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A FAVOR DE LA ACTORA

No hay prorroga automática del contrato porque el resumen llego 2 meses después de haber vencido el contrato o
finalizada la relación locativa,
Además el contrato puede rescindirse sin expresión de causa, en cualquier momento, no receptando la tarjeta de crédito, y
comunicando su decisión fehacientemente,
Es abusiva la clausula de responder hasta el momento de operada la denuncia,
Se vulnera el deber de información y de que sea un contrato legible y claro porque no se extendió una copia del contrato.
No se llamó por teléfono ante la no impugnación o pago de los montos mínimos de los resúmenes.
El comercio adherido debe cotejar los datos del comprador y su DNI, además de la firmas cuando pide la autorización al
banco.
La renovación se debió a un error del banco o del correo y no de ella,
No pudo renovar el contrato porque este se perfecciona con la firma del contrato y aun cuando hubiera prorroga
automática tampoco opero la recepción de la tarjeta por esta, ya que nunca le llego.
Mas allá de la denuncia que ella hizo, no hay una relación jurídica entre ello porque ya se extinguió, así que no procedería.
Copia del contrato?, resúmenes, cartas documentos, entre otras.
La relación contractual nunca se perfecciono.
A FAVOR DEL DEMANDADO

En todo caso no tiene legitimación para obrar, porque la entidad emisora es un mero distribuidor de plásticos, las
tarjetas de crédito que el administrador debe controlar y que los comercios adheridos deben cotejar en cada
operación, la identidad de los usuarios.
El emisor no contrata directamente con los usuarios y que por tal motivo en ningún caso puede ser un sujeto
pasivo en estos conflictos, por lo que es preciso iniciarles acciones legales a ellos.
El emisor es un simple intermediario entre el pago del usuario y el cobro del comercio adherido o proveedor.
El banco ha cumplido con la ley por cuando ha preparado la vía ejecutiva, en el cual se ha cumplimentado con el
contrato y el resumen redactado en legal forma, ya que de lo contrario hubiera perdido la vía ejecutiva.
La señora es una persona plenamente capaz de obligarse y asumir las responsabilidades y consecuencias que
deriven de su incumplimiento.
Según surge del contrato el usuario responde por el uso de la misma hasta las 0 horas del día que realiza la
denuncia, que esta se efectuó 3 meses después de su sustracción, por lo tanto debe responsabilizarse por los cargos,
ya que ante la eventualidad de la perdida, robo o sustracción, o extravió debe dar inmediata denuncia ante el banco
emisor. Mientras el usuario no realice esa denuncia recaerá bajo su responsabilidad el uso indebido de la tarjeta
perdida, extraviada o robada. Además inmediatamente de la denuncia de dio de baja la tarjeta.
Por supuesto que de haber impugnado antes el resumen, esta cuestión no se hubiera producido, ello siendo un
deber del titular a pesar de la diligencia habitual del banco.
Las disposiciones de la ley de tarjeta de crédito son de orden público y obligatorias además que las
comunicaciones del BCRA. La autoridad de aplicación del banco central o de la ley de entidades financieras no
deja nada librado al azar y nos impone los contratos que debimos cumplir estrictamente, y además deben ser
aprobados por esto previamente.
Al respecto la jurisprudencia ha dicho que, la negativa del demandado respecto de la recepción de los resúmenes
de cuenta no es argumento para eximirse del pago correspondiente.
No se comunicó por otras vías por no ser medios fehacientes de comunicación.
Tambien tendría responsabilidad el banco que no efectuó su tarea con prudencia y diligencia pero dejando
constancia de que ella se realizó correctamente.
No se puede pretender eximirse de responsabilidad en caso de renovación de tarjeta, alegando que tal renovación
no le fue notificada, si en el contrato hay una cláusula que prevé que los derecho y obligaciones rige por el periodo
original de vigencia de la tarjeta y sus posteriores renovaciones.
Además siempre hay gastos por manteamiento de la tarjeta, aun cuando no se realicen consumos, por lo que no
abrir las cartas del banco es una actitud negligente.
Asimismo la doctrina ha señalado que, el titular de una tarjeta tiene el deber de colaboración, para con el emisor
del plástico, a fin de evitar maniobras ilícitas (por eso se establece el sistema de denuncias) también tiene el deber
de custodia sobre la tarjeta, su correcto cuidado, evitara perjuicios no solo al titular sino a los otros operadores
del sistema.
CASO PRÁCTICO: RESOLUCION DESFAVORABLE A LA ACTORA Y FAVORABLE A LA DEMANDA

Habiendo aclarado que el demandado tiene legitimación pasiva, por estar en la cadena de contratos en que se sitúa
esta relación contractual.
Según la doctrina de los actos propios implica que los hechos que uno exterioriza imponen la necesidad de que
exista un comportamiento futuro coherente con los mismos. Significa la vinculación del autor de una declaración
de voluntad, generalmente de carácter tácito […] y la imposibilidad de adoptar después un comportamiento
contradictorio. Para que sea aplicable […] se hace necesaria la existencia de una contradicción entre la conducta
anterior y la pretensión posterior.
Es preciso que el banco ha cumplido con las disposiciones de la ley respecto del contrato y el resumen, no así con
la diligencia en relación a la emisión de la nueva tarjeta de crédito.
Asimismo, es un acto negligente no efectuar de manera inmediata la denuncia ante el hurto, sustracción o perdida
de la tarjera de crédito, al menos en un plazo razonable, bajo apercibimiento de no poder reclamar importe alguno
a posteriori.
No obstante, ser un contrato por adhesión y estar bajo la protección de la ley de defensa al consumidor, no por
ello le permite actuar de manera negligente y consentir tal actuación.
RESOLUCION: Declaro la culpa concurrente de ambos porque si la actora hubiera actuado con la debida
diligencia y el demandado como una empresa diligente los hechos no se hubieran producido; con un 80% y 20%
respectivamente, con costas en orden causado.
RESOLUCION A FAVOR: Procede la acción por la cual el pretensor reclama de un banco y de una entidad
administradora del sistema de tarjeta de crédito, el cobro de cierta suma dineraria por daños y perjuicios que sufrió
como consecuencia de la inclusión de gastos no consentidos por el usuario, siendo improcedente que la entidad
bancaria postule que el accionante acepto su ofrecimiento para celebrar un nuevo contrato al no impugnar los
resúmenes mensuales, razón por la que los gastos cobrados se habrían pactado a través de un contrato de adhesión
distinto al original.
Ello así cuando, -como en el caso-, surge que el reclamante no estuvo en condiciones de aceptar la propuesta
invocada por el banco, pues esta no revistió carácter de "oferta" (cfr. arg. Cod. Civil art. 1148). En el derecho
moderno la oferta es válida si indica -de acuerdo a los usos y circunstancias del caso-, la intención de contratar y
obligarse del oferente, incluyendo las precisiones necesarias para establecer los efectos que producir el contrato
si la propuesta es aceptada (conf. Alterini, Atilio A., "Contratos", ED. Abeledo Perrot, Bs. As., pag. 272; y art
2.4., "Principios" de unidroit). A mas, la aceptación -además de ser unilateral (Cod. civil art. 946), recepticia y
vinculante- debe ser congruente con la oferta; la que debe presentar completividad y autosuficiencia.
De modo que no se puede inferir que el pretensor aceptó la invocada oferta por el simple hecho de no impugnar
un resumen de gastos de su tarjeta de crédito, pues si no existía contrato faltaba la base normativa que le impusiera
expedirse. Inferir que el accionante debió impugnar la liquidación implica elípticamente interpretar que el banco
posee la facultad de modificar unilateralmente el contrato originalmente suscripto o imponer otro a quienes no
son sus clientes. Ello porque si a ella no se le aviso de la renovación automática eso implica que el banco se
reservo la facultad de modificar unilateralmente el contrato.
En tal sentido cabe precisar, que si bien es usual advertir en casi todos los contratos de adhesión de tarjetas de
crédito cláusulas por las cuales la entidad emisora se reserva el derecho de modificar unilateralmente las
condiciones generales mediante la simple notificación epistolar al usuario, como así también que es obvio que en
la comercialización en masa el contrato de adhesión o con cláusulas predispuestas es imprescindible, no cabe
perder de vista que nos encontramos ante un dirigismo contractual excesivo en el que ya no se observa
jurídicamente la existencia de un contrato pues en la especie no existió oferta ni aceptación. Si esas cláusulas son
palmariamente leoninas y violatorias de la igualdad contractual, con mas razón ser injustificable la emisión de
resúmenes con gastos no convenidos si el usuario ni siquiera celebro un contrato con el emisor de estos (el banco,
solo asumió la gestión de cobranza de otra entidad financiera, que es sucesor de una entidad bancaria).

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