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Conclusión de su periodo de Gobierno[editar]

Violeta Barrios de Chamorro recibió de Daniel Ortega un país dividido ideológicamente, con una
economía destruida por el conflicto armado contra la Contra (paramilitares nicaragüenses
sostenidos por la CIA estadounidense).

Fue apoyada por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

Sin embargo, el Índice de Desarrollo Humano elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el
Desarrollo, situó a Nicaragua en el penúltimo lugar de los países de América, solo por encima de
Haití. Durante su régimen aumentó la migración a países vecinos (principalmente El Salvador y Costa
Rica). Chamorro se mostró incapaz de frenar el aumento de las actividades ilegales, entre ellas el
narcotráfico, la trata de personas y la prostitución, que elevaron los niveles de inseguridad
ciudadana, convirtiendo a Nicaragua en uno de los primeros países por mayor tasas de homicidios en
los años noventa.16

Como presidenta de Nicaragua, Violeta Barrios de Chamorro fue anfitriona de tres cumbres de
presidentes centroamericanos:

XII Cumbre Ordinaria, en Managua, el 4 y 5 de junio de 1992.

I Cumbre Ecológica, en Managua, el 12 de octubre de 1994, en la que se firmó la Alianza para del
Desarrollo Sostenible.

XVIII Cumbre Ordinaria, en Montelimar, el 9 de mayo de 1996.[cita requerida]

Managua fue también el escenario del inicio de la XXIII Asamblea General de la OEA, en junio de
1993.

El 21 de octubre de 1996 se celebraron las elecciones presidenciales, que ganó el neoliberal alcalde
de Managua, Arnoldo Alemán Lacayo (de la Alianza Liberal). El 10 de enero de 1997, Chamorro
traspasó el poder a Alemán.

Después de la presidencia[editar]

En 1997, Violeta Chamorro creó la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, que preside junto con sus
cuatro hijos, y promueve proyectos de desarrollo regional e iniciativas para fortalecer la paz civil.17

Pertenece al «Consejo de Presidentes y Primeros Ministros» del Programa de las Américas del
Centro Cárter, en la ciudad de Atlanta (Estados Unidos).

Ha publicado la autobiografía Sueños del corazón.

Conclusión de su periodo de Gobierno[editar]


Violeta Barrios de Chamorro recibió de Daniel Ortega un país dividido ideológicamente, con una
economía destruida por el conflicto armado contra la Contra(paramilitares nicaragüenses
sostenidos por la CIA estadounidense).
Fue apoyada por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Sin embargo, el Índice de Desarrollo Humanoelaborado por el Programa de Naciones Unidas
para el Desarrollo, situó a Nicaragua en el penúltimo lugar de los países de América, solo por
encima de Haití. Durante su régimen aumentó la migración a países vecinos (principalmente
El Salvador y Costa Rica). Chamorro se mostró incapaz de frenar el aumento de las actividades
ilegales, entre ellas el narcotráfico, la trata de personas y la prostitución, que elevaron los
niveles de inseguridad ciudadana, convirtiendo a Nicaragua en uno de los primeros países por
mayor tasas de homicidios en los años noventa.16
Como presidenta de Nicaragua, Violeta Barrios de Chamorro fue anfitriona de tres cumbres de
presidentes centroamericanos:

 XII Cumbre Ordinaria, en Managua, el 4 y 5 de junio de 1992.


 I Cumbre Ecológica, en Managua, el 12 de octubre de 1994, en la que se firmó la Alianza
para del Desarrollo Sostenible.
 XVIII Cumbre Ordinaria, en Montelimar, el 9 de mayo de 1996.[cita requerida]
Managua fue también el escenario del inicio de la XXIII Asamblea General de la OEA, en junio
de 1993.
El 21 de octubre de 1996 se celebraron las elecciones presidenciales, que ganó
el neoliberal alcalde de Managua, Arnoldo Alemán Lacayo (de la Alianza Liberal). El 10 de enero
de 1997, Chamorro traspasó el poder a Alemán.

Después de la presidencia[editar]
En 1997, Violeta Chamorro creó la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, que preside junto
con sus cuatro hijos, y promueve proyectos de desarrollo regional e iniciativas para fortalecer la
paz civil.17
Pertenece al «Consejo de Presidentes y Primeros Ministros» del Programa de las Américas del
Centro Cárter, en la ciudad de Atlanta (Estados Unidos).
Ha publicado la autobiografía Sueños del corazón.

Violeta Barrios de Chamorro


Una de los siete hijos de una familia de terratenientes y rancheros, recibió su educación en Estados
Unidos en dos selectos colegios católicos, en San Antonio, Texas, y Southside, Virginia, donde tomó
clases de secretaria antes de interrumpir los estudios por la repentina muerte de su padre. De vuelta
a Nicaragua, en 1951 contrajo matrimonio con Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, periodista,
dirigente de la burguesía conservadora y con el tiempo uno de los más destacados opositores al
régimen de Anastasio Somoza Debayle como líder de la Unión Democrática de Liberación (UDEL).

Pedro Joaquín Chamorro, que para muchos era la alternativa de Estados Unidos para presidir el país
en lugar de su desacreditado protegido, sufrió varios encarcelamientos y fue finalmente asesinado el
10 de enero de 1978, todo indicó, por los secuaces del dictador. El trágico suceso supuso la entrada
en política de la viuda, que hasta entonces había permanecido en un discreto segundo plano.

A raíz del triunfo de la revolución sandinista en 1979, Violeta figuró, en representación de la UDEL,
en la primera Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional (JGRN), constituida el 18 de julio y
también integrada por: Daniel Ortega Saavedra, comandante del Frente Sandinista de Liberación
Nacional (FSLN); Moisés Hassán Morales, del pro-sandinista Frente Patriótico Nacional (FPN); el
empresario liberal Luis Alfonso Robelo Callejas, del Movimiento Democrático Nicaragüense (MDN), y
el intelectual socialdemócrata Sergio Ramírez Mercado, por el Grupo de los Doce. No obstante, ella
presentó la dimisión el 19 de abril de 1980 en desacuerdo con la orientación marxista de la JGRN y
el incumplimiento de los compromisos, pactados en la ciudad costarricense de Puntarenas el 18 de
junio de 1979, de establecer un sistema democrático. Con su salida y la de Robelo, efectuada días
después, la Junta quedó dominada por FSLN, al que en lo sucesivo Chamorro atacó desde el diario
que había heredado de su esposo, La Prensa, que sería clausurado temporalmente en cinco
ocasiones.

De la división de la sociedad nicaragüense en aquellos años dejó simbólico testimonio la propia


familia Chamorro: mientras que los dos hijos mayores, Pedro Joaquín y Cristiana, actuaron desde la
oposición, el primero como activista de la Resistencia Nicaragüense o Contra y la segunda en la
dirección del periódico familiar, los menores, Carlos Fernando y Claudia Lucía, desarrollaron una
notoria militancia sandinista, siendo el primero director de Barricada, el órgano de prensa del FSLN.
Cabeza visible de la oposición política legal (diferenciada de las distintas insurgencias armadas)
en Managua, Chamorro aglutinó en torno a su condición de independiente una coalición de hasta
catorce partidos, la Unión Nacional Opositora (UNO); fundada el 29 de mayo de 1986, si bien sus
orígenes estaban en la Coordinadora Democrática Nicaragüense (CDN) de 1982, la UNO abarcaba
desde la derecha nostálgica del somocismo hasta el Partido Comunista, con el único nexo del
rechazo al Gobierno del FSLN.

En las primarias conducidas por la UNO en septiembre de 1989 para la nominación presidencial
Barrios logró imponerse a Virgilio Godoy Reyes, del Partido Liberal Independiente (PLI), y al
empresario Enrique Bolaños Geyer -que en 2002 iba a ver realizada esta aspiración-, del derechista
Partido Liberal Constitucionalista (PLC). En las elecciones del 25 de febrero de 1990 Chamorro
derrotó, contrariamente a lo reflejado por las encuestas, al candidato reeleccionista, Ortega, con el
54,7% de los votos, mientras que la UNO se hizo con 51 de los 92 escaños de la Asamblea Nacional.
Tras tomar posesión el 25 de abril en presencia de una decena de jefes de Estado, la más urgente
tarea que Chamorro se planteó fue conseguir el definitivo cese de hostilidades de la Contra, que
había anunciado un alto el fuego el 19 de abril y que, efectivamente, completó su desarme el 15 de
junio, poniendo fin así a una guerra civil de diez años con un balance de 45.000 muertos, por citar
sólo el dato más dramático de una contienda muy destructiva.

El septenio de Chamorro al frente del país discurrió entre graves disensiones políticas y una
calamitosa situación económica y social, fruto de una década de bloqueo comercial por Estados
Unidos, los estragos de la guerra civil y los propios fracasos de la gestión sandinista, imponderables
que limitaron su margen de maniobra y terminaron minando su autoridad. En 1990 el cuadro no
podía ser más ominoso: la recesión productiva alcanzó el 5,5% del PIB, las importaciones duplicaban
a las exportaciones, la deuda externa triplicaba la producción nacional y la inflación registró un
insólito 12.400%. Un mes antes de la toma de posesión, el 27 de marzo, Chamorro adoptó
con Ortega un Protocolo de Transición del Poder Ejecutivo (PTPE), en esencia un consenso mínimo
en torno a una serie de puntos políticos y jurídicos que garantizara una cierta gobernabilidad. No
obstante, la primera tarascada con los sandinistas ocurrió ya el 10 de mayo, cuando los diputados de
la UNO sacaron adelante una ley de amnistía para todos los ex guardias somocistas que aún
permanecían en prisión.

Violeta Barrios de Chamorro procedió en un primer momento a revertir algunas de las medidas
aplicadas por el Gobierno anterior, como la reforma agraria, la estatalización de empresas y la
subvención de servicios públicos, y aplicó un paquete de medidas liberales de austeridad contenidas
en el denominado Plan de los 100 Días o Plan Mayorga, en referencia a su impulsor, el ministro de
Finanzas Francisco Mayorga. Pero la fuerte reacción sandinista, que conservaba una gran capacidad
de movilización popular y controlaba a los sindicatos, le obligó a retirar buena parte de las medidas,
granjeándose a cambio la hostilidad de los sectores más conservadores de la UNO.

El programa de ajuste lanzado en marzo de 1991, precariamente financiado con préstamos del FMI y
otras muchas instancias internacionales y nacionales, que contemplaba la multiplicación de los
precios de las tarifas públicas y los bienes de primera necesidad, una devaluación del córdoba del
400% y la reconversión laboral del funcionariado, encontró similar contestación en forma de huelgas
y manifestaciones. La ya muy abultada deuda exterior sufrió los recargos de las ayudas
trabajosamente gestionadas por Violeta Barrios de Chamorro en su apretada agenda, si bien en
septiembre de 1991 el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo accedieron a
condonar la totalidad de los débitos contraidos. En enero de 1993, conforme a su línea de
moderación, pactó con el FSLN el mantenimiento de determinados logros de la revolución, como la
legislación socializante de la propiedad de la tierra y la vivienda (cuya derogación parlamentaria el 20
de agosto de 1991 decidió vetar), a cambio de una liberalización económica promercado y la
reprivatización de algunas empresas, hecho que precipitó la ruptura con el vicepresidente de la
República, Godoy, que pasó a exigir su dimisión.

Personas ligadas al sandinismo entraron en el Gobierno, y el socialdemócrata Gustavo Tablada fue


elegido presidente de la Asamblea Nacional. Una de las situaciones por la que los elementos
derechistas de la UNO cargaron de reproches a Chamorro fue la continuidad al frente del Ejército
Popular de Humberto Ortega Saavedra, hermano de Daniel y considerado un exponente de la línea
dura del sandinismo. Como presidenta y ministra de Defensa, Violeta Barrios de Chamorro se
atribuía la jefatura nominal de las Fuerzas Armadas, y por el decreto del 6 de febrero de 1991
estableció su control directo sobre las mismas. Aún con sus atribuciones reducidas, Humberto Ortega
permaneció en la jefatura de la institución armada hasta el 21 de febrero de 1995, cuando fue
reemplazado por el general Joaquín Cuadra Lacayo.

En este contexto de fragmentación y polarización partidistas, la coalición gobernante se rompió y la


UNO fue desintegrándose a lo largo de 1993. En diciembre de 1994 nació la Alianza Liberal (AL)
como una coalición de partidos derechistas salidos de la UNO, siendo los más relevantes el PLC y el
Partido Neoliberal (PALI). Para entonces, el único sector destacable de la antigua UNO que seguía
apoyando a Violeta Barrios de Chamorro se agrupaba en torno a su yerno y ministro de la
Presidencia, Antonio Lacayo Oyanguren, que en septiembre de 1995 lanzó su propia formación
centrista, Proyecto Nacional (Pronal), y que en 1996 vio inhabilitada su candidatura a las elecciones
presidenciales por sus vínculos familiares con la jefa del Estado. Hasta el final de su mandato Violeta
Barrios de Chamorro se sostuvo precariamente gracias al apoyo de los diputados sandinistas y los
del grupo centrista de Lacayo.

Después de que el sector renovador del FSLN se uniera a varias formaciones de la extinta UNO, se
articuló una mayoría a favor de la reforma constitucional sobre la que existía una amplia controversia
nacional. La aprobación por la Asamblea en noviembre de 1994 de 65 enmiendas a la Carta Magna
de 1987 provocó una crisis institucional sin precedentes que durante meses paralizó la actividad
política y legislativa, ya que Violeta Barrios de Chamorro apoyaba algunos de los cambios
introducidos (cambio de nombre y total despolitización del Ejército, abolición del servicio militar
obligatorio, garantía de la propiedad privada), pero discrepaba de otras (reequilibrio del poder entre el
ejecutivo y el legislativo en un sentido favorable al último).

Finalmente, se llegó a un acuerdo de mínimos por el que salieron adelante las reformas, incluidas
modificaciones de la normativa electoral (como la reducción del mandato presidencial de seis a cinco
años), con una sensación de victoria de los diputados. La inconclusa y delicada tarea de la
reinserción de los ex combatientes propició la reaparición de grupos armados declarados en rebeldía
y escorados al bandidaje, que protagonizaron graves incidentes, como la ola de toma de rehenes que
en el verano de 1993 puso en jaque al Gobierno.

El fenómeno de los recompas y recontras (antiguos miembros del Ejército y de la Contra no


reinsertados, respectivamente, que en algunos casos incluso se agruparon bajo una misma
bandera), muy perjudicial para la política de reconciliación nacional de Chamorro y cuya dimensión
bélica hizo temer por el resurgimiento de la guerra civil, prosiguió con decreciente intensidad hasta el
final de su mandato, luego de ser combatido por el Ejército y reconducido por vías dialogadas. A
pesar de algunos éxitos macroeconómicos, como el positivo rendimiento del PIB y el sometimiento
de la inflación hasta el 12% (1996), Chamorro fracasó completamente en la mejora sustancial de las
condiciones de vida de un vasto segmento de la población.

Comparativamente, Nicaragua retrocedió mucho en la tabla del Índice de Desarrollo Humano (IDH)
que confecciona el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), hasta situarse en la
segunda posición más baja de América luego de Haití. Los partidarios de la presidenta adujeron que
su administración no contó con toda la ayuda financiera que demandaba la reconstrucción posbélica
del país, señalando particularmente a Estados Unidos, que durante la guerra civil sí había volcado
ingentes sumas de dinero para financiar a la Contra.

El 10 de enero de 1997 concluyó el mandato de Violeta Barrios de Chamorro y la sustituyó el líder de


líder de AL, el abogado y dirigente patronal Arnoldo Alemán Lacayo, vencedor en las elecciones del
20 de octubre de 1996 y, como el ex vicepresidente Godoy y el ex presidente de la Asamblea,
Alfredo César, muy crítico con su actuación presidencial. Precisamente en el Gobierno de Alemán se
hizo cargo del Ministerio de Defensa el ya mencionado Pedro Joaquín Chamorro Barrios.

La presidenta nicaragüense fue anfitriona de tres citas de presidentes centroamericanos: la XII


cumbre ordinaria, en Managua el 4 y 5 de junio de 1992; la I Cumbre Ecológica, en Managua el 12 de
octubre de 1994, que contó con la asistencia del vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, y del
secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria, y que concluyó
con la firma de la Alianza para del Desarrollo Sostenible; y la XVIII cumbre ordinaria, en Montelimar
el 9 de mayo de 1996.

Asimismo, Managua fue el escenario del arranque de la XXIII Asamblea General de la OEA, en junio
de 1993. En la actualidad preside conjuntamente con sus cuatro hijos una Fundación que lleva su
nombre y que puso en marcha en julio de 1997 con el propósito de promover proyectos de desarrollo
regional e iniciativas para fortalecer la paz civil. En 1991 recibió en Washington el Premio National
Endowment for Democracy, en 1998 el II Premio Brajnovic de la Comunicación que concede la
Universidad de Navarra, España, "por su lucha en favor de la libertad y la democracia", y en 2000 el
Premio Internacional Liderazgo en Libre Comercio de manos de la Asociación Mundial de Cámaras
de Comercio. Ha publicado la autobiografía Sueños del corazón.

Violeta Barrios de Chamorro, Política y periodista nicaragüense, Presidente de Nicaragua desde el 25 de


febrero de 1990 hasta el 10 de enero de 1997. Fue candidata de la coalición de partidos que formaron la
Unión Nacional Opositora (UNO). El gobierno de doña Violeta fue un gobierno de transición que alentó la
paz y la esperanza en el pueblo nicaragüense. Logró reducir la deuda externa, y recuperar la libertad
económica. Desarmó a la Resistencia, y redujo el ejército, que había crecido demasiado en el gobierno
anterior. Se dio una apertura democrática, y se favoreció la libertad de organización y expresión. No
pertenece a ningún partido. Entregó el poder mediante elecciones libres. Durante su mandato, fue criticada
tanto por la derecha como por Estados Unidos por mantener sandinistas en el gobierno y en el Ejército.
Agotado su mandato constitucional en 1997, fue sustituida al frente de la jefatura del Estado por el
derechista Arnoldo Alemán.

Gobierno de Violeta Chamorro inició la era de corrupción

Managua. El 19 Digital. | 26 febrero de 2010

Comentar

El dirigente del Frente Nacional de los Trabajadores (FNT), Gustavo Porras, recordó al pueblo
nicaragüense que durante la administración de la señora Violeta Barrios de Chamorro, inició la era
de corrupción que solamente pudo tener fin al asumir en enero del 2007 el Gobierno Sandinista.
Gustavo aún tiene fresca todas aquellas acciones de corrupción que impulsó la señora Chamorro en
conjunto con el ex Ministro de la Presidencia y yerno, Antonio Lacayo Oyanguren, quien ahora erige
esa administración como la más "honesta", "pura" e "inmaculada" de la historia de Nicaragua. “Hay
que recordarle al señor Antonio Lacayo y la señora Violeta Barrios de Chamorro que el gobierno de
ellos dejó 80 mil empleados públicos en la calle, eso es lo que dejó”, dijo Gustavo al recordar que el
Estado prácticamente fue desaparecido por esta administración para darle paso a las políticas
neoliberales que dejaron corrupción y por ende miles de millones de córdobas robados. “Hay que
recordarle la corrupción terrible de Violeta Barrios y Antonio Lacayo en los procesos de privatización
de las empresas del Estado, aquí las textileras cómo las destruyó y como las vendió como chatarra,
aquí hay que recordar todo el proceso privatizador que montaron”. El dirigente sindical también
recordó que durante este primer gobierno corrupto neoliberal, el presupuesto de salud fue
recortado a la mitad, lo que provocó que centenares de miles de nicaragüenses quedaran fuera del
sistema de salud pública y todo aquel que requería de atención medica tenia que pagar, ya que el
servicio fue privatizado. “Miles y miles de niños están enterrados en las casas y patios de los
nicaragüenses porque sus padres no tenían cómo llevarlos al sistema de salud. Hay que recordarles a
la señora Violeta Barrios y al señor Lacayo que ellos son los responsables que después de tener un
analfabetismo por debajo del 8 ó 9 por ciento en este país, gracias a ellos volvimos a encontrar un
analfabetismo arriba del 35 por ciento”, agregó. Otro acto de corrupción que se dio en el gobierno
de la señora Violeta Barrios, fue el desmantelamiento del ferrocarril, el cual vendieron como
chatarra, así como todo el tendido de durmientes que desaparecieron por arte de magia. “Hay que
recordar a Antonio Lacayo que recibió tres millones de dólares anualmente durante tres veces, por
tres años, cuando vendió Aeronica, fue un trato que hizo con Taca y Lacsa, este señor recibió tres
millones de dólares a él, entregado en tres entregas, él fue el responsable, los trabajadores de
Aeronica ahí andan en las calles”, añadió. Igualmente le señaló que esa administración neoliberal fue
la responsable de destruir el Banco Nacional de Desarrollo y 17 años después se está logrando
restituir el banco estatal de fomento a la producción. “Ellos desbarataron aparte de la
correspondiente robadera que armaron con todas las carteras del Banco Nacional de Desarrollo con
Antonio Lacayo, (…) desbarataron el sistema financiero nacional y apareció floreciendo la banca
privada que no sirvió para desarrollar el país, sólo les sirvió a ellos, a los negocios de ellos y a los
patrones de ellos, porque Antonio Lacayo entiendo que es un empleaducho de los Pellas que son los
que realmente tienen poder económico”, dijo Gustavo. También recordó que en la administración
de Violeta Chamorro y Antonio Lacayo fue la que ordenó que a los estudiantes universitarios se les
reprimiera cuando protestaban por el seis por ciento y producto de esas agresiones se dieron los
primeros muertos. “Estos señores más bien deben responder ante la historia por todos estos daños
que hicieron”, concluyó Gustavo.

a democracia y la economía de mercado son dos sistemas que existen estrechamente entrelazados y
se refuerzan o debilitan recíprocamente. Ambos son hijos de la libertad. Si uno de estos sistemas se
fortalece, el otro también se fortalece, y si uno se debilita, debilita al otro.

En medio de una prolongada y dolorosa guerra civil, hace 24 años Nicaragua celebró una elección
totalmente transparente, para frenar el conflicto. Doña Violeta de Chamorro fue electa y ascendió a
la Presidencia de la República y, como anunció en su discurso de toma de posesión, su gobierno se
embarcó en la nave de la santa libertad. obra

Nicaragua empezó entonces a convertirse gradualmente en una nación libre y democrática. El brote
de libertad política que proporcionó esta victoria electoral, impecablemente limpia, transparente, y
en consecuencia aceptada por todos, abrió el espacio para ampliar las libertades públicas. Desde
entonces muchas de estas libertades se ampliaron y consolidaron, otras se han venido debilitando.

Doña Violeta gobernó con la fuerza moral de sus convicciones, con el poder que otorga la majestad
de la voluntad de las grandes mayorías, proclamando e implementando las libertades públicas y la
reconciliación nacional. Desde el inicio su gobierno fue un gobierno para todos y de todos, un
gobierno verdaderamente nacional. La ampliación de las libertades políticas abrió el espacio
necesario para introducir y consolidar las libertades económicas. Se implementó la libertad
comercial, auspiciando el libre comercio de bienes y servicios, esto liberó las fuerzas económicas y
sociales.

El sector estatal empezó a reducirse aceleradamente en un proceso acompañado de una


privatización rápida y efectiva de las actividades económicas, que permitió la existencia, desarrollo y
consolidación de agentes privados y mercados de libre competencia, incluyendo al sector financiero.

La característica más importante del gobierno de doña Violeta fue su voluntad al diálogo y la
formación de verdaderos consensos. Se dialogaba con todos, con las fuerzas políticas, empresariales,
militares, insurgentes, policiales, laborales, comunales y todas las otras de la sociedad civil. Las calles
se llenaron de actividad comercial y financiera en toda suerte de negocios, pero también de
continuas protestas y huelgas de empleados del Estado y de empresas privadas, libremente y sin
represión de ninguna clase.
Fue así que se vino conformando la nueva Nicaragua, en un proceso rápido de transformación
democrática, económica y social, en donde el Estado aprobaba las políticas públicas en consulta con
los ciudadanos, y los ciudadanos de forma libre y de manera individual o asociada actuaban en los
mercados construyendo una economía de mercados competitivos.

La libertad abrió el espacio a la democracia que junto con su hermana, la economía de mercado,
creó y desarrolló un país libre y soberano, con una sociedad vibrante y una economía pujante. En
1990 Nicaragua tenía hiperinflación, recesión, racionamiento y control de precios; en 1996
Nicaragua tenía precios estables, crecía al 6.4 por ciento, y los bienes y servicios los asignaban
libremente los mercados.

Al finalizar el período constitucional de doña Violeta, quien impuso dos candados constitucionales
para evitar la reelección empezando por la de ella, se celebró una elección para sustituirla. En dicha
elección participaron 21 partidos políticos y seis organizaciones ciudadanas de suscripción popular,
una verdadera fiesta democrática.

Al cumplirse 24 años de su ascensión al poder, quiero dejar sentado mi profundo agradecimiento a


doña Violeta Barrios de Chamorro, quien desde el poder libró durante siete años una verdadera
batalla democrática por instalar una democracia genuina y representativa y la instalación de valores
que perduran en la ciudadanía. Su legado de gobierno fue una nación en paz, democrática y
representativa, con profundo sentido social, una economía estable, desendeudada, y en pujante
crecimiento, de mercados libres y competitivos. Una noble señora que dio inmensas lecciones de
liderazgo y habilidad política, que al finalizar su mandato se regresó tranquilamente a su misma casa
de habitación, sin buscar la reelección y sin celebrar pactos políticos, los cuales aborrecía.

Doña Violeta nos dio un ejemplo de gobernar con convicción democrática, fuerza moral, y ética
cristiana. Gobernó con el corazón y amor de una madre que ama a su patria. Gracias doña Violeta.

El autor fue ministro en el gobierno de doña Violeta Barrios de Chamorro

Violeta de Chamorro asume como presidenta de Nicaragua en 1990

El 25 de abril de 1990 trascendía la toma de posesión de Violeta Barrios de Chamorro como


presidenta de Nicaragua, siendo la primera mujer que alcanza la primera magistratura de esta
nación.

Por Hemeroteca PL

25 de Abril de 2017 a las 12:00h

Archivado en:

Daniel Ortega Fue noticia Nicaragua Violeta de Chamorro

Violeta Barrios de Chamorro, presidenta de Nicaragua 1990-1997. (Foto: Hemeroteca PL)

Violeta Barrios de Chamorro, presidenta de Nicaragua 1990-1997. (Foto: Hemeroteca PL)


La presidenta de la Asamblea Legislativa Mi ́riam Argü ello juramentó a la presidenta electa de
Nicaragua, Violeta Barrios de Chamorro y el mandatario saliente Daniel Ortega colocó la banda
presidencial que portará durante seis añ os.

De acuerdo al protocolo, es la presidenta de la Asamblea Legislativa la que coloca la banda


presidencial a los presidentes electos, pero Ortega rompió con esto y lo hizo directamente él.

"Yo tengo que entregar la banda. Tengo que entregar la banda", dijo Ortega a la señ ora Argü ello,
quien al parecer le reclamó porque no fue ella quien hizo entrega de la banda presidencial.

"¿Prometéis fielmente cumplir con la Constitución Poli ́tica de la República para resguardar el orden
juri ́dico, alcanzar y conservar la paz y defender los principios fundamentales de la Patria y la
revolución?", preguntó la presidenta de la Asamblea Legislativa.

"Si, prometo", respondió la señ ora Chamorro como nueva presidenta de Nicaragua.

El presidente saliente, Daniel Ortega impone la banda presidencial a Violeta de Chamorro. (Foto:
Hemeroteca PL)

El presidente saliente, Daniel Ortega impone la banda presidencial a Violeta de Chamorro. (Foto:
Hemeroteca PL)

Fin de una era sandinista

Violeta Barrios de Chamorro, una viuda de 60 añ os de edad que sorprendió al mundo con su victoria
en las elecciones de febrero de 1990 sobre el presidente Daniel Ortega, asumió la presidencia, tras
más de una década de gobierno sandinista.

Ortega, quien mantuvo su promesa de realizar una transición paci ́fica, pidió a Estados Unidos en la
vi ́spera de la ceremonia de traspaso de gobierno que "dejen a los nicaragüenses resolver sus propios
problemas".

Los jefes de Estado de 11 pai ́ses, incluyendo todos los de Centroamérica, y el vicepresidente
estadounidense Dan Quayle, teni ́an previsto asistir a la ceremonia oficial en un estadio de fútbol
colmado de gente.
La señora Chamorro, quien participó con los sandinistas en un gobierno provisional en 1979 y quien
se postuló para la presidencia como un tributo a la memoria de su esposo asesinado, el periodista
Pedro Joaqui ́n Chamorro, obtuvo el 55 por ciento del voto contra el 41 por ciento que logró Ortega
en las elecciones del 19 de febrero.

Violeta Barrios de Chamorro se opuso al sandinismo durante esta década y utilizó el periódico de su
esposo, La Prensa, para montar su campañ a de ataques al gobierno saliente. Su esposo, un cri ́tico
abierto al régimen del dictador Anastasio Somoza, fue asesinado en 1978 e irónicamente, su muerte
ayudó al advenimiento de la revolución sandinista.

Violeta Barrios de Chamorro saluda a sus simpatizantes luego de asumir la presidencia de Nicaragua,
a su lado, el presidente saliente en ese entonces, Daniel Ortega. (Foto: Hemeroteca PL)

Violeta Barrios de Chamorro saluda a sus simpatizantes luego de asumir la presidencia de Nicaragua,
a su lado, el presidente saliente en ese entonces, Daniel Ortega. (Foto: Hemeroteca PL)

Ortega dijo con respecto al acuerdo de cesación definitivo del fuego que si "ellos no cumplen con los
acuerdos, no podemos tener estabilidad", agregando que "hay presiones, fuertes presiones de
Estados Unidos para que estos acuerdos no sean cumplidos".

Por su parte, Estados Unidos recientemente levantó el embargo comercial impuesto a Nicaragua,
como resultado de la victoria de la señ ora de Chamorro, y una comisión del Senado aprobó esa
misma semana un paquete considerable de ayuda en millones de dólares para Nicaragua.

¡Gracias doña Violeta!

Juan Carlos Zúniga Mairena

Violeta Barrios de Chamorro.

Foto: CORTESÍA / END Ampliar

Violeta Barrios de Chamorro.

Violeta Barrios de Chamorro.

Foto: CORTESÍA / END Ampliar

Violeta Barrios de Chamorro.

Violeta Barrios de Chamorro.

Foto: CORTESÍA / END Ampliar

Violeta Barrios de Chamorro.

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Managua, Nicaragua | 21 Octubre 2015 | 12 a.m. | Edición Impresa

Doña Violeta Chamorro, primera presidenta mujer democráticamente electa en América. Madre
abnegada, religiosa católica, campechana y de altos valores morales y éticos, cumple 87 fructíferos
años.

Ella, reconciliando a sus hijos, de distintas tendencias políticas, comprendió mejor que nadie la
necesidad de reconciliar a toda la familia nicaragüense. Este fue su principal objetivo y el sello que
caracterizó su periodo de gobierno (1990-1996).

Como todo gobierno, y más el suyo que sucedió a una etapa de guerra cruenta, tuvo que pasar
momentos muy difíciles, llenos de medidas muchas veces incomprendidas, pero que, gracias a Dios,
poco a poco todos los nicaragüenses fuimos entendiendo como necesarias para el bien del país.
Obviamente hubo errores, pero ella tuvo la nobleza de pedir perdón al pueblo de Nicaragua.

Doña Violeta terminó convencida, de que las tareas del desarrollo no deben ser únicamente
responsabilidad de los gobiernos, sino que la ciudadanía toda debe y puede contribuir a la solución
de los problemas, con iniciativas privadas.

En Nicaragua se llevó a cabo un programa de estabilización muy exitoso que permitió reducir
drásticamente su tasa de inflación de un 13,500% en 1990 a solo una tasa en torno al 5% en 1992.
Este éxito es más significativo por cuanto es el único caso en el periodo después de la Segunda
Guerra Mundial de un país que pasó de una hiperinflación --consecuencia de la guerra-- a una
inflación de un digito en solo dos años.

Hoy los nicaragüenses valoramos y agradecemos su esfuerzo, que poniéndolo en el fiel de la balanza
lo vemos como muy positivo. Contribuyó a sentar las bases de los buenos logros que hoy podemos
apreciar, en un buen clima de relaciones y entendimiento entre el Gobierno, la empresa privada y
los trabajadores, condición indispensable para el desarrollo económico y social.
Este escrito son dos letras del inmenso abecedario que podemos hablar de doña Violeta.
¡Felicidades! Un orgullo de América.

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