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Claude. “Historia de la pareja”, cap. IV: “La pareja enamorada”. p. 198, 199,200)
“Siempre busqué febrilmente el gran amor, el verdadero”, decía Édith Piaf. Con la
exigencia de un amor absoluto, vivió con todas sus paradojas la evolución de la pareja.
Sus biógrafos y los periodistas le atribuyen, además de dos matrimonios, unas quince
relaciones estables, unos treinta amantes famosos, sin contar a los desconocidos. Su
corazón inconstante y lo reivindicó en sus canciones: “Porque soy como el mar/ Tengo
el corazón demasiado grande para un solo chico/ Tengo el corazón demasiado grande y
es por esto que/ Tomé el amor sobre toda la tierra…” (“Es en Hamburgo”, 1955). Pero
su ideal sigue siendo el de la pareja monógama, aun si por intransigencia rompe una
relación que le parece demasiado tibia. En cada oportunidad se entrega para siempre y
por primera vez. “Pero tú, eres el primero, /Pero tú, eres el ultimo”, le canta a Théo
Sarapo en 1962 (“Para que sirve el amor”), como le había escrito a Louis Gérardin, diez
año antes: “Mi dulce amor, no puedes saber cómo es de bueno decir: ´Éste es el último,
Buscar el gran amor, en encuentros múltiples, no es sin duda un tema nuevo y los
artistas realistas del periodo entreguerras, Damia o Fréhel, ya lo cantaban. Era entonces
1
Piaf, Édith, Ma vie, (1964), París, Press Pocket, 1988, p. 13. Libro artificialmente constituido
por entrevistas, publicado cuando murió la cantante. Acerca de Piaf, véase Belleret, Robert,
Piaf, un mythe français, Paris, Fayard, 2013. Además de las canciones, las fuentes a las que
recurro sob Berteaut, Simone, Piaf, Paris, Laffont, 1969 (recuerdos de su amiga de la infancia, a
menudo cuestionados); Piaf, Édith, Mon amour bleu, París, Grasset, 2011 (correspondencia con
Louis Gerardin); Amoureuse et rebelle, París, Textuel, 2008 (cartas a Tony Raynaud).
sufrimiento. En la segunda mitad del siglo XX, esto ya no es una quimera. La liberación
todas, por lo menos en teoría. Poco a poco las van a descubrir el desparpajo sexual. Es
también otro tipo de mujeres las que escuchan las canciones de Piaf. Todas comparten
el mismo sueño –el gran amor- y las mismas ambiciones –el matrimonio. Cuando llega
a Estados Unidos con Marcel Cerdan, Piaf sabe que esta pasión absoluta será acogida
con estusiasmo. “Usted podrá vivir una novela de amor que hará llorar a las
mecanógrafas de los rascacielos, pero no desembarcar juntos como una pareja oficial”,
La möme Piaf también sueña con una gran boda. Su amiga Simone le atribuye sobre
este punto “ideas de niña de convento”: “El matrimonio, es la iglesia, las campanas…
¡Es la fiesta del amor!”. Vive su presentación a los padres de Théo Sarapo como en los
reputación, casarse de blanco, opta por el azul cielo, color de la virgen: “Así en las
fotos, ¡pareceré como si estuviera de blanco!”, y eso lo confirman los reportajes. Por
otra parte, el matrimonio sigue siendo patriarcal, pues hasta 1965 las esposas continúan
ni administrar sus bienes personales, ni abrir una cuenta bancaria a su nombre. No sólo
eso no le importa, sino que se enorgullece de ello. El dinero que gana no le pertenece.
Cuando quiere una casa con Louis Gérardin, le envía sus cuentas bancarias para que
pida un préstamo y pague al arquitecto. Dice que está dispuesta a pedirle dinero para sus
(gorrión) necesita una rama en donde posarse. Confiesa que buscó toda su vida “la
su correspondencia (que firma “Tu chiquita”), siempre vuelve a mencionar este papel
protector que espera de un hombre. Y, sin embargo, era ella quien descubría y lanzaba a
jóvenes cantantes a los que protegía. Asume la paradoja: “Tú eres mi amo, pero siento
también que puedo aportarte como una especie de protección”, le escribe a Gerárdin. Y
a Tony Raynaud: “Necesito sentir que los seres a los que amo tienen una necesidad
moral de mi (…) sentir a un hombre de verdad que es un niño con la mujer a la que ama
es el regalo más hermoso que él me pueda dar, cuando a la vez siento que es fuerte ante
los duros golpes de la vida”. “Este boxeador terrible, es un niño”, dice ella acerca de
Cerdan.
las relaciones efímeras en una exigencia de eternidad… Édith Piaf resume todas las
Bonus:
¿Qué está permitido y que está prohibido en el seno de la pareja? Hay que buscar en
latín, pues es muy poco usual por fuera de los medios clericales y universitarios y se
refiere en detalle a este punto: acariciar los senos, en particular los pezones “que se
erigen como un miembro viril”, bajar hacia los órganos genitales y palpar, estimular el
grado sumo así como la dulzura del amor” … las caricias preparan la unión sexual,
explica el padre Féline y por lo tanto permiten a la mujer concebir pero si fuera un
ejercicio demasiado largo conduciría a una emisión de semen, ocasionando un pecado
mortal. Una vez el acto iniciado, en cambio hay que evitar el coito ardiente,
considerando como infecundo. Musitano saca de esto una conclusión que puede parecer
sorprendente: “Durante el acto, la mujer no debe mover las nalgas de atrás hacia
adelante como hacen las españolas quienes, cuando copulan (son en efecto muy
cantar lo que se llama en español chacarra…y es la razón por la que las españolas son
infecundas”2.
2
Musitanus, op, cit., p. 111. Las danzas frigias, en honor de Cibeles, eran el ejemplo clásico de
las “danzas furiosas”. Las chácaras son castañetas que todavía se encuentran en las islas
canarias. El padre Féline, Catechisme des gens mariés (1788), Ruan, Lemonnier, 1880, pp. 24-
27.