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2 DE CRÓNICAS 6: DEDICACIÓN DEL TEMPLO

Publicaciones realizadas por ángeles que nos prestan sus alas


cuando se nos olvida cómo volar

2 de Crónicas 6:1 Entonces dijo Salomón: «Jehová ha dicho que él


habitaría en la oscuridad.

2 de Crónicas 6:2 Pero yo he querido edificarte una morada, un


lugar en que vivas para siempre».

2 de Crónicas 6:3 Luego el rey se volvió y bendijo a toda la


congregación de Israel, mientras toda la congregación de Israel
estaba en pie.

Cuando la gente recibió la bendición de Salomón, permaneció en


pie, cuando Salomón oró, él se arrodilló. Tanto el permanecer de
pie como el arrodillarse son actos de reverencia. Los actos de
reverencia nos hacen sentir más devotos y permiten que otros vean
que estamos honrando a Dios. Cuando usted permanece de pie o
se arrodilla en la iglesia o al orar, permita que estas acciones sean
más que meras formas tradicionales. Permita que indiquen su amor
por Dios.

2 de Crónicas 6:4 Y dijo: «Bendito sea Jehová, Dios de Israel, quien


con su mano ha cumplido lo que prometió con su boca a David, mi
padre, diciendo:

2 de Crónicas 6:5 “Desde el día que saqué a mi pueblo de la tierra


de Egipto, ninguna ciudad he elegido de todas las tribus de Israel
para edificar Casa donde estuviera mi nombre, ni he escogido otro
hombre para que fuera príncipe sobre mi pueblo Israel.

2 de Crónicas 6:6 Pero a Jerusalén he elegido para que en ella esté


mi nombre, y a David he elegido para que esté sobre mi pueblo
Israel”.

2 de Crónicas 6:7 David, mi padre, tuvo en su corazón edificar Casa


al nombre de Jehová, Dios de Israel.
2 de Crónicas 6:8 Pero Jehová dijo a David mi padre: “Respecto a
haber sentido en tu corazón el deseo de edificar una Casa a mi
nombre, bien has hecho en haber tenido esto en tu corazón.

2 de Crónicas 6:9 Pero tú no edificarás la Casa, sino un hijo tuyo,


salido de tus entrañas, él edificará la Casa a mi nombre”.[a]

2 de Crónicas 6:10 »Pues bien, Jehová ha cumplido su promesa:


me levanté yo en lugar de David, mi padre, y me he sentado en el
trono de Israel, como Jehová había dicho, y he edificado una Casa
al nombre de Jehová, Dios de Israel.

2 de Crónicas 6:11 En ella he puesto el Arca, en la cual está el


pacto que Jehová celebró con los hijos de Israel».

2 de Crónicas 6:12 Se puso luego Salomón delante del altar de


Jehová, en presencia de toda la congregación de Israel, y extendió
sus manos;

2 de Crónicas 6:13 pues Salomón había hecho un estrado de


bronce de cinco codos de largo, cinco codos de ancho y tres codos
de alto, y lo había puesto en medio del atrio; y poniéndose sobre él
se arrodilló delante de toda la congregación de Israel, extendió sus
manos al cielo y dijo:

Era inusual para un rey arrodillarse delante de otra persona frente


a su propio pueblo, ya que el arrodillarse significaba someterse a
una autoridad mayor. Salomón demostró su gran amor y respeto
por Dios al arrodillarse ante El. Con esta acción manifestaba
reconocer a Dios como Rey y autoridad suprema, y alentaba al
pueblo a hacer lo mismo.
2 de Crónicas 6:14 «Jehová, Dios de Israel, no hay Dios
semejante a ti en el cielo ni en la tierra, que guardas el pacto y
tienes misericordia con tus siervos que caminan delante de ti
de todo su corazón;

2 de Crónicas 6:15 que has mantenido a tu siervo David, mi


padre, la promesa que le hiciste; tú lo dijiste con tu boca, y con
tu mano lo has cumplido, como se ve en este día.

2 de Crónicas 6:16 Ahora, pues, Jehová, Dios de Israel, cumple


a tu siervo David, mi padre, lo que le has prometido, diciendo:
“Nunca faltará en mi presencia uno de los tuyos, que se siente
en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden su camino
andando en mi Ley, como tú has andado delante de mí”.[b]

2 de Crónicas 6:17 Ahora, pues, Jehová, Dios de Israel,


cúmplase la promesa que hiciste a tu siervo David.

2 de Crónicas 6:18 »Pero, ¿es verdad que Dios habitará con el


hombre en la tierra? Si los cielos y los cielos de los cielos no te
pueden contener, ¿cuánto menos esta Casa que he
edificado?[c]

Salomón se maravilló de que el templo pudiera contener el


poder de Dios y de que El estuviera dispuesto a vivir en la tierra
en medio de pecadores. Nosotros nos maravillamos de que
Dios, por medio de su Hijo Jesús, habitó entre nosotros en
forma de hombre para revelarnos sus propósitos eternos. Al
hacerlo, Dios nos estaba alcanzando con amor. Dios quiere
que también nosotros lo alcancemos en respuesta y lleguemos
a conocerlo. Sólo entonces lo amaremos con todo nuestro
corazón. No se maraville simplemente de su poder, tómese el
tiempo para conocerlo.
2 de Crónicas 6:19 Pero tú mirarás a la oración de tu siervo, y
a su ruego, Jehová, Dios mío, para oir el clamor y la oración
con que tu siervo ora delante de ti.

Cuando Salomón guió a su pueblo en oración, pidió a Dios que


escuchara las oraciones de su pueblo. Estas se referían a
diversas situaciones:

(1) crimen
(2) ataques enemigos
(3) sequía
(4) hambruna
(5) la afluencia de extranjeros
(6) guerra
(7) pecado

Dios se interesa por cualquier cosa que nos toque enfrentar,


aun las circunstancias difíciles que nosotros mismos
provocamos. Quiere que nos volvamos a El en oración. Al orar,
recuerde que Dios lo escucha. No permita que lo extremo de
su situación le haga dudar acerca del interés de Dios por usted.

2 de Crónicas 6:20 Que tus ojos estén abiertos sobre esta


Casa de día y de noche, sobre el lugar del cual dijiste: “Mi
nombre estará allí”.[d] Escucha la oración con que tu siervo ora
en este lugar.

2 de Crónicas 6:21 Asimismo escucha el ruego de tu siervo y


de tu pueblo Israel, cuando en este lugar hagan oración.
Escucha desde los cielos, desde el lugar de tu morada;
escucha y perdona.

2 de Crónicas 6:22 »Cuando alguno peque contra su prójimo,


y se le exige juramento, si viene a jurar ante tu altar en esta
Casa,
2 de Crónicas 6:23 tú oirás desde los cielos, actuarás y
juzgarás a tus siervos, dando la paga al impío, haciendo recaer
su proceder sobre su cabeza, y justificando al justo, al darle
conforme a su justicia.

2 de Crónicas 6:24 »Cuando tu pueblo Israel sea derrotado


delante del enemigo por haber pecado contra ti, si se convierte
y confiesa tu nombre, si ruega delante de ti en esta Casa,

2 de Crónicas 6:25 tú oirás desde los cielos, perdonarás el


pecado de tu pueblo Israel y les harás volver a la tierra que les
diste a ellos y a sus padres.

2 de Crónicas 6:26 »Cuando los cielos se cierren y no haya


lluvias, por haber pecado contra ti, si oran a ti en este lugar y
confiesan tu nombre, si se convierten de sus pecados cuando
los aflijas,

¿Por qué supuso Salomón que la sequía vendría como


resultado del pecado? El pecado no es necesariamente la
causa directa de los desastres naturales de la actualidad, pero
este era un caso especial. Dios había hecho un pacto
específico con los israelitas en el que se establecía que la
sequía podía ser una consecuencia de sus pecados.

2 de Crónicas 6:27 tú los oirás en los cielos y perdonarás el


pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, les enseñarás el
buen camino para que anden en él y enviarás lluvia sobre tu
tierra, la que diste por heredad a tu pueblo.

2 de Crónicas 6:28 »Cuando haya hambre en la tierra, o


pestilencia, o las plantas se sequen por el calor, o sean
atacadas por hongos, las langostas o el pulgón; cuando los
sitien sus enemigos en la tierra donde habiten; cualquier plaga
o enfermedad que sea;
2 de Crónicas 6:29 toda oración y todo ruego que haga
cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cualquiera que
conozca su llaga y su dolor en su corazón, si extiende sus
manos hacia esta Casa,

2 de Crónicas 6:30 tú oirás desde los cielos, desde el lugar de


tu morada; perdonarás y darás a cada uno conforme a sus
caminos, habiendo conocido su corazón; porque sólo tú
conoces el corazón de los hijos de los hombres;

¿Alguna vez se ha sentido lejos de Dios, separado por


sentimientos de fracaso y por problemas personales? En su
oración, Salomón recalca el hecho de que Dios está dispuesto
a escuchar a su pueblo, a perdonar sus pecados y a restaurar
su relación con El. Dios espera y escucha nuestras
confesiones de culpabilidad y nuestra disposición a
obedecerlo. Dios nos oye cuando derramamos nuestras
necesidades y problemas ante El y está listo a perdonarnos y
a restaurar nuestra comunión con El. No pierda tiempo para
experimentar su perdón amoroso.

2 de Crónicas 6:31 para que te teman y anden en tus caminos,


todos los días que vivan sobre la faz de la tierra que tú diste a
nuestros padres.

2 de Crónicas 6:32 »También al extranjero que no sea de tu


pueblo Israel, que haya venido de lejanas tierras a causa de tu
gran nombre y de tu mano poderosa, y de tu brazo extendido,
si viene y ora hacia esta Casa,

2 de Crónicas 6:33 tú oirás desde los cielos, desde el lugar de


tu morada, y harás conforme a todas las cosas por las cuales
haya clamado a ti el extranjero; para que todos los pueblos de
la tierra conozcan tu nombre, te teman como tu pueblo Israel,
y sepan que tu nombre es invocado sobre esta Casa que yo he
edificado.
2 de Crónicas 6:34 »Cuando tu pueblo salga a la guerra contra
sus enemigos por el camino que tú le envíes, y ora a ti hacia
esta ciudad que tú elegiste, hacia la Casa que he edificado a
tu nombre,

2 de Crónicas 6:35 tú oirás desde los cielos su oración y su


ruego, y ampararás su causa.

2 de Crónicas 6:36 »Cuando pequen contra ti (pues no hay


hombre que no peque), y te enojes contra ellos, y los entregues
a sus enemigos, para que sus conquistadores los lleven
cautivos a otras tierras, lejos o cerca,

«Pues no hay hombre que no peque». La Biblia establece


claramente que nadie está exento del pecado, ni siquiera los
reyes designados por Dios. El pecado es una condición que
todos experimentamos y que todos debemos reconocer, como
lo hizo Salomón. Cuando tomamos conciencia de que hemos
pecado, rápidamente deberíamos pedirle a Dios que nos
perdone y restaure. Sabiendo que tendemos a pecar,
deberíamos mantenernos cerca de Dios, buscando su guía y
fortaleza. Esta verdad se menciona también en el Salmo 14:3,
Eclesiastés 7:20 y Romanos 3:23.

2 de Crónicas 6:37 si ellos vuelven en sí en la tierra adonde los


hayan llevado cautivos; si se convierten y oran a ti en la tierra
de su cautividad, y dicen: “Pecamos, somos culpables,
impíamente hemos actuado”;

2 de Crónicas 6:38 si se convierten a ti de todo su corazón y


de toda su alma en la tierra de su cautividad, donde los hayan
llevado cautivos, y oran hacia la tierra que tú diste a sus
padres, hacia la ciudad que tú elegiste, y hacia la Casa que he
edificado a tu nombre;
2 de Crónicas 6:39 tú oirás desde los cielos, desde el lugar de
tu morada, su oración y su ruego, ampararás su causa y
perdonarás a tu pueblo que pecó contra ti.

2 de Crónicas 6:40 »Ahora, pues, Dios mío, te ruego que estén


abiertos tus ojos y atentos tus oídos a la oración en este lugar.

2 de Crónicas 6:41 »Jehová Dios, levántate ahora para habitar


en tu reposo, tú y el Arca de tu poder; Jehová Dios, sean
vestidos de salvación tus sacerdotes, y tus santos se regocijen
en tu bondad.

2 de Crónicas 6:42 Jehová Dios, no rechaces a tu ungido;


acuérdate de tus misericordias para con tu siervo David».[e]

Mucho puede ser aprendido de la oración de Salomón. Véanse


el texto y las notas a 1 de Reyes 8:22-61 para un examen más
detallado de esta plegaria

Desciende el fuego de Dios. La oración. Cuando Salomón


dedicó el templo, que había construido para que Dios pudiera
habitar entre su pueblo, presentó ante el Señor peticiones
relacionadas con muchas situaciones que ocuparían a Israel
en el futuro: el pecado, los enemigos, el perdón, la sequía, la
plaga, la guerra, la cautividad, etc. Cada petición era seguida
por un ruego para que Dios escuchara y respondiera a las
oraciones israelitas.

Cuando se terminaron las peticiones de Salomón, Dios


demostró dramáticamente su aprobación del templo y su
aceptación de las oraciones de Salomón. Un relámpago de
fuego descendió del cielo, consumiendo los sacrificios y las
ofrendas. Entonces la gloria de Dios llenó el templo.

Aquí hay lecciones para nosotros, porque ahora Dios habita en


el templo de nuestro corazón. Si le buscamos, él
instantáneamente viene a nuestro lado. Su fuego santo
desciende en el momento en que ponemos nuestras mejores
ofrendas sobre el altar. Siempre que le hacemos un lugar a
Dios, ¡éste se llena de su gloria!

La dedicación del templo

En un análisis detallado del pasaje se nota lo siguiente: El


cronista establece el contraste entre 5:14 y 6:1 para indicar el
insoportable resplandor del sol y la impenetrable oscuridad del
santuario en el cual se encontraba depositada el arca. Según
la religión judía, había un buen equilibrio entre la
transcendencia y la inmanencia divinas. El hombre finito puede
acercarse al Dios infinito. Esto fue posible más tarde en la
persona de Cristo. Cuando Salomón habló con Dios, su rostro
estaba dirigido hacia el templo y la nube divina.

El corazón del discurso de dedicación es una alabanza a Dios


por el cumplimiento de su promesa a David al confirmarle como
sucesor de su padre y por la aceptación divina del templo
construido para su gloria. Tal como afirmara el cronista en 1 de
Crónicas 22:1, la alabanza de Salomón incluía su gratitud
porque Dios había escogido Jerusalén como lugar de su
morada (versículo 6) y a David y a su simiente como herencia.
La noción de que Jehová hizo un pacto con los hijos de Israel
y “con nuestros padres” podría referirse a la intención divina de
tener un reino unido bajo el trono de David.

La oración de Salomón y celebraciones

El cronista se ocupa de algunos detalles minuciosos al registrar


la oración dedicatoria de Salomón. él sabe que el reino bajo su
administración no le corresponde; por lo tanto, humildemente
se mantiene en pie delante del altar, sobre la plataforma de
bronce y alaba al Señor por su grandeza al mantener su pacto
con sus siervos fieles, en particular como lo hiciera antes con
David y sus hijos.
La afirmación: …como tú has andado delante de mí tiene una
lectura diferente en 1 de Reyes 9:4. Al añadir “con integridad
de corazón y con rectitud”, Salomón pide que Dios haga de la
casa de Jehová un lugar donde él y su pueblo puedan
encontrarse con él, obtener respuesta a sus oraciones y
perdón; luego, pide que Dios oiga y conteste siete oraciones
específicas y concluye su oración.

La primera de las siete oraciones específicas consiste en el


juramento de inocencia, por el cual Salomón pide a Dios que
confirme con alguna acción concreta la supuesta inocencia del
justo, y que condene a aquellos que pretenden ser inocentes
siendo culpables. Un testimonio en casos dudosos era
confirmado con un juramento ante el altar. La segunda consiste
en suplicar por el perdón y la restauración, a fin de superar la
derrota y el exilio por causa del pecado del pueblo.

La tercera consiste en pedir perdón y que Dios mande lluvia


para superar la sequía de la tierra por causa del pecado.
Cuando los cielos están cerrados es una expresión crítica para
un pueblo que vivía de la agricultura. No hay duda alguna que
un fenómeno natural pudo haber sido causado por problemas
morales. Israel sufría de sequías en tiempos de apostasía. La
cuarta consiste en orar por perdón y ausencia de plagas en la
tierra para que no haya hambre, pestilencia o cualquier otro
tipo de aflicción.

En la quinta, Salomón pide que Dios escuche la oración del


extranjero que no sea de su pueblo Israel, para que Dios
otorgue perdón y conocimiento. La sexta es una oración
intercesora por la oración de los soldados cuando salgan al
campo de batalla. Salomón pide que Dios les dé la victoria
cuando entren en combate. Desde el comienzo, el santuario de
Israel fue designado para convertirse en “una casa de oración
para todos los pueblos”x.
El propósito de la elección de Israel consistía en ser un
instrumento en la proclamación del conocimiento universal de
Dios. Los israelitas experimentaron la soledad del cautiverio,
como extranjeros en Babilonia. Ahora de regreso en Jerusalén,
les era fácil recordar aquellos momentos nostálgicos vividos
sin la comunión del pueblo de Dios y sin templo.

Los judíos, desde el siglo VI, pensaban mucho en sus


hermanos en la dispersión o diáspora, porque la soledad fuera
de la patria se agudiza en medio del dolor, la adversidad y la
guerra. La séptima es la oración de un pueblo arrepentido en
el cautiverio por causa de sus pecados.

En la conclusión de su oración Salomón pone en claro dos


peticiones más: Primero, pide que Dios tome posesión de su
morada en el templo, a fin de que sus sacerdotes al participar
de su gloria sean revestidos de salvación y que sus fieles se
regocijen en el bien. El lugar de tu reposo infería la morada
permanente de Dios entre su pueblo. Segundo, pide que Dios
no rechace a su ungido, el rey; al contrario, que su misericordia
prevalezca para con los hijos de David.

Cuando… terminó de orar Dios respondió dramáticamente.


Primero, envió fuego del cielo, consumiendo los sacrificios
ofrecidos, tal como el fuego que descendió del cielo para
consumir los sacrificios de David mientras los ofrecía en la era
de Ornán. Un paralelo de este fuego que consumió el
holocausto y los sacrificios se encuentra en Levítico 9:23-24;
6:12-13. Parece que Dios mismo consagró el templo como el
único lugar para el sacrificio cuando prendió el fuego y
consumió el holocausto y los sacrificios. Segundo, Dios mismo
llenó el templo con su gloriosa presencia.

Evidentemente, al enviar el fuego que devoró los sacrificios,


Dios se rodeó del fuego y de la nube que llenó el interior del
templo. Los sacerdotes no pudieron ejercer su ministerio, tanto
por el fuego que había descendido como por la presencia
consumidora de Jehová en su templo. El elemento
sobrenatural se dio en el hecho de que tanto fuego no
incendiara todo el templo.

Esta doble manifestación por parte Dios inspiró reverencia,


adoración y gratitud entre los judíos, conduciéndolos a la
postración sobre sus rodillas y repitiendo la ya familiar
afirmación: Porque él es bueno, para siempre es su
misericordia.

En el paralelo de 1 Reyes se encuentra un añadido omitido


aquí por el cronista, en el cual Salomón bendice a la
congregación: “Que estas palabras mías con que he suplicado
delante de Jehová, estén cerca de Jehová nuestro Dios, de día
y de noche…”.

En las celebraciones que siguieron, los 22.000 toros, las


120.000 ovejas ofrecidas en sacrificio reciben confirmación en
1 de Reyes 8:63. Allí se hace mención de los sacrificios de paz
que serían consumidos por el pueblo durante los quince días
de celebraciones.

Los sacerdotes estaban de pie en sus puestos de servicio es


una afirmación categórica de cuán importante era la ocasión
para los que ministraban en el nombre de Jehová. El estar de
pie indica una actitud de alerta ante el sagrado deber de
siervos. Los músicos levitas reafirmaban su confianza en el
Dios de toda misericordia mientras todo el pueblo de pie se
mantuvo extático adorando al Señor. Según el versículo 7, los
holocaustos y los sebos de los sacrificios de paz eran ofrecidos
como una anticipación a los sacrificios por el pecado.

Salomón había postergado la dedicación del templo por algún


tiempo, con el fin de relacionarlo con la celebración de la siega
y de los primeros frutos, cuando con motivo de la fiesta de los
tabernáculos todo Israel estaría peregrinando en Jerusalén,
según Exodo 23:16-17. Es así como desde Lebohamat en el
Líbano, hacia el río Eufrates en el noroeste, hasta el wadi o
arroyo de Egipto hicieron fiesta (versículo 8). En el octavo día
tuvo lugar la asamblea festiva. Este octavo día debe
entenderse como el octavo día de la segunda semana, al
término del cual los israelitas fueron enviados alegres a sus
hogares y con el corazón gozoso por la bondad que Jehová
había hecho a David, a Salomón y a su pueblo Israel.

Donde Dios habita

Antiguo Testamento
En la oscuridad
En un santuario
En medio de Israel
En el templo
En las alabanzas
En Sion
Nuevo Testamento
En luz inaccesible
No en templos hechos de manos humanas4
En medio de los que se reúnen en su nombre
En cada hijo de Dios
En el culto cristiano
En el templo del cielo

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