Nuestros cuerpos interactúan con el entorno social y como éste están sujetos al cambio histórico, por lo

que a menudo están atrapados por imágenes en sentido político. Y a menudo, reaccionan a las imágenes
según su género específico, por lo que éstas vuelven a proyectar sobre sí miradas masculinas y
femeninas.

El cuerpo es solo un concepto general que se define constantemente según la situación histórica y social
concreta.

Sin duda los cuerpos utilizan los medios como herramientas y con ellos mejoran su capacidad
perceptiva…nuestros cuerpos cooperan con los medios para producir imágenes.

Cuerpo-medio-imagen

La mirada en tanto soporte de sus propias imágenes y en tanto censor icónico, interviene en la historia
de las imágenes como agente de nuestro cuerpo.

La animación es una capacidad innata y que puede ser desarrollada de nuestro cuerpo, un cuerpo que
puede descubrir en las imágenes inanimadas una vida que solo nosotros le otorgamos…los medios
visuales son compañeros ficticios de nuestra mirada.

Las imágenes atraen hacia sí una vida prohibida, con la cual superan un límite protegido
empecinadamente. La fe en la imagen aumenta vertiginosamente cuando las imágenes reclaman una
vida propia, vida con la que nos someten.

La historia de los medios: evolución, decepción, transformación. Los medios se transforman en otros
medios, pero nunca en imágenes.

Cada transformación hace que las imágenes se mantengan vivas, migrando a través de los medios.

El medio es el cuerpo de la imagen. En las imágenes nunca se puede ocultar ni el cuerpo ni el medio. En
el cuerpo tenemos un lugar para las imágenes

El cuerpo es un lugar para la proyección de imágenes cuya evidencia más palmaria es el sueño.

La consideración de los cuerpos como medios vivos puede ser ilustrada con un curioso ejemplo.

Un cuerpo es un medio vivo, aunque no para espíritus, sino para imágenes vistas, recordadas o sonadas.
Aquí no presta su voz en estado de inconsciencia a otro ser, sino que utiliza su archivo de imágenes y su
fantasía visual como un órgano guía, tanto consciente como inconscientemente.

Simbolizamos lo que percibimos tanto con el ojo como con el oído.

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Se trata más bien de que el ser humano experimenta con su propio cuerpo cómo se producen las
imágenes antes de embarcarse él mismo en su producción artificial. Quizás se pueda ir más lejos y decir
que mediante las sombras y los reflejos en el agua se experimenta qué son las imágenes, y que esta
experiencia provoca no solo que uno mismo se convierta en imagen, sino también que produzca
imágenes similares. La similitud no se daría entonces entre un cuerpo y su imagen, sino entre una
imagen y otra, entre la imagen que se produce por si sola en la luz y en el agua, y la imagen que el ser
humano fabrica con sus técnicas de representación imitando a la naturaleza. Dicho de otro modo: solo
se puede conseguir hacer imágenes cuando encontramos en cada caso aquellos medios apropiados que
no se dan en la naturaleza y cuando trasladamos personalmente a tales medios esa vieja experiencia
corporal que constituyó la primera experiencia de mediación.

189. tan solo se necesitaba la silueta de una sombra para que esta sombra cambiante que proyecta un
cuerpo vivo quedara separada del mismo

No es el dibujo con luz, sino su fijación en un medio portador, lo que saca a la imagen del flujo temporal
y el ritmo sensomotor de la mirada de nuestro cuerpo en movimiento.

Entre la mirada de un cuerpo y el medio portador, ya sea una pintura o una foto, se abre un espacio de
incertidumbre. Vemos a un observador, pero no vemos lo que él ve.

196.

¿Qué es pues una imagen o donde aparece? ¿En el soporte o más bien en el observador?

Nuestras imágenes ya en el acto doble de análisis y síntesis. Analizamos los medios en los que buscamos
imágenes antes de configurar nuestras propias imágenes en un acto de síntesis. 196.

La síntesis que llamamos imagen se convierte en un enigma de mirada