Un sencillo principio de la lógica del pensamiento y
la socialización de las masas indica que "los elementos comunes a en ciertos individuos o factores, facilita la cohesión de los mismos y la unidad de criterios"; en otras palabras, la HOMOGENEIDAD, que es equivalente a la identidad entre factores, permite el desarrollo compacto de una comunidad. Al trasladar este concepto al trabajo dentro de la VISION, percibimos su viabilidad como motor para un crecimiento firme y acelerado, formando grupos celulares identificados por algo en común, pero conociendo todos el mismo evangelio de Jesucristo, la misma doctrina, los mismos principios de liderazgo y, por consiguiente, las mismas pautas para compenetrarse con la visión y hacer parte de su logro. De acuerdo a esta apreciación y sin dejar de lado el significado preciso del término HOMOGENEO, los grupos celulares comenzaron a definirse como "núcleos de personas agrupadas por intereses comunes, en busca de los mismos objetivos y con la tendencia a satisfacer las mismas necesidades, pero procurando siempre desarrollar la visión de la iglesia". El alcance de los grupos homogéneos es prácticamente incalculable, lo ha sido desde la formación de los mismos. Hemos podido comprobar que la penetración en la sociedad con el evangelio de Jesucristo es más rápida y eficaz. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que con los grupos homogéneos no existen límites ni sociales, ni educativos, ni económicos, que impidan la divulgación de la Palabra y el cumplimiento de la Gran Comisión. Estoy plenamente convencido que el crecimiento actual de la iglesia que el Señor nos ha permitido pastorear junto con mi esposa Claudia, se debe al trabajo de los grupos homogéneos también llamados Ministerios como parte del engranaje total de la Visión. Día a día, cada nuevo creyente que llega ansioso de conocer más de la Palabra de Dios, satisface sus expectativas y calma su ansiedad pues encuentra en la iglesia un grupo con el cual se identifica bien sea por la edad, el sexo o su actividad profesional específica. Una persona que llega a la iglesia con problemas de carácter espiritual, afectivo o emocional, nota que al llegar al grupo, todos los miembros del mismo se identifican con su problemática y aportan, con la ayuda de las Escrituras y la Unción del Espíritu Santo, soluciones prácticas; todo porque se habla el mismo idioma, se tienen las mismas perspectivas y se observa hacia el mismo lado: ¡el lado de la visión!
Y Vino Un Hombre De Dios El Cual Se Llamó "Eusebio": La Brillante Historia Del Presbítero Eusebio Herrera León; Un Hombre De Dios Vestido De Túnica De Una Sola Pieza