You are on page 1of 2

Sindicalistas penetran bandas delictivas

22 DE JUNIO DE 2014 12:01 AM | ACTUALIZADO EL 10 DE ABRIL DE 2017 08:14 AM

¿Qué factor en común tienen los crímenes contra la actriz Mónica Spear y su esposo Thomas
Henry Berry, y de Yorman Márquez Rodríguez, alias ?el Gordo Bayón?? ¿En qué punto coinciden
los asesinatos del jefe policial de Barbacoas Lisandro Marapacuto y del delegado de Sovica Luis
Villalobos?Esos casos han ocurrido en lo que va de año en distintas partes del país. Algunos, como
el de la pareja Spear-Berry, tuvieron repercusión internacional. Pero en todos han participado
personas que se desempeñan en organizaciones laborales. El sindicalismo ha penetrado bandas
delictivas y se ha involucrado no solo en crímenes por pugnas en centrales obreras sino en casos
de delincuencia común.Mónica Spear y su pareja fueron ultimados a tiros el 6 de enero por un
grupo que, a falta de mejor nombre, fue bautizado por la policía judicial como Los Sanguinarios de
El Cambur, debido a la zona de la autopista Valencia-Puerto Cabello donde residen y operan.El
líder de la banda, Leonar Danilo Marcano, apodado ?Gordo Danilo?, participaba en el sindicato de
trabajadores ferroviarios de Puerto Cabello, indicaron en ese momento fuentes de Cicpc. Tenía
antecedentes por drogas y porte ilícito de arma de fuego.Hasta ahora, siete personas han sido
vinculadas directamente al crimen. Otras cuatro habrían recibido parte de los bienes robados a la
pareja. Dos de los integrantes del grupo son menores de edad.El 4 de mayo supuestos integrantes
de la banda liderada por José Antonio Tovar Colina, alias Picure, asesinaron en una emboscada al
jefe de la estación policial de Barbacoas (Aragua) supervisor jefe Lisandro Marapacuto Peraza, de
34 años de edad.No es el primer agente víctima de miembros de esa organización criminal. El 21
de julio de 2013 mataron de tiros de fusil al detective Renny Mejías porque supuestamente prestó
un camión de su propiedad para cargar los muebles que Tovar tenía en un hotel de El Sombrero.El
11 de diciembre la banda también conocida como Conchemango se enfrentó a tiros con una
comisión del Cicpc mientras adelantaba la celebración de una feria denominada por ellos mismos
Tren del Llano.Desde entonces se hizo público que por lo menos dos de los cómplices de Tovar
eran líderes del sindicato que domina el tendido de la vía férrea en el estado
Guárico.Recientemente, el Cicpc elaboró un cuadro con los nombres de los lugartenientes de
Tovar: José Gregorio Campos (Goyito), Duindi Eusebio Palma (Duindi), Juan José González (Huevo
Espichao) y José Solórzano (Castulito), entre otros. En el círculo de la violencia. Otros casos más
recientes que involucran a sindicalistas son los de Yorman Márquez Rodríguez, alias ?el Gordo
Bayón?, y Luis Alexander Villalobos.Márquez Rodríguez, también conocido fue asesinado el 2 de
junio en la noche luego de participar en una reunión en el Palacio de Miraflores en representación
de los trabajadores tercerizados de la Siderúrgica del Orinoco.Márquez no podía abandonar el
estado Bolívar debido a las medidas cautelares impuestas por dos juzgados de esa región. El
hombre de 30 años de edad estaba involucrado en los homicidios de cuatro personas. Aún así,
logró salir del estado en un avión para acudir a la junta en el palacio presidencial. Cuando
regresaba al hotel Venetur Alba Caracas lo mataron.Ese suceso fue precedido por un incidente en
los jardines del hotel, el viernes 30 de mayo.En esa oportunidad, agentes del Cicpc reportaron la
novedad de que un vigilante fue herido en un brazo cuando forcejeaba con un hombre armado al
que le exigieron desalojar las instalaciones. Este sujeto no ha sido identificado. El sereno, sin
embargo, relató que antes de disparar él dijo que esperaba la salida de los sindicalistas.El viernes
de la semana pasada, un delegado del Sindicato Nacional de Obreros Venezolanos de la Industria
de la Construcción del Sistema Ferroviario y Afines luego de un ataque a tiros frente al edificio
donde vivía, en la avenida San Martín.Su esposa, Dayana Ramírez, afirmó que ese crimen podría
ser consecuencia de una disputa por el control de las obras en el distribuidor Ciudad Caribia, en la
autopista a La Guaira. Secuela del paro. El representante del Frente Autónomo de Defensa del
Salario y el Sindicato Froilán Barrios indicó que la violencia asociada a la actividad de las centrales
obreras en el país es consecuencia de la atomización promovida desde el Ejecutivo y el resto de las
ramas del Estado luego del paro petrolero de 2003.Indicó que en 2001 estaban registrados 1.900
sindicatos que aglutinaban 2 millones de trabajadores. Ahora son más de 6.000 organizaciones y
reúnen a 1,5 millones de asalariados.Dijo que 90% de las muertes violentas ocurre entre
sindicalistas de la construcción y de las empresas básicas. La mayoría de los casos se registra en
Bolívar. Pero Anzoátegui, Nueva Esparta, Miranda, Aragua, Lara y Zulia también son frecuentes
escenarios de violencia.Explicó que en Guayana se dividieron los sindicatos oficialistas, y ?se volvió
práctica común recurrir a bandas armadas para amedrentar a los rivales?. De allí se extendió la
relación entre representaciones obreras y grupos delictivos.Según Barrios, en la actualidad los
sindicatos de Guayana y Aragua disponen de bandas que son dirigidas desde los penales de Vista
Hermosa y Tocorón, respectivamente.?Los sindicatos tienen garantizado un botín en efectivo. En
las obras de construcción 70% de los trabajadores los pone el sindicato y el resto el patrono. En el
segundo puente sobre el Orinoco, por ejemplo, se necesitaron 7.000 trabajadores. A ellos les
exigían cuotas de hasta 15.000 bolívares por un puesto de trabajo. Es demasiado el dinero que
manejan los sindicalistas. Entonces, hay una intervención del hampa para controlar las
construcciones?, señaló. Peleas por espacio El director del Observatorio Venezolano de la
Violencia, Roberto Briceño León, advirtió que en muchas partes del país la actividad sindical y los
sindicalistas han sido desplazados por la fuerza por grupos de delincuencia organizada.?Llegó un
momento en que los que manejan esta actividad no son sindicalistas, sino bandas criminales?,
afirmó.Explicó que esos sindicatos controlan las fuentes de trabajo al determinar quiénes son los
que entran a trabajar en las obras y quiénes quedan excluidos, e igualmente ejercen presión sobre
los patronos a los que garantizan ?paz laboral? a cambio de cuotas económicas.Afirmó que la
violencia brota cuando unos grupos se disputan el espacio que aparentemente es controlado por
otras organizaciones.Recordó que durante sus investigaciones entrevistaron a un constructor de
Puerto La Cruz que recibió la foto de un sindicalista asesinado. La imagen advertía que ahora los
pagos serían entregados a un sindicato rival.?Estamos en una sociedad donde la fuerza es lo que
se impone. Para el Gobierno esos grupos son los que les pueden garantizar el control de los
trabajadores?, señaló. 152 sindicalistas han sido víctimas de homicidios durante los últimos tres
años según el Observatorio de Conflictividad Social. El año con mayor número de fallecidos fue
2012 con 65. jmayorca@el-nacional.com

You might also like