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INDICE

 INTRODUCCION ………………………………………………… ……………………………………..………….5


I. PRIMER CAPITULO: MARCO TEÓRICO ................................................................. 6
1.1. NOCIÓN DE FUENTE DE DERECHO ...................................................................... 6
1.2. FUENTES DEL DERECHO PERUANO ..................................................................... 8
1.3. JURISPRUDENCIA ....................................................................................................... 9
1.4. ¿Es la Jurisprudencia fuente del Derecho Peruano? ........................................ 9
1.5. Jurisprudencia Constitucional ............................................................................... 10
1.6. Las sentencias Constitucionales ........................................................................... 12

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2.1. LA DOCTRINA JURISPRUDENCIAL .................................................................... 15
2.2. PRECEDENTE CONSTITUCIONAL VINCULANTE ........................................... 15
2.2.1. VENTAJAS DEL PRECEDENTE VINCULANTE ................................................. 17

 CONCLUSIONES.............................................................................................................. 22
 RECOMENDACIONES .................................................................................................... 24
 LINKOGRAFIA .................................................................................................................. 26

3
A nuestro estimado docente, Dr. Edwin Ramírez
Romero, quien ha aportado grandes lecciones a
nuestra vida gracias a su desprendida vocación
por enseñar el Derecho.

4
INTRODUCCIÓN

En el Perú, el Código Procesal Constitucional ha introducido dos figuras


relacionadas con la jurisprudencia constitucional: la doctrina jurisprudencial y el
precedente constitucional vinculante.
En el presente trabajo, realizaremos una aproximación a ambas figuras
desde la teoría de las fuentes del Derecho. Así, presentaremos un panorama
sobre cómo se entiende la “producción del Derecho” en doctrina, y luego cómo
podría encajar la jurisprudencia constitucional en este esquema, teniendo en
cuenta cuál es el papel que se considera cumple el Juez.

Para los fines expuestos, desarrollaremos dos capítulos, el primero de ellos


denominado MARCO TEÓRICO; en éste desarrollaremos temas como: Noción de
Fuente de Derecho, Concepto de Jurisprudencia, Jurisprudencia Constitucional,
entre otros; para luego pasar a desarrollar el capítulo central denominado
JURISPRUDENCIA PROCESAL CONSTITUCIONAL en donde profundizaremos
en el análisis de las dos figuras dispuestas en los artículos VII y VI del Título
Preliminar de nuestro Codigo Procesal Constitucional: El precedente constitucional
vinculante y la llamada “doctrina jurisprudencial”, ambas con distintos alcances en
cuanto a la intensidad de la vinculación que generan respecto de los demás
órganos jurisdiccionales, y de los poderes públicos en general. Asimismo
concluimos nuestra labor de investigación señalando conclusiones y sugiriendo
recomendaciones.
El propósito de nuestro trabajo monográfico, es comprender la importancia
de la jurisprudencia del Órgano de Control de la Constitucionalidad por excelencia,
pues si el Tribunal Constitucional es la principal fuente del Derecho Constitucional,
entonces conocer su jurisprudencia es un asunto no negociable para el abogado
y/o estudiante de Derecho, pues sólo conociéndola podremos ofrecer un
diagnóstico sobre su situación para tener autoridad y debatir respecto a su tamiz
jurídico.
El Grupo.

5
PRIMER CAPÍTULO:
MARCO TEÓRICO

6
Es finalidad del presente trabajo inmiscuimos en una temática de importante
relevancia jurídica como es la JURISPRUDENCIA PROCESAL
CONSTITUCIONAL

En ese sentido, es de primer orden acercamos teóricamente al tema planteado a


través de ciertos criterios jurídicos que junto a determinados principios y normas
explican la razón de ser de la JURISPRUDENCIA emitida por el Tribunal
Constitucional, para tal efecto, analizaremos los siguientes temas:

1.1 NOCION DE FUENTE DE DEREHO

Es debatible lo que significa «fuente del derecho»; muchas teorías se han


construido alrededor de este complejo término. Ello es curioso porque si el
derecho es esencialmente un discurso prescriptivo –compuesto, por tanto, por
prescripciones (normas) que guían la conducta humana de forma obligatoria
mediante coerción institucionalizada– entonces hablar de fuente implica aquello
que «da origen» a dichas prescripciones. Así, una idea preliminar sobre «fuente
del derecho» es que viene a ser aquel acto o hecho autorizado a producir normas
jurídicas. 1

Diferenciar texto y norma es esencial para la comprensión de «fuente del


derecho». Cuando se habla de fuente como acto normativo, se hace alusión a un
comportamiento humano consciente y voluntario de crear normas (o, más
precisamente, crear documentos normativos que puedan expresar normas
jurídicas). 2 Cuando se habla de fuente como hecho normativo se hace alusión a
un comportamiento humano de creación normativa que no es consciente ni

1 Guastini, Riccardo. Las fuentes del derecho. Fundamentos teóricos. Lima: Raguel,
2016, p. 99.
2 Ibídem, p. 132.

7
voluntario y que, por dicha razón, no se plasma en documentos normativos.
3 Diferenciar «acto normativo» y «hecho normativo» en la teoría de las fuentes del
derecho es esencial para individualizar el así llamado derecho consuetudinario
(costumbre).

Es muy importante diferenciar, además, entre fuente formal y fuente material. La


primera le atribuye calidad de fuente del derecho a todo acto autorizado por una
norma de producción jurídica que regule el nomen iuris del acto (en el Perú: ley,
decreto legislativo, reglamento, resolución suprema, etc.), el órgano, el
procedimiento, sin interesar el contenido del acto; de allí que los criterios de
identificación de la fuente del derecho sean formales. 4 La segunda le atribuye la
calidad de fuente del derecho a todo acto genuinamente normativo; esto es, que
genere cambios en el ordenamiento jurídico por contener comandos generales y
abstractos sin que interesen criterios formales; de ahí que los criterios sean, más
bien, materiales, o que apunten al contenido del acto normativo.5

Ambas concepciones aportan para la construcción del concepto de fuente del


derecho, al menos teniendo en cuenta las particularidades del derecho peruano.

En primer lugar, las fuentes del derecho son las que el propio ordenamiento dice
que son, para lo cual debe respetarse las normas de producción jurídica que
indican cómo esos actos normativos (fuentes) deben producirse. 6 En segundo
lugar, el acto normativo identificado como fuente del derecho debe ser capaz
de expresar normas que
tengan normalmente vocación generalizante y abstracta (con excepción de las
«normas concretas» provenientes de la autonomía de la voluntad, fuente
reconocida por el art. 62, § 1, de la Constitución, sobre la cual no hablaremos
aquí).

3 Ibídem, p. 135.
4 Ibídem, p. 103.
5 Ibídem, p. 100 ss.
6 Ibídem, p. 110..

8
Fuentes del derecho, por tanto, son «los “hechos y actos jurídicos”
creadores/generadores de normas jurídicas generales»,7 entendiéndose que
«jurídico», aquí, equivale a «normativo», o propio del derecho.

1.2 FUENTES DEL DERECHO PERUANO

Ahora bien, ¿qué dice la Constitución Peruana de 1993 sobre las fuentes del
derecho?

 El art. 146, § 3, inciso 1, señala: “El Estado reconoce a los magistrados


judiciales:
1. Su independencia. Solo están sujetos a la Constitución y la ley”

 El art. 139, § 1, inciso 8, Const., dice lo siguiente: “Son principios y


garantías de la función jurisdiccional:
“(…) 8. El principio de no dejar de administrar justicia por vacío o deficiencia
de la ley”.

En tal caso, deben aplicarse los principios generales del derecho y el derecho
consuetudinario.

Estas dos disposiciones (conjuntamente con aquella relativa a la libertad


contractual) consagran el sistema de fuentes del derecho peruano, especialmente
para el caso de los procesos ante la jurisdicción.
Más allá de la problemática expresión «vacío o defecto de ley», lo que dice el art.
139, § 1, inciso 8 es que, cuando esta situación se constate, el juez debe aplicar
los «principios generales del derecho» y el derecho consuetudinario. La norma
que esta disposición expresa sería, por tanto, la siguiente: Si hay vacío o defecto

7 Aguiló Regla, Josep (2015): «Fuentes del derecho». In Jorge Luis Fabra Zamora (ed. general); Jorge Luis
Fabra Zamora; Verónica Rodríguez Blanco (eds.). Enciclopedia de filosofía y teoría del derecho, v. 2. México
DF: UNAM, p. 1025.

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de ley, entonces se aplican los principios (generales del derecho) y/o el derecho
consuetudinario. Se trataría de una prescripción dirigida al juez a fin de
que aplique normas interpretadas de actos que no sean los actos
normativos mencionados por el art. 146, § 3, inciso 1. En el caso de esta
disposición, no es de despreciarse el adverbio «solo». Este restringe cualquier tipo
de interpretación sobreinclusiva, esto es, la posibilidad de incluir otros elementos
que no están expresamente considerados en el texto.

1.3 ¿Es la Jurisprudencia fuente del Derecho Peruano?

El término «jurisprudencia» tiene varias acepciones, lo cual hace que sea


polisémico y vago. Entre ellas destacan:

(i) como sinónimo de precedente o decisión judicial («Tengo


esta jurisprudencia que defiende mi posición»);
(ii) como el conjunto de decisiones de uno o más tribunales en un contexto
histórico dado («la jurisprudencia [peruana] tiene mucho por mejorar»);
(iii) como el conjunto de decisiones de un tribunal en un sentido
determinado («la jurisprudencia del TC es contraria al caso de mi
cliente»; «la jurisprudencia dominante de la Corte Suprema apunta hacia
tal sentido»);
(iv) como sinónimo de ciencia del derecho (aunque esto en más común en
otras latitudes: jurisprudenz, jurisprudence, giurisprudenza).

Cuando se habla de «jurisprudencia» en expresiones como «el juez debe seguir la


jurisprudencia» (acepción iii), entendiendo que la jurisprudencia sería una fuente
del derecho–y por ello obligatoria–, se incurre en un doble equívoco.

En primer lugar, si «fuente del derecho» es un acto o hecho normativo, entonces


la jurisprudencia, como conjunto de decisiones, no es un acto. Los actos
normativos son las decisiones que ella congrega, pues las normas jurídicas solo

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se extraen individualmente de cada una de las decisiones, y no del conjunto de
ellas. «Fuentes», por tanto, serían aquellas y no propiamente la jurisprudencia, ya
que cuando se dice «la jurisprudencia adoptó tal sentido» se está realizando
una proposición respecto de normas que expresan un determinado número de
resoluciones judiciales.

Nótese: si bien es perfectamente posible extraer normas jurídicas de cada una de


las decisiones que componen la jurisprudencia, para nuestra Constitución ellas no
califican formalmente como genuinas fuentes del derecho.

Entonces, cuando el propio derecho positivo dice que una determinada resolución
judicial es de obligatorio cumplimiento, entonces los jueces están obligados a
interpretarla, extraer una o más normas y aplicarlas al caso concreto. Poco
importa si es que dicha norma refleja un auténtico precedente –al cual solo se
llega analizando los hechos y la justificación8– o una regla jurisprudencial, como si
fuera un texto legal (tal como hace el TC y la Suprema). Si la ley dice que vincula,
el juez debe tomarlas en consideración, y ello porque tales decisiones son fuente
formal del derecho. Este es el caso, por ejemplo, de las decisiones del TC y la
Suprema reconocidas en los artículos VI y VII del Código Procesal Constitucional y
400 del Código Procesal Civil.

Esto quiere decir que los jueces no están sujetos, por ejemplo, a las
interpretaciones que realicen órganos jurisdiccionales cuyas decisiones no sean
susceptibles de expresar una norma (precedente o regla jurisprudencial) que sea
vinculante o de observancia obligatoria. El derecho positivo peruano
simplemente no impone obligatoriedad a las normas que puedan extraerse de
aquellas. Por ejemplo, las decisiones de un juez de paz letrado o de la Sala
Comercial sencillamente no son fuentes del derecho. Tampoco lo son las

8 Al respecto, cfr. con provecho: Dyer, Edward. Precedente constitucional –


Análisis cultural del derecho. Lima: Ara, 2015, pp. 129 ss.
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decisiones adoptadas en los plenos jurisdiccionales que se llevan a cabo entre
jueces superiores.

1.4 JURISPRUDENCIA CONSTITUCIONAL

Este concepto alude a aquel conjunto de principios, criterios y doctrinas que se


encuentran insertas en las sentencias expedidas por los tribunales
constitucionales u órganos de la justicia ordinaria con facultades para defender la
vigencia plena de la súper legalidad, jerarquía, alcance, contenido y cabal
cumplimiento de la Constitución como norma suprema del ordenamiento nacional
y como norma garantizadora de los derechos fundamentales de la persona.

De manera estricta hace referencia al conjunto de sentencias que de manera


reiterada y uniforme imponen un determinado criterio de interpretación o aplicación
de una norma en un caso concreto que ostenta relevancia o relieve constitucional.

En ese sentido, Javier Adrián Coripuna9, expone que se trata del “conjunto de
criterios y orientaciones que en ejercicio de sus funciones jurisdiccionales han sido
establecidas en las resoluciones tanto del Tribunal Constitucional, como de las
máximas instancias del Poder Judicial, para la aplicación e interpretación de la
Constitución, ya sea en el control normativo, en la tutela de derechos o en los
conflictos de competencias y de atribuciones”.

La creación jurisdiccional del derecho constitucional – vía la expedición de


sentencias que conforman la jurisprudencia constitucional – perfecciona, matiza e
incluso hace flexible el orden jurídico en su conjunto. Es el instrumento por el cual
los órganos jurisdiccionales encargados de la defensa de la constitucionalidad
dejan testimonio de su labor de “guardianía”.

9 La jurisprudencia vinculante de los altos tribunales como límite al principio de


independencia judicial. En estudios al precedente vinculante. Lima: Palestra, 2007,
p. 107
12
La jurisprudencia constitucional cumple las funciones siguientes:

a) Garantiza la supremacía normativa de la Constitución


b) Coadyuva a la formación y aplicación correcta y concreta de los valores,
principios, prácticas y normas constitucionales.
c) Interpreta y declara el sentido de la constitucionalidad, de conformidad con
los retos del tiempo.

En atención a lo establecido en la parte in fine del artículo VI del Título Preliminar


del Código Procesal Constitucional, los jueces están obligados a interpretar y
aplicar las leyes o toda norma con rango de ley y los reglamentos de conformidad
con la jurisprudencia vinculante que emita el Tribunal Constitucional.

1.5 Las sentencias constitucionales

Estas aluden a aquellos actos procesales emanados de un órgano adscrito a la


jurisdicción especializada, mediante los cuales se pone fin a una litis cuya tipología
se deriva de alguno de los procesos previstos en el Código Procesal
Constitucional.

El Supremo intérprete de la Constitución peruana ha distinguido dos partes en una


sentencia constitucional: el fallo que contiene la decisión de la demanda
constitucional presentada; y los fundamentos jurídicos que anteceden al fallo. Son
éstos últimos los que recogen los distintos criterios de interpretación de la
Constitución que formula el Tribunal Constitucional y que luego serán exigidos a
todos los operadores jurídicos, en particular a los jueces del Poder Judicial. Esta
constatación hace que adquiera verdadera importancia el proceso argumentativo
que siga el Tribunal Constitucional y, consecuentemente, genera de éste la
obligación de argumentar debida y suficientemente aquellas decisiones en las que

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pone de manifiesto un criterio de interpretación de algún dispositivo de la
Constitución.

La parte de la sentencia constitucional que contiene las interpretaciones, están


compuestas –a decir del Tribunal Constitucional– al menos por los dos siguientes
elementos: la ratio decidendi, y los obiter dicta42. La ratio decidendi, que el
Tribunal Constitucional denomina como “razón suficiente”, ha sido definida como
aquella parte de la sentencia en la que se “expone una formulación general del
principio o regla jurídica que se constituye en la base de la decisión específica,
precisa o precisable, que adopta el Tribunal Constitucional”43 . Con otras
palabras, es “aquella consideración determinante que el Tribunal Constitucional
ofrece para decidir estimativa o desestimativamente una causa de naturaleza
constitucional; vale decir, es la regla o principio que el Colegiado establece y
precisa como indispensable y, por ende, como justificante para resolver la litis” 44 .

Mientras que el obiter dicta, llamado por el Supremo intérprete de la Constitución


como “razón subsidiaria o accidenteal”, ha sido definido como “aquella parte de la
sentencia que ofrece reflexiones, acotaciones o apostillas jurídicas marginales o
aleatorias que, no siendo imprescindibles para fundamentar la decisión adoptada
por el Tribunal Constitucional, se justifican por razones pedagógicas u orientativas,
según sea el caso en donde se formulan”45. La finalidad de los obiter dicta es
“proponer respuestas a los distintos aspectos problemáticos que comprende la
materia jurídica objeto de examen (…) orientar la labor de los operadores del
derecho mediante la manifestación de criterios que pueden ser utilizados en la
interpretación jurisdiccional que estos realicen en los procesos a su cargo; amén
de contribuir a que los ciudadanos puedan conocer y ejercitar de la manera más
óptima sus derechos”

Por tanto, todos los fundamentos o razones que anteceden y sustentan un fallo en
una sentencia constitucional no tienen un mismo significado, sino que –a decir del

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Máximo Tribunal de la Constitución– es posible diferenciar en ellas las razones
suficientes de las razones subsidiarias para adoptar un fallo.

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CAPITULO SEGUNDO
JURISPRUDENCIA PROCESAL
CONSTITUCIONAL

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En vista a que nos corresponde abordar el análisis de la jurisprudencia procesal
constitucional en el ordenamiento jurídico peruano, nos corresponde referirnos
tanto a la figura del precedente constitucional vinculante como a la llamada
“doctrina jurisprudencial”, reguladas en los artículos VII y VI del Título Preliminar
del Código Procesal Constitucional, respectivamente.

2.1 La doctrina Jurisprudencial

La doctrina constitucional comprende a las interpretaciones de la Constitución, las


interpretaciones constitucionales de la ley y las proscripciones interpretativas, esto
es, las anulaciones de determinado sentido interpretativo que realiza el Tribunal
Constitucional (Exp. Nº 04853-2004-AA/TC).

Su carácter vinculante se encuentra consagrado en el tercer párrafo del artículo VI


del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, según el cual la actuación
de los jueces debe ser conforme a la interpretación de la Constitución que resulte
de las sentencias del Tribunal Constitucional.

La expresión “doctrina jurisprudencial” no podría utilizarse para hacer referencia a


una única sentencia constitucional, sino a una pluralidad de ellas, de las que se
pueda desprender −por reiteración− determinada interpretación común de los
preceptos y principios constitucionales.

2.2 Precedente constitucional vinculante

El Tribunal Constitucional es el órgano supremo de control e interpretación de la


constitucionalidad; en ese sentido, vigila que las leyes, órganos del Estado y los
particulares no vulneren lo dispuesto en la Constitución Política del Perú.

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En ese rol, es el Tribunal Constitucional quien resuelve en última instancia los
procesos constitucionales, mecanismos establecidos para garantizar la primacía
de la Constitución y la vigencia efectiva de los derechos constitucionales.

Al resolver un procedimiento constitucional y emitir una sentencia, el Tribunal


Constitucional puede expresar en ella, que la misma, o una parte de ésta,
constituye precedente vinculante.

Un precedente vinculante es aquel precepto que se extrae de un caso particular y


concreto, y que se convierte en una regla general. Por ello, los poderes públicos y
las cortes judiciales están obligados a aplicar dicha regla cuando resuelvan casos
similares al caso resuelto por el Tribunal Constitucional que dio origen al
precedente vinculante.

Roger Rodríguez Santander El precedente constitucional en el Perú: Entre el


poder de la historia y la razón de los derechos. En estudios al precedente
constitucional. Lima: Palestra 2007, p. 55 expone que este “alude a la regla
jurídica (norma) que, vía interpretación o integración del ordenamiento dispositivo
crea el juez para resolver el caso planteado, y que debe o puede servir para
resolver un futuro caso sustancialmente homólogo”.

Luis Diez Canseco y Enrique Pasquel Stare Decisis, intercambios comerciales y


predectibilidad: una propuesta para enfrentar la reforma del Poder Judicial. En
Revista de Economía y Derechos. Lima: 2004/17 expone que el precedente
“supone que una vez resuelta una cuestión mediante una sentencia, se establece
un antecedente que, en principio, no puede ser variado posteriormente. La regla
obliga a que se acaten los precedentes cuando en una controversia se susciten
cuestiones de hecho y derecho idénticas. Ello se hace para mantener equilibrada
la balanza de la justicia a fin de que esta no oscile con cada nueva interpretación
de un juzgador (...). En suma, se pretende brindar seguridad jurídica mediante un
sistema jurídico predecible”.

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Existen dos principios jurídicos que sustentan la existencia de los precedentes
vinculantes y hacen evidente su especial relevancia; éstos son: el principio de
seguridad jurídica y el principio de igualdad.

En relación al principio de seguridad jurídica, el precedente vinculante busca que


haya predictibilidad respecto a cómo resolverán los jueces casos similares al caso
que originó el precedente vinculante.

Por su parte, en relación al principio de igualdad, el objeto de establecer un


precedente vinculante radica en que casos similares, al caso del cual se extrajo el
precedente vinculante, no sean resueltos aplicando e interpretando la norma
constitucional de manera distinta a lo dispuesto en dicho precedente. Ambos
principios apuntan a la estabilidad del sistema judicial y al bienestar de la
ciudadanía.

2.2.1 VENTAJAS DEL PRECEDENTE VINCULANTE

El Dr. Aníbal Torres Vásquez, en la publicación denominada LA


JURISPRUDENCIA COMO FUENTE DE DERECHO, publicada por la
Academia Nacional de la Magistratura, deducen las ventajas siguientes:

Crea una justicia predecible


El precedente judicial obligatorio acaba con las sentencias contradictorias
originadas por la interpretación arbitraria del derecho por parte de los
jueces; genera una justicia predecible y con ello la ansiada seguridad
jurídica que garantiza la igualdad de las personas frente a la ley; aumenta la
credibilidad institucional, incentiva la inversión privada tan necesaria para
emprender nuestro desarrollo económico y contribuye a construir un
verdadero Estado Constitucional de Derecho.

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Controla la corrupción
La absoluta discrecionalidad de los magistrados para interpretar el
ordenamiento jurídico les permite encubrir fácilmente casos de corrupción,
se viola impunemente el principio fundamental que establece que todos
somos iguales ante la ley. Que las personas sepan que en un proceso no
combaten en un plano de igualdad de armas deslegitima al sistema de
justicia, desalienta las convicciones democráticas y desincentiva las
inversiones.

El precedente obligatorio impide las interpretaciones antojadizas de las


normas jurídicas por abogados y jueces de todos los niveles. Los abogados,
ante la necesidad de invocar la jurisprudencia obligatoria, estarán obligados
a una permanente actualización y no se atreverán a iniciar acciones
judiciales que, tanto ellos como sus clientes, saben que las van a perder;
por su parte los jueces no podrán basarse en interpretaciones arbitrarias
para torcer el sentido de la justicia sino que actuarán con estricta sujeción a
la Constitución y a la ley cuyo sentido esté establecido en la jurisprudencia;
no podrán más ampararse en su tan manoseado “criterio jurisdiccional” para
darle la razón a quien no la tiene.

Con el establecimiento de una justicia predecible a través del stare decises


se puede verificar fácilmente cuándo un magistrado se está apartando del
sentido claro, recto y usual del derecho positivo con el fin de favorecer la
corrupción, a la vez que los particulares tendrían menores posibilidades de
corromper a los jueces y demás servidores judiciales. A mayor
predictibilidad de las resoluciones judiciales, menor corrupción.

Genera confianza en el sistema judicial


El establecimiento del precedente judicial obligatorio y, por medio de él, la
eliminación de la interpretación arbitraria, genera confianza en el Poder
Judicial y éste se legitima como un verdadero poder del Estado con lo que

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se ve reforzado el Estado Constitucional de Derecho. Si el Poder Judicial
imparte justicia con transparencia, imparcialidad, con independencia,
sometiéndose únicamente a la Constitución y a la ley, cuyo sentido y
alcance esté señalado en un precedente obligatorio, gana en credibilidad y
confianza ciudadana. A mayor justicia predecible, mayor credibilidad en el
sistema de justicia.

Reduce la carga procesal y acelera la administración de justicia


A diferencia de épocas pasadas, las modificaciones o transformaciones
sociales se producen con mayor rapidez como consecuencia de la
globalización, el incremento de la población, los avances científicos y
tecnológicos, el aumento de la actividad económica, la complicación de las
relaciones sociales, lo que conduce al aumento de los conflictos e
incertidumbres, obligando a que, no obstante que contamos con una
legislación sobreabundante, se dicten nuevas leyes u otras normas de igual
o inferior jerarquía, con frecuencia de mala calidad.

Una respuesta eficaz a este problema lo constituye el precedente judicial


obligatorio, por el cual si los jueces saben cómo van a resolver casos
semejantes, se hace más fácil su labor, lo que les ahorra tiempo y energías;
los ciudadanos que de antemano ya saben cómo resolverán los jueces su
caso, sin duda, optarán por solucionar muchos de sus problemas sociales
mediante la negociación, la conciliación o el arbitraje, lo que significará para
ellos ahorro de tiempo y dinero; los litigantes no harán uso de los recursos
impugnatorios en situaciones jurídicas repetitivas.

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 CONCLUSIONES

El ordenamiento jurídico peruano ha establecido que el Supremo intérprete de la


Constitución está facultado para además de interpretar la Constitución en sus
sentencias, decidir cuáles de sus argumentos son los precedentes vinculantes de
sus sentencias, y de definir sus alcances.

De esta forma, un precedente vinculante deberá ser seguido necesariamente en


los juicios posteriores. Sin embargo, este necesario seguimiento no debe ser
interpretado como una obligada actuación autómata del juez que aplica
mecánicamente los precedentes vinculantes. El juez es un juzgador de casos
concretos que recibe desde el Tribunal Constitucional reglas interpretativas, y las
cuales sólo serán aplicadas si así lo permiten las específicas circunstancias que
definen el caso concreto.

El Juez, en ningún caso, recibe la solución del caso concreto que debe resolver,
por lo que siempre habrá necesidad de actuación e interpretación judicial a la hora
de fallar las diferentes controversias que se le presenten.

Por tanto, el necesario seguimiento no significa que el juez haya perdido su


capacidad para analizar los casos que tiene que resolver y determinar si
efectivamente se trata de un asunto que se resuelve con el precedente vinculante
o no.

En cualquier caso, si existiendo razones que justifiquen correcta y suficientemente


la aplicación de un precedente vinculante el caso se resuelve al margen o contra
la interpretación contenida en él, la decisión es inconstitucional, debido a que la
naturaleza jurídica del precedente vinculante es la de norma constitucional
adscrita.

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Por el contrario, si esas razones no existen, y el juez resuelve un caso no
aplicando el precedente vinculante, esa solución podrá ser inconstitucional por
cualquier otra razón menos por no haber seguido el precedente vinculante.

La jurisprudencia del Tribunal Constitucional no anula la capacidad de decisión


que tiene atribuida el juez en la solución de los casos concretos. Sino que decide
si las circunstancias del caso concreto justifican la aplicación del precedente
vinculante, e incluso puede cambiar el contenido del criterio jurisprudencial.

La grandeza del Estado constitucional de Derecho se encuentra en la vigencia


plena de la Constitución, de aquellos valores y principios indisponibles incluso
para el Supremo intérprete de la Constitución. Bien importante es, por ello, saber
lo que significa el deber de los jueces de sujetarse a la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional. Esta sujeción, como principio constitucional, no puede quebrantar
la independencia judicial ni vaciar de contenido la labor jurisdiccional de los
jueces, ambos también valores constitucionales. Deberá dársele a esa sujeción un
contenido que permita armonizar tanto uno como otro principio, por así exigirlo y
permitirlo la consideración de la Constitución como una unidad sistemática.

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 RECOMENDACIONES

En los últimos años la jurisprudencia ha venido adquiriendo una importancia


preponderante no solo para saber cómo los jueces interpretan y aplican la ley, sino
también para que los litigantes empleen esas decisiones a fin de proporcionar un
mayor peso a la argumentación con miras a ganar su caso. No obstante, los
jueces peruanos, al motivar sus decisiones, no suelen sentirse vinculados por la
jurisprudencia, por más que ella sea dominante o que provengan de un tribunal
superior.

Si bien la jurisprudencia no es fuente del derecho peruano, ello no es óbice para


que el juez, al interpretar y aplicar la Constitución y la ley, no pueda y/o deba
usarla al momento de decidir. En muchos casos los sentidos de los textos
normativos ya vienen definidos por criterios jurisprudenciales (y también, es claro,
por los precedentes), lo cual condiciona la interpretación. Por ello, al igual que la
doctrina (que tampoco es fuente del derecho), al momento de interpretar y aplicar
el derecho los jueces sí deben tener en consideración a la jurisprudencia
(rectius: las normas que puedan extraerse del conjunto de decisiones judiciales).
Que los jueces no estén vinculados a estas decisiones porque no son fuentes del
derecho no quiere decir que los criterios derivados de ellas no deban ser
empleados como argumentos para decidir.

Así, por ejemplo, una decisión estará mal motivada si es que se aparta de una
línea jurisprudencial más o menos consolidada sin argumentar por qué lo hace.
También habrá un defecto en la motivación si es que no enfrenta las razones
dadas en acuerdos plenarios o en plenos jurisdiccionales. Igualmente ocurrirá si
ignora los criterios colocados por él mismo, como órgano jurisdiccional. De esta
manera, queda claro que los jueces deben conocer qué es lo que resuelven otros
jueces, concretamente los tribunales supremos y los tribunales superiores, cuando
menos de su distrito judicial.

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Por su parte, es indudable que existe el deber por parte del Estado de promover el
derecho fundamental a la seguridad jurídica en toda su amplitud y en todas sus
dimensiones. Y en el específico caso de la jurisdicción, no es posible que un
tribunal o un juzgado no se preocupe por mantener la uniformidad y estabilidad en
sus criterios, dado que ello ciertamente impide que los ciudadanos tengan acceso
intelectivo al derecho (cognoscibilidad) y que puedan anticipar razonablemente las
consecuencias de actos estatales (calculabilidad). No permitir que el ciudadano
conozca las normas que rigen su vida ni que pueda saber cómo ellas serán
aplicadas por LAS AUTORIDADES lleva a la imposibilidad que el derecho cumpla
con su objetivo de orientar racionalmente las conductas. Y si no hay orientación
racional, entonces no hay un verdadero ejercicio de la libertad. Entonces, aquí no
basta apenas tomar en cuenta a la jurisprudencia en el contexto de la motivación
en cada caso concreto: es la propia jurisprudencia la que debe ser objeto de
estabilización a lo largo del tiempo.

La jurisprudencia no es fuente del derecho peruano y, por tanto, los jueces


no deben observarla por el hecho de que de las decisiones que la
componen puedan o deban extraerse normas obligatorias. No obstante, a
efectos de cumplir con los deberes de proveer una motivación adecuada y
con la promoción de la seguridad jurídica, la jurisprudencia debe ser tomada
en cuenta en la argumentación de la decisión y, además, todo juez debe
buscar que ella posea un grado de estabilidad mínimo.

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 LINKOGRAFIA

 https://legis.pe/supuestos-posible-inaplicar-precedente-vinculante/

 https://www.tc.gob.pe/tc/private/adjuntos/cec/publicaciones/publicacion/juris
_doctrina_constlaboral.pdf

 https://pirhua.udep.edu.pe/bitstream/handle/11042/1957/Poder_judicial_Vs_
Poder_ejecutivo_extralimito_Tribunal_constitucional_sentencia_casinos_tra
gamonedas.pdf?sequence=1

 https://legis.pe/supuestos-posible-inaplicar-precedente-vinculante/

 http://repositorio.uancv.edu.pe/handle/UANCV/421

 https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/4/1624/6.pdf

 https://www.tc.gob.pe/tc/private/adjuntos/cec/publicaciones/publicacion/juris
_doctrina_constlaboral.pdf

 http://www.etorresvasquez.com.pe/La-Jurisprudencia.html

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