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FEMINIZACIÓN DEL DERECHO PENAL: ¿UNA INCLUSIÓN LEGISLATIVA

CON PERSPECTIVA DE GÉNERO?

Miguel Ontiveros Alonso nos presenta una investigación que arroja lucidez en
materia del Sistema de Justicia Mexicano desde la necesaria afirmación sobre la
feminización del derecho; ésta, se sostiene desde el doble papel que trastoca la
exclusión. En su introducción nos comenta que el esfuerzo de traductología mixe (o
ayuuk) proviene de la sensibilización desde de su identidad ante la exclusión y
opresión social, que posiblemente ha trastocado su percepción sobre los sectores
vulnerados. El texto nos habla desde la visión del otro.
Entrando en materia, el autor nos ejemplifica muchos de los casos de
justificación que deberían revalorizarse en materia de la dogmática penal
feminizada; y éstos los sostiene desde una perspectiva comparada con el Sistema
de Derecho de Alemania, el cual resulta mucho más adelantado en temas de
vigencia sobre el papel de la mujer en la sociedad; pone énfasis en el concepto de
“muerte al tirano”. De aquí podría surgir la interrogante, ¿es acaso pertinente utilizar
un modelo funcional en otro contexto para adaptarlo a una sociedad con sus propias
necesidades? Al parecer, en materia de avanzar por la dignificación de los derechos
de las mujeres, resulta necesario, pero también sería interesante desarrollar un
Sistema de Derecho que pudiese otorgar el mismo esquema de garantías, surgido
desde la propia aceptación de la interculturalidad y no desde la adaptación de otra
hegemonía.
En otro apartado, el autor procura ejemplificar con casos, la necesidad de
feminizar la dogmática penal. En dicho apartado visibiliza la importancia de ampliar
las formas de protección a las víctimas de violencia de género, aún favoreciendo a
las masculinas, debido a que existe licitud en un caso de “agresiones mutuas” y
difícilmente considera los precedentes al acto. En ese sentido, la doctrina alemana
diferencia la legitima defensa a una necesidad justificante, siendo la primera sin
premeditación y la segunda implica un peligro continuado. El autor expone que
dependiendo de la fuente del peligro pueden convertirse en agresiones
reviviscentes. Continuando con su exposición, se demuestra que éstos casos
brindan un dilema ético-social en la impartición y exigencia de justicia, mismo que
se abre desde la circunstancia de posición garante en la relación de agresor y
defensor. Y cito:
…la restricción ético-social no juega rol alguno cuando la persona con quien se guarda una
posición de garante rompe cualquier vínculo de solidaridad y supera los límites de tolerancia
que encuadran una relación mutua de salvaguarda. (Ontiveros: 2019)
La violencia no corresponde a su denuncia en el ámbito psicológico y
estructural si bien está tipificada. Hoy en día requerimos replantearnos temas
tocantes a la alevosía y ventaja en los delitos provenientes de una mujer, pues es
necesario reposicionarnos como víctima del delito, tanto en materia penal como
procesal. La feminización no es una tarea iniciada por el desequilibrio entre hombres
y mujeres, debido a que “comportamientos idénticos” tienen consecuencias
diferentes. Ontiveros sostiene que el creciente aumento de la influencia de la mujer
en la opinión pública ha modificado el ámbito legislativo y de jurisprudencia. Por
mucho tiempo el prejuicio sobre nuestra emotividad prohibió nuestra la
incorporación a la judicatura. En aras de avanzar por una sociedad más justa y
diferida, que pueda favorecer a quienes tienen una posición que prevalece separada
de la imparcialidad, feminizar el derecho es proteger de los agravios estructurales
de la sociedad en pleno siglo XXI.

MARÍA DEL PILAR CAMARGO JUÁREZ

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