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Universidad Nacional de Loja

Facultad Agropecuaria y de Recursos Naturales


Renovables

Carrera de Ingeniería Agronómica

Agrotécnia de Hortalizas, Ornamentales,


Mediciales y Especias

Dra. Mirian Capa. PhD


Docente

Jean Carlos Bravo Mosquera


Erick Daniel Noboa Rivera
Alumnos

Quinto Ciclo “A”


Curso

Cultivo de tomate
Tema

18-01-2019
Fecha

Loja – Ecuador
I. Taxonomía
Nombre Tomate riñón
común:
Nombre Solanum
científico: lycopersicum
Reino: Plantae
División: Magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida
Subclase: Asteridae
Orden: Solanales
Familia: Solanaceae
Género: Solanum
Subgénero: Potatoe
Sección: Petota

II. Morfología
Planta: Perenne de porte arbustivo que se cultiva como anual. Puede desarrollarse de forma
rastrera, semierecta o erecta. Existen variedades de crecimiento limitado (determinadas) y otras
de crecimiento ilimitado (indeterminadas).

Sistema radicular: Está formado por la raíz principal (corta y débil), numerosas y potentes raíces
secundarias y por las raíces adventicias. Si se seccionara transversalmente la raíz principal desde
fuera hasta dentro, se encontraría la epidermis (se ubican los pelos absorbentes especializados
en tomar agua y nutrientes), el cortex y el cilindro central (se sitúa el xilema, conjunto de vasos
especializados en el transporte de los nutrientes).

Tallo principal: Eje de 2-4cm de grosor en su base, sobre el que se desarrollan las hojas, tallos
secundarios (ramificación simpódial) e inflorescencias. Su estructura, desde fuera hacia dentro,
consta de: 1. epidermis, de la que parten hacia el exterior los pelos glandulares, 2. corteza o
cortex, cuyas células más externas son fotosintéticas y las más internas son colenquimáticas, 3.
cilindro vascular y 4. tejido medular. En la parte distal se encuentra el meristemo apical, donde
se inician los nuevos primordios foliares y florales.

Hoja: Compuesta e imparipinnada con foliolos


peciolados, lobulados, con borde dentado y
recubiertos de pelos glandulares. Las hojas se
disponen de forma alterna sobre el tallo.

El mesófilo o tejido parenquimático está recubierto


por una epidermis superior e inferior, ambas sin
cloroplastos. La epidermis inferior presenta un alto
número de estomas. Dentro del parénquima, la
zona superior o zona en empalizada, es rica en
cloroplastos. Los haces vasculares son prominentes,
sobre todo en el envés, y constan de un nervio
principal.
Figura 1. Hojas de tomate.
Flor: Perfecta, regular e hipógina con 5 o más sépalos
e igual número de pétalos de color amarillo y
dispuestos helicoidalmente a intervalos de 135º. Igual
número de estambres soldados que se alternan con
los pétalos y forman un cono estaminal que envuelve
al gineceo. El ovario puede ser bi o plurilocular

Las flores se agrupan en inflorescencias de tipo


racimoso (dicasio), generalmente de 3 a 10 en
variedades comerciales de calibre M y G.
Figura 2. Flor de tomate.

Fruto: Baya bi o plurilocular que puede alcanzar un


peso entre pocos miligramos y 600 gramos. Está
constituido por el pericarpo, el tejido placentario y las
semillas. El fruto puede recolectarse separándolo por
la zona de abscisión del pedicelo, como ocurre en las
variedades industriales, en las que es indeseable la
presencia de parte del pecíolo. También puede
separase por la zona peduncular de unión al fruto
(InfoAgro, 2011).
Figura 3. Fruto de tomate.

III. Ciclo del cultivo


La fenología del tomate comprende las etapas que forman su ciclo de vida. El tomate es un
cultivo que presenta tres etapas principales de desarrollo. A dichas etapas se les conoce como
fases de desarrollo o fases fenológicas. Los nombres que reciben las tres etapas o fases son:
inicial, vegetativa y reproductiva. Para cada etapa los requerimientos nutricionales e hídricos son
distintos (Haeff, 1981).

La duración aproximada de cada una de las etapas de desarrollo del jitomate es: fase inicial de 1
a 21 días; fase vegetativa de 22 a 80 días, que incluye el desarrollo vegetativo (22 a 49 días) y el
desarrollo floral (50 a 80 días); y la fase reproductiva de 81 a 100 días. Se trata de valores
meramente indicativos que se pueden ver modificados por las condiciones climáticas (Haeff,
1981).

Los días mencionados hacen referencia a los días después del trasplante. La maduración de
tomate también depende del tipo de variedad que se esté cultivando: precoz (65 a 80 días),
intermedia (75 a 90 días) y tardía (85 a 100 días). A continuación se presenta una pequeña
descripción de cada una de las fases fenológicas del tomate (Haeff, 1981).

Fase Inicial: Esta etapa comienza con la germinación de la semilla. Su característica principal es
que ocurre un rápido aumento de materia seca. Durante esta fase la planta se conoce como
plántula e invierte toda su energía en desarrollar nuevos tejidos de absorción y fotosíntesis
(Haeff, 1981).

Fase Vegetativa: El aumento de materia seca sigue ocurriendo pero de un manera más
lenta. Durante esta fase la planta requiere mayor cantidad de nutrientes para satisfacer las
necesidades de las hojas y ramas en crecimiento. Cuando ocurre la floración termina esta
etapa (Haeff, 1981).
Fase Reproductiva: Comienza con la fructificación y sus características principales son que
el crecimiento vegetativo se detiene (en variedades de hábito determinado), porque los
frutos comienzan su desarrollo y absorben la mayoría de los nutrientes que la planta
obtiene (Haeff, 1981).

Figura 4. Ciclo del cultivo de tomate.

IV. Importancia económica y distribución geográfica


El tomate es la hortaliza más difundida en todo el mundo y la de mayor valor económico. Su
demanda aumenta continuamente y con ella su cultivo, producción y comercio. El incremento
anual de la producción en los últimos años se debe principalmente al aumento en el
rendimiento, y en menor proporción al aumento de la superficie cultivada.

El tomate en fresco se consume principalmente en ensaladas, cocido o frito. En mucha menor


escala se utiliza como encurtido (InfoAgro, 2011).

Producción de tomate
Países en 2010
(toneladas)
China 47110084
Estados Unidos 12858700
India 12433200
Turquía 10052000
Egipto 8544990
Italia 6024800
Irán 5256110
España 4312700
Brasil 4114310
México 2997640
Uzbekistán 2347000
Rusia 2049640
Nigeria 1860600
Ucrania 1824700
Grecia 1406200
Portugal 1406100
Marruecos 1277750
Siria 1156300
Túnez 1100000
Iraq 1013180

V. Requerimientos edafoclimáticas
El manejo racional de los factores climáticos de forma conjunta es fundamental para el
funcionamiento adecuado del cultivo, ya que todos se encuentran estrechamente relacionados
y la actuación sobre uno de éstos incide sobre el resto.

Temperatura: Es menos exigente en temperatura que la berenjena y el pimiento. La temperatura


óptima de desarrollo oscila entre 20-30ºC durante el día y entre 1-17ºC durante la noche.
Temperaturas superiores a los 30-35ºC afectan la fructificación (mal desarrollo de óvulos) y al
desarrollo de la planta en general y del sistema radicular en particular. Temperaturas inferiores
a 12-15ºC también originan problemas en el desarrollo de la planta.

A temperaturas superiores a 25ºC e inferiores a 12ºC, la fecundación es defectuosa o nula. La


maduración del fruto está muy influida por la temperatura en lo referente tanto a la precocidad
como a la coloración, de forma que valores cercanos a los 10ºC o superiores a los 30ºC originan
tonalidades amarillentas. No obstante, los valores de temperatura descritos son meramente
indicativos, debiendo tener en cuenta las interacciones de la temperatura con el resto de los
parámetros climáticos.

Humedad: La humedad relativa óptima oscila entre 60-80%. Humedades relativas muy elevadas
favorecen el desarrollo de enfermedades aéreas, el agrietamiento del fruto y dificultan la
fecundación, debido a que el polen se compacta, abortando parte de las flores. El rajado del
fruto igualmente puede tener su origen en un exceso de humedad edáfica o riego abundante
tras un período de estrés hídrico. También una humedad relativa baja dificulta la fijación del
polen al estigma de la flor.

Luminosidad: Valores reducidos de luminosidad pueden incidir de forma negativa sobre los
procesos de floración y fecundación, así como en el desarrollo vegetativo de la planta. En los
momentos críticos durante el período vegetativo, resulta crucial la interrelación existente entre
la temperatura diurna y nocturna y la luminosidad.
Suelo: La planta de tomate no es muy exigente en cuanto a suelo, excepto en lo relativo al
drenaje. Prefiere suelos sueltos de textura silíceo-arcillosa y ricos en materia orgánica. No
obstante, se desarrolla perfectamente en suelos arcillosos enarenados.

En cuanto al pH, los suelos pueden ser desde ligeramente ácidos hasta ligeramente alcalinos
cuando están enarenados. Es la especie cultivada en invernadero que mejor tolera las
condiciones de salinidad tanto del suelo como del agua de riego.

Fertilización carbónica: La aportación de CO2 permite compensar el consumo de las plantas y


garantiza el mantenimiento de una concentración superior a la media en invernadero. De este
modo, se estimula la fotosíntesis y se acelera el crecimiento de las plantas.

Para valorar las necesidades de CO2 de los cultivos en invernadero se necesita realizar, en los
diversos periodos del año, un balance de las pérdidas derivadas de la absorción por parte de las
plantas, de las renovaciones de aire hechas en el invernadero y de las aportaciones
proporcionadas por el suelo a la atmósfera del mismo.

Del enriquecimiento en CO2 del invernadero depende la calidad, productividad y precocidad de


los cultivos. Hay que tener presente que un exceso de CO2 produce daños debidos al cierre de
estomas, lo cual provoca el cese de la fotosíntesis y puede originar quemaduras.

Los aparatos más utilizados en la fertilización carbónica son los quemadores de gas propano y
los de distribución de CO2. En el cultivo del tomate, las cantidades óptimas de CO2 se encuentran
entre 700-800 ppm. En cuanto a los rendimientos netos, proporcionan incrementos del 15-25%
en función del tipo de invernadero, el sistema de control climático, etc (InfoAgro, 2011).

VI. Zonas del cultivo


Provincia Cantón Zona de Vida
Santa Elena Rio Verde Bosque Seco Tropical (bs-T)
Chanduy Bosque Seco Premontano (bs-PM)
La Libertad Bosque Seco Tropical (bs-T)
Imbabura Otavalo Bosque Pluvial Premontano (bp-PM)
Antonio Ante Bosque Seco Premontano (bs-PM)
Cotacachi Bosque pluvial montano (bp-M)
Carchi San Pedro de Huaca Bosque Seco Premontano (bs-PM)
Mira Bosque Seco Montano Bajo (bs-MB)
Montúfar Bosque Seco Montano Bajo (bs-MB)
Loja Loja Bosque muy húmedo subtropical( bmh-ST)
Catamayo Bosque Seco Tropial (bsT)
Chantaco Bosque muy húmedo montano bajo (bmh-MB)
Gonzanama Bosque húmedo subtropical (bh-ST)
Chuquiribamba Bosque Húmedo Montano Bajo (bh-MB)
Taquil Bosque muy húmedo montano bajo (bmh-MB)
El Cisne Bosque Seco Montano Bajo (bs-MB)
malacatos Bosque Seco Subtropical (bs-ST)
Zamora Zamora Bosque húmedo tropical (bh-T)
Sayupamba Bosque húmedo subtropical (bh-ST)
Yacuambi Bosque húmedo subtropical (bh-ST)
Cotopaxi Sigchos Bosque húmedo montano bajo (bh-MB )
Pangua Bosque muy húmedo montano (bmh-M)
Saquisilí Bosque húmedo montano bajo (bh-MB)
Pichincha Pedro Vicente Maldonado Bosque muy húmedo montano (bmh-M)
Rumiñahui Bosque pluvial montano bajo (bp-MB)
Pedro Moncayo Bosque muy húmedo montano bajo (bmh-MB)

VII. Sistema de propagación


 Reproducción sexual
El tomate pertenece al grupo botánico de las angiospermas o plantas con flores y sus órganos
reproductivos, tanto masculinos como femeninos, se encuentran formando parte de las flores
de éste, con pétalos de un característico color amarillo, generalmente.

Figura 5. Partes de la flor y fruto del tomate.

Los estambres de la flor del tomate se encuentran fusionados formando un tubo que se abre
hacia el estilo. En el extremo de los estambres se localiza el polen (gameto masculino) que se
desprende de las anteras como consecuencia de vibraciones producidas por el aleteo de una
abeja u otro insecto que se pose en la flor; también por acción del viento o incluso cuando el
horticultor toca las plantas con su cuerpo mientras realiza el mantenimiento del cultivo.

Cuando el polen liberado de las anteras de la misma o de otra flor entra a través del estilo tiene
lugar la polinización y al llegar al ovario, se produce la fecundación de los óvulos y tanto el fruto
como las semillas que éste contiene comienzan a desarrollarse.

Figura 6. Formación de la planta de tomate.


La reproducción sexual conlleva una cierta variabilidad genética y, por tanto, las plantas hijas las
que nacerán de las semillas son todas diferentes a la planta madre y padre, si el polen procedía
de otra planta. Además, las plantas "hijas" también serán diferentes entre ellas por lo que éste
es un buen método para lograr mediante selección nuevas variedades más resistentes a plagas
y enfermedades, mejor adaptadas a las condiciones de un lugar en concreto o con mejor sabor,
durabilidad, etc.

 Reproducción asexual
Además de la reproducción sexual, a través de las flores, los frutos y las semillas, las tomateras
también puede multiplicarse de forma asexual, de manera que de una planta se obtienen otras
plantas "hijas" que en realidad son clones de la primera.

Es posible obtener clones a partir del esquejado de los brotes axilares (chupones) que se suelen
podar en las variedades de crecimiento indeterminado.

Además, al pie de las tomateras suelen aparecer brotes que proceden de una yema que se
desarrolló en la parte del tallo que se encontraba bajo tierra. En este caso, si el brote ha tenido
el tiempo suficiente, habrá emitido raíces y cuando lo arranquemos, será una nueva planta que
trasladada a una maceta o a otra zona del huerto prenderá fácilmente.

El injerto, también es posible en las tomateras para lo cual son necesarias al menos dos plantas,
una de ellas será el patrón la que conservará las raíces y cuyo fruto no suele ser interesante y la
otra el injerto un fragmento de la planta o variedad que sí interesa reproducir (Mundohuerto,
2015).

Marcos de plantación
El marco de plantación se establece en función del porte de la planta, que a su vez depende de
la variedad comercial cultivada. El marco de plantación empleado más frecuentemente es el de
1,5 metros entre líneas y 0,5 metros entre plantas.

Figura 7. Sistema de siembra de tomate.

Cuando se trata de plantas de porte medio, es común aumentar la densidad de plantación a 2


plantas por metro cuadrado con marcos de 1m x 0,5m.

Cuando se entutoran las plantas con perchas, las líneas deben ser “pareadas” para poder pasar
las plantas de una línea a otra formando una cadena sin fin. Se deben dejar pasillos amplios para
la bajada de perchas (aproximadamente de 1,3m) y una distancia entre líneas conjuntas de unos
70cm (InfoAgro, 2011).
VIII. Labores culturales
Poda de formación: En una práctica imprescindible en el caso de variedades de crecimiento
indeterminado, ya que estas plantas pueden continuar creciendo de forma ascendente, a
diferencia de las variedades con crecimiento determinado. Se realiza a los 15-20 días del
trasplante cuando aparecen los primeros tallos laterales. Se eliminan tallos y hojas senescentes,
mejorando así la aireación del cuello de la planta y facilitando la realización del aporcado. Así
mismo, se determina el número de brazos (tallos) a dejar por planta. Son frecuentes las podas a
1-2 tallos.

En ocasiones, cuando una planta está enferma, por ejemplo por virus, se deja un segundo tallo
de la planta contigua. Se considera ésta una práctica que consigue amortiguar la pérdida de
planta/producción ocasionada por la enfermedad.

Aporcado: El aporcado consiste en cubrir la parte inferior de la planta con suelo tras la poda de
formación. El objetivo que se persigue con esta práctica es que el sistema radicular disponga de
una mayor superficie explorable y consecuentemente, el desarrollo de éste sea mayor.

Rehundido: El rehundido es una variante del aporcado. Se lleva a cabo doblando la planta, tras
haber sido ligeramente rascada, hasta que entra en contacto con el suelo. Entonces se cubre
ligeramente, dejando fuera la yema terminal y un par de hojas

Entutorado: Es una práctica imprescindible para mantener la planta erguida y evitar que las
hojas, y sobre todo los frutos, toquen el suelo. De este modo, se mejora la aireación general de
la planta y se favorece el aprovechamiento de la radiación y la realización de las labores
culturales. Todo ello, repercute sobre la producción final, calidad del fruto y control de
enfermedades.

La sujeción suele realizarse con hilo de propileno, el cual se sujeta de un extremo a la zona basal
de la planta y de otro a un alambre situado a determinada altura por encima de la misma (1.8 –
2.4m sobre el suelo). Conforme la planta crece, se sujeta al hilo tutor mediante anillas, hasta que
alcanza el alambre superior. A partir de este momento existen tres opciones:

Bajar la planta descolgando el hilo: el mecanismo de sujeción se denomina “de perchas”.


Consiste en colocar perchas con hilo enrollado en ellas en la parte superior e ir soltándolo
conforme la planta crece. La planta se sujeta al hilo mediante anillas.

De este modo, la planta siempre se desarrolla en sentido vertical recibiendo el máximo de


luminosidad, por lo que la calidad del fruto mejora y la producción aumenta.

Dejar que la planta crezca cayendo por la propia acción de la gravedad.

Dejar que la planta crezca horizontalmente sobre los tutores: estos tutores forman cuadrículas a
lo largo de la línea de cultivo. La planta se va asegurando a los tutores mediante la utilización de
anillas.

Destallado: Consiste en la eliminación de los brotes axilares para mejorar el desarrollo del tallo
principal. Debe realizarse con la mayor frecuencia posible para evitar la pérdida de biomasa
fotosintéticamente activa y la realización de heridas. Los cortes deben ser limpios para evitar la
posible aparición de enfermedades.

Deshojado: Es recomendable eliminar las hojas senescentes para facilitar la aireación y mejorar
el color de los frutos y las hojas enfermas para eliminar así la fuente de inóculo. Normalmente,
se debe eliminar la hoja que está situada sobre el ramo y a ser posible, la que está orientada
hacia el norte o este. Sin embargo, la hoja situada enfrente del ramo no se debe eliminar. Ésta
es la que más fotoasimilados aportará al ramo. Una vez que los frutos empiezan a virar de color
se deben eliminar todas las hojas por debajo de su nivel.

No se recomienda eliminar más de 3 hojas por planta en una sola vez para no descompensar la
carga de frutos y el área foliar de la planta. Los cortes siempre se deben llevar a cabo en bisel y
a ras de tronco por la base del peciolo. Se procederá a llevar a cabo el deshojado cuando las
condiciones de humedad no sean excesivamente elevadas, tratando de evitar así la aparición de
enfermedades criptogámicas.

Despunte de inflorescencias y aclareo de frutos


Tanto el despunte de inflorescencias como el aclareo de frutos tomaron importancia con la
introducción del tomate en racimo, es conveniente que los ramos tengan como máximo 6-7
frutos/ramo. Con estas prácticas se consigue que los frutos del ramo sean homogéneos y tengan
mayor calibre, y en general sean de más calidad.

Se pueden distinguir dos tipos de aclareo:

Aclareo sistemático: tiene lugar sobre los racimos. Se deja un número de frutos determinado,
eliminando el fruto inmaduro y mal posicionado.

Aclareo selectivo: tiene lugar sobre los frutos. Se eliminan frutos dañados por insectos,
deformes y de reducido calibre sin tener en cuenta la posición que ocupe en el racimo.

Despunte de plantas: El despunte consiste en la eliminación del brote apical. Esta práctica se
lleva a cabo en variedades con crecimiento indeterminado, ya que éstas emiten continuamente
racimos florales, siendo el agricultor quien toma la decisión de finalizar el cultivo. Al despuntar
la planta, se persigue que los últimos frutos dispongan de una cantidad de asimilados mayores.

Consecuentemente, el resultado del despunte es la obtención de frutos de mayor calibre y peso.

Se deben dejar unas 2 hojas por encima de la última inflorescencia para que éstas nutran a los
frutos y a la vez proporcionen sombra al ramo (Nicclos, 1995).

Figura 8. Labor cultural en cultivo de tomate.


IX. Requerimientos nutricionales
Tabla 1. Requerimientos nutricionales del cultivo de tomate.
Elemento Función Cantidad (Kg/ha)
Nitrógeno Da el color verde a las 150 – 250 ( aire libre)
plantas, contribuye a la 250 – 600 (invernadero)
fotosíntesis
Fosforo Contribuye a un desarrollo 40 – 150 ( aire libre)
de un potente sistema 100 – 200 (invernadero)
radicular
Potasio Regulador de la presión 80 – 300 (aire libre)
osmótica, disminuye la 300 – 750 (invernadero)
transpiración
Calcio Requerido por los frutos 70 (aire libre)
jóvenes en crecimiento
Magnesio Esencial para la fotosíntesis 42 (aire libre)
Fuente: (Ramírez, 2014).

X. Requerimientos de riego
Riego por compuertas
 Período de crecimiento: 130 días
 Rendimiento meta: 60 ton/ha
 Cantidad total de agua de riego: 840 mm
 Número de riegos: 19 riegos

Cantidad de agua de riego al momento del trasplante: 50 mm de agua - 11 días después del
trasplante: 50 mm de agua

- De los 22 a los 40 días después del trasplante: Regar cada 7 días, 40 mm de agua por
riego
- Después de los 40 días del trasplante: Regar cada 6 días, 40 mm de agua por riego
- Etapa final de cosecha: en la etapa final de cosecha los dos últimos riegos se deben de
dar con un intervalo de 10 a 11 días y con 40 mm de agua por riego. (Sagar, 2001)

Riego por goteo


 Período de crecimiento: 130 días
 Rendimiento meta: 60 t/ha
 Cantidad total de agua de riego: 360 mm
 Número de riegos: 28 a 29 riegos

- Cantidad de agua de riego al momento del trasplante: 50 mm de agua (la cantidad


necesaria para mantener la humedad a capacidad de campo en la capa superficial del
suelo 15 cm)
- De los 10 a los 40 días después del trasplante: Regar cada 5 días, 10 mm de agua por
riego (cantidad de humedad efectiva a pF 1.7-2.5 en los primeros 20 cm de profundidad
del suelo)
- Después de los 40 días del trasplante: Regar cada 3 a 4 días, 10 mm de agua por riego
- Fines de la etapa de la cosecha: Regar cada 5 días, 10mm de agua por riego (Sagar, 2001).

La cantidad de agua disponible para el cultivo entre la capacidad de campo y el 50% de


eliminación podría oscilar de 10,000 L/ha en suelo arenoso grueso, a 20,000 L/ha en suelos de
textura media a fina, a más de 30,000 L/ha en suelos pesados.
XI. Sanidad
Plagas
Tabla 2. Principales plagas en el cultivo de tomate.

Enfermedades
Tabla 3. Principales enfermedades en el cultivo de tomate.
Nombre Vulgar Nombre Científico Daño Control
Apagón o tizón tardío Phytophthora infestans Este hongo causa En casos en que la
manchas de color café infección aparezca y
oscuro, casi negro en las amenace con extenderse
hojas con un área se recurre el uso de
necrótica en el centro; fungicidas sistémicos
las manchas crecen como metalaxil.
rápidamente sin forma
definida.

Alternaria o tizón Alternaria solani En las hojas causa Para el combate es


temprano manchas que empiezan conveniente eliminar los
como puntos oscuros y rastrojos y hacer las
que luego crecen en deshojas, así como
forma angular o circular; aplicaciones semanales
son de color café y de con fungicidas como
consistencia papelosa maneb, clorotalonil o
seca y por lo general, con mancozeb
anillos concéntricos.
Pudrición bacterial del Erwinia carotovora Causa amarillamiento de Para prevenir el ataque
tallo o tallo hueco las hojas el cual se de esta bacteria, no se
extiende de abajo hacia deben ocasionar heridas
arriba. En el tallo a las plantas, evitar los
produce rajaduras y excesos de fertilización
manchas oscuras nitrogenada, proveer
elongadas que al abrirse buenos drenajes y
muestran una pudrición desinfectar las
oscura, acuosa y mal herramientas con que se
oliente. hacen las podas; estas
medidas deben
practicarse siempre.

XII. Rendimiento
Los rendimientos de la producción de tomate en invernaderos de baja tecnología es de
aproximadamente 120 toneladas por hectárea (t/ha), en rangos de tecnología media de 200 a
250 t/ha, y en la alta tecnología conduce a obtener hasta 600 t/ha,

En el país hay 3 333 hectáreas de tomate. La producción es de 61 426 toneladas al año, según el
último Censo Agropecuario del 2000. La mayoría de tomateras está ubicada en la provincia de
Santa Elena y en los valles de Azuay, Imbabura y Carchi (El Comercio, 2014).

Figura 9. Producción del tomate.

XIII. Conclusión
Se puede concluir que la producción de tomate es sustentable y rentable, en el sentido de que
tiene una gran demanda en el mercado, tanto nacional como internacional, y sobre todo su
rendimiento es muy alto, principalmente en condiciones edafoclimáticas optimas y bajo
cuidados adecuados. También debido a su adaptabilidad se da en muchas zonas y regiones, lo
cual genera trabajo, por lo tanto existe mayores ingresos económicos para la población
productora.
XIV. Referencias

Diez Nicclos, MJ. 1995. Tipos Varietales. In El cultivo del tomate. F. Nuez, ed. Ediciones Mundi -
Prensa, España. pp 93-129.

El Comercio. (2014). Ocho variedades de tomate riñón están en los mercados locales. (en línea).
Elcomercio.com. Consultado 15 ene. 2019. Disponible en:
https://www.elcomercio.com/actualidad/negocios/ocho-variedades-de-tomate-rinon.html

Infoagro, (2011). El Cultivo Del Tomate. Recuperado de:


http://www.infoagro.com/hortalizas/tomate.htm. Consultado 22-06-2014

Mundohuerto. (2015). Cómo se reproduce el tomate. (en línea). mundohuerto.com. Consultado


15 ene. 2019. Disponible en: http://www.mundohuerto.com/cultivos/tomate/como-se-
reproduce

Ramírez, J. (2014). Desordenes Nutricionales en el cultivo de Tomate.


Disponible en: http://www.monografias.com/trabajos102/desordenesnutricionales-
tomate/desordenes-nutricionales-tomate.shtml

SAGAR, 2001. Secretaria De Agricultura, Ganadería Y Desarrollo Rural Norma De Riego En El


Cultivo De Jitomate Zacatepec, Morelos, México.

Van Haeff, JNM.1981. Tomates, producción vegetal. Editorial Trillas, México. Pp 11-18 y 31-34.

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