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‘Depantmente de Derecho iiomacional Pablo, Relaciones Inlomactnal Historia del Derecho Nazearteko Zuznbide Pubihoaren, Nazioatko Haromanen ola Zuzenidearon Hionaren Sala J. S. Nye, La Paradoja del Poder Norteamericano, Madrid, Taurus, 2003, pp. 21-69. te un crédito gee funda gratitud cultural a tiempo c 1¢ también proporcion6 varias ideas. Alexandra Scacco le sustituy6 eficazmente cuando se fue. Neal y jonar a todos aquellos cuya inspiracién niento, aunque en la me- Ser intelectual me ha sugerido algiin per dida en que he podido acordarme, he procurado reflejarlos en las notas, Puedo, sin embargo, identificar y dar gracias a quienes leyeron y comentaron los primeros borradores: Kurt Campbell Robert Darnton, John Donahue, Jeff Frankel, Stanley Hoffim Anne Hollick, Karl Kaiser, Robert Lawrence, Dan Nye, Molly Harding Nye, Robert O'Neill, Igbal Qadir, Dani Rodrik, John Ruggie y Stephen Walt. Quiero agradecer a'Tim Bartlett ya su ayudante, Farahnaz Ma- roof, de Oxford University Press, su labor de edicién hecha con una atencién y precisiGn de las mayores que he visto en toda mi carrera. Ha sido una suerte tener a Helen Mules como editora de produccidn ya Sue Warga como editora de contenidos; ambas han contribuido enormemente al producto final. Rafe Sagalyn proporcioné buenos consejos en cuanto a la distribucién, Jeanne Marasca fue infinitamente paciente al ayudarme con los nume- rosos borradores. Desde ta primera ver que fuimos juntos a Africa hace cuatro décadas, Molly Harding Nyc ha vivido y compartido todos mi aque tengo con ella, lo q 20 1 EL COLOSO ESTADO. DENSE Deste a existir una naci6n Ainica que sea ente por encima de las dems, En palabras de The Economist: «Estados Unidos destaca en nues- tro planeta como un coloso. Domina las finanzas, el comercio y las comunicaciones; su economia es la mas poderosa del n do, su poderio militar no tiene parangén».! El ministro de Asui os Exteriores francés Hubert Védrine afirmaba en 1999 que Estados Unidos ha rebasado su estatus de superpotencia del glo xx. «Hoy en dia la supremacia estadounidense afecta a las reas econémica, monetaria y militar, al estilo de vida, al idio- may alos productos de cultura de masas que inundan el mun- do, forjando el pensamiento y fascinando incluso a los enemigos de Estados Unidos».? © como dicen dos triunfalistas estado- unidenses, «el sistema internacional actual no esta construide en funcién de un equilibrio de poderes, sino en funci6n de la hegemonia de Estados Unidos». Al aumentar Ia interdepen- , n que la globalizacidn es sim- \ente un disfraz del imperialismo estadounidense. La revista na Der Spiegel sostenia que «los idolos e iconos estadouni denscs estén moldeando el mundo desee Katmandii a Kinsha- sa, desde El Cairo a Caracas. La globalizacién lleva la etiqueta ‘Made in USA» Estados Unidos es indudablemente la primera potencia mun- (0 tiempo puede durar esta situacién y cémo deberiamos plantedmnosla? Segtin algunos expertos y académi- lacai ‘ay este «momento unipolar» sera breve.’ Nuestra estrategia deberfa ser conservar nuestra fuerza y tratar al esto del mundo s6lo selectivamente, Otros argumentan que el poder de Estados Unidos es tan grande que durara décadas, por lo que ¢l momento unipolar puede convertirse en una era U1 polar.® Charles Krauthammer mantenia a principios de 2001 que «tras una década de Prometeo jugando a ser un pigmeo, la primera tarea del nuevo gobierno es reafirmar la libertad de ac- cidn estadounidense». Deberiamos negamnos a ser «el décil dadano internacional (...]. El nuevo unilateralismo reconoce la singularidad del mundo unipolar en que vivimos hoy y, por tan- 10, sefiala el verdadero comienzo de la politica exterior estadou- nidense tras la guerra fria».” Incluso antes de septiembre cle 2001, esta prescripcidn fue re- batida por muchos, tanto liberales como conservadores, que se definen a si mismos como realistas y que consideran casi una ley natural de la politica internacional que si una nacién se hace de- masiado fuerte, otras se unan entre si para equilibrar su poder. A sus ojos, la primacfa actual de Estados Unidos es efimera® ‘Como prueba de ello podrian citara un periodista indio que in- ita a formar urgentemente un triéngulo estratégico que alie a Rusia, India y C que hoy parece un mundo peligrosamente unipolar»,? 0 al pre- sidente de Venezuela cuando dijo en una conferencia de pro- ductores de petroleo que «el siglo xxi deberfa ser multipolar y el desarrollo de un mundo asi». Incluso fuentes cercanas como The Economist aceptan que «este !a «para proporcionar un contrapeso en 10 mundo de una superpotencia tinica no va a durar. Durante el se guiente par de décadas, China —con su poblacién de 1.500 Hones de personas, una economia en fuerte crecimiento y un go bierno probablemente autoritario—es prcticamente seguro que intente defender sus intereses [...]. Tarde o temprano, un hom- bre fuerte y honesto lograré unificar la Rusia posYeltsin, y habri aparecido otro contendiente en la lucha por la influencia glo- 1 En mi opinién, a pesar del terrorismo, la supremacia es- = Josnns 9M. 1rd hasta bien entrado este siglo, pero sélo si aprendemosa utilizar m oder sabiamente. Predecir el ascenso y Ia caida de los paises es notoriamente dificil, En febrero de 1941, el magnate del mundo de la edicién Henry Luce proclamé audazmente el «siglo estadounidense». Pero en la década de los ochenta, muchos analistas pensaron que la visi6n de Luce habi fin, victima de acusaciones como Vietnam, tina economia en recesi6n y un desbordamiento imperial. En 19% ta Lester Thurow se preguntaba por qué, si Roma habia durado mil afios como repiiblica e impe- rio, nosotros estamos fracasando después de s6lo cincuenta.”? Las encuestas mostraban que la mitad del priblico estaba de acuer- doen que el pais estaba reduciendo su poder y prestigio.!> Los derrotistas que copaban las listas estadounidenses de li- bros mas vendidos hace una década no fueron los primeros en equivocarse. Después de que Gran Bretafia perdiera sus colo- nias americanas en el siglo xvttt, Horace Walpole lamentaba la reduccién del Reino Unido a una «pequefia isla miserable» tan insignificante como Dinamarca o Cerdefia." Su prediccién esta- ba coloreada por la percepcién entonces habitual del comercio colonial, sin prever la incipiente revolucién industrial que pro- porcionarfa a Gran Bretaiia un segundo siglo con una preem nencia atin mayor. De igual forma, los derrotistas estadouniden- ses no comprendieron que una stercera revoluci6n industrial estaba a punto de conceder a Estados Unidos un «segun glo». Estados Unidos sin duda ha sido el lider cle la revolucion global de la informacién. Por otra parte, nada es eterno en Ia politica mundial. Hace tun siglo, la globalizacién econémica era tan amplia, segtin algu mundial descansaba in preceden- legado a 10s baremos, como lo es hoy en el patron oro, la inmigraci6n alcanzaba niveles ri donde nunca se ponia el sol. Como dijo ela «En 1900, los académicos politicos y econémicos responsables ndudablemente habrian descrito el panorama del siglo xX en funcién de las continuas rivalidades imperiales de un mundo do- a

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