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Historia 1º medio

Unidad 2: La conformación del Estado-


nación en Chile y el mundo
Esta unidad tiene como objetivo analizar los procesos de construcción de los Estados
nacionales durante el siglo XIX y su relación con la difusión de las ideas liberales. Este
proceso histórico se aborda considerando criterios de sucesión y simultaneidad entre
Europa, América y Chile.

La unidad desarrolla, en primer lugar, las ideas republicanas y liberales y su relación con
las oleadas revolucionarias y las transformaciones políticas de América y de Europa
durante el siglo XIX y explica el rol y protagonismo de la burguesía en estos cambios. En
segundo lugar, se expone cómo durante el siglo XIX Europa y América Latina se organizan
en torno al concepto de Estado-nación, buscando unificar el territorio y las tradiciones
culturales a partir del principio de soberanía y el sentido de pertenencia a una comunidad
política. Finalmente, se caracteriza la formación y consolidación de la república en Chile,
considerando las distintas visiones que surgieron para organizar el país y las diversas
iniciativas llevadas a cabo para expandir y profundizar la idea de nación.

Índice de la unidad

1.1
El ideario republicano y liberal
Tema 1: El pensamiento liberal y la cultura burguesa

Tanto los ideales de la Ilustración como la Revolución francesa que se


expandieron en el siglo XVIII fueron fundamentales en los procesos
políticos que se desarrollaron en Europa y América durante el siglo XIX y
en la conformación del liberalismo, doctrina política, económica y social
que promovió las libertades civiles y la limitación del poder del
Estado. Estas ideas fueron la base para el desarrollo de los sistemas de
gobierno republicanos, caracterizados por la incorporación de principios
que perdurarán hasta nuestros días, como el imperio de la ley
(Constitución), la protección de los derechos ciudadanos y la soberanía
popular.

1.1.1 El liberalismo político


Tuvo sus orígenes en filósofos liberales y pensadores ilustrados del siglo
XVIII, quienes consideraban que el ser humano tenía por nacimiento los
derechos de libertad, igualdad y propiedad y que, para resguardar esos
derechos, era necesaria una Constitución o cuerpo fundamental de leyes
que definiera las relaciones entre el individuo y el Estado.
El filósofo inglés John Locke fue uno de sus pensadores más
destacados; criticó el absolutismo y defendió el derecho de rebelión
frente a la tiranía. Pensaba que el poder debía dividirse: unos debían
aprobar las leyes (poder legislativo) y otros debían gobernar (poder
ejecutivo). Así se evitaría la concentración del poder y se garantizarían
las libertades públicas e individuales. También postuló que si el poder se
usaba mal, los súbditos tenían derecho a rebelarse.
En la siguiente fuente, Locke explica cómo debe funcionar el pacto social
entre los individuos y el gobernante:
El poder del pueblo
Al ser todos los hombres por naturaleza libres, iguales e independientes,
nadie puede ser desposeído de esta condición ni ser sometido al poder
político de otro sin su propio consentimiento. La única manera de que uno
renuncie a su libertad natural es entendiéndose con los demás para
agruparse y formar una comunidad destinada a procurar a todos bienestar,
seguridad y paz (…) el fin principal que persiguen los hombres al constituir
Estados y al someterse a un gobierno es la salvaguarda de su propiedad
(…). Cuando el pueblo o un particular se encuentra privado de sus
derechos o sometido al ejercicio de un poder legítimo, como no le queda
más recurso en la Tierra, tiene la facultad de rebelarse (…). Dios y la
naturaleza no pueden autorizar jamás una renuncia que implique
desprecio de la propia salvaguarda.

Locke, J. (2008). Ensayo sobre el poder civil. Madrid, España: Alianza. (Original de 1680).

Los legados de la Independencia de Estados Unidos y la Revolución


francesa a fines del siglo XVIII fueron fundamentales en el desarrollo
político de Europa y América durante el siglo XIX. A partir de estos
procesos, en los que se aplicaron por primera vez los principios
filosóficos y políticos de la Ilustración, se definieron los principios ideales
del liberalismo político que dieron lugar a los Estados liberales en el
siglo XIX. La mayoría de los Estados europeos y los nuevos Estados
americanos incorporaron estos principios en sus regímenes políticos.
Entre ellos destacan:
 Soberanía popular: de acuerdo a este principio, propuesto por
Jean-Jacques Rousseau en su obra El contrato social (1762), el
poder reside y emana del pueblo o nación, por lo que el gobernante
debe cumplir la voluntad popular. En otras palabras, los
ciudadanos depositan en las autoridades el ejercicio de la
soberanía, a través de elecciones periódicas (sufragio).

 División de los poderes del Estado: principio que deriva de los


postulados de Charles-Luis de Secondat, barón de Montesquieu.
En su obra más importante, El Espíritu de las Leyes (1748),
sostiene que las funciones ejecutiva, legislativa y judicial del
Estado deben estar separadas, para asegurar la existencia de
controles y equilibrios que limiten las facultades de los gobernantes
y evitar así la concentración del poder en manos de una sola
persona.
 Igualdad ante la ley: principio que reconoce la igual naturaleza y
atributos esenciales de todos los seres humanos tanto en lo
jurídico como en lo político, es decir, todos los ciudadanos son
iguales ante la ley y el Estado. Para cumplir lo anterior debe existir
una Constitución –Carta Fundamental– que defina las
responsabilidades de las autoridades y los derechos y deberes de
los ciudadanos.
Para saber más
John Locke (1632-1704), pensador y filósofo inglés, ejerció una gran
influencia en el pensamiento político, social y religioso de la Ilustración
europea. Sus obras fundamentales fueron el Ensayo sobre el
conocimiento humano (1690), los Dos tratados sobre el gobierno
civil (1690) y las Cartas sobre la tolerancia (1689).
Su obra fue el fundamento del liberalismo político. Criticó el
absolutismo y defendió el derecho de rebelión frente a la tiranía. Pensaba
que el poder debía dividirse: unos debían aprobar las leyes (poder
legislativo) y otros debían gobernar (poder ejecutivo). Si el poder se
usaba mal, los súbditos tenían derecho a rebelarse. Opinaba que los
hombres son libres e iguales por naturaleza, pero para mantener esos
principios era preciso un derecho político basado en un pacto social.

► Kniller, G. (1697). Retrato de John Locke. San Petersburgo, Rusia: State Hermitage Museum.

1.1.2 Las expresiones políticas del liberalismo


La expansión de las ideas liberales y la demanda por establecer
regímenes que terminaran con el poder absoluto de los reyes y
fomentaran las libertades públicas y la representatividad en la elección
de los gobernantes, impulsó una serie de cambios en el ámbito político,
siendo sus expresiones más importantes:
 El parlamentarismo: sistema de gobierno que se caracterizó por
la supremacía del Poder Legislativo por sobre el Ejecutivo. Surgió
en Inglaterra en el siglo XVII, cuando este país adoptó
una monarquía parlamentaria, aplicando principios republicanos
como la división de poderes y la soberanía. Ejemplo de lo anterior
es la Declaración de Derechos aprobada por el Parlamento inglés
en el año 1689, documento que logró someter a los poderes del rey
al Parlamento, sobre todo en materia fiscal y política exterior.
El triunfo del parlamentarismo en Inglaterra.
En estas circunstancias, los llamados Lores y los Comunes […]
constituyendo la representación plena y libre de la nación […], declaran:
1.º Que el pretendido poder de la autoridad real de suspender las leyes o
de ejecutar leyes sin el consentimiento del Parlamento es ilegal.
2.º Que el pretendido poder de la autoridad real de conceder las leyes y de
ejecutarlas […] es ilegal. […]
6.º Que las elecciones de los miembros del Parlamento deben ser libres.
[…]
9.º Que ni la libertad de palabra, ni la de los debates o procesos en el seno
del Parlamento puede ser coartada […].
10.º Que para encontrar […], corregir, […] las leyes, es necesario reunir
frecuentemente el Parlamento.

Declaración de Derechos aprobada por el Parlamento inglés en 1689 (Bill of Rights).

Posteriormente este sistema fue adoptado por diversos países, tanto con
regímenes monárquicos como republicanos.
El objetivo principal de este sistema que se expandió por Europa
fue contrarrestar el poder de una autoridad absoluta, mediante un
Parlamento donde se discutieran las leyes y se controlara a las
autoridades nombradas por el rey o el presidente.
Los gobiernos parlamentarios se caracterizaron por organizar el poder de
la siguiente manera:

 Constitucionalismo: movimiento que tuvo como principal finalidad


limitar el poder de la autoridad a través de la instauración de un
cuerpo de leyes que reconociera y definiera la relación de las
libertades individuales, la organización del Estado y sus
instituciones, y regular así la vida en sociedad dentro de cada
Estado. De este modo, durante el siglo XIX muchos países –tanto
monarquías como repúblicas–se organizaron a partir de una
Constitución que les aseguraba la prevalencia de las leyes por
sobre el arbitrio de los individuos.
El siguiente esquema muestra las principales atribuciones de una
constitución:
 El reconocimiento de los derechos individuales: surge a partir
del principio ilustrado que establece que el individuo está por
encima de todo aspecto colectivo gozando del derecho inviolable
de la libertad, la que funciona como garantía frente a la intromisión
del Estado en la vida de las personas.
Este principio fue recogido en uno de los documentos más
importantes de la historia contemporánea occidental: la Declaración
de Independencia de los Estados Unidos. En este escrito las trece
colonias de América del Norte proclamaron los derechos
fundamentales de libertad e igualdad ante el Reino Unido de Gran
Bretaña.
Declaración de Independencia de los Estados Unidos
Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son
creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos
inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la
felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los
hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del
consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de
gobierno se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el
derecho a reformarla o abolirla e instituir un nuevo gobierno que se funde
en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio
ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad.

Declaración de Independencia de los Estados Unidos, 1776.

El respeto y resguardo de la libertad individual implicaba garantizar


los siguientes derechos:

 El abolicionismo: a pesar que durante gran parte del siglo XIX la


esclavitud fue una práctica aceptada por la mayoría de las
potencias europeas como estrategia para conseguir mano de obra
en sus colonias, desde fines del siglo XVIII se había ido formando
una corriente de opinión antiesclavista que se basaba en los
postulados de libertada defendidos durante la Revolución
Francesa. La nación europea pionera en avanzar en la abolición de
la esclavitud fue Inglaterra, que en 1807 prohibió el comercio de
esclavos en las colonias inglesas.
Los movimientos abolicionistas en Europa, y también en América,
se consolidaron en la segunda mitad del siglo XIX, logrando a fines
de siglo terminar con la esclavitud en la mayoría de los países
occidentales.
El enfrentamiento entre esclavistas y abolicionistas fue
especialmente agudo en Estados Unidos. El Congreso
estadounidense aprobó entre 1865 y 1870 varias enmiendas a la
Constitución que abolían la esclavitud y declaraban que no se podía
negar el derecho al voto por razón de «raza, color o condición previa
de servidumbre». También se aprobó la Ley de Derechos Civiles de
1866, que reconocía la ciudadanía a toda persona nacida en
Estados Unidos, con lo que, indirectamente, se garantizaba la
ciudadanía a los antiguos esclavos. Los blancos sureños
consideraron estas medidas como una seria amenaza para su
supremacía. Los legisladores sudistas promulgaron Códigos
Negros en 1865 y 1866, destinados a mantener la segregación y la
discriminación racial por ley.
También en las grandes ciudades industriales del Norte, hacia
donde se trasladaron importantes contingentes de población negra,
se crearon formas de discriminación y exclusión social que dieron
lugar a sangrientas revueltas a comienzos del siglo XX. La lucha
contra la segregación racial culminó, desde el punto de vista legal,
con la Ley de Derechos Civiles de 1964, que, junto a varias
decisiones del Tribunal Supremo, prohibió cualquier forma de
racismo o discriminación legal en Estados Unidos.
La siguiente ilustración refleja el triunfo que significó para la
población negra poder votar luego las enmiendas realizadas a la
Constitución entre los años 1865 y 1870.
► Waud, A. (1867). El primer voto. Estados Unidos: Biblioteca del Congreso.

En América Latina también se levantó con éxito la bandera del


abolicionismo, reflejo de lo anterior es la siguiente fuente de Simón
Bolívar:
Abolicionismo
La atroz e impía esclavitud cubría con su negro manto la tierra de
Venezuela, y nuestro cielo se hallaba recargado de tempestuosas nubes,
que amenazaban un diluvio de fuego. (…) La esclavitud rompió sus grillos,
y Venezuela se ha visto rodeada de nuevos hijos, de hijos agradecidos que
han convertido los instrumentos de su cautiverio en armas de libertad. Sí,
los que antes eran esclavos, ya son libres; los que antes eran enemigos
de una madrastra, ya son defensores de una patria. (…) Yo abandono a
vuestra soberana decisión la reforma o la revocación de todos mis
estatutos y decretos; pero yo imploro la confirmación de la libertad absoluta
de los esclavos, como imploraría mi vida y la vida de la República.

Bolívar, S. (1819). Discurso ante el Congreso de Angostura. En: Becco, H. Pensamiento


político de la emancipación venezolana. Caracas, Venezuela: Biblioteca Ayacucho, 1988.

 Derecho a voto: a partir del avance y de la concreción de las


expresiones de las ideas liberales antes descritas y del
establecimiento de regímenes con poderes más equilibrados que
fomentaban las libertades públicas y la representatividad en la
elección de los gobernantes es que durante el siglo XIX en Europa
comenzó a ampliarse el derecho a voto. En esta tendencia influyó
la creciente fuerza de la opinión pública y la aparición de los
primeros partidos políticos de masas.
Aunque en un principio era solo para los sectores privilegiados, las
luchas liberales y obreras lograron que poco a poco el voto llegara a
más sectores de la población, como sucedió en 1871 en Francia y
Alemania, y en 1885 en Reino Unido. Sin embargo, aunque el
derecho al voto fue concedido poco a poco a la mayoría de los
grupos sociales, solo los hombres podían votar; la mujer no obtuvo
ese derecho hasta el siglo XX.

1.1.3 El liberalismo económico


Doctrina económica que tuvo sus orígenes a fines del siglo XVIII y fue
consolidándose durante el siglo XIX en el contexto de la industrialización.
Los liberales expusieron que la riqueza de un país dependía de
la circulación de bienes. Para ello era necesario quitar las limitaciones
del intervencionismo estatal, abrir el campo a la iniciativa individual y
eliminar impuestos aduaneros para estimular la circulación de la riqueza.
El principal ideólogo del liberalismo económico fue el escocés Adam
Smith (1723-1790) con su obra Investigaciones sobre la naturaleza y
causas de la riqueza de las naciones (1776). En ella afirmaba que la
riqueza de un país residía en el trabajo del ser humano y que para
impulsarºa la producción de riqueza sin límites, el Estado no debía
regular ni controlar la fabricación, el precio o la venta de los distintos
productos.
Según Adam Smith, lo que movía a las personas a actuar en economía
era el interés individual. Esta doctrina apoyaba la iniciativa privada frente
al Estado, que debía reducir su papel y dejar que la «mano invisible» del
mercado, como la llamó Smith, dirigiera libremente la economía y
promoviera el bien común.
La mano invisible
Como cualquier individuo pone todo su empeño en emplear su capital en
sostener la industria doméstica, y dirigirla a la consecución del producto
que rinde más valor, resulta que cada uno de ellos colabora de una manera
necesaria en la obtención del ingreso anual máximo para la sociedad.
Ninguno se propone, por lo general, a promover el interés público, ni sabe
hasta qué punto lo promueve […] pero en este como en otros muchos
casos, es conducido por una mano invisible a promover un fin que no
entraba en sus intenciones. Mas no implica mal alguno para la sociedad
que tal fin no entre a formar parte de sus propósitos, pues al perseguir su
propio interés, promueve el de la sociedad de una manera más efectiva
que si esto entrara en sus designios.

Smith A. (1776). La riqueza de las naciones.

Entre los principios fundamentales del liberalismo económico del siglo


XIX se encuentran:

1.2
Las transformaciones liberales
Tema 1: El pensamiento liberal y la cultura burguesa

En el transcurso del siglo XIX el liberalismo y sus manifestaciones se


expandieron por el mundo, siendo el impulso de múltiples
transformaciones en diversos ámbitos, tanto en Europa como en
América.

1.2.1 Oleadas revolucionarias en Europa


Tras la derrota de Napoleón y de las tropas francesas, las principales
potencias europeas se reunieron en el Congreso de Viena (1814-1815)
con el fin de asegurar una paz estable en Europa. Se sostuvo que para
lograrlo era necesario restaurar el orden existente antes de la
Revolución francesa, es decir, reestablecer las monarquías absolutas.
Este Congreso determinó además una serie de cambios territoriales que
favorecieron a las principales potencias vencedoras, sin considerar las
aspiraciones nacionales de los pueblos europeos.
Se diseñó un nuevo mapa político de Europa. Extinguido el Sacro
Imperio, se creó la Confederación Germánica. Prusia y Rusia
incrementaron sus territorios. Polonia –repartida desde 1795– continuó
ocupada por Austria, Prusia y Rusia. Se creó el reino de los Países Bajos
con la unión de las Provincias Unidas y Bélgica. Suecia se anexionó
Noruega. Austria amplió sus posesiones en Italia. Francia volvió a sus
fronteras de 1790 y sus plazas militares fueron ocupadas. Todas estas
trasformaciones se muestran en los siguientes mapas:
El Imperio napoleónico en 1812

La Europa del Congreso de Viena


Esta situación sería foco de tensión en los años siguientes, pues muchos
sectores de la sociedad vieron en este proceso de restauración de las
viejas monarquías un peligro para los sistemas de gobierno liberales
instaurados en Europa.
A raíz de lo anterior, durante la primera mitad del siglo XIX, Europa
experimentó un intenso período revolucionario. El liberalismo le dio
coherencia y sustento a estos movimientos que fueron una respuesta a la
Restauración y sus intentos por volver al Antiguo Régimen. La
Revolución francesa sirvió de modelo y patrón de las revoluciones
liberales que se desataron en Europa entre 1820 y 1848, y aunque
muchos estallidos fueron reprimidos, el liberalismo –y también el
nacionalismo- fueron avanzando.
A continuación, se describen las principales características de los
levantamientos revolucionarios ocurridos entre 1820 y 1848:
 Primera oleada revolucionaria
Año Países Características generales

La revolución en España buscaba el restablecimiento de la


España
Constitución de 1812, de corte más liberal. En Nápoles ocurrió
1820
algo similar. Ambos movimientos fueron derrotados,
1820- Nápoles reestableciéndose el absolutismo.
1821
1820
En 1821 comenzó la sublevación de los griegos contra el
Grecia imperio otomano, que culminó con la independencia de Grecia
1821
en 1830.

La siguiente fuente, describe las motivaciones españolas tras el


levantamiento de 1820:
Revolución en España
Españoles: Cuando vuestros heroicos esfuerzos lograron poner término al
cautiverio en que me retuvo la más inaudita perfidia, todo cuanto vi y
escuché, apenas pisé el suelo patrio, se reunió para persuadirme que la
nación deseaba ver resucitada su anterior forma de gobierno (...) Me
habéis hecho entender vuestro anhelo de que restableciese aquella
Constitución que entre el estruendo de las armas hostiles fue promulgada
en Cádiz el año de 1812 (...) He jurado esa Constitución por la que
suspirabais y seré siempre su más firme apoyo (...) Marchemos
francamente, y Yo el primero, por la senda constitucional (...).

Manifiesto Fernandino, 10 de marzo de 1820.

A continuación, se presenta un extracto de la proclamación de la


independencia de Grecia:
Proclamación Independencia griega
Nosotros, descendientes de los sabios y nobles pueblos de la Hélade,
nosotros que somos los contemporáneos de las esclarecidas y civilizadas
naciones de Europa (...) no encontramos ya posible sufrir sin cobardía y
autodesprecio el yugo cruel del poder otomano que nos ha sometido por
más de cuatro siglos (...). Después de esta prolongada esclavitud, hemos
decidido recurrir a las armas para vengarnos y vengar nuestra patria contra
una terrible tiranía.
La guerra contra los turcos (...) no está destinada a la obtención de
ventajas para una parte aislada del pueblo griego; es una guerra nacional,
una guerra sagrada, una guerra cuyo objeto es reconquistar los derechos
de la libertad individual, de la propiedad y del honor, derechos que los
pueblos civilizados de Europa, nuestros vecinos, gozan hoy.

Asamblea Nacional Griega, 27 de enero de 1822. Proclamación de la independencia de


Grecia.

 Segunda oleada revolucionaria


Año Países Características generales

Francia
1830 Fueron movimientos impulsados por los burgueses y los
Bélgica intelectuales. En Francia, luego de un gobierno de restauración,
1830 sobrevino la Revolución de Julio, que concluyó en el triunfo de la
1830-
1831 monarquía liberal y burguesa de Luis Felipe de Orleáns. En
Polonia Bélgica, la revolución le permitió alcanzar su independencia. En
1830- Polonia, el levantamiento nacionalista contra la dominación de
1831 Rusia fue violentamente reprimido.

Símbolo del levantamiento revolucionario de Francia en 1830 es la


siguiente fuente histórica, la que busca retratar los ideales liberales que
inspiraron el movimiento:
► Delacroix, E. (1830). La libertad guiando al pueblo. París, Francia: Museo de Luxemburgo.

 Tercera oleada revolucionaria


Año Países Características generales

Estas revoluciones tuvieron un carácter democrático. Se iniciaron


en París, en febrero de 1848, y se extendieron por Europa. La
Gran
pequeña burguesía, los republicanos y obreros se alzaron contra
parte
el rey y proclamaron la II República, basada en la soberanía
1848 de popular y el sufragio universal. La II República francesa terminó
Europa con el golpe de Estado de Luis Napoleón –Napoleón III–, que
proclamó el II Imperio, estableciendo un gobierno autoritario. Los
demás movimientos revolucionarios fueron reprimidos, aunque
tuvieron consecuencias relevantes.
El siguiente mapa grafica los principales estallidos revolucionarios
ocurridos en 1848 y las transformaciones políticas que estos provocaron:
Oleadas revolucionarias de 1848

El proceso revolucionario ocurrido entre 1820 y 1848 tuvo características


comunes, entre las cuales se encuentran:
 Las causas profundas fueron el anti absolutismo y
el nacionalismo, respondiendo al intento de cambiar la situación
política a favor de una monarquía constitucional, de inspiración
liberal.
 Fueron dirigidas por la burguesía que buscaba institucionalizar los
principios de una ideología liberal moderna.
 Las masas populares, tanto urbanas como rurales, formaron parte
de estos estallidos revolucionarios para lograr mejores condiciones
de vida.
 La participación del ejército, fue recurrente, bien para apoyar los
levantamientos o para reprimirlos.
El historiador Eric Hobsbawn, en la siguiente fuente, también hace un
análisis de las características comunes de las revoluciones europeas:
Revoluciones europeas
Las revoluciones de 1848, pues, requerirían un estudio detallado por
estados, pueblos y regiones. No obstante, cabe decir que tuvieron muchos
aspectos en común, como que ocurrieron simultáneamente, que sus
destinos estaban unidos y que todas ellas tenían un carácter y estilo
comunes, una curiosa atmósfera romántica y utópica, y una retórica
similar, para la que los franceses inventaron la palabra qurante-
huitard (*cuarentayochista). Cualquier historiador lo reconoce de
inmediato: las barbas, los chales, los sombreros de ala ancha de los
militantes, las banderas tricolores, las barricadas, el sentido inicial de
liberación, de enorme esperanza y de confusión optimista. Era
la primavera de los pueblos y, como ocurre con la estación, no perduró
(...). Todas ellas se desarrollaron y languidecieron rápidamente, y en la
mayoría de los casos de manera total.

Hobsbawn, E. La era del capital 1848-1875. Buenos Aires, Argentina: Crítica, 2010.

1.2.2 Influencias del liberalismo en América


América no quedó ajena a los ideales liberales y republicanos que
surgieron en Europa. A pesar de los intentos de las metrópolis por
mantener al continente aislado de las transformaciones europeas,
comenzaron a forjarse ideas en torno a la necesidad de independencia
política y económica.
La influencia de la Revolución francesa y el ejemplo de la
Independencia de Estados Unidos favorecieron el movimiento
revolucionario independentista que iniciaron las colonias americanas. Al
igual que en Europa, la burguesía criolla fue la protagonista de este
levantamiento, manifestándose en contra de una monarquía absoluta que
le impedía la participación política.
Así, el deseo criollo de un gobierno autónomo inicia el proceso de
emancipación de las colonias americanas con el objetivo de terminar con
las diferencias sociales, políticas y económicas y consolidar en América
los principios de igualdad y libertad que promovió la Revolución francesa.
La siguiente fuente del historiador Simon Collier aborda cómo influyeron
las ideas liberales en América y Chile:
Ideas liberales y aristocracia chilena
Con algunas excepciones, fue de las filas de la aristocracia criolla de
donde nació el liderazgo posterior de la revolución. (…) Los líderes criollos
hablarían el lenguaje de los derechos del hombre, del gobierno
representativo, de la soberanía popular; y lo cierto es que creían en su
significado. Pero al mismo tiempo no dejaron –no podían dejar– de ser lo
que habían sido en el período colonial: aristócratas, propietarios de tierras
y líderes de la sociedad.

Collier, S. Ideas y política de la independencia chilena. 1808-1833.


Santiago, Chile: FCE, 2012.

La siguiente fuente de Camilo Henríquez, sacerdote y activo participante


del proceso independentista chileno y fundador de la Aurora de Chile en
1812, refleja los principios liberales que permearon a los sectores criollos
de la sociedad.
Ideas liberales en Chile
¿Seremos libres? ¿Seremos esclavos? Problema terrible, de cuya
solución depende por ahora la suerte de tantos millares de hombres, y para
lo futuro la felicidad o la miseria de sus innumerables descendientes.
¡Despertad, hermanos míos, pobres americanos! Jamás la región que
habitáis fue cubierta de nubes más densas ni más melancólicas. Os llaman
rebeldes porque queréis ser hombres (…) que vuestro esfuerzo demuestre
que lo sois, o sellad la pérdida de vuestra dignidad con vuestra sangre.

Henríquez, C. (1812). Exemplo Memorable.

El siguiente mapa muestra la influencia de las ideas liberales en América


durante el siglo XIX, puesto que grafica la oleada independentista que
vivió el continente:
Fechas en que se consolidó la Independencia en los países de
América

Luego de la consolidación de las independencias y con el objetivo de


organizar las nuevas naciones, en varios países de América se llevaron a
cabo políticas de carácter liberal, como la redacción de constituciones
que resguardaran los derechos de las personas y los deberes y
atribuciones del Estado, la promulgación de la libertad de enseñanza, la
implantación de políticas de libre comercio, entre otras.

1.3
La cultura burguesa
Tema 1: El pensamiento liberal y la cultura burguesa

Las transformaciones económicas y políticas que se produjeron en


Europa en el siglo XIX generaron cambios profundos también en la
sociedad. La cultura del siglo XIX, impulsada y protagonizada por la
burguesía, generó nuevas formas de vida cotidiana, nuevas pautas de
comportamiento, nuevos valores y formas distintas de relacionarse y
expresarse. Esta burguesía, que había surgido a fines de la Edad Media
compuesta mayoritariamente por comerciantes y artesanos de las
ciudades, se había ido diversificando; ya en el siglo XVIII representaba a
un amplio y heterogéneo grupo social, formado por comerciantes,
profesionales, artistas, científicos, dueño de negocios, entre otros.
El siglo XIX presenció la consolidación de la burguesía, que sumó a los
privilegios económicos un mayor protagonismo político, ganando
terreno frente a la aristocracia tradicional. Reflejo de lo anterior en la
siguiente fuente:
Una visión sobre la burguesía
La burguesía domina. Ella es la nueva aristocracia, la nobleza del siglo
XIX. (...) La burguesía domina porque maneja todas las fuerzas sociales;
porque posee las fuentes de riqueza, los instrumentos de trabajo, el
crédito. El gobierno es tributario suyo, igual que la nación. Por ella el
pueblo vive; por ella muere. Ella es, en fin, señora y reina del mundo social.
Este dominio está consagrado, proclamado por las instituciones políticas.
Es la burguesía quien hace la ley y quien la aplica.

Duclerc, E. (1842). Diccionario político y enciclopédico. París.

La siguiente imagen busca retratar una escena común en la vida de una


familia burguesa. La casa, tanto su exterior como su interior, se convirtió
en símbolo del poder económico de la familia y reflejo de su modo de
vida.

► Drolling, M. (1817). Interior de un comedor. París: Colección particular. Imagen del interior de
una casa burguesa, en el fondo se observa a una joven tocando el piano.

1.3.1 Características de la burguesía


El orden burgués no se expresó únicamente en una determinada forma
de concebir la política y la economía. Se asoció también con una cierta
manera de ser, con una cultura y con una serie de valores que
permearon a parte importante de la sociedad. La cultura burguesa se
construyó en oposición a la cultura de la nobleza. Si esta valoraba el
ocio, porque consideraba que trabajar era algo innoble, la burguesía
negó el valor del ocio, bajo el entendido de que el trabajo era una virtud y
que gracias a él las personas y las naciones se enriquecían y
prosperaban. Dejar que el tiempo pasara, sin producir nada, se condenó.
El tiempo, dijeron los burgueses, era oro. Este ideal presentaba matices
entre los distintos tipos de burguesía que coexistieron en el siglo XIX.
Otro de los valores burgueses era que el patrimonio heredado no
significaba la base de su riqueza, sino que esta debía obtenerse del
esfuerzo individual. Defensores del orden y de la propiedad, su ética se
resumía en las virtudes del ahorro, la vida familiar, la dignidad del trabajo,
el esfuerzo y el respeto a la práctica religiosa. Esta mentalidad no solo
era compartida por la burguesía más acomodada. La pequeña y mediana
burguesía dedicaba casi todo su tiempo al trabajo, eran sinceros
defensores del orden y poseían un acusado sentido de la propiedad.
Las siguientes fuentes presentan características de la estructura familiar
burguesa:
Estilo de vida burgués
El hogar era la quintaesencia del mundo burgués, pues solo en él podían
olvidarse o eliminarse artificialmente los problemas y contradicciones de la
sociedad. Aquí la burguesía e incluso la familia pequeño burguesa podía
mantener la ilusión de una armoniosa y jerárquica felicidad, rodeada de
objetos materiales que la demostraban y hacían posible.
(…) Los objetos burgueses, al igual que las casas que los albergaban, eran
sólidos.
Estaban hechos para perdurar y eso hicieron. Al mismo tiempo, debían
expresar las aspiraciones vitales, más elevadas y espirituales, a través de
la belleza (…). Nada más espiritual que la música, pero la forma en que
entró en los hogares burgueses fue el piano, un aparato excesivamente
grande, elaborado y caro (…). Ningún interior burgués estaba completo sin
él; ni tampoco lo estaban las hijas burguesas que debían practicar en él
interminables escalas.

Hobsbawm, E. (2003). La era del capital. 1848-1875.


Buenos Aires, Argentina: Crítica, 2010.

Un hogar burgués
En los dos extremos, unos jarrones contenían ramos de flores; dos
candelabros, emparejados con el grupo del centro, hechos cada uno de un
sátiro corriendo, que llevaba en uno de sus brazos una mujer desmayada,
y sujetaba con el otro un hachón de diez velas sumaban el brillo de sus
bujías al resplandor de la araña central. Entre estas piezas principales, los
calientaplatos, grandes y pequeños, se alineaban simétricamente,
cargados con el primer servicio, flanqueados por conchas que contenían
entremeses, separados por cestas de porcelana, jarrones de cristal, platos
llanos, fruteros repletos, que contenían la parte de los postres que estaba
ya en la mesa. A lo largo del cordón de los platos, el ejército de los vasos,
las jarras de agua y vinos, los pequeños saleros, todo el cristal del servicio
era fino y ligero como muselina, sin una cinceladura.

Zolá, E. (1872). La jauría.

La burguesía no formaba un grupo social homogéneo, sino que dentro de


ella existían diferencias notables de mentalidad, formas de vida y niveles
de riqueza, distinguiéndose la alta, la mediana y la pequeña burguesía.
1.3.2 El rol de la burguesía
 En lo económico, la burguesía fue firme partidaria de la difusión
del capitalismo y el libre comercio. Bajo este esquema, el Estado
no debía intervenir en la economía, pues su misión era resguardar
que las personas, libremente, comerciaran entre sí, asegurando
que las riquezas generadas por la actividad económica fueran
protegidas. Por esta razón, el derecho de propiedad se
consideraba como uno de los derechos fundamentales de la
legislación de cada nación.
Esta postura generó críticas que vieron con desconfianza el nuevo
rol de la burguesía en la economía. Ejemplo de ello es la siguiente
fuente histórica:
Rol de la burguesía en la economía
La burguesía ha sometido el campo a la denominación de la ciudad. Ha
creado ciudades enormes, ha incrementado en alto grado el número de la
población urbana en relación a la rural. Ha hecho depender a los países
bárbaros y semibárbaros de los civilizados, a los pueblos campesinos de
los pueblos burgueses, al Oriente del Occidente. La burguesía va
superando cada vez más la fragmentación de los medios de producción,
de la propiedad y de la población. Ha centralizado los medios de
producción y ha concentrado la propiedad en unas pocas manos.”

Marx, K. y Engels, F. (1848). Manifiesto comunista. Digitalizado para el Marx-Engels Internet


Archive por José F. Polanco, 1998.

 En lo político, la burguesía impulsó la modernización del Estado,


encabezando las transformaciones que dieron origen a los Estados
liberales y defendiendo la separación de los poderes políticos, el
respeto de la soberanía popular y de las libertades individuales.

 En lo social, la familia burguesa encarnó un nuevo modelo de


familia que desterró a la familia extensa. El padre constituía la
cabeza de la familia y decidía sobre las cuestiones financieras y
legales. La mujer, en cambio, debía demostrar la capacidad y el
mérito de su esposo, organizar la casa y cuidar a los hijos. La
superioridad social de estas mujeres se demostraba a través de su
vestimenta, de sus refinadas costumbres y de las órdenes que
impartían a sus empleados domésticos, cuya presencia las
distinguía de las mujeres trabajadoras. Los valores que más
fomentaba la burguesía eran la propiedad privada, el ahorro, el
trabajo y la educación de los varones. Las mujeres todavía
ocupaban un rol secundario.

► Gervex, H. (1906). Las cinco de la tarde en la casa de costura Paquin. Colección privada.

2
El surgimiento de los Estados nacionales
Tema 2: El surgimiento de los Estados Nacionales

Durante el siglo XIX se difundió el concepto de nación para referirse al


conjunto de ciudadanos o personas ligados entre sí por el contrato social
que les otorga derechos y deberes. Bajo este marco, el origen y
propósito del Estado es hacer cumplir este contrato. Posteriormente, el
término se amplió a dimensiones culturales, étnicas, lingüísticas e incluso
históricas. Conjuntamente, el nacionalismo inició su desarrollo como
corriente ideológica a partir de las revoluciones liberales, y sus
partidarios proclaman el derecho a constituir Estados nacionales, es
decir, Estados cuyas fronteras políticas coincidieran con los límites de su
comunidad nacional.
Los sentimientos nacionalistas se asentaron en Europa y en América
durante el siglo XIX, inspirando la formación de Estados nacionales, tanto
a través de la unificación, en algunos casos, como de la independencia,
en otros.
Subir
2.1. El concepto de nación
El concepto de nación ha tenido diferentes significados a lo largo del
tiempo, aunque los sentidos más utilizados de este término han sido los
siguientes:
 Nación en sentido político. Se refiere al conjunto de individuos de
quienes emana la soberanía popular y que tienen derecho a
autodeterminarse. En este sentido, es el pueblo la base del poder
de la nación.
 Nación en sentido cultural. Es aquella comunidad en la que sus
miembros tienen unos lazos de solidaridad e identidad
transversales, por compartir unas mismas características como la
lengua, la raza, la historia en común, la cultura o las tradiciones.
Teniendo en cuenta estas dos definiciones, varios autores han intentado
superar las diferencias para encontrar los elementos políticos y culturales
que confluyen en la idea moderna de nación, y que tomó forma en los
Estados nacionales. Así, se pueden identificar dos elementos base que
constituyen la idea moderna de nación:
 La existencia de aspectos culturales comunes, los cuales pueden
basarse en una identidad étnica con una larga historia antes de la
formación de la nación.
 Los elementos históricos comunes en un territorio, así como unas
formas de dominación políticas específicas, que generan un
sentimiento de identificación común y de integración entre los
miembros de esa comunidad: la identidad nacional.
En conclusión, la nación es una comunidad política, que cuenta con
elementos culturales e históricos comunes y cuyos miembros comparten
un sentimiento de pertenencia e identidad colectiva.
En el siglo XIX, Ernst Renán expuso lo siguiente con relación al concepto
de nación:
Nación como pasado común
Para nosotros, una nación es un alma, un espíritu, una familia espiritual;
resulta en el pasado de recuerdos, de sacrificios, de glorias; con frecuencia
de duelos y de penas comunes; en el presente, el deseo de seguir viviendo
juntos. Lo que constituye una nación no es el hablar una misma lengua o
el pertenecer al mismo grupo etnográfico; es haber hecho grandes cosas
en el pasado y querer hacerlas en el porvenir (...). Una nación es, pues,
una gran solidaridad, constituida por el sentimiento de los sacrificios que
se han hecho y los sacrificios que todavía se está dispuesto a hacer.
Supone un pasado; se resume, no obstante, en el presente por un hecho
tangible: el consentimiento, el deseo claramente expresado de continuar
la vida en común. La existencia de una nación es (perdónenme esta
metáfora) un plebiscito de todos los días, así como la existencia del
individuo es una afirmación perpetua de la vida.

Renán, E. (1882). ¿Qué es una nación?

Desde Renan en adelante, la idea de nación posee dos elementos clave:


pasado común e intención de futuro común, o dicho de otro modo:
costumbres e historia, y voluntad de proyecto político. Posteriormente,
los historiadores Eric Hobsbawm y Terence Ranger acuñaron el concepto
de “tradición inventada” para explicar cómo, a lo largo del siglo XIX, los
Estados buscaron crear un sentimiento de pertenencia en los habitantes
de un territorio. A través de la educación, los medios de comunicación o
los actos públicos, se exaltaron ciertos personajes del pasado, mitologías
y obras de arte que en teoría representaban al pueblo. Algunos de estos
elementos eran antiguos, pero otros fueron directamente “inventados” por
los Estados en este período:
Nación como tradición inventada
Las naciones, como medio natural, otorgado por Dios, de clasificar a los
hombres, como inherente (…) destino político son un mito; el nacionalismo
que a veces toma culturas que ya existen y las transforma en naciones a
veces las inventa y a veces las destruye.

Hobsbawm, E. Naciones y nacionalismo desde 1780. Barcelona, España: Crítica, 1998.

Por su parte, a fines del siglo XX el antropólogo Benedict Anderson


propuso que el vínculo entre los miembros de la nación era imaginado.
Esta característica se explica en la siguiente fuente:
Nación como comunidad imaginada
Así pues, con un espíritu antropológico propongo la definición siguiente de
la nación: una comunidad política imaginada como inherentemente
limitada y soberana. Es imaginada porque aun los miembros de la nación
más pequeña no conocerán jamás a la mayoría de sus compatriotas, no
los verán ni oirán siquiera hablar de ellos, pero en la mente de cada uno
vive la imagen de su comunión. (…) La nación se imagina limitada porque
incluso la mayor de ellas, que alberga tal vez a mil millones de seres
humanos vivos, tiene fronteras finitas, aunque elásticas, más allá de las
cuales se encuentran otras naciones. Ninguna nación se imagina con las
dimensiones de la humanidad. (…) Se imagina soberana porque el
concepto nació en una época en que la Ilustración y la Revolución estaban
destruyendo la legitimidad del reino dinástico jerárquico, divinamente
ordenado. (…) Por último, se imagina como comunidad porque,
independientemente de la desigualdad y la explotación que en efecto
puedan prevalecer en cada caso, la nación se concibe siempre como un
compañerismo profundo, horizontal.

Anderson, B. Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la difusión del


nacionalismo. Ciudad de México, México: FCE, 1993.

Por otra parte, el nacionalismo es una ideología política que pretende


unir a una comunidad humana, alrededor de ideas como la defensa de
una cultura y de un pasado colectivo, para buscar en conjunto la
independencia política, económica y cultural. El nacionalismo está
asociado con la pertenencia de una colectividad sobre un territorio
específico, en el cual se desarrollaría su proyecto como nación.
La ideología nacionalista surgió en el siglo XIX en los Estados-nación
europeos, los cuales se venían formando entre los siglos XV y XVIII con
el fortalecimiento de la monarquía y la creación de los Estados
absolutistas. Es por esto que durante el siglo XIX surgieron movimientos
de división que pretendían separarse de una unidad política más grande
y formar su propio Estado. En el siglo XIX, los nacionalismos
disgregadores solo tuvieron éxito en Bélgica, que se separó de los
Países Bajos, y en Grecia, que se independizó del Imperio otomano.
También lograron la independencia o la autonomía diversos territorios
balcánicos. Además, existieron movimientos de unificación que
tuvieron un carácter integrador, es decir, pretendían unir en un solo
Estado-nación diversos territorios que eran independientes o que
estaban bajo dominio de otro Estado.
La siguiente fuente plantea una visión de las consecuencias que ha
tenido el nacionalismo en la configuración del mundo actual:
Crítica al nacionalismo
¡Ojalá dentro de cincuenta o cien años las invocaciones a la hoy
sacrosanta “identidad cultural” de los pueblos, que según algunos debe ser
a toda costa preservada políticamente, sean vistas con el mismo hostil
recelo con que ya la mayoría acogemos las menciones al Rh de la sangre
o al color de la piel! Porque sin duda encierran en el fondo una voluntad
no menos “injusta” de atentar contra el presupuesto esencial de la dignidad
humana de cada uno: el de que los hombres no hemos nacido para vivir
formando batallones uniformados, cada uno con su propia bandera al
frente, sino para mezclarnos los unos con los otros sin dejar de
reconocernos a pesar de todas las diferencias culturales una semejanza
esencial, y a partir de esa mezcla inventarnos de nuevo una y otra vez (…).

Savater, F. Las preguntas de la vida. España: Ariel Editores, 2010.

2.2
Expresiones del nacionalismo
Tema 2: El surgimiento de los Estados Nacionales
En muchos casos, las ideas liberales del siglo XIX acompañaron la
conformación de Estados nacionales que buscaron unificar bajo un
mismo gobierno y en un territorio específico a un grupo determinado de
personas. De esta manera, el nacionalismo fue un fundamento tanto para
la unificación y separación de Estados europeos, como para el
surgimiento de los nuevos Estados nacionales en América.

2.2.1 Movimientos nacionalistas en Europa


Algunos movimientos nacionalistas tuvieron carácter integrador. Los
dos casos más destacados fueron las unificaciones de Italia y
Alemania, procesos que compartieron muchas semejanzas, como las
siguientes:
 La difusión de las ideas de igualdad, libertad y soberanía nacional,
y el despertar de un sentimiento de nación y de odio a los
monarcas “extranjeros”.
 La expansión económica y la unión comercial como el preludio
de la unificación política.
 La importancia de la formación de movimientos de jóvenes
patriotas románticos.
 Fueron dirigidas por reyes, con el apoyo de la burguesía, del
Ejército y de sus jefes de gobierno.
La siguiente línea de tiempo muestra las fases de la unificación italiana y
alemana:
2.2.2 Los Estados nacionales en América
Después de la independencia, los territorios que integraban los
virreinatos hispanoamericanos no pudieron mantenerse unidos. Las
dificultades heredadas de la Colonia, como los conflictos por el poder
entre las élites locales y regionales; la falta de una identidad cultural
definida sobre la cual se pudieran establecer bases políticas y
económicas fuertes; la ausencia de mercados internos que propiciaran el
intercambio comercial entre las nuevas naciones, y las barreras
geográficas, como la falta de vías de comunicación, condujeron a la
fragmentación territorial. Así, las dificultades que acompañaron el
proceso que siguió a la independencia de América hispánica fueron las
siguientes:
 Conflictos fronterizos. La separación de entidades políticas
menores que dieron lugar a nuevas repúblicas es una parte de la
explicación de la configuración de los nuevos Estados. Inicialmente
no hubo acuerdos sobre los límites entre naciones, sino que estos
se fueron configurando a lo largo del siglo XIX. Un ejemplo fue la
disolución de las Provincias Unidas del Río de la Plata en lo que
hoy es Paraguay, Uruguay y Argentina. El siguiente mapa muestra
la conformación de los Estados nacionales y los territorios que se
disputaron durante el siglo XIX.

Independencias y áreas de conflicto de los nuevos Estados


americanos
 Federalismo y centralismo. Una vez alcanzada la independencia,
las nuevas naciones se enfrentaron al debate por el modelo político
que seguirían. El modelo federalista defendía la autonomía
regional, es decir, que cada entidad territorial (provincia o región),
aunque formara parte del mismo país, constituía un Estado
independiente y tenía el derecho de tomar sus propias decisiones.
Este modelo se asemejaba al sistema federativo de Estados
Unidos. Por su parte, el modelo centralista defendía la idea de
establecer un gobierno central fuerte, con capacidad para decidir e
imponer las políticas sociales, económicas, militares, educativas,
culturales y religiosas que regirían en todo el territorio nacional.
Además, abogaba por no imitar los modelos extranjeros, los cuales
consideraban ajenos a la realidad nacional.
 Liberales y conservadores. Los principales grupos políticos en
las naciones latinoamericanas durante el siglo XIX fueron los
conservadores y los liberales. Estos grupos crearon partidos
políticos y lucharon por instaurar constituciones políticas
necesarias para mantener el orden y el crecimiento del país. Tanto
liberales como conservadores defendieron sus proyectos políticos y
económicos en el campo de batalla. Nuevas guerras (ahora civiles)
siguieron a las de la independencia. El caos y la violencia se
volvieron habituales en América Latina. En México y en Colombia,
las guerras civiles se extendieron durante varias décadas. Chile y
Paraguay fueron los países que se estabilizaron más rápido.
 Fin del proyecto bolivariano. La lucha por la independencia dio
origen a un sentimiento americanista que llevó a soñar una
América independiente y organizada como una gran nación, tal fue
el caso del venezolano Francisco Miranda. Asimismo, en 1819
Bolívar llevaría a cabo parte de este sueño al impulsar la creación
de la Gran Colombia, que unificó los territorios actuales de
Panamá, Ecuador, Colombia y Venezuela. Sin embargo, las
diferencias entre sus habitantes impidieron que el proyecto se
llevara a cabo. La siguiente fuente muestra los anhelos de Simón
Bolívar:
La Gran Colombia
Esta nación se llamaría Colombia como un tributo de justicia y gratitud al
criador de nuestro hemisferio. Su gobierno podrá imitar al inglés, con la
diferencia de que en lugar de un rey habrá un poder ejecutivo electivo,
cuando más vitalicio, y jamás hereditario si se quiere república; una
cámara o senado legislativo hereditario, que en las tempestades políticas
se interponga entre las olas populares y los rayos del gobierno, y un cuerpo
legislativo de libre elección.

Bolívar, S. (1815). Carta de Jamaica.

 Intervenciones extranjeras. Las nuevas naciones debieron


enfrentar amenazas e intervenciones externas al continente. Tal
fue el caso de España que, en 1864, invadió territorio peruano y se
enfrentó a Chile y Perú. Asimismo, México tuvo que enfrentarse a
la política expansionista de Estados Unidos y a una invasión
francesa.
 Diferencias étnicas y culturales. Las diferencias sociales del
período colonial no terminaron con las independencias
latinoamericanas, ya que si bien los criollos consolidaron su poder
económico y político, los mestizos e indígenas mantuvieron casi
intactas sus condiciones de vida. Por otro lado, los esclavos negros
vieron abolida la esclavitud, siendo Brasil el último país en hacerlo.
Hay quienes explican esta situación por la importancia económica
que tenía su trabajo, mientras que otros lo atribuyen a los
gobiernos conservadores que tuvo el país hasta fines del siglo XIX.
 En el caso de Perú y Bolivia, los conflictos se dieron a raíz de la
gran cantidad de población indígena que generalmente se
organizaba en torno a la propiedad colectiva, y chocaba con los
defensores de los ideales liberales que postulaban la propiedad
individual y el trabajo asalariado. En Argentina se llevó a cabo la
denominada “campaña del desierto” o “guerra contra el indio”,
mediante la cual el gobierno ingresó al territorio indígena de la
pampa y la Patagonia para ocuparlo; esto conllevó la
desintegración de la cultura indígena, la pérdida de sus tierras y su
identidad. De esta manera, a fines del siglo XIX, la mayor parte de
los indígenas de América habían sido incorporados, de forma
voluntaria o forzada, a los nuevos Estados.

Estructura étnica de la población por regiones en 1825


► Fuente: Del Pozo, J. Historia de América Latina y del Caribe. Desde la independencia hasta
hoy.
Santiago, Chile: LOM Ediciones, 2009.

3.1
La organización de la república
Tema 3: La conformación del Estado-nación en Chile

En los años que siguieron al período de Independencia se sucedieron


diferentes tensiones al interior de las élites gobernantes. Esto ha
provocado distintas visiones historiográficas. Algunos historiadores
tradicionales, como Diego Barros Arana y Francisco Antonio Encina,
denominaron este período como anarquía debido a la sucesión de
distintos gobiernos y modelos de organización en un corto tiempo. En
cambio, historiadores contemporáneos como Simon Collier o Julio Heise
caracterizan esta etapa como un período de aprendizaje político o de
organización nacional. A pesar de las diferencias que se pueden
establecer entre ambas visiones, es de común acuerdo que en este
período se produjo un intenso debate político que buscaba la mejor
manera de ordenar el Estado.
Subir
3.1.1 Contexto general
En este período de aprendizaje, la élite política debió enfrentar una serie
de desafíos que complicaban la organización de la nueva república
independiente. Algunos de estos fueron:
00:00 / 00:00

3.1.2 Distintas miradas políticas


Pese a que dentro de la élite política existía acuerdo en torno a la
necesidad de establecer un orden de tipo republicano, hubo diferentes
opiniones sobre los matices que debía adoptar este sistema.
 Facciones políticas. Las diferencias que se presentaron en el
ámbito político originaron fuertes disputas entre las principales
facciones políticas de la época, ya que hubo visiones
contrapuestas en torno a la relación que debía tener la Iglesia con
el Estado o al tipo de gobierno que se debía instaurar, es decir, si
este debía ser centralizado o federal. Desde las provincias se
apoyaba la formación de un gobierno central, siempre que fuese
respetuoso de la facultad provincial de elegir a sus autoridades
locales, darse leyes particulares, administrar sus recursos, así
como tener parte en la designación de los magistrados
centrales. Las facciones se agruparon en torno a ideales liberales o
conservadores, y fueron las siguientes:
Pipiolos. Grupo político compuesto por profesionales (abogados,
médicos), comerciantes e intelectuales. Defendían la progresiva
separación de la Iglesia y el Estado, la democratización de las
instituciones políticas y la igualdad entre las provincias chilenas.

Liberales
Federalistas. Representados por la figura de José Miguel Infante,
redactor de las leyes de 1826, consideraban que el Estado debía
organizarse de acuerdo a la descentralización política y la semiautonomía
económica, debido a la extensión territorial y a la diversidad productiva de
Chile.

Pelucones. Sector político de los terratenientes, dominante en el


gobierno hasta la segunda mitad del siglo XIX. Identificado con un Estado
autoritario, centralizado y estrechamente ligado a la Iglesia católica.
Combatió las ideas políticas liberales y reformistas, e incentivó el
liberalismo económico y el tradicionalismo social.

O’higginistas. Partidarios del gobierno unipersonal de O’Higgins,


Conservadores
abogaron por su retorno a Chile y a la dirección del Estado, aliándose con
pelucones y estanqueros.

Estanqueros. Sector de grandes comerciantes, identificados con la figura


de Diego Portales, la defensa de los monopolios comerciales y el fin de
los aranceles (impuestos a las importaciones) e impuestos a las
ganancias.
00:00 / 00:00

 Ensayos constitucionales. Las diversas visiones políticas de


pipiolos, federalistas, pelucones, o’higginistas y estanqueros se
expresaron entre 1823 y 1830 en las leyes que intentaron dar un
ordenamiento jurídico al país con el fin de lograr la gobernabilidad
o estabilidad política. Con el objetivo de contar con leyes que
permitieran administrar y gobernar el país, se elaboraron diversos
ensayos constitucionales. Los grupos políticos de la época
confiaban en las leyes para solucionar los problemas que
afectaban al país y estaban de acuerdo en la necesidad de
establecer un orden constitucional, pero no en el tipo de
constitución que debía regir ni tampoco sobre las atribuciones
que debía tener cada poder del Estado.
Constituciones del período
Constitución Leyes
Constitución liberal
moralista federales
1828
1823 1826

José Manuel
Autor Juan Egaña José Joaquín de Mora
Infante

Intentaba
reglamentar
la vida
privada,
definiendo en
numerosos
Consignaban la
artículos las
elección de
conductas
todos los cargos
esperadas del
de autoridad a
buen
nivel local,
ciudadano,
provincial y Consagraba el poder de las
prescribiendo
nacional, con provincias al elegir cada una,
conductas
participación incluyendo Santiago, dos senadores.
muy difíciles
igualitaria de las Además, se elegiría un diputado cada
Características tanto de
regiones. 15.000 habitantes. Estuvo vigente
cumplir como
Definían a Chile hasta la guerra civil de 1829-1830 y
de ser
como una fue remplazada por la Constitución de
vigiladas por
república 1833.
el Estado.
federal, o unión
Una de sus
de provincias
disposiciones
con amplias
que
autonomías
perduraría
presupuestarias.
largo tiempo
fue la que
creaba un
Consejo de
Estado
aristocrático.

Voto
censitario. El Voto censitario. Se amplió el
electorado lo electorado a todo el que estuviese
Sufragio componían Voto censitario enrolado en las milicias, sin
los varones estipularse el requisito de saber leer y
casados escribir.
mayores de
21 años y de
más de 25,
en el caso de
los solteros.

Poder
Ejecutivo: se
Poder
crea el cargo
Ejecutivo:
de presidente
recaía en el
de la república,
director
elegido por Poder Ejecutivo: recae en el
supremo,
voto popular. presidente, elegido por votación
elegido cada
cuatro años Poder indirecta, cada cinco años, sin
Poderes
públicos con derecho Legislativo: derecho a reelección. Se designó
a reelección. Congreso, el cargo de vicepresidente.
ejerce sus Poder Legislativo: Senado y Cámara
Poder de Diputados.
funciones a
Legislativo:
través de una
Senado y
asamblea
Cámara
provincial,
Nacional.
compuesta por
diputados.

Para saber más


Uno de los puntos en común de todos estos ensayos constitucionales fue
la reserva de los derechos ciudadanos a los hombres, que debían ser
propietarios de bienes inmuebles. El voto censitario consistió en una
restricción de los derechos ciudadanos propia de los regímenes
oligárquicos del siglo XIX. Introduce en la ley electoral una discriminación
a favor de los poseedores de bienes inmuebles, patrimonio monetario o
ingreso fijo.
El siguiente gráfico muestra la composición de la población y el derecho
a voto durante 1834:
Este gráfico ha sido elaborado a partir de la proyección de las
estadísticas históricas de 1854, publicadas por Juan Braun y otros, en el
Documento de Trabajo n.° 187 del Instituto de Economía de la P.
Universidad Católica, en Santiago el año 2000, y de las estadísticas de
votantes que han sido publicadas por Germán Urzúa en Historia política
de Chile y su evolución cultural (desde 1810 a 1992), Editorial Jurídica de
Chile, Santiago, el año 1992.

Antecedentes del imperialismo


Tema 3: La conformación del Estado-nación en Chile

3.1.3 El triunfo del orden autoritario


A poco andar de la vida republicana, las diferencias entre el
conservadurismo y el liberalismo desembocaron en una guerra civil, en la
que se enfrentaron dos bandos: un sector oficialista, favorable al
gobierno liberal del general Francisco Antonio Pinto, con mayoría en el
Congreso y apoyado por la oficialidad del Ejército y por el general Ramón
Freire, y el otro bando, que agrupaba a o’higginistas, pelucones y
estanqueros, se oponía al gobierno y era liderado por Diego
Portales (comerciante, jefe de los estanqueros) y el general José
Joaquín Prieto.
En abril de 1830, el ejército pelucón de Prieto, con el apoyo de los
propietarios del estanco del tabaco –Portales y Cea– y el empresario
Manuel Rengifo, derrotó a las tropas pipiolas encabezadas por Freire.
La batalla de Lircay (17 de abril de 1830) puso fin a la guerra civil con el
triunfo de las fuerzas conservadoras.

 Influencia del ideario portaliano. Con el triunfo militar de la


coalición pelucona y su llegada al poder político se consolidaron
las ideas centralistas, que guiaron al gobierno conservador
instaurado en 1831. Mientras el general Prieto fue elegido
presidente, Diego Portales ejerció el Ministerio del Interior primero
y, luego, el de Relaciones Exteriores y Guerra y Marina. Las ideas
de Portales resultaron muy influyentes entre 1831 y 1861: sostenía
que el orden era un valor supremo, anterior a la igualdad y a la
libertad. Su ideario se basaba, principalmente, en los siguientes
aspectos:
00:00 / 00:00

 Constitución de 1833. La Constitución del 33 sintetizó el proyecto


de Estado de inspiración portaliana y permitió legalizar el orden
autoritario que de hecho imperaba desde 1830, reforzando el
Poder Ejecutivo con instrumentos de excepción altamente eficaces,
como el estado de sitio, facultades extraordinarias y consejos de
guerra. Además, legalizó el predominio oligárquico-conservador,
anulando la posibilidad de una rearticulación liberal por casi 20
años. Estuvo vigente por casi un siglo, entre 1833 y 1925, aunque
tuvo algunas reformas de carácter más liberal a partir de la década
de 1870.
Constitución de 1833

 Sistema de votación censitario e indirecto. Solo los hombres adultos,


mayores de 25 años, o los casados mayores de 21 años, que contaran
Ciudadanía con patrimonio económico o un bien inmueble, gozaban de este
y sociedad derecho. Después de 1840 se agregó el requisito de saber leer y
escribir.
 Religión oficial del Estado: católica, apostólica y romana, marginando
el ejercicio público de cualquier otra.

Poder  Duraba cinco años y podía ser reelecto de inmediato por un segundo
Ejecutivo período.
(presidente  Tenía amplios poderes, con capacidad de veto sobre el Congreso
de la Nacional.
república)  Nombraba ministros y funcionarios públicos, incluidos los intendentes
(encargados del sistema electoral).
 Comandaba las Fuerzas Armadas y tenía facultades extraordinarias en
caso de crisis interna.

Poder
Legislativo
(Cámara
 Dictaba decretos y reglamentos necesarios para aplicar las leyes.
de  Dictaba las leyes periódicas, como la Ley de Presupuesto.
Diputados

y Senado)

3.2
Consolidación de la república
Tema 3: La conformación del Estado-nación en Chile

A comienzos de la década de 1830, Chile ya consolidaba su régimen


político e institucional, iniciando el camino hacia la estabilidad interna y
un período de expansión económica. Sin embargo, debería enfrentar un
conflicto internacional con dos de sus países vecinos.

3.2.1 La defensa del territorio nacional


En 1837 se formó oficialmente la Confederación Perú-Boliviana, que
unificó a estos dos Estados bajo la conducción del mariscal boliviano
Andrés de Santa Cruz. Portales manifestó su oposición a esta
Confederación, por considerarla una potencial amenaza debido a los
afanes expansionistas de Santa Cruz, quien pretendía conformar un
Estado que coincidiera con los límites del antiguo Imperio inca. Sin
embargo, los problemas con Perú eran anteriores a la formación de la
Confederación, dentro de los cuales se encontraban los siguientes:
 Compromisos económicos impagos. Perú no pagó la deuda que
tenía con Chile, originada en el período de la Independencia, ante
lo cual el Estado chileno reclamaba la restitución de los recursos
económicos empleados.
 Competencia comercial entre ambos países. Perú buscaba
convertir al Callao en el primer puerto del Pacífico y desplazar la
primacía comercial alcanzada por Valparaíso, razón por la cual
decretó tributos especiales a las importaciones provenientes de
Chile.
Ante esto, el gobierno chileno comenzó negociaciones diplomáticas
pidiendo el reconocimiento de la deuda por parte de Perú, el fin de las
rivalidades entre el Callao y Valparaíso y la disolución inmediata de la
Confederación Perú-Boliviana.
Ante la negativa, el gobierno del general Prieto declaró la guerra
contra la Confederación Perú-Boliviana en 1837. Sin embargo, esta
contienda bélica fue muy impopular en sus inicios y algunos incluso veían
en ella un simple capricho de Portales, quien estaba empecinado en
destruir la Confederación al creer que amenazaba la autonomía del
Estado chileno y desafiaba el equilibrio geopolítico continental. Así, la
movilización militar en contra del proyecto federativo de Santa Cruz
despertó resistencias tanto en la élite como en el mundo popular. Los
pipiolos no estaban de acuerdo con la declaración de guerra, pues se
pensaba contraria a los arraigados principios americanistas. Por otro
lado, consideraban que el Estado no estaba preparado financiera ni
militarmente para enfrentar un conflicto de esa naturaleza.
La siguiente fuentes es un extracto de la carta de Diego Portales a
Manuel Blanco Encalada, en la que expone su perspectiva respecto a la
guerra contra la Confederación.
Portales y la Confederación
La Confederación debe desaparecer para siempre jamás del escenario de
América. Por su extensión geográfica; por su mayor población blanca; por
las riquezas conjuntas del Perú y Bolivia, apenas explotadas ahora; por el
dominio que la nueva organización trataría de ejercer en el Pacífico,
arrebatándonoslo; por el mayor número también de gente ilustrada de raza
blanca, muy vinculadas a las familias de influjo de España que se
encuentran en Lima; por la mayor inteligencia de sus hombres públicos, si
bien de menos carácter que los chilenos; por todas estas razones, la
Confederación ahogaría a Chile antes de muy poco.
Carta de Diego Portales a Manuel Blanco Encalada (1836). En: De la Cruz, E. y Feliú, G.
Epistolario de don Diego Portales. 1831-1837. Santiago. Dirección General de Prisiones, 1938.

En 1837, en medio de los preparativos de la expedición chilena que


zarparía desde el puerto de Valparaíso hacia Perú, el regimiento Maipo,
al mando del coronel liberal Antonio Vidaurre y acantonado en Quillota,
tomó prisionero al ministro Portales, quien había llegado hasta ese lugar
para revisar las tropas. Finalmente, Portales fue fusilado por el capitán
Santiago Florín. El asesinato del influyente ministro logró el efecto
contrario, pues se interpretó como un complot del gobierno peruano y el
pueblo adhirió con mayor fuerza al proyecto de guerra. Luego de
diversos encuentros en que ambos ejércitos obtuvieron ventajas
parciales, las tropas chilenas derrotaron definitivamente a los ejércitos de
la Confederación en la batalla de Yungay, ocurrida el 20 de enero de
1839.
El siguiente mapa muestra las principales batallas de la guerra contra la
Confederación Perú-Boliviana:
Batallas contra la Confederación Perú-Boliviana
Los efectos de este triunfo y el fin de la guerra fueron variados; entre
ellos destacan los siguientes:
 Fin del gobierno de Santa Cruz y la disolución de la Confederación.
 Las relaciones entre Chile, Perú y Bolivia sufrieron un duro revés.
Los lazos de solidaridad construidos tras la independencia se
debilitaron notoriamente.
 A juicio de distintos investigadores, en Chile el sentimiento
nacionalista se vio fortalecido luego del triunfo obtenido por las
tropas en Yungay. Se exaltó la figura del “roto chileno”, en
homenaje a los soldados reclutados en barrios populares para
engrosar los ejércitos.
3.2
Consolidación de la república
Tema 3: La conformación del Estado-nación en Chile

3.2.2 La consolidación de la economía chilena


Desde 1831, durante el gobierno conservador de José Joaquín Prieto, la
economía chilena comenzó a consolidarse con el ascenso al poder del
grupo de los estanqueros. Diego Portales asumió como ministro del
Interior y Manuel Rengifo, apodado el “mago de las finanzas”, lo hizo
como ministro de Hacienda; su apodo se debe a que llevó a cabo una
serie de reformas que permitieron consolidar al país, dentro de las cuales
se encuentran las siguientes:
 Reforma tributaria. Abolió los impuestos coloniales y los remplazó
por un sistema de catastro con el cual se cobraba un impuesto a
los predios agrícolas equivalente al 3 % de su renta anual.
Además, creó las tesorerías públicas y, en 1834, un régimen
aduanero reformado: fijó aranceles para las mercaderías
importadas o exportadas, declarando libres de impuestos todos
aquellos objetos útiles para el progreso del país, como
maquinarias, herramientas, instrumentos científicos y libros.
 Reforma al comercio exterior. Perfeccionó el sistema de
almacenes francos del puerto de Valparaíso, donde llegaban
mercaderías de todos los países antes de ser distribuidas en la
costa oeste de América. El impulso dado al puerto provocó el
aumento de la inmigración de personas ligadas al comercio,
potenciando esta actividad. La siguiente imagen muestra la bahía
de Valparaíso y los almacenes construidos:

► S. i. Almacenes fiscales Valparaíso. Wikimedia Commons.

 Reforma en la hacienda. Disminuyó el gasto público con la


reducción del Ejército, la división de la deuda del país en dos
ramas diferenciadas: deuda interna y deuda externa, y se dedicó a
liquidar las deudas del Estado durante su mandato.
De esta manera, desde el comienzo el Estado asumió un rol protagónico
en la actividad económica del país a través de medidas proteccionista,
como el impuesto a productos extranjeros y el fomento a la industria
local.
Además de estas acciones, durante el período de administración
conservadora se descubrieron yacimientos de plata y cobre, lo que, junto
con el aumento de la demanda externa de cereales, contribuyó a la
recuperación económica que se hizo evidente al finalizar la década de
1850.

3.2.3 La institucionalización del debate político


Hacia 1850, Chile había consolidado su política bajo ideas
conservadoras y sentado las bases del desarrollo económico. En este
escenario surgieron ideas contrarias al gobierno autoritario impuesto por
la Constitución de 1833, que gracias al ambiente de unidad política
producido tras la guerra contra la Confederación, encontraron nuevos
espacios para ser difundidas, ya que se redujo su persecución en la
década de 1840. En este sentido, el debate político que cruzó la
sociedad chilena se focalizó en los temas de desequilibrio de los
poderes públicos, los derechos individuales, el centralismo y
la secularización o laicización de la sociedad.
En torno a las posiciones que se asumían respecto a estos problemas,
se fueron configurando partidos políticos que hasta entonces no
contaban con una estructura formal, estos, con distintos énfasis,
apoyaban o criticaban al gobierno y al orden de carácter conservador. De
esta manera, los partidos se establecieron como organizaciones con una
ideología y estructura orgánica, cuya meta fue desarrollar un programa
de gobierno. Asimismo, el desarrollo de la prensa y la discusión
parlamentaria contribuyeron al fortalecimiento del sistema republicano.
Dentro de los aspectos más discutidos políticamente se encuentran los
siguientes:
 Centralismo. Las críticas de las provincias al centralismo
santiaguino, así como la competencia por el predominio político,
empujaron a una revolución o revuelta entre los grupos liberales y
la oligarquía conservadora. Muchas pequeñas insurrecciones
surgieron en provincias a cargo de montoneros o de grupos de
obreros; sin embargo, fueron sofocadas por el gobierno. Durante
este período se mantuvo el estado de sitio, se clausuraron
periódicos, hubo desterrados e incluso muertos, producto de la
violencia.
 Desequilibrio de los poderes del Estado. Los grupos de
tendencia liberal denunciaron el desequilibrio en las atribuciones de
los poderes públicos, ya que la Constitución de 1833 otorgaba
mayores facultades al Ejecutivo. En 1871 se implementó la primera
reforma constitucional que limitó los poderes del Ejecutivo. Se
prohibió la reelección presidencial de forma inmediata, terminando
así los gobiernos decenales, que se habían sucedido durante 40
años..
 Derechos individuales. El autoritarismo de los gobiernos
conservadores, amparado por la Constitución de 1833, había
disminuido los derechos individuales que defendían las ideas
liberales. Esto provocó una fuerte crítica desde los sectores
opositores, dentro de los cuales se encontraba Francisco Bilbao,
quien denunció lo siguiente:
Las críticas de Bilbao
¿Cuál fue el punto culminante de la revolución del siglo XVIII y de la
revolución americana? La libertad del hombre, la igualdad del ciudadano.
Se reconoció en el hombre la igualdad de su origen, de su derecho y de
su fin. Luego, las condiciones necesarias para cumplirlas le son debidas
lógicamente. El individuo, como hombre en general, pide la libertad de
pensamiento, de donde nace la libertad de cultos. El individuo como
ESPÍRITU LIBRE, expuesto al bien y al mal, necesita EDUCACIÓN para
conocer el bien. El individuo, el YO HUMANO, cuerpo y alma, necesita
PROPIEDAD para cumplir su fin en la tierra. (…) Sobre las creencias
retrógradas se ha elevado la administración actual, y el carácter
progresista que se precia haber tomado no lo vemos. La inmortalidad de
un gobierno en la historia de un pueblo consiste en comprender la idea
culminante que el siglo le presenta para su realización y realizarla. Entre
nosotros, la idea culminante, como herederos de la revolución, es
completarla. Completar la revolución es apoyar la democracia en el
espíritu y la tierra, en la educación y la propiedad. Esta obra es la
destrucción de la síntesis autoritaria del pasado (…).

Bilbao, Francisco. Sociabilidad chilena, junio de 1844.

 Secularización de la sociedad. Otra de las tensiones al interior de


la sociedad chilena fue la diferencia respecto a cómo entender la
relación de la Iglesia con el Estado. Mientras los conservadores
buscaban fortalecer el peso de la Iglesia en la sociedad y el Estado
chileno, los liberales aspiraban a liberalizarla.
La secularización de la sociedad se expresó en la idea de la
separación de la Iglesia y el Estado, y en la libertad de cultos,
propiciadas por los sectores liberales. Durante el transcurso del
siglo XIX, la oposición fue ganando terreno en sus posturas laicas y
liberales, superando algunos episodios de gran tensión con los
conservadores.
De esta manera, durante el período conservador, llamado por los
historiadores como “los decenios” porque cada gobierno duró 10 años,
surgieron diferentes críticas. En la siguiente línea se observa la evolución
política durante estos gobiernos y la formación de la oposición liberal:

La siguiente infografía muestra la conformación de la Sociedad de la


Igualdad, sus principios e ideales.
3.3
La difusión de la idea de nación
Tema 3: La conformación del Estado-nación en Chile

Consolidada la independencia política de Chile, diversos medios hicieron


eco de la misión de establecer y difundir la identidad nacional. Distintos
espacios de expresión pública fueron los principales medios que
ayudaron a propagar la idea de nación en la población.
Subir
3.3.1 Espacios de expresión pública
En cuanto a los espacios que nacieron con el objetivo de difundir
opiniones de manera pública se encuentran los siguientes:
 La prensa. Fue uno de los principales medios de difusión de las
ideologías políticas durante el período. Esta herramienta fue
utilizada como un arma de difusión tanto por el gobierno
conservador de la época como por la oposición liberal, ya que
ambos pudieron difundir su propia idea de nación. Con la ley
referida a la libertad de imprenta promulgada en 1846, la prensa
tuvo un mayor impulso y reflejo de ello fue el surgimiento de una
serie de periódicos, en su mayoría liberales, que tuvieron como
objetivo difundir y hacer llegar a la población sus nuevas ideas
políticas. La prensa también fue el soporte de una aguda crítica
política que se realizó por medio de la caricatura; esta estrategia
nace particularmente en la revista El Correo Literario de 1858. La
siguiente imagen muestra una de las caricaturas políticas
publicadas por la revista:

► Smith, A. (1858). República.


 La historiografía. Durante el siglo XIX tuvo un importante
desarrollo, ya que la Universidad de Chile establecía que cada año
un integrante de su corporación debía elaborar una memoria sobre
temas de historia nacional para responder al interés y la necesidad
de desarrollar una identidad propia. Entre los historiadores del
siglo XIX, destacaron: José Victorino Lastarria, Miguel Luis
Amunátegui, Diego Barros Arana y Benjamín Vicuña Mackenna,
todos políticamente liberales.

 La literatura. Grandes escritores de la época, como Salvador


Sanfuentes, Manuel Antonio Matta y Francisco Bilbao, impulsaron
un movimiento que consolidó la literatura en Chile. El siglo XIX fue
el escenario de importantes obras que ayudaron a exaltar el
sentimiento nacionalista –por medio del Romanticismo– como
también obras que ayudaron a visibilizar el mundo popular –a
través del realismo. A continuación, se presenta un fragmento de la
obra Martin Rivas, novela emblemática del realismo en Chile:
Diferencias sociales
Martín envidiaba de todo corazón aquella insípida locuacidad, mezclada
con palabras francesas y vulgares observaciones, dichas con ridícula
afectación. Admiraba al mismo tiempo la riqueza de los muebles,
desconocida para él hasta entonces; la profusión de los dorados, la
majestad de las cortinas que pendían delante de las ventanas y la variedad
de objetos que cubrían las mesas de arrimo. Su inexperiencia le hizo
considerar cuanto veía como atributos de la grandeza y la superioridad
verdaderas, y despertó en su naturaleza entusiasta esa aspiración al lujo,
que parece sobre todo patrimonio de la juventud.

Blest Gana, A. (1862) Martín Rivas.

3.3.2 Sistema educacional


Desde el inicio del proceso de independencia, la educación se transformó
en una de las preocupaciones más importantes del Estado, pues en ella
estaba depositada gran parte de las esperanzas de regeneración cultural
y moral que harían de la excolonia una república moderna e ilustrada. Se
estimaba que para superar el retraso cultural de Chile era necesario
proporcionar una mejor enseñanza a la población, asegurando que sus
ciudadanos se desempeñaran de forma consciente y responsable.
Los objetivos estatales tras el impulso a la educación son explicados en
la siguiente fuente de la historiadora chilena Sol Serrano:
Necesidad de educar al pueblo
La élite ilustrada que accedió al poder público buscaba, en primer lugar,
racionalizar el aparato de Estado y, desde él, racionalizar el resto de la
sociedad.
(…) La formación de un sistema nacional de educación responde,
entonces, al afán racionalizador de los sectores ilustrados de la clase
dirigente que buscaban ordenar desde el Estado una sociedad que
aparece como caótica, desde la perspectiva de los cánones del
conocimiento racional. La diferencia entre ilustrados e ignorantes no era
nada nuevo; lo nuevo era que esta diferencia se constituía en una tensión
y ella no se generaba tanto de la presión de los ignorantes por saber, como
de la necesidad de los ilustrados por forjar una nación con una identidad
común a todos los habitantes de un territorio, es decir, forjar una ideología
nacional como fuente de legítima política.

Serrano, S. Universidad y nación. Chile en el siglo XIX. Santiago, Chile: Editorial Universitaria,
1994.

Es por lo anterior que en la Constitución de 1833 se estableció que la


educación pública era una atención preferente del Estado, por lo que se
fundó el Ministerio de Instrucción Pública, Justicia y Culto, con el objetivo
de difundir la educación y la cultura.
Además, el desarrollo económico posterior a la independencia requería
contar con mano de obra de cierto nivel de instrucción y, más importante
aún, con normas y disciplinas de trabajo más sistemáticas. La élite
dirigente consideraba indispensable introducir en los habitantes hábitos y
modales civilizados, para así formar un pueblo laborioso, disciplinado,
higiénico, ahorrativo e ilustrado. No obstante, y pese a la premura de las
nuevas autoridades por fortalecer la acción educativa al interior de la
república, la organización de un sistema nacional de educación comenzó
a construirse con solidez solo a partir de la década de 1840.
Entre las principales iniciativas estatales se encuentran:
 La educación primaria. Con el fin de alfabetizar y educar a una
mayor cantidad de niños y niñas, se aprobaron diversas
disposiciones que otorgaron al Estado tanto los recursos como las
facultades necesarias para impulsar la instrucción primaria. Desde
entonces, y para asegurar una formación común y republicana a
las nuevas generaciones se crearon establecimientos a lo largo de
Chile y se formaron docentes capacitados para esta importante
labor. Bajo este contexto, el Estado fundó en 1842 la Escuela
Normal de Preceptores para formar a los profesores encargados
de dirigir las escuelas primarias. Posteriormente, y con el objetivo
de ratificar la preocupación del Estado por difundir la educación, se
aprobó la Ley de Instrucción Primaria, que garantizó la gratuidad
de la enseñanza básica a ambos sexos en todos los sectores del
país, pese a que la cobertura nacional de escuelas aún era muy
baja.
Ya a fines del siglo XIX, se institucionalizaron nuevas prácticas
pedagógicas, como la separación de los alumnos en cursos y
niveles, la imposición de horarios, el uso de textos, el
establecimiento de un sistema de premios y castigos, así como
evaluaciones anuales del desempeño escolar, no obstante, muchas
escuelas continuaron funcionando con infraestructura precaria, y con
altos niveles de ausentismo y deserción durante todo el siglo XIX y
gran parte del siglo XX.
La siguiente imagen corresponde a un grupo de niños junto a su
profesor:
► Grupo de alumnos con su profesor, 1905. Memoria Chilena.

 Educación secundaria y superior. A diferencia de la primaria, la


educación secundaria y superior tuvo un carácter selectivo, elitista
y orientado a la formación de una nueva cultura que entrelazaba el
pensamiento científico, los valores de la cultura clásica y algunos
conceptos liberales. Por esta razón, fueron contratados en Europa
educadores, artistas y científicos, a quienes se encomendaron
labores pedagógicas con el fin de asegurar la calidad de la
enseñanza en ámbitos como arquitectura, ingeniería, biología,
geografía, dibujo, música, etc., cuyos fundamentos técnicos más
avanzados eran poco difundidos en nuestro país. Sin duda, el logro
más trascendental se reflejó en la enseñanza universitaria con la
creación de la Universidad de Chile, en 1842. El objetivo principal
de esta nueva institución era formar a las próximas clases
dirigentes de la nación, además de la inspección y supervisión de
la enseñanza impartida en los establecimientos públicos y privados
en todos los niveles y campos del aprendizaje.
La Universidad de Chile nace con el objetivo de ponerse al servicio
de la nación, y así queda demostrado en el siguiente discurso del
primer rector del plantel, Andrés Bello, realizado en la inauguración
de la institución:
Objetivo de la Universidad de Chile
La Universidad estudiará también las especialidades de la sociedad
chilena bajo el punto de vista económico, que no presenta problemas
menos vastos, ni de menos arriesgada resolución. La Universidad
examinará los resultados de la estadística chilena, contribuirá a formarla,
y leerá en sus guarismos la expresión de nuestros intereses materiales.
Porque en este, como en otros ramos, el programa de la Universidad es
enteramente chileno (…) Todas las sendas en que se propone dirigir las
investigaciones de sus miembros, el estudio de sus alumnos, convergen
en un centro: la patria.

Bello, A. (1843). Discurso en la Instalación de la Universidad de Chile. En: La Universidad de


Chile 1842-1992. Cuatro textos de su historia. Santiago: Universitaria 1993.

El Estado también impulsó dos proyectos orientados a potenciar la


formación técnica y artística de la población chilena.
 Educación técnica. El gran impulso a la enseñanza técnica llegó
en 1849 con la apertura de la Escuela de Artes y Oficios de
Santiago, en la que se impartieron los talleres de carpintería,
herrería, mecánica y fundición. Rápidamente adquirió un sólido
prestigio y su contribución al avance industrial del país la convirtió
en una de las más importantes de América Latina.
 Educación artística. Obedeciendo a una inquietud del gobierno
por el fomento de las bellas artes, se favoreció la enseñanza con la
creación y financiamiento público de la Academia de Pintura
(1849), el Conservatorio de Música (1850), las clases de
Arquitectura (1849), y la de Ornamentación y Escultura (1854), bajo
la dirección del escultor francés Augusto François en la
Universidad de Chile.
En cuanto a la educación femenina, los esfuerzos del Estado se
concentraron solo en los estudios elementales –educación básica–, pues
desde la perspectiva de la época no tenía sentido abrir liceos fiscales
femeninos cuando la educación segundaria tenía como objetivo preparar
a los estudiantes para el ingreso a la universidad y esta estaba reservada
exclusivamente para los varones.
Los liceos femeninos estuvieron solo en manos de particulares hasta
1891 y buscaban resguardar el ideal de mujer; así, el desarrollo de la
intelectualidad femenina tenía como objetivo formar mejores madres.
En la siguiente galería de fuentes se muestran los avances en la
educación femenina:
Mujer educando
Decreto Amunátegui
Liceos femeninos

En esta imagen se exhibe un ejemplo de una educación alineada al ideal


de mujer.
Taller de habilidades
Taller de habilidades

Cómo trabajar el tiempo histórico


El siguiente video muestra los pasos que se deben seguir al trabajar el
tiempo histórico en un mapa.

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