros aún indignados del cártel la habían perseguido. Ninguno se
acercó lo suficiente para hacerle daño, pero a Jude le molestaba tener que llevar
un arma a cualquier sitio que fuera. Hace que ir al gimnasio sea jodidamente
difícil.

El Cártel había estado menos enfurecido y más dispuesto a pactar cuando se


enteraron de que su precioso Rico había estado trabajando con los federales por
un trato para él, sin involucrar a nadie más.

Finalmente se había solicitado una distensión para que todo el mundo pudiera
volver al negocio de ganar dinero. Entonces ese idiota, Brugetti, había estado a
punto de echarlo todo a perder. Debería haber seguido sin más el consejo de la
Agencia y retirar el maldito caso. Jude no pensaba mucho en el juicio aquellos
días. De hecho, nadie lo hacía. No con el circo de O.J. que tuvo lugar justo
después, y los juicios a los terroristas de Oklahoma. Nop soy noticia vieja. Y era
justo así como le gustaba a ella. Mucha gente seguía mirando a Jude, no podían
evitarlo, pero muy pocos de ellos sabían quién era ella. O de qué era capaz.

El pequeño y elegante coche bordeó su camino por el camino de entrada a la


casa en primera línea del océano de Jude. La noche se había llevado un tanto del

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calor estival, y la fragancia salobre del agua del mar llenó los pulmones de Jude.
Frenando al borde de la carretera, inspiró profundamente, disfrutando del
pacífico silencio y casi deseando estar sentada sobre su capó, la guitarra y el
bourbon a mano, y con nada en su mente aparte de la duda de si recorrer o no el
corto sendero hasta la orilla del agua. Pero aquella noche había tratos que hacer,
y ella tenía negocios que dirigir. Poniendo su coche en marcha, abandonó sus
vanos pensamientos y se lanzó a los confortantes brazos de la noche.

* * * * * * * * *
En el otro extremo de la ciudad, otra mujer estaba preparándose para una noche
en el centro de la misma. Pero, a diferencia de Jude, Liz Gardener estaba
bastante ansiosa por iniciar el proceso de su velada. Uno de sus contactos, un
jugador de fútbol de la amplia red de empleados de Jude llamado Stuart,
finalmente había venido a decirle que Jude iba a cenar en Monde, uno de los
mejores restaurantes de la ciudad.

Según fueron pasando los meses y el furor sobre el juicio se calmó, Liz siguió, no
obstante, intrigada por la misteriosa presencia de la oscura mujer. Con su arrojo
y decisión, Liz no se quedó mucho tiempo en el escritorio y pronto estuvo
haciendo su camino hacia el corazón del crimen. Era el más agitado de los
corazones, teniendo que estar al tanto de los informes que salían de la comisaría,
y ella había aprendido a dormir acunada por el scanner de la policía. Pero eso le
dio a la mujer de pelo color miel la ocasión perfecta para desarrollar contactos
que podrían ser un enlace con Lucien. Ella mantenía los oídos alerta ante
cualquier murmullo relacionado con sus actividades pero, hasta recientemente,
no había conseguido nada.

Entonces, hacía cosa de un mes, encontró por fin a alguien que le confirmó que
no sólo Lucien nunca había dejado el negocio, sino que algo gordo que
involucraba a la ex agente estaba a punto de ocurrir. Fue entonces cuando Liz
empezó a forjar su plan. Sin duda, muchos de los detalles no habían
trascendido, pero Liz no podía resistir más la casi abrumadora necesidad de
hacer algo con su creciente obsesión por la extraña.

“Si ella viene a cenar al restaurante, eso significa que no está trabajando en serio
como mucho está entreteniendo a sus socios. Y eso significa que probablemente
acabará después en el Club”, Stuart explicó con gran seriedad. “Aparece allí a eso
de la medianoche y dile al chico de la puerta que Eddie te ha recomendado el sitio.
Eso te dejará pasar por la puerta principal y te alejará de los mafiosos de fuera.”

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Ahora, Liz estudiaba su armario con seriedad. Aunque le gustaba bailar, a pesar
de que no era demasiado buena en ello, lugares como el Club no eran paradas
habituales de su circuito social. Lo conocía por su reputación como uno de los
puntos nocturnos más exclusivos de la ciudad, con clientes habituales que
vestían trajes caros, buena música, y una cola para entrar de una milla de larga.
La pregunta a la que se enfrentaba ahora Liz era una eterna. ¿Qué diantres me
pongo?

No tenía ni la más leve idea sobre cómo conseguir llamar la atención de Jude
Lucien; y si por algún milagro lo conseguía, qué haría una vez que eso hubiera
ocurrido. Lucas había sido escéptico sobre su plan pero le había dicho que tenía
suficiente fe en su protegida como para darle carta blanca en aquella empresa.
Muy seguramente piensa que no me acercaré a ella ni en un millón de años.
Probablemente tiene razón. Pero al menos puedo decir que lo intenté. Quizá
finalmente podré dejar atrás todo esto. Las bonitas cejas de Liz se fruncieron
mientras revolvía en las profundidades de su armario, para finalmente emerger
triunfalmente con el vestido de Vera Wang que su madre le había dado. Había
sido un soborno para que fuera a uno de los incontables bailes inaugurales a los
que sus padres le habían obligado a asistir, ahora que su padre se había retirado
de los cuerpos diplomáticos. Liz se las había arreglado para eludirlos todos
menos uno, y afortunadamente, aún tenía el vestido.

Tengo que concederle eso a Mamá se dijo mientras el vestido se deslizaba por su
cuerpo y se ceñía a sus flexibles curvas. La vieja tiene muy buen gusto. Hizo unas
suaves piruetas, examinando el vestido desde todos los ángulos. Era color verde
esmeralda, era un poco subido de tono para un baile inaugural su padre le había
echado un vistazo con él puesto y por poco le había dado una apoplejía, pero era
perfecto para una velada en el Club. El vestido conseguiría hacerle encajar allí,
mientras a la vez le apartaría del resto de clientes. Se había preguntado en qué
estaba pensando su madre cuando eligió el vestido para su única hija.
Probablemente, pensaba que a Liz se le estaba pasando el arroz para poder ser
considerada una pareja apetecible. Ya, Liz se rió por lo bajo con la idea. Todos
sabemos que eso no va a suceder. Las ―elecciones de vida‖ de Liz, como lo
llamaba su hermano, no eran un popular tema de discusión en la casa de los
Gardener particularmente en un año de elecciones. Así que fue un suspiro de
alivio tanto para Liz como para su familia cuando empezó a trabajar para el
Herald.

Suspiró y sacudió la telaraña de recuerdos de sus pensamientos. Llevando sus


manos sobre su bien mantenido cuerpo y mirándose en el espejo, Liz sintió un
ardor desconocido en el estómago. No sabía si era un destello de expectación por

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la persecución o simplemente por la oportunidad de conocer finalmente a la
mujer que había ocupado la mayoría de sus pensamientos de vigilia y no pocos
de los de sueño durante bastante tiempo.

* * * * * * * * *
Caballeros Jude inclinó la cabeza gentilmente ante Romair Massala y los dos
guardaespaldas a los que Jude siempre imaginaba como Trajes. Cuando el
primer Traje hizo un movimiento como para cachearla, Jude simplemente arqueó
una seria ceja y le atravesó con una mirada de invierno ártico. El Traje se echó
atrás y le lanzó una mirada interrogante a su jefe, que hizo un gesto para
apartarle. Era obvio que Jude no llevaba nada. La fina falda de cuero y el top de
seda no dejaban lugar para ocultar algo. Ella había prescindido deliberadamente
de la chaqueta por esa simple razón para demostrar que no le daban miedo.

El camarero se adelantó y dio asiento a Jude y a Massala. A continuación, guió a


los Trajes hasta una cómoda mesa cercana, pero no tan cerca como para que
ellos pudieran escuchar la conversación. Ellos estaban claramente irritados por
este último giro del asunto, y Jude ocultó su diversión tras un estudio
concienzudo de su menú. Habían estado sentados en su mesa usual, un
acogedor arreglo desde el que podía ver todo el restaurante. Jude se sentó en su
silla, observando a Romair mientras él estudiaba sospechosamente sus
alrededores.

—¿Está viajando sola esta noche? —preguntó solícitamente—. Sin duda, una
mujer tan bella como usted no estaría paseando por ahí ¿sin escolta?

—Quiere saber dónde están mis Trajes.

—¿Por qué no? No me gusta mucho viajar con séquito respondió plácidamente.
Pero quizás usted sabe algo que yo desconozco. ¿Piensa que tengo motivos para
estar preocupada?

Jude examinó a su contrincante a lo largo de la mesa. Sin duda, Romair Massala


era un hombre guapo. Con astutos ojos marrones y una espesa y desordenada
mata de pelo negro, rebosaba de vitalidad masculina y de astuta conciencia.
Había llegado de los rangos exteriores de los tenientes del Cártel un primo lejano
trabajando duro en la sombra hasta que la redada de Jude había creado un
vacío de poder en la familia que Romair había intervenido para rellenar.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Señorita Lucien ¿puedo llamarte Jude? —él prosiguió cuando Jude asintió con
conformidad—. Jude, soy un hombre franco. Y creo que tú respetas la franqueza.
Debo admitir que estoy un poco preocupado. Ha habido gran cantidad de rencor
entre los Massala y tus organizaciones. De hecho, hay algunos que aún piensan
que te debemos una deuda de sangre a pesar de nuestros recientes
entendimientos. Estoy seguro que has oído los murmullos. Yo pensaba que eso
sería bastante perturbador para ti.

Jude suspiró profundamente y sacudió la cabeza. Maldición ¿por qué siempre


intentan esto?

—Tienes razón, Romair, respeto la franqueza. Así que voy a intentar ser igual de
franca contigo. Eres muy joven y muy ambicioso puedo apreciarlo pero no has
hecho tus deberes —se interrumpió y tomó un saludable sorbo de vino antes de
continuar—. De haberlo hecho, sabrías que yo soy la dueña de este restaurante y
que esos hombres —señaló a dos camareros que aguardaban de pie atentamente,
a menos de seis pies de ellos— no son camareros, sino empleados míos—. Jude
se concedió una brillante sonrisa que iluminó el pálido azul de sus ojos y era un
irónico contraste con el amenazador gruñido de su voz—. He oído que eras muy
brillante, Romair. Por favor, no me decepciones tan pronto en nuestra relación —
la sonrisa abandonó sus ojos y fue sustituida por una mirada que parecía más
apropiada para una sala de tortura medieval que para un iluminado y caro
restaurante francés—. Así que no intentes intimidarme, Romair. Tus matones y
tus pistolas no me asustan. Y sea cual sea el daño que me puedas infligir, te lo
puedo devolver multiplicado por diez. ¿Nos entendemos?

Ella se reclinó de nuevo en su silla y se relajó en una asilvestrada contemplación


de su víctima.

Hubo una enorme pausa durante la cual Romair Massala podría haber hecho mil
cosas novecientas noventa y nueve de las cuales le habrían costado la vida, si no
aquella noche, otra. Pero Romair era de veras un hombre inteligente. Inclinó la
cabeza hacia su compañera de cena, reconociendo tácitamente que le habían
pillado el farol.

—Por supuesto, Jude. Sólo estaba hablando hipotéticamente.

—Yo también, Romair —le concedió otra sonrisa, esta vez no aderezada con una
falsa promesa—. Ahora, ¿puedo recomendarte algo del menú? ¿O preferirías
escuchar cuáles son las especialidades?

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab

* * * * * * * * *
Aparentemente la recomendación no pesa tanto como Stuart pensaba que lo haría,
pensaba Liz con disgusto unas pocas horas después. Media hora flirteando y por
poco consigo entrar en el jodido bar. ¿Por qué diablos Stuart no me dijo que había
una puta sala VIP? Si ella está en algún sitio, es ahí, no aquí abajo en el mercado
de la carne con los trolls.

La pequeña reportera había estado charlando, había sido manoseada, y ahora


estaba harta del caos calculado del Club. La música sonaba desde cada punto
posible del lugar, rivalizando con el ritmo de su propio corazón. El aire estaba
viciado con el aroma de colonias de diseño, puros, y cigarros de dudosa legalidad
y Liz luchó por no ahogarse en la vaharada particularmente acre del último
esfuerzo aromático de Calvin Klein que llegó hasta ella. Se dio la vuelta hacia la
camarera, con quien había desarrollado una buena compenetración durante las
últimas dos horas, y frunció el ceño. Prestar atención a gente cantineras,
camareros, porteros junto a los que otros pasaban sin reparar en ellos, le había
conseguido en más de una ocasión la información necesaria para sacar una
noticia.

—Ponme otra, —dijo Barnes, deslizando su vaso sobre la barra de mica negra
hábilmente pulida.

Barnes sonrió alegremente a la mujer de pelo color miel.

—Perdona que te lo pregunte, pero éste no parece el tipo de sitio que frecuentas,
si sabes a lo que me refiero.

Liz ladeó la cabeza y contempló suspicazmente a la camarera. Es ésa la forma


actual de preguntar ¿qué hace una chica como tú en un sitio como éste?

—No hay nada malo en ser una buena chica —asintió Barnes, apartándose el
pelo caoba de la cara—. Yo misma solía serlo, antes de empezar a trabajar aquí
—finalizó con otra sonrisa triunfal.

—Hasta las buenas chicas se impacientan de vez en cuando —refunfuñó Liz


entre dientes, más para sí misma que otra cosa, pero los agudos oídos de la
cantinera captaron la afirmación.

—Sé a qué te refieres —convino Barnes—. Hay mucha gente buscando muchas
cosas aquí —echó un vistazo a la barra mientras preparaba diestramente un

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
gintonic. Cortando una piel de lima en forma de un rizo estrecho, le regaló la
bebida a Liz con una floritura—. Aquí tienes.

—Gracias —respondió Liz, sacando un billete—. Todos estamos buscando algo,


¿no?

—Esa es la verdad —respondió agradablemente la camarera—. Y veo esos


bonitos ojos verdes tuyos vagando por todo el lugar. Así que, ¿qué es lo que tú
estás buscando? —una pausa ligeramente sugestiva descansó entre ellas nada
demasiado intimidatorio, pero presto a agradar a las dos mujeres—.
¿Simplemente algún problemilla?

Liz sonrió y empezó a responder provocadoramente cuando una elegante forma


se destacó en su campo de visión periférica. Sacudiendo bruscamente la cabeza,
captó una larga exhibición de bronceadas piernas mientras éstas subían la
escalera de caracol. Sus ojos siguieron la pista de su longitud hacia arriba, sobre
la flexible falda de cuero, por encima de la estrecha cintura, cruzando la anchura
de los hombros cubiertos de seda, a través del oscuro pelo negro, hasta que
acabaron de golpe sobre dos piezas de zafiro que relucían sombríamente en su
dirección.

La reportera sintió que se quedaba sin aire y le dio un vuelco el corazón, y dejó
escapar un pequeño jadeo de reconocimiento. Barnes siguió su línea de visión y
sacudió con recelo la cabeza.

—Oh no, dama. Créeme, no quieres tantos problemas.

* * * * * * * * *
Jude no estaba segura de qué fue lo que le hizo darse la vuelta y mirar hacia la
irritante muchedumbre que había a sus pies. Normalmente se limitaba a recorrer
su camino hacia la sala VIP e ignoraba a la bulliciosa masa de cuerpos de la
pista principal. Pero por alguna razón, esa noche sus ojos fueron atraídos hacia
una onda de luz cálida que llevaba hasta una mujer de pelo color miel que
estaba en la esquina de la barra principal.

Allí encontró unos ojos que miraban a los suyos propios sin vacilar. Incluso a
distancia, su resplandor jade era inconfundible, y Jude creyó ver vetas doradas
en ellos. Durante un momento interminable, se sometieron silenciosamente al
escrutinio de cada una de ellas, ignorando los cuerpos que flotaban a su

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
alrededor, hasta que Romair le dio un golpecito en el hombro a la oscura mujer,
rompiendo su naciente conexión con la otra mujer.

Ella giró su cabeza para mirar al argentino, sin molestarse en ocultar la


irritación en su tono.

—Caballeros, ¿por qué no siguen sin mí? Tengo que ir a comprobar unas cosas
ahí abajo. Sólo díganle a Sasha que son mis invitados y ella se encargará de
ustedes.

Los Trajes le miraron recelosamente, pero Romair asintió en acuerdo.

—Sin duda, Jude. Te veremos arriba —le sonrió con complicidad—. No te culpo.
Es una belleza.

—gesticuló levemente en dirección al lugar que había ocupado la delgada mujer.

Jude le despidió con un breve asentimiento y rápidamente retornó sus ojos a la


esquina de la barra. Maldición murmuró cuando vio que el espacio había sido
ocupado por un grupo de escandalosos jóvenes turcos que agitaban en el aire
sus vasos de Martini. Evitando un suspiro de ligera decepción, empezó a estudiar
la sala en busca de los ojos de la extraña cuando otro golpecito en su hombro
llamó su atención una vez más apartándola de la pista de baile.

Irracionalmente exasperada por las continuas distracciones de su nuevo colega


de negocios, Jude se giró y cayó directamente de vuelta a los remolinos de
malaquita de los ojos de la extraña. De cerca, podía ver que de hecho había vetas
doradas esparcidas por sus iris, y había una desarmante franqueza en la mirada
de la mujer que hizo a Jude sentirse extrañamente como si le estuviera siendo
confiado algo precioso.

Dejó que sus ojos recorrieran el resto de la esbelta figura ante ella, notando los
ardientes reflejos del pelo color miel, los definidos hombros, y las devastadoras
curvas bajo el vestido que de haber sido Jude aún católica practicante le habrían
mandado corriendo a toda prisa hasta el confesionario más cercano.
Lentamente, la fija mirada azul hizo su camino hasta el rostro de la mujer y la
amplia sonrisa que estaba esperándola allí.

—Hola —dijo suavemente la extraña—. ¿Has oído todas esas historias sobre
cómo ver a alguien al otro lado de una habitación podría cambiarte la vida?—.
Una lenta sonrisa curvó los labios de Jude mientras asentía.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—¿De verdad crees que alguna de esas historias es cierta?

—Bueno —respondió la pequeña mujer. Tengo la ligera sospecha que si sigues


adelante y te presentas, lo averiguaremos pronto.

* * * * * * * * *
Capítulo 2

"No puedo creer que haya dicho eso". Liz se recriminó dándose mentalmente una
palmada en la frente, pero Jude simplemente respondió con una sonrisa, los
oscuros reflejos de sus ojos danzaban, y la guió hacia la escalera de caracol,
haciéndola subir a la sala VIP.

Inmediatamente Liz se sintió impresionada por la diferencia entre esta sala y la


principal en el piso de abajo. Era como estar en dos mundos completamente
diferentes. En lugar de taladrar un agujero en la consciencia con su incesante
martilleo, la música aquí arriba era un ronroneo lastimero y seductor que se
filtraba suavemente en tu torrente sanguíneo. Los focos vertiginosos que
iluminaban las mejores poses de los espásticos bailarines del piso de abajo
habían desaparecido, sustituidos por un cálido y agradable resplandor de tono
bronce que proyectaba un enorme glamour sobre todo el mundo en la sala,
especialmente sobre la mujer sentada frente a ella. Liz lanzó una rápida mirada a
su alrededor, aunque lo que de verdad deseaba era sumergirse en la decadente
visión que era la propia Jude Lucien.

—Así que es aquí donde vienen las niñas mayores —murmuró para sí misma.

La risita de respuesta de Jude cosquilleó de lejos en sus oídos y la hizo volverse


hacia su anfitriona.

—Aún no te has presentado —sonrió—. O ¿es que prefieres que continúe


pensando en ti como en una desconocida alta, deslumbrante y misteriosa?

Una parte de Liz era una eterna voyeur: observar a todo el mundo, incluso a sí
misma, mientras pasaban por la vida. Esa parte era la razón por la que era tan
buena reportera. Y ahora esa misma parte observaba con asombrada
incredulidad esas palabras que salían sin esfuerzo de sus labios. "Tiene que ser
este vestido el que habla", consideró Liz silenciosamente, preguntándose de
dónde venían todas esas frases ocurrentes.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Fuera lo que fuera... parecía estar funcionando porque la atención de Jude
estaba firmemente centrada en su juego y parecía ajena a las miradas
inquisitivas que se lanzaban en su dirección. Las dos mujeres formaban un par
que llamaba la atención, luz y oscuridad unidas en tranquila conversación,
ignorantes de la forma en que sus cuerpos se complementaban visualmente el
uno al otro.

—No lo sé —bromeó Jude—. Cuando una mujer guapa se acerca a mí y me dice


que va a cambiar mi vida... es una decisión importante. ¿Qué crees que debería
hacer?

Liz fingió considerar la pregunta durante un momento y después sonrió con


complicidad a su nueva compañera.

—Creo que deberías lanzarte por ello.

—El riesgo merece la pena ¿eh? —una de sus elegantes cejas se arqueó como
evaluando lo que Liz tuviera que ofrecer.

—Creo que sí —bromeó fácilmente. Sí, seguro... tiene que ser el vestido. De
pronto, Liz fue consciente de cuanta piel se ofrecía a la mirada errabunda de
Jude. Notando el reflejo aprobador en el parpadeo azul, esperó con todas sus
fuerzas que la tenue iluminación camuflara el rubor que empezaba a subir a sus
mejillas—. Pero supongo que todo depende de la cantidad de riesgo que quieras
correr.

Una enigmática llamarada ardió en los ojos de Lucien al tiempo que sonreía
vorazmente a la otra mujer, y Liz sintió un pequeño estremecimiento ante lo que
estaba sucediendo entre ellas.

—Que no se diga que soy una mujer que no arriesga. Permíteme que me presente
correctamente: mi nombre es Jude Lucien —ofreció su mano a Liz con elegancia.

Un punto para el equipo de casa, pensó Liz exultante mientras estrechaba la


mano de Jude sorprendida ante su inesperada calidez. Aunque, Liz consideró
una vez más, todo lo que sabía de esta mujer implicaba pasión, desde la
violencia que envolvía a la oscura mujer y sus inconfundibles colores, hasta el
ardiente brillo que iluminaba sus ojos inquietos. Es asombroso que su tacto no
queme, musitó y se sorprendió al notar que sus pensamientos se escapaban de
modo temerario y por su cuenta, hacia otras circunstancias que podrían implicar
el tacto de esta mujer. Sabía que el juego estaba en marcha, pero

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
voluntariamente ignoró sus sospechas de que las reglas, de algún modo, habían
cambiado dramáticamente.

La voz irritada de Jude la devolvió bruscamente a la realidad.

—Esta noche no trabajo, Sasha —le decía a una mujer esbelta, vestida
completamente de blanco. El austero corte del traje marcaba un acusado relieve
en las facciones del rostro de la mujer, el color enfatizando el cálido tono
caramelo de su piel.

La desconocida continuó como si Jude no hubiera hablado.

—Hay un problema...

—Para eso es para lo que te pago tanto, Sash —replicó Jude con una sonrisa
burlona, apartando ausente un bucle del oscuro pelo rizado de la mujer tras sus
finos hombros—, para que puedas ocuparte de los problemas. Ahora ve a ganarte
el sueldo.

—Vaaale —Sasha emitió la palabra en un susurro— ya veo que estás ocupada —


lanzó una mirada maliciosa hacia Liz que se sintió ligeramente molesta ante la
implicación—. ¿Ni siquiera vas a preguntar por Massala? —la mujer sugirió
suavemente.

Los oídos de Liz se agudizaron ante la mención del nombre del Cártel y mantuvo
una expresión ligeramente atenta aunque de profundo aburrimiento. Años de ser
la hija de un diplomático le habían enseñado en qué situaciones era mejor
parecer un objeto de decoración. Sin embargo, debajo del tranquilo exterior, su
mente iba a toda velocidad. Massala... tiene que tratarse de la importante
operación de la que he estado oyendo hablar.

Jude lanzó una mirada perezosa al reservado del rincón, donde los tres hombres
se sentaban dejando una nueva ronda de vasos vacíos sobre una mesa ya llena
de ellos.

—Parece que los tienes cómodamente situados. Asegúrate de que lo pasan bien...

—Y de que te dejan en paz —terminó Sasha—. Ya sé lo que tengo que hacer.

Había un aire de familiaridad entre las dos, pero Liz detectó un ligero indicio de
resentimiento en la voz de la esbelta mujer. Casi como si estuviera celosa. Para
Liz no había duda de que la historia romántica de Jude era tan turbulenta como

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
parecía ser el resto de su vida. A juzgar por su comportamiento, esta mujer
probablemente había sido parte de ella. Sasha indicó con la cabeza hacia otro
reservado, discretamente apartado en una esquina menos iluminada.

—Tu mesa está lista.

—Gracias, querida —Jude despidió a la mujer con un suave golpecito en el


hombro y volvió su atención hacia Liz—. Siento la interrupción. ¿Decías...? —su
voz fue bajando de tono, dando sutilmente a la mujer rubia la oportunidad de
continuar su juego o de retirarse a un terreno más seguro.

—Decía que estoy encantada de conocerte, Jude. Mi nombre es Elizabeth


Peterson —había decidido usar su nombre completo y el apellido de su madre. Si
a Lucien le daba la vena y decidía investigarla, lo último que Liz quería era que la
traficante descubriera que era periodista. Como el nombre también era el
seudónimo que había usado durante sus días de novelista romántica, soportaría
razonablemente bien un escrutinio.

—Bueno Elizabeth... si puedo llamarte así... —arqueó una ceja pidiendo permiso
mientras señalaba hacia su mesa—. ¿Por qué no te sientas mientras yo pido algo
para beber?

—Por supuesto —. Liz dejó que la sentaran en el reservado y se entretuvo en la


contemplación de las largas piernas de su acompañante mientras ésta se
alejaba. La oscura viveza de la falda de piel se abrazaba deliciosamente a las
caderas de Jude, y Liz se sorprendió a sí misma mirando a Jude de una forma en
absoluto profesional. Algo en el fondo de su mente la advirtió de los peligros de
meterse en líos con ella, pero el aviso se perdió en el sonoro eco de la vibrante
risa de la sombría mujer que se repetía en sus oídos.

Elizabeth Peterson ¿eh?, Jude rió para sí misma mientras se acercaba al bar.
Debe ser la única mujer que he conocido en todo un año que de verdad tiene
apellido. Agitó la cabeza divertida.

—Eh, Parker —llamó al camarero— alcánzame el teléfono de abajo—. Dos


segundos después había averiguado qué bebía Liz a través de una Barnes
bastante pasmada.

—Gintonic y un bourbon con hielo —dijo a Parker que se apresuró a servir las
bebidas.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
No era frecuente que Jude apareciera en el Club, y sus empleados se sentían
algo sobrecogidos ante la mujer sombría a la que llamaban El Diablo a sus
espaldas. Jude pasaba bastantes menos noches aquí de lo que solía. En sus
peores días se había abierto camino entre la población del Club como una
auténtica sensación erótica. Había tenido lo que parecía una interminable
provisión de cuerpos bellos que se le iban ofreciendo, y ella se había alimentado
vorazmente en su pasión; desechando cada uno de ellos cuando,
equivocadamente, creían que la presencia en su cama les daba derechos sobre
su vida.

Todavía se le ofrecían estos días, pero, indefectiblemente, Jude declinaba


cortésmente con una encantadora sonrisa o con un comentario burlón. De
hecho, se dio cuenta con un sobresalto, había pasado más de un año desde que
alguien la había impresionado lo suficiente como para continuar el flirteo. Puede
que por eso me sienta tan atraída por esta mujer... Hormonas, consideró, pero se
descubrió a sí misma deseando encontrar alguna otra razón. Elizabeth Peterson
era innegablemente bella, ese cuerpo ágil perfilado por ese maldito vestido no
dejaba ninguna duda; pero había una chispa en sus ojos jade que llamaba a
Jude. Ya veremos, se prometió, volviendo hacia la mujer de pelo rubio miel
sentada en su mesa.

—Aquí tienes —Jude se deslizó fácilmente al lado de Elizabeth en el íntimo


reservado— Gintonic.

Su acompañante pareció confusa.

—¿Cómo...? Yo no te dije...

—Tengo mis fuentes —rió Jude mientras unos ojos verdes se fijaban en ella—.
He llamado abajo y he preguntado. Parece que has causado una gran impresión
en Barnes —bromeó.

—¿Quién? —Elizabeth inclinó la cabeza—. Oh, la camarera. Ha sido


encantadora.

La mujer oscura levantó una ceja contemplativa hacia la mujer a su lado.

—¿Sabes? Por aquí tiene toda una reputación de ser muy atractiva. Te rompería
el corazón si le das la oportunidad.

—Oh, ¿estás diciendo que tú no? —Elizabeth le contestó con un destello en sus
ojos—. Pareces del tipo que también tendría su propia reputación.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Oooh... quiere jugar.

—He aprendido que es mejor no creer todo lo que ves. A veces, las circunstancias
encuentran alguna forma de... modificar la verdad —replicó—. Además, has sido
tú quien ha dicho que ibas a cambiar mi vida. Así que, creo que debería ser yo
quien pregunte cuáles son tus intenciones.

—Lo sé, lo sé... ¿Qué hace una buena chica como yo en un sitio como éste? —
Elizabeth sacudió la cabeza—. Barnes me preguntó lo mismo. ¿Por qué todo el
mundo me pregunta eso?

—Quizá porque pareces una buena chica —ofreció Jude.

—Pensaba que no creías todo lo que veías —reprochó la mujer más pequeña.

—Nunca he dicho que creyera que fueras una buena chica. Simplemente que lo
parecías.

—Oh —un bonito rubor avivó los rasgos de Elizabeth mientras jugaba con la
espiral de corteza de lima que colgaba del borde de su vaso.

Jude sonrió con placer ante su reacción. La joven rubia era absolutamente
encantadora.

—Además, no te había visto aquí antes y soy la dueña. Así que conozco a la
mayoría de los habituales. ¿Qué te trae por aquí esta noche?

La mujer de pelo rubio encogió los hombros suavemente, atrayendo la atención


de Jude hacia una suave onda de músculos en sus brazos y cuello.

—No estoy segura. Me sentía bastante inquieta. Como que si me hubiera


quedado donde estaba un segundo más, me habría vuelto loca.

—Sé a lo que te refieres —dijo Jude terminando su bebida y disfrutando la


punzada del alcohol quemando garganta abajo. Una camarera que pasaba
recogió su vaso y regresó silenciosamente con otro. Jude inclinó brevemente la
cabeza hacia la chica antes de comenzar su historia.

—Había una vieja loca que vivía un poco más abajo de donde yo vivía cuando era
pequeña. Todo el mundo la llamaba tía Betty, no sé porqué. Siempre estaba
gritándole a los críos, vociferando que podía decirnos la buena fortuna y leernos
el futuro. La mayoría de los adultos nos mantenía apartados de ella. Pero... lo

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
más gracioso era... que cuanto mayor me hacía, la tía Betty cobraba más
sentido. Los mayores no querían que oyéramos las cosas que decía. Una de las
cosas que más recuerdo era algo que llamaba El Desasosiego Nocturno.

—¿El Desasosiego Nocturno? —repitió Elizabeth y bebió de su gintonic ya más


tranquila.

Jude asintió.

—Betty siempre decía que eso es lo que te hace sudar cuando no hace calor.
Pone a los perros nerviosos, vuelve mezquinas a las novias y hace que salgas a la
noche buscando algo que no tienes. Ella diría que eso es lo que empuja a chicas
como tú a sitios como este.

—Entonces... —preguntó Elizabeth con una pequeña sonrisa— ¿crees que estoy
sufriendo El Desasosiego Nocturno?

Dos brillantes zafiros recorrieron arrogantemente la esbelta figura de Elizabeth


una vez más.

—Oh, sí —Jude dijo despacio.

En el silencio que siguió a estas palabras ambas mujeres fueron plenamente


conscientes de la seducción mutua que estaba teniendo lugar. Una irresistible
atracción estalló entre sus cuerpos y sus mentes, y una chispa de excitación
encendió una lenta llama en el vientre de Jude.

—¿Qué sugieres que haga? —murmuró Elizabeth bajando ligeramente el tono de


su voz.

Se me ocurren una o dos cosas para empezar, ofrecieron los revoltosos


pensamientos de Jude. Pero no dijo nada en voz alta y pegó un largo trago de su
copa. El tono íntimo de las palabras de la mujer más pequeña hizo subir como
un cohete el fuego entre sus piernas. La mujer sombría no estaba en absoluto
preparada para la reacción instantánea de su cuerpo hacia esta desconocida y
necesitó un segundo para reponerse. Su impulso fue continuar con el juego
sensual y dejarse llevar por el placer implícito de su conversación. Pero dentro de
ella, algo que quería saber más sobre esa inteligente mujer sentada al otro lado
de la mesa, la contuvo.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Elizabeth debió darse cuenta del conflicto que vibraba tras los ojos de Jude
porque su expresión se suavizó inmediatamente y puso una mano dulce sobre el
brazo de la otra mujer.

—Lo siento... solo bromeaba... No sé qué es lo que me ha dado...

Jude cubrió los finos dedos con los suyos.

—No lo sientas —interrumpió—. Es que... hace tanto tiempo —dijo


sorprendiéndose a sí misma con su franqueza—. No quiero que todo vaya
demasiado deprisa —terminó con una brillante sonrisa.

Otra amplia sonrisa iluminó la cara de Elizabeth.

—Yo tampoco. Me parece que nos hemos saltado alguno de los preliminares.

—Decir eso es quedarse corto —comentó irónicamente la mujer oscura. La risa


compartida que siguió disipó la densa tensión sexual que se había creado entre
las dos. Ahora que habían admitido su atracción, un aire de comodidad se
asentó sobre la mesa permitiendo a Jude relajarse y seguir a un paso más lento.

—Ya sabes que el Club es mío pero ¿qué hay de ti? ¿En qué ocupas tus días?

—Soy escritora.

No era en absoluto una revelación sorprendente para Jude. En el corto espacio


de tiempo desde que se conocían, Elizabeth se había mostrado más que hábil
verbalmente.

—¿Qué tipo de escritora?

—Una novelista romántica en realidad —replicó con una sonrisa tímida.

La ceja de Jude se disparó hacia arriba. Eso sí que es una sorpresa. Sus cejas se
arrugaron. No sabía porqué pero estaba... ‗decepcionada‘... en cierto modo.

—¿De verdad?

Elizabeth se encogió de hombros.

—Ha ido pagando las facturas bastante bien, pero ahora estoy terminando con
ello. Por fin tengo la oportunidad de escribir sobre algo que me interesa de

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
verdad. Algo importante —la emoción brillaba en sus claros ojos verdes y Jude
no pudo evitar sonreír.

—¿Puedo preguntar de qué trata el nuevo libro? —viendo a su acompañante


fruncir el ceño ante la pregunta, Jude echó marcha atrás rápidamente—. No
pasa nada. No tienes que contármelo si no quieres.

—No....está bien —Elizabeth apretó la mano de Jude suavemente, haciendo que


ambas se dieran cuenta de que sus dedos estaban aún entrelazados. Ninguna de
las dos hizo el menor movimiento para separarlos—. Es que soy supersticiosa.
Eso es todo.

—¿Temes ahuyentar a la musa? —bromeó. Jude había conocido a un montón de


agentes durante sus días en la DEA que tenían rituales que seguían antes de
una operación importante; talismanes que llevaban cuando estaban infiltrados,
cosas diferentes para protegerles de los peligros desconocidos que se agazapaban
en las sombras. Suponía que los escritores debían tener hábitos similares. Por su
parte, Jude no tenía tales supersticiones, creía firmemente que ella creaba su
propia suerte y que ningún conjuro podría protegerla tan bien como sus instintos
y la Sig Sauer P220 que la acompañaba casi siempre a todos los sitios a los que
iba.

—Supongo —Elizabeth se encogió de hombros claramente azorada.

Jude se inclinó hacia el oído de la otra mujer y susurró:

—Estás preciosa cuando te ruborizas, ¿sabes? —Sonriendo al ver como el rubor


se hacía más profundo y cubría los pálidos rasgos de su acompañante, continuó
diciendo— creo que podría estar mirándote toda la noche.

La mujer del pelo color miel ladeó la cabeza interrogativamente.

—Pensaba que íbamos a ir más despacio.

—Sin prisa pero sin pausa —Jude sonrió con desenfado—. Es diferente.

—Ya veo —asintió, una luz juguetona comenzaba a arder en su mirada—. En ese
caso...

Sus palabras fueron interrumpidas bruscamente por una sombra que apareció
sobre su mesa. Jude frunció el ceño antes de mirar y encontrarse con el atractivo
rostro de Romair Massala inclinándose hacia ella. Disimulando rápidamente su

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
irritación, le sonrió y se excusó elegantemente ante Elizabeth con una muda
disculpa.

—Odio interrumpir tu conversación Jude —susurró—, pero me temo que tengo


que marcharme.

—Pero si aún es temprano —objetó Jude, aunque no le podría haber importado


menos. Lo único que deseaba era regresar con la atractiva mujer sentada en su
mesa. Después de un breve conflicto interior, su instinto para los negocios
resultó vencedor—. Y tus hombres parecían estar pasando un buen rato.

Romair rió suavemente.

—De hecho, todos lo estábamos pasando bien. Sin embargo, tengo una esposa
esperándome ansiosamente en casa.

—¿Ansiosamente? —Jude arqueó la ceja. Recordó que el dossier de Massala


mencionaba algo de una esposa en Buenos Aires, pero le sorprendió que la
hubiera traído a los Estados Unidos.

—Ah, aunque llevamos diez años juntos, mi dulce Paola aún se preocupa. Soy un
hombre afortunado.

—Enhorabuena —felicitó la oscura mujer guardando la información para futuras


referencias y proponiéndose seriamente tener unas palabras con quien quiera
que hubiera preparado el dossier. Un hombre fiel a su esposa era un hombre
muy distinto de aquel que la mantenía escondida muy lejos. Podría ser un
adversario más vulnerable o más peligroso dependiendo de las circunstancias, y
Jude necesitaba saber cuál de ellos sería—. Todos deberíamos ser igual de
afortunados —terminó.

—Ay, pero mi querida Jude ¿por qué creo que echarías más de menos la caza de
lo que disfrutarías de esa alegría? —sus ojos brillaron misteriosamente mientras
inclinaba la cabeza hacia la mesa en la que se sentaba Elizabeth—. Hay una
fiereza en ti que se resiste a ser domada, y no envidio la tarea que tiene delante a
aquella que intente hacerlo.

Un estremecimiento recorrió la larga figura de Jude ante las palabras del


argentino, nutriéndose en la dormida excitación que se había ido acumulado
durante largo tiempo y que ahora Elizabeth había estimulado, bañando todo su
cuerpo con su calidez.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Eso es bastante místico, viniendo de un hombre que se ve a sí mismo guiando
a su familia hacia el nuevo milenio.

—Provengo de un antiguo linaje de gitanos. Vemos cosas, no podemos evitarlo.


Quizá algún día sea capaz de decirte lo que veo en ti cuando te miro —. Tomando
la mano de Jude entre las suyas, se llevó los nudillos hacia los labios
elegantemente y depositó un beso delicado sobre ellos. El gesto, que podría haber
parecido inoportuno o pretencioso en otro hombre, estaba imbuido de un aire
cortés de respeto que sorprendió a la mujer sombría. Esperaba muchas cosas de
Romair Massala, pero esta no era una de ellas. Por primera vez, comenzó a
preguntarse si no habría subestimado a su nuevo socio.

—No estoy segura de lo que quiero Romair —tenía intención de bromear pero de
algún modo, las palabras surgieron suavemente serias.

—Creo que sí lo sabes —fue la respuesta igualmente seria—, simplemente no te


permites verlo.

Jude rió sin ceremonias para aliviar la tensión de su estómago.

—Ya estás poniéndote místico otra vez —ahora, no había duda del firme tono
irónico de la frase mientras se paraba, deleitándose, en las extraordinarias
sensaciones que caramboleaban en su cuerpo.

Él sonrió como respuesta, deseando dejar la conversación.

—Perdóname, es mi herencia después de todo. He disfrutado el conocerte, Jude


Lucien. Quizá el resentimiento desaparezca con este nuevo entendimiento entre
nosotros. Espero que tú sientas lo mismo.

La pequeña sonrisa que se reflejaba en los labios de Jude mientras inclinaba


ligeramente la cabeza mostrando su acuerdo, era auténtica.

—Quizá, Romair. Estoy deseando volver a hablar contigo pronto. Gracias —


consciente de los gorilas inmóviles justo en el borde de su visión periférica, le
acompañó hasta la puerta dejándole sano y salvo en las manos de su ayudante.

—Sasha les acompañará hasta el coche, caballeros. ¿Nos veremos pronto?

Aunque se quedó con los hombres conversando casualmente mientras Sasha se


ocupaba de los detalles de su marcha, su mente hervía pensando en la mujer de
pelo rubio-miel esperando pacientemente en el rincón.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab

* * * * * * * * *
Así que ese es Massala, Liz rumió sobre este nuevo ‗jugador‘, mientras observaba
a Jude hablar con el hombre de piel olivácea. Decían que el Cártel nunca se
recobraría de la masacre. Parece que estaban equivocados. Mientras que una
parte de su mente reflexionaba sobre las posibles razones de la reunión entre
Romair Massala y Jude Lucien, la otra parte era claramente consciente de los
estragos que la oscura mujer estaba haciendo entre sus sentidos.

Desde el momento en que puso sus ojos en Jude, se había establecido una lucha
abierta entre su cerebro y su líbido sobre sus verdaderas intenciones. Tenía que
captar su atención, así justificaba el vestido puramente testimonial que llevaba y
la tentadora exhibición de carne que ofrecía a Jude. No sabía que funcionaría tan
bien... y claro, ella va a pensar que soy... quiero decir... ¿a qué otra cosa viene la
gente a los bares? Un fuego abrasador corrió por sus venas, haciendo entrar en
calor lugares que ya estaban demasiado cálidos para su propia seguridad. Oh
Dios... Estoy metida en un lío... en un buen lío, admitió, sabiendo hacia donde
iban encaminadas ambas desde el primer momento.

Sus planes iban quedándose rápidamente fuera de control, y Liz no sabía qué era
peor: el hecho de que estuvieran fuera de control o el hecho de que le daba
exactamente igual. Puedo hacerlo... puedo hacerlo, repetía silenciosamente
mientras observaba al otro lado de la habitación la elegante forma de la otra
mujer, aunque se daba cuenta de que estaba al borde de saltarse toda su ética.
Puedo hacerlo… repitió una vez más antes de rendirse. Está bien... de acuerdo...
por eso estoy aquí sentada, llevando un vestido de cóctel que enseña más que lo
que tapa, y alucinando porque estoy a punto de irme a la cama con la mujer más
impresionante que he visto en mi vida... que resulta que es el objeto del artículo en
el que estoy trabajando... pero no puedo evitar que ocurra porque, francamente, no
quiero evitarlo.

Liz no era extraña a los impulsos, pero los tiempos, siendo como eran, no eran
precisamente seguros para actuar por puro deseo. Así que se encontró viviendo
sobre todo en su cabeza, contemplando de lejos bellezas de largas piernas y a
compañeras de clase de dulce olor. Y con su talento de narradora
transformándolas en cómplices ignorantes de su placer. Durante los pasados
meses, la imagen fotográfica de Jude había llegado a ser tan familiar como su
propio reflejo, y sus sueños habían sido anfitriones de más de una fantasía que
implicaba a Jude.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
...tocando, saboreando, sintiendo... esas manos..., tan elegantes... que en realidad
nunca antes había podido considerar. Podía imaginar fácilmente esas manos
extendidas hacia ella, atrayéndola hacia sí con fuerza... y esos largos brazos
rodeándola... suavemente poderosos... Casi podía sentir sus piernas enroscándose
alrededor de la cintura de la alta mujer... Y esa risa, maravillosamente rica y
texturada con mil insinuaciones... Esa voz profunda llamándola, diciendo su
nombre... Elizabeth... Elizabeth...

—¿Elizabeth?

Liz regresó súbitamente de su ensueño para encontrarse con una Jude Lucien de
carne y hueso de pie frente a ella. Y otra corriente de calor subió a su rostro, esta
vez sin detenerse allí y descendiendo hacia puntos bastante más al sur.

— Lo siento —musitó, aceptando agradecida la bebida fría que su acompañante


le ofrecía.

— Estabas totalmente en otro sitio —la mujer oscura sonrió— ¿En qué estabas
pensando?

Liz abrió los ojos y por un momento estuvo a punto de rendirse y abandonarlo
todo, la historia, la mascarada, todo, y tener un momento de honestidad con esta
mujer, y ver si las extraordinarias sensaciones que la recorrían estaban
causadas por la excitación de la búsqueda o por la magnífica mujer a su lado. A
esto es exactamente a lo que me refiero... Mierda... Me gusta... No me lo esperaba.
Un último resto de responsabilidad profesional la contuvo para no descubrir la
farsa. Y ese resto fue lo que dio lugar a su siguiente pregunta.

— Sólo me estaba preguntando quién era ese hombre. Es increíblemente


atractivo —dio un tono provocador a esta última afirmación, implicando tanto
curiosidad como disgusto porque quizá su nueva admiradora podría dejarla de
lado.

El perezoso parpadeo de los ojos de Jude indicó a Liz que había logrado su
objetivo.

—Sólo es un socio de negocios —quitó importancia a Massala con un gesto de la


mano.

—¿Eso es todo?

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
— Bueno... si estás tan interesada puedo darte su teléfono —contestó
arrastrando las palabras, recostándose en su asiento con despreocupación—,
pero su esposa podría poner pegas. Dime, ¿todos los desconocidos altos y
sombríos te inspiran curiosidad? —cuestionó con una sonrisa juguetona—. ¿Soy
meramente una de una docena de extraños que te han fascinado? —su voz
disminuyó una octava convirtiéndose en un sonido tan seductor que al instante
y para siempre, redefinió para Liz el significado de lo erótico—. Entras aquí con
tu pelo dorado y tus ojos verdes de gato..., con un cuerpo que es un pecado en
cualquier religión que puedas nombrar..., con una sonrisa que es pura miel y tan
dulce que casi puedo saborearla desde aquí..., ¿qué opciones tengo? —Jude se
inclinó y se acercó un poco más, cerró los ojos inhalando suavemente, como
queriendo robar algo de la preciosa esencia de la pequeña mujer. Fue un gesto
hecho con la intención de seducir... y funcionó maravillosamente en Liz, pues su
corazón comenzó a bombear sangre frenéticamente hasta inundar su rostro.
Sabía que su reacción era claramente visible para la mujer sombría y ese
conocimiento provocó un hormigueo muy vivo en sus pechos y un
estremecimiento entre sus muslos.

Liz tragó con dificultad, tenía la garganta seca.

—Toda una imagen la que has evocado —se las apañó para inyectar una suave
ironía en su voz—. Me hace parecer como una auténtica seductora.

— ¿Lo eres?—preguntó Jude, los fragmentos cobalto de sus ojos brillaban.

— No más de lo que lo eres tú —replicó con calma, aceptando el desafío implícito


en las palabras de la otra mujer. Y pensando para sí misma... Muy bien... dos
pueden jugar a este juego... Y apostaría un millón de dólares, señorita Lucien, a
que soy mejor que tú. Las palabras eran, después de todo, su herramienta de
trabajo—. Pero si lo fuera, éste sería el momento en el que te diría que hueles a
cuero y a la noche, y que tus ojos prometen cosas prohibidas a la gente común. Y
si fueras un personaje de uno de mis libros, llegaría en mitad de una tormenta
llena de truenos y relámpagos y te vestiría de negro. Y más tarde, te desvestiría y
ocuparía largos pasajes con la forma de tu boca, la longitud de tus piernas, la
anchura de tus hombros —se detuvo un momento buscando un efecto dramático
y preguntó suavemente—. ¿Es esto lo que imaginabas que diría?

Una tensión hipnótica envolvió a ambas mujeres y el resto de la habitación


quedó aún más lejos de sus consciencias. Liz sabía que sus planes estaban
arruinados más allá de toda posible rectificación, pero le daba igual, ahora

33
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
mismo no podía preocuparse de nada más que del juego que se estaba
desarrollando entre las dos.

Increíblemente, Jude se retiró primero asintiendo con un lento movimiento de


cabeza y una consternada media sonrisa. Liz liberó el aliento que no sabía que
había estado conteniendo y sonrió como respuesta.

—Y ahora —la pequeña mujer continuó en un tono más normal—, ¿podemos


dejar los juegos y centrarnos en la realidad?

Una risa genuina surgió de la garganta de Jude y Liz notó con sorpresa que la
mano que Jude pasaba por su pelo negro estaba temblando ligeramente.
Elevándose en toda su altura, Jude se puso de pie y ofreció a Liz la que ahora
era una mano firme.

—Vamos —ordenó suavemente.

Sin vacilar, la mujer más pequeña entrelazó sus dedos entre los de Jude y
preguntó:

—¿Dónde?

—A algún sitio donde podamos centrarnos en la realidad.

El pulido metal del Boxster brillaba con reflejos platino a la luz de la luna y las
luces de neón destellaban sobre su superficie. La noche no estaba llena de la
humedad que invadía el aire durante las horas del día, y la gente parecía
moverse más fácil y libremente bajo la mirada benevolente de la luna. La salida
del Club se demoró interminablemente debido a todos aquellos que paraban a la
pareja para saludar a Jude. Todo el mundo, según le parecía a Liz, quería ser
reconocido por Jude, como si fuera una bendición para sus juergas nocturnas.
De hecho, algunos de los clientes la saludaban con la reverencia debida a una
gran sacerdotisa. Era la salvadora que les procuraba alivio a su mundana
existencia con su club, sus drogas y su propia presencia mercurial.

—¿De verdad conoces a toda esa gente? —preguntó Liz cuando por fin estuvieron
dentro del coche y huyendo a toda velocidad de la nutrida multitud.

—Más o menos —contestó Jude crípticamente.

Sujetándose el pelo con la mano y situándose de modo que miraba más hacia la
conductora que al parabrisas, Liz se dedicó a estudiar el suave perfil de la mujer

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
a su lado. Mientras que los rasgos del rostro de Jude eran innegablemente
clásicos, el profundo contraste entre los labios llenos y el fuerte corte de su
mandíbula, impedía que sus rasgos se acomodaran en una belleza complaciente.
Más bien, el rostro de Jude era un desafío, tanto como ella misma. La mirada de
la reportera se vio arrastrada hacia la longitud de un brazo fuerte y bronceado,
para observar el juego de ágiles músculos en el antebrazo de Jude, mientras
cambiaba de marcha. Dedos elegantes agarraban el cambio, acariciando la piel
ausentemente mientras conducía. Una nueva ola de excitación relampagueó a
través del cuerpo de Liz, obligándola a cambiar de postura en el suave abrazo de
su asiento.

El movimiento atrajo la vista de Jude de la carretera hacia su pasajera, y Liz se


dio cuenta de que la habían pillado mirando.

—¿Estás bien? —preguntó Jude.

—Sólo me preguntaba hacia dónde íbamos. Parece que nos dirigimos fuera de la
ciudad.

—Tengo una casa en la playa. Pensé que allí sería un poquito más fácil hablar.
Pero si hay algún otro sitio donde prefieras ir...

—No —le aseguró Liz—. Para nada —apartó la mirada de su acompañante e


inhaló profundamente, saboreando el aire salado que invadió sus pulmones.
Vale... he elegido un momento estupendo para ponerme violenta y que me entre la
timidez ¿verdad? Pero a Jude parecía no importarle su silencio. De hecho,
parecía reconfortarla, sonriendo tranquilamente para sí mientras pilotaba el
coche hábilmente a través de la oscuridad.

Un giro a la derecha por la que parecía una carretera desierta las llevó hasta lo
alto de un camino sinuoso. La respiración de Liz se detuvo al contemplar por
primera vez la que Jude llamaba su casa de la playa.

—¡Guau!... —susurró, abarcando con la mirada las elegantes y suaves líneas del
edificio, que parecía como si hubiera surgido allí mismo, en el borde de la misma
cima. Eran formas limpias y cristal, con la combinación justa de ángulos afilados
y suaves curvas. Las paredes pintadas de blanco parecían latir con un brillo
plateado a la luz de la luna.

—¿Te gusta? —murmuró Jude en su oído situándose detrás de ella.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Es magnífica... pero me resulta familiar... en cierto modo —las líneas de la
casa jugaron en su memoria, y Liz cerró los ojos brevemente intentando
concentrarse antes de volver a abrirlos para recrearse en la casa.

La mujer oscura rió con disimulo ante el comentario.

—Te daré una pista. He leído ―The Fountainhead‖ casi demasiadas veces.

—¡Frank Lloyd Wright! —Liz chasqueó los dedos—. ¿Él ha diseñado esto? —
preguntó asombrada.

—Ya, me hubiera gustado —rió Jude—. No....pero el arquitecto que lo hizo se


guió en parte de sus principios. ¿Te gustaría verla?

—En realidad... —Liz se dio cuenta de que aunque la casa era preciosa, no se
podía comparar con la mujer a su lado—, me encantaría un paseo por la playa.
¿Me la enseñarías después?

—Podemos hacer eso —Jude sonrió ampliamente y señaló hacia su derecha—.


Aquí hay un sendero que lleva hasta la playa, pero quizá prefieras descalzarte.
Los zapatos de Dolce & Gabbana no se llevan bien con la arena —bromeó
quitándose sus propios zapatos y tirándolos en el porche mientras pasaban. Liz,
rápidamente, hizo lo mismo, saboreando la suave sensación de los granos de
arena entre los dedos.

—Dios, no había hecho esto desde hacía tanto —murmuró—, es tan agradable.

El rugido del océano era un contraste tranquilizador con el ruido del Club y por
segunda vez aquella noche, a Liz le impresionó lo cómoda que parecía Jude en
silencio. Miró una vez más al lugar maravilloso que era el hogar de Jude.

—Es una casa grandísima para una sola persona. ¿Vives sola?

Continuaron paseando en silencio un poco más hasta que Liz pensó que Jude
iba a dejar la pregunta sin contestar. Por fin, Jude señaló con la cabeza hacia la
casa y sonrió.

—Cuando decidí que quería construir una casa, entré en el estudio de la


arquitecta sin tener ni idea de lo que quería. Bueno, eso no es del todo cierto —
Jude rió tristemente.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Llevé una copia de bolsillo de ―The Fountainhead‖1 al estudio y le dije que
quería algo que Howard Roark hubiera diseñado. Se rió de mí y me sentó delante
de unos cuantos libros.

—Déjame adivinar... ¿Frank Lloyd Wright?

Jude asintió.

—No tenía ni idea de que Howard Roark estaba basado en un hombre real. Pero
cuando vi sus diseños, supe que quería algo así. Me enseñó que Wright creía que
cada línea de un edificio debía tener una razón para existir, y me di cuenta de
que eso era lo que más me gustaba de sus diseños. Sus edificios eran tan
limpios, esa era la razón. Así que contraté a la arquitecta y le dije que la única
limitación que tenía es que quería que la casa pareciese que pertenecía a este
lugar. Había tenido este terreno durante años antes de estar preparada para
construir en él. Solía venir aquí para poder mirar hacia arriba y ver las
constelaciones... para preguntarme cómo sería vivir en el cielo —sonrió ante su
propio entusiasmo—. Este lugar es mi pobre intento de recrear esa sensación.

No puede soportar la sensación de estar encerrada. La idea centelleó a través de


los tumultuosos pensamientos de Liz.

Continuando su paseo por la playa, las olas cosquilleaban en sus pies descalzos,
y una sencilla calma se aposentó sobre las dos mujeres.

—Entonces supongo que eso significa que vives sola —aventuró Liz.

—En realidad, comparto este sitio con alguien —Jude admitió—. De hecho, con
tres ‗alguienes‘.

Unas pálidas cejas se dispararon hasta alturas peligrosas mientras Liz luchaba
por controlar su sorpresa. Entonces, ¿qué demonios estaba haciendo conmigo en
el Club? Nada de lo que había averiguado ligaba a Jude con nadie, ni
románticamente, ni familiarmente, así que la pequeña reportera estaba
totalmente perdida.

El agudo silbido de Jude perforó el aire tranquilo y en seguida dos criaturas


saltarinas de cuatro patas surgieron de la oscuridad.

1
Novela escrita por Ayn Rand y publicada por primera vez en 1943. Es un clásico que cuenta la historia de un joven e intransig ente
arquitecto, Howard Roark, su violenta batalla contra los estándares convencionales, y su explosiva historia de amor con una bella
mujer que hace todo lo posible por destruirle.

37
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Liz, te presento a Agamemnon y Clytemnestra —la mujer alta se arrodilló al
borde de las olas para saludar a los perros que saltaban alegremente alrededor
de su ama—. Venid aquí chicos. Saludad a nuestra invitada —los perros trotaron
obedientemente hacia Liz, uno de ellos olisqueándola con suspicacia—
Clytemnestra...—advirtió Jude.

La perra echó una mirada triste a su dueña, después, imitando a su compañero,


se sentó y ofreció una pata a una encantada Liz.

—Gracias —la pequeña mujer aceptó la pata estrechándola con seriedad. Repitió
el movimiento con Agamemnon que fue mucho más dócil durante todo el
proceso, incluso acercando la nariz para que Liz se la rascara. Por su parte,
Clytemnestra soltó un bufido y regresó junto a Jude.

—Esta es un poquito snob —explicó Jude, acariciando a la perra


afectuosamente—. Pero una vez que te la has ganado, es tuya para siempre.
Aggie sin embargo... bueno, él quiere a todo el mundo.

Agamemnon aparentemente había decidido que le gustaba la forma en que


acariciaba esta pequeña humana porque estaba estirando la cabeza
entusiásticamente hacia el regazo de Liz para que siguiera rascándosela.

—Son akitas, ¿verdad? —preguntó Liz frotando las orejas de Aggie.

—Exacto —Jude sonrió burlonamente—. Ten cuidado no te vaya a tumbar. A


veces es bastante torpe.

—De acuerdo... voy a preguntar. Has dicho que compartías la casa con tres
‗alguienes‘. Aquí tenemos dos de tus ‗alguienes‘ ¿Quiero saber dónde está el
número tres? O ¿debería rehacer la frase y preguntar si vives con alguna otra
persona?

La mujer oscura rió.

—Te refieres a gente... oh...—desdeñó la idea con un gesto de la mano—. Nah,


sólo los perros y yo. Hay uno más, Pete, pero casi siempre se queda en la casa.

—¿Pete? —preguntó Liz—. ¿Tienes dos akitas con nombres clásicos y un tercer
perro que se llama Pete?

—Espera a verlo —rió y agitó la cabeza—. No creo que el pobre Pete pudiera
llevar un nombre como el de Clytemnestra.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Decidiendo que su hermano ya había tenido suficiente diversión con la extraña,
Clytemnestra apartó a Aggie de la mujer y trotó hacia la playa, Aggie pisándole
rápidamente los talones. En la distancia, las dos mujeres podían oír débilmente
el ladrido de los perros sobre las olas. Jude sonrió a Liz mientras reanudaban su
paseo, esta vez de vuelta hacia la casa.

—Así que vives con tres perros en una casa de ensueño, conduces un rápido
deportivo y eres propietaria del nightclub de moda. Pareces de ese tipo de
mujeres sobre las que mi madre me advertía —bromeó Liz.

—¿Tu madre te aconsejaba sobre mujeres? —inquirió Jude maliciosamente—.


Qué moderna.

—Estaba haciendo una pequeña transferencia creativa. Soy escritora, ya sabes.

—Ah... ya veo. Entonces en tu novela sería ésta la parte donde tú dices: ―Gracias
por las copas pero mañana tengo una reunión muy temprano. Por favor,
¿podrías llamarme a un taxi?‖ —se detuvo y se giró hacia Liz, las luces de la casa
creaban desde arriba un suave resplandor sobre su pelo negro.

Sólo el puro esbozo del rostro de Jude era visible a la luz de la luna, pero Liz
sentía como si cada rasgo hubiera sido grabado a fuego en su memoria. Con
mano insegura pasó sus dedos por la suave mejilla de la mujer oscura.

—No. Ésta es la parte donde te pido que me beses antes de que me dé algo.

Sintió los músculos de la mejilla de Jude curvarse en una sonrisa mientras


murmuraba:

—Pensaba que íbamos a ir más despacio.

Liz, en respuesta, sonrió abiertamente.

—Sin prisa pero sin pausa —replicó, haciéndose eco de las palabras de Jude.

—En ese caso, creo que eso se podría arreglar —Jude se inclinó lentamente,
acercando sus labios a los de Liz. Sus rostros se detuvieron a unos milímetros el
uno del otro... Cada una sumergiéndose en el delicioso perfume de la otra... y Liz
supo que, pasara lo que pasara entre ellas, el murmullo de las olas y la fría
bruma del mar sobre su piel ya siempre evocarían este instante perfecto.
Instintivamente los labios de Liz se abrieron para recibir el beso pero, en lugar de
la suavidad de los labios de la mujer sombría, oyó un agudo ¡crack!, como un

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
trueno, y un intenso dolor surgió en su costado izquierdo. Jude la empujó hacia
el suelo, tumbándose a su lado.

—¿Qué...?

—¡No te muevas! —oía a Jude sisear en su oído a través de la bruma


blanquecina que descendía sobre ella—. No estoy segura desde donde disparan
pero ahora les será más difícil vernos —la voz de Jude era un profundo eco que
parecía surgir de dentro de su propia cabeza, pero sus palabras no parecían
tener mucho sentido para la mujer del pelo color miel.

—Eh... ¿Jude? —fue como un susurro sibilante.

La debilidad de su voz debió advertir a Jude de lo que estaba pasando porque


sus ojos comenzaron a examinar el cuerpo de la pequeña mujer deteniéndose
bruscamente cuando vio una mancha negra extendiéndose a través de la fina
tela.

—Oh, mierda... Elizabeth, te han dado.

Lo último que Liz pensó antes de que su consciencia la liberase compasivamente


del dolor fue: No me ha besado.

* * * * * * * * *
Capítulo 3

Arrojando sus rayos sobre las olas, el sol hizo una ostentosa aparición sobre la
línea del horizonte, pero sus travesuras pasaron inadvertidas ante una de sus
más fervientes admiradoras. Muchas veces había Jude sido testigo de la
magnífica visión que ahora llenaba sus ventanas desde el suelo hasta el techo de
su habitación, pero hoy estaba concentrada en la quieta, silenciosa forma de
Elizabeth Peterson. Aunque había tenido una firme intención de ver el amanecer
con la mujer de pelo color miel en su cama esto no es exactamente lo que yo tenía
en mente, pensó socarronamente. Su media sonrisa se torció en una mueca
mientras observaba a la mujer en su cama.

—Estará como nueva. Ni una cicatriz le aseguró la figura que vestía un chándal,
quitándose los guantes de látex y arrojándolos a la bolsa. La bala le rozó el
costado, eso es todo. Toda esa sangre era de la herida superficial. Ningún daño
serio, pero estará irritada de cojones por cosa de una semana. Intenta no dejarla

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
que se mueva mucho, para que no se le salten los puntos. Volveré y se los
quitaré en una semana.

—Gracias, Stephen.

Jude sacó un sencillo sobre de su bolsillo y se lo entregó al médico. No hizo


comentarios sobre el contenido del sobre diez mil dólares en crujientes billetes
nuevos de cien al igual que el médico no había hecho comentarios sobre la
sangrante mujer cuando la llamada de Jude le había despertado de un sueño
inducido por narcóticos.

Stephen Ryan había conocido a Jude Lucien durante sus días de agente secreta
de la DEA. Por supuesto él no había sabido que era una agente secreta esa
desagradable sorpresita se la había llevado durante una redada que le había
costado a él su licencia para ejercer medicina. Había maldecido el alma de la
oscura mujer desde un lado hasta el otro. De un golpe, le había arrebatado su
reputación, su sustento, y lo más importante... todas las trampas que su
sustento le había permitido. Desde entonces, no obstante, él había aprendido a
perdonar y a olvidar.

Cuando Jude Lucien volvió a entrar en su vida, Stephen había sido reducido a la
venta de suministros médicos para costear su miserable existencia y las drogas
que le permitían olvidar todas las desgracias que habían caído sobre él. A las
cuatro de la mañana y chorreando lluvia, abrió la puerta de su horrible casa a
una aparición bañada en sangre que aun así poseía los ojos más inolvidables que
había visto nunca. Ojos que nunca había sido capaz de olvidar desde que, cuatro
años atrás, le habían exiliado de su Noveno Círculo del Infierno personal.

—Tú tartamudeó.

—Necesito tus habilidades —la voz era tan sedosa como lo había sido en las
pistas de tenis... como lo había sido el día que le arrestó. Y ahora a sólo seis pies
frente a la policía y colocado hasta las trancas, la puta tenía el atrevimiento de
sonreírle como si estuvieran en un jodido cóctel—. Una bala me rozó por la
derecha. La otra está en mi pierna, así que vas a tener que sacarla.

Reforzado por su valor inyectado, él le dijo:

—No voy a hacer una mierda —intentó cerrarle la puerta en la cara.

Su dramático ademán fue detenido abruptamente cuando ella empujó su brazo


herido contra el débil contrachapado y lo empujó para abrirlo de nuevo.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Sí, lo harás —continuó con calma, cojeando hacia el interior de su sala de
estar/dormitorio/cocina —y si haces un trabajo lo suficientemente bueno y
mantienes la puta boca cerrada me aseguraré de que nunca termines en otro
sitio como éste.

Era un canto de sirena para su cerebro aturullado por la heroína, y él no sabía si


ella era un ángel venido para salvarle o un diablo llegado para completar su
condenación. Pero sinceramente, no le importaba. Se había enterado que la
llamaban el Arcángel en las calles, a causa de su terrible venganza, y su caída
desde el monte les había llenado de una especie de alivio aturdido. Ahora ella era
uno de ellos, pero no Incluso en su torpeza, Stephen se dio cuenta de que la
mujer que estaba en su habitación era algo más terrible, más peligroso que el
peor de los horrores de sus pesadillas... principalmente porque ella parecía ser la
respuesta a una oración.

—Estás sangrando sobre mi sofá —dijo estúpidamente.

—Y voy a seguir sangrando hasta que saques esta puta bala y me cosas —el
rugido de su voz era el único signo del dolor que él sabía que tenía que estar
sintiendo—. O podría simplemente llamar a la policía y dejar que ellos se
encarguen de esto.

La avaricia le hizo preguntarse si podría sacar más dinero de ella. Debería


haberse dado cuenta del centelleo de advertencia de sus ojos, los inconfundibles
signos de que su humor estaba a punto de estallar, pero la droga había vuelto
borrosos los rasgos de su cara, y apagado el resplandor azulado de sus ojos.

Ella sacudió la cabeza con cansancio.

—No, no vas a hacerlo —sacó una pistola que parecía maléfica de una pistolera
que hasta ahora él no había visto—. Esperaba que pudiéramos hacer esto al
estilo de los negocios, pero si tengo que….

—No, no —le aseguró el doctor sin licencia, bastante convencido de que ella
podía sujetar la pistola contra su cabeza mientras le estaba siendo extraída una
bala del cuerpo—. Sí podemos. Lo siento. Déjame ir por mi kit.

Momentos después, él había abierto un enorme agujero en sus pantalones de


cuero y estaba observando el músculo en que se había introducido la bala.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—¿Quieres un golpe para esto? —le ofreció su polvera. Ella alzó una ceja con
gesto sardónico.

—Yo no quiero coger esa mierda —dijo bruscamente.

—Entonces, esto te va a doler. No tengo otros calmantes.

El escalpelo se hundió limpiamente en la desgarrada carne, abriendo un


profundo corte lo suficientemente ancho para que los fórceps entraran en él. Él
vio que su rostro se ponía blanco por el esfuerzo de sobreponerse al dolor.

—Adelante, grita —le aconsejó—. La gente lo hace por aquí todo el tiempo —se
rió sin alegría—. Quizás ellos piensen que estoy teniendo suerte.

Un aullido que helaba la sangre fue desgarrado de los pulmones de la traficante


cuando los fórceps encontraron su blanco y desalojaron la bala del lugar donde
descansaba con un asqueroso chapoteo.
—Ya casi —canturreó como lo haría un amante con su pareja. Agarrando con
fuerza el pequeño proyectil, lo extrajo de la carne de la oscura mujer—. Aquí….la
pequeña sabandija, ¿no es así? Bien, una vieja Smith & Wesson .38. Alégrate de
que no estuvieran usando la mirilla.

Jude se estremeció ante la idea.

—Vamos a escucharlo de los refuerzos de policía locales. No le acertarían ni a la


fachada de un rascacielos. Me alegro de no haber tenido que matar a ninguno.

Stephen palideció ante sus burlonas palabras.

—¿Estabas disparando a los policías? —no quería a ningún policía muerto fuera
hasta su puerta. Tenía miedo de Jude Lucien, pero después de la corta condena
que había cumplido temía más a la cárcel. Sin embargo, ahora, mirando la
intensa fijeza de los ojos de la mujer herida, Stephen pensó que podría tener que
reconsiderar su opinión.

Ella le miraba inexpresivamente.

—¿A quién crees que estaba disparando? Además —añadió con una sonrisa
mientras él lavaba la herida con antiséptico y empezaba a coserla—, si hubiera
sido uno de los del Cártel ahora estaría muerta.

43
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—¿Y eso por qué? —preguntó él ausentemente, con intención de dar los puntos
de forma lisa y ordenada.

—Tienen mejor puntería —se rió Jude con humor negro. Le observó trabajar
durante unos momentos en silencio, y se dio cuenta del aroma a cilantro de su
piel mezclado con el toque metálico de la sangre—. Bonitas puntadas comentó,
cuando él terminó.

—¿Dónde está la que te atravesó? —preguntó él. Su colocada empezaba a


disiparse a medida que su adrenalina iba subiendo ante la práctica de su arte.

—Aquí —señaló ella, indicando su bícep izquierdo—. Sólo necesita un lavado y


unos puntos.

—Me sorprende que no hayas insistido en hacer esto tú misma —comentó él


secamente.

Jude le sonrió, enseñando los dientes.

—Soy zurda. De lo contrario, lo habría hecho.

Stephen simplemente sacudió la cabeza y miró los jirones de su camisa de lino.

—Sabes, dolerá mucho menos si te desabrochas la camisa y te la quitas por los


hombros.

—Como sea —se encogió de hombros, desabotonándose hábilmente la camisa y


quitándosela.

La colocada había desaparecido hacía mucho tiempo, cualquier impulso de deseo


de su sistema, pero sus largos años de estudio de la psique humana le hicieron
enviar una mirada apreciativa a la piel bronce de Jude. Sus articulaciones, sus
músculos, sus huesos….elegante era la única palabra que se le ocurría para
describirla mientras trabajaba en cerrar su herida. Ella era de carne y hueso, las
heridas daban fe de ello, pero aun así el cuerpo de la traficante parecía una obra
de artesanía creada en algún tipo de perfección atormentada que hacía que le
doliera hasta la médula al mirarla.

—¿Has terminado? —le espetó ella.

—Sí, sobrevivirás —respondió él.

44
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—¿Tienes antibióticos?

—No, pero puedo conseguirte algunos por la mañana.

—¿Crees que voy a pasar la noche aquí? —el frío tono de su voz le dijo
claramente que esa idea era absurda.

—No creo que debas caminar con esa pierna.

—Yo juzgaré eso —se puso en pie temblorosamente, cargando su peso sobre la
pierna buena, y cerrando los ojos cuando una oleada de dolor atravesó su
cansado rostro. Lentamente los abrió, llegando a dominar la agonía ante los
incrédulos ojos de Stephen. Un siseo exhalado de su boca, y sonrió ante sus
sacudidas de cabeza—. Consigue los antibióticos y tendré los 50 mil aquí por la
mañana. ¿Vale?

—Uh….¿Cómo se supone que voy a pagar esos antibióticos?

—¿Cómo pagas esto? —ella le arrojó su polvera—. Del mismo modo, listillo.

Él asintió, sin palabras. Y repentinamente no quiso que ella se fuera. Su


presencia, aunque siniestra, era enfermizamente tranquilizadora, como si él
supiera que nada más maligno podía ocurrirle mientras estuviera en su
compañía.

—¿Quieres una camiseta, o algo? Es decir, la tuya está empapada —Jude levantó
una ceja mirándole, echando un dubitativo vistazo a la habitación.

—No sé —murmuró—. Va bastante bien con los pantalones de cuero rotos, ¿no
te parece?

—Ten —él se arrastró hasta el desvencijado vestidor de la esquina y sacó una


camisa de lino negro, una reliquia de sus tiempos mejores—, llévate ésta —y se
la puso en las manos antes que ella pudiera negarse—. Probablemente te podrías
poner mis pantalones, pero supongo que te dolería más quitarte ahora los de
cuero. ¿Tienes algo para el dolor en casa?

Ella asintió, poniéndose la camiseta con cuidado sobre su brazo herido.

—¿Qué tal estoy? —sonrió.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Stephen se descubrió devolviéndole la sonrisa. Era realmente una mujer
hermosa, a pesar de la sangre y mugre que cubrían su cara, a pesar del caos que
había atravesado durante su vida.

—Como un millón de dólares —contestó con sinceridad.

—Bueno —resopló ella con sorna—. Al menos unos 50 de los grandes, ¿no?

Ese había sido el principio. Un día después, una cartera de cuero llegó en
compañía de una mujer de piel color caramelo.

—Tienes algo para mí, me parece.

Él le entregó los antibióticos, y ella le entregó la cartera sin más comentarios.


Dos días más tarde, llegó una nota con instrucciones para llegar a un almacén
abandonado, donde encontró otro paciente esperándole.

Stephen nunca había mirado atrás. Fiel a su palabra, Jude le enviaba una
constante corriente de personas que necesitaban ayuda médica, pero que
podrían arreglar sin los ojos oficiosos del personal de un hospital. La alegría de
ser un médico de nuevo aunque fuera sólo en aquel sentido tan dudoso parecía
reducir su necesidad de los narcóticos, y superó lo peor de su adicción. La
heroína era ahora principalmente una vieja amiga, adormeciendo otros nuevos
dolores que su conocimiento de Jude también habían inspirado.

Ella nunca había vuelto a él herida, ni siquiera durante lo peor del problema
Massala. Y aquella llamada telefónica era la primera que había recibido de ella
en más de un año. Esos días, él trataba usualmente con aquella fría zorra,
Sasha, que le miraba como si él fuera un pedazo de……
—Una semana, ¿eh? —la pregunta de Jude le sacó de la vieja nostalgia que se
había apoderado de él. Sus ojos estaban preocupados mientras observaban, una
vez más, a la mujer de la cama.

—Estará bien, te lo prometo. Toma, dale dos cada cuatro horas si le duele
mucho. Y esto debería mantenerla a salvo de cualquier infección —y le lanzó dos
botellas que ella atrapó hábilmente.

—Estás un poco más preparado estos días, ¿eh? —le vaciló, sosteniéndolas.

—Un poco. Ahora llévame hasta la puerta de esta monstruosa casa y duerme un
poco —le contestó él.

46
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab

* * * * * * * * *
—Au au au au au —Liz se encontró devuelta desafortunadamente a la
consciencia por el tremendo dolor de su costado. Recordaba con claridad nítida
el picante aroma de la piel de Jude metiéndose en su nariz y haberse anticipado
a los labios de la mujer alta mientras estos empezaron a descender hacia su
boca, y después….nada….salvo este ardiente dolor.

Alguien me disparó se estremeció la mujer de pelo color miel, intentando que su


cerebro aceptara el innegable hecho. Lo que quiere decir que alguien estaba
disparando a Jude….¿Ellos la…? Sus tumultuosos pensamientos fueron
aplacados cuando la oscura mujer entró en la habitación, obviamente de una
pieza e ilesa. Se había cambiado a una camiseta ancha de botones y unos Levis
desteñidos que a pesar de su dolorido estado, Liz no pudo evitar notarlo le
hacían casi tanta justicia a su delgado tipo como lo hacía la falda de cuero. Sus
pies estaban descalzos, pisando suavemente la gruesa alfombra color borgoña.
¿Alfombra borgoña..? O éste es el hospital más pretencioso que he visto o no
estamos en uno.

—Hola —dijo suavemente Jude—. Me alegra que aún sigas entre los vivos.

—No tanto como a mí —respondió Liz roncamente.

—Toma un poco de agua Jude —le acercó cuidadosamente una taza de


plástico—. No mucha —le advirtió mientras Liz bebía ansiosamente el líquido,
apaciguando el seco picor de su garganta. El agua fría golpeó con dureza su
estómago, casi volviendo por donde había venido y provocándole una náusea.

—Tranquila —las manos de Jude eran cálidas contra su piel húmeda,


tranquilizándole con una ternura que Liz nunca hubiera imaginado que poseía la
oscura mujer—. Tómate esto para el dolor. Ayudarán —afirmó, haciéndole tragar
dos pastillas y devolviendo a la mujer a las almohadas.

—Gracias —asintió Liz mientras el mareo se le pasaba un poco.

—Uhm ¿Jude? —preguntó con los ojos recorriendo la habitación, reparando en la


majestuosa visión del océano ante ella y el discretamente elegante mobiliario—.
Esto no es un hospital, ¿verdad?

—No —se rió la oscura mujer, dejando la taza y el bote de pastillas de nuevo
sobre la mesita de noche—. Esto es mi dormitorio.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Confundida, Liz preguntó:

—¿Por qué no me llevaste a un hospital? -—Jude frunció los labios, como


planteándose qué responderle a la mujer herida. Finalmente, inspiró
profundamente y soltó un suspiro—.
Porque tienen que reportar las heridas de bala.

—Ya. Así es como atrapan a los chicos malos.

Una triste sonrisa asomó a los labios de Jude mientras asentía.

—Lo sé. Pero mira, ése es el problema —parpadeó, apartando sus ojos de Liz y
estudiando el sol que ya había salido del todo con su calidez—. Me consideran
uno de los chicos malos, Elizabeth. Y sinceramente, ahora no me puedo permitir
esa atención.

Los ojos verdes de Liz se abrieron mucho, asumiendo con shock la brutal
honestidad de la oscura mujer. Había esperado evasivas, excusas sobre cómo no
había habido tiempo para trasladarla a un hospital. Cualquier cosa, menos la
verdad. Hmmm ¿qué digo? Mierda, ¿qué puedo decir?

El tranquilo azul estaba fijo en ella de nuevo.

—Tu herida no es muy seria. Es decir, hasta el punto que puede llegar una
herida de bala. Sólo te rozó el costado. Estará irritado unos días, pero aparte de
eso, estás bien.

—Lo sabía, ¿sabes? —dijo Liz en voz baja.

Desconcertada ante la incongruencia, Jude se limitó a levantar una ceja


interrogante.

—Que tú eres uno de los chicos malos. O al menos que fuiste uno de los chicos
malos.

Ahora los ojos azulados palidecieron, sorprendidos.

—¿Qué quieres decir? —preguntó suspicazmente.

Fue el turno de la periodista de sonreír con arrepentimiento. Decidió que una


buena porción de sinceridad sería su mejor táctica. Eso también alivió el
creciente sentimiento de culpa respecto a mentirle a aquella mujer. Ese

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
sentimiento había nacido en el Club, cuando ella se dio cuenta de cuán real era
la atracción entre ellas, y sólo había aumentado a medida que descubría cosas
nuevas sobre Jude.

—Vamos….durante un tiempo no estuviste manteniendo un bajo perfil,


exactamente. ¿No fuiste portada de Time con un titular que decía algo así como
La Diosa de la Mafia?

—Newsweek —respondió débilmente Jude, rascándose la nariz—. ¿Es por eso


por lo que te acercaste a mí? —preguntó, con una nueva dureza en su voz—.
¿Buscando una emoción?

—No —le aseguró precipitadamente Liz—. No, —repitió, esta vez más suavemente
y sacudiendo la cabeza—. Tu nombre me sonaba, pero no fue hasta que vinimos
aquí que establecí la conexión. No estuviste exactamente comunicativa sobre lo
que hacías para ganarte la vida, y esta casa no es barata. Ni lo son tus ropas, tu
coche, tus perros de raza. Liz no estaba segura, pero podría jurar que Jude
parecía ¿aliviada? No, no puede ser….tras oír sus palabras.

La oscura mujer asintió en aparente aceptación de su explicación. Se dio la


vuelta como para irse, entonces volvió junto a la cama de Liz.

—¿Lo sabías? Y aun así me querías para….

—¿Besarme? —una sonrisa que la rubia no pudo controlar recorrió su rostro y se


reflejó en la sonrisa de Jude—. Chica, vaya que sí. Espero no haber perdido la
oportunidad para siempre.

Jude no respondió a la tierna broma. En su lugar, se dio la vuelta de nuevo para


irse, y después volvió junto a la cama una vez más. Con súbito entendimiento, la
periodista se dio cuenta que aquel controlado gesto era la forma de Jude de
expresar que estaba nerviosa.

—El médico dijo que deberías tomártelo con calma los próximos días y yo me
sentiría mucho mejor si te recuperaras aquí. Piensa como si fueran unas
vacaciones gratis. Podrías escribir, mirar el mar, y relajarte —se detuvo un
momento para estudiar el rostro sorprendido de Liz—. Por supuesto serías libre
para ir y venir como quieras…. —le aseguró a la mujer más pequeña.

—¿Por qué? preguntó simplemente Liz.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
La rubia podía ver destellos de pensamientos tras los ojos de Jude. Tras un
silencioso debate interno, respondió finalmente.

—Porque necesito unos días para asegurarme de que nada de esto te persigue a
ti.

La cruda verdad era evidente en el punzante dolor del costado de Liz, y le dio
pruebas del juego mortal al que estaba jugando con Jude Lucien. El
derramamiento de sangre era una consecuencia inevitable de la vida que llevaba
esa mujer, y Liz se había auto-invitado a la fiesta. La gente que había ido tras
Jude no se preocuparía por una baja accidental como Liz. ¿Así que, por qué lo
hace ella?

—¿Puedes hacerlo? ¿Asegurarte de que no vienen detrás de mí?

—Ellos probablemente no lo harían de cualquier forma. Hasta donde a ellos les


preocupa, tú eres sólo una mujer que encontré en el bar. Pero me gustaría estar
segura —contestó Jude con una voz carente de matices. Un pesado silencio se
instaló entre ellas mientras Liz jugueteaba con la fuerte colcha y Jude estudiaba
la visión del océano. Frío índigo retornó su solemne mirada hacia ella—.
Me….me gustas, Elizabeth. Detestaría que algo malo te ocurriera. Especialmente
por mi culpa— entonces una pequeña sonrisa estiró los extremos de su boca—. Y
me gustaría otro intento con la cosa esa del beso añadió suave,
provocadoramente.

Una silenciosa risa escapó de la garganta de Liz, creciendo en intensidad


mientras observaba la sonrisa que rompía del todo en el rostro de la oscura
mujer.

—Ah tus verdaderas intenciones reveladas por fin.

—Tienes razón. Todo esto era un gran montaje para meterte en mi cama —
respondió secamente Jude.

Podría haberte dicho que no tenías por qué pasar por tantos problemas, replicaron
los pensamientos de Liz. En voz alta, dijo:

—Bueno, detesto criticar, pero ¿no crees que te has excedido un poco? —señaló
su posición en la cama—. Me refiero a que, tus objetivos han sido logrados: estoy
tendida en tu cama —y levantó las sábanas y echó un vistazo bajo ellas—. Síp,
estoy desnuda. ¿Estoy desnuda?

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Jude sonrió al ver el rubor febril en las pálidas facciones de Liz.

* * * * * * * * *
Capítulo 4

Jude sonrió al furioso rubor sobre los pálidos rasgos de Liz.

—No miré. Bueno, no mucho...—levantó las manos para defenderse contra la


mirada amenazadora lanzada en su dirección—. Ey... no pude evitarlo. Tenía que
quitarte el vestido para examinar la herida —se detuvo y entonces añadió
maliciosamente—. No es culpa mía que no llevases ropa interior.

—¡Ey! —protestó Liz—. No es que tuviera mucha elección. ¿Viste el corte en la


espalda de la cosa esa? —el cálido brillo de los ojos de Jude le dijeron a la
reportera que sí, en efecto, la mujer alta había notado y apreciado todos los
efectos especiales de la creación de Vera Wang. Una ligera tensión se posó
agradablemente sobre su cuerpo contrastando dulcemente con el latido de su
costado—. ¡Vaya! —dijo por fin—. Supongo que es por esto por lo que las madres
te dicen que no salgas de casa sin ropa interior limpia.

—Bueno, la tuya tenía que haberte dicho que debías asegurarte de que no salías
de casa sin ropa interior, punto —rió Jude.

—Claro, tú ríete. La herida aquí soy yo.

Inmediatamente Jude se puso seria.

—Lo siento tanto, Elizabeth.

—Ya lo sé. Y aunque nunca me habían disparado antes, y desde luego, espero
que no vuelva a ocurrir nunca más, realmente no duele tanto.

—Eso es porque la medicación empieza a hacer efecto.

—Puede ser. Empiezo a verte algo borrosa.

—Antes de que te quedes completamente noqueada, dime dónde vives para que
pueda mandar a alguien a recogerte algo de ropa. Siento decirlo, pero me temo
que la única baja de anoche fue tu precioso vestido.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Cualquier efecto de los sedantes fue inmediatamente contrarrestado por el
pánico que inundó las venas de Liz ante el pensamiento de Jude en su casa.
Hablando de sucumbir a las llamas... Probablemente acabaría el trabajo que esos
tipos empezaron.

—Uhm... probablemente no sea una buena idea —las palabras estuvieron fuera
antes de tener una oportunidad para pensar. Oh, mierda.

La mujer oscura frunció las cejas.

—¿Por qué no? —preguntó, un tono de recelo asomándose en su voz.

Piensa, Liz, piensa…., aunque empezaba a ser cada vez más difícil mientras el
Percodán entraba firmemente en su sistema.

—Yo... yo... vivo con alguien. Pero nos estamos separando. De hecho, se supone
que él se irá el próximo fin de semana. Y, probablemente es mejor si voy yo
misma. O dará por sentado que me estoy acostando con quien quiera que recoja
mis cosas —era una explicación directamente sacada de la segunda novela que
había escrito en la facultad. Love's Eternal Longing contaba el tempestuoso
romance de Jack y Sonora, y su destrucción a causa de los celos enfermizos de
Jack. Pero no creía que pudiera meterse en líos por plagiarse a sí misma.
Especialmente dadas las circunstancias de vida o muerte.

Jude, sin embargo, sólo se había fijado en una parte de su exposición.

—¿Él? —preguntó elevando sardónicamente una ceja.

—Me estaba engañando a mí misma, ¿vale? —improvisó Liz. Aunque eso era
cierto. La única relación seria que había tenido con un hombre había sido el
último intento de ignorar la verdad, y había durado nueve miserables meses—.
Él pensó... Yo pensé...—la medicación estaba actuando con plena fuerza, y se
deslizó con facilidad en el recuerdo de los dolorosos y difíciles seis meses en los
que había intentado vivir una vida que nunca sería la suya.

* * * * * * * * *
Liz se despertó con un sabor como a goma en la boca y un dolor sordo en el
costado. Siguieron unos momentos de desorientación mientras intentaba
averiguar exactamente dónde se encontraba. Jude... la casa de la playa...
pistola... Oh, claro... ya está. Lentamente giró la cabeza de lado a lado haciendo
una mueca ante la dolorosa confusión. No estaba Jude. Mmm.... Sus sentidos se
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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
agudizaron cuando sus ojos encontraron la nota pegada a la jarra de cristal con
agua y cubitos de hielo medio derretidos. La letra era sólida y enérgica, y Liz se
preguntó ausentemente qué sacaría de ella un grafólogo.

"Bebe mucha agua pero no comas nada todavía. He dejado un chándal para ti
sobre la silla. Probablemente te quedará un poco grande pero es lo mejor que he
podido encontrar en tan poco tiempo. Puedes tomar más píldoras a las 2:00 si
las necesitas. Tengo algunas cosas que hacer pero volveré pronto.
J."

—No comas nada... para ella es fácil decirlo. Me muero de hambre —murmuró
Liz dándose cuenta de que la hamburguesa que se había comido ayer por la
noche cuando volvía a casa desde el periódico, hacía tiempo que había
desaparecido en su sistema. Hizo una bola con la nota y la arrojó en la mesita de
noche. Se mordió el labio mirando la nota arrugada, la volvió a coger y la estiró,
dejándola esta vez más suavemente.

—Waterford ¿eh? —comentó, pasando un dedo por la jarra. Se sirvió un vaso de


agua y lo bebió lentamente, satisfecha de que esta vez no intentase volver por
donde había venido—. Creo que puede que sobreviva de verdad —estirando sus
rígidos músculos con cuidado, se deslizó del borde de la cama y se puso en pie
con cierta vacilación. Aliviada porque sus piernas la sostenían lo suficiente, se
encaminó a la silla y se puso el prometido chandal—. ¿Un poquito grande?

Era irrisoriamente grande, y estaba segura de que con él parecía un huérfano


ragamuffin, pero por lo menos estaba vestida. Mirando hacia la cama, supo que
probablemente debía volver a meterse entre las sábanas y dormir pero, para ser
francos, en ese momento le aguijoneaba más la curiosidad que el costado. Por
supuesto, no sabía cuándo volvería Jude pero la nota parecía indicar que no
sería hasta bien pasado el mediodía, así que tenía algo de tiempo.

—Oooh, Liz... muy mal. Te estás portando muy mal...—la pequeña mujer sonrió
burlonamente para sí misma mientras caminaba con cuidado hacia la puerta.

El segundo piso se curvaba literalmente sobre el primero, creando una especie de


corredor abierto que miraba sobre el salón principal. Dejando el segundo piso
para el final, descendió la larga y curvada escalera hacia las habitaciones
principales.

—¿Cómo vivir en el cielo? Desde luego no estabas de broma —se maravilló Liz.
Jude Lucien parecía odiar las paredes. De hecho, su casa era un testimonio de

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
luz y de aire. Había ventanas por todas partes que, Liz determinó tras una rápida
investigación, estaban hechas de capas de cristales reforzados.

—Parece que alguien está preocupado porque la gente tire algo más que piedras
—murmuró suavemente. Paseó por la planta baja descubriendo, además del
salón y varios cuartos de baño, una cocina, un comedor formal, y un gimnasio.
La mayoría de las habitaciones tenían acceso a un largo porche que recorría toda
la longitud de la casa, y ofrecía la misma preciosa vista que el dormitorio. Un
vistazo fuera le dijo a Liz que el porche rodeaba una piscina que parecía fría e
invitadora a la cálida luz del sol. Todas las habitaciones estaban bellamente
decoradas en tonos azules y grises con obras de arte de muy buen gusto sobre
las paredes, pero, de algún modo, a la reportera le parecieron remotas y vacías.

—De acuerdo, admito que no ha resultado ser ―Doña Cálida y Detallista‖, pero el
modo en el que habla de este lugar...

Entornando los ojos, subió de nuevo las escaleras y regresó al dormitorio.

—Esto se le parece más —murmuró absorbiendo los vibrantes colores de la


habitación. El rico tono borgoña de la moqueta se acentuaba con los tonos perla
de las sábanas y el edredón, y las paredes era de un cálido color crema en lugar
del brillante blanco que había abajo por todas partes. Mmm... me pregunto...

Las habitaciones del segundo piso confirmaron sus sospechas. Aquí era donde
Jude Lucien vivía de verdad. Una biblioteca contigua al dormitorio estaba llena,
desde el suelo hasta el techo, de tomos encuadernados en piel, y de una
acogedora serie de sofás y butacas mirando al océano. Un libro, colocado boca
abajo en el brazo de un sillón de piel muy usado, y un plato vacío y una taza
sobre la otomana frente a él, eran testigos de la reciente presencia de Jude. Anna
Karenina, notó leyendo el lomo del libro.

—Esto sí que es una sorpresa.

Un suave olisqueo de sus manos la sobresaltó y dejó caer el libro, que aterrizó
con un golpe sordo sobre el sillón. Una vez que se aseguró de que su corazón
aún seguía latiendo, observó al centinela de cuatro patas. El akita se levantó con
la cabeza ladeada y una mirada inquisitiva en los ojos.

—Aggie —murmuró—. ¿Por qué creo que Clytemnestra habría aparecido


sigilosamente y me habría pegado un bocado en el culo?

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Aggie movió la cola mostrando su acuerdo, ladrando bajito. Saltó sobre el sofá y
se puso cómodo, sacando su juguete preferido de alguna parte de las
profundidades del mueble, y dedicándose a morderlo. Liz rió ante esa imagen de
satisfacción, por alguna razón confortada porque la sombría mujer tuviese esos
animales.

—Por lo menos se preocupa por alguien.

Dejó a Aggie masticando felizmente y continuó a la siguiente habitación. Era un


dormitorio de invitados de un estilo parecido a los de abajo que no atrajo
demasiado su atención. Las siguientes dos habitaciones, dos dormitorios y el
baño que los unía, tampoco eran demasiado interesantes. Volviendo sobre sus
pasos, entró en la habitación situada al otro lado del dormitorio de Jude. Y
sofocó un grito ante la vista.

—¡Premio...! —un flamante ordenador descansaba sobre un escritorio gigantesco,


en cuyas limpias líneas Liz detectó la misma mano que era responsable de la
preciosa casa en la que ahora se encontraba. El escritorio miraba al océano y le
resultó algo más que sorprendente que Jude pudiera sentarse dando la espalda a
una puerta.

—Pero este es su refugio. Nadie viene aquí —comprendió con un sobresalto,


estudiando la curvada pared externa que proporcionaba ese despejado
panorama. Además del escritorio y los archivos, había varias butacas de aspecto
cómodo. En una de ellas descansaba una maltratada guitarra que parecía haber
conocido días mejores. Un gruñido sordo le indicó que había encontrado a
Clytemnestra.

—Uh... hola —Liz hizo una mueca viendo como la perra se levantaba
encolerizada—. Quizá esto no ha sido tan buena idea —comenzó a moverse poco
a poco hacia la puerta pero el animal, gruñendo, se colocó entre ella y su meta—.
Tranquila... no voy a hacerte daño —mostró las manos abiertas a la perra— y
con suerte tú tampoco me harás daño a mí. ¿Te parece un buen plan? —pero el
akita continuó gruñendo, mientras Liz, poco a poco, se situaba cada vez más
cerca—. Qué suerte. Sobrevivo a una bala sólo para que ahora me acabe
devorando el cujo éste —puso los ojos en blanco ante lo absurdo de la situación
en la que se encontraba—. He tenido que hacer algo terrible en alguna vida
pasada para merecer esto. Si fui tan mala, ¿por qué no me reencarné en un
contable o algo así?

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Liz notó que la perra había dejado de gruñir y ahora la estudiaba con expresión
maliciosa. Decidiéndose a aprovechar la ventaja, continuó dirigiéndose al animal
en tono despreocupado. Parecía que funcionaba bastante bien.

—Quiero decir, de verdad, ¿qué es lo que he hecho que es tan terrible? Quiero
conocer a tu dueña un poquito más ¿es eso algo tan malo?

La perra soltó un gruñido profundo pero a Liz no le pareció hostil, más bien una
respuesta formal a su pregunta.

—Admito que mis motivos son variados pero, ¿sabes?, ella me gusta —
recordando el 'casi' beso que habían compartido y la intensa excitación que lo
había precedido, sonrió ampliamente—. Me gusta de verdad —repitió.

Clytemnestra se acercó, las ventanas de la nariz le temblaban.

—¿Qué pasa? —ahora el akita se apretaba contra sus piernas, olisqueando y


moviendo la cola con furia.

La pequeña mujer estaba perpleja, ¿por qué la perra de pronto la aceptaba


incondicionalmente? Hasta que se dio cuenta de quién era la dueña de la ropa
que llevaba.

—¿Así que te gustó ahora que huelo apropiadamente? —hundiendo la nariz en la


camiseta que tenía puesta, pudo distinguir el aroma, cada vez más familiar, de
Jude. El suave olor especiado trajo una sonrisa al rostro de Liz—. Supongo que
esto quiere decir que hoy no voy a ser el almuerzo.

Aparentemente satisfecha ahora que Liz había pasado la prueba del olor,
Clytemnestra amablemente se retiró a su butaca. Por un momento, Liz acarició
la idea de huir de la habitación, pero la tentación del ordenador era demasiado
fuerte. Si la casa de Jude le había enseñado algo, era que la mujer sombría era
una ciudadana entusiasta de la era electrónica. Sospechaba que el ordenador
podría decirle un montón de cosas que una conversación casual no podría.

Cuando giraba la silla de piel del escritorio, un furioso ladrido le hizo dar un
paso atrás tambaleándose. No se trataba del gran perro tumbado en el rincón,
sino más bien de un spaniel de ojos dulces de pie sobre la butaca.

—Por Dios, otro más —gruñó Liz sombríamente. No pudo evitar la carcajada que
estalló en su garganta al ver al animal frente a ella—. Tú debes ser Pete.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
El perro de tamaño medio era claramente un chucho, pero tenía rasgos
inconfundibles de spaniel y de sabueso. Tenía el pelo de un negro aterciopelado
que casi lo hacía invisible en la butaca oscura. Ojos color chocolate la miraban,
valorando si Liz tenía la intención de hacerle daño o no. Pete gimió
tranquilamente cuando ella le ofreció la mano. Oliéndola una vez, la lamió con
cautela mientras meneaba la suave cola.

—Eres un público mucho más fácil que tu colega de ahí —comentó irónicamente
Liz—. Muy bien, ahora si puedo hacer que te muevas un segundo para que
pueda sentarme y saquear el ordenador de esta traficante de drogas, estaré en
paz con el mundo.

El perro, obedientemente, bajó de un salto y Liz ocupó su sitio en el sillón.

—Oooh... que agradable —la silla estaba cómodamente gastada en los sitios
apropiados e imaginó que la mujer sombría pasaba muchas horas allí—. Vamos
a ver... ¿dónde está el interruptor?

La máquina era un Compaq parecido al suyo. Encendió la pantalla rápidamente


y aparecieron tres posibilidades etiquetadas 'JLE', 'Restaurante/Club' y 'Juegos'.
Pero más abajo, en la esquina derecha, notó una cuarta etiquetada simplemente
'Jude‘. Cada carpeta estaba protegida con un password.

—Piensa Liz, piensa —recitó su mantra favorito en voz alta. Normalmente


acompañaba esta actividad paseando pero el costado estaba empezando a
dolerle, y no sabía cuánto más aguantaría sin el tan necesitado alivio narcótico.

—¿Cuál es el mejor sitio para esconder algo? —pensó durante un momento—. A


simple vista. Así que... si esto es a simple vista... ¿cómo entro?... Passwords...
Tres carpetas... ¿Qué usa la gente como passwords? Algo difícil de olvidar. ¿Su
cumpleaños?

Tecleó el cumpleaños de Jude e inmediatamente se le negó el acceso.

—¿Qué más? ¿Nombres de familiares? —por desgracia ninguna de la información


que había conseguido sobre Jude mencionaba nada de una familia. Un suave
bostezo perruno a sus pies atrajo su atención hacia el negro montón de pelo
acurrucado junto a la butaca.

—Na... —dijo negando con la cabeza—. De acuerdo, vamos a intentarlo —y tecleó


los nombres de los perros en rápida sucesión. Clytemnestra era la llave de 'JLE',
Agamemnon abrió 'Restaurante/Club', y Pete, por supuesto, abrió 'Juegos'.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Ojeó los directorios, averiguando únicamente que Jude tenía montones de
propiedades inmobiliarias y, que tanto Monde como el Club, hacían que ganara
puñados y puñados de dinero legítimo. Jude parecía tener tantos negocios dentro
de la legalidad, que la reportera se preguntó porqué la mujer estaba todavía
involucrada en... otras... ocupaciones. La presencia de Romair Massala la otra
noche la había convencido de este hecho. Lo único que la carpeta ‗Juegos‘ reveló
fue que Jude tenía debilidad por los juegos violentos.

—Como si no hubiera tenido suficiente en la vida real —murmuró Liz mirando


los juegos, que tenían títulos como 'Postal', 'Duke Nuken' y 'Quake'. Sin embargo,
uno de los títulos, 'Gender Wars', le hizo soltar una pequeña risita—. Nada, Pete,
nada —le dijo al montón de pelo que se había ido acercando poco a poco y que
ahora se acurrucaba sobre sus pies.

Volvió a echar un ojo a la cuarta carpeta situada en la esquina del escritorio.

—Jude ¿uh? Bueno, no tienes más animales, espero añadió—. Ya he establecido


todos los lazos caninos que puedo afrontar por ahora.

Estudió esa única carpeta aún sin abrir.

—Si mi teoría es correcta, aquí es donde está todo escondido —pensó durante un
momento, intentando recordar todo lo que sabía de Jude. El ácido sentido del
humor de la sombría mujer surgió del fondo de su mente.

—No puede ser —sonrió abiertamente tecleando C-R-I-M-E-N en la ventana del


password. El ordenador se detuvo un momento y entonces el mensaje mágico
flaseó ante sus ojos: 'Abriendo sesión de usuario. Por favor espere...'.

—¡Bingo! —cantó Liz.

Además de los varios servicios on-line también presentes en las otras carpetas,
parecía haber tres directorios principales. Uno parecía algún tipo de diario
electrónico, el segundo estaba marcado como 'Comunicaciones', mientras que el
tercero estaba etiquetado 'Documentación'. Cruzando unos dedos mentales, Liz
abrió 'Comunicación'.

Y sintió cómo se le cortaba la respiración cuando se dio cuenta de lo que eran


esos archivos, y lo que significaban sus contenidos.

Jude Lucien todavía trabajaba para la DEA.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab

* * * * * * * * *
El rugido de los tumultuosos pensamientos de Jude se fundían con el ruido del
océano y el motor ronroneante del Boxster. Aceleró ausentemente a través del
tráfico matutino del sábado en un camino serpenteante que le indicaría si
alguien la estaba siguiendo. Hasta el momento, estaba sola. Por supuesto, habría
ayudado haber sido así de cuidadosa ayer por la noche. Cuanto más pensaba en
ello, sin embargo, más se convencía de que quien había disparado aquel tiro
estaba enviando una advertencia. Un disparo mortal habría ido directamente a la
cabeza; sin importar lo rápidos que fueran sus reflejos, no habría podido
apartarse. Sus instintos habían tomado el mando cuando oyó el agudo
estampido del rifle, pero aun así no había sido capaz de sacar a Elizabeth
totalmente ilesa. Tuvo suerte…..tuve suerte.

No consideró ni por un instante la posibilidad de que la mujer de pelo color miel


hubiera sido el blanco intencionado. A menos que los críticos literarios
estuvieran cancelando contratos con los escritores románticos en esos días,
sonrió para sus adentros. A pesar de las inesperadas profundidades que había
percibido en los ojos jade de Elizabeth, la mujer era obviamente inocente en lo
relacionado con figuras sombrías como la que las había visitado la noche
anterior. Jude, no obstante, había pasado una década viviendo en aquellas
sombras, escudándose en sus familiares profundidades y recorriendo los pasillos
oscuros con una calma ensayada.

Trabajar como secreta, reflexionó Jude, era como una esquizofrenia consciente
en la que ambas personalidades eran agónicamente conscientes de la existencia
y las actividades de la otra. Ni siquiera tenía el lujo de olvidar, ni por un
momento, el plano dual de su realidad. Finalmente el jirón de cordura que le
quedaba le permitió tener en cuenta sólo una llamada, y ya no fue capaz de
servir a dos amos.

Dijeron que simplemente se había partido, que se había cambiado de


bando….seducida por el glamour, las drogas, y el afrodisíaco del poder ilícito. A
su ver, ella era la infiel definitiva. Pocos en la Agencia conocían la verdad, que la
locura tras su salto al vacío desde la gracia había estado motivada por una
traición tan grande que ella difícilmente alcanzaba a comprender. La brillante
agente que había sido Jude Lucien se volvió una furia implacable, persiguiendo a
aquellos que habían producido aquel horror. Nadie mencionaba su nombre.
Nadie recordaba el pasado. Pero Jude lo recordaba y juró venganza.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Jason Childs era tan claro como oscura era Jude, con rizado pelo rubio hasta sus
hombros y ojos azul cian que reflejaban calidez mientras los de Jude relucían
oscuramente. Él era el prototipo ideal de chico de California, nacido y criado en las
playas y las olas. Pero su apariencia soleada y su dulcísima sonrisa ocultaban
una mente retorcida capaz de barajar la miríada de colores de las capas que el
trabajo de agente secreto requería.

Jude fue escéptica cuando les emparejaron por primera vez para una misión
relativamente insulsa....una sencilla compra y redada, algo así como una misión
para ver qué tal trabajaban en equipo. A la oscura mujer a la que llamaban el
Arcángel le dieron una amplia litera en la Agencia….la calma con la que vestía los
colores del enemigo les hacía desconfiar de ella, y su presencia enfatizaba cuán
bien dibujada estaba la línea entre “nosotros” y “ellos”. La pistola de Jude y su
insignia la marcaban como un miembro del equipo, pero el barrido incansable de
sus ojos y el placer mal disimulado que le daba ser depredadora les decía que ella
era algo más.

Ella sabía que Jason había oído todos los rumores que corrían sobre ella. Cómo
había derribado a este traficante o a aquél contrabandista... espectaculares trucos
que parecían extravagantes, hasta que alguien realmente conoció a Jude en
persona. Había otras historias más perturbadoras sobre hasta dónde había
llegado Jude para proteger su identidad secreta, incluyendo una muy
desagradable sobre darles una brutal paliza a tres policías que se habían
entrometido sin querer en medio de una operación.”Estén agradecidos de que no
les matara” era el único comentario que había hecho Jude al respecto. Jude no
pensaba demasiado en los rumores y sólo esperaba que su nuevo compañero no la
juzgara hasta que él conoció finalmente a Jude una fría noche de Febrero.

Llevando puesto nada más de su sonrisa, él estaba de pie en el centro de la


habitación del pequeño hotel mirando a Jude mientras ella preparaba el cable
cuidadosamente. Una energía controlada, casi como la energía de la excitación
sexual, emanaba de sus poros mientras trabajaba. Pero no había nada sensual en
el experto y clínico toque que sujetó el cable a su piel y acurrucó la pequeña
grabadora en sus boxers de seda fabricados especialmente con aquel propósito.
“Hagas lo que hagas”, murmuró sarcásticamente, mientras le subía la ropa por las
piernas, “que no se te ponga dura. Podrías desencajar la grabadora de su sitio y
cargarte la cinta”.

“¿Es ése un problema frecuente que tienen tus compañeros?” una risueña sonrisa
bailó por sus ojos, en una silenciosa invitación a salir y jugar.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Jude levantó una pensativa ceja y se encogió de hombros. “Se sabe que ha
ocurrido”.
Una pequeña sonrisa nació en las comisuras de sus labios mientras trabajaba,
pero desapareció tan rápidamente que él casi se preguntó si la había imaginado.
“Ahora, mira. Recuerda la historia. Eres un marihuana que está intentando
meterse en el negocio. Yo haré que Fortisma te enchufe para que puedas vender a
tus amigos de la playa. Ya me debes un par de favores y estás devolviéndomelos,
dándome la mayoría de lo que ganas. A cambio, yo no te pateo el trasero por la
arena. ¿Lo tienes?” -Mirándole atentamente mientras ella se vestía, resopló y
sacudió la cabeza. “No puedo creer que me hagan trabajar con Pollyjodidana”.

“Sí, ¿pero quién va a creer que Pollyjodidana es un poli?” razonó él con una
sonrisa.

“Eso espero”, murmuró ella sombríamente.

La reunión había transcurrido como ensueño, con Jason interpretando


impecablemente el papel de surfero un poco colocado, un poco estúpido. Jude se
relajó con silenciosa aprobación a medida que las semanas pasaban y Jason daba
tumbos por sus cazas con cuidadosa elegancia, sin hacer peligrar ni una sola vez
su ya larga trayectoria de identidad encubierta. Y así, la tolerancia empezó a
convertirse en un respeto no exento de envidia, y después en confianza genuina.
En algún momento, la alegría implacable de Jason empezó a infectar a Jude, y se
descubrió a sí misma hablando con el joven mientras pasaban largas horas de
vigilancia en furgonetas y rellenando con conversaciones los tediosos días de
espera que a menudo parecían lo común de su trabajo.

Como una de las pocas agentes secretas, Jude era algo así como una anomalía
entre los agentes. La mayoría de las mujeres de la DEA eran apoyo a la vigilancia
o personal de tecnología, manejando los aparatos de alta tecnología que eran
esenciales para sus esfuerzos. Buscar amistades, o incluso conocimiento íntimo,
con sus compañeras agentes, le resultaba absurdo a Jude. Las relaciones nunca
se le habían dado bien, y su vida de profundas operaciones no favorecía
ciertamente una relación a largo plazo. Sus amantes eran principalmente elegidas
aleatoriamente de la oscura vida en la que ella se movía, mujeres cuyos ojos no
tenían miedo de recorrer su cuerpo, cuyas voces no tenían miedo de llamarla,
cuyos cuerpos se abrían a sus habilidosa boca y dedos con exclamados gritos de
placer. No….ella no podría obtener eso de las agentes de trajes ajustados con
quienes compartía una vida compartimentalizada. Había roto sus reglas sobre
compañeras de trabajo una vez, cuando se había metido en un rollo casual con
una de sus colegas de vigilancia... una pelirroja pequeña, compacta, con un cuerpo

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
espectacular y un desafortunado hábito de decir “no” cuando quería decir “sí”.
Abrirse camino a través de las acaloradas negaciones de pasión había sido
bastante excitante las primeras dos veces... cuando Sandi había finamente
superado su “No, no podemos”, había ido a Jude como una gata salvaje, dejando
un rastro de uñas por el que la agente había pasado un endemoniado mal rato
explicándoselas a los demás. Jude pronto se cansó del proceso, no obstante;
prefiriendo lavarse las manos del drama y llevar su placer a…..fuentes…..más
directas.

Jason parecía demasiado perturbado por sus cavilaciones, sus lacónicas


respuestas, y su desagrado general con todo lo que implicara socialización. Su
lema parecía ser “sigue preguntando”, hasta que finalmente Jude se encontró
sumergida en conversaciones que parecían más naturales cuanto más tiempo
pasaban juntos.

“¿Por qué, en nombre de Dios, te uniste a la DEA?” preguntó ella exasperadamente


durante una larga noche.

“¿Por qué no?” replicó él, con una tranquila sonrisa.

“Porque esta vida está jodida. Es por eso”, recriminó ella, sin rodeos.

“¿Entonces por qué está bien para ti, si está tan jodida?”

“Porque….” ella vaciló antes de continuar. “Yo la entiendo”. Larga pausa “Y ella me
entiende a mí”.

Jason pareció inseguro sobre qué responder a aquella afirmación. Era de lejos lo
más personal que ella le había dicho nunca, y ella casi pudo verle almacenando
mentalmente las palabras para poder usarlas como un pequeño cincel para
excavar su camino hacia el interior de los laberínticos pasajes de la mente y el
corazón de Jude. Pero ella no le dio la oportunidad, ya que siguió hablando.
“Alguien como tú….debería estar viviendo una agradable y tranquila vida con una
casa, un patio y un perro. No esto….”, gesticuló señalando los alrededores de la
furgoneta negra.

Él sonrió ante esa imagen. A lo largo de los meses que habían sido compañeros,
Jude había desarrollado un aire levemente sobreprotector que marcaba sus
encuentros. Ambos sabían que aquello era más que una agente con experiencia
cuidando a un novato. Ella lo trataba como a un hermano mimado y era
ferozmente protectora de su inexperiencia.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
“Tienes grandes expectativas para mí. Estoy conmovido”. Intercambiaron amplias
sonrisas. “Y voy a tener todas esas cosas, Jude. Una gran casa con una esposa y
niños, un montón de perros, y una barbacoa para que puedas venir y ser hosca en
un entorno social” le provocó gentilmente.

Ella le devolvió la sonrisa, una sonrisa real que tocó las profundidades de sus ojos
y los calentó hasta ser una pálida llama.

“Esposa y niños, ¿eh? Ok, cosa caliente, sólo que ¿dónde crees que vas a
encontrar a una buena chica cuando estás saliendo con gente de mi estilo?”

“Bueno, para ser sincero, hasta que conozca a Doña Perfecta, no se me ocurre
nadie con quien preferiría pasar el tiempo” respondió él seriamente.

Lentamente, cada uno se convirtió en algo imprescindible en el tapiz de la vida del


otro. Empezaron a pasar más tiempo juntos fuera de las misiones, y Jude caminó
inseguramente a la luz del día por primera vez en más tiempo del que ella podía
recordar. Él le llamaba Ángel, mofándose de la imagen intimidatoria que le
perseguía a través de la Agencia y se reía atronadoramente de su intensidad.
“Relájate, Ángel. Sólo es Rock&Roll” se burlaba. El fútbol de los domingos por la
tarde se convirtió en un ritual para el par, así como sus paseos por la playa que
terminaban invariablemente en su restaurante favorito frente al mar. Jude pasó
más noches de las que podía contabilizar en la que era “su” mesa, con los pies
apoyados en la madera desgastada, el bourbon cómodamente en su mano,
contándole al joven cosas que no le había contado a nadie. Le habló del miedo de
su primera misión, la conmoción de su primer asesinato, y el horror de con cuánta
facilidad todo había aflorado en ella. Y más tarde, con la arena y la subida de la
marea como únicos testigos, él la había abrazado, como nunca lo había hecho
nadie, acunando la oscura cabeza en sus manos, suavemente acariciando su pelo
y diciéndole que todo iba a estar bien. Que ella aún era humana, que aún estaba
completa.

Finalmente Jason había encontrado a Doña Perfecta, irónicamente por cortesía de


Jude, y la agente había estado a su lado en la boda, diciéndole adiós
silenciosamente a su amistad. Pero aquello no había ocurrido. María, la nueva
mujer de Jason, no era estúpida. Por mucho que Jason animara a Jude a pasar
tiempo al sol, la mujer más mayor claramente impedía que la oscuridad devorase a
su nuevo marido. No era sólo una cuestión de proteger su vida; Jude protegía
celosamente el alma del joven, manteniéndola segura para el amor de María. Así
que, María le dio la bienvenida a la oscura agente con toda su ira, toda su
violencia, y todo su dolor a su casa, y la llamó la “familia” predadora. Cuando

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Maria alumbró a una hija, fue una impresionada Jude quien estuvo en el altar
junto a su amigo una vez más, esta vez sosteniendo y arrullando a un bebé en sus
brazos y prometiendo estar allí si la niña alguna vez necesitaba su ayuda….

Jude sacudió con ira su cabeza para despejar los recuerdos que amenazaban con
tragarla. Rechazando demorarse en cosas perdidas, había obligado a esos
recuerdos y la amistad que los había creado a los lugares más recónditos de su
mente. Había abandonado la ilusión de estar hecha para otra cosa que no fuera
la tenebrosa vida a la que ahora se agarraba lo único aún familiar en los restos
hechos jirones de su alma. Pero algo en la mujer de pelo color miel que había
conocido la noche anterior había despertado un inseguro anhelo de contacto. Y
estaba matizado con un fiero deseo físico que Jason nunca le había evocado.

Elizabeth Peterson….paseó el nombre por sus pensamientos, disfrutando de la


imagen adjunta del reluciente vestido color esmeralda que acariciaba la piel que
había por debajo. Menos agradable era la condición actual del vestido: empapado
en sangre y desgarrado por las frenéticas manos de Jude mientras buscaba la
herida. ¿En qué estaba pensando? se reprendió. Pero su mente, desafiantemente,
vagó una vez más hacia la promesa de lo que habría ocurrido de no haber
interferido las sombras. Un doloroso jirón de soledad se escurrió, libre de las
bandas de hierro de la voluntad de Jude y golpeó su conciencia, arrancándole un
cansado suspiro a la oscura mujer.

―¡NO! No voy a hacer esto. No voy a arrastrar a nadie más hacia abajo junto a mí
otra vez. Voy a asegurarme de que está limpia y después se va. ¿Entiendes?‖ se
advirtió salvajemente a sí misma, dejando que las palabras fueran arrancadas de
su garganta mientras cambiaba de marcha y aceleraba.

Pero un rincón insurgente de su mente respondió burlonamente, sí…..claro….

* * * * * * * * *
Kent Laird recorría su indescriptible despacho con pasos cortos y medidos.
Cuatro hacia delante, una vuelta, cuatro a lo largo, un vistazo al reloj, una
vuelta, cuatro hacia delante. Repite. Exactamente a las 11:00 am sonó su
teléfono.

—Laird —ya sabía quién era—. Tengo problemas —clic.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Oh, mierda gruñó silenciosamente Kent. Había oído el rugido del océano de fondo
en la llamada, lo que significaba que ella le estaba llamando desde su móvil,
nunca una buena idea, y que estaba de camino aún peor. No es bueno, no es
bueno para nada. Bajó las escaleras para retomar sus paseos fuera, como si sus
pasos lo pudieran llevar más rápido. Tras una interminable espera de diez
minutos, un coche deportivo desconocido, conducido por una figura demasiado
bien conocida, rugía frente a él.

—¿Ruedas nuevas? —le preguntó sardónicamente.

—Sube —fue su seca respuesta mientras arrancaba de nuevo el coche y


lanzándoles de nuevo hacia el sol.

Kent estudió el perfil del Arcángel mientras avanzaban. El azul acerado de sus
ojos estaba cubierto por las siempre presentes RayBan, y su largo pelo caía en
una trenza por su espalda. Sus ojos recorrieron su longitud sentada pantalones
de lino y una camisa a juego, negra, por supuesto. Era inescrutable, como
siempre. Dios, ¿acaso esta mujer no suda nunca? Pensó, entornando los ojos ante
el fiero día de Miami. Su aspecto para todo el mundo era el de una mujer de
negocios próspera, que había salido un sábado a dar una vuelta. Si tenía
problemas, era malditamente buena ocultándolos. Pero por otra parte, él nunca
la había visto con pánico, ni siquiera cuando su identidad fue descubierta y
estuvo medio muerta….

Habían estado unos tres meses transferidos a la ATF (Buró de alcohol, tabaco,
armas de fuego y explosivos) actuando como un equipo de dos hermanos que
vendían armas a unos revolucionarios anticomunistas dirigidos por un tipo
llamado Maltos. Para empeorar las cosas, estaban en algún país tercermundista
olvidado de Dios cuyo nombre él nunca se había preocupado por aprender. Kent
había sido posicionado como el cerebro, y Jude como el músculo. Aunque la
realidad era muy distinta, les gustaba trabajar de aquel modo porque despistaban
a la gente nadie esperaba que la oscuramente bella mujer fuera una amenaza tan
elegante. Tendría que haber sido fácil; estaban atando los últimos cabos. Sus
compradores sólo tenían que recoger la entrega, y entonces harían la redada.

Fácil, ¿De acuerdo?

En el momento, él no supo qué lo golpeó, en retrospectiva, más adelante, descubrió


su falta de cuidado al hacer una llamada inapropiada desde una línea pinchada
pero nada de eso importaba en ese momento. Kent estaba atado, con los ojos
vendados, y estaba convencido, a punto de morir. Todo iba a terminar para él en

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
un sucio garaje, con el olor a grasa, aceite y goma llenando su nariz y
recordándole incongruentemente las mañanas de sábado que pasó con su
hermano en el garaje de su familia mientras jugueteaban con sus motocicletas. Era
una forma irónica de morir, pensó él, pero no demasiado mala.

Hasta que empezó el dolor.

Dos hombres empezaron a golpearle, exigiéndole información que él nunca debió


haberles proporcionado. Pero el escalofriante crujido de sus costillas rompiéndose
bajo el asalto de los golpes propinados con tubos de hierro lo convencieron de lo
contrario. Un agónico grito escapó de su garganta, y lo segundo que salió de su
boca fue el nombre de Jude y su ubicación actual. Entonces, afortunadamente, se
desmayó.

Cuando se despertó le habían quitado la venda de los ojos, e inmediatamente


deseó que no lo hubieran hecho.

Jude, o lo que quedaba de ella, estaba colgada de dos pesadas cadenas, del tipo
que se usan para mover motores. No había un centímetro de su piel que no
estuviera marcado por algún corte o hematoma, y Kent sintió la bilis subiendo a su
garganta ante la visión del machacado rostro de su compañera. Maltos estaba
dirigiendo una serie de instrucciones en español a su compañero, y Kent fue capaz
de entender del rápido fuego de maldiciones que Jude había derribado a dos de
sus hombres antes que le dominaran.

“Por lo menos te llevaste a algunos contigo” murmuró suavemente, convencido de


que su compañera estaba muerta. Un destello casi oculto de azul atrapó su
mirada, y se dio cuenta con consumidora pena de que Jude estaba viva y su
tortura estaba lejos de terminar.

No contento de darle una paliza de muerte, Maltos sólo quedaría satisfecho con la
completa violación de aquella mujer por él, esgrimir su cuerpo con tal combinación
de poder, fuerza y bella violencia, que era una abominación andante. A Kent se le
escapó un grito estrangulado cuando observó la figura sumisa de Jude ser
liberada de sus grilletes y arrojada boca abajo sobre un banco de trabajo metálico
atestado de herramientas. Los matones simplemente se rieron por lo bajo de los
esfuerzos de Kent por liberarse y le patearon en las costillas rotas.

“¡NO!” gritó él, y forcejeó más.

“Oye gilipollas, ¿cuál es el problema? ¿No te gusta compartir la raja?” Le miró


maliciosamente uno de ellos.
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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Kent gruñó en respuesta, la ira llenando su cuerpo y bloqueando el dolor de sus
golpes recientes.

“¡Oye puta!” Maltos se mofó de la figura desplomada de Jude. “Te la voy a meter
de mira quién viene. ¿Eh? ¿Te gusta eso?”

Los dos hombres que estaban “trabajando” a Kent rieron con alegría.
“Nosotros la cogemos después, ¿eh?” Kent gruñó y cerró los ojos contra la visión de
Maltos tirando los Levis de Jude hacia abajo sobre sus caderas. “Ah no, vas a
mirar esto” le sujetaron la cabeza y le obligaron a abrir los ojos. Ahora los jeans
estaban fuera en un montón a sus pies. Maltos le había abierto las piernas a
patadas y estaba peleando con su propio cinturón.

“Jude” susurró inaudiblemente Kent, rezando a lo que fuera eso que aquella mujer
llamaba alma.

Pero él había subestimado al Arcángel, y el aullido que siguió, procedente de


Maltos, fue tanta sorpresa como todo lo demás. Jude se echó hacia atrás en la
mesa, giró su torso y balanceó un pesado martillo justo contra la frente de Maltos,
mandando fragmentos de cráneo, materia cerebral y sangre salpicando sobre ella.
Y después el martillo fue arrojado en dirección de uno de sus captores, y su cuerpo
se lanzaba hacia el otro. El martillo impactó con un sólido golpe contra un brazo
que estaba intentando alcanzar un arma que seguía en la pistolera. Kent consiguió
levantarse y patear al tambaleante hombre, dejándole inconsciente. Se dio la
vuelta a tiempo de ver a Jude arrodillándose sobre el pecho de su víctima,
golpeando la parte de atrás de su cabeza repetidamente contra el suelo. Había
una mancha de aspecto maligno extendiéndose por el suelo y una viciosa curva de
satisfacción en los ojos de Jude. Se levantó del cadáver y se arrodilló junto al
sospechoso restante. Agarrándolo por el pelo, murmuró algo y se inclinó para
romperle el cuello.

“¡¡¡Espera!!!” gritó Kent, y palideció ante el ardiente azul pálido que se clavó en él.
“No podemos….tenemos que detenerlo”.

Jude lo miró con la misma mirada que uno dirigiría a un niño particularmente
lento.
“¿Has perdido la puta cabeza?” le preguntó tranquilamente. “Lo detenemos y él le
cuenta a su abogado lo de la llamada telefónica que reveló nuestra identidad.
Estarás jodido de más de un modo. Si no pueden llenarte de mierda
instantáneamente, nadie en su sano juicio querría ser tu compañero nunca más”.
Miró hacia abajo al hombre inconsciente, y le partió limpiamente el cuello.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Kent cerró los ojos mientras al darse cuenta de cómo lo había encontrado la gente
de Maltos. El crujido de huesos, junto a la comprensión de que casi había
conseguido que les mataran a él y a Jude hicieron que se le revolviera el estómago,
y sintió que se ahogaba. Momentos después, estaba en el suelo, apoyado sobre
sus manos y sus rodillas, devolviendo los restos de su almuerzo y no un poco
sangre.

“Necesitamos que te vean” remarcó Jude, poniéndose los vaqueros y estudiando


cínicamente su forma por las arcadas. La habían golpeado hasta hacerle papilla,
casi violado, y responsable de siete muertes ese día. Y, pensó Kent, maldición,
ella todavía no se ve mejor que él.

“Dejaremos que los locales limpien esto, ¿de acuerdo? Él asintió silenciosamente,
con la lengua espesa por el remordimiento y la culpa mientras salían del garaje y
se deslizaban de vuelta hacia la noche.

Él se enteró más tarde de que Jude le había salvado la vida mediante casi
sacrificar la suya, dejándose ser capturada para averiguar dónde estaba él. A raíz
del fiasco, casi se habían hecho amigos, por lo menos tanto como su ira y
humillación, ante haber necesitado que le rescatara se lo permitieron. La oscuridad
de Jude siempre le había desconcertado y asustado, pero ella la había usado para
protegerle. Ahora él estaba en deuda con ella. Su deserción hacia el otro lado le
había indignado, pero cuando Jude finalmente le había llamado, él no lo había
rechazado. Kent vio la oportunidad de atar los últimos cabos sueltos que había
quedado colgando hacía todos aquellos años.

* * * * * * * * *
Jude guió hábilmente el coche fuera del tráfico de la ciudad hacia un sitio
apartado y que era, a veces, un punto de reunión para la pareja. El Arcángel
tenía el don de elegir el tipo de sitios en los que nadie hacía preguntas y nadie
recordaba ninguna cara, incluso aquellas tan especiales como la suya. Jude les
acomodó en una mesa en un rincón y se encaminó al bar.

—Estás bromeando —dijo Kent mirando incrédulo la cerveza que le había puesto
delante.

Un bourbon descansaba en su propia mano, y arqueó una sardónica ceja en su


dirección.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Cuando oigas lo que tengo que decirte, lo vas a necesitar.

—Pues cuéntamelo ya.

Jude suspiró y vació de un trago la mitad de su bebida.

—Alguien ha puesto precio a mi cabeza.

—Puta madre... —dijo en voz baja pegando un largo sorbo de su bebida. Una
sonrisa satisfecha se reflejó en los ojos de Jude pero permaneció en silencio.
Entonces Kent arrugó la frente en confusión—. ¿Estás segura? Quiero decir... No
he oído nada de nuestras fuentes. ¿Cómo lo sabes?

—Lo sé porque alguien intentó cobrárselo... anoche, en mi casa —contestó


secamente.

—Santo Dios... ¿Estás bien?

—Sí, estoy bien pero... —acabó lo que quedaba del bourbon y se pasó una mano
por unos ojos repentinamente fatigados.

—¿Pero? —inquirió.

—Un civil resultó herido.

—¿Cómo? —preguntó Kent bruscamente.

Jude se encogió de hombros.

—Fui algo descuidada. Estábamos en la playa y el disparo vino de un


francotirador escondido en la cueva que hay en la parte izquierda de mi
propiedad. Creo que es más una llamada de atención que otra cosa, un intento
de ponerme nerviosa, supongo.

—¿Qué has hecho con el civil?

—Está bien, sólo una herida superficial. Se está recuperando en mi casa.

Kent intentó, sin éxito, ocultar su sorpresa.

—¿Tienes una mujer viviendo en tu casa? —mantuvo un tono despreocupado


aunque falso, en la voz—. Eso es nuevo. Pensaba que no te quedabas con nadie

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
ni el tiempo suficiente como para intercambiar apellidos, y mucho menos
decirles donde vives.

—Kent... —advirtió.

— ¿Cómo le has dejado las cosas?

—Le he dicho la verdad. Que era uno de los chicos malos. Parece que se lo ha
tomado bien—. Una sonrisa de gato de Cheshire iluminó los ojos del Arcángel,
avivando el pálido azul hacia un brumoso índigo, y Kent, de pronto, sintió que la
temperatura en la mesa subía.

—Eso es arriesgado —consiguió decir entre largos sorbos de cerveza.

— Pensé que le debía la verdad, o por lo menos, una versión, considerando que
casi la matan por mi culpa. Además, el doctor ha dicho que tenía que descansar
durante una semana o así... y eso debería darme el tiempo suficiente para
asegurarme de que no la sigue nadie. Necesito que indagues por ahí qué rumores
hay sobre mí.

—¿Crees que los Massala pueden estar involucrados?

Jude negó con la cabeza.

—No estoy segura. Anoche cené con Romair. Es mucho más inteligente de lo que
nunca fue Rico. De verdad pienso que no quiere tener otra guerra entre manos.

—Especialmente teniendo en cuenta lo mal que fue la otra.

La cabeza oscura asintió.

—Más o menos.

—¿Aún piensas que puedes hacerle caer?

—Ese es mi trabajo, ¿no?

—Jude... Acerca de esa mujer... —Kent comenzó indeciso— no creo que sea una
buena idea mantenerla cerca. Quiero decir…

—Me importa exactamente una mierda lo que pienses, Kent. No soy uno de tus
sirvientes, ¿recuerdas? —la pálida frialdad estaba de vuelta con toda su fuerza

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
atravesándole con una intensidad aterradora—. El trato es: les entrego al resto
de los Massala y yo me marcho libre y limpia, ¿recuerdas?

Kent intentó forzar una sonrisa y suavizar la repentina dura atmósfera.

—¿Vas a disfrutar los millones ilegales en algún sitio al sur de la frontera?

Jude soltó una risita irónica.

—Sí, algo así. Puede que compre un barco y me dedique a navegar alrededor del
mundo.

Él la estudió detenidamente, súbitamente curioso.

—Podrías irte ahora mismo, Jude. ¿Por qué no lo haces?

Un tenso silencio quedó suspendido sobre ellos mientras Jude estudiaba el hielo
derritiéndose en el vaso.

—Porque ese no era el trato —dijo por fin—. Porque se lo debo a alguien.

* * * * * * * * *
Para la hora en la que terminó con Kent, hizo sus otros recados y revisó un par
de cosas con Sasha en el Club, ya eran bien pasadas las tres cuando llegaba a
casa. Cogiendo un montón de paquetes del diminuto maletero del Boxster, entró
en la cocina por la puerta lateral del porche.

—Hola Carmina —sonrió alegremente a su ama de llaves—, ¿cómo está nuestra


paciente?

—Podías haberme dicho que tenías a alguien aquí —la rotunda mujer mexicana,
unos veinte años mayor que Jude, se quejó mientras se afanaba en guardar la
compra.

El pedido llegaba cada sábado del mercado local como un reloj, y casi nunca
cambiaba, para disgusto de Carmina. Simple era la forma más caritativa de
describir los gustos culinarios de Jude, y la mujer oscura normalmente se sentía
satisfecha con comidas abundantes a los que el ama de llaves se refería con
desesperación como "platos rústicos". Por otra parte, los años que había sido

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
empleada de la Señora, habían sido los más fáciles y los más lucrativos de la
inmigrante, así que no se sentía inclinada a discutir.

Sin embargo, descubrir a la pequeña mujer de pelo color miel en la cama de la


Señora había sido algo como un shock para ella. Hacía bastante desde la última
vez que un invitado se había quedado a pasar la noche, y Carmina esperaba
fervientemente que esto no fuera una señal de la vuelta a esos días en los que
parecía como que pasaba la mayor parte de su día de trabajo cambiando las
sábanas de la Señora.

—Está bien. He llegado un poco tarde a causa del tráfico, pero cuando llegué
estaba dormida. Se despertó cuando entré en la habitación —Elizabeth se había
despertado porque, ante la sorpresa de encontrar a alguien en la cama de Jude,
Carmina había dejado escapar un grito que habría resucitado a un muerto o,
como en este caso, a alguien fuertemente drogado. Por alguna razón, el ama de
llaves no creyó prudente mencionar este pequeño detalle a la Señora.

—Muy bien, iré a ver como está. ¿Podrías hacernos algo de comer? Sé que es
tarde, pero estoy muerta de hambre —sonrió abiertamente.

—Vas a estropear la cena —advirtió Carmina, apoyando las manos en sus


amplias caderas.

—Na... cenaré tarde. Haznos una sopa o algo así. Ey, ¿qué tal un poco de caldo
tlalpeno? —Jude se marchó subiendo a saltos las escaleras antes de que su ama
de llaves pudiera empezar su sermón habitual sobre sus terribles hábitos
alimentarios, sin mencionar la bebida.

Jude rió al oír a Carmina, refunfuñando, comenzar su letanía, y paró de golpe en


la puerta de su habitación. Joder, estoy de buen humor... Quizá deba ir de
compras más a menudo... Claro que yo no he tenido que hacer todo el trabajo
realmente. Empujó suavemente la puerta para abrirla y otra sonrisa se dibujó en
su rostro.

—Vaya, vaya, vaya... ¿no es ésta una imagen bonita? —murmuró para sí misma.
Elizabeth estaba atravesada sobre el gran colchón, compartiendo el amplio
espacio con los tres canes. Aggie levantó la cabeza, reconociendo somnoliento la
llegada de su ama, y después volviendo el hocico a su cálida posición sobre la
pierna del ser humano. Clytemnestra fue algo más entusiasta con su bienvenida,
llegando a saltar de la cama y a acercarse a Jude para que le rascara detrás de
las orejas. Pero lo que realmente hizo gracia a Jude fue ver a Pete felizmente

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
acurrucado entre los delicados brazos de la mujer, con la cabeza hábilmente
colocada debajo de su barbilla.

—Algunos perros son muy afortunados —suspiró—. Vamos, chicos, —susurró


suavemente, no demasiado segura de la profundidad del sueño de Liz—. Abajo —
ordenó sujetando la puerta mientras los tres animales salían obedientemente de
la habitación.

El movimiento despertó a Elizabeth de su siesta y, aturdida, miró a su alrededor.

—¿Uh?¿Qu...? ¡Oh! —sus ojos registraron la llegada de la mujer oscura y


chispearon ligeramente—. Hola —murmuró sentándose y frotándose los ojos.

—Hola, —replicó Jude sonriendo ampliamente y sentándose en una esquina


alejada de la cama —parece que te has ganado a la colección de fieras en mi
ausencia.

—Bueno, durante un rato Clytemnestra pensó que yo era una golosina para
perros, pero después de olisquear tu camiseta decidió que no estaba mal —
Elizabeth agarró la camiseta que llevaba puesta y señaló con ella—. De otro
modo hubiera sido adiós muchacha.

Jude frunció el ceño.

—Hubiera jurado que cerré la puerta cuando me fui.

La mujer de pelo color miel se quedó helada, después dejó escapar una risa
fugaz.

—No, ha sido culpa mía. Salí a curiosear buscando un libro —viendo que Jude
seguía con el ceño fruncido, dio más detalles—. El costado me dolía demasiado
para poder dormir y todavía no podía tomar más píldoras de la felicidad…—se
encogió de hombros— así que quería algo que me hiciera pensar en otra cosa —
señaló con la cabeza hacia la habitación de al lado—. Encontré la biblioteca tras
esa puerta y cogí un libro —observó a Jude cuidadosamente mientras sus ojos se
movían hacia la copia de "The Fountainhead" sobre la almohada a su lado—. Lo
siento.

Jude negó con la cabeza.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
— No, yo lo siento —aseguró la otra mujer—. Es que no estoy acostumbrada a
tener a alguien... en mi casa —especialmente cuando no estoy. Me estoy volviendo
loca—. Has decidido ver qué tal es, ¿eh?

—Pensé que era lo apropiado dada nuestra conversación de anoche.

El brillante verde de los ojos de Elizabeth parecía hacerse más cálido cuanto
Jude más los miraba, y la mujer oscura tuvo que agitar su cabeza ligeramente
para romper su fuerza hipnotizante.

—Me sorprende que quieras recordar cosas de anoche, considerando como


terminó.

La luz bailó una vez más en los ojos de la pequeña mujer mientras una sonrisa
traviesa se encuadraba en su cara.

—Oh, hay muchas cosas de anoche que quiero recordar.

—¿Ah, sí? —Jude levantó una ceja—. Yo también recuerdo un par de cosas…—
Como el brillo tenue de tu piel a la luz de la luna, y cómo la espuma del océano
creaba un halo alrededor de tu pelo. Olías como el viento, o quizá el viento olía
como tú, acercando tu aroma sólo para torturarme. En voz alta dijo—: Como ese
tour que te prometí. ¿Crees que tienes fuerzas? Quizá ayude a eliminar algo de la
rigidez de haber estado inmóvil en la cama. Y después podemos hacer una
comida tardía con lo que Carmina está preparando.

Elizabeth juntó sus cejas ligeramente ante el giro que la conversación había
tomado, pero asintió con la cabeza. Dejó que Jude la ayudara a levantarse de la
cama y se sintió satisfecha cuando vio que era capaz de mantenerse en pie por sí
misma.

—Ey, no tengo vértigo. Soy una chica feliz —sonrió alegremente pero se detuvo
cuando oyó la aguda carcajada de Jude—. ¿Qué pasa? —preguntó.

Reponiéndose rápidamente, Jude luchó contra la sonrisa que amenazaba con


fijarse sobre su cara.

—Uh... nada...

—¿Qué?

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Nada... sólo que... bueno... mis pantalones... —señaló a la amplia ropa que
envolvía a la pequeña rubia.

—Sí, ya sé que tengo una pinta ridícula —Elizabeth emitió un pequeñísimo y


triste suspiro.

—No. Ridícula no —corrigió Jude—. De hecho, estás bastante mona. Parece que
tienes 12 años —rió con disimulo.

—Suerte para ti que no los tenga —murmuró entre dientes Elizabeth. Pero Jude
captó la afirmación y asintió en silencio. Sí porque me arrestarían por algunas de
las cosas que nos imaginé haciendo anoche.

—Afortunadamente —anunció cogiendo triunfante los paquetes que había dejado


junto a la cama—, tengo algo que puede remediar la situación. Como te dormiste
antes de decirme donde vivías, he traído un par de cosas para ti —
deliberadamente no había querido seguir con la conversación que habían
empezado antes de marcharse. Jude se dio cuenta de que había algo que
Elizabeth no había querido contarle, pero había decidido dejarlo estar. Por
ahora—. No obstante, he tenido que adivinar la talla.

—Tú... ¿has ido de compras para mí?

Jude cambió de postura, incómoda ante la extraña intimidad de la pregunta.

—Uh... no. La verdad es que tengo a alguien que lo hace por mí. Ya sabes... uno
de esos... un...

—¿Un comprador personal? —ofreció Elizabeth amablemente.

— Sí. Conoce mis tallas y eso, así que no tengo que preocuparme —Jude se
encogió de hombros tímidamente—. No se me dan muy bien estas cosas de
chicas... —no acabó la frase, claramente azorada.

—Bueno, como sea que lo hagas —Elizabeth murmuró apreciativamente


abarcando de un vistazo la impecable forma en su traje sastre de lino —
funciona.

—Gracias —replicó la mujer oscura ladeando la cabeza. Con toda claridad,


Elizabeth no estaba demasiado traumatizada por lo ocurrido la noche pasada, y
eso le resultaba más que un poquito sorprendente. Muchos civiles que conocía
estarían ahora mismo huyendo a todo correr por las colinas. Mientras Jude

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
contemplaba a la mujer que le devolvía una sonrisa, sintió con toda certeza que
había mucho más sobre Elizabeth Peterson que lo que se apreciaba a simple
vista. Apartando temporalmente sus sospechas, dejó las bolsas sobre las
revueltas sábanas.

—Esperemos que haya hecho tan buen trabajo contigo —empezó a abrir las
bolsas, extendiendo la ropa cuidadosamente—. No sabía muy bien qué
comprarte, así que pedí kakis y cosas de ese estilo. Algunos pantalones cortos y
camisetas. Se puede devolver si algo no te gusta o no te queda bien.

Elizabeth empezó a acariciar la ropa delicadamente, dando la vuelta con


indiferencia a las etiquetas de diferentes diseñadores.

—¿Kakis? ¿No jeans?

—Los jeans es lo único que nadie puede comprar por ti, porque si no, no quedan
bien, ¿no crees? —sus ojos azules brillaron con regocijo cuando la mujer
pequeña asintió con énfasis.

—Sí, desde luego —estuvo de acuerdo—. Ey, todas las tallas parecen correctas.
¿Qué es lo que le has dicho?

—Vamos a ver. Le he dicho que eras como de esta estatura, —Jude colocó una
mano a la altura de su barbilla— y como de este ancho —extendiendo las manos
frente a ella ligeramente separadas.

—Mmm... —Elizabeth sonrió maliciosamente y cojeó hasta colocarse en el


espacio creado por las elegantes manos de Jude. Enroscó los largos dedos de la
mujer oscura alrededor de su cintura y escondió la cabeza dulcemente bajo la
barbilla de Jude—. Parece que has acertado…—levantó la vista para encontrarse
con una mirada índigo ligeramente alarmada—. Gracias —susurró, envolviendo
con sus propios brazos la musculosa figura.

Jude sintió como si una mula le hubiera pateado el estómago y la hubiera


mandado a miles de kilómetros, y el corazón fuera detrás corriendo a toda
velocidad para alcanzarle. Sentía el cuerpo de Elizabeth cálido y flexible entre
sus brazos, con una extraña combinación de erotismo y paz a los que su cuerpo
no sabía muy bien cómo responder.

Su incomodidad pudo más que el bienestar que le proporcionaba la ágil figura


apretada contra ella y dio un paso atrás, casi sin aliento ante la inesperada
intensidad.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Uhm... es lo menos que podía hacer. Teniendo en cuenta que estropeé tu
precioso vestido —hizo una pausa y continuó—. Sin mencionar que hice que te
dispararan.

Si Elizabeth se sintió desilusionada por la interrupción del contacto, no lo


mostró.

—Jude, —dijo, una mirada seria cruzaba sus, normalmente, alegres facciones—,
podrías haberme dejado tirada en un hospital y desaparecer en la noche. Pero te
has hecho cargo de mí, y te has asegurado de que estaba a salvo. Mucha gente
en tu situación no lo habría hecho —una suave sonrisa iluminó su rostro,
haciendo brillar el apagado verde musgoso de sus ojos hacia un luminoso
esmeralda—. Estoy empezando a pensar que no eres tan mala como pretendes.

“Vamos, Ángel... sobreponte a ese gran y malvado ego tuyo”, la voz de Jason la
perseguía implacablemente cuando ella intentaba alejarse. “Puedes mostrar ese
aire oscuro y meditabundo a cualquier otro, pero yo conozco todo el dolor que
llevas dentro. No eres tan mala como pretende”s.

Los ojos de Jude se ensombrecieron de modo peligroso ante ese recuerdo y


Elizabeth retrocedió instintivamente ante la súbita amenaza.

—Estás equivocada —la alta mujer gruñó—. Soy mucho, mucho peor —advirtió,
girando sobre sus talones y desapareciendo, cerrando la puerta de un golpe.

* * * * * * * * *
¿¿¿¿Qué demonios???. Liz había visto el rápido cambio en el rostro de Jude,
endureciendo las bronceadas facciones y transformándolas en afilados planos y
ángulos que amenazaban con partirla en dos. ¿Qué la ha puesto así? ¿El abrazo?
Liz negó con la cabeza al diálogo silencioso de su mente. Su abrazo había sido
impulsivo y aunque los brazos que la habían envuelto no se habían negado,
habían sido acompañados por el latido frenético de su corazón. Si no supiera más
cosas, diría que estaba... ¿asustada? No puede ser. El recuerdo fugaz de una
mano temblorosa la noche anterior relampagueó ante sus ojos haciendo estallar
chispas diminutas de comprensión en la consciencia de Liz.

Reflexionó sobre las imágenes, que se multiplicaban rápidamente, que tenía de la


mujer sombría. Se preguntó si Jude Lucien se había fragmentado a sabiendas en
millones de pedazos incomprensibles.
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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
— ¿Pero cómo demonios pueden encajar?— dijo en voz alta— pero, ¿y encajan?

Deslizándose cuidadosamente un suave par de kakis sobre su herida, terminó de


vestirse, sin dejar de dar vueltas al misterio que empezaba a descubrir.

Se dirigió al piso de abajo y encontró a Jude cómodamente instalada al sol en


una mullida butaca en el porche.

—Ey, hola —dijo Elizabeth suavemente—. Lo siento.

Un azul pálido la recorrió elevando el calor de su cuerpo allí donde se posaba.

—No —replicó Jude—. Yo lo siento. De nuevo —dejó escapar un suspiro y se


pasó una mano por el pelo en un gesto que Liz empezaba a reconocer como
característico—. Yo sólo... —meneó la cabeza—. No quiero que pienses que soy
una buena chica que resulta tener una profesión exótica —arqueó una ceja con
seriedad hacia la reportera y sostuvo su mirada firmemente—. No lo soy.

Las violentas profundidades de los ojos de Jude se fijaron en Liz y no le


permitieron liberarse de su firme sujeción. Era como si pudiera ver la sangre que
había permeado la vida de la mujer oscura, empapando el interior de su alma
destrozada. Finalmente, Liz respiró hondo dejando salir el aire lentamente.

—Lo entiendo —dijo por fin.

Ahora la ceja de Jude se volvió inquisitiva pero el implacable gancho azul no


cesó.

—Entonces... ¿por qué?

Por alguna razón, pensó Liz, dos palabras para abarcar todo lo que estaba
empezando a suceder entre ellas no deberían ser suficientes, pero allí estaban,
saliendo de los labios de Jude. Sonrió con confianza. Las palabras eran su
ocupación y sabía mejor que mucha gente cómo hacerlas valer.

—Hasta que me des un motivo para temerte, Jude, no lo haré…—dijo


disfrutando la aguda dentellada del nombre de la mujer en su boca—. Y por lo
demás —hizo un gesto con las manos, casi alargándolas hasta tocar a Jude pero
se detuvo, tímida—, algo en ti me llama —hizo una pausa, permitiendo a la
mujer oscura asimilar completamente la implicación de sus palabras —y me
gustaría saber qué es.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab

* * * * * * * * *
Capítulo 5

Un sereno silencio envolvió, asombrado, a ambas mujeres. Finalmente, una


medio sonrisa apareció sobre el rostro de Jude, y el peligroso brillo de sus ojos se
suavizó.

—Vaya —resopló—. Sí que sabes expresar bien las cosas, ¿no?

"Sip, y esta vez ni siquiera puedo echarle la culpa al vestido", pensó Liz
irónicamente. Un poco antes esa misma tarde, había aceptado que su interés
personal en la traficante de drogas iba más allá de su interés profesional en una
buena historia. No podía siquiera empezar a comprender las diversas capas que
formaban a la mujer de pie frente a ella, pero sentía un impulso casi irresistible
de intentarlo.

—Te dije que quería centrarme en la realidad —dijo simplemente.

Jude la observó seriamente durante un largo rato y en ese momento, Liz hubiera
dado cualquier cosa por saber qué pasaba tras esos ojos ensombrecidos.

—Ya no estoy segura de lo que es real, Elizabeth —afirmó por fin—. Si lo que
quieres es algún tipo de revelación completa...

—No —se apresuró Liz en asegurarle, siendo muy consciente de que ni ella
misma podía pensar en hacerlo—. Ahora mismo no —todavía no, corrigió
mentalmente—. Sólo quiero llegar a conocerte un poquito mejor. ¿Te parece
bien? —¿Me dejarías?

El recelo desapareció del rostro de la mujer, aunque Liz sospechaba que era sólo
un respiro temporal, y sus labios se curvaron en una sonrisa genuina.

—Eso sí puede ser —replicó, contestando sin saberlo a la pregunta silenciosa de


Liz—. Carmina todavía está haciendo la comida, así que, ¿por qué no damos esa
vuelta por la casa que llevo prometiéndote desde no se sabe cuándo?

—Me encanta la idea —Liz sonrió—. Me muero por ver cómo es el resto de este
lugar —añadió inocentemente, razonando que, de todas las mentiras que había
dicho en las últimas veinticuatro horas, ésta era, con mucho, la menos dolorosa.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Sin embargo, Liz pronto descubrió que había mucho de la casa que no había
visto. Como su principal interés había sido descubrir el escondite de los secretos
de Jude, realmente no había prestado mucha atención al piso de abajo. Ahora,
mientras seguía a Jude, escuchándola hablar sobre las diferentes obras de arte
de las paredes y sobre los muebles de las habitaciones, Liz comenzó a darse
cuenta de que lo que en un principio había visto como el frío aire de algún
diseñador, no era más que otra faceta de la personalidad de la agente. ¿Y por qué
no debería saberlo todo sobre arte contemporáneo?, pensó cuando Jude admitió
que esas habitaciones se habían diseñado más para el público, al contrario que
su dormitorio y la biblioteca.

—A veces tengo que recibir a gente —explicó—. Pero lo hago en el piso de abajo.
La gente ve una casa como esta —se encogió de hombros— y esperan cristal y
cromados, arte abstracto... Pero... —sonrió, incapaz de esconder un destello de
placer hacia su casa—, yo misma elegí cada cosa... Así que... —añadió traviesa—,
si te parece horrible... es todo culpa mía —guiando a Liz por las escaleras,
comentó con una risita—, aquí arriba no hay ni de lejos la cantidad de tráfico
que hay abajo.

—¿Hay algún mensaje para mí en esa afirmación? —bromeó Liz, pensando en la


cantidad de tiempo que había pasado en la habitación de la mujer oscura.

Jude se detuvo a mitad de las escaleras y se volvió para poder mirar a la


reportera completamente, lo que le dio a Liz la oportunidad de hacer lo mismo.
Los marcados planos del rostro de Jude absorbían el sol que se derramaba por
las ventanas y lo reflejaban en el tono bronceado de su piel. Jude parecía irradiar
desde alguna fuente interna de luz, a pesar de sus tendencias sombrías. El
corazón de Liz cambió sutilmente a una marcha más alta y se preguntó si Jude
podría oír el grave tamborileo que, de pronto, llenaba sus propios oídos. Una
expresión inidentificable apareció en el rostro de la agente mientras sus ojos
recorrían el cuerpo de la mujer más pequeña.

—No ha habido... —parecía tropezar con las palabras y Liz hubiera jurado que
un ligero sonrojo subía tras sus bronceadas facciones. Jude se aclaró la garganta
y comenzó de nuevo—. No ha habido... nadie... en mi dormitorio en más de un
año... casi dos.

La admisión quedó delicadamente apoyada sobre la luz del sol, al tiempo que el
peso de su propia mentira a Jude alcanzaba a Liz en lo más hondo de sí. Lo
único que pudo hacer fue mirar con impotencia a la poderosa mujer. Todo lo que
sabía sobre la agente convertida en delincuente le decía que eso no podía estar

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
pasando, que Jude no podía estar revelándose tan abiertamente a una virtual
desconocida.

—¿Por qué haces esto? —preguntó repentinamente.

Una sonrisa triste apareció furtiva en el rostro de Jude.

—Creía que querías volver a la realidad —replicó, la ceja elevada en su dirección.

—Y quiero —Liz afirmó sin vacilar—. Pero.... —no pudo terminar la frase—. ¿Por
qué?—repitió finalmente.

De lo que Liz no se dio cuenta, y de hecho no podía saber, era que en el coche de
vuelta a casa, Jude había considerado cuidadosamente los pocos detalles que Liz
había proporcionado sobre su vida. Y después los había descartado como
irrelevantes. El abismo entre lo que Liz aparentaba ser y lo que Jude intuía que
la pequeña mujer era realmente, inquietaba infinitamente a la ex agente, pero
había racionalizado todas esas dudas asegurándose a sí misma que no
importaba porque la mujer del pelo rubio-miel habría desaparecido de su vida lo
suficientemente pronto.

Jude subió el resto de las escaleras y las volvió a bajar deteniéndose frente a Liz
y metiendo las manos en los bolsillos de los pantalones de su traje.

—No lo sé —se encogió de hombros—. ¿Por qué te acercaste a mí en el Club?


¿Por qué quisiste venir aquí? —volvió la vista hacia la ventana y Liz pudo ver el
afilado corte de su mandíbula mientras la apretaba rítmicamente—. Espero que
no fuera sólo para acostarte con alguien —su mirada volvió al suave verde de los
ojos de Liz buscando algo.

—No, no lo fue —la pequeña mujer asintió suavemente.

Jude asintió con la cabeza, casi imperceptiblemente.

—Eso pensaba —el silencio se prolongó mientras ambas mujeres se mantenían


suspendidas en la frágil maraña de sus miradas.

—Entonces... —Jude emitió la palabra lentamente—. ¿Podemos dejarlo así de


momento? —se detuvo un instante y después añadió con un guiño—: porque yo
no puedo afrontar una conversación tan seria con el estómago vacío.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Casi como si ese fuera su pie, Carmina asomó la cabeza por la puerta de la
cocina gritándoles que fueran a recoger la comida antes de que cambiara de
opinión y se la diera a Aggie y a Pete que, al menos, habían tenido la deferencia
de ir a hablar con ella a la cocina mientras la preparaba.

—¿Por qué no vuelves al piso de arriba y te pones cómoda? Yo subiré la comida


—ofreció Jude —. No debes fatigarte.

Liz no recordaba cuándo había oído una idea mejor. El costado llevaba doliéndole
un rato, pero había estado tan absorbida escuchando la sonora voz de Jude, que
había ignorado el dolor en favor de saber más sobre la misteriosa agente. Sin
embargo, el dolor ahora era como una fuerte palpitación que se negaba a ser
ignorada.

—Echarme suena fantástico ahora mismo.

—¿Necesitas ayuda? —la preocupación hizo que Jude frunciera la ceja cuando
vio palidecer a la mujer de pelo rubio dorado; un repentino golpe de dolor
atravesaba claramente sus facciones.

—Uh... creo que sí —Liz intentó con dificultad deslizar un brazo alrededor de los
anchos hombros de Jude, pero lo único que consiguió fue un tirón en el ya de
por sí doloroso costado, arrancando un gruñido de sus labios.

—Así no va bien, ¿verdad? —Jude se mordió el labio antes de asentir—: Vale,


aguanta. No estoy segura de poder hacer esto, pero... —se inclinó, colocó el brazo
de Liz alrededor de su cuello y cogió a la pequeña mujer, acunándola dulcemente
en sus brazos—. ¡Uau...! —murmuró la mujer sombría deteniéndose un
momento para recobrar el equilibrio—. No exactamente como Clark Gable —
bromeó.

"¿A quién le importa?", pensó mareada Liz. La calidez del cuerpo de Jude la
envolvía, eliminando de su mente con facilidad toda sensación de dolor.
Permanecieron inmóviles un momento más, hasta que estuvo totalmente
asentada en los brazos de la mujer oscura.

—Ahí vamos —murmuró Jude, subiendo el resto de las escaleras despacio,


atenta a su lesionada carga.

Cuando Liz estuvo por fin echada en la cama de Jude una vez más, ésta le alargó
dos píldoras y corrió a reclamar su comida a una quejosa Carmina.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—No sé qué pensar, Señora —objetó—. Tiene a esa pobre chica encerrada en su
habitación todo el día —le reprochó, aunque los ojos del ama de llaves brillaban.
Había visto lo solícita que había sido Jude con la pequeña anglo y, aunque la
había sorprendido infinitamente, se había quedado encantada.

—No está encerrada, Carmina. Está herida —replicó Jude secamente,


preparando una bandeja con la aromática sopa y un plato de fruta fresca y
queso.

—Eso es otra cosa. ¿Qué haces disparándole a tu novia?

—Yo no le he disparado. ¡Y no es mi novia! —gruñó Jude— La conocí anoche.

—Lo será. Se lo aseguro. Tengo un sexto sentido para estas cosas —Carmina
asintió con picardía.

Exasperada, Jude volvió su atención a la bandeja y, cruzando los brazos, miró al


ama de llaves con aire de superioridad.

—No tengo dieciséis años. No tengo novias... Elizabeth no es mi cita del baile de
graduación, ¿entendido? —dijo con seriedad a pesar del excitante vértigo que se
había ido extendiendo sobre ella desde que estaba en compañía de la otra mujer.

—Vale, Señora, lo que usted diga —asintió el ama de llaves.

—¡No lo es! —insistió Jude.

—Vale, vale, lo he cogido —Carmina levantó las manos rindiéndose, pero la


sonrisa satisfecha de su rostro contradecía su gesto.

Jude regresó a su bandeja, musitando, para sí misma, no lo es....

Pete, siempre presente cuando había comida cerca, la siguió pegado a sus
talones mientras regresaba al dormitorio, moviendo el rabo esperanzado.

Jude notó frunciendo el ceño que las pastillas todavía estaban en la mano de
Elizabeth, donde las había dejado.

—¿Por qué no te las has tomado? —preguntó un poco más duramente de lo que
era su intención. Viendo la expresión alarmada en los rasgos de la pequeña
mujer, se disculpó rápidamente—. Lo siento. Yo... —se detuvo de pronto, no
queriendo explicar la conversación que acababa de tener con su ama de llaves.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Ni siquiera tenía sentido para la propia Jude. De hecho, nada de su encuentro
con la mujer rubia tenía ningún sentido. Y, a pesar de eso, Jude había elegido
muy conscientemente, tanto como pudo, dejarse llevar y disfrutar de sus pocos
días juntas. Elizabeth Peterson estaría de vuelta en su bonita y cómoda vida lo
suficientemente pronto, y Jude sería simplemente uno de sus más exóticos
recuerdos, un tiempo en el que la novelista había caminado por el lado salvaje.
Probablemente me incluirá en uno de sus libros... Seré el malvado señor de la
droga que seduce a la heroína y la introduce en una vida de crímenes, y al final
muere a manos de un apuesto héroe rubio, se burló de sí misma. Había hecho del
malo la mayor parte de su vida, incluso antes de trabajar para la DEA, así que el
casting mental era fácil. Sólo había habido una persona en su vida que había
visto a Jude como algo más que una presencia malvada y ominosa. Sí, y mira lo
que pasó, se reprochó Jude.

—¿Jude? —su castigo silencioso fue detenido por una suave voz que penetraba
en su conciencia y la llamaba de vuelta al presente—. ¿Jude? —repitió.

La mujer oscura parpadeó dos veces y enfocó a la esbelta mujer frente a ella.

—Perdona, creo que me ido por un momento.

—Vaya si lo has hecho —Liz estuvo de acuerdo—. ¿Quieres compartirlo?

Una sonrisa diminuta parpadeó en los labios de la ex agente, y negó con la


cabeza.

—No merece la pena. Siento haber sido tan brusca, creía que tenías dolores.

—Oh, los tengo —Elizabeth asintió—. Pero esa cosa me deja K.O. muy
rápidamente. Quería disfrutar de la sopa sin desmayarme sobre ella.

—Tienes toda la razón. La comida de Carmina definitivamente vale un poquito de


dolor —colocó la bandeja cuidadosamente en el regazo de Liz y después se sentó
con las piernas cruzadas en el centro de la cama—. ¿Te importa? —preguntó,
indicando su posición.

—En absoluto.

Pete miró suplicante a las dos mujeres, sus ojos negros alternando entre una y
otra. Jude miró a la bestia expectante y entrecerró los ojos.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Pete... —advirtió— ve a buscar a tus amigos —dijo al decepcionado perro, que
hizo lo que su ama le ordenó con el rabo entre las piernas—. Están echados a
perder —le dijo a Elizabeth mientras observaban al animal marcharse.

—Ya se ve —reconoció hundiendo la cuchara en la sopa con entusiasmo— pero


eso es bueno.

—¿Y por qué?

—Todo el mundo necesita alguien a quien querer —la mujer rubia se encogió de
hombros. Se detuvo un momento y después añadió—: Pete y los otros te dan eso.
Quiero decir... Tiendo a creer que tu... profesión... no te permite estar cerca de
mucha gente.

Una ceja se arqueó dramáticamente por su propia voluntad. La gente rara vez
admitía que sabía cómo Jude ganaba su dinero y nadie le preguntaba nunca
acerca de ello. Una vez más, Jude se vio forzada a revisar su valoración de la
mujer en su cama. Moviendo la cabeza suavemente murmuró:

—Preferiría no hablar de mi profesión, si no te importa —por alguna extraña


razón, se descubrió a sí misma no queriendo que Elizabeth pensara mal de ella,
y si hablaban siquiera un momento sobre su medio de vida, la otra mujer saldría
corriendo de su casa pegando gritos de espanto, herida o no.

Un intenso rubor enrojeció los pálidos rasgos de Liz.

—Abre boca, mete comida, Liz —gesticuló.

—¿Liz? —inquirió Jude. Ahí está otra vez esa mirada de pánico, notó Jude
observando como el rostro de Elizabeth se quedaba helado momentáneamente.

—Ah... sip. En realidad, es así como me llama la mayoría de la gente —Elizabeth


miró tímidamente a la mujer alta.

—¿Te gusta? ¿Qué te llamen Liz?

—Nunca lo he pensado. Mi madre también se llama Elizabeth, así que podía


elegir entre Beth, Liz o Lizzy.

—No tienes aspecto de Beth —observó Jude.

—¿No parezco lo suficientemente "Mujercitas" para usted, señora?

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Tengo que admitir que no eres precisamente del tipo tímido y retraído —
compartieron una risa natural que ahuyentó los diminutos trazos de sospecha
que espoleaban los instintos de Jude—. Y Lizzy es demasiado...

—¿Criminal? —ofreció Liz.

—Exacto —rió Jude—. Así que supongo que es Liz por defecto, ¿eh?

—Más o menos. Algo así.

Jude inclinó la cabeza como valorándola.

—No sé, te sienta bastante bien a la manera de Rosalind Russell sin aliento en
"His-Girl-Friday".

—¿Qué quieres decir? —parecía alarmada.

—Luna nueva (His girl Friday)... ya sabes. Esa película en la que Rosalind
Russell hace de una reportera que sigue enérgicamente la pista de una historia
muy importante... —Jude se interrumpió cuando la sopa de Liz decidió hacer
una aparición espontánea a través de su nariz, sacudiendo a la pequeña mujer
con la fuerza de su tos—. ¿Estás bien? —Jude apartó precipitadamente su tazón
de sopa y agarró a Liz por los hombros, dándole suaves golpecitos en la espalda.
Carraspeando y jadeando durante unos minutos más, Liz respiró
entrecortadamente antes de asentir.

—Sí, eso creo. Uau, chica... eso ha dolido —se enjugó ausente las lágrimas que le
caían por las mejillas con el dorso de la mano—. Buff...

—¿Qué ha pasado?

Liz emitió una risita.

—Oh, creo que ha bajado por la tubería equivocada.

—¿Estás segura?

—Oh, sip —unos cuantos carraspeos más aclararon la garganta y volvió a


apoyarse respirando tan profundamente como le permitía la herida del costado.

Jude apartó con cuidado la bandeja del regazo de Liz.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Vamos a comprobar los puntos y a asegurarnos de que no ha saltado ninguno,
¿de acuerdo? Has estado tosiendo con mucha fuerza —levantó las sábanas y
reprimió una rápida sonrisa al notar que Elizabeth se había vuelto a poner los
holgados pantalones de la ex agente—. Tiene que haber algo que te quede mejor
entre las cosas que te he traído —dijo sin comprometerse.

—Lo sé —replicó Liz sonriéndole ampliamente—, pero me gustan estos —estudió


cuidadosamente la llama azul celeste dirigida hacia ella—. ¿Te parece bien?

—Tú sigue preguntándomelo —declaró suavemente.

—Yo, a veces... —dejando escapar un largo suspiro, reunió sus pensamientos


dispersos y regresó a la mirada fija en ella—. A veces tiendo a ser como una
apisonadora y a meterme en cosas sin pensar —dijo por fin, mientras su
memoria regresaba a los terribles errores que había cometido cuando hizo la
promesa de casarse. Había estado tan centrada en asegurarse de que no pasaba
nada con ella, que ni se había molestado en preguntar qué le pasaba a él. No
importaba cuán vehementemente había intentado negárselo, o negárselo a ella
misma... ahora tenía que admitir que le había utilizado.

El tiempo que había estado con Todd había sido un intento desesperado de
mitigar los tremebundos deseos que agitaban sus sentidos, de hacer las paces
con sus padres y de convertirse en algo que considerasen respetable. Mirando
atrás, podía ver lo absurdas que habían sido sus esperanzas y, más que nada,
lamentaba el dolor que había causado tanto a Todd como a ella misma,
intentando plegarse a una visión que no compartía. Todd nunca la había
perdonado. Sus padres fueron, en cierto modo, más pragmáticos, pidiéndole
solamente que fuera discreta y procurase no atraer excesiva atención sobre ella.
Esa petición tensa y poco amistosa la hizo salir precipitadamente de casa de sus
padres, furiosa y desconcertada. Afortunadamente para todos, recibió una
llamada del director del Miami Herald poco tiempo después. Y no había vuelto a
mirar atrás. Movió la cabeza suavemente ante todos esos recuerdos.

—Y a causa de eso puedo hacer daño a la gente.

—¿Te preocupa hacerme daño? —preguntó incrédula la mujer oscura.

—Sip —contestó sencillamente—. ¿Te parece bien?

Jude sólo sacudió la cabeza, pero Liz pudo ver la sonrisa que estiraba las
comisuras de su boca. Bajó con cuidado el elástico de los pantalones y destapó
la herida.
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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Uff —murmuró casi para sí misma, un dedo trazando la curva de los puntos.

Las manos de la agente estaban calientes por el tazón de sopa que había
sostenido, y Liz se relajó cómodamente en su tacto. Había estado estudiando
disimuladamente las manos de Jude desde que se habían conocido. Ahora
saboreaba la oportunidad de mirarlas sin trabas. Para una mujer, las manos de
Jude eran grandes pero gráciles y sinuosas, los dedos largos y elegantemente
articulados. A esta distancia, Liz pudo ver una pequeña cicatriz en la punta del
dedo índice de la mano izquierda y, casi sin darse cuenta, alargó su mano y
acarició la diminuta marca en la perfecta piel. Bruscamente, la mano se quedó
inmóvil justo debajo de la herida de Liz. La reportera echó una rápida mirada a
la cabeza inclinada, cuyos ojos se escondían de ella, y respiró profundamente.

—¿Dónde te hiciste esto? —preguntó sin pensar pasando la punta de un dedo


una vez más sobre la carne cálida.

Jude tragó saliva con fuerza ante la rápida afluencia de sensaciones totalmente
desproporcionada para esa pequeña caricia.

—No me acuerdo —murmuró. Si cerraba los ojos casi podía oler la discreta
fragancia del champú en su pelo mientras se inclinaba para curarla. Pero ese
aroma ya no existía ahora sustituido por la tentadora esencia de la piel de Liz.
Jude cerró los ojos concentrándose en las imágenes que ese perfume evocaba.
Luz blanca danzaba ante sus ojos... la calidez de un día de verano... la ferocidad
del sol amansada por una dulce brisa deslizándose sobre su piel... aire limpio y
libertad sin trabas. Huele a luz —A luz del sol —susurró abriendo los ojos y
viendo sus dedos entrelazados—. ¿Qué ha pasado? —preguntó desconcertada.

Una dulce risa resonó en sus oídos.

—Umm... no estoy segura —contestó Liz.

Jude soltó la mano de la otra mujer con desgana y elevó la vista hacia el brillante
verde que, entre bruma, iba enfocando lentamente.

—Lo siento —dijo, sacudiendo bruscamente la cabeza para aclarar la maraña


emocional de sus pensamientos—. Los puntos parecen estar bien, no parece que
se hayan soltado en absoluto.

—Deja de decir eso —Liz ordenó suavemente.

88
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Sorprendida por el tono de la pequeña mujer, Jude giró la cabeza esperando en
silencio una aclaración.

—Deja de decir que lo sientes. Yo no siento en absoluto nada de lo que ha


pasado. Y eso incluye el que me hayan disparado.

Sonriendo irónicamente y moviendo la cabeza, Jude murmuró:

—Tienes una extraña idea de la diversión, señorita —a pesar del tono, sus ojos
bromeaban.

—No eres la primera persona que me dice eso —asintió dándole la razón
amigablemente. Cambiando de postura y acomodándose en las almohadas, miró
expectante a Jude—. Ahora que ya hemos determinado que aún viviré, al menos
un poco más, ¿tienes tiempo de sentarte y hablar conmigo, o tienes que salir
corriendo?

Jude observó la pequeña figura cómodamente acostada sobre su cama, su pelo


dorado cayendo de cualquier modo sobre sus hombros, los ojos verdes, grandes y
sonrientes, el sensual cuerpo escondido bajo las sábanas, y algo, glacial y
endurecido, se liberó de sus amarras en lo más profundo de su interior y
comenzó a removerse con fuerza en los tumultuosos remolinos de su sangre,
repentinamente caliente.

—Tengo tiempo —dicho esto, se dejó caer diagonalmente en el espacio libre de la


cama, apoyando la cabeza en un largo brazo. Pete, que había estado observando
silenciosamente desde la puerta, lo tomó como una señal para saltar alegremente
sobre las piernas de su ama y acurrucarse en la ―v‖ formada por los cuerpos de
las dos mujeres.

Viendo a Jude moverse para echar al bobalicón, Liz se inclinó para sujetar su
mano.

—Déjale, es una monada.

—Sí, pero espera a que Aggie lo vea, y entonces querrá formar parte del cuadro
—gruñó Jude, aunque oponiendo sólo una resistencia simbólica antes de volver
a acomodarse—. Bueno, ¿y de qué quieres hablar?

—No eres muy conversadora, ¿verdad? —sonrió la mujer más pequeña.

Jude se encogió de hombros.

89
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Nop. Nunca he visto la necesidad.

—Háblame de ti, Jude.

—Preferiría que me hablases de ti —sus ojos azules brillaron traviesos—.


Cuéntame cómo te hiciste escritora de novelas románticas. No es que sea el
camino obvio para forjarse una carrera.

—Cool whip2—contestó Liz sucintamente.

—¿Perdón?

—Cool Whip. Así fue como me hice novelista romántica —durante estas últimas
horas que habían pasado juntas, Liz se había vaciado de todo deseo que hubiera
podido abrigar de exponer la vida de la traficante a un público ansioso, siendo
reemplazado por un fortísimo anhelo de entender el complejo puzzle que era la
mujer a su lado. Decirle la verdad ahora a Jude era fácil, y lamentó
profundamente las mentiras que, necesariamente, tendrían que permanecer
entre ellas—. Debía tener alrededor de los dieciocho años y estaba preparándome
para ir a la universidad. Una tarde, estaba en una tienda y Cool Whip tenía
montado un expositor enorme por el día de San Valentín. Todavía recuerdo los
adornos en forma de corazón sobre el mostrador. Una promoción sobre regalarle
algo dulce a tu amor o alguna tontería parecida. Y había un stand con las
novelas Románticas de Avon. Ambas marcas patrocinaban un concurso. Miré el
expositor y vi la matrícula de mi primer curso en la facultad.

No mencionó que había rechazado la jugosa oferta de su padre de pagarle la


matrícula, un apartamento y una considerable renta. Hacía tiempo que tenía
claro que en su familia todo era un toma y daca. Al más puro estilo de la política,
se hacían y se pedían favores dependiendo de lo que alguien necesitase en un
momento dado. Liz rehusó la oferta porque estaba cansada de buscar favores.
Sólo deseaba que su familia la quisiera y, a los dieciocho, empezaba a pensar que
algo tan relativamente simple nunca ocurriría.

—El asunto es que... —dejó salir apartando los aún dolorosos recuerdos—. Para
participar tenías que escribir una historia romántica. Y el ganador se llevaba
25,000 dólares.

—¿Y de qué trataba la historia? –Jude sonrió.

2
Marca de crema batida o crema chantilly.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Bueno, lo típico. Deseos no correspondidos. Yo estaba locamente enamorada
de mi mejor amiga en el instituto —replicó, y siguió contando su relación con
Steph, lo unidas que estaban, las cosas que compartían. Jude rió ante la imagen
que pintaba Liz de las payasadas de las dos adolescentes y sus numerosas
desventuras. Al parecer, Liz y Steph habían hecho de todo, desde asaltar el
mueble bar de sus padres hasta tener que huir de la policía por entrar en una
propiedad privada—. Todo parecía tan natural, tan correcto... Por desgracia, ella
no terminó de entenderlo—suspiró triste Liz.

—Pero tú sí —adivinó Jude.

—Lo sospechaba. Así que al estilo de Terminator en un centro comercial, se lo


pregunté —Liz apartó los ojos de la intensa mirada que la estudiaba y se puso a
jugar distraídamente con un hilo suelto de la colcha. Levantó la mirada y vio una
serena simpatía descansando sobre el azul que la invadió—. Sí, alucinó.

—Y todavía duele, ¿verdad?

Liz se detuvo un momento meditando la pregunta de Jude. Steph no era alguien


en quien realmente pensase ahora. Ni lo había hecho durante mucho tiempo. Y
no sabía por qué el estar con Jude había traído a su memoria recuerdos tan
vívidos de la chica que consideraba su primer amor.

—La verdad es que no. Lo que me duele es la chica que yo era entonces, que no
entendía por qué su mejor amiga huía de ella; las oportunidades perdidas.

Un deseo insólito de eliminar esa triste nostalgia del rostro de Liz y de aliviar la
tristeza que envolvía a la pequeña mujer, se apoderó de Jude, dejándola casi sin
aliento.

—¿Y esto ganó un concurso del día de San Valentín? —bromeó Jude intentando
suavizar la repentina opresión de la atmósfera.

—Bueno, yo me transformé en Beth y Steph en Steven. Le hice volver a buscarla


después de su primer año de facultad y decirle a Beth que había sido un idiota y
que, por favor, volviera con él. Después de que ella le hace rogar y suplicar
durante muchísimas páginas, todo sale bien y se casan.

—¿Era eso lo que querías de Steph?

Liz pasó una mano por su pelo revuelto.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Creo que, más que nada, lo que quería es que alguien aceptase quién soy y que
me quisiera por ello. Puede que incluso, a pesar de ello.

Estas palabras pusieron en marcha una silenciosa explosión de reconocimiento


en el alma de Jude, que cerró los ojos cuando el dolor volvió a invadirla...

“Vamos, Angel... ¿Qué hay en ti que es tan terrible?” la oscuridad les rodeaba y
estaban más cerca del amanecer que del anochecer. Hacía tiempo Jason se había
dado cuenta de que Jude se movía más fácilmente durante la noche, como si el
manto nocturno, de algún modo, la reconfortase. Ahora intentaba centrarse en la
larga forma a su lado, pero era casi tan productivo como intentar estudiar una
quimera. Así que dejó de intentarlo y se limitó a escuchar el resonante gruñido de
su voz.

“Oh, bueno... No sé, Jase...” su voz estaba llena de sarcasmo. “¿Qué puedo matar
en un instante o que disfruto tantísimo haciéndolo?”

Una botella de bourbon prácticamente vacía descansaba entre los dos, y aunque
Jude había sido quien casi había acabado con ella, Jason aún podía sentir la
vibrante energía que emanaba de la mujer a su lado. Las cosas se habían puesto
bastante feas para Jude hacía unos días al final de una operación, forzando a la
agente a acabar con tres sospechosos. Y Jason podía ver que todo esto finalmente
estaba empezando a afectarla. A lo largo de su vida, Jude se había movido en la
oscuridad sin ningún escrúpulo, pero cada vez más a menudo, las cosas que le
pedían que hiciera, y la facilidad con la que las hacía, comenzaban a hacer mella.
Por primera vez, Jason de verdad temía por su amiga y se preguntaba si la
relación que tenían era tan buena para ella. Sabía que él había sido el único en
traspasar las formidables barreras que protegían a otros, sin mencionar a ella
misma, del lado menos... civilizado... de Jude. Parecía que por fin estaba viendo
las consecuencias de sus acciones.

Cada ida a la oscuridad y su correspondiente vuelta a la luz del día, estaban


cobrando su precio en Jude. Había empezado a desaparecer durante días entre
misión y misión y Jason sabía que no debía preguntarle dónde iba. Y siendo
sincero consigo mismo, habría admitido que no quería saberlo. Las cosas se
habían hecho más difíciles desde que se había casado. Jude había empezado a
apartarse de Jason, intentando dejárselo a su mujer, a su casa, a todas las cosas
que ella sabía que merecía. Pero él se había agarrado con fuerza a Jude, sabiendo,
de alguna forma, que si su frágil conexión se rompía, ella dejaría de intentar ese
viaje de vuelta a la luz del día, y él tendría demasiado miedo como para sondear
las umbrías profundidades en su búsqueda.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
“Esa no eres tú, Angel” insistió.

“Los cuerpos en la morgue no estarían de acuerdo contigo” espetó en tono irónico,


y pegó otro largo trago de la botella, volviendo a colocarla en el hueco que habían
ido excavando.

“Es el trabajo, no tú”.

“¿No soy yo?” con elegante flexibilidad, Jude se levantó y se volvió para colocarse
frente a él, sus ojos azules centelleando débilmente bajo la luz de las estrellas.
Verla moverse en las sombras era como ver la noche personificada, sus ojos eran
dos puntos muy pequeños de alguna lejana supernova... y Jason lloró tristemente
por la parte de Jude que estaba muriendo esa noche. Ella se movió unos
milímetros más cerca de él y él pudo percibir el débil gusto de la sangre sobre su
piel, mezclado con el olor especiado de su sudor y con algo almizclado que no pudo
identificar.

No sabía dónde había estado durante los últimos días. Sus cada vez más
preocupados mensajes habían quedado sin respuesta hasta que ella, finalmente
esa noche, había devuelto su llamada, simplemente confirmando que se
encontrarían en su viejo refugio. La había encontrado en la cueva, tirada sobre la
arena que todavía conservaba el calor de la luz del día, haciendo un progreso
constante en el bourbon. "He traído la cena", fue todo lo que Jason dijo. Se
sentaron en silencio durante un tiempo interminable hasta que las palabras,
vacilantes, comenzaron a fluir y llegaron al punto en el que estaban ahora.

“No eres tú” replicó, negando con la cabeza enérgicamente. Incluso mientras lo
decía, ambos sabían que esa negación era una mentira. El trabajo no era el
catalizador en absoluto. Ni era la oscuridad que los envolvía cuando estaban
metidos de lleno en una misión. Era esa parte sanguinaria que Jude llevaba
dentro, y, no importaba cuánto deseara Jason que fuera de otra forma, nunca
cambiaría. Y mientras Jude viviera y respirase, esa parte también lo haría.

Una risa gutural envolvió el pulso de Jason, apretándolo y arrancándole un


suspiro entrecortado.

“¿De verdad crees que eso es cierto?”

“Creo que puede serlo. Si tú quieres. Si luchas por ello.”

Jude se acercó aún más, de modo que compartían en el aire que respiraban el
áspero picor del bourbon.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
“Esa es la pregunta, ¿verdad?” murmuró sensualmente “¿Realmente quiero dejar
de ser quién soy? Si piensas en ello, nadie quiere que lo haga. La Agencia no, yo
no...” dibujó una línea a lo largo de la mejilla de Jason con un ligerísimo toque de
sus dedos, y un brutal estremecimiento lo recorrió.”Y, desde luego, tú tampoco. “

Antes de tener tiempo siquiera de darse cuenta de lo que estaba ocurriendo, sus
bocas se encontraron con fuerza, y la furia que asolaba el alma de Jude le
atravesó con una fuerza brutal. Era un beso con intención de hacer arder,
consumir y quemar su amistad hasta las cenizas.

Y una parte de él lo deseaba tanto que le dolía hasta en lo más profundo.

Un segundo después, jadeantes, la conexión terminó y Jason se echó hacia atrás


intentando recuperar su cordura, que había caído hecha añicos, sobre la arena.
Los ojos de Jude relucieron brillantes en la negrura, pero no hizo ningún
movimiento para acercarse a él y por un insensato, breve instante, se preguntó si
no lo habría soñado.

“Tienes que apartarte de mí” su voz sonaba al llegar a sus oídos, extrañamente
rota y profunda.

“Jude...”

“¡Lo digo en serio! ¿Es que no te das cuenta...?”

Y milagrosamente, él se dio cuenta. La negrura que había envuelto a su amiga


había sido el último abrazo de la noche antes de que la tierra se liberase de su
agarre. La piel bronceada de Jude relucía débilmente al sol del amanecer y la
marea limpiaba la orilla con sus olas rosas.

“Sí” replicó, comprendiendo la oscuridad que era su alma, y la luz dentro de la


suya propia que no la dejaría alejarse. En un instante rabioso y simple, como un
lobo intentando liberarse de una trampa arrancándose su propia pata a
mordiscos, ella había intentado destruir su conexión y liberarse del torbellino que
bullía en su interior.

Jude le miró en silencio durante un momento y después, se volvió para marcharse.


De un largo paso, Jason la envolvió por detrás en un fiero abrazo, rodeándola con
sus brazos y hundiendo el rostro en los mechones ónice de su pelo.

“Oh no, Angel. No voy a dejar que te libres de mí tan fácilmente. ¿Es que tú no te
das cuenta?”

94
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Una risa ahogada rasgó la garganta de Jude.

“¿Estás loco?”

“Puede ser” concedió él, “pero eres mi mejor amiga, Jude. Me niego a perderte.
Eres parte de mí...”

Liz estudió a la mujer sombría, claramente perdida en sus propios pensamientos.


El dolor se veía en sus hombros hundidos y en su ceño fruncido.

—¿Lo has tenido alguna vez? —preguntó suavemente, adivinando


instintivamente que, fuera lo que fuese lo que tenía a Jude en su puño ahora
mismo, era bastante importante—. ¿Has tenido alguna vez a alguien que te
quisiera a pesar de ti misma?

Los ojos que levantaron la mirada para contestar habían palidecido hasta casi un
cristal incoloro.

—Sí —dijo por fin—. Lo he tenido.

Una llamarada de algo que tenía un extraño parecido con los celos, parpadeó en
la boca del estómago de Liz.

—¿Qué pasó? —preguntó medio temiendo la respuesta.

Los ojos de Jude completaron su transformación ártica, congelándose


sólidamente mientras Liz observaba perpleja. Su voz resonó átona, con la
respuesta, en la tranquila habitación.

—Lo maté.

* * * * * * * * *
¿Ha sido solo un sueño?, Liz se despertó en un silencio sepulcral y una oscuridad
absoluta, las palabras de Jude aún resonando en sus oídos horas después.
Aturdida, echó una mirada al reloj digital que brillaba a su derecha, 2:00´ am... y
sé que no fue un sueño. Recordaba los rasgos normalmente bronceados de Jude
volverse pálidos, y la dureza de sus palabras. Ese final de la conversación fue
real, pensó Liz tristemente. Jude se había despedido bruscamente y había
desaparecido de la casa. Suponiendo que no volvería a ver a la mujer otra vez ese
día, Liz se tomó los analgésicos y se deslizó agradecida en el olvido.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Esa noche, sus sueños sobre la mujer oscura habían sido como ninguno de los
que había tenido antes. Estaban llenos de imágenes de Jude herida e inmersa en
un gran sufrimiento, sus ojos azules suplicándole ayuda a Liz, alternándose con
visiones sangrientas y violentas de la agente ejecutando, implacable, a series de
víctimas sin rostro, que terminaban con la propia Liz. El impacto de la bala
golpeando contra su pecho la sobresaltó devolviéndola directamente a la
conciencia de la noche. ¿En qué demonios me he metido? murmuró en voz baja.

Una sombra en la puerta se movió, atrayendo su atención y metamorfoseándose


en el claro contorno de la mujer en cuestión.

—No te haré daño —la voz vino de la oscuridad, un golpe aterciopelado contra su
oído—. Te lo prometo —las palabras fueron fugaces, pronunciadas en la corteza
de la conciencia de Liz. Antes de que pudiera hablar, la sombra desapareció,
dejando a la reportera sola otra vez, luchando contra el peso de sus sueños.

* * * * * * * * *
Capítulo 6

En su segunda noche allí, Liz insistió en cambiarse a una de las habitaciones de


invitados, a pesar de las protestas de Jude.

—Esta habitación te gusta más —señaló Jude con determinación—. Me lo has


dicho.

—No voy a echarte de tu propia cama —replicó Liz con firmeza. Pero si la quieres
compartir, ofreció mentalmente, aunque a pesar de las bromas de antes, Jude no
había vuelto a propiciar más intimidad física con la reportera. Después de unos
pocos minutos más de enérgico debate, finalmente Jude cedió y cambió las pocas
cosas de la pequeña mujer, incluyendo el portátil que había comprado para Liz, a
la habitación que había al otro lado de la biblioteca.

El delgado Powerbook había resultado como mínimo inesperado.

—¡No! Jude, no puedo aceptarlo —protestó cuando la mujer deslizó el regalo en


su regazo.

Jude frunció sus cejas oscuras.

—¿Por qué no?

96
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Yo... yo... —Liz tartamudeó, intentando sacudir su cerebro para ponerlo en
marcha—. Creía que se había acabado eso de seguir pidiendo disculpas porque
me hubieran disparado.

—Bueno, es verdad que lo siento pero no se trata de eso —Jude sonrió—. Eres
escritora ¿no?

—Sssíííííí... —Liz estiró la palabra.

—Entonces ¿cómo vas a hacerlo sin algo con lo que escribir? No me pareces del
tipo que usa bloc de notas. Y de esta forma puedes sentarte afuera al sol cuando
trabajes.

—¿Tú no tienes un ordenador? —inquirió Liz inocentemente. Había sido bastante


interesante que el tour que había hecho con Jude no incluyera el estudio que
era, en términos arquitectónicos, la habitación más impresionante de toda la
casa.

—Sí, tengo un ordenador, pero así tienes tu propio acceso —contestó Jude
suavemente, no cediendo un palmo—. Y no tendrás que preocuparte de que me
tropiece con tus archivos.

O de que yo me tropiece con los tuyos, pensó Liz irónicamente.

—Es demasiado caro, quiero decir...

— Liz... —Jude levantó una mano para impedir cualquier otra protesta—. Mira a
tu alrededor. Para mí no es nada lo que he gastado en el portátil.

Era un comentario poco ceremonioso con intención de transmitir indiferencia y


disfrazar completamente el esfuerzo que Jude había hecho. La mujer oscura
había peinado todas y cada una de las tiendas de ordenadores de la ciudad,
aterrorizando a los dependientes y buscando el portátil que le iría mejor a la
escritora.

— Además —se encogió de hombros con timidez, murmurando casi


inaudiblemente—, disfruté bastante el ir a comprar algo para ti.

Ahí está otra vez, se maravilló Liz. El débil sonrojo era casi imperceptible bajo la
piel bronceada de Jude. Su aparición, la única indicación que Liz había
descubierto un lado vulnerable en la agente, reafirmó la amistad que estaba

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
brotando, y que había quedado en entredicho desde la sorprendente revelación
de Jude el día anterior.

* * * * * * * * *
Las cosas se asentaron a un ritmo extraño pero cómodo en casa de Jude. Liz
descubrió que Carmina sólo iba unas pocas veces a la semana y se ocupaba de
la limpieza, haciendo la comida sólo si Jude estaba en casa, que no era ni de
cerca, tanto como Liz hubiera deseado. Ni siquiera sabía cuando dormía. Sin
embargo, Liz utilizó su tiempo a solas en su provecho llamando a Lucas a la
primera ocasión.

—¡¡¡¿TE HAS VUELTO LOCA?!!! —bramó Lucas después de que la reportera lo


pusiera al día de los acontecimientos que la habían llevado hasta Jude. Liz hizo
una mueca apartando el teléfono de su oreja, agradecida de que Carmina no se
encontrara por ninguna parte.

—No, Lucas, no —contestó pacientemente.

Reconociendo el tono resuelto en la voz de Liz, exhaló pesadamente en el


auricular indicando su resignación ante la obstinación de la reportera.

—Bueno, pero ¿has conseguido algo interesante por lo menos?

Liz vaciló. Estuvo a punto de contarle a Lucas todo lo que había averiguado, que
Jude trabajaba para la DEA, y que sospechaba que estaba intentando hacer caer
los restos del Cártel Massala, pero permaneció en silencio.

—Alguna cosa que otra, nada concreto —contestó evasiva, sabiendo que si le
daba a Lucas el más mínimo bocado, la perseguiría hasta que completase la
historia. Francamente, no sabía si aún quería hacerlo, aunque su curiosidad la
había hecho escabullirse en el estudio a la siguiente oportunidad. Había dejado
de lado el diario y se había concentrado en la carpeta "Comunicación", sacando
en claro lo que pudo. Había un montón de lagunas, obviamente Jude no creía
necesario confiar mucha información al papel, incluso aunque este fuera de la
variedad electrónica—. Mira, no sé cuando tendré otra oportunidad de volver a
hablar contigo, así que necesito que hagas algo por mí.

Podía oír a Lucas revolviendo en su escritorio hasta encontrar un trozo de papel.

—Muy bien, ¿qué necesitas?

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Lo primero de todo: tienes que conectarte. De este modo puedo ponerte al día a
través del correo electrónico. El Herald tiene una dirección de correo para ti...
lucas@mherald.com —Liz se refería al sistema de toda la oficina de asignar
direcciones usando los apellidos, pero dudaba de que Lucas siquiera supiera que
tenía una—. Te enviaré mensajes periódicamente para que sepas que estoy bien.
Haz que alguien te enseñe a usarlo ¿de acuerdo?

Lucas refunfuñó por lo bajo maldiciendo la tecnología pero accedió.

—¿Algo más?

Liz se detuvo un momento pensando en su apartamento. ¿Qué posibilidades


había de que Jude quisiera ir allí? Había conseguido una semana con la historia
del novio, pero, la verdad, no sabía hacia donde podían ir las cosas con la volátil
agente. Así que cruzó unos dedos mentales y esperó lo mejor.

—Nada por ahora. Si necesito algo más te lo haré saber ¿De acuerdo?

—Entendido. Y Liz —la voz ronca de Lucas bajó una octava—, ten cuidado.

Sólo había enviado un e-mail a Lucas durante la última semana, simplemente


para hacerle saber que todo iba bien. Su tiempo con Jude se acercaba
rápidamente al final, y Liz no sabía cómo forzar más allá las cosas entre ellas. La
intensa atracción todavía estaba presente, y Liz observaba con creciente
frustración como Jude evitaba incluso la más mínima insinuación de intimidad a
pesar de su palpable conexión. La mujer no evitaba a Liz, más bien al contrario,
buscaba a la reportera siempre que estaba en casa, escuchando las vívidas
historias de sus desventuras en el colegio y mientras crecía. La mujer rubia de
verdad sentía que se habían hecho amigas, pero, por las noches, en la cama,
daba vueltas inquieta, invadida por una ansiedad que la carcomía, y demasiado
consciente de lo que necesitaba para calmarla.

* * * * * * * * *
Jude corría playa abajo a un ritmo constante y a grandes zancadas que
devoraban la tierra bajo sus pies. Aggie y Clytemnestra la escoltaban uno a cada
lado, la lengua fuera mientras seguían el paso de las largas piernas de su ama.
Chapoteaba en la orilla, dejando que el agua salada refrescara su acalorado
cuerpo, disfrutando las diferentes texturas que rozaban su piel. Finalmente, el
brillo abrasador del día había pasado como si el mismo sol comenzase a cansarse
de su propia intensidad, y buscase alivio dejándose caer tras la línea del

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
horizonte. En ese momento Jude se sentía bastante satisfecha con lo que le
había tocado en la vida. Notaba la arena granulosa bajo sus pies desnudos y el
agua refrescante; y sus ojos estaban deslumbrados por los tonos pastel del sol
marchándose. Aggie, bendita su alma torpe, se rozaba contra ella mientras
brincaba a su lado playa abajo, su piel cosquilleando en sus piernas. Las
sensaciones inundaron el sistema de Jude, y conscientemente permitió que todo
el estrés y la tensión del día salieran lentamente de su cuerpo. Sasha había
estado insoportable toda la semana. De mal humor sin duda porque no le he
estado prestando suficiente atención..., y eso había puesto de nervios a casi todo
el mundo en su círculo profesional más cercano. Como resultado, los cocineros
iban de rabieta en rabieta, a los camareros se les caían las cosas, y no llegaban
los pedidos de comida y licores.

La relación de Jude con Sasha siempre había sido complicada. Amante, enemiga
o aliada dependiendo del día de la semana. Sasha había sido un arreglo
permanente en la vida de Jude, desde que se apartó de la Agencia, Jude confiaba
en la mujer de piel caramelo tanto como podía confiar en cualquiera su vida.
Compartían una truculenta, sensual química que a menudo las dejaba sin
aliento.

La última vez que había tocado a Sasha había sido justo después de la Masacre
del Cártel, antes de que tomara la firme decisión de intentar hacer lo correcto lo
mejor que pudiera. Jude no había dado ninguna explicación sobre el cambio en
su relación, ni Sasha la había pedido. La mujer sombría, de vez en cuando,
todavía sentía esa ardiente intensidad entre ellas, y sabía, mirando en el velado
azafrán de los ojos de Sasha, que ella también lo sentía. Para Jude, sin embargo,
regresar a la cama de Sasha significaba regresar a la oscuridad de la que estaba
intentando salir con todas sus fuerzas.

Aún así, Sasha era una persona importante en el funcionamiento día a día de
todos los negocios de Jude, tanto los legítimos como los otros, y lo único que
Jude le ocultaba era su nueva colaboración con la Agencia. Está fuera de quicio
por algo, pensó Jude sombríamente mientras seguía recorriendo la orilla a buen
ritmo, y eso hace la vida imposible a todo el mundo... Bueno..., añadió con un
guiño mental…a todos menos a mí. Cualquiera que fuera el problema de Sasha,
Jude estaba exenta de su ira, tratándola en cambio con una calma gélida.

Por fin rodeó la cabeza de playa que puso su casa a la vista. Vamos Angel... una
milla más..." Las palabras de Jason resonaron en su cabeza y trajeron una
sonrisa inesperada a su rostro. Para su sorpresa, los recuerdos que surgieron a
continuación, fueron recuerdos tranquilos, llenos de risa y dulzura, recuerdos en

100
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
los que no se había permitido ahondar desde la muerte de su compañero. No se
le había escapado que éstos habían vuelto con toda su fuerza al mismo tiempo
que Elizabeth había entrado en su vida. Dudó entre pensar que esos recuerdos
traían a su memoria la alegría de permitir que alguien entrase en su corazón, o
que estaban advirtiéndola de las consecuencias de una acción tan imprudente.

“¿Intentas decirme algo compañero?" preguntó, musitándole de la misma forma en


que solía hacerlo en los viejos tiempos, cuando ella estaba infiltrada y él estaba
muy, muy lejos. "Creo que de verdad te habría gustado. Es divertida, lista como el
demonio y guapa... Dios, si es guapa". La forma dorada de la mujer apareciendo
poco a poco en la distancia trajo otra amplia sonrisa a su rostro, a pesar de las
diez millas que acababa de correr. "Y es dulce Jase... como tú... Lo veo en todo lo
que hace... Sus ojos parecen sostenerme cuando habla y no dejarme marchar... Sé
que tengo que estar chiflada para tenerla aquí". Pero en ese momento, Jude decidió
que realmente le importaba un bledo. No le importaban ninguna de las razones por
las que esos sentimientos podrían estar equivocados y ser peligrosos, y
simplemente se centró en porqué eran correctos. Había pasado prácticamente cada
segundo posible en compañía de Elizabeth y se había sorprendido pensando en la
pequeña mujer en los momentos más extraños. Más aún, sus sueños, por primera
vez en años, estaban llenos de los momentos felices que Jason y ella había
pasado juntos, en lugar del horror que habían vivido al final. Olvidar toda su
cautela esa noche fue el acto más irresponsable que había cometido en años. Y
maldición, si no se sentía bien. Un repentino estallido de energía la hizo correr al
sprint los últimos metros hasta el porche, saltar sobre la barandilla cayendo
suavemente al otro lado. "Presumida", una vocecita en su mente rió satisfecha.

—Eh, hola —saludó a una Liz ligeramente sorprendida. Liz se subió las gafas de
sol para contemplar mejor a la mujer frente a ella. Piel reluciente por el brillo del
esfuerzo, y músculos temblando ligeramente por el arranque de las últimas diez
millas, Jude irradiaba una exhuberancia animal que crepitaba en el aire a su
alrededor.

—Hola —dijo— ¿qué tal la carrera? —los hábitos de Jude empezaban a ser cada
vez más familiares a la reportera, aunque solo llevaba en la casa una semana. La
sesión de tortura de diez millas solo era una parte de la rutina de ejercicio de
Jude, que hacía a Liz estremecerse. La pequeña mujer estaba en una forma
fabulosa y se enorgullecía de trabajar bastante duro para mantener su estado
físico, pero las sesiones de Jude la dejaban exhausta sólo con verlas.

— Genial —Jude sonrió, yendo tras la barra del bar en el porche y cogiendo una
botella de agua—. Creo que podría hacerlo otra vez.

101
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
La reportera se echó a temblar sólo de pensarlo, observando como Jude acababa
con media botella de un trago.

—Estás de broma ¿verdad? —salvó el archivo en el ordenador y cerró el sistema.


Para su sorpresa, los últimos siete días se encontró escribiendo ficción por
primera vez desde la Universidad. No era nada parecido a Abrazo febril de amor,
su última novela, pero estaba bastante satisfecha con su esfuerzo.

Jude inclinó la cabeza como considerando la posibilidad.

—Sí, estoy de broma —dijo finalmente haciendo una mueca—. ¿Cómo estás? —
preguntó dejándose caer en la tumbona que había frente a Liz. Se estiró
lujuriosamente contra los cómodos cojines y se abanicó con el borde de la
camiseta, exponiendo una buena extensión de musculoso abdomen a los
apreciativos ojos de Liz. Había algo... 'diferente' en Jude esta noche, notó
inmediatamente la reportera, y la juguetona energía de la mujer oscura era
contagiosa—. ¿Te ha quitado bien los puntos el doc?

—¿Qué?...Ah, sí, me los ha quitado —afirmó, recordando al hombre


terriblemente delgado que había llegado por la mañana. Tenía las manos frías y
un aire como brumoso pero le había caído bien de todas formas. Como era su
costumbre, se las había apañado para sacarle toda su historia, incluyendo el
papel de la propia Jude en ella.

—Cuando piensas en ello —dijo Stephen como en sueños—, se ha convertido


para mí en algo así como en un ángel guardián —entonces rió suavemente—.
Supongo que en cierto modo es apropiado.

—¿Qué te hace decir eso? —preguntó Liz, intrigada por la luz que arrojaba sobre
la misteriosa vida que vivía Jude.

Él pareció fijarse en ella por primera vez desde que empezaron a hablar de Jude.

—Eres una inocente ¿no es así? —suaves ojos pardos la valoraron y una sonrisa
insegura apareció en su rostro—. Al principio pensé que no eras más que otra de
sus zorras, tiene una gran reputación en ciertos círculos, pero no últimamente....
—divagó. Parte de Liz quiso sacudir al frágil hombre para arrancar algún sentido
de él, pero se contuvo, consciente de que al final, se enteraría de más cosas si le
dejaba parlotear —. Pero estaba preocupada de verdad por ti. Lo vi en sus ojos...
Y nunca pensé que vería eso en el Arcángel.

—¿Arcángel?

102
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Así es como solían llamarla en la calle... Antes, cuando estaba en la
DEA....pero ya no la llaman así —susurró, después se estremeció.

Liz vio claramente que el médico había vuelto a un lugar que le aterrorizaba.
Pensó en la imagen de Jude de pie en su puerta, ensangrentada y rabiando de
dolor, y tuvo una idea bastante clara de a dónde había ido el doctor.

—¿Stephen? —le llamó con cautela—. ¿Cómo la llaman ahora?

Parpadeó rápidamente, como con temor a decir el nombre. Pero la firme


amabilidad de esos ojos verdes, le arrancó suavemente las palabras.

— El Diablo….

Dijo el nombre de una sola vez, y miró a su alrededor rápidamente para ver si
alguien, además de Liz, le había oído.

—El Diablo... —Liz absorbió este hecho un momento más, junto con el estado
cada vez más turbado del hombre, después intentó una pregunta más—. ¿Por
qué la llamas un ángel guardián apropiado para ti?

Un momento de lucidez pasó por el doctor, aclarando sus ojos.

—Porque ella fue la que me maldijo. Y volvió para asegurarse de que tenía un
cómodo viaje al camino del infierno.

—¿Elizabeth?

—¡Uuups! Lo siento, estaba pensando en tu amigo el médico.

—No es un amigo exactamente.

—Eso es lo que él dijo más o menos. Estaba como un poquito ido ¿Está
metiéndose algo? —preguntó distraídamente.

Jude gimió y se dejó caer en la tumbona.

—¡Joder...! —murmuró casi inaudible, y se incorporó—. Lo siento. Sí, es un


drogadicto, por eso le quitaron la licencia, pero pensaba que estaba casi limpio.

— Bueno, casi lo estaba —Liz dudó si relatar la conversación, insegura del efecto
que podría tener en el estado eufórico de Jude—. Como que se iba, así, un
poquito. Vino, me quitó los puntos y charlamos un rato. Eso es todo.
103
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—¿Estás segura? —Jude entornó los ojos con preocupación—. Si estaba puesto
cuando vino, puede haberse dejado algún punto —se puso de pie y dio un paso
tentativo hacia Liz—. ¿Te importaría que echase un vistazo? ¿Sólo para
asegurarnos?

Liz estaba bastante segura de que Stephen había quitado todos los puntos
aunque parecía un poco ido y se había puesto notoriamente espectral cuando
empezó a hablar de Jude. Sin embargo, Liz agradeció la oportunidad de sentir
otra vez sobre ella las manos de Jude.

—Por supuesto —accedió—, no tiene sentido preocuparse por esto —deslizó el


portátil de su regazo y lo dejó sobre el suelo del porche.

Jude se arrodilló a su lado y subió con cuidado el borde del polo verde de Liz,
sus ojos posándose brevemente en el rostro de la reportera.

—Lo siento si no tengo un olor muy ‗fresco' —bromeó, una luz juguetona ardió en
sus ojos.

—Ya que estás ocupándote de mí, lo dejaré pasar por esta vez —en realidad, Liz
estaba disfrutando del aroma almizclado que llegaba débilmente con la brisa,
apuntando hacia otras áreas de Jude que aún permanecían prohibidas para la
reportera. Cerró los ojos y disfrutó del delicado tacto de sus dedos bailando sobre
una herida casi curada.

— Tiene un aspecto estupendo. No debería quedarte cicatriz —aprobó Jude,


echando una mirada a los ojos cerrados de Liz. Sonriendo suavemente, dejó que
sus manos permanecieran sobre los ágiles músculos, absorbiendo la calidez de la
piel de la esbelta mujer—. ¿Cómo se siente? —preguntó—. ¿Aún te duele?

Unos ojos verdes se abrieron de repente ante la pregunta y sonrió reafirmándola.

—Un poco. Pero has estado cuidando muy bien de mí —se burló.

—Ha sido un placer, señora —contestó Jude con tranquilidad. Colocó con
dulzura el faldón arrugado de la camisa de Liz sobre los shorts kakis y la estiró.
Un pensativo silencio se balanceó entre las dos mientras unas miradas verde y
azul se mezclaban inseguras—. Umm... Elizabeth... —Jude frotó una mano
ausentemente por sus todavía sudadas cejas —Si te sientes con ganas... mmm...
¿te gustaría salir esta noche? Podríamos salir de la casa durante un rato —
ofreció tentativamente—. Pero sólo si tú quieres... —añadió—, no quiero que
pienses que tienes que...

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Liz luchó con todas sus fuerzas para evitar que una sonrisa estúpida apareciera
en su rostro. Jude parecía como un niño tímido pidiendo una primera cita, y era
un aspecto muy atractivo e inesperado de una mujer que parecía ser especialista
en un consumado control.

—Eso suena muy bien —replicó, intentando que su voz sonase casual—. ¿Tienes
algo pensado?

—Algo sencillo —le aseguró Jude—. Estaba pensando... me dijiste que solías
jugar al billar en la facultad ¿te apetecerían unas partidas?

Aunque Liz hubiera aceptado cualquier cosa desde lucha en el barro hasta una
pelea de gallos con tal de pasar tiempo con Jude, la sugerencia era de verdad
atractiva. En el Herald tenía cierta fama de ser una jugadora empedernida y
normalmente ganaba suficientes partidas como para beber gratis cada vez que
jugaban.

—Creo que podría soportarlo —dijo con calma, una chispa en sus ojos.

Jude la estudió durante un momento y después sonrió, la expresión


adentrándose en las profundidades de sus ojos y salpicando un brillante azul
sobre Liz.

—Genial. Es una cita —dijo Jude alegremente.

—¿Lo es? —bromeó Liz.

Una sonrisa satisfecha curvó los labios de Jude, el control había vuelto a ocupar,
firme, su lugar de siempre.

—Puedes apostar —contestó—. Tengo un par de cosas que hacer antes, pero no
tardaré mucho. Cuando vuelva podemos comer algo y después ir a jugar ¿suena
bien?

—Se me ocurre algo mejor —sugirió Liz—, ¿por qué no preparo algo para cenar
aquí mientras tú estás por ahí? Soy bastante buena cocinera aunque se escuché
feo que yo lo diga —se puso en pie de un salto y entró en la cocina sin hacer
ruido, Jude y los perros detrás. Carmina tenía el día libre, así que Liz invadió
despreocupadamente la cocina del ama de llaves, aunque su cara se iba
oscureciendo cuanto más se adentraba en ella. —Claro que... tener algo de
comida es, normalmente, un requisito para cocinar.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—¿Qué quieres decir? —objetó Jude—. ¿No han traído la compra esta mañana?
Hubiera jurado que he visto aquí...

— Bueno..., Jude..., sí... la han traído —habló Liz, abriendo armarios al azar y
echando mirada al conjunto poco variado de pasta, pan y verduras—, pero... no
es que haya mucha... variedad precisamente —otra mirada en la nevera mostró
el mismo panorama desolador.

Jude miró a su alrededor tímidamente.

—Como en restaurantes muy a menudo.

—¿Y qué pasa cuando quieres comer en casa?

—¿Comida para llevar? —ofreció con optimismo.

La mujer del pelo color miel soltó una risita reprobadora.

—Aquí se imponen medidas drásticas. Tendría que haberlo sabido. Alguien que
puede hacer la compra por teléfono seguro que no podría entenderlo.

—¿Qué quiere decir eso?

—No te importa —. Liz hizo que la mujer alta se diera la vuelta, empujándola
fuera de la cocina y hacia las escaleras.

—Eyyy espera…. —farfulló Jude al verse mangoneada en su propia casa.

—Tú haz tus recados —ordenó Liz—. Déjame la cena a mí —siguió mientras Jude
subía las escaleras hacia la ducha obedientemente—. ¿Cuánto crees que
tardarás?

Jude hizo un repaso mental de la lista de las cosas que tenía que hacer y de las
que podría escabullirse.

—¿Un par de horas?

—Perfecto —Liz concedió—. ¡Hey! —gritó justo antes de que Jude desapareciera
en su habitación —. ¿Sigues estando de acuerdo en prestarme uno de los coches
que están en el garaje? —días antes Jude, no queriendo que Liz se sintiera
atrapada, había puesto a su disposición sus otros coches, un Ford Explorer y un
Jaguar XJS.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Claro —Jude se encogió de hombros —. Las llaves están en el panel que hay
junto a la puerta de la cocina. Cógelas tú misma.

* * * * * * * * *
—Llegas tarde —Kent tamborileó con sus dedos en la formica barata de la mesa
al tiempo que Jude se deslizaba en el asiento frente a él.

—Pues demándame —Jude contestó secamente haciendo una seña a la


camarera—. Bourbon, solo —pidió antes de volverse hacia Kent—. ¿Tienes ya
algo a mano?

—Estoy bien, Jude, gracias. ¿Y tú? —se burló—. Te juro, Lucien, que tus
modales son peores cada vez que te veo.

Jude se recostó contra el respaldo de vinilo, valorándolo con la mirada.

—¿Algo te está poniendo nervioso, Kent?

Esperó hasta que la bebida de Jude estuvo colocada frente a ella, y después se
encogió de hombros.

—Estoy recibiendo mucha presión para terminar esta operación —declaró con
severidad.

Jude bufó irónicamente.

—¿Desde cuándo? Esta operación no está en los libros y se supone que yo ni


siquiera existo a los ojos de la Agencia, así que ¿qué más da?

—El hecho es que sí existes —soltó—, para un montón de gente. ¿De verdad
creías que el regreso del Arcángel a la Agencia pasaría inadvertido?

—No es mi regreso a la Agencia —replicó fríamente—. ¿Te enteras? Me ocupo de


Massala y desaparezco. ¿Cuántas veces tendré que decírtelo?

—De acuerdo, lo que sea. Pero quieren que lo hagas ahora.

—Jodidamente mal —replicó con sequedad—. Ni siquiera estoy cerca de estar


preparada para atrapar a Massala. Por Dios, Kent, nos vimos por primera vez la
semana pasada. Tú, por encima de cualquier otro, deberías saber que eso no es
algo que vaya a ocurrir de un día para otro.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—¿Has hablado con Massala desde su última reunión?

—No.

—¿Por qué no?

—¡Ya basta! —gruñó, la luz de sus ojos, repentinamente, se endureció mientras


se inclinaba amenazadoramente—. Este es mi juego. Mi show. Sin mí tienes
tantas posibilidades de pillar a Massala como de hacer que el Papa se folle a
Madonna en el altar del Vaticano. Ahora no me encabrones —se recostó en el
asiento de nuevo y sonrió afablemente—, o tendré que ponerme desagradable.

Kent apretó las mandíbulas con fuerza, consciente de que todo lo dicho por Jude
era cierto.

—Es que hay cierta... preocupación... por el último intento de eliminarte.

—Hablando de lo cual ¿has averiguado algo? —preguntó de nuevo, apurando su


bebida de un trago.

—Nada. Y eso me tiene preocupado. Normalmente sabemos absolutamente todo


lo que está pasando.

Jude consideró esta afirmación durante un momento, pensando en silencio que


la Agencia no estaba tan al tanto de todo lo que pasaba como creía.

—Muy bien. Pondré a mi gente a trabajar en ello. No me gusta hacerlo porque si


los descubren, este tipo se va a enterar de que estoy detrás de él. Parece que esta
vez no tengo elección —tamborileó suavemente con los dedos sobre la mesa, la
mente disparada a toda velocidad—. ¿Hemos acabado?

El rostro de Kent se suavizó.

—Ey, no salgas corriendo. Siento haber ladrado así. Es que la presión que estoy
recibiendo... —él se calló.

—No hay problema —le aseguró—. Yo viví esa presión durante un montón de
años ¿no te acuerdas?

—Sip —sonrió—, pero nunca pareció afectarte.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Desde luego que me afectaba. Simplemente tú no lo veías —contestó, sus
pensamientos vagando hacia su compañero muerto, quien había visto lo que la
presión había hecho a la sombría agente, y cómo le había horrorizado.

Kent resopló cínicamente, una expresión en su rostro de sí….claro...

—Supongo que tendré que aceptar tu palabra por ello —cambió de postura—.
Oye, Tony y yo vamos a ir a Barrido del Mar, a ver a María y a comernos unos
mariscos ¿Por qué no vienes con nosotros? Sé que a Ría le encantaría verte.

—Me encantaría pero tengo una cita —objetó.

Las cejas de Kent se elevaron con sorpresa.

— Sip —asintió con la cabeza—. Una cita como Dios manda, del tipo no-
negocios-sólo-salgo-con-ella-porque-me-gusta—. Una mueca de rara felicidad
apareció por sí misma sobre su rostro ante el pensamiento de sus planes con
Elizabeth.

—Uau... —sonrió—, ¿se lo puedo contar a María? Estará encantada.

—Claro —contestó con soltura—. ¿Por qué no? Salúdala de mi parte y dile que
iré a verla la semana que viene ¿de acuerdo?

—Se aferrará a ello.

—Lo sé. Allí estaré —Jude y María habían alcanzado la paz hacía alrededor de un
año, se habían perdonado por toda la locura que había seguido a la muerte de
Jason, dejando marchar finalmente toda la rabia y el dolor que había consumido
a ambas. A Jude le había quedado una dolorosa culpa por su parte en la
tragedia. Sin embargo, por alguna razón, esta noche la idea de ver a María no
fue superada por una sensación desesperante de las cosas perdidas que
usualmente tenía, y se preguntó si la mujer del pelo color miel también tendría
algo que ver con ella. Deslizándose elegantemente de su sitio, tocó brevemente el
brazo de Kent.

—Gracias. Te veré pronto.

Y después desapareció, deslizándose de vuelta a la noche.

* * * * * * * * *

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Jude regresó a una casa llena de unos seductores ritmos de R&B que brotaban
suavemente del equipo estéreo, y del tentador aroma de un chisporroteante pollo,
especias y salsa picante. Asintió apreciativamente ante la música y siguió a su
nariz a la cocina.

—Uoa.... —susurró para sí misma mientras abría las puertas.

Claramente, la mayoría de la preparación estaba hecha, tal y como atestiguaba


la pila de cazos, sartenes y diversos utensilios amontonados en el fregadero. Una
copa de vino descansaba sobre la isla en el centro de la habitación, junto con
una fuente de nachos y una salsa de olor especiado que parecía estar
generosamente aderezada con jalapeños. Un juego de platos, bowls y cubiertos
esperaba ordenadamente en la esquina de la isla a ser colocado. Sin embargo, lo
que cautivó a Jude fue la visión áurea que bailaba junto al fuego, ajena a todo
escrutinio.

Elizabeth llevaba el pelo suelto, que se alborotaba entusiásticamente con cada


seductor balanceo. Una blusa color borgoña de manga larga con un par de
botones desabrochados que insinuaban un pecho redondo escondido bajo la
suavidad de la seda. La blusa estaba metida en un par de vaqueros gastados que
parecían envolverse posesivamente alrededor de la longitud de las piernas de la
pequeña mujer. Jude bebió de esa visión como alguien recién salido del corazón
del desierto, podría contemplar Shangri-La. De un solo toque, Elizabeth había
transformado este lugar, la fortaleza de Jude, en un lugar lleno de vida, de
corazón, de deseo.

Inundada por sensaciones poco familiares, Jude abrió la boca para hablar
aunque solo para descubrir que no podía encontrar su voz por ninguna parte.
Antes de tener oportunidad de intentarlo de nuevo, Elizabeth la vio y emitió un
grito de sobresalto ante la mujer alta encuadrada en el marco de la puerta.

—No quería asustarte —se disculpó Jude con suavidad, agradecida de que su
garganta hubiera decidido abrirse.

—Está bien —Elizabeth se sonrojó—, solo estaba....

—Bailando —terminó Jude por ella—. Ha sido divertido mirarte.

Otro violento sonrojo cubrió los rasgos de la mujer pequeña y sus ojos brillaron
de forma inusual...

—Yo....hum....gracias.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Has ido de compras —observó Jude, deslizándose en la cocina y dejando que la
puerta se cerrara tras ella.

—Sip... No se puede jugar al billar llevando kakis ¿sabes?

Jude echó una mirada a sus propios pantalones de sastre, repentinamente


inspirada por el ejemplo de Elizabeth.

—¿Cuánto tiempo tengo antes de la cena?

—Esto todavía tiene que estar en el horno unos 45 minutos más. Pero he hecho
algo para picar mientras tanto —señaló a la bandeja en la isla.

Cogiendo un nacho y mojándolo generosamente en la salsa, Jude gimió


encantada al probarlo.

—Mmm... Esto está fantástico, Liz. ¿Qué te parece si voy a cambiarme y luego
hago unas margaritas para acompañarlo? Puede que no cocine pero soy un
barman endemoniado —sonrió.

—Trato hecho —asintió la mujer pequeña enviando a Jude a cambiarse.

Una vez arriba, una ducha rápida la refrescó del pegajoso camino a casa,
secándose el pelo en un tiempo record, y dejándolo caer tan libremente como el
de Liz. Después sacó del armario su par favorito de vaqueros.

— No puedo equivocarme con unos 501 —murmuró, disfrutando de la sensación


de la gastada tela sobre su cuerpo. Su piel cantaba llena de sensaciones,
sensible incluso a la débil brisa generada por los ventiladores del techo de su
habitación. Golpeando con el pie la gruesa alfombra con almohadillas mientras
permanecía en la puerta del armario, examinó las filas de camisas y camisetas
que Carmina había ordenado primorosamente por colores, hasta que sus ojos se
iluminaron con regocijo sensual—. Perfecto —sonriendo para sí misma, descolgó
el chaleco de piel de su gancho y lo deslizó sobre sus hombros, abotonándolo
rápidamente. Botas negras gastadas y un cinturón de cuero a juego completaron
el conjunto—. No está mal —comentó mirándose una última vez en el espejo y
pasándose sus largos dedos por el pelo, colocando en su sitio un par de
mechones recalcitrantes—. Espero que te guste, Elizabeth —susurró.

* * * * * * * * *

111
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Liz había pasado al salón mientras la cena terminaba de hacerse y estaba
investigando la extensa colección de compactos de Jude, cuando la oyó bajar las
escaleras sin hacer ruido.

—Tienes un equipo de música increíble —dijo por encima de su hombro sin


volverse—, nunca había oído nada parecido.

—Gracias —surgió la tranquila respuesta—. Hice que lo instalara la misma gente


que se encargó del sonido en el Club.

—¿Es allí donde consigues todos los CDs? —Liz se incorporó haciendo un gesto
hacia las filas de estantes donde estaban ordenados los discos—. No puedo
imaginarme que tengas tiempo para haber comprado todo esto —se dio la vuelta
por fin, posando su vista sobre su cita de esa noche —. ¡Oh mi!... —
inesperadamente las palabras desaparecieron de sus labios, sus ojos recorrieron
toda la longitud del largo cuerpo de Jude de arriba a abajo. Desde los pies
enfundados en las botas, hasta los hombros cubiertos de piel, Jude era la vívida
y deslumbrante encarnación de todas las fantasías que Liz había tenido sobre
chicas ‗malas'.

—Esto es... bonito... —susurró, acercándose unos pasos y pasando los dedos
sobre la piel negra del chaleco de Jude.

—¿Te gusta? —murmuró, sus ojos medio cerrados solo por el tacto de los dedos
de Liz. Estos se movieron sobre el cuero y bajaron por su hombro trazando la
curva de un bíceps, hasta descansar sobre su antebrazo.

—Me gusta.

Las mujeres dejaron pasar un momento silencioso, simplemente absortas en esa


intimidad. Las resolutas bandas de control que mantenían el alma de Jude atada
reventaron violentamente, corroídas por los recuerdos de su vínculo con Jason, y
por los tranquilos días de conversación que ella y Elizabeth habían compartido.
Jude se dio cuenta con una claridad que hizo que el estómago le diera un vuelco,
de que sus sentimientos por esta mujer estaban pasando rápidamente más allá
del deseo, y convirtiéndose en algo cercano a la necesidad. A pesar de su firme
resolución en lo contrario, Elizabeth estaba calando hondo, piel y huesos,
músculos y sangre.

El verbo hecho carne, pensó Jude en un vértigo al darse cuenta de que sus
brazos rodeaban a la mujer del pelo color miel, y de que Elizabeth le acariciaba el
cuello con los labios, sus dientes mordisqueando con ternura el pulso que latía
112
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
con furia en su garganta. ¿Qué ha pasado? Instintivamente dejó caer la cabeza
hacia atrás, abriéndose al asalto invasor. Manos esbeltas recorrieron la anchura
de sus hombros, rodeándolos mientras sus labios se aferraban, se posaban
firmemente sobre la piel bronceada. Sus propios dedos se enredaron en el pelo
rubio que resplandecía con un brillo endiablado, y guió la boca que la buscaba
hacia la suya.

Sí…., suspiró su mente en un susurro sibilante. Los labios carnosos de Elizabeth


se abrieron para encontrarse con los suyos, y se hizo una sutil pausa antes de
que Jude empezara a rendirse a la exquisita dulzura de esa boca que le daba la
bienvenida.

El primer beso, inseguro y vacilante, dio paso a otros cada vez más llenos de
confianza, y un gemido estremeció la garganta de Jude cuando la lengua de la
pequeña mujer se abrió camino en su boca, buscando, mimando y atormentando
a Jude con su ternura. Un hambre que no tenía nada que ver con los aromas
especiados que emanaban de la cocina, retumbó en el cuerpo de Jude con una
fuerza desconcertante, devolviendo de un golpe a la mujer oscura a la
consciencia del mundo exterior.

Apartó su boca suavemente, maldiciendo tener que dejar la envolvente calidez de


los labios de Elizabeth. La pequeña mujer protestó con un gruñido y abrió los
ojos opacos de excitación, para lanzarle una mirada de interrogación. Jude habló
con voz insegura.

—Sin prisa pero sin pausa.

—De acuerdo, de acuerdo —murmuró Elizabeth—. Lo entiendo. No tiene porqué


gustarme, pero lo entiendo —protestó en tono afable—. He querido hacer esto
desde la primera vez que te vi —confesó, apoyando la cabeza sobre el pecho de
Jude, y sonriendo al oír la cadencia frenética del corazón que latía en su oído.

—Yo también —admitió Jude—, solo que no pensé que…. —lo sentiría así... tan
terroríficamente bueno y correcto. Miró la longitud de sus cuerpos, brazos y
piernas entrelazados con tanta fuerza que ni siquiera la más diminuta molécula
hubiera podido pasar entre ellas.

—No pensaste ¿qué? —insistió Elizabeth.

—Que sería tan buena idea que te involucraras conmigo —disimuló Jude
hábilmente. Simplemente sentir lo que sentía ya era suficientemente
perturbador, pero hablarle de ello a Elizabeth era impensable en ese momento.
113
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—A causa de tu....exótica profesión.

—Sip, —rió Jude, un sonido grave, vibrante que retumbó en los oídos de
Elizabeth— algo así.

—¿Jude? —Elizabeth miró hacia arriba, las cálidas profundidades del musgo de
sus ojos encontrándose con la mirada de Jude y sosteniéndola—. No intentes
tomar mis decisiones por mí —las palabras eran dulces, pero no había duda del
tono decidido que había tras ellas—. No lo voy a tolerar —continuó, sacando
fuerzas de su indignación—. La única razón para que no te involucres conmigo
es porque no me deseas. Soy consciente de que el camino que has recorrido ha
sido brutalmente diferente al mío. Pero eso no me hace estúpida. O ingenua —
dirigió una intensa mirada a la mujer entre sus brazos—, o ignorante de lo que
eres exactamente—. Jude contempló a la mujer del pelo dorado con asombro.
Había esperado fortaleza por parte de Elizabeth pero desde luego, no esta
poderosa voluntad que, comenzaba a sospechar, rivalizaba con la suya—. ¿Me
has entendido?

La pregunta final arrancó a Jude de su sorpresa y la trajo de vuelta a los ojos de


la pequeña mujer.

—Te he entendido Elizabeth, pero no puedo evitar... preocuparme —su mano


recorrió el costado de la reportera, presionando suavemente sobre la herida
oculta bajo los vaqueros—. Recibiste un disparo sólo por conocerme. Imagina
que podría ocurrir si te conviertes en.... —vaciló— algo más.

"Hora de la confesión, Angel", la voz de Jason canturreó en su oído, "ya es algo


más... o no te sentirías así.... ¿Qué se siente....?", preguntó la voz de Jason, grave
y dulce en su oído, "sentir que por fin te estás enamorando....". Jude tragó con
dificultad ante estas palabras que se alojaban en su garganta y que gritaban por
ser liberadas.

Liz, viendo el conflicto que agitaba el remanso azul de los ojos de Jude, intentó
aliviar esa tensión, que era en parte puro deseo y en parte miedo animal.

—Bueno, por lo menos, no me aburriré estando contigo —sonrió triunfante—. Y


ahora que me has enseñado los inconvenientes de salir contigo —dio unas
palmaditas sobre la mano que cubría su costado herido—, ¿por qué no me
enseñas las ventajas? Creo que por lo menos me debe una noche en la ciudad,
señorita Lucien.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Era una invitación para dejar de lado cualquier peso que Jude pudiera estar
cargando sobre sus hombros, y comenzar a jugar. La combinación de la radiante
sonrisa de Elizabeth y la cálida sensación de su cuerpo ligero entre sus brazos,
hizo que fuera incapaz de resistirse. Se inclinó y entrelazó sensualmente sus
labios con los de Elizabeth durante un momento.

—Muéstreme el camino, señorita —susurró terminando el beso—. Muéstreme el


camino.

* * * * * * * * *
—Estás intentando sabotearme —gruñó Jude dos horas más tarde mientras
subían en el Boxster.

—¿A qué te refieres? —Liz pestañeó inocentemente.

—Esa cena —Jude sonrió, colocándose el cinturón, y girando la llave para


arrancar el motor y hacerlo ronronear lleno de vida—. No puedo acordarme de la
última vez que comí tanto. Cuando lleguemos al billar, me voy a inclinar para
tirar, y me voy a caer redonda. Estoy llena.

—Entonces, ¿doy por supuesto que te han gustado mis "Enchiladas Dragón
Escupe Fuego"?

—Me han encantado. Pero no se lo digas a Carmina. Se pondría terriblemente


celosa. Dice que no como lo suficiente.

Liz frunció el ceño y golpeó a Jude en el estómago y las costillas.

— Tiene razón. No eres más que músculos y huesos.

— Piel y huesos —corrigió Jude.

— No en tu caso.

El Boxster las llevó al borde de la carretera, donde Jude se detuvo


momentáneamente antes de lanzarse hacia la noche. El sol se había llevado con
su marcha lo peor del calor, pero la tierra aún estaba candente por sus
atenciones, y Jude agradeció llevar los brazos desnudos mientras el viento los
acariciaba a toda velocidad.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—¿Te importa si pongo algo de música? —preguntó Liz levantando la fina caja de
discos compactos que había encontrado sobre el asiento del copiloto del Boxster.

—En absoluto.

Liz recorrió atentamente el contenido del estuche, tomando nota de la selección,


que se inclinaba mayoritariamente hacia el jazz y el blues, con un par de artistas
de rock clásico para compensar. Pero un disco la detuvo en seco.

—No puede ser —Jude levantó una inquisitiva ceja hacia ella—. ¿Los Bee Gees?
—preguntó incrédula—. ¿Me tomas el pelo?

La mujer oscura rió tristemente.

—Es una larga historia.

—Suéltala —ordenó Liz.

— De acuerdo... Hace unos cinco años me encontraba tirada en un pequeño


pueblo mexicano, esperando a un contacto que estaba retrasado. Muy retrasado.
Muerto en el camino, querrás decir….pero creo que eso matará e bonito estado de
ánimo que tenemos aquí. Así que, allí estaba yo... esperándole con nada más que
una copia de bolsillo de "Cumbres Borrascosas" y un pequeño transistor que sólo
captaba una emisora. "¡KRZY! ¡Dónde todo es disco, todo el tiempo!" —entonó
con una falsa voz de locutora —. Durante dos semanas lo único que hice fue leer
a Bronte y escuchar "Staying Alive" y "Night Fever". Al final de la primera semana
había memorizado el libro, y al final de la segunda cantaba junto a la radio. Con
entusiasmo. Desde entonces tengo debilidad por ellos—. Por supuesto era o bien,
quedarme en mi habitación y cantar con la radio, o intentar pasar tiempo con las
putas que eran las únicas personas que habrían hablado conmigo.

—¿Has dicho que cantabas con la radio? —una sonrisa maliciosa fue creciendo
en el rostro de Liz mientras deslizaba el disco en el reproductor y presionaba el
botón—. Eso tengo que oírlo.

Jude tardó solo unos segundos en reconocer la canción antes de comenzar a


cantar, un perfecto falsetto que se mezclaba con el de los hermanos Gibb. Liz rió
encantada ante la revelación de este lado juguetón de su compañera e insistió en
que el improvisado concierto continuase durante todo el camino hasta los
billares.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
El Boxster las llevó por un grupo de calles de aspecto sórdido, lejos del neón y el
brillo que Liz asociaba con Jude, hasta una indescriptible fila de bares que no
tenían nombre. Liz miró alrededor dubitativamente, y después a su acompañante
preguntando con la mirada.

Jude rió tranquilamente mientras se deslizaba fuera del coche y lo rodeaba para
abrir la puerta de Liz.

—No te preocupes. Estás a salvo conmigo —murmuró cerca del oído de la mujer
más pequeña.

Un agradable escalofrío surcó su piel ante la íntima promesa en el tono de Jude.

—No estoy preocupada por mí —aseguró a la mujer sombría—. Pero tu coche...


eso es otra cosa —sus ojos no pudieron evitar escaparse hacia las miradas
depredadoras de los hombres que permanecían en las esquinas en sombra.
Aparcado con arrogancia frente a una zona prohibida, el Boxster era un símbolo
insultante de una prosperidad que no había alcanzado esas calles.

Jude eliminó la preocupación con un elegante gesto de su mano.

—Nah... Me conocen. Me crié aquí —añadió ignorando el asombro en la cara de


Liz—. Ésta de aquí —señaló una puerta verde sin marcas, abriéndola para que
su compañera pasara.

Mick Jagger pedía simpatía para el diablo cuando entraron en la sala.

Acostumbrada a la nutrida multitud que se apretaba en el pub yuppie al que


solía ir, Liz esperaba que el lugar estuviera lleno de gente bulliciosa, feliz porque
el fin de semana por fin había llegado. Lo que encontró en su lugar fue un
establecimiento más o menos lleno donde la conversación era enmudecida por el
rápido chasquido de las bolas golpeando unas con otras. No eran las únicas
mujeres en el bar pero casi, así que Liz sintió las miradas vagabundas de los
parroquianos. Sin embargo, Jude parecía ajena a todos ellos mientras guiaba a
Liz con seguridad a través del laberinto de mesas.

Un viejo arrugado, cuya edad la reportera hubiera podido situar en cualquier


punto entre los 70 años y la eternidad, las vio mientras se acercaban. Por
supuesto, 1,80m de alguien como Jude es casi imposible que pase desapercibido,
pensó Liz apreciativamente, echando una mirada más al perfil esculpido de la
mujer a su lado. El tenue olor a cuero y el propio aroma especiado de la mujer se

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
enroscaba en los bordes de los sentidos de Liz, y luchó contra la urgencia de
encontrar un sitio, cualquier sitio, donde poder poner sus manos sobre Jude.

—¡Chiquilla! —cacareó el viejo con alegría—. No pensaba que fueras a volver


nunca.

—Nickie, ¿qué tal? —la voz de Jude había cambiado su cadencia, bajando una
octava y ahora tenía un matiz gutural.

—Acrk, ya conoces a estos chicos malos, intentando llevarse lo que no les


pertenece —movió la mano haciendo un gesto ligeramente obsceno y quitando
importancia al comentario—. ¡Pero aquí sigo! —rió con ganas.

—¿Te están extorsionando, Nickie? —preguntó Jude, una luz risueña danzando
en sus ojos.

—No hay nadie capaz de extorsionarme —objetó Nickie a gritos, después se echó
a reír maliciosamente—. Excepto tú... y entonces tú no eras más que otra chica
mala también. Esa preciosa cara tuya me engañó, eso es todo—. La pareja
compartió unas risas y después los ojos de Nickie abandonaron la imponente
forma de Jude para fijarse intensamente sobre la mujer acurrucada
cómodamente a su lado—. ¿Dónde están tus modales, chiquilla? —ante el
asombro de Liz, el viejo alargó una mano imperiosa y, de repente, golpeó a Jude
en el brazo.

La traficante simplemente pareció divertida.

—¿Sabes? Últimamente me hacen esa pregunta a menudo —dijo crípticamente—


. Discúlpame. Nickie, esta es Elizabeth Peterson.

—Hola —Liz sonrió.

Los ojos de Nickie se estrecharon hasta ser dos pequeñas rayitas mientras la
inspeccionaba, asintiendo para sí mismo.

—Tú también eres muy guapa —admitió—. ¿Estás manejando a esta de aquí?—
indicó con el pulgar en dirección a Jude.

—¡Ey! —protestó Jude.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
— Lo intento —Liz se rió del ceño de Jude—, pero es difícil — sonrió a Jude,
sintiendo una suave sacudida cuando sus ojos se encontraron por encima de la
cabeza del viejo.

Nickie sacudió la cabeza con picardía.

—Es muy resbaladiza. Vigílala —advirtió solemne.

—Sí, sí, claro; todo el mundo es un crítico —Jude puso los ojos en blanco y
deslizó un largo brazo cómodamente sobre los hombros de Liz—. No necesito que
le des pistas sobre cómo manejarme, viejo. Bueno, ¿tienes una mesa para
nosotras o yo misma tendré que echar a alguno de estos chicos malos?

—Yo te consigo una mesa. No hace falta que tires a nadie más por la ventana —
proclamó Nickie, saliendo apresuradamente de detrás del mostrador y
dirigiéndose a las filas de mesas.

— ¡Ey, Nickie! —gritó un hombre vestido con unas sucias y gastadas ropas de
trabajo— ¡Aquí queremos otra ronda!

El viejo murmuró algo ininteligible y giró bruscamente la cabeza hacia Jude.

—Pónsela tú por mí, chiquilla. Todo sigue en el mismo sitio.

—¿Tengo facha de ser parte del personal de aquí? —contestó Jude secamente
mientras el viejo desaparecía arrastrando los pies.

—Lo suficientemente parecido —Liz dio un apretón a la mano apoyada en su


hombro.

— Uh... lo siento —murmuró Jude—, no estaba pensando cuando...

— Y yo no me estaba quejando—. Unos ojos verdes acariciaron las líneas del


rostro de Jude, absorbiendo sus diminutos detalles, las manchitas oscuras en
los claros ojos azules, el espesor de las pestañas parpadeando hacia ella; detalles
que, hasta ahora, no se había permitido el lujo de experimentar de cerca.

Jude abrió la boca para hablar, pero los clamorosos gritos de Que alguien,
maldita sea, nos ponga otra ronda, interrumpieron cualquier cosa que estuviera a
punto de decir. Liz apretó los dientes, lo suficientemente molesta como para
querer acercarse y golpear al dueño de tan ofensiva voz, pero Jude simplemente

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
sonrió como diciendo....la próxima vez..., y se colocó detrás del bar con tranquila
comodidad.

—¡Ey, tráeme un tequila cuando vuelvas! —sonrió Liz con gesto travieso.

Jude agitó la cabeza poniendo tres cervezas y deslizándolas con mano experta a
lo largo de la barra.

—Eso está mucho mejor —los hombres gruñeron apreciativamente, observando


la atractiva figura de Jude.

—¿Eres la nueva empleada de Nickie? —preguntó el más atrevido.

Jude arqueó una sardónica ceja, escuchando su parloteo.

—Sí, ya era hora de que le diera un poquito de clase a este tugurio.

—Me encanta una mujer vestida de cuero.

—No te había visto nunca por aquí.

Una multitud comenzaba a formarse arrastrada por el grupo cada vez más
estridente en el centro del bar. Consciente de la mirada esmeralda posada sobre
ella desde el extremo de la barra, Jude se movía con elegante precisión,
estrujándose la memoria para recordar los ingredientes de las bebidas, según le
iban llegando peticiones cada vez más exóticas.

—Vamos nena, ponme algo frío en vaso largo.

—Sexo en la Playa, cielo ¿puedes prepararlo?

—Un Pezón Cremoso estaría muy bien ahora mismo.

Otra mirada rápida al final de la barra... Elizabeth le sonreía abiertamente, y


Jude le devolvió otra rápida sonrisa. Una amplia sonrisa felina apareció en su
rostro. Hubiera querido ponerse a gritar ante los atroces juegos de palabras
dirigidos hacia ella, pero en su lugar, comenzó a preparar las bebidas añadiendo
sus propias respuestas descaradas, quedándose sin piedad con los clientes. El
bote de las propinas de Nickie comenzó a llenarse rápidamente.

—Ey, camarera... —la voz dulce de la visión de pelo color miel que contemplaba
el espectáculo, captó su atención—. ¿Puedes atenderme?

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Jude recorrió despacio la longitud de la barra, una afectada sonrisa curvándose
sobre su rostro. Apoyando un largo brazo en el borde del mostrador, cruzó los
tobillos, proporcionando a los muchachos del bar una inspiradora visión de 1.80
cm.

—¿Qué quieres tomar, preciosa? —dijo con lentitud.

—Me parece que había pedido un tequila —replicó Liz con picardía cruzando los
brazos. Los brazos de Jude relucían a la luz tenue del bar, los músculos fuertes
finamente delineados. Tuvo un repentino flash de esas manos, esos brazos
moviéndose contra ella, sobre de ella, empujándola ... Whoa....quieta ahí....Lizzy
¿Demasiadas margaritas en la cena? Obligando a su mente a ponerse de nuevo
en marcha, lentamente se mojó los labios—. Así que ¿qué hay que hacer aquí
para conseguir una copa decente?

Jude sonrió temerariamente y puso sus manos en las caderas.

—Un tequila.... marchando –sostuvo una botella en alto—. ¿Quieres Cuervo Oro
o la marca de la casa?

—Sólo quiero lo mejor —devolvió Liz con coquetería.

Una ceja se curvó hacia arriba divertida mientras Jude respondía.

—Entonces has venido al sitio adecuado, querida —sirvió la bebida en un vaso


desde lo alto y sacó de la nevera una lima que cortó limpiamente en cuatro
trozos, y colocó todo frente a su cliente.

—Has olvidado la sal.

Jude lanzó una mirada al borde desnudo del vaso, y después otra vez a los ojos
verdes que bailaban divertidos.

—No, no lo hice —pensando deprisa, alzó dos dedos frente a Liz—. Abre la boca
—ordenó suavemente.

La mujer de cabello miel obedeció en silencio, sintiendo su corazón latiendo


rápidamente en su jaula. Jude deslizó sus dedos entre los labios de Liz, siendo
incapaz de ahogar el largo gemido que brotó cuando fue envuelta por el calor de
la boca de su acompañante. Liz aprovechó plenamente la invasión, pasando su
lengua por la sensible carne y únicamente soltando a su presa de mala gana,

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
cuando Jude tiró de ellos para liberarlos. Jude pasó rápidamente los dedos por
la sal de las margaritas, y se los ofreció de nuevo.

—¿Preparada? —preguntó con voz ronca.

Liz solo pudo asentir mientras cogía la bebida. Sus labios se abrieron, dando la
bienvenida al ofrecimiento de Jude. La punzada de la sal cubrió el dulce sabor de
la piel cuando los dedos de Jude la abandonaron una vez más. Bebió el tequila
de un trago, dejando el vaso en el mostrador con un golpe sordo. Le lloraron los
ojos por la quemazón del alcohol, y sus sentidos, ya exquisitamente
atormentados, ardieron aún más.

—Has olvidado la lima —bromeó Jude delicadamente.

Los ojos de Liz parpadearon en dirección al pedazo que descansaba sobre la


barra y se encogió de hombros.

—¿Te acordarás la próxima vez? —susurró Jude.

Sus ojos se encontraron durante un breve, sensual momento, y Liz sonrió


temblorosa.

—No sé si sobreviviría a una próxima vez —admitió.

—¿Qué está pasando aquí? —Nickie volvió fanfarroneando detrás de la barra del
bar interrumpiendo su acercamiento—. Me doy la vuelta un segundo y me
montan una escena picante —Nickie movió la cabeza a modo de reproche, pero
sus ojos sonreían—. Fuera de mi bar —ahuyentó a Jude desde su posición.

—Pero mira, Nick. Te he ganado algún dinero —Jude hizo un gesto hacia el
ahora rebosante bote de las propinas.

—Me has costado un montón de dinero —bufó Nickie—. Ahora, largo. Están en la
mesa 6, en el rincón. Los tacos en la pared. Largo.

Jude alargó el brazo alrededor de la forma diminuta de Nickie y cogió la botella


de Cuervo, dos vasos y una jarra de jugo de naranja del refrigerador.

—Así no tendrás que preocuparte por nosotras —le aseguró.

—Te llevas mi mejor alcohol —fingió protestar, los brazos en jarras.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Como si alguno de estos tipos fuera a notarlo —Jude apuntó con lógica—,
ponles una cerveza y diles que hablen conmigo si tienen algún problema —
reuniéndose con Liz al otro lado de la barra, indicó con la cabeza hacia la parte
de atrás—. Vamos, es aquí atrás.

—Y no quiero volver a ver esas cosas raras en mi bar —les gritó mientras se
acercaban despacio hacia la mesa.

Juude se sentó en su escondite en una mesa cercana mientras Liz se acercaba


hacia la pared sopesando unos cuantos tacos antes de quedarse con uno. Jude
observó con sorpresa mal disimulada cómo su compañera se acercaba a la mesa
y movía las bolas con mano experta, mirando a la mujer oscura con ojos
expectantes.

—¿Quieres abrir? —preguntó con voz aterciopelada.

Jude tragó con dificultad ante la visión y el sonido de la mujer de pelo color miel,
preguntándose por primera vez en qué demonios se había metido.

—Empieza tú —consiguió decir antes de acercarse a la pared y seleccionar un


taco para ella.

Un ruido cortante de bolas golpeando entre sí atrajo su atención de la forma bien


proporcionada inclinada sobre la mesa, hacia el propio verde donde las bolas
rebotaban unas con otras.

—Las tuyas son las rayadas —Liz comentó, antes de inclinarse para tirar otra
vez. La bola blanca golpeó y desvió ligeramente la bola roja número dos,
enviándola limpiamente al agujero lateral—. Oh, olvidé preguntar ¿quieres que
marquemos los tantos? —preguntó inocentemente.

Las cejas de Jude se dispararon hacia el cielo mientras contemplaba a su


compañera de otra vez. Otro jugador que había estado contemplando a la pareja
con ojos calculadores, rió suavemente.

—Parece que estás a punto de que te den una paliza.

Jude frunció los labios.

—Eso parece ¿verdad?

* * * * * * * * *
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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab

—¿Dónde aprendiste a jugar al billar así? —preguntó Liz horas después mientras
se dejaban caer perezosamente en el porche en casa de Jude.

La pareja había descubierto a lo largo de la noche, que estaban prácticamente


igualadas en la mesa de billar. Cada vez que Liz tenía una mano espectacular y
pensaba que tenía a Jude contra las cuerdas, su compañera aparecía por su
parte con una mano increíble y equilibraba la balanza. Finalmente perdieron la
cuenta de las partidas que habían jugado y simplemente se dedicaron a disfrutar
de la competición. Su habilidad combinada había atraído la atención de varios de
los mejores jugadores de la sala, pero todas las peticiones de jugar contra ellas,
fueron rechazadas cortésmente. Ninguna de las mujeres estaba cansada cuando
Nickie finalmente las echó en las primeras horas de la madrugada; así que
cuando estuvieron de vuelta en la casa, Jude las guió hacia el porche desde
donde se podían ver las olas bañando la orilla.

—Iba a preguntarte lo mismo —replicó la mujer sombría.

Liz se encogió de hombros y rió dulcemente.

—Mis padres tenían una mesa en el sótano.

—Ah... —La voz de Jude resonó en la oscuridad. La mujer alta estaba envuelta
en sombras, sentada en la butaca más alejada de la piscina. Liz se había quitado
los zapatos, subido los pantalones y tenía los pies metidos en el agua. La luz de
la luna reflejaba el brillo dorado de su pelo, creando un halo que, en su estado
actual, Jude no estaba totalmente convencida de que no fuera ilusorio.

—¿Qué se supone que quiere decir eso? —Liz se inclinó hacia atrás para atisbar
entre las sombras, solo pudiendo distinguir en la oscuridad un débil destello de
los ojos claros de Jude.

Una risa contralto serpenteó en la noche, mezclándose seductora con el suave


murmullo de las olas.

—No te enfades. Son solo que a un millón de millas de distancia de donde yo


aprendí. Eso es todo.

—Hablas como si fuéramos de planetas diferentes.

—Puede que lo seamos —Jude suspiró.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
La voz de Jude tenía un tono triste que hizo que la percepción de Liz se pusiera
en guardia. La noche entera había sido tan maravillosa y la mujer de cabellos
miel estaba condenada si iba a dejar escapar las dudas no expresadas de la
agente.

—Oh no, no vas a hacerlo —advirtió Liz, poniéndose de pie de un solo


movimiento, y penetrando en el corazón de las sombras.

La mujer oscura tenía estiradas sus largas piernas, y Liz se acercó hasta el borde
del asiento de Jude con paso decidido, sus muslos rozando la butaca. Podía
sentir la presión de las piernas de Jude entre las suyas, y la mareante sensación
hizo que olvidara momentáneamente su enfado. Una urgencia apremiante de
conocer el poder de esos músculos definidos envolviendo su cintura, casi
amenazó con imponerse sobre su propósito, pero consiguió refrenarse en la
antesala de este purgatorio sensual.

—No vas a hacerlo —repitió enérgicamente, sintiendo cómo las manos que se
habían acercado para rodearla, se paraban de golpe ante la determinación de su
voz.

—Hacer ¿qué? —preguntó Jude con voz ronca.

—Sacar otra vez esa mierda de "no soy buena para ti" —suspiró Liz—. Nos
conocemos desde hace siete días y ya lo has hecho tres veces. Dos hoy. Y si
sigues haciéndolo, voy a tener que... —su voz decayó, frustrada. Su mente estaba
llena de todo lo que había averiguado sobre la mujer frente a ella, haciéndola
consciente de que todavía había tantas cosas que no sabía, que no podía saber, a
menos que Jude decidiera contárselas. Y eso significaba dejarla entrar en su
corazón. Y Liz fue consciente con un estallido de dolorosa claridad de que
realmente quería entrar, quería conocer a Jude Lucien, a la mierda el artículo o
el libro. La mujer bromista y risueña que había entrevisto esta noche, solo la
hacía ansiar más. Así como la tentadora caricia de su boca y sus manos la
hacían desear sentir su completo abrazo. Pero el deseo tenía que ser mutuo, o si
no, nunca funcionaría. Había muchas cosas que superar por ambas partes como
para que pudiera suceder de otra manera—. O tendré que rendirme —terminó
suave, tristemente.

Liz retrocedió un paso antes de que unas elegantes manos la hicieran detenerse.

—No —susurró Jude. Largos dedos se enroscaron firmemente durante un


momento interminable en la gruesa tela de los vaqueros de Liz antes de que una
cabeza oscura se apoyara contra su estómago—. No te rindas.
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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
No se trataba de una broma calculada ni de una proposición. Era una súplica,
simple y llana, a Liz para que tuviera fe en algo que no podía ver. Así que la
mujer rubia hizo, la única cosa que podía hacer, la única cosa que su corazón
soportaría, respondió a esa llamada.

— No lo haré.

* * * * * * * * *
Capítulo 7

Por segunda vez en varias semanas, Jude pasó por alto el sol al contonearse
dentro del día a favor de una figura parada en la puerta observando la forma
dormida de Elizabeth. Estudió las líneas flexibles de la mujer extendida en todo
lo ancho de la cama, preguntándose qué demonios era lo que había en ella que
tenía un efecto tan devastador en sus defensas.

A Jason siempre le había gustado decir que una avalancha empezaba con una
sola piedra, y, pensó tristemente Jude, parecía que en este caso tenía razón. La
noche anterior, esa sencilla, ahogada súplica, fue todo lo que había sido capaz de
extraer de unos pulmones repentinamente constreñidos por la falta de aire. Eso
había sido suficiente para empujar las emociones de Jude a una caída libre que
ella parecía incapaz de frenar. El tiempo se había detenido estrepitosamente
cuando sintió aquellos pequeños dedos entre su pelo y luego recorriendo su
espalda trazando suaves círculos. Jude no sabía cuánto había durado su abrazo,
pero, de alguna forma, se encontró de pie en la puerta de su habitación, con las
manos de Elizabeth entre las suyas.

—Hablaremos mañana —había prometido la mujer del pelo color miel antes de
depositar un dulce y casto beso sobre sus labios, y marcharse pasillo adelante.

Aunque agotada, el sueño la había abandonado, y ni siquiera Ana Karenina


consiguió distraerla. Una ducha caliente también había resultado inútil.
Finalmente, exasperada, se había puesto unos pantalones de chándal y una
camiseta en un intento de introducirse en la cocina y rescatar algunas de las
sobras de la cena. Sin embargo, sus pasos la habían encaminado en la dirección
opuesta, hacia la puerta abierta donde su huésped dormía junto con la parte
canina de los habitantes de la casa.

El sol lanzó rosadas luces de advertencia para anunciar su inminente llegada,


pero en su lugar, el destello de los músculos en el brazo extendido de Elizabeth

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
captando la mirada intensa de Jude. Debe estar soñando. El movimiento hizo
salir de su sitio a Pete, que se levantó inseguro, con las piernas todavía pesadas
por el sueño. El pequeño perro perdió el equilibrio en el desigual revoltijo de
mantas, y cayó contra Liz con un ruido sordo.

—¿Qu...? —una cabeza dorada se levantó de su confortable nido e inspeccionó


lo que la rodeaba—. Hola.

Lo dijo con suavidad, reconociendo la alta forma de Jude. La mujer de pelo color
miel rascó, ausente, las orejas de Pete, y el perro se enroscó junto a ella otra vez
con un suspiro satisfecho.

Una jubilosa semilla de felicidad explotó en el vientre de Jude, bañando su alma


con una luz que, de haber sido visible, habría rivalizado con cualquiera que el sol
se hubiera atrevido a ofrecer.

—Parece que has embrujado a mis perros —observó. Clytemnestra levantó una
cabeza somnolienta, los ojos castaños llameando culpables al ver a su ama.

—Upss... —se disculpó Elizabeth, no pareciendo en absoluto arrepentida.

—Bueno —dijo Jude lentamente—. No se puede decir que tengan mal gusto, eso
es seguro.

Con el comentario obtuvo una sonrisa somnolienta al tiempo que la mujer


pequeña se pasaba una mano por su pelo revuelto y entrecerraba los ojos
mirando a Jude.

—¿Has dormido algo?

La mujer sombría se encogió de hombros.

—Algo.

—¿Qué hora es?

—Un poquito antes del amanecer.

Elizabeth se mordió el labio al dudar un momento.

—Ven aquí.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Jude vaciló. Después, recorrió la distancia con tres largos pasos, deteniéndose
en el borde de la cama.

—No, he dicho ven aquí —ordenó Elizabeth con voz tranquila. Retirando las
sábanas y echándose a un lado, desalojó a un malhumorado Pete que tropezó
hasta el borde de la cama y se desplomó al lado de Aggie.

La mujer oscura no se movió, mirándola como embobada. Ojos verdes buscaron


los suyos, forzando la resistencia de su cuerpo, tranquilizando a Jude con la
exhuberancia verdosa de su mirada. Rindiéndose a la dulce promesa que se le
ofrecía, se deslizó en la calidez de la cama de Elizabeth.

—Eso es —murmuró la pequeña mujer cuando Jude estuvo cómodamente


situada en sus brazos—. ¿No es mucho mejor así?

Pero la mujer oscura ya estaba dormida, su respiración sonaba constante y


regular. Había perdido toda conciencia soñando con un hombre de pelo claro y
una mujer de ojos verdes que reían con ella a la luz del sol.

* * * * * * * * *
El tiempo no espera a ninguna mujer, ni siquiera a una tan exhausta como
Jude, y en el momento en el que la mujer oscura regresó al mundo consciente, el
sol rociaba diligentemente la Tierra con una luz brillante y casi dolorosa.

—Arrgghh... —gruñó, convirtiendo sus ojos en apenas dos hendiduras en un


vano intento por protegerse de la luminosidad del día. Fallando en el intento,
dejó caer la cabeza otra vez donde reposaba, acurrucada en la suavidad de la
penumbra entre el hombro y el cuello de Elizabeth, apretándose contra su piel
flexible.

Una suave carcajada cosquilleó en su oído, acompañada por una ligera


ondulación de músculos bajo su mano.

—¿Estás despierta? —preguntó Elizabeth.

—Apenas —resopló.

Otra carcajada, y esta vez Jude levantó la cabeza lo suficiente como para ver
unos divertidos ojos verdes chispeando hacia ella.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Vuelve a dormirte —urgió la mujer más pequeña—. Yo no tengo que ir a
ningún sitio.

Una rápida mirada hacia abajo reveló que, mientras dormía, Jude había
reclamado para sí y de forma involuntaria, el cuerpo que estaba debajo del suyo.
Una mano había subido la camiseta de Elizabeth y se apoyaba perezosa sobre
una amplia extensión de abdomen desnudo, mientras que un muslo poderoso se
abrazaba a las caderas de la mujer más pequeña, apretándolas cuidadosamente
contra las suyas.

—Seguro que eso es algo bueno —apuntó Jude irónicamente—, porque dudo que
pudieras moverte aunque quisieras.

—¿Me oyes quejarme? —rió Elizabeth mientras sus dedos jugaban, ausentes,
con el pelo de Jude.

Jude sabía que cientos de alarmas tendrían que estar sonando en su psique, y
que debería soltarse de ese abrazo en más de un sentido. Pero su cuerpo
simplemente se negó a obedecer, y permaneció inapropiadamente acurrucada en
los fuertes brazos de esa pequeña mujer.

—¿Pero qué hora es? —bostezó.

Elizabeth estiró la cabeza alrededor de Jude para echar una mirada al reloj
digital.

—Un poco más allá de mediodía.

—Oh, Cristo.... —exclamó Jude despacio—. Se ha ido la mitad del día.

—¿Y...?

Jude miró enojada a su compañera de cama.

—Hay cosas que tengo que hacer —replicó, confundida por el tono ligeramente
petulante de su propia voz.

La mujer del pelo color miel se rió.

—Lo sé, lo sé... Atracos a bancos que planear, joyerías que reventar... —se burló,
ignorando despreocupadamente las cejas levantadas de Jude—. Venga, Jude, es
domingo. Pensaba que una de las ventajas de no jugar conforme a las reglas era

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
poder crear las tuyas. Y eso, mi amiga bandida, es tomarte un día libre cuando
quieras.

Sus ojos verdes danzaron con júbilo ante el semblante realmente alucinado de
Jude.

—Yo no reviento joyerías —murmuró Jude sombría—. Realmente, crees en eso de


vivir al límite, ¿no es así?

—Ey, mi lema es: "Si ves a un oso en el bosque, acércate y pínchale con un palo".

—¿Y qué pasa si encabronas al oso?

Elizabeth se incorporó a medias y se apoyó en un brazo musculoso, girando el


torso de modo que podía mirar a Jude desde arriba.

—Echo a correr como alma que lleva el diablo —estudió el juego de expresiones
sobre el rostro de la mujer oscura—. ¿Tengo que ponerme las zapatillas de
correr?

Un frío azul estudió silenciosamente a la mujer todavía enredada a su alrededor,


absorbiendo la engañosa fuerza del cuerpo apretado contra ella y la tranquila
sabiduría de la mirada esmeralda, y lo que ambas cosas estaban empezando a
significar para ella. Su rostro se relajó en una mueca de incredulidad.

—Na....No, al menos que quieras venir a correr conmigo en mi "día libre"—replicó


Jude con ligereza. Otra banda de hierro de su voluntad se derrumbó bajo el
tierno asalto de las emociones, y Jude se preguntó ausente por qué parecía tan
fácil seguir ese camino, donde quiera que la llevase—. ¿Y qué es exactamente lo
que tenías pensado para hoy?

Elizabeth pareció pensativa.

—Oh, no sé. Se supone que va a hacer un calor horroroso. Pensaba que quizá
podíamos ir al cine y ver alguna cosa épica de unas tres horas para pasar lo peor
del calor de la tarde. Después, podríamos buscar algún sitio fresco y agradable,
con un par de bebidas frías, y escondernos. ¿Qué te parece?

—Pues me parece que es un buen plan. Pero tengo una pregunta —en ese
momento, ni hecho a propósito, un sonoro quejido retumbó en las tripas de
Jude—. ¿Qué hay para desayunar?

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab

* * * * * * * * *
—Huevos Rancheros.

Las manos de Liz eran borrosas mientras cortaba en rodajas, en dados y en tiras,
y rallaba lo que parecía la totalidad de las verduras frescas del estado del Sol
Radiante 9. Enormes pilas de tomate, cebolla y lechuga inundaban la zona de
trabajo del cocinero, y los huevos se freían lentamente a pares, con las yemas
hacia arriba, en la enorme bandeja anti-adherente en el horno.

—Así que.... —Jude mordisqueó el trozo de queso cheddar que Liz había metido
en su boca cuando regresó a la cocina después de una ducha—. ¿Dónde
aprendiste a hacer comida mexicana? —observó con atención el pelo rubio de la
reportera y sus ojos verdes, y soltó una carcajada—. Teniendo en cuenta que
tienes que ser una de las chicas más blancas de toda América.

La mujer del pelo rubio-miel rió entre dientes mostrando su acuerdo con la
descripción.

—¿La verdad? Mi padre estaba en el Cuerpo Diplomático. Y eso significa que mi


hermano y yo fuimos criados sobre todo por niñeras y amas de llaves. Y que, por
supuesto, cambiaban cada vez que mi padre tenía un nuevo destino. Pasé mucho
tiempo en la cocina con mis cuidadoras. Estuvimos en varios países
latinoamericanos. Supongo que, simplemente, aprendí.

Liz se encogió de hombros, quitándole importancia, no muy segura de cómo se


tomaría Jude las noticias sobre su educación privilegiada. Por la poca
información disponible sobre el pasado de la ex agente, sabía que Jude casi no
había tenido un hogar, y el comentario que había hecho entre dientes la noche
pasada, sobre que procedían de dos mundos diferentes, la tenía preocupada. Al
hablar de su juventud, Liz había evitado las circunstancias de su educación,
prefiriendo, en su lugar, hablar de sus amigos y su vida fuera de los fríos
confines de la familia Gardener. Levantó la vista para encontrar unos ojos
pensativos que la estudiaban.

—Cuerpo Diplomático, ¿eh?— Jude volvió la mirada a la mesa, donde se dedicó a


restregar con aplicación una mancha inexistente en la madera—. Supongo que
pudiste ver un montón del mundo mientras crecías.

No había burla en las palabras de la mujer sombría, sólo un inexplicable tono


nostálgico que la reportera no llegó a comprender.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Supongo que sí —accedió Liz. Los ojos azules volvieron a ella para revelar una
expresión abierta que Liz nunca había visto antes y que la desarmó. Hizo un
esfuerzo por mantener su respiración regular y tranquila, dándose cuenta de que
estaba descubriendo algo de Jude Lucien que ningún archivo de ordenador o
artículo periodístico podría revelar.

—¿Cómo fue? —preguntó Jude suavemente. La pregunta pareció escapársele


antes de que la mujer oscura se diera cuenta, pero el sonido de las palabras que
brotaban en el aire creando un embarazoso sonrojo que se extendió por sus
rasgos bronceados—. Quiero decir... —se movió nerviosa, como si la hubieran
pillado admitiendo algo vergonzoso—. Nunca salí del estado de Florida hasta que
cumplí los veinte. Espera... eso no es cierto —se corrigió—. Fui a Georgia una vez
con mi clase de sexto para ver Stone Mountain3.

Posiblemente, no había nada que Jude hubiera podido decir que la hubiera
hecho más vulnerable frente a Liz en ese momento. Con una terrible claridad, la
reportera se dio cuenta de que Jude intentaba torpemente desnudarse de ese
lacado halo de misterio que había protegido, hasta ahora, a la taciturna agente.
Insegura sobre lo que podría decir para reconocerle ese gesto tan precioso, Liz
llevó sus dedos al rostro de Jude y acarició la curva de una elegante mejilla.

—Y yo que pensaba que lo habías visto todo.... —bromeó.

Una simple sonrisa jugueteó sobre las elegantes líneas de la boca de Jude.

—No hace falta salir de Florida para eso —aseguró Jude a la reportera. Hizo un
gesto con la cabeza hacia la sartén—. Esos huevos ya casi estarán, ¿no?

—¿Huevos? —Liz agitó la cabeza un par de veces para aclararse—. Oh... claro...
huevos... Sip, alcánzame esos platos, ¿quieres?

La ligera tensión fue desapareciendo mientras llenaban sus platos con el


desayuno preparado por Liz y se acomodaban en la mesa redonda de roble.
Aunque quería desesperadamente continuar el camino que habían empezado, la
reportera supo instintivamente que si presionaba demasiado a Jude, esas finas
capas que iban desapareciendo se volverían a sellar, y la imagen barnizada de
Jude jamás mostraría ninguna evidencia de que se deshicieron alguna vez.

3
Ciudad ubicada en el condado de DeKalb en el estado de Georgia, EU.

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Pero, para gran sorpresa de la mujer de pelo rubio-miel, la agente no mostró
ninguna reticencia en volver a la conversación.

—Yo crecí prácticamente en la calle —comentó entre bocado y bocado de huevos


rancheros—. Como si no se supiera —rió.

—No se nota —replicó Liz en una media verdad. Aunque camuflado por una
educación indiscutiblemente impecable, el acerado negro centro de los tiempos
de Jude en la calle permanecía visible en cada uno de los ágiles movimientos de
su figura.

Si Jude se dio cuenta de la pequeña mentira de su amiga, la dejó pasar.

—Mi madre estaría encantada —dijo la agente de forma inexpresiva—. Me


perseguía siempre para que me comportara como una señorita. No sé por qué, la
verdad. No es como si tuvieras dos monedas de diez centavos rozándose juntas, y
los vecinos ya la consideraban una golfa —había un deje de amargura en la voz
de Jude, como si ya estuviera demasiado cansada para seguir cargando la
indignación más tiempo.

—¿Qué hay de tu padre?

—Jamás tuve el placer de conocer a ese hombre en persona —se encogió de


hombros con afectada despreocupación, levantándose y sirviéndose otra taza de
café. Sujetando la cafetera en alto en una muda pregunta, rellenó la taza de la
reportera—. Nunca supe nada de él. Cómo se conocieron. Nada —sus ojos azules
claros, de pronto, parecieron haberse ido muy lejos—. Vi una foto suya una vez.
Juntos, de pie en la playa. Él era alto, mucho más alto que ella (y ella no era una
mujer pequeña) y de hombros anchos, con el pelo muy negro y la piel como el
jengibre que parecía brillar al sol —agitó la cabeza—. Era un hombre guapo.

Su mirada se encontró con la de Liz y la mujer oscura sonrió con tristeza. La


reportera se preguntó si su amiga se daba cuenta de que podía haber estado
describiéndose a sí misma.

—Pero tengo los ojos de mi madre —reflexionó, ausente—. Cuando encontré la


foto, no podía creer que mi madre la hubiera conservado todos esos años. Quiero
decir, yo era un recuerdo andante de su error, tal y como era.

—Tal vez lo amaba —apuntó Liz cautelosamente. Jude se rió con sorna.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Que yo sepa, jamás quiso a nadie, excepto a Dios —su rostro cambió,
suavizándose a pesar suyo—. No tuvo otra opción, supongo. Tenía dieciséis años
cuando se quedó embarazada, y su familia la corrió. Gracias a su hermano, el
sacerdote, terminó en algún hogar para madres solteras —sus ojos se
endurecieron con el recuerdo—. A partir de aquel día, la Iglesia Católica fue su
dueña. La convenció de que la única forma en que podría expiar su terrible falta,
era postrarse cada día a los pies del Señor. Bueno, más bien a los pies del cura.

—Podía haberte abandonado, pero no lo hizo —precisó Liz.

Jude se pasó una mano por su brillante mata de pelo y suspiró, como si
estuviera cansada de la conversación.

—Tienes razón. Y supongo que me quería, en algún sentido. Pero también era la
cruz con la que tenía que cargar en su camino de expiación —entonó
burlonamente—. La carga que, una vez recogida, jamás puedes dejar. El cura
nunca le dejó olvidar que yo era el producto del pecado y, según me iba haciendo
mayor, hice todo lo que estaba a mi alcance para vivir de acuerdo a ese título.

—Una niña indomable, ¿eh? —bromeó Liz intentando disipar las negras nubes
que salpicaban el claro azul de los ojos de Jude.

—Oh, sí —suspiró Jude otra vez con una sonrisa irónica. Echó una mirada a su
reloj—. Vamos. Te lo cuento todo después de la película. Tenemos que
marcharnos si queremos llegar a tiempo al cine.

* * * * * * * * *
Si Jude se hubiera parado a pensarlo, se habría dado cuenta de que,
probablemente, era el día más tranquilo que había pasado en los últimos cinco
años. Elizabeth había elegido una comedia romántica desenfadada, pero
sofisticada, como su oasis en el insoportable calor de julio. Sentada en el cine,
Jude se resistió a la desesperada y estúpida necesidad de poner el brazo
alrededor de la mujer rubia en la oscuridad. A lo largo de la película, casi
sucumbió a alguno de esos gestos ridículos, hasta que finalmente, cuando salían
del cine, dio por perdida la batalla mental y estrechó la fina mano de Elizabeth
en la suya, guiándola hacia la gran multitud de la tarde del domingo.

—¿Dónde vamos ahora, oh, gran planeadora de mi día libre? —se burló Jude,
poniendo en marcha el motor del Boxster.

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—A algún sitio fresco y oscuro —replicó Elizabeth, siguiendo el juego y haciendo
un gesto regio con la mano—. Con vista al océano —añadió, como si se le
hubiera ocurrido en el último momento.

La mujer oscura levantó una mano hacia la imaginaria ala de un sombrero.

—Como desee, señora.

Mientras conducían en un relajado silencio, Jude dejó que su mente se deleitara


con las exuberantes sensaciones de los dos últimos días. La facilidad con la que
se había quedado dormida en los brazos de Elizabeth le decía mucho más que
cualquier debate interno sobre lo que quería de la esbelta mujer. Quería el
cuerpo de Elizabeth, su corazón, sus palabras, su dulzura, cualquier cosa y todo
lo que la otra mujer estuviera dispuesta a darle.

El problema era que ella no sabía qué podía ofrecer a cambio.

"Bueno, esa es la cuestión, ¿verdad Angel? No crees que te quede nada, algo de
corazón, alguna luz dentro de ti. Y puede que no... Pero, ¿no crees que, por lo
menos, deberías intentar averiguarlo?"

—Un buen maldito momento para sacar mi alma y ponerla a prueba —murmuró
Jude entre dientes.

—¿Perdón? —dijo Elizabeth.

—He dicho que ya estamos aquí —Jude sonrió alegremente—. Dijiste un sitio
fresco, oscuro y con vista al mar. ¡Voilà! —llevó el Boxster hacia una destartalada
estructura con aspecto de bungalow, terminada con un falso tejado de paja.

Entraron a través de unas puertas de salón pasadas de moda, y sus ojos se


sintieron aliviados inmediatamente por una acogedora penumbra.

—Vaya, no estabas de broma cuando prometiste oscuridad, ¿eh?

Una profunda risa retumbó en la garganta de Jude. Ajustando la vista tras el


brillo diurno, echó una mirada alrededor y, con un gesto de la mano, llamó al
camarero. Un hombre moreno de edad indeterminada se acercó con tranquilidad;
una raída camisa hawaiana se arrugaba alrededor de la cintura de sus gastados
y deformados pantalones. Su pelo negro empezaba a volverse gris y lo llevaba un
poco largo, casi rozándole los hombros, y una fina telaraña de arrugas rodeaba
sus ojos. El efecto era el de un marinero que, después de demasiadas aventuras,

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había vuelto a casa desde el mar. Las observó con una auténtica expresión de
deleite.

Antes de salir para el cine, Jude se había puesto una camisa larga de algodón
blanco que flotaba suelta sobre unos ligeros pantalones de lino blanco, y que
ahora estaban elegantemente arrugados. Una suave extensión de piel bronceada
era visible a través del escote abierto, y su cuello y sus orejas se encontraban
desnudos de cualquier joya. Sacudiendo la cabeza para liberar el pelo del lazo
que lo mantenía sujeto y en orden en el descapotable, Jude componía, a los ojos
cansados del marinero, la figura de una elegante decadencia sureña.
Inmediatamente a su lado, Liz era una niña, dorada de redención y vestida con
una blusa ocre de cuello redondo y una falda corta de color rojizo que dejaba sus
piernas desnudas, con excepción de unas sandalias. Sonriendo ampliamente a
sus dos clientes, preguntó:

—¿En qué puedo servirlas esta tarde, señoritas?

Jude levantó una ceja pensativa, echando una mirada a su reloj. Mmmm...
Seguro que es la hora del cóctel en algún lugar del mundo, pensó con una
divertida mueca.

—Pónganos algo para combatir el calor del día —dijo lanzando una mirada
traviesa hacia su compañera.

El buen humor de Jude era contagioso, y el marinero le devolvió la broma.

—Parece que lo que quieren es el combinado secreto de la casa.

—Eso depende —intervino Liz—. ¿Cómo es de bueno el combinado de la casa?

—Verá, señorita, no hay nada mejor. Es tan suave como la brisa del océano
acariciando su pelo, y te acuna como el suave balanceo de un barco.

—Apuesto a que sí, justo hasta que intentas ponerte de pie —comentó Jude
irónicamente—. Y entonces, hace que caigas en tu trasero —sus ojos brillaban
con una chispa que contradecía la ironía de su comentario.

—Bueno —reconoció el marinero—. Se ha sabido que un muchacho o dos han


dado un mal paso.

—¡Genial! —Liz estampó su mano sobre la barra de teca—. Tomaremos una


jarra, con dos vasos largos y un par de esos paraguas pequeñitos, si es que tiene

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—señaló una mesa situada en la sombra, fuera en el porche—. Estaremos en esa
mesa de allí —se alejó, ajena al hecho de que Jude y el marinero la miraban
bastante perplejos. A mitad de camino hacia el bar, se giró sobre sus talones y se
dirigió al marinero—. Ey, ¿nos puede traer también un par de menús? Tengo la
sensación de que nos vamos a quedar a cenar.

No se detuvo a esperar una respuesta antes de continuar su camino hacia la


mesa. Jude y el marinero se miraron desconcertados.

—Es de armas tomar, ¿a que sí?

La mujer sombría se frotó los ojos mientras estudiaba la relajada figura de su


compañera, ahora tirada cómodamente sobre una de las butacas del porche, con
los pies sobre la mesa de teca.

—Desde luego que sí.

* * * * * * * * *
—Dios, tenía razón. Esta cosa entra de maravilla —Liz se apoyó en el respaldo,
una sonrisa satisfecha jugaba sobre sus rasgos.

Habían liquidado rápidamente la primera jarra y debatían si era sabio o no pedir


otra antes de la cena. Jude había llenado esa hora con historias sobre cómo
había sido criarse en Miami, cómo había conocido a Nickie y se había convertido
en una recadera para su bar cuando tenía doce años, y el misterio de dónde
había aprendido a jugar al billar con la habilidad de Eddie Felson "El Rápido".
Acostumbrada durante mucho tiempo a no hablar de sí misma, al principio las
palabras de Jude eran vacilantes. Sin embargo, Liz había sido un público
paciente y muy dispuesto, alentando su narrativa a veces entrecortada. Mucha
gente actuaba como si asumieran que ella descendía de cierta deidad poco
benevolente que había venido a hacer caer Su Ira sobre sus cabezas. No muchos
se paraban a pensar que Jude Lucien era tan de carne y hueso como podían
serlo ellos.

Irónicamente, para Jude era más seguro de esta forma. Tanto amigos como
enemigos la evitaban y esto hacía más difícil que ninguno percibiera alguna
debilidad que pudiera darles la posibilidad de acabar con ella. Sin embargo, Jude
se daba cuenta ahora de que, mientras se asentaba en el desconcertante y
sencillo confort de su nueva amistad con Elizabeth, eso también la distanciaba
de sí misma. Sin el calor de una conexión humana, para ella fue sencillo

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empezar a creerse las mismas cosas que los extraños creían, que no tenía
sentimientos, que era despiadada, que era menos que humana...

Perdida en sus pensamientos, Jude se perdió la gracia de un chiste muy largo y


muy elaborado que Liz había estado contando.

—¿Eh? —preguntó—. No lo pillo.

—Eso es porque no estabas escuchando —se quejó Liz de buen humor.

Jude miró solemnemente a Elizabeth. Su mente notaba que el pelo dorado de la


esbelta mujer brillaba a la luz del sol, convirtiéndose en la luz guía de un faro
para la dolorida alma de Jude. Uh, oh... Definitivamente, es mejor esperar hasta la
cena para pedir otra jarra, se advirtió Jude, cuando empiezo a ponerme poética es
el momento de pedir café. No quiero que me tengan que sacar de aquí en brazos.

La sonrisa a veces distante de Jude durante su conversación no había pasado


desapercibida para la reportera, quien de verdad quería saber qué pasaba por la
cabeza de la mujer oscura. En lo referente a Liz, el día no podía ir mejor. Lo que
fuera que se había soltado la noche anterior, había liberado a la agente de lo
peor de sus reservas, y Liz había vislumbrado a una persona completamente
diferente de la que ella pensaba que estaba persiguiendo. Esta Jude era una
mujer dulce y de risa fácil, una mujer con la habilidad de dejar a Liz sin aliento
con una simple y devastadora sonrisa que envolvía esos ojos imposiblemente
azules.

—Quítate las gafas, Jude, quiero verte los ojos.

Atentamente, Jude alzó la mano hacia las gafas ocultadoras y las apartó de la
cara.

Dos vistas del azul del océano se abrieron ante Liz en ese momento, y sin
siquiera detenerse a probar la temperatura del agua, la esbelta mujer se
zambulló directamente en ella.

—¡Dios! Eres la mujer más bella que he visto nunca —murmuró, llevando una
mano a la cara de Jude para trazar las fuertes líneas de sus rasgos.

Dulces dedos pasaron sobre labios que se estiraron en una sonrisa auto-
reprobatoria. Liz notó una ceja medio levantada y supuso que otro comentario
seco y tranquilo se le venía encima. Pero, en su lugar, Jude sólo replicó:

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—Gracias —entonces suspiró suavemente—. Me gusta la forma en la que me
miras, la imagen que pareces tener de mí en tu mente —continuó Jude como si
supiera que las palabras de Liz no se referían a la parte física—. Aunque no creo
que sea muy precisa.

—Cuéntame lo que necesito saber para equilibrar el cuadro.

Una brillante sonrisa apareció en los rasgos de Jude, abriéndose ante los ojos
incrédulos de Liz mucho más de lo que la reportera jamás hubiera imaginado
posible. Sintió que se quedaba sin respiración cuando Jude agarró suavemente
su mano, que todavía acariciaba su mejilla, y depositó un beso dulce sobre la
palma.

—Lo haré —prometió—. Pero hoy no. Hoy no es el día para eso.

—Entonces, ¿para qué es el día de hoy? —preguntó Liz con un naciente destello
en sus ojos que respondía al que nacía en los de Jude.

—Tú —respondió, simplemente, la mujer oscura.

* * * * * * * * *
—Jude, tienes que probar esto. ¡Es fabuloso! —gimió Liz extasiada, tomando otro
bocado de lo que el marinero había llamado "Ensalada del Mar". Era una mezcla
de pasta, verduras y mejillones, con un aliño de limón rociado libremente sobre
toda la creación. Liz alargó un tenedor lleno en un vano intento de convencer a
Jude para que lo probara.

La mujer oscura torció el gesto ante el ofrecimiento.

—Odio decírtelo así, pero no me voy a meter en la boca nada que tenga esa.... —
vaciló, buscando una descripción apropiada.

—Esa... ¿qué? —Liz examinó el bocado, confundida. A ella le parecían mejillones.

—Consistencia... —terminó Jude triunfante—. Tiene un aspecto... tan raro...

—Pero sabe de maravilla —protestó la glotona.

—Me da igual. No me lo puedo comer. Por la misma razón por la que no puedo
comer Rice Krispis —Jude se encogió de hombros.

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—Tienes que estar de broma.

—No, ¿te has parado alguna vez a sentir de verdad los Rice Krispis cuando los
has masticado? —la atravesó un escalofrío—. Son asquerosos.

Liz arrugó la nariz confundida, pero decidió pasar por alto el comentario.
Obviamente, era un intento de distraer su atención de lo que tenía entre manos,
que era conseguir que Jude probase su ensalada. Si se hubiera visto forzada a
contestar a la pregunta absurda de por qué sentía tal deseo, se hubiera visto
obligada a encontrar una explicación mejor que la que tenía, que en ese
momento, y por alguna razón, encontraba increíblemente erótica la idea de dar
de comer a Jude.

—¿Estás segura de que no vas a probarlo? Quiero decir, has pedido pescado a la
parrilla en un restaurante especializado en pescado, ¡qué original!

Jude soltó una pequeña risa ante la mueca de derrota de la mujer pequeña,
arqueando una ceja con expresión sardónica.

—Parecía lo más seguro de la carta —señaló con la cabeza la segunda jarra del
cóctel de la casa que rápidamente seguía el camino de la primera—. El marinero
este puede hacer una buena bebida, pero no parece exactamente Wolfgang
Puck4. ¿Sabes a lo que me refiero?

La reportera rió en señal de rendición amistosa y sacudió la cabeza.

—Vale, vale. Tú ganas. Y ahora, he estado queriendo preguntártelo, ¿a qué se


refería Nickie anoche con aquello de que tú eras la única capaz de sacarle algo?

—Ahh... De vuelta a mis días de Eddie "El Rápido", ¿no?

—Fue un comentario curioso —reconoció Liz.

—Vale... Bueno, ya sabes que cuando tenía doce años me dedicaba a llevar
mensajes para Nickie. Tenía un montón de lucrativos negocios ilegales, y el más
provechoso de todos ellos era una pequeña red de apuestas. Pero vamos, no se
trataba de la Mafia ni nada parecido.

—¿Era corredor de apuestas?

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Cocinero austriaco muy famoso.

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—Entre otras cosas. Bueno... había un tipo, creo que se llamaba Angelo Algo...
no me acuerdo. Pero había perdido mucha dinero contra Nickie, y era dinero que
no tenía.

—No me digas que Nickie hizo que le rompieras las rótulas —preguntó Liz llena
de dudas.

—No exactamente. Se quedó con su apreciadísima y, en perfecto estado,


motocicleta Triumph TR25W —los ojos de Jude brillaron con el recuerdo de la
máquina—. Era una belleza. Totalmente restaurada, con todo el equipamiento
original y toda la historia. La jodida ronroneaba como un gato cuando le dabas al
pedal de arranque. Fue verla una vez y ya estaba perdida. La quería, vaya si la
quería. Pero, claro, aunque Nickie hubiera querido venderla, que no quería, yo no
tenía ni dos dólares en el bolsillo.

—Déjame adivinar... Aquí es donde viene lo de la maniobra.

—Más o menos —Jude sonrió satisfecha de sí misma—.Tenía dieciséis años y era


un pequeño demonio. Nickie siempre me estaba tomando el pelo diciendo que
algún día alguien iba a domarme y a enseñarme algunos modales. El mismo rollo
que mi madre, sólo que él no lo decía en serio. Yo le gustaba tal y como
era....detrás de la barra era algo bonito para los clientes, les daba algo que mirar.

—Algo así como el equivalente a una chica de calendario.

—Sólo que me quedaba con la ropa puesta y con todas las propinas. Y si no
podía con los tipos que se pasaban de la raya, el hermano mayor de Nickie,
Tommy, estaba allí para echarme una mano.

—¿Fue así como acabaste tirando a uno por la ventana?

—Ocurrió más de una vez —comentó Jude secamente—. No me gustaba ser


manoseada. Mi carácter entonces era aún peor de lo que es ahora, y si estaba de
mal humor...

—Ouch.

—Exacto, pero me estoy dispersando... Bueno... Le dije a Nickie que quería la


Triumph... Le dije que trabajaría noches, fines de semana, lo que fuera, pero que
quería esa moto... Él sólo se rió y me dijo que las chicas guapas como yo no
necesitaban cosas como esa entre las piernas.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Oooh... Apuesto a que eso te fastidió.

—Eso es decirlo de una forma suave. En fin, le sugerí una pequeña apuesta para
determinar qué era lo que terminaría entre mis piernas, la moto o su polla —los
ojos de Liz se abrieron como platos ante la afirmación, y Jude soltó una risa
profunda—. La cara que puso Nickie fue parecida a la tuya. Supe, por la mirada
que me estaba echando, que le había cazado. Había sido su recadera durante
cuatro años y había... cambiado... mucho en todo ese tiempo.

—Eso es lo que le hace la pubertad a una chica –afirmó Liz, y Jude rió con
tristeza.

—Pues a mí me lo hizo a lo grande... En lugar de la chica desgarbada, de pecho


plano y torpe, cuando llegué a los dieciséis, me había, tal y como mi madre
delicadamente lo describió, rellenado —abrió los brazos y se señaló a sí misma—.
Algo cercano a esto.

—No me extraña que aceptara la apuesta —murmuró Liz.

El comentario no pasó desapercibido para su destinataria, que se detuvo a mitad


de la historia para regalarle a Liz una cálida sonrisa.

—Así que esta fue mi apuesta —sonrió maliciosamente—. Una partida de billar.
El ganador se lo llevaba todo.

—Si tú ganabas, te quedabas con la Triumph. Si él ganaba, se quedaba contigo


—repasó Liz, y Jude asintió—. Arriesgabas mucho.

—No realmente. Nickie, hablando en plata, era una mierda en el billar. Medio
esperaba que se riera de la oferta. Cualquiera con sentido común lo habría hecho
—Jude soltó una risilla.

—Si yo hubiera sido él, la habría aceptado.

—Si hubiera tenido que jugar contigo, no estoy tan segura de habértelo
propuesto. Anoche me dejaste a cero un par de veces. Pero Nickie sabía que no
tenía ni una posibilidad.

—Quizá pensó que la Fortuna le sonreiría esta vez.

—Así fue durante un buen rato. Él abrió y siguió con su turno y casi limpia la
mesa. Nunca le había visto jugar así. Pero en su última bola, se quedó con una

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
colocación muy mala, iba a tenerlo realmente difícil para meter su octava bola...
Afortunadamente para mí, falló.

—Y entonces tú limpiaste el fieltro con él.

Jude se encogió de hombros.

—Algo así. Pero nunca olvidaré la sensación que tuve cuando se inclinó para
jugar su última bola. No hacía más que pensar "joder, en que me he metido..." —
rió abiertamente—. Iba a convertirse en un refrán habitual en mi vida.

—Así que ganaste la moto.

—Por los pelos, pero vaya si mereció la pena —suspiró con nostalgia—. Una vez
tuve esa moto... fui libre... ¿sabes? Mientras tuviera unos pesos en el bolsillo
para gasolina, nada más importaba. Ella ya no podría alcanzarme... Ya no era un
rehén de su beatería. Su Dios, mi pecado. Sólo por haber nacido, ya era algo
malo... Pero en la Triumph, simplemente, era. ¿Tiene esto algún sentido?

Tenía perfecto sentido para la mujer que, siendo una adolescente, se había
evadido en los mundos sin juicios de su propia creación. Escribir la había
trasladado lejos de las frías miradas de su familia. Y cuando al crecer se dio
cuenta del gran abismo que había entre lo que su familia consideraba que debía
ser y lo que realmente era, ese refugio se había convertido para ella en algo
importantísimo. Le había permitido formar una identidad separada del resto del
clan Gardener y la había liberado de la sofocante vida de la diplomacia y sus
discretas intrigas. La identidad que había creado para sí misma fue algo que, en
más de un sentido, le salvó la vida.

—Tiene perfecto sentido —dijo suavemente, con una mirada borrosa empañando
sus ojos verdosos. Ausentemente, tomó una de las manos de Jude y estrechó sus
dedos.

El marinero aprovechó ese momento privado para asomar la cabeza por la puerta
con una mirada interrogante para saber si querían otra jarra. Liz dijo que no con
la cabeza y simplemente se dedicó a disfrutar de la sensación de los dedos de
Jude comparando el largo con los suyos.

—Entonces... ¿no te asustaba?

—¿El qué?

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—La idea de acostarte con Nickie.

—¿Estás preguntando si el ‗acto‘ era algo extraño para mí? —se burló Jude.

—Algo así —masculló. Jude arqueó una ceja contemplativamente.

—No creo que lo fuera. Quiero decir, sabía que no me haría daño, si es eso lo que
preguntas.

—¿Lo hizo alguien? —la pregunta estaba formulada antes de que Liz pudiera
detenerla—. Hacerte daño, quiero decir.

—¿Por qué preguntas eso? —sus oscuras cejas se fruncieron—. ¿A causa de mi


‗destrozada‘ y ‗poco privilegiada‘ infancia? —se burló—. ¿O a causa de mi pasado
criminal?

—¡No! —casi gritó Liz—. Porque... —vaciló, trabándose con lo que iba a soltar a
continuación—. Porque no puedo soportar la idea de que alguien te haga daño —
terminó la frase sin poder contenerse.

—Oh —respiró Jude. Sus ojos se encontraron y se sostuvieron durante un largo


momento, comprendiendo que estaban dando, sin vacilar, el siguiente paso en
un camino lleno de curvas por el que iban encaminadas—. Uau... —la mujer
oscura rió en un tono irregular—.Yo... gracias...

—¿Por qué?

—Por preocuparte por la niña que fui. Eso es... bonito... Elizabeth. Nadie ha
hecho eso nunca.

Mientras su mirada profundizaba en esos ojos imposiblemente azules, Liz se


preguntó por qué nunca nadie se había aventurado lo suficiente en el alma de
Jude para excavar en los frágiles restos de su infancia.

—No puedo evitarlo —fue su sencilla respuesta. Después, dándose cuenta de que
estaban a punto de ponerse demasiado serias para ese precioso día de verano,
bromeó—. Parece que la llevo debajo de mi piel, Srta. Lucien.

Brindaron por ello en silencio, disfrutando de la caída del sol, de la suave brisa
sobre su piel y de la cercanía entre ellas. Fue uno de aquellos raros momentos,
llenos de completa paz, en los que nada, absolutamente nada, hubiera podido
hacerlo más perfecto.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Una risita sorda rompió el silencio, y Jude se inclinó alzando una ceja en la
dirección de su acompañante.

—¿Sí?

—Bueno... Estaba pensando que si a los dieciséis, ‗el acto‘ no te era


desconocido... —unos ojos verdes danzaban divertidos—. Cuándo fue que... a
ver, cómo lo dice mi hermano... ―¿empezaste a batear en el equipo contrario‖? —
Jude se rió ante el delicado eufemismo.

—Ah... —se detuvo un momento, pensando—. Supongo que siempre ―he bateado
en el equipo contrario‖. Verás, hubo algún que otro hombre aquí y allá, pero
sinceramente, no hay nada que se pueda comparar.

—¿Comparar a qué? —preguntó Liz, sintiéndose lentamente hipnotizada por el


azul cada vez más oscuro de los ojos de Jude. Su normalmente color pálido,
parecía adoptar una nueva vibración, latiendo por sí mismos con una nueva,
sensual, vida.

—A la sensación de una mujer entre mis brazos —contestó Jude sin vacilar—.
Adoro todo lo relacionado con hacerle el amor a una mujer, Elizabeth —
murmuró, un tono ronco matizando su voz—. La suavidad de la piel, la calidez
de su cuerpo, los sonidos que hacen cuando las toco....No hay nada en el mundo
que se le parezca.

Liz tragó con dificultad. Este tema había estado dándole vueltas en la cabeza
desde la primera vez que la boca de Jude había probado la suya en la tarde del
día anterior. No le cabía la menor duda de que Jude iba a ser una amante
magnífica, y necesitaba tanto tocar a la mujer oscura que los músculos le dolían
por la presión.

—¿A ti, Elizabeth? —los ojos de Jude ardieron aún más y su deseo por la
reportera saltó en su mirada.

—Oh, sí... —asintió Liz—. ¿En qué crees que llevo pensando todo el día?

—Dímelo —apremió la mujer oscura suavemente. El delicado sendero de


aprendizaje en el que las dos se habían embarcado, se acercaba a su final
mientras sus mentes reconocían sin error posible lo que sus cuerpos habían
estado diciéndoles durante más de una semana—. Cuéntame en lo que has
estado pensando.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—En ti —consiguió decir con voz ronca—. La manera en que te siento en mis
brazos, la manera en la que yo encajo en los tuyos. Te estuve abrazando esta
mañana mientras dormías y me costó dejarte ir cuando te despertaste —movió
suavemente la silla para acercarla a Jude, de forma que sus rodillas se tocaban
ligeramente—. Quiero ver tu cuerpo extendido debajo de mí —confesó, mientras
sus ojos adquirían su propio brillo de deseo—. Te quiero expuesta y deseándome
tanto como yo te deseo a ti ahora. Quiero amarte con mis manos, mi boca, mi
lengua... del modo que tú quieras, de cualquier manera que hayas imaginado. Te
quiero incapaz de hacer nada, excepto reaccionar ante mí... a la presión de mis
pechos sobre los tuyos, al sonido de mi voz en tu oído. Y quiero hacer todo esto
sabiendo que tan pronto como alcances el orgasmo, vas a darte la vuelta y a
exigir lo mismo de mí.

La parte racional del cerebro de la reportera, que permanecía intacto, se


preguntó una vez más de dónde salían todas esas palabras. La seducción, o una
confesión como esa, no era algo que hubiera hecho antes. Pero un ‗no-sé-qué‘
relacionado con aquella oscura mujer y con su amenaza sensual, simplemente,
le inspiraba.

Si todavía quedaba alguna duda de que Elizabeth se ganaba la vida con las
palabras, quedó anulada por las rápidas frases que salían de sus labios llenos, a
sólo unos centímetros de los de Jude. Un visible estremecimiento se abrió pasó a
través del cuerpo de la mujer sombría, y sus manos se contrajeron en un ligero
movimiento que no pasó desapercibido para Elizabeth, quien lanzó una risa
profunda como respuesta.

—No obstante, sugiero que salgamos antes de aquí –dijo Liz.

Todo lo que Jude pudo hacer fue asentir y soltar un puñado de billetes sobre la
mesa para pagar su cuenta.

* * * * * * * * *
El Boxster hizo el camino de vuelta a casa en un tiempo récord, pero aún así, el
sol había hecho su aparición final sobre el horizonte, abandonando la ciudad en
sus diversiones crepusculares. Jude abrió la puerta lateral con manos
temblorosas y quitó la alarma como en un sueño. Inmediatamente, los brazos de
Elizabeth se enroscaron alrededor de su cuello, ese pecaminoso cuerpo
confundiéndose con el suyo. Oh, Dios…, pensó Jude, incoherente. Andaron el
camino a través de la casa mientras unos hábiles dedos que no pertenecían a
Jude, intentaban arrancarle la camisa blanca de los hombros.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—¿Por qué has tenido que elegir una camisa con tantos malditos botones? —
murmuró Liz casi inaudible dirigiendo a Jude hacia las escaleras. Finalmente,
dando por perdida la pelea, agarró la camisa por los bordes y la abrió por la
fuerza. Jude protestó con un pequeño grito cuando los botones saltaron por los
aires, pero Liz la hizo callar con un gruñido gutural:

—Quiero verte... ahora....

Jude no tuvo ocasión de protestar al sentir unas manos vagabundas que


trazaban los músculos que delineaban finamente su abdomen. Quería sentir
también la piel de Liz contra sí, pero para ello tendría que separarse de la
deliciosa boca que invadía la suya con destreza. Se las apañaron para subir la
escalera curvada sin romper el contacto, o romperse el cuello, en el ascenso.
Jude abrió de una patada la puerta de la habitación, haciendo que los animales
volaran despavoridos en todas direcciones.

—Espera... —Dijo Jude con voz entrecortada cuando Elizabeth estaba a punto de
liberar los pechos de la mujer oscura de su encierro de encaje.

Unas cejas doradas se fruncieron confundidas, pero las manos dejaron su


búsqueda inexorable de piel.

—¿Por qué? —preguntó suavemente—. ¿Te estás arrepintiendo?

—¡No, por Dios! —respondió Jude—. Solo... ah... solo que... oh, mierda... Solo
quiero tomármelo con calma. No quiero que esto nos sobrepase.

Liz sonrió ampliamente mostrando su acuerdo.

—De acuerdo, eso me parece bien.

—Y... quería hacerte una pregunta... —Jude fijó la mirada en las pequeñas
manos que reposaban sobre su piel—. Si estuvieras... quiero decir... hemos
bebido bastante... No...

—No quieres que hagamos nada que yo pueda lamentar luego ¿es eso? —Liz
agarró a Jude de la barbilla e hizo que sus ojos azules se centraran en los suyos
verdes.

—Algo así.

Una risa ahogada surgió de la profundidad de la garganta de la reportera.

147
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Lo único que lamentaría es no hacer el amor contigo ahora mismo —se puso
seria y añadió—. A menos que no tú no lo desees también.

—Oh, claro que quiero —prometió Jude fervientemente.

—Entonces no creo que haya nada de lo que tengamos que preocuparnos.

Sus bocas se encontraron de nuevo, esta vez en una lenta y tierna bienvenida.
Jude notó que esa agresividad frenética había volado del cuerpo de Liz,
sustituida por una bruma sensual que las envolvía a ambas. La lengua de Jude
trazaba incitantes senderos sobre sus labios y por su cuello, lanzando deliciosos
chispazos que hacían estremecerse al cuerpo de la pequeña mujer. Dedos
elegantes liberaron la blusa de seda de la falda rojiza y se deslizaron por debajo
para explorar los músculos definidos del torso de Liz.

—Oh, sí... —murmuró Liz—. Eres tan maravillosa —con solo abrazarla siento que
esto es lo correcto, pensó Jude maravillada. Y es una mejor sensación, mucho
mejor de lo que nunca pensé que podría ser.

Comenzaron una pausada exploración que les hubiera llevado horas si no


hubiera sido por una sola cosa: sonó el teléfono.

—Deja que salte el contestador —murmuró Liz.

Y Jude lo hubiera hecho pero se trataba del penetrante sonido de su línea


privada. La línea que no tenía contestador. La línea de la que nadie tenía el
número excepto Sasha. La línea que no significaba otra cosa nada más que
complicaciones. Gruñendo, hundió el rostro en el cabello de dulce olor de su
compañera.

—Tengo que contestar —con una resolución que desesperadamente deseó no


poseer, rompió su abrazo y agarró el auricular del lugar donde descansaba sobre
la mesilla. Los ojos de Liz se abrieron con sorpresa al ver que el teléfono blanco
en la misma mesa permanecía intacto.

—Lucien —gruñó Jude en el teléfono.

—Tenemos problemas —informó el tono cortante de Sasha—. Te espero en la


oficina —click.

Joder….joder….joder….joder….

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Jude dejó cansinamente el auricular y se sentó en la cama, apoyando la cabeza
sobre las manos.

—Deja que adivine. Ha surgido un problema...

Hubo un silencio aterrador, y después Jude levantó la cabeza muy lentamente.


Los ojos que hacía unos momentos habían brillado con un vivo, vibrante violeta,
ahora eran un yermo pálido y descolorido que parecía helar todo lo que miraban.
Instintivamente Liz retrocedió ante la dureza de la mirada, y Jude agachó otra
vez la cabeza con una tristeza desgarradora.

—Sí... —dijo esquivando los ojos de Liz—. Yo... tengo que marcharme.

Un destello de miedo apareció en los ojos de Elizabeth, y Jude se preguntó si esto


sería lo que finalmente aterrorizaría a esta exquisita mujer. Pero para sorpresa
de la mujer sombría, en lugar de huir, Liz colocó unas tentativas manos sobre
las de Jude.

—De acuerdo —dijo Liz con calma—, aquí estaré cuando regreses.

—Elizabeth... —sus ojos regresaron a la mujer dorada frente a ella, y esta vez
estuvieron rodeados de una débil pero inconfundible calidez—, puede que esto
no sea... una buena idea.

—Mi elección, ¿recuerdas? A menos que no me quieras aquí.

Esa valentía tan dulce amenazó con desgarrar el aliento de los pulmones de
Jude. Sus instintos le decían que discutiera, que hiciera que Liz se marchara
antes de que sufriera más daño del que ya había sufrido. Pero carecía del coraje
suficiente para discutir con esta mujer que quería convertir en su amante. Deja
que vea qué ocurre, pensó aturdida.

—Muy bien —accedió. Echó una mirada a su aspecto a medio vestir y le dolió el
estado de las cosas casi a su alcance y ahora perdidas—. Tengo que ponerme en
marcha —dijo levantándose con un movimiento fluido al tiempo que su cerebro
finalmente empezaba a funcionar. Apartando ese dolor a un lejano rincón de su
alma, al lugar donde aún vivía Jason, comenzó a sacar ropa del armario
metódicamente y a echarla sobre la cama.

Liz observaba aturdida cómo un pantalón de cuero y una camisa de seda negra
aterrizaban sobre la colcha, seguidas por un par de botas y un cinturón negro de
aspecto siniestro.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Jude vaciló un momento porque sabía que Liz aún estaba mirando, después se
encogió de hombros mentalmente y sacó la Sig Sauer de su lugar en la caja
fuerte junto con un cargador de repuesto. Ambos también aterrizaron sobre la
cama.

Los pantalones de lino cayeron en un montón a sus pies, salió de ellos y deslizó
el cuero sobre sus piernas. Extendió la seda sobre sus hombros, abotonándola
con rápida precisión y metiendo los extremos ordenadamente. Después las botas
seguidas del cinturón. Dejó la pistola para el final, deslizando el clip en su sitio
con precisión experta. Colocó este último objeto a su espalda en la cintura de los
pantalones, su peso un incómodo recordatorio de lo que era.

Levantando la vista, se encontró con que Liz permanecía inmóvil en el mismo


punto en que Jude la había dejado; en su rostro una mirada aturdida e
impotente. Cubriendo la habitación con largos pasos, alargó una mano como
para tocar a la reportera, pero sus dedos no alcanzaron a la pequeña mujer, y no
volvieron a intentarlo.

—Lo siento —susurró, y desapareció. Una quimera persiguiendo a otros


habitantes de su reino adumbral.

Un sentimiento enfermizamente familiar brotó en las entrañas de Jude mientras


regresaba hacia el Boxster, y agitó la cabeza con fuerza lamentando haber
pensado que las cosas podían llegar a ser diferentes. El día podía haber sido
reservado para la luz, para Elizabeth, y la alegría que la acompañaba. Pero Jude
había cometido el grave error de olvidar que el día siempre pasa y cuando la
noche cae una vez más, trae la oscuridad con ella.

* * * * * * * * *
Capítulo 8

Sasha miraba fijamente el teléfono que acababa de colgar hacía un momento, y


un pequeño estremecimiento recorrió su cuerpo. Está en camino.... Había pasado
mucho tiempo desde la última vez que se habían tocado, y a veces parecía que la
piel le había dolido cada segundo desde entonces.

—Te juro por Dios, Jude, que eres peor que un gato.

La figura envuelta en una bata de seda negra miraba a la mujer sombría desde la
entrada. El sueño le había dejado revuelto el pelo oscuro y rizado, y se frotaba
distraídamente los ojos de pie en el rellano de hierro de su loft.
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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Con sus pantalones de cuero, la camisa blanca de seda semiabotonada y las
manos casualmente entrelazadas en la espalda, Jude podría haber encarnado la
fantasía erótica de un millón de hombres y mujeres. Una sonrisa desenfadada
encendió la llama de sus ojos, y con un movimiento suave dejó la barandilla y se
aproximó a su presa.

—Vamos, querida. No te pongas difícil.

Sasha levantó una mano para detener el avance de la intrusa, pero en su lugar
se encontró con que sus dedos acariciaban la seda de su camisa y se deslizaban
bajo la tela hacia los tensos músculos. Jude cerró el espacio entre ellas, y los
brazos de Sasha se levantaron por su propia voluntad para enroscarse alrededor
del cuello de Jude.

—¿Qué haces aquí? —murmuró antes de que sus labios fueran atrapados por la
boca voraz de la cazadora.

El aroma a cilantro de Jude asaltó los sentidos de Sasha, que se iban


despertando rápidamente. La depredadora sabía a sal, a sudor y a calor, y a
débiles vestigios de un sexo que no era el de Sasha. Maldita seas..., pensó Sasha
para sí misma, liberándose, dándose la vuelta y entrando en el apartamento.
Consciente de que Jude la seguía, aprovechó el momentáneo respiro para
recomponer su calma, normalmente imperturbable.

—¿A quién acabas de follarte? —preguntó con aparente despreocupación,


observando cómo Jude cerraba con llave la puerta tras ella, y dándose cuenta
con regocijo de que la mujer oscura no tenía intención de marcharse pronto.

Jude se encogió de hombros. El movimiento dejó entrever débilmente la curva de


sus músculos.

—A una rubia. Aunque he perdido el interés bastante rápido.

—¿Y eso por qué? —se iba apartando de Jude, manteniendo varios pasos de
distancia entre ellas mientras se dirigía a la cocina. Sólo consiguió llegar hasta la
mesa del comedor antes de que Jude la alcanzara, envolviendo sus largos brazos
alrededor de su fina cintura.

—Porque no me daba lo que tú me das —susurró Jude en su oído, trazando una


volátil línea de besos a lo largo del cuello de Sasha.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Sasha gimió involuntariamente ante el contacto y se agarró a la superficie de
cristal de la mesa, dejando que su frío grosor le sirviese de apoyo contra el
vibrante calor del cuerpo de Jude. Se arqueó hacia los dedos hábiles que se
concentraban en aflojar el cinturón que mantenía la bata cerrada. Por fin, la
prenda se liberó acercando la cálida longitud de su carne a la búsqueda
incansable de la cazadora. Largas manos comenzaron rápidamente a recorrer el
territorio recién expuesto, y Sasha calculó mentalmente los pros y los contras de
decir que no o de dejar que Jude hiciera lo que ambas deseaban. Sus rechazos
eran raros y normalmente encaminados a hacerse valer en la relación de poder
que mantenían. Un gemido desgarrado se abrió paso a través de su garganta, y
rápidamente tomó una decisión.

Volviéndose con velocidad, atrapó esas manos y las colocó a la espalda de Jude
con sorprendente fuerza.

—Vienes aquí apestando a una zorra cualquiera y ¿se supone que te tengo que
dejar acabar? —se burló—. Me parece que no.

Una ceja sardónica se levantó y Jude comentó secamente:

—Si hubiera sabido que estabas interesada en unirte a nosotras, te hubiera


extendido una invitación formal —murmuró, mordisqueando el labio inferior de
Sasha—. Además, no estoy terminando... solo voy comenzando.

Un extraordinariamente rápido movimiento liberó sus brazos de su prisión, y


levantando a la ligera mujer, la colocó sobre la mesa de cristal del comedor,
situándose con comodidad entre sus piernas extendidas, que rodearon de buena
gana la estrecha cintura de Jude.

Jude agarró las caderas de su presa, manteniéndola firmemente contra ella, y la


fricción de la piel contra un sexo ya hinchado arrancó un gruñido de la mujer en
los brazos de Jude.

—Estamos un poco ansiosas, ¿o no, querida? —se burló Jude.

La boca de Sasha encontró la suya con urgencia devoradora, silenciando


cualquier otro sarcasmo que hubiera podido salir de sus labios. Se abalanzó
contra la fuerza muscular del cuerpo de Jude, deseando el contacto sobre su piel
adolorida. Sasha se liberó sólo el tiempo suficiente para arrancar la tela de seda
de sus cuerpos, revelando el contraste entre la suave agilidad de los anchos
hombros de Jude y la ruda textura del cuero entre sus piernas.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
En el enredo de sus bocas, lenguas y dientes batallaban por dominar,
penetrantes y calientes, mordisqueando, saboreando y probando. El gruñido
creciente que comenzaba a surgir de la garganta de Jude provocó un
estremecimiento que le recorrió la espina dorsal, y las hábiles manos de la
traficante se unieron a la lucha, encontrando la espesa humedad que fluía del
centro de su presa.

—Tan mojada... Dios... Sasha.

Unas manos pequeñas guiaron a Jude hacia abajo, quien obedeció sin resistirse.
Trazó un camino de besos incendiarios sobre la piel morena de Sasha,
deteniéndose sobre sus pezones erectos, pintándolos rápidamente con el pincel
de su lengua, moviéndose después aún más abajo ante la insistencia
desesperada de Sasha.

Ágiles músculos se enroscaron sobre los hombros de Jude cuando ésta


descendió lo suficiente, hasta descansar sobre sus rodillas. El aroma de su
excitación era abrumador, y Sasha era dolorosamente consciente de su sexo
palpitando con fuerza, anhelante del oscuro tacto.

—¿Es aquí donde me quieres? —murmuró su atormentadora intercalando sus


palabras con lentos besos a lo largo de las piernas abiertas de Sasha. Separó los
labios brillantes, deslizando sus dedos sobre el sensible fuego de su centro.

La mujer morena estaba más que lista para el tacto de Jude. Mientras los largos
dedos danzaban sobre su deseo, gimió faltándole el aire...

—Oh, Cristo...

—No.... —murmuró Jude, sus ojos azules recorrieron de arriba abajo a la mujer
que se estremecía debajo de ella—. Es el diablo —susurró antes de caer en el
infierno que le daba la bienvenida...

— Ya falta poco, Jude, murmuró suavemente en la oscuridad.

* * * * * * * * *
El distrito comercial estaba desierto en esa noche de domingo cuando Jude dejó
el coche en la plaza del garaje subterráneo. Cromo y cristal se elevaban en
industrial súplica hacia las deidades de la tecnología mientras el ascensor la
llevaba hasta las oficinas de JLE Limited en el piso veintisiete. Se adentró en el
silencio antinatural de un santuario abandonado, y caminó con paso suave y sin
153
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
hacer ruido sobre la lujosa moqueta negra. Sus visitas aquí eran más regulares
que las que hacía al Club, ya que las oficinas eran el centro de sus operaciones
legales. En consecuencia, una gran oficina en la esquina llevaba su nombre
grabado sobre una placa de plata. La puerta estaba abierta y entró sin hacer
ruido.

Como su casa, esta oficina era un testimonio de la aversión de su ocupante a los


espacios cerrados. Las dos paredes exteriores eran ventanas desde el suelo hasta
el techo. Las persianas se abrían ahora para permitir la entrada a hurtadillas de
una luz de luna teñida de neón que salpicaba de manera inquietante los
contenidos de la habitación con un fracturado aro de luz. Supo inmediatamente
que no estaba sola. Una sombra se sentaba cómodamente sobre la superficie de
su inmenso escritorio de mármol y jugaba despreocupadamente con un pequeño
globo pisapapeles de Tiffany‘s.

—¿Dónde está el fuego? —preguntó Jude, luchando para evitar que su tono
traicionara los impulsos enfrentados de su corazón y de su sangre. El dulce
sabor de la boca de Elizabeth estaba todavía en sus labios, y el ardiente deseo
que la mujer del pelo color miel había inspirado no había hecho más que
intensificarse con la llamada de Sasha. Su cuerpo nunca dejaba de responder a
las rápidas, y con frecuencia violentas, medidas que su vida requería, y aunque
la concentrada energía de la acción iba reemplazando gradualmente las delicadas
sensaciones de la excitación sexual, había un deje inconfundiblemente sensual
en las palabras que surgían de su garganta.

Ojos color azafrán oscilaron sobre la figura oscura recortada contra el marco de
la puerta. Jude sintió su evaluación y el breve comienzo de la sorpresa en ellos
mientras la examinaban. Sin embargo, el tono de Sasha fue puramente de
negocios cuando se dirigió a Jude.

—Diego Arrgua ha decidido cambiar de equipo —dijo con total naturalidad.

—¿Diego? —Jude recorrió mentalmente los innumerables rostros de la gente que


hacía sus negocios ilegales tan vastamente exitosos—. ¿El colombiano?

—El mismo. Parece que no le gustó demasiado que te cargaras a dos de sus
culeros hace seis meses.

—No tenían que haberla jodido de esa manera —Jude se encogió de hombros—.
¿Está intentando venderme? —preguntó dubitativamente. Una sola mención de
su nombre al Condado de Dade o a la DEA, y Arrgua habría sido enviado a Kent.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Y, si ese fuera el caso, el colombiano debería estar congelándose en sus talones
en un calabozo hasta que Kent pudiera hablar con ella.

—No, decidió ver qué era lo que Romair Massala tenía que ofrecer.

Jude no pudo controlar una elevación sorprendida de sus cejas.

—Imposible —dijo rotundamente.

—Aparentemente, no —replicó Sasha. Aunque ella había sido una de las que
más se habían beneficiado de ello, el poco control que Jude ejercía sobre sus
empleados había sido siempre la manzana de la discordia entre ellas. Sasha era
la indiscutible segunda a bordo de Jude, y había llegado a serlo porque había
demostrado la habilidad, no sólo de ejecutar las órdenes de Jude, sino también
de ir más allá, anticipando problemas y ocupándose de ellos antes de que las
cosas pudieran complicarse.

Jude pasó una mano agitada por su pelo.

—¿Cómo lo averiguaste?

Sasha se rió, un tono extraño y apagado en su voz.

—Lo creas o no, Romair vino a decírmelo.

Las alarmas reverberaron a través del cuerpo de Jude, erizándosele el pelo de la


nuca.

—¿Romair fue a decírtelo? —preguntó. Una calma mortal inundaba su voz.

Sasha pareció no perturbarse por el brillo amenazador que chispeaba en los ojos
de su jefa.

—No es que hayas estado lo que se dice localizable, Jude. Él y yo hemos estado
intentando encontrarte desde ayer por la tarde. He estado llamando a tu línea
privada cada treinta minutos durante las últimas seis horas.

Había algo en la explicación que a Jude no le gustó, pero no encontró nada


extraño a lo que pudiera agarrarse. Había estropeado su segunda reunión con
Sasha la tarde anterior en favor de Elizabeth, para pasar tiempo con ella. Los dos
últimos días habían estado llenos sólo con la mujer del pelo rubio-miel, y ahora
mismo deseaba inútilmente que esa fuera la situación.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Bueno, ¿y cuál es su historia? —preguntó Jude bruscamente, apartando sus
dudas por el momento.

—Diego llamó a uno de los lugartenientes de Romair, un tipo que se llama


Santiago, pidiendo una entrevista. Dijo que tenía información valiosa para la
familia Massala sobre tu organización.

—¿Qué era lo que ofrecía?

—Rutas de proveedores, correos, horarios.

—Pero él sólo tiene acceso a los suyos, y son mínimos —objetó Jude.

—Sus "mínimas" rutas valen más de diez millones de dólares, Jude.

—Aun así —Jude quitó importancia con un gesto de la mano—. Eso no es nada
dentro de todo lo que se mueve.

—No cuando perteneces a un Cártel que ha perdido la mitad de sus negocios —


argumentó Sasha—. Además, los Massala no saben que todos tus proveedores
están individualizados. Probablemente piensan que tienen acceso a toda la
información. Y está el pequeño beneficio añadido de jugársela a la mujer que,
para empezar, consiguió de ellos muchas de esas rutas de proveedores.

—Cierto —murmuró Jude pensativamente—. Pero, ¿por qué Romair renuncia a


todo eso?

—Se lo pregunté. Dijo que él y tú tenían un nuevo acuerdo, y que no iba a


traicionarlo —Sasha estudió la forma oscura de Jude—. Supongo que le has
causado una impresión mucho mejor de la que pensabas.

—Puede que no —Jude se mordió el labio, ausente, mientras paseaba a lo largo


de la oficina—. ¿Se han visto ya Romair y Diego?

—No. Por eso estaba Romair tan ansioso por ponerse en contacto contigo —echó
una mirada a su reloj—. La reunión es dentro de una hora. Quiere que estés allí.

—Déjame adivinar... quiere que esté allí, así él puede entregarme a Diego
personalmente.

—Eso es exactamente lo que dijo.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Seguro —bufó Jude—. ¿No resulta esto un poco conveniente para ti? Quiero
decir, tenemos un Cártel con el que hemos estado enfrentados desde el primer
día... ¿y dos semanas después de que alcanzáramos un "nuevo acuerdo" alguien
de mi organización quiere desertar? ¿Algo que no había sucedido... nunca?

—¿En qué estás pensando? —preguntó Sasha vacilante.

—Estoy pensando en que toda esta historia apesta a trampa, Sasha. Voy camino
de una emboscada —con gravedad, se volvió sobre sus talones y dejó la oficina.

—Si es una emboscada no voy a permitir que caigas en ella con los ojos cerrados
—argumentó Sasha vehementemente mientras Jude caminaba a grandes pasos
por el corredor oscuro—. O desarmada.

—No voy con los ojos cerrados. Y tengo esto —midió el peso de la Sig en su
mano.

—Sí, claro, como que te va a servir de mucho contra una docena de hombres
armados.

—No tengo que matarlos a todos, querida. Sólo tengo que matar a los suficientes
como para poder escaparme.

—¿Por qué pasar por todo esto si lo que vas a hacer es huir?

—Porque no puedo creer que Romair piense que no voy a superar esto. Me está
poniendo a prueba para ver si tengo cojones para cruzar esa puerta. Y existe la
rara posibilidad de que Diego esté desertando realmente y de que Romair
simplemente haya decidido aprovechar la oportunidad. Sabe que de ninguna
manera correré el riesgo de permitir que Diego revele mis rutas de
abastecimiento.

—¿Y cómo lo sabe?

—Porque él tampoco correría ese riesgo.

Las puertas del ascensor se cerraron suavemente tras ellas, descendiendo hasta
el primer piso con eficiente facilidad. Sasha repiqueteaba un furioso staccato con
los tacones de sus zapatos y miró desafiante a su jefa.

—De acuerdo, si no te vas a llevar a ninguno de los chicos, yo voy contigo.


Necesitas a alguien que te cubra ese trasero de lista que tienes.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Jude echó una mirada a su empleada con muda irritación, pero no pudo
suprimir una suave sonrisa ante la lealtad de Sasha.

—No —dijo suavemente.

—¿Por qué no?

—Si algo me sucede, tendrás que hacerte cargo de todo. Ya lo sabes —replicó
Jude, aunque no era más que una verdad a medias. Poco a poco había ido
sacando a Sasha de los negocios clandestinos y encomendando cada vez más de
sus negocios legítimos a su consumada pericia. Ya que iba a entregar el juego y
el tráfico de armas y de drogas a la DEA en cuanto hubiera entregado a Massala,
quería que Sasha estuviera limpia y libre cuando eso sucediera. Y eso significaba
mantenerla fuera de situaciones como ésta.

Sasha suspiró pesadamente, derrotada, siguiendo a la mujer más alta hasta su


coche.

—Sólo te digo que esto no me gusta.

Una mueca se dibujó sobre el rostro de Jude mientras miraba a la mujer.

—He estado en situaciones más difíciles. Además, no tiene por qué ser
necesariamente una trampa —una insistente vocecita en la cabeza de Jude
repetía que Romair era ciertamente un adversario honorable y llevar a alguien a
una emboscada no era digno de él.

Puede que recibiera la impresión equivocada, pero no creo que pudiera hacer lo que
parece que está haciendo... Claro, que fue la noche en que conocí a Elizabeth, con
lo que mi cerebro podría haber estado completamente enmarañado.... Y, después
de todo, Romair podría llamarle justicia poética a tenderme una emboscada... Eso
es lo que yo le hice a Enrico.

El roce de una mano en su hombro la sacó bruscamente de esos negros


recuerdos. El tacto de Sasha era frío a través de la seda negra, y fue agradable
sobre la piel caliente de Jude. Por un breve instante, la mujer oscura fue
devuelta a esas largas, sudorosas noches, en las que había explorado incesante
los secretos de la mujer morena con sus manos y con su boca, buscando una
forma de hacer añicos aquella calma implacable. Curiosamente, la sensación
erótica que normalmente la envolvía en ocasiones como ésta, había
desaparecido, reemplazada únicamente por el eco seductor de los dedos de
Elizabeth trazando inflamados senderos sobre su piel.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Lo siento, querida, ¿qué decías?

—Decía que no quiero hacerme cargo de nada, así que ten cuidado, ¿entendido?

Agarró la mano de Sasha, reafirmándola antes de deslizarse en el familiar abrazo


del Boxster.

—No te preocupes, ¿de acuerdo? —obsequiando a su empleada con una sonrisa


arrogante, sacó el coche de su espacio marcha atrás y salió del garaje haciendo
un ruido infernal.

* * * * * * * * *
El encuentro iba a ser en el puerto deportivo, en el cobertizo de atraque 114, y
Jude, precavida, aparcó aproximadamente a un cuarto de milla, confiando en
que nadie detectara el Boxster en su nicho de sombras. Hizo un camino
serpenteante hacia el lugar designado, buscando signos de ocupación reciente,
pero la noche estaba vacía de los sonidos sordos que acompañan a los grupos de
hombres que matan el tiempo. Unos quince minutos antes de la hora establecida
para la reunión, se deslizó en el cobertizo, inadvertida por los tres hombres
reunidos bajo la pequeña fuente de luz que iluminaba la calle.

Vaya... ¿Significará esto que soy Ricitos de Oro? Porque, joder, si esos no parecen
los tres osos..., pensó Jude. De hecho, los tres hombres eran de diferentes
tamaños y reconoció al del centro como Romair Massala. Los otros dos deben de
ser gorilas... No veo a Diego, pero creo que he llegado un poquito pronto. Escuchó
durante un momento su amortiguada charla sobre las posibilidades de Argentina
ese año en la Copa del Mundo, hasta que la conversación fue silenciada por la
aproximación vacilante de un cuarto hombre. ¡Bingo!, cantó la mente de Jude
mientras la familiar forma del colombiano apareció a la vista. Muy bien... veamos
qué es lo que pasa ahora. Observó a Romair, que discretamente echaba una
mirada alrededor buscando otra presencia. Pero los gorilas parecían ajenos a las
acciones de su jefe, apuntando sus miradas hacia Diego y las sombras de las que
había surgido.

—He oído que tienes algo en lo que yo podría estar interesado —comenzó Romair
como introducción.

—Puede —reconoció Diego.

—¿Sobre la organización de Jude Lucien?

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Quizá.

Oh, vamos chicos... Ésta es la ronda más aburrida que he visto en mi vida de
“enséñame lo que tienes...", gruño Jude silenciosamente. Ha llegado el momento
de hacer las cosas un poco más interesantes.

Sin hacer ruido, se deslizó saliendo de la oscuridad justo detrás de Romair y su


gorila, y apareciendo frente a Diego como un Ángel Exterminador en el día del
Juicio Final.

—¿Alguien está tomando otra vez mi nombre en vano? —musitó Jude en tono
agradable, con una perversa sonrisa en el rostro.

Todo el color de sus rasgos, normalmente rosados, desapareció, asemejándose de


forma asombrosa al cadáver en el que estaba a punto de convertirse.

—Ju... Jude... —balbuceó finalmente.

Los gorilas se dieron media vuelta rápidamente al oír sus palabras, las armas
desenfundadas, pero Romair se limitó a mirar divertido detrás de él, cruzándose
de brazos con tranquilidad.

—Ah, Jude... Qué bien que hayas podido reunirte con nosotros. Por un momento
temí que no hubieras recibido mi mensaje.

El colombiano reconoció esas palabras como los últimos clavos de su ataúd y


con cierto retraso, intentó liberarse de la trampa. Pegó un salto hacia la puerta,
pero Jude le agarró por el cuello y lo lanzó a lo largo del cobertizo, haciendo que
el hombre se estrellara contra un par de caballetes.

—Oh, no, nada de eso —reprendió al tipo caído en el suelo. Inclinándose hacia
su presa con la gracia de un depredador, observó al proveedor con frialdad—.
¿Sabes? Esperaba algo más de ti, Diego.

Se arrastró desesperadamente hacia atrás, intentando fundirse con los trastos y


la basura que llenaban el cobertizo sin apartar los ojos de la Furia vengativa que
se cernía sobre él. Incoherencias entrecortadas caían de sus labios cada vez más
deprisa mientras Jude se inclinaba y con calma, le levantaba agarrándole por la
pechera de la camisa. Diego agitó los brazos en el aire inútilmente, temiendo
tocar a la mujer que hervía de furia y que lo sostenía de forma tan poco
cuidadosa.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Jude abofeteó con el revés de su mano libre al hombre lloroso, manteniéndole
sujeto con un firme agarre de la tela de su camisa. Sus labios arrojaron un
lloriqueo, junto con la sangre producida por el golpe.

—¿Tienes algo que decir en tu favor? —preguntó, estrellando otro golpe sobre su
cara. Se oyó el antinatural crujido de huesos haciéndose añicos en la nariz de
Diego, y un espumarajo de baba y sangre salpicando la camisa de seda de Jude.

En su visión periférica podía ver a los gorilas asintiendo apreciativamente ante la


fuerza del asalto. Sin embargo, Romair permanecía de pie con placidez, con las
manos tranquilamente metidas en los bolsillos, como si estuviera esperando a
que un socio terminase de hablar por teléfono. Jude sabía que ésta era otra
prueba, si se le podía llamar así, para ver cómo trataba a los traidores. Los
Massala se enorgullecían de su crueldad, siempre lo habían hecho, hasta que,
por supuesto, Jude les ganó en su propio terreno.

—¿No estás al corriente de los últimos acontecimientos? —inquirió suavemente—


. Romair y yo somos ahora compañeros de equipo... —¡BOFETADA!—. Lo que
significa, miserable pedazo de mierda —¡BOFETADA! — que lo que es malo para
mí —¡BOFETADA!— es malo para él —¡BOFETADA!—. ¿Entendido?

Un rápido rodillazo presionó contra la sección media del colombiano e hizo que
éste se doblara. Hubiera vuelto al suelo de no haber sido por la mano de Jude,
que lo sujetaba. Un placer familiar, voraz, se abrió paso por sus venas al
estudiar los rasgos magullados del colombiano. No le había hecho ni la décima
parte de lo que había pensado hacerle, y ya estaba suplicando compasión
lastimeramente.

—P-p-po-por favor, para... —tartamudeó Diego, levantando las manos


débilmente.

Jude inclinó la cabeza contemplándole.

—¿Y por qué debería hacerlo? —preguntó razonablemente, tirándole al suelo,


donde cayó sin fuerzas—. Estás aquí para venderme... para comerciar con mis
rutas de proveedores, mis horarios, los códigos de mis transportes... —un
escalofriante crujido acompañó al ruido sordo producido por la bota de Jude
contra las costillas de Diego—. ¿Y ahora quieres que no te arranque tu
desgraciado pellejo?

—M-m-mi fa-fam-familia... —jadeó.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Sí, tu familia —Jude se irguió y cruzó los brazos como un maestro
disgustado—. Hablemos de tu familia.

—No les hagas da-daño.

Un gruñido de rabia se apoderó de los dibujados rasgos de Jude.

—No voy a tocar a tu familia, Diego. No es mi estilo. Ya conoces las reglas: TÚ me


fallas, TÚ pagas el precio. Pero hablemos de lo que pasará con ellos después de
que te arranque tu corazoncito de ladrón.

—Nnnoooo... —suplicó.

La estupidez de ese cuadro surrealista alcanzó a Jude de golpe, y se detuvo


involuntariamente. Por primera vez en su vida, el clamor de su sistema por la
sangre de otros pareció huir; no dejando en su estela nada más que una
anhelante, silenciosa tristeza. ¿Así es como ibas a arreglar las cosas?, una voz
demasiado familiar se abrió camino en sus pensamientos, puedes pensar que has
cambiado, Jude... pero en el fondo... sabes que entregar Massala a la DEA es
simple... aún son negocios como los de siempre... Para arreglar las cosas de
verdad, para detener este horror que es tu vida, tienes que hacer frente a algunas
cosas realmente desagradables sobre ti misma... Y nunca habías tenido una razón
para ello hasta ahora.

—Elizabeth... —susurró casi inaudible.

La sutil fuerza de las emociones que esta mujer invocaba en ella era más fuerte
de lo que parecía, casi lo suficientemente fuerte como para hacer que bajara el
acero bruñido de la Sig Sauer que apuntaba a la cabeza del lloroso Diego. A
pesar de sus sentimientos, estaba medio convencida de que Elizabeth no era
nada más que una aparición divina enviada desde el Cielo para atormentarla con
visiones de una gracia que nunca podría tener. Amar a Elizabeth significaba
dejar pasar la rabia que la consumía y comenzar el doloroso pero inevitable
camino hacia la curación. Pero el condicionamiento y diez años de una vida
vivida en el ocaso podían más que ese sentimiento naciente, y un velo rojo cayó
sobre la palidez de sus ojos.

—Empezaré a curarme mañana... —murmuró salvajemente.

En el impacto, la bala deshizo la cabeza de Diego en minúsculos fragmentos,


salpicando por todo el cobertizo cualquier esperanza o sueño que el colombiano
pudiera haber tenido.

162
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Para Jude, fue la señal para lo que pareció el Armageddon. El chirrido de
cristales rompiéndose y el rugido de fuego automático rodearon a la mujer
sombría desde todos los lados. Instintivamente, se tiró sobre el suelo de cemento,
cayendo con dureza sobre un codo, con sus pensamientos enfocados solamente
en permanecer viva el tiempo suficiente para matar a quien quisiera que
estuviera detrás de todo esto. Utilizando el cuerpo de Diego como escudo, fue
avanzando lentamente hasta una posición protegida tras unos cajones apilados
de cualquier modo. Mirando por encima, observó una ventana lo bastante grande
como para servir de escape, pero eso significaba exponer su espalda para poder
pasar por ella, sin tener en cuenta el atravesar el cristal. Dio un salto para
responder al fuego que intentaba acribillarla. ¿Por qué no se abalanzan sobre mí
directamente...?, se preguntó. Entonces, vio a Romair y a su gorila disparando a
cuatro de los invasores de traje negro. ¿Qué demonios...?. El sonido de madera
astillándose a su derecha concentró toda la atención de Jude en el rechazo del
inminente ataque, y con calma, embutió dos balas en el cuerpo de su agresor.
Girando sobre sí mismo como consecuencia del impacto, éste se desplomó contra
el suelo, a sus pies, y ella recogió su arma. No es una Uzi... esto es muy raro, le
advirtió su mente distraídamente. Muy bien... Igualemos un poco las
posibilidades. Alimentada por pura adrenalina, esquivó con destreza la lluvia de
balas y de cristales rotos, agachándose y rodando hasta llegar junto a Romair.

—Desde luego, sabes cómo organizar una fiesta salvaje —gruñó entre dientes,
salpicando a sus asaltantes con varias ráfagas y haciendo caer a varios de ellos.

—Te puedo asegurar que estos no estaban invitados en absoluto —replicó


Romair con tono grave, liquidando a un pistolero que se aproximaba.

—¿Ah, no? —gruñó ella, agarrándole por el brazo y arrastrándole detrás de la


endeble cobertura de los cajones. El gorila estaba claramente derrotado y Jude
hizo una mueca cuando los dos cayeron bajo el fuego de las 9mm. —Bueno,
parece que somos sólo tú y yo —lanzó una mirada a Romair. Tenía el traje
arrugado y la corbata torcida, pero no mostraba nada del miedo cerval de un
hombre no acostumbrado a la violencia—. ¿Confías en mí? —dijo arrastrando las
palabras.

—¿Por qué me parece que no tengo elección?

Jude se encogió de hombros, moviendo a ambos con lentitud hacia atrás y


acercándose a la ventana.

—Por supuesto que tienes elección: vivir o morir.

163
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
El equipo asaltante había disminuido el fuego y estaban examinando el área,
buscando a la pareja.

—Obviamente, elijo vivir —bufó Romair, y Jude le dio unas palmaditas en el


hombro.

—Buen chico. Muy bien... Yo te cubro... a la de tres, sal corriendo hacia el rincón
más alejado. ¿Ves aquella ventana allí arriba? —esperó hasta que él asintió con
un gesto antes de continuar—, Mientras yo los contengo, salta por ella.
Probablemente, no será la cosa más elegante que hayas hecho en tu vida, pero la
caída no te matará.

—¿Y tú?

—Con suerte, estarán tan ocupados disparándote que podré rodearles por la
espalda y alcanzar esa ventana de allí.

—Y entonces, ¿qué?

—A correr como endemoniados. ¿Preparado? —Jude tomó posiciones y


rápidamente esbozó una oración a lo que quisiera que la hubiera mantenido a
salvo tanto tiempo—: Uno... dos... tres... ¡YA! —con una velocidad asombrosa,
entró en la línea de fuego, atrayendo la atención de los hombres que los
buscaban y apañándoselas para reducir el número de atacantes a dos con
controladas ráfagas. Romair saltó en dirección opuesta, su cuerpo elevándose y
colisionando torpemente, pero con éxito, contra la ventana. Automáticamente,
los hombres de negro cambiaron el objetivo de sus disparos hacia el individuo
que se escapaba, y Jude corrió hacia la ventana lateral. "Claro, la única ventana
que aún no está rota. Mierda, esto va a doler", gimió mentalmente al tiempo que
comenzaba el salto que la llevaría a la libertad. Girando en el aire para dar
primero con los pies contra la ventana, la estridente rotura atrajo de nuevo el
fuego hacia ella, y todo lo que pudo hacer fue rezar para que nada acertara en su
espalda desprotegida. Las balas agujerearon el marco de madera de la ventana, y
una de ellas rozó el brazo de Jude, arañando la carne con un dolor penetrante.

Dando una voltereta, Jude sabía que ahora sus mayores adversarios eran los
irregulares fragmentos de cristal que se esparcían a su alrededor. Su camisa de
seda ya estaba hecha jirones, pero menos mal que la piel demostró ser algo más
duradera. Tendría que haberme puesto el chaleco, pensó con ironíaa, cayendo con
una limpia flexión y una voltereta que hubieran sido el orgullo de Jackie Chan.
¿Pero quién iba a saber que haría de especialista? Poniéndose de pie, echó a
correr hacia la cobertura protectora de la oscuridad. Unos pocos disparos sin
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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
éxito la siguieron, pero tuvo la sensación de que esos tipos habían abandonado
todo seguimiento. Con todo ese equipo antibalas, no iban exactamente vestidos
para una persecución por la zona urbana. Jude bendijo ese poco de buena
suerte mientras corría haciendo un recorrido enrevesado a través de callejones y
edificios ocupados ilegalmente. Intoxicada por la adrenalina y la furia, Jude era
una sombra llena de ira que viajaba con destreza a través de la noche.
Finalmente, alcanzando la seguridad del Boxster, se deslizó en su confort
cubierto de piel, respirando pesadamente.

La precariedad de su situación borró por completo cualquier pensamiento lúcido


de su mente. Funcionaba sólo por instinto, un animal intentando
desesperadamente preservarse a sí mismo, y todas las formidables habilidades
de Jude se concentraban ahora en esta tarea. Pilotó el Boxster sin luces a lo
largo de varios bloques, para dejar todavía un poquito más de espacio entre ella y
el lugar de la emboscada. La policía estaría por todas partes en cuestión de
minutos. De hecho, ya podía oír el gemir de las sirenas aproximándose. Tomando
deliberadamente una ruta menos directa para mantenerse fuera del camino de
los vehículos de emergencia, encendió las luces y comenzó el largo viaje de vuelta
a la seguridad.

* * * * * * * * *
Capítulo 9

Quedaba apenas una hora para el amanecer cuando finalmente Jude regresó a
la casa. Siendo consciente de las infinitas posibilidades de que la traición
siguiera acechándola, había pasado la mayor parte de la noche conduciendo por
carreteras desiertas, parando sólo una vez para echar gasolina en un área de
servicio abierta las 24 horas. La cara llena de granos del dependiente había
reparado en sus ropas destrozadas y manchadas de sangre, pero, sabiamente, no
había dicho una sola palabra, sólo aceptó el dinero de Jude con dedos
temblorosos. Las largas horas a bordo del coche habían enfriado su pulso
derretido, y el tiempo había añadido una capa viscosa de tristeza desgarradora
que convulsionaba su estómago de dolor.

Entró silenciosamente por la puerta de la cocina y atravesó el salón, parándose


al pie de las escaleras. Sabía que Elizabeth estaba esperando arriba, y que se
habría quedado dormida en su cama, y el pensamiento de enfrentarse a la
preciosa joven le produjo una nueva oleada de dolor incontrolable en todo el
cuerpo. Suspiró con gesto cansado y abrió las puertas correderas del porche,
respirando el aroma limpio de la brisa del mar. Deteniéndose en el mueble bar

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
del rincón, agarró un vaso y una botella prácticamente llena de bourbon antes de
derrumbarse en una de las sillas de la terraza.

Imágenes de esa noche y de otras iguales le venían a la cabeza, y todas


terminaban de la misma manera: sangre, destrozos, muerte... la mayoría de ellas
infligidas por sus propias manos. La violencia siempre había sido algo sencillo
para ella, la respuesta mecánica de su cuerpo ante la deslealtad o ante una
amenaza. Nunca había cuestionado el tosco placer erótico que sentía ejerciendo
ese poder hasta que conoció a Jason. A lo largo de toda su vida, sólo había sido
aceptada incondicionalmente por los moradores de lo más sórdido de esta vida.
Su capacidad para la brutalidad y la violencia la había marcado como una de
ellos y la había apartado de las calles brillantemente iluminadas donde vivía la
gente como Jason o Elizabeth. Los inocentes, como Jude los consideraba,
siempre la habían contemplado con los ojos de alguien que no está
completamente seguro de que un animal salvaje haya sido domado. La Agencia
había visto un atisbo de lo que se escondía muy dentro en el alma de Jude y
había buscado doblegar esa malevolencia a su voluntad. Bajo la combinación de
la corrupción de la Agencia y de su propia naturaleza oscura, la inocencia en
Jude nunca tuvo una sola oportunidad.

El vínculo con el alma franca de Jason fue la única ocasión en la que se había
sentido aceptada de una manera pura y total. Ese sentimiento mareante había
sido la estaca que había cuarteado el sólido caparazón que protegía a Jude de sí
misma. Y la había llevado a esto... a la rabia que la consumía y al dolor por ser
quien era, por ser lo que era... y por no tener el valor para dejarlo atrás.

Pasándose una mano manchada de sangre por el pelo y haciendo un gesto de


dolor ante las punzadas que le producía el más ligero de los movimientos, Jude
suspiró profundamente, deseando tan sólo volverse insensible a la ya eterna
guerra que se libraba en su alma. La punzada del bourbon bajando por su
garganta prometía aliviar la multitud de sufrimientos que anegaban su cuerpo,
así que bebió de su mezcla privada, rezando para que hiciera efecto pronto.

* * * * * * * * *
Liz se despertó sobresaltada, envuelta en una completa oscuridad. Ha vuelto,
pensó. Escuchando el ruido apagado de unas botas al inicio de la escalera, se
sentó en la cama de Jude y esperó las pisadas subsiguientes.

Silencio.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
El sonido silbante de ruedas sobre metal indicó a Liz que Jude había salido al
porche en lugar de subir hasta la oscuridad amenazadora de su dormitorio.
Distraídamente, la mujer del pelo color miel se preguntó hasta qué punto el
cambio de rumbo de Jude tenía que ver con su propia presencia allí.

La dura mirada en el rostro de Jude le había dicho mucho de lo que esa llamada
telefónica significaba. Recorrer el pasillo arriba y abajo no había hecho que el
tiempo pasara más deprisa y sólo había servido para exasperar a los perros. La
televisión era insufriblemente insípida y ni un solo libro en la voluminosa
biblioteca de Jude había conseguido mantener su atención durante más de un
párrafo. Finalmente, cayó en un sueño agitado, despertándose al más ligero
ruido, real o imaginario. Ahora se despojó de las cálidas sábanas y se puso de pie
con dificultad, buscando algo que echarse sobre su piel desnuda. Sus dedos
encontraron la camisa blanca de Jude y deslizó el suave material sobre sus
hombros, agradeciendo que, tras los estragos sufridos, todavía le quedaran
suficientes botones intactos para abrocharla.

Subiendo los desmadejados puños por el antebrazo, Liz bajó las escaleras en la
oscuridad, deteniéndose ante la puerta abierta y adoptando, sin saberlo, una
imagen etérea a los ojos medio cerrados de Jude. La camisa blanca resplandecía
con un brillo de ensueño bajo la tenue luz de la luna, delineando el cuerpo grácil
bajo la fina tela. El pelo claro, despeinado por el sueño, caía suelto sobre sus
hombros.

—¿Jude? —llamó con voz vacilante, incapaz de distinguir la inquietante silueta


en el rincón.

—Vete.

Las palabras indicaron la dirección hacia la que debía girarse y Liz pudo
distinguir la figura en la butaca del porche. En el breve tiempo que había
transcurrido desde que Liz conoció a la mujer sombría, siempre había existido
cierta elegancia en todas sus acciones, pero ahora la reportera notó de inmediato
la forma sin gracia en la que extendía las piernas, y sus hombros hundidos y
exhaustos. Dio otro paso vacilante hacia Jude hasta que su voz la detuvo de
nuevo.

—Márchate —dijo, con más dureza esta vez y el timbre de su voz haciéndose
peligrosamente más grave.

—No —la tranquila respuesta de Liz ocultaba el repentino martilleo de su


corazón. Se movió lentamente, pero sin detenerse, hacia la sombra oscura, de la
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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
manera en que uno debe aproximarse a un animal atrapado, con los brazos
extendidos y relajados a los lados. El destello de la luz de la luna sobre el cristal
de la copa de Jude, atrajo la atención de Liz. Momento para otro tipo de
acercamiento.

—¿Me invitas a una copa? —preguntó, su voz tan casual como si estuvieran en el
Club de Campo.

Se oyó un suspiro casi silencioso.

—Claro. Los vasos vasos allí, en el bar.

Fue a buscar un vaso y al regresar a la sombra en la silla, Liz no pudo contener


el grito ahogado que surgió en su garganta al ver la ropa hecha jirones de Jude.

—Oh... Jude... —dijo con impotencia.

Una mano hizo un gesto despreocupado, quitando importancia a la inquietud de


Liz.

—No es nada, casi todo son rasguños.

—Deberías dejar que alguien los mirara

—He dicho que no es nada.

El tono áspero regresó a la voz de Jude, y Liz se echó atrás y se sirvió una copa.
Sin decir una palabra, le rellenó el vaso, disimulando un escalofrío cuando ésta
se bebió el líquido ámbar de un rápido trago.

—¿Quieres... hablar de lo que ha pasado? —aventuró Liz.

—No —Jude recuperó la botella de la mano de la mujer más pequeña, para


servirse otra copa. La piel de Liz era cálida en esa hora fría antes del alba, y la
mujer oscura se entretuvo un momento trazando con sus dedos las delicadas
articulaciones de los de Liz, antes de retirar la mano.

En esa fugaz ternura, Liz vio su oportunidad. Inclinándose hacia delante, tomó
con suavidad la fuerte barbilla de Jude con una mano temblorosa, instándola
silenciosamente a que la dejara entrar, aunque sólo fuera un poco. Titubeando,
los ojos azules parpadearon y se encontraron con una mirada verde y abierta.
Pero a continuación, y como resbalando, se apartaron.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Ey... —musitó Liz—.Vuelve —entonó con voz suave.

Sin embargo, por alguna razón inconcebiblemente cruel, ese instante pasó y
Jude apartó con brusquedad su cabeza del dulce gesto de Liz. Cuando sus ojos
azules regresaron a la mujer más pequeña, dos pálidos glaciares se asomaban en
el centro de su mirada. Liz se quedó helada, sabiendo que el terreno había
cambiado radicalmente bajo sus pies y sin estar muy segura del peligro que
podía entrañar o no aquella situación. Trató de no manifestar su inquietud.

El amanecer invasor arrojó una luz vacilante sobre varios cortes que salpicaban
los elegantes rasgos de la mujer sombría. Las heridas, en lugar de hacer que
Jude pareciera más vulnerable, le daban un aire siniestro y salvaje mientras
examinaba a Liz.

—¿Por qué estás aún aquí?

Porque aquí es donde quiero estar, más que en ningún otro sitio del mundo.

La inesperada respuesta saltó fácilmente a sus labios, pero instintivamente supo


que Jude no estaba en condiciones de oírla; de hecho, ella misma se sorprendió
de encontrarse tan preparada para decirlo. No obstante, las palabras se
quedaron allí, impidiendo el paso a cualquier otra cosa que pudiera haber dicho.
Atravesada por el centro hipnótico de los ojos azules, Liz sólo pudo sostenerle la
mirada y con la esperanza de que no le arrancara las entrañas.

Inquieta, Jude se liberó de Liz de un empujón y se levantó. Si en algún momento


la reportera había sentido que el letargo invadía la alta figura de la otra mujer,
éste pareció evaporarse mientras caminaba a lo largo del porche a grandes
zancadas.

—¿Te lo estás pasando bien? —inquirió Jude, burlándose.

Desconcertada por la pregunta, Liz se puso de pie para hacer frente a Jude y
replicar, sin rodeos:

—No, por el momento no.

—¿Y por qué no? —una amenaza aterciopelada se deslizó en su tono de


contralto—. Debes saber que tú firmaste para un tour a la Cocina del Infierno,
cuando te enrollaste conmigo —abrió los brazos a lo ancho, una figura atrayente
en la penumbra.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Todo esto me está asustando, Jude —la frase salió de golpe de su boca, antes
de que Liz pudiera detenerla, y se maldijo internamente por exhibir su debilidad
ante esta mortífera criatura.

—Demonios, deberías —la respuesta fue suave y, sorprendentemente, conllevaba


un cierto pesar.

Liz cubrió la distancia entre ellas con un par de pasos, apostando a que la mujer
que había llegado a conocer en las dos últimas semanas se encontraba enterrada
en alguna parte bajo toda aquella rabia y tristeza.

—Yo no he dicho que tú me asustes —se colocó sin pestañear delante de la otra
mujer—. He dicho que esto me asusta —vacilante, señaló la tela destrozada de la
camisa de Jude—. Verte sufrir, no saber lo que ha pasado o cómo puedo
ayudarte... Eso es lo que me asusta, no tú.

La peligrosa frialdad de los ojos de Jude se calentó, oscureciendo el austero azul


hacia un tono más humano. Jude bajó la cabeza, como evaluando la honestidad
de las palabras de Liz.

—Los cortes no duelen tanto —dijo suavemente.

El corazón de Liz dio una violenta sacudida ante el tono de desconcierto en la voz
de Jude.

—No me refiero a ese tipo de dolor, Jude —una triste sonrisa se retorció sobre el
rostro de Liz—. Me refiero a este dolor. Aquí —golpeó con dedos temblorosos la
sien de la mujer sombría—.Y aquí —bajó los dedos hasta el pecho de Jude,
señalando el corazón que latía con gran estruendo, pidiendo la custodia de un
dolor que no tenía manera de comprender.

El simple roce, tan complicado en sus intenciones, debió perforar el baluarte de


auto-control que había mantenido a Jude a la entrega ante la pequeña mujer. Un
aullido lastimero escapó de sus labios mientras comenzaba a derrumbarse
lentamente.

—Oh... Dios... —musitó.

Instintivamente, Liz envolvió con sus brazos a la mujer y la empujó hacia la


suavidad de la butaca más próxima. Liz musitó bobadas tranquilizadoras,
esperando lágrimas o sollozos, más que los ojos secos o un lamento silencioso de
animal que surgía de la forma temblorosa de Jude.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Eso es... deja que salga... vamos... déjalo salir, Jude... estás a salvo... te lo
prometo...

—Oh, Dios, lo siento tanto... —susurró Jude. ―Tan malditamente arrepentida....‖

Aprisionando con sus dedos la fina tela de la camisa de Liz, se agarró con fuerza
a la esbelta forma de la mujer, respirando el aroma cálido y adormilado de su
piel y enterrándose en el refugio de su abrazo. —Nunca quise que eso pasara
así...

Sabiendo que la mente de Jude se encontraba bastante alejada del lugar donde
estaba su cuerpo, Liz acarició la oscura cabeza con sus manos tranquilizadoras.

—Cuéntame, Jude. Cuéntame qué pasó.

* * * * * * * * *
Derrocar al Cártel Massala era un pensamiento imposible. Ni un solo agente de la
DEA había conseguido infiltrarse, a ningún nivel, en su organización.

Hasta que llegó Jude.

“Va a ser muy peligroso y desagradable” le advirtió Kent durante la sesión


informativa. “Y no nos importa cómo consigas entrar o lo que tengas que hacer una
vez que estés dentro. Consigue lo que necesitamos para librarnos de esos
bastardos de una vez por todas. Sin preguntas. ¿Entendido?”

Al Gobierno le habían estado pateando el culo en la guerra contra las drogas.


Superados en armas, en planes y en maniobras, la DEA estaba desesperada por
encontrar una forma de acabar con el dominio que el Cártel Massala tenía sobre el
tráfico de drogas, por valor de un billón de dólares, a lo largo de todo el país. Con
la ayuda del Gobierno colombiano, habían forzado a salir del negocio al Cártel de
Medellín, pero los Massalas habían demostrado ser inmunes a sus ataques. Jude
había sido uno de los pocos agentes que habían conseguido, sistemáticamente,
resultados espectaculares en sus operaciones, y en el pasado había demostrado
no ser en absoluto escrupulosa con algunos de los aspectos... más...
desafortunados de su vida de infiltrada.

Para Jude era el tipo de misión para la que había nacido... libertad completa y sin
trabas, siempre y cuando se consiguieran las metas de la Agencia....y saboreó el
desafío. Sus fuentes de la calle y una información mucho más completa y fiable
que la de ningún expediente que la Agencia hubiera podido soñar con tener, le
171
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
dijeron todo lo que necesitaba saber para conseguir llamar la atención, y una
posición, dentro del Cártel.

Una partida de póquer... una apuesta temeraria... una ronda de ruleta rusa que
misteriosamente dejó muerto a uno de los expertos en la red del Cártel, y a Jude
convenientemente situada para ocupar su puesto. Enrico Massala era un hombre
optimista, fornido, con facciones poco marcadas y una ausencia evidente de
cualquier tipo de gracia terrenal. Se sintió claramente fascinado por la elegancia
sobrenatural de su nueva asesina y la arrogante indiferencia con la que abordaba
la vida y su trabajo con el Cártel. Jude se aseguró de que él supiera que era
alguien bastante diferente a los demás empleados, nada impresionada por el
vasto imperio ilícito que controlaba y sin interés en ganar su favor.

“¿No te da miedo la muerte?” le preguntó como quien no quiere la cosa, una noche
cuando se marchaba de su oficina tras recibir una serie de instrucciones.

Jude se volvió para encontrar frente a ella, al otro extremo, un revólver


Smith&Weson del 45. Con los brazos descansando cómodamente a los lados, se
limitó a arquearle una ceja despectiva a su jefe.

“Rico, cuando muera, no será a manos de alguien como tú” más rápido de lo que
sus ojos pudieron captar, le arrancó la pistola de la mano con una patada, y Enrico
se encontró tirado de espaldas, con un irritado asesino sobre su pecho
arrancándole el aliento de los pulmones. “No tienes estómago para eso” gruñó. “O
las manos”.

Se levantó con un movimiento fluido y extendió su propia y letal mano para


ayudarle a levantarse.

“Por eso es por lo que tienes a gente como yo a tu alrededor” una fugaz sonrisita
cruzó su cara, y un instante después, su expresión volvió a ser toda negocios,
como siempre. “No vuelvas a hacer algo así nunca más”.

No añadió nada, pero la amenaza quedó flotando en el aire tan claramente como si
lo hubiera dicho con palabras.

Los días se convirtieron en semanas, las semanas en meses y, lentamente, los


meses completaron un año en el que Jude se había inmerso en ese tipo de vida. La
Agencia colocó a Jason como su contacto, y éste aparecía y desaparecía de su
presencia; su vínculo era un recuerdo cada vez más distante a medida que
ascendía su estrella en el Cártel. Jason intentó hablar con ella en una ocasión,

172
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
tratando de arrancar una mirada de reconocimiento de esos desapasionados ojos
azules, pero sólo consiguió que se distanciaran aún más.

“Mírate, Jude. Mira en lo que te estás convirtiendo”.

“Estoy obteniendo resultados, ¿no?” preguntó fríamente. De hecho, gracias a sus


esfuerzos, la Agencia estaba tejiendo una red alrededor de la polilla, una red de la
que no podría escapar.

“¿A qué precio?” alegó él. “No quiero perderte”.

“¿Perderme? Jason, nunca me has tenido. ¿No te das cuenta? Esto es lo que soy...
Y tú no quieres tener nada que ver en ello”.

“Quieres que me crea....¿qué?¿Que eres una asesina de sangre fría? No voy a


hacerlo”.

“Entonces eres un imbécil”, replicó y, simplemente, se dio media vuelta y se


marchó.

Tras aquello, fue más fácil abandonar el ansia por el mundo de la luz del día.
Conoció a una joven llamada Sasha LeMontaine que demostró ser de lo más...
entretenida... cuando la inquietud se apoderaba de ella y su cuerpo hervía de
añoranzas sin nombre. Y pasaron seis meses más.

* * * * * * * * *
Maldiciendo el estridente sonido del teléfono, Jude intentó de mala gana
deshacerse de la forma esbelta enroscada a su alrededor.

“Vamos, querida…. tengo que contestar....”

Como respuesta, la boca de Sasha buscó y encontró un pecho lleno, atormentando


a un pezón inmediatamente erecto con sus pequeños dientes, mientras Jude
levantaba el auricular.

“Oh, Dios....” gruño Jude, echando la cabeza hacia atrás y esperando que, quien
fuera que estuviese al otro lado de la línea, no la oyera.

Una profunda risita que llegó a través de la línea truncó esa esperanza. “¿De
dónde sacas toda esa energía?”

173
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
“Rico” dijo Jude a modo de saludo mientras Sasha se afanaba en buscar más
puntos sensibles en la piel de la mujer sombría. Frenando con todas sus fuerzas el
gemido que amenazaba con surgir de su garganta, Jude enredó su mano libre
entre los mechones rizados de Sasha y apartó ligeramente la voraz boca de su
cuerpo. “Tiene que ser como la una de la mañana” Massala solía irse a la cama
temprano, a pesar de que la mayoría de sus negocios florecían en las afónicas
horas antes del amanecer, y Jude estaba algo más que sorprendida de oír su voz.

“Ah….sí....bien, parece que tenemos....una situación....que necesita de tu


destreza”.

Jude se movió hasta estar sentada, apartando a Sasha con firmeza. Nunca, en el
año y medio en el que había estado con el Cártel, se había dado una “situación”
que no pudiera esperar. “¿Y tenemos que ocuparnos ahora mismo?” preguntó, más
para intentar evaluar el humor de Rico que por otra cosa. Si su jefe era presa del
pánico, entonces podría tratarse simplemente de la ocasión que buscaba. La
última pieza que derrumbaría al Cártel a una rupturaalrededor de sus oídos.

“Sí” replicó de manera cortante. “Y quiero que lo hagas tú. Personalmente”.

Debido a su admiración por su firme eficiencia, Rico había permitido a Jude que
vagara por donde quisiera dentro de la organización, y había tomado más
responsabilidades que meramente las de un pistolero a sueldo. De hecho, hacía
meses que no acababa con nadie, ocupada en supervisar la llegada al país de la
mayoría del producto en polvo de Rico. Pero ahora, la voz de Rico tenía el
inconfundible tono de un amo ordenando a su perro atacar, y Jude no pudo
rechazar la orden. “¿Dónde?” preguntó.

“En el almacén. Estate allí dentro de una hora”.

Sasha se cuidaba bastante de protestar cuando veía aquella mirada en los ojos de
Jude. Se limitó a levantarse a la vez que la mujer oscura y se marchó a su propio
apartamento. En los seis meses en los que habían estado acostándose, ninguna de
las dos mujeres había sacado el tema de quedarse hasta el día siguiente. La
ternura de despertar en los brazos de alguien era algo inconcebible para la oscura
mujer.

La escena que dio la bienvenida a Jude a su llegada al almacén era una escena
sacada de su propio infierno personal.

Jason estaba arrodillado en el centro de un círculo formado por los matones del
Cártel, desnudo de cintura para arriba y con los brazos atados a la espalda.
174
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Un gruñido surgió en la garganta de Jude al ver a su compañero indefenso, y sólo
el hecho de que su piel pareciera intacta, hizo que no perdiera la compostura que le
quedaba y que se le iba haciendo añicos rápidamente. “Esto no es normal”
consiguió decir con indiferencia, entrando despacio en la habitación. Rico estaba
de pie frente a la figura postrada de Jason, fulminando con la mirada al joven
agente. “Rico, sabes que no comparto tus apetitos” dijo arrastrando las palabras,
refiriéndose a la notoria predilección de Massala por los chicos guapos y rubios.

Una sonrisa tensa de Rico le indicó que no apreciaba el chiste.

“Por desgracia, mi querida Jude, se trata estrictamente de negocios” otra sonrisa


tensa. “Aunque, quizá, tú puedas derivar algún placer de ello. Sasha me contó lo...
convincente... que puedes ser... si se dan las circunstancias apropiadas”.

Bueno, adoro los desafíos sonrió como respuesta a la insinuación, utilizando la


broma para ganar tiempo. Tenían a Jason, lo que podía significar un millón de
cosas….pero lo más probable era que alguien lo hubiera delatado. A pesar de toda
su aparente ingenuidad, Jason no era ningún idiota y no cometía errores
estúpidos. Lo que Jude tenía que averiguar en primer lugar era cuánto sabía
Massala y, en segundo, cómo demonios iban a salir de ésta. Suspiró teatralmente.
“¿Y? ¿Me vas a decir qué haces con el Ken Malibú?”

“Me he enterado por una muy buena fuente de que este delicioso y guapo joven es
un agente federal, que trabaja con alguien de mi organización para... ¿cómo dicen
en las series de televisión?....Derrocarme”.

Jason estaba haciendo un magnífico trabajo al no delatar su conexión, y Jude


agradeció en silencio su fortaleza. Rezó para que todo esto fuera suficiente para
superar lo que fuera que viniera a continuación. Arqueó una ceja dubitativa hacia
el cautivo.

“¿Eso?” hizo un sardónico movimiento de cabeza en la dirección de Jason. “¿Me


estás diciendo que se supone que eso es un Federal?” echó la cabeza atrás y se
rió, una maravillosa risa gutural que atravesó a todos y cada uno en la habitación.
“Tienes que estar tomándome el pelo”.

Massala cambió su estado a irritado. “No tengo motivos para dudar de mi fuente”.

“¿Ah, sí? ¿Y quién es tu fuente?” dudaba de que la treta funcionara, pero el intento
merecía la pena.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Rico se limitó a sonreír con condescendencia a su empleada. “Tengo algún
consejero privado, mi mascota”.

“Bueno, pues yo te estoy asesorando para que te deshagas de cualquier tonto de


mierda que te dijo que este chico es un federal”.

“Y, ¿por qué?”

“Porque yo lo conozco”, lanzó la afirmación con indiferencia, esperando que el farol


funcionase y no hiciera que los matasen. Con franqueza, en ese punto no se le
ocurría nada más que pudiera funcionar. “¿No es cierto, Angel?” Se le acercó con
aire despreocupado y le abofeteó bruscamente. Sus ojos relucieron con un brillo
asesino por un momento y después, el azul aciano se suavizó aceptando la
situación cuando ella utilizó el nombre que él le había dado. Era la promesa de que
les sacaría vivos de allí; o de que moriría intentándolo. Con ese mínimo gesto,
Jason le comunicaba que aceptaba y que confiaba, a donde quiera que fueran.

“¿Te importaría dar más detalles?” Las cejas de Massala danzaban por la
sorpresa.

“La verdad es que no recuerdo bien cuándo nos conocimos... Le gusta el polvo... y
una vez le hice un pequeño favor cuando andaba algo apurado. Desde entonces,
se me ha pegado como una garrapata a un perro. No puedo librarme de él”.

Los ojos de Rico se cerraron suspicaces, pero no cuestionó su exposición. Había mil
y un rumores circulando sobre su asesina domesticada, cada uno de ellos aún
más inusitado que el anterior. “¿Y?“

“Te estoy diciendo que podrías aporrearle durante todo el día, hasta puede que él
lo disfrute, pero no te va a decir lo que quieres saber porque no sabe nada”,
conteniendo la respiración, Jude sabía que estaba cerca o de escapar o de algo
bastante peor.

“Ya veo lo que quieres decir” Rico frunció los labios pensativo. “Sin embargo, si te
creo, eso querría decir que mi fuente me está mintiendo”.

“Podría estar simplemente mal informada” sugirió Jude. Podía ver hacia dónde
llevaría todo esto, y no le gustaba nada.

“No, no... fueron bastante... categóricos... sobre la culpabilidad de este joven. Si


estuvieran intentando confundirme, sería sólo para favorecer sus intereses, lo cual
no puede pasar sin castigo. Y significaría también que perdería a alguien que ha

176
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
demostrado ser bastante valioso, y eso es algo que no puedo tomarme a la ligera”
entrelazó los dedos. “No, no puedo creerte sin más”.

“Tú solo vas a tomar su palabra” planteó Jude, consciente de que pisaba una línea
muy peligrosa. No debía parecer que estaba mediando por la vida de Jason, pero
tampoco podía contenerse. Aunque ella había llegado hasta un lugar al que él
tenía demasiado miedo para seguirla, Jason todavía era demasiado importante
para su alma como para entregarlo sin luchar.

“Sí, y tú acabas de demostrarme el error, así que ahora te doy la oportunidad de


convencerme de lo contrario”.

“¿Y cómo?” preguntó escéptica.

“Es sencillo, la verdad... simplemente... ¿cómo has dicho?... aporréale. Veremos


qué es lo que sale” una sonrisa empalagosa se extendió sobre su mandíbula. “Me
dará la oportunidad de observar a... una experta... trabajando”.

Una oleada de furia bañó los rasgos de Jude, casi blanqueando el azul ártico de
sus ojos, pero la contuvo enérgicamente sabiendo que la desobediencia no era una
opción. Sólo conseguiría que los mataran a los dos. Por así decirlo, todavía
quedaba una oportunidad, mínima pero la había, de que Jason escapara con vida.

Caminando con pasos medidos alrededor de su compañero arrodillado, sintió que


los últimos restos de su humanidad estaban siendo arrancados de su alma para
ser colocados sobre el altar de las exigencias de Massala. “Lo siento” murmuró
inaudiblemente.

Metódicamente, comenzó a propinar una serie de golpes que enviaron rápidamente


a Jason al suelo, retorciéndose de dolor. Siguiendo sus instrucciones, un par de
hombres lo levantaron. “Imagino que tengo tu atención” impuso fríamente.
“Ahora... te prometo que este encuentro no va a ser tan... agradable... como los que
tenemos habitualmente” ronroneó. “También te recomiendo que, si hay algo de
cierto en lo que mi jefe está sugiriendo, digas, rápido, lo que sabes”.

“No sé nada” murmuró Jason, bajando la cabeza.

Lo alzó agarrándolo del abundante pelo rubio y lo abofeteó con dureza con el dorso
de la mano. Otro golpe le abrió un feo corte en la mejilla, del que comenzó a manar
la sangre. “Una vez más... ¿qué es lo que sabes?”

“No sé....”

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Le llovieron golpes sobre su piel clara, y cada uno de ellos arrancaba más y más a
Jude de sí misma, hasta que pareció estar observando todo el episodio desde un
rincón lejano del almacén. Tras quince minutos, el abuso sistemático había
hinchado los ojos de Jason hasta cerrárselos por completo, le había roto la nariz,
las clavículas y la mayoría de las costillas del lado derecho. Sus cada vez más
incoherentes negaciones degeneraron en una sola palabra, “no...”, que reprochaba
a Jude cada vez que le tocaba. La sofocante atmósfera y la atroz actividad habían
creado una fina capa de transpiración sobre su cara. Enjugándose el sudor
distraídamente, Jude volvió el feroz azul de su mirada hacia su jefe.

“¿Contento, ahora?” gruñó. La furia estaba grabada en sus facciones, y sus


músculos temblaban, no por el esfuerzo, sino por el deseo reprimido de volver su
violencia contra el propio Rico Massala. “Está pulverizado y no ha soltado ni una
puta palabra”.

“Parece que has demostrado tener razón” Massala asintió con la cabeza,
apreciativamente. “Pero todavía hay una cosita que me preocupa. Pareces tener
bastante afecto por este joven muchacho... bueno, en la medida en la que eres
capaz... y eso me inquieta”.

“El chico no significa nada para mí” resopló Jude. “Simplemente, odio que me
hagan perder el tiempo... sin mencionar que mis planes para esta noche se han ido
al traste” añadió fríamente, frenándose. Ya casi había acabado.

“Ah... envía mis disculpas a Sasha. Sé que va a estar de un humor de perros por la
mañana”.

Jude apañó una sonrisa agradable, aunque se moría por estrangular a Massala.
Respiraba algo mejor ahora que el final estaba a la vuelta de la esquina.

“Culpa tuya, Rico. Dijiste que esto no podía esperar. Ya sabes cómo odia que la
dejen... colgada”.

Los hombres alrededor del círculo rieron divertidos, conocedores del efecto que la
mujer oscura tenía sobre la pequeña y glacial ejecutiva. Jude había sido la única
que había tenido éxito con la mujer color caramelo, y ellos le desearon lo mejor,
aunque la combinación de las dos mujeres había probado ser algo más que
ligeramente inflamable, si se producían las circunstancias apropiadas.

“Así que... ¿podemos dejar al chico Cabana de vuelta en la playa y nos vamos a la
cama?” Jude trataba sutilmente de zanjar la situación.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
“Claro” Massala hizo un gesto con la mano mostrando su acuerdo. “Pero, por favor,
concédeme una última cosa”.

“¿Qué sería?” Jude fingió un tono aburrido.

“Eres una jugadora, ¿verdad? Creo que así es como te ganaste un sitio en mi
organización”.

“¿Y?”

“Por desgracia, me perdí tu actuación esa noche. Me gustaría verla ahora” unos
astutos ojos se centraron en ella y, con una escalofriante sensación, Jude supo que
la paliza que le había dado a Jason no había convencido a Massala de
absolutamente nada. Aun así, dijo, fingiendo indignación. “¿De qué mierda estás
hablando, Rico? ¿Quieres que juegue a la ruleta rusa ahora? No sabía que
estuvieras tan ansioso por librarte de mí”.

“Oh, no, para nada. No tú. Él” sacando la misma Smith & Weson de acero con la
que la había encañonado hacía más de un año, se la ofreció por la culata. “Sólo
una bala y cinco oportunidades de libertad”.

A Jude se le cayó el alma a los pies y supo que no tenía más opción que aceptar.
El rechazo supondría la muerte de ambos. Jude sopesó el arma con pericia.
Odiaba las 45, con los cañones tan largos y los acabados tan ostentosos,
prefiriendo el peso más ligero de la Sig, con sus líneas más delicadas y su
apagado metal pulido.

“Estás empezando a irritarme, Rico” gruñó.

Él rió con picardía, lo que le confirió un aspecto muy poco atractivo, al menos así lo
percibió la mente de Jude sin apenas darse cuenta. Echando una mirada a su
compañero casi inconsciente, repasó las opciones que tenía y, por primera vez en
su vida, no encontró ninguna. Desde luego, no podía abrirse camino a tiros, no sin
dejar a Jason atrás, y ése era el problema, ¿no? Suspirando, vació el tambor de
todas las balas, excepto una, y le dio una vuelta rápida, apuntando a la cabeza de
su compañero.

Jude nunca había sido alguien que rezara, nunca creyó en el Dios vengador, ante
el que su madre se había postrado durante toda la vida de Jude. Todavía podía oír
al cura gritándole “nacida en pecado, desgraciada... y, por ello, morirás...”, y
jamás había cuestionado realmente su estado maldito. Pero Jason... él era otra
cosa... razonó ahora, elevando una débil oración a quien quisiera que la escuchara

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
en el Cielo. Si de verdad hubiera... alguien... allí arriba... no haría que Jason
pagase por sus propios errores. En ese instante, de buena gana habría dado la
bienvenida al peor de los fuegos del Infierno si eso servía para librar a Jason de lo
que estaba a punto de hacerle. Una última suplica... y apretó el gatillo....

* * * * * * * * *
—Oh, Dios... Jason... lo siento tanto... tanto —murmuró Jude sobre la cálida piel
donde su cabeza descansaba suavemente, y Liz supo con espantosa certeza lo
que había ocurrido después de que Jude apretara aquel gatillo.

El sol ardía brillante en el cielo de la mañana. Jude había estado hablando


durante horas en la misma posición, acunada por los brazos protectores de la
reportera, y Liz había escuchado toda la historia de la vida de Jude con Jason
desarrollándose con un corazón roto. Lloró por todo el dolor que Jude había
soportado y por todo el dolor que la sombría mujer había infligido. Pero también
se enfureció contra figuras borrosas en la DEA que habían mantenido a Jude en
esa esclavitud, y contra Jason por no haber tenido más valor frente a la
oscuridad de Jude.

—Eso no volverá a ocurrir —prometió a la ahora silenciosa mujer. Los tensos


músculos se relajaron en un exhausto sueño bajo las manos tranquilizadoras—.
No lo permitiré — juró, cerrando los ojos y dejando que el agotamiento se
apoderara de ella y la incitara a dormir.

* * * * * * * * *
Varias horas después, el movimiento de Jude acurrucándose sobre ella la
sobresaltó, despertándola, y levantó la vista para ver la cara preocupada de
Carmina mirando desde la puerta. Se deshizo con suavidad del enredo de los
brazos de Jude, bajando hasta los blandos almohadones. Sus miembros
crujieron en protesta cuando se puso de pie y cruzó la terraza en unos pocos
pasos silenciosos.

—¿Otra noche del demonio? –preguntó Carmina.

―Noche del demonio... esa es una forma de llamarla‖, pensó Liz.

—¿Las tiene muy a menudo, Carmina?

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
El ama de llaves observó el rostro de Liz con cuidado y después, asintió ante la
evidente y genuina preocupación en la expresión de la pequeña mujer.

—Venga a la cocina, señorita. Hablaremos.

Liz caminó tras la rotunda mujer, ligeramente cohibida porque no llevaba nada
más que la camisa blanca de Jude. Pero Carmina parecía no ser consciente de
su vestimenta y se afanó en la cocina amontonando platos.

—Le gusta la señora, ¿verdad? —preguntó el ama de llaves bruscamente—.


Usted... se preocupa... por ella.

La reportera no pudo evitar la suave sonrisa que trepó a su rostro.

—Sí, Carmina. Me gusta. Mucho.

El ama de llaves le devolvió una amplia sonrisa.

—Se lo dije. La primera vez que la vi con usted. La manera en que actúa con
usted, como con nadie más.

—¿De verdad? —la pregunta saltó de sus labios e, inexplicablemente, Liz sintió
cómo su corazón tamborileaba feliz ante las simples frases de Carmina.
Entonces, pensó en la mujer dormida en la terraza, perseguida por las noches del
demonio—. Háblame de las noches del demonio, Carmina.

El ama de llaves agitó la cabeza con gravedad.

—A veces sale y luego regresa así. Herida, sangrando, el mal en sus ojos... como
el mismo Diablo —la mujer se estremeció y se persinó—. Temo por ella así. Se
sienta, a veces durante días, ahí fuera... sólo mirando al océano como si quisiera
saltar en él y no regresar. No come nada... sólo bebe... una copa tras otra... Una
vez, intenté hacer que comiera y me tiró una botella... Después de eso, me quedo
aquí hasta que se le pasa... No le habrá hecho daño, ¿verdad señorita?

—No —le aseguró Liz—. Para nada. Nosotras... ella... ha estado hablando.

Carmina asintió sabiamente.

—Lleva mucho dolor dentro. A veces, no sé cómo se mantiene en pie bajo él.

—Yo tampoco lo sé, Carmina —concedió Liz tristemente—. Mira, quiero que siga
durmiendo, pero hace un calor infernal ahí fuera. Tiene que estar asándose. Y
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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
quiero echar una mirada a algunos cortes que tiene. Voy a intentar despertarla y
que se dé un baño. ¿Crees que podrías prepararle un zumo o algo así? —
entonces, añadió con una sonrisa—. Y si prometo llevárselo, ¿le prepararás algo
de comer? ¿Algo que le guste de verdad?

El ama de llaves asintió con la cabeza bruscamente.

—Por supuesto que puedo, especialmente desde que alguien ha traído algo de
comida —hizo un guiño conspirador a la reportera—. No sé cómo lo hizo señorita.
Yo intento e intento que me deje hacer algo de compra. Pero ella dice ―no, no,
no... deja que lo traigan...‖. Me alegra que consiguiera que ella entrara en razón.

—Nada de razón, Carmina. Simplemente, tomé las llaves de la camioneta y fui a


hacer la compra —sonrió.

—¡Bien por usted! Ahora vaya... ponga el baño para la señora. Yo le haré su
quesadilla favorita.

* * * * * * * * *
—Ey, Bella Durmiente....—Liz apartó con suavidad un mechón enmarañado de la
ceja sudorosa de Jude. No bromeaba cuando le dijo a Carmina que hacía calor, y
la piel de Jude casi echaba vapor en el húmedo día—. Despierta —canturreó con
suavidad.

Los ojos azules de Jude parpadearon hasta abrirse de mala gana y enfocaron,
atontados, el pelo rodeado de sol que lentamente se concretó en las dulces
facciones de Liz.

—Que...

—Vamos —ofreció una mano a la mujer más grande—. Aquí te estás asando. Te
he preparado un baño frío.

La mente de Jude luchó para liberarse de la bruma algodonosa que la envolvía.


Los acontecimientos de la noche, que culminaron en su atormentada confesión
en los brazos de Liz, se presentaron en un afilado relieve, y se quedó mirando
con asombro e incredulidad la mano extendida con dulzura—. ¿Todavía sigues
aquí?

Una risa burlona resonó en la mujer menuda.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Tú sigues preguntándome eso. Ya lo hemos hablado. Sí, todavía estoy aquí. Y
no, no voy a ninguna parte.

—Pero... pero... —tartamudeó Jude, intentando en vano que su mente asimilara


la afirmación—. ¿Por qué?

—Porque no hay ningún otro sitio en el que prefiera estar —dijo inclinándose
hacia delante y rozando con sus labios la asustada boca de Jude en un tierno
saludo.

—Oh... —Jude musitó suavemente, sin ser consciente de por cuánto tiempo esas
palabras habían permanecido en la punta de la lengua de Liz.

—Y ahora, vamos... tienes un baño esperándote. Y odio decírtelo así... —la


olisqueó delicadamente— pero, vaya si lo necesitas.

Jude se rió y permitió que la levantara de la butaca y la guiara escaleras arriba


hacia el baño.

Una vez allí, Liz le quitó con cuidado la camisa destrozada y la lanzó por encima
de su hombro a la papelera.

—¿Sabes? —murmuró, tratando de iniciar una conversación—. Si vas a seguir


llevando cosas como ésta, puede que te interese encontrar otro tipo de trabajo.
Uno que no sea tan duro con tu armario —le imprimió un tono ligero a la voz, no
queriendo presionar a Jude demasiado, ni demasiado rápido.

Jude rió mientras se sentaba.

—Eso puedo hacerlo yo —objetó cuando Liz se arrodillaba para quitarle las
botas. La mujer más pequeña le apartó las manos y terminó su cometido—.
Ahora mismo, un nuevo tipo de trabajo no suena nada mal —se sorprendió a sí
misma al decirlo. Un verde atónito se elevó para encontrarse con su mirada y
Jude consiguió esbozar una sonrisa forzada—.Yo... yo... oh, demonios —maldijo
suavemente—. No quiero volverme a sentir así nunca más.

—Yo tampoco quiero que te sientas así —aceptó Liz tranquilamente. Las dos
mujeres intercambiaron unas miradas de asombro. Ninguna de las dos podía
creerse lo que estaba sucediendo realmente. Rompiendo el momento, Liz dio
unas palmadas en la pantorrilla de Jude.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Ponte de pie —le pidió levantándose con agilidad—. Fuera —ordenó, mirando a
los pantalones de cuero.

Jude arqueó una ceja curiosa, pero hizo lo que se le pedía, quitándose la prenda
con eficiencia y mandándola a un lado de una patada.

—Adentro —Liz señaló el agua, aunque sus ojos vagaban por propia voluntad a
lo largo del magnífico cuerpo bronceado de Jude. Furiosos cortes enrojecidos
manchaban la suave perfección de su torso, pero la mayoría de las heridas eran
rasguños superficiales. Un par de ellos tenían peor aspecto, pero ninguno
parecía requerir puntos. Llegó a ver, fugazmente, un diseño oscuro en la cadera
derecha de Jude antes de que se sumergiera en el agua fría, suspirando
agradecida. Tomó agua con las manos y la derramó sobre la anchura de sus
hombros.

—Voy a ponerte algo de pomada antiséptica y ver cómo va tu comida —dijo Liz
con un violento rubor tiñendo sus rasgos y del que ambas eran bastante
conscientes.

—¿Hay comida para mí? —Jude ladeó la cabeza.

—Hay comida para ti —afirmó Liz—. Ahora vuelvo.

Jude sonrió a la forma de Liz que se alejaba. La apreciación de la mujer pequeña


de su figura desnuda no había pasado desapercibida para Jude, y archivó
felizmente esa información para una referencia en un futuro no demasiado
lejano. Curiosamente, se sentía con la cabeza despejada y emocionalmente
limpia, como si todos los edificios estigianos que habían mantenido presa su
alma durante los últimos años hubieran sido finalmente demolidos. Ahora, todo
lo que quedaba era eliminar los escombros y comenzar a construir su vida de
nuevo. Una ola poderosa de vértigo se apoderó de ella, terriblemente, y hundió la
cabeza debajo del agua para evitar que se abriera camino por su garganta en un
grito desgarrador. Emergió con elegancia en la superficie y se entretuvo en lavar
el largo cabello y en aclararlo hasta que Elizabeth regresó a la habitación con
una bandeja de madera.

—¿Quesadillas? —Jude olisqueó apreciativamente—. ¿Está Carmina aquí?

—Sip, y las ha hecho especialmente para ti. Puedes comer mientras pongo algo
sobre esos cortes.

—Pero...

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Hazlo por mí, ¿De acuerdo, Jude?

La mujer sombría se encogió de hombros como muestra de aceptación y se echó


amablemente hacia delante para que la otra mujer pudiera llegar a los cortes de
la espalda. Notó que, en el intervalo, Liz se había puesto unos shorts sueltos,
pero que todavía llevaba la camisa blanca que Jude había vestido la tarde
anterior. Había pequeñas manchas oscuras donde Jude había sangrado durante
la noche, pero a la mujer del pelo rubio-miel no parecía importarle.

—¿Cómo has convencido a Carmina para que se quedara? —preguntó entre


enormes bocados de su almuerzo—. Mmm, está buenísimo. Recuérdame que le
suba el sueldo.

—No he tenido que convencerla de nada. Estaba preocupada por ti.

—Sí... pero... a veces... no soy la... persona más fácil de tratar.

—¿Quieres decir durante tus noches del demonio? —preguntó Liz suavemente.

—¿Así es como las llama? ¿Las noches del demonio?

—Ajá.

—Es bastante preciso. Creo que una vez le tiré una botella.

—Me lo ha dicho.

—¿Te ha dicho que tuvieron que darle diez puntos?

Liz no pudo controlar el estremecimiento que atravesó su cuerpo.

—No, no me lo ha dicho.

—Así que... ya ves por qué me sorprendió un poco el verte aquí esta mañana.

—Nunca me has levantado la mano, Jude.

Los ojos de Jude se volvieron para estudiarla. El azul pálido era ahora el color
invitador de un cálido día de primavera.

—Me pregunto si sería capaz —musitó en alto—. Te miro... y algo... encaja


perfectamente dentro de mí —levantó una mano vacilante para acariciar la
mejilla de la mujer rubia—. No sé cómo ni por qué... simplemente pareces

185
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
encajar —sus dedos bajaron por el cuello de Liz, pasaron sobre el pulso creciente
y se detuvieron en el centro de su pecho—. Aquí. Encajas aquí... dentro de mí —
en los treinta y pico años que llevaba en el planeta, aquello era lo más que Jude
Lucien se había acercado a una declaración de amor, y sintió cómo el aliento
abandonaba su cuerpo a consecuencia del esfuerzo.

Como respuesta, Liz aceptó la caricia cerrando los ojos en un gesto innegable de
confianza y de bienvenida. Mil sensaciones bajaban en cascada sobre la piel de
Jude, bañando con calidez lugares tan recónditos en su interior que ni siquiera
sabía que estuvieran helados.

Y entonces, Jude se puso de pie, el agua envolviendo su cuerpo musculoso, y


salió de la bañera con piernas inseguras. Sus manos rodearon con dulzura las
suaves curvas del rostro de Liz, y los pulgares dibujaron la forma de sus cejas,
de sus párpados, de su nariz... esperando pacientemente a que esos iris verdosos
volvieran a ella.

* * * * * * * * *
Liz se detuvo en los cálidos torbellinos lujuriosos que se arremolinaban en su
cuerpo, odiando abandonar su confort. Por fin, abrió los ojos a un azul luminoso,
vibrante de emoción, y se encontró con un tipo diferente de calor.

—Jude... —murmuró antes de que unos deliciosos labios se encontraran con los
suyos en un beso rebosante de ternura, alegría y pasión. Más allá de lo que Liz
había conocido, sintió que lo que le estaba ocurriendo era algo sin duda
correcto... pero una duda persistente coloreaba el deseo que se iba acumulando
en su interior—. Jude... —repitió, retrocediendo un paso con pesar— Espera...

Jude retiró sus manos repentinamente temblorosas con una serena y auto-
acusadora maldición.

—Yo... lo siento, Elizabeth. Pensé que... –dijo en voz más alta.

—Espera —Liz hizo un gesto con las manos—. Pensaste bien —le confirmó. Igual
que Jude lo había necesitado la noche anterior, ahora era el turno de Liz de
asegurarse de que esto era lo que la mujer oscura quería realmente, y que no se
trataba de una reacción a ciegas—. Es que... acabas de pasar por un torbellino
emocional. ¿Cuándo fue la última vez que bajaste la guardia como lo has hecho
esta noche? No quiero que hagas nada que más tarde, cuando las emociones se
asienten, puedas lamentar.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—¿Cómo hacerte el amor?

—Sí, algo... así —Liz enrojeció violentamente.

Jude se mordió el labio un momento, observando a la bella mujer de pie frente a


ella. Sosteniendo su mirada, recordó a Elizabeth suavemente—. Estaba
preparada para hacerte el amor anoche, antes de recibir una maldita llamada
telefónica, ¿te acuerdas? —Jude guió a ambas fuera del baño, hacia el espacio
menos restrictivo del dormitorio. Un ventilador de techo giraba perezoso sobre
ellas, enviando suaves ráfagas de aire contra la piel empapada de Jude.
Vacilante, acarició el pelo brillante de Elizabeth, cuyos reflejos encendidos
bailaron bajo sus manos.

—Hacerte el amor es algo que nunca podría lamentar —dijo—. Y me gustaría...


es decir... si tú quieres... —lanzó un suspiro de frustración y bajó la cabeza—. No
sé cómo hacer esto —murmuró.

—Lo estás haciendo bastante bien —sonrió Liz dulcemente, a sabiendas de que
las palabras no eran la forma más fácil de comunicación para la mujer sombría.
Incluso ahora, podía sentir temblar el cuerpo de Jude con un deseo reprimido—.
Sólo quiero que estés segura de lo que quieres. De a quién quieres.

—Estoy segura —replicó Jude sin dudar—. Quiero hacerte el amor, Elizabeth.
Aquí... a la luz del día. Necesito ver tu rostro mientras te acaricio, y tu cuerpo
cuando te muevas contra mí. Quiero la luz del sol sobre nosotras... juntas,
¿comprendes?

—Conmigo —contestó Liz suavemente, levantando sus brazos para enlazarlos en


el cuello de la mujer más alta, sintiendo cómo unos agradables estremecimientos
se abrían paso a través de su cuerpo ante la sensación de la altura de Jude
apretándose contra ella.

—¿Qu... qué? —preguntó Jude, sus manos se colocaron de forma automática


sobre las caderas de Liz.

—Dime que quieres hacer el amor conmigo, no que quieres hacerme el amor —
murmuró sensualmente, sus ojos verdes oscureciendo de deseo.

—Yo... quiero hacer el amor contigo, Elizabeth... —corrigió Jude, y el comienzo


de una sonrisa se asomó a sus labios—. Contigo, para ti y por ti.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Abriendo su boca para recibir el tierno regalo de los labios de Jude, Liz se dejó
caer en el sabor especiado de la mujer más alta. El beso se hizo más profundo y,
sin prisas pero ansiosamente, sus lenguas se abrieron camino a través de
dientes y labios, mezclándose en el acogedor abrazo de sus bocas. No se trataba
del deseo frenético que las consumía la noche anterior, sino, más bien, uno largo
depositado en brazas quemándose dentro de la vida y comenzando un fuego
lento que promete no terminar.

Las cálidas manos de Jude se deslizaron bajo los extremos de la camisa de Liz,
jugando sobre la suave superficie de las costillas de la mujer más pequeña,
sonriendo cuando notó que contenía el aliento.

—Me sorprende que hayas podido abrochar esta cosa después del destrozo que le
hiciste ayer —bromeó.

Una risa llena burbujeó en la garganta de Liz.

—A mí también —accedió, arqueándose en la cuidadosa exploración.

—Pobre camisa —murmuró Jude —. Quizá deberíamos retirarla. Enviarla a un


lugar mejor.

—Oh, no —objetó Liz —. Ahora es mi camisa favorita. Se queda conmigo.

—¿Y tiene que quedarse contigo ahora mismo?

Observando el arco divertido de la ceja de Jude, Liz captó la indirecta que le


lanzaba.

—Oh…. —se ruborizó, pero en seguida rompió a reír—. Ah... no, creo... quizá...
pueda pasarme... sin ella... durante un rato. Ya que lo mencionas.

Unos dedos elegantes desabrocharon los botones que quedaban en la camisa y la


abrieron lentamente.

—Eres absolutamente preciosa —susurró Jude, apartando la tela de Liz y


dejando que su mirada vagara sobre sus fuertes hombros, sus pechos redondos
y un abdomen finamente musculado. Deslizó los shorts sobre la curva de las
caderas de Liz con el corazón latiéndole con fuerza salvaje ante la belleza que se
le revelaba.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Gracioso, yo iba a decir exactamente lo mismo sobre ti —rió Liz con una risa
entrecortada.

Cuando finalmente se atrevió a admirarlo por completo, los ojos de Liz devoraron
todo el ágil y largo cuerpo de Jude. Los pechos de la mujer sombría eran más
llenos de lo que había imaginado; y sus caderas se ensanchaban retando a la
estrechez de su cintura y dotando al cuerpo musculoso de una apariencia
inesperadamente exuberante. Sus manos siguieron la longitud de los brazos de
Jude, probando la enérgica fuerza de los músculos en descanso, para luego
pasar sobre los hombros anchos, hundiéndose en las hondonadas de sus
clavículas, y finalmente detenerse en las ondulaciones de los pechos de Jude. La
mujer oscura gimió por lo bajo y cerró los ojos ante el contacto, cediendo la
iniciativa de este primer baile a Elizabeth.

Palpando tiernamente su peso con ambas manos, los dedos de Liz exploraron los
pechos de Jude y forzaron a los pezones a despertarse ruborizados, deleitándose
entonces en el contraste entre sus manos blancas y aquella piel bronceada por el
sol.

—¿Te gusta esto, Jude? —bromeó Liz, observando cómo los ojos de Jude se
abrían con esfuerzo.

—¿De dónde has sacado esa idea? —consiguió gruñir perezosa, mientras las
pequeñas manos insistían en sus tortuosas exploraciones—. Pero ahora que lo
mencionas... mmm... sí, me gusta.

Los ojos de la reportera brillaron con la broma, disfrutando de la conexión de sus


mentes y de sus cuerpos.

—Bien... no quisiera que te aburrieras o algo así —replicó, cambiando


ligeramente la dirección de sus caricias y aumentando un poco la intensidad de
su tacto. Sonrió cuando, en consecuencia, la respiración de Jude se hizo más
rápida.

—Me... aseguraré... de hacértelo... ¡oh!... saber —las palabras de Jude se


fracturaron cuando la boca de Liz se unió al ataque con besos fugaces sobre el
pulso agudo del cuello de Jude y a lo largo de la línea de sus hombros.

—¿Sabes? —dijo Liz pensativa—. Esto sería mucho más fácil si no estuviéramos
de pie. ¿No sabrías, por casualidad, de alguna superficie grande y horizontal por
aquí cerca, verdad? —inquirió con aparente inocencia.

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Jude entreabrió un ojo azul y observó a Liz con severidad.

—Tú. Eres. Un. Tormento.

—¿Y bien? ¿Vas a hacer algo para remediarlo? —preguntó Liz maliciosamente.

—¡Ya está! ¡Se acabó! —Jude levantó a la mujer más pequeña en sus brazos de
un solo y resuelto movimiento, recorrió la corta distancia hasta la cama y lanzó a
ambas sobre su acogedora superficie.

—Esto está mucho mejor —asintió Liz con aprobación, riéndose.

Las dos se pelearon sobre la cama durante unos breves momentos, permitiendo
que el juego evolucionara hacia unas caricias más sensuales y unos besos más
prolongados. Sintiendo cómo crecía su deseo, Liz giró a la mujer más grande
sobre su espalda, para acariciar con su lengua lo más profundo de la boca de
Jude y comprobar si el deseo de ella igualaba al suyo propio.

Jude gimió bajo el lujurioso asalto, arqueando la espalda y presionando sus


pechos contra los de Liz.

—Sí —murmuró mientras Liz deslizaba su lengua fuera de la boca de Jude,


buscando lugares más hacia el sur.

Su lengua exploradora esculpió un candente sendero sobre el cuello de Jude,


dibujando exquisitos patrones sobre la piel de color bronce. Unos largos dedos se
enredaron en el pelo de Liz, no guiando ni dirigiendo, sólo manteniendo su
conexión táctil. Liz besó su camino hacia abajo sobre la curva del pecho
izquierdo de Jude y notó el martilleo de su corazón claramente audible bajo la
piel.

—Sabes tan bien... —susurró, lanzando una breve mirada hacia el ardiente
rostro de Jude.

El azul sombreó hacia el violeta debido a la pasión y se encontró con la mirada


de Liz para devolverle otra de un deseo tan claro que, directamente, hizo arder su
cada vez más líquido centro. Su boca encontró el pezón ansioso de Jude y lo
apresó con dulzura. Jude se arqueó una vez más ante el contacto, gimiendo
desde lo más profundo de su garganta. Liz se entretuvo largo rato en sus pechos,
dándose un festín con labios, dientes, lengua... en su redondez. Echó otro vistazo
para ver la cabeza de Jude echada hacia atrás con total abandono, ofreciendo su
cuerpo a los cuidados de Liz. Una llamarada de los rayos del sol que se ponía se

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
derramó sobre sus formas entrelazadas y se detuvo un momento para absorber
el calor del sol, su piel y su deseo.

—Jude —murmuró, haciendo que el azul negruzco se abriera—. Mira —indicó


con sus ojos hacia las ventanas abiertas—. Estamos haciendo el amor a la luz
del sol, ¿es esto lo que querías?

Un gemido gutural de pasión se liberó de la garganta de Jude mientras se


inclinaba para enredar sus labios con los de Liz.

—Dios, sí... Se siente bien. Te sientes tan bien, Liz....

—Me alegro —susurró, apartándose y deslizándose a lo largo del torso de Jude—.


Jude, quiero que me digas qué es lo que te parece bien y…. —sonrió con
picardía— qué te parece mejor que bien.

Involuntariamente, las caderas de Jude dieron una sacudida suplicante cuando


Liz se situó cómodamente entre las largas piernas de Jude. La mujer oscura
cerró los ojos, manteniendo todavía sus dedos entre el pelo de Liz.

—Dime qué te gusta —invitó con voz suave y sensual.

—Sólo... —un suspiro entrecortado y áspero salió de sus labios—. Por favor... –
imploró.

Desde que se habían encontrado, Liz se moría por conocer a esta mujer, conocer
los secretos de su vida, su mente y su cuerpo. Ahora, capa por capa, Jude iba
abriéndose a ella, revelando un corazón tierno y un alma asustada... y Liz se
encomendó reverentemente a la tarea que tenía frente a ella.

Sus dedos temblorosos se abrieron camino sobre la suave carne de un poderoso


muslo, sintiendo cómo el cuerpo de Jude se estremecía en respuesta, y sus
labios entreabiertos siguieron el camino señalado por sus caricias. Ningún
intoxicante en el mundo podría haber mareado más los sentidos de Liz como lo
hacía el limpio aroma a almizcle del centro de Jude mientras se acercaba
peligrosamente al centro del deseo de su amante.

Trazó las fuertes líneas de la cintura de Jude con sus dedos, agarrando sus
caderas y acomodando su cuerpo con más firmeza en su seno. Tentativamente,
presionó un beso suave sobre la cima de esas piernas seductoras y sintió cómo
la espalda de Jude se arqueaba en respuesta. Dándose cuenta de que el deseo de
Jude se encontraba en un punto enfebrecido, Liz deslizó dos dedos entre los

191
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
pliegues de la mujer sombría y se le escapó un grito ahogado ante la cálida
humedad que encontró allí.

—Oh, Dios... –nunca había imaginado que podría sentir tanto con tan sólo la
punta de los dedos.

La reportera quería devorar a Jude, vagabundear dentro de ella y proclamar


como suyo y de nadie más su interior. Aun así, Liz se contuvo, penetrando con
suavidad y cada vez más profundamente, esperando a que Jude le marcara el
ritmo, a que le ofreciera libremente su necesidad. Tierna e inevitablemente,
caderas y dedos sincronizaron la intrincada flor de la consumación. Mientras
Jude subía cada vez más alto en una espiral, Liz añadió otro dedo a la danza y
hundió su boca, por fin, en la miel.

El sabor de la mujer oscura era dulce como flores silvestres, y no pudo contener
el gemido que la bañó cuando la primera ola pasó por sus labios. Otro gemido de
respuesta se hizo eco en la garganta de Jude mientras se abandonaba a las
caricias, confiando implícitamente en la mujer más pequeña para que llevara la
iniciativa. Liz se hundió más en su amante, conquistando el deseo del cuerpo de
Jude en forma líquida (fundido), deseando nada más que tocar a esta mujer con
sus manos, con su corazón, con su alma.

—Oh, Dios... Liz —gimió Jude cuando la lengua de Liz rozó el centro de su deseo,
pintándolo con el suyo propio. Un estremecimiento incontrolable sacudió el
cuerpo de Jude, paralizándolo en el punto más alto de su curva, y Liz sintió los
primeros estremecimientos rodeando sus dedos. Cuando la cresta de la ola
rompiente llegó, ella la surcó con Jude, haciendo más lentos sus movimientos,
conduciéndola a casa. Por fin, permanecieron quietas, el centro de Jude todavía
latiendo suavemente alrededor de sus manos. Le brindó otro tierno beso,
sonriendo ante la sacudida que pasó por su cuerpo tembloroso, y lentamente se
deslizó hacia arriba de la forma delgada, reemplazando sus dedos con uno de sus
bien formados muslos.

—Hola... —se apoyó en ambos codos sobre su nueva amante, con una ufana
sonrisa de auto-satisfacción danzando en su rostro.

—Tú... Hola –una risa exhausta salió de los labios de Jude.

—Curioso encontrarte aquí.

—El mundo es pequeño —admitió Jude con una sonrisa irónica—. Guau... —
exhaló.
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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Un destello de alegría iluminó los ojos verdes de Liz.

—Supongo que lo he hecho bien, ¿eh?

—Más que bien —corrigió Jude, tomando la cabeza de Liz suavemente entre sus
manos y bajándola para besarla—. Perfecto —dijo tras un largo momento en el
que sus labios se encontraron sazonados con la rebelde esencia de Jude.

Liz se deslizó un poco más abajo por el cuerpo de Jude para apoyarse en su
pecho y el ligero movimiento hizo que el muslo de Jude se pegara contra su
propio ansioso centro. Inconscientemente, se apretó contra la sólida presencia.
La acción no pasó desapercibida para Jude y una sonrisa traviesa se curvó en
sus labios. Con destreza, dio la vuelta a ambas, de forma que Liz quedó bajo su
largo cuerpo.

—Me da la sensación de que hay algo... que puedo hacer por ti... Elizabeth —
ronroneó con tono sensual, las sedosas palabras provocando temblores a lo largo
del ágil cuerpo. —¿Hmmm? —arqueó una ceja inquisitiva.

El calor que había podido controlar concentrándose en el cuerpo de Jude entró


en erupción violentamente, corriendo por la sangre de Liz, sofocándola de
necesidad.

—Ssííí... —murmuró.

Jude era toda gracia felina mientras sus manos comenzaban una ronda de
exploraciones por el cuerpo de Liz, trazando el mapa de sus músculos,
articulaciones y nervios, maravillándose ante la belleza áurea que se extendía
ante ella. Liz estaba más que preparada para el contacto de su amante y con una
necesidad sobrecogedora, ansiaba la boca y las manos de Jude en su centro. Sus
pequeños dedos se enroscaron en el cabello oscuro, dirigiéndola hacia abajo, no
dejando tiempo a Jude para detenerse en los sensibilizados pechos, en las
estremecidas caderas o en las flexibles piernas.

—Te deseo, Jude —jadeó con aliento entrecortado, gimiendo bajito cuando sintió
las puntas de los dedos de Jude deslizarse sobre el bulto apretado de nervios—.
Por favor...

—Shh... —canturreó Jude—. Shh… Lo que sea por ti… Elizabeth… lo que sea...
Yo me ocuparé de ti... confía en mí... —prometió antes de inclinar la cabeza para
probar el calor de su amante. Colocando los muslos en cada uno de sus anchos
hombros, la lengua de Jude trazó un camino resbaladizo hasta el centro de Liz,

193
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
mientras sus manos se estiraban para acariciar los tentadores pechos que antes
le habían sido negados. Liz ronroneó su gratitud mientras empujaba con fuerza
sus caderas contra la boca de Jude, donde su hábil lengua y sus labios llevaron
a Liz a un plano todavía más alto al tiempo que ambas mujeres encontraban una
cadencia sinuosa para dar y tomar, ambas gimiendo con deleite ante sus
descubrimientos.

Perdiendo todo sentido del tiempo y del espacio, sólo consciente de la mujer
oscura deslizándose cada vez más profundamente dentro de ella, Liz gritaba de
placer con cada roce de la lengua de Jude, que enviaba estremecedoras olas a
través de su cuerpo tembloroso. Alcanzando un punto en el que ya no había un
lugar más alto al que llegar, sintiendo como si Jude fuera una extensión de su
propio cuerpo, comenzó la larga caída hacía el orgasmo, gritando el nombre de
su amante con ronco deseo.

Mientras las devastadoras sacudidas la consumían, sintió que las manos y la


lengua de Jude se apartaban de ella, moviéndose para rodear su forma
temblorosa con sus fuertes brazos, desplegando a su alrededor su
tranquilizadora longitud, atrapándola en una sensual red. Jude le besó en la
frente con ternura, apartándole algunos mechones húmedos, con una sonrisa
espléndida y completa sobre su rostro.

Se entretuvieron perezosas mirándose a los ojos durante unos momentos más.


Las palabras carecían de sentido después de lo que sus cuerpos acababan de
compartir. El sol empezaba a deslizarse hacia su sueño nocturno y pintaba
sombras doradas sobre las líneas elegantes de sus cuerpos entrelazados.

—Perfecto —murmuró Liz, somnolientamente, en el cálido espacio del cuello de


Jude y dándole un suave besito sobre el pulso que volvía a la normalidad.

—Perfecto —repitió Jude, con un beso de respuesta sobre el cabello de Liz.

Juntas, se unieron al sol en su retirada, felices de dejar que la noche continuara


sin ellas.

* * * * * * * * *
Capítulo 10

Suspirando con satisfacción en mitad de un dulce sueño, Liz se acurrucó aún


más en el pecho suave, tierno, cubierto de pelo...

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
"¿Cubierto de pelo?"

Aunque a su pesar, sus ojos verdes se abrieron de golpe, y la reportera se


encontró cómodamente abrazada a la servicial espalda de Aggie. No sabía cómo,
durante el sueño, la figura musculosa de Jude había sido intercambiada por el
largo peludo del akita, ahora tumbado junto a la reportera dormida. Con el ceño
fruncido ante este desafortunado giro de los acontecimientos, Liz se sentó y se
pasó una mano por el pelo revuelto. Contempló el paisaje arrugado de la cama,
buscando alguna señal de su amante ligeramente molesta porque Jude hubiera
dejado su refugio tan pronto. Entonces, descubrió una nota garabateada
apresuradamente en la ya familiar escritura, descansando sobre la otra
almohada.

"No muevas un solo músculo... Vuelvo enseguida. —J."

—Esto está mucho mejor —musitó Liz llena de felicidad.

Mientras Liz volvía a hundirse en un sueño cálido e invitador, Jude estaba


sentada en su escritorio sobre su gastada silla de piel, tamborileando con dedos
impacientes sobre el teclado. Una idea insistente la había despertado de su
satisfactorio sueño y la había estado incordiando hasta que la obligó a deslizarse
del abrazo tranquilizador de Elizabeth. Cuando oyó los movimientos
amortiguados de Carmina abajo en la cocina, se echó por encima una camiseta
larga de color azul oscuro, cuyo borde apenas cubría nada de lo que podía
ofender al sentido de lo apropiado de su vieja ama de llaves. Caminó descalza
hasta el piso de abajo, y vacilante, asomó la cabeza por la puerta de la cocina.

—Me pareció oírte, Carmina.

—¡Señora! —la rotunda ama de llaves se sobresaltó ligeramente ante la aparición


inesperada de Jude, presionando una mano contra su amplio pecho—. ¿Se
encuentra mejor?

Jude sonrió ante su forma de preguntar si la noche del demonio había pasado.

—Mucho mejor, Carmina. Gracias —una amplia sonrisa se abrió a lo largo de su


rostro, y alcanzó y acarició un impresionante e intenso azul en sus iris,
suavizando sus austeros rasgos.

El ama de llaves le devolvió una sonrisa radiante.

—Esa pequeña señorita... es algo especial, ¿verdad?

195
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Sí que lo es —ratificó Jude de buena gana.

Carmina asintió para sí mima y después frunció el ceño.

—No va a hacerle daño, ¿verdad señora?

La expresión de Jude se hizo seria, y sacudió la cabeza con gravedad.

—Voy a hacer todo lo posible por no hacérselo, Carmina.

Las dos mujeres se miraron durante un dilatado momento, ambas sabiendo de lo


que Jude era capaz. El silencio se terminó cuando Carmina se frotó las manos
bruscamente y asintió, aceptando las palabras de Jude.

—Muy bien. ¿Y qué está haciendo aquí abajo, medio desnuda en mi cocina?

—Tengo que sacar algo del coche, Carmina —Jude hizo una mueca con
desenfado y salió disparada afuera, donde había dejado aparcado el Boxster.
Algo de la emboscada la estaba incomodando y había hecho que se levantara y
dejara a Elizabeth. Se inclinó sobre la puerta del lado del copiloto y cogió la
pequeña metralleta que había recogido de su atacante muerto. Sopesándola con
la mano, se la llevó dentro de la casa.

Los ojos de Carmina se abrieron como platos ante la vista de esa arma de
aspecto siniestro en la mano de Jude. Inconscientemente, el ama de llaves se
persinó, murmurando entre dientes en español.

—¿Por qué mete esa basura aquí? —preguntó con una irritación hacia su jefa
que superaba el sentido común que le decía que no debía enfadar a un asesino
con un arma en sus manos—. Dijo que estaba mejor.

Jude pudo ver la preocupación en los ojos de su empleada y reprimió la réplica


cortante que acudió a la punta de su lengua. Hace dos semanas nunca me habría
preguntado algo as", pensó Jude para sí misma. Parece que Elizabeth está
influyendo en alguien más aparte de en mí. Una diminuta e irónica sonrisa,
jugueteó en las comisuras de sus labios. Y no creo que sea una cosa mala... No,
para nada. Suavizó su tono deliberadamente.

—Y lo estoy, Carmina. Unos hombres... intentaron hacerme daño el otro día...


Ésta es una de sus armas. Quizá pueda averiguar algo a través de ella, ¿de
acuerdo? —esperó hasta que la expresión de preocupación de los profundos ojos
castaños de Carmina se suavizó—. No voy a usarla con nadie.

196
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—¿Lo promete?

—Lo prometo —miró sombríamente al ama de llaves, que amasaba ansiosamente


una tortilla de maíz. Con una última breve sonrisa, volvió a subir las escaleras
con Pete pisándole los talones—. Ve a ver a Liz, muchacho.

Llevó a la pequeña bestia a la habitación y sonrió mientras él obedientemente


saltaba sobre la cama y se acurrucaba a sus pies. Mirando a su amante durante
un instante más y resistiéndose al impulso de unirse a ella, Jude se movió en
dirección contraria y entró en su estudio.

Encendiendo el ordenador y conectándose a Internet, miró el correo. Leyó uno de


Sasha confirmando que enviaba a un par de muchachos a la escena de la
emboscada para intentar conseguir información sobre la investigación policial; y
después, se desconectó. Había llamado a su asistente desde la carretera poco
después para hacerle saber que estaba bien y que Diego ya no era una amenaza.
Se acomodó en su butaca y poniendo sus largas piernas sobre la mesa, examinó
el arma con más detenimiento.

En la oscuridad y con la resaca de la refriega, no se había dado cuenta de la


marca, pero ahora, observándola de cerca, vio que se trataba de una H-KMP5, y
ese conocimiento hizo que se le helara la sangre. Las H-K eran exclusivamente
militares y policiales, conseguirlas en la calle era casi imposible. Incluso aunque
no fuera así, la mayoría de la basura de las calles prefería las Tech 9, que eran
más rápidas, mientras que los cárteles y los grupos más organizados usaban las
Uzi 9mm, más fiables y siempre abundantes. No había necesidad de hacer el
gasto y correr el riesgo de obtener Heckler Koches.

"¿Orden público? ¿Metro Dade5? Na…." desechó la idea tan pronto como le vino a
la cabeza.

—Ni de coña ellos habrían organizado algo así —murmuró con humor negro.

Bien es cierto que disparaban como sheriffs de pueblo. Eso sólo dejaba.... La
Agencia. Jude se movió incómoda en su asiento mientras conversaciones
recientes con Kent pasaban por su cabeza. ¿Creías que el regreso del Arcángel a
la Agencia iba a pasar desapercibido? Quieren que lo entregues ahora. Nuestras
fuentes no han oído nada de que hayan puesto precio a tu cabeza.

5
Departamento de Policia de Miami

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Cabrones —susurró Jude a la habitación vacía mientras una sensación de
desaliento la envolvía. Era la misma rabia nauseabunda que la había agarrotado
cuando comprendió que la cobertura de Jason sólo podía haber sido descubierta
por alguien de La Agencia.

Una serie de escenarios pasaron por su mente en una rápida sucesión.

Uno... preparado de antemano... aparecieron en la reunión independientemente,


por su cuenta, no sabían que yo estaba allí, y se lanzaron a la redada. Esto, en el
mejor de los casos. Sin embargo, ella sabía que era el menos probable.

Dos... Sasha me ha vendido. Esa idea le hizo tan poca gracia como la de que La
Agencia iba detrás de ella. Le dio vueltas y vueltas, mirándola desde todos los
ángulos, a ver si era tan descabellada como parecía. "Sasha ha tenido años para
hacerlo....¿Por qué ahora? ¿Qué sentido tiene? ¿Trabaja con Romair? Na... odiaba
a los Massalas incluso cuando Rico era el jefe.... Y el Cártel nunca pondría a una
mujer al timón". Aunque sus instintos le decían que Sasha no la traicionaría de
esta forma, mantuvo la idea viva en su mente, sabiendo por experiencias
pasadas que la traición venía, la mayoría de las veces, de las fuentes más
cercanas.

Tres... Romair trabaja con La Agencia... No sería tan raro para la familia... Pero,
una vez más, ¿qué sentido tendría? Tal y como está, el Cártel está medio
paralizado, no tiene influencia. ¿Por qué luchar para conseguir el poder sólo para
regalarlo?

Cuatro... Diego acudió a la DEA para hacer un trato... Esto tiene más sentido que
acudir a Romair... y La Agencia utilizó la información para tenderme una trampa...
Esto explicaría por qué Romair parecía tan alucinado como yo cuando esos tipos
aparecieron... Esto es más lógico.

Con cansancio, pasó una mano por su cabello despeinado, y se sentó. Muy bien,
genio... ya lo has averiguado... ahora, la cuestión es: ¿qué vas a hacer al
respecto? Echó una mirada al reloj digital del ordenador, sorprendida porque
había estado separada de Liz más de una hora. Una hora demasiado larga por lo
que a mí respecta. Movió la cabeza cuando ese pensamiento en particular se
asentó. Oh, vaya... parece que tengo un problema. Aún podía oír a Carmina
afanándose en la cocina y decidió que un ataque preventivo era lo indicado.

Se deslizó una vez más escaleras abajo sin hacer ruido y asomó la cabeza por la
puerta de la cocina.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Eh... ¿Carmina?

—¿Sí, señora?

—Verás....Elizabeth y yo, hoy... vamos a....relajarnos —una mueca traviesa se


curvó en sus labios cuando vio que Carmina se ruborizaba ante la implicación—.
Cuando acabes con lo que estás haciendo ¿por qué no te tomas el día libre?
¿Qué te parece? Puedes pasar el día con tus nietos o ir de compras. Yo pago.

Una enorme sonrisa iluminó la cara de Carmina.

—De acuerdo, señora, pero antes les prepararé algo de comer.

—Estupendo. Asegúrate de que lo puedes dejar en la nevera. No estoy segura de


cuándo podremos bajar —lanzó un par de sugestivas cejas hacia arriba cuando
el ama de llaves le tiró un trapo a la cabeza, que desapareció rápidamente.

—¡Santa Madre!

Pero todo lo que Carmina oyó fue una risotada gutural que venía de su jefa
mientras regresaba con su nuevo amor.

* * * * * * * * *
Liz había regresado a sus plácidos sueños sin perderse uno solo, y cuando una
figura la despertó de nuevo, esta vez era claramente femenina....claramente
humana....claramente, su nueva amante.

—Hola —murmuró adormilada cuando Jude se deslizó detrás de ella, sus brazos
rodeando a la esbelta mujer. Besos tiernos trazaron líneas a través de sus
hombros, y Liz no pudo evitar arquearse en la sólida sensación de la mujer que
la abrazaba—. ¿Por qué no estás desnuda? —se quejó, sintiendo el suave
algodón de la camiseta en lugar de la deliciosa piel de Jude.

—Porque incomoda a Carmina cuando me paseo así por la casa —susurró Jude,
mordisqueando el lóbulo de la oreja de Liz.

—No la veo por aquí en ninguna parte –dijo la reportera abriendo ligeramente un
párpado.

Jude rió y empujó a Aggie fuera de la cama con una mano perezosa, dispersando
a los perros que sigilosamente habían vuelto después de que las mujeres se

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
durmieran, cada una en los brazos de la otra. La noche se había llenado con
exploraciones de sus respectivos cuerpos, a veces suavemente, a veces con
fiereza, siempre apasionadamente y con aire reverente. Liz se había sentido
silenciosamente consternada al descubrir una serie de cicatrices, antiguas y
nuevas, en la piel bronce de Jude. No porque estropearan la perfección de su
cuerpo, sino más bien porque cada marca era la evidencia del dolor que había
tenido que sufrir. En un acuerdo tácito no habían hablado del origen de esas
cicatrices o de la situación en la que Jude se encontraba en ese momento. Era
un tema que ambas sabían que tendrían que abordar pronto si el maravilloso
descubrimiento que habían hecho iba a durar más de una noche, pero ninguna
de las dos quería estropear la brillante alegría que las consumía.

—¿Y bien?

—Y bien, ¿qué?

—Pues... que no veo a tu ama de llaves en ninguna parte de la habitación —se


giró con destreza en los brazos de Jude para mirar a la mujer oscura, que le
devolvió la mirada con ojos juguetones—. Fuera —tiró de la ofensiva prenda,
indicando lo que deseaba.

—Siempre estás intentando quitarme la ropa —bromeó Jude—. Primero ayer por
la tarde, y luego ahora....—dejó la frase convenientemente sin acabar.

—Me pregunto por qué —replicó con una mueca de suficiencia—. Después de
anoche, tendrás suerte si dejo que te la vuelvas a poner alguna vez.

—Ooh....podría llegar a gustarme. Ey....esa podría ser mi nueva carrera


profesional: esclava sexual. Después de todo, una novelista romántica tiene que
sacar su material de alguna parte, ¿no?

—Bueno, tú no eres exactamente lo que la editorial Avon tiene en mente, cariño


—una ceja indignada de Jude se elevó por sí misma.

—¿Y por qué no? —preguntó, fingiéndose ofendida—. ¿Es que acaso no soy lo
suficientemente alta, sombría y misteriosa?

—Oh, eres todo eso y más —aseguró fervientemente Liz—. Pero creo que tendrían
algún problemilla con ciertos....otros....aspectos.

—¿Mi tortuoso pasado? —ofreció Jude servicial.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Ah....no.

—¿Mis desagradables socios?

—Uh....no exactamente.

—Mi temperamento inquietante.

—Um....no precisamente.

—Entonces no lo pillo —planteó Jude burlonamente. Se inclinó sobre el lado de


la cama y alcanzó una copia de bolsillo del estante inferior de la mesita de noche.
Sosteniendo una copia de Love's Fevered Embrace, la mostró ante una Liz que
empezó a ruborizarse repentinamente—. He leído esto y el héroe descarriado y
ladrón de joyas tiene todas estas características. Eso es lo que atrae a Elana
hacia él al principio y la hace querer ayudarle a redimirse de sus modos de
ladrón.

Liz enterró el rostro en el frío material de la camiseta azul de Jude, intentando


esconderse.

—No me puedo creer que hayas leído uno de mis libros —gimió, sintiendo cómo
el pecho de Jude resonaba de risa bajo ella—. ¿Dónde demonios has podido
encontrarlo? —unos ojos verdes miraron tímidamente hacia arriba, a Jude, que
estaba hojeando el libro con un destello de picardía en los ojos.

—Créeme, no ha sido nada difícil —le aseguró—. Aunque pensé que al


dependiente se le iban a salir los ojos de las órbitas.

—¿Por qué? —Liz frunció el ceño —. El libro no es tan malo.

Jude soltó una risilla.

— No, no lo es... pero digamos que voy a esa librería desde hace casi cinco años y
esto es algo... bastante alejado... de mis usuales hábitos de lectura. Se
sorprendió ligeramente cuando compré cuatro novelas románticas.

—¿Te los llevaste todos? —preguntó Liz incrédula.

—Desde luego que sí —Jude sonrió con aire de suficiencia—. Aunque sólo he
tenido tiempo de leer éste. Pero hay algo que no acabo de entender —su sonrisa
se apagó ligeramente—. La última fecha de publicación es de hace algo más de

201
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
cinco años. ¿Por qué no has publicado nada desde entonces? El chico de la
librería me dijo que todavía se vendían bien, incluso después de todo este
tiempo.

El corazón de Liz comenzó un repetido martilleo dentro de su caja torácica y rezó


para que no fuese audible. Se separó del abrazo de Jude, pero los largos brazos
de su amante la aprisionaron dulcemente.

—Ey... —Jude pudo ver la mirada de pánico en los ojos verdes y la repentina
palidez que se apoderó de los bellos rasgos de Liz—. Lo que quiera que sea....no
puede ser tan malo.

—No tienes ni idea —murmuró Liz, bastante consciente de que la verdad, en el


mejor de los casos, la exiliaría para siempre de la vida de Jude. Salir
voluntariamente de la vida de esta mujer ya no era una opción. Tendría que
pensar en otra cosa.

—Mira....Elizabeth....mírame —insistió Jude, colocando un dedo elegante bajo su


barbilla y manteniéndola así—. Ya sé lo que me dijiste cuando te pedí que te
quedaras aquí... pero también sé....que hay algo....más. Quiero decir....no soy
idiota. Me he dado cuenta de que no tienes ninguna prisa por regresar a casa.

Liz nunca pensó que su corazón pudiera latir tan rápido, pero ante las palabras
de Jude, lo hizo.... tanto que pensó que iba a estallarle.

—Supongo que pensé que estarías....algo así como huyendo de casa o....no lo sé
—continuó Jude, pasando una tentativa mano sobre la mejilla de Liz—. Un
marido....una novia....algo de lo que quisieras apartarte —se encogió de hombros
ligeramente—. Quizá una vida en la que no encajas. Y alguien como yo....bueno,
yo ofrezco un buen lugar en el que esconderse durante un tiempo.

Esos ojos azules la contemplaban con una expresión de ternura increíble, y Liz
quiso gritar ante la transparencia de esa mirada y ante las mentiras con las que
ella contestaba. Sin embargo, su lengua permaneció firmemente aferrada al
fondo de su garganta dolorosamente seca, incapaz de decir una sola palabra. Si
había un momento para decirle a Jude la verdad, ese era éste….pero Liz no podía
soportar añadir una traición y una pérdida más a la atroz lista de las que Jude
ya había sufrido.

Se dio cuenta con un sobresalto de que Jude no estaba tan lejos de la verdad.
Toda esta escapada había dejado de estar relacionada con una historia casi
desde el primer momento en que había conocido a Jude Lucien. En su lugar, se
202
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
había convertido en este increíble viaje en el que estaba conociendo no sólo a
esta mujer extraordinaria echada a su lado, sino, aún más sorprendentemente, a
sí misma.

Por decirlo de alguna manera, estaba huyendo de una vida en la que no


encajaba, una vida en la que nunca había encajado y en la que nunca encajaría.
Aunque se había mudado de Arlington a Miami aparentemente para poder vivir
su propia vida, Liz nunca lo había llegado a hacer verdaderamente. En los casi
dos años que llevaba allí, no había tenido una amante, no había salido con
nadie, y sólo de vez en cuando, socializaba con sus compañeros de trabajo en el
campo de softball o en el pub del barrio. No tenía amigos cercanos que pudieran
hacer preguntas incómodas que ella no quisiera contestar, así que había llegado
a ser una experta en organizar su vida dentro de los límites de lo que aparecería
como aceptable. Y como resultado, su vida se había convertido en su carrera: lo
primero, lo último y lo único. No era extraño que se hubiera obsesionado tanto
con Jude: alguien que había construido su vida sin detenerse ante ningún límite.

—Y-y-yo —para su consternación, las lágrimas comenzaron a llenar sus ojos.


Parpadeó furiosamente tratando de contenerlas antes de que Jude pudiera
verlas. Demasiado tarde, un dedo largo enjugó las gotas que caían de sus ojos.

—Shh.... —la consoló Jude—. No tenemos por qué hablar de ello ahora. Dios
sabe que yo misma tengo innumerables secretos. Yo sólo....quería que
supieras....que no pasa nada. Quiero decir.... —abrazando a la pequeña mujer
contra ella con fuerza y besando suavemente el cabello rubio, dejó escapar un
suspiro, luchando por encontrar las palabras—. Quiero que sepas que....si
quieres... puedes quedarte aquí tanto como lo necesites....tanto como quieras —
otra larga y agonizante pausa, y Liz pudo oír el rápido martilleo del corazón de
Jude—. A m-mí....me gustaría.

Durante un momento eterno, Liz se permitió relajarse plenamente en la fuerza de


ese abrazo, en las vacilantes palabras de amor que fluyeron más allá de sus
oídos y se posaron en su corazón. Sentía los brazos de Jude cálidos y suaves a
su alrededor, y sus manos la acariciaban dulcemente de arriba abajo la espalda
desnuda, poniéndole la piel de gallina. Besando la superficie cubierta de tela
sobre el corazón de Jude, se acurrucó contra su pecho un momento más, y
después volvió sus ojos hacia ella con una expresión velada que empañaba su
verde luminosidad.

—¿Qué quieres decir con eso de que "alguien como tú ofrece un buen lugar para
esconderse"? —interrogó suavemente.

203
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Un familiar, débil y revelador rubor, encendió los rasgos broncíneos de Jude.

—Sólo quería decir…. —echó una mirada a su abrazo y a la habitación que las
rodeaba—. Sospecho que esto es casi lo más lejos que puedes llegar en tu vida
cotidiana.

—Admito que el que me disparen no está en la lista de mis actividades diarias —


concedió Liz irónicamente.

Una diminuta sonrisa se dibujó en las comisuras de los labios de Jude.

—Espero que no, pero....

Comprendiendo de repente lo que su amante se esforzada por decir, Liz colocó


sus dedos sobre los labios de Jude.

—Pero nada. No estoy aquí para ganar perspectiva sobre mi vida. No he hecho el
amor contigo para investigar mis opciones —una oleada de miedo y rabia pasó
por las venas de Liz, y deseó fervientemente revelar todos sus secretos a esa
mujer. Mirándose en los perplejos ojos azules de Jude, decidió con tristeza que si
no podía contarle a Jude la verdad completa sobre por qué apareció en su vida,
entonces, por Dios, al menos sería honesta en cuanto a los motivos por los que
deseaba estar allí—. Jude.... —dijo deleitándose en el duro tono del nombre de la
mujer rodando sobre su lengua—. Jude…. —repitió, incapaz de expresar la
fuerza del deseo, la fascinación y la ternura que se combinaban formando la
yesca y las astillas para encender el inconfundible fuego del despertar del amor
en su alma.

A ciegas, su boca buscó la de Jude, labios y lengua trazando las emociones que,
por una vez, sus palabras fueron incapaces de expresar. Un gemido surgió de lo
profundo de su garganta, y enredó sus manos en los mechones negros de Jude,
atrayéndola aún más cerca, como si quisiera empujarla dentro de su corazón
para mostrarle lo que había en él. Jude se resistió brevemente contra la fuerza
del deseo de Liz, pero sólo lo suficiente como para quitarse la camiseta y ofrecerle
libre acceso a su piel.

—Oh, sí.... —murmuró Liz, pasando la lengua por el hueco de la garganta de su


amante. Jude todavía sabía al sudor de ambas y a la primera fusión de su sexo,
a deseos largamente prohibidos y a pasiones inexploradas, y Liz sintió que se
apoderaba de ella una voraz necesidad: urgencia por conocer a esta mujer, por
dentro y por fuera, y por terminar su exilio autoimpuesto de no desear las cosas
que le habían dicho que no podía tener.
204
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab

* * * * * * * * *
Jude vio un destello febril en esos ojos malaquita y como respuesta, surgió el
deseo dentro de ella. Con destreza, se dio la vuelta de modo que todo el largo del
cuerpo de Liz se extendiera debajo de ella. Liz gruñó protestando, pero Jude la
calmó con expertas manos recorriendo su piel brillante de sudor.

—Por favor…. —susurró Jude con voz ronca, su propia necesidad casi
abrumándola. Había sido capaz de contener en su mente y en su cuerpo el
creciente deseo por esta mujer, convenciéndose de que sólo podría ser una
amante transitoria para Liz. Estaba persuadida de que la pequeña mujer nunca
podría confiar en alguien tan completamente consumido por la violencia. Las
palabras de Liz, sin embargo, y la innegable emoción que salpicaba sus ojos
verdes, le dijo a Jude que no se encontraba sola en esas profundidades tan poco
familiares. Cada rendición que Jude había hecho en estas dos últimas semanas,
le había ido llevando hacia ese lugar donde Liz había mostrado sus propios
miedos y se había rendido completamente a su abrazo—. Por favor.... —repitió,
su propia voz sonaba desconocida para sus oídos—. Déjame….

Era más que una petición de poner sus manos sobre el cuerpo de la pequeña
mujer, lo que ya había hecho más de una docena de veces en el día que llevaban
siendo amantes. Era una súplica para reclamar el alma de Elizabeth con la suya
propia; una admisión de necesidad, de deseo, del nacimiento del amor. Era un
zumbido que atravesaba su cuerpo, visible en su mirada y en el suave temblor de
sus manos.

Una sola palabra, una abrasadora mirada que no dejaba dudas de que ambas
saltaban al precipicio juntas.

—Sí.

Jude rompió lentamente el abrazo, colocándose de rodillas y observando el


glorioso cuerpo de Liz con una mirada de admiración reverente flotando en el
azul de sus ojos. Después se dedicó con alegría a su tarea; al mismo tiempo, la
amante y la amada, la suplicante y la diosa, en la íntima unión que estaba a
punto de tener lugar.

¿Puede ser posible que el mundo se mueva sólo para dos personas cuando hacen
el amor? La lógica dicta la imposibilidad de tal inclinación del eje de la Tierra.
Pero, mientras la boca de Jude se movía sobre la piel de Liz en una ardiente
consumación de cosas todavía por decir, ésta sintió cómo su existencia se daba

205
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
la vuelta desechando la vida en la que había estado subsistiendo para hacer sitio
a una nueva, en la que viviría de verdad.

Las piernas de Liz envolvieron la cintura de Jude, apretando su excitado centro


contra la firme superficie del torso de la mujer sombría. —Jude.... —gimió.

Escuchando la desesperada súplica en su voz, Jude deslizó sus manos hacia la


parte baja de la espalda de Liz y la abrazó con fuerza, susurrando palabras
tranquilizadoras en su oído —. Te tengo, Liz. Te tengo. Shh...

Los brazos de Liz se enroscaron alrededor del cuello de Jude, sus labios
buscando y encontrando una tierna seguridad en el abrazo—. Lo sé —afirmó
dulcemente la pequeña mujer.

Una vez más, Jude depositó sus cuerpos unidos sobre el colchón, deleitándose
en la sensación de sus miembros entrelazados. Largos, lentos momentos se
escaparon mientras sus bocas exploraban la piel de la otra, mordisqueando y
saboreando. Jude trazó una línea de besos por el cuello y los hombros de Liz,
deteniéndose en la bella suavidad de su piel. Le acarició los pechos con manos
tiernas, pasando los pulgares sobre sus excitadas cúspides. Liz gimió de placer,
arqueando la espalda, ofreciendo más piel a ese tacto experto.

Las manos, los dedos, la lengua, la boca, el cuerpo de Jude estaban entregados a
sacar de su interior y convertir en un regalo todo lo que sentía por aquella mujer
excepcional. Guió el deseo de Liz a través de una espiral que se iba
intensificando hasta que la mujer del pelo color miel alcanzó la cima
estremeciéndose contra ella, gritando su nombre con voz ronca.

Y el sol estiró largos tentáculos de luz sobre ellas, dejando su salpicada


bendición sobre sus formas luminosas mientras yacía cada una en los brazos de
la otra.

—Tienes la oreja perforada dos veces —notó Liz, inspeccionando el lóbulo


causante de su comentario.

Un ojo perezoso se abrió, mirando a la mujer tumbada sobre su pecho.

—Sí. ¿Y?

—No me había dado cuenta —sus pálidas cejas se fruncieron. Cambió de postura
sobre el estómago de Jude, ignorando ostentosamente el dramático "Uff" de su

206
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
compañera mientras se movía, e inspeccionando la oreja izquierda de Jude—.
Ésta no lo está.

—Muy observadora —bromeó Jude—. ¡Auch! —se encogió cuando Liz le dio un
codazo en el costado.

—Te lo merecías —la regañó Liz, recolocándose cómodamente sobre ella.

—Hhrmphf... —resopló Jude—. Yo me he dado cuenta en seguida de que tus dos


orejas estaban doblemente perforadas —declaró con aire de suficiencia.

—Vaya, Colombo, ¿qué será lo que me ha delatado? —se burló Liz—. ¿Puede
haber sido el hecho de que llevara pendientes puestos?

—Bueno... ah... de acuerdo, me has pillado — admitió Jude tímidamente, una


mueca en su rostro—. Me gusta cómo te quedan esos pequeños diamantes. Son
bastante sexys.

—¿Tú crees?

Una sonrisa felina le contestó —: Oh, sí.

Se inclinó hacia delante y mordisqueó el lóbulo en cuestión, y se entretuvo un


ratito en un tranquilo examen de la piel del cuello de Liz.

Hacía largo rato que la mañana había dado paso a la tarde, y Jude sabía que lo
único que estaba haciendo era posponer la inevitable conversación que tendrían
que tener sobre lo que le había pasado a Jude en el cobertizo del muelle, y hacia
dónde se dirigirían, si es que podían ir a algún sitio, desde este cálido lugar que
ahora las cobijaba.

—¿Y por qué no llevas uno? —se las apañó Liz para preguntar mientras la lengua
de Jude hacia resbalar por su espina dorsal sensaciones deliciosas.

—¿Un qué? —murmuró Jude, que había perdido por completo el ritmo de la
conversación.

Como respuesta, Liz capturó el rostro de Jude con las dos manos y fijó una
severa mirada en la mujer oscura.

207
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Oh, esto —Jude señaló el lóbulo de su oreja distraídamente—. Me hice los
agujeros cuando tenía dieciséis años. Un rollo de banda callejera. Fue una
idiotez. Yo era una idiota.

—¿Banda? —Liz agitó la cabeza incrédula—. ¿Cómo eras de bravucona de


adolescente?

La mujer sombría arqueó una ceja irónica.

—¿De verdad quieres saberlo?

Se rieron suavemente un momento, disfrutando de la cercanía de sus cuerpos y


del placentero letargo que invadía sus miembros.

—Entonces... —una mirada traviesa bailaba en los ojos verdes de Liz—, ¿fue en
ese momento cuando te hiciste esto otro? —acarició las delicadas líneas de un
tatuaje en la cadera derecha de Jude.

El pulso de Jude se aceleró mientras el dulce tacto amenazaba con despertar su


somnoliento deseo una vez más. Echó una mirada a la marca que había llegado a
ser una parte más de su cuerpo y que ya ni siquiera notaba.

—No... Eso fue algo que sucedió... mucho más tarde —viendo la pregunta en los
ojos de Liz, añadió—. Es una larga historia. Te la contaré en otro momento, ¿ok?

—Trato hecho —accedió Liz, cediendo ante las sombras que bailaban en los ojos
pálidos de Jude.

La pareja intercambió besos tranquilos con labios ya familiares, contentas con


simplemente mantener contacto la una con la otra.

—¿Sabes? —murmuró Jude—. En algún momento tendremos que salir de la


cama.

Liz gimió y enterró la cara en el cuello de Jude como respuesta.

—Vamos —invitó Jude—. No me irás a decir que no tienes hambre.

—Sólo de esto... —se acurrucó contra la clavícula de Jude y pasó una mano
embaucadora sobre uno de sus pechos. El pezón se tensó de inmediato bajo la
palma.

Jude tomó aire ante el ligero tacto.


208
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Eres cruel... —gruñó—. ¿Por qué tengo la sensación de que si tengo que
mantenerme a la altura de esta bestia insaciable voy a tener que comer? —echó
otra mirada a los ojos brillantes de su amante y añadió—, muchísimo.

* * * * * * * * *
A pesar de las tácticas disuasorias de Liz, que incluyeron inmovilizar a la mujer
más alta contra la cama y atormentarla sin piedad con manos y dedos, el par
bajó al fin a la cocina, donde descubrieron que Carmina había creado y dejado
en el refrigerador un auténtico banquete para la nueva pareja.

—Le di el día libre —fue el comentario de Jude cuando vio a Liz buscando con la
mirada a la rotunda ama de llaves.

—Ha sido un detalle.

—Detalle, una mierda —gruño Jude—. Lo que pasa es que no quería que nos
oyera —rió—. Además, me puedo imaginar su respuesta si no me hubieras
dejado ponerme algo encima —puso los ojos en blanco por un momento, echando
una mirada hacia el largo de su cuerpo bronceado—. Y no es que esto valga.

A petición de Liz, Jude llevaba la parte de arriba de un bikini blanco y un chal de


seda que ésta le había atado en la cintura al estilo de un sarong, dejando una
amplia expansión del suave torso para el recreo de su propia vista. Liz vestía un
dos piezas verde que Jude había elegido en las primeras compras para ella, con
otra de sus camisas por encima. Sonrió ante las elegantes formas de Liz
moviéndose por la cocina como si fuera suya.

—¿Qué haces? —preguntó, asomando la cabeza por encima de su hombro.

—Preparando una bandeja para llevar fuera. Ve para allá. Te sigo en un minuto
—apartó de una palmada las manos errabundas de Jude que le hacían
cosquillas sobre las costillas—. Creía que tenías hambre.

—Y la tengo —sonrió burlona—. De esto... —devolvió a Liz la pelota con sus


propias palabras y deslizó las manos sobre la curva de las caderas de la pequeña
mujer.

—¡FUERA! —ordenó Liz, volviéndose en los brazos de Jude con una gran sonrisa
en su rostro—. O terminaremos haciendo algo sobre la mesa que avergonzará de
verdad a Carmina —besó profundamente a la mujer alta y la empujó fuera de la
cocina.
209
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Momentos después escuchó el sonido relajante de la voz de Casandra Wilson
flotando desde los altavoces del equipo de música. El zumbido de la batidora que
llegaba desde el porche abierto le indicó que Jude se había hecho cargo del bar, y
sonrió anticipando los daiquiris que las esperaban.

—Oh, esto está resultando tan bien.... —murmuró con regocijo. El sonido de
patas sobre baldosas la alertaron de una presencia canina, y miró hacia abajo
para descubrir los tristes ojos de Pete devolviéndole la mirada—. ¿Qué pasa,
colega? ¿Te sientes desplazado? —la diminuta bestia movió el rabo hacia ella, y
Liz le lanzó un trocito de carne de las fajitas que estaba preparando—. Pero no le
digas a nadie que te la he dado —advirtió mientras el perro engullía el bocado.
Movió la cola otra vez, pero Liz negó con la cabeza—. No abuses —dijo, agitando
un dedo hacia él. Pete estornudó a modo de respuesta y volvió trotando al porche
donde su ama estaba esperando. —Muy bien —Liz refunfuñó—. Las quejas a la
dirección —sacó con manos expertas la comida recalentada del horno y la colocó
sobre la bandeja que Jude había bajado amablemente de un estante demasiado
alto—. Voy para allá... —anunció llevando la bandeja a través de la habitación
principal y hacia el porche.

Una sonora zambullida atrajo su atención hacia la piscina mientras dejaba la


bandeja en el bar, lejos de los dientes merodeadores de los animales. Jude se
había quitado el sarong y el top y estaba cortando el agua en una fina línea a lo
largo de la piscina. Apareció en el extremo más cercano a Liz, escurriendo el
exceso de agua de su pelo negro.

—Dios, qué maravilla... —gruñó llena de felicidad.

Liz se había quedado paralizada por la magnífica visión de Jude moviéndose sin
esfuerzo a través del agua, y las gotas de agua recorriendo su piel bronceada
hicieron que se le quedara la boca más seca de lo que jamás imaginó que fuera
posible. Abrió la boca, pero no salió nada, y simplemente se quedó mirando
impotente la poderosa forma de Jude, deseando algo....algo que fuera adecuado
para describir lo que la mera visión de esta mujer le provocaba.

—¿Elizabeth? —las cejas de Jude se fruncieron cuando vio la expresión en la


cara de la mujer del pelo rubio-miel—. ¿Liz? —caminó rápido y a grandes
zancadas hasta donde ésta se encontraba, tomando dulcemente su cara pálida
entre las manos—: ¿Estás bien?

La sensación de las manos de Jude, frías por el agua, sobre su acalorada piel,
hicieron regresar los sentidos dispersos de Liz.

210
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Sí... —dijo, sonrojándose furiosamente—. Yo sólo.... —sonrió con calidez—.
Estabas tan preciosa. A veces, cuando te miro.... —confesó con suavidad—, me
quedo sin respiración —se puso de puntillas y capturó los labios de Jude con los
suyos, ofreciendo un beso dulce a cambio del exquisito regalo de su belleza.

Ahora fue el turno de Jude de sonrojarse, los bronceados rasgos sólo se


oscurecieron ligeramente.

—Oh....yo….Mmm....Gracias —terminó finalmente, riéndose con Liz de su propia


timidez—. Vaya dos, ¿eh? —comentó, recogiendo el sarong y colocándoselo
alrededor de la cintura. Una simple ceja hizo la pregunta sin palabras, y Liz ató
el nudo con habilidad. Cuando Jude se inclinó para recoger el top, Liz puso una
mano sobre sus dedos para impedírselo.

—Déjalo —pidió suavemente. Luego añadió—. Por favor.

Jude accedió con una inclinación de cabeza y una sonrisa sensual curvando sus
facciones. A cambio, deslizó la camisa de Liz de sus hombros y la tiró sobre el
respaldo de la tumbona.

—¿Preparada para la comida? —preguntó, mirando por encima de los hombros


de la mujer más pequeña hacia la bandeja colocada detrás de ella.

—Totalmente.

Comieron como a menudo lo hacen los nuevos amantes, abrazadas sobre una de
las cómodas tumbonas, compartiendo bocados y pequeños trocitos. Aunque
parecía que consumían más besos que comida, finalmente devoraron la bandeja
y la jarra fue quedando peligrosamente vacía. Jude desplegó toda la longitud de
su posición y llevó la bandeja de vuelta a su lugar de descanso en el bar. Levantó
la jarra vacía y sonrió abiertamente ante el gesto entusiasta de Liz.

—Eres una barman endemoniada, Jude. Lo admito.

—Vaya, gracias, señora —Jude se tocó el ala de un imaginario sombrero—.


Estará bien tener algo a lo que dedicarme cuando deje el camino del crimen.

Aunque las palabras eran de broma y ligeras, una luz débil en los ojos claros de
Jude hicieron que Liz se incorporara y estudiara a su compañera con
detenimiento.

211
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—No lo dices de broma, ¿verdad? —preguntó tras un largo momento de
contemplación.

* * * * * * * * *
Jude miró fijamente a la batidora que zumbaba suavemente antes de volver su
mirada hacia Liz.

—Es algo....en lo que llevo trabajando algún tiempo —admitió. Sirvió las bebidas
y regresó a la tumbona y, sonriendo, empujó la rodilla doblada de Liz—. Además,
una peligrosa Traficante de Drogas no es exactamente la clase de chica que
llevas a casa para conocer a mamá y a papá, ¿a qué no? —añadió
despreocupadamente, no queriendo entrar en detalles de sus planes para
Massala. La verdad acababa de salir de su boca ahora mismo, y, de repente, lo
que deseaba resultaba tan claro que era hasta doloroso. Y eso significaba acabar
con esa existencia de pesadilla y comenzar una vida a la luz dentro de las
sombras. Jude no tenía la menor idea de si tenía alguna posibilidad de tener
éxito, pero tras el día de ayer y esa mañana, sabía, más allá de toda duda, que
quería intentarlo.

—¿Qué piensas? —inquirió dejando las bebidas en la mesa junto a la tumbona y


mirando a la forma silenciosa situada sobre ella.

—Pienso que si tuviera una familia digna de que la conocieras, te llevaría allí
ahora mismo —replicó Liz dulcemente, un brillo radiante parecía emerger de los
puntos dorados de sus ojos verdes. Jude vaciló ante ese fulgor poco familiar en
los ojos de su amante, pero la mujer del pelo color miel la atrajo hacia sí. Sus
manos se movieron a lo largo de los poderosos muslos de Jude, deslizándose
fácilmente bajo la seda. Colocó una rodilla entre sus piernas, obligándolas
suavemente a que se abrieran un poco más. —Eso es, así... —murmuró mientras
sus dedos continuaron haciendo estragos entre los músculos definidos.

—¿Q-qué? —Jude se aclaró la garganta, preguntándose dónde había ido su voz—


. ¿Qué haces?

—Te estoy mostrando lo que siento —sus ojos jade grisáceo brillaron—. Por lo
general, soy bastante habladora —intercambiaron sonrisas—, ya lo sabes —
sentándose, pasó la punta de la lengua por el borde del sarong atado a la
cintura, deleitándose en las ondulaciones de los músculos del estómago que
aparecían bajo su tacto—. Pero tú estás cambiando tu vida....y parte de las
razones son para mostrarme lo que sientes.... —un húmedo beso atormentó la

212
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
carne justo encima del hueso de la cadera de Jude, e, involuntariamente, ésta
contuvo la respiración ante la sensación—. Y me gustaría devolverte el favor, ¿te
parece bien? —hizo una mueca maliciosa.

—Oh, sííí... —dijo entre dientes mientras los dedos de Liz jugaban brevemente
con el vértice del deseo de Jude para puntuar la pregunta.

—Muy bien —murmuró—, levanta la pierna, cariño. Eso es... —guió la pierna de
Jude de modo que se apoyara confortablemente en el blando cojín de la tumbona
y sonrió ante la imagen tan tentadora que ofrecía. La seda del sarong caía
abriéndose para mostrar sólo un atisbo de los seductores secretos de la
excitación de Jude, y su blancura contrastaba eróticamente con el bronceado
profundo de su piel—. Eres tan preciosa…. —susurró, llenando con docenas de
besos la parte interna del muslo de Jude, cada uno ligeramente más intenso que
el anterior.

Con los dientes mordisqueó la unión que conectaba la pierna de Jude con el
abdomen, y la mujer oscura no pudo evitar el gemido que se escapó de su
garganta. Podía oler el comienzo de su propia excitación, y aunque ansiaba
simplemente dejarse llevar por el deseo que sentía, Jude se contuvo, a sabiendas
de que la mujer más pequeña deseaba conducirla por ese recorrido.

Manos pequeñas salieron de debajo de la seda mientras la boca de Liz jugaba


con el vello rizado que protegía su centro. Jude sintió cómo los dedos de Liz se
movían sobre el nudo del sarong. Esperando que la tela cayera, miró hacia abajo,
sorprendida al ver que permanecía en su sitio.

—Me gusta el tacto que tiene —murmuró suavemente, encogiéndose de hombros


juguetona.

Las manos vagabundas se perdieron aún más arriba, encontrándose con unos
pezones que se tensaron inmediatamente y que esperaban su atención. Otro
gemido gutural, y sus caderas comenzaron a frotarse lentamente contra la boca
de Liz, una súplica muda para que continuara.

Deslizando las manos hacia abajo a lo largo del cuerpo de Jude, las volvió a
esconder bajo la superficie de seda y separó dulcemente los pliegues de los labios
internos de su amante. Un gruñido estrangulado resonó en la garganta de Jude,
y enredó sus dedos temblorosos en el pelo de Liz. Una larga caricia de su lengua
se hundió directamente en el corazón de su deseo, saboreando su humedad.
Jude echó la cabeza hacia atrás, cerrando los ojos contra los rayos del sol,
preguntándose cuál de los dos calores era más fuerte: el que caía de lleno sobre
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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
ella, o el que surgía desde lo más profundo de su interior. Gimió de nuevo
cuando la lengua de Liz se adentró aún más en su centro, buscando y
encontrando un ritmo intenso, implacable.

Las manos de Liz se movieron para sujetar el cuerpo tembloroso de Jude,


agarrando sus caderas, y un prolongado gemido ardió en la garganta de la mujer
más pequeña, evidenciando lo mucho que estaba disfrutando con la tarea. El
sonido de Liz obteniendo placer de este acto íntimo llevó a Jude casi al límite, y
cuando sintió que sus dedos se unían a su lengua en su exploración, se
desplomó en caída libre en una espiral de sensaciones que emanaba de su
centro.

Sus manos se agarraron a los hombros de Liz, hundiendo sin querer las uñas en
la carne mientras se inclinaba hacia delante, abrazando su peso sobre el
contacto firme como una roca de su amante. Unos brazos tranquilizadores
rodearon su cintura, y la atrajeron hacia abajo hasta que se encontró
prácticamente encima de una risueña y satisfecha Liz.

—Por Dios... —Jude respiró de nuevo, escondiendo la cara en su cuello y dejando


que el pulso en sus entrañas la inundara—. ¿A qué ha venido esto? —preguntó,
sin notar la mirada de suficiencia de la rubia y el brillo pícaro de sus ojos.

—Digamos que ha sido un impulso irresistible —sus manos no dejaron de


recorrer la espalda de Jude y sus hombros, rodeándolos para jugar con su
pecho.

—Me vale —dijo Jude entre dientes, arqueándose involuntariamente ante las
caricias.

Permanecieron en un sensual aturdimiento durante un momento antes de que


Jude se incorporase de mala gana.

—Debo estar aplastándote.

—Na —Liz envolvió con sus brazos a la mujer más grande para que no se
moviera—. Me gusta.

—¿Y si hacemos un trato? —ofreció Jude—. Llevamos los cojines de esas dos
tumbonas, los ponemos en ese rincón a la sombra y nos tumbamos con unas
bebidas — echó una mirada al sol y después a la piel blanca de su amante—. Me
da miedo de que te achicharres.

214
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Liz frunció los labios como si estuviera pensando profundamente.

—Vale, me parece bien.

Recogió las provisiones mientras Jude hacia un cómodo nido con los
almohadones, sonriendo abiertamente cuando Jude se dejó caer perezosa sobre
ellos, con una sonrisa juguetona.

—Ojalá tuviera una cámara —bromeó. Era un deseo sincero de congelar ese
momento y capturar la plenitud que sentía en ese instante de su vida. Jude
había añadido, literalmente, una nueva dimensión a su existencia....una en la
que la alegría era posible.

—¿Ah, sí? —una ceja dubitativa se arqueó en su dirección—. ¿Quieres una foto
mía? ¿Así? —ahora, la otra ceja se unió a su pareja en la duda.

Liz se detuvo un momento, pensando que ese impulso —congelar, documentar,


grabar— había sido su verdadera esencia durante demasiado tiempo. Y había
hecho que no viviera esos momentos que tan diligentemente retrataba. Pero todo
lo que se refería a Jude era en el momento....no guardaba nada, no reservaba
nada para un mitológico día de lluvia. Intentar capturar la esencia salvaje de
esta mujer, sería lo mismo que intentar matarla.

—Na... —Liz eliminó su deseo con un movimiento despreocupado de la mano—.


Me gusta más el tiempo real —dejó las bebidas y el resto de los nachos lejos de la
línea de alcance de cualquier miembro que pudiera escaparse de los cojines, y se
situó cómodamente apoyada en el cuerpo de Jude—. Oh, esto está muy bien —
sonrió.

—Sabía que te gustaría.

La vista que se ofrecía desde su posición era el océano bañando la costa. Y un


cielo increíblemente azul....casi tan azul como sus ojos, pensó Liz, se extendía en
el horizonte, y las gaviotas moteaban el cielo y rompían el silencio con sus gritos.
Aggie y Clytemnestra saltaban sobre la arena, persiguiéndose
desenfrenadamente, mientras Pete retozaba valientemente detrás, intentando
seguir a los otros perros más grandes. Podía haber sido una escena de una
película o de uno de sus libros, pero, esto es real….esto es mi vida, pensó Liz
maravillada. Realmente, no eliminaba los mil y un problemas que rápidamente
aparecieron en su mente al sopesar una relación con la complicada mujer que la
abrazaba....pero me hace darme cuenta de lo que podríamos tener.... Sus

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
pensamientos se adentraron en la oscuridad que rodeaba a su amante, y supo
que era el momento de hacer más preguntas.

Giró el cuerpo de modo que estuvieran cara a cara. Jude fijó su mirada en el
solemne verde que se la devolvía y preguntó:

—Te vas a poner seria, ¿verdad?

Liz se sonrojó un poco y asintió con pesar.

—Estaba pensando... preguntándome, realmente....Jude…. —jugueteó con un


mechón de pelo negro, inspiró profundamente y exhaló con fuerza—. ¿Qué pasó
después de la muerte de Jason?

Jude permaneció callada durante un largo rato... lo suficientemente largo como


para que Liz pensara que no iba a contestar. Pero, finalmente, depositó un beso
suave sobre la cabeza de Liz y suspiró.

—Fue tan doloroso, Elizabeth....Pensaba....Deseaba....Quería simplemente


tumbarme allí, junto a él, y morir también. Rico dijo que sus muchachos se
ocuparían del cuerpo, pero sabía que lo tirarían en cualquier parte y que nunca
lo encontraríamos. Yo....yo no podía hacerle eso a María —se presionó un punto
en el puente de la nariz y se frotó los ojos con cansancio—. Así que me ocupé
yo....lo tomé en mis brazos....era tan ligero, Elizabeth....como un niño
pequeño....e intenté no zarandearlo demasiado....Tuve que ponerlo en el maletero
de mi coche....porque Rico y los otros estaban mirando....Estaba tan
magullado....no podía mirarle la cara....su preciosa cara....Oh, Dios....Se había
ido.... —las lágrimas que nunca había derramado por su pérdida alma gemela,
brotaban ahora de sus ojos, y las dejó caer, sin avergonzarse del tono desgarrado
de su voz, ni de la agonía visible en su rostro.

El corazón de Liz dio un vuelco ante su dolor; y la apretó con más fuerza entre
sus brazos, incorporándose ligeramente para que sus cuerpos se sostuvieran el
uno al otro mientras hablaban.

—No tienes que....

—No....no pasa nada....es bueno, creo.... —Jude tomó aliento para tranquilizarse
y sonrió temblorosa mientras Liz le secaba las lágrimas de la cara—. Nunca
había….

—Nunca habías llorado por él —adivinó Liz.

216
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Realmente, nunca había....hablado sobre él —admitió Jude—. María también
solía intentar que hablara....pero....

—Lo siento, Jude —Liz quiso darse una patada. Por supuesto que Jude nunca
había llorado por él—. No tenía que haberte presionado.

—No lo has hecho —Jude pasó la mano lentamente por el rostro de Liz. —No sé
por qué, pero todo....ha salido....así de fácil —se encogió de hombros—. Supongo
que era el momento —fijaron sus miradas por un instante y entonces, Jude, para
el gran asombro de la reportera, bajó la mirada ruborizándose—. Eso....eso no es
cierto —confesó—. Sí sé por qué.

—Dímelo.

Jude sonrió insegura.

—Tú —replicó—. Una parte de mí....se siente segura contigo. Siente que puede
contártelo. Que lo entenderás.

Liz se quedó anonadada ante esa sencilla admisión, y dio gracias en silencio por
estar sentada ya en el suelo. De lo contrario, estaba segura de que se habría
caído.

—¿Y....estás bien?

Jude asintió.

— Sí —contestó sin vacilar—. Lo estoy. Por primera vez en mucho más tiempo
del que puedo recordar, lo estoy —la afirmación quedó suspendida entre ellas
durante un momento antes de que Jude continuara—. Bueno... ¿dónde estaba?
—pasó una mano temblorosa por su pelo—. Llamé a Kent desde el coche y le
dije... que teníamos una baja. Sabía que no podía llevar a Jason a María tal y
como estaba....y no podía soportar el dejarle ir....a un hospital....eso habría
significado....

—Lo sé —la tranquilizó Liz.

—Mientras conducía, en lo único en lo que podía pensar era en cómo podía


haber pasado esto.... ¿Cómo habían descubierto a Jason? Y luego, cuando La
Agencia barrió la investigación y la metió debajo de la alfombra, supe que tenía
que haber sido alguien desde dentro.

217
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—¿Alguien de La Agencia lo delató? —preguntó Liz incrédula.

—A veces pasa —Jude se encogió de hombros. —Más a menudo de lo que puedas


pensar. No te creerías la cantidad de dinero que pasa por ese sitio. Los agentes
infiltrados tienen que crear una fachada de riqueza increíble, para poder ser
partícipes de ese mundo. Conducimos Ferraris, vivimos en áticos, vamos de
pesca en lujosos barcos....y en realidad, ni siquiera la ropa que llevamos es
nuestra. Es difícil no caer en la tentación —echó una mirada a la belleza que la
rodeaba—. Yo caí.

—¿Caíste antes o después de la muerte de Jason? —preguntó Liz, un brillo


inquietante bailaba intensamente en sus ojos.

—¿Acaso importa?

—Importa.

Jude suspiró, cambiando el peso contra la mujer más pequeña.

—Después —replicó con calma.

Liz asintió ligeramente.

—Eso pensaba.

—La Agencia traicionó a Jason, Rico me obligó a matarle....Quería que ambos


pagaran.

—Así que te vendiste. Manteniéndote en La Agencia y con los Massala, tomando


el Cártel y haciéndolo tuyo.

Ahora todo tenía perfecto sentido para Liz....la agente convertida en delincuente
por razones que nadie en la prensa pudo entender. No fue avaricia, no fue
ambición....fue rabia, miedo y dolor. Había tantas cosas en Jude que parecían
incongruentes....los destellos de ternura, el sesgado sentido del
honor....traicionar a una mujer así podría ser tu último pecado. Un pequeño
escalofrío recorrió a Liz ante este pensamiento, haciéndola consciente con
inquietud de su propio engaño.

—¿Estás bien? —la tensión en el cuerpo de Liz era demasiado evidente como
para ignorarla—. Quiero decir....Sé que esto es mucho para asumirlo así. Quizá
sea demasiado. He hecho cosas espantosas, y no te culparía.... —intentó

218
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
liberarse del sólido abrazo, pero Liz apretó los brazos—. Probablemente sea mejor
si no....

—¡Eh! Espera un momento. ¿A qué viene eso? —preguntó Liz, agarrando a Jude
por la mejilla y alineando sus miradas—. Ya hemos tratado este asunto. Yo
decido lo que merece mi tiempo y mi preocupación. Y tú, mi amor,
definitivamente lo mereces. Y deja que te diga algo más que no quieres oír, Jude
Lucien. Creo que eres una mujer poderosa, increíble y extraordinaria. Y sí, sé
que hay demasiadas facetas en ti que volverían loco a Sigmund Freud durante
décadas... ¿pero sabes qué? Me importa una mierda. Quiero trabajar todas y
cada una de ellas contigo....no importa el tiempo que lleve, no importa lo que
cueste, ¿te enteras? Quieres conocer a mi familia....bueno, ¿adivina qué, cariño?
Yo quiero conocer a la tuya —Jude abrió la boca para hablar, pero Liz colocó
firmemente una mano sobre ella—. Calla....déjame acabar —advirtió—. No sé
cómo empezó todo esto entre nosotras, o por qué, pero francamente, me da igual.
Porque es, sin duda alguna, lo mejor que me ha pasado en toda mi vida. Que me
disparasen y todo —Liz se quedó sin aliento y fue reduciendo la marcha,
demasiado conmocionada por su propia audacia como para notar los ojos
asombrados y llenos de ternura de Jude—. Pero hay una única cosa que quiero
saber, y creo que ya sé la respuesta, pero quiero oír las palabras —pasó unos
dedos cariñosos por la mejilla de la mujer oscura—. ¿Sientes tú lo mismo?

Esta vez, los ojos de Jude no desviaron la mirada, no buscaron alguna otra cosa
a la que mirar, no titubeó ante la intensidad de los ojos de Liz. Una sonrisa
perezosa se extendió en su rostro.

—Así que....¿quieres conocer a mi familia? —preguntó a modo de respuesta.

Liz no vaciló ante el non sequitur (no deducción), convencida de que la llevaría, en
última instancia, a donde quería ir.

—¡Sin lugar a dudas! —replicó, su sonrisa igualando a la de Jude.

—Entonces, venga, vamos.

* * * * * * * * *
Capítulo 11

Jude había mantenido un silencio hermético sobre el lugar al que se dirigían,


diciendo sólo:

219
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Tú lo has querido.

Y había permanecido igual de resoluta en su rechazo a compartir la ducha con


ella. Y ahora, mientras el agua fría corría sobre su cuerpo aún excitado, Liz
admitió en privado que ducharse por separado era la única posibilidad que
tenían para lograr salir de la casa esa noche. Sólo pensar en la combinación del
agua cayendo, el jabón y las sabias manos de Jude, hacía volar otra ráfaga de
fuego por sus venas....Uau….nena..., murmuró Liz para sí misma, abriendo aún
más el grifo del agua fría. Abrazándose bajo el ahora congelado chorro, agitó la
cabeza furiosamente para eliminar esas ideas de su mente. Después,
Lizzy....haremos todo eso después..., se prometió mientras salía de la ducha y
comenzaba a secarse con una toalla.

Secándose el pelo con brusquedad, se deslizó dentro de los vaqueros que


Carmina le había lavado y doblado cuidadosamente, y sacó una camiseta del
montón en el armario. Se la había metido ya por la cabeza cuando se le ocurrió
una idea mejor. Tirando la camiseta sobre la cama, fue hasta el dormitorio de
Jude con una sonrisa traviesa en su rostro.

Jude estaba todavía en el baño, se podía oír el silbido del secador de pelo y, más
débilmente, su agradable contralto cantando algo inidentificable. El sonido trajo
otra sonrisa al rostro de Liz cuando se dio cuenta de que no era la única afectada
por la calidez que se enroscaba en su vientre. Espiando por la puerta medio
abierta del armario, cruzó la habitación y comenzó a husmear a través de las
filas de camisas colgadas.

—¿Buscas algo? —inquirió secamente una voz a sus espaldas.

La cabeza de la reportera dio una violenta sacudida al oírla, golpeándose en el


pecho y constriñendo sus pulmones de miedo. Aunque sólo la habían pillado en
la más mundana de las actividades, se dio cuenta de que las posibilidades para
algo mucho peor aún existían.

—¡Joder! La próxima vez llama a la puerta, ¿quieres? —dijo Liz haciendo una
mueca, dándose la vuelta y esperando que su voz no se quebrara.

—Estás en mi armario —señaló Jude, su tono ligeramente cortante. Su dureza


hizo que un escalofrío recorriera el cuerpo de la reportera.

—Bueno....sí.... —Liz echó una mirada a su alrededor—. Je, je, je....Desde luego
que sí lo es.... Estaba buscando algo que ponerme —hizo un gesto hacia su torso
desnudo.
220
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Los ojos de Jude examinaron perezosamente la figura frente a ella, extendiendo
un dedo para trazar delicadamente el encaje que protegía sensualmente los
pechos de Liz. Inspirando bruscamente ante la caricia, Liz tomó nota
mentalmente para preguntar después a Jude cómo se las había apañado para
―adivinar‖ la talla con tanta precisión.

—No lo sé —dijo Jude arrastrando las palabras—. Como que me gusta bastante
lo que llevas ahora —enganchando el mismo dedo en el centro del Women's
Secret, sacó a Liz fuera del armario.

La caja fuerte, comprendió al captar un apagado gris plomo con el rabillo del ojo,
me está apartando de la caja fuerte. Entonces, su mente fue silenciada por la
cálida sensación de las palmas de Jude cubriendo sus pechos, y por el sabor
hambriento de su boca descendiendo sobre la suya propia. Jude la besó
lánguidamente, minuciosamente, avivando de nuevo el fuego que la ducha fría
había sofocado. La reportera gimió, utilizando sus propias manos para apretar
más las palmas de Jude contra sus pechos ya totalmente excitados.

—Creía que no querías que llegáramos tarde.... —logró decir Liz jadeando cuando
la boca de Jude comenzó a deslizarse hacia abajo por su cuello.

—Pues entonces no deberías torturarme así —gruñó Jude, con su lengua


danzando sobre el pulso frenético en el cuello de su amante.

—¡Ah!....¡Oh! —los brazos de Liz se enroscaron alrededor del cuello de Jude,


notando distraídamente que ésta se había trenzado el pelo—. Ah....creo....que
....¡Oh!....soy yo la que....Oh, Dios, sí....está siendo torturada.... —gimió cuando
los dientes de Jude juguetearon con sus dolorosamente sensibles pezones a
través de la fina tela de su sujetador. Las manos de Jude agarraron la gruesa
tela de los vaqueros de Liz y tiró de ella hacia sí.

Los dientes y labios vagabundos se detuvieron y Jude hundió su cabeza en la


delicia del pecho de la mujer del pelo rubio miel.

—No tienes ni idea de lo que me pasa con sólo mirarte —dijo suavemente,
levantando la vista para mirar a Liz.

—Si es algo parecido a lo que pasa a mí, creo que me hago una idea bastante
clara —contestó Liz irónicamente.

—Tienes razón —admitió Jude, sonriéndose—. Bueno.... —exhaló


profundamente, acariciando por última vez los fuertes músculos del estómago de

221
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Liz—. Vamos a ver qué te pones —dio un paso atrás, cruzando los brazos y
evaluando a su amante—. Una camisa, ¿eh?

—Sip.

—¿Ya se te han acabado las nuevas?

—Nop —unas cejas oscuras se fruncieron formando una pregunta sin palabras—
. Me gustan más las tuyas. Huelen....bueno....a ti.

Eso provocó un ligero sonrojo en la mujer alta, que dejó caer los brazos en señal
de rendición e hizo un gesto a Liz para que se acercara al armario.

—Sírvete tú misma —sonrió.

Liz caminó de vuelta hacia el armario, notando que Jude no hizo ningún
movimiento para seguirla. Sacó una camisa negra y la sostuvo delante de ella.
Echó una mirada dubitativa a Jude, que negó con la cabeza ante el color oscuro
contra la piel clara de Liz. Varias otras camisas fueron desechadas en este
intercambio silencioso, hasta que encontró una camisa Oxford blanca y muy
usada, con rayas verdes que la atravesaban. Viendo a Jude sonreír ampliamente
cuando la sostuvo en alto, Liz se rió y proclamó en broma.

—¡Tenemos un ganador, amigos!

Era un poco más pequeña que alguna de las otras camisas que había visto y
pudo meterla fácilmente en los vaqueros. La dejó abotonada de abajo, liberando
el largo de su pelo rubio-miel del cuello.

—¿Qué te parece?

—Estupenda —replicó Jude con una sonrisa—. Me da la sensación de que


debería cambiarme —miró a su indumentaria dubitativa.

Liz examinó despacio la forma oscura de su amante. Jude llevaba una camiseta
blanca sin mangas y unos vaqueros gastados que se adaptaban con familiaridad
a la forma de sus poderosas piernas. Las costuras deshilachadas en los bolsillos
y un pequeño desgarrón en la rodilla, indicaron a Liz que eran sus favoritos
desde hacía mucho. A la reportera le gustó la última encarnación de la mujer
sombría que estaba contemplando.

—Estás absolutamente preciosa.

222
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Jude soltó una carcajada burlona.

—No.

—Oh, sí... —la contradijo Liz, eliminando la distancia entre ellas—. Pareces la
perfecta vándala callejera, toda actitud hosca y vaqueros ajustados —en su
mente podía ver con facilidad a una Jude más joven e incluso más desafiante,
luciéndose en el bar de Nickie o pasando con la Triumph haciendo un ruido
infernal, libre del asfixiante agarre de su madre.

Una ceja morena se alzó escéptica.

—Na, los vándalos de verdad llevan botas, no zapatillas deportivas —bromeó


Jude—. Ni siquiera llevo calcetines.

Permanecía sólo a un pelo de distancia de su amante y podía sentir


profundamente en su estómago la conexión que la unía a Jude. Su fuerza casi la
dejó sin aliento, y se maravilló por cómo esta mujer le afectaba como nada que
hubiera conocido antes.

—Bueno, iba a decir que a tu ropa le faltaba algo....pero no son las botas.

Una perezosa medio sonrisa se extendió sobre el rostro de Jude.

—¿Y qué es?

—Esto…. —Liz levantó la mano y se quitó el diamante de su oreja izquierda,


deslizándolo hábilmente en el agujero vacío del lóbulo derecho de Jude—.
Perfecto— rió, dando un paso atrás para admirar su trabajo—. Espera....una
cosa más —giró alrededor de su amante y liberó la melena de Jude de su
confinamiento—. Mucho mejor —murmuró, pasando sus dedos por su oscura
abundancia.

Jude se dejó mimar pacientemente, una mirada inescrutable en sus ojos.

—¿Has terminado? —preguntó cuando las atenciones de su amante se hicieron


más lentas y se convirtieron en pausadas caricias.

—Nunca —susurró Liz, besando su línea favorita a lo largo de la clavícula de


Jude.

223
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—No estás haciendo esto nada fácil —musitó Jude con aliento irregular, su
cuerpo respondiendo a la sensual atención.

El beso terminó abruptamente, haciendo volver a Jude con brusquedad, del


umbral de un lugar deliciosamente cálido. Parpadeó abriendo los ojos para
enfocarlos en su amante, que se mordía el labio pensativa, con una ligera
insinuación juguetona en su sonrisa

—Tienes toda la razón —asintió Liz contundente—. ¿Qué esperas? Vamos.

Para sorpresa de la reportera, cuando llegaron a la cocina Jude llamó con un


silbido a los perros y le dijo a Pete que se quedara. La pequeña bestia lloriqueó
suplicando ser incluido, clavando unos tristes ojos marrones en su dueña.

—Oh, venga, vamos, Jude. No puedes dejarlo aquí.

Jude ladeó la cabeza levantando una ceja al chucho, que movió la cola
ansiosamente.

—Pete —advirtió—. Sabes que lo único que harán será mangonearte. ¿Recuerdas
la última vez que fuimos a ver a Cassandra? —Clytemnestra ladró con
aprobación y Pete bajó la cabeza un poco—. Ajá —asintió Jude—. No quiero que
vuelvan a usarte como un mordedor —dijo seriamente, agachándose para rascar
un par de caídas orejas. Liz observó todo el intercambio con una apenas
disimulada diversión ante la gravedad del tono de la mujer sombría—. Pero si
prometo traerte una bolsa enorme llena de sobras, ¿te quedarás? —Pete ladró
para mostrar su acuerdo—. Buen chico —un último rascado detrás de las orejas
y Jude estuvo de pie otra vez, poniendo los ojos en blanco ante la carcajada que
se le escapó a Liz—. Se disgusta si lo dejamos solo —dijo Jude a modo de
explicación mientras abría la puerta de atrás del Explorer para que entraran los
akitas.

Sinceramente, Liz prefería el Explorer al poderoso Porsche que Jude conducía


normalmente. El Explorer estaba cómodamente descuidado, con restos apenas
visibles de pelo de perro en las alfombrillas, y algunos objetos de camping y
toallas de playa disputándose el sitio en el espacioso interior. El Boxster, e
incluso el Jaguar que descansaba silenciosamente en el garaje, eran más bien
parte del aura que Jude creaba para gente como Romair Massala. Aunque sabía
que la inquietante traficante de drogas y su risueña amante de ojos azules eran
meramente diferentes aspectos de la mujer de la que Elizabeth se iba
enamorando profundamente, la reportera no podía evitar desear que Jude
pudiera dispersar todas las sombras que todavía envolvían su vida.
224
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab

* * * * * * * * *
Los treinta minutos de viaje pasaron rápidamente, y pronto estuvieron entrando
por un sendero arenoso que conducía a un restaurante de aspecto destartalado
que estaba situado directamente en la playa. Los sonidos de risas y música
llegaban fácilmente hasta ella desde el porche, y se sorprendió al ver el número
de coches aparcados en la arena sin orden ni concierto alrededor del edificio. Los
perros brincaron alegremente cuando Jude les dejó salir del Explorer, pero
permanecieron obedientemente al lado de su ama.

—Muy bien, chicos —Jude acarició la piel de Aggie—. Vayan a buscar a


Cassandra.

Los perros ladraron con aprobación, se lanzaron alrededor del edificio y se


perdieron de vista. Un ladrido les dijo que los perros habían encontrado lo que
buscaban. Momentos después, Liz vio tres formas blancas corriendo a lo largo de
las olas.

—Son de la misma camada —explicó Jude.

—Claro... Agamemnon, Clytemnestra y Cassandra. Pero, espera, ¿no terminaron


matándose unos a otros?

—En realidad, según la mitología griega, Clytemnestra mató a los otros dos, y
después su hijo la mató a ella —corrigió Jude, tomando la mano más pequeña de
Elizabeth en la suya.

—¿Y les pusiste sus nombres a tus perros? —y, aunque Liz agitó la cabeza con
incredulidad, una sonrisa creció en su rostro ante la intimidad del gesto de Jude.

—Fue idea de Jason —dijo Jude encogiéndose de hombros, recordando el brillo


en los ojos de su compañero mientras miraban a los cachorros de akita
retorciéndose en la cesta de mimbre. Había decidido regalarle a María un perro
por su cumpleaños porque nunca había tenido uno cuando era pequeña. Todas
las familias necesitan un perro, Angel....Te dije que iba a tenerlo todo: esposa,
niños, una casa....también tengo que tener un perro. Arrastrando a una reseca
Jude a casa del criador, había estado hablando con gran excitación de los
mejores aspectos de los akita: lo leales y confiables que eran, y también unos
buenos perros guardianes. Sólo escuchando con media oreja mientras él y el
criador discutían sobre lo mejor de la camada, Jude había dejado caer su cuerpo
dolorido al lado de la cesta jugando con tres cachorros. Sus gracias incluso

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
habían traído a su rostro la sombra de una sonrisa mientras el más seguro del
grupo se liberaba de su hermano y de su hermana y trastabillaba hasta el regazo
de la mujer oscura. Jude rascó vacilante las orejas del cachorro mientras el akita
se abalanzaba como una fiera sobre la mano libre de Jude. Levantó la vista
tímidamente para encontrarse a su compañero con una divertida mirada clavada
firmemente en ella.

—Así que te llevaste uno también, ¿eh? —bromeó Liz.

—Me llevé dos —contestó Jude—. Era Clytemnestra la que se me tiró a la mano.
Ella era realmente lo mejor de la camada, y el caso es que Aggie, como que iba
con ella. El criador decía que eran inseparables. El par de veces que había
intentado separarlos, ambos habían formado tal escándalo, que incluso había
asustado a algunas personas que habían querido comprar a Clytemnestra. No
quería separarlos, pero parecía que no iba a tener otra opción. Jason no podía
llevarse a los dos cachorros, así que terminó quedándose a Cassandra.

—¿Te quedaste con los dos para que pudieran estar juntos?

Jude se encogió de hombros con indiferencia, pero no pudo evitar el bonito rubor
que subió desde su garganta.

—Bueno....sí....Aggie parecía tan triste sentado en la cesta mientras jugaba con


Clytemnestra. Pensé....qué demonios, así podrían hacerse compañía cuando yo
estuviera fuera.

—Eso es muy dulce —viendo el ceño fruncido de Jude, Liz estalló en


carcajadas—. Oh, vamos, Lucien. Eres taaaan arisca....Claro, que esto no me
está mostrando nada que yo no sepa ya.

—¿Y de qué se trata? —preguntó Jude con una mal disimulada sonrisita,
haciendo que se detuvieran frente a una señal hecha con gastados trozos de
madera arrastrados por el mar hasta la playa, en la que se leía: Barrido del Mar.
A pesar de las miles de cosas que podía haber dicho para seguir con la broma,
Liz optó por una verdad pura y dura que dudaba que Jude se hubiera permitido
oír alguna vez.

—Tienes buen corazón. Lo que pasa es que lo mantienes demasiado encerrado


dentro de esa actitud glacial para que nadie, incluyéndote a ti, pueda llegar a
verlo nunca.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Ante estas palabras tan dulces Jude se quedó totalmente inmóvil, maravillada
por cómo esta mujer podía ver a través de ella con tanta facilidad. Parecía que
Elizabeth podía ver exactamente todo de lo que había sido capaz Jude y después,
sacar a la luz la ternura que Jude pensaba que había enterrado muy
profundamente dentro de sí.

—Ven aquí, tú... —dijo la mujer alta, abrazando con fuerza a Liz. Acomodándose
cada una en los brazos de la otra, una tranquila calidez rodeó a la pareja,
haciéndolas totalmente ajenas a las miradas curiosas de los clientes que salían y
entraban del restaurante.

Un profundo suspiro atravesó el cuerpo de Jude mientras susurraba


suavemente.

—Es absolutamente imposible que alguna vez pueda merecer la mirada que hay
ahora mismo en tus ojos, así que simplemente daré gracias a lo que sea que
haya arriba porque estás ahora aquí conmigo.

Liz sonrió y depositó un beso dulce sobre su mejilla.

—Estás equivocada.... —hizo bajar la cabeza a Jude para que sus ojos se
encontraran—. Te mereces esto y mucho más.

Sus labios se enredaron una vez más en un tierno intercambio que era una
promesa para esa noche y muchas más que tendrían que venir. Un sordo
retortijón del estómago de Liz las sobresaltó e hizo que se separaran.

—Hablando de corta rollos.... — Jude puso los ojos en blanco.

—¡Ey! —la mujer más pequeña golpeó alegremente, con el dorso de la mano, el
liso abdomen de Jude—. ¿Qué puedo hacer si has hecho que se me abra el
apetito?

—Así que es culpa mía, ¿no?

—¡Absolutamente! —declaró Liz—. Esta es mi versión y a ella me agarro.

Jude se echó a reír de la pura alegría de estar en presencia de la pequeña mujer.


Sin darse cuenta, Liz había arrullado, hasta dormirlos, los demonios que
mantenían el alma de Jude bajo sus garras. Y había mostrado a Jude una visión
fugaz de lo que podía haber sido su vida sin La Agencia o todos los recuerdos que
marcaban sus sueños. La gloriosa visión llenaba a la ex agente con una intensa

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
necesidad de sentir más, y sabía sin ninguna duda que Elizabeth Peterson era
una droga mucho más adictiva que ninguna de las que ella hubiese vendido
jamás. La mera idea de intentar apartarse de ese poco tiempo de gracia que Liz le
aportaba, era horrenda, y un escalofrío recorrió su cuerpo ante tal pensamiento.

—¿Estás bien? —el movimiento no había pasado desapercibido para Liz, que
todavía descansaba entre sus brazos.

—Absolutamente —se hizo eco Jude—. Parece que yo también tengo apetito.

* * * * * * * * *
Liz se dio la vuelta en el círculo de su abrazo, de modo que ahora uno de los
brazos de Jude rodeaba sus hombros con tranquilidad. En lo que concernía a la
reportera, se iba a quedar ahí toda la noche, al diablo las apariencias. Estaba en
compañía de la mujer más bella, fascinante y sensual que había conocido nunca
y, con franqueza, a Liz le importaba malditamente quien lo supiera. A mamá le
daría un ataque....Y a papá le daría un paro cardiaco. La visión de la cara de
consternación de sus padres trajo una mueca diabólica a su rostro y se permitió
una pequeña risa a sus expensas.

La pareja dio los primeros pasos hacia las escaleras de madera de la entrada
principal cuando la señal de madera captó la atención de Liz.

—¿Barrido del Mar? ¿Arrastrado por el mar? —preguntó.

—Sip —asintió Jude—. La historia cuenta que hace cientos de años un barco
pirata se hundió aquí, y que el botín está todavía enterrado en alguna parte bajo
las dunas. Se supone que el cartel es de los restos del propio barco.

Liz miró la madera dubitativa.

—¿Y qué sirven aquí?

—Pan rancio y grog (bebida hecha con agua caliente, ron, azúcar y limón) —
contestó Jude llegando arriba de las escaleras.

El estómago de Liz sonó ruidoso.

—Será mejor que no —dijo entre dientes.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Ignorando el ceño fruncido de su amante, Jude se detuvo ante el lugar del maitre
y se dirigió a un atractivo joven vestido con una camiseta gris y unos vaqueros
de aspecto cómodo.

—Marco —saludó con la cabeza, sonriendo—. ¿Cómo estás?

Muy bien... obviamente, hemos estado aquí antes, pensó Liz.

El joven pareció encantado de ver a Jude, y respondió con una amplia sonrisa.

—Estoy muy bien, señora Lucien. Gracias —paseó la mirada entre las dos
mujeres—. ¿Mesa para dos esta noche?

Jude asintió.

—Sí. ¿Está María por aquí?

El chico abrió la boca para replicar, pero una voz detrás de las mujeres
interrumpió:

—Por supuesto que estoy por aquí. ¿No lo estoy todas las noches? Claro, que si
te dejaras ver más que una vez de vez en cuando, probablemente lo sabrías.

Liz se dio la vuelta para encontrarse con quien hablaba: era una pequeña mujer
latina con unos ojos risueños y una cascada de pelo oscuro cayéndole sobre los
hombros. Iba vestida informalmente, con unos pantalones azul oscuro y una
blusa de manga corta de color crema que resaltaba el tono oliváceo de su piel.
Jude se movió hacia la diminuta mujer, levantándola en un gran abrazo y
dándole vueltas alrededor de la entrada.

—¡Bájame! —protestó María sin mucha convicción.

Jude la dejó suavemente en el suelo, encantada de ver a su amiga.

—Lo siento, he estado un poco descuidada....pero las cosas....

—Sí, has estado muy ocupada. Claro, claro, claro.... —María desestimó sus
excusas con un gesto de la mano—. La misma historia, un día diferente. Kent
mencionó que quizá aparecerías esta semana, pero yo no estaba conteniendo el
aliento —dijo irónicamente. Liz notó que la broma parecía algo familiar entre las
dos mujeres, como si fuera una vieja historia, y los reproches fueran una forma
rutinaria de tomarse el pelo más que expresiones de auténtico dolor. Por lo

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
menos, parecían realmente extasiadas de verse otra vez, y la reportera se
preguntó vagamente si debería sentirse celosa de su evidente cercanía.

—Cuando menos te lo esperas, aquí estoy —Jude se encogió de hombros


tímidamente.

—Sí, aquí estás. Y tus modales son tan atroces como siempre —golpeó a Jude en
el brazo y rodeando su alta forma, miró a Liz, señalándola con la mirada—. ¿Nos
vas a presentar? —miró de nuevo a Jude y la estudió detenidamente—. ¿Hace
cuántos años que te conozco? ¿Seis, siete? Y nunca has traído a nadie para que
me conozca. Y ahora que por fin lo haces, te olvidas de presentarnos.

Jude abrió la boca, quizá para argumentar que no es que María le hubiera dado
una oportunidad, pero fue interrumpida otra vez.

—¿Cómo estas? —extendió una mano hacia una asombrada Liz que iba atando
cabos rápidamente—. Soy María.

La María de Jason....Oh, Jesús....

Estrechó la mano que se le ofrecía, como atontada. Sus pensamientos eran un


rugido tumultuoso al observar la amplia sonrisa en el rostro de su amante. La
franqueza en la mirada de Jude llegó hasta el corazón de Liz y lo desgarró con
violencia en un relámpago de dolor-placer que hizo que quisiera suplicar
clemencia a gritos.

—Hola, yo soy Liz —consciente de que a la mirada especulativa de María no le


había pasado desapercibida la expresión sorprendida de su cara, Liz recobró
rápidamente la compostura—. Cuando Jude dijo que me iba a llevar a conocer a
su familia, pensé que estaba de broma. Me alegro de tener la oportunidad de
conocerte —dijo, aliviada porque ahora la sorpresa había pasado a la mujer
delante de ella.

María se volvió para mirar a Jude, que permaneció donde se encontraba, con un
brillo de diversión en sus ojos.

—Kent dijo algo de que tenías una cita la otra noche —comentó una sonriente
María a la mujer oscura—. Tendría que haberme dado cuenta de que había algo
más que eso.

Jude respondió con una amplia sonrisa y se situó entre las dos mujeres,
rodeándolas a cada una con un brazo.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Ya deberías saber que conmigo siempre hay algo más.

—Ese es el eufemismo del siglo —murmuró Liz bromeando.

María soltó una carcajada al ver a Jude levantar una ceja indignada.

—Parece que ésta tiene tu número.

Jude lo reconoció levantando elegantemente los hombros. Echó una mirada


hacia abajo para encontrarse con unos cálidos ojos verdes devolviéndole la
mirada, y le hizo un guiño.

—Creo que tienes razón, Ría.

Mientras el trío se movía por el restaurante, Liz notó las caras relajadas de los
clientes y disfrutó de los deliciosos aromas de los diferentes platos. El comedor
era algo más tranquilo que la estrepitosa terraza, que era donde se encontraban
el grupo musical, la pista de baile y el bar. Allí la multitud era más joven, pero
casi de tan alto estatus como la gente que había en el comedor. Varias parejas
bailaban al ritmo de la banda, que parecía estar tocando, sobre todo,
reconocibles números uno.

—Son bastante buenos —Liz señaló con un gesto de la cabeza al cuarteto de


músicos.

—Son la banda de la casa desde hace un año y medio —replicó María. Después,
mirando maliciosamente a Jude, añadió—. Puede que si se lo pides a Jude muy
amablemente, suba a tocar con ellos esta noche —viendo cómo Jude
entrecerraba los ojos y fruncía el ceño de forma amenazadora, se escapó del
brazo de la mujer alta—. Oh, mira, allí están Kent y Tony. ¿Por qué no se sientan
con ellos y en un momento voy yo? —lanzando una última sonrisa pícara a su
amiga, se deslizó de vuelta a la cocina.

Jude gruñó algo incomprensible y se volvió para mirar a su acompañante, que la


contemplaba expectante.

—Oh, no....no, no, no, no.... —negó enfáticamente con la cabeza—. Esta noche,
no.... —viendo que la expresión de Liz no había cambiado, sus hombros se
hundieron ligeramente—. Quizá después, ¿ok? —intentó salir del paso. Liz
seguía estudiándola, sin pestañear—. Oh, por Dios, ¿puedo tomarme una copa
antes? —suplicó por fin, admitiendo que había perdido.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Claro —concedió Liz alegremente ahora que las cosas habían quedado claras—
. Y hasta puedes tomarte dos o tres.

—Vaya, gracias —dijo Jude entre dientes, conduciendo a su compañera hacia la


mesa del rincón donde Kent y su compañero, Tony, estaban sentados—. Hey,
chicos, ¿están esperando a alguien en particular o se puede sentar cualquiera?
—rió ante las caras de sorpresa de los dos hombres.

—¡Jude! —aulló Tony efusivamente—. Hace mucho tiempo, señorita.

—¿A quién estás llamando señorita? —gruñó Jude.

—Tú eres demasiado guapa para ser un hombre, así que debo estar hablando
contigo —replicó él.

Sonriendo ligeramente, la mujer sombría sólo les estrechó la mano y puso una
silla para Liz. Dejándose caer en la que había junto a su amante, sonrió
ampliamente.

—Supongo que tienes razón. Tú tampoco estás demasiado mal, T. Para ser un
hombre, quiero decir.

—Gracias, supongo —durante el corto intercambio, Liz había estado estudiando


intensamente a los dos hombres. Kent, según reconoció por su fisgoneo no
autorizado, era el contacto de Jude en la DEA, un antiguo compañero de los que
empezaba a considerar ―Los Antiguos Malos Días de Jude‖. No tenía ni idea de
quién era el otro hombre y observó sus rasgos con una expresión indiferente. Era
un hombre compacto, bien musculado, con ojos color chocolate, con pelo negro
rizado y cortado casi al rape, y piel bronce oscuro resaltada por el blanco de su
polo.

—¿Y a quién tenemos aquí? —Liz se dio cuenta, ruborizándose, de que tres pares
de ojos estaban puestos en ella, esperando una respuesta.

Jude recogió el relevo de la conversación suavemente.

—Ésta es Elizabeth Peterson....Elizabeth, estos son Tony Pinichero y Kent Laird.


Ten cuidado, Tony es italiano y cree que eso le convierte por defecto en una
especie de Gran Amante. Y Kent.... es tan tieso como el palo de una escoba. Me
costó tres años hacer que se bebiera una sola cerveza.

232
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Y mírame ahora —remarcó irónicamente Kent, haciendo un gesto con el vaso
en su mano.

—Sólo necesitabas que alguien te sacara de esa especie de ética laboral puritana
en la que andabas metido —bromeó Jude.

—No funcionó —replicó Tony—. Todavía me persigue para que ponga el punto de
cada i, y el palito de cada t.

—¿Trabajan juntos? —preguntó Liz, con un tono inocente en su voz. Sentía


curiosidad por cómo los presentaría Jude.

—Son compañeros en La Agencia —respondió sencillamente Jude, notando con


una sonrisilla las expresiones de sorpresa de Kent y Tony—. Cuando yo llevaba
placa, no quería a nadie más en mi espalda.

Fue una declaración sencilla, reflexionó Liz, pero una que tenía mucha
importancia, ya que sacando a la luz su conexión con los dos hombres, Jude les
decía a sus amigos que era alguien en quien podían confiar. La reportera estaba
asombrada por la admisión que Jude le proporcionaba en esa parte oscura de su
vida, y eso la decidió a empezar a aclarar ese nido de serpientes que eran las
mentiras que todavía había entre ellas. Liz tomó suavemente la mano de Jude,
que descansaba en el brazo de la silla, y entrelazó sus dedos con los suyos.
Devolvió la sonrisa a Tony, que las miraba sonriendo con cara de tonto. La cara
de Kent era hermética, pero la reportera creyó detectar un débil amago de ceño
furncido, que ocultó rápidamente. Cualquier intento de observación más allá, fue
interrumpido por el sonoro tono barítono de la voz de Tony.

—¿Cómo una niña buena como tú ha acabado con una tipa huraña como Jude?

Jude y Liz intercambiaron una mirada, estallando en carcajadas


simultáneamente.

—¿Qué? ¿Qué he dicho? —preguntó Tony desconcertado por sus carcajadas.

—Lo siento —se disculpó Liz intentando tomar aire—, pero es que parece que
todo el mundo acaba preguntándome alguna variación de lo mismo.

—Eso es porque se observa como una niña buena —explicó Jude con una
sonrisita—. Se observa es la palabra clave.

233
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—¡Eh, tú! —para sorpresa de los dos hombres, Liz dio una palmada a Jude en el
brazo—. Ten cuidado —advirtió juguetona.

—Oh, mira cómo tiemblo —se burló Jude.

—Pues deberías. Soy kickboxer. Tócame las narices y te dejo fuera de combate.

—No sé tú, Jude, pero estoy preocupado por ti —ofreció Tony sinceramente.

Jude puso los ojos en blanco y movió la cabeza tristemente.

—¿Por qué me he prestado a esto? Tengo que estar loca.

—Debe ser amooooor —canturreó Tony.

—Cállate —gruñó Jude como una fiera, pero el ligero rubor que iluminó sus
rasgos fue visible para todo el mundo.

—Hombre, oh, hombre —se rió Tony—. No me lo puedo creer —levantó su copa
en un brindis—. Señoras y señores....la mujer más elegible del mundo está ahora
fuera del mercado. ¡Enhorabuena!

Liz echó una mirada a Jude, que tenía una sonrisa de desconcierto sobre el
rostro. Varios pares de ojos curiosos se habían centrado en la bulliciosa mesa, y
la mujer que normalmente se enfrentaba al fuego hostil con despreocupada
facilidad, ahora se retorcía incómoda ante el escrutinio e intentaba hundirse aún
más en su silla. La reportera dio un pequeño apretón a la mano de Jude y la
oscura mujer ofreció una intensa y excepcional sonrisa a su pareja.

—Tú te alegras de que esté fuera del mercado porque no podías soportar la
competencia —replicó Jude, sin cuestionar su afirmación, un movimiento que no
pasó desapercibido para Liz.

—Eso no te lo discuto —accedió Tony alegremente.

Moviendo la cabeza con arrepentimiento, Jude liberó la mano de Liz y se levantó.

—Bueno, si vas a hacer un brindis por nosotras, supongo que lo mejor es que
pida algo de beber. ¿Les traigo otra, chicos?

Tanto Kent como Tony asintieron.

—Afirmativo. Sam Adams, por favor —informó el agente italiano.


234
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Lo tengo. Ahora vuelvo.

—¿No me vas a preguntar qué quiero yo? —preguntó Liz con cara de falsa
inocencia.

Jude se detuvo un momento; después sonrió sensualmente con la determinación


de que si caía, al menos lo haría luchando.

—Ya sé lo que quieres.

Dándose la vuelta mientras un intenso rubor sofocaba el rostro de la reportera,


caminó elegantemente a través de las mesas sin mirar atrás ni una sola vez. Un
silencio divertido se asentó sobre la mesa mientras Liz observaba el avance de
Jude a través del restaurante.

—Ella está en algo, te lo concedo —dijo Tony tranquilamente.

—¿Tengo esa increíblemente estúpida mirada en mi cara?

Tony le contestó con otra sonrisa:

—Digamos que no hay duda sobre el objeto de tus afectos —se inclinó hacia
delante, con una expresión conspiradora en su rostro—. Si te sirve de consuelo,
ella tenía la misma expresión cuando te miraba.

—Desde luego que sí —dijo Kent arrastrando las palabras, rompiendo su


silencio—. ¿Sabes? Estoy bastante sorprendido —miró a su compañero—.
Siempre pensé que si el Arcángel sentaba alguna vez la cabeza, sería con María.

Los ojos de Tony se abrieron incrédulos.

—Na... —intentó negar esa afirmación con un gesto de la mano—. Sabes


perfectamente que las cosas no son así entre ellas.

Kent simplemente se encogió de hombros.

—Puede que sí y puede que no. Pero ahora sin Jason.... —clavó una intensa
mirada en Liz—. ¿Te ha hablado de él?

—¿Su compañero? —replicó Liz suavemente—. Sí. Me lo ha contado todo —dijo


sin más.

235
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Notando la clara irritación en la voz de Liz, Kent se disculpó sin demasiado
entusiasmo.

—Lo siento. Es que....Jude nunca ha sido del....tipo casero.

—Kent.... —advirtió Tony.

—Oh, venga, T…. Conoces la historia tan bien como yo. ¿Por qué esta niña
tendría que sufrir porque el Arcángel piensa que puede cambiar? —agitó la
cabeza—. Eso, sencillamente, no es posible.

—Deja de llamarla así —interpuso Liz dulcemente.

—¿Mmmm? —los dos hombres se quedaron mirándola, observando la seria


mirada de fiereza en el rostro de la pequeña mujer.

—Su nombre es Jude. No el Arcángel. No El Diablo —ahora ya tengo vuestra


atención. Liz sonrió tristemente ante su sorpresa—. Sí, lo sé todo sobre eso otro
también. Y déjenme que les diga algo: sé exactamente quién es y lo que ha
hecho. No soy una niñita inocente a la que van a acabar haciendo daño —Tony
asintió aprobador, mientras Kent seguía mirándola boquiabierto ante la
repentina dura actitud de la reportera—. Tienes razón, Kent... ella no va a
cambiar. Está sacando a la luz una parte de sí misma que gente como Enrico
Massala y los de La Agencia ayudaron a enterrar. No es el diablo, Kent. Pero
gente como tú la han hecho creer que lo era.

—Amén —murmuró Tony mientras se hacía el silencio en el trío.

Kent estudió a la pequeña mujer un momento más, asintiendo casi


imperceptiblemente.

—Espero que tengas razón, Elizabeth. De verdad que sí. Ahora, si me perdonan,
creo que necesito aire —se excusó, a pesar del hecho de que estaban sentados
fuera con la brisa fría del océano despeinándoles.

Liz miró cómo se marchaba, con una expresión pensativa en la cara.

—Creo que lo he encabronado —dijo secamente.

—Olvídalo —Tony le quitó importancia con un gesto de la mano—. Kent es... —


buscó una forma de describir a su compañero y la incómoda relación que
siempre había tenido con la mujer oscura—. Está algo rayado con el Arc....con

236
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Jude —se corrigió con una sonrisa estrambótica—. Tal y como ha dicho Jude, es
un hombre de compañía estricto. La Agencia por encima de todo, incluso de Dios
y la patria, aunque son los siguientes en la lista.

—Parece Oliver North —dijo Liz entre dientes.

Si Tony oyó el comentario, lo dejó pasar.

—Jude siempre fue una transgresora. Pero era una transgresora con resultados,
así que La Agencia hace la vista gorda con algunas de sus... explosiones —soltó
un suspiro de frustración y pasó una mano por su pelo rizado—. Tienes que
entender cómo era Jude por aquel entonces….

—También lo he visto —dijo Liz en voz baja, recordando esa noche y la pálida
malevolencia que brillaba en los ojos de su amante. Pero tiene que ser sólo una
fracción de lo que era, reconoció de pronto Liz, estremeciéndose al pensarlo.

—Eso asustaba a Kent. Joder, nos asustaba a todos....pero él era su compañero,


aunque durante poco tiempo. Entonces, él lo fastidió y casi hace que los maten a
los dos. Ella le salvó el trasero y le cubrió las espaldas, pero todo el mundo supo
lo que había pasado. No sé qué vio esa noche, pero fuera lo que fuera, lo afectó
de verdad. Tras aquello, fue como si ella no pudiera hacer nada mal nunca. Dios,
y cuando ella se pasó al otro lado... lo jodió muy mal. Nunca...entendió...lo que
Jason significaba para ella porque La Agencia siempre lo había significado todo
para él.

—No pudo aceptar que Jason fuera más importante para Jude que cualquier
operación, daba igual lo seria que fuera —terminó Liz por él.

La sorpresa revoloteó en el rostro del agente.

—Joder, de verdad, te lo ha contado todo, ¿no?

Liz simplemente le miró sin decir nada.

—Sip, supongo.... —Tony se encogió de hombros cansadamente—. Yo no lo


entiendo para nada. Había algo....especial....en el vínculo de Jude con Jason.
Pero incluso él le temía —estudió muy cerca de la mujer del pelo color miel—. Sin
embargo, tú no le temes —moviendo la cabeza, terminó su cerveza—. Supongo
que es por eso por lo que significas tanto para ella, ¿eh?

* * * * * * * * *
237
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab

—Eh, tú —Jude asomó la cabeza tentativamente por las puertas de la cocina,


esquivando por poco a un camarero que salía disparado con una bandeja
bastante cargada.

—Ven aquí antes de que alguien se golpee y acabe sin sentido —le regañó María,
aunque sus ojos bailaban divertidos.

Jude pasó a toda prisa a través de las puertas siguiendo a María hasta su
oficina, que estaba justo en la esquina de la gran cocina industrial donde se
afanaban un chef y dos ayudantes. Normalmente, María supervisaba las
operaciones en la cocina, haciendo incursiones esporádicas al restaurante para
saludar a amigos y asegurarse de que todo iba sobre ruedas en el bar. Sin
embargo, a veces, le gustaba entretenerse en la cocina creando platos nuevos y
probarlos con sus amigos, que hacían de conejillos de Indias para sus
exploraciones culinarias.

Barrido del Mar llevaba funcionando casi diez años, y María había sido su
principal propietaria durante tres de ellos. Ella era la primera ayudante del chef
cuando conoció al chico de los ojos brillantes que luego se convirtió en su
marido, y a la inquietante mujer a quien reconoció como el espejo del alma de
éste. Al final, se había hecho cargo de la cocina, y entonces, con la ayuda
financiera de Jude, compró el lugar inmediatamente a los dudosos personajes
que lo habían tenido hasta entonces. Ahora, el restaurante daba beneficios
saludables y aunque María había ofrecido devolverle el dinero a Jude, ésta sabía
reconocer una buena inversión cuando la veía y mantuvo intacta la sociedad. El
arreglo funcionaba para ambas mujeres, cementando el vínculo entre ellas,
incluso aunque su relación era a veces tirante al máximo.

—¿Dónde está Jessie? —preguntó Jude, mirando alrededor de la oficina en


busca de su ahijada de dieciséis años—. Esperaba poder verla esta noche.

—Va a sentir mucho no haber visto a su tía Jude —comentó María—. Hace
muchísimo tiempo desde la última vez que viniste a verla.

—Mea culpa —reconoció Jude—. Las cosas....han sido una locura —levantó las
manos ante la mirada exasperada de María—. Ya sé que digo eso todo el rato,
pero, de verdad, últimamente ha sido mejor que no haya estado por aquí
demasiado —clave para „no era seguro estar conmigo'.

238
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—No quiero oír nada de esa mierda —replicó María cortante, dándole la espalda
a Jude y poniéndose a revolver entre algunos papeles.

Vacilante, Jude colocó sus manos en los delgados hombros de María, aplacando
su visible enfado.

—Se acabó, María —susurró suavemente—. Tengo algo....preparado. Si entrego a


este tipo…. saldré libre y limpia.

Era algo que Jude no había dicho nunca antes en voz alta, especialmente a
María, ya que su palabra para la esposa de Jason la obligaba. En el fondo, Jude
no había creído nunca antes que pudiera realmente dejar todo eso, no importaba
lo mucho que una parte de ella desease hacerlo. Las cosas son ahora diferentes,
se reconoció por fin a sí misma, sabiendo que sin la aceptación incondicional de
Elizabeth, tal cosa nunca podría haber sido imaginable, y mucho menos posible.

Bajo las manos de Jude, María tomó aire, estremeciéndose, y se volvió para
enfrentar el azul océano de los ojos del alma gemela de su marido. La sinceridad
inquebrantable en la mirada de Jude hizo llegar el mensaje de la mujer sombría
de una forma que las meras palabras no hubieran podido hacer.

—Santa Madre....es de verdad —musitó, lanzando sus brazos alrededor de la alta


figura que la hacía parecer realmente pequeña.

Jude hundió el rostro en el fragante alboroto del cabello de María, su corazón


encogiéndose y desencogiéndose al ritmo de los silenciosos sollozos que podía oír
llegar de la mujer de su compañero.

—Shh... —canturreó Jude suavemente.

—¿Qué ha cambiado? —preguntó María, levantando unos ojos llorosos hacia


Jude y estudiando la cálida llama azul que ardía allí—. ¿Es ella? —dijo
refiriéndose a la mujer del pelo rubio-miel que estaba sentada fuera.

Jude no pudo evitar la dulce sonrisa que acudió a su rostro ante la mención de
Elizabeth.

—En parte —reconoció—. Es algo que llevo intentando hacer desde hace
bastante tiempo, pero…. —otra brillante sonrisa de la inquietante agente bañó a
María—. Es como si me hubiese devuelto la vida....y me hubiera hecho creer que
puedo dejarlo. Yo....nunca antes había creído realmente que podía hacerlo —sus
pensamientos volvieron a todas esas largas noches que compartió con Jason, en

239
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
las que él había intentado valientemente, y en vano, convencerla de eso mismo.
Jude no sabía por qué Elizabeth había sido capaz de llegar tan fácilmente a su
interior y devolverle su alma.... pero había funcionado—. No lo sé, Ría. ¿Qué
puedo decir? Me ha devuelto la luz del sol.

María rió suavemente, abrazando con fuerza a Jude otra vez.

—Jamás pensé que vería esa mirada en tus ojos.

—Ni yo, Ría —susurró Jude—, ni yo.

* * * * * * * * *
—¿Por qué siempre acabo como alguien del servicio? —gruñó Jude, dejando la
bandeja en la mesa y reuniéndose con sus compañeros. Kent había regresado
poco antes que Jude y se había disculpado por su comportamiento. Y aunque
sus instintos captaron algo raro, Liz aceptó la disculpa del agente elegantemente,
no queriendo empañar la velada.

—Tienes....ese aspecto —bromeó Liz.

—¿Y qué aspecto es ese? —preguntó Jude secamente, repartiendo las bebidas—.
Sam Adams, Sam Adams, bourbon para mí....y algo con una sombrilla para ti —
le alcanzó a Liz un brebaje escandalosamente rosa con fruta cayendo de la parte
de arriba y una pequeña sombrilla rosa clavada en una guinda.

—Quiero saber qué es esto —preguntó Liz, dudosa.

—Depende.

—¿De qué?

—¿Por qué crees que parezco del servicio?

—Porque pareces tan....servicial. Como una Girl Scout —Liz parpadeó


inocentemente, haciendo una pausa con un agudísimo sentido del tiempo—. Casi
—añadió tras un segundo.

La cerveza salió disparada por la nariz de Tony mientras intentaba coger aire,
tosiendo y resollando, y mientras Kent le golpeaba con fuerza en la espalda al
tiempo que intentaba eliminar la mueca de su propia cara.

240
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—¿Estás bien, T? —preguntó Jude, dejándose caer cómodamente en la silla al
lado de su novia—. Tú —arqueó una ceja amenazadora a Liz, moviendo la
cabeza—. Estás. Verdaderamente. Perturbada.

—No, sólo soy una visionaria —discrepó Liz—. Veo cosas….

—Que no existen —terminó Jude con una mueca—. Y eso, por definición, te
clasifica como perturbada.

Liz sabía cuándo retirarse y echar a correr, así que simplemente sonrió
majestuosamente, dando un pequeño sorbo a su bebida.

—No llegaste a decirme qué era esto.

—¿Importa? Sólo dime si te gusta.

—Ya he oído eso antes —murmuró Liz entre dientes. El comentario se les escapó
a los hombres frente a ellas, pero no a Jude, que levantó una ceja con aire de
superioridad. La reportera dio otro sorbo, y luego otro más entusiasta—. Mmm...
es genial. Sabe como a Kool-Aid con un toque.

Jude sonrió con picardía.

—Me alegro de que te guste. Ría ha dicho que la cena estará lista en breve.

—¿La cena? ¡Si todavía no he visto el menú! —las risitas apagadas a su alrededor
le dijeron que había algo que se estaba perdiendo—. Denme una pista, pandilla.

—Bueno....veamos. Ser amigo de Ría tiene partes buenas y partes malas. En la


parte buena, está el que nunca tienes que pagar por la comida....

—¿Y en la parte mala?

—Nunca llegas a elegir lo que vas a cenar.

—¿Perdona?

—A Ría le gusta algo así como....experimentar con nosotros. Tenemos pre-


estrenos sorpresa de los nuevos platos que está creando.

—¡Genial! —exclamó Liz—. ¿Y dónde está el problema? —observó a Jude


pensativamente—. Aunque como tú eres del tipo de mujeres que piden lo más
sencillo de la carta, entiendo que puedas tener algún problema con eso.
241
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—¡Eh! —objetó Jude—. ¿Por qué me estás dando una noche difícil?

—Porque puedo —Liz replicó alegremente, para la mal disimulada diversión de


Tony y Kent.

Jude gruñó como respuesta.

—La verdad es que después de que terminara en urgencias a causa de uno de


sus mezclas, llegamos al acuerdo de que me avisaría por adelantado.

—¿Cómo iba a saber que eras alérgica al marisco? —dijo María, que había
llegado durante la conversación. En un movimiento que hizo que Liz frunciera la
ceja ligeramente, deslizó los brazos alrededor de Jude y le dio otro rápido abrazo
para comunicarle su felicidad. Dirigió al camarero mientras colocaba plato tras
plato de guisos de aspecto exótico frente al cuarteto.

—¿Qué es esto? —preguntó Tony, mirando el cuenco humeante e inhalando el


delicioso aroma—. Huele de maravilla.

—Estoy probando una nueva Paella. Tiene gambas, mejillones, pollo, almejas y
muchas especias. Estoy pensando en ponerla como plato del día la semana que
viene, así que tú y Kent sois mis ratas de laboratorio. Decidme si tengo que
retocarla.

—Sin problema —acordaron los hombres con entusiasmo.

—Tú —indicó el plato de Jude—, tienes el pez espada que te prometí. Está
condimentado con eneldo, cebollas rojas, aceitunas negras y alguna otra cosa. Le
da un sabor del tipo de una salsa.

—¿Pepino? —Jude arrojó una mirada siniestra a su amiga, examinando el


contenido de su plato—. Odio el pepino.

—De verdad, Jude —suspiró María—. Me cuesta menos hacer que Jessie se
coma las verduras —era una vieja discusión entre ambas, y entraron en ella con
familiaridad.

—Ok, ok.... —Jude se rindió afablemente—. Tiene muy buen aspecto. Ya sabes
que me gustará.

—Más te vale —advirtió María alegremente—. Y tú, Elizabeth, a ti te toca mi


clásico Gumbo Lafayette.

242
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—¡Ey! —Jude frunció el ceño—. ¿Por qué ella no hace de rata de laboratorio
también?

—Porque cualquiera lo suficientemente valiente como para tener una relación


contigo, Ángel, ya está viviendo al límite. No quiero que lo sobrepase.

Todo el mundo en la mesa se quedó helado al oír que el apodo cariñoso que le
daba Jason a su compañera salía tan fácilmente de los labios de María. Había
sido un desliz involuntario, salido de la pura alegría de saber que Jude, por fin,
iba a ser libre de la oscuridad asfixiante. Sólo Jason y su familia habían estado
lo suficientemente cerca para atreverse a utilizar la denominación, y Jude no la
había oído desde el día de la muerte de su compañero. María se lo había soltado
como un epíteto, maldiciéndola por quitarle la vida a su marido. La mujer oscura
cerró los ojos brevemente, dejando que el sonido la bañara, esperando al familiar
pinchazo de la sal en la heridas que aún no se habían cerrado. Sin embargo, el
dolor flagelante había desaparecido, reemplazado por una amable calidez que se
enroscaba en su vientre.

Los ojos de María estaban cuidadosamente fijos en ella, con la postura preparada
como para recibir un golpe. Jude tomó la pequeña mano de su amiga y la apretó
suavemente, reclamando en silencio el nombre que había sido suyo todos esos
años atrás. Kent y Tony dejaron escapar el aliento que no sabían que estaban
conteniendo, casi sin creer lo que veían sus ojos.

—No te preocupes, María —dijo Liz alegremente, queriendo diluir el silencio que
amenazaba con caerles encima—. Me gusta vivir al límite.

—Si ves a un oso en el bosque, acércate a él y pícalo con un palo —murmuró


Jude.

—Ese es mi lema, sí señor —la reportera echó una mirada a los otros cuatro
sentados a la mesa—. ¿Podemos empezar ya? Me muero de hambre.

* * * * * * * * *
Jude insistió en que María cenara con ellos, y en seguida el grupo estuvo lleno
hasta arriba de buena comida y de viva conversación, a pesar de la silenciosa
tensión que existía entre los hombres de La Agencia y la traficante. Mientras
Kent y Tony todavía parecían rehuir respetuosamente a la mujer sombría, María
no mostraba esa reserva. Era obvio que las dos mujeres compartían un lazo muy
fuerte, forjado por su vínculo común con el marido muerto de María. Para

243
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
sorpresa de Liz, al avanzar la noche, Jude comenzó a compartir historias de La
Agencia con Kent y Tony, hablando de casos menos peliagudos que ella y su
compañero habían resuelto. Por supuesto, esto llevó a María a relatar sus
desventuras domésticas con Jason, incluyendo una en la que embaucaron a una
reacia Jude para que les pintara la casa.

Jude se perdió en el agradable contralto de Ría, puesto que no necesitaba oír los
detalles de una aventura que ella misma había vivido. La cena hacía rato que
había terminado, y los músicos habían hecho un pequeño descanso antes de
comenzar el siguiente pase. La terraza había dejado de estar tan abarrotada,
dejando sólo unas cuantas mesas ocupadas con clientes deleitándose en sus
postres. La noche descansaba confortable a su alrededor, los sonidos del océano
yendo y viniendo en sus oídos. Los akitas eran débiles trazos en la distancia,
todavía saltando con energía en la arena. Jude los observó encandilada,
disfrutando con sus juegos. Una paz poco familiar se asentó sobre sus hombros
y su origen era la mujer del pelo color miel sentada a su lado. Pese a haber
protestado antes, sabía que llevar a Elizabeth allí había sido una buena cosa.
Había encantado a María y a los chicos sin esfuerzo, y su presencia había dado a
Jude el coraje para dar el último paso en la curación de las últimas heridas de
su relación con Ría. Sabía que la esposa de Jason nunca la perdonaría
completamente mientras estuviera en ese camino de destrucción. Ría sostenía
firmemente la creencia de que Jason nunca hubiera querido que Jude hiciera las
cosas que había hecho. En el fondo de su alma, Jude sabía que tenía razón, y
eso había permanecido entre ellas inquietantemente. Sin embargo, ahora podía
ofrecerle a María su amistad, libre y limpia, y quizá, recuperar su lugar en la
familia poco común que ella y Jason habían formado.

Jason había estado en su pensamiento constantemente durante toda la noche, y


era casi como si pudiera sentirle cerca, sonriéndole encantado y diciendo: Te lo
dije. Su mente se alejó aún más de la conversación, desviándose hacia recuerdos
dulces del chico encantador que había conocido. Ojalá estuvieras aquí,
socio....Dios, te echo tanto de menos todavía....Tantas veces he deseado poder
haber ocupado tu lugar....Dejarte tener a tu familia, devolverte la vida....Dicen que
los muertos pueden oír los pensamientos de los vivos....y puede que estés
escuchando ahora....Eso espero....Te quiero, Jase....Siento no haber podido
protegerte, tal y como le prometí a María…. Perdóname por haberme apartado de
ellas cuando todos estábamos sufriendo tanto, echándote de menos....Eres una
parte de mi alma....Ahora lo sé....y siempre te llevaré conmigo. Ofreció a su
compañero un silencioso adiós, un dolor desgarrador que nunca antes había sido
capaz de enterrar, y devolvió su atención a la conversación que estaba teniendo
lugar.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Y se encontró con cuatro pares de ojos fijos, con firmeza, en ella.

—Es todo culpa suya —estaba diciendo María, un brillo juguetón en sus ojos.

Jude parpadeó.

—¿Culpa mía? Seguro que tienes razón, pero ¿de qué exactamente tengo la culpa
esta vez?

—Le estaba preguntando a María cómo se conocieron Jason y ella —explicó Liz.

—Ah…. —asintió Jude—. Eso no es culpa mía. Yo no te dije que salieras con él.

—¿Cómo podía no hacerlo después de la escenita que montó?

—¿Lo explicas, por favor? —pidió Liz.

—Sí —coreó Tony—. Esa historia no la he oído.

Jude comenzó a hablar, pero Ría no la dejó

—Yo era ayudante del chef por entonces, en realidad una camarera con
muchísimas ambiciones —sonrió ampliamente—. Jude y Jason solían venir todo
el tiempo. Se sentaban siempre en aquella mesa de allí —María indicó una
pequeña mesa para dos, lejos de los músicos y del tráfico—. Venían y se
quedaban durante horas, normalmente hasta cerrar, simplemente hablando. De
algún modo, siempre acababa sirviéndoles yo. Al principio, pensé que eran
pareja, ya que nunca los veía con nadie más, hasta que una noche oí a Jude
hacerle pasar un mal rato sobre que tenía que encontrar a una buena chica con
la que sentar la cabeza. Y entonces él dijo: ‗Encontraré una si tú quieres'. Aquello
como que me dio la clave de un par de cosas. Desde entonces, presté más
atención a Jason. Era un encanto.

—Se pasaba el tiempo intentando reunir el valor suficiente para pedirle una cita
—intervino Jude—. Pero en el último momento siempre se echaba para atrás. Y
se trataba de un hombre capaz de vender hielo a los esquimales. Así es como
supe que se trataba de amor verdadero. Pensé que me iba a volver loca viendo a
esos dos intentando ligar el uno con el otro —Jude agitó la cabeza con tristeza—.
De verdad que era realmente doloroso de ver.

—Así que aparecieron una noche —Ría recogió el hilo de la historia—,


completamente enloquecidos...

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Una redada en la que habíamos estado trabajando durante seis meses por fin
había tenido lugar —informó Jude.

—Y procedieron a emborracharse como unos Señores.

—Estábamos celebrándolo.

—Y él me pidió salir.

—Así no es exactamente como fue, Ría. Te has dejado unos cuantos relevantes
detalles —comentó Jude.

—¿Como cuáles? —apremió Liz.

—Bueno, ha expuesto los hechos correctamente. Estábamos de celebración, y


nos habíamos tomado unas pocas...

—Miles...

—Copas. Jason estaba decidido a ganarse la atención de Ría de forma que le


fuera imposible rechazarle y no salir con él.

—Y por eso es culpa tuya.

—Quería causarle buena impresión —Jude se encogió de hombros—, así que le


sugerí que le diera una serenata.

Tony, Kent y Liz se la quedaron mirando con una clara incredulidad escrita en
sus caras.

—El único problema era.... —continuó Jude.

—Jason desafinaba demasiado.

—Y en su estado de ebriedad, solo podía recordar la letra de una canción.

María vio el brillo demoníaco en el ojo de Jude y comenzó a agitar la cabeza


rápidamente.

—Ni se te ocurra, Jude Lucien.

246
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Jude empujó su silla hacia atrás ligeramente, separándose de la mesa y cerrando
los ojos. Entonces, con la leve sombra de una sonrisilla asomándose en la
comisura de los labios, comenzó a cantar suavemente.

—I really do appreciate...

—Jude…. —Ria advirtío.

—The fact you're sitting here.... —su ronco contralto llevaba la melodía fácilmente
a través del cuarto.

—Detente en este mismo instante.

—Your voice sounds so wonderful.... —sus ojos se abrieron para revelar el baile
de las flamas azules de su iris.

—No…. —Maria intento una última vez, sabiendo que era una batalla perdida.

—But your face don't look too clear...

Otros clientes habían convertido el sonido de la voz de Jude en resonancia y la


banda regresó lentamente a su posición en el escenario, claramente
reconociendo la canción.

—So barmaid, bring a pitcher….

Una guitarra comenzó a tejer la melodía ligeramente alrededor de la habitación.

—Another round of brew….

—Tú estás muerta. ¿Lo sabes? —Maria declaró a Jude de pie, barriendo a la
mujer más pequeña a sus pies.

—Honey, why don't we get drunk... and screw... —la banda se unió en el coro
mientras Jude se deslizaba con María por el piso con una sencillez, riéndose
mientras tanto. Aunque su amiga protestó vehementemente y se sonrojó en un
tono furioso de color carmesí, permitió continuar el baile, hasta que todos los
clientes estaban cantando.

—They say you are a snow queen,


Honey I don't think that's true...
So why don't we get drunk...
And screw.
247
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Cuando el último estribillo terminó, Jude hizo girar a María una última vez,
haciéndole un saludo desenfadado e inclinándose profundamente ante los
aplausos de la multitud.

—¿Lo ves? ¿Cómo iba a poder resistirse? —preguntó Jude, dejándose caer junto
a Liz y sonriendo con desenfado.

—Yo, de verdad, creo que no hubiera podido hacerlo —estuvo de acuerdo Liz,
limpiándose lágrimas de risa de los ojos al ver a Jude tan juguetona, lo que era
poco habitual.

—Muy bien.... —María movió la cabeza hacia Jude—. En este punto, tengo que ir
a ver cómo van las cosas en la cocina. Ahora que me has hecho dar el
espectáculo....

—No sería la primera vez —anunció Jude alegremente.

Observó cómo María se alejaba entre los clientes, recibiendo y devolviendo


algunas tomaduras de pelo por el improvisado show. Una oleada de felicidad casi
incontrolable bañó a Jude, dejándola de muy buen humor y un poquito aturdida.
Echó una mirada a su novia, que la estaba observando con una sonrisa de
desconcierto.

—¿Qué?

—Nada —dijo Liz—. Sólo miraba.

—¿Por qué? —una ceja se arqueaba socarronamente en su dirección.

—Porque quiero — replicó con una sonrisa la mujer del pelo rubio-miel—. ¿Algún
problema?

—No, señora —le aseguró Jude, acercándose un poco—. Pero se está haciendo
tarde. ¿Podría interesarte mirarme en algún lugar más privado?

—Desde luego que sí —dijo Liz con una amplia sonrisa.

—Vamos, da un paseo conmigo por la playa mientras reúno a los perros —Jude
saltó por encima de la barandilla hacia la arena y ayudó a Liz, sujetándola
mientras la mujer más pequeña aterrizaba inestablemente sobre la arena.
Rodeando a su amante con un largo brazo, caminaron con pasos largos por la
playa hacia las formas borrosas de los akitas que jugaban en la distancia.

248
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Una serenata, ¿eh? —bromeó Liz—. ¿Por qué no me diste una a mí?

—Pensé que preferirías un método....de seducción....más clásico que Why don't


we get drunk and screw? —replicó Jude plácidamente.

—Sip... hacer que me disparasen es realmente suave…. —bromeó Liz, deseando


liberar a Jude del resto de culpa que pudiera quedarle del incidente.

Para su alivio, Jude soltó una risilla.

—No ha sido uno de mis movimientos más suaves, lo admito. Pero creo que todo
está resultando bien.

—¿Realmente? —Liz estudió el oscuro largo de su pareja, hipnotizada por la


forma en que la luz era absorbida por el brillo ébano de su pelo y lo reflejaba en
un resplandor plateado. Jude se movía fácilmente allí, entre las sombras, sus
pasos firmes encontraban el camino en la oscuridad de modo certero—. ¿Estás
realmente feliz por la forma en que están saliendo las cosas?

Jude hizo una larga pausa, deteniendo su marcha.

—Sí —dijo por fin, dándose la vuelta para mirar a su novia. El comienzo de una
sonrisa era evidente en sus elegantes rasgos—. Lo estoy —Jude agachó la cabeza
para capturar los labios de Liz en una afirmación silenciosa de sus palabras.

El beso fue tierno y prolongado, insinuando la pasión acumulada que se


escondía justo debajo de la superficie. La boca de Jude dirigió una suave
invasión de la boca de su amante, arrancando con sus caricias un gemido grave
de la garganta de Liz. La mujer más pequeña apretó a Jude aún más cerca,
envolviendo sus fuertes brazos alrededor de la estrecha cintura de Jude, y
trazando la línea de los músculos en su espalda.

—Oh, wow —respiró la reportera cuando Jude liberó sus labios.

—Uh-uh —asintió Jude con una sonrisa sardónica.

—¿Cómo lo haces? —suspiró Liz feliz, acomodando la cabeza bajo la barbilla de


Jude.

—No lo hago yo sola. Eso es seguro —comentó Jude, disfrutando de la agradable


sensación de la mujer en sus brazos.

249
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Sí, supongo que es algo así como un esfuerzo conjunto, ¿no?

—Se podría decir así —la mujer oscura estuvo de acuerdo, abrazando a su chica
dulcemente—. Venga, recojamos a los perros y vámonos de aquí.

Aggie y Clytemnestra fueron renuentes a dejar a su compañera de juegos, pero


ante la orden severa de Jude subieron correteando el terraplén hacia el Explorer,
con las humanas caminando tras ellos. Una explosión de ladridos furiosos
hicieron a Jude correr colina arriba, arrancando grandes trozos de terreno a su
paso.

Según llegaba a la cima de la cuesta, vio a Clytemnestra lanzarse contra una


figura oscura que tenía la puerta del conductor del Explorer abierta. La figura
apartó al akita de un feroz manotazo, lanzando a la perra hacia atrás con un
aullido. Jude no vaciló en correr tras la figura que huía. Podía oír la voz de Liz
que gritaba en la distancia, pero no le hizo caso, concentrada en atrapar a su
presa. La figura era ágil, volando a toda velocidad sobre las dunas con facilidad.
Sin embargo, su ritmo no podía competir con las largas zancadas de Jude. Un
último salto y las manos de Jude agarraron la tela de la chaqueta, derribándolos
a ambos al suelo.

La figura lanzó un golpe a ciegas alcanzando a Jude con fuerza en la cara.


Gruñendo, ésta le agarró el brazo extendido, dislocándolo violentamente con un
salvaje ―¡pop!‖. El tipo gritó de dolor mientras Jude lo empujaba sobre su
estómago, sujetándolo con la rodilla contra su espalda. Las manos expertas de la
mujer sombría encontraron el revólver Sig que el tipo llevaba metido en la
cintura de los pantalones. Haciendo una mueca salvaje, apretó el cañón del arma
contra la base de su cuello.

—¡NO! —gritó Liz, corriendo junto a Jude.

—No voy a matarlo, Liz —dijo Jude con un gruñido—. Al menos, todavía no —
añadió dirigiendo una sonrisa salvaje a su presa, pero él permaneció en silencio.
Presionó aún más su espalda—. Ahora, estate quieto, o puede que se me escape
el gatillo.

—Jude... —suplicó Liz a la mujer oscura, más aterrorizada por la máscara de


furia que había descendido sobre el rostro de su novia que por el arma que
sostenía en su mano. Ésta era la mujer que llamaban el Arcángel—. No sabemos
lo que estaba haciendo.

250
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Como mínimo, estaba intentando entrar en mi coche. Pero puedo decirte qué
más iba a hacer: probablemente, una pequeña y rápida cirugía en nuestros
frenos —sostuvo en alto la navaja automática que había encontrado en su
bolsillo trasero—. ¿Sabes? —se dirigió al prisionero—, me estoy cansando de
jugar al gato y al ratón.

—Jódete —consiguió decir él.

—Muy original —replicó Jude secamente. Abrió la navaja y se la pasó


ligeramente por un lado de la cara, dejando un fino trazo rojo a su paso—.Vamos
a intentarlo otra vez. Llevas una Sig 226....lo que significa que eres policía o algo
así, o que tienes acceso a alguien que lo es. ¿Cuál de las dos posibilidades?

—Jódete.

La culata del arma se estrelló contra un lado de la cara, fracturándole el hueso


de la mejilla. Liz se estremeció ante el impacto, horrorizada por la fuerza de esa
furia desatada—. Jude.... —intentó una vez más.

—Estás empezando a enfadarme, cabrón —gruñó al hombre en el suelo,


ignorando la fuerte llamada de la voz de su amante.

—Como si me importara una mierda —escupió un puñado de sangre.

La mujer sombría levantó el arma una vez más, pero el movimiento fue
bloqueado por una mano en apariencia no tan fuerte, que le agarraba el brazo—.
¡Jude, basta! —gritó Liz—. No lo hagas —la voz era más baja ahora, ganando
fuerza al ver a Jude respondiendo involuntariamente—. No tienes por qué
hacerlo.

Ojos pálidos, grises, se volvieron para mirarla con dureza, con una frialdad
renovada ardiendo en ella. Liz no quiso apartar la mirada, deseando que sus
músculos no temblaran. El cálido verdor de sus ojos observó el rostro de Jude,
buscando pistas de la amante dulce que había llegado a conocer.

—Mantente fuera de esto —ladró Jude.

—¡No! Te guste o no, soy parte de esto —apretó con fuerza el brazo de Jude,
sabiendo ambas que en cualquier momento, la mujer oscura podría liberarse
fácilmente de su agarre. Jude la sintió cerca e involuntariamente, recordó su
conexión. Eso le permitió escuchar las tranquilas palabras que salían de los
labios de su amante—. No voy a perderte de nuevo en la noche del demonio.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
La mirada ártica desapareció repentinamente, y Jude dejó escapar un suspiro
tembloroso ante la cruda súplica en la voz de Liz. Una simple frase, una simple
reclamación al alma sanguinaria de Jude, que no se podía denegar. Echó una
mirada a su víctima, que tenía la expresión de alguien que sabía que iba a
morir....dolorosamente. Disminuyó mínimamente la presión en su espalda.

No queriendo dejar su endeble conexión con Jude, Liz cambió de posición,


aflojando su agarre del brazo de Jude hasta hacerlo más suave y mirando por
encima del hombro de su novia al hombre inmovilizado.

—¿Quién es?

—Estábamos a punto de tratar ese tema —comentó Jude—. Ya la has oído —


pinchó al hombre—. ¿Quién eres?

—Venga, mátame. No te voy a decir absolutamente nada.

Jude suspiró pesadamente y se puso de pie.

—No voy a matarte —señaló a Liz—. Agradéceselo a ella.

Con cautela, el hombre se puso de rodillas, agarrando su brazo inútil con


torpeza.

—¿Dónde está el truco?

—No hay truco —replicó Jude, insegura de quién se merecía más su disgusto, si
ella misma o el hombre a sus pies—. Sólo dile a tus jefes que voy a ir tras ellos
muy pronto. Ahora, lárgate de aquí antes de que cambie de opinión.

No hizo falta que se lo dijeran dos veces. Se puso en marcha con paso inseguro
playa abajo, donde Jude estaba segura de que le esperaba su equipo de apoyo. Si
hubiera estado sola y de humor para un baño de sangre, le hubiera seguido y
confirmado las respuestas que empezaban a adquirir un trazo vago por sí
mismas. Pero no siendo así, lo único que quería era hundirse en los brazos de su
amante y borrar toda la furia.

Observó cómo desaparecía en la penumbra y después, se volvió hacia Liz, que


permanecía pacientemente de pie junto a ella. Sus ojos verdes la miraron con
tristeza.

—Estamos en un verdadero problema, ¿verdad, Jude?

252
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab

* * * * * * * * *
Capítulo 12

Jude no había querido confiar en el Explorer insegura de lo que el saboteador


podía haber llegado a hacer antes de ser interrumpido. Había pedido prestado
discretamente el pick-up de Ría, explicando a su amiga que tenían problemas
con el coche y que mandaría a sus mecánicos por la mañana. Leyendo fácilmente
la rabia mal disimulada tras el tranquilo exterior de Jude, María accedió sin una
palabra, desesperándose en silencio ante esta nueva oscuridad que su amiga
estaba enfrentando.

—Muy bien. Ya sé porqué no has querido darle a Ría los detalles morbosos, pero
¿por qué no quieres que le cuente nada a Kent? —preguntó Liz mientras dirigían
a los perros a través de la puerta de la cocina. Clytemnestra ofreció su pata
delantera izquierda, pero un rápido examen reveló que solo tenía algunos
pequeños cortes. Aggie se mantuvo cerca, la ansiedad por su compañera de
camada era evidente en su forma de brincar —. ¿No podría ayudarte?

Jude suspiró mientras subía penosamente las escaleras, con la reportera


cobijada bajo la seguridad de su brazo protector.

—No, en todo caso, lo más probable es que intentara hacerme daño.

—¿Porque todavía piensa que eres uno de los chicos malos?

—Creo que alguien lo está utilizando para obtener información sobre mí.

—Para acabar contigo.

Jude se rió secamente ante la descripción.

—Eso lo resume más o menos.

—¿Por qué?

—Y ¿por qué no? Me refiero a que, durante los últimos cuatro años o así, no es
que haya sido exactamente amiga de la ley y el orden. Podría ser cualquiera de
La Agencia....desde la gente que traicionó a Jason hasta un mal guiado caballero
andante que espera hacerme pagar por mis crímenes pasados. A pesar de lo que
estoy intentando hacer para equilibrar la balanza.

253
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—¿Dijiste antes que estabas trabajando en algo? —Liz insistió. Llegando al
dormitorio, guió a su novia hasta la cama, haciendo que se sentara sobre su
acogedora superficie.

Jude se quitó las zapatillas con un par de patadas y se desplomó hacia atrás,
exhausta por la lógica enrevesada que intentaba desentrañar. La cosa no tenía
ningún sentido. Nada de esto lo tenía.

—Hice un trato con Kent para entregar a alguien a quien La Agencia le tiene
verdaderas ganas. Si lo hago, y les entrego todas mis operaciones ―no oficiales‖,
podré irme limpia y libre. Pero hay un montón de gente que preferiría no ver que
eso sucediera. Que piensa que me merezco cualquier cosa que el Departamento
de Justicia quiera echarme encima. Supongo que tienen razón. Lo malo es que….
—se rió con amargura—, no tienen absolutamente nada contra mí.

Había inculcado despiadadamente un código de silencio a sus empleados,


asegurándose completamente de que sabían que la exterminación era el precio
de la traición. Conocía los métodos de la DEA dentro y fuera, y había borrado
fácilmente las huellas de todas sus operaciones pero faltando muy poco para
derramar sangre. La Masacre había sido lo más cerca que habían estado de tener
un caso, y eso había sido porque ella no tenía ninguna intención de salir de ese
almacén con vida. Sin embargo, por una vez, había subestimado sus propias
habilidades, y había quedado para resolver lo que vendría después de que el
sabor vacío y acre de la venganza la hubieran hecho sentir náuseas.

Liz levantó a Jude, sacando con diligencia la camiseta de los pantalones.

—Arriba —ordenó.

Con un gesto silencioso, Jude levantó los brazos amablemente, y Liz arrancó el
algodón de su cuerpo delgado. La mujer más pequeña la empujó para que se
tumbara de nuevo, desabrochando los botones de los gastados vaqueros con
dedos hábiles. Se movió a lo largo del largo marco de la mujer oscura,
arrastrando la tela según se deslizaba hacia abajo. Jude no sabía porqué, pero
Liz parecía tener una urgencia casi frenética de alcanzar su piel en ese mismo
instante. Quizá necesitaba, casi tanto como la propia Jude, reconectar con la
calidez en carne y hueso de su amante tras el encuentro con el frío ártico de los
ojos de la asesina. Las sedosas barreras restantes quedaron por el camino,
permitiendo a una triunfante Liz pasar sus manos sobre una piel bronce. Un
beso suave sobre el punto donde latía el pulso en la garganta de su novia y un
suspiro quedo terminaron el reconocimiento.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Jude arqueó una ceja a modo de pregunta sin palabras mientras la mujer del
pelo rubio se acurrucaba junto a ella.

—Es que solo necesitaba.... —Liz buscó una forma de explicarse—, sentirte cerca
—terminó de forma poco convincente.

Jude asintió comprendiendo y amablemente tiró de la camisa de Liz.

—Ahora quítate esto y ven aquí.

—Ayúdame.

Las dos mujeres se incorporaron como una sola, Jude encontrándose con
algunas dificultades para desabrochar los botones con sus repentinamente dedos
temblorosos. Abandonando la tarea con frustración, apoyó la cabeza en el
hombro de su amante, dejando escapar un suspiro convulso.

Mirando alarmada a la cabeza oscura sobre su hombro, Liz hundió los dedos
entre los mechones negros.

—¿Qué pasa? ¿Qué ocurre?

—Lo siento mucho —musitó Jude—. Lo que ha pasado esta noche... Lo que has
visto...

—Shh.... —canturreó Liz—, yo no lamento haberlo visto.

—Lo habría matado....

—Pero no lo hiciste.

Jude levantó la cabeza para fijar sus ojos en los de Liz.

—Por ti —murmuró, incapaz de creer la serena fuerza que vio residiendo en las
profundos remolinos verdosos.

—No —corrigió Liz—. Por ti. Solo necesitabas que te recordaran que existe otro
camino—. Estudió los ángulos y los planos del rostro de Jude, acariciando con
dulzura la suave piel bajo sus dedos.

—Nunca....creí....que pudiera ser de ninguna otra manera —dijo Jude con voz
entrecortada.

255
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Créelo ahora —susurró Liz, capturando los labios de Jude con los suyos.

Fue un beso que reclamaba, rendía y consentía a partes iguales. Liz atrajo la
boca de Jude más profundamente dentro de la suya con caricias tentadoras de
su lengua. Una danza lánguida de ternura comenzó con el dulce intercambio,
arrancando un gemido de lo profundo de la garganta de la mujer sombría. La
reportera apretó a su amante hacia sí, deleitándose en el calor que los largos
brazos de Jude aportaban.

De algún modo, los botones se liberaron milagrosamente, la tela desapareció de


los pálidos hombros, y los vaqueros se deslizaron de las esbeltas caderas hasta
que la piel se apretó contra una gloriosa piel desnuda en un enredo
sensualmente íntimo.

—Te necesito... —murmuró Jude, su boca moviéndose despacio sobre su


amante, absorbiendo la textura de gráciles músculos estremeciéndose contra sus
labios y saboreando el calor salado que surgía del cuerpo de Liz.

El tacto seguro de los dedos de Jude y los profundos gemidos de deseo que
salían de su garganta, acallaron el clamor en la mente de la reportera por
detalles e información sobre los peligros que acechaban fuera de su santuario.
Sabiendo que habría tiempo después para la charla que debían tener, Liz se
rindió gustosa a las manos inquisitivas de Jude. Momentos, horas, días podían
haber pasado mientras Jude se deslizaba dentro de ella, su boca bebiendo la
húmeda esencia de su amante, grabando en el alma de Liz con la tierna llama
del deseo, su derecho a estar ahí.

* * * * * * * * *
—¿Me contarás alguna vez dónde te hiciste esto?

Liz estaba cómodamente acoplada entre las piernas de Jude, trazando


distraídamente una línea sobre los poderosos músculos que la mantenían sujeta.
Tenía una pierna colocada sobre los muslos de Liz, mientras que la otra rodeaba
suavemente la cintura de la mujer más pequeña. La posición dejaba el sexo de
Jude completamente expuesto a las manos y los ojos de su amante, y ésta se
sentía totalmente abrumada por la aparente facilidad con la que Jude se abría a
su tacto. Los amores pasados de Liz habían estado siempre llenos de miedo y
dudas, y una falta de fluidez táctil que habían dejado a la reportera tratando de
buscar caricias apropiadas. En marcado contraste, su respuesta a Jude había
sido completa e inconfundible....tenía que conocer el cuerpo de esta mujer para

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
poder conocer su alma. Tantas cosas de Jude se escondían en pequeños gestos:
una ceja arqueada discretamente, como apretaba las mandíbulas rítmicamente;
a veces Liz se sentía como si estuviera aprendiendo a comunicarse solo a través
del gusto, del tacto, y del olor. El lenguaje de Jude era pura explosión sensorial
que Liz pasaría gustosa explorando y descifrando los próximos cien años.

Los dedos de Liz danzaron sobre el pequeño tatuaje en la cadera de Jude,


extendiendo la mano para rozar los rizos todavía húmedos que protegían el
centro de la mujer oscura. Sonriendo cuando las caderas de Jude se movieron
suavemente por sí mismas ante la delicada caricia, Liz lanzó una mirada
expectante hacia su amante.

—¿Y bien?

La marca era pequeña, pero distintiva. Una línea oscura que serpenteaba desde
el centro a través de un círculo diminuto rodeado por formas que parecían a
veces como llamas o las curvas sensuales del cuerpo de una mujer. Era
claramente un diseño único, algo que Liz nunca había visto antes. Significaba
algo para la mujer sombría, y la reportera quería saber qué era ese algo.

Estirando los brazos perezosamente sobre la cabeza y arqueándose sutilmente


contra los dedos de Liz, Jude asintió.

—Supongo que tenemos que hablar.

Liz frunció las cejas.

—¿Por qué creo que esto no es solo sobre del tatuaje?

—Lo es —viendo la expresión dudosa de Liz, añadió—, más o menos.

—Deja que me ponga cómoda —dijo Liz, sospechando que iba a ser una historia
larga. Jude apiló dos almohadas detrás de su cabeza y se acomodó, mientras Liz
se colocaba sobre el estómago de su amante, con la barbilla apoyada en las
manos. Cada par de piernas se enroscaba con naturalidad alrededor del otro par,
manteniendo un muy necesitado contacto a lo largo de sus cuerpos. Jude dejó
escapar un suspiro entrecortado cuando uno de los pechos de Liz presionó
contra su centro, enviando una deliciosa oleada a través de su cuerpo.

—Muévete un poquito hacia arriba —gruñó, empujando a Liz hacia arriba—. Eso
es, así está mejor —lanzó una sonrisa voraz a la mujer más pequeña—. No
querrás que me distraiga ¿verdad?

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Desde luego que no.

—Muy bien.... —Jude pasó una mano por su pelo desordenado—. Después de
la.... —vaciló brevemente—. Después de la muerte de Jason....fue como si el
mundo se hubiera vuelto del revés. Ría estaba destrozada....Jessie, su hija, era
demasiado joven para entender...

—¿Y tú?

—¿Qué pasa conmigo? —preguntó Jude sombríamente.

—Bueno, supongo que tú no estarías mucho mejor de lo que estaba María.

—Yo le había matado…. —replicó Jude incrédula—. Yo no tenía derecho a sentir


absolutamente nada —añadió más suavemente.

—Podríamos discutir sobre eso, pero no creo que hiciera ningún bien —Liz lanzó
una mirada airada a su novia.

—¿Quieres oír esto o no?

—Lo siento....continúa.

—Tuve un montón de tiempo para pensar después del tiroteo, a causa del modo
en que le cerraron la boca a todo el mundo y me mantuvieron alejada de
cualquiera que pudiera tener algunas respuestas. Y cuanto más tiempo pasaba
sola, más me daba cuenta de que alguien había vendido a Jase. Quiero decir, los
servicios de inteligencia de Rico no eran tan buenos. E incluso si lo hubieran
sido, me habrían encontrado a mí muchísimo antes que a Jason. Estaba allí sola
precisamente para evitar que algo como eso sucediera —Jude suspiró
pesadamente—. Pero ocurrió de todas maneras.

—¿Podría alguien haber estado utilizando a Jason para intentar forzarte a


estropear tu propia cobertura? ¿Para hacerte sacrificar la operación? —preguntó
Liz, su mente zumbaba con todos esos detalles.

Jude miró a su novia, claramente sorprendida por el incisivo pensamiento de Liz.

—Lo pensé —dijo despacio—. Es posible que Rico tuviera a alguien dentro....pero
no habría tenido ningún sentido que esperaran un año y medio antes de actuar
—se encogió de hombros—. Pero tampoco esto tenía ni pies ni cabeza.

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—¿Y si simplemente alguien quería librarse de Jason? Puede que hubiera
descubierto algo —los pensamientos de Liz iban a toda velocidad. Ahora estaba
pensando en voz alta, reflexionando sobre las distintas posibilidades de la misma
forma que lo hacía cuando consideraba todos los ángulos de una historia. Había
varias cuestiones obvias que le venían a la mente, la primera de las cuales era
qué ganaría alguien si Jason moría. Quizá quien estaba detrás de todo esto
estaba intentando librarse de ambos agentes. Ciertamente tenía sentido si
estuvieran trabajando para Rico.

—Para ser una novelista romántica, desde luego que sabes qué preguntas hacer
—comentó Jude, estudiando intensamente el rostro de su amante como si
estuviera leyendo los pensamientos tumultuosos de la reportera.

Liz cambió de postura, incómoda, consciente de que el terreno que pisaba se


estaba deshaciendo rápidamente bajo sus pies.

—Demasiados episodios de Miami Vice, supongo.

—Ya.... —Jude frunció los labios, entrecerrando los ojos suspicaz—. Da


igual....Yo me hice las mismas preguntas. El problema fue que nunca pude
encontrar ninguna respuesta. La Agencia me sacó de allí y me colocó en una
especie de ―baja psicológica de duración indeterminada‖. Ni siquiera se investigó
el tiroteo. Fue como si quisieran empaquetarlo todo y sacárselo de encima cuanto
antes. Estábamos a esto de pillar a Rico —mantuvo el índice y el pulgar
firmemente juntos para mostrárselo—. Y lo dejaron escapar.

—¿Fue entonces cuando empezaste a sospechar seriamente que había alguien


dentro?

—Más o menos.

—¿Y qué paso?

—No regresé de esa baja —contestó Jude con gravedad.

Pasó las horas siguientes con la crónica de su inmersión final en la oscuridad,


hablando de sus concienzudos esfuerzos para levantar un imperio ilícito que
rivalizara con el de Massala y burlar a cada momento a La Agencia que la había
traicionado.

La reportera escuchaba apabullada, todos los fragmentos rotos de la mujer que


empezaba a amar se le mostraban con firmeza para que los examinara. Aunque

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
el tono de Jude era monótono y uniforme, Liz podía ver claramente la angustia
que anidaba tras la mirada azul. Se moría por arrastrase dentro de ella e
intentar curar desde dentro las heridas y cicatrices del alma temblorosa de Jude.
Se deslizó un poco más hacia arriba por el cuerpo de Jude, apoyando los brazos
en el firme colchón y acunó la cabeza oscura entre sus manos.

—Lo siento tanto —murmuró, presionando los labios contra la frente de Jude.

Un llanto estrangulado quedó atrapado en la garganta de Jude. Tanta ternura


era algo casi insoportable, y el animal que todavía permanecía en lo profundo de
su ser, luchaba por liberarse. Empujó ciegamente la forma doraba que se
descansaba sobre ella.

—¿Qué es lo que sientes? —preguntó con dureza— ¿El haberte metido en la


cama con un monstruo?

—Detén eso —Liz agarró la cabeza de Jude con fuerza—. Tú no eres ningún
monstruo.

—He actuado tantas veces y durante tantos años como uno como para pensar
que no.

—¿Es por eso por lo que hiciste todo esto? —exigió saber Liz— ¿Por que es más
fácil creer lo que todo el mundo te ha dicho, desde tu madre y los jodidos curas,
hasta la gente como Kent que se supone que son tus amigos? —hizo una pausa e
inspiró profundamente mientras Jude la observaba en silencio con una
expresión de sorpresa. La pequeña mujer golpeó con los dedos un lado de la
cabeza de su novia. —Ojalá pudiera llegar tras esos ojitos azules y ver qué es lo
que te ha jodido tanto. Porqué es más fácil para ti matar que amar —se encogió
de hombros, dejando caer la mirada en el vibrante blanco de la sábana arrugada
a su lado—. Pero no puedo. Jason no pudo. Nadie puede hacer que creas que tu
vida merece la pena vivirse bien excepto tú.

Las palabras fueron dichas suavemente, casi inaudiblemente cuando Jude


contestó:

—Lo estoy intentando. Pero, Elizabeth, es tan duro. Es como si todo dentro de mí
luchara contra ello —se tropezó con sus propias palabras, sus ojos se negaban a
encontrarse con los de la reportera—. He intentado cambiar....

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—¿Por qué? —preguntó Liz dulcemente. Jude la miró sorprendida, casi como si
hubiera olvidado que la otra mujer se encontraba allí—. ¿Por qué decidiste que
tenías que cambiar?

Jude hizo una pausa e inspiró profundamente, intentando concentrarse en lo


que Liz quería saber. Finalmente, comenzó vacilante.

—Se suponía que matar a Rico Massala acabaría con toda la historia. Me había
apoderado de la mayoría de sus negocios....golpeando duro a La Agencia
mientras tanto....y Rico no estaba en posición de regatear. Cuando me pidió una
entrevista, accedí. Por supuesto que esperaba que intentase una emboscada, así
que yo preparé otra —cerró los ojos recordando—. En cuanto le metí una bala en
la cabeza, supuse que sus hombres saldrían de donde quiera que estuviesen
metidos. Y lo hicieron....pero fue con las manos en alto rindiéndose. Mis
muchachos los reventaron a todos antes de que nadie pudiera saber con certeza
qué estaba pasando.

—Tú esperabas que te mataran —expuso rotundamente Liz.

—Básicamente sí....y cuando eso no ocurrió....me sentí perdida —Jude miró


impotente a la pequeña mujer—. Se suponía que matarlo iba a hacer que me
sintiera mejor, ¡maldita sea! —gruñó en voz baja, casi para sí misma.

—¿Hizo que te sintieras mejor el joder a La Agencia? —preguntó Liz.

Jude se encogió de hombros.

—No, la verdad.

—Entonces ¿por qué creíste que matar a Massala sí?

Jude rió sin ganas.

—Algo tenía que hacerme sentir mejor.

—Pero matar a Massala no lo fue.

—Tal y como lo descubrí. Y por una vez en mi vida no tenía un plan de apoyo.

—Y ¿qué hiciste?

—Bueno... las cosas estaban algo....revueltas en Miami. Con el Cártel enviando


tras de mí a asesinos profesionales cada siete minutos y toda la policía del
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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
condado arrastrándose por la escena criminal....La Agencia no es estúpida,
sabían que yo era responsable, pero no iban a mandar a nadie por mí hasta que
estuvieran seguros de tener aunque fuera una sola oportunidad de atraparme.
Sasha y yo pensamos que lo mejor sería que me tomara unas pequeñas....
vacaciones....hasta que todo se enfriara un poco.

—¿Sasha estaba contigo por aquel entonces?

Jude puso una sonrisa felina.

—Ella fue una de las primeras cosas que le robé a Rico—. Liz solo asintió, no
estando segura de qué le inquietaba más: la continua presencia de la enigmática
asistente con sus poco claras atribuciones, o la referencia despreocupada de
Jude a su ex–amante como una ―cosa‖ que uno se puede llevar como botín de
guerra. Liz se guardó esos incómodos pensamientos para hacer su siguiente
pregunta—. ¿Dónde fuiste?

—La mayoría de los cárteles operaban desde Colombia porque el gobierno allí se
mostraba más.... en mejor disposición....hacia actividades como las de Rico.
Como las mías.

Liz asintió.

—Allí era donde actuaba el Cártel de Medellín hasta que el gobierno colombiano
lo eliminó.

—Exacto....con algo más que un poco de presión de La Agencia. Por supuesto, el


de Cali ocupó inmediatamente su lugar.

—¿Tengo que preguntar dónde encajas tú en todo esto?

—Yo era la nueva —se encogió de hombros—. Así que fui a presentarme....y a
presentar mis respetos —sus ojos azules se volvieron distantes cuando sus
pensamientos retrocedieron sobre los años pasados—. Y así es como acabé en
Cartagena de Indias.

* * * * * * * * *
Colombia parecía tener dos tipos de tiempo: caluroso y más caluroso que el
infierno. Incluso la legendaria frialdad de Jude había acabado hecha pedazos a
causa de la letal combinación entre el clima y los lugareños con los que había
tenido que tratar desde su llegada. A lo largo de las últimas semanas había

262
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
estado saltando desde Bogotá a Cali, a Buena Ventura, a Medellín... y
francamente, ya había tenido más que suficiente con las generosas raciones de
machismo servidas en cada reunión. Totalmente desacostumbrada a ser
desestimada, Jude se había encontrado sin saber qué hacer. Como último recurso
había seducido a la amante de uno de los altos lugartenientes del Cártel de Cali.
Pensó que eso, o bien le ganaría un lugar en la mesa o una bala en la cabeza. En
su estado mental, la verdad es que no le importaba mucho en cual de las dos
cosas resultaría. En cualquier caso, no podrían ignorarla por más tiempo.

Por extraño que pareciera, lo que consiguió fue un respeto concedido a


regañadientes por el resto de los hombres. Después de esto ya no podían
catalogarla como una Madonna o como una puta.... y aunque no le importaba
particularmente cómo la llamasen a sus espaldas....le permitió un cierto espacio de
maniobra.

Llegó a Cartagena exhausta y cabreada, ansiosa por regresar a los Estados


Unidos, pero sin poder hacerlo a consecuencia de que la investigación sobre La
Masacre aún continuaba. Sasha le había dicho que esperase por lo menos una
semana más y le había proporcionado algunos contactos. La vieja ciudad era la
más “turística” de todos sus destinos en Colombia (suponiendo que en este país
dejado de la mano de Dios algo se pudiera considerar hospitalario), y esperaba
fervientemente que eso significara que podría pasear por la calle sin que ningún
ladronzuelo fuera pisándole los talones. Claro que con la suerte que tenía
últimamente, lo que significaría sería que ese problema aquí sería peor que en
ninguna otra parte.

Se registró en el hotel Santa Clara, escuchando ausente la letanía del botones


sobre la historia del hotel como antiguo convento. “Bastante apropiado” soltó para
sí misma con cinismo, pensando que las posibilidades de disfrutar de algún tipo
de compañía….femenina....durante el resto de su estancia eran muy pocas.
Seducir a Mariana había sido cosa de negocios, no placer, y hacía mucho tiempo
desde que había disfrutado de los talentos únicos de Sasha. Diferentes imágenes
de la forma desnuda de su asistente estremeciéndose debajo de ella, pasaron a
toda velocidad a través de su mente durante la interminable conferencia sobre
Santa Clara de Asís. A punto de acabársele la paciencia, interrumpió al empleado.
“Me....importa....una....mierda....” dijo despacio y con claridad, dando tiempo a la
incompleta comprensión del inglés del muchacho para que descifrara el
significado. “Ahora, lárgate” añadió, presionando un billete de 20 dólares
americanos en su mano.

El chico se marchó dejando sola a Jude con sus reflexiones.

263
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
La habitación estaba decorada en el estilo que Jude empezaba a considerar el
„obligatorio estilo cuenca del diseño Amazona‟. Que suponía paredes blancas,
ventiladores de techo que no dejaban de zumbar y que casi ni movían el aire
quieto, y redes anti-mosquito atadas en los cuatro postes de la cama. “Al menos
este sitio tiene agua corriente y limpia” apreció, abriendo la ducha y quitándose la
polvorienta ropa de viaje.

Una fría y larga ducha después, Jude se sentía algo más humana mientras se
abotonaba la camisa y la remetía dentro de unos amplios pantalones cortos. “¡Qué
demonios!” murmuró, haciéndose una gruesa trenza. “Soy una turista ¿no?
Entonces debo parecerlo”.

Descendió la escalera en curva hasta el bar en el piso de abajo, necesitando


urgentemente una copa. Por costumbre, examinó la habitación con inquietud,
tomando nota de la disposición de los muebles, de las salidas y de los potenciales
alborotadores. Mucho antes ya había descubierto que en este país horrible muchos
hombres pensaban que una mujer sola en un bar tenía que ser como mínimo una
mujer ligera de virtudes, o si no una auténtica puta. La habían llamado puta más
veces en las tres últimas semanas de lo que se lo habían llamado en toda su vida,
que ya era bastante. Sus pretendientes solo desistían después de que ella les
mostrara de forma creativa su deseo de que la dejaran en paz. Había una cadena
de hombres en cada ciudad que había visitado, a los que había dejado un increíble
despliegue de huesos rotos como evidencia de su irritación.

Y por eso fue que la mujer que se sentaba en el rincón llamó inmediatamente la
atención de Jude.

No fue únicamente que estuviera sola, sino que nadie la molestara. Esta mujer
parecía sangrar luz solar a través de cada poro de su piel bronceada y su pelo
rubio casi blanco. Llevaba un vestido de color claro sin mangas que se ceñía sobre
cada curva musculada y definida de su cuerpo y exponía una buena cantidad de
un estilizado muslo en el punto en el que sus piernas se cruzaban. Un vaso de algo
incoloro se encontraba frente a ella, y parecía transportada por la vista de los
jardines con su estallido de flores que ofrecían el único colorido del terreno.

Antes de darse cuenta, Jude se encontró deslizándose en la mesa que se


encontraba justo enfrente de la desconocida, haciendo una seña distraída a la
camarera para que viniera a tomarle nota.

264
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
“Un montón de hombres han intentado sentarse ahí” murmuró suavemente la
desconocida. Tenía un acento perfecto de colegio privado británico, y el nítido
inglés cayó en los oídos hambrientos de Jude como maná del cielo.

Jude frunció las cejas burlona. “¿Esa no es una frase de una película?” preguntó
sin pensar.

Eso le ganó el esbozo de una sonrisa de porcelana mientras la extraña la


observaba con calma. De cerca, Jude pudo ver que tenía unos ojos claros, casi sin
color que parecían absorber la luz de sol que se ocultaba y devolverla directamente
hacia Jude, que se esforzaba por resistir su brillo.

La camarera se acercó, mirando a Jude con expectación.

“Bourbon” dijo, esperando que tuvieran. Tequila parecía ser lo único que servían en
la mayoría de los sitios. Para su sorpresa, la camarera asintió y miró brevemente a
la rubia. “¿Usted quiere algo?” preguntó.

“Un Martini, por favor” replicó la desconocida, levantando su copa.

Una vez tomada nota, dejó a las dos mujeres solas de nuevo.

Jude arqueó una ceja ante la expresión pensativa en el rostro de la extraña.


“¿Qué? preguntó.

“¿Sabes?....Creo que tienes razón. Es una frase de una película. Pero no consigo
acordarme de cual por mucho que lo intento. Sin embargo, recuerdo que el hombre
al que nuestra heroína deja sentarse no tenía demasiadas buenas intenciones”.

“Puede que simplemente me alegre de estar hablando con alguien que no


chapurrea la jerga esa de república bananera que la gente de aquí acepta como
inglés”.

“No” objetó la desconocida. “Pareces muchas cosas, pero una inocente no es una
de ellas” expuso con rotundidad.

“¿Oh?” Jude estaba intrigada. “¿Entonces qué parezco?”

“Una pirata”.

Jude rió ante esa descripción tan apropiada. “¿Y qué se supone que eres tú? ¿Una
damisela en apuros?” bromeó.

265
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
“No por Dios” la rubia desechó la posibilidad con un gesto de la mano y terminó su
bebida.” Piensa en mí como... una heredera renegada en una misión suicida de
libertinaje”.

Jude estudió la elegante forma frente a ella. Esto podía ser divertido.

“Eso es un bocado endemoniado ¿Hay algo más corto que pueda llamarte?” dijo
arrastrando las palabras.

Una risa gutural la recompensó, los flecos de esa risa acariciaron el cabello de la
nuca de Jude.

“Puedes llamarme Keir” ofreció su nombre de forma regia. “Diminutivo de


Keirnan”.

“Keir....” murmuró Jude, disfrutando de la sensación del nombre sobre su lengua.

“¿Y qué hay de ti, pirata mía? ¿Qué alias utilizas para escapar de la atención de
nuestras maravillosas autoridades locales?”

“No causo una muy buena primera impresión ¿verdad?” bromeó Jude con
facilidad. “Ya me estás acusando de cometer fechorías”.

“Reconozco a un depredador en cuanto lo veo”.

La mujer sombría hizo una inclinación de cabeza en silenciosos reconocimiento. “Mi


nombre es Jude” dijo.

“¿Diminutivo de....?”

“Solo Jude”.

Keir rió sombría. “¿Hay alguna razón por la que te pusieran el nombre del Santo
Patrón de las Causas Desesperadas? ¿O se trata solo de una deliciosa ironía
debido a mi situación?” Viendo la ceja fruncida de Jude se apresuró a explicarse.
“Aquí estoy yo, sentada sola en un bar.... enfrentada a la terrible realidad de que
tendré que pasar esta noche recibiendo proposiciones sin fin de los lugareños y de
los turistas. Y sin ningún alivio a la vista”.

“Siempre puedes regresar a casa” comentó Jude secamente.

“¿Y qué gracia tendría eso?” Keir desestimó la cuestión poniendo los ojos en blanco
un momento. “Por lo menos aquí existe la posibilidad de que pase algo interesante”
266
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Keir hizo un chasquido con los dedos. “Y ¡voilà! Aquí estás. Se acabaron las
proposiciones aburridas”.

“¿Cómo sabes que yo no te voy a hacer proposiciones?”

“Oh, espero fervientemente que me las hagas. Sería un bonito cambio de ritmo
después de todos esos hombres sudorosos” Keir lanzó una sonrisa maliciosa en su
dirección. “Y por lo menos, tú dejarás que pase un decente intervalo de tiempo”.

“Ya veo”.

“¿Tú?” Keir inclinó la cabeza hacia un lado, mirando con seriedad a su nueva
acompañante. “¿Tú quieres salir de aquí? Hay algo de tiempo antes de que se
ponga el sol... Podría enseñarte los lugares de interés. Los pocos que hay”.

“Muestra el camino”.

* * * * * * * * *
El sol se hundía en el horizonte manteniendo hasta el último momento los largos
tentáculos de luz que se estiraban hacia las dos mujeres que paseaban por las
murallas de la ciudad. Cartagena era una ciudad que llevaba sus cicatrices con
orgullo; su gente la bautizó con el nombre de „La Heroica‟ durante la lucha por
liberarse del dominio español. Los turistas todavía vagabundeaban por las calles
libremente, la luz les garantizaba el movimiento de un modo imposible una vez
cayera la oscuridad. De todas las ciudades por las que Jude había pasado
recientemente, Cartagena era la que había conseguido una paz más estable entre
sus mundos diurnos y nocturnos. Puede que las alimañas se mantuvieran
relativamente escondidas durante la luz del día porque los cruceros hacían de la
ciudad una de sus escalas; o puede que la vista del mar suavizara sus impulsos
más violentos. Cualquiera que fuera la razón, Jude estaba agradecida. Quería
disfrutar de la compañía de la criatura derrochadora de elegancia que se
encontraba a su lado. Aún así, sus sentidos eran dolorosamente conscientes de
las miradas depredadoras que recorrían su cuerpo mientras caminaba.

“Una sucesión de bastiones recorrían el frente del océano reforzados por dos
fuertes más grandes: uno llamado San Fernando y el otro San José. Cartagena
tenía cierto problema con los piratas por aquel entonces” Keir lanzó un amplia
sonrisa a su sombría acompañante. “Así que sobre 1580 el rey de España ordenó
a un ingeniero militar llamado Antonelli que fortificase la ciudad” indicó una torre
en ruinas que se erguía sobre las calles y dominaba el océano. “Esa gran torre de

267
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
allí era el punto principal de defensa. Se llama San Felipe de Barajas. La
destruyeron cuatro veces....y la reconstruyeron cada vez. Dicen que los fantasmas
de los soldados muertos rondan los restos, todavía guardando la ciudad. Me
pregunto qué les parecerá Cartagena ahora”.

Jude había pasado las últimas horas simplemente escuchando el musical batir de
la voz de Keir, y observando sin perder detalle el ligero, fascinante balanceo de
sus caderas. No le estaba prestando especial atención a la historia de la ciudad
por cuyas calles paseaban ahora. La rubia era casi tan alta como la propia Jude,
pero con una envergadura mucho menor. A Jude le recordaba a los estilizados
galgos de carreras que había visto en Miami, con esos perfiles nobles y esa
impresionante gracia y velocidad. Aunque tenía la mente ocupada cavilando en
cual sería el sabor de la mujer a su lado, contestó distraída. “Probablemente se
preguntarían qué demonios es lo que ha pasado aquí”.

Keir negó con la cabeza pensativa. “No sé porqué pero lo dudo....Quiero decir, ¿de
verdad crees que la naturaleza humana ha cambiado tanto en los cuatro últimos
siglos? Los soldados siguen siendo soldados....” indicó con un gesto de la cabeza
el uniforme de aspecto militar de un policía local cercano. “Y los piratas siguen
siendo piratas” finalizó mirando a Jude directamente. Esa fría mirada estaba llena
de reconocimiento mientras recorría de arriba abajo el poderoso cuerpo de la mujer
oscura, y de pronto Jude se dio cuenta de que no era la única indiferente en el
ligero intercambio que iba y venía entre ellas.

Deseando perversamente que la rubia hiciera el primer movimiento, Jude ignoró la


mirada y comentó, “pareces saber mucho sobre la ciudad”.

Arqueando una ceja que, de manera inquietante, era el reflejo pálido de la misma
ceja oscura de Jude, Keir frunció los labios ligeramente y continuó con su
narración. “Llevo aquí algunas semanas, disfrutando del paisaje. Me he quedado
con algo del par de excursiones en grupo que he terminado haciendo por puro
aburrimiento”, admitió. “He descubierto que estas excursiones son mucho más
divertidas cuando te has bebido un martini o seis de antemano”.

“No es que Colombia ocupe uno de los lugares más altos en la lista de sitios de
vacaciones más acogedores”.

“Soy un alma libre... buscando aventuras” proclamó Keir con un dramático


movimiento de brazos. Caminó con la casual seguridad de alguien que ya se ha
enfrentado a una situación donde ni su dinero ni su encanto sirvieron para
eliminar un momento desagradable.

268
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Jude se permitió un pequeña sonrisa, disfrutando con la carismática presencia de
la mujer.

“En estos casos te dicen que te unas al ejército. Ya sabes....no es solo trabajo, es
aventura”.

“No, por Dios... Dudo que el ejército admitiera a alguien como yo” rió, con una
mirada alegre. “De hecho, me he escapado de un crucero. Salté aquí cuando
hicimos escala. Y he estado dando vueltas por ahí, absorbiendo el color local. Unos
amigos míos tienen un sitio en una de las Islas del Rosario, y me han permitido
requisar su balandro para ir y venir cuando quiera mientras estoy por aquí. Es una
pequeña embarcación de unos diez metros que está ahí amarrada en el puerto”.
Sus miradas se encontraron de nuevo, esta vez durante más tiempo, más
intensas, y Jude sintió en sus venas encenderse una chispa de anticipación. No
había confusión posible en sus propósitos. “¿Por qué no vienes a la isla conmigo?”
murmuró la rubia sensualmente. “No tardaremos mucho. Si nos vamos ahora
mismo, podemos estar allí antes de que el sol se ponga del todo”.

Una sonrisa perezosa creció sobre los rasgos de Jude. “Tendría que ir a mi
habitación antes. Porque si no, no tendría nada que ponerme”.

“Créeme, cielo... no vas a necesitar nada”.

* * * * * * * * *
Jude no recordaba cómo había empezado todo....había ayudado a Keir a soltar
amarras y a izar la vela principal....después se había dirigido hacia la pequeña
proa de la nave, disfrutando de la brisa marina sobre su rostro. Había unas
cuantas embarcaciones en el agua, barcos de recreo como ese, transportando a
sus ricos propietarios desde y hacia la costa y lejos de los peligros de los
moradores nocturnos de Cartagena, y hacia la seguridad de sus islas.

No supo cómo....Keir estaba allí....detrás de ella, unos brazos esbeltos rodeándola


y exigiendo que su camisa desapareciera de sus hombros. Los pantalones cortos
cayeron de sus caderas y los zapatos fueron echados un lado. Por un instante a
Jude se le ocurrió protestar por la relativa proximidad a otras embarcaciones, pero
fue obligada a volverse en los brazos de la rubia, y unos labios rojos se
encontraron con los suyos con precisión certera.

El vestido blanco cayó, ya innecesario mientras se deslizaban hacia la fría


suavidad de la cubierta de teca, y unas pocas gotas de agua empañaban su piel

269
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
desnuda. Su aroma era exótico para Jude....como el de alguna flor salvaje de la
selva cuyo nombre nunca sabría. Jude se enterró profundamente dentro de Keir,
arrancando su deseo en desgarrados gemidos de pasión, adorando la sensación
de esas largas piernas cayendo sobre sus hombros. Una y otra vez Jude se movió
dentro de ella....fuerte, rápido, despacio, ansiosa....hasta que por fin se separaron,
yaciendo boca arriba y contemplando al cielo que acababa de aparecer.

“Oh....madre mía....” Keir musitó, girando la cabeza hacia un lado para mirar a su
nueva amante. “Ha sido....increíble”. Pasó una mano temblorosa por el esfuerzo
sobre el cuerpo finamente musculado de Jude. El olor a sudor, sexo y calor
impregnaba sus pieles....y Jude no se parecía a nada tanto como a un gato
salvaje, saciado y lleno tras la caza. “Joder….” rió Keir con inseguridad. Tenía que
haber probado esto mucho antes” sus ojos se desviaron apreciativos hacia su
compañera.

Un ojo azul apareció dertás de un párpado cerrado. “¿A qué te refieres con antes?”
el otro iris se unió a su gemelo. “Nos hemos conocido hace apenas unas horas”
esbozó una sonrisita.

“No me refiero a nosotras, cielo. Me refiero a esta historia de las mujeres....Aunque


diría que no habría sido tan divertido con otra persona”.

Jude frunció una ceja. “¿Quieres decir que nunca antes te habías acostado con
una mujer?”

“Bueno....tuve los típicos revolcones cuando me quedaba a dormir en casa de mis


amigas cuando era adolescente, pero la verdad… En el momento en el que fui lo
suficientemente mayor como para contemplar seriamente la posibilidad, todas las
mujeres de este bando estaban demasiado estereotipadas. Capitanas del equipo
de hockey sobre hierba, todas ellas. ¿Sabes a lo que me refiero?” soltó una
pequeña carcajada. “Así que me saqué la idea de la cabeza”.

“Y ¿encontrarte conmigo te la devolvió?” Jude se levantó, apoyándose sobre un


codo para poder ver mejor a la mujer cuyo cuerpo acababa de someter.

“Confieso que esta tarde ya tenía un pequeño calentón, pero en el momento en el


que te vi….” una sonrisa erótica se abrió paso en sus rasgos aristocráticos, “decidí
que tenía que tenerte”.

“Eso es bastante....imperial....por tu parte” murmuró Jude, inclinándose para rozar


con sus labios la carne suave del cuello de Keir.

270
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
“¿Te sientes colonizada, cielo?” rió Keir encantada. El cálido y sonoro eco alcanzó
y se acurrucó entre las piernas de Jude.”—Créeme, no tengo intención de cambiar
ni lo más mínimo de tus gloriosas tendencias primitivas”.

“No creo que nos tengamos que preocupar por eso” contestó displicente. Los
sentidos de Jude se hallaban unidos con el olor de la mujer sobre sus manos, el
sabor del sexo en su boca, y los ecos moribundos de los gemidos desgarrados de
Keir que todavía resonaban en sus oídos. Deslizó los dedos a través de la línea
elegante de la cadera de Keir. “Ven aquí” ordenó, mientras sus dedos se hundían
en la piel que encontraron y arrastrando a la otra mujer hacia ella.

Y las estrellas dibujaron espirales aún más alto dejando escapar unas manos
extendidas, para que pudieran alcanzar lo más profundo del deseo, y que
amenazaban con sacudir hasta arrancar de sus nichos en el cielo nocturno a todas
las luces del Cielo.

* * * * * * * * *
“¿Qué te ha traído a Colombia?” la pregunta fue hecha sobre un desayuno a base
de pomelo amargo y piel dulce.

“Negocios” contestó Jude, prefiriendo lo último entre las dos opciones posibles.
Renunciando completamente al pomelo, su boca cubrió con voracidad un pezón
erecto. Un gruñido de satisfacción retumbó en su garganta mientras saboreaba su
tersura en la lengua.

“Colombia....no....tiene....industria….” gimió Keir, “con excepción de la


agricultura....y....” hundió las manos en el pelo de Jude, alejándola de la tarea que
se había impuesto y forzándola a mirarla directamente a sus ojos claros,
coloreados de gris por el sol que empezaba a salir. Una sonrisa triste se curvó en el
rostro de la rubia. “Así que de verdad eres un pirata”.

Jude se apartó de la piel seductora de Keir. “¿En realidad te importa?” la incitó.

“La verdad es que no” contestó Keir sin mucho problema y mirando a la otra mujer
de nuevo. “Pero eso da respuesta a ciertas... sensaciones que tenía sobre ti”.

“¿Cómo cuáles?”

“Parecías demasiado….deliciosamente amenazadora....para ser alguien corriente”.

“Tienes una imaginación muy viva”.

271
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
“La tengo” Keir estuvo de acuerdo, “pero esa no es la cuestión. La manera en que
te mueves.... Hueles bastante a violencia….” una caricia suave recorrió un lado del
rostro de Jude. Y a sexo....y ahora que lo pienso....prácticamente cualquier pecado
que pudiera nombrar, podrías inspirármelo. Eres la imagen perfecta de la
transgresión” murmuró.

La voz tenía mucho de eco de las condenas que había recibido de niña.

“Según los curas, incluso el hecho de que respirara era un pecado” gruñó Jude,
bastante incapaz todavía de suprimir la rabia hacia el hombre de la sotana negra
que maldijo su alma incluso mucho antes de que naciera.

“¿Algún problema con la Iglesia?” Keir aprovechó el extraño giro que estaba
tomando la conversación.

Los ojos de Jude palidecieron con frialdad al recordar. “No es que me sirva para
mucho. Eso es todo” replicó sin más detalles.

“Eso es bastante raro....considerando lo que llevas alrededor del cuello” unos


largos dedos bajaron para capturar el frío medallón que colgaba entre los pechos
desnudos de Jude. “Cristóbal….guardián de los viajeros y un santo al que
apartaron del sacerdocio....” frunció los labios. “O ¿es por eso por lo que lo llevas?
¿Camaradas en el exilio?”

Jason le había regalado el medallón en su último encuentro, antes de que la


pesadilla comenzara. Temiendo por los restos ennegrecidos de su alma, le había
suplicado que dejara la operación. Cuando ella se negó, se quitó la cadena del
cuello y se la puso en la mano a Jude, cerrándole los dedos alrededor con fuerza.
„Entonces quédate con esto....Ya que no puedo ir contigo....Sé que puede que no
tenga mucho significado para ti, Jude, pero lo tiene para mí. Por favor….‟ Y ella
aceptó el regalo sin tener la intención de ponérselo nunca....pero aquella noche,
cuando la oscuridad la rodeaba y el amanecer estaba tan lejano que Jude podía
imaginar fácilmente que nunca la alcanzaría en su reino de sombras, se lo deslizó
alrededor del cuello dejando que el frío metal descansara sobre su piel cubriéndole
el corazón. En el caos que siguió a la muerte de Jason no se lo llegó a quitar.

“No sirvió de nada ¿verdad?”

La pregunta la trajo violentamente de vuelta a la mirada incolora de Keir. Arqueó


una ceja inquisitiva.

272
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
“Lo que fuera de lo que esto iba a protegerte, cualquiera que fueran los viajes que
hicieras....no sirvió de nada ¿verdad?”

Jude tragó saliva, sorprendida por la repentina perspicacia que la extraña parecía
poseer.

“No, no sirvió”.

Una mano cariñosa le acarició el rostro.

“Lo siento”.

Una seca sacudida de la cabeza terminó con el gesto. “Da igual”. Fue a darse la
vuelta pero la detuvieron bruscamente, de pronto encontrándose con los hombros
firmemente sujetos por unas fuertes manos.

Unos iris sin color se encontraron con el azul pálido de Jude en una mirada fija.

“Hay algo que está partiéndote por la mitad ¿verdad?” preguntó, su comprensión
desconcertando a la mujer en sus brazos.

“Déjalo ya” advirtió Jude, la fría expresión de sus ojos contradecía el tono
tranquilo de su voz.

Keir se apartó, estudiando sensualmente a la mujer letal recostada a su lado. “La


oscuridad cae ¿eh? Muy bien....” En un suave movimiento puso a Jude boca arriba,
sentándose a horcajadas sobre su delgada cintura, y presionando contra su fuerte
musculatura. “En ese caso....pasa el día conmigo. Hay una isla a la que podemos
ir....”

“No tengo ningún interés en ir pegada a un grupo de turistas” gimió Jude,


arqueando las caderas contra la resbaladiza suavidad entre las piernas de Keir.

“Cielo, lo que tengo en mente no es para nada una actividad de grupo....”

* * * * * * * * *
Condujeron el barco hasta una isla diminuta, lejos del cuerpo principal de las Islas
del Rosario, atracando en una pequeña ensenada y echando el ancla.

“Vamos a tener que nadar” dijo Keir con naturalidad, lanzándole una pequeña
bolsa estanca. “Pon la ropa aquí dentro para que no se moje”.

273
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Jude inclinó la cabeza levantando una ceja dubitativa hacia su compañera que se
estaba quitando sus propios shorts.

“No te preocupes, estamos solas. Ni siquiera los grupos de turistas han encontrado
este lugar. Otra cosa....” extendió una mano en la que sostenía lo que parecían dos
pequeñas moras, “tómate esto”.

La mujer oscura entrecerró los ojos reconociendo el peyote. “Yo no.....”

“No pruebas tu propia medicina ¿no?” se burló Keir. “Quiero que esta tarde estés
relajada. Te prometo que esta sustancia es completamente natural, y mil veces
menos letal que la mierda que tú pones en la calle”.

Los ojos de Jude palidecieron peligrosos ante el comentario, pero Keir no se echó
atrás.

“¿Me equivoco?”. Cuando Jude no contestó, sonrió triunfante. “Eso pensaba”. Llevó
el pequeño botón a la boca de Jude. “Abre”.

En silencio, Jude obedeció, permitiendo que los largos dedos de Keir fueran más
allá de sus labios y sus dientes, depositando su carga. La mujer sombría aún
podía sentir ligeramente rastros de su última sesión de sexo, y pasó la lengua a lo
largo de los dígitos que se retiraban.

“Mastica” ordenó la rubia con una sonrisita al ver a Jude torcer el gesto ante el
sabor amargo del cactus. “Yo tampoco me acostumbro al sabor” remarcó,
disponiendo del suyo de forma similar. “¿Vamos?”.

Con un elegante salto entró en el agua turquesa, emergiendo momentos después,


el agua cayendo brillante por su rostro.

“¡Venga!” hizo un gesto con el brazo. “Está deliciosa”.

Encogiéndose de hombros mentalmente, Jude metió sus propios pantalones y un


par de camisetas de Keir en la bolsa y la deslizó sobre el hombro. Estorbada por el
peso de la bolsa, su zambullida fue menos elegante que la de su compañera, pero
igual de efectiva. Dio un pequeño grito ahogado al sentir la calidez del agua, y
nadó con un solo brazo hacia la mujer que la esperaba cerca del borde del agua.

“Ha sido muy agradable” admitió, haciendo un gesto alegre a la rubia.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
“¿Verdad que sí?” sonrió Keir, pasando una mano perezosa por el torso mojado de
Jude. “Después volveremos a darnos un buen baño”.

El sol secó con rapidez los restos de humedad de sus cuerpos y pronto estuvieron
vestidas con sus pantalones cortos y camisetas.

“Bueno, y ¿a dónde vamos?” preguntó Jude, escurriendo el exceso de agua de su


pelo y esperando que no se enredase demasiado.

Keir hizo un gesto hacia un camino serpenteante a través del sorprendentemente


denso follaje.

“Tomaremos ese sendero de ahí. Es un poco cuesta arriba....pero no demasiado


terrible”.

“Adelante”.

Caminando con facilidad por el sendero, Jude examinó los alrededores


cuidadosamente. Realmente estaban completamente solas y Jude se sorprendió
sonriendo ante la exuberancia de la tierra en torno suyo. Por encima de su cabeza,
los gritos salvajes de los pájaros que la rodeaban alertaban a otras criaturas de la
invasión de las dos mujeres, y el sonido del océano en la distancia añadía ritmo a
sus pasos.

“No puedo comprender por nada del mundo porqué los tours no vienen aquí” Keir
iba diciendo mientras avanzaban. “Supongo que porque la isla es una de las más
alejadas y es diminuta. Literalmente no hay nada que ver salvo ruinas. Ni espacio
para puestos de refrescos o de postales”.

Emergieron de la penumbra a un espacio de brillante luz. Para su sorpresa, Jude


se dio cuenta de que estaban sobre una pequeña elevación en la grada más alta
de lo que parecía un anfiteatro. Piedras rotas y cuarteadas era todo lo que
quedaba de los bancos curvos que descendían por la suave inclinación hasta que
se alineaban con el suelo de tierra endurecida, algunos niveles por debajo. Dos
pilares de piedra se alzaban hasta la altura de la cabeza de Jude a cada lado del
espacio central.

“Los Chibcha que originalmente vivieron aquí, eran sobre todo artesanos. Eran
tejedores, canteros, y orfebres. Nada de guerreros....” Keir echó una mirada a
Jude, observando como pasaba la palma de la mano suavemente sobre la textura
rugosa de la piedra”. No tuvieron nada que hacer cuando los españoles llegaron.
Los europeos se llevaron el oro, destruyeron las ciudades y esclavizaron a la

275
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
gente....todo en el nombre de Dios, el rey y la patria” Keir agitó la cabeza despacio,
perdida en pensamientos sobre civilizaciones pasadas.

“¿Qué es este lugar?”

“Lo más aproximado que puedo decir es que era un lugar de culto”.

Bajo la mano de Jude, la piedra parecía bullir realmente de energía, un latido


cálido y vibrante que podía sentir comenzando a trazar una espiral en su vientre.
Separó la palma de la piedra, flexionando la mano para disipar el hormigueo que
aún permanecía.

“Esto es una iglesia ¿eh?”

“Oh no” Keir sonrió, “no adoraban las cosas que no podían ver. Sus dioses eran la
tierra y el cielo, lo que les rodeaba”. Observando cómo los dedos de Jude trazaban
los desvaídos relieves en el pilar que había junto a ella, añadió: “se dice que las
piedras les hablaban”.

Jude arqueó una ceja.

“Bueno, si se colocaban con la misma mierda que me acabas de dar, me lo creo”.

“No utilizaban alucinógenos. Solo sus ojos y sus manos” replicó Keir. “Venga,
vamos....”

Mientras Keir la guiaba hacia abajo por la pendiente y a través del suelo de tierra,
los sentidos de Jude saltaron en un estallido de conciencia. Su piel absorbía la luz
que se derramaba desde el cielo, enviando olas de calor que empapaban sus
músculos. Las flores dejaban caer sus exóticos aromas desde los arbustos
cercanos, haciéndola recordar la esencia dulce de la mujer que iba junto a ella. El
pelo de Keir brillaba translúcido en el fulgor que las rodeaba. Los ojos de Jude se
oscurecieron, vibraron y sintieron el calor de la energía que danzaba en su interior
convirtiéndose en llameante vida.

Ahora era una llama....subiendo en círculos desde su vientre, rodeando los restos
irregulares de un alma que ella creía muerta. Se envolvió alrededor del músculo de
su corazón, estrujando dolorosamente hasta que cada respiración se volvió un
recuerdo de su mortalidad. Podía oírlo estallando y rugiendo en las cavernas
detrás de sus ojos.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Tanto calor....todo era tan insoportablemente caluroso....el sudor corría por su
rostro....y se encontraban en un recinto de piedra, las paredes impedían la entrada
a la luminosa luz del sol, pero aún así brillaba en los ojos de Keir. Ahora las
llamas las rodeaban a ambas, enroscándose con familiaridad a lo largo de las
caderas de la mujer rubia, alcanzando con sus lenguas a acariciar la piel de Jude,
brillante por el sudor. Y después la carne sobre la carne....la piedra
sorprendentemente fría bajo su espalda mientras la llama se extendía por todo su
cuerpo....un dolor agarrotándola con su cruda demanda. Una boca, una mano, una
llama....presionando dentro de ella... sofocando el fuego... pero aún ardía más....
“Más....” Una voz, la suya, desgarrada de necesidad....ronca de gemir....¿Había
gritado?.... La llama....la mujer....ahora convertidas en una.... entrando en ella con
fuerza, alimentando el fuego hasta que se derramó entre sus
piernas….estremeciéndose en un clímax con un grito desgarrador....humedad,
sudor.... ¿lágrimas?....manando de sus ojos. Entonces….

Silencio.

Si los hombres no se hubieran detenido a contemplar el espectáculo, si no hubieran


convertido el placer de las mujeres en el suyo propio, su misión habría resultado
un éxito con bastante facilidad. Dos balas. Dos cuerpos. Una espléndida
recompensa para los miembros restantes del Cártel. Los planes mejor trazados...

La primera bala dio en el blanco, silenciando los suspiros de placer de Keir y


destrozando su cráneo contra el torso de Jude. Un grito estrangulado desgarró la
garganta de Jude cuando su cuerpo reconoció la amenaza, incluso cuando su
mente luchaba por reconstruir la realidad. En seguida estuvo de pie y moviéndose,
lanzando el cuerpo de Keir en dirección a sus atacantes. Con intención de ser un
disparo mortal, la bala pasó junto a su cuello cuando se giraba para evitarla,
sangre y fuego surgieron de la herida. Los hombres se separaron y comenzaron a
perseguirla a través del laberinto del recinto de piedra. Jude se escondió bajo un
nicho ennegrecido cuando uno de los asaltantes pasaba cerca. Estuvo encima de
él mucho antes de que se diera cuenta. Un salvaje ¡crack! que hizo eco a través de
todo el corredor cuando ella le rompió el cuello. Jude tomó su arma.

Las tornas habían cambiado.

“¿Luis?”. El otro hombre. Obviamente había oído el sonido del cuello al romperse y
se movía en su dirección. “¿La tienes?”

La llama la consumía....rabia....odio....ira.... ¿por qué? Otra muerte en sus manos,


otro inocente destrozado por su contacto. Los ojos de Keir ni siquiera habían

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
llegado a reflejar lo que estaba pasando. Toda una vida destrozada en un
momento de placer. La bilis subió por la garganta de Jude, estrangulándola. Se
mantuvo en las sombras, ahogándose en la locura que la había consumido
durante esos últimos años.

Y la llama siguió ardiendo....dejando a su paso las ruinas abrasadas del alma de


Jude....

El arma encajaba tan perfectamente en su mano, el metal frío al


tacto….reafirmándola en el infierno líquido que la rodeaba. Su asaltante avanzó
hacia ella, su silueta claramente visible, iluminada a contraluz por la llama. Se
deslizó aún más dentro de las sombras....golpeando una roca deliberadamente
para atraerle.

“¿Luis?” su tono era más alto, mostrando más incertidumbre cuando el silencio que
no prometía nada bueno se fue haciendo cada vez más denso.

Su contorno era perfectamente visible para los ojos ardientes de Jude. Sacó el
arma....él tuvo que oír el suave click del percutor....pero demasiado tarde. La bala
dio en el blanco, destrozándole el lóbulo frontal. Su última visión fue una aparición
sanguinolenta cerniéndose sobre él, un demonio que acababa de llegar para
escoltarle hasta el infierno.

* * * * * * * * *
—¿La amabas?

Jude miró fijamente a los ojos verdes de la mujer que ahora sostenía su alma y
sonrió con dulzura.

—No —replicó—, sólo era alguien....con quien pasar el rato. Alguien que buscaba
riesgo y pensó que conmigo lo encontraría. Tenía razón —Jude agitó la cabeza—.
Pero tampoco se merecía lo que le ocurrió.

—Y eso es lo que significa esto ¿no? —Liz frotó suavemente el pequeño tatuaje en
la cadera de su amante. La marca parecía despedir calor a su tacto, como si
guardara vida propia. —La visión que tuviste cuando estabas....haciéndole el
amor. Querías que te recordara....a ella.

A Jude no le pasó desapercibida el titubeo en la voz de Liz. O la mirada


ligeramente turbada en su expresión. Envolviéndola en sus brazos con fuerza, la
colocó sobre sí misma hasta que estuvieron cara a cara.
278
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Quería un recordatorio....sí....del último inocente muerto por mis manos. Tuve
que dejarla allí, ya sabes, en el templo....o lo que fuera. Tiré los cuerpos de los
hombres al mar, tomé algo de ropa de la embarcación de Keir y me llevé el barco
de estos tipos de vuelta a la costa. Ni siquiera pude regresar a mi hotel. Me puse
en contacto con una gente que conocía Sasha y me proporcionaron papeles para
salir del país —sus ojos se nublaron con los recuerdos—. Y no dejaba de pensar
en toda la gente que había muerto por mi causa: a mis manos, por las armas y
las drogas. Estaba tan jodidamente cansada de todo ello —suspiró y se pasó una
mano temblorosa por el pelo—. Quería que todo....terminara de una vez. Se
suponía que matar a Massala iba a conseguirlo. Tuve mi venganza...Y me ahogué
en ella.

—Entonces es cuando regresaste a los Estados Unidos.

—Sí....y me enteré de que Brugetti había encontrado a su testigo, si es que se le


podía llamar así. El motivo por el que Sasha me quería fuera del país un poco
más de tiempo era porque estaba preparándole una sorpresa. La DEA se había
aliado con el fiscal del Estado de Florida. Así que con su ayuda Brugetti tenía
más que suficiente para acusarme.

—¿Así que hiciste un trato con ellos? —preguntó Liz, sorpresa en su voz—. ¿El
juicio fue una farsa?

—No, para nada —contestó Jude—. De algún modo, simplemente entregarme no


me parecía que fuera... suficiente. Sabía que nunca podría rectificar todo lo que
había hecho, pero podía intentarlo. Así que fui a Kent y a él se le ocurrió este
trato: yo entregaba al resto del Cártel Massala, pasaba todas mis operaciones a
La Agencia, y entonces podría irme tranquilamente. Brugetti se jodió cuando La
Agencia dejó de ayudarle. Perdió tres cuartas partes del caso. Además de crear
una cobertura perfecta. ¿Quién se va a creer que trabajo con La Agencia después
de eso? —notando el silencio pensativo de su amante, Jude le tocó en el
hombro—. No pareces demasiado sorprendida por nada de esto.

—¿Sinceramente? No lo estoy —Liz se encogió de hombros y se sentó,


deslizándose de los brazos de Jude—. ¿Esperas que me sorprenda de que
cambies una y otra vez de chaqueta en este juego interminable de indios y
vaqueros? —un áspero tono coloreaba sus palabras, y Jude arqueó una ceja
extrañada—. Diferente disfraz, Jude....pero el mismo personaje. Todavía matas, y
todavía disfrutas haciéndolo. ¿No es cierto?

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Se miraron fijamente durante un momento interminable hasta que Jude se
rindió, bajando la mirada hacia sus manos.

—Lo hacía —susurró. Reuniendo los restos de coraje que le quedaban, volvió a
los ojos de Liz otra vez—. Hasta esta noche....cuando me demostraste que podía
ser alguien diferente. Que no tenía que apretar el gatillo —levantó una mano
dubitativa para acariciar la mejilla de su amante—. Nunca antes había creído...

Liz se rindió a la caricia, su cuerpo respondiendo de forma natural al tacto de


Jude.

—¿Lo crees ahora?

—Lo estoy intentando —contestó Jude con sinceridad—. No.... —las palabras se
alojaban en el pecho de la mujer, incapaces de liberarse del agarre aterrorizado
de su alma—; quiero decir…. Entenderé si quieres marcharte....No podría
culparte....si....

Comprendiendo lo que su amante era incapaz de decir, Liz envolvió sus brazos
con fuerza alrededor de la mujer alta, acercándola.

—No voy a ir a ninguna parte, Jude. Te lo prometo —sus dedos se curvaron en el


pelo oscuro, y sus ojos se encontraron con los de Jude—; pero necesito que tú
también me prometas algo.

—Lo que sea…. —susurró Jude con voz ronca, poco consciente de lo que estaba
diciendo pero incapaz de negarle nada a esa mirada esmeralda tan hipnótica.

—Esto termina aquí. No más muertes. Buscaremos una manera de detener a


Massala que no implique a ti y un arma. ¿Lo harás? Lo harás -no podrás-....no
había vacilación en la voz de Liz. Creía en la capacidad de su amante de caminar
a la luz del sol.

Los ojos de Liz no admitían un arreglo, un regateo. Si Jude quería el amor de la


mujer del pelo rubio-miel, tendría que ser aquí, bajo una luz que amenazaba con
entregar su alma a las llamas una vez más. Una sonrisa tranquila iluminó sus
rasgos y no hubo vacilación en su respuesta.

—Sí —contestó simplemente—, lo haré.

* * * * * * * * *

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Capítulo 13

Había oído hablar del mal aliento matutino....pero esto es demasiado, se quejó Liz
mientras su mente se iba despertando lentamente. El suave y rítmico jadeo
parecía estar centrado directamente sobre su cara, y la reportera abrió
ligeramente un párpado para enfrentarse al origen de su tormento. Los dulces
ojos pardos de Pete la miraron fijamente sin pestañear, la boca abierta en un
estúpido gesto canino. Dos patas se balanceaban sobre el pecho de Liz mientras
esperaba pacientemente a que la pequeña humana abriera ambos ojos. Esto no
es lo que tenía yo pensado para la mañana siguiente, pensó enfadada.

—Fuera, Pete —gruñó, apartando al chucho de su pecho. Se estiró


lujuriosamente, su cuerpo gloriosamente dolorido por el sexo que ella y Jude
habían compartido.

Jude había completado la apertura de su alma consumiendo a Liz una y otra vez
con la boca y las manos, evocando una respuesta que Liz había supuesto que
sólo podía surgir de la febril imaginación de novelistas románticos como ella
misma. Jude había sido a ratos salvaje, a ratos exigente, a ratos tierna y
reverente, como si considerase que su unión era una consagración de esa
extraña nueva vida en la que se estaba embarcando. Y también hizo recordar a la
reportera que ella aún tenía que contar su verdad. Aunque temía lo que pasaría
cuando le confesara a Jude las circunstancias de su encuentro inicial, sabía que
era algo que no podía posponer mucho más.

—No es algo que esté deseando hacer —le dijo a Pete. La pequeña bestia
permanecía a los pies de la cama, la cabeza ladeada mirándola solemnemente—.
Pero tengo que hacerlo, colega —continuó Liz—. Me ha dejado entrar en su
mundo ¿te lo puedes creer? Puede que no crea en sí misma, pero cree en mí —
observando detenidamente al perro negro, se dio cuenta del significado de sus
últimas palabras. Oh Dios....cree en mí....y está todo construido sobre una
mentira. Liz cerró los ojos ante el pensamiento de lo que podría ocurrir, la seria
posibilidad de que Jude la echase de su vida. O peor.

—No —dijo en voz alta, como si al hacerlo las palabras se convirtieran en


realidad—. Por lo menos me escuchará....y haré que comprenda…. —dio voz al
pensamiento—. Tengo que hacerlo —estar sin Jude ya no era una opción. Del
mismo modo que había hecho confiar a Jude en que tenía un alma que merecía
ser salvada, ésta le había hecho a Liz comprender que tenía una vida que
merecía la pena ser vivida....Era un regalo deslumbrador para la mujer
rubia....un regalo que Jude no era consciente de haberle entregado.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
No se dio cuenta de que la ducha había estado corriendo hasta que el ruido se
detuvo. Momentos después, apareció Jude con una toalla envolviendo sus
caderas y frotándose vigorosamente el largo cabello con otra.

—Juro por Dios que me lo voy a cortar cualquier día —gruñó, echando la masa
rebelde sobre un hombro.

—Por encima de mi cadáver —dijo Liz sonriendo, y dejando que sus ojos
vagabundearan apreciativamente sobre su forma aún mojada.

—Ah....La Bella Durmiente se despierta —una brillante sonrisa se abrió sobre el


rostro de Jude al ver a la rubita arropada cómodamente entre las sábanas —.
Pensé que ibas a dormir todo el día.

—¿Todo el día? —protestó Liz estirando el cuello para mirar el reloj—. Apenas
son las siete de la mañana. ¿Qué haces levantada tan temprano?

—Aunque me encantaría quedarme a holgazanear contigo —bromeó Jude


secándose aún más el pelo con la toalla—, tengo sitios a los que ir y gente a la
que ver. Incluyendo una reunión a las nueve para la que tengo una pila de
informes que leer y que he estado posponiendo. Si no llego a la oficina pronto no
voy a saber de qué estoy hablando.

Liz la miró pensativa.

—Eso suena sospechosamente a lo que hacen los banqueros —dijo—. Además,


había imaginado que tus horarios serían algo más....irregulares....

Jude emitió una carcajada.

—¿Quieres decir que pensabas que todo lo que hacía era tratos a medianoche en
callejones oscuros? Es cierto, hubo un tiempo en el que estaría metiéndome en la
cama a esta hora; pero en algún momento a lo largo del camino acabé poseyendo
legítimamente lo que parece ser la mitad de Miami —movió la cabeza—. Dirigir
todo este desastre lleva más tiempo que....

—¿La otra parte de tus negocios? —suplió Liz estirándose lánguidamente,


plenamente consciente de la mirada de su amante sobre ella.

Unos ojos azules se quedaron fijos sobre la radiante extensión desplegándose


ante ellos. Jude tragó convulsivamente, una acción que no pasó desapercibida
para la mujer que se sentaba erguida en su cama.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Esa es una forma de llamarlo —replicó con voz ronca, moviéndose
inconscientemente hacia la intoxicante visión.

Encantada con la reacción de Jude, Liz sonrió con aire de suficiencia.

—Por lo menos ven aquí y dame un beso de buenos días como Dios manda —
ronroneó.

De buen grado, Jude cerró la distancia que las separaba, sentándose con cautela
en el borde del colchón.

—Eso no es aquí —reprochó Liz, agarrándola del brazo y haciendo que se echara
sobre su regazo—. Esto es aquí—. Pete soltó un aullido ante el movimiento
repentino y corrió fuera de la habitación.

—Pero estoy mojada —avisó Jude, intentando que el agua no goteara sobre las
sábanas.

Una mirada lasciva y juguetona creció en el rostro de Liz.

—Eso esperaba —bromeó admirando el ligero rubor que iluminaba las facciones
de su amante. Su mano comenzó a hacer un lento reconocimiento de los
hombros de Jude, siguiendo despacio las gotas de agua que caían sobre sus
clavículas y hacia su pecho.

Gimiendo ligeramente ante la caricia, los labios de Jude se encontraron con los
suyos en un dulce intercambio matutino.

—Buenos días —murmuró, el pulso de su garganta se elevó visiblemente cuando


una mano pequeña cubrió su pecho izquierdo, pasando el pulgar sobre un pezón
que se iba despertando rápidamente.

—Oh....

—¿Te gusta esto? —murmuró Liz, sus labios le acariciaban el lóbulo de la


oreja. Con su mano libre atrapó el otro pecho de Jude y afanosamente logró
hacerlo despertar del mismo modo que a su compañero.

Jude gimió al sentir la tensión comenzando a crecer en su vientre. Apoyando


todo su peso en el brazo derecho extendido, su mano izquierda se hundió por sí
misma en el pelo de Liz. Depositó besos hambrientos a lo largo de su cuello.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—¿Tú que crees? —dijo con voz ronca.

—He sido yo quien ha preguntado —Liz acentuó su afirmación clavándole los


dientes en el pulso tierno del cuello. La mujer soltó un pequeño aullido ante el
contacto pero su cuerpo aceptó la brusquedad, pidiendo más silenciosamente—.
O ¿debería considerar esto como una respuesta? —dijo la reportera
maliciosamente. Sus manos continuaron recorriendo toda la musculosa
extensión del torso de Jude, revelando la forma de la mujer bajo sus dedos. —
Échate, amor —murmuró.

—No....puedo…. —suspiró Jude, hundiendo la cabeza en el hueco del hombro de


Liz—. Tengo que....oh Dios.... —gimió cuando las manos de la reportera
regresaron sobre sus pechos—; me tengo que ir...

Liz interrumpió el detenido examen que su boca realizaba de la cálida piel de su


cuello para fijar sobre ella una severa mirada.

—No tienes que estar en ningún sitio hasta las nueve…. —deslizó una mano más
hacia el sur, acariciando la suave curva de la cadera de Jude con movimientos
delicados.

—Lo sé....pero…. —el tacto suave como una pluma de los dedos de Liz quebraron
sus palabras. Con un experto giro de la mano, Liz apartó la toalla de la cintura
de Jude, dejando ese magnífico cuerpo desnudo ante sus ojos. Y cada nuevo
roce de esas manos las acercaba más a la maraña de vello que protegía el haz de
nervios de su centro. Involuntariamente, sus piernas se separaron ligeramente
con la esperanza de atraer más cerca las enloquecedoras caricias.

—Pero nada —Liz silenció sus objeciones. El brillante destello esmeralda de sus
ojos se encontraba ahora velado por una ardiente excitación. Necesitaba que
Jude sintiera la verdad que su cuerpo decía. Necesitaba hablar un lenguaje que
ella entendiera sin ninguna duda, sin importar lo que pasara después. —No te
vas a ir de aquí hasta que no tenga tu olor en mis dedos y tu sabor en mi boca —
murmuró, agravando la voz en un sensual sonido gutural—. ¿Entendido?

Jude tomó aire para responder pero se encontró los labios cubiertos por una
boca ávida decidida a devorarla. Liz apartó el brazo en el que se apoyaba y el
movimiento consiguió eficazmente que quedara tumbada en su regazo con las
caderas colocadas en el borde de la cama.

—Espera.... —fue más un gemido que una protesta, y Liz sonrió al ver la vibrante
confusión reflejada en el rostro de Jude—. Yo....Tú....
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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Sí, Jude. Te. Quiero. Así —se rindió a la tentación de esos labios llenos una vez
más, inclinándose y besándola concienzudamente, arrancando un profundo
gemido de su garganta. —Déjame tenerte —susurró—. Por favor.

Unos ojos azules se suavizaron ante la dulce súplica, después centellearon de


deseo no satisfecho.

—Sí —contestó con voz espesa, levantando una pierna para apoyar el pie sobre el
colchón, una invitación a su amante para que llegara muy dentro.

El corazón de Liz se desgarró ante el gesto, inflamándose en el interior del


confinamiento de su jaula mortal con la visión de esta exquisita mujer
abriéndose a su tacto. Tomando un aliento irregular, colocó con mano
temblorosa una almohada bajo la cabeza de Jude, dejando que la otra repartiera
caricias una vez más sobre sus pechos.

La respiración de Jude era entrecortada, y el agua fría de la ducha se mezclaba


ahora con ligeros trazos de transpiración, haciendo brillar su piel bronceada.
Para los ojos de contadora de historias de Liz, Jude brillaba con luz tenue y
elegante, un ídolo dorado que el mundo aún estaba por conocer.

—Eres impresionante —murmuró depositando besos suaves, como ofrendas de


su devoción a lo largo de las líneas afiladas de su rostro. Sus bocas se
encontraron, y succionó suavemente la lengua de su compañera, provocando un
quejido mudo en la mujer extendida sobre ella. Deslizó el brazo izquierdo
alrededor de los hombros de Jude, acunándola, mientras la otra mano
continuaba su veneración de las curvas de sus pechos.

El beso se hizo más profundo cuando la excitación germinada floreció en un


estallido a través del cuerpo de Liz.

—Oh, Dios... —gimió la reportera perdida en el poder de las sensaciones que


solamente tocar a esta mujer provocaban en su interior. Separándose para
intentar recuperar el aliento que el deseo embriagador que la atravesaba le había
robado, alzó la mano para acariciar el rostro de Jude—. Eres tan preciosa —
murmuró.

—A tus ojos —replicó Jude serena, besándole la palma. Sus largos dedos se
entrelazaron con los de Liz, más pequeños, llevando sus manos unidas hacia
abajo a lo largo de su cuerpo—. Tócame —susurró mientras presionaba los dedos
de ambas contra su mismo centro.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Ambas mujeres ahogaron un grito en ese momento, detenidas en el fuego líquido
que descubrieron juntas. Tan mojada...., pensó Liz, mareada, trazando el
hinchado perfil del sexo de Jude, muy consciente de los dedos que todavía se
enroscaban en los suyos. Emitió un gemido sordo ante la visión de la mano de
Jude hundida en su propia humedad y brillando con su profuso deseo.

—¿Qué sientes? —murmuró.

—Dulce….Jesús.... —gimió Jude—; como si me tocara yo misma....pero....no —


dijo mecánicamente.

—Muéstramelo —susurró Liz, ardiendo por saber qué historia contaría sobre sí
mismo el cuerpo de Jude—. Enséñame cómo te tocas a ti misma.

Jude gruño incoherente, echando la cabeza para atrás y arqueando la espalda.

—Por favor.

—Estoy aquí, mi amor....Guíame…. —vacilante, Jude flexionó las manos contra


su sexo, sus dedos buscando instintivamente los puntos que conocían tan bien.
Otro secreto sobre la mujer sombría que se desplegaba ante la mirada
sobrecogida de Liz. Las caderas de Jude dieron una sacudida ante el conocido
tacto y aún así desconocido—. Por favor…. —susurró otra vez.

Perdida en la inmediatez del deseo de su amante, Liz permitió a sus manos


seguir el ritmo lento marcado por el cuerpo de Jude. Juntas perfilaron cada
curva y remolino de su centro, pasando ligeramente sobre el corazón y
permaneciendo únicamente durante un breve instante sobre el diminuto botón
acurrucado allí. Juntas se hundieron en el cuerpo de Jude, el paso fue fácil para
sus dedos entrelazados gracias a la esencia que lo inundaba. Juntas llegaron a
lo más profundo de las paredes resbaladizas, y los músculos de Jude
comenzaron a temblar y a contraerse a su alrededor.

—Oh... Dios... mío... —jadeó Jude—; te sientes....tan....bien....

—Nos.... —corrigió Liz con una dulce sonrisa que Jude no pudo ver—,
nos….sentimos bien.

Los ojos azules estaban cerrados para Liz, pero podía ver la anhelante necesidad
en la tensión pintada en el cuerpo de Jude. Sus propios músculos estaban
rígidos por empatía erótica, y un pulso ardiente latía entre sus piernas. Aumentó

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
mínimamente el ritmo de sus manos, buscando satisfacer el ansia de sus
cuerpos.

—Síííí…. —Jude susurró arqueándose mucho más en el abrazo de su amante—.


No....pares.

—No —la tranquilizó Liz—; no hasta que pares tú....

Moviéndose al ritmo constante marcado por sus manos, casi en la cima de la


pendiente antes de iniciar la caída libre hacia la liberación, Jude abrió los
ojos....para encontrar la mirada ardiente de Liz centrada en ella. Con un rugido
salvaje dio el último paso, lanzándose con ferocidad hacia la deliciosa presión. Y
Liz pudo ver cómo los últimos vestigios de contención de Jude saltaban libres
mientras se rendía al placer de sus caricias combinadas. Un solo gemido:

—Elizabeth...., —escapó de sus labios cuando echaba la cabeza hacia atrás,


perdida en esa última, gloriosa caída.

Jude apartó la mano, los músculos de su brazo temblaban por el esfuerzo y el


clímax. El corazón le latía frenético en el pecho, como si intentara unirse al resto
del cuerpo. Los dedos de Liz empezaron a moverse hacia fuera, pero Jude cubrió
rápidamente la pequeña mano con la suya.

—Por favor.... —murmuró con la garganta ronca por la respiración


entrecortada— , quédate.... dentro de mí.

Liz sonrió con dulzura.

—Quieres que... —comenzó a moverse suavemente sobre el centro de Jude una


vez más.

—No —contestó Jude vacilante—, sólo quiero....sentirte dentro mí —sus ojos


azules lanzaron una rápida mirada a lo largo de su cuerpo hacia sus manos
unidas y regresaron, casi tímidos, a mirarla—. ¿Eso está bien?

A Liz le llevó un momento darse cuenta de que esa era la primera vez que Jude
expresaba un deseo específico. Su cuerpo siempre comunicaba fácilmente lo que
quería, guiándola sin palabras, pero ni siquiera una sola vez Jude había dicho:
Esto es lo que quiero de ti....

—Desde luego —Liz sonrió radiante, un rayo incandescente de felicidad la


sofocaba con su calor. Se inclinó y depositó un beso suave sobre su frente.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Todavía podía sentir las convulsiones atravesando ligeramente el cuerpo de
Jude, y de vez en cuando un diminuto temblor pasaba a través de los músculos
en su estómago. Flotaron durante unos momentos en sus miradas hasta que Liz
susurró—. Gracias.

Jude se rió, su respiración todavía no era regular.

—Creo que soy yo quien debería darte las gracias. Esta es una endemoniada
manera de dar los buenos días —se dio la vuelta en los brazos de Liz y ésta se
dio cuenta de que la mujer estaba todavía estirada sobre su regazo, mitad en la
cama y mitad fuera de ella. De mala gana, su mano izquierda dejó su cálido
refugio y vino a reposar sobre el corazón de Jude.

—Seguramente no estás cómoda —dijo Liz con una mueca.

—Seguramente no lo estaría —concedió Jude con una sonrisa irónica—, si


hubiera un gramo de tensión en mis músculos. Sinceramente, me siento como
un montón sin huesos ahora mismo.

—Bueno.... —Liz examinó cuidadosamente a su relajada amante con un brillo


travieso en sus ojos—, tú te ves como uno ahora mismo.

—Por tu culpa —acusó Jude de buen humor.

—Pero tú me has ayudado— dijo Liz con una sonrisita. Hábilmente metió el
brazo derecho bajo sus piernas y le giró el torso, moviéndola con suavidad de su
regazo y tumbando todo el largo de Jude junto a ella en la cama.

—¡Ey! —gritó Jude, sorprendida al encontrarse....recolocada....tan


eficientemente—. Eres más fuerte de lo que pareces —remarcó.

—Como un pedazo de pastel —bromeó Liz, haciendo un gran espectáculo de


frotarse las manos una junto a otra. Se estiró contra la figura de Jude, adorando
la forma tan natural en que sus cuerpos se entrelazaban—. Ahora....¿dónde
estábamos? —murmuró, besando la perfecta unión de la base de la garganta de
Jude con sus clavículas.

—Nosotras.... —gimió Jude—, estábamos hablando de que necesito estar lista


para mi reunión —agarró la cabeza de la reportera entre sus manos y fijó sobre
ella una mirada seria pero que no parecía para nada arrepentida—. Y ya voy a
llegar tarde.

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—¿Y? —la pequeña rubia parpadeó inocentemente—. Eres la jefa, ¿correcto?

—Eres incorregible —inclinó la cabeza para un beso rápido—, pero me tengo que
ir —se sentó resuelta aunque su cuerpo comunicaba claramente su renuencia.

—En realidad no quieres.

—No —admitió Jude alegremente—, pero tengo que hacerlo —en un solo y
elegante movimiento estuvo levantada y fuera de la cama, escapándose
estratégicamente del tentador alcance de su amor.

—Lo sé —accedió Liz con una sonrisita—, pero tengo que protestar o pensarás
que no me importa.

Jude solo meneó la cabeza, riendo silenciosamente, y desapareció en las


profundidades de su armario.

—Sabes…. —dijo, apareciendo minutos después con un traje de hilo de color


crema, y colgándolo en el perchero—, si hay algo.... —vaciló—, que necesites
hacer hoy....

La reportera captó enseguida lo que Jude quería decir.

—Sí —dijo despacio, mirándola fijamente—, de hecho tengo algo que hacer.

La otra mujer dejó caer la mirada y asintió.

—Vale. Pues...siéntete libre de utilizar el Jag o lo que sea.... —su voz se fue
apagando insegura, y se dio la vuelta.

Con la mirada fija en cualquier cosa menos en la reportera, no vio a Liz


levantarse de la cama y cruzar la habitación.

—Tengo que hacer una cosa —reconoció la rubia, tomando la barbilla de Jude y
fijando esos increíbles ojos azules sobre sí misma—. Pero yo.... —ahora fue su
turno de sentirse insegura—, quiero regresar esta noche y hablarte de ello.

Jude dejó escapar un aliento que Liz no sabía que estaba conteniendo.

—Me gustaría que lo hicieras —admitió, la tensión fue desapareciendo de su


rostro mientras deslizaba los brazos alrededor de la reportera y la atraía hacia sí.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—A mí también —susurró Liz, su cuerpo dolorido con la conciencia de que esa
podía ser la última vez que Jude la mirase con esa expresión. Había cosas en
Jude Lucien que nunca pensó que podría ver en ella. No….de la mujer que yo
pensé que era Jude Lucien, se corrigió Liz. Es mucho más de lo que
pensé….mucho más de lo que nadie piensa….especialmente ella misma.

Se abrazaron en un espacio perfecto, donde el mundo consistía solo en cada una


de ellas y el aire que respiraban. Artículos periodísticos, tratos de negocios, y
señores de la droga estaban en otro universo, lejos de la existencia sutil en la
que flotaban en ese momento.

Sin embargo, el mundo tenía su forma de hacerse notar, y Liz, de mala gana, le
permitió filtrarse entre ellas y romper su abrazo. Un beso tierno pasó
suavemente entre sus labios.

—Le diré a Carmina que haga algo especial para cenar —murmuró Jude.

Liz suspiró con satisfacción, el equilibrio recobrado milagrosamente por la


proximidad de Jude. Sobrevivirían a la verdad, se aseguró a sí misma. Mira a lo
que hemos sobrevivido hasta ahora... Nosotras....hu....qué gracioso....nunca
pensé…. Deteniendo sus divagaciones, echó una mirada a su amante con una
sonrisita.

—Hazme un favor....déjala que vaya a la compra antes. Le hará mucha emoción.

Jude se rió, moviendo la cabeza.

—No lo entiendo. ¿Por qué querría alguien ir a la tienda de comestibles?

—Ni siquiera intentes entenderlo, Jude. Simplemente déjala —bromeó.

—Ok, ok.... —Jude levantó las manos en señal de rendición—. Cancelaré el


pedido semanal y dejaré que ella haga la compra.

—Genial —palmeó el hombro de Jude bruscamente—. No te arrepentirás. Y


ahora..... —echó una mirada pesarosa al traje que colgaba cerca—, creo que
tienes que empezar a moverte.

Mordiéndose el labio, Jude miró el reloj.

—Ya llegué tarde —asintió, frunciendo ligeramente una ceja—, así que.... —un
brillo malicioso crepitó en sus ojos, y agarró a la mujer más pequeña en sus

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
brazos— no creo que importen unos pocos minutos más —con una carcajada
traviesa saltó hacia la cama y las lanzó sobre ella—. Bueno... me parece que hay
una serie de condiciones antes de que pueda irme. Según mis cuentas, señora,
sólo ha cumplido la mitad de los requisitos.

* * * * * * * * *
—¿Dónde demonios te has metido?

Jude alzó una ceja inquisitiva hacia la indignada figura de su asistente


enmarcada en la entrada de su despacho. La mujer oscura se recostó en su silla
de piel y colocó los pies sobre la mesa, dejando al descubierto una larga y
bronceada pierna. La corta falda negra no era lo que originalmente había
planeado llevar esa mañana, pero Liz la había visto colgada en el armario y le
pidió que se la pusiera en lugar del traje color crema. A Jude no le había pasado
desapercibido el brillo sensual en los ojos de la rubia y había accedido
inmediatamente. Además, pensó Jude para sí misma con suficiencia, nunca hace
daño mostrar un poco de pierna de vez en cuando.

Desde luego Sasha no parecía demasiado apreciativa en ese preciso momento.

—¿Y bien? —atravesó la puerta indignada y se inclinó sobre la mesa, fulminando


con la mirada a Jude—. ¿Dónde demonios te has metido?

Jude frunció los labios pensativa.

—Te sugiero que te busques una frase nueva, querida —replicó arrogante—,
porque esa suena un poquito....marital....para nuestras circunstancias.

Años de conocer a la mujer de pie frente a ella, daban a Jude un conocimiento


singular del lenguaje corporal de Sasha. A juzgar por su postura, su ayudante
estaba absolutamente furiosa y mantenía un control bastante precario sobre su
calma. A lo largo de su relación, Jude había convertido en un juego el sacar de
quicio a su, una vez, amante. Los colegas de Rico la llamaban ―La Señora de
Hielo‖ porque rara vez mostraba algo más que una implacable gélida fachada,
aunque cuando la provocaban tenía un temperamento explosivo. A esos hombres
musculosos vestidos de negro, a quienes Sasha consideraba matones y
despreciaba, les divertía hasta el fin cuando se topaba con esa fuerza de la
naturaleza que era Jude Lucien.

Ya desde el principio, Jude se las había apañado para crisparle los nervios con
una habilidad que rayaba lo preternatural (más allá de lo natural). Se burlaba de
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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
ella y la provocaba con su ingenio y con su cuerpo, y con su propio
inquebrantable exterior….hasta que a la otra mujer no le quedaba más remedio
que responder. Y a partir de ahí el tono se intensificaba. Como amantes su
pasión había sido incendiaria, como socias de negocios su mente había sido una
a la hora de construir todo un imperio ilícito. Existía entre ellas una energía
imprevisible, daba igual el punto en el que estuviera su relación, que Jude había
reconocido al principio de conocerse. Los objetos frecuentemente terminaban
volando y rotos cuando una estaba furiosa con la otra, y ambas habían llevado
no pocos cardenales como resultado de su intensa conexión. Pero les había sido
muy útil a lo largo de los años y había solidificado un vínculo que desconcertaba
a la mayoría.

El semblante irritado de Sasha se ensombreció al oír la respuesta frívola de


Jude. Cruzó los brazos sobre la blusa planchada impecablemente y miró
fríamente a la mujer oscura.

—Estoy muy consciente de nuestras circunstancias. Pero soy tu socia y cuando


no apareces en una reunión, tiende a hacernos ver mal.

La mañana con Liz había dejado a Jude de muy buen humor y no pudo resistir
pinchar un poco más a su colega.

—¿Me he perdido de algo? —preguntó incoentemente—. La última vez que nos


vimos eras mi empleada, Sasha. ¿Cuándo obtuviste el ascenso a socia?

Ella dispara....¡Ella anota! Jude se sonrió en silencio, observando cómo los ojos
azafrán de Sasha se estrechaban y una vena comenzaba a latir en su sien.

—Tengo que mantener la apariencia de que al menos hay alguien a cargo —su
asistente replicó de manera cortante—. Ya que has estado
tan....preocupada....las últimas semanas, esa tarea ha caído sobre mí.

La reciente dificultad para localizar a Jude era algo que ocurría por primera vez
en su relación. Incluso cuando Jude estaba jugando con otras amantes siempre
había estado accesible. Sin lugar a dudas, los negocios siempre habían sido lo
primero. En el pasado, Sasha no había tenido dudas en sacarla de la cama con
otra mujer para que se ocupara de alguna emergencia, y Jude era bastante
consciente de que algunas veces su ayudante lo había hecho solo para
fastidiarla. No era nada más que una parte de la eterna lucha de poder entre
ellas. Sin embargo, a lo largo del último año el paisaje erótico de Jude había sido
árido, y sus llamadas a las cuatro de la mañana no habían interrumpido nada

292
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
más que un sueño agitado. Si Sasha había notado el cambio no había dicho
nada; y Jude no estaba por ofrecer voluntariamente ninguna información.

Verme con Elizabeth en el Club sí que la debe haber afectado, musitó para sí
Jude, recordando la expresión turbada que tenía Sasha aquella noche. De hecho,
se parecía bastante a la que tenía ahora mismo.

—Sash —suspiró Jude pesadamente, quitando los pies de la mesa y mirando a


su ayudante directamente—, ¿de verdad necesita Miami otro centro comercial?

—¿Qué? —preguntó la otra mujer, desconcertada por la pregunta.

Jude sonrió brevemente. Sabía que Sasha esperaba que estallara y saliera por la
tangente diciéndole que su accesibilidad o su falta de ella, no eran asunto suyo.
Era una vieja rutina entre ellas, y Jude decidió que ya era hora de lanzar la llave
en la obra.

—Se supone que teníamos que reunirnos con no sé qué ejecutivos para venderles
nuestros terrenos para que sus promotores puedan poner más tiendas en alguna
parte de Miami ¿correcto?

Sasha puso los ojos en blanco ante tamaña simplificación.

—Más o menos.

—Así que... ¿qué más da? Son solo centros comerciales. No ir a esta reunión no
es el fin del mundo. Si quieren los terrenos, negociarán. Si no los quieren, pues
no. En cualquiera de los casos a JLE le va a dar igual a largo plazo. No se trata
de vida o muerte para nosotras —el pronombre era su oferta de paz hacia la otra
mujer. Sasha era su empleada de palabra nada más, y ambas lo sabían.

Sasha siguió mirándola fijamente durante un largo momento, después dejó


escapar un suspiro exasperado y se dejó caer elegantemente en la silla situada al
otro lado de la mesa de Jude.

—Tienes razón —replicó, una sonrisa irónica suavizaba sus facciones color
caramelo—. El centro comercial no es cosa de vida o muerte. Pero hay cosas
ahora mismo que sí lo son— miró a Jude de manera significativa—. No es propio
de ti saltarte una cita sin llamar antes. ¿Se te ha ocurrido que podría haber
estado mínimamente preocupada por lo que podría estar reteniéndote? Con esos
promotores no podía escaparme para asegurarme de que estabas ‗divirtiéndote‘ y
no metida en algún problema serio.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Jude abrió los ojos sorprendida al ser consciente de lo que Sasha le estaba
diciendo.

—Oh —respiró—. Sash.... —se pasó una mano agitada por el pelo. Estaba
acostumbrada a un montón de cosas de su socia, pero preocupación auténtica
no era una de ellas. Sencillamente, era algo que no estaba en su repertorio de
emociones aceptables. —Lo siento —dijo finalmente —. Ni siquiera lo he pensado.

—No te disculpes Jude —replicó con ligereza —. Había pasado mucho tiempo
desde la última vez que alguien intentó hacerte desaparecer. He olvidado como
actuar. Esta es....¿cuál? ¿La segunda en tres semanas?

—Sí —accedió Jude arrepentida, sin mencionar lo que pasó en el restaurante de


Ría —. Como en los viejos malos tiempos ¿eh? —actualmente, pensó Jude para sí
misma es peor que en los viejos malos tiempos porque la gente a la que estoy
intentando ayudar son los que están intentando matarme. Pero eso tú no lo sabes,
querida. Y es más seguro para ti que no lo sepas.

Sasha asintió.

—Es como si estuviera viviendo un mal caso de deja vu.

—No te preocupes por mí —Jude se encogió de hombros—. Tengo más vidas que
esa maldita gata siamesa tuya.

—Se llama Eyria —corrigió Sasha, el tono de broma iba moviéndose hacia un
territorio más familiar.

—Como se llame. Nunca le he gustado a esa maldita cosa.

—Puede que si no la llamaras esa maldita cosa todo el tiempo, le gustaras más —
la mujer se movió cómodamente en su butaca, cruzando las piernas—. ¿Sabes?
Te echa de menos.

Jude arqueó una ceja, escéptica.

—Vaya sorpresa. Nunca hizo nada más que intentar sacarme los ojos con sus
zarpas cada vez que me veía.

—Estabas invadiendo su territorio. Solo intentaba establecer su dominio —


ronroneó Sasha.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—¿Quizá imitaba a su dueña? —bromeó Jude, cayendo con facilidad en el
intercambio.

—¿Qué quieres que te diga? —replicó Sasha tímidamente—. Bueno, si no estabas


huyendo de más peligrosos asesinos a sueldo, ¿qué estabas haciendo? O ¿es que
te lo tengo que preguntar?

Jude vaciló antes de contestar. Su inclinación al sexo era una vieja broma, y a
veces en el pasado había utilizado historias de sus conquistas para inflamar la
pasión de su ex- amante. Las cosas ahora eran distintas....Elizabeth era
distinta....y no quería que nada de esta pasión brillante se ensombreciera con los
juegos que ella y Sasha jugaban. Sin embargo, declarar el asunto zona prohibida
sería lo peor que podría hacer. Era necesaria una respuesta de cualquier tipo.

—Ya sabes, lo de siempre —se encogió de hombros, esperando que Sasha lo


dejara estar.

Por desgracia, no iba a ser el caso. Sasha sabía que había pocas cosas que
pudieran distraer a Jude de sus negocios y de ganar dinero.

—¿Alguien que conozco?

—La rubia aquella del Club —contestó con despreocupación. Años atrás esto
podría haber significado una docena de mujeres que Jude podía haber conocido
en cualquiera de sus rondas nocturnas. Sin embargo, en los últimos tiempos
había abandonado sus territorios de caza, un hecho que no había pasado
desapercibido a la aguda vista de su asistente.

—¿Te refieres a esa de hace tres semanas?

Al oír la nota de incredulidad en la voz de Sasha, Jude se dio cuenta


inmediatamente del serio error táctico.

—Sí —dijo con indiferencia—. Esa.

Sasha dejó escapar un silbido grave, con una mirada burlona en sus ojos.

—Eso es increíble. Viniendo de ti, casi podría considerarse un compromiso de


por vida. ¿Qué pasa, Diablo, bajando el ritmo en la vejez?

Los ojos de Jude se endurecieron al oír el viejo apodo, y el aire se hizo más denso
entre ellas. La mujer oscura pudo ver la tensión creciendo hasta que Sasha

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
pareció un cable tirante que vibraba con un movimiento contenido. Jude apretó
la mandíbula brevemente como respuesta antes de que una sonrisa perezosa se
abriera sobre su rostro.

—Nada de bajar el ritmo, querida, simplemente disfrutando plenamente —se


burló, sabiendo que la mente de Sasha iba ahora mostrando imágenes de Jude y
la extraña rubia que había visto con su jefa—. Además —terminó Jude, a punto
de zanjar la cuestión—, he tenido el plato bastante lleno últimamente, con
alguien intentando matarme y todo eso.

Dejó que su ayudante le diera vueltas a la idea mientras ella se dirigía por el
pasillo hacia la zona común y servía dos tazas de té frío. Sasha tenía el aspecto
de necesitar refrescarse. Cuando regresó a su despacho, vio que ésta parecía algo
menos quejosa, aunque algo más sofocada que cuando la dejó.

—Hablando de eso…. —se volvió a sentar y le ofreció a Sasha uno de los vasos—,
¿has averiguado algo de lo del fiasco del almacén?

—Nada —murmuró Sasha—. La gente de Massala lo dejó todo verdaderamente


limpio. Los muchachos no pudieron encontrar nada en el lugar, y nuestra gente
en Metro Dade no tiene ni una sola pista. Voy a tantear el terreno en la calle y….

—No —ordenó Jude, secamente. Lo último que necesitaba era Sasha apareciendo
en medio de cualquier estafa que La Agencia estuviera intentado montar. Para
protegerla, Jude había dejado deliberadamente que Sasha creyera que Romair
estaba detrás del asalto. Mientras, seguía empujándola hacia el borde de los
asuntos más oscuros de sus operaciones, y lo último que quería era que Sasha
quedara atrapada en el fuego cruzado de la inevitable confrontación. Por
supuesto, su ayudante no era idiota y había notado el cambio en sus
responsabilidades, y estaba claro que la situación no le agradaba en absoluto.

—¿Perdona? — Sasha parpadeó con sorpresa.

—Me ocuparé de eso yo misma —déjalo, Sash....déjalo, la urgió en silencio.

—Jude....yo....

—He dicho que yo me ocuparé de eso —sus ojos azules se enfriaron cuando su
mirada se fijó directamente sobre los ojos azafrán de su ayudante—. Y se acabó.

—He oído lo que has dicho —replicó Sasha con la misma frialdad—. Simplemente
no lo entiendo.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—No te pago para que entiendas —dijo Jude en tono cortante—. Mantente fuera
de esto. No preguntes nada a nadie ¿Está claro?

—Perfectamente—. Sasha se puso de pie, la cólera era evidente en su forma de


andar mientras recorría la habitación a grandes pasos hasta la puerta. —Ahora,
si me disculpas, tengo que ir a ocuparme de otros ocho millones de cosas para
las que tú estás demasiado ocupada.

—Bien — Jude la despidió—. Hazlo.

* * * * * * * * *
Jude pasó las siguientes horas revisando papeles que se habían ido acumulando
durante su improvisado paréntesis fuera de la oficina, pero su mente estaba en
algo muy diferente. Algo pequeño y rubio, con los ojos más verdes que puedas
imaginar. Jude se rió para sí misma. Me estoy perdiendo. Agitó la cabeza como
con arrepentimiento recordando la mañana.

Cuando Jude salía por la puerta, Elizabeth le había agarrado la mano y la había
deslizado suavemente entres sus piernas, bañando los dedos de Jude en el
océano de miel que aún brotaba. Ahora el aroma de su amante flotaba,
intoxicante, muy cerca, pero la mujer a la que pertenecía se encontraba
demasiado lejos para el gusto de Jude. Moviendo la cabeza ante lo absurdo de lo
que le estaba ocurriendo, hizo girar la silla para encarar la magnífica vista de
Miami que se extendía tras los ventanales.

Había pasado la mayor parte de su vida en esa ciudad y formaba parte de su


mezcla caprichosa e irregular. Los poderosos habían estado peligrosamente cerca
de disolver totalmente la ciudad, esculpiéndola en pequeños feudos culturales;
pero, la verdad, ella prefería Miami tal y como era ahora. Compartía su herencia
mestiza, había salido de uno de sus pequeños enclaves de desposeídos. Siempre
le había parecido que la gente iba a Miami cuando no encajaba en alguna forma
en sus lugares de origen. El único problema era que ella había nacido aquí en la
punta sur de ese continente. El único sitio al que ir, era el océano.

Le había dicho a Elizabeth que lo había visto todo....pero realmente no había


visto mucho de nada. Violencia, muerte, crueldad, sí, y mucha de ella causada
por su misma mano. Había visto ciudades en México y Colombia donde la única
ley era la fuerza, y todo el mundo ofrecía sus servicios a los demonios de ojos
azules que esparcían sus dólares americanos como lluvia a lo largo de las tierras
baldías. Había visto la parte más oscura del corazón de cada sitio que había

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
conocido, y esta ciudad en la que había nacido no era diferente. Para mucha
gente, Miami era una tierra de fantasía de cielos claros, cálidas aguas marinas y
luz brillante. Nunca veían que el brillo del neón podía ser nada más que un
manto de falsedad que proporcionaba a gente como Jude un camino seguro a
través de sus calles. La esfera escondida de callejones, las casas de vecinos y los
bares cuyos clientes no tenían nombre, eran la madre que había amamantado a
Jude con su pecho.

La mujer sombría no se hacía ilusiones con lo que era o de donde venía. Era una
ladrona y una asesina cuyo sentido del honor era como mucho dudoso. Venía del
crepúsculo y había viajado por sus dominios durante toda su vida. Esa era la
razón por la que nunca había ido a París o a Roma, no porque creyera que no
merecía ver la maravillas que contenían, sino porque sabía que las ciudades que
encontraría nunca serían los lugares reflejados en los atlas fotográficos que
había coleccionado durante años.

Su mente vagó de nuevo hacia la mujer que había dejado en su cama hacía unas
pocas horas. Ella ha estado en esos lugares, pensó Jude, sonriendo al imaginar a
Elizabeth sentada en la terraza de un café o paseando por algún lugar
pintoresco, y apuesto a que eran bonitos. Se preguntó cómo serían esos paisajes
a través de la mirada esmeralda de su amante, ser capaz de ver las relucientes
posibilidades que existían junto con realidades más sombrías. Ella ha visto las
dos cosas en mí, se dijo Jude, y no me imagino porqué, pero parece..., que eso...,
no le importa. Jude sabía que había más sobre la mujer rubia de lo que se le
había permitido ver, y sus pensamientos se volvieron hacia aquello de lo que
Elizabeth podría estar ocupándose ahora.

Sabía que el ‗novio‘ al que Elizabeth había aludido aquella vez y que luego había
olvidado convenientemente era un truco, pero seguro que había algún amante en
alguna parte. Alguien de verdad..., alguien que tenía algún derecho sobre la
mujer del pelo rubio, alguien que podía reclamar para sí mismo a esta persona
extraordinaria. Puede que esté casada, consideró Jude, y puede que quiera
dejarlo. Es posible que esté jugando con él....haciéndole pagar por algo que le ha
hecho. Su corazón se encogió violentamente ante el pensamiento de que pudiera
estar utilizándola. La lógica descartó la idea, en ningún momento nada de lo que
había visto le había indicado que Elizabeth pudiera ser tan fría y manipuladora.
Pero el hecho era que tenía un secreto....y el saberlo aterrorizaba a Jude. Vamos,
no le des más vueltas, se dijo, otras te han hecho lo mismo e incluso cosas peores.
Si te está utilizando, ¿por qué esta vez iba a importar más que las otras?

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
La respuesta era tan ridículamente simple que no quería ni considerarla, pero
sus pensamientos no iban a dejarlo estar.

"La amas..."

Jude se puso de pie y caminó hacia la ventana, mirando al vasto espacio que la
separaba de los transeúntes abajo en la calle.

—Por supuesto que la amo…. —susurró apoyando la cabeza sobre el frío cristal
pensando en la mujer que ahora absorbía sus días y sus noches. "¿Acaso tengo
otra opción?"

* * * * * * * * *
—Me marcho, Sash —avisó a su ayudante que se acercaba rápidamente.
Durante horas, había estado luchando contra la urgencia irresistible de irse a
casa y tomar a Elizabeth entre sus brazos y disolver con amor cualquier duda
que la rubia pudiera albergar. El darse cuenta de que estaba enamorada de ella
había sido aterrador pero ahora el miedo no tenía ninguna posibilidad contra la
luz cegadora que había dado calor a su alma en el momento que lo había
aceptado. Lo único que quedaba era decírselo y convencerla de que podrían
superar lo que fuera que aún se interponía entre las dos.

Si se hubiera parado a pensarlo, se habría reído ante lo absurdo de encontrarse


a sí misma en esa situación. Un mes atrás habría sido impensable que hubiera
podido permitir a nadie tener la más mínima influencia sobre ella, y mucho
menos esto. Lo único que esperaba era significar para Elizabeth al menos la
mitad de lo que era para ella.

—Jude —la voz de Sasha sonó inoportuna—, tenemos cosas que….

—Me da igual —Jude apartó un puñado de papeles, una sonrisa incontrolable


sobre su rostro—. Me tengo que ir.

—¿Estarás localizable en caso de emergencia?

—No —replicó Jude en tono seco, entrando en el ascensor y presionando el botón


del hall. Las puertas se cerraron silenciosamente detrás de ella y no pudo ver la
fría ira que descendió sobre el rostro de su ayudante.

La planta baja del edificio que albergaba a JLE Limited estaba dedicada a un
grupo de tiendas exclusivas, incluyendo una llamada Joyas Lumac que Jude

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
solía frecuentar cuando la población de su vida romántica se asemejaba a la de
una ciudad pequeña. Paseando junto a los distintos expositores de cristal y
mármol que mostraban varios objetos, unos pendientes de diamantes y
esmeraldas captaron su atención. Pensando que a Elizabeth le quedarían
absolutamente preciosos, Jude sonrió para sí misma y tocó distraída el diamante
que adornaba su oreja derecha.

Entrando en la tienda, un hombre alto y delgado de pelo ralo y gris la saludó con
una sonrisa auténtica.

—¿Puedo enseñarle algo, Sra. Lucien?

—Michael ¿no? —preguntó Jude, reconociendo vagamente al hombre.

La sonrisa se ensanchó mientras asentía.

—Me alegra que se acuerde de mí, Sra. Lucien. Hace algún tiempo que no la
vemos.

—Un servicio tan bueno es difícil de olvidar —replicó—. Esos pendientes.... —


hizo un gesto hacia los que había en la vitrina.

—Exquisitos ¿verdad? —Michael se movió apresuradamente para ofrecer los


objetos a la inspección de su cliente. Rápidamente extendió un trozo de
terciopelo negro sobre la vitrina de cristal y sacó los pendientes en cuestión.
Normalmente habría soltado su labia para vender, pero Jude nunca se había
dejado convencer por ese tipo de persuasión. Tenía un ojo infalible para la
calidad y la belleza, y el precio nunca era un problema.

Jude examinó despacio las joyas, complacida por su rico color y la talla suave en
forma de pera.

—¿Dos quilates? —preguntó.

Michael asintió.

—Correcto.

—Muy bien —sonrió—. ¿Me los puedes envolver para regalo?

—Por supuesto, señora ¿Quiere que se lo pongamos en su cuenta?

—¿Todavía tengo una cuenta? —preguntó—. Sé que hace mucho tiempo.


300
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Siempre tendrá una cuenta con nosotros, Sra. Lucien —le aseguró.

—Es bueno saberlo —replicó irónicamente.

—¿Dónde quiere que se lo enviemos? —preguntó él—. Y ¿querría que le


incluyéramos la tarjeta de siempre? —sus dedos hábiles limpiaron los pendientes
antes de colocarlos en un cajita negra.

—¿La tarjeta de siempre? —preguntó Jude frunciendo las cejas.

Michael sonrió con entusiasmo.

—Ya sé que hace mucho tiempo, pero todavía tenemos la tarjeta en nuestro
archivo. Siempre hacía que la incluyéramos.

—¿La misma tarjeta? —preguntó arqueando una ceja.

—Sí, señora —replicó, su sonrisa disipándose ligeramente con las arrugas que
empezaban a formársele en la frente.

—Dígame, Michael ¿tienen un registro de las compras de todos sus clientes?

Michael parecía no saber qué contestar.

—Bueno, Sra. Lucien....normalmente no. Pero para los clientes que tienen
cuentas en la casa, como usted, hay un registro porque todo va en la cuenta.

—Ya veo —Jude asintió —. ¿Puedo ver la mía? —preguntó, empezaba a darse
cuenta de algo muy desagradable.

—Le aseguro, Sra. Lucien que no hay ningún problema.

—Estoy segura —Jude disipó su preocupación con una sonrisa—. No estoy


descontenta con usted o la tienda en absoluto. Solo que....tengo curiosidad....por
mis hábitos de compra. ¿Puedo verla?

—Por supuesto. Un momento —salió disparado, apareciendo momentos después


con una copia de impresora de varias páginas—. Como puede ver, hace bastante
tiempo desde la última vez que vino, pero aquí están sus compras de los últimos
años.

—¿Y la tarjeta?

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Se la tendió silenciosamente.

Estaba pensando en ti... J.

Jude recorrió las páginas, notando la dirección de Sasha una serie de veces, pero
era la única que se repetía. Juró en voz baja ante la lista de mujeres a las que
había usado, descartado, y pagado con esos regalos. Y lo que lo hacía aún peor,
notó mientras se le revolvía el estómago, era que podía recordar los pendientes y
brazaletes que había comprado, con mucha más facilidad que los rostros de las
mujeres a las que se los había regalado.

Sintiendo náuseas, Jude devolvió la copia a Michael.

—¿Eso es todo, Sra. Lucien? —preguntó suavemente.

—Sí —asintió, tragando con esfuerzo—. He cambiado de opinión sobre los


pendientes. Ya no los necesito.

Años de experiencia profesional hicieron que su rostro se mantuviera inmutable


y no se viniera abajo con la desilusión. Inclinó la cabeza asintiendo.

—Muy bien, señora.

—Gracias —se dio la vuelta para marcharse, pero se detuvo, la mano en la


puerta.

—Y ¿Michael? Cancele mi cuenta.

* * * * * * * * *
Una sola pregunta había consumido a Liz desde que Jude se había marchado
por la mañana.

¿Cómo voy a decírselo?

Jude había concedido todas las demandas de la mujer rubia, dejando su esencia
salvaje pintada en sus labios, y su olor pegado en sus manos y su cuerpo.
Habían hecho el amor hasta que la mujer pequeña estuvo sin aliento y
temblando. Y aún así, Liz quería más.

Era así de simple. Quería a Jude. Quería todo lo que había sido, todo lo que era,
y, más importante, todo lo que podía ser. La reportera haría cualquier cosa para

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
proteger la más mínima posibilidad de un futuro con ella. Con este fin, estuvo
dándole vueltas a todo lo que había averiguado sobre el intento de Jude de
rectificar y los hombres que estaban intentando evitarlo.

Eso es, se dijo, abofeteándose mentalmente por no haberse dado cuenta antes,
Haz imposible para ellos que la maten.

Liz levantó el teléfono, marcando rápidamente un número demasiado familiar.

—¿Lucas? Soy yo.

—¿Dónde jodido te has metido? —preguntó la voz estruendosa del redactor jefe
de local.

—He estado aquí, Lucas. Y menuda historia tengo para ti.

El tiempo pasó volando mientras esbozaba para su jefe solo el más breve de los
esquemas de las cosas que sabía. Quería la aprobación de Jude antes de ir más
lejos, pero por lo menos necesitaba empezar a trazar las bases con su jefe.

—Espera-un-momento... —bramó—. ¿Me estás diciendo que sigue trabajando


para la DEA?

—Exacto.

—¿Cómo lo has averiguado?

—Deja de hacerme preguntas, Lucas y déjame que te cuente lo que sé.


Tendremos todos los documentos que necesitemos cuando llegue el momento—.
Bueno, los tendrían si Jude estaba de acuerdo con el plan.

—A ver, deja que me asegure de que lo he entendido bien —gruñó—. Lucien está
todavía operativa, pero la mandaron de infiltrada sin apoyo, y ahora algún
renegado está intentando matarla.

—Más o menos —evadió Liz. Era la verdad. Algo así. Y se convertiría en la pura
verdad una vez saliera impresa. La DEA no podría negar la gran mayoría de las
alegaciones, y las lagunas en la historia (como los años en los que Jude estuvo
trabajando para el otro lado), quedarían eclipsadas por el antes y el después de
la historia de Jude. A los ojos del público, Jude se convertiría en una heroína
solitaria, luchando contra fuerzas siniestras y oscuras que la rodeaban por todos

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
lados. Y lo más importante: habría demasiada luz sobre ella como para que se
arriesgaran a quitarla de la circulación.

—¿Por qué me preocupo tanto cuando dices cosas como éstas, Gardener?

—No te preocupes, Lucas. ¡Jesús! Te pones más nervioso que una vieja.

—Si tuvieras algo de sentido común, también tú estarías nerviosa. Estamos


hablando del puto gobierno, sin mencionar a la mujer que se ha cargado
alegremente a montones de gente.

—No lo hizo alegremente —soltó Liz—. No tuvo elección.

A Lucas no pudo pasársele desapercibida la furia en su voz.

—Whoa, Liz....tranquilízate —hizo una pausa, y Liz casi pudo oír los engranes de
su cerebro molido—. ¿Qué tan bien has llegado a conocer al sujeto? —preguntó
con cuidado.

La reportera aspiró profundamente y exhaló despacio, calmando su genio.

—Lo suficientemente bien como para saber que no es una fría asesina, Lucas. Lo
suficientemente bien como para saber cuanto daño le han hecho con todos sus
juegos —suspiró pesadamente—. Lo suficientemente bien como para que a veces
me preocupe pensar cómo ha sobrevivido tanto tiempo.

Un tenso silencio crepitó a lo largo de la línea telefónica que los conectaba. Sabía
que Lucas luchaba por preguntárselo, y finalmente lo hizo.

—¿Qué ha llegado a significar esta mujer para ti, Liz?

Liz no vaciló.

—Todo, Lucas —replicó con suavidad—. Todo.

Colgaron poco después, Liz prometiendo llamarle para organizar una reunión.
Esperaba convencer a Jude de que se sumara a la idea y de que aceptara
conocer a Lucas. No culpaba a su jefe por preocuparse por ella. Desde fuera
parecía una locura pero sabía que Lucas hubiera hecho lo mismo en su
situación.

¿Qué hago ahora? Se frotó la frente con una mano cansada, pensando en qué
material necesitaría para escribir la historia. Carmina se había marchado muy
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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
contenta a hacer la compra hacía una hora, así que estaba sola con los perros.
Pasando por el estudio de Jude de camino hacia su habitación, se detuvo ante la
puerta abierta.

Solo revisaré los archivos y refrescaré mi memoria. pensó para sí misma


moviéndose hacia el ordenador. Empujó suavemente a Pete para que se fuera de
la butaca y se sentó en su lugar. Le llegó un hilo del aroma a cuero almizclado de
Jude y cerró los ojos disfrutando la esencia sonriendo para sí misma.

Encendiendo el ordenador rápidamente y tecleando la contraseña, desentrañó


todos los secretos de la vida de Jude en la DEA y comenzó a repasar los ficheros.

Con toda su atención puesta en la tarea, estuvo completamente ajena a todo


hasta que sintió el frío cañón de un arma contra su cuello, y la presencia
enfurecida de Jude sobre ella.

—Dame una buena razón para que no te mate en este mismo instante.

* * * * * * * * *
Capítulo 14

Esto no puede estar pasando....

Era el único pensamiento en la mente de ambas mujeres mientras permanecían


de pie paralizadas, como en un fotograma congelado por el horror de una
confrontación inesperada. Liz notaba el frío del arma contra la base de su cuello,
pero no sentía tanto el frío como el miedo que agarrotaba su estómago.
Comenzaba allí y se abría paso rápidamente por todo su cuerpo. El miedo helado
iba sustituyendo el pulso de la sangre cálida que corría por sus venas. Su
corazón ya tendría que haberse detenido pero siguió latiendo tenazmente,
determinado a salir de ésta. Si encontraba su final a manos de Jude, pensó una
parte salvajemente desorientada de su mente, sería, en cierto modo, lógico.
Había apostado que podría conseguir que Jude la amara lo suficiente de modo
que en última instancia, la verdad no importase. Ahora parecía que había
perdido. En el silencio subreal que las envolvía, lloró. No por la vida que iba a
perder, sino por la muerte de esa conexión sutil que había logrado, por la parte
del alma de Jude que estaba matando con esta traición.

El cañón de la Sig la apremió, y la voz exigió de nuevo.

—¿Y bien? Dime porqué no debería matarte.


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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Liz se pasó la lengua por los labios repentinamente secos, mirando todavía la
pantalla del ordenador.

—No es.... —el mundo pasó a toda velocidad ante sus ojos cuando se encontró
arrancada de la silla de piel y lanzada contra la pared de enfrente. Cayó con
dureza contra la esquina de una mesita situada entre las butacas, y la madera se
le clavó en la carne entre los omóplatos. Intentando liberarse del impacto, abrió
los ojos con cautela.

Y vio las ruinas del alma de Jude en la tierra baldía de esos duros ojos azules.

La mujer que se erguía frente a ella era la personificación de todas las pesadillas
que había oído sobre el Arcángel. Esta era la mujer que la DEA había creado,
traicionado y que ahora quería destruir. La dulce amante que había ofrecido a
Liz su alma con manos temblorosas había desaparecido. Se dio cuenta con el
corazón encogido de que lo que había en su lugar era bastante, pero bastante
peor que el ángel caído que amaba.

—No —advirtió Jude, inclinándose para fijar la mirada aterrorizada de Liz con la
suya—, no me digas que no te he visto infiltrándote en mi computadora,
copiando ficheros. Evidentemente soy una verdadera idiota, pero no estoy ciega—
.

—Deja que te explique —la mente de Liz volaba frenética, preguntándose cómo
podría explicarse. Lo había planeado de forma tan diferente, se suponía que no
iba a ser así. Se suponía que todo iba a funcionar entre ellas. Hacía tiempo que
había abandonado su meta original, y cualquier pensamiento que hubiera podido
albergar de sacar a la luz algo de esto, se había desvanecido con el
descubrimiento de esta mujer extraordinaria. Una parte de su corazón gritaba
que no era justo, no cuando estaban tan cerca...

¿Tan cerca de qué? ¿Honestamente pensaba yo que podría construir sobre una
mentira?

Jude estaba hablando, y Liz se preparó para las acusaciones que seguro
vendrían a continuación.

—¿Quién eres? No eres un Federal —gruñó Jude, negando con la cabeza—. Los
Federales no se follan a sus objetivos —esperó un momento, después añadió—.
Al menos no con tanto entusiasmo —ladeó la cabeza, como considerando las
posibilidades—. ¿Trabajas para Massala? —arqueó interrogante una ceja,
apretando con fuerza el cañón de la Sig entre los ojos de Liz.
306
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—No —dijo Liz con voz ronca. Aunque sus pensamientos se iban dando unos con
otros en su prisa por correr dentro de su mente, se encontró curiosamente
incapaz de hablar.

—¿Quién entonces?

—Para nadie —como la Sig inundaba todo su campo de visión, no vio venir el
golpe. Jude golpeó con fuerza el rostro de la mujer más pequeña con el dorso de
la mano, partiéndole el labio.

—¡¡¡No me mientas!!! —los dedos de Jude agarraron el material de la camisa de


Liz, y la levantó de un doloroso tirón.

Liz agitó la cabeza aturdida, siendo plenamente consciente de que el control de


Jude se iba haciendo añicos. Si escapaba solamente con el labio partido y
algunos moretones, mucha gente la consideraría afortunada. No sé si alguna vez
podría levantarte la mano...., las palabras de Jude de hace unos días se
agolparon en su memoria. Forzó sus ojos de vuelta sobre ella y vio la expresión
anonada en el azul.

Fe como si el golpe hubiera recordado a Jude sus propias palabras porque sus
dedos soltaron la camisa de Liz, y dejó caer la cabeza con cansancio.

—Solo dímelo —pidió débilmente, frotándose la frente como si le doliera mucho.

—Soy una reportera del Herald.

La traición estaba expuesta en esas pocas palabras. Sabía que en la mente de


Jude, un reportero del Miami Herald solo podría querer una cosa de ella, y no era
su corazón. Cinco palabras y todo lo que había sucedido entre ellas se convertía
en una mentira.

Una risa estrangulada escapó de la garganta de Jude que dio unos pasos atrás
separándose de su amante.

— ¿Una reportera? —repitió incrédula—. ¿Has hecho todo esto por una jodida
historia? —la verdad penetró en el alma destrozada de Jude y se alejó de Liz.
Cuando se dio la vuelta la reportera notó el brillo depredador en los pálidos ojos
azules—. Enhorabuena, querida —murmuró en tono bajo—. Has conseguido lo
que los Federales, las redes y los periódicos, no han podido. Has logrado la
historia completa —canturreó burlonamente—. Sexo, drogas y rock ‗n‘ roll. ¿Qué
más podrías pedir? —dijo con desdén. Liz recordó aquella noche en el porche

307
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
cuando vio por primera vez el corazón oscuro de su amante—. Así que dime:
¿qué quiere saber tu público? —su voz descendió hasta convertirse en un
peligroso y sensual ronroneo—. ¿Les vas a contar lo que se siente estar dentro de
mí? ¿Cuál es mi sabor? ¿Cuál es mi olor? —se acercó más a ella, y Liz no pudo
evitar que un escalofrío de excitación sexual surgido del miedo, la atravesara.
Unos dedos largos se extendieron para acariciar con suavidad el rostro de la
reportera—. ¿Sabes? Todavía tengo tu olor en mis dedos —trazó el perfil de los
labios de Liz, acariciando ligeramente el pequeño corte—. ¿Es por eso que no
querías dejarme marchar esta mañana? ¿Querías asegurarte de que tenías todos
los detalles?

Sus ojos se encontraban a centímetros de los de Liz, y la reportera buscó


frenéticamente en ellos cualquier destello de su amante. La mirada azul estaba
cruelmente desprovista de toda ternura, y comprendió con el corazón encogido
que el cambio de Jude era completo; la mujer que la acariciaba ahora no era más
que un animal salvajemente sensual.

— No.... —suplicó, todavía esperando encontrar cualquier atisbo de


reconocimiento—, no hagas que suene así....

—Así ¿cómo?, querida —preguntó, un tono inocentemente burlón en su voz—,


como si se tratara de....¿una investigación? —frunció el ceño, las palabras
habían traído a su mente algo que no quería escuchar. Apartando el recuerdo
con un brusco movimiento de cabeza, regresó la sonrisa carnal—. Supongo que
eso es todo lo que ha sido. Pero tengo que reconocer que has sido realmente
exhaustiva —siguió acariciando el rostro de la mujer más pequeña, sus dedos
rozaban de cuando en cuando el pelo rubio dorado.

Liz sintió algo desesperado en sus movimientos, como si Jude no pudiera evitar
intentar reconectar con ella, a pesar de la mentira. Esperando que aún quedara
algo dentro de Jude que pudiera alcanzar, inclinó el rostro hacia la caricia.

—No es eso lo que era, Jude. Deja que te explique....

La mano que había estado trazando la suave curva de la mejilla de Liz ahora se
enroscó alrededor del cuello de la reportera.

—No. Digas. Una. Sola. Palabra —advirtió despacio, apretando suavemente la


carne en su mano—. Porque ahora sé que todo lo que sale de esa preciosa boca
tuya es mentira.

308
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Liz cerró los ojos ante la presión, segura de que para ella todo se había acabado.
Una furia silenciosa comenzó a nacer en su interior: hacia ella misma
simplemente por no decirle antes la verdad, y hacia Jude por claudicar ante todo
aquello de lo que aseguraba que quería liberarse. De pronto, la presión en su
cuello desapareció, y abrió los ojos para ver a Jude retirándose de nuevo, esta
vez hacia la puerta.

Había una tristeza desoladora en los ojos que sostuvieron su mirada, y a pesar
de que su mente gritaba que las cosas no podían ser así, Liz no dijo nada.

—Te quiero fuera de aquí para cuando vuelva —dijo Jude suavemente en la
creciente oscuridad que la rodeaba—. Y si alguna vez veo alguna palabra de esto
impreso....créeme, Elizabeth, te mataré —increíblemente, la frialdad de sus ojos
se fundió por un momento y un cálido pulso de vida vibró en su lugar—. No
importa que no quiera hacerlo —añadió antes de deslizarse de vuelta a las
sombras.

* * * * * * * * *
Jude no supo hacia donde conducía ni por cuanto tiempo, de lo único que era
consciente era de un eco en sus pensamientos. Haz que pare. Quería que todo se
detuviese....la rabia, el dolor, y, sobre todo, la tristeza abrumadora de que estas
maravillosas semanas habían sido una mentira. Ahora no habría redención
posible. No había razón para mirar en su interior para buscar la voluntad de
cambio.

Como si siquiera pudiera.

Ahora sabía que Elizabeth no había visto nada en ella en lo que mereciera la
pena creer. De algún modo la reportera rubia había descubierto su debilidad, el
doloroso vacío de soledad desde la muerte de Jason, y lo había explotado con su
dulce sonrisa y su mirada de aceptación. Dime, Jude... dime porqué duele. Todas
las veces que Elizabeth le tendió la mano, la abrazó, la escuchó, le dijo que no
pasaba nada.… Todas habían sido mentira. ¿Qué pensará realmente de mí?

Jude se rió en voz alta ante lo absurdo de la idea. Había sido meramente un
sujeto, alguien a quien diseccionar y exponer sin piedad para el beneficio de la
gran área metropolitana. Por supuesto que algo así alcanzaría el ámbito
nacional. Jude no era ignorante del valor en el mercado de la verdadera historia
de su caída en desgracia. No importaba, por lo menos había puesto, si no Dios,

309
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
el miedo en la reportera al Arcángel antes de marcharse. No creía que Elizabeth
fuera a hacer algo estúpido.

Elizabeth.... Su cuerpo suspiraba pensando en la mujer que le había hecho el


amor tan dulcemente esa misma mañana. Esta mujer había superado tan
fácilmente las formidables defensas de la agente y capturado la bandera de su
alma sin vacilar. ¿Sabía lo que había hecho?

Basta... por favor... basta....gritó su mente. Con violencia, precipitó el Porsche a


toda velocidad hacia el sol que caía, esperando en vano ser consumida por sus
tentáculos moribundos.

* * * * * * * * *
En el tercer piso del Club, tras una entrada bien camuflada para los clientes
normales e incluso para los VIPs, había una pequeña suite: un dormitorio, un
baño y una oficina que tenía su propia entrada. Jude había utilizado estas
habitaciones en el pasado como una especie de lugar de encuentro para sus
conquistas. Era un buen sistema y evitaba que sus juguetes se mezclaran con su
vida real. Ahora se retiró allí, casi como un animal herido que regresa a su
guarida abandonada durante largo tiempo para desangrarse en paz.

Bajo el rugido de la ducha no oyó entrar a su asistente. La repentina aparición


de la forma de Sasha, ondulada a través de la cortina de la ducha la sobresaltó.

—¿Qué pasa, querida? —preguntó, de pie bajo el chorro. Esperaba que el


martilleo del agua aliviara la neblinosa confusión de sus pensamientos y borrara
los vestigios del tacto de quien la había traicionado. Ahora solo quería olvidar,
olvidarlo todo, su breve tiempo en la luz, su amor naciente, el poder intoxicante
del contacto de Elizabeth sobre su piel.

—Paul me ha dicho que te había visto llegar —replicó Sasha simplemente—. No


pensaba volver a verte esta noche.

O en los próximos días…. el final de la frase de Sasha quedó sin decir.

Jude se inclinó hacia el chorro de la ducha, consciente del examen que su


ayudante hacía de su forma musculosa a través de la cortina. Las libertades
visuales que Sasha se había tomado siempre con el cuerpo de su jefa eran una
de las cosas que ésta había encontrado tan atractivas en la mujer color
caramelo. La desafiante audacia de su mirada exigía respeto.

310
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—He cambiado de opinión.

El Boxster parecía haber encontrado su propio camino a través de las calles de


neón, llevándola hasta el Club y sus poderes de distracción, a Sasha con sus
ojos ardientes y manos fieras. Sasha puede ayudar... siempre lo ha hecho, su
mente la animó seductora. Podía hacer que Jude olvidara el espantoso dolor que
la atravesaba y dejaba su alma hecha jirones.

Cerrando el agua y abriendo la cortina con un movimiento de la mano, capturó


los ojos azafrán de su ayudante con una mirada francamente sensual. Un ansia
creció en el vientre de Jude, sinapsis largamente aletargadas se encendieron ante
el recuerdo del aturdimiento erótico que siempre había disfrutado en las manos
de Sasha. Una ceja perezosa hizo un gesto a la otra mujer.

—¿Algún problema?

Sasha pareció desconcertada por un momento, después sonrió suavemente.

—Por supuesto que no. Hace bastante que no pasas una noche aquí...., por
razones puramente personales.

Cuando Jude salió de la ducha, automáticamente Sasha le tendió una de las


gruesas y blancas toallas colocadas sobre el tocador.

—Sécame la espalda ¿quieres? —preguntó en lugar de aceptar el ofrecimiento.


Gotas de agua resbalaban de sus hombros, cosquilleando sobre las
terminaciones nerviosas que habían empezado a despertarse. Por su propia
voluntad, el recuerdo de estar frente a Elizabeth, agua caliente bajando por su
piel, regresó. Fue una imagen que sacudió a Jude con resonante intensidad, la
mujer rubia debajo de ella, esa boca perfecta conduciéndola poderosamente al
borde del orgasmo.

Y de pronto, la toalla iba secando el agua, secando los recuerdos. Jude agitó la
cabeza brevemente, gruñendo suavemente ante el tacto firme de las manos de su
asistente.

—Gracias —dijo, apartándose y dándose la vuelta.

— ¿Algo más? —preguntó Sasha, con el trozo de tela todavía en sus manos.

Dos palabras....miles de implicaciones. Había tomado a Sasha de esa forma


antes. La empujaba contra el tocador y hacía que abriera las piernas, buscando

311
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
su placer. Era parte de su juego, el tormento de Sasha, la brutalidad sensual de
Jude, cada mujer obtenía su placer del poder que ejercía sobre la otra. Era un
flujo y reflujo que, en realidad, no había desaparecido nunca, meramente se
había transformado en algo más aceptable a su nueva situación. Ahora, la mujer
oscura sentía su seductora fuerza una vez más. Hacía mucho tiempo que no se
permitía ser tan temeraria, y más tiempo aún desde la última vez que había
sentido esos muslos enroscados sobre sus hombros. Intentó recobrar el recuerdo
del sabor de Sasha, pero sus sentidos solo respondieron a la esencia dulce de la
reportera. Eso abrió la compuerta que más deseaba Jude ver cerrada. Las
profundas sensaciones provocadas por Elizabeth mientras pintaba dulcemente
con su esencia los labios de Jude y sus besos con el sabor de su mutuo deseo la
invadían implacablemente.

Los recuerdos trajeron con ellos un gusto amargo de traición, y, con resolución,
Jude apartó de su mente el deseo por cosas que no podía tener. Aún así, una
pasión agitada se encendió en sus ojos mientras sonreía sensual a su antigua
amante.

—Relájate, querida. Va a ser una larga noche.

Un ligero estremecimiento recorrió visiblemente el cuerpo de Sasha, y Jude se


dio cuenta con suficiencia de que aún podía manejar a la fría ejecutiva a
voluntad. Esto puede ser muy divertido, pensó, ignorando la cruda verdad de que
todo su deseo estaba reservado para otra persona.

—Esta noche estás de humor —observó Sasha, mientras sus ojos seguían a Jude
que abría el pequeño armario. Siempre una pragmática, Jude tenía guardados
ropa y ―suministros‖ por toda la ciudad. Nunca se sabía cuando iba a tener que
esconderse o salir precipitadamente.

—De buen humor —corrigió.

—Querrás decir, de humor peligroso —murmuró Sasha, sabiendo que los oídos
de Jude no se perderían la observación.

Jude lanzó una sonrisita por encima del hombro.

—Peligroso para algunos —replicó—. Bueno para mí.

—Así es como funciona normalmente —accedió Sasha con una mirada de


complicidad en sus ojos.

312
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Jude eligió juiciosamente ignorar el comentario.

—¿Qué te parece? —sostuvo dos vestidos. Uno era un sencillo y elegante vestido
negro, con un corpiño escotado y una falda corta que caería suelta justo encima
de su rodilla. El otro era un modelo de terciopelo carmesí que, incluso en la
percha, parecía que había sido sacado directamente de un intenso sueño erótico.

—El rojo —respondió Sasha sin dudar.

Jude rió en silencio ante la mirada de su ex–amante y valoró su recomendación.


El vestido no tenía mangas, y las finas tiras que lo sujetaban harían que la tela
cubriera sus pechos con elegancia, apuntando a la bella plenitud que se
escondía debajo. Todo el diseño era una gran provocación, se ajustaría al
exquisito largo del cuerpo de Jude, envolviendo sus piernas con familiaridad
posesiva, deteniéndose justo debajo de la rodilla. Un generoso corte serpenteaba
en ángulo sobre la tela, permitiendo tanta libertad de movimientos a quien lo
llevara, como un provocador vistazo a los de otro modo, secretos escondidos para
aquellos bendecidos con la suerte de poder ver. Definitivamente sería una
declaración, y cuanto Jude más miraba la prenda, más se daba cuenta de que
ésa era la declaración que quería hacer.

—¿Tú crees?

—Desde luego —dijo Sasha asintiendo con la cabeza, y pasándose la lengua por
los labios sin darse cuenta.

Jude observó el movimiento con una sonrisa interior.

—Entonces el rojo —decidió. Desde luego que sí....esto va a ser muy divertido,
consideró con un brillo de diversión en sus ojos. Hacía mucho tiempo que no
jugaba. Todo lo de esta noche, desde el vestido que llevaba hasta su presencia en
el Club y la mujer a su lado, sería una declaración que no pasaría desapercibida
ni siquiera por el más ignorante de los observadores.

El Diablo estaba de vuelta.

* * * * * * * * *
La fiesta nocturna estaba bastante avanzada en el momento en que hizo su
primera aparición. Un pulso desnfrenado corría por el Club, los clientes
respondían sin saberlo a la llama salvaje de la sangre de Jude. Sasha había
indicado discretamente a los pincha-discos y a los camareros que dieran marcha
313
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
esa noche. Así que la música era un poco más sensual, las bebidas algo más
efectivas, y la clientela algo más desinhibida mientras la noche extendía su mano
y les hacía señas para que la siguieran.

Jude absorbió el espectáculo a su alrededor con una curva satisfecha en sus


labios. Las grandes masas, hirviendo y retorciéndose eran sus criaturas; y se
movía con facilidad entre ellos, con una regia inclinación de su cabeza. Rostros
vagamente familiares la llamaban, dándole la bienvenida de vuelta a su territorio
con ojos agradecidos. Los hombres a su alrededor la saludaban con un
movimiento de cabeza, complacidos de deleitarse en el resplandor de su
elegancia malevolente. Las mujeres cuyos cuerpos había poseído, y aquellas que
deseaban que lo hiciera, la rozaban insinuantes, tentando sus sentidos con su
cercanía.

Un baile, una copa, una insinuación, unos brazos esbeltos alrededor de su


cuello, el sabor de tequila sobre sus labios, una risa neblinosa navegando
placentera sobre sus oídos. Todos aquellos pensamientos no deseados por fin
desaparecían aplastados por el firme tacón de la sobrecarga sensorial. Jude
caminó entre su gente, el brillo de sus ojos atrayendo a algunos y advirtiendo a
otros con su fuerza voraz.

Y allí estaba Sasha….siempre...., nunca más allá de una rápida mirada. La mujer
tenía un olfato infalible para lo que Jude necesitaba y eso era exactamente lo que
le daba a su antigua amante, dejándola libre para vagabundear, pero nunca
completamente desatendida. La sonrisita satisfecha de su asistente indicaba su
confianza en cómo terminaría la noche, pero otros no estaban tan seguros de las
intenciones del cazador. En consecuencia, Jude disfrutaba del buffet sensual
que se le ofrecía, compartiendo la curva de una cadera o el aroma herbal de un
mechón de pelo. La caricia fugaz de una mano cómplice rozaba su piel, pero
nadie era lo suficientemente audaz como para buscar su boca. Merodeaba entre
ellos constantemente, buscando algo que no se encontraba en la exposición de
cuerpos bien vestidos y bien formados.

La gente hablaría sobre esa noche y la inquietud carnal que los había infectado a
todos ellos durante meses. Su oscura reina había regresado, y su gente se
deleitaba en ello.

Quizá esa fue la razón por la que al principio Jude no la vio acercarse. Se trataba
de otro glorioso espécimen para que ella lo tomara o no, según dictara su humor.
Algo, sin embargo, un destello dorado, una brizna de su aroma en el aire,

314
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
identificó lo que había estado buscando, y se dio la vuelta justo cuando Elizabeth
se plantaba frente a ella.

Un brazo ágil se desenroscó y se oyó el sonido áspero de una palma golpeándole


el rostro. El golpe le echó la cabeza para atrás, un hilillo de sangre comenzó a
brotar del diminuto corte que el anillo de Elizabeth le hizo en la mejilla. La
reportera gruñó salvajemente.

—Primero que todo: jamás me vuelvas a pegar —se movió como para pegar a
Jude otra vez, pero ésta le agarró el brazo en mitad del aire.

—Ha, ha —advirtió, sujetando con facilidad la delgada muñeca—. La primera es


gratis, pero la siguiente tiene un costo.

Jude sabía que la sala no podía estar en silencio...., era demasiado grande y
había demasiada gente alrededor como para que todos se hubieran dado cuenta.
Pero un vacío que rugía de forma ensordecedora llenaba sus oídos, y la
habitación se estrechó hasta abarcar solo a la mujer que se encontraba frente a
ella. Todo lo que había intentado olvidar tan desesperadamente se plantó con
fuerza de vuelta en su conciencia. La sensación de la piel de Elizabeth sobre la
suya era de una intensidad casi insoportable, aunque ésta estuviera temblando
de furia. En ese momento supo que nunca estaría libre de ansiar el tacto de esta
mujer, su voz, su cuerpo. Una rabia furiosa ante su impotencia frente a esas
emociones se abrió camino en su interior. Una expresión de furioso desdén se
formó sobre sus labios.

Elizabeth se liberó de su agarre, mirando fijamente a Jude con unos ojos que
echaban chispas.

—Me debes la oportunidad de explicarme.

Jude estudió a su amante con frialdad.

—¿Te debo?

—Sí —fue la resoluta respuesta.

Jude hizo un gesto con sorna.

—Entonces por todos los medios….Explícate.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Jude... —Liz apretó la mandíbula, y parpadeó para eliminar el brillo que
apareció de pronto en sus ojos. No era un ruego, no era una exigencia....pero fue
algo que la otra mujer no pudo negar.

—Sígueme —dijo Jude con voz ronca, guiando a su amante por la escalera de
caracol.

* * * * * * * * *
En cuanto entró en el pequeño dormitorio, Liz se dio cuenta de la magnitud de
las acciones de Jude la noche en que se conocieron. Podía haberla traído aquí
arriba con la excusa de ―centrarse en la realidad‖ y seducir a la reportera, que
sabía exactamente el poco esfuerzo que le habría costado. Su cuerpo había
estado respondiendo a Jude desde el momento en que había puesto los ojos en la
bella traficante de drogas. Pero, en vez de eso, Jude había aceptado la petición de
Liz sin dudar de ella, abriéndole su casa, y finalmente su vida. Y aunque Liz no
había faltado a la verdad desde aquella primera noche, la mentira que dio lugar
al nacimiento de su relación era una mentira hiriente.

El silencio en esas habitaciones era genuino, y para Liz el golfo que las separaba
parecía inabarcable. Apoyándose contra la recia puerta de roble, observó a Jude
recorrer la habitación con pasos furiosos pero medidos. El vestido de terciopelo
se le ceñía como la sangre a una herida.

—Jude... —vaciló.

—¿Por qué? —un áspero sonido gutural. Una pregunta arrancada de los jirones
del alma de Jude.

—Yo....no sabía —replicó, incapaz de explicar que no tenía idea de que esta
mujer podría ser la que llegara a poseer su alma.

—Saber ¿qué? —preguntó Jude con dureza—. ¿Posiblemente, que podrías no


saber?

—Que me enamoraría de ti —susurró despacio.

Jude se balanceó ligeramente mientras su cuerpo absorbía el impacto de esas


palabras que entraban golpeándola.

—No digas eso —ordenó sombría, avanzando hacia Liz.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Te amo.

Las palabras eran la única cosa a la que Liz se podía agarrar en el torbellino en
el que se encontraba. Como reportera había aprendido que la mayoría de las
verdades eran relativas dependiendo del enfoque de la historia, de quien hablase,
y de sus motivaciones. Sin embargo, también había aprendido que había algunas
verdades que era fundamentales, verdades que habían constituido los cimientos
de los individuos, de filosofías, de naciones.

En algún momento a lo largo de esas semanas, la certeza de saber que estaba


enamorada de Jude Lucien, se había convertido en la base de todo lo que
Elizabeth Peterson Gardener era.

Fuera lo que fuera que había pasado, Jude tenía que saberlo.

—Te amo.

Jude dio un paso acercándose más, una mirada furiosa sofocaba la noble
elegancia de sus rasgos.

—No digas eso.

—Te amo.

Jude estaba justo delante de ella, sus cuerpos casi....tocándose dolorosamente.

—No digas eso.

Había una amenaza auténtica en esos ojos azules... y notó con asombro, que
podía ver la pálida llama ardiendo con algo que parecía sospechosamente miedo
puro. Ya antes había jugado y ganado con aquellas expresiones inexplicables que
pasaban por la mirada de la mujer oscura. Ahora era el momento de hacerlo de
nuevo.

—Te amo, Jude —repitió, levantando una mano firme apenas para acariciarle la
mejilla.

El sonido de cristal rompiéndose las rodeó cuando el puño de Jude destrozó el


cuadro que había justo a la derecha de la puerta. Algo dentro de Jude pareció

317
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
romperse también, y cerró los ojos, incapaz de tocar a la reportera, pero incapaz
igualmente de apartarse.

—Shh... —tranquilizó Liz, pasando la mano por los músculos tensos como
cuerdas del brazo de Jude y apartándolo del cristal destrozado—. No pasa
nada…. —los dedos de Jude todavía estaban curvados en un puño, y
lentamente, Liz los fue abriendo quitando con cuidado los fragmentos de cristal.
Pequeños cortes motearon la piel bronceada, y las heridas se llenaron de
sangre—. Siempre te estás haciendo daño, Jude —murmuró, agarrando la mano
entre las suyas y presionando la palma suave contra sus labios.

* * * * * * * * *
—No —susurró Jude, sentía en todo su cuerpo el dolor producido por el asalto de
las sencillas palabras de Elizabeth—. No puedo hacerlo —no podía dejar pasar la
traición y la rabia, y simplemente aceptar la cascada de luz que esa declaración
de amor derramaba sobre ella. ¿Cómo podía aceptarlo como verdad cuando podía
ser tan fácilmente una mentira como las otras palabras lo habían sido? De forma
desconcertante, su cuerpo persistía en considerar real ese sentimiento líquido, y
como falsa la furia helada del pasado.

La verdad, ahora podía verlo, se encontraba en la forma infinitamente tierna en


la que Elizabeth estaba sacando fragmentos de cristal de su mano, en el pulso
tembloroso visible en el delicado cuello de la reportera y en la valiente resolución
necesaria para abofetear en la cara a una asesina y exigir respeto. Jude intentó
negarlo una vez más, sabiendo que aceptar el amor de Elizabeth significaba, a
cambio, rendirse ante el suyo propio. Si Elizabeth decidía traicionarla de nuevo,
Jude sabía que no sobreviviría.

—No puedo hacerlo.... —abrió los ojos a brillantes campos verdes frente a ella.

—Sí que puedes —advirtió Liz, manteniendo sus ojos cuidadosamente fijos en
Jude. Un silencio temeroso se detuvo entre ellas, y la reportera aspiró
profundamente, odiando que sus próximas palabras fueran necesarias—. Siento
haberte mentido.

La respiración de Jude se le quedó atascada en la garganta, una roca en su


faringe que bloqueaba el paso del aire. Rechazó con todas sus fuerzas el impulso
de huir, de marcharse, de estar en cualquier otro sitio menos perdida en los ojos
de esa mujer.

318
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Yo también siento que me mintieras —replicó con voz ronca, la garganta en
carne viva por el esfuerzo para respirar.

—No sé cómo podría arreglarlo. O qué más puedo decir.

En realidad, ¿qué más hay que decir?, pensó Jude.

Podía aceptar el amor de Liz o no. En ese momento todavía era posible salir de la
vida de la reportera, aunque sabía que su alma nunca se recuperaría. De
cualquier manera, ahora sabía que nunca podría regresar a lo que había
conocido en el pasado, al corazón oscuro de la vida que aún bombeaba sin cesar
en el piso de abajo. El miedo apareció con su emblema bien alto, y con su
viscosa opacidad abriéndose camino por su garganta, intentando sepultarla.
Ceder al miedo o luchar para alcanzar la luz que se le estaba ofreciendo.

¿Qué opciones tengo?

—Dime que me amas —dijo Jude con voz espesa, apoyando la frente contra la de
Liz.

—Te... —el asombro hizo que tropezara con las palabras—, te amo.

—Dilo otra vez —ordenó Jude.

—Te amo.

—Otra vez —estaba utilizando la verdad para eliminar de sus pulmones el olor a
podrido de las mentiras, del miedo y de la rabia.

—Te amo.

La poderosa fuerza de la boca de Jude encontrándose con la de Elizabeth aplastó


la última declaración. Probó el metálico sabor a sangre en los labios de su
amante, sabía que era por el golpe que le había dado antes. Su lengua eliminó
con reverencia los trazos de su propia violencia y busco entrada penitente en la
boca de Elizabeth. La reportera le franqueó la entrada con alegría, rodeando con
sus brazos el cuello de Jude, acercándola más aún.

—Te amo —murmuró, las palabras distorsionadas y apagadas por el beso.

La boca de Jude exigía atravesando a Elizabeth mientras buscaba reclamar el


amor que la reportera ofrecía tan libremente. Obligó a la lengua de Elizabeth a

319
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
que abandonara su timidez hasta que estuvieron explorando las bocas de cada
una con abandono en un beso incendiario que amenazaba con inmolarlas allí
donde se encontraban.

Sus manos estaban en todas partes, notando distraídas las prendas tan poco
familiares que la reportera llevaba y desvistiéndola rápidamente. Quería a
Elizabeth desnuda frente a ella, tan receptiva y llena de deseo como Jude lo
había estado esa misma mañana.

—Dios, eres preciosa —se maravilló Jude, viendo caer del cuerpo de la reportera
la última pieza de encaje. Elizabeth quedó atrapada entre la madera fría de la
puerta y el calor volcánico de Jude—. Tan preciosa —repitió. Tomó las manos de
Elizabeth en las suyas, guiándola hacia la cama—. Túmbate —ordenó con voz
ronca.

Sus ojos eran de un vibrante violeta mientras observaba a Liz obedecer su


petición. Elizabeth se tumbó expectante sobre la extensión oscura del edredón,
esperando que la gloriosa visión de la forma bronceada de Jude emergiera de su
cautividad. El terciopelo se separó con reluctancia de la piel, abrazando el largo
del cuerpo de Jude mientras se deslizaba lenta pero inexorablemente hacia la
gruesa alfombra.

—Ven aquí —murmuró Elizabeth, estirando sus brazos esbeltos a modo de


invitación.

—No —replicó Jude tranquilamente, mientras sus propias manos recorrían las
curvas de las piernas de Elizabeth, sus fuertes dedos tanteaban los músculos
definidos de sus muslos—. Mío— susurró con fiereza.

Rindiéndose a la necesidad no expresada de Jude, Elizabeth se recostó en la


cama y dejó descansar sus brazos por encima de su cabeza. Los dedos de Jude
trazaban el contorno de su cuerpo en un gesto de posesión, se movían sobre sus
caderas, su estómago, pechos y hombros. Largos dedos abrasaban la piel,
dejando marcado su deseo en los huesos y los músculos. Elizabeth se arqueó
hacia esas manos autoritarias, presionando su carne en el abrazo y ansiando
tener el cuerpo de Jude contra el suyo propio.

La boca de Jude siguió a sus manos a través del paisaje del cuerpo Liz,
confirmando con el gusto lo que el tacto ya había comunicado a su cuerpo
tembloroso. Elizabeth era ligera y cálida, sal y musgo, y se encontraba de buen
grado a merced de las exigencias de la mujer morena. Jude se colocó sobre ella
para sujetar con firmeza las piernas de Elizabeth y mantenerlas juntas a la
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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
altura de las rodillas. Inclinando la cabeza hacia el pezón dolorosamente
despierto justo debajo de su boca, gimió en lo profundo de su garganta cuando
su lengua sintió su dureza. Elizabeth gimió agradecida por el contacto,
hundiendo las caderas en el colchón, a punto de enloquecer por el tacto
hipnótico de Jude.

Con su propia excitación fluyendo entre sus piernas, Jude buscó llevar aún más
allá el deseo de la mujer rubia, atacando un pecho cada vez. Su boca era un
voraz instrumento de placer, dedicado a una sola tarea. Elizabeth se agarró al
cabecero de la cama buscando algo que la sujetara mientras su cuerpo se
arqueaba impotente por el tormento, suplicando más.

—Por favor.... —jadeó.

—Sí, Elizabeth —susurró Jude—, déjame oírte....esta noche necesito oírte.

Los únicos sonidos en la habitación fueron sus respiraciones cada vez más
entrecortadas y los dulces murmullos de placer. En sus mentes y almas, los
últimos ruidos del Club se habían quedado fuera, la gente que se divertía había
quedado apartada. Ahora el mundo consistía únicamente en sus pieles. El tacto
de Jude. La necesidad de Elizabeth.

—Tócame.

Era la súplica que Jude había expresado a Elizabeth esa mañana, cuando había
permitido que la tomara en una rendición final. Ahora era el turno de Elizabeth
de desnudar su alma y depositar su deseo desnudo a los pies de su amante,
confiando en que ésta la conduciría hasta donde necesitaba llegar.

Jude se deslizó hacia abajo por el cuerpo de la reportera con facilidad, y tomando
cada una de sus piernas, las elevó hasta colocarlas sobre sus propios hombros,
refugiándose en el puerto creado allí. Adoraba este lugar, el tacto íntimo de su
mejilla en el muslo de Elizabeth, la anticipación de su cuerpo al rojo vivo.

—Jude….Tan bien…. —un gemido escapó de Elizabeth cuando los dedos de Jude
encontraron el núcleo escondido del deseo de la reportera y lo expusieron a su
lengua curiosa—. Oh, sí.... —murmuró.

Para la mujer oscura, esta caricia era la absolución para un alma que no la
merecía. Quiso ir más allá dentro de su amante, deleitándose en las paredes
firmes que rodeaban sus dedos y su lengua, buscando ese lugar perfecto que
podía llamar hogar. Una suave exclamación le indicó que lo había encontrado, y

321
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
en un instante dedos y caderas se movían a un ritmo inexorable. Cerró los ojos
para absorber mejor la sensación del deseo de su amante. Esto era el aire....esto
era su vida....esto era su hogar....

Esto era....

Todo.

—OH DIOS....JUDE.... —el clímax que atravesó a Elizabeth se clavó en Jude con
increíble furia. Se oyó a sí misma gritando como respuesta a las poderosas
convulsiones, sintió su cuerpo temblar violentamente, y entonces....de algún
modo....había envuelto a la reportera entre sus brazos y estaba murmurando
palabras de amor sin sentido en el oído de la rubia. Se abrazaron durante un
largo y silencioso momento, ambas demasiado abrumadas por la fuerza de su
pasión como para decir nada. Depositando un tierno beso sobre la frente de Jude
y apartando los mechones empapados, Elizabeth dijo con tranquilidad.

—Tenemos que hablar.

—Supongo que tienes razón —dijo Jude con reluctancia. Sin embargo, ambas
mujeres permanecieron en silencio, sus respiraciones y sus ritmos cardiacos
volviendo a la normalidad lentamente. Le gustaba cómo la rubia se encontraba
estirada sobre ella y odiaba tener que abandonar el momento de paz que habían
conseguido crear, pero aún había muchísimas más cosas que decir—. Pensé que
se trataba de otra persona, ya sabes —dijo en la penumbra.

—¿Qué? —la voz de Elizabeth sonaba perpleja.

—Tu secreto. Sabía que ocultabas algo —explicó Jude—. Solo que pensé
que....que había alguien más. Alguien en serio a quien intentabas herir estando
conmigo.

La reportera asimiló la revelación con una inclinación de cabeza. Después se


recostó sobre Jude, encendiendo la lámpara que había visto sobre la mesilla de
noche.

—Quiero verte la cara —observó a su amante con intensidad—. Siempre


pensaste que te estaba utilizando —había un cierto tono incisivo en sus palabras
y una dureza en su mirada que inquietaron a Jude y se encontró a sí misma
sintiendo cierto embarazo ante la implicación.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Lo estabas —la acusación defensiva salió de su garganta antes de que pudiera
echarse atrás.

Liz se levantó de la cama y la miró con cansancio.

—Si eso es lo que piensas todavía, entonces estaba equivocada. No tenemos nada
de que hablar.

— ¡Espera! —Jude agarró su brazo con suavidad—. No era mi intención que


sonara así.

— ¿Y de qué otro modo querías que sonara?

—Solo siéntate ¿ok? —le soltó el brazo y se pasó una mano por el cabello
despeinado—. No, espera, deja que abra la cama primero.

Elizabeth no pudo evitar la diminuta sonrisita que se curvo en su boca.

—Estás muy segura de ti misma ¿verdad?

Jude le regaló una media sonrisa.

—No, simplemente pensé que si nos íbamos a pelear mejor ponernos cómodas
¿de acuerdo?

—Suficientemente justo —accedió, dejando que Jude la empujara hasta el lugar


donde se encontraba antes. Antes de darse cuenta, estaba arropada
cómodamente en los brazos de su amante una vez más, y ambas sentadas con la
espalda contra un generoso montón de almohadas apoyadas contra el cabecero
de la cama.

—¿Ya podemos pelearnos? —preguntó, aunque Jude había conseguido apagar el


enfado que de nuevo había comenzado a bullir entre ambas.

—Ya podemos pelearnos —asintió Jude—. Déjame empezar otra vez. Sí, pensé
que me estabas utilizando....porque de otro modo, no podía entender qué
demonios podías querer conmigo. Si hubiera pensado con claridad me habría
dado cuenta de que eras una reportera en el momento en que no saliste
corriendo de la casa pegando alaridos después de que te disparasen.

—Pero ¿por qué no te diste cuenta? —preguntó Liz con calma.

323
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Jude hizo una larga pausa, preguntándose cómo poner voz a la tumultuosa
avalancha de sentimientos que había comenzado casi en el primer momento en
que vio a la mujer rubia.

—Porque quería que tú quisieras estar conmigo —dijo finalmente.

Liz contuvo la respiración bruscamente ante la admisión.

—¿Eso querías?

—Oh, sí —rió Jude con cierta tristeza—. Al día siguiente de que te dispararan,
iba en el coche pensando en esa historia absurda que me contaste sobre un
novio. Recuerdo que pensé que no tenía ningún sentido —se inclinó para
saborear brevemente los labios de su amante—. Y después recuerdo muy
claramente que me importó una mierda —otro beso le devolvió el valor que le
empezaba a flaquear—. Así que de algún modo, es culpa mía que la mentira
continuara. No quería oír la verdad.

—Para ahora mismo —ordenó Liz—. Por Dios, gran tonta distribuidora de drogas,
no te atrevas a tomar la responsabilidad de esto —la miró directamente a la
cara—. Lo que yo hice estuvo mal. Intentar manipularte para conseguir tu
historia estuvo mal. ¿Lo tienes?

Jude miró los fieros ojos verdes de su amante y suspiró suavemente.

—Elizabeth, en comparación con todo lo que yo le he hecho a otras personas, lo


tuyo ni siquiera cuenta.

—Entonces perdóname.

Las palabras cayeron sin pensar de los labios de Elizabeth, y se puso pálida al
darse cuenta de lo que acababa de decir.

Perdóname….Una palabra que Jude nunca había dicho a nadie. Aunque los
Dioses sabían que a ella se le había concedido por alguna razón inexplicable de
aquellos a los que tenía gran estima….Ria….Tony….Kent….incluso podía sentir
el calor de Jason ahí.

Perdóname... ¿Es tan simple?, musitó Jude para sí. Pensando en todos los años
que había pasado hundida en una rabia insaciable, los años perdidos, sola....la
necesidad de tener a alguien cerca que la entendiera, aceptara y perdonara....La
mente de Jude recorrió a toda velocidad los recuerdos. Y entonces la sensación

324
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
de la mujer envuelta en sus brazos caló muy hondo....la alegría de despertarse
con ella, el brillo en esos ojos verde dorado que aliviaban dolores tan profundos
que había creído grabados en su alma para siempre.

—Te perdono —dijo simplemente.

Elizabeth se quedó con la boca abierta.

—¿Qué?

—Te perdono —repitió Jude, enviando una cascada de besos bailando sobre la
mejilla de su amante—. Te perdono....te perdono….te perdono....

Sus bocas se enredaron y danzaron, un perezoso fuego acariciando el interior de


sus vientres.

—No puedo creerlo —murmuró Liz. Las palabras eran un suspiro elaborado más
que otra cosa, pero aún así no escaparon al fino oído de Jude.

—¿Qué es lo que no puedes creer? —preguntó, deteniendo sus atenciones.

Liz parpadeó mareada, intentando recobrarse de las caricias de los labios de


Jude. Miró fijamente al violeta de los ojos de su amante que latía con dulzura, y
aspiró profundamente.

—¿Estás segura de que ya no estás enfadada conmigo?

Jude sonrió con tristeza a su amante, inadvertirtiendo el tono melancólico de su


voz.

—No, no estoy enojada.

Como un niño incapaz de resistirse a presionar en una herida, Liz siguió


adelante.

—¿Pero como puedes volver a confiar en mí? —aunque Jude no había dicho nada
de ese tipo, la periodista sabía que había destruido algo precioso que podría no
volver jamás.

Jude apretó la mandíbula y se comió un suspiro.

—¿Tenemos que hablar de esto ahora?

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Sí —insistió Liz silenciosamente.

Jude se frotó la frente en un gesto de irritación que, la periodista lo tomó con


pesar, se estaba convirtiendo todo en demasiado familiar.

—La confianza .... —murmuró la mujer morena—. Cuando estás dentro....tienes


que confiar en tu pareja. Porque si te dejas caer, se acabó.

—Eso fue lo que pasó con Kent? —más una afirmación que pregunta.

—Más o menos. Él se rindió cuando unos chicos comenzaron a golpearlo.

—Pero salvaste su vida a pesar de que podías haber escapado —vio la cara de
sopresa de Jude y agregó—. Tony me lo dijo.

Jude se encogió de hombros.

—Solo no dejas a nadie detrás. No cuando tienes la oportunidad de sacarlos.

—Así que, permaneciste leal, incluso después de que él te traicionó —una


imagen haciéndose evidente y a Liz no le gustó ni un poco.

—Tenía que terminar el trabajo —dijo Jude, sin mirar los ojos de Liz.

En ese momento, Liz quiso que Jude realmente hubiera apretado el gatillo la
noche anterior. En una gran cantidad de formas en que hubiera sido más fácil de
soportar que este sentido distorsionado de honor que parecía estar vinculando
Jude hacia ella.

—Ya veo —dijo suavemente, lentamente facilitando su cuerpo lejos de Judas—.


De eso es de lo que se trata, ¿no? —estudió la forma supina de su amante con
tristeza cada vez mayor—. Te sientes responsable de meterme en medio de tu
guerra con la DEA, aunque eso no es verdad, por cierto, y usted te estás pegando
el tiempo suficiente para asegurarte de que salga de ella. Es por eso que tú
estuviste de acuerdo con mi plan, por qué dijiste que me perdonas.

Si Liz no hubiera estado tan envuelta en su propia miseria, en la comprensión de


que había destruido en realidad lo único que aún le importaba, hubiera visto
apretar la mandíbula de su amante rítmicamente, el estrechamiento de los ojos
azules y habría sentido enrollados los músculos en el cuerpo de Jude. Así las
cosas, la erupción la tomó completamente por sorpresa.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—¿¿Estás malditamente fuera de tu mente?? —Jude explotó saliendo de la
cama, desplazando a Liz de la posición de sus brazos enviando a la mujer más
pequeña a que cayera al colchón—. ¿Has escuchado un carajo de lo que he
dicho? —ella se paseaba a lo largo de la pequeña habitación pasando su mano
por su cabellera enmarañada. Sus ojos ardían de indignación al contemplar a su
amante.

—Lo hago —respondió Liz con la esperanza de que su voz no transmitiera en


latido frenético de su corazón—. Sé lo que te hace la traición. También sé que, a
pesar de lo que piensas, eres una persona muy honorable. No te culpo por….

—Cierra la maldita boca —dijo Jude rigurosamente caminando hacia la cama y


poniéndose en cuclillas, para que Liz y ella estuvieran ojo con ojo—. Escucha de
nuevo.

Jude se levantó y caminó unos pasos más antes de girar y enfrentarse a su


amante.

—Yo....yo no....soy demasiado lista para algunas cosas, Elizabeth. Muchas de las
relaciones que he tenido no han durado más de lo que tardaba en volver a
vestirme —ante el estallido de risa de Liz, sonrió ligeramente—. No sé cómo hacer
esto.... —gesticuló varias veces señalando a Elizabeth y después a sí misma—,
esto de hablar —dio unos cuantos pasos más, como si intentara recopilar
palabras dispersas para hacer que Liz entendiera—. Cuando entré en el estudio y
te vi allí sentada, me quería morir —dijo sombría—. No sabía que se podía sentir
tanto dolor y no estar sangrando por ningún sitio —Liz hizo un gesto de dolor
ante la simple declaración, sintiendo el daño en su propio corazón—. Y quise que
tú te sintieras igual que yo. Por eso te pegué. Aunque lo único que conseguí fue
sentirme aún peor. Pensaba que si podía hacer que te sintieras tan mal como yo,
entonces no pasaría nada. No dolería tan mal —murmuró, cerrando los ojos al
recordar la sensación de su mano golpeando la delicada piel de Elizabeth.

—Te traicioné. No te culpo....

—¡No! —Jude abrió los ojos de golpe—. ¡No! —repitió con fuerza—. No tenía
ningún derecho a pegarte. Y mucho menos a apuntarte con una pistola —negó
con la cabeza—. Puedo estar jodida, pero al menos se qué tanto.

Sin embargo, Liz no iba a dejar que Jude soportara el peso de la culpa
compartida sobre la espantosa confrontación en el estudio.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Siempre he sabido que por las razones que sean, la violencia es tu primer
instinto. Y fue un riesgo que asumí mintiéndote como lo hice —Liz quiso alcanzar
su mano y atraer a Jude, tranquilizar esa mirada que amenazaba con apartarse
de ella. Tenían que enfrentar este último obstáculo y superarlo, porque de otro
modo Liz sabía que el miedo a la violencia de la otra mujer destrozaría cualquier
esperanza que tuvieran de reconstruir su relación. Estudió a su compañera un
rato más antes de decir sus siguientes palabras—. Eso no quiere decir que
disfrutase el que me lanzaras al otro lado de la habitación.

La vergüenza coloreó los rasgos de Jude de un brillante escarlata.

—Lo siento tanto —susurró.

—No lo vuelvas a hacer —dijo Liz dulcemente.

—Nunca —Jude agitó la cabeza con énfasis. Buscó como pudo las palabras para
describir el dolor candente que la asaltó en el momento en que vio a Liz
rastreando sus archivos privados. En ese momento supo que era algo más que la
rabia de la mentira. Era el dolor profundo y absolutamente extraño de quien veía
todos sus sueños y sus esperanzas reducidos a cenizas en un solo y desgarrador
instante. Viendo a Elizabeth en ese momento, la había asaltado la furia del
desposeído, aullando porque tras mostrarle cosas infinitamente preciosas, se le
decía que no eran para gente como ella. Su alma había gritado agónica con cada
maltrato hacia la mujer más pequeña, pero había sido incapaz de detener su
instinto básico de aniquilar cualquier cosa que le hiciera daño. Empujada por un
poder más fuerte que el de su formidable fuerza de voluntad, cruzó la habitación
y envolvió a la reportera en un abrazo salvaje, su cuerpo transmitía un
arrepentimiento mucho más profundo de lo que jamás podrían comunicar las
palabras.

La piel de Jude contra la suya era bálsamo para el corazón maltrecho de la


reportera. Podía sentir sus músculos temblando, y se maravilló de nuevo de la
fuerza en el alma oscurecida de Jude.

—¿A donde vamos desde aquí? —preguntó bajito, su aliento era una cálida
ráfaga de aire contra el cuello de Jude.

La mujer sombría liberó a Elizabeth de su abrazo y se sentó junto a ella en la


cama. Para ella la respuesta era simple: la conclusión inexorable a la que había
llegado ayer. Ahora dijo las palabras en voz alta.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—De la manera en que lo veo....¿qué otra opción tengo? —sus dedos trazaron un
camino sobre los rasgos de Elizabeth, absorbiendo la suavidad cálida de la piel
clara de sus mejillas. Viendo que una de sus cejas se contraía ante la respuesta,
intentó explicarse—. Puedo perdonarte, aprender a confiar en ti de nuevo, y
podemos intentar averiguar que es lo que realmente hay entre las dos. O puedo
agarrarme a todo el odio y mis antiguos hábitos con los que he vivido siempre. Y
honestamente, Elizabeth, ahora me doy cuenta de que eso no es vivir.

—Puedes cambiar de vida sin mí en ella —replicó.

Jude observó a la mujer junto a ella durante un largo momento.

—Quizá —asumió—, pero la verdad es....que no quiero.

—Entonces.... —Liz dejó salir la palabra, una feliz expectativa se iba formando en
sus venas—. ¿Qué es lo que quieres?

Jude no vaciló, ni pestañeó, ni siquiera lo pensó.

—Tú —dijo simplemente.

La palabra fue sellada con un beso dolorosamente dulce que encendió el deseo
que siempre acechaba cerca de la superficie cada vez que estaban cerca. Por
ahora, las dudas habían desaparecido, los pesares disipados....y no había nada
que se interpusiera entre ellas. Una luz brillante que parecía bañar el largo de
sus cuerpos mientras Jude se movía con suavidad sobre su amante y Elizabeth
respondía de igual modo.

Liz sintió que las manos de Jude comenzaban a recorrer su cuerpo una vez más.
Sabiendo que una vez que empezaran a hacer el amor, cualquier conversación se
perdería para el resto de la noche, tomó con reluctancia esos elegantes dedos con
sus manos, deteniendo su exploración—. Todavía tenemos cosas.... — otro beso
dulcemente erótico la interrumpió— de las que tenemos quehablar.... —gimió
cuando la boca de Jude empezó a abrirse camino sobre su mandíbula hacia el
pulso en su cuello—. En serio.

Era un tono al que Jude no podía negarse, y se retiró con una mueca llena de
picardía.

—Entonces ¿estamos bien?

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Creo que ahora estamos malditamente bien, ahora —replicó Liz, con una risa
de alivio que surgía desde dentro—. Pero hay un par de cosas más que necesito
decirte —no le pasó desapercibida la tensión que se apoderó del cuerpo de Jude,
aunque ésta hizo un trabajo admirable no cambiando su expresión. La reportera
alisó las arrugas diminutas en la ceja de Jude, dejando que sus dedos trazaran
el corte afilado de su mandíbula—. Shh.... —la tranquilizó—. No es nada malo.

Los músculos se relajaron bajo sus caricias, y Jude apretó a la reportera un poco
más en sus brazos.

—Entonces ¿de qué se trata?

—Creo que puedo ayudarte con tu problema.

Jude se rió secamente.

—¿Y cuál problema es ese? Ya hemos establecido que tengo docenas.

—Ese que implica gente apuntándote con pistolas.

—Oh. Ese problema —frunció una ceja hacia la otra mujer—. Veamos.

—Bueno.... —comenzó Liz, mordiéndose el labio—. Por raro que pueda sonar, el
que yo sea una reportera puede resultar útil.

A Jude ya no le gustó como sonaba eso.

—¿En qué estás pensando? —preguntó con cautela.

—Escribimos una historia. Echamos tanta luz sobre ti que la DEA no puede
hacer nada—. Liz esperó a la inevitable explosión, la acusación que todavía
estaba intentado utilizar a Jude, furia, cualquier cosa.

Lo que obtuvo fue una expresión pensativa en el rostro de su amante.

—¿Y bien? —preguntó a la mujer oscura.

—Estoy esperando a que termines de explicármelo —respondió Jude con


seguridad aunque la tensión en su cuerpo era evidente otra vez.

—Muy bien —esa respuesta le servía—. Sigues trabajando para la DEA ¿verdad?

—¿Qué quieres decir?

330
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Bueno, dijiste que estabas de baja psiquiátrica con duración indeterminada y
que nunca regresaste ¿cierto?

—Cierto —Jude la miró escéptica—. ¿Y?

—Pues... ahora estás de vuelta, intentando atrapar al resto de los Massala.


Intentando completar la misión que te encomendaron antes de que algunos
canallas en la DEA delataran a tu compañero.

— ¿Crees que puedes darle vuelta a los cinco últimos años de mi vida? —soltó
Jude con sorna—. Eso no es posible.

—Escúchame, Jude —Liz cambió de posición, sentándose de modo que tuvo a


Jude enfrente—. Desde que me hablaste de Jason, he estado pensando en
porqué alguien en La Agencia lo delataría así.

— ¿Alguna conclusión? —preguntó Jude con amargura.

—Desafortunadamente, sí. Y todas tienen que ver contigo y tu habilidad única


para terminar el trabajo.

— ¿Qué quieres decir?

—Cuando hablaba con Tony la otra noche, te describió como alguien que se salta
las reglas pero consigue resultados. De modo que los altos mandos miraban para
otro lado cuando en otros casos no lo habrían hecho. Mira la misión Massala.
¿Qué dijeron que querían? Resultados. Y no les importó cómo los conseguiste. A
alguien le gustaba tenerte al otro lado fuera de control.

Jude abrió la boca como para protestar pero la cerró de golpe.

—Continúa —dijo nada más.

—¿Qué hizo tu relación con Jason? Te centró, hizo que empezaras a pensar
sobre algunas de las cosas que estabas haciendo, hizo que tu trabajo fuera más
duro. Te hizo menos eficaz.

—¿Estás diciendo que alguien sacrificó a Jason para que yo siguiera siendo
eficaz?

—Algo así. Al principio creí que querían librarse de Jason y de ti. Pero cuanto
más pienso en ello, más creo que lo que querían era quitar de en medio la

331
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
influencia de Jason sobre ti. Él resulta muerto y tú matas a los responsables de
su muerte.

—Rico y el Cártel.

—Exacto. Sin ruido y sin follones —asintió Liz—. Pero el problema surge cuando
Rico te llama para que te ocupes de Jason. Quienquiera que lo sacrificara, no
tenía modo de saber que tú acabarías siendo la que apretase el gatillo.

Jude palideció ante la cruda descripción, una herida de su alma que nunca
llegaría a sanar. Pero las dulces manos de Liz la sostenían con suavidad, no
dejando que resbalara hacia los errores del pasado. Quédate aquí parecían decir
esas manos.

Y lo hizo.

Respirando profundamente tranquilizó su corazón tembloroso.

—¿Y entonces qué pasó?

—Control de daños —replicó simplemente Liz—. ¿Quién te vio cuando llevaste a


Jason de vuelta a casa?

—Nadie —Jude se encogió de hombros—. Ria y Jessie —pensó durante un


momento—. Kent apareció porque le llamé —inclinó la cabeza hacia su amante—
. ¿A qué te refieres con control de daños?

—Ahí es donde cometieron su segundo error. Limpiaron todo tan bien y tan
rápidamente que tú comenzaste a pensar y a sospechar. Eso es lo que te volvió
contra La Agencia ¿verdad? Quiero decir, si te hubieran hecho ir a dar
explicaciones por los hechos que llevaron a Jason a la muerte, si te hubieran
suspendido, si te hubieran dado alguna razón plausible, aunque fuera vaga, de
que Jason perdiera su cobertura, y te hubieran devuelto al servicio después
¿crees que hubieras sospechado que había algo que no encajaba?

Jude negó con la cabeza.

—Supongo que sabes ¿porqué me quieren matar ahora?

Liz se encogió de hombros.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Por lo que puedo suponer, el arrestar a Romair Massala debe tener algo que
ver.

La mujer morena pensó durante un momento, su mente sobrecargada con la


teoría demasiado plausible que Elizabeth le había planteado.

De pronto, se dio cuenta.

—Arrestar a Romair tiene todo que ver —dijo con calma.

Cuando Jude no contestó inmediatamente, Liz le hizo un gesto con las manos.

—¿Hola? Háblame.

La mujer sonrió irónica.

—Perdona, estaba pensando por un minuto.

—Piensa en voz alta —ordenó Liz.

—Cuando Rico cayó, los Massala empezaron a lanzar todo lo que tenían contra
mí. Hasta que oyeron que Rico estaba trabajando con los Federales a cambio de
un trato para sí mismo.

—¿Lo estaba?

—Eso era nuevo para mí. Ahí fue como supe que tenía a alguien dentro de La
Agencia, pero no pude averiguar quién. Te apuesto un millón de dólares a que
Romair sabe quién es.

—¿Y por eso es por lo que quieren detenerlo?

—No —gruñó Jude—. Es por eso por lo que lo quieren muerto. Es el escenario
perfecto....un traficante de drogas intentando eliminar a otro, y ambos muertos
por la DEA en una redada. Y en La Agencia acaban pareciendo unos héroes —
Jude lanzó un silbido—. Por eso es por lo que Kent dijo que me estaban
presionando para que me reuniera otra vez con Romair. Estaban esperando una
oportunidad para eliminarnos a los dos.

—Pero tú trabajas para ellos.

—Pero no es oficial. O por lo menos, se supone que no lo es. Podrían negarlo de


forma creíble si fuera necesario.
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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—No, si lo hacemos público antes.

Jude sonrió de forma forzada.

—Por eso es por lo que puede que tu plan funcione.

* * * * * * * * *
Capítulo 15

Cuando Liz se despertó aquella mañana, se encontró con que durante el sueño
habían terminado enroscadas la una con la otra, uniéndose para formar una
hélice perfecta. Jude era cálida y suave, y Liz podía sentir trazas de sueño y sexo
sobre la piel de su amante. Suspiró con satisfacción y apretujándose contra la
mujer más grande, murmuró bajito:

—Por fin.

—Por fin ¿qué? —dijo una voz desde arriba.

— ¿Estás despierta? —incorporándose y apoyándose en un codo, Liz se encontró


con un par de ojos azules que la miraban divertidos.

—Sí —replicó Jude sucintamente—. Por fin ¿qué? —repitió.

—Oh, eso —rió Liz—. Bueno....es que esta es la primera vez desde
que....bueno....ya sabes.... desde que nos hemos convertido en....bueno, eso, ya
sabes....que he conseguido despertarme contigo. Normalmente desaparecías y
alguno de los perros ocupaba tu lugar. Y lo que estaba pensando era que por fin
me despertaba junto a ti —estudió el rostro de su amante, sintiendo como un
ligero rubor sofocaba sus mejillas—. Estúpido ¿eh?

Una cálida sonrisa se abrió paso en el rostro de Jude y se inclinó para capturar
los labios de la mujer rubia con los suyos.

—Para nada estúpido —corrigió tras el dulce saludo—. Nunca he sido... —vaciló,
negando con la cabeza—. No soy demasiado buena en esto de la mañana
después.

—Supongo que tendrás que practicar —bromeó Liz, no queriendo que ninguna
nube oscureciera su mañana desde tan temprano.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Supongo —estuvo de acuerdo Jude sonriendo—. ¿Te importa?

—En absoluto —le aseguró la mujer más pequeña—. Incluso puedo darte
algunas pistas si quieres.

—Creo que eso sería una buena idea —aunque las palabras de Jude eran
solemnes, no pudo reprimir el brillo de sus ojos.

Liz sonrió abiertamente y con desenfado, encantada de que Jude quisiera jugar.

—De acuerdo —dijo bruscamente—. Es el momento para tu primera lección —


cambió de posición hasta que estuvo encima de su amante que ahora sonreía—.
Lo más importante es, sin duda, el beso de buenos días.

—Pero si ya te he dado un beso —objetó Jude.

—No cuenta —Liz no hizo caso de su protesta—. El beso oficial de buenos días
tiene que decir muchas cosas. Tiene que decir: "Buenos días" y "Espero que
hayas dormido tan bien como yo". Y por supuesto: "Me alegro de que estés aquí"
—mostró Liz.

Jude frunció el ceño.

—¿Todo eso en un solo beso?

—Confía en mí. Se puede hacer —y para probar su argumento, se inclinó y


depositó un beso dulce sobre su amante, expresando no solo todos los requisitos
de un buen beso de buenos días, sino también amor, ternura, y pura alegría de
estar con Jude.

—Mmm —respiró Jude—, ya veo lo que quieres decir —deslizó los brazos
alrededor del cuello de Liz, dejando que sus manos recorrieran tentadoras sus
hombros desnudos—. ¿Puedo intentarlo yo ahora?

—Absolutamente —la animó Liz con una sonrisa.

Sus labios se encontraron de nuevo, demorándose aún más en mutuo deleite.


Jude mordisqueó delicadamente el labio inferior de Liz, disfrutando de la
relajante sensación que le traía estar entre sus brazos. Una calidez dorada
invadió su alma, curando partes que ella misma había creído dañadas
irreparablemente y derramando luz en lugares que creía oscurecidos
permanentemente por sus pecados.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—¿Te ha gustado? —preguntó con la voz ronca de deseo.

—Oh, sí —afirmó Liz. Presionó su frente contra la de Jude y sonrió—. Aprendes


rápido —flexionó el cuerpo contra el de Jude, un muslo delgado incitaba
suavemente a los de su amante, mucho más musculados. Jude suspiró
involuntariamente cuando Liz se deslizó casualmente entre sus piernas, su
cuerpo encajaba perfectamente en ese lugar como si hubiera sido diseñado
específicamente para ese propósito.

—Eso me han dicho —bromeó Jude—. Pero tengo que confesar que en este caso
tengo un pequeño incentivo extra.

—¿Ah, sí? —Liz inclinó la cabeza escéptica.

—Sip —fue la respuesta distraída cuando las piernas de Jude se enroscaron


alrededor de la cintura de Liz, centrando contra sí a la pequeña mujer con
suavidad. Sus caderas comenzaron a moverse sutilmente contra el peso que
tenía sobre ella, buscando discretamente un tacto más intenso. Liz sonrió con
sensualidad y comenzó a devolver la presión. Jude cerró los ojos como respuesta,
y un gemido apenas audible salió de sus labios.

—¿Y cuál podría ser ese incentivo? —bromeó en un susurro.

Jude abrió los ojos y miró con todo su corazón en los verdes campos que se
abrían ante ella.

—Despertarme contigo todas las mañanas.

Juego. Set. Partido. Cualquier célula en el cuerpo de Liz que aún se resistiera, se
hizo pedazos con esta tierna declaración de Jude. Se dio cuenta maravillada de
que iría feliz hasta lo más profundo del infierno por esta mujer con solo poder
despertarse con esos ojos a su lado cada mañana durante el resto de su vida.

Jude vio alarmada como las lágrimas mojaban el rostro de Liz.

—¿Qué pasa? —preguntó con dulzura—. ¿Qué he hecho?

—Nada, mi amor —riendo suavemente a pesar de la emoción que se derramaba


por su cara, Liz negó con la cabeza—. No has hecho nada —hizo una pausa
pensativa—. Bueno, la verdad es que no es cierto. Has hecho algo, pero ha sido
todo correcto.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Jude sonrió vacilante.

—¿Sí? —abrazó con más fuerza a la mujer más pequeña, acariciando dubitativa
los suaves mechones dorados—. ¿Entonces estoy haciendo bien en esto de la
mañana después?

—Lo estás haciendo perfectamente —afirmó Liz, acercándose para capturar los
labios de Jude con los suyos. Jude besó despacio cada lágrima que caía libre de
sus ojos, saboreando la sal con un aire devoto de reverencia. Liz suspiró con
satisfacción ante las dulces caricias, aún asombrada de que todo entre las dos
fuera volviendo a su sitio. Una suave sinfonía de deseo comenzó a sonar entre
sus sentidos mientras seguían tocándose, acariciándose....y, una vez más, el
mundo simplemente desapareció. Manos, bocas, lenguas....iban encontrando
certeras las notas de placer a lo largo de sus pieles. Suspiros silenciosos,
invocaciones susurradas, súplicas murmuradas sirvieron de empuje a una
excitación que crecía vertiginosamente....hasta que alcanzaron el clímax con un
suave aliento que se fue abriendo lentamente entre los brazos de cada una.

* * * * * * * * *
—La segunda cosa importante en el ritual de la mañana siguiente es la ducha —
proclamó Liz horas después, mirando hacia la forma de su amante saciada y
estirada sobre la cama.

—Supongo que olemos bastante mal —concedió Jude, abriendo un ojo perezoso
para examinar sus miembros entrelazados.

—Bueno... —dijo la reportera con una amplia sonrisa—. Resulta que a mí me


gusta como olemos, pero otros podriiiían no estar de acuerdo.

Jude estaba encantada en su posición actual con Liz acurrucada cómodamente


en sus brazos. En lo que a ella concernía, no había mejor sitio en la tierra. Por
desgracia, sabía que a menos que actuaran con rapidez, el mundo real iba a
presentarse de la forma más desagradable, y probablemente su entrada iría
precedida del cañón de un arma. Sin embargo, aún quedaba tiempo suficiente
para alguna broma—. Entonces....¿no sería una buena idea invertir en un
perfume llamado ―Agua de Burdel‖? —dijo Jude— pensaba que se suponía que
había algo en el negocio este de las feromonas.

Liz dejó escapar un suspiro de resignación y tiró del brazo de Jude.

337
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Vamos, tú —se dejó arrastrar de la comodidad de la cama y ser empujada
hasta el baño—. Trae toallas —ordenó Liz.

Cuando regresó, Liz se inclinaba sobre la bañera de porcelana, ajustando la


temperatura del agua con aplicación. Observando su forma ágil Jude se rió por
lo bajo.

—Esto es lo que yo llamo una habitación con vistas —moldeó su cuerpo más
largo contra la piel suave de la reportera, disfrutando intensamente del aroma
almizcleño pegado a sus cuerpos. Con un gemido profundo mordisqueó la tierna
unión del cuello y el hombro de Liz, que respondió con otro gemido—. ¿Te he
hecho daño?

Como respuesta, Liz se arqueó aún más en el abrazo e inclinó la cabeza hacia
atrás para encontrarse con los labios de Liz en un beso devorador que las dejó
sin respiración a ambas.

—Supongo que no.

Liz abrió los grifos y el agua rugió contra el esmalte. Sin decir una palabra, guió
a Jude hacia la ducha, colocándola bajo el chorro. Un brillo seductor iluminó los
ojos de Liz mientras hacía espuma con el jabón.

—Me moría de ganas de hacer esto contigo —confesó.

—¿Lavarte las manos? —preguntó Jude haciéndose la tonta.

Esos ojos verdes se entrecerraron y brillaron un poquito más ante la broma.

—Créeme, Jude. No te interesa jugar de este modo.

—Y ¿qué modo es ese? —dijo la mujer más alta con una sonrisita.

—Tú lo has querido —Liz se encogió de hombros y apartó a Jude de un pequeño


empujón, de forma que ahora ésta se encontraba detrás del chorro de agua.

La ducha ocupaba un espacio generoso, dejando mucho margen de maniobra; y


la reportera parecía decidida a utilizar cada milímetro para sacar de quicio a
Jude. Dejó el jabón en su sitio y procedió lentamente a enjabonarse, ignorando a
la sensual figura que tenía frente a ella. Consciente de la intensa mirada azul
que observaba ávidamente cada unos de sus movimientos, Liz, con toda
tranquilidad, extendió el jabón por los brazos y el torso, ignorando sus pechos

338
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
deliberadamente, aunque se moría por las caricias de las manos hábiles de su
amante. Despacio, pasó las manos por los muslos, sus propios dedos trazando
los músculos definidos. Apoyándose en el borde la ducha se enjabonó las
pantorrillas, cambiando el peso de una pierna a la otra. Cuando le dio la espalda
a Jude y comenzó a deslizar las manos por las curvas de sus caderas hacia las
nalgas, ésta gritó pidiendo clemencia.

—Tú ganas —susurró Jude con voz pastosa en su oído, envolviéndola con sus
largos brazos desde atrás. Se hizo con el jabón y comenzó a recorrer la esbelta
figura de Elizabeth con suavidad.

—Eso ya lo he hecho yo —dijo la reportera con una risa gutural.

—Creo que has pasado por alto algunos puntos.

Jugaron bajo el agua durante un largo y lujurioso rato, deleitándose en la


sensación resbaladiza de sus cuerpos. Liz agarró el champú, una mezcla de color
blanco lechoso con un limpio aroma a hierbas.

—Arrodíllate —ordenó.

Jude arqueó una ceja.

—No sabía que fueras ese tipo de chicas.

—Eres una pervertida, Jude Lucien. Quiero lavarte el pelo y no llego.

—Fastidiosa —murmuró Jude entre dientes. Se arrodilló y permitió que la mujer


más pequeña echara el champú y frotara hasta hacer espuma.

Cuando Liz acabó, se arrodilló frente a ella y deslizó los brazos alrededor de la
cintura de Jude.

—Échate para atrás —ordenó. Jude vaciló un momento, después flexionó los
muslos y se inclinó hacia el chorro, aclarándose el pelo con las manos. Los
fuertes brazos de Liz rodeaban su cintura sujetándola con fuerza. El pequeño
ejercicio de confianza no pasó desapercibido para ambas—. ¿Has terminado? —
preguntó Liz después de un momento.

—Sí —Jude se incorporó y puso los brazos sobre los hombros pálidos de su
novia—. Ahora te toca a ti—. Liz le pasó el champú y miró a Jude con

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
expectación—. Antes tenemos que ponernos de pie. Mis rodillas están
machacadas—. Jude sonrió ampliamente y la ayudó a levantarse.

Continuaron el juego hasta que el agua empezó a salir fría.

—¡Uf! —farfulló Liz, saliendo de debajo del chorro—. Supongo que esto significa
que se ha acabado el tiempo de juego ¿no?

Jude cerró el grifo y salió de la ducha.

—Ten cuidado —advirtió, ofreciéndole la mano. Liz sonrió ligeramente ante el


gesto tierno y dejó que Jude la ayudase—. Ya está —Jude se ató una toalla
alrededor de la cintura y comenzó a secar la piel de Liz con suavidad.

—Eso puedo hacerlo yo —protestó la reportera sin mucha convicción.

—Ya lo sé —Jude dio un manotazo alejando las manos—. Pero quiero hacerlo yo
¿de acuerdo? —sus manos fueron dulces mientras quitaba el agua de los
mechones dorados, y le secaba las gotas de agua de los ojos con pequeños
toquecitos. Cuando terminó, examinó la forma esbelta con ojos de admiración—.
Terminado —indicó la puerta cerrada—. Ahí tienes un albornoz que puedes usar.

—Gracias —el grueso albornoz era de color púrpura con un filo verde,
obviamente uno de los de Jude. Se rió mientras se remangaba y apretaba el
cinturón alrededor de su cintura—. Me siento como un niño pequeño con esto.

Jude sonrió.

—Me recuerda a aquella primera mañana en mi casa. Mi chándal casi te traga.

Riéndose, salieron del baño al aire frío de la habitación encontrándose con una
Sasha expectante que sostenía un montón de papeles en la mano. Como Jude
estaba ocupada secándose el pelo con una toalla, Liz vio a la ejecutiva primero y
gritó asustada.

Jude levantó la cabeza de golpe, sus ojos se fijaron instantáneamente en el


origen de la alarma de Liz. Su boca se torció en una mueca de disgusto cuando
vio la mirada de su ayudante. Sasha, con toda claridad, no era una excursionista
feliz.

Iba impecablemente vestida, como siempre. Una falda corta de color gris y una
chaqueta cruzada imitaban el atuendo tradicional de los banqueros. Debajo, por

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
lo que Jude podía ver, no llevaba absolutamente nada más. Un zapato clásico de
salón de color negro, daba golpecitos en el suelo, marcando un ritmo incesante y
silencioso.

—Me alegro de que aún sigas aquí —dijo sin preámbulos—. Así puedo hacer que
eches una mirada a estos documentos y los firmes antes de que tenga que volver
a la oficina.

Como si Liz ni siquiera estuviera allí. Como si la propia Jude no estuviera


desnuda y chorreando agua sobre la alfombra. Jude levantó una ceja dubitativa
a su asistente, frunciendo los labios ligeramente. Sasha y ella habían
representado esa escena docenas de veces. De hecho, Jude la había utilizado
una o dos veces para librarse de alguna conquista particularmente insistente en
pasar allí la noche. Su ayudante la retaba a que tratara a Elizabeth de la misma
forma. La retaba a decir que esta vez no era diferente de las anteriores. Cuando
ambas sabían sin ninguna duda que lo era totalmente.

—Sash —mantuvo un tono suave en sus palabras, pero la advertencia que


contenían era inconfundible—, tengo una invitada.

La expresión de los ojos de la ejecutiva claramente decía: ¿Y qué?

Jude apretó la mandíbula. No estaba de humor para danzar al son de su


ayudante. Volviéndose hacia Liz, preguntó con calma.

—Elizabeth ¿me disculpas un momento? Tengo que hablar con mi empleada —


arregló la toalla alrededor de su cintura y cruzó la habitación a grandes pasos
hacia la puerta que llevaba a la oficina. Con frialdad, hizo un gesto a Sasha para
que la precediera—. Después de ti.

Cerrando la puerta con la suficiente energía para llamar la atención de su


asistente, Jude se giró para enfrentarla.

—¿A qué jodida estás jugando, Sasha?

—Te sientes un poquito marimacha hoy ¿no? —preguntó Sasha secamente—. Es


mediodía —continuó—. No me había dado cuenta de que todavía tenías
compañía.

—Y una mierda —Jude le espetó su escepticismo con un rugido furioso.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Unos ojos azafrán se medio cerraron mientras estudiaban el elegante largo de su
jefa, y obviamente disfrutando de cada segundo de su examen. Jude se sentó en
el borde del escritorio, repentinamente incómoda de su casi desnudez y de la
proximidad de su asistente. Su cuerpo siempre había sido el campo de batalla
donde habían tenido lugar sus juegos de poder, y se había deleitado en utilizarlo
para romper el control de Sasha, tentándola con cosas que podía mirar, pero solo
tocar de vez en cuando. Ahora, las tornas se habían cambiado, y los ojos de
Sasha estaban viendo miles de cosas que Jude no quería que viera.

—¿Por qué estás tan molesta? —contraatacó Sasha—. He interrumpido tus citas
antes y nunca te había importado.

Sasha siempre había sabido calcular el tiempo de forma diabólicamente


inteligente, sus interrupciones a menudo estaban orientadas a llevar a su jefa a
algo más que a sacarla de quicio. Un profundo gruñido primario se formó en el
fondo de su garganta cuando los recuerdos se abrieron paso hasta estar en
primer plano, y Jude se dio cuenta de que desenredarse del pasado no sería
simplemente una cuestión de dejar que este nuevo y brillante amor borrara todo
lo demás. Sasha era un recuerdo bastante tangible del oscuro placer de su vida
anterior, la vida que todavía podría tener si pudiera olvidar por un segundo a la
mujer que la esperaba en la otra habitación.

Todo esto pasó por su mente en un parpadeo momentáneo de sus ojos azules,
pero no pasó desapercibido para la mujer de pie a unos pasos de ella. Los labios
de Jude se separaron ligeramente mientras su cuerpo luchaba consigo mismo.
La silueta dorada de Elizabeth era todo lo que se interponía entre la mujer
oscura y su impulso de empujar a Sasha contra la superficie más cercana y
torturarla con sus manos y su boca hasta hacer desaparecer esa irritante mirada
de suficiencia. Se resistirá, la animó su mente, recordando la sensación de Sasha
contra ella… Cómo una mano se enredaría por sí misma en su pelo tirando de él
un punto más allá de lo placentero, mientras la otra se abriría paso hacia abajo a
lo largo de su cuerpo. Su boca...., Jude tembló ligeramente, sintiendo dientes y
lengua cubriendo su piel con rabia posesiva. Oh, Dios mío...., Jude abrió los ojos
para encontrarse con que no era su memoria lo que estaba causando estragos en
su sistema nervioso, sino más bien su ayudante en carne y hueso.

No se había movido, ni siquiera había respirado, pensó, pero de algún modo


Sasha la envolvía, convirtiendo en bastante real ese placer fantasma. La mano en
su pelo obligó a Jude a arquearse hacia la boca voraz que se movía por su cuello,
e involuntariamente el cuerpo de Jude obedeció a las familiares y brutales
caricias.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Espera —jadeó, intentando forzarse a moverse. Instintivamente, había cruzado
los brazos en su espalda, equilibrando su peso. Para moverse tendría que
inclinarse en el escritorio, y eso significaría rendirse. De forma increíble la toalla
había desaparecido, o por lo menos había probado no ser una barrera entre su
sexo y la búsqueda inexorable de Sasha.—. Espera…. —ordenó de nuevo,
recuperando el control por lo menos sobre su voz.

No, para....

La diferencia no pasó desapercibida para su ayudante, quien atentamente


suavizó su asalto.

—Jude —ronroneó—, olvídate de todas estas tonterías ¿ok? —mordisqueó el


pulso cada vez más rápido en la garganta de Jude—. Deja que me ocupe de ti.
Como lo he hecho siempre.

Jude tembló ante dicha súplica, su cuerpo sabía a qué se refería. Inconsciencia,
así de sencillo. Ni bien. Ni mal....solo fuerza. Piel sudorosa y resbaladiza sobre
piel sudorosa y resbaladiza. Tocando, agarrando, provocando muy dentro, y
enviándola hacia la oscuridad. A donde siempre había pertenecido.

La silueta dorada se hizo borrosa, su luz casi apagándose con un chisporroteo, y


una parte de su alma gritó de agonía por su marcha.

—¡NO! —aulló Jude, alargando un brazo para detenerla. Abrió los ojos de golpe—
. Las cosas son....diferentes ahora…. —susurró.

Sasha arqueó una ceja burlona, sus dedos se deslizaban con facilidad sobre el
centro de Jude donde descansaba la evidencia de la agitación de Jude.

—¿En serio? —dijo entre dientes—. Me parece que no. Estás tan mojada por mi
causa como siempre.

Esta vez Jude agarró la mano que la atormentaba.

—He dicho que las cosas ahora son diferentes —sin embargo, su cuerpo
permaneció ambivalente.

Una mirada azafrán con un filo acerado la fulminó.

—¿Sabes, Jude? Estoy empezando a hartarme de todo esto —había un tono


autoritario en la voz de Sasha que Jude no había oído nunca antes—. Durante

343
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
casi dos años te he dejado salirte con la tuya esperando a que se te pasara esta
pequeña fase.

Jude soltó una carcajada de verdadero asombro.

—¿Que me has dejado salirme con la mía? ¿Qué soy? ¿Algún animal que no está
educado con propiedad? —Destrozado más bien. Su cuerpo aún clamaba por el
contacto entre las dos, incluso mientras su alma clamaba por la otra mitad de su
alma y la mente le daba vueltas de indignación.

—Hablemos de lo que eres —Sasha se negó a conceder ningún cuartel a Jude en


esta batalla, forzándola a luchar por cada centímetro que iba colocando entre
ellas. Se acercó aún más—. Sé lo que estás tramando —murmuró, soltando el
pelo de Jude y pasando la mano sobre los anchos hombros de la mujer oscura—.
Todas esas reuniones secretas con Romair....cómo has ido liberándome del
negocio. ¿Pensabas que no iba a darme cuenta? Y más aún ¿pensabas que no
me importaría?

El corazón de Jude se encogió dolorosamente, tanto por las caricias como por las
palabras de Sasha.

—Quieres deshacerte de mí, querida —Sasha le devolvió su propio apodo a


Jude—. Todo por la reina del baile de graduación y un patético sueño de
respetabilidad —ahí estaba....flotando de algún modo en el espacio infinitesimal
que las separaba—. Quieres probar que eres como cualquier persona —continuó,
su mano seguía acariciando la piel bronceada mientras un sudor frío aparecía
sobre ella—. No lo eres, Jude. No eres en absoluto como cualquier persona. Y no
puedo entender por mucho que me esfuerce, porqué quieres serlo.

¿Por qué?.... Su propia mente se hizo eco de la pregunta. ¿Qué es lo que eso le
ofrecía? ¿Creía sinceramente que podía ser absuelta de sus pecados? ¿Por qué?
¿Por qué luchaba con tanta fuerza por una paz que podía ser que nunca se le
concediera?

Te amo…. Palabras que jamás había oído antes y que, si se rendía al fuego
helado de sus venas, nunca volvería a oír. Te amo....”Agarró la otra muñeca de
Sasha, deteniendo el insidioso asalto sobre su piel. Unos ojos azules aguantaron
la mirada de ojos azafrán con auténtica resolución. Cada gramo de fuerza que
había dedicado a ser un ángel, un demonio, una espantosa figura de venganza,
brillaba ahora en su mirada.

—La amo.
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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
La declaración detuvo a Sasha de una forma que la negación nunca hubiera
podido. Se estremeció ligeramente, más un escalofrío que otra cosa, pero Jude lo
percibió, y en ese instante supo la verdad. Sus manos dejaron libre a su
ayudante mientras ésta daba un paso atrás. La máscara ligeramente sardónica
regresó a los rasgos de la mujer leonada.

—¿Lo sabes?

—Sí.

—¿Estás segura? —levantó la mano, la brillante evidencia sobre sus dedos


contradecía la afirmación de Jude.

Su mirada se endureció aún más, si esto era posible.

—Puedo follar con cualquiera, Sasha —los ojos de su asistente se entrecerraron


ante el final de la frase que quedó en el aire. Incluso contigo….dijeron los ojos de
Jude. Las palabras quedaron colgando espesas en el aire entre ellas, junto con el
rastro tenue de la excitación de Jude. En ese momento fue por la estocada
final—. Pero solo la amo a ella.

Juego finalizado.

Sasha señaló con la cabeza a los documentos sobre la mesa, sus movimientos
ahora se habían vuelto desgarbados, cosa rara en ella.

—Aún así, necesito que firmes esas facturas de alcohol.

—Me ocuparé de ello antes de marcharme —indicó Jude, sabiendo que no se


dirían nada más.

La ejecutiva asintió y se encaminó hacia la puerta que llevaba al corredor


principal del tercer piso del Club. Con la mano en el picaporte, se dio la vuelta
para mirar a su ex-amante.

—Espero que sepas en lo que te estás metiendo —Jude vio un desconcertante


despliegue de emociones oscilar sobre el rostro de su asistente en ese mínimo
instante. Tristeza, desilusión, y rabia en conflicto con algo que jamás antes había
visto en Sasha: amor. Lo que había entre ellas siempre había sido un deporte
sangriento, y se preguntó si por fin había descargado un golpe mortal.

345
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Sasha se había marchado antes de que Jude pudiera decir nada, dejándola sola
en la habitación preguntándose qué demonios pasaría a continuación.

* * * * * * * * *
Durante la ausencia de Jude, Liz había encontrado el secador de pelo y había
domado su pelo recalcitrante en una cola de caballo mucho más manejable.
Descubriéndolo en las profundidades del diminuto armario, se puso un polo de
color marrón oxidado con rayas verticales verde pálido. Recuperó sus vaqueros
del montón de ropa junto a la puerta y los estaba recogiendo cuando Jude
regresó a la habitación. Notando la mirada distraída en sus ojos, colocó una
mano con suavidad sobre su antebrazo.

—¿Te encuentras bien?

—No estoy segura —confesó—. Le he contado a Sasha lo nuestro.

—Apuesto a que lo pasó tan bien como una monja que de pronto se despierta en
una casa de citas —murmuró sombría. Cuando Jude no respondió, continuó—.
Es obvio que tu asistente siente algo así como... un sentido de la propiedad sobre
ti. Estoy segura de que no le ha hecho ninguna gracia al ser desalojada de ese
lugar en tu vida.

—No sabes de lo que hablas —replicó Jude con dureza, evidentemente no


queriendo hablar de lo que había sucedido en la otra habitación. Esperando
poner fin a la conversación, añadió—, Sasha y yo fuimos amantes durante más
de un año, casi dos. E incluso cuando estábamos juntas, siempre hubo
otras....cantidad de ellas —se encontró así misma incapaz de controlar el rubor
que encendió sus rasgos ante la cruda declaración.

—Seguro que las hubo —replicó con aspereza, imaginando sin esfuerzo las
legiones de mujeres que sabía que Jude se había llevado a la cama. La noche
anterior la había estado observando durante un buen rato antes de aproximarse;
emitía un glamour seductor sobre todo el mundo, y cada cuerpo que le se ofrecía
en silencio había provocado un doloroso desgarro en el estómago de la
reportera—. Pero, Jude, ¿alguna de ellas significó algo para ti? Estoy segura de
que a Sasha le dijiste que no un millón de veces, pero ¿lo hiciste porque preferías
estar con otra? o ¿lo hiciste simplemente por que querías controlar la situación?

Jude permaneció en silencio, atrapada en esos ojos verdes. No había manera de


escaparse de esta conversación.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Tienes razón —dijo con aspereza—. Era un juego entre nosotras. Ella intentaba
obligarme a admitir que la deseaba, pero nunca la dejé que me tuviera
completamente. Esas otras mujeres eran una forma de provocarla —bajó los ojos
hacia la alfombra, incapaz de sostener la intensa mirada de Liz por más tiempo.

Su voz era insoportablemente amable.

—¿Te importa, Jude? —preguntó. No añadiendo la que tenía en mente ¿Aún te


importa?

Jude abrió la boca, la cerró, y la volvió a abrir.

—No es tan sencillo. No podría explicarlo en esos términos. Cuando conocí a


Sasha, no me importaba nada. No era capaz. Me relacionaba con la gente de dos
formas: poder y sexo. Sasha responde a esas cosas en mí.

A Liz no le pasó desapercibido el presente en la última afirmación de Jude.

—¿Incluso ahora? —insistió.

—Incluso ahora —respondió Jude sin inmutarse—. Siempre ha habido algo entre
nosotras....pero está relacionado con la persona que no quiero volver a ser nunca
más —dejó escapar un profundo y tembloroso suspiro, la única evidencia de su
lucha interna.

—Rompiste con ella cuando volviste de Cartagena ¿verdad? —preguntó Liz


comprendiendo de repente.

Jude asintió con la cabeza de forma casi imperceptible y levantó la vista para
mirar directamente a Liz.

—Y no ha habido nadie más hasta ahora —se pasó la mano por el pelo que se iba
secando rápidamente—. No quería que nadie más....sufriera....por mi culpa —la
cara de Jude era pura desolación y tristeza al enfrentarse a las ruinas que su
paso había hecho en la vida de otra gente.

Liz deslizó en silencio los brazos de Jude sobre sus hombros y la envolvió en un
abrazo para consolarla.

—Todo eso ya se acabó.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—No del todo —replicó Jude, recordando a ambas lo que todavía estaba por
venir.

—Saldremos de ésta —Liz levantó la cabeza para mirarla con seriedad—. Y


después, tú y yo vamos a solucionar todo esto —dio unos suaves golpecitos en la
sien de Jude—. ¿De acuerdo?

Una sonrisa irónica cruzó por los labios de Jude.

—¿Vas a arreglarme, Dr. Freud?

—Na —Liz desechó la idea con un movimiento de la mano—. No estás


estropeada. Lo que ambas necesitamos es un pequeño... reajuste.

Jude reprimió un estallido de risa.

—Reajuste ¿eh? Bastante justo —revolvió el pelo rubio de Liz y se fijó en su ropa
con una sonrisa—. Ya me has robado otra camisa ¿eh?

* * * * * * * * *
El personal del Club todavía tenía que empezar a llegar, así que solo había dos
coches en el aparcamiento. El Porsche de Jude descansaba amenazador en su
plaza cerca de la puerta, y un desconocido Saturn azul oscuro estaba aparcado
al final de todo.

—¿Es tuyo? —preguntó Jude, haciendo un gesto con la barbilla.

—Sí —afirmó Liz—. Vamos —guió a la otra mujer hacia el coche y abrió la puerta
del pasajero—. Sube —Jude elevó una ceja y echó una mirada a su propio
coche—. Quiero llevarte a un sitio —la reportera respondió con calma a la
pregunta sin realizar. Liz permaneció en silencio mientras se abría camino a
través del tráfico hacia los pequeños apartamentos en los suburbios donde vivía.
Sin decir palabra guió a Jude hacia el segundo piso donde estaba su casa.
Conteniendo la respiración, abrió la puerta y dejó que Jude pasara dentro por
delante de ella.

Era un apartamento indescriptiblemente caro, en el que no parecía haber mucho


de la vibrante mujer que Jude había llegado a conocer en las últimas semanas.
No tenía forma de saber que el apartamento era la evidencia de la vida que había
eludido la reportera hasta que conoció a Jude. Caminó por el salón que estaba
curiosamente desprovisto de detalles personales y el desorden normal de alguien

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
que se siente cómodo en su espacio. El dormitorio era algo más cálido; los tonos
terrosos en la colcha y las sábanas le recordaron los tonos suaves de la piel y el
pelo de la reportera, y una pila de libros era testigo de un hábito de lectura voraz.
La cocina era más alegre, llena de objetos de cocina bastante usados, y de libros
de recetas manchados con los experimentos de la chef.

Dirigiéndose hacia el estudio, entró en la habitación que revelaría el último de los


secretos de su amante. La habitación estaba igual de ordenada que las otras, con
una computadora que dominaba la superficie de un escritorio y material de
oficina cuidadosamente colocado a su alrededor. Con aire distraído, jugueteó con
la jarra de cristal que contenía al menos dos docenas de bolígrafos Bic idénticos.
Una disquetera guardaba diskettes de diferentes colores, y un bloc lleno de notas
meticulosamente escritas descansaba justo a la izquierda del teclado. Entonces
volvió la cabeza y vio el tablón que casi cubría una pared entera.

Estaba lleno de artículos, recortes y notas sobre ella.

Señora de la droga escapa a la justicia.

Lucien sube hasta lo más alto de la cadena alimenticia criminal.

JLE Limited: Corporación fuera de la ley o negocio legítimo.

Delicuentes: Porqué la DEA no puede controlar a los suyos.

Princesa de la Mafia: Puño de hierro y guante de terciopelo.

Y en el centro de todo, una tarjeta de 13x18 con una sola palabra garabateada
en rojo:

¿POR QUÉ?

Liz había estado conteniendo la respiración, observando las emociones jugar


sobre el rostro de Jude. Cuando regresó allí la noche anterior casi había
destrozado la habitación en la rabia de haber perdido la única cosa que tenía
algún sentido para ella. Sin embargo, había decidido dejarla como testamento de
su orgullo desmedido. Y ahora se trataba de su último intento de librarse de las
mentiras que aún permanecían entre ellas.

Jude se dio la vuelta para mirarla con ojos dolidos.

—¿Obtuviste tu respuesta? —preguntó con voz ronca.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Sí. Pero no de la forma que piensas —el silencio de Jude le pidió que
continuara, y la reportera tragó con dificultad, sabiendo que su débil re-
establecida conexión estaba en la cuerda floja—. Cuando empecé con todo
esto....No, eso no es correcto. No sé cuando empecé con todo esto
conscientemente. Cuando fuiste a juicio, yo era una simple redactora. No llevaba
tanto tiempo en Miami y el juicio aparecía por todas partes.

—Me acuerdo —dijo Jude secamente.

—Durante tu juicio, tú no tenías nada de la suficiencia aduladora que Gotti


mostró durante su acusación. Pero al mismo tiempo no ibas alegando tu
inocencia cada vez que alguien te enchufaba un micrófono. Se te veía
tan....centrada y con tanta calma en mitad de todo ese circo....y yo no podía
entenderlo.

—Entender ¿qué?

—Porqué —contestó—. Porqué hiciste lo que decían que habías hecho, porqué te
convertiste en una delincuente, porqué organizaste La Masacre, porqué ni
siquiera te molestabas en negarlo. Cada vez que te miraba, la pregunta se
aparecía por sí sola ¿Por qué?

—La historia de toda una vida —comentó Jude con amargura.

—No —la contradijo Liz. Viendo la curva sardónica en el labio de Jude


continuó—. Deja que te cuente algo sobre mi negocio, Jude. Las noticias duran
en este mundo aproximadamente 30 segundos. Siempre aparece algo mejor y
más importante. Tu historia se enfrió casi en el mismo momento en el que se
terminó el juicio. Fuiste absuelta y no ibas a hacer declaraciones. Brugetti sabía
que le habían apaleado y no estaba por la labor de hacer hincapié en la pérdida
de un caso que todo el mundo había considerado un caso ganado. No había una
familia indignada que llorara a la hora de máxima audiencia o que te llevara a un
juicio civil. Y en cuanto a la DEA, olvídate, ¿crees que querían hablar del hecho
de que su mejor agente ahora trabajaba para el otro lado? A efectos prácticos, la
historia se había acabado.

—Pero tú seguiste detrás.

Liz sonrió arrepentida.

—Al principio, no. No fue hasta seis meses después del juicio, y aún mantenía
los oídos atentos a cualquier cosa sobre tus actividades, que admití que no podía

350
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
sacarte de mi cabeza —una ceja oscura se arqueó en su dirección—. Ahora
pensarás que soy una acosadora ¿no? También estuve el día que testificaste.
Estabas absolutamente preciosa ese día. Todavía recuerdo el traje que llevabas.

—Armani —murmuró débilmente Jude.

—Sí, Armani —meneó la cabeza para eliminar el recuerdo de la primera vez que
vio al Arcángel—. En cualquier caso, seguía de cerca el ambiente criminal, así
que parecía natural utilizar mis fuentes para intentar averiguar tus intenciones.
Mientras tanto, el Fiscal del estado había bloqueado mis investigaciones y casi
me meten en la cárcel por intentar saltarme una orden judicial de secreto sobre
los archivos que la DEA tiene de ti.

— ¿De verdad?

—Tranquila, no llegué a ver nada.

—De todos modos, ya sabes lo importante.

Liz la estudió durante un momento antes de alargar la mano y tomar la de Jude,


medio temerosa de que el gesto fuera rechazado. Respiró aliviada cuando Jude
entrelazó sus dedos con los de la reportera y tiró de ella hacia el pequeño sofá
situado frente al escritorio.

—Eso es lo que estoy intentando hacer ahora —dijo despacio mientras se


sentaban, ella sobre sus piernas cruzadas—. Contarte las cosas importantes. No
quiero que haya nada más que se interponga entre nosotras.

Jude asintió.

—Me habría gustado que lo hubieras hecho antes.

—A mí también —estuvo de acuerdo la reportera—. Pero sinceramente, no sé si


habría habido alguna forma fácil de decirte que tu amante era una reportera que
te perseguía, que se dedicaba a investigar tu pasado extensivamente, y que se
introdujo en tu vida de forma fraudulenta —ante la descripción Jude pareció no
saber si reír o llorar. Ríe, Jude, por favor, suplicó en silencio. O si no, no tenemos
nada que hacer.

Finalmente una risa estrangulada escapó de la garganta de la mujer oscura.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Bueno....cuando lo pones así....supongo que tienes razón —estudió sus dedos
entrelazados—. ¿Cuándo decidiste intentar encontrarme? Especialmente después
de tanto tiempo.

—¿De verdad? No estoy segura, exceptuando que sabía que ningún archivo o
"fuente" iba a decirme lo que quería saber.

—Y eso ¿era….?

Miró en las profundidades de los ojos de Jude, aliviada de ver que todavía
brillaban con calidez. Después aspiró profundamente y dijo suavemente.

—Por qué no podía sacarte de mi cabeza.

La admisión se quedó descansando temblorosa entre las dos durante un


momento, hasta que Jude preguntó.

—¿Qué piensa tu redactor en jefe de todo esto?

—Veamos, creo que la respuesta exacta fue: "¿Estás jodidamente fuera de tus
cabales?" —sonrió ampliamente—. Esa es la respuesta habitual de Lucas para
casi todo. Y en este caso pensó que mi plan era particularmente disparatado.

—Lo era —dijo Jude sin rodeos—. ¿Qué hubiera pasado si yo hubiera sido como
todo el mundo dice que soy? ¿Qué hubiera pasado si yo hubiera....? —se detuvo
de pronto, tragándose el resto de la frase.

—¿Qué hubiera pasado si me hubieras llevado al piso de arriba a tu habitación


del Club y me hubieras seducido en lugar de llevarme a tu casa? —terminó Liz
en su lugar—. ¿Qué hubiera pasado si me hubieras tratado como a cualquiera de
las otras?

—Sí —dijo Jude en voz baja.

—¿Por qué no lo hiciste? —preguntó, queriendo saber porqué las cosas habían
sucedido tan misteriosa, tan extrañamente bien entre ellas, cuando todo a la
hora de conocerse indicaba que tenían que haber salido mal.

Jude apoyó la frente contra la de Liz, cerrando los ojos brevemente y


atrayéndolas casi insoportablemente cerca.

—Porque no eres como ninguna otra mujer que haya conocido, Elizabeth.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Déjame ver tus ojos —susurró con la voz rota por la emoción. En silencio, Jude
obedeció a la petición; y Liz se encontró frente a un azul más profundo, más
intenso que cualquier vista del océano, o cielo de verano, o joya centelleante que
hubiera visto jamás. En los ojos de Jude vio una admisión descarnada de lo que
quería, de necesidad y de amor. La contestó con una igual, esperando que
pudiera transmitir una décima parte de lo que sentía por la mujer sentada a un
suspiro de distancia. Sintió como a Jude se le cortaba la respiración, y supo que
había tomado la ola en la que ella iba.

—Sí —murmuró, sintiendo los labios de Jude buscando los suyos—. Sí...

* * * * * * * * *
—Es un restaurante que se llama Barrido del Mar....sí. Lo sé, Lucas....No, no está
en medio de ninguna parte....No....No....¡No! Ok....sí, dos horas. Bien. Nos vemos
allí —Liz colgó el teléfono con un suspiro cansado y se dejó caer de nuevo sobre
la cama en la que no había dormido desde hacía casi un mes.

Jude acarició perezosamente los finos mechones de pelo y los apartó de la cara
de la reportera, estudiando los rasgos que había llegado a amar antes que a
nada. Todavía no podía hacerse a la idea de los tumultuosos hechos que la
habían llevado hasta aquí, pero imaginó que después habría tiempo suficiente
para la reflexión. Previendo, por supuesto, que sobreviviera a la explosión que se
venía.

—Ey....la tierra llamando a Jude…. —se centró en el verde amable de los ojos de
Liz, sonriendo ante la calidez que había allí.

—Uy....lo siento. Estaba un poco distraída.

—¿Quieres compartirlo? —Liz se incorporó un poco, de modo que su cabeza


descansara cómodamente sobre el estómago de Jude. De algún modo, habían
acabado en la habitación tras su conversación, y Jude....siendo Jude, y
Liz....incapaz de resistirse a Jude....bueno, las cosas rápidamente habían
seguido su curso natural. Ahora Jude estaba tumbada cómodamente sobre las
sábanas rosa oscuro, sirviendo de almohada satisfecha para que Liz se apoyara.

—Solo....pensaba sobre todo lo que ha pasado —hizo una pausa—. Y todo lo que
va a pasar —echó una mirada a la figura dorada apoyada contra ella—. Todo va a
ir muy rápido a partir de ahora. Lo sabes ¿verdad? —al contrario de lo que había
dejado que Elizabeth creyera, sabía que en el minuto que la historia apareciera,

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
iría caminando por ahí con una diana en su espalda. No había mentido cuando
dijo que creía que la idea de Liz podía funcionar, lo único es que iba a funcionar
por razones bastante diferentes de lo que pensaba. Esperaba provocar a quien
quiera que hubiera coreografiado este baile en particular para que saliera a
campo abierto. No podía disparar a lo que no podía ver. Era así de simple. Sabía
que había prometido a Elizabeth que intentaría encontrar alguna solución que
no fuera la violencia, pero, sinceramente, no sabía cuál. Quien estuviera tras ella
quería sangre. No era algo de lo que pudiera escapar. Empujando con resolución
los oscuros pensamientos fuera de su mente, se acurrucó contra el cuello de Liz,
mordisqueando la piel con suavidad.

—Uau, calma, Romeo…. —Liz advirtió pero su cuerpo se arqueó ante la caricia—.
Tenemos dos horas antes de la cita con Lucas, y necesitamos ir a tu casa a
recoger la documentación que va a necesitar.

—También tengo que recoger mi coche.

—Muy bien, ¿por qué no vamos a tu casa a recoger las cosas, después pasamos
por el Club a buscar el Porsche, y vamos en coches separados al restaurante? —
sugirió, sentándose con pesar—. Así, si Lucas quiere que vaya al periódico,
puedo ir.

Jude se mordió el labio durante un momento pensando.

—Parece un buen plan. Vamos —se levantó con un elegante movimiento,


mirando a su alrededor buscando la camisa que parecía haber desaparecido
misteriosamente.

—Eh....¿Jude? —Liz la tomó por el brazo—. ¿Recuerdas la conversación de esta


mañana sobre el ―Agua de Burdel‖? —un brillo travieso salpicó los campos de
verde.

—Lo que quieres es volverme a meter en la ducha —dijo Jude con una mueca.

—Lo has entendido perfectamente —respondió con una mirada de lasciva—.


Vamos, tenemos tiempo.

* * * * * * * * *

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Capítulo 16

Jude y Liz traspasaron a pie la puerta de Barrido del Mar para encontrar una
ansiosa Ria de pie en el puesto de camareros, con un fruncimiento de cejas
acentuando sus ya expresivos rasgos.

—¿Qué está pasando? —preguntó sin preámbulos. Sus brazos estaban cruzados
con fuerza sobre su pecho, y sus ojos ardieron intensamente al estudiar la figura
vestida de cuero. Jude había llamado antes para advertirle que Lucas
preguntaría por ella, pero la oscura mujer no había ofrecido ningún detalle
aparte de ése. Sin embargo, Maria no era estúpida… no había sido la esposa de
un agente de la DEA sin aprender que la información más importante,
normalmente, no era verbalizada… y no le costó mucho darse cuenta que aquella
petición hecha entre dientes probablemente estaba muy relacionada con el giro
de Jude hacia la luz.

—¿Ni siquiera me corresponde un hola? —inquirió secamente Jude—. Quiero


decir, ¿no estabas acosándome por mis modales el otro día?

La expresión de Ria no cambió.

—Hola, Jude, qué bueno verte de nuevo. Ahora, ¿qué demonios está pasando?
¿Estás bien?

Jude y Liz intercambiaron una breve mirada, y Jude levantó las manos en un
gesto de paz.

—Espera, ¿ok? Primero de todo, ¿está él aquí?

—Sí, fuera en el porche. Le puse en tu vieja mesa, tal y como me pediste —lo
señaló con un movimiento de cabeza.

—Genial —Jude se volvió hacia su amante—. ¿Quieres ir primero a hablar con


él? —preguntó con una socarrona sonrisa—. Podría ser lo mejor, ya que él no me
está esperando exactamente a mí.

—Eso puedo hacerlo.

Liz tragó saliva con fuerza, mirando el azul que había palidecido peligrosamente
durante las últimas horas. La retirada de Jude más y más hacia dentro de sí
misma mientras ponían en marcha su plan asustaba a la mujer más
pequeña….tampoco ayudaba que Jude hubiera resucitado su vestimenta de

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Arcángel cuando volvieron a la casa. Pantalones de cuero y una camisa de seda
azul oscuro envolvían ahora la piel de su amante con una amenazadora cercanía,
resguardándola incluso del más leve de los toques de la mujer más pequeña.
Cuando la periodista había mirado interrogativamente el atuendo, Jude se había
limitado a encogerse de hombros y responder.

—Es lo que se espera de mí.

También se había quitado la funda de su hombro y había sacado dos revólveres


de aspecto siniestro del cajón, metiendo uno ajustadamente en la pistolera y
deslizando el otro en la cintura de sus pantalones mientras se dirigían a recoger
el Boxster. Para alivio de Liz, los había dejado ambos en el coche cuando llegaron
al restaurante. Ahora, la periodista se preguntaba ausentemente dónde más
planeaba ir Jude y por qué esperaba que el lugar fuera tan inhóspito.

—¿Elizabeth? —la voz de Jude la arrancó de vuelta a las dos mujeres frente a
ella.

—Sí, estoy aquí. Iré a hablar con Lucas. Lo tengo —asintió, suspirando
pesadamente, y se volvió hacia el porche.

—Oye —Jude tiró del brazo de Liz, evitando que se marchara. El azul se suavizó
de algún modo… como si hubiera fisuras en la tundra helada cuando miró a su
amante—. ¿Estás bien? —murmuró suavemente.

Liz inspiró profundamente, preguntándose cómo podría responder a esa


pregunta. En las últimas 24 horas, su amante había estado a un suspiro de
matarla; había destruido casi irreparablemente la confianza de Jude en ella; y
ahora….aunque era lo último que ella quería ver….estaba observando cómo Jude
se deslizaba más profundamente hacia la oscuridad mientras intentaba salvar
las vidas de ambas. ¿Cómo demonios podría estar bien?

—Sí, estoy bien —contestó—. Sólo estaba pensando en qué voy a decirle a Lucas.

Los ojos de Jude parecieron clavarse en la parte más profunda de su amante, y


Liz sintió su corazón golpeteando dentro de sus confines.

—Pronto estará bien —susurró suavemente la oscura mujer. Esos ojos no se


habían perdido nada. Habían leído cada dolor, cada miedo, y cada esperanza que
la mujer de pelo color miel tenía respecto a los acontecimientos que estaban por
venir. Gentilmente, ella acarició la suave curva de la mejilla de su amante, la
suave caricia de sus dedos ofreciendo la tranquilidad que sus meras palabras no

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
podían. Inclinó la cabeza de Liz para que encontrar la suya y dio gentilmente,
con un tierno roce, un besito en los labios de la periodista—. Lo prometo.

Tranquilizada por la familiar calidez del tacto de Jude, Liz cerró los ojos y se dejó
ser acurrucada en el abrazo de su amante. No le importó que Ria estuviera
observando con ojos sorprendidos ni que los clientes del restaurante pudieran
sentirse escandalizados por la exhibición. Anhelaba la seguridad de esos brazos
rodeándole y el aplomo implícito de que enfrentarían cualquier cosa que
ocurriera juntas.

—¿Mejor? —murmuró Jude, casi inaudiblemente.

—Oh, sí —respiró Liz—. No quiero moverme.

—Yo tampoco —convino suavemente Jude.

Ella levantó la mirada hacia la expresión cerrada de Jude, preguntándose qué


elegiría su amante dejar que viera. La lejanía creciente de Jude le había golpeado
duramente durante las últimas horas, y aunque ese pequeño intercambio alejó
suavemente sus peores miedos, Liz no pudo detenerse y preguntó:

—¿Lo dices en serio?

Jude suspiró profundamente, con silenciosa pena.

—Claro que sí —dejó un besito sobre la frente de su amante—. Cuando todo esto
haya terminado, quiero que nos vayamos lejos durante un tiempo muy, muy
largo. ¿Qué dices tú?

A pesar de su tono tranquilo, la mirada de los ojos de Jude le dijo a Liz que
aquello era mucho más que una petición casual. Era un juramento silencioso de
que, si salían de esta, Jude estaba dispuesta a intentarlo, dispuesta a confiar. De
nuevo a pesar de todo.

El corazón de Liz respondió a la solicitud con simple alegría. Sí… respondía. Sí a


todo, al presente, al futuro, al dolor que ambas sufrirían inevitablemente, pero
también a la abrumadora felicidad que sostener a aquella mujer en sus brazos le
traía.

—Sí.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Bien. Entonces está arreglado —tras un último apretón Jude la soltó—. Habla
tú primero con Lucas, y yo me reuniré contigo en unos pocos minutos. ¿Quieres
algo de beber?

Siempre práctica, Jude le estaba ofreciendo algo, a través de las primeras etapas
de estos sucesos surrealistas que eran, de alguna manera, parte su vida.

—Sí, lo que vayas a pedir tú.

Jude se rió sombríamente.

—¿Por qué no te llevo lo que tomaste la otra noche?

Recordando el gusto de su amante por el bourbon, ella estuvo de acuerdo.

—Sí, eso sería probablemente mejor. Gracias.

—Sin problema. Prácticamente estoy en plantilla, ¿sabes? —Jude sonrió como


disculpándose, su tono más ligero animando a Liz a relajarse.

La periodista se limitó a sacudir la cabeza con una irónica sonrisa y salió a


buscar a su jefe.

* * * * * * * * *
Jude se volvió para encontrar la mirada de Ria fija firmemente sobre ella.

—¿Vas a decirme ahora qué está pasando aquí, Ángel? —sus ojos marrón
chocolate barrieron una vez más la extensión de Jude, su mirada diciéndole a la
agente que su transformación no había sido ignorada. Ni era apreciada—. ¿Quién
es ese tipo?

Caminaron hasta la barra, donde Jude dejó su orden en voz baja.

—Es el Editor de las Noticias Locales para el Miami Herald.

Ria miró a su amiga impresionada.

—¿Cuándo empezaste a salir con periodistas?

Jude se rió sin alegría.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Desde que empecé a salir con Elizabeth —sacudió la cabeza—. Pero supongo
que debería empezar a llamarla Liz desde ya.

—Dame una pista de esto —Ria puso una mano sobre los tensos músculos del
antebrazo de Jude—. ¿Elizabeth es periodista?

Un asentimiento.

—¿Del Herald?

Un asentimiento.

—¿Por qué no me contaste esto la otra noche?

—No lo sabía.

Jude se acabó el bourbon en un solo trago y asintió al camarero para que se lo


volviera a llenar. La verdad de todo estaba penetrando rápidamente a la ex
agente. Las decisiones que había tomado en las últimas 24 horas habían sido
totalmente instintivas….respuestas a un clamor en su corazón y su alma que no
podía ser negado durante más tiempo. Pero sabía que sólo el tiempo revelaría si
sus decisiones habían sido sabias. Rápidamente, esbozó la historia de cómo Liz
había llegado a buscar al Arcángel, y la confrontación resultante del día anterior.

—Hija de perra —maldijo entre dientes Ria—. No puedo creer que todo fuera una
mentira —su cuerpo se tensó cuando se volvió para darle a la mujer de pelo color
miel una porción de lo que pensaba, pero el firme agarre de Jude le mantuvo en
su sitio—. ¿Cómo se atreve? —la ira llameaba en sus ojos.

—No, Maria —los ojos azules miraron directamente a los marrones, contanto una
historia totalmente propia….de rabia, pena, y, milagrosamente, perdón—. No
todo fue una mentira. No puede serlo.

Ria resolló suavemente, sabiendo ahora que Jude no estaba hablando


simplemente de palabras ni de hechos. La oscura mujer estaba hablando de una
verdad profunda que reposaba entre ella y la periodista de pelo claro. Reconocía
la expresión del rostro de Jude: era la que su marido siempre había lucido
cuando hablaba del oscuro espejo de su alma.

—La amas.

No era una pregunta.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Jude hizo una leve mueca como si la hubieran golpeado. Su boca se torció en
una mueca.

—Claro que lo hago —la tensión desapareció en el aliento del aire que la
transportaba—. Sólo desearía que no doliera tan malditamente mal ahora mismo
—murmuró, bajando la mirada hacia el líquido ambarino de su vaso.

Ria estaba más cerca de Jude de lo que la oscura mujer dejaba llegar a nadie,
pero había una incomprensión perdida en la voz del Arcángel que ella nunca
había oido procedente de aquella mujer, a quien ella y Jason siempre habían
mirado como alguien ligeramente distinto a los humanos. Su corazón sufría
ahora por una niña perdida que nunca había conocido el amor ni la seguridad, y
al mismo tiempo llameaba con una indignación asesina hacia quien había
maltratado tan duramente aquel precioso regalo.

—Ella no merece tu amor, Ángel.

Jude terminó su copa y observó a Maria con un gesto equilibrado. Sus ojos
chispearon levemente ante la declaración de su amiga, y no supo si estar
enfadada o conmovida por las palabras bien intencionadas. Especialmente ya
que venían de una mujer que, hacía sólo unos pocos años, habría condenado
alegremente el cuerpo de Jude a las llamas del Infierno que existiera, fuera el
que fuese.

—No creo que decir eso te corresponda, Ria.

La mujer más pequeña se pasó una mano por el desordenado pelo oscuro y
estudió a su amiga con exasperación creciente.

—Tú sólo te has plantado ahí y me has dicho que esa mujer te acosó, te acosó,
Ángel, durante casi un año antes de arreglar un encuentro contigo bajo falsas
premisas. Prosiguió a envolverse contigo bajo esas mismas falsas premisas y sólo
te dijo la verdad después que la descubrieras en el acto de repasar tus archivos
privados —su voz aumentó con incredulidad mientras terminaba—. ¿Qué me
estoy perdiendo?

La mirada de Jude había vuelto a su ahora copa llena.

—Ella me ama.

Fue tan suave que Ria estuvo a punto de no oírlo.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—¿Te ama? —repitió ella con incredulidad, perpleja porque Jude hubiera dicho
realmente aquellas palabras—. ¿Por qué deberías creerle? ¿Quién te dice que no
es simplemente otra de sus mentiras?

Ojos azules se fijaron en ella con una intensidad aterradora.

—Porque sé que es la verdad —gruñó Jude, su voz más baja y amenazante de lo


que Ria la había oído nunca. La oscura mujer se inclinó más cerca de su
pequeña amiga, de forma que llenaba la mirada color marrón chocolate—. La
lancé a lo largo de una habitación, Ria. Le puse una pistola en la cabeza y le dije
que si volvía a verla de nuevo, la mataría —Jude se echó levemente hacia atrás—
. ¿Y sabes qué? —se detuvo ligeramente para darle efectismo—. Ella vovió a mí.
Me persiguió y exigió que le escuchara —sus dedos se cerraron sobre el
tranquilizador grosor de la copa que reposaba sobre la barra; y Jude sacudió la
cabeza lentamente, aún sin creerse del todo las temerarias acciones de Liz—.
Ahora, dime una cosa….Incluso por alguien a quien amaras, ¿harías eso?
¿Aunque supieras que para ellos, matar es más fácil que amar? —
inconscientemente, repitió las palabras que Liz le había dicho hacía sólo unos
pocos días. Éste era el mismo monstruo al que se había enfrentado Jason, y
ambas mujeres sabían que no importaba cuánto hubiera amado él a Jude….él
había estado finalmente demasiado asustado como para enfrentarse de cara con
los demonios que batallaban contra Jason por el alma de Jude. Sus caminos se
habían separado hasta que un último encuentro predestinado les había reunido
de nuevo, y los demonios habían terminado ganando. Jude asintió levemente—.
Así es como sé que ella me ama.

—¿Entonces la has perdonado? ¿Así de simple? —la pregunta se le escurrió sin


que ella la pensara realmente.

Jude se rió secamente.

—Ria, soy la última persona del mundo con derecho a garantizarle el perdón a
cualquiera. Después de todo lo que he hecho. a gente que se lo merecía y….que
no.… —fallándole, las palabras se quedaron en silencio, y ella se encogió de
hombros indefensa.

Ria estudió atentamente a su amiga, asumiendo la desconocida luz que brillaba


en los ojos azules cuando hablaba de Liz, incluso a pesar de su traición.
Reticentemente, sacudió la cabeza.

—Esto es mucho que aceptar, Ángel —enlazó los elegantes dedos de la oscura
mujer con los propios—. Si dices que está arreglado entre ustedes dos, entonces
361
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
yo no puedo discutir eso. Pero me siento furiosa porque te haya hecho daño, y no
estoy segura de poder perdonarla por ello —viendo a Jude a punto de hablar,
levantó una mano con advertencia—. Eres mi amiga, y no renunciaré al derecho
de estar enfadada en tu nombre. Nunca te había visto así, Jude….Nunca.
Siempre supe que tenías una increíble capacidad para amar en tu interior….tu
lealtad hacia Jason demostró eso. Pero nunca pensé que serías capaz de
permitirte ser amada —apretó con fuerza en brazo de Jude—. Eso es más difícil
para ti, creo yo.

Un profundo rubor calentó los rasgos de Jude, y ella recordó por qué siempre
había detestado las charlas como aquélla. Lo que sentía por Elizabeth, no
obstante, no le permitía alejarse ni del hecho de amar a la periodista ni, si las
últimas 12 horas suponían alguna indicación, de expresar aquel amor en voz
alta. En los corredores donde se había movido eso podría demostrar ser fatal,
tanto para ella como para aquellos a quienes quería. Había mantenido a Ria y a
Jessie lejos de las sombras mediante mantenerse a sí misma bastante alejada de
ellas. Aquel estridente e innegable clamor de su sangre por Elizabeth había
destruido todas las barreras entre ellas, y con eso, toda esperanza de mantener a
las sombras lejos de su amante. La única opción que Jude tenía ahora era barrer
lejos las sombras, y rezar porque los dioses que existieran no la quemaran viva
por salir a la luz de una vez por todas.

* * * * * * * * *
Incluso en la sonora muchedumbre del viernes noche, Lucas era definitivamente
fácil de divisar. Entre los clientes mayormente jóvenes y de clase alta, él suponía
un agudo contraste con su camisa arrugada, su corbata perpetuamente mal
abrochada, y su despeinado pelo gris. No ayudaba en absoluto que a juzgar por
su expresión, pareciera que la taza que sostenía en su mano contuviera un café
de seis horas de antigüedad, en vez de la enorme jarra de cerveza que
actualmente tenía frente a él. Ella le hizo gestos elegantes con la mano,
intentando ordenar sus tumultuosos pensamientos, pero incapaz de
concentrarse realmente en nada que no fuera la dorada calidez que había sentido
en brazos de Jude.

—¡Ey, aquí! —sonrió suavemente a su editor, cogiéndolo por sorpresa. Se deslizó


tranquilamente en el asiento frente a él, preguntándose si había sido allí donde
Jude se había sentado durante todas esas noches con Jason o si ésa había sido
la silla de su compañero. Liz no era estúpida.…se daba cuenta de muchas
maneras de haber tomado el lugar de Jason en la vida de Jude, rellenando una
necesidad en la oscura mujer que ésta nunca pudo pronunciar con palabras.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
También era vívidamente consciente de que esas mismas cosas que habían
alejado a Jason de Jude eran las cosas que la atraían a ella hacia la oscura
mujer con la exactitud inequívoca de una polilla hacia la llama. Para su
sorpresa, había descubierto que la llama no quemaba….se enroscaba a su
alrededor cuidadosamente, entrando en ella con una inesperada ternura y
bailaba en su sangre con una posesión innegable. Ese fuego ardía ahora en sus
ojos, mientras contemplaba a su jefe—. ¿Vienes a menudo por aquí?

—¡Gardener! —la cabeza de Lucas se levantó de golpe, ya que había estado


observando obstinadamente su cerveza—. ¿Dónde jodidos has estado? —la miró
cuidadosamente, fijándose en el pequeño corte en un extremo de su boca y el
pequeño morado de su mandíbula—. ¿Y qué jodidos te ha ocurrido?

—Lucas, suenas como mi padre….salvo por el hecho que….él nunca diría


‗jodidos‘. Bueno, como sea sigues sin sonar como mi editor.

Ella se había fijado por primera vez en las heridas cuando se estaban preparando
para venir. Jude había lucido un rostro avergonzado hasta que la periodista
señaló la herida pareja en la propia mejilla de Jude. Estamos a mano,
amor….Solamente no quiero que esto vuelva a suceder, ¿ok?

—Qué bueno que yo no sea tu padre, porque de lo contrario te tendría sobre mi


rodilla. No puedo creer que me hablaras de este plan descabellado, en primer
lugar —él sacudió la cabeza con agitación ante su propia estupidez.

—Estuviste de acuerdo porque pensaste que yo no tenía ni una triste posibilidad


en todo Miami de que tuviera éxito —respondió ella con una risilla—. Y
normalmente, habrías tenido razón.

El océano, visible sobre el hombro de Lucas, estaba calmando los nervios de la


periodista con su tranquilidad. El continuo movimiento de las olas le recordaban
al silencioso y poderoso golpeteo del corazón de su amante. Tenía ganas de pasar
largas horas enroscada en los brazos de Jude, sólo escuchando ese sonido.
Cuando todo esto termine….era el mantra al cual se agarraba ahora, lo único que
le estaba ayudando a salir de aquello. Saber que ella y Jude tenían todo el
tiempo que necesitaran para explorar el corazón, la vida, el alma de la otra.
Saber que Jude aún deseaba aquello era todo lo que importaba. Costara lo que
costara, haría lo que hiciera jodidamente falta para asegurarse que ambas
sobrevivían para rellenar la promesa del mañana.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—¿Entonces, dónde me equivoqué? ¿O debería decir, dónde acerté? —se bebió
casi toda su cerveza y gesticuló al camarero para que se la rellenara—. ¿Quieres
algo?

Liz sacudió la cabeza en gesto de negación.

—Tengo algo en camino —eso es quedarse corto.

—¿Y bien? —él la miraba impacientemente. Ahora podía olerlo, ella podía decirlo,
la historia que se estaba cociendo. Los músculos de su cuello se agruparon
cuando él se echó inconscientemente hacia delante en la silla, dando golpecitos
con el pie en un staccato incesante. Liz podía sentir la mesa vibrando
suavemente siguiendo su ritmo—. ¿Qué te ha ocurrido, Liz?

Ella sonrió serenamente a su jefe, sabiendo que sus palabras iban a enviarlo
sobre el límite.

—Me enamoré, jefe —Lucas llenó sus pumones de aire con objeto de empezar su
recital, pero Liz lo detuvo con una palma levantada—. Llámalo destino, llámalo
voluntad de Alá, llámalo mirar sobre una sala llena de gente y ver a la mujer más
hermosa que he visto nunca en mi vida devolviéndome la mirada. A mí —repitió
suavemente, casi para sí misma. Ella nunca sabría a ciencia cierta qué había
visto Jude en ese instante en el cual sus ojos conectaron, pero ahora creía que
debió ser algo semejante al calor que había recorrido su espalda mientras se
sometía a la mirada de Jude. Fuego oscuro, murmuró para sus adentros,
olvidando a su jefe. Ella es una llama que arde sin luz. De algún modo, Liz sabía
que era parte de su destino devolverle a Jude la luz que le habían robado hacía
años.

—¿Liz? —Lucas hizo gestos con la mano delante de ella—. ¿Liz? Vuelve....

Ella devolvió de golpe su mirada al hombre que aguardaba delante suya,


reparando en su cansado rostro. Los años habían pasado su atención sobre Jack
Lucas. Pequeñas patas de gallo alrededor de sus ojos creaban la ilusión de un
hombre risueño, pero cualquiera que hubiera pasado tiempo cerca de Lucas
sabía que esas marcas eran el resultado de demasiados años pasados
escudriñando copias de noticias, más que indicaciones de un temperamento
claro. Sus ojos eran del mismo gris metálico que su pelo, y sólo perdían su matiz
apagado cuando presentían una historia en el horizonte. Como ahora.

—Sólo intentaba pensar en un modo de explicar todo lo que ha ocurrido.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Dame los titulares —sugirió él.

—No es tan sencillo —Liz sacudió la cabeza. Incluso si hubiera querido, no había
forma de reducir las últimas semanas a una simple pepita de oro adecuada para
la publicación. Por primera vez en su vida, las palabras le fallaron, y Liz
descubrió para su sorpresa que, en realidad, le importaba un demonio.

Lucas perdió la poca frialdad que le quedaba.

—¿Entonces qué demonios es, Liz? Desapareces durante semanas con sólo una
llamada telefónica para decirme que realmente no sabes nada, realmente no
puedes explicar nada, pero me mantendrás informado —se pasó una iracunda
mano por el pelo—. Tuve que aprender a usar el jodido mail, ¿sabes, Liz? ¿Sabes
qué dolor en el trasero fue eso para mí? ¿Y qué obtengo a cambio? Nada.
Absolutamente-jodido-nada.

Liz protestó.

—Eso no es cierto. Te mandé correos....

—Diciendo básicamente ―Me divierto. Ojalá estuvieras aquí‖. Sólo que yo no


sabía dónde jodidos era ese ―aquí‖. Sabía que te las habías arreglado para que
casi te mataran menos de tres horas después de estar acompañada por esa
mujer. Y que ya no estabas pasando las noches en tu casa. Después me llamas
ayer y dices que Lucien aún está trabajando para la D-jodida-E-jodida-A. Ahora
te ves como si hubieras tenido tres asaltos con Joe Louis.

—Difícilmente —se mofó Liz.

—Liz... no me estás contando lo importante. ¿Con quién jodidos te estás


enredando que te está plantando moretones en la cara?

—Conmigo —fue la baja respuesta que llegó desde atrás de la espalda de la


periodista.

La atención de Lucas voló hasta la impresionante mujer de pie detrás de Liz, sus
ojos agrandándose involuntariamente mientras se fijaban en la impactante visión
de Jude Lucien. No había nada sutil en las oleadas intimidatorias que parecían
emanar de su piel. Liz ladeó la cabeza hacia atrás para echarle a su amante una
sonrisita. Podía detectar débilmente los cálidos trazos de la esencia picante de su
amante mezclados con el cuero, y eso le recordó el lado más suave y flexible de la
mujer tras ella. Viendo los dos vasos en la mano de Jude, preguntó:

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—¿Uno de esos es para mí?

—Sí. Aquí tienes.

Una sonrisa casi imperceptible destinada sólo a Liz parpadeó en el rostro de la


oscura mujer mientras alargaba la bebida. Descuidadamente, enganchó su bota
en el travesaño de una silla cercana y la atrajo. Estirándose junto a su amante
con la elegancia alerta de una depredadora, volvió una penetrante mirada azul al
hombre que se encontraba frente a ella.

—Tú eres Lucas.

Su voz había descendido una octava de su registro habitual, y Liz observó


perpleja cómo los rasgos de Jude parecían recolocarse hacia los duros planos
que ella reconocía como pertenecientes al Arcángel. Mientras se preocupaba por
la cordura de su compañera, una parte de su instinto de cuenta cuentos se
maravilló ante la oportunidad de observar a la oscura cazadora trabajando.

—Y tú eres la perra que golpea a mujeres —él hizo un gesto hacia el rostro
magullado de Liz.

Los ojos de Liz se abrieron de golpe cuando Lucas desveló unos cojones que ella
nunca imaginó que él tuviera. Pero por otro lado, recordó, él se había mezclado
con asociaciones corruptas en el apogeo de su carrera. Echó una breve mirada a
su amante, que sonreía ligeramente y no mostraba vestigio alguno de insulto.
Gracias a Dios que dejó las pistolas en el coche.

—¿Vas a defender su honor? —inquirió Jude suavemente. —Muy noble de tu


parte. Sin embargo…. —sus dedos recorrieron el oscuro corte en su propia
mejilla—. Elizabeth es más que capaz de defenderse a sí misma —sonrió a su
amante y volvió a mirar fijamente a Lucas—. Dijo que estábamos a mano, pero si
tú no lo crees.... —Sus palabras se apagaron ligeramente, con una clara
implicación.

Liz observó asombrada como todo sobre Jude parecía cambiar, desde las pautas
en su discurso hasta la forma en que su cuerpo se tensaba en una tranquila
amenaza, cada músculo compenetrado con su entorno.

Lucas pasó la mirada de Jude a Liz y de vuelta a la primera.

366
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—A mano, ¿eh? —que las dos mujeres estaban juntas era inconfundible. El
cuerpo de Liz se apoyaba ligeramente hacia el de Jude, mientras que la mujer
morena había elegido claramente sentarse al lado de la mujer más pequeñas.

—Aunque me atrevo a decir que el episodio completo nunca habría sucedido si


yo no la hubiera encontrado en la comprometida situación de rebuscar en los
archivos de mi ordenador —arqueó una insegura ceja hacia el editor de la sala de
prensa. —Dime, señor Lucas, ¿tienes el hábito de permitir a tus reporteros
fraternizar con Señores asesinos traficantes de drogas? ¿Todo por una historia?
Incluso para mí, la vida parece un precio demasiado alto a pagar por un simple
titular.

—Tú no eres una asesina traficante de drogas —protestó Liz, defendiendo


instintivamente a Jude, incluso antes que a sí misma.

Una suave sonrisa arruinó la cara de la mujer morena, pero ella la cubrió
arqueando escépticamente la ceja mientras ojeaba al editor en frente suya.

—Ah, pero eso es lo que el señor Lucas me llamó en la editorial que escribió
durante mi juicio. ¿No es así, señor Lucas? —Lucas abrió su boca, y luego la
cerró sorprendido—. Trabajo de investigación en ambos lados, como puedes ver.

—Jude —advirtió Liz en un tono de voz que claramente le decía que parara de
jugar con su comida.

La mujer morena sonrió malignamente hacia la reportera, pero hizo un suave


movimiento con la cabeza en reconocimiento.

—Afortunadamente, como a Elizabeth le gusta decir, soy ambas, menos y más de


lo que esa descripción implica.

—¿Significa? —preguntó Lucas.

—Significa que no estoy interesada en matar a una mujer inocente —se detuvo,
con un gran suspiro y dudando sobre lo que iba a decir—.Y mucho menos a una
a la que amo tanto como amo a Elizabeth.

El precipitado grito no vino de Lucas sino de Liz, quién no esperaba la


declaración. ¿Lo hace...? Ella alcanzó y cuidadosamente entrelazó sus dedos con
los de Jude, arreglándoselas para contener el resto de su reacción en un feliz
apretón que amenazaba con romper la mano de la mujer morena.

367
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
El rostro de Jude no mostró ningún cambio, pero devolvió el apretón con los
dedos, reconociendo la importancia de lo que había dicho.

—Como ve, señor Lucas, creo que podemos ayudarnos mutuamente.

* * * * * * * * *
Jude y Liz pasaron las cuatro horas siguientes con los detalles no solo de lo
ocurrido en las últimas semanas, sino en los últimos años en la vida de Jude.
Lucas escuchaba con creciente asombro como Liz contó la historia verdadera
tras la caída de Jude, su posterior alzamiento al poder ilícito y sus más recientes
intentos de expiación.

—De ninguna jodida manera —fue todo lo que pudo decir cuando ellas acabaron.

—¿Perdona? —Jude preguntó inexpresivamente.

—Quiere decir que no puede creerse que nosotras estemos tan tranquilas con
una historia tan grande —tradujo Liz.

La agente arqueó una ceja socarronamente. —Gracias.

—¿De vuelta? —Él miró a Liz.

Jude se giró hacia su amante para la traducción.

—Cómo voy a escribir eso. —Liz murmuró. Le contestó a Lucas—. Estaba


pensando en ir directo al presente. A como ella está trabajando duramente para
acabar con el resto del Cártel mientras los auténticos pillos intentan matarla.

Él asintió. El oportuno brillo en la reportera debido a la reciente historia no


escapó a nadie de la mesa. Él miró astutamente a Jude.

—Espero que sepas que esto te va a convertir en un objetivo —él no había


pasado años reventando traseros a los sindicatos corruptos por nada. El que
denunciaba dentro de su propia empresa, especialmente en un juego sucio como
este, era siempre el primero en caer.

—Lo sé —contestó Jude normalmente, incluso aunque ella estaba maldiciendo a


Lucas silenciosamente por hacerla decir eso delante de Elizabeth.

368
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—¿De qué están hablando? —Liz apartó la mirada de su amante para dirigirla a
su editor. Lucas estaba mirando a Jude con compasión y respeto, mezclado con
una muy saludable dosis de miedo por lo que ella había sido y todavía era—. No,
Lucas, nosotros vamos a arrojar demasiada luz sobre ella. ¿Sabes? Así que ella
estará en un alto perfil para que la maten —ella volvió a mirar a Jude quien
examinaba el fondo del vaso de bourbon—. Jude? —no hubo respuesta—.
Jude.... —agarró la barbilla de Jude y forzó a que sus ojos se encontraran—.
Mírame —Lucas no podía esconder su impresión a que el Arcángel fuera tan
fácilmente manejable ante la pequeña reportera. Repentinamente, se levantó y se
excusó por algo que sabía que no debería ver.

—¿Por qué no nos consigo otra copa?

Ninguna mujer notó que él se retiró con agradecimiento de la mesa.

—¿De qué estaba hablando? —Los ojos de Liz estaban medio desesperados
medio furiosos, mientras buscaban la expresión de la mujer a su lado—. ¿Qué
estás planeando? —Jude liberó gentilmente su barbilla del agarre de Liz y
estrechó su mano entre las suyas, acercándola a su boca y besando suavemente
su palma. Guió a Liz de la mano hasta el final del patio, alejandose de los
entrometidos ojos de la exuberante multitud. El manto de la noche las protegía
allí, permitiendo a Jude una libertad de expresión que de otra forma no tenía.

—Te amo —dijo tranquilamente, su mirada nunca titubeó en los cálidos ojos
verdes de su amante—. Lamento no habértelo dicho antes....de que se lo
dijera....a él. Ella hizo un gesto hacia la silla vacía donde Lucas había estado
sentado.

—Yo también te amo, Jude —ella trazó una grácil línea por la mejilla de Jude, la
punta de sus dedos siguiendo la herida que ella había puesto allí. La mujer
morena suspiró profundamente dejando caer su cabeza y cerrando sus ojos
cuando sintió las delicadas caricias de las manos de su amante entre sus
cabellos—. Pero necesito saber qué estás planeando. Por favor.

Jude se volvió hacia los preocupados ojos verdes de su amante.

—Él tiene razón, Liz. Cuando esta historia salga, ellos vendrán tras de mí.

—¿Entonces por qué demonios estamos haciéndolo? ¿Por qué dijiste que
pensabas que mi plan funcionaría? —el enfado aumentó profundamente en la
reportera, nacido más de la desesperada preocupación sobre lo que le pasaría a
su amante que de haber sido engañada.
369
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Tu plan funcionará —la contradijo Jude —solo que no de la forma que tú
pensabas que lo haría.
Liz gesticuló impacientemente, como diciéndole que se explicara—. No puedo
disparar a lo que no puedo ver, Liz —Jude dijo simplemente.

Involuntariamente, los pensamientos, de la mujer rubia volvieron a lo que Jude


había dejado en su coche.

—Yo pensaba que íbamos a tratar de resolver esto de alguna manera que te no
implicara a ti y una pistola.

Jude se pasó una mano cansada por el pelo y dio un paso atrás.

—Si supiera otra manera, lo haría. Pero, el hecho es....No importa qué tipo de
―efecto‖ pongas en esto....siempre habrá más gente que esté feliz de verme
muerta que viva. No es que yo sea una inocente en todo esto. Mirándolo bien,
no creo que La Agencia realmente quiera verme muerta. Sé que no es decir
mucho, pero ellos preferirían tenerme a mí antes que al Medellín o el
Calli. Esencialmente me deshice de Massala por ellos.

—Así que, ¿crees que es sólo una persona de tu grupo?

—Sí. Pero si la historia sale a la luz ....salpicaría tanto a La Agencia,


que querrían verme muerta.

La periodista negó con la cabeza.

—Estoy confundida. Entonces, ¿por qué sacar la historia?

—Apuesto a que si el canalla se entera de que la historia va a la imprenta le


provocará
hacer un movimiento. Si él cree que sabemos quién es, tratará de detenerme —
hizo una pausa y luego agregó—. Kent está en camino.

Los ojos de Liz se agrandaron con alarma.

—¿Crees que está implicado? —se agarró al antebrazo de su amante con fuerza.

Jude acarició suavemente la mano de Liz, curiosos sus dedos aunque dolorosos
sus músculos.

370
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Creo que es un canal de información. Eso es todo —espero. Al hablar sobre el
pasado con Elizabeth, se había dado cuenta de que Kent había involucrado, de
alguna manera, a través de cada paso en su viaje de pesadilla. Mientras que ella
no creía que fuera lo suficientemente inteligente para tener el cerebro en todas
las cosas, la velocidad con la que la muerte de Jason había sido cubierta había,
como Elizabeth había señalado, apestado a pánico y miedo. Kent estaba escrito
por todas partes, pensó sombríamente, recordando la facilidad con la que él se
había rendido antes.

La presión de la piel de Elizabeth en la de ella desviaba su atención.

—Así que todo esto con Lucas ¿era sólo una cubierta?

Jude sacudió la cabeza.

—No. Quiero que escribas la historia. Pero aguanta. Si tengo razón, todo esto va
a suceder esta noche o mañana. Y si las cosas salen mal....

—No digas eso— declaró Liz.

—Tengo que decirlo,—Jude insistió, mirando fijamente a su amante—.


Escúchame ....Si las cosas salen mal, quiero que publiques la historia. Eso te
protegerá. Aunque a La Agencia no le importa quitar de en medio a un civil o
diez, odiaría tener que hacerlo en medio de un centro de atención. Quebrando la
verdadera historia tras el Arcángel te dará un foco bastante grande. Confía en
mí —ella se acercó y con cuidado trazó las líneas de la cara de su amante—.
Incluso si no puedo volver contigo, todavía te puedo proteger. Déjame hacer eso.
—Jude se inclinó para darle un beso dulce, dejando que sus labios la rozaran
suavemente durante unos momentos antes de separarse—. Por favor.

—Es mejor que vuelvas a mí, Jude Lucien —Liz murmuró, enterrando la cabeza
en el hueco de
su hombro y entregándose al suave abrazo de su amante.

—Créeme, amor, tengo toda la intención de volver contigo —Jude podía sentir la
forma de la sonrisa de Elizabeth en su cuello—. Tú y yo, tenemos unas
vacaciones planeadas —eso le consiguió una suave presión de un beso en su
cálida piel—. ¿Un trato?

La discreta aclaración de una garganta detrás de ellas interrumpió la respuesta


de Liz. Jude miró por encima de su amante para ver la forma de Kent esbozada
por las luces brillantes del restaurante.

371
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Nunca lo había considerado un amigo...Cuando se conocieron ella no tenía
ningún concepto de lo que era la amistad....y su cobardía había sellado una
puerta entre ellos que siempre permanecería. Ella no había actuado contra él
personalmente: algunas personas, la mayoría de las personas, simplemente no
habían sido hechas para cubrir el trabajo en profundidad. Lo que ella sostuvo
contra él fue que no lo admitiera y saliera antes de que sucediera la
catástrofe. Si hubiera sido asociado con cualquier otro que no fuera el Arcángel,
no habría habido dos agentes muertos y meses de trabajo destruidos por su
descuido.

Afortunadamente, Kent había sobrevivido para ver el error de sus actos.

Había demostrado ser un miembro muy talentoso de su Unidad de Apoyo a la


Investigación, en el seguimiento de múltiples agentes y por proporcionar
información de antecedentes. Jude tuvo el gusto de dejarlo supervisar sus
equipos de apoyo, basándose en su experiencia administrativa para conseguir lo
que necesita y cuándo lo necesitaba. El hedor de la cobardía, sin embargo,
siempre se aferró a él. Se podía ver en sus ojos cuando la miraba. No había
estado bromeando cuando le dijo a Liz que Kent era un hombre de
empresa. Había estado en la agencia, en primer lugar, por último, y siempre, y
su fracaso en el campo le asestó un duro golpe. Otros lo llamaron un fanático,
por supuesto, esas mismas personas la llamaban un Arcángel, pagando
íntegramente sus cuotas y haciendo caso omiso, prefiriendo su propio juicio.

Ahora, mientras miraba su silueta, se preguntaba si no debería haber prestado


más atención a los rumores que siempre habían arrastrado detrás de él.

—Perdón por interrumpir ....eh....—mostró su sonrisa fácil—. Pero tu llamada


sonaba bastante importante.

—No hay problema —Jude respondió con la misma facilidad, un brazo


descansando casualmente sobre los hombros alrededor de Liz—. Solo
estábamos....tomándonos un momento.

—No se te puede culpar —su mirada abarcaba la figura esbelta de Liz con
admiración, y los ojos de Jude involuntariamente se estrecharon al
escudriñarlo—. Eres una mujer muy afortunada, Jude.

Los músculos de la mujer morena se relajaron un poco por la nota de respeto en


la voz de Kent.

372
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Sí, lo soy —concordó con sencillez—. Venga, vamos a sentarnos. Tenemos
mucho de que hablar.

* * * * * * * * *
Liz se disculpó con ella de la manera más discreta posible, medio temiendo que
si se quedaba más tiempo se traicionaría en sus sospechas a Kent. Ella encontró
Lucas aún en el bar.

—Mucho que asimilar, ¿eh? —ella preguntó con tristeza, de pie en la esquina de
la barra donde él estaba sentado.

Sacudió la cabeza.

—Todavía no puedo creer la mitad de las cosas que ha hecho.

—Ella no es una mala persona, Lucas —Liz respondió acaloradamente, todavía


dispuesta a defender a su amante.

—Yo no he dicho que lo fuera —él levantó la mano en señal de rendición—. Creo
que ella ha hecho algunas cosas mal....pero, de nuevo, una vez más, no puedo
imaginar lo que sería ser obligado a matar a la única persona en mi vida que
significaba algo para mí —Liz dejó escapar un profundo suspiro.

—Lo sé....no sé cómo ha sobrevivido.

—La mayoría de la gente no lo haría —Lucas respondió sin rodeos—. Y de


alguna manera no puedes culparla por perderse en su camino. Pero Liz, eso no la
exime de las cosas horribles que ha hecho desde entonces. Sabes….

—Sí, Lucas, lo sé —la periodista interrumpió—. Sé exactamente lo que ha


hecho. Recuerda, yo fui la única obsesionada con ella durante meses. Quién sacó
todos los archivos, quién hablaba con toda la gente demasiado temerosa de
hablar, quién miraba todas las fotos de la escena del crimen de La Masacre —se
frotó el puente de la nariz con cansancio y luego se pasó una mano por el
pelo. Fue un gesto que reflejaba la costumbre propia de Jude y si la reportera
pudiera haberse visto a sí misma se habría reído. Pero su mente estaba perdida
en el recuerdo de su amante, cubierta de una sangre que no era la suya—. Lo sé
—repetía en voz baja.

—¿Y la amas? —Lucas preguntó en voz baja.

373
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Se cruzó con la mirada afectada de su jefe, preguntándose cómo diantres podría
explicar por qué amar a Jude Lucien no era algo sobre lo que ella tenía que
pensar....que era simplemente una parte de lo que era ahora. Cómo podría
explicarle los días y las noches de conversación cuando Jude se abría a ella,
revelando las décadas enterradas en sí misma. Como Jude había entregado los
fragmentos de su alma destrozada a la atención de la rubia reportera, juntas
ellas habían comenzado a reparar los daños, sustituyendo la pérdida de Jason
por un ambiente cálido, un amor dorado que la mujer ni siquiera había soñado
sentir. Liz había visto de primera mano las cicatrices en la psique de su amante,
y sabía que no había manera de expresarle a Lucas lo que la oscuridad le había
costado a Jude. Amaba a Jude por todas estas razones.

También amaba a Jude, por el infinitamente precioso regalo que le había dado a
Liz. Por primera vez en su vida, sentía que vivía y respiraba, no sólo servía para
contar historias de otras personas. La distancia vaporosa había desaparecido
entre ella y el resto del mundo que le había permitido entender sin empatía se
había ido....y ella fue empujada de cabeza en el vertiginoso mundo de la emoción,
la pasión, la ira, la violencia de sus colores oscuros mezclados con los más
ligeros del amor, la ternura y la alegría en el lienzo de su vida. Ahora sabía lo
que lleva a la gente a amar....a matar...y una parte de ella se preguntó qué
pasaría con ella si Jude no regresaba de este último viaje.

—¿Cómo? —él repitió lentamente, dibujándose dentro de su introspección—.


¿Cómo puedes quererla?

No, no había manera de explicarlo, se dio cuenta.

—Simplemente la amo.

Por el rabillo del ojo, captó a Kent caminando rápidamente a través de las mesas,
deteniéndose para hablar con Ria y darleun beso en la mejilla. Sus rasgos
normalmente rojizos le parecían pálidos a la periodista, pero podría haber sido
sólo un truco de la luz. Una cálida presencia a su espalda se anunciaba como
su amante.

—Hola—, dijo sin volverse.

—Ey —Jude murmuró en voz baja, asintiendo con la cabeza a Lucas. Sus brazos
en torno a la cintura de Liz, queriendo sentir el confort del cuerpo esbelto de su
amante, se apretó contra ella por tan sólo unos momentos más antes de que ella
se tuviera que ir.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Liz inclinó ligeramente la cabeza para estudiar la expresión cerrada Jude.

—¿Qué te dijo?

—Lo que tú esperarías —Judes respondió enigmáticamente.

—¿Adónde va?—

—Dijo que tenía que encontrarse con Tony en la oficina para una reunión
informativa sobre un caso en el que habían estado trabajando. Mi conjetura es
que él está llamado a su jefe —Lucas estaba atento a no perderse nada del
intercambio.

—¿Estás esperando problemas?

Jude rió sombriamente.

—Siempre estoy esperando problemas Sr. Lucas.

El hombre mayor estudió a la pareja, como sus cuerpos parecía entrelazarse


naturalmente, dos mitades de un hendido conjunto.

—Jude ...— Él parecía tropezar con su nombre. —Llámame me Lucas. Todos los
demás lo hacen.

Las cejas rubias de Liz se alzaron espectacularmente ante reconocimiento tácito


de su jefe sobre el lugar de Jude en su vida. Un murmullo de sorpresa atravesó
su cuerpo, no obstante, aceptó la obertura de gracia.

—Gracias.

—Está bien.... —Lucas tomó el último sorbo de su cerveza y alcanzó su


cartera. Dejando un par de billetes sobre la barra, él asintió con la cabeza a los
dos—. Creo que tengo suficiente para empezar a trabajar en las piezas de la
historia principal. Estaba pensando tal vez en una línea de tiempo, extraida de
una operación. Algo así.

—Suena bien —Liz acordó, tensando sus músculos, ya que su cabeza volvió a las
razones que las llevaron a estar juntas. Apretó los brazos, Jude silenciosamente
le ofreció consuelo. La periodista se relajó con gratitud en el abrazo, con las
fuerzas renovadas por el cuerpo detrás de ella—. Voy a empezar a trabajar en la

375
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
iniciativa. Hay algunos archivos en mi coche que nos proporcionaran todo lo que
necesitamos.

—Bien. Vamos por esa documentación —Lucas asintió—. ¿Quieres venir


conmigo al periódico? ¿Empezamos ahí?

Liz sintió una súbita cautela en el conjunto de los brazos a su alrededor.


Confianza. La palabra cruzó los pensamientos de la reportera.

—Creo que me quedaré aquí —ella objetó tácitamente, para permanecer bajo el
ojo vigilante de Ria.

La mirada oscura que la amiga de su amante le había estado dirigiendo desde el


otro lado del restaurante no había sido perdida por la reportera. Ella sabía que
Jude le debía haber contado a María al menos una parte, probablemente todo,
sobre lo que había ocurrido entre ellas.

—Hay algunas cosas de último minuto que tengo que desarrollar. Tengo una
Power Book en mi coche, para poder trabajar con la misma facilidad desde el
restaurante.

Lucas entrecerró los ojos a su empleada, pero sabiamente no dijo nada.

—Haz lo que quieras —se encogió de hombros—. Jude, ha sido una gran
experiencia —le tendió una mano que Jude aceptó inmediatamente desde atrás
de Liz. Sus dedos estaban calientes y flexibles, su firme apretón de manos se
estrechó con confianza contra los dedos del editor. Los ojos de color gris pizarra
miraban a la mujer de enfrente con nuevo respeto—. Espero tener la oportunidad
de volver a verte cuando todo esto haya terminado.

—Eso me gustaría, Lucas —ella le ofreció una sonrisa genuina, y el editor vió a
una mujer totalmente diferente. Las austeras líneas de sus rasgos se
suavizaron, y la exquisitez amenazante de la depredadora fue sustituida por una
belleza cálida y palpitante que brillaba en los ojos y amenazaron con llevar su
aliento más allá.

Liz Gardener era una mujer con muy buena suerte. Sonrió de nuevo a ella,
sacudiendo la cabeza.

—Joder....si alguien me hubiera dicho hace dos días que yo estaría socializando
con el Arcángel, les habría dicho que estaban jodidamente fuera de sus mentes.

376
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Ella no es el Arcángel —Liz le recordó irritada.

Jude interrumpió antes de que Lucas pudiera ofrecer sus disculpas.

—Sí, lo soy —dijo en voz baja, volviéndose de cara a su amante—. Tengo que
serlo —su tono de voz, aunque suave, no admitía réplica—. Al menos hasta que
todo esto haya terminado.

El vicio que se apoderó del corazón de Liz poco a poco cedió, permitiendo que la
periodista volviera a respirar normalmente una vez más.

—Entiendo —murmuró, mirando hacia el azul que casi se había descongelado.


Ella sabía, sin embargo, que una palabra, podría traer al ángel del crepúsculo de
donde se había retirado temporalmente—. Aunque eso no me tiene que gustar.

Al darse cuenta de que era una vez más un intruso, donde no había nada que
hacer, Lucas discretamente se excusó a sí mismo de las dos mujeres que se
habían olvidado de su presencia.

Asintiendo a la despedida silenciosa que le dirigió el editor, Jude devolvió la


mirada serena a su amante.

—Espero que no te guste. Dios sabe, a mí no.

—Tengo miedo de perderte —hundió la cara en la cálida camisa de seda de Jude.

—Mírame —Liz inclinó sus ojos verdes para encontrarse con sus ojos azules—.
Te prometo que si me pierdes no será así —sus ojos brillaban misteriosamente
en la iluminación tenue del restaurante—. Nunca voy a volver a como era antes,
Elizabeth. Nunca. Van a tener que matarme primero.

En ese breve instante podía ver el cuerpo destrozado y maltratado de Jude tirado
en el suelo de una habitación vacía, la seda y el cuero que llevaba, no eran más
que una débil barrera para la sangre que brotaba de su cuerpo sin vida. Liz se
estremeció, los tentáculos de hielo la alcanzaron a través de la habitación cálida
y se aferraron a su alma.

* * * * * * * * *

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Capítulo 17

Mecerse en sus brazos por la noche era su asignatura favorita, una vez más en la
húmeda oscuridad que envolvía a Jude, adentrándose con decisión en su cara y
su cabello. Se podía oler la leve insinuación de la humedad en el aliento del
viento y sabía que probablemente habría en Miami una tormenta desagradable
después. Genial….eso es todo lo que necesito, pensó sombríamente. Dios
poniendo en valor su granito de arena.... ¿Qué sigue? ¿El fuego del infierno y el
azufre?

Un sudor que no tenía nada que ver con los más de cien grados de la ola de calor
que azotaba en la actualidad a la ciudad se deslizó por su rostro. Miedo.… Se dio
cuenta con sorpresa. Por primera vez en su vida, ella estaba absolutamente
aterrorizada. Su temor no era frío y desolado....No, era cálido y
malicioso....funcionando fácilmente en su cuerpo, llevándolo de su cerebro a sus
músculos. Le rodeaba su corazón y apretaba suavemente para recordarle
gravemente su mortalidad. Bailaba en el viento y le susurraba al oído,
convenciendola de abandonar su misión y olvidar el camino que trató de forjar a
través de la oscuridad. Eso le mostró la vida que perdería si ella fallaba. Hacía
mucho que había sido cierto. Esta vez, sin embargo, su fracaso conllevaría un
precio demasiado alto, significaría dejar Elizabeth para siempre.

Esto sencillamente no era aceptable.

Por supuesto, por otra parte, el éxito significa tratar de tener una vida con
Elizabeth. Tratando de combinar la oscuridad que había sido su hábitat durante
tanto tiempo con el brillo natural en el que vivía su amante no era algo que Jude
esperara hacer. Una gran parte de sus dudas podían incluso ser hechas. Pero
ella no podía más que dejar de intentarlo más de lo que podía dejar de vivir.

Lo que la llevó de vuelta a donde había empezado, cara a cara con el temor que
se apoderó de ella, sin importar cómo trató de girarlo fuera de su alcance.

Tengo que dejar de pensar tanto.

Afortunadamente, sus reflexiones fueron detenidas abruptamente cuando se


encontró con la puerta cerrada de la guarida vigilada de Romair Massala. La
extravagancia de la puerta de hierro forjada era de rigor en la zona discreta en la
que él vivía, su puerta estaba atornillada y era de aspecto siniestro, la puerta de
entrada hacia el exterior era la única con indicios de la vocación ilícita de su
propietario. Un oscuro centinela dentro de la portería, con los ojos

378
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
sospechosamente ojeando a lo largo del Porsche y deteniéndose sobre la mujer
que lo conducía.

—¿Te has perdido? —preguntó, la cadencia musical de su acento sin querer


eliminar cualquier amenaza en cuestión.

Jude no se inmutó.

—Estoy aquí para ver a tu jefe —contestó secamente.

—El Sr. Massala no recibe visitas esta noche —el centinela le informó.

—Creo que él me verá —cuando el guardia no hizo ningún movimiento hacia el


teléfono celular elegante que podía ver en el escritorio, gruñó en voz
baja. Negociar con un pequeño y molesto empleado era lo último que tenía en
mente. Con un ágil salto tenía su pie en el asiento del Boxster, su Sig pegada a
la nariz del guardia antes de que pudiera hacer el más mínimo movimiento—.
Toma el maldito teléfono y dile a tu jefe de mierda que el Arcángel está aquí para
verlo. ¿Comprende? —utilizó deliberadamente su apodo de la agencia para
obtener su atención.

Debió de haber funcionado, pues los ojos del centinela se abrieron cuando la
mujer morena reveló su identidad. El asesinato de Rico Massala a manos del
Arcángel fue materia de leyendas, incluso ahora, en El Cártel. La historia se
susurró a través de las filas del Cártel como la historia de fantasmas de un niño,
aterrorizando a todo el que la oía. Hubo dos sobrevivientes a La Masacre, y sus
descripciones habían hecho justicia a la belleza,
al terrible rostro, que lo miraba ahora fijamente. La pistola en la mano no
significaba nada, fueron los ojos de Jude los que enviaron su mano temblorosa al
teléfono.

Tan pronto como dio el código de Romair, Jude le arrebató el teléfono de su


mano, demasiado irritada como para esperar un minuto más.

—¿Romair? Soy Jude. Tenemos que hablar.

La voz de Romair, aunque era evidente que estaba sorprendida de oír su voz en
su línea de intercomunicación, estaba calmada.

—Ciertamente. ¿Cuando quieres que nos reunamos?

—Ahora. Estoy sentada afuera de tu puerta.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Hubo una pausa larga en el otro extremo de la conexión, y Jude casi podía
escuchar los pensamientos que se lanzaban a través del cerebro de Romair
mientras él examinaba todas sus opciones. Romair no era un idiota....debería
saber que algo grande era lo que la había llevado a su puerta. Finalmente,
habló:

—Muy bien. Que Miguel te deje entrar —se aclaró la garganta con delicadeza—.
Eso es….si tú no has....

—Tu guardia está bien, Romair —Jude le aseguró, sonriendo al joven que seguía
mirándola a ella, y a su Sig, con cautela. Nunca había visto un argentino tan
pálido antes—. Solo estoy un poco impaciente.

Una risa profunda y retumbante se hizo eco al rodar a través de su conexión.

—Puedo imaginarlo. Bueno, si no está demasiado petrificado, puede traerte aquí.


Le dejaré saber a mi gente que estás aquí, así ellos no te darán….un saludo
similar.

—Gracias, Romair. Estaré en un minuto —ella rompió la comunicación y le dio


al centinela tras su espalda el teléfono—. ¿Ves? Eso no era tan mal, ¿no? —le
preguntó conversacional—.Tu jefe dice que me dejes pasar —el centinela asintió
con voz temblorosa y tomó el cierre automático. Jude se deslizó hacia abajo en
el asiento de cuero, metiendo su arma cómodamente detrás en su plataforma de
hombro. Su peso era una presión tranquilizadora a su lado, un compañero
familiar mientras viajaba entre las sombras una vez más.

Una vez concedida la admisión, el Porsche ronroneaba suavemente a lo largo del


camino sinuoso. Aparcó el coche en el parque delante de la unidad circular que
había antes de la impresionante fachada de la mansión de ladrillo. Dos
hombres vestidos con idénticos trajes oscuros se interponían entre ella y la
entrada.

¿Debo llamarlos los Hombres de Negro? Jude rió para sus adentros mientras se
acercaba a ellos.

—No armas —él más grande de la pareja le informó a ella, mirando fijamente a la
plataforma del hombro.

Odio los trajes.

380
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Si fuera a matar a tu jefe, estúpido hijo de puta, no habría llamado y
anunciado mi llegada.

—No armas —repitió.

¡Dios mío!....Romair ha enrollado los trajes....me pregunto lo que dirá este tipo si le
tiro de su cadena.

Abrió la boca para dar una respuesta sarcástica, pero fue interrumpida por la
voz suave de Romair.

—Estamos un poco beligerantes hoy, ¿no es así? —se quedó enmarcado en la


puerta, con una sonrisa fácil estirada sobre sus rasgos que llegaba a los ojos
marrones. Estaba vestido de manera informal, en color crema, pantalones de
lino y una pálida camisa de durazno que complementan su buen oscuro
aspecto. Se remangó las mangas de la camisa, a lo largo de sus musculares
antebrazos, y Jude observó con sorpresa, que estaba descalzo.

—Demasiado café supongo —respondió ella con una sonrisa, lo que confirma sus
sospechas internas que le gustaba este hombre, a pesar de su aparente misión
de detenerlo. Había sido fácil tenerle antipatía a Rico, él había sido un
repugnante y pequeño adulador con una tendencia a tratar a sus empleados
como si fueran animales de circo disponibles
únicamente para su entretenimiento. Jude había sido su preciada pantera,
elegante y brillante con una gran brutalidad, y había disfrutado viendo su salto
en su mando. Pero como los animales salvajes suelen hacer, Jude había
demostrado que no iba a ser domesticada a su llamado.

Traer a Romair se suponía que sería el precio de su redención, pero por la forma
en la que el argentino saludó a sus guardias casualmente e invitó a la pantera a
su casa, Jude finalmente comprendió que la redención (la forma en que la quería
y ansiaba) podía no ser comprada por traicionar al otro. Ella tendría que vivir
con sus pecados por el resto de su vida. Nadie más, ni la agencia, ni la iglesia, ni
nadie, podría concederle la paz. Cualquiera que fuera la elegancia con la que lo
lograría sólo sería lo que ella se concediera a sí misma....y eso dejaba
efectivamente a su preciada esperanza por los suelos. La cara de Elizabeth
derivaba a través de sus pensamientos, e inconscientemente, la mujer morena
recordó el tierno abrazo que habían compartido antes de irse.

El silencio susurro: Te amo....todavía brillaba a través de su audiencia, y reforzó


su valor con su fuerza.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Tal vez hay esperanza para mí todavía.

—Debo decir, Jude, que tu inesperada llegada es un poco….desconcertante —iba


diciendo Romair mientras la conducía a través de la casa a su estudio. Ella
captó imágenes fugaces de muebles de buen gusto, alfombras de lujo, y la tenue
iluminación mientras ella caminaba detrás de él. Un niño pequeño se asomó por
la esquina del extremo del corredor, con curiosidad no disimulada con respecto
al intruso. Ella le sonrió, y él chilló suavemente por la sorpresa, y su pequeña
cabeza estuvo nuevamente fuera de su vista.

—No acostumbro a hacer negocios en mi casa —esto último lo dijo con un


endurecimiento casi imperceptible en su voz mientras él estaba cuidadosamente
pendiente de la ropa de cuero en Jude—. Es bastante malo tener guardias
armados protegiendo a mi familia....pero me aseguro de que sean
tan….discretos….como sea posible.

—En otras palabras, no te gusta que el coco a aparezca en tu casa, ya que


asusta a los niños —Jude interpretó secamente—. Mira....yo no estoy contenta
por esto. Te aseguro que no tengo ningún interés en aterrorizar a tu familia y no
tengo tiempo para discutir contigo. Tenemos un problema.

Ella lo vio sentarse detrás de un escritorio de caoba maciza cubierto de las tareas
que lo habían ocupado antes de su interrupción prematura. Detrás de él estaba
un gabinete similar al que se extendía a lo largo de las grandes ventanas en el
resto de espacio. La superficie estaba llena de fotos de Romair, una mujer que
asumió sería su esposa, y un número de niños pequeños que se parecían mucho
al hombre que se encontraba frente a ella. Se ven felices, observó casi con
nostalgia, de repente odiaba su propia intrusión amenazante en lo que
obviamente era el refugio de Romair.

—Lo siento—, dijo en voz baja.

Romair frunció los labios y le indicó a la silla frente a él.

—¿Lo sientes por qué? —preguntó en voz baja, aunque parecía que ya lo
sabía. Sus ojos eran cálidos mientras la miraba.

—Por estar aquí —ella miró su propio atuendo y el arma que a menudo parecía
como si se tratara de una de extensión de su propio cuerpo—. Esto —ella sonrió
con ironía—. No soy exactamente el tipo de persona que normalmente invitan a
cenar a casa.

382
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Tonterías, Jude —ahora él también estaba sonriendo—. Siempre eres
bienvenida a mi casa para la cena. Solo deja la pistola atrás —estudió los
pantalones que se aferraban a su longitud elegante apreciativamente—. Y el
cuero también —agregó con un suspiro de pesar que Jude no se perdió.

—¿Paola es del tipo celoso? —le preguntó a la ligera.

Se echó a reír.

—No, en absoluto. Sin embargo, puedes resultar demasiado tentadora para mi


hija mayor —hizo un gesto a una fotografía enmarcada en plata de una joven que
miraba de forma exquisita y desafiante a la cámara—. Ariana parece haber
heredado no sólo el bueno ojo de su padre para las mujeres hermosas, sino
también su terca voluntad —él se rió medio despectivamente—. Alguien como
tú....resultaría un reto irresistible para ella.

Para los ojos entendidos de Jude, Ariana parecía estar cerca de 18 años de edad,
y ella estudió la imagen con sorpresa. Podría haber jurado que él le había dicho
que sólo había estado casado durante diez años. Echando un vistazo a la serie
de fotografías dispersas por el gabinete, se dio cuenta de que ninguno de los
otros niños de Romair había llegado aun a la adolescencia. Él siguió sus ojos
mientras ella estudiaba las imágenes.

—Ella parece....más grande que tus otros hijos —dijo Jude cuidadosamente.

Se rió de su inferencia.

—Ariana fue el resultado….de una indiscreción juvenil....por mi parte. Yo no era


mayor de lo que ella es ahora cuando su madre quedó embarazada —miró
solemnemente a los ojos de Jude—. Yo soy un hombre que toma sus
responsabilidades en serio. Le propuse matrimonio a Julia y fui rechazado —su
boca torcida en una mueca, la herida aún abierta después de todos estos años—.
Mi familia no era....adecuada....suficiente para ella. A pesar de la condición de
Julia, fui alejado de su casa y Julia fue enviada lejos para tener al niño en
secreto.

—Entonces, ¿cómo....? —a pesar de la urgencia de su misión, Jude fue detenida


en la historia. Romair era sin lugar a dudas un hombre de fuerza, resolución, y
honor, a pesar de su imperio ilegal. Su determinación de no comprar su libertad
a costa de su crecimiento.

383
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Encontré el lugar donde fue enviada, y mi familia organizó la ―adopción‖ de mi
propia hija. Ariana ha estado al cuidado de mi familia desde el día en que
nació. Y cuando me casé con Paola, Ariana fue reconocida como mi hija y ha
vivido con nosotros desde entonces —él sonrió con cariño a la imagen de su hija
mayor, que era de hecho una versión femenina de su padre—. Ella es inteligente,
salvaje y totalmente tempestuosa. Y tú, mi querida Jude, eres exactamente el
tipo de problemas que ella anhela encontrar —miró con atención a la mujer
frente a él—. Aunque no creo que un baile o dos le haga ningún daño a
nadie. Ella está demasiado acostumbrada a salirse con la suya con todos —
asintió con la cabeza, una pequeña sonrisa jugaba a través de sus rasgos.

Jude tuvo un gracioso rubor debido a la franca evaluación que hizo Romair de su
atractivo, no importaba el hecho de que estaba hablando de su propia hija.

—Uh....bueno.... —estaba completamente perdida, y eso deleitó al hombre que se


encontraba frente a ella.

—Oh, esto es maravilloso.... —él rió. Romair tenía una rica y profunda voz y su
risa no era una excepción. Era cálido y amable, expresando una felicidad que
Jude nunca había asociado con la gente en su línea de trabajo—. El notorio
Arcángel cogida desprevenida. Lástima que nadie me creería.

—En eso tienes razón —Jude estuvo de acuerdo con sequedad—.


Tan....intrigante.... como es esta línea de conversación, esa no es la razón por la
estoy aquí.

Su rostro se puso serio, y el marrón cálido de sus ojos adquirió un brillo


calculador.

—Hay algo que quieres de mí.

—Sí —Jude respondió sin vacilar—. Pero hay algo que puedo darte a cambio.

—¿Y qué podría ser?

—Tu vida.

El argentino frunció el ceño, estudiando la elegante extensión ante él otra vez.

—Ya has hecho eso, Jude. No he olvidado que tú fuiste quién me sacó del
cobertizo cuando la DEA decidió hacernos una llamada inesperada.

384
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Los ojos de Jude chispearon.

—¿Tú sabías que eran de la Agencia?

—En ese momento, no. Envié a varios de mis hombres al sitio después.
Encontraron....

—Proyectiles H-K —Jude asintió—. Supuse eso una vez que volví a casa y miré el
arma que le quité a uno de ellos.

—¿Estás aquí para decirme que tengo un topo en mi organización?

—Es un poco más complicado que eso. ¿Dónde estabas cuando Rico tomó parte
en el Cartel?

Romair se sentó en la cómoda silla de cuero y enlazó las manos delante de él. Su
ceño
fruncido por el pensamiento de Jude sentada en silencio, mentalmente
instándole a darse prisa. Después de una larga pausa, habló:

—Quieres saber el nombre del hombre que traicionó al compañero de mi primo,


¿no? —por segunda vez en otros tantos minutos, Jude fue sorprendida
completamente desprevenida.

—¿Tú lo has sabido todo este tiempo? —sus ojos azules palidecieron con
violencia, los músculos en su cuerpo instintivamente enrollados—. ¿Por qué no
me lo dijiste antes?

—Vamos a decir que era mi as en la manga —Romair tendió una mano


advirtiendo—. Antes de que nos conociéramos, pensé que tal vez podría usarlo
como moneda de cambio. Para hacerte venir a la mesa conmigo —se movió en
su silla y miró al Arcángel con astucia—. Pero tú estuviste de acuerdo, sin duda.
Eso siempre me confundió, Jude. Tú no tenías ninguna razón para sentarse
conmigo —rió con amargura—. Mi encantadora hija por otro lado, yo no tengo
nada que ofrecerte. El Cartel nunca será lo que era….No será siquiera una
porción de ello. Y tú lo sabes.

—Tal vez estoy cansada de tener que preocuparme por profesionales


independientes tratando de poner mi cabeza en una punta como una tarjeta de
saludo.

385
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Dudo seriamente que hay alguien, afiliados o no, que pudieran traer tu cabeza
a cualquier parte donde no quiera ir.

—Eso no impide que lo intenten —comentó con ironía Jude. Se movió en su silla
y se levantó, sus músculos clamando por la actividad. El rugido silenciado en
sus oídos fue creciendo como se sentía al acercarse cada vez más y más cerca de
las respuestas que se le habían escapado estos largos años. Se paseaba por la
larga oficina de Romair, sus botas dejando muescas suaves en la alfombra de
felpa gris. Girando sobre sus talones, se enfrentó a él de frente.

—Tienes razón. Tenía mis propias razones para sentarme contigo.

—¿Cuáles son?

—Yo tenía un acuerdo con la DEA, huelga decir que tenía un acuerdo con un
hombre que estaba colaborando con los traidores de Jason a ofrecerte y entregar
el resto del Cartel —caminó otra vez, deliberadamente dándole la espalda a él.

El rostro de Romair se endureció en una máscara de furia, y su cuerpo temblaba


con el esfuerzo de permanecer sentado, que disminuyó ligeramente cuando la
Glock de su repisa estuvo colocada debajo de la mesa.

—Deja el arma abajo, Romair. Yo no he cogido la mía —dijo sin volverse. Su


ritmo llevó a sus ojos una vez más—. Lo que pasa es que nunca hubo un
acuerdo ―real‖. Todo era una estafa para que nos mataran. En realidad fue un
bonito montaje. Dos narcotraficantes peleando sobre el territorio y muertos en
una redada de la DEA —ella sonrió con admiración sombría por la belleza del
plan—. El nombre del canalla muere contigo, y el cabo suelto, a saber, yo,
finalmente amarrado.

Romair pensó por un momento, teniendo en cuenta las palabras de Jude.

—¿Por qué no habían hecho esto antes?

—Por dos razones. La primera, el poder sólo recientemente fue reconsolidado en


el Cartel. No tenían forma de saber como golpear en tu organización hasta
ahora. Dos, que nunca pudieron acercarse lo suficiente a mí. Mientras todavía
estuviera en el negocio, nadie podía acercarse a mí.

—Pero si tú pensabas que eran tus aliados, bajarías la guardia —Jude se encogió
de hombros—. Por lo menos, lo suficiente para permitirles estar más cerca de lo
que alguna vez estuvieron —Romair la miró astutamente a ella—. Tú ciertamente

386
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
tienes que tener más de un contacto allí. Podrías ir a ellos con tus sospechas
sobre mi cabeza como algo que ofrecer. ¿Por qué has decidido no seguir con tu
parte del trato?

Los ojos azules se encontraron con los marrones, cada uno midiendo los
otros. Cada mirada era a partes iguales fuerza, determinación, y sospecha,
mientras ellos se estudiaban el uno al otro.

Finalmente Jude hizo un gesto a la agrupación de imágenes detrás del


argentino.

—Por ellos—, dijo al fin. Porque tú pareces ser la persona de honor que me
gustaría ser, a pesar de lo que ambos hacemos en la vida. Después de todo lo
que he hecho, no tengo derecho a intercambiar tu libertad por la mía —ella se
encogió de hombros suavemente—. Recientemente, mis....prioridades….han
cambiado. Lo que he ido haciendo los últimos años....simplemente ya no es
suficiente —Jude pasó la mano por su pelo agitado, sin saber exactamente por
qué estaba abriéndose a la mirada penetrante de Romair, pero incapaz de
detenerse.
La expresión del rostro Romair era inescrutable, pero al fin sus músculos tensos
visiblemente se relajaron y sus ojos se caldearon de nuevo al mirar a la mujer
que estaba frente a él.

—Recuerdas cuando nos conocimos? Dije que esperaba algún día ser capaz de
decirle lo que vi en ti.

—No estoy segura de que quiera saberlo.

Él sonrió ampliamente a ella.

—Piensa en lo que acabas de decir. Acerca de por qué no harás un trato con La
Agencia —respondió suavemente—. Eso es lo que veo. Eres una mujer de honor,
Jude. Y de fuerza. Y de compasión. Cualquiera que sea la oscuridad por la que
has caminado eso sólo ha cegado a las cualidades —él hizo una pausa y luego
añadió cuidadosamente—, estoy contento de que algo te haya ayudado a
comenzar a ver de forma clara de nuevo —Jude dio un respingo, cuando un
rubor comenzó a calentar suavemente su rostro, y la sonrisa Romair creció—. ¿O
debería decir alguien? —el rubor se intensificó, y se echó a reír alegremente.
Levantándose de su asiento, él cruzó la sala hacia ella, poniendole sus manos
sobre los hombros y dibujando al nivel de sus ojos—. Me gusta esto de ti, Jude.
Me gusta mucho.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Jude desvió la mirada del hombre más alto, incapaz de tomar la bondad en su
mirada.

—Me alegro de que te guste, pero no nos va a hacer mucho bien si consigue que
nos maten.

Con las palabras irónicas, Jude recogió las emociones de las últimas horas y las
guardó cuidadosamente lejos en el fondo de su mente. Necesitaba concentrarse
por completo, y pensar en Elizabeth sólo la distraería de las tareas despiadadas
que había delante de ella.

Romair asintió y se alejó comprendiendo.

—Entonces, ¿cuál es tu plan? Te doy el nombre y tú vas tener un enfrentamiento


al mediodía?

Jude se encogió de hombros.

—Algo así. Yo ya tengo algo en movimiento que espero los arrastre, pero yo
quiero saber quién y qué esperar cuando esto suceda.

—Ya veo. Bueno, no es tan simple como el nombre de un hombre.

—Nunca lo es, Romair. Pero podemos comenzar con ese nombre. ¿Quién es?

Sin dudarlo, Romair se lo facilitó.

—Kent Laird.

—Kent—. Jude hizo una pausa, los músculos de su mandíbula apretando


rítmicamente. Sacudió la cabeza—. Es un cómplice. Ya lo sabía. ¿Para quién
trabaja?

—Que yo sepa, nadie. Se suministró a Rico con el nombre de su pareja. Pero


debe haber sido, ¿cómo se llama esto? Un agente doble. Porque nunca dijo una
palabra acerca de ti.

La mente de Jude corría frenéticamente al darse cuenta de que cada una de las
teorías de Liz eran ciertas. Kent no había estado en la nómina de Rico, él estaba
tratando de forzarla mediante la eliminación de la ―distracción‖ que era su
relación con Jason. Ahora estaba tratando de limpiar su desorden. Algo se le
ocurrió.

388
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—¿Qué quiere decir eso entonces?

—Jude, ¿cómo sabía acerca de la reunión que tú y yo teníamos prevista en la


marina? La única persona con la que compartí eso fue con….

—Sasha. —Jude cerró los ojos al darse cuenta. Oh dios mío.

* * * * * * * * *
—Así que, en realidad me vas a hablar, ¿o simplemente vas a seguir
deslumbrándome de un lado a otro de la habitación? —Liz colocó las dos manos
sobre la mesa donde Ría se sentó y miró a la otra mujer a la expectativa. Jude se
había ido hacia una hora, explicando que tenía que ver a Romair. Durante ese
tiempo, Liz había luchado con los primeros párrafos del artículo que estaba
escribiendo. Años de formación le habían enseñado a nunca a enterrar a su
ventaja, pero, para Liz, estar enamorado de Jude era la ventaja.

Eso es algo que la gente de Miami realmente no necesita saber. Sin embargo,
brilló en cada palabra que escribió acerca de la mujer morena. Estaba en cada
párrafo que escrito, borrado, y reescrito. La risa de ojos azules de su amante
era la mujer que quería capturar en su pantalla y, con ello, acabar con la
presencia espectral del Arcángel en sus vidas. Sabía que probablemente era una
tonta esperanza. La oscuridad de Jude quedaría siempre con ellas, sospechaba
que se introducía en la luz maravillosa que compartían juntas. Puedo lidiar con
esto, se dijo, no queriendo pensar en las armas de fuego siniestras que Jude
había amado manejar o la facilidad con la que había discapacitado al hombre en
la playa. Había sentido que la ira se volvía hacia ella y estaba muy agradecida
por cualquier impulso que hubiera acallado los dedos de Jude en el gatillo de la
pistola esa noche.

Liz había sido consciente del control de Ria durante sus giros mentales, y
realmente quería que ella sólo la regañara y acabara de una vez. Ria era una
persona importante para su amante, y Liz iba a ser condenada si la
desaprobación de Ria iba a ser una cosa más que se interpusiera entre
ellas. Con una inusual falta de gracia retórica, se había enfrentado a la
restaurador.

—¿Y? —ella le pregunta de nuevo—. Si tienes algo que tienes que decirme,
dímelo. Dado que no tengo toda la noche.

389
Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
La frente de Ria se ensombreció aún más, si eso era posible, mientras estudió a
la mujer de pelo miel frente a ella.

—No quieres comenzar esto, Liz. Confía en mí —la reportera se mordió los labios,
luego se relajó en la silla frente a María.

—Te dijo todo, ¿verdad?

—Sí—, fue la respuesta cortante.

—¿Ella te dijo que me cortaría mi propia lengua antes que volverle a mentir otra
vez? —Ria absorbió estas palabras sin ningún cambio en su expresión.

—Eso es un sentimiento muy noble, pero perdona si soy un poco


escéptica. Especialmente teniendo en cuenta los recientes acontecimientos —
una ola de ira pasó a través de la periodista.

—Mira….

—¡NO! La esposa de Jason interrumpió. Mira tú. Jude dijo que te perdonó, y
creo honestamente que ella lo ha hecho. Nunca he visto una expresión en sus
ojos como la que vi esta noche. Pero no es tan fácil para mí. Si ella lo sabe o no,
esa mujer es muy querida para mí. Y tú caminas en la nada y volteas su vida al
revés —Liz quería defenderse, quería excusar sus acciones, pero sabía que en el
interior que Ria tenía razón. Sin embargo, aún así no lo hacía más fácil de
escuchar—. Hace dos días, pensé que eras lo mejor que jamás le sucedería en su
vida —la expresión de los ojos de María era firme y constante—. Hoy me
preocupa que seas lo peor.

La mujer de pelo miel reflexionó esas palabras y el camino marcado de miedo que
ardía a través de su cuerpo.

—Tal vez soy ambas cosas.

—Tal vez —acordó Ría—. Eso es lo que más temo.

Sabiendo que no había manera de que pudiera explicar sus acciones, pero la
guió el deseo de todos modos, y Liz respiró hondo.

—Mira, Ria. Lo que hice fue terrible. Y si yo hubiera tenido algún sentido se lo
habría dicho el primer día. Me di cuenta entonces que lo que estaba ocurriendo
entre nosotras no era como nada que hubiera sentido antes. Pero no dije una

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
palabra —ella pasó una mano por su pelo y dejó escapar un suspiro
exasperado—. Pensé....No sé lo que pensaba. Que tal vez la mentira se iría.... que
algo sucedería para que no importara —sacudió la cabeza y añadió en voz baja—
: Yo no quería dejar el milagro que me estaba pasando.

Ria consideró en silencio por un momento y luego dijo en voz baja.

—Observarlas juntas es como ver a un león jugar con un niño. Sabiendo que el
desastre puede ocurrir en cualquier momento.

Liz se molestó por la analogía.

—Mira, yo sé que es peligrosa y todo, pero no soy un niño.

—Oh, no, no lo eres —Ria estuvo de acuerdo—. Jude lo es —la expresión de


sorpresa al ver a Liz fue increíble, ella continuó—. Hablo en serio, Liz. Ella no
tiene ningún marco de referencia para lo que está pasando entre ustedes
dos. Incluso lo que había con Jason no se puede comparar. Durante el tiempo
que la he conocido, ella ha dejado todo encerrado, lejos, así que nadie puede
tocar lo que es esencialmente de ella. Y ahora que acabas de abrirte camino a
través de todo eso. Yo no estoy bromeando cuando digo que tienes su vida en
tus manos, Liz. ¿Sabes qué clase de poder tienes sobre ella? —Ria sostuvo los
ojos verdes de Liz en una casi hipnótica mirada—. Ella no tiene ninguna defensa
contra ti.

Liz tragó saliva, mil sensaciones corriendo y chocando al azar a través de


ella. Visiones asaltando su mente de la facilidad con que Jude había acurrucado
en su largo cuerpo el más pequeño de Liz, la fuerza que la mujer morena había
mantenido durante toda la noche del demonio que habían compartido, los ojos
de Jude angustiados cuando se dio cuenta de su traición. ¿Qué otra opción
tengo? Jude se lo había dicho esa mañana. Sintiendo como si alguien hubiera
llegado dentro de su pecho y le arrancara los pulmones de su cuerpo, Liz jadeó
suavemente para respirar, finalmente entendió la profundidad de los
sentimientos de la mujer morena por ella.

—Oh Dios.... —se ahogó, apoyando los codos en la mesa y con la cabeza entre las
manos. Dibujó otro suspiro tembloroso y llevó sus ojos de regreso a Ria—.
Funciona en ambos sentidos, ya sabes —se dio cuenta en voz baja, sabiendo que
su falta de miedo ante la furia de Jude era impulsada por la misma necesidad
fuera de control de tener a la mujer oscura cerca.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Espero que sí, Liz. Sinceramente, espero que sí. Dios te ayude, si no lo es —las
mujeres se sentaron en silencio, contemplando el pasado y el futuro, hasta que
una voz cordial las interrumpido.

—¿Qué hacen dos de las mujeres más bellas en Miami sentadas aquí solas? No
puedo creer que Jude te dejara sola ni por un momento. Sé que yo no lo haría.

Liz sintió un pequeño temblor de miedo que dominó su camino a través de su


cuerpo mientras levantaba la vista hacia el hombre sonriente abajo de ellas.

—Kent.... —dijo, forzando una sonrisa en la cara.

* * * * * * * * *
A medida que Jude se abría paso por las calles de la ciudad, una rápida llamada
telefónica le decía que Sasha no había estado en el Club esa noche y no era se lo
esperaba. Un banco de nubes de mal agüero, oscureciendo la luna y las
estrellas, y rodó en reflejo las luces de neón de la ciudad. Miami fue pintado en
un extraño pulso de oro y se levantó la luz, y la gente en las calles parecían dar
la bienvenida a la tormenta. Un rayo rompió el brillo de vez en cuando
perforando como pernos blancos, mientras que hizo eco un trueno distante. El
viento se había recogido notablemente en el momento en que había estado con
Romair, y aunque las gotas de lluvia había comenzado como puntos en su
parabrisas, no había tomado tiempo para accionar el del Boxster.

Su cuerpo puso a prueba el coche automáticamente hacia el desván de Sasha,


su subconsciente le recordaba de las vueltas y revueltas por los callejones
oscuros que se tardó en llegar. El Porsche rugió en una parada, y se llevó las
empinadas escaleras de tres en tres, sabiendo todo el tiempo que esto no era lo
más inteligente que ella había hecho.

—¡¡¡Sasha!!!! —ella golpeó la puerta de metal con ferocidad, el dolor iba desde el
puño hacia abajo el brazo—. ¡Maldita seas....Abre la maldita puerta ....! —hizo
una pausa por un minuto, escuchando a cualquier sonido remoto desde el
interior, hasta que su memoria se fue hasta donde su ex—amante tenía una llave
de repuesto. Balanceando sus piernas en el rellano, Jude torció el cuerpo bajo
la estructura de metal, largos brazos alcanzando la pequeña
caja magnética debajo de ella. Cuando Sasha le dijo por primera vez la
ubicación de su llave, Jude se había quejado de de lo difícil que era llegar.
Cualquier cosa que vale la pena hay que trabajarla por ella....¿no te parece, Jude?

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Vale la pena tomarla, ¿eh, Sash? —Jude murmuró cuando agarró la llave y se
torció el torso hacia arriba—. ¿Qué estás tratando de tomar de mí, querida? —
un momento más tarde, Jude estaba en el desván oscuro. Con cuidado sacó su
pistola de su funda y procedió con cautela. Que precaución me va a ser mucho
bien ahora, después del escándalo que acabod e hacer…Mierda…. Angel, lo estás
perdiendo. Ella rondaba rápidamente a través del área, y observó que Sasha
había estado en casa antes. Echó un vistazo a la cocina, observando el teléfono
inalámbrico sentado junto a los restos de una ensalada y un montón de papeles
dispersos. Jude hojeó a través de ellos, haciendo muecas cuando reconoció el
código de las hojas de cálculo que detallando la estructura organizacional de sus
rutas de Colombia y el dinero que traían ahí. Agarró el teléfono y pulsó el botón
de rellamada. Cuando la voz grabada de Kent le decía que no podía tomar su
llamada en este momento, Jude juró en voz alta y lanzó el instrumento a través
del cuarto. Aterrizó con un golpe contra una estampa enmarcada, rompiendo el
cristal en miles de piezas.

—Piensa, Ángel, ¿dónde se reúnen? —se desplazaba a través de las posibilidades


en su cabeza, antes de que la respuesta fuera clara—. La oficina —gruñó. No
sólo tienen total privacidad en una noche de viernes, Sasha tendría acceso a todo
lo que necesitaba para establecer sus planes—. Tiene que ser ahí.

La lluvia había comenzado en serio ahora, pero Jude no sentía nada cuando ella
arrancó a lo largo del pavimento resbaladizo en el Porsche. A medida que se
acercaba a la oficina del distrito, prestó una atención cuidadosa a los coches al
pasar, no reconociendo ninguno de ellos como pertenecientes a ninguno de sus
empleados. Es posible que Sasha trajera a profesionales independientes para
ayudarla a tomar el control, pero no probable. ¿Por qué sacudir un barco
suavemente? Una vez que esté fuera de la imagen, a sólo unos pasos y todo
sigue igual. La fuerza era con respecto a los intermediarios, y si no les daba
ninguna razón para dudar de ella, se quedarían con ella.

—Su puta madre ...—murmuró, facilitando su coche en el garaje


subterráneo. Esa era la única entrada que ninguno de ellos podía utilizar, la
única con llave para después de las horas de acceso—. Un camino para entrar,
un camino para salir. La pregunta es….¿Están esperandome?

Todavía no había señal del coche de Sasha. O del de Kent. Jude dejó el Porsche
aparcado cerca del ascensor y marcó la solicitud de la planta 14, sólo en caso de
que alguien estuviera vigilando las idas y venidas en el ascensor. Ella subiría la
escalera el resto del camino, sólo para estar segura. Deslizando libremente la

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Sig, una vez más, también
extrajo la otra de su lugar de descanso en la parte baja de la espalda.

—Me veo como algo salido de un jodido episodio de Miami Vice —se quejó de su
reflejo en la superficie de espejo del ascensor. Revisó los clips en ambas armas
de fuego y luego deslizó la segunda por detrás de su espalda. Jude por lo general,
no era del tipo de salir disparando. Su teoría era, cuantas más armas tenías,
más posibilidades tienes de volar su cabeza. Cuando sea necesario, sin
embargo, disparaba a quien, y lo que estuviera en su camino.

La adrenalina la pataleaba, las endorfinas corrían por su sangre ahora con


abandono. Esta fue la parte de la caza a la que su cuerpo siempre respondió, y
sus músculos temblaban con anticipación. Tomó a la escalera en silencio, con
cautela....catalogando en su mente el dolor que iba a causar al hombre que
había entregado a Jason a sus enemigos. Tenía los ojos casi en blanco por la
rabia que la consumía, la desaparición del azul casi por completo. En algún
lugar en el hueco más alejado de su mente, el calor del amor de Liz se refugió en
la cara de tanto hielo, escondiéndose de distancia, en el temor de ser extinguido.

18 ... 19 ... 20 ....

Los pisos caían mientras continuaba su ascenso constante hacia su presa. Ella
se centró en una cosa ahora. Encontrar a Kent y hacerle pagar. Sasha sería
tratada con dureza también, pero estaba lejos del compromiso de matar a su ex
amante. Tal vez algunos impulsos carnales renegados de la mañana se
mantenían, o tal vez, simplemente no quería matar a un cuerpo que había
poseído tan a fondo. Sea lo que fuere, el destino de Sasha estaba todavía
indeciso.

23 ... 24 ... 25 ...

Llegó a la planta 27 y sin hacer ruido abrió la puerta de salida de incendios, con
la mirada barrió el pasillo a ambos lados antes de salir. Cada terminación
nerviosa despertó cada instinto en sintonía con los ruidos que pudieran indicar
problemas, se arrastró por el pasillo hacia su oficina. Parada en la puerta, se
preparó para entrar, pero un hilo de luz que se escapó de la sala de juntas en el
pasillo le llamó la atención.

—¿Qué diablos....?

Sigilosa cambió la dirección, siguió por el pasillo y se acercó a la puerta


entreabierta.
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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Captando una señal de pelo rubio-miel, Jude dejó escapar un grito ahogado y
pateó la puerta abierta.

—Hola, Jude. Bienvenida de vuelta a tu pesadilla.

Kent estaba sentado con facilidad a la cabeza de la mesa en una de las sillas de
cuero. Liz estaba junto a él, atada a una de las sillas de escritorio del
cubículo. Su rostro estaba golpeado brutalmente, su pelo manchado de sangre
de una herida invisible. Estaba desplomada, y Jude no podía decir con
seguridad, pero ella pensó que su amante todavía respiraba. Mejor para él que
así fuera.

La Sig se acercó y señaló sin vacilaciones a la cabeza de Kent.

—Vas a morir, hijo de puta —dijo con calma.

—Jude, todos vamos a morir. La pregunta es, ¿quién va a morir hoy? Yo no, te lo
aseguro —su propia Glock apuntó a la cabeza de Liz—. Ahora, suelta el arma o
se muere en este momento.

—¿Cómo sé que no está muerta? —Jude deliberadamente se hizo la tonta—. Más


al grano, ¿cómo puedo saber que vas a dejarla ir si bajo mi arma?

—Yo no he dicho nada de dejarla ir —respondió Kent—. Pero ella todavía está
viva, lo prometo —pateó la silla violentamente—. Álzate y brilla, nena. Tu novia
está aquí para verlo — Liz gemía suavemente y levantó la cabeza, los ojos verdes
poco a poco se centraron en su amante.

—Ju ... Jude —dijo con voz ronca.

Todo lo que Jude podía hacer era permanecer inmóvil, su corazón le gritaba que
corriera a la forma sangrante de su amante. Pero eso significaría la muerte para
ambos. Obediente, dejó caer el arma al suelo.

Esto no puede estar sucediendo otra vez....Dios, no.

Como si pudiera leer su mente, Kent cacareó con alegría.

—Deja vu otra vez, ¿eh? Dime, ¿Cómo va a salir el Arcángel de esta? Estoy
seguro de que va a pensar en una manera. Tú pareces tener nueve vidas. Por
supuesto, tus socios, usualmente, no tienen tanta suerte, ¿verdad?

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Salvé tu pellejo miserable, ¿no? — Jude gruñó—. Debí dejar que murieras en el
garaje.

—Sí, deberías haberlo hecho —Kent acordó amistosamente—. Porque después fui
tachado de un cobarde sin valor que dejó a su compañero abandonado.

—Eso resume muy bien lo que hiciste —se burló de él, con ganas de meterse
debajo de su piel. Si puedo conseguir que dirija el arma hacia mí, ella podría
tener una oportunidad.

Su rostro se ensombreció con furia.

—Me sacaron de las calles por ti y me pusieron en una oficina de mierda donde
no podía hacer nada bueno. O al menos eso pensaba.

—¿Bueno? ¿Tú llamas algo bueno el traicionar a uno de los tuyos? —Jude
estaba incrédulo.

—Jason fue un accidente desafortunado, pero tú necesitabas un recordatorio de


tu misión. Tú eras demasiado buena siendo mala.

—¿Y yo necesitaba un recordatorio de quienes eran los malos?

—Sí —él le sonrió como si fuera un alumno apreciado—.La muerte de Jason


sirvió a ese propósito.

La compostura de Jude fue rápidamente fragmentada, y sintió sus músculos


temblando de rabia.

—Tú me hiciste matar a mi compañero, loco hijo de puta. ¿No lo entiendes? La


única cosa buena en mi vida y me haces matarlo.... —rugió.

Kent palideció un poco por la violencia apenas controlada dirigida hacia él.

—Tú no estás destinada a cosas así. Al igual que esta cosa hermosa y joven
aquí. Tú solías saber eso.

—Recuérdame Kent —Judas ronroneó, su voz goteando con la amenaza—.


Recuerdame para lo que estoy destinada.

—¿No lo ves, Jude? Tienes un don....has nacido como ellos. Puedes revolcarte en
su inmundicia, beber sus bebidas, tomar sus drogas, cogerte a sus mujeres, de
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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
una manera que no puedo. Y entonces puedes traerlos a la justicia...a donde
pertenecen —su rostro se endureció—. La Agencia te salvó, Jude....te dieron un
propósito, una razón para vivir, y tú devolviste dándote vuelta en ellos y
escupiendo en todo lo que te dieron.

Jude cerró los ojos ante la letanía que despotricaba. Podría ser su madre o el
sacerdote de su juventud que le gritaba con la misma facilidad. Las palabras
eran las mismas. Todos ellos eran personas que pensaban que había una
reclamación de su alma para servir a sus fines.

Todos eran iguales, gente como su madre, como los sacerdotes, como Kent,
creyendo que ella fundamentalmente había nacido en el pecado. Durante mucho
tiempo ella había creído que tenían razón, que pertenecía a las sombras,
donde había huido para evitar los ojos de desprecio. Sólo las sombras, que
antes parecían tan aceptables, trataron de hacer su propia reclamación de la
oscuridad dentro de ella, y ahora ella se apartó de ellas tan bien.

Ella abrió los ojos, con una determinación ardiente que quemaba profundamente
dentro de ella. Nadie poseía su alma….ella no pertenecería a nadie excepto a la
mujer que había visto su oscuridad y su luz y que la había aceptado tal como
era. La mujer a quien ella había confiado su corazón. Ella echó un vistazo a la
forma caída en la silla de su amante.

—Estás equivocado, Kent. Tú traicionaste a La Agencia —las palabras ganaron


ímpetu mientras que ella hablaba—. Tú eras el cobarde. Tú eras la persona que
dejó a los demás hacer el trabajo sucio porque tú no tenías las pelotas para ello.
Salvé tu pellejo sin valor. Jason, Tony, y yo te cubrimos porque tú no podías. Tú
vendiste a Jason a Rico porque no podías controlar la operación. Yo estaba a
punto de traerlos, Kent. Pero eras demasiado estúpido para darte cuenta de ello
—ella se rió mofándose de él—. Enfrentémoslo, Kent, eres tan jodidamente idiota
para hacer algún bien a La Agencia. Eso es por lo que ellos te pasaron a una
oficina. Tú no eras simplemente un cobarde, eras un idiota.

La cara de Kent, se había estado volviendo progresivamente más oscura cuando


ella lo atormentaba, se retorció a sí misma en un aullido de rabia y volvió el arma
contra ella. Jude había estado anticipando el movimiento y se apartó del camino
del disparo. Ella se balanceó y se lanzó sobre Kent. Chocaron en una maraña
justo delante de la forma de Liz, y el arma se disparó otra vez con un informe
ruidoso.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Jude sentía la bala rasgar a través de su hombro derecho con un calor que la
chamuscaba, pero ella continuó hacia él implacablemente. Ella cogió en ángulo
recto la quijada con su puño izquierdo, pero él respondió golpeando su hombro
herido. Con un grito de dolor, Jude cayó de espalda, y Kent aterrizó encima de
ella, montando su abdomen musculoso a horcajadas en una parodia de abrazo
de un amante. Sujetándola por la garganta, él comenzó a apretarle rítmicamente
a través de la cara, agrandando el corte en su cara en un formón que vertió
sangre y la apertura de varias nuevas heridas.

Jude sentía la segunda Sig el moliendole en los músculos de su espalda e intentó


frenéticamente pensar en una manera de conseguir al arma. Por lo menos su
atención estaba distraída de Elizabeth. Reuniendo su ingenio disperso, Jude
golpeó fuertemente a los ojos grises de Kent. Un aullido de dolor le dijo que ella
había hecho el contacto, y el apretón del agente disminuyó una fracción.
Aprovechando, Jude se levantó hacia arriba, agrupando la fuerza restante de su
brazo derecho para aterrizar con un puñetazo en su laringe.

Kent cayó al revés, y Jude cayó encima de él, su rodilla moliendo sólidamente en
su ingle.

—Esto debe doler, — ella estaba jadeando y respirando entrecortadamente—.


Vamos a ver si te gusta esto —ella gruñó, detrás dándole a través de la cara—.
Duele, ¿no? —con su mano izquierda, ella alcanzó detrás de ella y tiró de la
segunda Sig hacia fuera—. Ahora tú vas a morir, hijo de puta….

— Me temo que no puedo dejarte hacer eso.

Jude congeló el dedo en el gatillo, reconociendo la voz detrás de ella. Con la


punta de la Sig todavía reclinada entre los ojos de Kent, ella echó un vistazo
sobre su hombro para ver a Sasha tranquilamente en el umbral, su propia arma
apuntando a Liz.

—Tan pesado como él es, Jude, no puedo dejarte matarlo, aún —ella paseó la
longitud de la sala de juntas y ayudó suavemente a Jude a ponerse en pie.
Cuando Kent hizo un movimiento para levantarse, un gesto minucioso del arma
de Sasha lo impidió. Se fijó en el cuerpo ensangrentado de Jude con una
mueca—. No puedo creer que hayas sido disparada.

—Él tuvo suerte —Jude murmuró, no absolutamente creyendo que ellas


estuvieran teniendo esta conversación. Sin embargo, Sasha era cortés en los más

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
descorteses momentos, y Jude no iba a interrumpir el equilibrio que mantenía a
ambas, ella y Liz, vivas por el momento.

—Él debió tenerla. Aunque duele, ¿uh?

—Como una perra, — Jude convino.

—Llamaré a Stephen luego. Él es quién te cuida, ¿no? —ella arqueó una ceja
interrogatoria.

—Seguro, —Jude contestó con incertidumbre.

Sasha indicó a Liz con un tirón de su cabeza.

—Desata a la reportera y consigue que se mantenga en pie. Vamos a dar un


paseo —ella miraba con desdén la forma de Kent—. Ahora levántate, idiota —
sacudió su cabeza hacia el ensangrentado agente federal—. Tú has complicado
las cosas insoportablemente, sabes. Tráela aquí —señaló al suave gemido de la
reportera.

Jude intentó no hacer caso de la roedura inquieta en el hoyo de su estómago,


esperando por todos los dioses que los pensamientos de lo que acababa de pasar
no hubiera sucedido.

—Ey tú.… —liberó rápidamente a Liz de sus ataduras y cogió la forma delgada
en sus brazos, haciendo una mueca de dolor al presionar sobre su hombro
dañado—. ¿Puedes caminar?

Liz abrió los ojos hinchados para centrarse nebulosamente en su amante.

—Te ves como la mierda, Jude.

La mujer oscura manejó una risa desigual.

—Dímelo a mí. ¿Puedes caminar? — ella repitió.

—Sí….tan pronto como alguien le diga al cuarto que pare de girar —ella deslizó el
brazo alrededor de la cintura de Jude y se dejó envolver en un medio abrazo. La
sangre corriendo bajo el brazo de Jude y sobre la Sig que ella todavía agarraba
en su mano hizo que la reportera se alarmara.

—Estás herida.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—También tú, amor. Vamos, tenemos que movernos.

—¿Esto ha terminado? —los ojos verdes suplicaron suavemente a los azules.


Jude echó un vistazo para arriba a las dos figuras que esperaban en la puerta—.
Todavía no.

* * * * * * * * *
Para su sorpresa, Sasha permitió que Jude conservara las Sig y desarmó a Kent
que se colocó enfurruñado al otro lado de la mujer leonada. Él no había
aceptado aún el hecho de que, dondequiera que fueran todos ahora, él no era
uno de los que iban a hacer el viaje de vuelta. Jude estaba un poco más incierta
sobre lo que su ayudante tenía en mente para ella y Elizabeth. Pero sospechaba
un mal presagio para la pequeña mujer actualmente en sus brazos. Su mente
comenzó a recorrer a través de varios escenarios hasta que golpeó con el
probable.

—Vamos a ir a ver a Romair, ¿no? —preguntóa Sasha mientras que caminaban


al elevador.

Sasha sonrió en el reconocimiento.

—Eso es por lo que tú consigues tanto dinero, querida. Siempre estás un paso
delante de la competencia.

— Excepto esta vez.

La mujer leonada se encogió de hombros agraciadamente.

—Tú estabas un poco….distraida —sus ojos se estrecharon al ver a la mujer de


cabellos miel que descansaba bajo el abrigo del buen brazo de Jude—. De todas
formas… los muchachos están esperando en el garage. Fijé una pequeña reunión
con Romair donde nosotros vamos a resolver estas cosas. ¿Puedes mantener la
hemorragia lo suficiente para el paseo de ahí?

—Sí, —Jude murmuró, aunque su brazo ya estaba entumecido del dolor—. ¿A


dónde vamos exactamente?

Sasha le ofreció una pequeña sonrisa misteriosa.


—Lo verás cuando lleguemos allí.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab

Y no hay duda de que es donde matara a Kent y Elizabeth. Una parte de ella
todavía se preguntaba si ésa era intención verdadera de Sasha. La mujer leonada
tenía que saber que una forma para traer toda la furia de Jude era dañando a
Liz. Su optimismo se alzaba con este pensamiento. Sasha no tenía ninguna
manera de saber que Jude y Romair se habían reunido esa tarde y que ellos
habían juntado su conocimiento, incluyendo sus sospechas sobre Sasha. ¿Qué
vas a hacer, Romair? ¿No te mostrarás? O tú….

Mientras las puertas del elevador se abrieron, ellas fueron saludadas por el
rugido y el grito de un tiroteo. Oh….eso es lo que harás. Al parecer, Romair había
decidido tomar la iniciativa y traer la reunión a Sasha. Jude reconoció varios de
los argentinos como sus propios hombres.

Apretando su abrazo en Liz, ella se agachó y rodó hacia la cubierta del cercano
Porsche, arreglándoselas para disparar a sus atacantes. El costoso coche ya
estaba lleno de balas, así que ella razonó que algunos más no harían daño. Ella
vio a Sasha levantar su arma y disparar en el argentino más cercano, entonces
se encogió y rodó fuera del camino. Sin embargo, Kent no fue tan afortunado,
mientras saltaba a la seguridad de un pilar cercano, fue atrapado por una bala
perdida que le atravesó la parte superior del cráneo, dejando al descubierto los
restos vulnerables de su cerebro.

Mientras Jude vió a su viejo socio morir, ella solamente lamentó que no hubiera
sido ella quién le metiera la bala.

—Esto no es bueno, Jude. Éste no es bueno —Liz gimió cuando se dejó caer
contra la pared.

—Y tú dijiste que había un camino con las palabras —Jude hizo muecas. Esto
era lo que ella sabía mejor. Cómo salir de situaciones imposibles. Sin Liz como
moneda de cambio, nadie tenía cualquier asimiento sobre ella. Ella podría
concentrarse en salir ambas con seguridad y dejar a la gente de Romair y la
suya propia matarse. Por supuesto, la policía iba probablemente a estar aquí en
cualquier momento.

Ella vio surgir la forma lisa de Sasha y llevarse por delante a dos argentinos más.
La mujer leonada gritó para que sus hombres se reagruparan, y los de los trajes
oscuros comenzaron a colocarse detrás de ella y lejos de Jude y de Liz.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—¿Dónde aparcó Kent? —preguntó a su amante. La mujer de cabello miel
frunció el ceño.

—Yo realmente no estaba prestando atención en ese momento.

—Lo sé, pero piénsalo. Nosotras no podemos sacar el Porsche de aquí.

—Liz miró la máquina costosa que actuaba como su protector.

—Nunca me gustó este coche.

Jude frunció el sueño.

—¿Realmente? ¿Por qué no? —una bala rayó por su cabeza—. Joder esa estuvo
demasiada cerca. Piensa Liz, ¿dónde lo estacionó?

Las balas volaron sobre sus cabezas, haciendo imposible oir con el pleno auge de
las pistolas.

—Oh, no importa....vamos tienen que seguir para ello y esperamos que sea de la
cochera.

A pesar de que ella dijo las palabras, sabía que en la posición en que estaban, no
llegarían lejos. Su brazo derecho estaba entumecido ahora, y sospechaba que los
nervios habían sido dañados. Con sólo un buen brazo, ella iba a tener que
disparar y esperaba que Elizabeth pudiera mantener el ritmo. A juzgar por las
contusiones en el rostro de Liz, imaginaba que su amante, probablemente sufrió
una conmoción cerebral y no estaba en condiciones para funcionar.

Una mano suave la tomó del brazo y tiró de ella en un feroz abrazo.

—Te amo, Jude —Jude enterró la cabeza en el pelo de miel, ahora manchado de
sangre. Todavía olía un poco al shampoo perfumado cuando se frotó con cariño
contra ella, y Jude simplemente se dejó a la deriva durante un momento precioso
con la sensación de descanso en los brazos de su amante, una vez más.

Se obligó a mirar a los ojos verdes más profundo que jamás había visto. Que
brillaban con un amor de gran alcance, si Jude no hubiera estado de rodillas,
ella habría caído en ellas.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Te amo también, Elizabeth —usando un tiempo que no tenía, sus labios
encontraron a su amante y los capturaron en un dolorosamente dulce beso que
amenazaba con rasgar su alma de las ataduras. Todo lo que había sido, y
sería resonó en ese beso. Y prometió una eternidad para las dos.

El tiempo pareció detenerse para la mujer morena, y ella podía escuchar cada
sonido distinto, el trueno en auge fuera de sincronía con la luz de los
relámpagos que todavía atravesabab el cielo irregular, el aullido de las sirenas
más cerca de lo que esperaba, y destacando todo el boom-boom de fuego de las
SIG y Glocks contestándose unos a otros en una sinfonía de derramamiento de
sangre. Los hombres cubrían el suelo, derramando su fuerza de vida
despreocupada en el concreto, y Jude se dio cuenta en este instante frenético
que no quería morir.

No aquí....

No así....

Ya no.

Con un último abrazo, Judas le preguntó vacilante.

—¿Estás lista?

—Tato como pueda llegar a estarlo —Liz esbozó una sonrisa a su amante, sus
pensamientos infaliblemente paralelos a la mujer morena.

—¿Ya decidiste en donde vamos a tomar esas vacaciones?

Un sonido que fue mitad risa, mitad lloriqueo escapó de la garganta de la


periodista.

—¿Por qué no acabamos de decidirlo cuando lleguemos al aeropuerto?

—Bueno....te lo advierto, yo quiero ir a algún lugar realmente genial.... —trató de


bromear.

Finos dedos extendidos acariciaron la cara de llena de heridas de Jude; en voz


baja.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Jude ...—la aceptación se reflejaba en los profundos ojos de la reportera—. Es
hora de irnos....

La mujer morena tomó aire para tranquilizarse y asintió.

—A la cuenta de tres....listas.... —revisó el clip de la Sig una vez más y flexionó


los dedos alrededor de la empuñadura—. Tres....dos....¡VAMOS.....!

Agachandose mientras corrían, Jude y Liz recorrieron la ruta en zigzag hacia la


puerta. Jude dejó caer a un hombre que apareció de pronto delante de ellas,
pero eso distrajo la atención de su amante al lado. Había dado algunos pasos
más cuando se dio cuenta de que Liz no estaba con ella. Con un aullido de
rabia, se dio la vuelta para ver a su amante en el suelo, la sangre fluía de la
pierna y el cuello. Ella se abalanzó hacia la reportera, el nombre de Liz rasgando
su garganta. Justo cuando llegó a la mujer de cabello miel sintió un calor
horrible que salía de su espalda y su pierna mientras caía sobre el cuerpo de su
amante.

Y luego, afortunadamente....todo se puso negro.

* * * * * * * * *

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
EPÍLOGO

Seis semanas más tarde....

—¿Tienes un minuto? — Lucas estaba inusualmente tímido mientras miraba


alrededor de la pared gris fabricado del cubículo de Liz.

Sólo había vuelto a la oficina durante unos días y todo el mundo seguía pisando
con mucho cuidado a su alrededor. Ella había escrito su artículo, ―El alzamiento
a la gracia‖, desde una cama de hospital. Ahora, Bantam Books le ofrecía a ella
una cantidad obscena de dinero para contar la historia completa de principio a
fin.

El problema era que había algunas partes de la historia que quería olvidar
desesperadamente.

Recordó besar a Jude ferozmente y correr al lado de ella hasta que un intenso
dolor le cortó abajo ....y aunque su mente estaba gritando que se levantara, a
correr, a unirse a su compañera....se cayó, otra agonizante quemadura se apoderó
de ella, esta vez en su cuello....Ella no podía ver la cara de Jude, pero podía oír el
grito de angustia que su nombre desgarró en la garganta de la mujer morena. Se
obligó a mantener los ojos abiertos...dispuestos a levantar sus brazos....y entonces
vio caer a Jude....tan lejos…tan difícil....¿Cómo podría estar tan lejosel suelo....?
Jude cayó de huesos en contra ella, mechones de rojo de su vida que brotaban de
las heridas en su cuerpo....

Trató de gritar, intentó acunar la forma de su amante...pero cada respiración le


costaba su energía y sus ojos se cerraron contra la marea negra de
bienvenida....Su último pensamiento fue Jude....y su última esperanza era que
dondequiera que terminara, Jude la estaría esperando allí....

Cuando se despertó en el hospital, le dijeron que tres días habían pasado. Jude
no estaba por ninguna parte. La policía la había interrogado casi tan
despiadadamente como cuando ella les preguntó....pero nadie sabía donde
estaba Jude. El equipo SWAT no encontró ningún rastro de ella ni de Sasha,
entre la docena de cuerpos que se recuperaron. Kent ha sido uno de los
cadáveres, y poco a poco la historia se había desarrollado.

Los médicos le dijeron que había tenido suerte. Una bala que debería haber sido
mortal sólo le rozó el cuello. Ella tendría una fea cicatriz en el lado derecho de
su cuello, pero estaba viva. La bala en la pierna era más problemática, pero un
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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
par de semanas de terapia física la había devuelto a la normalidad. Tan pronto
como pudo sentarse, llamó a Lucas y le hizo traer su PowerBook al
hospital. Ella se sorprendió cuando María se la había entregado. Habían
compartido un intercambio incómodo, atormentadas por el dolor y tan
atormentado por la pena y la inquietud de lo que había sucedido. María había
golpeado en las puertas de todos los agentes de la DEA que conocía, como Tony,
para tratar de averiguar lo que había sucedido a Jude. No sabían nada.

O eso afirmaban.

Había intentado ir a la casa, pero la DEA la había acordonado y le impidió entrar


al interior. Había logrado hablar con Carmina por unos momentos, y encontró al
ama de llaves rotundamente angustiado como ella. Le había prometido a la
mujer de más edad que no descansaría hasta que ambos supieran lo que había
sucedido a Jude.

Eso fue hace seis semanas, y las pocas esperanzas a las que ella se había
aferrado al desvanecimiento eran duras. Se mostró en sus ojos, su color verde
generalmente vibrante ahora embotado en un gris sin brillo. Sombras oscuras
daban fe de las noches en vela, su cuerpo anhelando el confort de la comodidad
de la forma elegante de su amante. Se movió en su asiento con un suspiro de
cansancio y saludó a su jefe.

—¿Qué pasa, Lucas?

—Creo que sería especialmente estúpido preguntarle cómo estás. Te ves fatal—.
Se sentó en el borde de su escritorio, su área ordenada visiblemente
inquietándolo.

Liz gestionó una media sonrisa de corazón.

—Realmente sabes cómo hacer que una chica se sienta especial, jefe —se encogió
de hombros —. De todos modos, me voy a casa en poco tiempo.

—Bien —Lucas asintió con la cabeza, rascándose la cabeza al mirar a cualquier


lugar, menos a su empleada.

Realmente ella no estaba de humor para andar de puntillas por ahí. Todo el
personal, que en general la apoyaba, estaban muy inquietos al respecto. Liz no
sabía si era a causa de su calvario o por la contundente honestidad con la que
ella había escrito acerca de su amante y los acontecimientos que
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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
condujeron hasta el disparo. Ella sabía que había roto la regla de oro de la
información, pero, francamente, realmente le importaba un comino. Para ser
honesta, no tenía muchas ganas de ser reportera por más tiempo. Era
necesario un desprendimiento que ya no poseía. Si todo lo que quedaría de Jude
era ese legado, Liz tenía una resuelta negativa a ser un espectadora más en su
propia vida, entonces, por Dios, que iba a honrar a eso.

—¿Necesitas decirme algo?— Liz empujó.

—Sí....el contrato del libro. ¿Vas a tomarlo?

Ella suspiró de nuevo y se pasó una mano por el pelo. Más y más, Liz se había
dado cuenta de que había sido un hábito propio su amante. Era una de las
pequeñas cosas que todavía le hacían sentirse cerca de Jude. Era casi todo lo
que quedaba de la mujer morena.

—No sé, Lucas. Probablemente. Me darán un anticipo bonito y gordo y me podría


ir a algún lugar lejos de aquí.

—Eso podría hacer algún bien —se aferró a la idea con entusiasmo—. Poner todo
esto detrás de ti.

Liz lo miró con una mirada fría que le hizo palidecer.

—Yo no quiero olvidar, Lucas. Nunca —quería gritarle, ¿no lo entiendes? Todo lo
que significaba algo para mí desapareció con ella....Recuerdos son todo lo que me
queda. No, ella no se iba lejos a olvidar. Se iría lejos y recordaría, con amoroso
detalle, recordando todo lo que habían sido la una para la otra. Cerró los ojos y
exhaló suavemente.

—Lo siento, Lucas. Estoy muy cansada —se disculpó sin convicción.

—¿Aún no puedes dormir?

—No —sacudió la cabeza—. Y odio esa cosa que el médico me dio. Me hace
sentir todo borroso, incluso cuando estoy despierta. Prefiero tener el dolor....y
recordar....que el sueño y el olvido.

—Bueno....ve a casa y tratar de tomarlo con calma —se puso en pie torpemente,
como si fuera a salir.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab

—¿Pensé que había algo que querías decirme?

—Oh...sip....uh...sólo quería decirte, que la Junta quiere poner a ―El alzamiento


a la gracia‖ en la nominación para el premio Pulitzer. Ellos piensan que tiene
una buena oportunidad de ser preseleccionada.

Hace tres meses había sido todo lo que Liz hubiera deseado, sobre todo, junto
con el
reparto de libro. Ahora acaba de dejar una sensación de vacío. Ella asintió.

—Gracias por decírmelo, Lucas.

—Claro—. Se acercó hacia el pasillo y se volvió hacia ella —vete a casa, Liz. Nos
vemos el lunes.

—Gracias, jefe —se despidió y se agachó para recoger sus cosas.

Varias otras personas asintieron con la cabeza cuando salía de la oficina,


distraídamente pulsó el botón del vestíbulo en el ascensor.

Después del frío, controlado por el aire acondicionado de los pasillos de la


oficina, el calor abrasador del verano se sentía bien en su piel. Cegada por el
brillo del sol, excavó en su bolso por las gafas de sol y las puso con gratitud en
sus ojos. Cerró el cierre y se volvió hacia el estacionamiento en la calle a su
derecha.

—¿Quieres dar un paseo, querida?

Liz se congeló a mediado de paso, temerosa de dar la vuelta. Ella reconoció la


voz. Le había susurrado secretos en la noche, diciendo su nombre con pasión y
la atormentaba con su ausencia en estas semanas sin fin.

—Date la vuelta, amor —se convenció que sus músculos temblaban de repente—
. Elizabeth.... —su nombre, un soplo, un susurro, una súplica—. Date la vuelta.

De alguna manera, con la fuerza que no sabía que poseía, Liz giró lentamente
sobre un solo pie, dispuesta a huir para no comprobar que la voz era de un
fantasma.

Se quedó sin aliento al verla delante de ella.


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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab

Era Jude, delgada y demacrada, su pálida piel de bronce que Liz podría haber
imaginado, de lino blanco, pantalones y una camiseta azul colgando de su
cuerpo largo. Ella se apoyaba en gran medida en un bastón de caoba, y su
brazo derecho estaba apoyado cuidadosamente en un cabestrillo. Las lesiones
en su rostro parecían curar, pero ahí estaba una ligera cicatriz en su
mejilla. Instintivamente, dio un paso adelante, un sollozo sonó en su garganta.

—Oh Dios.... —susurró—. ¿Eres....¿Eres realmente tú?

Jude le dio una sonrisa torcida, el movimiento lento la única indicación de su


dolor.

—Ven aquí.

Liz borró la distancia entre ellas con paso rápido, con los brazos hacia fuera para
alcanzar a Jude. Vacilante, con dedos temblorosos tanto, que apenas podía
controlarlos, acariciaba el rostro de su amante, dibujando tenues líneas a través
de las mejillas y la mandíbula.

—¿Puedo? —¿Puedo tocarte? ¿Puede amarte? ¿Eres real?

La brillante sonrisa en el rostro de Jude respondió a las tres preguntas no


formuladas con un rotundo, SÍ….y Liz puso tiernos brazos alrededor de la
cintura a su amante. Ambas jadearon suavemente al tacto, tanto con el temor
de que se tratara de algo que siempre les habían negado. Liz maldijo en silencio
el bastón que Jude tuvo que agarrar y la herida en el brazo que mantenía a su
amante sin devolver el abrazo, pero tranquilizada por la forma en que Jude se
apretaba contra la periodista tan firmemente como pudo, echando todo su amor
en ese fugaz contacto.

—¿Cómo? ¿Qué? ¿Qué te pasó, Jude? ¿Dónde fuiste? —todas las preguntas se
desplomaron fuera, junto con las lágrimas que Liz pensó que ya había llorado.

—Shh.... —Jude la calmó, presionando besos suaves en la parte superior de la


cabeza de su amante. Se movía precariamente, Liz reforzando su dominio, sin
querer dejar que la mujer morena, se fuera de su vista de nuevo.

—Con cuidado ahí —fue otra voz, una que Liz no reconoció fácilmente. Su
cuerpo se tensó cuando se volvió con la cabeza. La cara soñadora de Stephen
transmitida a su vez.
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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab

—No la dejes actuar tontamente contigo. Una fuerte brisa la derribaría.

—Stephen....¿qué pasó? ¿Qué estás haciendo aquí?

—¿Por qué Jude no te da la versión corta, mientras conduzco? —Stephen abrió


la puerta del Explorer verde y les ayudó a entrar. Parecía mucho más coherente
que la última vez que Liz lo había visto, más tranquilo y más feliz de lo que ella
había creído que podía ser. Cualquier temor de El Diablo parecía haberse
disipado en las últimas semanas desde que se cruzaron por última vez sus
caminos. Ahora gentilmente acomdó a Jude en el asiento trasero, con manos
expertas y dando una mano a Liz en el asiento junto a ella.

—La versión corta será por ahora —Liz acordó, juntando las manos de su
amante con torpeza, ya que el que tenía más cerca era el brazo lesionado de
Jude, para sujetar su mano izquierda. Liz terminó su participación en un medio
abrazo, que estaba bien para ambas. Stephen corría alrededor de la parte
delantera de la Explorer y se metió en el asiento del conductor.

—¿A dónde?

Jude parecía perdida. Ella miró a Liz con cuidado, buscando alguna señal.

—Maneja a la casa de la playa —Liz ordenó en voz baja. Luego sonrió a su


amante—. No he sido capaz de ver los animales salvajes. Los echo de menos.

—Estoy segura de que ellos también te extrañan —Jude sonrió—. Espero que
recuerden quién soy.

—¿No has ido a tu hogar? ¿Dónde has estado? ¿Y por qué no te has puesto en
contacto con alguien? Ria y Carmina están a punto de volverse locas de la
preocupación. ¿Por qué?

—Whoa! —Jude le apretó la mano suplicante—. Cada cosa a su tiempo —¿Okay?

—Lo siento —Liz sonrió tímidamente—. Tú me ibas a dar la versión corta.

—Correcto —Jude tomó aire profundamente, tratando de calmar su pulso


acelerado. Al principio, Liz se dio cuenta que la mujer oscura estaba temblando
violentamente. Apretó su abrazo ligeramente, satisfecha de que con su contacto

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
Jude parecía relajarse profundamente en su abrazo—. Después de que tú.... —
dio de bruces con las palabras—, cayeras, traté de llegar hasta ti.

—Conseguiste que te dispararan también.

—Sí. Recuerdo la caída, pensando que todo había terminado para nosotras dos.
Hasta que me desperté una semana más tarde en una habitación privada en
algún centro de triaje del que no quiero saber nada —asintió con la cabeza al
médico que conducía con cuidado por las concurridas calles de Miami—. Yo no
sé dónde lo encontró Romair, pero Stephen estaba allí. Resulta que él había
pasado la mayor parte del día recogiendo los fragmentos de bala y otras
cosas variadas, incluyendo un riñón, fuera de mi cuerpo.

—Jude….¿un riñón? Oh, Dios mío....¿Estás bien?

—No te preocupes, el otro funciona bien. Sólo me va a doler muchísimo durante


un mes, más o menos. La bala en la pierna simplemente jodió el músculo, así
que va a estar bien también.

—¿Tu brazo?

—El nervio está dañado —Jude se encogió de hombros—. Me dicen que voy a
tener un endemoniado detector de tormentas y la movilidad estará
permanentemente restringida....pero en conjunto no es demasiado malo como
compensación. Afortunadamente fue mi brazo derecho y no mi izquierdo. No me
gustaría tener que aprender a escribir con la otra mano.

—Así que....no entiendo. ¿La gente de Romair te sacó?

—Sí, él estaba allí mismo. Aunque yo no lo sabía en ese momento. Me sacaron y


volvieron por ti cuando llegaron los policías. Puesto que sabían que ibas quedar
libre y limpia en términos jurídicos, permitieron a la EMT cuidar de ti y me
empujó fuera de este lugar de triage que, aparentemente, Romair había
atesorado como mierda, exactamente así —sonrió, en reconocimiento a la
planificación del argentino—. Ese tipo sabe lo que está haciendo, Liz.

—Sasha?

Jude se encogió de hombros.

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
—Desaparecida. Permanentemente si ella tiene algún sentido común. No tengo ni
idea de qué estaba planeando. Ella pudo haberte matado —su control sobre la
mano más pequeña de la mujer se hizo más fuerte—. Si alguna vez vuelvo a
verla....

—Shh.... —Liz la tranquilizó con un gesto de ternura—. No pienses en eso ahora,


¿de acuerdo?

—De todos modos....yo estuve bastante fuera de mí durante casi tres semanas,
sin hacer casi nada, excepto dormir. Yo no estaba consciente más que de unos
pocos minutos.

—Todavía no entiendo por qué Romair no se puso en contacto conmigo.

—Él no quería que estuvieras involucrada, Liz.

—¿Involucrada? —involuntariamente, su voz se elevó tres octavas—. Te amo,


maldita sea. Ya estoy involucrada.

Jude cambió su cuerpo para que pudiera llamar a su amante cerca de ella.

—Jurídicamente hablando, amor. Él no sabía exactamente donde yo estaba con


la DEA, por no mencionar el estado. Había una clara posibilidad de que yo
tuviera que abandonar el país permanentemente. Si ese hubiera sido el caso, yo
no quería que supieras nada hasta que se solucionara. De esta manera los
federales no te acosarían.

—Estoy asumiendo que ya que estás aquí y no en Tijuana es que estás limpia.

Jude se rió suavemente, saboreando la forma del cuerpo de Liz cómodamente


contra de ella. A pesar de que se extendían los puntos que envolvían casi por
completo alrededor de su estómago, no quiso mover a su amante una pulgada
más lejos de ella.

—Mayormente —estuvo de acuerdo—. La Agencia tiene su ropa interior en un


pabellón colectivo sobre lo que Kent hizo. Eso y el retrato de color de rosa que
pintaste sobre mí los convenció de que indagar más contra mí sería una pérdida
de tiempo.

—No fue color de rosa —Liz protestó, apoyando la cabeza contra el pecho de
Jude para que pudiera escuchar el tranquilizador lub dub, lub dub del corazón de
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la mujer morena. El pulso firme y constante llevó a casa el mensaje de que
todavía no se había hundido completamente en él—. Realmente estás aquí —se
atragantó las lágrimas comenzando a brotar una vez más por su cara.

—Estoy aquí —Jude cantó suavemente, acariciando la cabeza de cabellos de oro


y suspirando en voz baja—. No voy a ir a ninguna otra parte. Te lo prometo.

Viajaron en un silencio reconfortante el resto del camino a casa.

* * * * * * * * *
La casa era una cacofonía de ladridos de perros cuando Jude le permitió a su
amante que la ayudara a entrar. Stephen se apresuró a sí mismo a traer varios
suministros médicos y el equipaje que había adquirido durante las semanas de
intervención. Por último, pasó por la cocina, y anunció que iba a ir a buscar a la
cena.

Clytemnestra, Aggie y Pete bailaron alrededor de su señora y la persona más


pequeña haciendo una especie de danza canina, cada uno de ellos compitiendo
por la atención. Pete se intensificó más que otras veces, y dejó escapar un
aullido lastimero que sobresaltó a los otros dos perros más grandes en el
silencio. Jude y Liz se rieron de sus payasadas, prodigando la atención en los
tres hasta que Liz abrió la puerta del patio y los dejó correr su exceso de energía
en la playa.

Jude salió cojeando después del silencio y cerrando las puertas corredizas de
cristal.

—Hola —dijo en voz baja, de pie detrás de la mujer de pelo miel.

—Hola a ti —Liz respiró, sumergiéndose en el olor cálido de la mujer que


amaba. Las lágrimas habían sido catárticas, exprimiendo lo último de su dolor
y la alegría de ver a Jude de nuevo y saber que su conexión todavía existía.

—Estoy un poco coja —Jude se disculpó—. No puedo abrazarte correctamente


—Liz se dio vuelta para mirar a los ojos más azules que había visto.

—Entonces dame un beso.

Los comienzos de una pequeña sonrisa en los labios curvados de Jude, que se
agachó para captar la boca de mujer de pelo miel con la suya. Fue provisional
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en un primer momento, sus labios apenas tocándose entre sí. La llama familiar
pronto superó cualquier reticencia, y la boca de Liz abrió sus puertas en una
alegre bienvenida. Sus brazos cayeron alrededor de los anchos hombros de su
amante, teniendo cuidado de sus muchas lesiones cuando trataba de
comunicarle el amor que sentía por la mujer en sus brazos.

Ninguna de las dos era consciente del paso del tiempo, ya que se entregaron a
una reintroducción persistente. Sus besos se hicieron progresivamente más
juguetones ya que ambas mujeres se daban cuenta de que los acontecimientos
que casi las matan a las dos no habían destruido sus sentimientos de la una por
la otra. Desesperados por respirar, Jude lamentablemente se separó.

—¿Te he dicho lo buena que eres en eso? —sonrió.

—Se necesitan dos, amante —Liz contestó, sus ojos brillaban intensamente.

Jude se inclinó por otro beso.

—Mmm....Creo que tienes razón —sonrió pero no podía ocultar que le costaba
mantenerse derecha.

—Vamos a sentarte, ¿de acuerdo? —Liz sugirió, no echando en falta el destello


de dolor en los ojos de Jude.

—Eso es probablemente una buena idea —Jude acordó, dejándose caer en una
silla cercana—. Tenemos que hablar de todos modos.

—Suena serio —Liz trató de bromear.

El cálido azul de los ojos de Jude sigue siendo serio.

—Lo es —respondió ella.

Liz se acomodó al alcance de los brazos de la mujer morena, no muy dispuesta a


romper su conexión física tan pronto.

—Está bien, dispara —hizo una mueca en el juego de palabras—. Lo siento.


Olvida que dije eso.

Una sonrisa irónica adornaba los rasgos de Jude.

—No hay problema. Leí ―El alzamiento a la Gracia‖ —Elizabeth....si esa es la


forma en que realmente me ves....
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—Lo es —Liz le aseguró, muy dispuesta a defender el retrato de su amante que
había pintado para el mundo.

—Entonces yo soy la mujer más afortunada del mundo. Yo no lo merezco....Yo no


te merezco…. —Jude luchaba por palabras—. Deberías estar con alguien que no
casi consiga que te maten como rutina....

—¡Ey! —Liz ojos verdes oscuras peligrosamente—. Pensé que establecimos que
decidí que era lo mejor para mí—.

Jude sostuvo su mano en súplica.

—Lo haces, y créeme, no estoy discutiendo tus elecciones —bajó los ojos, de
repente empeñada en la tela que cubre los cojines de la silla—. De hecho.... —un
rubor suavemente calentaba sus rasgos—. Eso es de lo que quiero hablar
contigo.

Una alegría que Liz creía que había sido destruida por la bala que atravesó la
espalda de Jude comenzó a hervir a fuego lento en lo profundo de su vientre.

—¿De veras?

Jude se inquietó tanto como sus heridas le permitían. Ella levantó una mano
temblorosa para trazar la línea de la mejilla de su amante.

—Sí....Yo….uh....¡Maldición esto es difícil! —entrecerró los ojos a Elizabeth—.


Supuse que tú también estarías hablando.

—Nu—uh.... —Liz movió la cabeza con una sonrisa—. Este es tu programa —su
rostro se suavizó y añadió—, tengo que oír esto, Jude. Tengo que oírte —la mujer
morena tragó saliva y asintió.

—Nunca esperé estar en este lugar. Ser libre y estar limpia sin nadie que
acechara sobre mi hombro. Yo.…no sé qué tipo de pareja sería —miró las olas
contra la arena y los perros jugando allí—. Yo te lo he dicho antes. Nunca he
intentado vivir una….vida normal.

—¿Eso es lo que vamos a vivir, Jude? —Liz miró a su amante con atención—.
¿Una vida normal? —Jude asintió.

—Sí. Me he….despojado....de todo lo que haría que algunas personas quisieran


hacerme daño —se rió—. Aunque también he oído que los promotores de bienes

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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
raíces pueden ser bastante despiadados —unió la mano de Liz suavemente a la
suya—. Me gustaría tratar de tener esa vida contigo.... —bajó los ojos de nuevo—
. Eso....si....bueno....si quieres probar.

Liz trajo sus manos entrelazadas y se las llevó a los labios, presionando un beso
suave en cada uno de elegantes dedos de su amante.

—¿Estás segura de esto, Jude? —se tranquilizaron los ojos azules con los
suyos—. ¿Después de todo lo que ha pasado?

Una sonrisa iluminó el rostro de Jude, iluminando sus rasgos angulares con
calidez y la representación de una mujer exquisita dolorosamente hermosa.

—Nunca he estado más segura de nada en mi vida —se giró hacia su


amante....su pareja....su alma gemela, ignorando todos los dolores y molestias,
hasta que se encontraban la una en brazos de la otra, sus labios y la lengua
comunicaban lo que sus palabras no podían. Liz suspiró profundamente
abriéndose a la mujer morena del abrazo, una alegría indescriptible que la
rodeaban con el calor, la risa y el amor.

Liz había descubierto el secreto de Jude Lucien....esta mujer extraordinaria que


había sido dotada de una inteligencia formidable y un corazón lo
suficientemente robusto para soportar una brutalidad que ningún hombre o
mujer debe tener que hacer frente, alguna vez. Había dejado la luz y caminaba
en la oscuridad. Ella había conocido el mal y la convirtió a su servicio. Pero a
pesar de eso, o quizá debido a ello, había mantenido una pureza esencial del
alma sin oscuridad, no importando lo feo o vil que fuera, siendo capaz de
destruirla.

Jude diría que ella no era santa....tan seguro como Elizabeth diría que su
amante no era el diablo....pero para la reportera de pelo miel esta mujer a quien
llamó su alma gemela era un ángel único, concedía una gracia que sólo aquellos
que han caído pueden saber.

Ella no sabía qué pasaría con ellas ahora que las cosas estaban cambiando. La
oscuridad de Jude no desaparecería por la simple disolución de su imperio
ilícito. Lo que ella llevaba dentro de ella, lo tendría siempre, más de una noche
perdería contra los demonios que clamarían por ella con más violencia ahora que
eran renegados. Pero ambas se enfrentarían con una ligereza de espíritu que
tendría que ser experimentado para ser comprendido. Porque ninguna de las
mujeres estaría sola por más tiempo, ellas habían encontrado una en la otra el
componente que sus almas había echado en falta.
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Lucifer Rising de SL Bowers Traducción: Sherab
A través de Jude, Elizabeth había conocido la oscuridad....y ahora, a través de
ella, Jude conocería la luz. ¿Simple? Tal vez....pero ella está firmemente
convencida de que sería suficiente para llevarlas a cabo por los días y las noches
que vendrían.

Tendría que ser.

FIN

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J7 y XWP
(Traducciones al Español y demás)

https://j7yxwp.wordpress.com

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