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A ABUSOS SEXUALES A MENORES Lo que recuerdan de mayores FELIX LOPEZ inusTeRIO DE TRABAIO VASUNTOS SOCIALES tenden cuantificar la frecuencia de los abusos, el tipo de abusos y sus efectos a corto y largo plazo. Para ello se hacen comparaciones entre grupos que han sufrido abusos y grupos que no los han sufrido, se estudian muestras especiales en los que supuestamente los abusos han actuado como uno de los factores desencadenantes 0 concomitantes (depresivos, delincuenies, prostitutas, etc.) La revision ded y Fin Ke AGD(1986) recoge todos fos trabajos mas importantes de est@ periods. Mas recientemente Wyatt y Powell (4988) han presentado excelente recopilacién sobre este tema en ta que colaboran los mejores especialistas mundiales. En la bibliogratia de este informe pueden encontrarse citadas otras muchas revisiones, En castellano nosotros mismos hemos hecho una revisién de estas investigaciones (Lopez y Arnaez, 1989). En Espafa, como en otros muchos paises, incluidos los de’ nuestro entorno —paises occidentales ricos— careciamos de un estudio des- criptivo que nos permitiera conocer la intidencia y los efectos de los abusos, asi como todos los factores asociados a estas conductas y sus consecuencias, Creemos que el presente informe tiene por ello un valor hist6rico considerable. BD) Fase de construccin cde modelos explicativos Desde finales de los afios ochenta se esta intentando aplicar mode- Jos que expliquen los efectos de los abusos sexuales solore las victimas, asi como modelos que expliquen la conducta de los agresores. En esta fase, que podriamos etiquetar de actual, no han dejado de tener sentido los eswudios clinicos y descriptivos, sino que manteniendo y hasta potenciando éstos se intenta explicar la conclucta de los agre- sores y los efectos de los abusos en las victimas. Estos modelos estan atin en discusién, destacando las propuestas de Finkelhor (1986) para explicar In conducta de los agresores (Lopez, 1989) y la de Courtis (1986), Donaldson y Gardner (1985) y el propio Finkelhor (1988) para explicar los efectos de Jos abusos sexuales. Estos modelos explicativos los presentamos de forma resumida un poco mas adelante. 3. REVISION DEL TEMA - 3.1. Qué debe entenderse por abuso sexual a menores? El primer problema con que nos encontramos es la ausencia de un concepto de abuso sexital a menores suficientemente preciso y acepta- do por la comunidad cientifica. Los investigadores difieren en los ctiteriores de edad y el tipo de relaciones que deben ser incluidos uM dentro de este concepto; algunos estudios ni siquiera indican qué entienden por abuso sexual. Tres crifertos son los mas utilizados: la edad de la victima y del agresor, las conductas que el agresor pone en juego para someter a la victima y el upo de conducts sexuales que tienen lugar entre ambos. La mayor parte de los autores usan, como criterio de eclad meéxima de la victima, los 15 6 17 aios. Por encima de esta edad las mismas conductas no deberian ser consideracos abusos sexuales a menores, sino violaciGn 0 acoso sexual, El agresor debe tener entre 5p 10 afios mas que la victima. Algunos autores precisan este criterio exigienclo 5 afios de diferencia entre el agresor y la victima cuando ésta tenga menos de 12 afios, y 10 afios de diferencia cuando ésta supere dicha edad. Algunos autores, ademés, piensan que solo debe hablarse de abuso sexual si el agresor tiene, en todo caso, més de 15 afios. Otros piensan, ademas, que el empleo de la fuerza, la presion o el engafio, con menores, independientemente de la edad del agresor, también debe ser considerado abuso sexual. Por ello, pueden darse también abusos sexuales entre nifios de la misma o parecida edad, aunque estas conductas son menos frecuentes y de efectos, también, menos severos, Ias conductas abusivas pueden implicar 0 no ‘contacto fisico, discrepando también en este sentido distintos investigadores. El contac- to fisico incluye toda conducta en la que el agresor toque zonas de claro significado sexual (caricias de pecho o genitales, coito vaginal, anal u oral, etc.). Otras conductas, aunque no incluyen contacto fisico, pueden también tener caracter abusivo, como el exhibicionismo, fa peticion expresa de realizar actividades sexuales, etc. Desde nuestro punto de vista, los abusos sexuales deben ser defini dos a partir de dos grandes conceptos, el de coerciony el de asimetria de edad. Lalfoercion (con fuerza fisica, presion 0 engafio) debe ser considerada, por si misma, ctiterio suficiente para que una conducta sea etiquetada de abuso sexual a menor, independientemente de ta edad del agresor. La asimetiia de edadlimpide la verdacera libertad de decision y hace imposible~bna actividad sexual comin, ya que los participantes tienen experiencia, grado de madurez biolégica y expec- tativas muy diferentes. Esta asimetria supone en si misma un poder que vicia toda posibilidad de relaci6n igualitaria. Por consiguiente, consideramos que siempre que exista coercion o asimettia de edad (oO ambas cosas a la vez), en el sentido propuesto, entre una persona menor y cualquier otra, las conductas sexuales deben ser consideradas abusivas. Este concepto nos merece, al menos, dos precisiones: a) Estas consideraciones no estin hechas desde Ia perspectiva 15 penal o de los castigos que pudiera merecer el agresor, sino desde las consecuencias que la conducta de abuso puede tener en la victima. b) El concepto de abuso sexual, salvo en el caso del incesto que clebe ser consideraclo como un hecho basicamente universal, es fundamentalmente una construccién social, que depende de los valores y normas de cada sociedad. De forma que deter- minadas pricticas 0 sitos de iniciacion que pueden estar bien vistos 0 incluso ser obligatorios en determinadas culturas serfan, sin duda, etiquetados como abusos a menores y perse- puidos en nuestra sociedad, Pero no hemos de caer en el error de por ello decir que como -es cultural, lo mejor es que seamos permisivos con estas practicas, La »naturaleza: no existe sino en forma de una u otra construccién cultural y entre nosotros el significado de estas conductas es frecuentemente traumitico y sus efectos, como veremos, no deseables. No deja de ser paradégico que en nuestra cultura los adultos estén muy dispuestos 2 Tiegar fa Sekualidid”infanul’y, 4a vee, una pare de Estos los tome comd Objets de satislaccion séxtial” Creemos que los adultos deberia- mos aceptar méjor la sexualidad ifantil, que es rica y tiene caracteris- ticas propias (Lopez y Fuertes, 1989), y, a la vez, resolver nuestras necesidades en interaccién con personas adultas con las que podemos mantener relaciones igualitarias, no de control, dominacién o engafio. Lo que sabemos sobre los agresores y sobre los efectos de estas conductas nos hace ser firmes partidarios de cuanto acabamos de decic y, por ello, desde el principio hemos hablado de agresores y de victimas, aunque, como veremos mis adelante, algunas experiencias sexuales entre adultos y nifios no parecen haber tonido efectos trau- maiticos. Solsre ello volveremos al comentar los datos. 3.2. Creencias erréneas Como en todos los temas tabiies, existen numerosas creencias en toro a los abusos sexuales infantiles. Estas contribuyen a ocultar el problema y tranquilizar a quienes no desean afrontarlo. Vedmoslas brevemente. Muchas personas piensan que los abusos sexisales no existen 0 son muy infrecuentes, Siempre que en nuestras clases, charlas 0 conferen- clas hemos citado algtin dato, hemos observado rostros de increduli- dad. Sin embargo, la frecuencia, como veremos enseguida, es muy elevada. Ota opinién muy extendicla se refiere a los agresores. La mayor parte de las personas creen que éstos son personas con graves 16 patologias o con desviaciones sexuales. Pero casi todos los abusos sexuales son cometidos por sujetos aparentemente normales. También es usual creer que si los abusos sexuales ocurrieran en nuestro entorno inmediato, nos enteratiamos. La realidad, por contra, es bien distinta. La mayor parte de los casos de abusos sexuales no son conacidos por las personas mas cercanas a las victimas. Estas tienden, con mucha frecuencia, a ocultarlos. Frecuentemente se cree también que los abusos sexuales a menores sélo ocurren en ambientes muy especiales, asociindolos con la pobre: za, baja cultura, etc, Es posible que en ceterminados ambientes sean mis frecuentes, pero los datos confirman que estan presentes en todas las clases sociales, zonas geograficas, etc. Como los adultos nos solemos resistir a la evidencia de estos hechos, no es infrecuente tampoco la tendencia a creer que los nifios, cuando los cuentan, no dicen la verdad o que estén fantaseanclo, Por el contrario, cuando un nifto dice que ha sido objeto de estas coneduc- tas, practicamente siempre dice la verdad y, por consiguiente, debemos creerle, También pareceria razonable creer que si la madre de un nifio se enterara de que su hijo ha sido objeto de un abuso sexual, no lo consentiria y lo comunicaria a alguien o lo denunciaria, Pero, en contra de lo esperado, sobre todo si el agresor es un miembro de la propia familia, bastantes madres reaccionan ocultando los bechos, En bastan- tes casos, en especial cuando Ia hija es objeto ce abusos sexuales por parte del padre, las madres participan de una u otra forma en los hechos, a veces, incluso invitando al padre de forma mAs o menos explicita. De esta forma, no es infrecuente que la madre desempefie un rol facititador del incesto con el fin de xetener al marido y obtener seguriclac! familiar; se trata, normalmente, de madres muy dependientes del maricto o con relaciones sexuales insatisfactorias con él. También es erréneo creer que en la actualidad bay mas abusos a menores que antes, No sabemos cudintos se daban en el pasado, si gue.no eran infrecuentes, Lo que es indudablemenie cierlo es que Ghora. son estudiacos, mientras en el pasado este tema era tabi, incluso para la mayor parte de los profesionales. Tampoco es correcto creer que los agresores son casi siempre familiares © casi siempre desconocidos. Los agresores pueden tener relaciones cde muy diversos tipos con la victima y no conviene hacer simplificaciones err6neas, Entre quienes trabajan en sexualidad es frecuente escuchar acusa- ciones mas 0 menos explicitas en las que se dice que no se debe estar obsesionado con este tema porque en el fondo no es tan importante © incluso porque es totalmente discutible 0 pernicioso plantearlo abiertamente. También esto es para nosotros una creencia errénea, Creemos que la mejor cura contra la obsesion es la correcta informa: v7

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