You are on page 1of 4

IMPACTO AMBIENTAL

El contenido en vapor de agua del aire varía considerablemente, de 190 partes por millón (ppm) a
-40 °C hasta 42.000 ppm a 30 °C. Otros elementos que en ocasiones constituyen parte de la
atmósfera en cantidades minúsculas son el amoníaco, el sulfuro de hidrógeno y óxidos, como los de
azufre y nitrógeno cerca de los volcanes, arrastrados por la lluvia o la nieve. No obstante, el
principal riesgo se centra en los óxidos y otros contaminantes emitidos a la atmósfera por las
industrias y los vehículos debido a los efectos dañinos que originan cuando forman la lluvia ácida.
Hay además muchas posibilidades de que el progresivo incremento de dióxido de carbono,
producido sobre todo por los combustibles fósiles desde el siglo pasado, pueda afectar al clima
planetario a través del llamado efecto invernadero.
Hay similar preocupación por el brusco aumento del contenido de metano en la atmósfera. Su
concentración ha aumentado un 11% desde 1978. Más o menos el 80% del gas es producido por
descomposición en arrozales, pantanos, intestinos de los animales herbívoros, y por las termitas
tropicales. Añadido al efecto invernadero, el metano reduce el volumen atmosférico de iones
hidroxilo, alterando así la capacidad de la atmósfera para autodepurarse de contaminantes.
El estudio de muestras indica que hasta los 88 km por encima del nivel del mar la composición de la
atmósfera es sustancialmente la misma que al nivel del suelo. El movimiento continuo ocasionado
por las corrientes atmosféricas contrarresta la tendencia de los gases más pesados a permanecer por
debajo de los más ligeros.
En la parte más baja de la atmósfera está presente, en proporciones muy reducidas, el ozono, un
isótopo del oxígeno con tres átomos en cada molécula. La capa atmosférica que va de los 19 a los
48 km tiene un mayor contenido en ozono, producido por la radiación ultravioleta procedente del
Sol. Pero, incluso en este estrato, el porcentaje es sólo de un 0,001 por volumen. Las perturbaciones
atmosféricas y las corrientes descendentes arrastran distintas proporciones de ozono hacia la
superficie terrestre. En las capas bajas de la atmósfera, la actividad humana incrementa la cantidad
de ozono, que se convierte en un contaminante capaz de ocasionar daños graves en las cosechas.
La capa de ozono se ha convertido en motivo de preocupación desde comienzos de la década de
1970, cuando se descubrió que los clorofluorocarbonos (CFC), o clorofluorometanos, estaban siendo
vertidos a la atmósfera en grandes cantidades a consecuencia de su empleo como refrigerante y
como propelentes en los aerosoles. La preocupación se centraba en la posibilidad de que estos
compuestos, a través de la acción solar, pudiesen atacar fotoquímicamente y destruir el ozono
estratosférico, que protege la superficie del planeta del exceso de radiación ultravioleta. El resultado
ha sido que, en los países industrializados, se ha abandonado la utilización de clorofluorocarbonos
para todos aquellos usos que no son esenciales. Los posteriores estudios acerca de la amenaza que en
la actualidad representa la actividad humana para la capa de ozono no son concluyentes.
CAPA DE OZONO ESTRATOSFÉRICO

El gas ozono está formado por moléculas constituidas por tres átomos de oxígeno (O3). En el
ambiente natural la molécula de ozono es muy inestable tendiendo a separarse en una molécula de
oxígeno molecular (O2) y en un átomo de oxígeno (O).

En la tropósfera la concentración de ozono es extremadamente baja. En los ambientes urbanos se


forma por reacciones fotoquímicas en las cuales participan elementos gaseosos contaminantes
(principalmente óxidos de nitrógeno, NOx), transformándose a su vez en un elemento contaminante
muy indeseable por sus efectos nocivos sobre la salud.

La concentración de ozono aumenta considerablemente en la estratósfera, donde alcanza un máximo a


unos 25 km de altitud. También en este nivel el ozono es altamente inestable, pero su concentración se

1
mantiene relativamente estable debido a procesos de interacción con la radiación solar que aseguran
tasas similares de producción y destrucción del ozono.

Esta capa cumple un rol fundamental en la mantención de la vida animal y vegetal en la Tierra, en la
medida que absorbe la mayor parte de la componente ultravioleta de la radiación solar, que en el caso
específico del hombre favorece el desarrollo de cáncer a la piel.

Agujero en la capa de ozono


Desde aproximadamente 1985 se advierte cada primavera un significativo descenso en la
concentración del ozono estratosférico sobre el continente Antártico y regiones vecinas, lo que hace
aumentar peligrosamente la componente ultravioleta de la radiación solar en esta región.
El carácter fuertemente estacional de este fenómeno (identificado como agujero de ozono) tiene que
ver con factores dinámicos y termodinámicos del comportamiento natural de la atmósfera, pero se
encuentra firmemente establecido dado que la disminución del ozono estratosférico es el resultado de
reacciones químicas con gases contaminantes generados por la actividad humana.

Entre otros, los que parecen haber producido el mayor impacto son los compuestos gaseosos
denominados clorofluorocarbonos (CFCs), y que se utilizan entre otras aplicaciones, en procesos de
refrigeración y en la producción de propelentes de aerosoles. Teniendo en cuenta el prolongado tiempo
de residencia de estos gases en la estratósfera, el efecto de la fuerte disminución en su producción no
será inmediato.

En la siguiente figura se observa el agujero en la capa de ozono ubicado sobre el continente Antártico
en unidades Dobson:

2
EFECTO INVERNADERO

El efecto invernadero de la atmósfera terrestre tiene que ver con procesos radiativos que ocurren en
ella. La radiación es una forma de energía, y es la única que se transmite en el vacío.
Otras formas de transmisión de energía en el ambiente natural son la conducción y la convección. En
la conducción el calor se propaga a través de un sólido (por ejemplo la propagación del calor desde la
superficie del suelo hacia niveles inferiores). En los fluidos (gases y líquidos) el calor se transmite
mediante el proceso de convección a través del cual partes relativamente más calientes del fluido, se
desplazan y luego se mezclan e integran en un entorno relativamente más frío.
Las características de la radiación, que se propaga en la forma de ondas electromagnéticas, tienen que
ver con la temperatura del cuerpo que la emite. En la atmósfera están presentes dos tipos de radiación.
Por una parte está la radiación solar, que proviene de la superficie del Sol a unos 6000 °C. Esta se
manifiesta principalmente en la forma de rayos en el espectro visible.
Por otra parte, al igual que el Sol, la superficie de la Tierra (continentes, océanos, casquetes polares) y
la atmósfera también emiten radiación, pero con un nivel de energía mucho menor que la del Sol. Esta
radiación denominada infrarroja, no es visible, pero se propaga en forma similar a la radiación solar.
La atmósfera, que es bastante transparente a la radiación solar, es considerablemente más opaca a la
radiación infrarroja que proviene de la superficie de la Tierra.
En efecto, una buena parte de la radiación infrarroja terrestre es absorbida por la atmósfera por los
gases denominados de efecto invernadero, entre los cuales los más importantes son el anhídrido
carbónico (CO2) y el vapor de agua. Parte de esta energía radiativa infrarroja atrapada por la atmósfera
es re-emitida hacia la superficie de la Tierra, sumándose durante el día a la radiación solar, y
compensando parcialmente durante la noche el enfriamiento de la superficie.

El efecto neto de los gases del efecto invernadero es aumentar la temperatura media cerca de la
superficie. La preocupación por el efecto que puede tener sobre el clima global el continuo aumento
que se registra en la concentración de CO2 en la atmósfera debido a la actividad industrial:

3
4

You might also like