El ministerio publico es un organismo público, generalmente estatal, al que se
atribuye, dentro de un Estado de derecho democrático, la representación de los intereses de la sociedad mediante el ejercicio de las facultades de dirección de la investigación de los hechos que revisten los caracteres de delito, de protección a las víctimas y testigos, y de titularidad y sustento de la acción penal pública.
Así mismo, está encargado de contribuir al establecimiento de los criterios de la
política criminal o persecución penal dentro del Estado, a la luz de los principios orientadores del Derecho penal moderno (como el de mínima intervención y de selectividad).
9.1.1 Naturaleza Jurídica
El Ministerio Público, en general, se configura como un órgano sin personalidad ni
patrimonio propio (actuando, por tanto, bajo la personalidad jurídica del estado), lo que no significa que carezca de autonomía e independencia funcional administrativa y financiera.
El Ministerio Público es un ente al servicio de la función judicial, pero autónomo y
sujeto a la Constitución Política y a su Ley Orgánica. El Ministerio Público debe garantizar el "Debido Proceso Legal", entendido como el cumplimiento de los requisitos constitucionales en materia de procedimiento. Por ello, es vital realizar las reformas pertinentes a nuestras normas sustantivas y adjetivas en materia de Derecho penal y Procesal Penal, pues la creación del Ministerio Público tiene como objetivo descentralizar las funciones de acusar, defender y juzgar, que son propias del Sistema Inquisitivo que, por su naturaleza persecutoria, se opone al proceso de garantías. 9.1.2 Clasificación