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La leyenda sostiene que este es el farol de Mandinga (el Diablo con forma humana) y que
su aparición indica sitios donde se esconden tesoros. La luz sería también el espíritu del
difunto dueño de los tesoros, intentando alejar a los curiosos.
El día de San Bartolomé, que es el 24 de agosto, es cuando se ven mejor estas luces.
La princesa Orihime (también llamada la princesa tejedora), tejía vestidos para su padre
(tejía las nubes del cielo) a orillas del río. Su padre era el rey celestial. Orihime se enamoró
de un pastor llamado Hikoboshi. En un principio la relación se desarrolló sin dificultades,
pero luego ambos comenzaron a descuidar sus tareas por estar tan compenetrados en su
amor.
Al ver que esta situación no se solucionaba, el rey celestial los castigó separándolos y
convirtiéndolos en estrellas. Sin embargo, los enamorados pueden volver a verse una
noche en el año, el séptimo día del séptimo mes.
Leyenda de la Mojana
Según la leyenda colombiana, la Mojana es una mujer diminuta que rapta a los niños que
se acercan a sus dominios. Vive en una casa de piedra, debajo del agua, es blanca y tiene
larguísimos cabellos dorados.
Chistes
3. Leyenda de la Sallana
Esta es una leyenda urbana japonesa. Aka Manto significa “capa roja” en japonés.
Según la leyenda, Aka Manto era una joven humillada por sus compañeras de colegio.
Luego de morir, permaneció en los retretes de mujeres. Cuando una mujer va sola al baño
escucha una voz que le pregunta “¿papel rojo o azul?” Existen diferentes versiones sobre
la muerte que le toca a la mujer si elije rojo o azul, pero en todos los casos es imposible
librarse.
5. Leyenda de la flor del Ceibo
Anahí era una joven guaraní que vivía a orillas del Paraná, era una joven de rostro feo y
canto hermoso. Cuando los conquistadores llegaron a su pueblo, ocurrió un enfrentamiento
y Anahí fue apresada con los sobrevivientes. Sin embargo, logró escaparse por la noche,
pero un centinela la descubrió y ella lo asesinó. Al volver a ser atrapada, fue condenada a
muerte.
La ataron a un árbol para quemarla en una hoguera. Cuando el fuego comenzó a arder, ella
misma parecía una llama roja. Pero en ese momento Anahí comenzó a cantar. Cuando el
fuego terminó de consumirse, por la mañana, en lugar del cuerpo de la joven había un
manojo de flores rojas, que hoy es la flor de ceibo.
El Baca es una criatura en forma de sombra que los hacendados hacían aparecer gracias
a pactos con los demonios. La criatura protege las propiedad, atemorizando y ahuyentando
a ladrones.
Si bien existe la leyenda del hombre lobo en Europa, la leyenda del lobisón tiene origen
guaraní y tiene particularidades que la distinguen de su versión europea.
El lobizón es el séptimo hijo varón de una pareja, que en las noches de luna llena, los
viernes o martes, se transforma en un ser similar a un perro grande y negro, con grandes
pezuñas. En su forma humana, el lobizón siempre es desgarbado, demasiado delgado y
antipático. Su aspecto en general y su olor son desagradables.
Una vez transformado, el lobizón ataca gallineros y ronda los cementerios buscando
carroña. También ataca a los niños, según versiones más recientes ataca a los niños que
no han sido bautizados.
Robin Hood es un personaje del folclore inglés, inspirado en una persona real,
probablemente Ghino di Tacco, forajido italiano. Si bien, como todas las leyendas, su
historia fue originalmente de transmisión oral, existen menciones escritas a Robin Hood
desde 1377.
Según la leyenda, Robin Hood era un rebelde que defendía a los pobres y desafiaba el
poder. Se escondía en el Bosque de Sherwood, cerca de la ciudad de Nottingham. Se
caracterizaba por su destreza como arquero. Se lo conoce también como “el príncipe de los
ladrones”.
Cuentos
3. Uga, la tortuga
¡Caramba, todo me sale mal!, se lamentaba constantemente Uga, la tortuga. Y no era para
menos: siempre llegaba tarde, era la última en terminar sus tareas, casi nunca ganaba
premios por su rapidez y, para colmo era una dormilona. ¡Esto tiene que cambiar!, se
propuso un buen día, harta de que sus compañeros del bosque le recriminaran por su poco
esfuerzo. Y optó por no hacer nada, ni siquiera tareas tan sencillas como amontonar las
hojitas secas caídas de los árboles en otoño o quitar las piedrecitas del camino a la charca.
–“¿Para qué preocuparme en hacerlo si luego mis compañeros lo terminarán más rápido?
Mejor me dedico a jugar y a descansar”. – “No es una gran idea”, dijo una hormiguita. “Lo
que verdaderamente cuenta no es hacer el trabajo en tiempo récord, lo importante es
hacerlo lo mejor que sepas, pues siempre te quedarás con la satisfacción de haberlo
conseguido.
No todos los trabajos necesitan de obreros rápidos. Hay labores que requieren más tiempo
y esfuerzo. Si no lo intentas, nunca sabrás lo que eres capaz de hacer y siempre te
quedarás con la duda de qué hubiera sucedido si lo hubieras intentado alguna vez. Es mejor
intentarlo y no conseguirlo, que no hacerlo y vivir siempre con la espina clavada. La
constancia y la perseverancia son buenas aliadas para conseguir lo que nos proponemos,
por eso te aconsejo que lo intentes. Podrías sorprenderte de lo que eres capaz”. –
“¡Hormiguita, tienes razón! Esas palabras son lo que necesitaba: alguien que me ayudara
a comprender el valor del esfuerzo, prometo que lo intentaré. Así, Uga, la tortuga, empezó
a esforzarse en sus quehaceres. Se sentía feliz consigo misma pues cada día lograba lo
que se proponía, aunque fuera poco, ya que era consciente de que había hecho todo lo
posible por conseguirlo. – “He encontrado mi felicidad: lo que importa no es marcarse metas
grandes e imposibles, sino acabar todas las pequeñas tareas que contribuyen a objetivos
mayores”.
4. Carrera de zapatillas
Había llegado por fin el gran día. Todos los animales del bosque se levantaron temprano
porque ¡era el día de la gran carrera de zapatillas! A las nueve ya estaban todos reunidos
junto al lago. También estaba la jirafa, la más alta y hermosa del bosque. Pero era tan
presumida que no quería ser amiga de los demás animales, así que comenzó a burlarse de
sus amigos: – Ja, ja, ja, ja, se reía de la tortuga que era tan bajita y tan lenta. – Jo, jo, jo, jo,
se reía del rinoceronte que era tan gordo. – Je, je, je, je, se reía del elefante por su trompa
tan larga. Y entonces, llegó la hora de la largada. El zorro llevaba unas zapatillas a rayas
amarillas y rojas. La cebra, unas rosadas con moños muy grandes. El mono llevaba unas
zapatillas verdes con lunares anaranjados. La tortuga se puso unas zapatillas blancas como
las nubes. Y cuando estaban a punto de comenzar la carrera, la jirafa se puso
a llorar desesperada. Es que era tan alta, que ¡no podía atarse los cordones de sus
zapatillas! – “Ahhh, ahhhh, ¡qué alguien me ayude!” – gritó la jirafa. Y todos los animales se
quedaron mirándola.
El zorro fue a hablar con ella y le dijo: – “Tú te reías de los demás animales porque eran
diferentes. Es cierto, todos somos diferentes, pero todos tenemos algo bueno y todos
podemos ser amigos y ayudarnos cuando lo necesitemos”. Entonces la jirafa pidió perdón
a todos por haberse reído de ellos. Pronto vinieron las hormigas, que treparon por sus
zapatillas para atarle los cordones. Finalmente, se pusieron todos los animales en la línea
de partida. En sus marcas, preparados, listos, ¡YA! Cuando terminó la carrera, todos
festejaron porque habían ganado una nueva amiga que además había aprendido lo que
significaba la amistad.
5. Un conejo en la vía
Daniel se divertía dentro del coche con su hermano menor, Carlos. Iban de paseo con sus
padres al Lago Rosado. Allí irían a nadar en sus tibias aguas y elevarían sus nuevas
cometas. Sería un paseo inolvidable. De pronto el coche se detuvo con un brusco frenazo.
Daniel oyó a su padre exclamar con voz ronca: – “¡Oh, mi Dios, lo he atropellado!” – “¿A
quién, a quién?”, le preguntó Daniel. – “No se preocupen”, respondió su padre-. “No es
nada”. El auto inició su marcha de nuevo y la madre de los chicos encendió la radio, empezó
a sonar una canción de moda en los altavoces. – “Cantemos esta canción”, dijo mirando a
los niños en el asiento de atrás.
La mamá comenzó a tararear una canción. Sin embargo, Daniel miró por la ventana trasera
y vio tendido sobre la carretera a un conejo. – “Para el coche papi”, gritó Daniel. “Por favor,
detente”. – “¿Para qué?”, respondió su padre. – “¡El conejo se ha quedado tendido en la
carretera!” – “Dejémoslo”, dijo la madre. “Es solo un animal”. – “No, no, detente. Debemos
recogerlo y llevarlo al hospital de animales”. Los dos niños estaban muy preocupados y
tristes. – “Bueno, está bien”- dijo el padre dándose cuenta de su error. Y dando la vuelta
recogieron al conejo herido. Sin embargo, al reiniciar su viaje una patrulla de la policía les
detuvo en el camino para alertarles sobre que una gran roca había caído en el camino y
que había cerrado el paso.
Entonces decidieron ayudar a los policías a retirar la roca. Gracias a la solidaridad de todos
pudieron dejar el camino libre y llegar a tiempo al veterinario, donde curaron la pata al
conejo. Los papás de Daniel y Carlos aceptaron a llevarlo a su casa hasta que se curara. Y
unas semanas más tarde toda la familia fue a dejar al conejito de nuevo en el bosque.
Carlos y Daniel le dijeron adiós con pena, pero sabiendo que sería más feliz estando en
libertad.
7. La ratita blanca
El hada soberana de las cumbres invitó un día a todas las hadas de las nieves a una fiesta
en su palacio. Todas acudieron envueltas en sus capas de armiño y guiando sus carrozas
de escarcha. Sin embargo, una de ellas, Alba, al oír llorar a unos niños que vivían en una
solitaria cabaña, se detuvo en el camino. El hada entró en la pobre casa y encendió la
chimenea. Los niños, calentándose junto a las llamas, le contaron que sus padres hablan
ido a trabajar a la ciudad y mientras tanto, se morían de frío y miedo. –“Me quedaré con
vosotros hasta que vuestros padres regresen”, prometió. Y así lo hizo, pero a la hora de
marcharse, nerviosa por el castigo que podía imponerle su soberana por la tardanza, olvidó
la varita mágica en el interior de la cabaña.
El hada de las cumbres miró con enojo a Alba. “No solo te presentas tarde, sino que además
lo haces sin tu varita? ¡Mereces un buen castigo!” Las demás hadas defendieron a su
compañera en desgracia. –“Sabemos que Alba no ha llegado temprano y ha olvidado su
varita. Ha faltado, sí, pero por su buen corazón, el castigo no puede ser eterno. Te pedimos
que el castigo solo dure cien años, durante los cuales vagara por el mundo convertida en
una ratita blanca”. Así que si veis por casualidad a una ratita muy linda y de blancura
deslumbrante, sabed que es Alba, nuestra hadita, que todavía no ha cumplido su castigo.
8. La aventura del agua
Un día que el agua se encontraba en el soberbio mar sintió el caprichoso deseo de subir al
cielo. Entonces se dirigió al fuego y le dijo: -“¿Podrías ayudarme a subir más alto? El fuego
aceptó y con su calor, la volvió más ligera que el aire, transformándola en un sutil vapor. El
vapor subió más y más en el cielo, voló muy alto, hasta los estratos más ligeros y fríos del
aire, donde ya el fuego no podía seguirlo. Entonces las partículas de vapor, ateridas de frío,
se vieron obligadas a juntarse, se volvieron más pesadas que el aire y cayeron en forma de
lluvia. Habían subido al cielo invadidas de soberbia y recibieron su merecido. La tierra
sedienta absorbió la lluvia y, de esta forma, el agua estuvo durante mucho tiempo prisionera
en el suelo, purgando su pecado con una larga penitencia.
9. La gratitud de la fiera
Androcles, un pobre esclavo de la antigua Roma, en un descuido de su amo, escapó al
bosque. Buscando refugio seguro, encontró una cueva y al entrar, a la débil luz que llegaba
del exterior, el joven descubrió un soberbio león. Se lamía la pata derecha y rugía de vez
en cuando. Androcles, sin sentir temor, se dijo: -“Este pobre animal debe estar herido.
Parece como si el destino me hubiera guiado hasta aquí para que pueda ayudarle. Vamos,
amigo, no temas, te ayudaré”. Así, hablándole con suavidad, Androcles venció el recelo de
la fiera y tanteó su herida hasta encontrar una flecha clavada profundamente. Se la extrajo
y luego le lavó la herida con agua fresca.
Durante varios días, el león y el hombre compartieron la cueva hasta que Androcles,
creyendo que ya no le buscarían se decidió a salir. Varios centuriones romanos armados
con sus lanzas cayeron sobre él y le llevaron prisionero al circo. Pasados unos días, fue
sacado de su pestilente mazmorra. El recinto estaba lleno a rebosar de gentes ansiosas de
contemplar la lucha. Androcles se aprestó a luchar con el león que se dirigía hacia él. De
pronto, con un espantoso rugido, la fiera se detuvo en seco y comenzó a restregar
cariñosamente su cabezota contra el cuerpo del esclavo. –“¡Sublime! ¡Es sublime! ¡César,
perdona al esclavo, pues ha sometido a la fiera!” -gritaban los espectadores. El emperador
ordenó que el esclavo fuera puesto en libertad. Sin embargo, lo que todos ignoraron era
que Androcles no poseía ningún poder especial y que lo que había ocurrido no era sino la
demostración de la gratitud del animal.
Fabulas
1. El león y el ratón
Dormía tranquilamente un león, cuando un ratón empezó a juguetear encima de su
cuerpo. Despertó el león y rápidamente atrapó al ratón; y a punto de ser devorado, le pidió
éste que le perdonara, prometiéndole pagarle cumplidamente llegado el momento
oportuno. El león echó a reir y lo dejó marchar.
Pocos días después unos cazadores apresaron al rey de la selva y le ataron con una
cuerda a un frondoso árbol. Pasó por ahí el ratoncillo, quien al oir los lamentos del león,
corrió al lugar y royó la cuerda, dejándolo libre.
-- Días atrás -- le dijo --, te burlaste de mí pensando que nada podría hacer por tí en
agradecimiento. Ahora es bueno que sepas que los pequeños ratones somos agradecidos
y cumplidos.
Cansadas las ranas del propio desorden y anarquía en que vivían, mandaron una
delegación a Zeus para que les enviara un rey.
Espantadas las ranas por el ruido que hizo el leño al caer, se escondieron donde mejor
pudieron. Por fin, viendo que el leño no se movía más, fueron saliendo a la superficie y
dada la quietud que predominaba, empezaron a sentir tan grande desprecio por el nuevo
rey, que brincaban sobre él y se le sentaban encima, burlándose sin descanso.
Y así, sintiéndose humilladas por tener de monarca a un simple madero, volvieron donde
Zeus, pidiéndole que les cambiara al rey, pues éste era demasiado tranquilo.
Indignado Zeus, les mandó una activa serpiente de agua que, una a una, las atrapó y
devoró a todas sin compasión.
Dos gallos reñían por la preferencia de las gallinas; y al fin uno puso en fuga al otro.
Mas no tardó un águila en caerle y raptarlo. Desde entonces el gallo que había perdido la riña se
quedo con todo el gallinero.
A quien hace alarde de sus propios éxitos, no tarda en aparecerle quien se los
arrebate.
5. El caballo viejo
Un caballo viejo fue vendido para darle vueltas a la piedra de un molino. Al verse atado a
la piedra, exclamó sollozando:
Esperó y observó con atención un tiempo, y cuando vio a la rana que salía del pantano,
se le acercó y la aplastó diciendo:
7. La golondrina y el ruiseñor
Invitó la golondrina a un ruiseñor a construir su nido como lo hacía ella, bajo el techo de
las casas de los hombres, y a vivir con ellos como ya lo hacía ella. Pero el ruiseñor
repuso:
-- No quiero revivir el recuerdo de mis antiguos males, y por eso prefiero alojarme en
lugares apartados.
Los bienes y los males recibidos, siempre quedan atados a las circunstancias
que los rodearon.
8. El cuervo y la culebra
Andaba un cuervo escaso de comida y vio en el prado a una culebra dormida al sol; cayó
veloz sobre ella y la raptó. Mas la culebra, despertando de su sueño, se volvió y la mordió.
El cuervo viéndose morir dijo:
Antes de querer poseer algún bien, primero hay que valorar si su costo vale la pena.
Capturado de nuevo en otro cepo, dejó a Apolo para dirigirse a Hermes, prometiéndole
también un sacrificio. Mas el dios le dijo:
Adivinanzas
Poemas
1.ALEGRÍA
Llegué por el dolor a la alegría.
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, allá en mi reino triste,
un misterioso sol amanecía.
Añoraba el arcoíris
Y la luz de la mañana….
La Luna me envolvió,
Con sus lazos….
Inhalándome suspiros,
De su alma…
Devolviéndome a la vida,
En su regazo….
Y me he subido en marcha,
Al tren de la alegría.
3.DEFENSA DE LA ALEGRÍA
a Trini
J.R.
7.ALEGRÍA INTERIOR
En mí la siento aunque se esconde. Moja
mis oscuros caminos interiores.
Quién sabe cuántos mágicos rumores
sobre el sombrío corazón deshoja.
8.BENDITA ALEGRÍA
Te confunden con otras, alegría:
ingenuidad, simpleza,
candidez,
inocencia.
Te subestiman con diminutivos
sucedáneo de la felicidad
eterna hermana pobre de la euforia.
Bienhallada alegría
la pura de sabor
la complaciente
tú que vives y reinas en el tuétano limpio
ahora y en el albor de toda hora
quédate con nosotros.
POEMAS
9.Poema a la Bandera
Mi Bandera y mi Escudo
con su bello quetzal
simbolizan la patria,
Guatemala inmortal.