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48 HISTORIA: Emohistoria ajusta a una teoria de ese sistema cuando esta en repo- so. En todo momento debe ser conscienie de las defor- maciones gue los modelos por él elegidos introducen en las realidades que trata de captar y su deber sera tratar de mejorarlos. También debe tener consciencia de la naturaleza tentativa de las teorias que tiene que utilizar y de las éreas en que, al igual que sus colegas ¥ ptedecesores entre los historiadores tradicionales, tiene que confiar en intuiciones y conjeruras. Por ulti~ mo, podré encontrar, 0 no, teorias de la accién social como las de Talcott Parsons que le sean utiles en su ardua y apasionante tarea. Lo esencial es que admita que su labor es tanto teorética come empizicamente descriptiva, La historia social estructural y las restantes formas de historia de Ja sociedad deliberada que hemos defi- ido aqui, 10 se proponen como procedimientos opues- tos a la historica tradicional que deban susticuitla. La historia tiene otras muchas funciones, ademas de pro- porcionar a los ciemtificos sociales ejemplos compara dos y un continuo en el que puedan desarrollar sus trabajos, y continuara escribiéndose con todos fos mil tiples propdsitos con los que siempre se ha escrito, independientemente de lo que ecutta en las ciencias sociales. Lo que hemos intentado hacer aqui es un esbozo de fa relacion un tanto compleja entre la histo- ria tradicionalmente entendida y las ciencias sociales en. so situacién actual, Heros de subrayar, una vez mis, que el historiador y eb cientifico social han sido en muchos casos [a misma persona y es probable que esto ocurra con mayor frecuencia en el futuro, pero ea la historia social estructural las diferencias entre sus res~ pectivas funciones son especialmente claras. Por com= plicads y dificil que pueda ser la elaboracion de este tipo de historia, representa un reto que ni el historia dor ni el investigador social pueden permitirse ignorar por mas tiempo, [M. B .] PETER LASLEIT TRLIOGRARA The Anglo-Saxon Chronicle. Trad, ¢ introducsién de G. N. Garrmons- ‘way, London: Dent, 1953 Cavan, Wren Jy Bosuore, Auvin (irs. deed.) 1964 So diology ond History Theory and Reearch. New Wotk: ree res. CouneWo00, RG. 1946 The Ldea of Hizey, Oxford Uni. Preis. EAWWON, BRK H, (1958) 196 Young tan Lather: A Soady in Payshaanabis at History, Austin Riggs Monograph No.4. New York: Norton, FFonex-Hantevpone, Cunistoes vox r9s5 Culture History and, Cultural Development. Farboat of Aathropolegy 149-168. Hexren,J.H. 1961 Reapproias in Hisory: New Viee on Fitory end Soci in Barly Moder Burope, Byanstoa, Uk: Nordhes~ teen Univ. Press History and Social Science, 2965 International Scil Science Jour= val 17,No. 4. Kerwnes, Jou MAYNARD (x930) roster960_ A Treat on Honey, 2 vols, Loodon: Mecmlian-» Vol, 1: The Pure Thecry of Mo~ say, Vole 32 The Applied Theory of Money, Lane, Rowert B. 962 Polial eclogy: Wy the American Com amon Man Belews What Dows, New York: Free Pres. Lastart, Peter 1965 The World We Have Lost. London: Hesbuen. Mivmpat, Gonwsin (1944) 1962 cn American Dilemina: The Negro Prablen ond Moden Denacracy, New York: Harper, Renu, Fv, 1965 «New: and Traditional Approaches to Bco- orale History and Their Inerdependence, Journal of Exonamic Hicory 234B0-495, ‘Suatsee, NEM J. 1959 Social Change in the Indi Recluin. Loadon: Rouldges Univ of Chicago Pres. “Tawva.van, GroRoe M. (cout) tay Baglish Social Hitany: a Suite of Six Cavewie, Chaucer t0 Queer Viewria, Landon Longmans. VaNoENT, JORN 1965 The Formation of the Liberal Party, 1857-1863, London: Constibl, Wartrocet, KARL A. 1957 Oriental Desption: A Comparative Stuy of Total Power. New Haven: Yale Univ. Press. Weuciey, Eowaan A, (dig de ed) 1986 an Iron to Buglsh Histrical Denegraphy. Losdon: Weidenfla, rt ETNOHISTORIA Aunque ¢l término tetnohistoriae ha aparecido espo- radicamente desde principios del siglo xx, de modo sistemitico fue utilizado por primera vez en los aos ‘cuarenta por elgunos antiopélogos, erquedlogos ¢ his toriadores norteamericanos para describir sus escritos ¢ investigaciones sobre la historia de los aborigenes del Nuevo Mundo. En afios mas recientes, la ctnohistoria, ha pasado a ser el estudio historico de cualesquiera pueblos no europeos, y su objeto es reconstrair la his- toria de los pueblos indigenas, antes y después de su contacto con Europa, mediante la utilizacién de fuen- tes arqueologices, orales y documentales, junto con el sistema conceptual y los modos de conocimiento de la antropologia cultural y social Los etnohistoriadores combinan sus fuentes shisto- ricass con el trabajo de campo etnogrifico realizado entre los miembros actuales de las sociedades cuyo pasado-tratan de reconstruir, Su meta es presentar una historia completa que tenga en cuenta los sistemas culturales y sociales de: los pueblos indigenas; asi, ‘Norteamérica han prestado especial atencién a la foca- lizacién y la migracion de las tribus indias, las adapta- ‘clones culturales al medio, la historia demogrifica, la ae exacta de las relaciones de determinadas tribus con los europeos y a las repercusiones que cier- tas Actividades, como la guerra y el comercio de pieles, hha tenido para los indios norteamericanos (sSympo- sium on the Concept of Ethnohistory» 1961). La etnohistoria ha conducido principalmente a estu- diar unidades culturales comcretas, estudios equivalen- tes a los informes etnogrificos de los antropélogos. En general, no se ha intentado seriamente formular un conjunto de generalizaciones, bien mediante la compa- racion, bien a través del desarrollo de conceptos 0 categorias serials que hagan posible la comparacioa interregional. La metodologia y la problematica carac- teristicas de esta disciplina derivan de la naturaleza de lag sociedades indigenas estudiadas, de los periodos, tipos y duracidn de la dominacion europea, de las cla- se3 de documentos disponibles y de La orientaciOn te ttica de los antropélogos que han estudiado cada region. La etnohistonia difiere de la labor de los historiado- res del periodo colonial en varios aspectos, EI etnohistoriador sucle hacer trabajo de campo en la zona estudieda, lo cuel le permite conocer mejot la sociedad indigena y su funcionamiento en el presente ‘o-en el pasado. Por consiguiente, su interpretacion de las pruebas documentales es mis profunda. Bl etnohis- toriador tiende a pensar en términos sistematicos ¥ funcionales mas que atendiendo a factores concretos y accidentales; procara utilizar su conocimiento general de la organizacién social y cultural y construye sus tanidades con arreglo a conceptos como los de wsocie~ dades segmentarias basadas en el linajee, wsociedades rurales y ssociedades patrimonialess; trata de ver los ‘acontecimieratos historicos desde la posicion del abori- gen mas que desde le del administrador-europeo, in- cluso cuando utilize los documentos de este iltimo, y esth més interesado en las repercusiones de la politica colonial que en la genesis de esta en Ja sociedad metro politana, Evolucién historica ‘Uno de los principales factores que dieron origen a {a antropologia fue el interés por la historia del hombre ‘ta general, el estudio comparado de sociedades ¢ ims- tituciones y las reconstrucciones de la historia de determinadas sociedades, Voltaire, Gustav Klemm, Sir Henry Maine, J. F. McLennan, J. J. Bachofen, ND. Fuste! de Coulanges, L. H, Morgan y F. B. Tylor estudiaron intensamente los materiales historicos con el fin de establecer una ciencia comparada de la socie- dad y la cultura, Estos primeros ant 08 utilizae ton datos relativos a las civilizaciones clasicas, la India de Los hindites, log barbaros eutopeos 7 las institucio- nes inedievales de Buropa, junto con relatos de misio- ntros y viajeros sobre sociedades primitivas. En sus ambiciosas reconstrucciones tedricas de la historia del hombre descubrieron y clasificaron algunos de Los ras~ 103 bésicos de las sociedades primitivas y rurales. [Véanse, las Biografias de Bactorgy; Pusten os Cov- ‘LanGas; McLanwian; Manne; Morean, L. H.; Tron; Voutare] Los esquemas generales de shistoriay evolutiva pre- sentados. pot estos primeros antropdlogos fueron des- pués rechazados; sin embargo, son un ejemplo de cémo puede ser utilizado el material documental a la luz de la teorla comparada, para interpretar determinados procesos de cambio cultural y soc A principios del sigio xx, los difusionistas—Ratzel y Graebner, p. ej.—y mas tarde los distribucionis- 1as—Wissler, Kroeber y Lowie, entre otros—aegaron la posibilidad de emplear métodos historices directos para reconsteuir la historia de las sociedades eborige- nes, Seguin Kroeber, para el estudio de alos pobres pti mitivos sin fecha ... n0 poseemos mi siquiera un docu- mento escrito anterior a nuestros diass ([1901-195 1] 1952, pag. 65). Lowie, por su parte, al atacar a Swan- ton 7 Dixon’ por hacer uso-de tradiciones orales y rela- ~ tos de viajeros en su historia de las migraciones de los indios norteamericanos (Swanton y Dixon £914), nego categoricamente que te] hombre primitivo estuviera dotado de sentido o- perspectiva histéricay (Lowie [1917] 1960, pig. 206); a su juicio, los problemas his- toricos del antropélogo wsolo pueden resolverse me diet métodos objetives de la etnologia, la arqueo- ee SEs mnomees ies comma pag. 21 La bate hibit o shistoricar norteameri- cana estabe basada en el intento de descubrir elemen- tos culturales y sociales por medio de la ecultura con- servada en la memoria de los miembros mas ancianos de Las tribus indias de América. Estos elementos 0 rasgos—zasgos de cultura material y datos lingiisti- cos—se Poesia en mapas con la idea de inferir Jas relaciones historicas o cronoldgicas entre las tribus. A los distribucionistas no les interesaba especificamen- te la historia de tribus concretas. Es tipica dentro de esta corriente la obra de Sapir, ‘Time Perspective in tiginal American Culture: A Study in Methods, Aboriginal publicada en 1916, en la que, de un total de 87 paginas , HISTORIA: Etmohistoria solo hay dos dedicadas al uso de documentos y tradi- ciones orales indigenas. La dependencia tespecto de los estudios de distribucién de rasgos individuales 0 de compiejos de rasgos (p. ej., la Danza del Sol y deter- ‘minados cuentos y mitos) y [a falta de una utilizacion sistemitica de documentos y relatos orales debilitaron Ja obra de la escuela historica americana, que tendiO a producir descripciones intemporaies de fenomencs en funcidn de sw distsibucién geografica o nasraciones sincronicas descriptivas de determinadas culturas, En el decenio de 1920, Malinowski y Radcliffe- Brown en Inglaterra tambien rechazaron la investiga- cion antropologica de orientacion historica. Ambos sefialaron la falta de documentos para el estudio de la sociedad primitiva, Radcliffe-Brown sostuvo que la antropologia social y la historia eran antitéticas por naturaleza los antropélogos sociales, a diferencia de los etnélogos, habien de ocuparse de formular generaliza- siones acerca de la estructura de la sociedad derivadas de! estadio cortparado de sociedades primitivas, sin hacer referencia 8 su historia. Se estableci una neta distincion entre los estudios sincrénicos, 0 stransversa- les, y los diacrémicos, o estudios de sociedades y de su transformacibn o evolucién en el transcurso del tiem- po; estos dltimos podian conducir exclusivamente 2 explicaciones de la singularidad. Hasta los afios cin- cuenta la mayor parte de los antropélogos sociales in- gleses se atuvieron a Radclffe-Brown y evitaron. los ‘studios diacronicos, (V/éanse.las biografias de MaLi- NOWSKIg RDCLIFFE-Brown; SaPIR.] Los antropélogos ingleses y norteamericanos conti- nuaron estudiando d cambio social y cultural prescin- diendo de materiales historicos, incluso cuando existian fuentes documentales como en el caso'del estudio de Lucy Mair sobre los baganda (1934), y del de Monica Hunter Wilson sobre los pondo (1936). En la obra de ‘Cluckman sobre el sistema politico de los zulies (1940) y nila de Nadel, Black Byzantion (1942), si se utili- zaron los datos historicos para elaborar un modelo de las estructuras politicas anteriores a las incursiones ceuropeas. Sin embargo, estos estudios no son historias, sino abstracciones analiticas hechas a partir de fuentes historicas con el fin de extraer unos principios estrac- turales. Hay una excepcidn notable en este periodo, que es el estudio de E. B. Evans-Pritchard sobre los beduinos de Cirenaica (1949), El autor analiza aqui el proceso por el cual una sociedad basada en el linaje desarrollo fimnciones politicas e instituciones. centraliza- das. Los sanusi, orden de lideres religiosos musulme- nes, babian Hegado a Cirenaica a principios del si- glo x1 Ilevando con. ellos las funciones religiosas y comerciales de las que la sociedad se hallaba necesita~ da, Este grupo situd sus centros religiosos geografica y estructuraimente en las fronteras de los territorios de las tiibus y los lingjes existentes. La presibn de los turces, en gran parte, y posteriormente de los adminis- tradores italianos que-trataban de gobernar a los bedui- os, obligé a los jefes de la orden teligiosa, como tani- cos lideres visibles, a asumir funciones politicas en Ja sociedad, Evans-Pritchard utilize los documentos ¢ informes coloniales disponibles, publicd relatos, trath- ciones orales y recuerdos de los participantes en los acontecimientos que constituyen la narracién historica, ‘The Sarusi of Cyrenaica esti basada en la interpreta cién hecha por su autor del funcionamiento de un sistema politico acéfalo, basado en el lingje, y estoes lo que le da los principios estructurales sobre los que ay HISTORIA: Etnohistoria organiza si relat histbrico, al tiempo que proporciona un modelo para ¢! estudio del proceso de cambio es tructural interno em tal sociedad bajo la presion de un. gobierno extranjero. En Estados Unidos, durante el periodo 1910-1930, unos cuantos antropdlogos, especialmente John R, ‘Swanton, en sus estudios sobre los indios del sudeste: (19225 1946), y Frank G. Speck, que trabajé acerca de las tribus del nordeste (1928), emplearon métodos his- toricos directos para recanstruir el pasado de las tribus. ‘En esta tarea utilizaron [a informacién obtenida de los miembros de las tribus de aquellas zonas y una gran diversidad de materiales documentales. [Véase la bio- grafia de SWANTON] Los primeros y mis claros ejemplos de trabajos etnohistoricos sistematicos fig en un volumen de estudios dedicados a Swanton ypu publicados por la Smithsonian Institution en 1940. William Fenton utili- 7 documentos de los siglos XVII y XVIII para determi- nar Ia localizacién geogrifica y los desplazamientos de grupos iroqueses (1940); William Duncan Strong de- ‘mostro que los materiales documentales podian mane- jarse, junto con les datos arqueolégicos, para establecer Ja continuidad histérica, desde el presente al pasado, de determinadas emplazamientos (1940), y Julian Ste- ward, en su estudio de las sociedades de la Gran Cuen- ca, combind la ecologia, a historia, la arqueologia y la etnografia, poniendo en claro los procesos culturales y estructurales (1940), En estos tres estudios toma cuer- po el planteamiento etnohistorico que seria formaliza- doen los aos cincuenta. [Véase la biografia de STRONG; EcoLocia, especialmente el articulo sobre BCOLOGIA CUL- TuRAL.] La acurnulacién de datos etnogrifices puso de ma- nifiesto que las suposiciones iniciales respecto de ia estabilidad de cutturas y sociedades antes dei contacto con Europe eran falsas. Los antropélogos empezaron a reconocer que, en lugar de una situaciOn de estanca~ siento, en las sociedades aborigenes se habian produ- cdo tres tipos de cambios antes de dicho contacto. En primer lugac, hubo cambios cilicos en pequefia escala, ‘jemplificados por el crecimiento y division de familias extensas y linajes, También hubo ciclos mas amplios de expansion politica y cultaral cuando los linajes exis- tentes dentto de las tribus llegaron a dominar unidades semejantes; sin embargo, muchas sociedades no pudie- ron desarrollar instinuciones. pera contener la reafixma- cidn de independencia de dichas unidades, de manera que en una u otra seccién de una tribu se formaban durante cferto tiempo grandes organizaciones tritales para dividirse de nuevo en unidades mas pequefias, El tercer tipo de cambio lo constituyeron las grandes mi- graciones tribales, que originaron grandes alteraciones end orden politico, social y ritual. ‘Ademis de estos procesos internos de cambio; los etnohistoriadores han demostrado los efectos indirectos de grupos extranjeros—eurapeos y Arabes, p. e|—s0- bre las sociedades y culturas indigenas, incluso antes del periodo de la dominacion europea. El comercio de eaclavos en Africa oriental y occidental, el comercio transahariano y el del marfil en el este y el centro de dicho continente fueron causa de importantes cambios politicos en Ins sociedades afticanas. El comercio de pieles en Norteamérica provocd importantes guerras entre las tribus, el desarrollo de la concepcion de la propiedad y la apariciém de un sisterna social estratifi- cado, basado en la posesidn diferencial de las pieles. La introduccién del caballo en las grandes llanures de Norteamérica cambio las formas de vida de muchas tribus que entonces bordeaban la regiéa. En cada caso, In colrure yh socked aos kos sstopcbogt tnt pe estiticas y estables, a partir de las cuales consideraban que se podria medir 7 describir el cambio, estaban cambiando por influencias externas (Ewers 1955; Lea- cock 19545, Jones 1963; Dike 1956). La aprobacién de la Indian Claims Act en 1946 por el Congreso dio un notable impulso a la investigacion. etnohistorica en Estados Unidos. Bn virtud de sus disposiciones, las tribus indias podian reclamar judi~ cialmente al gobierno federal indemnizacion por las tierras que les fuesen arrebatadas despues de haber firmado Jos indios tratados que protegieran sus dere~ chos. Tanto Jos indios camo el gobierno federal recu- rieron a los antropélogos como expertos para estable- cer Ja localizaciéo, el alcance y la naturaleza del control de los aborigenes sobre: distintos tenritorios y la matu- raleza exacts de las obligaciones emanadas de Jos tra~ tados. Esto atrajo la atencién de muchos etndgrafos que hasta entonces no habian prestado gran atencion Jos emtensos archivos del gobierno federal y de los diversos estados en sus estudios sobre el indio norte- americano, L3principal revista sobre la materia, Eth- nohistory, fue ida en 1954, en parte para dar salida 4 los materiales yal interés que habian despertado las reclamaciones de los indios, El aumento de las oportunidades de realizar traba- jos de’campo en Latinoamérica y Asia y la indepen- dencid de muchos estados hasta entonces sometidos al régimen colonial han sido vigorosos estimulos para Ja labor etnohistérica desde ef final de la segunda guerra mundial, En muchas de estas regiones hay una large tradicion fiteraria y una gran abundancia de material documental, En Theroamérica, p. cj hay algunas zonas que poseen fuentes historicas desde hace 40 afios (para un breve examen de la biblio- grafia existente, vease Adams 1962; Armillas 1960; Gibson 1955), En el este y sudeste de Asia ha habido importantes estudios etnohistoricos sobre el parentes- co y la estructura del clan (Freedman 1958; R, J. Smith 1962); la tenencia de tierras (T. C. Smith 1959); seleccion y formacion de las burocracias indi~ genas (Ho 1962; Marsh 1961; Silberman 196+); his fotia social y movilidad urbanas (R. J. Smith 1963); comunidades de inmigrantes (Skinner 1957}, y siste- mas politicos indigenas (Gullick 1958). También se estin haciendo estudios etnohistdricos del sur de Asia y del Oriente Medio (Cohn 1962a; 196255 Polk 1963), En Europa existe una larga tradicion en el estudio de Is sociedad clfsica, medieval y modems, enriquecide con el uso de mérocos y conceptos socielogicos 7 an- tropoligicos. La mayor parte de esta labor he sido realizada por historiadores de ia sociedad, la cconomia y el derecho, mis que por antropéloges. El estudio ‘etnohistérico de la sociedad clasica hha suscitado bas- tante interés (Kluckhohn 1961). M. 1, Finley ha escrito: ‘un ensayo sobre la cultura y la estructura social de los. iptiegos de Ia época heroica, basindose en Ia Odisea en ha utilizado conscientemente las ideas de Malinows- ki, Mauss y Radcliffe-Brown (Finley 1954). E. R. Dodds, en su anilisis de La literatura griega, utiliza algunos de los contceptos de la antropologia de orienta- cin psicoanalitica (1951), Las grandes obras de Marc Bloch sobre la sociedad feudal (1939-1940) y sobre la estructura rural de la Francia medieval (1931) ponen.

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