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Traducción de WILLIAM B.

TAYLOR
MKKCHIKS PI/ARRO DK PARI.ANC.I:

Embriaguez, homicidio y
rebelión en las poblaciones
coloniales mexicanas

ÜA<trr<U Y

at*
1JE
FONDO DE CULTURA ECONÓMICA
MÉXICO
Puniera edición cu inglés, 1979
P i i n i c i a t-clit iiin cu español, 1987
400282
I 61060

A BARBARA
.35
T" 2

'I ilulo original:


Drmking, ¡iomicide and Rebeüitm in Colonial Mextcan Villagts
6 1979, Board oí I'rustees of ihe L,eland Stanford Júnior University
Publicado por Stanford University Press, Stanford

D. R. « 1987. FONDO Dt Ci'i.ri'HA ECONÓMICA. S. A. DE C. V.


Av. de la Universidad, 975: 03100 México, D. F.

ISBN 968-16-2561-7
Impreso en México
-160Ü8Í
AGRADECIMIENTOS

Amigos y colegas míos contribuyeron en cada una de las etapas de


preparación de este libro. Nancy D. Mann, Waldemar R. Smith y
Frítz L. Hofímann leyeron el proyecto original y me proporcionaron
valiosas críticas. Muy importantes sugerencias aterra del plan de in-
vestigación, y para hacer una versión más corta de los capítulos n, m y
iv, provinieron de Arnold Bauer, Mary G. Berg, Charles Hale, Lewis
Hanke, James Lockhart, Ralph Mann y Ronald Spores. José Her-
nández Palomo y E. William Jowdy me enviaron informes respecto
á documentos existentes en los archivos españoles. Salvador Victo-
ria Hernández me ayudó de muy diversas maneras durante mis visi-
tas al Archivo General de la Nación en la ciudad de México. James
B. Given y la Staniórd University Press amablemente me permitieron
leer la obra del profesor Given Society and Homicide in Thirteenth-Century
En^taml antes de que lucra publicada. Los límites de las jurisdicciones
políticas que aparecen en los mapas se tomaron de la obra A Cuide lo
¡he Historical Geography oj JVeit< Spain, de Peter Gerhard.
Quedo muy especialmente agradecido a Woodrow Borah y a
Charles Gíbson por sus consejos y por su apoyo durante varios años
y a J. G. Bell por su permanente confianza.
Generosos donativos de la American Philosophical Society, del
National Endowment for the Humanales y de Ja Universidad de
Colorado hicieron posible la investigación. Una .oportuna ayuda que
me proporcionó la Ai's en 1973 rne permitió iniciar mis investigacio-
nes en los archivos de la ciudad de México y de Oaxaca. l'na beca
que me otorgó el NEH en 1974-1975 y una beca que me otorgó la
Facultad en 1976 me permitieron proseguir mis investigaciones en los
Estados Unidos y en México, y me dieron tiempo para organizarme
y escribir.
W. B. T.
Los nombres completos de los autores, los títulos y los datos de publicación
que st' indican de una manera abreviada, se mencionan en la Bibliografía.
He utilizado las siguientes abreviaturas en las citas:

AEO Archivo del Estado de Oaxaca


AGÍ Archivo General de Indias
AON Archivo General de la Nación (México)
BGV'V Biblioteca Genaro V. Vázquez (Oaxaca, Oaxaca)
BNM Biblioteca Nacional (Ciudad de México)
BNMa Biblioteca Nacional (Madrid)
CC(; Colección Luis Castañeda Guzmán (Oaxaca, Oaxaca)
CDCh Centro de Documeniación del Museo Nacional
(Bosque de Chapuliepec, Ciudad de México) Serie Oaxaca
DII (.olección de documentos inéditas relativos al descubrimiento, conquista y
organización de las antiguas posesiones españolas de América y Ocea-
nia, sacados de tos archivos del reino, y muv especialmente del de In-
dias. 42vols., Madrid, 1864-1884.
DIU Colección de documentos inéditos relativos al descubrimiento, conquista^
organización de las antiguas posesiones españolas de ultramar. 25
vols., Madrid, 1885-1932.
PNE Papeles de Nueva España. 9 vols., Madrid y México, 1905-1948.
UT University of Texas, Austin, Latin American Collection

U
INTRODUCCIÓN

Este libro trata de las pautas de conducta social en las comunida-


des indígenas campesinas de las regiones del centro y del sur de Mé-
xico después de que cesaron las graves perturbaciones del siglo xvi,
dejando tras de sí las presiones de un bien elaborado sistema colonial
en la vida de una población en expansión. Sin tratar de establecer
forzosamente ciertas conexiones entre las normas, la conducta y las
circunstancias en que vivían, me interesa lo que los campesinos de la
Colonia creían y decían respecto de ellos mismos, qué es lo que real-
mente hicieron y dijeron en determinadas circunstancias, y cuáles
eran sus relaciones con los poderosos intrusos cuya presencia deter-
minaba su posición como campesinos.
Las creencias y los actos que aquí se presentan hacen pensar en la
fundamental importancia del poblado en la vida campesina de Mé-
xico. La conquista política y las sanciones económicas y sociales im-
puestas por el gobierno colonial perturbaron a la sociedad indígena
en todos sus estratos, pero la intrusión europea fue especialmente
destructiva para la élite indígena, que dependía en lo esencial del
campo. Además de la rápida declinación de la élite, tuvieron que
hacerse muy diversos tipos de ajustes locales en la vida rural de Méxi-
co para acomodarla al gobierno colonial. Las encomiendas, las epi-
demias, los repartimientos, los repartos de efectos y la congregación
impusieron cambios a la vida campesina y la cultura tradicional;
pero de alguna manera las comunidades campesinas pudieron sobrevi-
vir, y no sólo por el gusto o por la debilidad de los amos españoles. Las
comunidades, que tenían como base la tierra, eran más resistentes que
los bosques del centro de México, destruidos para aprovechar la made-
ra, o que los millones de personas que sucumbieron ante las temibles
epidemias de los siglos coloniales. No fueron aplastadas y dejadas-a
un lado, ni tampoco sobrevivieron solamente las que se refugiaron en
remotas regiones. He encontrado numerosas pruebas de su declina-
ción y destrucción, pero también he visto energía e ingenio en la for-
ma en que los campesinos indígenas se enfrentaron al sistema espa-
ñol y lograron sobrevivir dentro de él. En el corazón del México colo-
nial la mayor adaptación de los indígenas americanos a las exigencias
de la colonia se centró en el pueblo que poseía tierras. Fue general-
mente la unidad fundamental de los intereses comunes de los campe-
13
H INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 15

sinos de la parte central y del sur de México, lo que dio a esas comu- de la vida campesina y de la historia local desde los tiempos prehispáni-
nidades una especial importancia y una base moral. La poderosa cos a los coloniales. Obviamente la invasión europea que unió a los
asociación de los hombres como miembros de una determinada co- aborígenes americanos en un orden social subordinado y una catego-
munidad se comprueba de varias maneras, por su identidad cons- ría legal en beneficio de los gobernantes españoles, no creó un bloque
ciente y, particularmente, por su conducta social. indio. Los subditos sabían que eran indios tan sólo por lo que habían
Al referirme a los poblados de campesinos, no estoy adhiriéndome aprendido de sus amos españoles acerca de cuál debía ser su lugar.
involuntariamente al tradicional foco de la "comunidad local" de Los descendientes de los americanos prehispánícos en la época colo-
los antropólogos culturales, que ha sido objeto de discusiones por nial tenían la costumbre de pensarse a sí mismos como, por ejemplo,
parte de los estudiosos que definen al individuo. la unidad domés- "la gente de Metepec" u "la gente de Teotitlán". Sabían que eran
tica o la familia en general romo base política, económica y social indios cuando tenían que tratar con las instituciones formalmente
de la sociedad campesina, así como por quienes subrayan las rela- establecidas por el gobierno español. Una posición jurídica como de
ciones esenciales entre los campesinos y el mundo exterior.' Reco- castas debió afectar las actitudes indias y la conducta social, pero
no/co igualmente que el gobierno colonial español, al tratar con al emplear ese término, no llego a inferir una psicología india colo-
el poblado rural como unidad jurídica del imperio, dio origen a nial o un conjunto de rasgos grotescos característicos que incluirían
una documentación más abundante sobre la comunidad local que una depresión colectiva, angustia, irresponsabilidad y autodestruc-
la relacionada con los grupos existentes dentro del poblado, tales ción determinadas por la fuerza supuestamente irresistible de los go-
como los vecindarios y las familias. bernantes españoles. En otras palabras, los campesinos indios de la
He empleado dos términos, campesino e indígena, que requieren Colonia descendían de los pobladores prehispánícos y aun hablaban
alguna explicación. "Campesino" es un término ambiguo que em- distintas versiones de sus lenguas nativas y mostraban otros rasgos
pican 'Ir muy distintas maneras los antropólogos y los historiadores. culturales distintivos que sugieren una localizada identificación so-
Para los fines de este estudio, "campesinos" significa: individuo!» cial. Estructuralmente, ocupaban una posición separada y subordi-
establecidos en un poblado que se dedican principalmente a la agri- nada dentro de una sociedad estratificada que apoyaba las categorías
cultura en tierras propias o arrendadas, cuyas actividades agrícolas étnicas de indios y no indios.
productivas, el empleo de sus excedentes (incluyendo su trabajo) y ¿Cómo pueden comprobar los historiadores los valores y las nor-
sus distintas características culturales están bajo la influencia muy mas de vida de los lugareños indios y la estructura del colonialismo
notoria de los poderosos invasores. Los poblados de campesinos del desde el punto de vista de los campesinos? La conducta de los pobla-
centro y del sur de México durante la época colonial fueron parcial- dores se resiste de muy diversas maneras a la investigación histórica.
mente comunidades autónomas sujetas a cierto control (más bien li- El empleo de registros escritos para estudiar gente esencialmente
mitado) sobre sus actividades productivas y sobre la administrar ion analfabeta significa que la mayoría de la documentación se refiere a
de los asuntos de la comunidad. Algunas variaciones distintivas loca- los campesinos en lugar de haber sido redactada por ellos. Como re-
les en esas características de los campesinos de la Colonia se habrán de sultado, la gran mayoría de la historia india trata de las relaciones
mostrar claramente en capítulos posteriores. entre los gobernantes españoles y los subditos indios o bien la conduc-
"Indio" es un término aún más evasivo, que yo empleo pocas ta de los subditos pasa a través de un filtro por medio de las palabras
veces. En ocasiones hablo de campesinos indios para distinguirlos de de los testigos españoles o de la élite indígena. Éste es el panorama
lo> mestizos, mulatos y españoles, a lín de sugerir una continuidad que vti el de fuera de la sociedad rural, y que nos dice más acerca de
los españoles y de los gobernantes que de los campesinos.
'MídgaJ, pp. 184-207; Isaac, pp. 251-57; Rogers, pp. 733, 745. El pueblo es más El enfoque de la historia social de los campesinos como desarrollo
visible pero no necesariamenie más importante que la familia campesina; pero el nú- a largo plazo de las pautas de acontecimientos, ideas, percepciones y
cleo familiar no es igualmente impórtame en todas las sociedades campesinas y tiene
quizá un especial significado en la Europa del siglo XX y en otras regiones del mundo
acciones en las relaciones humanas, exige una documentación de
que están realizando actualmente una rápida modernización. muy distinto tipo: un cuerpo homogéneo y continuo de pruebas do-
16 INTRODUCCIÓN

cumentales de las que se desprenden numerosos acontecimientos y


detalles ilustrativos que pueden compararse directamente. Al buscar
nuevas informaciones de este tipo, he encontrado que los expedientes NUEVA O, ti0**«***"
de los procesos criminales suministran pruebas especialmente abun-
dantes y bastante continuas del comportamiento de los campesinos, y México / ciudad de México
es posible oír la voz de los propios campesinos hablar del mundo en Central
que vivían. Para hacer el presente estudio examiné dos grandes ar-
chivos de procesos criminales: el Ramo Criminal del Archivo Gene-
ral de la Nación (México), en el que se encuentra una colección de \8 volúmenes de procesos criminales fen 741 volúmenes numerados)

por lo que respecta a la parte central de México, que incluye el ac-


tual Estado de México y porciones de los estados de Hidalgo, Gue- 1.Apan y Tepeapulco
2. Chalco
rrero y Morelos; y el archivo municipal de Teposcolula, que contiene 3. Coyoacán
un numeroso conjunto de procesos criminales de la alcaldía mayor de 4. Cuernavaca
dicha localidad, que en la Colonia abarcaba una buena parte de la 5. Cuautitlán
Mixieca Alta de Oaxaca. En estas colecciones se hace referencia prin- ,6.Lerma
Malinalco
cipalmente a dos regiones: los distritos rurales del centro de México 8. Metepec
que dependían de la capital; y las comunidades rurales de Oaxaca, 9. Mexicalcingo
que estaban situadas en lugares alejados de los grandes centros de la 10. Meztitlán
colonización española (véanse los mapas 1 y 2). Mi investigación in- ¡ 11. Otumba
cluyó igualmente los archivos estatales y municipales del Valle de 12. Pachuca
Oaxaca, los procesos ante la Inquisición, los juicios civiles y los expe- 13. San Cristóbal Ecatepec
14. Tacuba
dientes administrativos de los asuntos indígenas, de la justicia colo- 15. Temascaltepec y
nial y de los ingresos del rey. Estas fuentes y sus aplicaciones en la his- Sultepec
toria social se explican con mayor detalle en los capítulos 11 y iv y en 16. Tenango del Valle
las notas. 17. Texcoco
Al tratar de pasar de la vista muy general del panorama colonial 18. Toluca
19. Tulancingo
presentado en el capítulo i a una comprensión más profunda de la 20. Xochimilco
vida campesina y a la tensión de las sociedades de los poblados den- 21. Zacualpan
tro del mundo más amplio de la Nueva España del siglo xvm, he exa- 22. Zumpango de la Laguna
minado tres clases de acontecimientos reales de la vida social de las
comunidades campesinas, que se comprueban por medio de las pala-
bras mismas de los campesinos, como de las de los funcionarios colo-
niales. La embriaguez, el homicidio y los levantamientos de las co- 23. Antequera
munidades nos conducen hacia polos de oposición y de armonía en 24. Cuatro Villas
25. Guaxolotitlán
las relaciones de la comunidad. Entre estos polos se encuentran otros 26. Mitla y Tlacotula
acontecimientos y hábitos menos notorios que son más auténtica- 27. Nochistlán
mente típicos de la vida diaria, aunque más difíciles de comprobar de 28. Teposcolula
manera satisfactoria mediante numerosos ejemplos. Al emplear los 29. Zimatlán y Chichicapa
acontecimientos más señalados, he procurado ver más allá de las
MAPA 1. Alcaldías mayores represeniadas en la documentación de embriaguez, homici-
dio y rebelión.
Pueblos mencionados en el texto
MÉXICO CENTRAL

1. Acolman 24. Chumba


2. Amecameca 25. Pachuca
MÉXICO 3. Apan 26. Real del Monte
CENTRAL 4. Atlacomulco 27. Sultepec.
5. Atlatlauca 28. Tacuba
6. Chalco 29. Temascaltepec
7. Chimalhuacán 30. Tenancíngo
8. Coyoacán 31. Tenango del Valle
9. Cuauhtitlán 32. Teolihuacán
10. Cuauíla 33. Tepeapulco
11. Cuernavaca 34. Tepoztlán
12. Ecatepec 35. Jétela
13. Huixquilucan 36. Texcoco
14. Iscateupa 37. Tlacotepec
15. Ixmiquilpan 38. Tlalmanalco
16. Ixtlahuaca 39. Toluca
17. Lerma 40. J'ulancingo
18. Malinalco 41. Tututepec
19. Metepec 42. Xochimilco
20. Mexicalcingo 43. Zacualpa
21. Cd. de México 44. Zinguilucan
22. Meziitlán 45. Zumpahuacán
23. Ocuituco

OAXACA

46. Achiutla 60. Teotillán del Valle


47. Almoloya 61. Teozacualco
48. Antequera 62. Teposrolula
49. Apuala 63. Tilantongo
50. Chalcaiongo 64. Tilcajete
51. Chilapa 65. Tlacochahuaya
52. Coixtlahuaca 66. Tlacolula
53. Huajuapan 67. Tlalixiac
54. Macuilxóchitl 68. Tlaxiaco
55. Mitla 69. Yanhuitlán
56. Nochixtlán 70. Yolotepec
57. Tamazulapa 71. Zimatlán
58. Tejupan 72. Zoyaltepec
59. Teotillán del Camino
MAPA 2. Pueblos iTH'i» ionacios en f I icxto.
20 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 21

comunidades de individuos, hacia las pautas que rigen los actos de procesos judiciales. Sin embargo, me he tomado ciertas libertades en
muchos individuos, las relaciones entre los acontecimientos y la gente cuanto a los límites en el tiempo. La embriaguez de los indígenas exi-
y las relaciones de las comunidades indígenas con el más extenso ge un examen retrospectivo que va hasta el principio de la época co-
mundo colonial. Los expedientes de los procesos de la Colonia, al lonial, y las rebeliones rurales imponen su propia exigencia de echar
arrojar su extensa red de interrogantes en cuanto a las circunstancias una mirada hacia adelante, hasta llegar al siglo xix
y a los resultados de los homicidios y de los levantamientos, y al com- La historia rural de México al final de la época colonial solamente
probar los actos mismos, nos permiten adoptar una posición media se puede contar por lo que sobrevive de ella, no por lo que fue en rea-
entre las biografías individuales y los análisis sociales despersonaliza- lidad. Las pruebas documentales nos permiten el acceso a numerosos
dos, permitiéndonos también estudiar la historia de los campesinos elementos de complejidad y a las características extraordinarias e in-
por conducta de grupos que se encuentran unidos por determinados dividuales de los acontecimientos, pero con frecuencia a costa de la
intereses comunes. Además de ser manííestaciones de tensión y pro- precisión, del control y de la generalización. Tal como dice E, H.
testa, las pautas de conducta en estos dramáticos acontecimientos y Carr: "El historiador en realidad no tiene interés en lo extraordina-
la naturaleza de los expedientes procesales nos pueden sugerir nor- rio, sino en lo que es general dentro de lo extraordinario. 1 ' 2 Así pues,
mas, deseos y aspectos de la vida diaria, que quedan ordinariamente hice hincapié en lo que es general o revelador acerca de los levanta-
sin comprobar porque se dan por sentados. mientos, los homicidios y la embriaguez, resistiendo a la tentación de
En un principio traté de utilizar los documentos de los archivos escribir acerca de muy numerosos casos particulares. Las notas deta-
para estudiar las pautas de embriaguez en las sociedades campesinas lladas y los apéndices que se encuentran al final del libro habrán de
después de la Conquista española. En el curso de esta investigación, guiar a los lectores interesados por saber más sobre los casos y acon-
vi con claridad que las pruebas relacionadas con la embriaguez po- tecimientos que sirven de apoyo a las pautas presentadas en el texto.
drían comprenderse mejor relacionándolas con otro tipo de con- En todas las etapas de la investigación y la redacción del libro, qui-
ducta social. La embriaguez colectiva me llevó a estudiar cuestiones se alejarme tanto de las leyendas negras de la crueldad de los espa-
relacionadas con los ritos locales y los valores de la comunidad. El al- ñoles y de la total destrucción de la vida indígena como de las leyen-
coholismo y los hábitos individuales de embriaguez como problemas das blancas de la benevolencia de aquéllos. Esas leyendas se apoyan
sociales me condujeron al estudio de las más vastas pautas de los deli- en gran parte en lo que los españoles decían de sí mismos o en el
tos, de la infracción de las normas y de la conducta antisocial en las supuesto de que cambio significa colapso o "progreso" estimados de
comunidades rurales. Al reunir el material obtenido de los archivos acuerdo a normas europeas. En ambos casos se ve a los campesinos
con el tema general de la historia de los campesinos, he escrito los sometidos como objetos pasivos del proceso de la Colonia, como indi-
capítulos fundamentales relacionados con el tema original de las pau- viduos cuya manera de vivir podría únicamente desintegrarse o imi-
tas de embriaguez, e igualmente con el tema de los levantamientos de tar la más elevada cultura europea.
la comunidad y con el homicidio. Cuando se presentan reunidos, Al tratar de organizar el material e interpretar las pautas de la em-
estos temas tienen cierta simetría: la conducta colectiva en los levan- briaguez, del homicidio y de la violencia colectiva, me he guiado por
tamientos, la conducta individual personalmente destructiva en los ciertos conceptos e hipótesis desarrollados por antropólogos, sociólo-
homicidios y los actos colectivos e individuales de la embriaguez. gos y por mis compañeros, los historiadores, as! como por lo que me
Aunque las relaciones que existen entre ellos se exploran en el capítu- ocurrió cuando viajaba por México y me hacía reflexionar sobre
lo final, deseo hacer hincapié en que escogí estos tres tipos de conduc- mis tarjetas de anotaciones. Algunos de estos conceptos afectan de
ta dramática porque están directamente relacionados con la vida so- manera general mis enfoques, y resulta necesario mencionarlos desde
cial de las comunidades de campesinos y porque la documentación un principio.
disponible es extraordinariamente abundante, pero no porque pueda Mi enfoque de los procesos criminales no se limita al aspecto pato-
haber entre ellos fuertes conexiones causales. Me he concentrado en lógico de la historia de los campesinos. También me interesa averi-
el siglo xvni porque en él se encuentran las más ricas colecciones de ! Carr, p. 57.
yp -\
'V' »
\N 23

22 INTRODUCCIÓN

guar cómo los incidentes violentos pueden revelar pautas de conduc- Ésta no es una historia completa de las regiones del centro de Mé-
ta social y qué relaciones tienen con el ambiente cultural y con las xico y de Oaxaca que se muestran en el mapa 1. Es, en cambio, un
condiciones externas: pautas y relaciones que pueden ser traducidas examen de los tres tipos de conducta social bien comprobados de los
del comportamiento que se desprende de los procesos criminales.3 poblados rurales de esas regiones, apoyado en los procesos criminales
Los procesos penales igualmente ofrecen expresiones orales direc- y en la documentación respectiva. Empleando otros tipos de docu-
tas de una situación que formulan los que participan en ella y que mentación, algunos eruditos han estudiado y aun estudian ciertos
pueden indicar las normas, las "regías, más o menos manifiestas, a las aspectos de lugares que se encuentran dentro de esas dos regiones. De
que quedan sujetos los aspectos 'obligatorios' de las relaciones entre muy diversas maneras, tales estudios aportan un marco importante
las personas".4 La utilización de los procesos criminales para identi- de las pautas de conducta social que se analizan en el presente libro.
ficar las situaciones en que los individuos cometen infracciones a las Debo mencionar especialmente la obra de Charles Gibson sobre el
normas permite al historiador observar la interacción de las condi- Valle de México, el de John Tutino acerca de Chalco, el de Wayne
ciones de la vida campesina, el ambiente cultural (las interpretacio- Osborne sobre Meztitlán, el de Mario Colín sobre el interior de To-
nes contemporáneas de tales condiciones) y la conducta. Cuando las luca, el de James Lockhart sobre diversas regiones del centro de Mé-
circunstancias son de inestabilidad, numerosos elementos sociales que xico, y los de Ronald Spores, Woodrow Borah, Sherburne F. Cook y
se aceptan sin examen en la vida diaria, tales como las ideologías y Barbro Dahlgren de Jordán sobre la Mixteca Alta. La monumental
los valores sociales, surgen a la superficie de la conciencia y se docu- obra A Guide to the Historical Geography ojNew Spain de Peter Gerhard
mentan mediante pruebas escritas. suministra una información esencial sobre los límites políticos y las
Al hablar de circunstancias inestables y de desviaciones de la con- fuentes de la historia local.
ducta ideal, no pretendo decir que el conflicto fuera, de hecho, una
aberración que perturbara a una sociedad estable por naturaleza,
sino únicamente que no puede suponerse que concuerden las nor-
mas y la conducta. Me inclino a considerar el conflicto, que general-
mente no es un conflicto violento, y el acomodo provisional, como
constantes entre y dentro de los grupos que formaban la sociedad colo-
nial. Cuando hablo del carácter resistente de los poblados, no estoy
sugiriendo una ausencia de conflictos, sino más bien que existían con-
diciones que hacían posible que los poblados sobrevivieran o que se
sobrepusieran a los "monótonos" conflictos, endémicos en la socie-
dad colonial.
3 Mousnier, p. J5, menciona el especial interés que tienen estas pautas: "Existen
algunos actos, incluso algunos imporiantes, de los que no se dan cuenta los contem-
poráneos, otros que prefieren no admitir o confesar, y otros más tan elementales que
parecen triviales, a tal grado que los contemporáneos no se loman la molestia de des-
cribirlos y llegan a nosotros tan sólo por medio de unas cuantas palabras que se dejan
caer de pasada en algún documento. La tarea del historiador consiste en sac,ar a luz
estas formas de conducta social mediante el análisis de un considerable número de re-
latos que se presentan bajo la forma de memorias, cartas y crónicas y por un gran
número de operaciones legales, que se revelan por los libros notariales y los expedien-
tes judiciales."
* Bohannon, IAW an>I H'arfar,; p. 45, Bohannon, Afriían Homiiiili; es una importante
aplicación de expedientes criminales. Para una aproximación histórica véase Martínez-
Alien, Marnage, Class and Calour,
I. PANORAMA DE LA COLONIA

LAS regiones del centro de México y de Oaxaca que aparecen bien


representadas en la documentación de la Colonia por homicidios,
rebeliones y embriaguez se ajustan a linderos políticos claramente
definidos. Por lo que respecta al centro de México, todas las comuni-
dades se encontraban ubicadas dentro de la Intendencia de México
(creada en 1786); en cuanto a Oaxaca, quedan dentro de las alcal-
días mayores de Teposcolula, Cuatro Villas, Antequera, Guaxoloti-
tlán, Teotitlán del Valle, Nochistlán y Zimatlán (véanse los mapas 1
y 2). Estos límites políticos no subdividen la historia del México rural
en unidades arbitrarias. Abarcan las fracciones mayores de dos de las
seis regiones etnohistóricas de la América Media creadas por una
compleja interacción del ambiente natural y los desenvolvimientos
culturales: la del centro de México y la de Oaxaca.1
La Intendencia de México comprendía la mayor parte de la región
más importante del centro de México que rodeaba a la capital, zona
de continuos asentamientos humanos por lo menos durante tres mil
años, y el corazón de la sociedad colonial de la Nueva España. La al-
caldía mayor de Teposcolula corresponde en general a la Mixteca
Alta en la parte occidental del actual estado de Oaxaca, que es una
de las grandes fracciones de la región etnohistórica de Oaxaca, y las
alcaldías mayores de Teotitlán del Valle, Antequera, Cuatro Villas y
Zimatlán abarcan el Valle de Oaxaca, que es otra gran fracción geo-
gráfica y cultural. Estas dos fracciones juntas tenían más de la mitad
de la población de Oaxaca y constituían el sostén principal dé la eco-
nomía colonial de la región.
Tanto Oaxaca como la Intendencia de México estaban ubicadas
en la altiplanicie central de México, entre 1 600 y 2 600 metros sobre
el nivel del mar. Entre las escarpadas cordilleras se encuentran inter-
calados valles de extensión pequeña o relativamente grande, de 30 a
300 kilómetros cuadrados. Especialmente en Oaxaca, los valles estre-
chos y las barrancas son las formas características de la tierra; en el
centro de México los valles son más extensos: el Valle del Mezquital,
1 Las regiones etnohislóricas de la América Media han sido identificadas y estudiadas

por Cline en el Vol. 12 del Handbook oj Middte American Indians, pp. 166-82, Las otras
cuatro regiones son la del norie de México, la del oeste de México, la del sudeste de
México y Guatemala, y la América Central.
25
26 PANORAMA DE LA COLONIA PANORAMA DE LA COLONIA 27

el Valle de Toluca y el gran Valle de México; y en el Bajío, al borde con enclaves en que vivían indígenas que hablaban el trique, el cha-
septentrional del centro de México, las montañas se apartan para tino, el chocho, el popoloca, el ixcateco y el amuzgo. En el valle de
hacer lugar a una extensa planicie, la mesa central. El clima es en Oaxaca, los habitantes de los poblados hablaban dialectos de cada
general semiárido, y entre templado y frío. En ambas regiones, las localidad derivados del zapoteco, con un importante agregado de
lluvias vivificantes caen más a menudo al finalizar la primavera y en indígenas hacia el sur que hablaban el mixteco. En el centro de Mé-
los meses de verano. En la época prehispánica, las lluvias de la esta- xico se hablaba en general el náhuatl, convertido gradualmente en la
ción y algo de riego por medio de aguas de manantiales permitían el lengua franca de los funcionarios aun dentro de otros grupos lingüís-
cultivo productivo del maíz, que se complementaba con una gran ticos como los otomíes, los mazahuas y los tarascos.
diversidad de plantas silvestres y de cosechas de productos secunda- Tanto el centro de México como Oaxaca estaban situados dentro
rios de la localidad, entre otros, maguey, frijoles, calabazas, chiles, de la zona de "alta cultura indígena", que sostenía complicadas so-
tomates, zapotes, nueces, camotes, aguacates y hierbas en general. ciedades de artesanos, comerciantes y élites hereditarias de sacerdotes
La Mixteca Alta era la fracción más seca de las que hemos hablado, y guerreros que compartían el poder político.2 La producción inten-
la que menos se prestaba para el cultivo por medio de riego y la más siva de alimentos en los poblados agrícolas sujetos a los vaivenes de
susceptible a la erosión. los centros políticos, sostenía a estas complejas sociedades. En ambas
regiones los incipientes organismos del estado se desenvolvían para
extraer del campo un excedente de riqueza y trabajo, lo que permitía
L.A ORGANIZACIÓN SOCIAL CON ANTERIORIDAD a las élites realizar sus programas de construcciones, sus aventuradas
A LA CONQUISTA empresas militares y la reglamentación de la vida pública. 3 La "ciu-
dad-Estado", que constaba de una administración central y de pobla-
El centro de México y Oaxaca se encontraban entre las áreas indíge- dos dependientes de ella en su derredor y que ocupaba un territorio
nas más densamente pobladas de la América Latina en la época colo- bien definido, era la unidad básica de la organización del estado indí-
nial, y su numerosa población se concentraba en villorios que con gena en las regiones del centro y del sur de México en el momento de
frecuencia no distaban más de tres o cuatro kilómetros entre sí. El realizarse la Conquista. 1 En el México central, los núcleos administra-
área central de México —Woodrow Borah y Sherburne F. Cook di- tivos eran con frecuencia asentamientos considerablemente grandes y
cen que se extendía de la frontera chichimeca (que en general se- compactos, y constituían el alma política y económica de las áreas
guía el lindero norte del gobierno de la Nueva España en el mapa 1) que los sostenían. En el Valle de Oaxaca también se podían encon-
hacia el sur, pasando por el Bajío y los populosos estados de Hidal- trar asentamientos compactos sostenidos por las tierras ubicadas alre-
go, Morelos, Tlaxcala, Puebla, Guerrero, Veracruz y Oaxaca, hasta dedor de las pequeñas aldeas de campesinos, pero en la Mixteca
llegar al Istmo de Tehuantepec— estaba habitada por una numero- Alta, los poblados y aldeas que producían alimentos estaban organi-
sa población a principios del siglo xvi, que alcanzaba quizá los vein- zados en torno a centros políticos muy diseminados.5
ticinco millones de individuos cuando llegaron los españoles en 1519. En el siglo xv los pequeños estados se asociaban en ambas regiones
Esta población fue devastada por las enfermedades epidémicas y las formando organizaciones políticas más grandes que tenían su apoyo
implacables exigencias del trabajo en el siguiente siglo, para quedar en las conquistas militares y en las alianzas; pero tales asociaciones
en poco más de un millón en 1605. Volvió a incrementarse de nuevo eran más poderosas en el centro de México. En la Mixteca Alta,
a fines del siglo xvn y en el xvin. Al concluir la época colonial, las po- 2 Katz, PP. 123-49.
blaciones del centro de México y las de Oaxaca seguían siendo pre- 1 Gibson, Azifts, p. 405. [Hay fd. en esp.J
1 Bray, p. 162; C. N. Davies, p. 219. La "ciudad-Estado" es una expresión conve-
dominantemente de campesinos indígenas.
niente y aproximada. Como Lockhart lo ha indicado, estas unidades pueden haber
Dentro de cada región había cierta unidad lingüística interna. La sido menos ciudades y estados que "la asociación de un grupo de personas con un de-
Mixteca Alta estaba habitada, como está hoy, principalmente por terminado y exienso lerritorio". "Capilal and Province", p. 101.
indígenas que hablan el mixteco y por sus parientes españolizados, 5Spores, pp. 90-97.
28 PANORAMA DE LA COLONIA PANORAMA DE LA COLONIA 29

Tilantongo ocupaba un lugar prominente entre las asociaciones re- sistema de tribunales, conversión religiosa en los nuevos asentamien-
gionales, basado en el poder que había tenido en el siglo xi cuando tos o protección de la soberanía del Estado y de los subditos de la
estaba bajo el mando del guerrero Ocho Venado;6 en el valle de localidad.8
Oaxaca, Monte Albán puede haber sido uno de los centros mayores Dentro del extenso territorio de la red de Tributo de la Triple Alian-
antes de su declinación en el siglo xi, y se cree que Zaachüa haya sido za existían confederaciones regionales independientes o señoríos en
algo así como la capital zapoteca en los siglos xv y xvi En Oaxaca, Michoacán, Tlaxcala, Yopitzinco, Meztitlán, Cholula, Huejotzingo,
estas grandes agrupaciones tenían una continuidad muy limitada; la Acapulco y Acatepec; otras provincias, en la periferia de la región
organización que perduraba en esta región de pequeños valles dividi- tributaria, a menudo se rebelaban.9 Por lo tanto, el "imperio" de la
dos por escarpadas montañas era la más pequeña ciudad-Estado. En Triple Alianza estaba débilmente organizado y tendía más a la ato-
el centro de México, donde los valles eran más extensos y había mejo- mización que a la centralización y uniformidad. Sin embargo, las
res medios de comunicación, las organizaciones políticas y las ciuda- numerosas ciudades-Estado y algunas poblaciones grandes se ocupa-
des estaban mucho más desarrolladas y se fundaban en un mayor y ban del vasto comercio y de la redistribución forzada de los bienes;
más estrecho control central. Las unidades étnicas importantes —los tales eran características asombrosas de la sociedad aborigen de la
tepanecas en el Valle de México, los grupos de indígenas otomíes en parte central de México en la época en que la encontró Cortés.
los alrededores de Meztitlán, y los tlaxcaltecas—, constituían provin-
cias sociales y políticas de primer orden. El núcleo urbano más gran-
de del Valle de México era Tenochtitlán, la ciudad más grande del ETAPA INICIAL DE LAS TRANSFORMACIONES
continente americano antes de la llegada de los europeos, así como DURANTE LA COLONIA
un importante centro político.
Toda clase de desastres afligieron al México indígena con la llegada
Al finalizar el siglo xv los tenochca-mexicas ("aztecas") de Te-
de los españoles y su rápida dispersión en busca de riquezas. La con-
nochtitlan-Tlatelolco se habían aliado con otras dos ciudades-Estado
quista militar, que es el desastre más conocido, afectó menos a Oaxa-
del Valle, Tezcoco y Tlacopan, para extender la centralización del
ca que a la parte central de México, región principal de la organiza-
Estado e incrementar las exigencias de tributos. Pero incluso a este
ción del Estado y en donde se organizó la resistencia armada. Pero en
famoso "imperio azteca" le faltaba un gobierno político unificado en
las dos regiones, la conquista militar fue el golpe que la sociedad indí-
la parte central de México. De acuerdo con los descubrimientos re-
gena en conjunto estaba mejor preparada para resistir. El pasado
cientes de Warwick Bray, Nigel Davies y Francés Berdan, el Estado
prehispánico estuvo lleno de guerras emprendidas, como en la Con-
integrado por la Triple Alianza existía principalmente en el Valle de
quista, por grupos escogidos de guerreros para dominar a la pobla-
México, e incluso allí tenía que luchar contra cincuenta o sesenta
ción campesina que no estaba directamente involucrada. Durante la
ciudades-Estado semiautónomas. 7
Al parecer, quienes dirigían la Triple Alianza no podían imponer Conquista los campesinos fueron espectadores de una más de la larga
serie de batallas políticas libradas por los extranjeros.
a sus tributarios una uniformidad cultural o política. Fuera del Valle,
el "imperio" tenía un extenso aunque débilmente organizado siste-
ma tributario, que se apoyaba en la ocupación de sitios estratégicos 8 Berdan, pp. 28-29; C. N. B. Davies, p. 218: "Al hablar del Imperio azteca, tiene

mediante una sola guarnición, donde algunas veces se contaba con uno la tendencia de utilizar líneas de demarcación para separar los estados o las pro-
vincias a semejanza de las divisiones modernas de la L'RSSo de los EUA Esto deja la
la presencia simbólica de un gobernador. El tributo promovía la inte- impresión engañosa de que aún los más remotos pueblos de las montañas de estas pro-
gración. El sistema político carecía de la mayoría de los instrumentos vincias podían ser controlados por el gobierno central por medio de sus representanles
para el control del Estado centralizado, tales como un cuerpo de po- locales.
licía, leyes debidamente expedidas que se aplicaran por medio de un "Pero en esos territorios montañosos de Mesoamérica, en una época en que no
había ni caballos ni muías, y no digamos jeeps ni radios, ese control era imposible."
6 Buiterworth, Tilantantit], p. 42. 9 Berdan, pp. 28-29, 120, 246-47. Para la lista de las zonas que pagaban tributos ala
7 Bray, p. 165, Berdan, p. 242. Triple Alianza véase Barlow, Extent oj tke Empire.
30 PANORAMA DE LA COLONIA PANORAMA DE LA COLONIA 31

La destrucción física determinada por la conquista militar y sus viruela y el tifo, diezmaron la población indígena. Murieron millones
consecuencias políticas inmediatas recayeron con mayor fuerza sobre de indígenas en las epidemias que se presentaron en las décadas de
los indígenas de clase más elevada, ubicados en el nivel más alto de la 1530, 1540 y 1550.12 En todas partes fue terrible la despoblación indí-
ciudad-Estado. En 1523, Tenochtitlán quedó prácticamente arrasada gena, pero sobre todo en las regiones de la costa en donde dejaron
y el "imperio" se derrumbó al retirarse grupos de guerreros, funcio- de existir comunidades enteras. En las regiones del altiplano central de
narios del Estado y sumos sacerdotes. Los capitanes de las provincias México y de Oaxaca, numerosas comunidades, pese a grandes pér-
que estaban fuera del dominio de la Triple Alianza en la parte cen- didas sobrevivieron a estas devastaciones.
tral de México y de Oaxaca perdieron rápidamente su autoridad El equilibrio de la vida rural en el siglo xvi también se trastornó
ante los invasores españoles, y las ciudades indígenas su superioridad gravemente debido a las prácticas coercitivas de trabajo de los espa-
como centros de la vida indígena. Las unidades étnicas que habían ñoles, al monopolio del comercio de ciertas mercancías, a sus progra-
apoyado la organización del Estado, como la del Valle de los zapote- mas de congregación o de reasentamiento y a la introducción del
cas en Zaachila, también empezaron a declinar. Los sacerdotes de ganado europeo. El sistema de encomiendas, de acuerdo con el cual
todos los niveles sufrieron sistemáticos ataques al consolidarse el po- se asignaban zonas de comunidades indígenas para que sirvieran a
der de los españoles. Las tierras que cultivaban los campesinos en su determinados colonizadores españoles, permitió en la práctica el em-
provecho, fueron confiscadas y redistribuidas, y los sacerdotes fueron pleo sin control del trabajo de los indígenas en el centro de México y
sacrificados, sometidos a juicio u obligados a guardar silencio. en Oaxaca, por lo menos hasta la década de 1540. El incremento de
Aunque sólo los estratos superiores de la élite aborigen fueron sis- la reglamentación real en todas las esferas de la vida indígena des-
temáticamente eliminados, esta fragmentación de la organización pués de 1535, bajo el gobierno del virrey Antonio de Mendoza, inició
política india causó medio siglo de disturbios continuos para toda la la declinación gradual del poder de las encomiendas, pero no alteró
nobleza, india. Se perdieron las antiguas regulaciones suntuarias de mucho las pesadas exigencias del trabajo.
alimentación, bebida y vestido, y los nobles de la localidad encontra- Después de 1549, la transformación de la encomienda basada en el
ron dificultades para hacer cumplir las antiguas costumbres relacio- servicio personal en la encomienda basada en el tributo, significó un
nadas con el matrimonio y el trabajo.10 Después de la Conquista, al- cambio radical en la autoridad privada de los privilegiados coloni-
gunos macehuales (plebeyos) denunciaron enérgicamente los actos zadores, pero se establecieron otros sistemas legales administrados
arbitrarios y las costumbres paganas de los nobles con el fin de me- por el Estado, tales como los repartimientos, la leva para el trabajo o
noscabar su autoridad, y algunas poblaciones sometidas y aldehuelas la servidumbre como castigo, para volver a introducir el servicio
de agricultores sin tierra que dependían de la noble/.a (mayeque) obligatorio. La Iglesia impuso exigencias laborales a la sociedad indí-
aprovecharon la oportunidad para declarar su independencia." Por gena para sus proyectos de construcción y mantenimiento de las
otra parte, la mayoría de los naturales faldéanos rurales y familias de parroquias y para la Corona, por medio de impuestos y levas de
campesinos) no sufrieron una disminución de su categoría social con la trabajo para servicios públicos de todas clases. La sustitución de los
llegada de los españoles. Así como antes habían trabajado para pro- encomenderos por los alcaldes mayores trajo consigo el reparto de
porcionar los excedentes que sostenían a los sacerdotes y nobles indí- efectos, lucrativo monopolio de los empleados públicos sobre las ven-
genas, ahora trabajaban para mantener a gobernantes menos divini- tas de ciertos artículos como caballos y chocolate a precios muy ele-
zados pero más exigentes. vados. Según se informa en la última parte del periodo colonial los
Aunque los pueblos de campesinos y las tradiciones locales no fue- 12 De 25 millones en 1519, la población se redujo bruscamente a 16.8 millones en

ron destruidos por los efectos políticos de la Conquista, otros desastres 1523; a 6.3 millones en 1548; a 2.6 millones en 1568; a 1.9 millones en 1580; y al punto
que ocurrieron en el siglo xvi amenazaron la vida rural. Las epide- más bajo de un millón a principios del siglo XVII.Sánchez-Albornoz, p- 41, apoyado
en Cook y Borah, ¡ndian l'ufiulatwn and Aboriginal Popula! ion. Ni siquiera durante esta
mias que introdujeron los españoles según parece, eí sarampión, la catástrofe demográfira, existen pruebas convincentes de que la declinación de los índi-
10 Carrasco, "Transformación", p. 197. ces de nacimientos pudiera tomarse como indicador de que hubiera disminuido el
11 Chimalpahin Cuauhtlehuanitzin, p. 259. deseo de vivir, Cook y Borah, Ktsays, II, 9.
.12 PANORAMA DE LA COLONIA PANORAMA DE LA COLONIA 33

alcaldes mayores impusieron su monopolio de mercancías a los sub- sobre planeación urbana y arquitectura, incluidos el arco verdadero
ditos campesinos, con el fin de obligarles a producir a bajo costo va- y el plan de rejilla, es decir, una plaza central con calles que condu-
liosos productos de exportación, como la cochinilla. Las numerosas cían en ángulo recto hacia el exterior.
quejas contra tales abusos determinaron que en 1790 la Corona can- Desde el particular punto de vista de la sociedad prehispánica, los
celara el privilegio del reparto de efectos. excesos y el libertinaje parecen haber sido la regla en este período ini-
Durante la década de 1540, los misioneros católicos, y el gobierno cial de ajuste, ya sea por lo que respecta a los ritos religiosos indíge-
virreinal en la década de 1590, desarraigaron por la fuerza a los cam- nas —tales como una especie de confesión que se realizaba solamente
pesinos indígenas que sobrevivían en algunas comunidades. En la una vez en la vida con anterioridad a la Conquista—, las costumbres
parte central de México y Oaxaca, estos programas de congregación de la alimentación, la frecuencia de las festividades públicas o la
afectaron gravemente al pueblo otomí, del actual estado de Hidalgo, vagancia por parte de los jóvenes. Prevalecía un clima de inquietud y
y alentaron el crecimiento de los pueblos principales y de las capi- "desempleo psicológico" en el que las antiguas costumbres perdían
tales administrativas locales en la Mixteca Alta. 13 Muchas tentativas su significado, lo que se venía a agregar a las nuevas condiciones de
de asentamientos nuevos fracasaron en definitiva. Los campesinos incertidumbre. 1S El trabajo perdió mucho de su valor trascendental
establecidos en las congregaciones regresaron gradualmente a sus ho- como acto sagrado y debió haber parecido a los indígenas otra espe-
gares originales y a sus tierras. El gran aumento de ganado europeo cie de exceso. La migración de los poblados a las ciudades y de una
alteró el equilibrio ecológico de la época prehispánica, pero quizá región campesina a otra parece haber sido rnuy común en la época
no tan drásticamente como parecía en sus inicios. Había disponible prehispánica, pero alcanzó nuevas dimensiones en el siglo xvi.16 Con
mucha tierra de pastoreo que no afectaba la agricultura de los cam- el colapso de los grupos cerrados de mercaderes indígenas, un mayor
pesinos (aunque la pastura tuvo que disminuir al alimento que re- número de indios se iniciaron por su propia cuenta como vendedores
cogían del campo los indígenas). Sin embargo, las vacas sueltas, los ambulantes y arrieros, y algunas pequeñas comunidades quedaron
corderos y las cabras inevitablemente invadían los campos de los in- abandonadas al huir sus habitantes para formar parte de las congre-
dígenas, destruyendo las cosechas. gaciones, o para escapar de las plagas, del trabajo forzado y de los
Las epidemias periódicas, los asentamientos restringidos, las exi- impuestos excesivos.
gencias laborales y la actividad de las granjas no atacaban frontal- No todos los cambios iniciales despoblaron las comunidades exis-
mente la vida de los campesinos, pero sí traían confusión. Durante los tentes. En la lucha entre las encomiendas y la autoridad real, los fun-
primeros cincuenta años de gobierno europeo, los cambios rápidos cionarios del rey contribuían a establecer los derechos comunes de las
introdujeron una nueva fluidez a la forma de vida de los indígenas poblaciones. AI iniciarse el siglo xvi, los propósitos de la Corona, sus
rurales. Se llevó a cabo una hispanízación general de los aspectos opiniones acerca de los subditos indígenas y los límites de la capaci-
formales de la vida pública, actividades religiosas, hábitos alimenti- dad de los españoles para alcanzar sus metas políticas y económicas
cios, vestido y derechos de propiedad, y con mayor razón entre la en este territorio tan vasto contribuyeron a la supervivencia selectiva
nobleza local y en los antiguos centros de las ciudades-Estado que se de las comunidades rurales. América era, de hecho como de nombre,
convirtieron en poblaciones principales de la Colonia.14 La reorgani- un "Nuevo Mundo" habitado por millones de naturales susceptibles
zación política dentro del Imperio español también implicaba una de no acomodarse bien en un universo de leyes y relaciones sociales
considerable hispanización local. Los gobiernos locales de las grandes europeas. Los pueblos indígenas sedentarios no eran considerados
comunidades indígenas siguieron el modelo de los antiguos concejos análogos —en tanto cristianos y subditos españoles en potencia— a
municipales de España que eran elegidos anualmente (cabildos) y su los musulmanes absorbidos por la reconquista de la península ibérica
relación con el Estado seguía pautas burocráticas establecidas por la realizada por los cristianos entre los siglos vm y xv. A diferencia de
Corona. Se impusieron ampliamente las ideas españolas de la época 15 Kubler, Mrxnan An ftitfi ture, 1. 157 [hay ed.. en esp.: FCK, 1983], acuñó la expresión
"desempleo psicológico'' para aplicarlo a la mentalidad indígena en el siglo xvi.
"Miranda, p. 143. '* Calnek. "Iniernal Siruaureof TenoclmUan", p. 291; Lockhart, pp. 102-103.
H Gibson, A tifes, p. 335; Carrasco, "Transformación", p. 192.
34 PANORAMA DE LA COLONIA PANORAMA DE LA COLONIA 35

los moros, los naturales de América no rechazaron el cristianismo; gregación protectora y cierto grado de autonomía política de las
tampoco se vieron obligados, en su mayor parte, a oponerse a la inva- comunidades no significaban que los gobernantes españoles preten-
sión española. Las numerosas leyes del siglo xvi relacionadas con dieran que la vida de los indios continuara sin sufrir ningún cambio.
los indios no guardan relación con las concisas disposiciones concer- La segregación tenía por objeto proteger a los indios de las caracterís-
nientes al tratamiento a los africanos, con quienes los españoles habían ticas más adversas de las costumbres no indígenas y permitirles
tratado en el Viejo Mundo y que requerían solamente que se les disfrutar de las más favorables de la España cristiana, establecidas de
definiera legalmeme bajo las condiciones especiales del Nuevo Mun- acuerdo con las indicaciones del rey. A los indios se les enseñaba
do, principalmente con fines de castigo y de control. castellano a fin de que pudieran entender mejor la doctrina cristiana. 20
Las primeras leyes referentes a los indios revelan dos actitudes El paternalismo y el interés por transformar a la población indíge-
subyacentes que alentaron la supervivencia y la conservación de una na no eran incompatibles con la explotación económica y la defensa
fuerte identidad común: la preocupación paternalista por el bienes- del imperio. La economía colonial dependía en gran parte del tra-
tar de los indios como nuevos y distintos subditos del rey; y las moti- bajo de los indios y de su productividad. En particular, el sistema
vaciones económicas y políticas inherentes al gobierno de la Colonia. colonial del siglo xvi percibió rhuy cuantiosos ingresos de los tributos
El pa:ernalismo del rey consideraba a los indios sedentarios conver- de los indios y dependía de la agricultura indígena para abastecer a
sos, tal tomo dijo un sacerdote del siglo xvm, como menores perpe- la población española que en su mayoría no era agrícola y se aglo-
tuos o "niños con barbas" que requerían protección y consideración meraba en las ciudades recién formadas. Esta dependencia de la
especiales a fin de que pudieran aprender las costumbres de la civili- agricultura indígena explica que en las primeras leyes se previniera
zación cristiana y las obligaciones de los vasallos del rey. Las orde- que los indios se deberían dedicar a la agricultura y disponer de su-
nanzas reales frecuentemente mandaban que "se viera siempre por el ficiente tiempo para cultivar sus tierras.21 Lo que ocurrió durante la
bienestar de los indios" y que "se diera la mayor protección a los in- Colonia en la ciudad de Antequera en el Valle de Oaxaca ilustra las
dios".17 La condición especial en que se encontraban los naturales expectativas de los españoles de que los indios satisficieran sus nece-
cristianos se extendía incluso al sistema judicial puesto que, a dife- sidades de alimentos y recursos básicos. Desde 1532, el cabildo de
rencia de otros subditos reales de América, los indios no quedaban Antequera pidió al rey que ordenara a los indios de ese distrito ven-
sometidos a la rigurosa autoridad de la Inquisición al finalizar la épo- der alimentos a los españoles residentes en la ciudad. El obispo
ca colonial. En la mayoría de los procedimientos civiles y penales López de Zarate se quejaba en 1538 a nombre de la ciudad de que los
relacionados con ellos, el Tribunal de Indios tenía jurisdicción de ape- naturales del Valle no cultivaban toda la tierra que tenían a su dis-
lación. Con el fin de proteger a las comunidades naturales en su vida posición, y que como resultado había gran escasez de trigo y maíz.
diaria, la Corona expidió una serie de leyes que tenían el propósito En 1551, el cabildo nuevamente requirió a la Corona para que orde-
de dejar a los que no lo eran fuera de los pueblos de indios.18 La im- nara a los indios que produjeran trigo, seda y otros productos para
posibilidad de dar cumplimiento a estas leyes se mostró en forma evi- los españoles, arguyendo que de otra manera los naturales produci-
dente ante la mezcla de razas que se había efectuado en el México rían únicamente lo suficiente para pagar el tributo real y se volverían
rural a fines de la época colonial (si bien la parte central de México y perezosos y pendencieros.
Oaxaca seguían siendo predominantemente "indígenas").19 La se- La Corona suponía que los indios pagarían los tributos y propor-
17 Recopilación, Libro 4, Título 12, leyes 16, 17. Disposiciones del mismo tipo apare-
cionarían ciertos servicios en forma de trabajo, y la región central de
cieron con regularidad en las leyes del virreinato igualmente en los siglos XVII y XVIII, México y Oaxaca eran dos fuentes especialmente abundantes en
ACN. Reales Cédulas Originales 1 Exp. 1,2 Exp. 43. 189.8 Exp. 29, 10 Exp. 74. 16 Exp. ambos conceptos. Los administradores españoles, los mercaderes y
49, 24 Exp. 9.
18 Recopilación 6-3-21 a 25. En estas leyes se disponía que los que no eran indígenas no matrimonio entre indios de diversas tribus, el cual crea condiciones favorables para
podían vivir en los pueblos o visitarlos durante más de dos días o alojarse con familias una más rápida difusión de la cultura.
20 Recopilación 6-1-18.
indígenas.
19 Mómer, La corona española. La mezcla de razas, sin embargo, no era lo mismo que el 21 Recopilación 6-1-21 y 23. .
36 PANORAMA DE LA COLONIA
PANORAMA DE LA COLONIA 37
hacendados, así como los habitantes de las ciudades, dependían de la integrante, no separada, del gobierno, era una influencia que todo lo
capacidad de los indios para producir excedentes superiores a sus
dominaba, tanto en la creación de la política del Estado como en su
propias necesidades de subsistencia para poder hacer frente a aque-
cumplimiento. El monarca temporal era también el jefe de la Iglesia;
llas obligaciones. Al recaudar sus impuestos el gobierno colonial con-
los más importantes consejeros del rey en la elaboración de las leyes
servaba los distritos indígenas locales al nivel del altepetl o ciudad-
aplicables en América eran clérigos, y a los primeros misioneros se les
Estado. Los linderos de las encomiendas y de las alcaldías mayores se confiaron responsabilidades seculares además de sus deberes religio-
ajustaban generalmente a estas antiguas jurisdicciones, si bien los es-
sos. En el siglo xvi las labores de conversión y los deberes parroquia-
pañoles fueron mucho más allá que la organización política de los
les se realizaban en la región central de México y en Oaxaca por tas
naturales en cuanto a la centralización de la autoridad del Estado
órdenes mendicantes, imbuidas de un celo especial por la vocación
por medio de las audiencias y de los virreinatos. El sistema tributario de
reformadora de la orden de los franciscanos y por la influencia de
la Colonia, que se insertaba en los linderos de los naturales, contri-
Erasmo en España a fines del siglo xv.23 Desde la década de 1520 los
buía a la supervivencia de los nobles de la localidad, concediéndoles
franciscanos y los-agustinos estaban en actividad en la parte central
bienes vinculados y otros privilegios de la Colonia a cambio de que se
de México, y a partir de la década de 1530 los dominicos se dedi-
hicieran responsables como recaudadores de impuestos o como orga-
caron a evangelizar en Oaxaca. Aunque fueron finalmente rempla-
nizadores de las levas de trabajadores. zados por clérigos seglares en numerosas parroquias rurales, el clero
El estado especial de los indios afectaba sus derechos.de propiedad.
regular dejó una huella imborrable, tanto en sus ligas políticas con el
Las primeras leyes establecían que los pueblos deberían ser confirma-
imperio español como en la cultura popular, en la difusión del nuevo
dos en la posesión de sus tierras y además, que se les daría la segu-
culto público, en el cuantioso capital de los campesinos que se invir-
ridad de poder conservar las tierras que necesitasen para la agricul- tió en la construcción de impresionantes iglesias y monasterios, en el
tura y la ganadería. Estos decretos y disposiciones subsistieron tan
establecimiento de nuevas formas de gobierno religioso, como fas co-
sólo en teoría, si exceptuamos algunos juicios que fueron resueltos por fradías (que desempeñaron un papel importante en la observación de
los tribunales. Los alcaldes mayores y los lugartenientes que se desig- las formalidades religiosas en muchas comunidades rurales), así como
naban para ejercer la autoridad del alcalde mayor en determinadas en los cargos profanos y en el apoyo a la identidad de la comunidad.
zonas de un distrito, intervenían en las elecciones municipales, exi- Mucho tiempo después de que había pasado el celo de los misioneros
gían üegalmente la prestación de servicios, imponían por la fuerza
del siglo xvi, los clérigos rurales seguían representando a la autori-
prestaciones en dinero y cometían abusos con el reparto de efectos, dad española en las parroquias alejadas y tenían una gran influencia
según se reportó.22 La venta de lugartenencias y alcaldías a partir del en los asuntos de la localidad. Actuaban informalmente como jueces,
siglo xvi tiene que haber venido a contribuir al potencial abuso de los
en ocasiones vigilaban la recaudación de los impuestos, rendían infor-
cargos por parte de los representantes del rey en cada localidad.
mes a los funcionarios de la provincia acerca de las condiciones de la
Aunque los funcionarios reales tenían toda clase de oportunidades
para aprovecharse de su autoridad, es justo decir que los derechos localidad y determinaban los ciclos de las estaciones y las vidas de los
individuos de acuerdo con la nueva religión.
de los habitantes de los pueblos, su identidad común, sus derechos de
La fuerza de trabajo de los campesinos siguió siendo fuente vital
propiedad y su posibilidad de recurrir al sistema judicial desalenta-
para el enriquecimiento del Estado español y del capital privado a
ban el abuso excesivo y daban a los vecinos un instrumento político
lo largo de todo el periodo de la Colonia, con mayor razón cuando la
para defenderse.
población rural empezó a crecer de nuevo a partir de fines del siglo
Los sacerdotes católicos eran esenciales para la penetración de la
XVH. Pero cuando la población de los naturales llegó a su nivel más
autoridad española en el campo mexicano y para fomentar la vida en
bajo, entre los años 1576 y 1640, y se agotaron las vetas de plata que
las poblaciones. El catolicismo ibérico en el siglo xvi era una parte
se explotaban tan fácilmente, los colonizadores tuvieron que buscar
'-"* Calderón Qiiijano <t al., II, 251, I I I , 166. 167, 169; AON Crimina! 156 folios 1 - 1 7 , otras fuentes suplementarias de riqueza. La propiedad de las tierras y
165 Hxp. 5.
"Kubler, Mexican Arc/titecture; Phelan, Afillenniai Kingdom,
^
.
&-AÍ
38 PANORAMA DE LA COLONIA PANORAMA DE LA COLONIA

el trabajo de quienes no eran campesinos se hizo cada vez más impor- cepejones reales, estrechar los lazos de lealtad con la Corona, me-
tante, sobre todo en el interior de las poblaciones y ciudades colonia- jorar las defensas de la Colonia y reducir el poder de instituciones
les, en donde la demanda de alimentos ya no se podía satisfacer iirmemenie establee idas, en especial la Iglesia. Todos esos aconteci-
mediante tributos a las conscripciones de trabajadores de los pueblos. mientos contribuyeron a la centralización de la autoridad y a crear
La producción de granos unida al constante interés por la agricul- una sensación de movimiento, aun cuando no siempre de grandes
tura determinó la creación de las haciendas, grandes fincas rurales en cambios.
las que el capital era invertido en edificios permanentes, en obras de Para las comunidades campesinas de la región central de México y
riego y en una gran fuerza de trabajo, por lo general, de temporada. de Oaxaca, estos acontecimientos del siglo xvm significaron mayores
El comercio a través del Atlántico en ambas direcciones disminuyó exigencias por parte de un sistema social acrecentado; sin embargo, no
en proporción a la baja persistente de la economía española, que se fueron ataques frontales contra la vida campesina. Eran fragmenta-
había manifestado en las quiebras periódicas del tesoro real bajo rios y de carácter administrativo, más bien que profundos y diri-
Felipe II y sus sucesores. El resultado de lo anterior parece haber sido gidos a la estructura como fue la ofensiva de los Borbones contra la
una regionalización de las actividades económicas en la Nueva Es- Iglesia. (JS1 incremento de la población y los nuevos mercados esti-
paña, el desarrollo de las manufacturas de la localidad, como,los mularon una mayor actividad de los campesinos más allá de los lin-
textiles, lasarles útiles y los bienes suntuarios que incluían el arte reli- deros de la comunidad, una presión más fuerte sobre la tierra, una
gioso, a fin de remplazar las importaciones de Europa en los merca- circulación más activa de los bienes y un panorama más comercial.
dos locales; el incremento del comercio de contrabando por los ho- Las reformas administrativas incrementaron las obligaciones imposi-
landeses, los ingleses y los franceses; y la iniciación de un modesto tivas y trataron de transferir la riqueza de la comunidad de las cofra-
comercio intercolonial.24 días a las cajas de la comunidad, pero la mayor parte de las trans-
formaciones políticas del siglo xvm tuvo poca influencia directa en ia
UN PUEBLO DE CAMPESINOS DEL SIGLO XVIII
vida campesina^6 En las regiones secundarias, donde se habían desa-
rrollado la minería y la agricultura de exportación, la demanda de
Este prolongado período de retracción del imperio así como el desa- trabajo para todo el año generalmente excedía a la oferta, y los
rrollo de los intereses locales abrieron finalmente el camino a los grupos de campesinos quedaban expuestos a convertirse en satélites
cambios más espectaculares en la vida rural del siglo xvm. La pobla- de las empresas debido a la pérdida de sus tierras, a los adeudos que
ción en algunos distritos de la región central de México aumentó en habían contraído o porque así lo decidían voluntariamente af acep-
85% entre 1644 y 1742. Entre 1750 y 1800 la población rural indí- tar empleos que requerían la dedicación de todo su tiempo. Tratán-
gena de México aumentó en total un 44%, con incrementos aún dose de ciertas actividades en las regiones secundarias, especialmente
mayores en los más populosos distritos del centro de México y de los trabajos textiles y la producción de cochinilla en la Mixteca Alta
Oaxaca.25 Prosperaron las nuevas actividades económicas encamina- y en la sierra zapoteca de Oaxaca, los campesinos quedaban inte-
das hacia los mercados europeos, con frecuencia sometidas a muy grados a los mercados en expansión sin que perdieran el control de
estrictas reglamentaciones expedidas por una monarquía más enérgi- los medios de producción o sin experimentar muchos cambios en su
ca y más absolutista bajo los Borbones; revivieron la minería y el vida en los pueblos. En este caso, los campesinos producían la cochi-
comercio trasatlántico; había una nueva vitalidad en la ciudad de nilla en sus propias tierras y tejían en sus propias casas las telas de
México, capital del virreinato; se emprendieron reformas administra- algodón, pero obtenían precios muy bajos de los comerciantes de la
tivas, como la creación de las intendencias y de un ejército regular, la
26 Las comunidades rurales pueden haber resultado más fuertemente afectadas por
expulsión de los jesuítas y la consolidación de la riqueza de la Iglesia
las reformas administrativas efectuadas por sus curas párrocos. Lo anterior hace supo-
bajo la administración real, con el propósito de incrementar las per- ner que éstos ejercían una influencia muy grande de manera unilorme en las organi-
2í Borah, "Latin America", p. 724. zaciones políticas de sus congregaciones, suposición que es discutible, como lo veremos
K Sánchez-Albornoz, p. 89; López Sarrelangue, "Población indígena", p. 521. en el capítulo IV.
40 PANORAMA DE LA COLONIA PANORAMA DE LA COLONIA 41

ciudad que se las compraban y que a veces ejercían coacciones me- más distante y que hacían suponer un complejo proceso de desarro-
diante adelantos de dinero o dé bienes sobre la cosecha de! año si- llo, más que una persistente declinación o destrucción bajo la presión
guiente o sobre la producción de telas del siguiente mes. de las exigencias de la Colonia.27 Restos de lo que puede suponerse
Comparada con la violencia y el desorden prevalecientes en la Con- fue la vida prehispánica pueden encontrarse en la región del centro
quista y con la violencia que habría de seguir en el siglo xix, la esta- de México y de Oaxaca, en el siglo xvm, en el cultivo de maíz, las
bilidad del período 1650-1800, durante el cual los pueblos disfru- características de las habitaciones, las artes manuales, los alimentos,
taron de una relativa libertad para ajustarse desde un principio al los instrumentos de trabajo, los sistemas de los mercados locales, los
gobierno colonial, fue una verdadera tregua. La simplificación de la ritos de fertilidad y de transición y en otros rasgos ordinarios de la
sociedad indígena prehispánica durante el siglo xvi, con la elimina- economía del pueblo y de la vida familiar; en los títulos pictográficos
ción de los dirigentes del Estado, de los sacerdotes, de los mercaderes de propiedad de tierras; en los grupos de ancianos respetados como
y de los mayeques que eran como esclavos, y con el debilitamiento de consejeros y para tomar decisiones, tuvieran o no cargos públicos; en
los privilegios hereditarios a nivel local, estaba abriendo el camino a las jurisdicciones políticas locales que desempeñaban las funciones
nuevas complicaciones, particularmente en las ciudades importantes. previstas por los españoles de impartir una administración ordenada y
Los historiadores algunas veces conciben las grandes poblaciones de recaudar los impuestos; en ocasiones en las festividades religiosas
rurales como homogéneas o como apenas divergentes, pero hay que en las que tomaba parte toda la comunidad y, particularmente, en
tomar en cuenta que los nobles hereditarios y los caciques políticos las lenguas de los naturales, que aun cuando no habían dejado de
aún se distinguían en Oaxaca y en la mayor parte de la región sufrir modificaciones, de ninguna manera habían sido sustituidas sis-
central de México por su riqueza e influencia personal. Casi todas las temáticamente por el castellano durante la época colonial.28 Esas
capitales rurales tenían su pequeña burguesía, formada por notarios, supervivencias se vieron eclipsadas por la adopción generalizada de
hábiles artesanos, funcionarios del gobierno, taberneros y mercade- las costumbres españolas: en la manera de vestir, en numerosos ele-
res. Tanto las propiedades comunales como las obligaciones de la co- mentos de la cultura popular, en los instrumentos de trabajo (parti-
munidad tendían a igualar la vida en los pueblos, a menos que los cularmente el arado y los cuchillos de acero), en los animales domés-
funcionarios destinaran las propiedades comunales a su propio en- ticos, en el culto público religioso, en el calendario gregoriano y en
riquecimiento; pero subsistían diferencias en cuanto a riqueza e in- las instituciones políticas, entre otras muchas formas. En realidad, la
dependencia dentro de los grupos de campesinos o artesanos de nume- gran mayoría de los rasgos culturales más notorios de los campesinos
rosas comunidades: diferencias entre los agricultores según la extensión al finalizar la época colonial eran más europeos que prehispánicos.29
y calidad de sus tierras, así como entre éstos y los aparceros, los Pero medir las supervivencias de la cultura indígena contra la
asalariados ocupados sólo una parte del tiempo, y los asalariados que adopción de la cultura española sería engañoso para hacer una eva-
carecían de tierras. luación de las transformaciones sufridas por las comunidades cam-
Las poblaciones populosas que se reorganizaron a fines del siglo pesinas, puesto que tales transformaciones acarrean algo más que la
xvii y en el siglo xvín no se parecían ni a sus antepasadas prehispá- simple alternativa de supervivencia de los antiguos rasgos o su susti-
nícas ni a las que los nuevos amos españoles habían tratado de crear tución por los importados, y los campesinos desempeñan casi siempre
como nuevas comunidades de cuño europeo. Allá donde subsistían un papel pasivo. Algunas facetas de la cultura española como el com-
—y lo hicieron en toda la extensión de las dos regiones comprendi- padrazgo, la rueda y el horno de los alfareros, los bueyes y el arado,
das por la documentación relacionada con la embriaguez, el homi- que sirvieron para reforzar a las comunidades locales y acrecentar su
cidio y la rebelión— esas comunidades mostraban las huellas de los
27 La noción de las costumbres conceptuales es desarrollada por Weismann de una
cambios más importantes ocurridos en la región, en las relaciones
manera original y sugestiva,
políticas y en las actividades económicas. Conservaban, sin embargo,
28 Carrasco, "Transformación", pp. 199-200; Gibson, Atffn, p. 335; AGN Criminal
una base continua de cultivo de maíz, de identidad de la comunidad 210 folio 193r; A r t h u r Anderson ••! ai, p. 7.
rural y de ciertas costumbres que las relacionaban con un pasado •""Borah, "Race and Class", p. 338; Fosler, Culture and Conquest.
42 PANORAMA DE LA COLONIA PANORAMA DE LA COLONIA 43

capacidad de producción, fueron adoptadas con gran entusiasmo. vada de los desastres del siglo xvi y de la constante presión de las
Otras, como las cofradías y el sistema de escala de los cargos religio- exigencias coloniales para obtener productos y servicios. Las pautas
sos y políticos, canalizaron las riquezas de la localidad hacia las arcas de residencia en las comunidades campesinas de la Colonia, proba-
de la Iglesia y del Estado, pero al mismo tiempo institucionalizaron y blemente de origen prehispánico, parecen haber sido principalmente
reforzaron la identidad de los poblados.30 Los nexos con la economía patrüocales o neolocales en los vecindarios en donde había parientes
colonial de los productores, mercaderes, trabajadores eventuales fue- varones, y las pautas matrimoniales fomentadas por las doctrinas de
ra de la población y arrieros, tienen que haber sido igualmente vo- la Iglesia tendían a las uniones con individuos pertenecientes a otro
luntarios en muchos casos y promovían un enlace con la creciente barrio o a otro vecindario. 33 La residencia patrilocal era parte de una
economía doméstica. Costumbres que en su forma no eran ni prehis- pauta de descendencia por línea varonil, lo que constituía otra di-
pánicas ni españolas surgieron de la fructífera combinación entre las mensión de la identidad social y de la continuidad dentro de las co-
antiguas y las nuevas creencias (como el culto de la Virgen de Gua- munidades. La estructura de la comunidad, como por ejemplo las
dalupe, en el que una imagen católica se confundía con la adoración pautas hereditarias, tiene que haberse modificado igualmente de una
indígena de la madre, o el culto de San Isidro Labrador, en el que manera que sólo podemos adivinar, por el siglo de muerte que siguió
se mezclaba otra imagen católica con las preocupaciones de los cam- a la llegada de los españoles. La Corona alentó la organización eco-
pesinos relacionadas con la agricultura y la fertilidad). O bien sur- nómica y social de la vida colonial alrededor de los pueblos y de las
gieron de la transferencia de una conducta socialmeme útil de una ciudades. Se exigía a los campesinos que formaran gobiernos locales
institución a otra (como la transferencia del prestigio social del patro- a fin de atender las ordenanzas del rey, para recaudar impuestos,
cinio ritual, de las ceremonias paganas a las católicas).31 proporcionar los servicios de los trabajadores o conservar una iglesia,
La resistencia pasiva a los sistemas impuestos, fue otra posible un tesoro de la comunidad o algunas veces un hospital. Todas estas
reacción al proceso de la Colonia. Se comprueba documentalmente instituciones incitaban a la gente de la comunidad a pensar en sí
por las frecuentes quejas de los clérigos del siglo xvm referidas a la misma como en una comunidad distinta y separada. En esa época,
"tibieza" de los campesinos: su actitud reservada y el trato frío que Oaxaca se caracterizó por la atomización de la vida social, cuando
daban a los sacerdotes, así como su costumbre de ocultar a los niños cada pequeño poblado luchaba por alcanzar la posición de una
recién nacidos y a los muertos con el fin de eludir el pago de las cuo- capital independiente; pero la región central de México también
tas establecidas por el clero para los bautismos y ritos funerarios a experimentó presiones semejantes por lograr una independencia lo-
pesar de su obvia reverencia a Cristo, la Virgen María, los santos cal. Por ejemplo, el distrito de Sultepec ubicado en la parte suroeste
patronos, las sagradas reliquias y la inviolabilidad de los recintos de de la Intendencia de México, tenía en 1801 cincuenta y cuatro cabe-
la Iglesia. La resistencia pasiva también es evidente en su negativa a ceras o poblados importantes. 34
permitir que los extraños, particularmente el alcalde mayor y su te- De la conducta social que he venido examinando surgen dos carac-
niente, entraran en la comunidad, salvo en el caso de que se adeu- terísticas generales de la sobrevivencia de la vida campesina en el
daran impuestos, así como en su negativa a cultivar trigo o alquilar corazón de las complicadas sociedades indígenas de la parte central
sus tierras a españoles y otros extraños.32 de México: las pautas de renovación de la sociedad campesina más
La fuerza comunal de las sociedades de campesinos en el siglo xvm permanentes surgieron dentro del discreto poblado dueño de tierras,
en la parte central de México y en Oaxaca giraba alrededor de la co- que cobró importancia en la época colonial a expensas de las ligas
munidad de la población y, en menor grado, de los municipios for- étnicas y regionales, y la mayoría de los ajustes de protección de los
mados por grupos de naturales de las poblaciones importantes y las pueblos sobrevivientes se hizo en los términos del Antiguo Régi-
aldeas. La identidad local se apoyaba en una estructura interna deri- men: formular protestas contra los abusos más que contra la legiti-
10 Carrasco, "Civil-Religious Hierarchy", pp. 483-97.
midad de un remoto soberano colonial, y acomodarse, a menudo con
11 Carrasco, "Central Mexican Highlands", p. 597. "Carrasco, "Central Mcxícan Highlands", pp. 593-94.
AGN Intrw/eni ios 12 icsiigo número 14, Juan Carlos Barbercna. 31 Gerhard, Cuide, p, 270.
PANORAMA DE LA COLONIA PANORAMA DE LA COLONIA 45
4-1

dificultad dentro del sistema colonial, de manera que fuera considera- fueron más las comunidades que desaparecieron o sufrieron graves
do mutuamente conveniente por los amos coloniales y por los cam- trastornos internos en esa época.35 Dentro de las características gene-
rales de que hemos hablado, existían diferencias entre las sociedades
pesinos.
campesinas de la región central de México y las de Oaxaca al finali-
Un factor indispensable para la construcción de este tipo de socie-
zar la época colonial. La principal diferencia entre las dos regiones
dad campesina era la propiedad de la tierra. Desde los primeros años
era la situación dominante de la ciudad de México en el México cen-
del gobierno colonial se concedieron mercedes de tierras en favor de
tral. El Valle de México era el centro de la política y la riqueza en el
los pueblos. La propiedad comunal de la tierra formaba parte de la
siglo xv, y su supremacía se acentuó durante la época colonial por
tradición castellana de poblaciones incorporadas y permitía a los
la mayor gama de actividades en la ciudad capital de México, por la
pueblos cumplir con sus obligaciones económicas hacia el Estado.
Pero la propiedad comunal de la tierra no fue un invento de los espa- concentración que había en ella de residentes ricos y poderosos y por
ñoles. Desde mucho antes de la llegada de los europeos se había la autoridad que ejercía la ciudad respecto de un área mucho mayor
que ía que se gobernaba desde Tenochtitlán. La vida en la parte
establecido una estrecha asociación entre las comunidades rurales y
central de México estaba condicionada de muchas maneras por los
determinadas extensiones de tierras, y la convalidación de la propie-
dad en favor de los nobles y de las comunidades parece haber sido el constantes requerimientos de la ciudad relativos a productos agríco-
propósito de algunos de los códices prehispánicos que aún existen y las y tributos, y por su posición como centro de la política y de la
que inspiraron los títulos de propiedad ilustrados por funcionarios autoridad del Estado. A su vez, las comunidades rurales de la región
indígenas en la época colonial. El hecho de pertenecer a una pobla- central de México se modificaron, como reacción ante esos requeri-
ción dueña de tierras no era garantía de una cómoda existencia de las mientos, especializándose algunas en la producción de artículos de
alfarería, verdura, pulque, jabón, escobas y hierbas de todas clases
familias de campesinos. La propiedad privada era cada vez más im-
portante en la época colonial, y en numerosas comunidades locales para los mercados urbanos. Indios de casi todos los pueblos llegaban
surgían pequeños grupos de agricultores indígenas, de nobles y mer- de cuando en cuando a la ciudad para vender sus mercancías, arre-
caderes; sin embargo, las grandes extensiones de tierras, particular- glar asuntos políticos o gastar sus escasas ganancias. Los habitan-
tes del campo de la región central de México eran más proclives a
mente las de pastoreo, seguían siendo propiedad de las organizacio-
nes comunales —como las cofradías y las cajas de la comunidad a dejarse arrastrar hacia la ciudad como residentes permanentes y
fin de apoyar sus actividades— o bien de la comunidad entera en trabajadores que los campesinos de otras regiones. La migración a la
forma de ejidos. Ya en el siglo XVIH parece que había pocas tierras ciudad de México era una manera que tenían los campesinos indí-
genas del centro de México de eludir el pago de tributos; y desde
disponibles para mantener a las familias individuales. La mayoría de
mediados del siglo XVH se venían acumulando quejas contra los in-
los agricultores, aun en las comunidades bien dotadas de tierras, dis-
dios vagabundos y los residentes de la parcialidad indígena de Santa
ponían de una muy reducida riqueza material que compensara sus
María la Redonda que pretendían pasar por mestizos de la ciudad,
esfuerzos: unos cuantos lotes de terreno, el terreno de la casa cercado
exentos del pago de tributos. 36
de magueyes o de cactos, una casa de adobe o de caña, una bodega
Los poblados ubicados en la parte central de México, especial-
para almacenar maíz y forraje, un pequeño baño de vapor, una
mente en el Valle de México, tenían generalmente un aspecto más
muda de ropa, un cuchillo, utensilios de cocina, unos cuantos instru-
proletario que el de la mayoría de las demás regiones campesinas de
mentos agrícolas, unas gallinas y quizás una yunta de bueyes o una
muía y unos cuantos corderos y cabras. la Nueva España. En algunos casos las comunidades enteras y en
En ninguna de nuestras dos regiones era la regla la prosperidad otros un gran número de individuos adultos abandonaban la agri-
uniforme o la ruina permanente de las sociedades campesinas. Algu- " Gibson. Aztecs, pp. 266-67; Colín, Atlacomtilco, exhibe pruebas de la desaparición de
nas comunidades de campesinos, aun en el Valle de México, como cieno número de rancherías y aldeas.
Huitzilopochco y Tepetlaostoc, pudieron alcanzar una nueva y nota- '" AGN Crimina! 203 Exp. 3 folio 98v; Bancrofl Library Mexican Manuscript 135 Ítem
18 folio l l r .
ble prosperidad constante para sus habitantes en el siglo xvm, pero
46 PANORAMA DE LA COLONIA PANORAMA DE LA COLONIA

cultura para meterse a arrieros, panaderos, alfareros, fabricantes de giones a las que se refiere este estudio.41 Estas proporciones muestran
ladrillos o trabajadores en general en las residencias privadas o en los igualmente un contraste importante entre el centro de México y
programas de obras públicas, como el empedrado de calles y las cons- Oaxaca al finalizar la época colonial: el campo de la parte central de
trucciones. Algunos pobladores de la Mixteca Alta y del Valle de México daba albergue a un mayor número de individuos no indí-
Oaxaca se trasladaban también a la ciudad de México para arreglar
asuntos políticos o para comerciar, pues estaban allí en contacto más
estrecho con los mercados urbanos de Puebla y Antequera; pero la CUADRO 1. Población indígena de las intendencias en la región central de
influencia urbana era menos intensa en Oaxaca y giraba/alrededor Méxito, 1810
de las ciudades importantes y de las grandes comunidades existentes
a lo largo de las rutas comerciales de la Colonia. 37 Portento}?
Inti-ndem ia Pobla- ion Poblai ion indígena
Las grandes fincas privadas que surtían a los mercados regionales //c indios
parecían aún más grandes a los campesinos de la región central de
México 1 600 000 1 000 000 62.5%
México. Pero no sólo había numerosas grandes haciendas que compe-
Puebla 800 000 600 000 75
tían con los pueblos por las mejores tierras y que requerían un mayor
Oaxaca 600 000 530 000 88.3
número de trabajadores para las labores en las épocas de siembra y
Michoacán 400 000 170 000 42.5
de cosecha; había también muchos pequeños ranchos dispersos en- 190 000 74
Veracruz 140 000
tre los poblados rurales del centro de México.38 Ya en el siglo xvm 90 000 65 000 72.2
Tlaxcala
algunas haciendas que combinaban la cría de carneros con la agri-
cultura empezaron a establecer pequeños obrajes (fábricas textiles)
dentro de la finca, lo que incrementó la demanda de trabajadores de genas. La menor proporción de campesinos indios se combinó con
confianza de tiempo completo y la presión que se ejercía sobre las una mayor densidad de población en la parte central de México:
poblaciones vecinas.39 Para su tamaño, las poblaciones ubicadas en quince habitantes por kilómetro cuadrado en el centro de México
Oaxaca al parecer pudieron conservar más tierras productivas y un contra ocho habitantes por kilómetro cuadrado en Oaxaca. Los nu-
mayor control sobre los molinos de harina, frecuente inversión de merosos rancheros y administradores que vivían en las haciendas
capital en las regiones agrícolas.40 eran criollos y mestizos, así como también algunos de los peones que
En las dos regiones, los indios constituían el grupo social más nu- vivían en las grandes haciendas. Las relaciones entre los habitantes
meroso. En 1810 el 62.5% de la población de la Intendencia de indios de los pueblos y los no indios en la parte central de México
México estaba todavía clasificado como campesino indígena; 88.3% eran frecuentes, pero no particularmente sociables. Los agricultores
de la población de Oaxaca también estaba identificado como indí- se quejaban de que los alcaldes mayores trataban de obligarlos a
gena (véase el cuadro 1). En cuanto al virreinato en conjunto, menos vivir en asentamientos dominados por los españoles, y los clérigos la-
de la mitad de la población en 1793 (39.9%) se decía que era indíge- mentaban que los indios no fueran gente de razón, devota y apegada
na. Entre las dos Intendencias, la de México y la de Oaxaca, suma- a la ley (como los que no eran indígenas: españoles, mestizos y mu-
ban más de un tercio (34%) de los indios de la Nueva España en 1793, latos) para que pudieran vivir en las sedes parroquiales. 4 ^
y los indios de estas dos provincias se concentraban en las dos re- Cuando en los poblados rurales se promovían alborotos políti-
cos, la gente de razón parecía siempre estar más a la mano para
37 Butterworih, Titaniongv, p. 52, AGN Criminal 630 Exp. 4, folio lOr. ayudar a la milicia en el centro de México que en la Mixteca Alta.
:is Colín, Allacomti/co.
Los no indios dominaban en número en muchos de los poblados
39 Se puede encontrar un buen ejemplo de esta transformación en Universily of Texas
rurales administrativos y comerciales del centro de México, como
Latín American Collection, Mexícan Manuscript G 205 (1769 Hacienda de Tepeti-
llán en la jurisdicción de Ixtlahuaca). 11 Miranda, p. 138; Lope/ Sarrdangue, "Población indígena", pp. 521-26.
40Florescano y Gil, pp. 50-57. 42 AGN Cii-il 1599 Exp. 9 (jurisdirrión de Metepec, 1708).
•18 PANORAMA DE LA COLONIA

Toluca, Actopan, Cuernavaca y Coyoacán, asi como en las comuni-


dades mineras de Pachuca, Real del Monte, Taxco, Sultepec y Te- II. LA EMBRIAGUEZ
mascaltepec. Las cabeceras administrativas y comerciales de Oaxaca
generalmente estaban más españolizadas y tenían más residentes no
indígenas que sus sujetos (comunidades políticamente subordina- Los primeros gobernantes y clérigos de la Colonia hacían notar con
das), pero aun las cabeceras como Teposcolula, Nochistlán, Tlacolu- frecuencia la destructora e incontrolable embriaguez de los indios en
la, Zimatlán y Ocotlán, estaban formadas en su mayor parte por el centro y el sur de México. Aceptándolos sin comprobación y com-
agricultores indios. parándolos con los indicios de embriaguez limitada antes de la Con-
La vigorosa identidad común de numerosas poblaciones dota- quista, estos primeros informes han sido tomados comúnmente por
das de tierras era inevitablemente inconsistente con su condición los historiadores como indicio de una reacción de desmoralización y
campesina dentro del sistema del imperio, en ocasiones de una mane- autodestrucción de los indios ante la dura realidad de las epidemias y
ra muy notoria. Las más decididas lealtades de los campesinos eran la colonización española.' Esta opinión de que la embriaguez haya
hacia la comunidad y la familia, pero estos grupos locales nunca se sido causa o consecuencia de la desmoralización de los indios requie-
encontraron totalmente cerrados o aislados respecto del orden social re un cuidadoso examen, porque el tema de los indios y de los estupe-
más vasto. Los pequeños poblados estaban ligados a los más grandes facientes en los tiempos pasados lleva en sí cuestiones fundamentales
por medio de los mercados regionales campesinos, por las identidades que no han quedado bien comprobadas por lo que respecta a estos
étnicas que iban desapareciendo, por las jurisdicciones políticas de elementos tan importantes: ¿Quiénes se embriagaban antes de la Con-
las cabeceras y de sus sujetos, as! como por las pautas matrimoniales, quista? ¿Qué es lo que bebían? ¿Cuándo? ¿En qué cantidad? ¿Cómo
según las cuales se solía buscar esposa fuera de la comunidad, o por lo se modificaron estas pautas después de la Conquista? ¿Cuáles fueron
menos fuera del barrio o del vecindario, que perteneciera a otro los efectos benéficos o perjudiciales de beber más?
linaje. Estas asociaciones más amplias se apoyaban en consideracio-
nes prácticas y rara vez eran indicativas de una solidaridad regional.
LA EMBRIAGUEZ PREHISPÁNICA
En diversos grados, los pobladores del centro de México y de Oaxaca
estaban subordinados al Estado y dependían de los funcionarios de la Para hacer una correcta evaluación de los cambios ocurridos durante
Colonia, de los terratenientes, de los mercaderes y de otros extraños la época colonial, es esencial saber cómo bebían los indios antes de
en lo referente a los términos según los cuales intercambiarían sus la llegada de los españoles. Las fuentes más conocidas acerca de la
productos y su trabajo.13 Su condición inferior los hacía objeto de un embriaguez anterior a la Conquista en el centro de México y en Oa-
control paternalista, sometiéndolos a tratamientos infamantes, como xaca son los escasos códices indígenas que subsisten, el monumental
los azotes en público o la duda de su veracidad al declarar ante los Códice Florentino de Sahagún, el Códice Mendocino, las obras esoítas por
tribunales. los colonizadores españoles del siglo xvi, como Motolinía, Mendieta
y Zorita, las referencias que aparecen diseminadas en otros relatos de
los clérigos y las Relaciones Geográficas escritas en la década de 1570.2

' I'no de los numerosos ejemplos de esta interpretación es Braudel, p. 177: "Los
indígenas sufrían tremendamente por causa del alcoholismo al que eran impulsados
para que se abandonaran. Parecería realmente como si la civilización de la altiplani-
" El rrabajo forzado institurionalizado era menos común en el siglo XVIH. Continua- cie mexicana, al perder su estructura y sus antiguos tabúes, se hubiera abandonado a
ban las levas de trabajadores pero habían disminuido mucho y técnicamente eran esa tentación, lo que produjo grandes estragos después de 1600".
casos de excepción de acuerdo con la ley. La servidumbre económica de los peones, la 2 Otras importantes fuentes que se han publicado y tratan directamente de la embria-

esclavitud como castigo y la coacción ilegal se seguían empleando igualmente, pero en guez prehispánira son: Chimalpahin Cuauthilehuanitzin. Clavijero, Emman, Goncal-
general se podía retener al trabajador por medios notoriamente menos coercitivos. ves de Lima y Guerra.
49
LA EMBRIAGUEZ LA EMBRIAGUEZ 51

Los códices prehispánicos y de los primeros años de la Colonia nos pocas las que describen las prácticas reales de la bebida. 3 Por otra
dan indicios del significado divino de las bebidas fermentadas de los parte, llevan el sello de un determinado tiempo y lugar, proporcio-
naturales (la destilación era desconocida en el Nuevo Mundo antes nan informes acerca de muchas localidades del centro de México y
de la colonización europea) y de sus usos rituales, pero es relativa- de Oaxaca y explican los testimonios de los indígenas. Los primeros
mente escasa la información que nos proporcionan sobre las paulas procesos de la Inquisición contra nobles acusados de idolatría cons-
de la embriaguez. El Códice Florentino contiene una información más tituyen otra fuente de información directa acerca de la embriaguez
explícita sobre la bebida entre la élite, respecto de los usos rituales y en la época anterior a la Conquista. Los procesos de Ocuytuco (Mo-
los complementarios, así como de las restricciones legalt i s prehispá- relos, 1539), Coatlán (Oaxaca, 1544) y Yanhuitlán (Oaxaca, 1544)
nicas a la bebida, pero como la mayoría de los informantes de Sahagún incluyen las declaraciones de testigos indígenas sobre el consumo ri-
eran miembros de la alta nobleza de Tlatelolco, presentan la vida de tual del pulque en los entierros, en las bodas y en las festividades de la
los indios desde un punto de vista restringido tanto social como geo- fertilidad. 4
gráficamente. Xos dice mucho de las normas y creencias de la noble- Tomadas en conjunto, estas fuentes nos hacen pensar en una pauta
za azteca, pero su aplicación a la vida de los indios es generalmente general de uso muy limitado, pero también en una gran diversidad
problemática. Tanto Motolinía como Zorita deben ser tomados muy de reglas y ocasiones en que se bebía en las distintas comunidades.
seriamente, pero nos ofrecen impresiones breves y generales sobre la Las ideas indígenas sobre la moderación parecen hacer hincapié en
bebida, apoyados en fuentes no especificadas. En sus alusiones a los las ocasiones en que se podía ingerir alcohol y en quiénes podían
indina ebrios, los primeros cronistas nos pueden decir algo más acer- hacerlo, más que en la cantidad de bebida. En las ocasiones rituales
ca de sus preocupaciones como magistrados de la ciudad, t'n tanto en que estaba permitido beber, los adultos varones aparentemente
misioneros y españoles, que del consumo real del alcohol en las socie- podían beber hasta perder el conocimiento, sin avergonzarse/1 Eran
dades de los naturales. Cuando más, con apoyo en Sahagún, Moto- pocas o ninguna las comunidades totalmente abstemias en el centro
linía, Mendieta, Duran, Zorita y otras fuentes para la documenta- de México y en Oaxaca con anterioridad a la Conquista. Tan sólo
ción de los valores y de la conducta indígena, hay la tendencia de
presentar a la sociedad prehispánua según el modelo a/teca, que 3 Las Relaciones (¡fográfitas fueron compuestas al finalizar !a década de 1570, época de
puede no corresponder a las pautas de conducta en las comunidades grandes ajustes en las comunidades rurales. En las décadas precedentes se había inlen-
campesinas ubicadas dentro o fuera del territorio tributario de los az- lado con cieno éxito el reasentamiento de los campesinos. Gerhard, en "Gongregacio-
tecas. Tal como éstos presentaban las cosas en la mayoría de los rela- nes de indios", pp. 347-395. ha sacado a luz nuevos documentos que hacen pensar que
tos, hay la tendencia a uniformar los principios morales prehispáni- estas congregaciones ejercían un efecto sobre las comunidades rurales más fuerte cíe lo
que con anterioridad se había imaginado. La más devastadora epidemia de la época
cos y el uso del alcohol de acuerdo con las reglas formales de un
colonial arrasaba el campo en ese periodo, y la legitimidad y las prerrogativas de la
Estado que ejercía un control restringido sobre la vida social en el noble/a hereditaria de la localidad se estaban desgastando, I.os indígenas nobles infor-
centro de México. mantes de estos leportes lamentaban ron frecuencia el "libertinaje" v la pereza de
Las Relaciones Geográficas también dependen en mucho de los infor- los plebeyos a costa del orden, y particularmente la declinación de las leyes suntuarias
madores indígenas de la nobleza. Son aún más limitadas porque fue- que favorecían a la nobleza. Esas opiniones acerca de los nobles indígenas se encuen-
tran en los siguientes informes sobre el centro de México y Oaxaca: Pápele* de .\ueva
ron compuestas más de cincuenta años después de la Conquista y
F.spaña IV, pp. 74. 80. 106, 141-142. 146, 186. 221. 244; VI, pp. 15. 29, 55. 57. 73, 76.
porque los informes que contienen no son comparables en todos los 124. 141, 185, 278, 294, 301. Benjamín Keen (p. 129) describe la nostalgia de un
sentidos. Transcurridas dos generaciones después de la Conquista, descendiente noble por la buena vida de ocio y gran consumo de antes de la Conquista.
los recuerdos de las complejidades de la vida real en la época prchispá- Desde el principio de la época colonial la nobleza continuó efectuando suntuosos ban-
nica se estaban desvaneciendo, en tanto que las reglas seguían vigen- quetes en secreto, para no despertar las sospechas de los macehnales, AG\ ii/n
30 L'\p. 9 ^Otuyiuco, Morelos, 1539).
tes, por lo menos en el recuerdo de los descendientes de los domina- 'AGN Inr/uñicióH 37 primera pane Exps. 6, 7, 8, 9; laquistcián 30 Exp. 9.
dores. Muchas crónicas mencionan los severos castigos que se impo- "• Gurí i a. p. 241: GoncaUes de Lima, pp. 113, I4(i. 22H; f.Wpv Mendoza > folio 7h-v;
nían por beber contra la ley en tiempos prehispánicos, pero son muy Rorentinf Codex, Libro 10, pp. 20, 37, 56; Chronictes of Michoacan, p. 160; PNE IV p. 31.
LA EMBRIAGUEZ LA EMBRIAGUEZ 53

respecto de Tecciztlán dice claramente la Relación Geográfica que la sogas, cargadores, sandalias y sarapes. Sus agudas espinas se usaban
gente no bebía pulque. En otros informes semejantes se dice que cier- como agujas.
tos grupos como los sacerdotes o los macehuales no bebían o que la El maguey requiere de ocho a diez años para llegar a la madurez
gente no "se embriagaba", pero no que la embriaguez fuera descono- (algo más en los lugares altos) y luego produce de sesenta a noventa
cida en la comunidad. 6 Otro posible ejemplo de abstinencia o de galones de aguamiel para elaborar el pulque, dentro de un período
embriaguez rigurosamente restringida se registra en la crónica de Ame- de unos cuantos meses.10 Para extraer el aguamiel se cortan las pen-
cameca de Chimalpahín. En 1476, después de la ejecución del prín- cas del tronco con un cuchillo afilado. Después se raspa el hueco para
cipe Cahualtzín por embriaguez incorregible, "nadie se embriagaba, recoger el aguamiel que se va acumulando. Dos veces al día, el tía-
a pesar de que estos antiguos eran muy adictos a la embriaguez chiquero recoge el aguamiel sorbiendo con un calabazo largo, con
durante sus ceremonias idólatras". una perforación en cada extremo. El aguamiel se deposita en grandes
La principal bebida alcohólica en todo el centro de México se ob- tinas de cuero o madera y se le agrega la semilla para que fermente.
tenía del maguey, una planta grande de la especie del agave o planta Después de estar fermentando durante varios días se obtiene el pulque,
del siglo, con pencas gruesas y carnosas. líquido blanco y espumoso con un contenido alcohólico de aproxima-
; Es una planta perenne extremadamente resistente a la sequía y a damente 4%. También se cocina el aguamiel para que tenga la con-
las heladas. Desempeñó un papel importante en la vida y en la reli- sistencia de la miel. Este extracto era objeto de comercio en el centro
gión de los naturales debido a sus múltiples usos, y se describe muy de México tanto antes como después de la Conquista. A fin de con-
detalladamente en muchas de las filiaciones Geográficas. Junto con el servar sus propiedades embriagantes se agregaban al pulque diversas
maíz, constituía la base de la vida campesina en la época prehispá- raíces y hierbas.
nica y en los primeros tiempos de la Colonia. El jugo fermentado que Una de las sustancias de origen claramente prehispánico que se
se saca de su tronco, el pulque, era la bebida alcohólica con la que se añadían al pulque era el cuapatle (corteza de la Acacia angustissima);
embriagaba ordinariamente la gente, pero este jugo rico en vitami- aunque la Corona había prohibido su uso en 1529, se le menciona
nas era un importante complemento de la alimentación, que se podía ramo un aditivo ordinario en diversas Relaciones Geográficas en el centio
tomar en lugar de agua en los meses del año en que no llovía y en las de México y en Oaxaca.11 Motolinía habla del cuapatle u ocpatli como '
sequías que ocurrían periódicamente.11 Se consideraba que era un la "medicina" o "curación" producida por la fermentación del pul-
medicamento muy adecuado, en especial bueno para la diarrea y las que. 12 En otras fuentes del siglo XV] se habla con mayor precisión de
enfermedades del estómago, y el mejor medio para suministrar raíces que la corteza "da fuerza" al pulque y no de que cause su fermenta-
y hierbas medicinales. 9 Las pencas espinosas del maguey se usaban ción." Henry Bruman, que estudió las zonas prehispánicas de embria-
como alimento, como combustible y como material para hacer te- guez en México, ha identificado el cuapatle como fuente de digitoxi-
chos. Se prensaba para producir pitia y fibra, con las que se tejían na, estimulante del corazón, lo que indudablemente determinaría
que fuera más enérgico el efecto de la droga en la bebida.14
* PNE VI, pp. 15.29,57. Arosta (pp. 297-98) tenía la impresión de que la embriague/ Tanto en el centro de México como en Oaxaca el pulque era la be-
general que observó hacia finales del siglo XVI cotí I ras (ufa ion el absnluio desumrx i- bida embriagante ritual de mayor importancia. Se creía que había
miemodel alcohol ames de la llegada de los europeos. sido inventada por los dioses y que su uso estaba destinado de prefe-
' fJlnmalpahín Cuauhikhuanitzin, p. 209. rencia al servicio de ellos. Una estrecha asociación entre el pulque
8 El pulque contiene vitamina B, proteínas y una gran cantidad de vitamina C. Des-
pués de las tortillas de maíz sip'ie siendo la más importante fuente de alimentación de
del maguey, la fertilidad y la agricultura en las religiones prehispá-
los indios oiomíes del Valle del Me/qiiiial en Hidalgo. R. K. Anderson rl a!., páginas
lo Toor, pp. 16-17. AGN Impresos ofitialrs 48 (Merfuna Volante núms. 8-10, 1772).
883-903.
LópCZ Auslin, pp. 125-321: (lronnle\ \íi(h<iatan. p. 136; Baéianuí Mantiscript, pp. "PNE IV pp. 13, 62, 171, 297, 318, IV pp. 17, 21, 112, 142, 179.
312,316,317,319; l-lo^nlm, Co<1,-\, Libro 11, p. 179; Gonc/alve/ de Lima, pp. 28, 30, l 'Suvk, p. 331.

I I I , 119; Carrasco, Oiomir\, p. 51; PNE IV pp. 44, 98, 124, 172, 181, 201, 247, 13 PNE IV pp. 13, 62; AGN Criminal 132 Exp. 18; AGN Ordenamos 9 folio 315.

300, 310. "Bruñían, "Aboriginal Drink Áreas", p. 239.


5-1 LA EMBRIAGUEZ LA EMBRIAGUEZ

nicas del centro de México nos sugiere la importancia de Mayahuel, bros de las comunidades pudieran atender sus magueyales.22 La Rela-
la diosa del pulque, que aparece en el Códice Vaticano A en forma de la ción Geográjica de Tepeapulco, ubicada en los llanos de Apam en la
madre tierra con cuatrocientos pechos y cuyo tocado en el Códice parte sureste de Hidalgo, hace un comentario acerca de la cantidad
Borgta mixteco parece relacionarla con Tláloc, dios de la lluvia y tan grande de estas plantas (magueyes) que hay en la provincia, lo
punto focal de la religión campesina. 15 La asociación del pulque con que viene a repetir la observación de Bernal Díaz del Castillo de que
la divinidad femenina se repite en la época colonial con la Virgen de había muy grandes /.onas de maguey en la región central de México
Guadalupe, que lúe proclamada como la madre del maguey, y con la en la época de la Conquista. 23 La iglesia de Tepeapulco, construida
Virgen de los Remedios, cuya imagen encontró un cacique cristiano entre los años 1530 y 1540, utiliza mucho el maguey como motivo
dibujada en una penca de maguey."' decorativo en las columnas talladas y en las pinturas, lo que cons-
Los informes que existen acerca de las grandes extensiones de te- tituye prueba evidente de la importancia que tenía para la gente de
rreno destinadas al cultivo del maguey y de los muy considerables la localidad al comenzar el siglo xvi y el enfoque sincrético de los pri-
impuestos que se cobraban, y que generalmente indican el comercio mitivos misioneros hacia la conversión religiosa, 24
del pulque, hacen pensar en que la bebida alcanzaba un nivel muy La posición de Cuauhtitlán en la producción prehispánica de pul-
alto en la época de la Conquista. 17 El cultivo del maguey y la pro- que en el Valle de México se muestra por su manufactura de "tazo-
ducción de pulque se concentraban en los distritos de Cuauhtitlán, nes toltecas de pulque" y de grandes vasijas para transportar lí-
Aparn y Tula; y al noreste de la ciudad de México en los actuales quidos. 25
estados de México e Hidalgo, que entonces eran igualmente el centro La restricción de la embriaguez por parte de los naturales nobles o
de una industria en expansión durante la época colonial. IB Las leyen- por lo menos la reglamentación de la embriaguez en público parece
das acerca del origen del pulque indican que la fermentación del haber sido lo que disponía la ley, aunque no necesariamente lo que
jugo del maguey se practicaba ya varios siglos antes de la llegada de en realidad se hacía en las provincias tributarias de la Triple Alianza
los europeos entre los indios otomíes de Hidalgo. 19 El Códice Mendo- y en Oaxaca.2h La embriaguez periódica como rito estaba limitada a
cino señala que nueve poblaciones de los estados de México y de la nobleza e iba acompañada de enérgicos castigos, muerte, azotes, o
Hidalgo producían miel de maguey como tributo para el señorío de humillación en público para los plebeyos que se embriagaban (ex-
Tenochtitlán en los tiempos de la Conquista; 20 Otra comunidad, ceptuándose a los viejos y a los enfermos), así romo para los nobles
Aoxocopán, y dos pueblos vecinos entregaban cada año como tributo que eran ebrios consuetudinarios, lo cual se demuestra por diversas
alrededor de 62 500 litros de pulque. 21 Las Relaciones Geográficas pro- Relacione* Geográficas, por el Códice Mendodno, por el proceso de Ocuy-
porcionan igualmente pruebas de la producción con anterioridad a tuco y por un primer juicio civil promovido contra el cacique de Tla-
los españoles. El informe de Athalaquia, que cubre una parte del dis- colula (Oaxaca). 27 Los severos castigos a los plebeyos que se embria-
trito de Tula en la región sur del estado de Hidalgo, menciona que la '-' PNE VI p. 202.
población prehispánica se había diseminado a fin de que los miem- « PNE VI p. 300: Día/ del Castillo, p. 413.
"Reyes Valerio, pp. 13-18.
'''Gonc-alves de Lima, pp. 27, 142, 146. -s Rcndón dice que en el peí iodo posi hísico de los siglos XIV y XV CuüuhlJtlán y
'" Octavio Paz en el prelacio a la olira de Jacques La Faye, p. xix; La Faye, p. 244. Metepec fabricaban recipientes en f oí ni a dejan o de pulque loltecas. p. 253. De acuer-
" Guerra, pp. 245 256: Goncalves de Lima, p. 170: Carrasco, Otumies. p. 71; Barlow, do con Barlow, "Códice", la i n d u s t r i a de la alfarería se inició en Cuauhtitlán a media-
dos pp.
"Códice", pp, 5-8; Bernal, p. 5; Ctuli-\ lolio 27; Rcndón, p. 253; AG_\3 Mxp. 297, folios 266v-267r; PXF, VI del siglo
202, xiv
213, La edición
300. :i09. de Barlow del códice de los alfareros de 1564 nos propor-
ciona pruebas de que los jarros de pulque se fabricaban en Cuauhtillán a principios de
" Gibson. Aitro,. p. 318: PNE IV pp. 13. 7ti, 103. 112. H9, 171, 209, 297, 318, VI la época colonial.
pp. 2, 3, 10, 16, 19, 21, 26, 31, 37, 172, 181, 201, 202, 218, 225, 227, 236, 247, 261, 278, : "P\ IV p. 244 (Guatulco), VI pp. 15. 29 ^Ueipuchtla). 57 (Coatepec), 90 (Ichca-

287, 300, 301, 309, 310. teopan), 107 (Ostuma); AGN Civil 822, folios 220-23 (Tlacoluia); Codex Vindobonensis
"Martín del Campo, pp. 12-16. (Oaxara ocddemali: Burgoa, U. p. 125 (Milla); Pnce. p. 19,
Coilrx M'inliiía, lolio 27r; Gonc,alves de Lima, p. 170. 27 Codex Mendoza, folio 7ir-v; PNE VI Pp. 15, 29, 57, 90, 91, 111, 277; AGN Civil 822,

21 Guerra, pp. 245-246. folios 220-23; AGN Inquisición 30 Exp. 9.


56 LA EMBRIAGUEZ LA EMBRIAGUEZ 57

gabán y los permisos especiales para beber que se concedían a los giosas en honor de ídolos paganos, acompañadas de embriaguez
militares, son sin embargo evidentes, sobre todo en el centro del reino popular y baile.33 Fray Jacinto de la Serna, cura párroco del Valle de
azteca y cerca del Valle de México.28 El único ejemplo claro de pena Toluca (México), hacía la descripción de dieciséis fiestas móviles, en
capital por embriaguez en otras zonas fuera de esta región fue su varias de las cuales se incluía la embriaguez popular. 34 La embria-
aplicación a los sacerdotes de Malinaltepec (en el sureste de Guerre- guez popular se producía al levantarse las cosechas y en las ceremo-
ro) que tenían prohibido beber durante sus siete años de servicios.2* nias relacionadas con la lluvia, en los nacimientos, matrimonios,
La idea de que sólo a los viejos y a los enfermos se les permitía beber entierros y en los ritos guerreros de iniciación, así como en las fiestas
con regularidad parece originada en el Códice Mendodno, primitivo dedicadas a los dioses particulares. 35 Las festividades acompañadas
manuscrito pictórico de la Colonia, en el que se consignan las "leyes de ambriaguez eran algo que se prolongaba mucho, pues duraban
de los señores de México", que provienen igualmente de la capital muchos días. En estas ocasiones rituales algunas veces se arrojaba
azteca. Otras fuentes de información más recientes, tales como Zori- pulque sobre las llamas como ofrenda a los dioses, y al mismo tiempo
ta, Mendieta, Keen, Wolf y Guerra, no proporcionan pruebas de que era ingerido por los fieles.
esta regla se aplicara fuera del reino azteca, y parece que se apoyan No debe sorprendernos que encontremos con anterioridad a la
en el Códice Mendodno.30 conquista diversas pautas de embriaguez. Las que quedan demostra-
La embriaguez grupal del pueblo en los poblados prehispánicos das documentalmeníe se dividen, no obstante, en dos tipos principa-
puede no haber sido excepcional. Existen pruebas de embriaguez ge- les: la embriaguez exclusiva de la nobleza, imponiéndose severas san-
neral y de leves sanciones por la violación de normas relacionadas con ciones a los infractores; y la embriaguez popular en las ocasiones
la bebida por lo menos en cinco comunidades de Oaxaca, y tal vez rituales con castigos más leves para las violaciones. Estos dos lipos se
igualmente en el estado de México, en la periferia del dominio de los ajustan a una división general por regiones. Las pautas ideales de
aztecas.31 Los ejemplos que aparecen en las Relaciones Geográficas y en la bebida suntuaria por parte de la nobleza con estrictas disposicio-
los primeros procesos de la Inquisición hacen pensar en que las pau- nes contra la embriaguez, ocurren generalmente en las comunidades
tas más comunes de embriaguez colectiva para los hombres y las sometidas por los grandes señores, particularmente las que estaban
mujeres en Mesoamérica se limitaban a las ocasiones rituales de la dentro o cerca del Valle de México, bajo control administrativo di-
comunidad, asociadas con los dioses principales, con el calendario recto de la Triple Alianza. Las ceremonias rituales religiosas acom-
agrícola y con los puntos de referencia en el ciclo vital de los natu- pañadas de la bebida en esta región parecen haber estado restringi-
rales nobles: una vez al año en el caso de Meztitlán (Hidalgo), dos das a un grupo selecto de nobles, o por lo menos el empleo ritual de la
veces al año en Ucila (Oaxaca), cuatro veces al año en Chinantla bebida estaba sujeto a la decisión de la nobleza.36 De las comunida-
(Oaxaca), y con mayor frecuencia —cada veinte días— en Teotitlán
del Camino (Oaxaca) y Acolman (México). 32 Aunque no son muy "PNE IV pp. 95-96, 101, 104, 145, 149, 1 5 1 , 166; Gaso, p. 188.
claras acerca de la frecuencia de la embriaguez colectiva, ocho Reía- 34 Serna, pp. 172-74. Roys describe otros ejemplos, pp. 28-29, y Chronides oj Mütioa-
dones Geográficas del obispado de Oaxaca describen festividades reli- can, p. 136.
í5 El mejor ejemplo proviene de Yanhuitlán, Oaxaca (1544) en donde la embriaguez

M PNE VI pp. 15, 29, 57, 90, 91, 146, 278; Codex Mendoza, folio 71r-v; Keen, pp. 101, formaba parte de los ritos de la cosecha y de las ceremonias para hacer que lloviera, en
121; Zorita, pp. 131-32. AGN Inquisición 37 Exp. 8. Para los matrimonios véase PNE IV p. 198, VI pp. 9, 139;
Z »PNE IV. pp. 166-6?. AGN Inquisición 37 primera parte Exp. 9 folio 18v; Clavijero, p. 196, (.'wlrx Mendoza,
>0 Zorita, pp. 123, 131; Keen. pp. 101, 111. 121: Wolf,\Som, p. 66; Guerra, pp. 245- folio 6lr; Zorita, p. 132. Para los entierros véase PNE VI p. 96; AGN Inquisición 37
46; Codex Mendota, folio 71r-v. primera parle Exp. 9, folio 18v; Gonralves de Lima, p. 180. Para las ceremonias de los
31 PNE IV p. 91 ("Iodos en general bevian un brevaje en lugar de vino ron que se nacimientos véase PNE IV pp. 95-96, VI p. 146; Gon<;alves de Lima, p. 170. Para los
embriagavan, que sarán de un árbol o yerva que se di/e maguey o metí lo qual al ritos de guerra véase PNE IV p. 79.
presente no an dexado ni se les puede quitar"), 145, 186, 261, 265; Guerra, p. 261; » AGN Inquisición 30 Exp. 9. Cu>i/822; PNE VI pp. 146-47 IV p. 244; Guerra, p. 246;
Serna, p. 174. Gon^alvez de Lima. p. 177; Btirgoa, II, p. 125; Bunzel. "Chichicasienango", p. 73;
3 2 DII 4 p. 537; PNE IV pp. 48, 61, 217, VI p. 215. Keen, pp. 27, 129.
58 LA EMBRIAGUEZ LA EMBRIAGUEZ r>9

des a las que se refieren las Relaciones Geográficas, la embriaguez en niales de embriaguez. Es posible discernir diversas clases de cambios
masa era más común fuera de las zonas sujetas al control de una élite acudiendo a fuentes independientes, pero no es fácil determinar con
guerrera firmemente apoyada y quizá corresponde a una vieja pauta anterioridad al siglo xvín la escala de la nueva conducta social,
del centro de México que los aztecas estaban tratando de suprimir cuándo y dónde era representativa. Además, la documentación es
por medio de la asociación con los ritos que aseguraban la inviola- mucho más abundante respecto del centro de México, particular-
bilidad de la comunidad local. Oaxaca proporciona una cantidad de mente en los alrededores de la capital del virreinato en la ciudad de
demostraciones notablemente mayor que el centro de México sobre México, que de otras regiones. Esta concentración de comprobacio-
la embriaguez popular en los tiempos de la Conquista. Dentro de la nes presenta problemas de comparación entre las diversas regiones y
región central de México, la embriaguez popul'ar era aparentemente tiende a crear un prejuicio de la metrópoli en los comentarios de los
más común en las localidades independientes o bien en las que paga- españoles sobre la embriaguez de los indios en general.39 De todas
ban tributos a la Triple Alianza, pero que no estaban bajo el gobier- maneraá, existe suficiente información acerca de las prácticas de la
no de Tenochtitlán, como Meztitlán (Hidalgo) o Totolapa y Acol- bebida a principios de la época colonial para poder dar respuesta a
man (México).17 tres preguntas generales: ¿Estaba más generalizada la embriaguez en
En estas localidades, los ritos religiosos y la embriaguez periódica la región central de México y en Oaxaca después de la Conquista?
eran las características sobresalientes. Los ritos (expresión simbólica ¿Persistía la embriaguez ritual, social y religiosa? ¿Contribuyó el in-
y formal de los valores, actitudes y expectativas) dejaban penetrar el cremento de la embriaguez a generar una conducta socÍa.1 destructiva?
consumo del alcohol al mismo tiempo que éste, junto con una visión Como no se ha dado respuesta a la pregunta de hasta qué gradó se
de la insignificancia humana frente a la personificación de la natura- consumía el pulque con anterioridad a la Conquista, resulta difícil
leza; invadían la vida prehispánica en general. Incluso los aztecas, hacer una estimación de la magnitud de su incremento en el siglo xvi.
que intentaban establecer estrictos controles suntuarios sobre la bebi- Sin embargo, el pulque, el vino y el aguardiente de los españoles
da, no eran antiguos prohibicionistas y no consideraban los efectos notoriamente se-consumían en cantidades impresionantes, y las bebi-
físicos del alcohol de una manera uniformemente negativa. Sahagún das alcohólicas se estaban convirtiendo indudablemente en un im-
dice que los aztecas llamaban al pulque centzonttoloc/iili, o sea "cuatro- portante producto comercial tanto para los mercaderes españoles
cientos conejos", por la infinita variedad de efectos que produce en la como para los campesinos indios.
conducta de los que lo beben.18 El pulque, por tanto, ya era una be- Una de las pruebas de que se dispone acerca del incremento de
bida importante desde antes de la Conquista en las regiones a las que la embriaguez en el siglo \\'l se encuentra en los inibrmes sobre la
nos referimos: no realmente una bebida prohibida, sino un líquido embriaguez de los macehuales en las comunidades del centro de
poderoso y casi sagrado, que tenía efectos imprevisibles y en general México, en donde sólo a los 'nobles se les permitía beber antes de
estaba bajo control de las reglas relativas a su uso ritual y periódico. la Conquista.4* Esta característica concuerda con el análisis general
de las leyes suntuarias que reservaban para el consumo de la nobleza
ciertos alimentos como carne y cacao, así como ciertos tipos de ves-
El. CO.NSIMO DKL ALCOHOL A PRINCIPIOS I)K LA COLONIA
timentas. Los intentos de los alcaldes mayores e informadores nobles
La embriaguez de los indios con posterioridad a la Conquista espa- que se encuentran en las Relaciones Geográficas para explicar la re-
ñola fue mencionada cuando menos de paso por la mayoría de los ducción de la población indígena con mucha frecuencia giran alrede-
cronistas primeros de la Colonia. A pesar de este conjunto de comen- dor de las nuevas costumbres relacionadas con la comida, la bebida y
tarios, resulta difícil presentar, de una manera consistente y en deta-
lle en cuanto a tiempo y lugar, la transición hacia las pautas colo- <CI Por ejemplo, el edicto de Luis de Yelast'o hijo contra el uso inmoderado drl pulque,

de 1(> de agosto de 1608, csialia apoyado en sus observaruines acerca di- la embriaguez
' T D I I 4 pj). 5:i7, M.'t; PXL VI pp. 215-18. IV p. I K en la ciudad de México, AGN Indios 17 Exp, I, lolio IV.
18 Martin del Campo, p. 15. « P N K IV, p. 221. VI pp. 111, Hfi, 179. lK r >. 22-1.227, 255: Burgoa. II. p. 12.r..
60 LA EMBRIAGUEZ LA EMBRIAGUEZ 61

el vestido.41 Como constituyen una glosa de las enfermedades y de las que compraba pulque en otras poblaciones.45 Otras muchas poblaciones
condiciones de trabajo, estas fuentes obviamente no son un relato de Oaxaca y del centro de México que se mencionan en las Relaciones
equilibrado de las causas de la reducción de población, pero sí son Geográficas cultivaban maguey para consumo de la localidad. 46
feacciones ante la espectacular declinación, y percepciones de otros La comercialización de la producción campesina en los,siglos xvi y
tipos de cambios posteriores a la Conquista. Los escasos informes qjie xvn se comprueba documentalmente por medio de las numerosas
existen sobre la embriaguez de mujeres y niños y sobre la embriaguez peticiones formuladas por los productores individuales para obtener
crónica de alguna comunidad nos hacen pensar igualmente que se es- permisos de venta de pulque en la ciudad de México o en otros cen-
taba incrementando el grupo de los consumidores de alcohol dentro tros comerciales ubicados dentro del Valle de México o en sus proxi-
de la población. 42 La producción de pulque para consumo domés- midades.47 Estas solicitudes se inician a fines de la década de 1580,
tico, una práctica común en el siglo XYIII, probablemente se desarrolló cuando los virreyes y las audiencias estaban siendo requeridos por la
desde los principios de la época colonial en que los nobles estaban Corona para que ejercieran severo control tanto respecto del comercio
resultando incapaces para imponer el cumplimiento de las disposi- de bebidas alcohólicas como de la inquietud social en los pueblos y
ciones suntuarias. ciudades de la Nueva España. Las solicitudes se concedían con una
Otros signos tangibles del incremento de la embriaguez y del cam- regularidad pro forma hasta que ocurrió la revuelta de la ciudad de
bio de las actitudes hacia las bebidas alcohólicas se encuentran en el México de 1692. El comercio de bebidas alcohólicas fue alentado
aumento de la producción de pulque para la venta y en el estableci- decididamente por el gobierno colonial y por los concejales en el si- ,
miento de pulquerías y mesones en el campo.' Así como Cuauhtitlán glo xvn, puesto que los impuestos sobre las bebidas alcohólicas y espe-
parece haber sido el mayor proveedor de pulque de la zona norte del cialmente sobre el pulque habían venido a ser una muy importante
Valle de México en los tiempos prehispánicos, se decía que otras co- fuente de ingresos para la realización de obras públicas. 48 En una
munidades septentrionales próximas a la ciudad de México se habían solicitud de 1629 se afirmaba que muchos poblados próximos a la
dedicado activamente a la industria del maguey en el siglo xvi: Te- ciudad de México dependían, para vivir, de la venta de pulque. 49
quisquiac, Tecama, Acofman, Chiconauhtla, Ecatepec, Xaltocan, Para vender pulque en la ciudad de México los solicitantes debían
Teotihuacán, Tepexpam y Tequicistlán. 43 En las Relaciones Geográfi- vivir a una distancia no mayor de cinco leguas de la ciudad, dispo- / bfS'
cas del arzobispado de México se mencionan dieciocho poblaciones sición que tenía el propósito de impedir que el jugo fermentado del
dedicadas especialmente al maguey y a la venta de pulque y miel de maguey se estropeara antes de llegar al mercado, ya que sin el em-
maguey. 44 Todas estas poblaciones se encuentran ubicadas en los ac-
tuales Estados de México e Hidalgo, que son el núcleo del cultivo 43 PNE IV Pp. 103, 171.
4 6 PNE IV pp. 13, 76, 121, 149, 209, 297, VI pp. 10, 21, 236, 247, 278.
prehispánico del maguey, y están todas dentro de una distancia de Í 7 AGN Indio.'. 4 Exp. 145 (1589), 10 Exps. 28, 40, 137 (1628), 11 Exps. 108, 170
120 kilómetros de la ciudad de México. Es menos evidente la produc- (1639), 13 Exps. 103, 224, 325, 329 (1641), 15 Exps. 129 (1649), 16 Exp. 135 (1651), 17
ción comercial de pulque por los poblados de Oaxaca, aunque uno Exp. 2 (1654), 18 Exps. 12, 116 (1655), 19 Exps. 20, 49 (1660), 20 Exps. 61, 63, 139
de los productores era Macuilxóchitl en el Valle de Oaxaca de acuer- (1656), 21 Exps. 162, 253 (1657), 23 Exps. 154, 287, 298, 314 (1658), 24 Exps. 117, 224,
do con un informe de 1576; y Malinaltepec, que antiguamente se encon- 232, 234, 240(1667), 25 Exps. 159, 189 (1676), 27 Exp. 160 (1681), 29 Exps. 131, 179,
30 Exps. 193, 379, 422 (1689). El abastecimiento de pulque no estaba reglamentado a
traba en el obispado de Oaxaca y hoy en el Estado de Guerrero, se dice
principios del siglo \\'l.
1S La revuelta de 1692 determinó un cambio temporal de política, AGN /H//IH.I 3 Exp.
'""Sobre la bebida: PNE IV pp. 179, 244, Vi pp. 16,.29, 227. Sobre la comida y el 967; fiñturia 573 folios 1-53 [junio 3, 1697); Paynó, pp. 487-88. Una manera aproxi-
vesiido: PNE IV PP. 91, 106, 118, 14L, 179,240,244, VI pp., 90, 1 ] ] , 135, 1 4 1 , 2 1 7 , mada de medir las ventas que aumentaban cada vez más en la ciudad es el valor del
224, 227, 244, 259, 278, 318. contrato (asiento) de recaudación del impuesto sobre el pulque después de que se
42 Steck, p. 96; PNE IV p. 171, VI pp. 147, 179, 224, 255, AGN Ordmanaas 3 folio 5r. inició esle sistema en 1668- Et primer asiento esluvo valuado en 66 000 pesos por año;
41Gibson, Aura,, pp. 318. para 1674 s<- habla i-levado a 92 000 pesos, Paynó, p. 506; AGN Civil 2285 Exp. 8;
"PNEJVI, pp. 2. 16. 1 9 , 2 6 . 3 1 , 3 7 . 172. 181,201.218.225.227,236.261,287.300.301, Reales Cédulas 10 Exp. 113; Mercedes 60 folios 120v-122r.
307, 310. «AGN hdi<u 10 Exp. 111.
62 LA EMBRIAGUEZ LA EMBRIAGUEZ 63

pleo de sustancias conservadoras o refrigeración se echa a perder el La proximidad a la ciudad de México era vital para la comercia-
pulque en menos de una semana., Los productores que abastecían los lización y el fuerte consumo del pulque.fLa ciudad no era solamente
mercados de las cercanías como Xochimilco y Pachuca también un enorme mercado para el pulque que producían los habitantes de
tenían que vivir dentro de un radio de cinco leguas del mercado. Esto los poblados cercanos, sino que también era el lugar favorito de los
fomentó aún más la economía especializada de ciertas comunidades campesinos para embriagarse.; Los indios que vivían en las cuatro zo-
como Cuauhtitlán y Apam, que por tradición se habían orientado nas residenciales de la ciudad de México eran bien conocidos como
hacia el maguey. La comercialización del pulque y del mezcal no se bebedores.54 Un monje franciscano que vivía en el santuario de Chu-
encuentra bien comprobada documentalmente en Oaxaca con ante- rubusco (antiguamente comunidad culhua y una zona rural en la
rioridad al siglo xviii y en todo caso dentro de una escala mucho más parte sur del Valle de México, que en la actualidad forma parte
modesta que en las proximidades de la ciudad de México.50 Con an- de la ciudad) decía a finales del siglo XVll que —en los pueblos
terioridad a la prohibición de producir pulque de 1692, parece haber cercanos al santuario, cientos de hombres estaban constantemente
existido algún comercio de esta bebida en los mercados regionales ebrios—. 55 iLos comerciantes de pulque de ambos sexos pasaban en la
que se abrían un día de cada semana y a lo largo de los principales ciudad temporadas más largas que en los demás centros rurales de
caminos rurales de Oaxaca, y cierta producción en los pueblos cerca- México.lLos comerciantes de poblaciones pulqueras como Cuauhti-
nos para su venta en Antequera. 51 Existen solicitudes de permisos tlán y Teotihuacán estaban más dispuestos a establecer en la ciudad
para vender pulque de los indios de la Mixteca Alta, pero el pano- de México su residencia temporal o permanente que a continuar con
rama general es de una menor comercialización de las bebidas em- sus negocios en el campo.5IÍ Para ellos, así como/para los que venían a
briagantes en Oaxaca con anterioridad al siglo xvm la ciudad a vender flores, forraje, leña y verduras o para entablar
En el siglo xvi se establecieron mesones y pulquerías en los pueblos pleitos ante los tribunales de la Colonia, la ciudad era un lugar apro-
situados sobre las principales carreteras de la Colonia.52 En esos esta- piado para tomar un descanso, una isla temporal de libertad perso-
blecimientos se surtía de vino y pulque a los viajeros sedientos expo- nal en donde no regían las disposiciones de los pueblos sobre la bebi-
niendo así a los habitantes de la localidad y a los viajeros que iban de da y el respeto social.¿JA fines del siglo xvm. hasta 2 000 indios no
paso a que contrajeran nuevas costumbres relacionadas con la bebi- residrnlrs entraban diariamente a la ciudad para realizar sus negocios
da; y se fomentaba el comercio al menudeoJEstos mesones y pulque- \i de los placeres de la metrópoli.'\La plazuela del Voladoi era
rías situados a la orilla del camino eran administrados generalmente el lugar favorito de reunión de los campesinos indígenas, muchos de
por funcionarios del pueblo que habían obtenido el permiso del rey; los nuiles se embriagaban hasta perder el sentido y [jasaban la noche
eran empresas establecidas con el propósito de producir ingresos para tirados en las calles. 59 La violencia sobre las personas va impresionan-
las arcas de la comunidad así como para el tesoro real. Había el peli- temente ligada a la embriaguez de los indios en los principios de la
gro de que estos mesones fueran alquilados o vendidos a extraños ciudad de México.JDespués del motín de 1692, el cura párroco de dos
poco escrupulosos y que ya no pudieran quedar sujetos al gobierno sectores indígenas de la ciudad informó que durante el largo tiempo
de los funcionarios de la localidad.53 Cuando esto ocurría, los meso- en que la parroquia había estado a su cargóse había acostumbrado a
neros ya no sólo se dedicaban a hacer negocio con los viajeros, sino encontrar cuarenta o más indios ebrios y gravemente heridos en la
que igualmente surtían a los habitantes de los poblados, haciendo así
que bebieran diariamente en mayor cantidad. 54 BNM 1358, folio 45v; AGN Orinante* 2, folio 208v.
'"Véanse las pp. 75-82. "Medina, "Tratado".
46 AGN Indios 19 Exp. 239 (1660).
" AGX Tiena* 2956 Kxp. 18-1 ¡1706), India* 12 segunda parte Exp. 134 (1640), 19
57 Informe al virrey del Canónigo Lope Cornejo de Contreras, 4 de julio de 1692, en
Exp. 125 (1653), 17 Exp. 316 (1654), 65 Exp. 189 (1776), 25 Exp. 73 (1675), 25 Exp.
300 (1678), 25 Exp. 356 (1678). AGÍ Au'Keniia tle Méxiio 333.
'• CLX'li ()a\a¡a, rollo 1. Yaiilimilán. T> tic li'liirrn <!<• l , " ) / l . 58 AGN Policía 19, folios 116r-119r.

"Por ejemplo, AGN Indios 9 Exp. 108 (1618); los indios de Jalapa alquilaban su "AGN General de Parle 21 Exp. 165 (1715). Esto era igualmente cierto en el siglo
mesón a un español. xvm. AGN Policía 19, folios 116r-119r.
64 LA EMBRIAGUEZ LA EMBRIAGUEZ 6f>

sala de curaciones del hospital para indios casi todas las noches.60 siglo xvin. Al momento de morir en la década de 1760, Sánchez era
Desde la década de 1580 el gobierno colonial comenzó a ensayar dueño de sesenta predios de tierra labrantía con 10 000 magueyes,
diversos sistemas de control del consumo de bebidas alcohólicas en la cuatro casas en Tilcajete, una casa y una pulquería en Antequera,
- ciudad. En 1579, 1585 y 1586 se dispuso que la venta de vino, pul- una hacienda con 700 cabezas de ganado y ovejas, y gran cantidad
_M\ 1 q ue y mje¡ ¿e maguey se restringiera a unos cuantos lugares determi- de efectos personales.64
11%I,\61 iLa venta de vinos y aguardiente españoles importados en los pue-
En 1608 el virrey, como reacción a los particulares excesos de blos de campesinos, es probablemente uno de los cambios que más
la ciudad de México, ordenó que sólo a una mujer respetable de edad trastornaron las costumbres relacionadas con la bebida en el si-
avanzada por cada cien indios se le concediera permiso para ven- glo xvijComo era una nueva bebida que compraban los pobladores,
der pulque (con excepción de las poblaciones pulqueras). 6 * [Otras o que se les obligaba a comprar, en lugar de la que ellos producían,
leyes posteriores de 1635 y 1639, ante el comercio clandestino y los era menos probable que el nuevo vino español estuviera tan íntima-
problemas no resueltos de la reglamentación de los vendedores, dis- mente asociado como el pulque a los ritos de la comunidad.65!Los merca-
pusieron que el pulque blanco (no adulterado) podría entrar a la ciu- deres ambulantes habían descubierto que era muy lucrativa la venta
dad sólo durante el día y que únicamente dos mujeres indígenas ten- de vino, y a veces era hasta un medio para manipular a los indígenas
drían permiso para cada una de las cuatro zonas residenciales de la ebrios para que vendieran sus propiedades a precios de ganga.6?La
ciudad de México y tan sólo una mujer para cada pueblo que estu- documentación relacionada con la venta de vino español en los pue-
viera dentro de un radio de cinco leguas de la ciudadj La orden de blos de Oaxaca y el centro de México se concentra a fines del si-
1639 evoca un cuadro de 250 pulquerías que comerciaban sin permi- glo xvi y principios del siglo xvn, que fue cuando la Corona trató de
so en la ciudad de México, rodeada cada una de "un ejército de in- controlar el comercio, primero en 1572, median te el otorgamiento de
dios desde la salida del sol hasta el oscurecer".63 Estos esfuerzos para permisos a los vendedores y, jdespués, por medio de las leyes que pro-
establecer el orden y el control de la venta de pulque tienen que hibían la venta de vino español a los indios, expedidas en 1594, 1637
haber sido especialmente ineficaces después de 1629, en que los go- y 1640.67 A pesar de la prohibición, este lucrativo comercio que se
biernos municipales y virreinales que sólo pensaban en los ingresos inició cuando apenas empezaba la época colonial, atrajo a los obispos
por concepto de impuestos que obtendrían por la venta de pulque, y a los empresarios laicos por la posibilidad de obtener ganancias
fomentaron y protegieron el comercio de este producto por parte de rápidamente, y continuó ya bien entrado el siglo xvirffi En el centro
los campesinos. La importancia estratégica de la ciudad de México de México, el problema del vino era aparentemente más grave en el
en las pautas de producción y consumo de alcohol por los campesi- pueblo indígena de Cholula. En 1572 se prohibió a los españoles que
nos se hizo aún más evidente en el siglo xviii, como lo fue también en lo vendieran allí sin permiso; sin embargo, en 1614 seguían funcio-
las bebidas producidas por destilación y otras preparaciones poste- nando clandestinamente treinta y seis vinaterías de propiedad priva-
riores a la Conquista. da. 69 Los vendedores de vino realizaban sus actividades en la altiplani-
La comercialización del pulque contribuyó a la estratificación so-
I "AEO Juzgados legajos de 1767-1770, 1805, 1807. El indio Rafael Romero, rico
I cial dentro de las comunidades, a medida que los empresarios cam- comerciante de pulque de La Milpa (jurisdicción de Xochimilco), se quejaba de la
pesinos acumulaban una fortuna personal por la explotación a gran envidia y el odio que sus vecinos sentían por él'a causa del éxito que había logrado,
escala de las tierras destinadas al cultivo del maguey. Juan Luis Sán- AGN Criminal 138 Exp. 13 (1785).
chez, indio de San Martín Tilcajete, que producía pulque para su 65 BNMa MS 6743 Exp. 8 (1662) Tlalixtac (Valle de Oaxaca): ejemplo de un alcalde
mayor que obligaba a los indios a comprar vino importado.
venta en Antequera, es un sorprendente ejemplo de Oaxaca en el
66 CDCh Oaxata, rollo 1, 26 de mayo de 1568; Zavala, Fuentes III, p. 42 (1587).
67 AGN Ordenanzas \. 80; Recopilación 6-1-36; AGN Indios 6 primera parte Exp.
BI) BNM 1358, folio 147v. Otro ejemplo en AGN Criminal 670 Exp. 2.
61 AGN Ordenanza*, folios 87v-89r, 2 folio 294, 4 folios 85r-86r. 334, General de Parte 5 Exp. 51.
68 Epistolario 15 Doc. 867.
62 AGN Indios 17 Exp. 1; Ordenanza* 2 folio 208v.
69 AGN Ordenanzas 2 folio 303v, 3 folio 5r.
"AGN Indios 17 Exp. 1.
66 LA EMBRIAGUEZ
LA EMBRIAGUEZ fi?
cié, en los valles del centro y en las zonas costeras de Oaxaca al finali-
una forma de culto en la que se medía la devoción por el grado de
zar el siglo xvi, pero parece que encontraron los mejores mercados
embriaguez. Algunas de las primitivas narraciones españolas se refie-
rurales cerca de la costa, donde se dice en varías Relaciones Geográficas
ren implícitamente a los festines rituales más que a la embriaguez
que los indígenas de Ocelotepec, de Cuahuitlán y de Miahuatlán se
diaria al hacer la condenación de las "orgías de ebrios".74 Los esfuer-
habían aficionado a la nueva bebida.70 Se contaba que los hombres
zos de los campesinos para impedir que Jos extraños vendieran pul-
de Ocelotepec gastaban en vino todo el oro que tenían. Uno de los
que y vino en sus comunidades pueden también representar un in-
informadores de Tlalixtac, del Valle de Oaxaca, afirmaba que tra-
tento para conservar las disposiciones locales relativas al consumo
tándose de vino español, un solo indio podía tomar más que veinte
ritual. 75 En algunos casos los ritos primitivos de la Colonia seguían las
españoles.71
prácticas religiosas prehispánicas en que los naturales nobles cedían a
El otro aspecto del tema relacionado con el mercado del vino se
la tentación de tomar parte en las festividades de ebrios: bebían el
encuentra en que ciertos pueblos de indios, tratando de protegerse
"agua celestial" (pulque) en honor del poderoso dios Tezcatlipoca o
contra el costo económico y social de las nuevas bebidas, denunciaban
de las estrellas, para afirmar los lazos políticos con los señores de
ante el virrey a los agresivos comerciantes y pedían que se cumpliera
otras comunidades. En estas festividades se ofrecía el pulque a los
con las prohibiciones. Esto fue particularmente cierto respecto de la
dioses y con él se rociaba el fuego. 7Í Las festividades con embriaguez
Mixiera Alta después de 1605, de Ixmiquilpan (Hidalgo) en 1617; en
que duraban varios días siguieron efectuándose en ocasión de los
Pungarabato (Guerrero) en 1590 y en la ciudad de Tlaxcaia de 1602
matrimonios y de las íiestas anuales durante toda la época colonial.77
a 1616.72 El comercio de vino se encontraba igualmente limitado por
Ya se les considere como un indicio de conciliación entre dos prin-
el hecho de que el importado resultaba demasiado caro para su dis-
cipios opuestos o como una burla encubierta a la nueva religión,
tribución en gran escala y durante largo tiempo entre los campe-
estos ritos tradicionales relacionados con la embriaguez se practica-
sinos.73
ban algunas veces de acuerdo con el calendario cristiano. Los nobles
Una característica importante de la embriaguez durante la Colo-
de Ocuytuco, por ejemplo, bebían en honor de las estrellas los do-
nia se encuentra en la permanencia de las festividades rituales como
mingos en la noche, y los nobles de Miahuatlán celebraban su fiesta
W PNE IV pp. 131, 142, 158. anual el día de San Andrés.78
"PNE IV p. 179. Los cambios más notables en la embriaguez ritual de los principios
72 Desde antes de que finalizara el siglo XVI se habían introducido a México unos
de la época colonial consistían, sin embargo, en una participación
alambiques muy sencillos para la destilación de aguardientes. La producción y distri-
bución de bebidas destiladas en los inicios de la época colonial es una faceta impor- cada vez mayor de los macehuales y en un énfasis en la celebración
tante pero insuficientemente comprobada de la historia social del alcohol. Las fuentes de ritos con un sentido secular más que religioso. La bebida en un
de! siglo XVI a las que generalmente se acude no establecen una distinción clara entre principio era un esfuerzo consciente para rechazar la intrusión espa-
las bebidas fermentadas y las destiladas. El "vino" importado puede haberse referido ñola; en las décadas de 1530 y 1540 los nobles de la región del centro
al aguardiente, asi romo al vino propiameme dicho, y por lo tanto, lo qut- dije atería
de México fueron acusados de fomentar la borrachera de los indios
del vino español puede aplicarse tembién al aguardiente (Bruman, "Aboriginal Drink
Áreas", p. 230). Bruman aílrma que la destilación se realizaba en México en el siglo para impedir que pudieran responder a los esfuerzos misioneros de
XVI por los españoles, pero no está comprobado respecto de las comunidades indí- los sacerdotes católicos. Se creía que los sacrificios de animales que
genas (p. 228). Una referencia que se hizo en 1600 de que los mineros de Taxco iban acompañados de la embriaguez de toda la comunidad prote-
vendían "vino de azúcar" puede ser una primera referencia al alcohol de caña (/ava- gían a ésta contra las nuevas enfermedades que habían traído los
la, pp. 400-401). El desarrollo de la primitiva industria del azúcar, que probablemente
4 "Relación de Tequisquiac", p. 293.
fomentó la destilación a fines del siglo XVI. lo analiza Sandoval en IM industria del azú-
car. Una prueba indirecta de que se destilaba en México el jugo de la caña de azúcar y "AGN Indios 3 Exp. 78, 7 folio 99r.
76 AGN Inquisición 37 Exp. 6 (Xuchitepec, 1554), 30 Exp. 9 (Ocuytuco, 1539); Civü
del maguey a principios del siglo xv» nos la - proporcionan las ordenanzas del virrey de
1631 y 1635 que prohibían su producción y consumo. AON Ordenanzas 2 folios 55v- 822 (Tlacolula, 1571); Criminal 148 folios 263-(Ocuyoacac, 1634); PNEIV p. 131 (Mia-
huatlán, 1576).
58v, BNM 1358 Exp. 23, folios 363-66.
"BNM 1361 folio 28. "PNE VI pp. 9, 19.
78 PNE IV p. 131; AGN Inquisición 30 Exp. 9.

r
LA EMBRIAGUEZ 69
LA EMBRIAGUEZ
Hay un fondo de verdad en estas observaciones, como lo indican el
españoles.7\La secularización del poder simbólico del pulque nos la comercio del vino, el creciente consumo de pulque y los problemas
sugiere su vigorosa asociación con las ceremonias relacionadas con sociales de la ciudad de México, pero encierran una exageración
los cultivos y las cosechas, con los matrimonios, el nacimiento, la fundamental en la que incurrían el clero español y los funcionarios
muerte y las curaciones. Se usaba como una especie de "agua bendi- coloniales, que es característica de la actitud de los españoles hacia
ta" no católica (expresión que empleaba un sacerdote del siglo xvn) el alcohol y hacia los indígenas. La clave de esta exageración se
para la inauguración de una casa nueva y cuando por primera vez se encuentra en la diferencia fundamental en cuanto a la manera en
capaba a un maguey maduro.*] El pulque surgía igualmente como que los españoles y los indígenas definían la moderación. Para los
un artículo de intercambio, que se consumía de una manera que con- españoles, el vino de uva era un símbolo de civilización y tradición
firmaba las obligaciones, las responsabilidades sociales y el hecho de for- católica así como una parte culturalmente esencia! de la alimenta-
mar parte de las comunidades.81 En un ejemplo comprobado mediante ción. Un fraile mexicano decía que era "la bebida más noble, útil y
un documento fechado en 1762, Pascuala Vanegas, una viuda que vivía necesaria de estos reinos; bebida que había sido venerada y honrada
en el pueblo de Santa María Ocotlán, del Valle de Oaxaca, hablaba de por Cristo; y por ser la más noble de todas las bebidas, Él la escogió
ofrecer un vaso de pulque al alcalde indígena cuando la visitaba.82 para transformarla en su preciosísima sangre".85] Los españoles gene-
Una buena parte de las pruebas que subsisten sobre la conducta de
ralmente tenían estimación por un ideal mediterráneo de beber sobre
los indios bajo la influencia del alcohol al iniciarse la época colonial,
todo a la hora de las comidas y de ser capaces de beber sin llegar a'
proviene de los informes rendidos por los jefes políticos y los sacerdo-
perder su actitud digna y su "razón natural".86 La embriaguez hasta | ( ...
tes. Estos informes tienden a ser afirmaciones irrefutables sobre la ex-
el extremo de perder el sentido se consideraba como una costumbre l^'"^
cesiva embriaguez y acusaciones generales contra el pulque y el tepa-
bárbara, repugnante y ridicula, y un estigma en el honor de un
che (pulque mezclado con azúcar y otros ingredientes) por ser la
hombre.. Este concepto de la moderación se consignaba en numero-
causa de prácticamente todos los pecados y problemas sociales, inclu-
sas fuentes españolas coloniales, en ocasiones en términos de gran
so la idolatría, la rebelión, la pobreza, la enfermedad, los crímenes
exaltación; un fraile mercedario de la ciudad de México decía a fines
con violencia, la infidelidad y el incesto. Algunas de las observacio- del siglo xvn que "Dios creó el vino para deleite de la humanidad, no
nes, como las de Motolinía, constituyen acusaciones discretas y mesu- para la embriaguez". 87 Baltasar Gradan, arbitrista español cuyas
radas. Otras adoptan la forma de vagas metáforas de epidemias y en-
obras eran ampliamente conocidas en el México del siglo xvii, afir-
fermedades; y otras más son invocaciones de las fauces del infierno.
maba que la superioridad de España en relación con sus vecinos
Por lo menos un monje, Baltasar de Medina, se expresaba con mucha
europeos se debía a su actitud más civilizada acerca del alcohol: "En
imaginación diciendo del uso del alcohol que "una inundación de
España, la embriaguez nunca ha alcanzado la categoría de 'Su mer-
esta bebida (el pulque) y los indígenas no sólo naufragaban con sus
ced', pero en Francia ya tiene la de 'Señor', en Flandes la de 'Exce-
jarros de pulque en las húmedas riberas de la ciudad de México, sino
lencia', en Alemania la de 'Serenísimo señor', en Suecia la de 'Su
que también se hundirían sus pequeñas islas y sus endebles jacales
Alteza' y en Inglaterra la de 'Su Majestad'."88 Decirle a alguien que
expuestos a los bárbaros golpes de este océano".83 En 1732 el obispo
era un "borracho" era uno de los insultos más ofensivos que un espa-
de Michoacán, que había vivido muchos años en la ciudad de Méxi-
ñol podía proferir en México.89
co, llegaba a la conclusión de queJa embriaguez entre los indígenas
era la causa de todos los vicios.81 B i AGI Audiencia en México 1088 libro 2 Iblio 66y.
86 BNM 1358 folio 163v.
"Fray Diego González, "Acerca del pulque en México" (ca. 1683), 17 pp. (manus-
7 *AGN inr/uisiiirin 37 primera parte lixp. 6, folio 23r-v; Rirarrl, p. 270; i'riicf.w.i, p. 7.
crito en el archivo de Condumex), folio numerado 314r. Para el proceso de un cura
8(t BNM 1358 folio 42r; AGN Inquisición 37 primera parle Exp. 9, folio I8v.
por embriaguez véase University of Texas Mcxican Matiuscript G-358, Taxco, 1814.
' "Rdarión cíe Tcquísquíac", p- 293.
88 AGÍ Mtxiio 333, informe de Fr. Francisco Sánchez, 26 de julio de 1692.
8!fAEO,7ií;.¡;a./m, legajo de 1767-I770.
19 AGN Criminal 193 folios 377r, 141 folios 376-; Inquisición 176 Exp. 16,311 Exp. 2a.,
83 Medina, "Tralado".
322 folio 301, 430 Exp. 8. Los ideales y la realidad rara vez coinciden. Existen casos
84 AGN inquisición 839 Exp. 9 folios 241-49.
70 LA EMBRIAGUEZ LA EMBRIAGUEZ 71

ILos indios definían la bebida en forma moderada de acuerdo con la bebida, él tenía un rasgo excelente. Nadie podía decir con verdad
sus conceptos tradicionales sobre las ocasiones apropiadas y los privi- que lo hubiera visto en estado de ebriedad aún cuando siempre tenía
legios gastronómicos, más que de acuerdo con la cantidad de alcohol listas en el sótano una o dos barricas de vino".94 Los españoles de la
ingerida o de si los bebedores mostraban o no estado de embriaguez., Colonia, sin embargo, no confiaban en que los indios en general
Beber a diario y solitariamente era condenado en general por los pudieran ajustarse a ese modelo. Los indios por su naturaleza y por
campesinos, así como por los indios de San Miguel (Temascaltepec), disposición de la ley, eran menores perpetuos, "niños con barbas"
quienes veían con desprecio a los peones de una hacienda vecina (adultos físicamente pero niños por su mente y espíritu). No es tanto
porque eran "ebrios de profesión".90 Pero beber en exceso periódica- que procedieran con malicia sino que eran individuos moralmente
mente en ocasiones rituales, frecuentemente hasta llegar a la satura- débiles, a quienes fácilmente se podía desviar. En momentos menos
ción total, se aceptaba como modelo de moderación, y no se consi- generosos, los funcionarios españoles de la localidad, en el siglo xvi,
deraba que fuera una conducta que arrojara ridículo o vergüenza consideraban que los naturales de América eran "brutos", o que "to-
sobre el que se embriagaba.91 dos eran unos bárbaros", o que eran "tontos e irracionales", o de
No debe sorprender, por lo tanto, encontrar españoles que conde- "una inteligencia extraordinariamente limitada", o "carentes de jui-
nen la "exagerada embriaguez" de los indígenas, dando ejemplos de cio" o "individuos bárbaros con viles inclinaciones".95 Al aplicar
indios que perdían el sentido, vomitaban y no se podían mover, y ha- estas maneras de pensar al uso del alcohol, las autoridades españolas
ciendo comparaciones entre los ocasionales excesos individuales de de la Colonia consideraban que los indios eran incapaces de modera-
los españoles y la embriaguez de comunidades enteras de campesinos ción: "Si los indios bebieran pulque como los españoles beben vino
de México, en lugar de hacer observaciones sobre la excesiva embria- (lo que no es el caso, ni nunca lo ha sido, ni hay ninguna esperanza de
guez diaria de los campesinos indígenas.92 El elemento decisivo para que alguna vez lo sea) se les podría permitir... pero son indios y está
el historiador social, que ni siquiera se examina por la mayoría de demostrado que tienen la costumbre de embriagarse, y es esa la
estos comentadores españoles, es con qué frecuencia ocurrían esas bo- razón por la que beben."1"1 Esta observación, exacta pero muy in-
rracheras de la comunidad y en qué circunstancias. La preocupación discriminatoria, de que los indios bebían para embriagarse, refor-
de los españoles por la embriaguez de los indios, a diferencia de que zaba los prejuicios de los españoles acerca de las costumbres indíge-
los indios solamente bebieran, se hace patente desde el principio del nas y la hicieron también otros muchos horrorizados españoles: "El
gobierno colonial, primero con una ley de 1529, que restringía el indio lo loma (ei pulque) para embriagarse, y a menos que esté ebrio
empleo de aditivos en el pulque, y luego con un código expedido por no cree que haya estado bebiendo."97 La embriaguez era, pues, para la
el virrey en 1546, que contenía reglas para la aplicación de castigos
corporales a los indios que se embriagaban con cualquier tipo de be-
• M Velásquez, I, 16-17. Lo que los españoles pensaban de los indios que se embria-
bida.93 Desde el punto de vista de los españoles, el perfecto bebedor gaban es descrito por el subdelegado de Amecameca en 1810: "Y todos saben que para
indígena fue don Fernando Tapia, rico cacique de Querétaro, quien ellos (los indios) la embriaguez exeimula la alegría y, en general, no beben con la
"comía y bebía a la manera de los españoles en su gran mesa, con debida moderación. De aquí vienen los actos indignos, la prostitución y el crimen",
sillas y manteles... Si se considera que todos los indios son tan dados a AGN Criminal 71 Exp. 6, folio 228r-v.
95 PNE IV pp. 13, 32, VI pp. 3, 15, 20, 23, 265; AGN Criminal 17 Exp. 8, folio 180r.
cortiprobados de excesiva embriaguez por parte de los españoles en el México Colonial: Véase Keen, passim, para un amplío estudio de este tema.
AGN Inquisición 318 Exp. 8; Criminal 111 Exp. 3, 120Exps. 2, 17, 159 folios 163-, 179 96 AGÍ M¿xi,o 333, informe de Fr. Antonio de Escaray, 2 de julio 1692. Esta ac-
folios 137-, 195 folios 37-, 47-. titud queda también comprobada por el "Apunte del genio, condición y trabaxos de
90 AGN Criminal 187 folios 266-(1785). Los campesinos decían que el pulque es un los yndios, 1799, " UT Mexican MS G-273, folio lr-v: "Generalmente los embriaga y
"agua celestial", un don de los dioses, BNM 1358 folio 42r. los arroja a un estado de estupor porque es una bebida muy poco refinada, del color de
91 PNE IV p. 31. la horchata. Embota los nervios, y los ebrios quedan sin ningún signo vital con excep-
9Í PNE IV p. 55, VI p. 20; AGN indios 32 Exp. 184; Ordenanzas 2 folio 203v, 4 folio ción de la respiración durante algún tiempo. Son (los indios) tristes y melancólicos y
17r; BNM 1358 folios 42r-43r; Guerra, pp. 237-238. se ríen menos que los europeos." Véase igualmente BNM 1358 folios 43r, 103-107.
9) Recopilación 6-1-37; Tratado de las idolatrías I, 412. 97 AGÍ Méxito 333, informe del Dr. Francisco Castellanos, 7 de julio de Í692.
72 LA EMBRIAGUEZ LA EMBRIAGUEZ 73

mente de los funcionarios de la colonia, una inclinación natural de temor más generalizado a la "extrema insolencia" de los campesinos
los indios: era un vicio bárbaro de un pueblo bárbaro.98 ebrios y ante la creencia de que "no hay pecado alguno que no pue-
Las diversas creencias acerca de los efectos físicos del alcohol afec- dan cometer los indígenas ebrios".101 De manera semejante, a veces
taban igualmente el concepto que tenían los españoles de la embria- se describe al indio como dócil, humilde y muy trabajador, excepto
guez de los indios. Se creía generalmente que el alcohol despojaba a cuando está ebrio.102 La bebida "trastornaba la cabeza de los infor-
la gente de su juicio natural y daba rienda suelta a los más bajos tunados indios, haciéndolos cometer los más graves delitos".103 Estas
instintos animales." En términos freudianos, las creencias de los es- opiniones preconcebidas eran más obvias en los siglos xvi y xvn, pero
pañoles acerca del alcohol y de las sentencias de los tribunales relati- seguían afectando aunque de una manera menos evidente los juicios
vas a los delitos debidos al aguardiente, sostenían la opinión de que el acerca de los indios y del alcohol al finalizar la época colonial, para
alcohol disolvía el superego y destruía las inhibiciones que determi- no hablar de tiempos más recientes.104 Hacia el fin de la época colo-
naban el orden en la sociedad. Como lo dijo un funcionario de la nial lo que pensaban los españoles del alcohol se complicaba por el
Colonia, cuando están bajo la influencia del alcohol "el hijo rechaza efecto de sus actitudes hacia el comportamiento y la conducta de los
a su padre, el vasallo a su señor, el cristiano a su Dios".lfN)y^jra los campesinos.
sacerdotes y funcionarios coloniales, el estado de ebriedad les decía Por destructiva que sea la creciente embriaguez resulta, sin embar-
más de los indios que sólo una conducta vergonzosa o incivil. La Igle- go, difícil comprobarla documentalmente en los inicios de la época
sia consideraba que la embriaguez de los indios era equivalente a la colonial, excepto por medio de las afirmaciones generales de los sacer-
idolatría.i Esta recurrente preocupación a la luz de la opinión de que dotes y los jueces españoles. Con anterioridad se han mencionado
los indios normalmente eran débiles y pecadores en potencia, tendía ejemplos tomados de las Relaciones Geográficas acerca de la embria-
a exagerar las impresiones del clero acerca del alcance y los perjui- guez crónica de los individuos y tal vez hasta de las comunidades, así
cios del alcohol. Los funcionarios que tenían bajo su responsabilidad como se han hecho valer los testimonios de actos violentos de ebrie-
el orden social y el mantenimiento de la autoridad colonial en el dad en la ciudad de México. Es difícil encontrar casos concretos de
campo se hubieran puesto particularmente nerviosos acerca del su- embriaguez como causa de problemas porque la mayor parte de las
puesto efecto del alcohol como disolvente del juicio natural y de las aprehensiones y castigos que se imponían por embriaguez se maneja-
reglas formales de la sociedad. Su tendencia a achacar toda la culpa ban por las autoridades del pueblo o por el alcalde mayor. Los pro-
de los problemas sociales al alcohol, se hace particularmente evi- cedimientos judiciales de los concejos municipales rara vez se consig-
dente en los procesos por homicidio que se iniciaron después del naban por escrito y son muy escasos los procedimientos del alcalde
motín de la ciudad de México de 1692, e igualmente se expresa en un mayor. Por los archivos de Teposcolula podemos ver hasta qué punto
la venta de vino español y el traslado hacia el campo de los que no
9 I PNE IV pp. 13, 32, VI pp. 3, 20. Existen excepciones notables respecto de esta
eran indígenas exponían a los naturales a nuevos modelos de conduc-
opinión general de los españoles sobre los indios y el alcohol. Juan de Palafox, obispo ta relacionados con la bebida, que en algunas ocasiones eran rechaza-
de Puebla, 1640-1655, hacía énfasis en las virtudes de los indios y atenuaba su costum- dos y en otras incorporados a las costumbres de la localidad. Un caso
bre a embriagarse en una carta pastoral dirigida a sus curas párrocos: "Es cierto y yo lo particularmente destructivo se comprueba documentalmente en 1571
acepto que estos desdichados se embriagan hasta perder el sentido con bebidas que por lo que respecta a Yanhuitlán, en la Mixteca Alta. [Una mulata
obtienen de sus plantas aborígenes... Por otra parte, no lodos los indios tienen este
vicio y son pocos (los que se embriagan} con gran frecuencia; y las mujeres rara vez y
oue se había trasladado al pueblo fue acusada de estar constante-
son muchas las que jamás lo hacen. Si bien este es un vicio repugnante, tienen muchas mente ebria, de ser abusiva y violenta, y de estar incitando a otras
costumbres buenas y agradables. Si pudiéramos ver a un español viviendo como un mujeres a que la acompañaran en sus borracheras. '^ En 1600 el con-
indio que no se embriaga, y son muchos los que no lo hacen, diríamos de él que es un 10I BNM 1358 folio 120; "Relación de Tequisquiac", III, 293.
santo", Trata/los Mejiíanoí, I. 80-81. 102 AGN Inquisición 1170, folios 139-43.
99 AGN Inquisición 946 Exp. 14 folios 159-62, 818 Exp. 41 folios 528r, 531r; Medina;
103 AGN Criminal 17 Exp. 8, folio 180r.
González, "Acerca del pulque" (Condumex). 101 AskÍnasy, p. 73; Rafael Ramírez, pp. 197-99.
100 AGN Civil 2126 folio 2r.
105 CDCh Oaxaca, rollo 1, 5 de febrero de 1571.
74 LA EMBRIAGUEZ LA EMBRIAGUEZ 75

cejo municipal del pueblo indígena de Achiutla, también ubicado en pruebas acerca de la abstinencia prehispánica son sospechosamente
la Mixteca Alta, tomó la extraordinaria medida de consignar ante el tenues y rigoristas, y se derivaban en su mayor parte de las crueles
alcalde mayor a un indio del pueblo por embriaguez crónica y con- disposiciones penales. En su conjunto indican que era común la em-
ducta abusiva. Aparentemente se había convertido en un grave pro- briaguez periódica general del pueblo, así como la embriaguez ritual,
blema que la comunidad no podía resolver por sí sola. especialmente fuera del núcleo del reino azteca. Los naturales que no
Un tipo de prueba del problema de la embriaguez más representa- eran nobles evidentemente bebían con mayor frecuencia y hasta el ex-
tivo de la época colonial es el diario que llevaba el alcalde mayor de ceso de acuerdo con las normas europeas posteriores a la Conquista;
Yanhuitlán acerca de los individuos que encontró en las cárceles mu- y algunas reglas y creencias prehispánicas relacionadas con la be-
nicipales durante la visita de inspección de la Mixteca Alta, que rea- bida cayeron en desuso pero no se extinguieron totalmente. Las fuen-
lizó del 9 de septiembre de 1606 al 19 de noviembre de 1608- ">6 Du- tes que subsisten de poco después de la Conquista, consisten, asimis-
rante este periodo encontró que 189 individuos estaban en prisión en mo, en informes administrativos, crónicas religiosas y declaraciones
sus pueblos. De éstos, 82 habían cometido delitos relacionados con de la ya decadente élite de los naturales. Plantean, igualmente, pro-
la embriaguez. ¡Cuarenta y cinco de los 82 habían sido detenidos por blemas especiales de interpretación. La descripción que hacen los es-
embriaguez sencilla; es decir, por embriagarse durante los días de la pañoles de los indios ebrios hace pensar en diferencias culturales y en
semana mientras estaban solos o por convertirse en una molestia pú- las preocupaciones de los gobernantes, así como en un alcoholismo
blica cuando estaban ebrios. De los mencionados anteriormente, 14 general en el siglo xvi. Yo diría que la principal diferencia entre las
habían sido consignados por perturbar el orden público así como por normas de la embriaguez prehispánica y la posterior a la Conquista,
embriaguez. Otros 13 de los 82 fueron detenidos por vender aguar- después de los ajustes iniciales del siglo xvi, parece ser de matiz y de
diente sin permiso. De los 24 restantes, 16 fueron acusados de asalto, grado, más que de cambio radical. Ocurrió un rápido incremento en
cuatro por faltar el respeto a los funcionarios del pueblo, uno por in- la escala del consumo de alcohol, más que una modificación de las
sultos a un conciudadano, y tres eran esposas que habían abandona- normas relativas a su consumo. Los problemas crónicos relacionados
do a sus maridos.] con el alcoholismo individual y con la embriaguez de las mujeres
Una característica notable de estos 24 acusados consiste en que, deben haber sido mayores con posterioridad a la Conquista; pero la
con excepción de las viudas errantes, representan una minoría en el embriaguez excesiva, convertida en un rito periódico fue común en
total de los casos dentro de cada categoría (véase el cuadro B. 1, apén- las dos épocas. Es erróneo, creo yo, suponer que las pruebas existen-
dice B) Estas cifras nos hacen pensar que ^alcohol se podía adquirir tes de una mayor embriaguez basta para considerar como compro-
fácilmente y que la embriaguez sencilla con violación de las normas bada una embriaguez continua y socialmente destructiva. Una im-
de la comunidad constituía un problema en potencia^Las cifras rela- portante manera de calificar las semejanzas entre las normas de la
tivas a los delitos con violencia y a las faltas de respeto no indican sin embriaguez antes y después de la Conquista se deriva de las diferencias
embargo, que el alcohol estuviera rutinariamente asociado a esa con- regionales entre Oaxaca y la parte central de México. La comercia-
ducta o que pudiera considerarse como causa de graves problemas lización del pulque, el mayor consumo y la atracción magnética de la
sociales en las comunidades campesinas de la Mixteca Alta a prin- ciudad de México sugieren que en la parte central de México había
cipios del siglo xvii. un terreno más fértil para sembrar las semillas del alcoholismo y de
El examen de los cambios realizados a largo plazo y de la persis- los delitos relacionados con el alcohol.
tencia del uso del alcohol por las sociedades agrícolas indígenas
en el centro de México y en Oaxaca, implícitamente ponen en duda la LA EMBRIAGUEZ AL FINALIZAR LA ÉPOCA COLONIAL
clara división entre la abstinencia prehispánica y la epidemia de alco-
holismo que era evidente para muchos funcionarios coloniales, quienes Los antecedentes escritos sobre la embriaguez al finalizar la época
anotaron lo que pensaban de la embriaguez de los campesinos. Las son más abundantes y están menos sujetos a la consciente tendencia
moralizadora de los funcionarios coloniales y de los nobles indígenas.
106CDCh Qaxaca, rollo 3.

mS
7fi LA EMBRIAGUEZ
LA EMBRIAGUEZ 77
Los archivos de los siglos xvn y xvín en que se consignan los esfuer-
zos del gobierno para establecer impuestos sobre la venta de aguar- Los datos de los impuestos del pulque por meses en 1796, para los
diente, para reglamentar las cantinas y restringir el empleo de aditivos treinta y ocho distritos que producían ingresos, sugieren una definitiva
pauta estacional de consumo (véase el cuadro 3). Se observa una es-
en el pulque, así como para prohibir la producción ilegal de bebidas
pecial concentración de ingresos derivados del impuesto en el mes
y el comercio clandestino de las permitidas, proporcionan abundante
información acerca de la tecnología de la producción, del consumo,
CUADRO 2. Ingresos obtenidos del pulque por distritos, 1782y 1792 (Pesos)
de los problemas sociales y de las actitudes administrativas. Las men-
cionadas fuentes, junto con los expedientes de los procesos, constitu-
yen la base de la presente investigación sobre las bebidas y las zonas Distrito 1782 ¡792
de producción, así como de las normas de embriaguez dentro de la
Valle del Estado de México
comunidad al finalizar la época colonial.
Tezcoco 29 565 26 005
Tacuba 25 670 31 463
Bebidas y zonas de producción Cuauhtitlán 21 753 21 519
Chalco 15 976 10 224
Los archivos de impuestos de 1778 a 1796 suministran una descrip- Coyoacán 15 752 12 489
ción detallada de la importancia relativa de las diversas regiones de- Mexicalcingo 15 163 15 951
dicadas a la producción y venta del pulque. Son formas impresas Guadalupe 10 248 6 978
Xochi milco 7 983 5 805
usuales en las que se anotaban las cifras mensuales del impuesto re- 3 289
Tenango del Valle 6 133
caudado en cada uno de los distritos del virreinato registrados como Metepec 4 827 4 667
generadores de ingresos. Las cifras del impuesto obviamente no se Toluca 3 852 5 597
pueden traducir directamente en ventas totales, puesto que existen Ixtlahuaca 3 203 1 804
muchas pruebas de que había un próspero comercio de contrabando, Zumpango 2 794 5 966
además de que probablemente existían divergencias, según la región, Tenancingo 1 644 I 021
en la administración del impuesto; pero esos antecedentes nos dan la Lerma 1 309 1 028
mejor prueba que probablemente podamos encontrar de la impor- Total 165 872 45.8% 153806 44.4%
tancia de cada región en el comercio del pulque, así como una estima-
ción conservadora acerca de su uso. Los datos del impuesto para Puebla
1782 y 1792 se presentan en forma extractada en el cuadro 2. Las Ciudad de Puebla (¿más Tlaxcala?) 66 724 89 807
Tepeaca 8 444 8 983
tierras de la altiplanicie central de México, donde se encuentran los
Huejotzingo 4 250 5 669
tres principales distritos de producción comercial, y Oaxaca, donde Atlixco 3 852 3 171
el maguey es una planta silvestre y puede trasplantarse fácilmente en Cholula 2 605 3 696
forma de hileras para su cultivo, constituyen el área en donde se Tehuacán 2 442 2 415
producía y se consumía el pulque. En su conjunto, las dos regiones de
que estamos hablando aportan aproximadamente las tres cuartas magueyes en producción en vez de hacerlo sobre las ventas reales, lo que determinó
partes de los ingresos provenientes del pulque en 1782 y casi dos ter- csiimaciones sumameme elevadas, AtO jugados legajo de 1808. I de abril de 1808,
cios en 1792.107 informe del Promotor Fiscal de la Real Hacienda. Mariano de Castillejos; CCG "Ins-;
trucción para los visitadores de magueyes de la comprehensión de la Receptoría de 1
)0'La reducción de la participación de Oaxaca en los impuestos del pulque parece
Teutiihín del Valle", 1806, El incremento en los ingresos en Puebla durante el mismo
que fue el resultado de la decisión lomada por los campesinos productores de producir periodo resultó probablemente de la producción obtenida en las haciendas pulqueras
menos o de suspender la producción para su venta, después de que los recaudadores privadas, que habían recibido autorización para seguir cubriendo el impuesto sobre la
del impuesto de la provincia fueron autorizados a hacerlo con base en el número de cantidad de pulque que se había llevado al mercado.
78 LA EMBRIAGUEZ 79
LA EMBRIAGUEZ

CUADRO 2. [Conclusión] en el mapa 3. Había una concentración de pulque "de segunda clase" en
la meseta central (particularmente en Hidalgo y Oaxaca), y si el informe
Tochimílco 1 831 1 698
fift!, «lo ^ fidedigno, una dispersión muy considerable de pulque fino en toda la
Santiago Tecali
Tepeji de la Seda 227 ,7q región central de México y al norte del centro de México.
Total 91 158 25 2% 116 237 33 7% Aun cuando estos cuadros y el mapa dan una idea de la distribu-
ción geográfica del consumo del pulque y de los centros de produc-
Hidalgo clon para la venta, no muestran con toda precisión la participación
Tula 16 036 13 765 de los pueblos en la industria del pulque al finalizar el siglo XVIH.
Pachuca 12 177 15 431 Una buena parte, que está muy lejos de ser la totalidad, se producía
Huichapan 7 202 5 510 en las haciendas pulqueras, propiedad de algunas familias de la ciudad
Tulancingo 6 472 6 551 de México. Puesto que en principio sólo estaba gravado el pulque
Apam 5 079 5 290
Telepango que se vendía, las cifras del impuesto que se emplean para identificar
2 467 1 483
Cadereita las áreas de mayor producción del mapa 3, no comprenden la pro-
2 277 2 176
Cimapan 2 Olí l 768 ducción de los pueblos para el consumo doméstico ni el pulque que se
Actopan 1 gjg 773 vendía en privado.""1
Ixmiquilpan 1 360 814
Total 56 899 15 2% 53 561 15 5% CUADRO 3. Ingresos derivarlos del pulque por meses para 38 distritos, 1796
Oaxaca 36680 10.1% 12977 3.8%
Morelos ...Vi/mero de distritos
\
/Wí'j ; - ~ " ""-" • " m—•
Cuerna vaca 7 840 2.2% 4 895 1.4% Altos ingresos Bajos ingresos
Michoacán
Valladolid Enero 9 4
2 718 .8% 2 668 .8%
Guanajuato Febrero 2 6
Guanajuato Marzo 7 3
2 025 1 154
Salamanca Abril 8 3
415 192
Total 2 440 .7% 1 346 .4% May° "* í
Jumo 1 9
Total general 363 607 345 490 J ulio 3 9 >áíCr\o
--"'•
Septiembre 1 17 /ff „ t^
de diciembre, en el que veintiocho distritos informaron de ventas más Octubre 6 7 ÍP «t^«. »
elevadas, apareciendo las más bajas concentraciones en los meses de Noviembre 9 4 W. K
<j enero, marzo, abril, mayo y noviembre. Estas épocas de mayores Diciembre 28 — M^ ++&
ventas coinciden con los meses mas secos del año y con las festivida- FuENTC: Dalos mensualcs cn d AGN A/WB M2. .ü~±^.
des religiosas de Navidad y Pascua. Los meses en que las ventas son V LVTftMl
más bajas coinciden con la estación de lluvias de junio a septiembre,,;
108 El papel que desempeñaron unas cuantas grandes familias en el comercio de
que es también la época de más intensas labores agrícolas. pulque de la ciudad de México ha sido estudiado por Tu tino, pp. 134-141. El impues-
El informe de 1784 de los distritos consumidores de pulque blanco y . to sobre las ventas de pulque de los pueblos constituía un problema crónico del gobier-
de pulque tlai'hique (de baja calidad que se producía para el consumo local), • no colonial. Alfinalizarel siglo XVIH hubo fracasados intentos de gravar los magueyes
junto con una información miscelánea sobre la ubicación de las tierras • adultos en lugar de la cantidad vendida. Como dijo un administrador de rentas, "El
dedicadas al cultivo del maguey y a la producción de pulque se ilustra 1 tonsumo de esla b<>bida «• • • invisible porque su venia se realiza en secreto." BNM
1 ' r ** ** ' • 1361folio89v.
80 LA EMBRIAGUEZ

Para describir la evasiva economía del pulque en los pueblos del


centro de México y de Oaxaca, tenemos que acudir a una gran diver-
sidad de archivos administrativos, testamentos y menciones que se
hacen de pasada en los expedientes judiciales. Respecto a este último
periodo, las fuentes nos proporcionan datos hasta cierto punto preci-
sos y específicos. Una de las pautas más sorprendentes que surgen de
esta gran cantidad de fuentes diseminadas, consiste en que la comer-
cialización del pulque que se inició poco tiempo después de la Con-
quista fue más pronunciada en los pueblos ubicados dentro de un
radio de aproximadamente 25 kilómetros de la ciudad de México,
precisamente la distancia máxima a la que el pulque podía ser legal-
mente transportado. Existen informes de que para la década de 1620,
numerosos poblados'que se encontraban dentro de esta zona se espe-
cializaron en el pulque con tanta intensidad que éste llegó a ser su
medio de sostenimiento más importante.10* Al concluir la época colo-
nial, algunas poblaciones que estaban dentro de la jurisdicción de
Cuauhtitlán, San Cristóbal Ecatepec, Tejupilco, Coyoacán, Tacuba,
Mexicalcingo, Texcoco e Ixtapalapa (todas dentro o cerca del Valle
de México) se especializaron en la producción de pulque para su
venia. 110 El pulque se llevaba a la ciudad de México de una distancia
de hasta veintiocho leguas (a pesar de las prohibiciones de trans-
portar pulque para su venta desde una distancia mayor de cinco
leguas), pero más allá del límite de cinco leguas era lo común que
sólo una o dos poblaciones que estaban dentro del sistema de merca-
dos regionales se especializaran en el pulque para su venta, pues las
demás poblaciones producían casi exclusivamente lo que requerían
para su propio consumo."1 En la jurisdicción de Cuernavaca, por
s ¡ ejemplo, sólo la comunidad de Huichilac estaba dedicada a la pro-
"•'ducción-de pulque en gran escala para su venta. 112 Lo mismo ocurría

! en'Tecozautla, en la jurisdicción de Jilotepec.113 En el Valle de Oa-


xaca, en donde la producción de pulque llegó al máximo en el tercer
í* _ cuarto del siglo xvm, los pueblos de San Martín Tilcajete, Santa
María Coyotepec y Tlalixtac eran los más importantes productores
^ comerciales. La producción comercial de pulque de estas poblaciones

I0q AGN ¡mlios 10 Exp. 111, Gibson, Azl>'<\, p. 318.


110 AGN indios 30 Exp. 193. Véase nota 47.
111 BNM 1361, 1775 informe.
m AGN Pulques 2 folio 133; Policía 32 folios 187-89 (ejemplo de Culhuacán, 1800).

111 AGN Criminal 127 Exp. 4, 25 Exp. 1.


82 LA EMBRIAGUEZ LA EMBRIAGUEZ

se encontraba con frecuencia en manos de unos cuantos grandes CUADRO 4. Ingresos deriva/los (¡el pulque en la jurisdicción (k Huqjuapan, 1794
empresarios de la localidad, que adquirían grandes extensiones de
Ingresos
tierras cercanas a su comunidad y las dedicaban al cultivo del ma- Po biatlon
Realfs
guey.114
El comercio del aguardiente estaba menos desarrollado en Oaxa- Huajuapan 6
ca. Antequera fue un importante mercado de la provincia, como lo San Juan Diquiyu 1
eran otras poblaciones que se encontraban a lo largo de los princi- Santa María Tindu
pales caminos, así como los mercados que se abrían periódicamente Guapanapa 10
en las zonas de campesinos; pero no existía ningún gran mercado que San Pedro Zapotitlán 4
fuera comparable con la ciudad de México. No existían grandes fin- San Martín de la Montaña 1
San Sebastián del Monte 1
cas privadas que se dedicaran a la producción de pulque para la ciu-
San Miguel de los Aguacates 6
dad. Por el contrario, el abastecimiento de pulque estaba principal- Silacayoapa 3
mente en manos de un grupo de pueblos ubicados dentro del Valle. Cimarronas 2
En general, el pulque, el tepache y algo de aguardiente de caña se Misquistlahuaca 4
producían en pequeñas cantidades exclusivamente para el consumo Nochistlán 3
local, y sólo se extraía el jugo del maguey cuando había un matrimo- San Mateo del Río 2
nio o un nacimiento o cuando escaseaba el agua potable.115 En el Michiapa 2
Valle de Oaxaca, donde había la mayor producción comercial ai Yodoino 2
finalizar la época colonial, muchas de las poblaciones que habían Guadalupe 5
sido atraídas por los mercados en vista de las considerables deman- Nejapa 4
das de las décadas de 1770 y 1780, tenían muy limitados compro- Suchitepec 4
Miltepec 3
misos con la industria. De diversos registros de 1806 relacionados con
Tianguistengo 4
investigaciones formales que se habían realizado respecto de la pro- San Juan Yolotepec 2
ducción de pulque, resulta que los plantíos habían variado mucho San Andrés Yutatio 1
durante los anteriores treinta años, decayendo espectacularmente Santo Domingo Yolotepec 2
cuando aumentó el impuesto sobre el pulque. Numerosas poblacio- Ygualtepec 1
nes que habían producido para vender, así como para el consumo Santa Catarina Chinango 6
local, en 1806 ya no producían nada para la venta.1" Camotlan I
Más allá del radio de cinco leguas de la ciudad de México, la Yucuquimi 1
mayoría de las comunidades rurales ubicadas dentro de la zona de Saltipan 10
producción de pulque que se encuentra dentro de nuestras dos regio- Yucuyachi 3
nes, producía lo suficiente para el consumo local, vendiendo de vez San Andrés Dinicuiti 3
Chazumba 6
Tequistepec 6
San Sebastián Zapotitlán 8
'" Esto « especialmente cierto en el centro de México, AGN Indws 10 Exp. 137 11
San Pedro 1
Exp 170, 13 Exp. 329. 19 Exp. 297, 21 Exp. 52, 23 Exp. 314, 24 Exp. 117; CnmwlU
Exp- H/27 Exp. 9. 138 Exp. 13, 730 expedientes numerados correspondientes a la Tutla 2
Estefanía Dominga de Yusuchi 1
jurisdicción de Cuauhtitlán.
115 AGN Pulques 1 folios 197-201.
i» AEO Juzgados legajo de 1806 (ajuste de cuotas de 1806), 1808 (1 de abril de If Nota: 1 peso = 8 reales
informe de Mariano Castillejos); CCG "Instrucción para los visitadores".
84 LA EMBRIAGUEZ LA EMBRIAGUEZ 85

CUADRO 5. Magueyes en producción en la jurisdicción de Coyoacán, 1778 que tan numerosas comunidades produjeran tan poco por concepto
de ventas, de manera que no valía la pena recaudar el impuesto.119
Número Número Número promedio
Población de fie magueyes tic magueyes
En la mayoría de los pueblos que producían pulque para el con-
ftrofíui tares en promedia en prorlunión sumo local y ocasionalmente para la venta, los plantíos de maguey
estaban divididos en muchas pequeñas fracciones. La familia campe-
Villa de Coyoacán 34 9.8 9 sina típica de un pueblo ubicado en la parte central de México, tenía
San Francisco 31 9.2 7 más o menos veinte magueyes en su solar como una cerca, más una o
Chimalistaca 10 18.9 25 dos fracciones de tierras con, tal vez, de cincuenta a cien magueyes.
Santa Cruz 7 12.3 13
Esto daría de quince a veinte magueyes maduros produciendo en un
Xoco 8 11.6 13
San Lucas 33 15.1 13
momento dado. Hasta en las regiones especializadas en la produc-
Candelaria 10 23.5 22 ción comercial próximas a la ciudad de México, la producción se dis-
San Pablo 14 20.3 19 tribuía entre muchas diversas familias. En las jurisdicciones de Teo-
Santa Úrsula 21 20.9 21 tihuacán, Cempoala y Otumba, en las que se producía pulque para
la ciudad de México y para los mercados regionales, el recaudador
de impuestos informaba en 1716 que "es extremadamente poco lo
en cuando sus excedentes.117 Esto produjo una enorme frustración en que produce un indio".120 Una prueba más explícita de esta persis-
jos funcionarios del siglo xvm que estaban encargados de racaudar los tente pauta de los pequeños productores de un distrito de producción
impuestos del pulque. La mayoría de los pueblos tenían plantíos de considerable, proviene de una inspección que se hizo de magueyes
maguey y obviamente producían pulque, pero como lo vendían sólo adultos en producción que había en la jurisdicción de Coyoacán en
de cuando en cuando, era casi imposible asignarles el impuesto cuan- 1778.121 En ese documento aparece una lista de los productores de la
do lo hacían. La producción de pulque fluctuaba en cuanto al tiem- Villa de Coyoacán y de ocho pueblos que pertenecen a esa jurisdic-
po y a! lugar, y una gran cantidad de pueblos de los distritos de Me- ción, anotándose el número de magueyes que cada uno tenía en ese
tepec, Tula y Oaxaca solicitaron que se les eximiera de pagar el momento en explotación. Los resultados de esa inspección se mues-
impuesto del pulque porque ya no estaban produciendo para vender. tran en forma extractada en el cuadro 5. El promedio del número de
Los informes sobre la recaudación del impuesto en muchos lugares magueyes adultos en explotación en cada pueblo es sumamente bajo.
del centro de México y de la Mixteca Alta a fines del siglo xvm mues- Existen también algunos datos sobre la producción de pulque en
tran las insignificantes cantidades recaudadas en cada uno de los las tierras comunales de los pueblos de campesinos del centro de Mé-
pueblos. El cuadro 4 muestra un análisis para la jurisdicción de xico y de Oaxaca.1ZZ Se trata de un sistema de producción que difí-
Huajuapan en los límites de la Mixteca Alta, en 1794 (población cilmente aparecería en los registros de la Colonia a menos que la
aproximada 30 770 habitantes). El pulque estaba gravado a razón de comunidad produjera pulque para su venta. Los escasos ejemplos
12 reales por carga (la carga generalmente tenía 12 arrobas o 48 galo- que hemos encontrado en las referencias indirectas de los testimonios
nes) en esa época, y esas 36 comunidades rendían un promedio de 39
119 AGN Pulquea 3 folios 193-5, 4 folio 339; Inttwimte. 22 folio 69r-v (Huajuapan,
reales por concepto de impuesto, de manera que la cantidad de pul- 1794).
que vendida y efectivamente gravada era de 3.25 cargas, o sea apro- 1!0 AGN Criminal 193 folio 356.

ximadamente 156 galones al año por comunidad. 118 En el distrito de 121 AGN Pulques 2 folios 165-72.

Teposcolula de la Mixteca Alta, el recaudador se quejaba en 1778 de 122 AGN C.riminal 39 Exp. 26 (1714, San Salvador Ocoiepec, jurisdicción de Cuerna-

vaca), 98 Exp. 6 (1800, Santa María Tecajeie, jurisdicción de Cempoala), 140 Exp. 5
111 Existen unos cuantos ejemplos indudables de pueblos de campesinos que lo com- (1804, Zumpahuacán), 730 (9dejuniode 1781, San Pedro Azcapusaltongo), 730(21 de
praban con regularidad en las haciendas pulqueras, pero son casos excepcionales: AGN mayo de 1725, Barrio San José, jurisdicción deCuauhtítlán); Imlios 13 Exp. 282 (1641,
Criminal 124 Exp. 5; intendentes 22 folio I99r; AEO Juzgados legajo de 1806 (Zaachila). Quechula, jurisdicción de Tepeaca), 30 Exp. 73 (1686, Otumba); CDCh Oaxaia, rollo 9,
118 AGN Pulques \ folio 6v. Exp. 510 {1684, Xinastla); CCG visita de Nochistlán (1803. Huauílilla).
86 LA EMBRIAGUEZ LA EMBRIAGUEZ 87

judiciales y en los registros eclesiásticos, indican que la producción campesinas no eran otra cosa que la entrada de una casa, cuyo dueño
comunal de pulque estaba destinada exclusivamente al consumo lo- estaba en ese momento explotando unos cuantos magueyes. Un veci-
cal. En un caso, el de Santa María Tecajete en 1800, los datos bastan no podría tal vez preguntar si había pulque. Si era así se le invitaba a
para describir el sistema rotativo de labores que obligaba a todos los comprar un poco.'25iEn los lugares donde era fácil el cultivo del ma-
hombres adultos físicamente capaces a contribuir al cultivo de las guey, la mayoría de Tos dueños de casa tenía un gran jarro lleno de
tierras de la comunidad y a la explotación de los magueyes.123 En la pulque que podía ser compartido, o vendido a quien lo solicitara.12*
mayoría de los casos de producción comunal del fin de la época colo- Esta manera informal de vender e intercambiar pulque en las casas
nial, en lugar de producción privada, aquélla correspondía a las co- probablemente explica que en una curiosa inspección de las pulque-
fradías. Esta clase de prueba confirma un tipo importante de plantíos rías del Valle de Oaxaca, que se hizo en 1725, se mencionen hasta
de maguey de propiedad de la comunidad, pero probablemente no es cuarenta y dos pulquerías en un solo pueblo. Esa inspección se realizó
el único, puesto que los registros de las cofradías y las inspecciones se por orden del obispo de Oaxaca y se formó mediante los informes
hacían periódicamente de las pertenencias de las cofradías en el si- rendidos por los párrocos. El cura de San Juan Teitipac decía en su
glo xvm, lo que no se hacía tratándose de otros tipos de propiedades de informe que ninguna de las pulquerías de San Juan era "pública".
la comunidad. En este caso "pulquería" aparentemente significa cualquier casa en
Hay dos aspectos notables en la venta y distribución del pulque la que se supiera que se vendía pulque. 127 Cerca de cien años des-
en los pueblos campesinos, que se encuentran bien comprobados en pués, un inspector de bebidas del Valle de Oaxaca hacía explícita
cada caso. Uno es el papel importante que desempeñaban las muje- esta manera informal de operar cuando anotaba que había doce
res en el comercio del pulque; y el otro, la forma descuidada en que "pulquerías" en Tlalixtac, "si puede darse este nombre a un peque-
se realizaba la distribución y venta del pulque en los pueblos. Las ño jarro de pulque que se vende al que vaya pasando".128
mujeres campesinas, con más frecuencia que los hombres, transpor- Además de los mercaderes ambulantes de vino que realizaban su
taban el pulque familiar a la ciudad de México y lo vendían en los comercio en el campo, las verdaderas pulquerías se establecieron en
puestos que instalaban en los mercados. Quizás esto se encuentre re- los pueblos de campesinos en el siglo xvm. Eran mucho más comunes
lacionado con la estrecha asociación que existe entre la planta del en el centro de México que en Oaxaca.'Las pulquerías generalmente
maguey y la femineidad. De cualquier manera, las mujeres del campo eran propiedad de forasteros españoles o de mestizos (a pesar de las
parecen haber estado más directamente relacionadas con el aspecto leyes relativas a la segregación) y en ciertas ocasiones eran atendidas
comercial del pulque que con otras actividades económicas que po- por los dueños de obrajes que contaban con que los habitantes de los
nían en contacto a los habitantes de los pueblos con los forasteros. pueblos trabajaran como tejedores en sus talleres.. Las pulquerías de
Dentro de la población, las mujeres también tenían a su cargo gene- la localidad frecuentemente eran propiedad de viudas.129 Se puede
ralmente la distribución de la bebida, i Erija mayoría de los pueblos seguir el desarrollo de las pulquerías privadas en el campo por medio
existían muy pocas cantinas, y el pulque y otras bebidas de la loca- de los mesones que los pueblos tenían permiso para regentear en el
lidad se expendían en las entradas de las casas por una mujer de la siglo xvi.130
familia. Tal como se describe un caso de la Mixteca Alta, la gente líSCDCh Oaxaca, rollo 9, Exp. 528 (1688, San Pedro Añañe); AGN CiwY 2291 Exp.

qué'se detenía en la casa era recibida por la vendedora, quien le ofre- 11 (1724. Xochimilco). Esio podría explicar la afirmación que se hace en un informe
sobre el pulque de la jurisdicción de Teposcolula de 1778, de que la bebida se regala-
cía alguna bebida y en ocasiones algo de comida. El que la recibía ba, no se vendía. AGN Pulques 3. folios 193-95.
rembolsaba a veces a la vendedora en dinero o en especie; otras veces 126 AGN Civil 2291 Exp. 11.
no se hacía ningún pago pero quedaba entendido que el que lo había '" AGÍ Audiencia de México 877 (1725-1726) Informes que encargó el obispo de
recibido había contraído una obligación que habría de solventar en Oaxaca) (véase el cuadro de la página siguiente).
I M AEO Juzgados legajo de 1808, informe de Castillejos, folio 3v.
el futuro. 124 Algunas de las llamadas pulquerías en las comunidades
1M AGN Criminal 117 Exp. 11.
'"AGN Criminal 98 Exp. 6. lí° AGN Criminal 177 Exp. 12, 190 folios 308-; Indios 3 Exp. 79. 7 folio 99r, 9 Exp. 108;
IM CDCh Oaxaca, rollo 5. Exp. 180. Policía 32 folios 173-83.
LA EMBRIAGUEZ 89

El pulque blanco fue la única bebida legalmente autorizada du-


rante la mayor parte de la época colonial, pero ciertamente no era la
¡u u
en en r* M —• eo co fí C-í O r~- CM única bebida que se consumía con profusión. El pulque servía de ba-
n 1 I
á*
se a una gran cantidad de bebidas mezcladas. A pesar de las prohibi-
ciones que expedía periódicamente el rey contra el uso de aditivos,
los mercaderes campesinos con permisos especiales podían vender
e 5
—• CO m — —
3$ cuapatle. En 1686, sólo unos cuantos meses después de que el rey ha-
bía ordenado que "ninguna especie de raíz u otro ingrediente podría
T3í. «ieí áS adicionarse al pulque, que lo hiciera más fuerte, más picante o más
ES
il¡
•g-N ¡a
sabroso" el virrey estaba concediendo permisos especiales a los indios
que habían solicitado que se les autorizara la venta de pulque con
cuapatle en la ciudad de México.131 Tanto el pulque como el cuapa-
tle fueron prohibidos después del motín de la ciudad de México de
1692, pero unos cuantos años después se vendían ya los dos abierta-
P
mente; y el cuapatle, no obstante las reiteradas prohibiciones de 1724,
SI*
- se podía vender en el siglo xvm mediante permisos especiales.132 La
S <f¡« -C¡ justificación que generalmente se daba para conceder estos permisos
era que el cuapatle era una sustancia conservadora, que impedía que
el pulque transportado de un pueblo al mercado se echara a perder,
o bien que era indispensable para modificar la fermentación. Una
razón más importante se deslizó en el testimonio que rindió un in-
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11 a cocowos — TOCMO — •
- •5 u
5ffj (jo
=o
<5
fractor en el sentido de que "sin él, el pulque no se vende".133 Como
el impuesto al pulque se había convertido en principal fuente de in-
gresos para la realización de obras públicas y de otros proyectos del
municipio, los funcionarios de la ciudad tenían obviamente la preo-
.o
e
M
— in^-CMioeooQOc^ cupación de que el pulque se vendiera bien.
a - El tepache, nombre que se aplicaba a casi cualquier bebida mez-
•D
'c3 S-g- clada que tuviera como base el pulque agrio y el piloncillo, era tam-
3 bién objeto de gran consumo en el campo del centro de México y en
Oaxaca al finalizar la época colonial, particularmente en los límites
•- % Z 2
"S de la zona pulquera donde se cultivaba la caña de azúcar. i34 Conoci-
•3 ¿ A e Ka, :s1
to^ •r, 5 —>
131 AGN Indios 29 Exp. 201, 30 Exps. 193, 272, 281, 305.
o .. e
C u
.ü .c s
2 cH
131 AGN Civil 1599 Exp. 13 (permiso 1714); Ordenanzas 9, folios 445v-446v (permiso
1720); Reates Cédulas 44 Exp. 65 (17 de febrero de 1724).
-Sis 133 AGN Criminal 49 Exp. 30, folio 551r.
ll 13Í AGN Pult/ui-i 4 folio 4r. El contenido se describe en AGN Criminal 120 Exp. 7. En

XO U N tn los siguientes lugares se consumía tepache de acuerdo con un informe de 1784 de las
regiones en donde se bebía, AON Aguardiente de caña 1; Acayucan, Atrixco, Chiautla,
Bolaños, Chilapa, Córdoba, Cosamaluapan, Guadalajara, Guadalcázar, Guadalupe,
Guanajuato, Guauhchinango, San Juan de los Llanos, Malinalco, Mexicalcingo, Ne-
japa, Oaxaca, Pátzcuaro, Puebla, Cuauhtla, Salamanca, Tacuba, Taxco, Teposcolu-
90 LA EMBRIAGUEZ LA EMBRIAGUEZ 91

do también como '¡'pulque amarillo", quedó prohibido como "bebida nían una considerable producción.140 Aunque el alcohol de caña apa-
nociva" en 1631 y muchas otras veces después, pero resultaba impo- rentemente no era la bebida favorita de la mayor parte de las comu-
sible hacer cumplir esas restricciones fuera de unas cuantas aprehen- nidades rurales, existen indudables y claros ejemplos de que había un
siones que se hacían, al azar y en forma esporádica, de individuos elevado consumo de chinguirito. El cura de San Salvador el Seco, de
que eran sorprendidos cuando lo estaban vendiendo. 135 la jurisdicción de Tepeaca (Puebla), informaba en 1807 que los veci-
El consumo de bebidas destiladas al fin de la época colonial parece nos habían adquirido setenta y nueve barricas de aguardiente de
haberse concentrado en las poblaciones, en los distritos mineros y en caña en 1806 y que el consumo había venido aumentando en grado
las zonas donde se cultivaba la caña de azúcar, pero ciertamente no alarmante en los últimos años.141
era desconocido en el corazón de la región pulquera del centro de Había otras bebidas destiladas que igualmente seguían una pauta
México y de Oaxaca, particularmente en las poblaciones en donde de concentración regional. Acerca del mezcal, jugo destilado de las
había mercados.136 En 1778 se calcula que tan sólo en las zonas mi- pencas cocidas al horno de diversas especies de agave, existen tam-
neras, se consumían 80 000 barricas de chinguirito (alcohol corriente bién datos en los archivos del siglo xvm, particularmente de las zonas
de caña de producción doméstica), 20 000 barricas de aguardiente espa- del Bajío y del norte de México (Querétaro, Guanajuato, Zacatecas,
ñol y 10 000 barricas de licor de anís de producción doméstica.137 Michoacán, Jalisco y San Luis Potosí), en donde las pencas del agave
Hasta 1796 estuvo prohibida en México la producción de aguardien- se habían venido cociendo al horno como alimento desde los tiempos
te de caña, o alcohol de caña, aunque se importaba legalmente de prehispánicos.142 Lo mismo que en los demás casos, el mezcal estuvo
Cuba en cantidades limitadas.138 Tanto el censo de 1784 como los prohibido, al menos en principio, durante una buena parte de la épo-
diversos procesos criminales contra productores y comerciantes clan- ca colonial, habiéndose realizado algunos intentos para legalizarlo en
destinos de aguardiente de caña, hacen pensar, sin embargo, que se el siglo xvm en las regiones de mayor producción con el propósito de
producía como chinguirito en pequeños alambiques instalados contra que produjera ingresos.
la ley en todos los lugares donde se cultivaba la caña de azúcar. Los Las bebidas espirituosas importadas encontraban generalmente su
funcionarios del Juzgado de Bebidas Prohibidas y los de la Acordada destino en la ciudad de México, en los centros mineros y en las capita-
argüían a mediados del siglo xvm que era prácticamente imposible les de la provincia. Los registros aduanales y del impuesto sobre las
controlar el alcohol de caña, porque los equipos para la destilación ventas para 1792 proporcionan una prueba específica de esta distri-
eran muy sencillos y fáciles de ocultar. Los pequeños alambiques bución desigual. De más de 48 000 barricas de aguardiente español
eran escondidos por todas partes en las escarpadas tierras de las ju- embarcadas con destino a Veracruz en ese año, más de un tercio
risdicciones de Xalapa y Cuernavaca; costaban muy poco y las ga- iban dirigidas a la ciudad de México, en donde se consumían aproxi-
nancias eran muy grandes.139 Incluso en las afueras de la ciudad de madamente 12 000 barricas, y el resto se reembarcaba con destino a
México y en las poblaciones mineras y manufactureras de Córdoba, poblaciones de las intendencias como Toluca, Pachuca y Queréta- t
Orizaba, Sultepec, Pachuca, Temascaltepec, Veracruz y Puebla fue- ro.143 Las barricas que quedaban se dividían entre las intendencias
ron clausuradas verdaderas "fábricas" que operaban ilegalmente y te- de Puebla, Oaxaca, Valladolid y Guadalajara y las intendencias con
la, Teutila, Teolitlán del Camino, Texcoco, Tlalpujahua, Tulancingo, Tuxtla, Xa- regiones mineras ubicadas al norte de México (véase el cuadro 6).
lapa. Xicayán, Izúcar. Zacatecas, Zacatlán y San Miguel el Grande. 110 AGN Crimina/129 Exp. 6; Aguardiente de Caña I Exp. 2, 2 Exp. 1, 10 Exp. 1, 12 Exp.
135 Se registran muchas aprehensiones en AGN Criminal; por ejemplo, Vol. 138 Exp. 1; BNM 1358 folio 29v, 1361 folio lOv.
17 (1647). 141 AGN Atiuanfanlr 'le 'aña 1 (16 de enero de 1807).
136 AGN Criminal 127 Exp. 4 (Tecozautla, 1799). 142 El censo de 1784 incluye una lista de los distritos del centro de México y de Oaxa-
137 BNM 1361 folios 96-97. ca en donde se tenía conocimiento de esta bebida destilada, aunque es de presumir que
138 Los datos de la legalización aparecen en AGN Aguardiente de Caña Vols. 1-13 y no se producía en grandes cantidades: Acapulco, Atlixco, Chalco, Chiautla (Puebla),
BNM 1358, 1359. Mexicalcingo, Meztitlán, Nejapa (Oaxaca), Teposcolula, Texcoco, Toluca, Tulancin-
139 AGN Aguardiente de Caña 12 folio 144r, 13 expediente sin número: "Sobre creación go, Villa Alta, Xicayán, Xochimilco, Ixmiquilpan e Jzúcar.
de dos plazas de guarda en Cuernavaca para resguardo de este ramo." l « AGN Historia 75 Exp. 5.
92 LA EMBRIAGUEZ LA EMBRIAGUEZ 93

CUADRO 6. Deslino del aguardiente español que pasaba por el Usos y abusos del pulque en las comunidades
puerto de Veracmz,, 1792 campesinas de finales de la Colonia
Intendencia Barricas Intendencia Barricas La pauta estacional de consumo del pulque está relacionada tanto
México 16 989 Zacatecas \2 con el clima como con el calendario religioso. Durante los meses de
Puebla 7 713 San Luis Potosí 825 escasas precipitaciones pluviales, de octubre a mayo, el pulque se con-
Guanajuato 5 574 Du rango 196 sumía en todas partes para aliviar la sed. Los ejemplos de que el pul-
Oaxaca 4 436 Sonora 103 que remplazaba al agua potable durante la temporada seca provie-
Guadalajara 4 290 nen de nuestras dos regiones en el siglo xvni, con cierta concentración
Veracruz 4 241 TOTAL 48 432 en la zona más árida del norte de Hidalgo.141 Esta larga tempo-
Valladolid 2 503
rada de sequía comprendía las dos mayores festividades religiosas,
Navidad y Pascua, que eran las épocas en que se bebía más para cele-
brarlas.115 El consumo diario del pulque durante todo el año puede
El consumo urbano de aguardiente importado se muestra por me- haber sido algo común en las más áridas regiones de Hidalgo y du-
dio de un análisis regional de más de 4 000 barricas'que llegaron a rante los años secos, que determinaban una gran escasez de agua en
Oaxaca (véase cuadro 7). Más de tres cuartas partes de este abas- las dos regiones. También existen pruebas de que en algunas partes
tecimiento eran consumidas en Antequera, capital de la provincia de la Mixteca Alta y del centro de México los hombres llevaban con-
española. El resto se distribuía entre las poblaciones a lo largo de las sigo jarros de pulque al campo para aliviar su sed, y para "vigorizar-
los" también durante los meses lluviosos.'46 Aun cuando hubiera
agua para beber, con frecuencia tenía un sabor salado y estaba con-
CUADRO 7. Agnan&*tf español importa/lo a la intentlcnáa de Oaxaca, 1792 taminada, y el pulque y el aguamiel pueden haberla remplazado
prácticamente en las regiones en que era abundante el maguey.
Jurisdicción Barrit as Jurisdií don Barricas Como lo decía un dicho popular del centro de México, "Abraham
cuando murió, dejó escrito en sus leyes, el pulque es para los hombres
Antequera 3 433 Nochistlán 16 y el agua para los bueyes". Alejandro de Humboldt, durante los via-
Jamihepec 210 Villa Alta 8 jes que realizó por el centro de México a fines del siglo xvín, observó
Yanhuitlán 202 Tehuantcpec 8 que "hay muchos indios que no beben agua, vino o cerveza", y Pe-
Teposcolula 176 Juchipila 8 dro Carrasco dice en su estudio de 1950 que los indios otomíes de
Nativitas 87 Justlahuaca 6 Hidalgo desde hace mucho tiempo beben pulque diariamente como
Teotitlán del Camino 86 Santa María del Río 4 fuente de alimentación y como sustituto del agua.147 Incluso existe
Huajuapan 70 Teutila 1 el caso de unos vecinos de la jurisdicción de Cuauhtitlán durante
Juquila 68 la Colonia, que empleaban pulque en lugar de agua para hacer la
TOTAL 4 436
Nopalucan 53 comida.148 En algunas comunidades, según parece, se bebía el pulque
144 AGN dril 1741 Exp. 2; Pulqws 2 folio 88r; Crimina! 140 Exp. 4, 103 Exp. 2, 50
principales rutas comerciales de la intendencia o aquellas en donde Exp. 3; Indio.-, 32 folio 48v.
había concentraciones de personas no indígenas, tales como Teposco- 145 AGN Pulque* 9 (cuadros cié la producción); Crimina/ 71 Exp. 6; UT Mexican MS
lula, Yarthuitlán, Huajuapan y Jamiltepec. No existen informes de WBS-537 (1773, Xaltocan); CDCh Oaxaca, rollo 5 Exp. 186. rollo 14 Exp. 238.
que se haya vendido nada en las jurisdicciones campesinas de los va- 146 AGN Criminal 140 Exps. 4 y 5, 180 folios 476-; inquiíi-ián 1170 folios 139-43; Pul-

lles del centro de Oaxaca o en las pequeñas comunidades de la Mix- qius 3 folios 193-95; CDCh Oaxaca, rollo 8 Exp. 484.
L í 7 Carrasco, Otomies, p. 55.
teca Alta. M B AGN /mfioi 32 folio 48v.
LA EMBRIAGUEZ 9.5
94 LA EMBRIAGUEZ

en cierta forma al estilo mediterráneo, con las comidas y después del curaciones.153 La asociación entre los atributos femeninos y el pulque
trabajo, de manera semejante a la que aún se acostumbraba en po- en los tiempos prehispánicos se extendió a su uso medicinal por parte
blaciones del centro de México como Milpa Alta, Tecospa y Tepe- de las mujeres campesinas. A las mujeres que habían dado a luz se les
tlaostoc.149 La pauta de la producción familiar en pequeña escala que se daba pulque para que recuperaran sus fuerzas y tuvieran leche.
ha descrito anteriormente indica que el gran jarro de pulque espu- También se acostumbraba darles pulque durante sus periodos mens-
moso era un espectáculo familiar en los hogares pueblerinos. Beberlo truales para que la sangre dejara de fluir.154
diariamente para acompañar las comidas en el hogar sin embriagar- La embriaguez de los campesinos estaba íntimamente asociada
se es algo de lo que se ha tomado nota en forma específica en San con las festividades religiosas: los domingos, la Pascua y la Navidad,
Martín Tilcajete (Valle de Oaxaca) en 1777, en Teotihuacán (Valle los días del Santo patrono y otros días de fiesta especiales como la
de México) en 1697, en la jurisdicción de Cuauhtitlán (Valle de Mé- Candelaria, Corpus Christi y el día de la Virgen de Guadalupe. Para
xico) en 1688, en Actopan (Hidalgo) en 1615 y en Xochimilco (Valle los habitantes de los pueblos coloniales, el domingo era el día de
de México) en 1590.150 ir a misa y de descanso de las labores diarias. La fiesta de los domin-
El pulque estaba igualmente asociado con los ritos de transición gos se convirtió prácticamente en sinónimo de embriaguez popular
como el nacimiento, el matrimonio y los entierros, como ya se ha di- en los pueblos, según daban fe los funcionarios locales del centro de
cho, y con las fiestas privadas en las que se festejaba el santo de una México: "el día reservado para la embriaguez", "los indios tienen la
persona. En estas ocasiones la reunión estaba formada a menudo por costumbre de beber los domingos".135 Esas observaciones y los muy
los parientes y los vecinos del barrio. Los ciclos de los mercados re- numerosos casos de embriague? en los días de fiesta religiosa, los
gionales daban también ocasiones comunes para que bebieran los cam- repiten los curas párrocos que se quejan de una reducida asistencia a
pesinos, como por ejemplo, las reuniones semanales en los pueblos la iglesia y de la embriaguez popular de los domingos.15t
en que se. ponía el mercado en todo el centro de México y en Oa- En unos cuantos casos, la costumbre de beber en exceso los domin-
xaca, acompañadas de grandes borracheras. A diferencia de la ma- gos parece haber sido algo así como una intensificación de los viejos
nera periódica de beber del pueblo, que generalmente estaba restrin- ritos y una manera de protestar contra la nueva religión. La embria-
gida al pulque, en los mercados también se podían obtener bebidas guez de los domingos, por ejemplo, estaba asociada en Huíxquilucan
destiladas.151 Además de tomarse como bebida embriagante ritual (precisamente afuera del Valle de México) no con el fervor católico
para festejar acontecimientos importantes en el ciclo de la vida, el sino con ceremonias secretas que se efectuaban en las cuevas, en las
pulque se usaba periódicamente en la casa cuando se presentaba al- que se consumía ese licor y se le ofrecía a los ídolos de piedra.157 La
guna enfermedad, como en los inicios de la época colonial, cuando el embriaguez en los días de fiesta a fines de la época colonial no siem-
pulque era medicina que curaba todas las enfermedades y medio pre era, sin embargo, una profanación, como lo temían los curas
para suministrar la mayoría de las hierbas medicinales. Se tomaba católicos.158 El pulque se había usado en las ceremonias religiosas
como diurético, para los problemas estomacales en general y como
para combatir los piojos, para estimular la lactancia, para reducir el flujo menstrual);
anestésico.152 También se bebía ceremonialmente en los ritos de las
PNE VI p. 3 (romo purgante), 172 (para las heridas), 300, 310 (bueno para cualquier
149 Van Zantwijk, p. 40; García Alcaraz, pp. 460-474; William y Claudia Madsen, enfermedad); BNM 1358 folios 36v, 42r (para la diarrea); Ruiz de Alarcón, p. 175
pp. 701-718. (para el dolor).
150 AGN Indios 3 Exp. 260, 30 Exp. 262; Intendentes 22 folio I99r; AGÍ Audiencia de '"Ponce, p. 374.
México 333, testimonio de Manuel Gómez Deliran; BNMa 2449-2450. relación de San I 5 Í Emmart, pp. 312, 316, 317, 319.

Martín Tilcajele. '" AGN Cnmmal 129 Exp. 5, 170 folios 134-.
'•" AGN Criminal 127 Exp. 4 (Tecozautla, 1799), 193 Exp. 3 (1738, Cuauhtitlán); Pul- 156 AGN Criminal 49 Exp. 2, 120 Exp. 25, 203 Exp.4, 166 folios 185-, 200 Exp. 4, 202

ques 3 folio 82. Exp. 1, 306 Exp. 5.


l "AGN Criminal 120 Exp. 25, (olios 27Ir. 352r.
1SÍ AGN Criminal 103 Exp. 2 (para los dolores de cabeza), 120 Exp. 7 (para los dolores

de estómago); Impresos afilíales 48 (Mercurio Volante, 30 de diciembre de 1772, para la dia- 158 Burgoa, II. 61; AGÍ Audiencia de México 333. informe de Fr. Francisco Sánchez,

rrea); Inquisición 1170 folios 139-143; Emmart, pp. 312, 316, 317, 319 (como diurético, 26 de julio de 1692.
96 LA EMBRIAGUEZ LA EMBRIAGUEZ 97

desde los tiempos prehis pan icos, y su traslado a las ocasiones ceremo- inicios de la época colonial nos proporcionan impresiones aisladas
niales de las nuevas prácticas religiosas podía ser un ejemplo de sin- acerca de estos usos. Las pruebas del siglo xvm son más claras y
cretismo. Una prueba que hace pensar en el sincretismo relaciona- abundantes. El pi Ique se podía tomar como vínculo social simbólico
do con el pulque es su asociación con la femineidad y con el culto y como indicación de que se pertenecía a la comunidad, como lo
católico en el hogar. Existen ejemplos de la Colonia, provenientes de comprueban numerosos casos de festividades de la comunidad en las
Mexicalcingo, Coyoacán y Xochimilco, de pequeños altares familia- que se ofrecía la bebida. Esas fiestas podían celebrarse para bendecir
res en las casas de los campesinos con imágenes de la Virgen María y una casa nueva o un horno, o para rezar a fin de que hubiera abun-
de ofrendas de pulque colocadas al frente; así como de plantíos de dantes lluvias, para celebrar la cosecha de maíz o la primera agua-
maguey dedicados a la Virgen en la jurisdicción de Ecatepec.l59 Pon- miel de la estación, o en ocasión del fallecimiento de un vecino o para
ce decía que las ofrendas de pulque y su consumo excesivo estaban celebrar una fiesta religiosa. Uno de los numerosos ejemplos de em-
asociados con una activa participación en los ritos de la Iglesia, como briaguez de la comunidad combinada con ritos periódicos se consig-
lo hizo el cura de Tiltitlán en 1777, cuando se quejó de que los indios na en una controversia sobre el pago de derechos eclesiásticos en
vomitaban y se quedaban sin sentido durante la celebración de la Huixquilucan en el año de 1769. En este caso, el cura acusó a los ve-
misa.160 El hecho de que las cofradías fueran con frecuencia dueñas cinos del pueblo de que no asistían a misa y dejaban sin recibir los
de plantíos de maguey y produjeran pulque para su consumo duran- sacramentos a los recién nacidos, a los enfermos y a los moribundos.
te las ceremonias hace pensar también en que había cierta identifi- Los testimonios de algunos vecinos del pueblo, del profesor de la
cación entre el licor y la religión. escuela y de algunos españoles conocidos, revelaron que unas cuan-
Aunque el beber en exceso ocurría a intervalos en todo el centro de tas mujeres asistían a oír misa los domingos, pero que los hombres se
México y en Oaxaca, así como la costumbre de beber diariamente en pasaban el día tomando un brebaje que se vendía precisamente en la
algunas de las regiones secas del centro de México, la constante puerta de la iglesia. Con mucha frecuencia el cura se quedaba oran-
embriaguez solitaria que afecta la capacidad del individuo para cum- do solo. Se informó que las personas importantes de la comunidad
plir con sus obligaciones hacia la comunidad y para sostener a su impartían justicia y tenían sus adoratorios en unas cuevas muy bien
familia no estaba castigada de ninguna manera. Las reglas de la protegidas. Durante estas ceremonias efectuadas en las cuevas se
comunidad acerca de la embriaguez y de la conducta de los ebrios ofrecía tepache a unos pequeños ídolos de piedra y se les adornaba
eran distintas entre un lugar y otro, y en muchas comunidades ya no con velas encendidas, flores, pájaros, frutas y tamales. En Huixqui-
era posible hacer cumplir las antiguas reglas de conducta, pues indu- lucan las fiestas con embriaguez pública llegaban a su máximo anual
dablemente existían disposiciones que permitían especialmente a los durante la Pascua.162 Otras fiestas, como las que se efectuaron en
adultos varones beber en exceso periódicamente, y que condenaban Tejupilco en 1806, se iniciaban en la casa del mayordomo, dirigente
'la embriaguez solitaria y antisocial.161 religioso indígena de todo el año, y donde se ofrecía comida y bebida
El hecho de beber durante las fiestas de la comunidad o en los a todos los visitantes. 16 ' El pulque que se elaboraba en Huixquilucan
acontecimientos comunales tenía un importante significado social y y en otras partes para ser utilizado en estas fiestas periódicas provenía
ritual que trascendía el mero acto de embriagarse. Las pruebas de los con frecuencia de magueyales que eran propiedad de la comunidad y
159 AGN Civil 2114 Exp. 8; Criminal 29 Exp. 2, 41 Exp. 1, 49 Exp. 30. Un informe
que se trabajaban por el sistema de rotación por todos los vecinos
sobre e! pulque publicado por el Mercurio Volante, 23 de diciembre de 1772, sugiere que adultos. 164 La producción de la localidad, comunal o privada, for-
los rayos de luz que circundan a la Virgen en la famosa pintura de la Virgen de Guada-
lupe, son púas de maguey, AGN Impresos Oficiales 48. 1W AGN Criminal 120 Exp. 25, folios 280ÍT; Ramírez Tovar, pp. 35-49, describe las
160Ponce, pp. 375-78; AGN Criminal 111 Exp. 3. fiestas de la Pascua en los años de 1920, en las que los danzantes iban de casa en casa
lfi! AGN Criminal 170 folios 90-108, 176 folios 137-44. AEO Juzgados legajo de 1812, para que les dieran pulque los habitantes.
' 1 Juan Patricio Guzmán v. el cura de Santa María Tabegua, 29 de diciembre de 1812, 163 AGN Criminal 129 Exp. 4.
: sugiere que a los campesinos pendencieros cuando estaban ebrios en las fiestas de la 161 Véanse las citas de la nota 122 y AGN Criminal 39 Exp. 26, 140 Exp. 5, 148 folios
comunidad se los encierren en la cárcel municipal hasta que concluyan los festejos. 263-; Indios 30 Exp. 258.
98 LA EMBRIAGUEZ LA EMBRIAGUEZ 99

maba normalmente parte de estos ritos de la comunidad acompaña- en donde toda la gente se había congregado, o en una de las pobla-
dos de embriaguez. ciones de la provincia como Toluca, en donde se podían encontrar
Muchos estudiosos suponen que la violencia tuvo que estar asocia- muchos forasteros.
da muy frecuentemente a esa embriaguez de la comunidad. 165 Las Esta pauta selectiva de la violencia, poco frecuente y dirigida
fiestas de los campesinos en México al finalizar la época colonial eran principalmente contra los extraños, indica que las reglas de la con-
acompañadas de una conducta excepcional, como por ejemplo el ducta social de la comunidad no se disolvían por el alcohol.167 La
trasvestismo o los simulacros de guerra, pero la documentación de conducta ciertamente se alteraba con tanto baile y canto, se hablaba
que disponemos sorprendentemente nos proporciona muy pocos ejem- con dificultad y la gente quedaba sin sentido o actuaba como loca,
plos de conducta revoltosa y de violencia. En su conjunto, las fiestas si podemos dar crédito al testimonio de los extraños. Las reglas pue-
de la comunidad acompañadas de embriaguez en el centro y en el den haber sido distintas en estas ocasiones en que se bebía pero se-
sur de México en el siglo xviu. eran ocasiones de alegría. El mayor ex- guían siendo reglas. La explicación de esta falta de inhibición contro-
ceso era en la gran cantidad de bebidas embriagantes que se consumían. lada parece encontrarse en el cuadro social de las fiestas populares en
Los casos de embriaguez de la comunidad acerca de los cuales existe que se embriagaba la gente. Eran, conscientemente, celebraciones de
suficiente documentación que permite hacer un análisis, indican que la "comunidad", que reafirmaban la identidad del pueblo; los extra-
cuando ocurría la violencia en estas celebraciones, se dirigía hacia el ños generalmente no eran bien recibidos. En un caso ocurrido en
exterior. El caso de Huixquilucan es ejemplar y está muy bien docu- Lerma en 1733, por ejemplo, varios testigos declararon que cuando
mentado. Ninguno de los testigos mencionó que se hubiera procedido la comunidad entera estaba festejando, en ocasiones durante cinco o
con violencia contra alguno de los miembros de la comunidad duran- seis días seguidos, ningún extraño podía entrar, "ni siquiera el juez
te las borracheras, y en cambio los ataques con violencia contra los del rey".168
extraños sí se mencionan en algunas festividades. De los otros veinti- Otros dos tipos de embriaguez ceremonial desempeñaban un pa-
cinco casos de violencia relacionados con las fiestas del pueblo, en pel importante en la vida de la comunidad campesina en el siglo
quince la víctima era un extraño a quien no se había invitado y la xviu. Uno es la bebida dentro del contexto del trabajo comunal o
violencia generalmente se ejerció fuera del pueblo después de con- recíproco. Existen casos comprobados en el centro de México de la-
cluida la fiesta. Un incidente típico ocurrió en San Miguel Zumpa- bores recíprocas por parte de grupos de campesinos que cultivaban
huacán, de la jurisdicción de Malinalco durante la fiesta del Santo maíz en los que el milpero cuyas tierras estaban siendo trabajadas
patrono en el año de 1784. Ya durante la noche, cuando las festivida- proporcionaba el pulque a todo el grupo.169 También se proporcio-
des estaban terminando, tres indios del pueblo discutieron con dos naba pulque a los grupos que trabajaban las tierras de la comuni-
panaderos de un pueblo vecino y con dos individuos de Malinalco de dad o llevaban a cabo programas anuales para el mantenimiento de
apellido Quevedo, parientes del alcalde mayor. Todos estaban ebrios. las obras de riego del pueblo.170 En el segundo tipo, que ocurría en las
De los insultos pasaron a los empujones y a tirarse pedradas, y uno de relaciones personales, las bebidas embriagantes, especialmente el pul-
los Quevedo cayó muerto. En este incidente probablemente es im-
167 Este mismo aspecto se ha presentado bajo un conlexto diferente por MacAndrew y
portante el hecho de que los Quevedo previamente se habían aprove-
Edgerton, p. 88.
chado de su privilegiada posición política para maltratar a los indios
168 AGN Criminal 169 Iblios 103-43. No era uniforme el grado de embriaguez popular
de San Miguel. 166 En los diez casos restantes, la violencia no estuvo e individual sancionado por las comunidades. La embriaguez era un delito lo bastante
relacionada con la fiesta —un marido que encuentra a su mujer en el grave para que fuera castigado con la cárcel en algunas comunidades, mientras que en
acto de cometer adulterio— o se produjo en el mercado de un pueblo otras los macehuales se rebelaban contra las autoridades de la localidad que preten-
dían detener a individuos que se encontraban en esiado de ebriedad durante las fiestas
"^ Garvalhf) Franco (pp. 37-38j llega incluso a ver esas fiestas con embriaguez en el populares.
Brasil del siglo \ix. como la causa del antagonismo e igualmente como la ocasión del 169AGN Criminal 140 Exp. 4 (1626, jurisdicción de Malinalco).
mismo. 170AGN Criminal 140 Exp. 5, 180 folios 476-; Indios 30 Exp. 262; CDCh Oaxaca, rollo
166 AGN Criminal 15 Exp. 18. 12, Exp. 158.
LA EMBRIAGUE/ 101
100 LA EMBRIAGUEZ

que, eran prenda de generosidad, confianza y obligación. Al estu- ció un jarro de pulque solamente a uno de los del grupo (y se negó a
diar los usos que se daban secularmente al pulque en los inicios de la volverle a llenar el jarro). Esto condujo a una acalorada discusión y
época colonial, se encuentra que era utilizado como artículo de inter- finalmente a un ataque fatal contra el mezquino anfitrión. 172
cambio y signo de hospitalidad cuando se recibía la visita de un La embriaguez ritual y social que se analiza en esta obra estaba
vecino. Se ofrecía como muestra de respeto cuando las desavenencias casi siempre restringida a los hombres adultos de la comunidad. No
eran sometidas a la decisión de los funcionarios del pueblo y como obstante, las mujeres y los niños también bebían en las ocasiones
sello de la obligación que se contraía cuando se concertaba un matri- ceremoniales, como lo muestran numerosos ejemplos,173 pero había
monio o se vendía una propiedad dentro de la comunidad. 171 En una muy clara tendencia de dejar a los hombres mayor libertad de
algunas comunidades, el significado simbólico del pulque como ar- acción para beber y participar en las ceremonias públicas. Los hom-
tículo de intercambio era tan importante que el hecho de negarse a bres ejecutaban el baile de los moros al representar la reconquista de
compartirlo con los vecinos en las ocasiones apropiadas podía aca- España por los cristianos, y el de los huehuenches (los viejitos); tenían
rrear un torrente de justa indignación y de fundada agresión. Esto es a su cargo los puestos públicos y presidían la mayoría de las ceremo-
lo que ocurrió en Teocolcingo (jurisdicción de Zacualpan) la víspera nias formales de la comunidad en las que se ofrecía pulque. Esta ten-
de la fiesta de la Virgen en septiembre de 1805, cuando cuatro pare- dencia de las mujeres a beber principalmente en las fiestas y después
jas que llevaban flores y velas visitaron a un vecino. El vecino ofre- en cortas cantidades aparece muy claramente en los estudios moder-
nos de la vida en los pueblos mexicanos, así como en los escasos ejem-
171 AGN Criminal 113 Exp. 1, 155 folios 247-; CDCh Oaxaca rollo 5, Exp. 158, 186; plos de normas campesinas relacionadas con las ocasiones en que era
rollo 6, Exp. 202. adecuado que las mujeres bebieran en la época colonial. En un caso
La escasa información que se puede obtener de los procesos en la Colonia, nos hace de agresión que ocurrió en la Mixteca Alta, un testigo afirmó que "la
pensar que este tipo de embriaguez en la sociedad, tenía ricrta relación con la manera
de hablar y con una actitud cortés y formal muy semejante a la que se describe en los esposa no debía beber cuando su marido estaba ebrio".174 El caso
estudios recientes que se han hecho sobre el campo en el sur de México. Gossen nos contrario, de que los maridos no deberían beber cuando sus esposas
ofrece una descripción detallada de esos ritos que van acompañados de la bebida entre estaban ebrias, por lo que parece no era aplicable. Si podemos juzgar
loschamulasen la altiplanicie de Chiapas(pp. 172-74): "Futa manera de hablar se llama por la conducta de las parejas de campesinos, cuando se sospechaba
ordinariamente. .. 'plática agradable', pues complace tanto a los hombres como a los
que las esposas bebían sin el consentimiento tácito de los maridos, se
dioses. Como la mayoría de las demás expresiones orales que sirven para reí.dir culto,
es fija en su estilo, en su sintaxis y en su ritmo, pero permite hacer leves variaciones en les podía castigar y efectivamente eran castigadas con severidad, en
Cuanto a su presentación por medio de cambios en las expresiones de rutina... Un tanto que la embriaguez periódica de los maridos en las pulquerías,
ejemplo de lo anterior, que forma parte de la ceremonia de la bebida después de un así como durante las festividades de la comunidad, se aceptaba como
bautismo, se presenta cuando los padres, el niño y los padrinos acaban de salir de la algo común y corriente.'75
iglesia, en donde el niño fue bautizado por el cura... La ceremonia de la bebida
emplea un especial conjunto de formulismos que están relacionados con las rituales
El alcohol, y particularmente el pulque, estaba asociado con los
palabras de gratitud, de gracias, de presentación y petición. La ceremonia de la bebi- ritos periódicos y pacíficos en los que se expresaba la solidaridad del
da se efectúa en casi todos los innumerables actos rituales públicos y privados entre los pueblo; pero el pulque igualmente contribuía a la desintegración
chamulas. Simbólicamente, los ritos de la bebida alcanzan por lo menos cuatro obje- personal y a la violencia individual en las zonas rurales. El alcoho-
tivos. Hacen énfasis en el principio de la igualdad, puesto que cada persona que parti- lismo y los problemas sociales relacionados con la embriaguez se pue-
cipa recibe la misma cantidad. Igualmente acentúan el principio del rango, puesto
que se sirven porciones iguales de acuerdo con la jerarquía, teniendo precedencia los
den describir con cierto detalle mediante el estudio de los expedientes
cargos de gran prestigio, la edad o el carácter masculino respecto de los cargos de de juicios penales-y civiles y de administración de los impuestos sobre
menor prestigio, la juventud o el sexo femenino, aun cuando existen numerosas excep-
ciones. Literalmente producen e igualmente simbolizan el apasionamiento que se 17Í AGN Criminal 3 Exp. 10, 26 Exp. 25.
considera deseable en las relaciones entre los hombres y los dioses. Finalmente, sim- 173 Por ejemplo, AGN Criminal 159 folios 16S-. 176 folios 266-; CDCh Oaxaca, rollo 11,
bolizan la solidaridad entre las personas que participan, puesto que la bebida que se Exp. 575.
ha ofrecido y que han recibido los miembros de un determinado grupo tiene un obje- 174 CDCh Oaxaca, rollo 11, Exp. 575.

tivo común o un interés común". 175 Especialmente AGN Criminal 176 folios 266-
102 LA EMBRIAGUEZ LA EMBRIAGUEZ 103

las bebidas embriagantes. Los archivos de la Colonia generalmente tan común a fines del siglo xix, era raro en la época colonial.178 El
no nos permiten establecer una distinción entre el alcohólico que ha tercero, que es también el más sorprendente, es el gran número de
sido objeto de un diagnóstico médico y el que bebe con exageración funcionarios campesinos a quienes se acusaba de beber en exceso. Las
sin estar físicamente viciado ni haber sufrido un grave perjuicio exigencias rituales relacionadas con el desempeño de un cargo públi-
del hígado y de otros órganos vitales. Los datos históricos que existen co parecen haber determinado que los funcionarios fueran más sus-
se encuentran más directamente relacionados con el alcoholismo en ceptibles a los problemas de la bebida que los demás vecinos. Los
términos sociales, que identifican al ebrio solitario o crónico que ha miembros del cabildo indígena recibían raciones diarias de bebidas
visto gravemente afectada su capacidad para enfrentarse a sus res- alcohólicas como señal de respeto y obediencia cuando resolvían di-
ponsabilidades sociales y económicas.176 Los casos individuales de ferencias o realizaban otros asuntos de la comunidad. Con el carác-
alcoholismo del campesino en forma de embriaguez crónica se en- ter oficial que tenían como jueces y representantes de la comunidad,
cuentran comprobados respecto de ambas regiones en los siglos xvn y se les permitía, y de hecho hasta se les exigía, que bebieran en los días
XVHI, como el de un niño huérfano de la ciudad de México, o el de laborales, y durante el día. 17S
una pareja de viejos de Santa María Zocoyalco o el de un hombre La relación entre el alcohol y la violencia parece haber sido muy
de Texapa que sentía un ansia de beber tan grande que sus parientes distinta en las dos regiones. Las muestras de casos de homicidio y
tuvieron que amarrarlo a una estaca (y aun así pudo escapar y fue agresión que se presentan en el capítulo ni indican que la ebriedad
encontrado muerto en el fondo de un barranco). 177 era incidental o no existía en la Mixteca Alta. Tan sólo 14 de 81
/ Tales casos de alcoholismo son sugestivos por sí mismos, pero no homicidios (el 17%) y 19 de 97 agresiones (el 19.5%) estuvieron rela-
nos proporcionan ni siquiera una medida aproximada de la inciden- cionados con el alcohol. Es mucho mayor la proporción de casos de
cia del alcoholismo en la época colonial. SÍ se consideran en conjun- homicidio y agresión del centro de México en los que una de las par-
to, sin embargo, los cerca de cuarenta casos comprobados forman tes o las dos habían estado bebiendo: 146 en 244 homicidios (el 60%)
tres tipos de pautas que pueden indicar tendencias generales. En pri- y 64 en 149 agresiones (el 43%).
mer lugar, los ejemplos que provienen del centro de México alcanzan Estos datos de homicidios y agresiones encierran también muy
un número mucho mayor, a razón de cinco por uno, que los que pro- importantes revelaciones acerca de las reglas culturales, actitudes y
vienen de Oaxaca. Esto no es una muestra representativa, pero una creencias respecto del alcohol. Después de los celos del marido y de su
proporción de cinco por uno es consistente con otras diferencias entre prerrogativa de castigar a su esposa, la causa más frecuentemente
las pautas de la bebida en las dos regiones, tales como la mayor pro- invocada por los campesinos que cometían alguna falta en la región
ducción y comercialización del alcohol en el centro de México. En del centro de México era el alcohol. Las declaraciones de que la
segundo, las pruebas del alcoholismo están más relacionadas con los ebriedad era la causa de la violencia contra las personas eran tanto
casos individuales que con las comunidades enteras que se dejan más numerosas (46 casos) cuanto más complicadas en los casos ocu-
arrastrar por una embriaguez sin límites. Es impresionante el consu- rridos en el centro de México, que en los casos de la Mixteca Alta. La
mo de setenta y nueve barricas de aguardiente de caña además de las pretensión más común era la pérdida total de la memoria, pero el al-
mezclas locales de tepache y de pulque, en el pequeño pueblo de San cohol también intervenía de otras maneras. Seis de los delincuentes
Salvador el Seco, en Tepeaca, e indica que la comunidad entera
179AGN Criminal 39 Exp. 18 (1818 trabajador en una acequia, Cuernavaca).
bebía en exceso; pero esta es la excepción más que la regla. El pago 179AGN Crimina/ 17 Exp. 9, 41 Exp. 33, 54 Exp. 1, 67 Exp. 6, 120 Exp. 17, 148 folios
de salarios por medio de bebidas alcohólicas, que parece haber sido 263-, 154 folios 536-, 111 Exps. 3 y 10, 207 Exp. 1; AEO Júzgate legajo de 1767;
CDCh Oaxaca, rollo 14 txp. 259; AGÍ Audiencia de México 2588, 19 de febrero de 1784Í
informe del Obispo de Cuernavaca sobre la pena corporal de los indígenas, folio 14v.
176 Existen unos cuantos ejemplos del desgaste físico producido por el alcoholen indi- "De manera que hasta los indios que son buenos y los pocos, los tan pocos que se abs-
viduos que habían dejado de comer y habían quedado reducidos a un costal de huesos. tienen de tomar alcohol se dedican a beber cuando se convienen en funcionarios de la
La causa radical de esta degeneración física puede o no haber sido el alcohol. comunidad. Para arruinar a un indio no hay más que hacerlo alcalde"; 877 (infonne
177 AGN Criminal 176, folios 224-. del cura párroco de Cuilapan).
104 LA EMBRIAGUEZ LA EMBRIAGUEZ 105

del centro de México recordaban claramente la escena de violencia y nombrados por el tribunal, hicieron valer en primer lugar la ebrie-
creían que el alcohol había desatado sus pasiones irracionales, vol- dad después de la confesión preliminar y sugirieron a sus clientes
viéndolos "ciegos de rabia", "provocativos" o "encolerizados y alte- frases tan brillantes como: "Estaba tan ebrio y tan fuera de sí que
rados", mientras que otro indio sostuvo que no había nada de cólera actuaba como demente, como autómata o como máquina irracio-
de por medio, "sólo embriaguez". 18 " En algunas ocasiones se echaba nal, cuyos movimientos estaban totalmente desprovistos de razón y
la culpa al alcohol de una manera general: "Hizo lo que le dictó su de libre voluntad."185 La conveniencia legal de hacer valer la em-
estado de ebriedad".181 Los delincuentes varones también pretendían briaguez y las obvias sugestiones de los abogados hacen pensar que
con frecuencia que el alcohol les había determinado un estado de algunos indios que echaban la culpa al alcohol estaban pronuncian-
enajenación mental pasajera, usando expresiones como: "había per- do palabras en las que no creían. Que los indios podían hacer valer el
dido la razón" o "me encontraba en estado de confusión mental" o alcohol en su beneficio como excusa de sus agresiones premeditadas
"no sabía lo que estaba haciendo".182 En la Mixteca Alta, en cam- era muy claro para un juez, quien hacía notar que los indios con fre-
bio, eran muy reducidos los diversos tipos de afirmaciones relaciona- cuencia bebían antes de cometer un delito, contando con "la seguri-
das con el hecho de que el alcohol hubiera sido el factor determinan- dad de que no serían castigados".186 En ocho procesos seguidos con-
te. En cinco de los doce casos de la Mixteca en que el acusado dijo tra indios en el centro de México, losjueces se negaron a aceptar que la
que el alcohol tenía que haber sido la causa del delito, los infrac- embriaguez fuera circunstancia atenuante, haciendo valer que el
tores pretendieron haber perdido totalmente la memoria. En cada alcohol era sólo un pretexto para realizar un acto con premedita-
uno de otros cinco casos el acusado dijo que "había perdido la razón" ción.187
y que no tenía dominio sobre sus actos. En los dos últimos ejemplos, Si bien los procesos criminales pueden exagerar las actitudes de los
los acusados dijeron que no sabían lo.que estaban haciendo. 183 campesinos acerca del alcohol como causa de los delitos, de todas
El ambiente del salón del tribunal indudablemente afectaba el tes- maneras parece que los indígenas, especialmente en el centro de Mé-
timonio de los acusados acerca del alcohol puesto que el reconoci- xico, estaban empezando a adoptar la idea de los españoles de que el
miento del estado de ebriedad generalmente era visto con compren- alcohol podía destruir el juicio natural de una persona y su buen sen-
sión por los tribunales coloniales. Los funcionarios españoles creían tido y podía, por sí solo, ser la causa de la comisión de un delito. La
que el alcohol era la principal causa de la comisión de delitos por prueba más convincente de que esta opinión se estaba incorporando
los indios y en las castas, por lo que el estado de ebriedad se acepta- a las creencias del pueblo acerca del alcohol proviene de cuatro casos
ba a menudo como un atenuante al dictarse la sentencia. 184 En cada de agresión en el centro de México, en los que tanto las víctimas
una de las 46 confesiones preliminares que se tuvieron a la vista, por como los agresores afirmaron que el estado de ebriedad de éstos era la
lo que respecta al centro de México, el ofensor ni siquiera había sido única causa posible del ataque. I8f
formalmente acusado, ni había recibido consejo jurídico alguno, y es Aun en el centro de México, en donde el alcohol iba asociado con
de suponer que estaba ofreciendo su propia justificación del deli- la mayoría de los homicidios que se cometían en los pueblos en el
to. En otros 18 casos del centro de México, los abogados defensores siglo xvín, la violencia bajo el efecto del alcohol estaba lejos de ser
indiscriminada. Una clave para analizar las situaciones en que el al-
180 AGN Criminal 198 Exp. 2, 171 folio 16r, 186 folio 297, 179 Exp. 1.
cohol se acoplaba a la violencia era el ambiente social. Las fiestas del
""AGN Criminal 103 Exp. 2. 137 Exp. 6, 139 Exp. 17. 155 folios 148-51, 168 lolios
1-13, 170 folios 90-IOS, 200 Exp. |, l l l Kxp. 10, 123 Exp. 13. 1M A(¡N Crimina! 171 folios 429-46, 183 folio 373.
IK AGN Criminal 15 Exp. 22, 173 folios 196-302, 633 Exp. 1, 103 Exp. 13, 129 Exp. 6, 186 AGN Criminal 159 folios 163-80.
180 folios 476-541. 187 AGN Crimina/2 Exp. 2, 17 Exp. 8, 129 Exp. 6, 132 Exp. 15, 148 folios 366-70, 159

""CDCh Oaxaca, rollo 2, 1598, Tiltepec, 1600, San Francisco, sujeto de Yoloiepec, folios 163-80, 170 folios 246-83, 201 folios 179-88, 306 Exp. 1. El antropólogo Henri
1601, Yanhuiílán. 1602. Teposrolula; rollo 3, 1605. Santa María Gadasrlauara; rollo Favre ha observado este mismo patrón de embriaguez y de violencia entre los actuales
4, Exp. 108; rollo 5, Exp. 186; rollo 6, Exp. 199; rollo 8, Exps. 299, 302; rollo 10, Exps. indios chamulas de Chiapas: "Generalmente el asesino se embriaga después de haber-
553, 556; rollo 14 Exp. 210. se decidido a matar, para 'hacerse de valor'- " "Notas", p. 318.
184 AGN Criminal 187 lolios 276-288; Recopilación 6-1-37. 188 AGN Criminal 111 Exp. 10, 123 Exp. 13, 139 Exp. 17, 155 folios 148-51.
LA EMBRIAGUEZ 107
106 LA EMBRIAGUEZ

pueblo, los ritos relacionados con el levantamiento de las cosechas, la ios bares de las ciudades norteamericanas, la pulquería era un "lugar
bendición de una casa nueva, las labores comunes y otros ritos del de descanso", en donde no se aplicaban necesariamente las reglas del
grupo durante los cuales se bebía, rara vez constituían el marco de la exterior. 191 Los nombres caprichosos de las pulquerías de la colonia
violencia entre los miembros de una comunidad. eran una invitación para olvidarse de los diarios cuidados y respon-
Una situación específica en que la embriaguez conducía a las agre- sabilidades: El Monstruo, Los Camarones, El Gallo, El Fraile, El Piojo
siones violentas era el desafío entre dos hombres para ver cuál de los y La Milagrosa.192 En este ambiente la gente esperaba que el alcohol
dos podía beber más. La importante costumbre de brindar adquiría fuera fuente de alegría o de felicidad, y a veces de conducta eufórica
un doble aspecto. Aunque se aceptaba como señal de camaradería y bronca.193 La liberación de las emociones y las palabras en este
podía también ser aprovechada por un individuo vengativo para ambiente informal de la pulquería podía ser peligrosa. Sin tomar en
hacer que sus rivales se colocaran en una situación vulnerable. La cuenta los homicidios cometidos por campesinos contra sus esposas,
bebida que se ofrecía o se solicitaba difícilmente se podía rehusar. El una proporción impresionante de ataques armados en el centro de
estado de ebriedad que se había iniciado con el pretexto de respetar México se inició dentro o cerca de las pulquerías. 194 Muchos iban
los ritos podía convertirse en una contienda simbólica entre dos ene- precedidos de discusiones inopinadas e insultos y de ahí a las afirma-
migos, parecida a los encuentros de lucha entre los indios Yahgan ciones de mayor virilidad y por último a la violencia física. Estas cir-
del Sur de la Argentina, que se celebraban como sustituto de una cunstancias que constituyen una invitación al homicidio se estudian
guerra. El que podía beber más obtenía una victoria psíquica sin ampliamente en el capítulo n i .
haber tocado siquiera a su adversario. Pero éste podía ser un juego Otras situaciones no preparadas en que se relacionaba el alcohol
peligroso. En ciertas ocasiones había desde un principio la intención con la violencia eran las reuniones de personas distintas pertenecien-
de atacar con las armas cuando el contrincante se encontrara bajo el tes a diversas comunidades en los días de mercado y en las fiestas
estupor de la embriaguez. Desde la década de 1590 se presentan regionales, en las calles del pueblo después de haber oscurecido, en
casos comprobados de ataques iniciados por campesinos que traicio- las fiestas privadas fel cuadro familiar que puede estar exento de las
nando el significado de un brindis como signo de respeto, obligación reglas restrictivas de la conducta pública de la comunidad en las oca-
y confianza, atraían a sus rivales que se mostraban renuentes, ofre- siones en que se bebía) y especialmente en los caminos reales y en las
ciéndoles una bebida para lanzar luego el ataque. 181 * Debido a la obli- veredas fuera de las poblaciones. Los funcionarios de la comunidad
gación de aceptar una bebida cuando era ofrecida, la ira y la violen- surgen como un grupo en el que se combinaba la violencia con el
cia podían brotar intempestivamente en esos desafíos para ver quién embriaguez con violencia estaba también relacionada con una sensación de impo-
bebía más, cuando el invitado se negaba a beber más u no bebía tencia, AEO Juzgados, legajo de 1805.
tanto como el anfitrión.191 191 Este tema es desarrollado por Cavan, Liquor ¡Acense.

La violencia en estado de ebriedad parece haber sido mucho más 192 Poner el nombre a las pulquerías se volvió algo verdaderamente extravagante en

el siglo xix. De la ciudad de México de los tiempos de don Porfirio vienen: IMS sabios
común en las situaciones imprevistas en las que el alcohol no tenía un
sin estudio, Kl triunjo de la ondajria, Yo viajo al más allá. Me .nenio un campeón de box. La
significado de responsabilidad social. Esto era especialmente cierto eterna vieja guerra. Las groserías dt San (,'risíóbal, l^as batallas de la noche corrían por el mundo.
en los pueblos en donde había pulquerías formales (a diferencia de Los misterios de! comercio, Kl mercado de la carne, La dama de la noche, IM muchacha de los
aquéllos en donde se ofrecía un jarro de pulque en las casas de los muchos besos. Mi único amor, El vaso del olvido, Mi güero. Queremos saber qué pasa,
campesinos). La conducta en las pulquerías, ya sea en la ciudad de Me quieres aún pequeña. Reír, nada más que reír, El paraíso de mis sueños.
1<M Stross, pp. 58-59 plantea la relación entre la cantina y el machismo en el Jalisco
México o en los pueblos era muy semejante a la clásica falta de inhi-
moderno, conexión que también puede haber determinado que las pulquerías o taber-
bición, en la cual la conducta característica de una persona se trans- nas de la Colonia fueran lugares de violencia.
formaba con frecuencia, de manera espectacular. Lo mismo que en '"AGNCnWiuMl Exp. 7, 95 Exp. 6, 108 Exps. 5, 7, 11, 14, 110 Exp. 8, 1 1 1 Exp. 12,
117 Exp. 11, 119 Exp. 11, 125 Exp. 2A, 126 Exp. 2, 128 Exp. 4, 129 Exp. 5, 130 Exps.
189CDCh Oaxaca, rollo 2, 7 de noviembre de 1598; rollo 5, Exp. 186.
1, 6, 150 folios 68-, 170 folios 109-, 202-, 246-, 172 folios 345-, 198 Exp. 3, 201, fo-
190AGN Criminal 186 folios 201 -, 119 Exp. 1 1 ; CDCh Oaxaca, rollo 1 1 , Exp. 575. Un
lios 179-.
ejemplo moderno se describe detalladamente por Selby, Capotee Deviance, pp. 26-27. La
108 LA EMBRIAGUEZ LA EMBRIAGUEZ 109

alcohol. A juzgar por el número de quejas presentadas en su contra, MeJina observaba que la gente del campo llegaba a los mercados
los funcionarios indígenas en estado de ebriedad eran propensos al de la ciudad de México y para hacer otros negocios generalmente aca-
empleo excesivo de la fuerza cuando hacían arrestos o intervenían en baba en los puestos de pulque: "La libertad que existe en esos lugares
las discusiones.195 es la causa de muchos desórdenes y regresan del mercado sin dinero y
Una de las razones de la mayor incidencia de problemas sociales sin mercancías."200 La relación entre el alcohol y los actos de violen-
relacionados con el alcohol en el México central era, nuevamente, su cia que cometían en la ciudad los campesinos que no tenían antece-
proximidad a la ciudad de México, la más importante ciudad del dentes de agresiones en estado de ebriedad en su casa, se ejemplifica
virreinato. La capital atraía a los mercaderes rurales, a los litigantes, por un indio de Xochitepec (jurisdicción de Xochimilco) que llevó a
a los peticionarios que tenían negocios en esa ciudad, pero de manera su mujer a la ciudad un domingo en el año de 1796. De la iglesia se
igualmente importante, era un lugar dé refugio que los liberaba tem- fueron a beber y en el camino de regreso a su casa la mató. Se defen-
poralmente de las reglas de comportamiento de los pueblos. Los dió diciendo que no estaba acostumbrado a beber y que había bebi-
esponjosos cimientos de la ciudad estaban casi tan saturados de alco- do tanto que perdió el sentido y no creía que él la había matado. 201
hol como de agua del lago. En 1784 el consumo de pulque llegó a 187 Los indios que vivían permanentemente en los vecindarios de San
galones por cada adulto que vivía en la ciudad, además de quizá Juan y Santiago parecían caer en las peores costumbres de los visi-
tres galones de alcohol destilado.196 La reputación de embriaguez y tantes rurales, pero de manera más sistemática. En 1690, la Inquisi-
violencia que tenía la ciudad era aún peor que la de las regiones mi- ción se sintió obligada a cambiar de lugar una cruz que existía en la
neras más conocidas. En un informe acerca del aumento en el núme- parte de atrás del edificio municipal del barrio indígena de San Juan,
ro de pulquerías en Real del Monte en 1775, el recaudador del im- porque los perros y los ebrios de una pulquería cercana se orinaban
puesto reconocía que la mayor embriaguez había acarreado más en ella y estos últimos también mostraban su falta de respeto de otras
muertes, "pero nada como en la ciudad de México".197 Una canti- maneras.202 La investigación que se hizo un siglo después sobre la
dad no precisada, pero sumamente significativa, de las bebidas em- vida en las pulquerías arrojó el mismo "desorden y libertinaje".203
briagantes era consumida por las decenas de miles de campesinos que La Corona intentó controlar de diversas maneras la embriaguez en
se congregaban en la ciudad por temporadas de unos cuantos días o la ciudad, generalmente mediante la restricción del número de per-
semanas en cada ocasión.198 Las frecuentes quejas contra los foraste- misos para establecer pulquerías y la reglamentación de los servicios
ros ebrios que iban de pasada por la ciudad se iniciaron a principios y las horas en que podían estar abiertas, para impedir la venta clan-
del siglo xvn y continuaron durante el resto de la época colonial. Los destina y la entrada de bebidas embriagantes a la ciudad así como
excesos de los ebrios en las poblaciones eran mayores durante la Pas- para reducir el número de personas que iban a la ciudad de México.
cua y la Navidad, lo mismo que en el campo, sólo que en una escala La mayor parte de esas disposiciones fueron inoperantes. En el siglo
mucho mayor. Se acusaba a los indios, al concluir la época colonial, de XVII se concedió permisos a 36 pulquerías, de las cuales 24 eran para
que se embriagaban "de la manera más escandalosa" en las procesio- hombres y 12 para mujeres. Al finalizar el siglo xvm el número de
nes de Semana Santa.199 pulquerías que funcionaban legalmente se elevó a 48, pero siempre
La asociación entre la embriaguez de los visitantes campesinos y su había cientos de puestos en los que se vendía pulque ilegalmente. El
conducta violenta y sin inhibiciones aparece clara en los casos pre- juego y la comida, la música y los muebles estaban prohibidos, las
sentados y observaciones formuladas por los residentes de la ciudad. pulquerías estaban obligadas a tener tres puertas y sólo podían ven-
En 1692, después del motín que hubo en la ciudad, Fray Baltasar de der pulque durante seis horas al día de lunes a sábado y cinco horas
195 Véase la nota 179. los domingos. Estos esfuerzos por lograr que las pulquerías fueran
196 En Scardaville, "Urban Poor and Public Disorder".
197 AGN Criminal 306 Exp. 1A, folio 12r. 200 Medina, "Traiado".
198 Taylor, p. 83. 201 AGN Criminal 29 Exp. 6.
199 AGN Historia 437 Exp. 6 (1794); AGÍ Awlien.ia -tf Méxüo 877, Ifidcabril de 1726.
™2AGN Inquisición 718 Exp. 18.
carta del cura párroco de Jalatlaco. 103 AGN Policía 15 Exp. 1 (1794J.
110 LA EMBRIAGUEZ LA EMBRIAGUEZ III

poco acogedoras e incómodas fueron difíciles de cumplir y se desatendían motivos sociales que hayan podido motivar esa embriaguez periódica
de rutina. Las pulquerías de la ciudad parecen haber sido considera- de la comunidad habían remplazado muy considerablemente a los
das como "antros de iniquidad", "antesalas del infierno" y "las ofici- motivos religiosos en el siglo xvni.205 El tercer cambio importante fue
nas de Lucifer", pero los curas de la ciudad se encontraban ante un la comercialización del pulque. El creciente comercio de las bebidas
doble compromiso cuando trataban de contener la ebriedad. 204 Al- arrastró a muchos campesinos a caer en la red de la vida urbana,
gunas de las familias más ricas y más influyentes de la ciudad eran proporcionando así tal vez a los pueblos una válvula de escape de las
productoras de pulque, más de quinientos tenderos vendían vinos y emociones antisociales pero que costaba muy caro al campesino en su
licores, así como mercancías diversas, y los ingresos provenientes del vida, salud y propiedades. La comercialización contribuyó igual-
impuesto sobre las bebidas eran una fuente de primer orden para los mente a la estratificación social, a medida que los empresarios indivi-
fondos del municipio. duales amasaron fortunas personales con el comercio de las bebidas
embriagantes, y puede igualmente haber debilitado el significado
sagrado y ritual de la bebida. La venta de pulque a algunas comu-
CONCLUSIONES, COMPARACIONES E IMPONDERABLES nidades, el establecimiento de pulquerías de propiedad privada en
los pueblos, y los problemas sociales relacionados con la producción
Apenas se puede dudar que la embriaguez de los campesinos aumen-
de pulque para la venta actuaron para convertir al maguey en una
tó en efecto después de la Conquista, si bien ese aumento fue exage-
mercancía, a expensas de sus propiedades mágicas orientadas hacia
rado por el concepto de moderación de los españoles. Tampoco se
puede discutir que las pautas tradicionales de la embriaguez, aunque la comunidad.
De todas maneras, el consumo controlado de la comunidad y el
no se abandonaron, sí se modificaron de manera considerable. Las
significado ritual del alcohol continuaron siendo evidentes tanto en el
grandes transformaciones en cuanto al consumo de alcohol parecen
centro de México como en Oaxaca al final de la época colonial. Se
haber ocurrido en los primeros cincuenta años de la época colonial.
realizaron diversos tipos de ajustes locales al gobierno colonial y el
Uno de los cambios fue un consumo generalmente mayor (el cual
mantenimiento de pautas de bebida relativamente pacíficas en los
parece haberse estabilizado en varias comunidades para el siglo XVIH),
diversos lugares no puede explicarse por una causa aislada. Las co-
causado parcialmente por la inclusión de un mayor número de nuevos
munidades del centro de México que tenían ritos de la bebida asocia-
macehuales en el grupo de bebedores y por la introducción de nuevas
dos a buenos sentimientos, compartían por lo menos dos característi-
bebidas, especialmente el alcohol de caña, complemento de la bebida
cas: preferían el pulque solo o con aditivos a las bebidas destiladas, y
de los campesinos que en ciertas comunidades del centro de México
producían la mayor parte o la totalidad de lo que consumían. El he-
llegó prácticamente a sustituir al pulque como su bebida ordinaria.
cho de que el centro de México parezca haber tenido mayor inciden-
Un segundo y muy significativo cambio fue el ajuste de la embria-
cia de alcoholismo y consecuencias sociales más destructivas que la
guez ritual de los campesinos a los numerosos días de fiesta del calen-
Mixteca Alta puede atribuirse a la influencia en contrario que ejercía
dario católico. En los tiempos prehispánicos, el trabajo y los ritos se
encontraban profundamente enlazados, el trabajo mismo se efectua- •" ' El empico de (liras drogas fuera del alcohol en las dos regiones es un tenia distinto,
ba ceremonialmente y se le daba un acento de significado ritual. En que debería arrojar más luz sobre las pautas de la embriaguez. Disponemos de algunas
la vida cristiana de la Colonia, se suponía que los fieles trabajarían informaciones acerca del uso de las drogas acudiendo a Medicina y Magia, de Aguirre
seis días de la semana, reservando para el servicio de Dios los domin- Belirán. Yo he realizado otras investigaciones en los archivos sobre el uso del peyote,
gos y los días de fiesta especiales, pero en la práctica los reservaban que aparecerán en un breve articulo. La principal diferencia entre el significado del
peyóle y el del alcohol en las comunidades campesinas del centro de México al
para el descanso, el placer y las actividades de la comunidad, parti- concluir la época colonial consiste en que el peyote era usado principalmente por los
cularmente para beber en grupo. Tengo la impresión de que los hechiceros, y se le atribuían poderosas propiedades mágicas, tales como predecir el
01 "Informe sobre pulquerías y tabernas, el año de 1784", Boletín del Archivo General dt futuro, encontrar cosas perdidas o robadas y proteger contra los peligros; el alcohol,
la .\atioa xvni; 2 (1947), 208, 211; AG.\ 2126 Exp. 1, folio 45v; BNM 1359 con sus más benignos elecios como droga, tenia más reducidos poderes sobrenaturales
folio 7r. propios y se le daban más usos sociales.
112 LA EMBRIAGUEZ LA EMBRIAGUEZ 113

la ciudad de México frente a las reglas tradicionales de los pueblos portante adelanto de tipo general es la obra Drunken Comportment, de
rurales aplicables a fas ocasiones en que se bebe y a la conducta MacAndrew y Edgerton, que se apoya en un importante conjunto
relacionada con la embriaguez. de trabajos etnográficos recientes de las comunidades de individuos. Su
Los estudios acerca del alcohol han avanzado muy considerable- tesis principal, después de haber tomado en consideración la diver-
mente en las ciencias sociales y naturales en los últimos 25 años. Existen sidad tan grande de comportamiento de los ebrios en los diversos gru-
actualmente estudios fidedignos sobre las pautas de bebida en algunas pos, consiste en que, mientras el alcohol parece tener el efecto físico
comunidades del México moderno así como de otras partes, y una de reducir la angustia y tal vez de rebajar los límites de la violencia
bibliografía cada vez más abundante sobre los efectos físicos de las en los individuos, sus efectos físicos no llegan al grado de destruir
bebidas alcohólicas. Estos estudios constituyen la base de muy ilus- totalmente los frenos, dejando aflorar de una manera uniforme las
trativos estudios culturales que arrojan alguna luz sobre los más im- agresiones sociales que se reprimen mediante la sobriedad y las cos-
portantes temas examinados en el presente capítulo.206 tumbres sociales.208 En cierto número de comunidades que citan
Se sabe desde hace mucho tiempo que el alcohol tiene el efecto físi- MacAndrew y Edgerton, la embriaguez está asociada a la armonía
co de deprimir el sistema nervioso central y afectar la facultad de social más que a una conducta no inhibida o destructiva. Esta con-
movimiento. Pruebas realizadas sobre la reacción galvánica de la clusión de qué la falta de inhibición o de control no es un efecto fisio-
piel de los seres humanos con y sin alcohol en el sistema indican que lógico general del alcohol, aun cuando se consuma en cantidades
el alcohol en cantidades moderadas puede reducir la tensión emocio- elevadas, indica que la conducta del ebrio se ve afectada de mane-
nal, lo que determina que el alcohol pueda ser una droga con cierto ra sutil pero bien definida por las diversas prácticas sociales, en las
efecto en la disminución de la angustia. Estudios comparativos recién cuales las expectativas del grupo respecto de los efectos del alcohol
realizados entre esquimales, orientales y caucásicos indican que el desempeñan un papel decisivo. La agresión de palabra o física es
metabolismo del alcohol puede ser distinto entre grupos diversos. En efectivamente un resultado de la embriaguez, Jo que indica que el al-
particular, los esquimales que constituyen un grupo más reducido, cohol puede aumentar las probabilidades de una conducta violenta;
parece que se recuperan más lentamente de los efectos del alcohol pero la relación entre el alcohol y la agresión está muy lejos de ser
que los caucásicos, aunque se requieran aproximadamente las mis- universal, y cuando efectivamente se juntan, la conducta social está
mas cantidades de alcohol para producir el mismo nivel de intoxica- sujeta a una pauta en lugar se producirse al azar, según lo hemos
ción en los dos grupos.207 Este tema de los efectos físicos del alcohol visto en las ocasiones en que ocurría la embriaguez de la comunidad
según las diversas poblaciones se sigue discutiendo muy acalorada- en el México colonial, en que los actos de violencia de los ebrios se
mente y parece que está muy lejos de haberse comprobado experi- dirigían en contra de los forasteros.
mentalmente. En cualquier caso, la posibilidad de que existan algu- EJ resultado neto de las investigaciones recientes sobre los aspectos
nas diferencias entre los efectos físicos del alcohol en los españoles y sociales de la embriaguez pone seriamente en duda la prevaleciente
en los naturales de América no se puede desechar, aunque sean muy importancia del alcohol en s! mismo (especialmente para reducir la
reducidas las pruebas que puede aportar el historiador a este respec- inhibición) sobre la conducta social de las personas que han estado
to, tomándolas de los antecedentes escritos que exisien. bebiendo, y abre la posibilidad de una gran diversidad de pautas de
La reciente investigación de los aspectos sociales de la embriaguez conducta, desde la agresión violenta e intempestiva, asociada con la
tiene importantes implicaciones en cuanto al papel que representan creencia de que el alcohol disuelve las inhibiciones que causa la luci-
los efectos físicos del alcohol en la conducta social. Quizá el más im- dez, hasta la embriaguez pacífica de la comunidad que va asociada a
la creencia de que el alcohol provoca la armonía y disipa la ira.20" La
06 La reciente bibliografía sobre tas relaciones cWre la embriaguez y los demás

aspectos de la vida social de la América Latina ha sido resumida admirablemente por conducta social característica con frecuencia cambia bajo la influen-
Dwight B. Healh, "Perspectivas socioculturales del alcohol" y "Anlhropological Approa- cia del alcohol, pero estos cambios tienen mucho que ver con lo que
ches to Alcohol". 208 MacAndrew y Edgerton, pp. 165-71.
2 °'Fenna a al., pp. 472-75.
2M Madsen y Madsen, pp. 701-18.
114 LA EMBRIAGUE/ LA EMBRIAGUEZ 115

las creencias sociales le dicen al bebedor acerca de los efectos del al- mayor frecuencia después de la Conquista, de que era mayor el ries-
cohol. Como hemos visto en los ejemplos de México, las creencias go del alcoholismo y de que el significado religioso de las bebidas al-
sociales pueden sugerir agresiones violentas o conducta imprevisi- cohólicas estaba declinando. Se considera que el hecho de beber más
ble, o la convivencia y el contento como acompañantes de la embria- significa "desempleo psicológico", "impotencia", "escape" o "ma-
guez. Recientes estudios de casos concretos para comprobar las pau- lestar psíquico". Pero suponer que el consumo del alcohol tiene una
tas del consumo del alcohol que reduce las diferencias sociales y los relación directa con la salud mental proviene de ideas exagerada-
conflictos entre los miembros de una comunidad, ponen en duda mente simplificadas de sus efectos físicos ya como un elemento que
igualmente que como el alcohol tiene el efecto fisiológico de reducir reduce la inhibición en general y en consecuencia determina la vio-
la tensión emocional, la embriaguez sea un indicio del deseo de esca- lencia y la desintegración social, ya en tanto sus propiedades como
par de un mundo de conflicto y desalíenlo.210 En otras palabras, no es droga y reductoras de la angustia, son vistas como indicadores de
sencilla la relación que existe entre el grado de conflicto que hay en enfermedad mental de las sociedades.212 Además, esas explicaciones
una sociedad y la cantidad de alcohol consumido. La embriaguez psicológicas tienen que ser complementadas con una perspectiva que
puede ir asociada al conflicto, pero su consumo como símbolo de per- dé un lugar tanto a la importancia de los grupos sociales, de las uni-
tenencia a una comunidad en comunidades modernas mexicanas del dades que forman las poblaciones y los pueblos, como a la posibili-
campo como Tecospa y Juxtlahuaca, desmiente la ¡dea de que la em- dad de que la bebida tenga poco o nada que ver con la descomposi-
briaguez periódica sea necesariamente una especie de retiro estéril a ción social o con la cohesión de la sociedad. No existen pruebas de
la euforia del alcohol para eludir los conflictos sociales que el indivi- que los indios que vivían en el campo, fuera del tiempo que pasaban
duo o el grupo son incapaces de resolveré" en la ciudad de México, se dedicaran a embriagarse sin cesar, como
Después de sopesar las pruebas documentales que subsisten acerca manera de huir de la depresión y el colapso moral. El desaliento que
de la embriaguez en el campo en el centro de México y en Oaxaca sintieron los depuestos gobernantes aztecas se encuentra bien com-
durante el siglo xviii. así como la bibliografía sobre los aspectos socia- probado por el Códice Florentino; pero de esta prueba no puede infe-
les de la embriaguez, yo deseo sostener que los ejemplos concretos de rirse que las comunidades campesinas que sólo de nombre formaran
alcoholismo y conducta viólenla de los ebrios, así como los comentarios parte de la vida de los aztecas, se hubieran visto igualmente devas-
generales de los funcionarios coloniales sobre los efectos destructivos tadas por la conquista política. De hecho, el modesto poblado adqui-
de la embriaguez de los campesinos, no constituyen pruebas conclu- rió importancia durante la época colonial a expensas de sus ligas
yentes de que "la plaga del alcoholismo" haya arrasado el campo de étnicas y regionales. El incremento de la embriaguez popular y la
México como la devastadora epidemia de matlazálmatl en el siglo importancia simbólica del pulque para la vida de la comunidad son
XVI Existen serias pruebas de que los campesinos bebían más y con un reflejo de los ajustes del pueblo a ese cambio, así como a los desas-
tres causados por las enfermedades epidémicas, los nuevos asenta-
2lfl Ronald Spores ha encontrado que el alcohol se usaba como "mecanismo nivela- mientos, los sistemas de trabajo de la Colonia, la confusión general y
dor" para reducir las dilerenrias sociales y la distancia social en Yucuita, Mixieca Alta el desorden de la vida rural al principio de la época colonial.
(comunicación personal).
211 Véase Cinqucmani respecto de una discusión reciente sobre los patrones de em-
briague/ y sus relaciones ron la violencia en tres pueblos modernos de México (Indios
Mixtéeos de Justlahuaca, Oaxaca; los indios de Tecospa que hablan náhuatl cerca de
la ciudad de México; y los habitantes dt-1 pueblo de Kl Cerrito, Guerrero). De confor-
midad con MacAndrew y Ld^erton, Cinquemani llega a la conclusión de que "las
formas de conducta violenta > no violenta que se exhiben durante la embriaguez se
encuentran conformadas muy considerablemente por las expectativas culturales y por
el contexto cultural" (p. 4). La violencia no aparece en ninguna de estas comunidades-
durante las reuniones rituales, ceremoniales y en ciertos tipos de reuniones seculares en
las que se consume alcohol incluso en cantidades prodigiosas. ""Bortón, pp. 199-320.
EL HOMICIDIO 117

pueda reflejar todos o cuando menos los más importantes focos de


tensión y de conflicto en esas comunidades.
III. EL HOMICIDIO De todas maneras, pueden hacerse unas cuantas afirmaciones, de
manera tentativa, sobre la incidencia de los delitos en el centro de Mé-
Los expedientes de los procesos criminales son una de las fuentes más xico y en Oaxaca, en un esfuerzo por colocar en perspectiva la con-
útiles y abundantes para el estudio de los conflictos sociales y los valo- ducta comprobada como delictuosa en los procesos, aun cuando
res, de las pautas de vida y conducta social de los indígenas que vi- parecería obvio, aun a primera vista, que éste no es el mayor benefi-
vían en los pueblos de la América Latina durante la Colonia. En ellos cio que obtenemos de los archivos criminales que subsisten acerca de
se puede encontrar la voz de los campesinos mismos cuando habla- los campesinos de México. Apoyándonos en los datos fragmentarios
ban del mundo en que vivían. Pero aun cuando ricos en información de aprehensiones de los siglos xvn y xix, al parecer podemos suponer
acerca de la historia del México rural, de todas maneras plantean que la proporción de homicidios en el campo en general aumentó al
graves problemas de interpretación. ¿Los antecedentes que subsisten finalizar el siglo xvn y en el siglo xvni, y que se cometían más homi-
son una muestra representativa de los delitos que se cometen en el cidios en promedio en el centro de México que en la Mixteca Alta
campo? ¿Son siquiera representativos de la categoría del delito que se (donde se calculaba que ocurrían 12 por 100 000 habitantes anual-
comprueba por ese medio? mente). Resulta necesario luchar con la incidencia relativa de diver-
Después de haber estudiado toda la gama de delitos que aparecen sos tipos de conducta delictuosa como ayuda para hacer una estima-
comprobados en la época colonial, he llegado a la conclusión de que ción de la importancia, en constante cambio, de la violencia personal
los procesos criminales del centro de México y de Oaxaca no son en la vida social campesina. Aun si pudiéramos partir de bases sóli-
igualmente representativos de todos los tipos de conducta delictuosa das para hacer una estimación de la incidencia de los homicidios en
en el campo. Los archivos criminales de los distritos rurales rara vez varios lugares en la época colonial que mostraran niveles más ele-
incluyen listas detalladas de todas las aprehensiones, que permitirían vados, esto podría implicar la erosión de algunas defensas sociales
hacer siquiera una estimación general de la incidencia de los delitos contra la violencia, pero no seria una prueba concluyeme de un des-
en la época colonial, de la misma manera que J. M. Beattie, J. B. plome social. Como lo ha dicho Robert Edgerton, las sociedades
Given y otros autores han estudiado la incidencia de los delitos en la humanas, desde las tribus, hasta las poblaciones, han mostrado que
historia de Inglaterra. Cuando más, los datos extractados de las tienen "una inmensa rapacidad de vivir con la violencia". En algu-
aprehensiones, cuando existen, nos dan una idea de los tipos de nas sociedades se considera que la violencia es un aspecto aceptable y
conducta que el Estado identificaba como delitos.1 Algunas catego- necesario de la vida. 2
rías de delitos, generalmente las menos graves desde el punto de vista Los expedientes de procesos criminales de la Colonia están relacio-
del Estado, estaban mal representadas en los datos de las aprehensio- nados con una extraordinaria diversidad de infracciones a las leyes
nes y resultaban aferradas por los diversos patrones a que estaba coloniales, que incorporaban principios de control social formal e
sujeta la aplicación de la ley, de donde resulta que queda totalmente institucionalizado.)Los delitos que aparecen comprobados incluyen,
excluida una conducta que en los pueblos se consideraba como delic- entre otros, el homicidio, la agresión con violencia y golpes, la vio-
tuosa pero que no era perseguida por el Kstado, como la brujería. La lación, el hurto, la falta de pago de las deudas, la calumnia, la so-
atmósfera de desconfianza y reprimida hostilidad que los etnógrafos domía, el adulterio, la prostitución y el abandono de niños;' pero
han comprobado respecto de muchos pueblos del centro y del sur de ¿podríamos decir que esos expedientes contienen un grupo representa-
México hace discutible suponer que ni siquiera una descripción com- tivo de casos respecto de cualquiera de estos tipos de delitos? Para
pleta de violencia entre las personas, de la rual ha quedado huella, casi todas las categorías la respuesta sería "No". No había ninguna
-'Edgerlon, p. 170; Bohannon, A/rifan Homici-if, p. 84; Romántico i-Ross, p. 132; Les-
1 Be.utH-, pp. 47-95, ñus of'rccc una valiosa exposición de la-, limitaciones y prejuicios
ler. pp. 466-68; Whyíe, pp. 373-92; Taggari, "'Ideal' and 'Real' Bchavior", pp. 347-
358; (iiven, p. 213.
de los registros de aprehensiones,
116
EL HOMICIDIO 119
118 EL HOMICIDIO
por las autoridades coloniales como por los habitantes indígenas de
disposición formal que estableciera que los casos de violación, adul-
los pueblos. Por lo que sabemos del derecho penal prehispánico, el
terio, robo y otros delitos que se cometieran dentro de las poblacio-
homicidio era uno de los pocos actos considerados criminales, tanto
nes, se llevaran ante los magistrados de la Colonia para su proceso.
de acuerdo con las leyes indígenas como bajo las leyes españolas que
Generalmente, los que tenían el mando en los pueblos tomaban a su
cargo decidir esos casos sin dejar ningún rastro por escrito. Hay bue- se habían impuesto.1'
nas razones para suponer que cuando se cometían infracciones loca- Una de las ventajas de estudiar los homicidios consiste en que
les de poca importancia que llegaban no obstante a los tribunales de tanto la información comparable de otras sociedades como las técni-
cas establecidas para la organización de las pruebas están a nuestra
la Colonia, era porque alguna de las partes relacionada con el delito
disposición para ilustrar el sentido de los casos registrados.6 Desde
no había quedado satisfecha con la sentencia, o porque los funciona-
rios de la población creían que el caso era demasiado delicado para hace mucho tiempo, el homicidio se ha colocado dentro de una cate-
decidirlo localmente, o porque el cura se encargaba de informar al goría preferente para ser analizado por los criminólogos, y para ello
alcalde mayor. Estos casos contienen informaciones muy sugestivas, han habido muy buenas razones. Es tal vez el único acto social consi-
pero no pueden tratarse como si fueran un grupo representativo.3 derado casi umversalmente como un crimen. 7 Se acepta, en general,
\s leyes y las prácticas judiciales de México durante la Colonia que es el único tipo de crimen que se puede manejar estadísticamente
ordenaban que tres categorías de delitos cometidos en las comunida- respecto de la mayoría de las sociedades.
des rurales fueran sometidos a los tribunales coloniales: los homi- Por lo tanto, he limitado el presente estudio a los expedientes de
procesos pul' homicidio y a los casos de ataque a mano armada y gol-
cidios, los casos graves de agresiones con agravantes y los actos de
sedición.* \Podemos, pues, esperar que los archivos coloniales conten- pes haciendo hincapié, siempre que me fue posible, en los casos de
gan muestras muy representativas de estos casos, aun cuando algunos homicidio más fidedignos. Obtuve los informes de 564 procesos en las
homicidios y numerosos asahos a mano armada indudablemente es- comunidades rurales del centro de México y de la Mixleca Alta. De
capaban de la atención de los magistrados de la Colonia, y respecto esos procesos, 362 se localizaban dentro de un área que corresponde
de otros, particularmente del centro de México, se han perdido los más o menos a los actuales estados de México y de Hidalgo, y 202
antecedentes. Los homicidios tenían ciertas características judicia- casos provienen de la Alcaldía Mayor de Teposcolula en la Mixteca
les en el México colonial, además del requisito formal de que se Alta. Más del 95% de los procesos están fechados de 1780 a 1815, y los
sometieran a las autoridades del virreinato. Estos aspectos me hacen de la Mixteca Alta están distribuidos de manera muy uniforme en
pensar que los expedientes de procesos de homicidio que aún subsis- los periodos de 1620 a 1650 y de 1780 a 1815. Aun cuando es menor el
ten son más completos que los de otros delitos que se cometían duran- número total de casos de homicidio y agresión en la Mixteca Alta, la
te la Colonia. Puesto que un delito sólo es tal cuando la ley as! lo muestra es más completa que la de la región central de México, por
establece, los campesinos que estaban sujetos a la ley tenían que dos razones. Primera, porque la extensión territorial de la Mixteca
aceptar la definición que hacía el sistema jurídico de un determinado es aproximadamente una sexta parte y la población ocho veces me-
delito si vamos a tener una certeza razonable de que el caso sería nor que en el área que cubren los procesos del centro de México.
sometido a los tribunales como cosa de rutina. Prácticamente todos Segunda, he examinado casi todos los expedientes que subsisten de
los tipos de homicidio eran reconocidos como actos criminales, tanto homicidios y agresiones cometidos durante la Colonia en el distrito
de Teposcolula, en comparación con aproximadamente tres cuartas
3 Se podría hacer un estudio interesante de los casos en que los campesinos recurrían a
los tribunales, pero esto suscitaría un conjunto de cuestiones distinto. Los archivos del
México central indican que era más probable que los campesinos que vivían cerca de * PNE VI pp. 95-96, 1 0 1 , 107, 124, 129, 134, 139, 146, 188, 223, 277, IV pp. 18,34,
la ciudad de México sometieran sus problemas domésticos (como el adulterio o gol- 167-168, 198; Guerra, p. 39; Carbajal, pp. 86-92; Clavijero, p. 218; Bandelier, pp. 625-
pear a la esposa) a la decisión de los tribunales de la Colonia. 626; Epútutaiio Vol. 14. p. 146; DII, Vol. 4, p. 541.
6 Véase especialmenie Bohannon. A frican Homicidr. passim.
1 ACN Criminal 55 folio 111-(1721) es un ejemplo de que las autoridades coloniales
1 Blorh y Geis. p. 255, Samaba, p. 21. Cinquemani, pp. 76, 79; Jane Collier, Law
castigaban a los alcaldes indios que eran negligentes en el cumplimiento de la obliga-
and Soda! Changr. p. 55: Nader. "Zapotee Law Cases", p. 120; Quiroz et al., p. 1 1 1 .
ción de informar de los homicidios.
120 EL HOMICIDIO EL HOMICIDIO 121

partes de los casos no militares en el AGN Criminal, que correspon- argumentos de la defensa y la sentencia del triounall Son fuentes im-
den al centro rural de México (380 volúmenes de un total que se calcu- portantes de información en los expedientes 1) efinTorrne inicial del
la en 500 volúmenes de expedientes de lo criminal no militares). Si crimen, que comprende una o dos páginas, formulado por los funcio-
se parte de la suposición de que esta selección es una muestra hete- narios del pueblo para el alcalde mayor, que generalmente se prepa-
rogénea de homicidios y agresiones cometidos en las dos áreas, hay raba unas cuantas horas después de haberse cometido el delito; 2) las
probabilidades en proporción de 90 a 100 de que los resultados con- declaraciones del agresor (generalmente una declaración previa ren-
tengan un error inferior a, más o menos, 3.7%.8 dida poco después de la aprehensión y una declaración formal rendi-
Los expedientes están relacionados, sobre todo, con delitos que se da en el interrogatorio durante el proceso, que comprende de dos a
cometieron dentro de las comunidades indígenas y se sometieron a cinco páginas); 3) los testimonios de la víctima, de los peritos, testi-
proceso ante los tribunales establecidos por las leyes españolas a los gos y testigos calificados que ordinariamente abarcan la mayor parte
niveles del distrito y de la provincia.iEn los procesos participan jue- del expediente; 4) las conclusiones del juez en cuanto a las pruebas
ces y abogados españoles y criollos, y partes y testigos de la clase cam- acusatorias; 5) las conclusiones del abogado defensor que incluyen
pesina india y de otras clases bajasj Individuos clasificados como in- sus argumentos legales y el testimonio de testigos adicionales, y 6) las
dios suman el 64% de los agresores del centro de México, y 76% de las explicaciones del juez acerca de su veredicto y la sentencia (las tres
víctimas. Los expedientes de la Mixteca Alta muestran una mayor últimas categorías comprenden generalmente de seis a diez páginas).
proporción de indios: 95% de los agresores y 90% de las víctimas. Esta Los testigos generalmente daban contestación a las preguntas concre-
diferencia refleja la mayor proporción de habitantes no indígenas tas que les formulaba el tribunal, pero tanto la víctima como el agre-
que vivían en la parte central del campo de México. sor daban respuesta a una investigación más amplia de lo que en su
Los expedientes de homicidios y agresiones en los que aparecen in- opinión había ocurrido. Las preguntas usuales que se hacían a la víc-
miscuidos campesinos indígenas son generalmente muy voluminosos, tima (en la mayoría de los homicidios la víctima vivía el tiempo sufi-
pues el caso típico comprende aproximadamente treinta Iblios (sesen- ciente para poder hacer declaraciones) eran: ¿Quién lo hirió? ¿Por
ta páginas). iPodía esperarse que el juicio se tramitara de manera qué? ¿Dónde? ¿Con qué arma? ¿Quién fue testigo del ataque?
razonablemente equitativa mediante el nombramiento de un aboga- He tratado de utilizar los expedientes de los procesos para mostrar
do defensor para que compareciera ante el Juzgado de Indios sí el cómo las pautas de los delitos con violencia que surgen de un conjun-
acusado no podía pagar a su abogado-3 En 1785 se introdujeron re- to de casos pueden revelar otros aspectos de las sociedades campesi-
formas administrativas en el Juzgado de Indios para que los abogados nas. Las pautas del homicidio, como acto social, pueden ilustrar los
designados por el tribunal percibieran una cantidad adecuada y pres- valores fundamentales y los focos de tensión dentro de la sociedad.
taran sus servicios de manera competente. 10 Por lo menos un grupo considerablemente grande de procesos por
1 Estos expedientes de los procesos suelen rendir cuatro tipos de in- homicidio nos permite observar las situaciones y relaciones en las
foYmac iones: el cuadro criminal y el acto delictuoso (hora, día, lugar, que la violencia que podía amenazar la vida se cometía en estos
razones del ataque, palabras que se intercambiaron, armas que se ambientes campesinos. Aunque tengo una gran admiración por la ca-
emplearon y heridas que se produjeron); los antecedentes personales pacidad de Osear Lewis y de Ricardo Pozas, entre otros, para evo-
y sociales del agresor y de la víctima (edad, estado civil, raza, ocu- car la vida rural de México por medio de las biografías de campesi-
pación, rasgos del carácter, relación entre el agresor y la víctima); los nos particulares como Juan Pérez Jolote y Pedro Martínez, en la
" DoIIar y Jensen, p. 14. acumulación de las coincidencias individuales es, principalmente,
9 Las costas legales eran sufragadas por el medio real de ministros, que era un donde la delicada red de relaciones y sensaciones se puede hacer vi-
impuesto establecido a car^o de los tributarios varones, Florcscano. p. 13, sible para el historiador social que no ha experimentado directa-
10 Calderón Qutjano et al., II, p, 348. Especialmente respecto de las fallas menores el
mente el tiempo y el lugar de la gente que estudia.
Juzgado de Indios estaba en Conflictos perpetuos ron los lugartenientes <lc los alcaldes
mayores (|iie dictaban y ejecutaban las sentencias sin consultar con el t r i b u n a l . Véase,
por ejemplo, AGN Criminal 184, folios 45-.
122 EL HOMICIDIO EL HOMICIDIO 123

EL ESCENARIO DE LOS HOMICIDIOS en los días de fiesta además de los domingos o durante la Pascua y la
Navidad, por ejemplo el día de la Candelaria, el de Corpus Christi, o
La distribución temporal de los homicidios cometidos en los pueblos en la fiesta del santo patrono del pueblo.1,Veintiséis de los 175 homi-
en las dos muestras que hicimos se presenta en resumen en los cua- cidios que aparecen en la muestra del centro de México y 16 de los
dros 8 a 10. A este respecto, las semejanzas entre la Mixteca Alta y el 111 de la Mixteca Alta, de los cuales tenemos información, ocurrieron
centro de México son más notables que las diferencias. En las dos re- en esos días de fiesta.
giones'la mayoría de los homicidios ocurría durante la noche, y sólo
aproximadamente uno de cada diez homicidios se cometía en la ma- CUADROS. Distribución de los homicidios en el transcurso del día
ñana. El domingo sobresale como el día de la semana en que era más
probable que se cometieran los homicidios en las dos regiones^ y a Centro de México Mixteen Alta
media semana los de menor violencia.
La pauta estacional es menos clara que la distribución por la hora Momento Número Porcentaje Número Porcentaje
del día o el día de la semana. Lo que surge más claramente respecto En la mañana 11 11% 6 11%
de las dos regiones es el punto más bajo del ciclo anual; en junio y En la tarde
julio en la Mixteca Alta; en mayo, junio y julio en el centro de Méxi- (hasta el oscurecer) 36 36 12 21
co. Los meses en que ocurría el mayor número de homicidios en la En la noche 55 55 38 ' 68
Mixteca Alta eran los de la primaveral pero en el centro de México Total 102 56
los del otoño^ )
En su conjunto, los cuadros 8, 9 y 10 indican que los homicidios en NOTA: Los porcentajes en este cuadro y en los demás que siguen no siempre suman
el campo ocurrían generalmente fuera de los periodos normales de 100 por la necesidad de redondear las cifras.
trabajo:\en la noche al regresar del campo, los domingos {que en la
época colonial estaban dedicados al descanso y a la oración, pasán-
dose algunas veces al lunes, al que popularmente se le llamaba "San CUADRO 9. Distribución de los homicidios por días
Lunes" desde fines de la época colonial)])' antes y después del punto
máximo de las labores agrícolas en junio y julio, que era cuando los (.¿entro de Méxu o Mixteca Alia
agricultores permanecían casi todo el día en el campo^Las épocas de
mayor inactividad del ciclo agrícola coincidían con las grandes fes- Día Número Punen! aje . \umero /•^«i.>
tividades religiosas de la Pascua y la Navidad, que constituían una Domingo 44 51% 21 44%
combinación potencialmente explosiva de descanso y festejos popu- Lunes 11 13 9 19
laresAEn la Mixteca Alta, el punto más alto en la distribución de los Martes 7 8 4 8
homicidios por estaciones, parece que venía después de la Pascua y Miércoles 3 3 — —
antes de la siembra, mientras que en el centro de México el punto Jueves 8 9 4 8
máximo parece que ocurría después de levantar la cosecha en el oto- Viernes 4 5 4 8
ño y hasta la Navidad. Sospecho que si contáramos con un mayor Sábado 10 11 6 13
número de muestras de agresiones para incluirlasjunto con los homi- Total 87 48
cidios, ocurrirían dos puntos máximos anuales en las dos regiones:
antes de la siembra en la Pascua y después de levantar la cosecha cer-
ca de la Navidad. Una dimensión de la distribución temporal que no El lugar en que ocurrieron los homicidios, que se resume en el
muestran los cuadros y que viene a apoyar las paulas relacionadas cuadro 11, muestra un fuerte contraste entre nuestras dos regiones.
con los días de descanso,, es la tendencia de los homicidios a ocurrir El doble de los homicidios del centro de México se cometieron dentro

1—
124 EL HOMICIDIO EL HOMICIDIO 125

CUADRO 10. Distribución por meses de los homicidios CUADRO 11. Ubicación de los homicidios

Centro i ie México Mtxteca Alta


Centro de México Mixteca Alta
Mes Ubicación Número Porcentaje
.Número Porcentaje Número Porcentaje Número Porcentaje

Enero 13 7% 11 10% Dentro del pueblo


Febrero 18 10 6 5 En la casa del agresor
o de la víctima 66 27% 17 30%
Marzo 15 9 8 7
Abril 14 8 14 13 En o cerca
Mayo 10 6 17 15 de la pulquería 47 19 2 4
5 3 3 En una fiesta privada 8 3 1 2
Junio 8
Julio 12 7 5 5 En una fiesta
Agosto 13 8 13 12 de la comunidad 7 3

Septiembre 13 8 12 11 En la calle (los dos
Octubre 19 11 5 5 del mismo pueblo) 40 16 —

Noviembre 21 12 7 6 En la calle (el agresor
Diciembre 19 11 10 9 y la víctima de
diferentes pueblos) 8 3 — —
Total 175 111
Total 176 71 20 36
Fuera del pueblo
del pueblo del agresor y de la víctima. De los homicidios cometidos En el camino 28 11 15 27
dentro de la comunidad, los casos de la Mixteca Alta ocurrieron En el campo 32 13 11 20
principalmente dentro de la casa, y la esposa era casi siempre la En el rancho 6 2 — —
víct¡ma\n el centro de México, por el contrario, los homicidios se En un pueblo diferente
cometíarTcon frecuencia en la pulquería del pueblo o en las calles así (generalmente el día
como en la casa-^j del mercado) 5 2 10 18
Casi dos tercios de los casos de homicidio de la Mixteca Alta que Total 71 29 36 64
contienen información acerca del lugar del ataque ocurrieron fuera de Gran total 247 56
la comunidad, en comparación con menos de un tercio para el centro
de México. Los caminos reales eran notoriamente inseguros, espe-
cialmente en el siglo xvín, pero estas cifras no se pueden tomar como
EL ACTO HOMICIDA
indicación de que la mayor parte de los homicidios eran cometidos
por los forasteros. Como veremos, la mayor parte de los homicidios La elección de armas para cometer una agresión homicida varía muy
cometidos en la Mixteca Alta, incluyendo los que se cometían en los considerablemente dentro de las sociedades en el transcurso del tiem-
caminos o en el campo fuera del pueblo, involucraban a los parien- po, lin algunas sociedades, los que van a matar disparan; en otras
tes, a los vecinos del pueblo y a los conocidos.12 apuñalan, en otras golpean. 1 1 Respecto de nuestras dos regionesiel
arma que más sf usaba era el cuchillo, al cual seguían las piedras, los
palos y los puños como armas que se empleaban para golpear a la

" Doughiy, "Social Uses", p. 187; Romanucc¡-Ross, p. 138. IJ Las variaciones modernas en las diversas sociedades se describen por Landau y
12 No encuentro pautas claras al buscar las relaciones entre el tiempo y el lugar.
Drapkin, pp. 24-39.
126 EL HOMICIDIO EL HOMICIDIO 127

víctima hasta que murieraj Comparados con sus similares del centro Mixteca Alta. En ésta los golpes con las manos o con los pies, con pie-
y del sur de México en la actualidad, los campesinos de la Colonia dras, instrumentos agrícolas y palos determinan mayor número de
rara vez usaban armas de fuego. En el estudio de Lola Romanucci- muertes que los apuñalamientos;! en el centro de México los acuchi-
Ross sobre la moderna comunidad de Morelos, se indica que más de llados eran más frecuentes que los golpeadosJEsta diferencia no es
nueve de cada diez homicidios se cometen con fusiles o pistolas, y en la por sí misma una prueba decisiva de que hubiera mayor número de
comunidad maya que estudió June Nash, se emplearon las armas de homicidios premeditados en el centro de México, pero sí es consis-
fuego en la mitad de los homicidios. En estas dos comunidades los tente con las pautas de relaciones institucionales que se estudian pos-
apuñaleados representan casi todas las demás víctimas, o sea el 7% y teriormente en este capítulo y parecen sugerir que, cualquiera que
el 46%, respectivamente. Los golpes no intervienen en ninguno de los fuera el motivo, mayor número de hombres de los pueblos del centro
homicidios de Morelos y sólo en el 5% de los del ejemplo maya. Por el de México se presentaban armados en público, aun dentro de sus
contrario, los homicidios de la Colonia se cometieron en una enorme propias comunidades. H
mayoría empleando el puñal y los golpes, y estos últimos represen- Los insultos que se intercambian antes del ataque, recordados des-
tan una proporción mucho mayor de violencia mortal (cuadro 12). pués por dos o más testigos, nos proporcionan una muestra particu-
Las leyes coloniales prohibían a los indios ser dueños de armas de larmente importante de las auténticas expresiones indígenas que se
fuego sin permiso especial. Pero las leyes por sí solas no pueden ser encuentran directamente relacionadas con el acto delictuoso. Los
una explicación suficiente para la poca frecuencia de los homicidios insultos son brotes espontáneos, una forma de agresión en sí mismos,
por arma de fuego, puesto que los habitantes de la Colonia también mientras que las declaraciones posteriores colocan a quien las formu-
tenían prohibido portar armas tortas (puñales), que eran las armas la en una posición defensiva y consciente de sí misma. Quizá '"pala-
mortales más frecuentemente usadas. Las armas de fuego eran costo- bras agresivas" sería un termino mejor que "insulto", puesto que en
sas y escasas. La mayoría de los campesinos del siglo xvín no podían todos los casos el intercambio de palabras precedió inmediatamente
adquirirlas, en tanto que en la actualidad en los pueblos se encuen- a la violencia física.13 Tal intercambio de palabras ha quedado regis-
tran armas de fuego en numerosos hogares. trado en 19 casos de la Mixteca Alta (11 de indígenas y 8 de no indí-
El empleo de las armas de fuego y en general la elección de las genas) y en 80 casos del centro de México (48 de indígenas y 32 de no
armas, tiene también influencia en el importante aspecto de la pre- indígenas). En Ips casos de la Mixteca Alta las palabras ordinaria-
meditación. El veneno es el medio que con mayor seguridad implica mente eran verdaderas acusaciones, sexuales en su contenido y rela-
la premeditación, pero le siguen las armas de fuego, puesto que, con cionadas con las difíciles relaciones que existían entre los esposos mix-
excepción de la ca/,a, casi la única razón para portar una pistola o un téeos y sus esposas, que también se muestran en forma evidente en las
fusil es la de defenderse contra un ataque que puede poner en peligro pautas de las relaciones entre el agresor y la víctima.[Las palabras
la vida, o bien para cometer uno. Los puñales son más ambiguos en más comunes del pleito eran puta, cornudo, alcahueFe y cabrón.
su conexión con el propósito de matar. Ciertamente eran considera- Otros insultos acostumbrados en español corno perro y borracho apa-
dos como armas ofensivas y las leyes coloniales prohibían que se recen en los expedientes de la Mixteca sólo en labios de los no indí-
portaran en público. Al mismo tiempo, los cuchillos se usaban práctica- genas.] Los indígenas de la Mixteca Alta o bien no usaban con fre-
mente en todas las casas, así como los usaban carniceros, curtidores, cuencia estos términos o no se sentían especialmente ofendidos cuan-
tlachiqueros y agricultores. Los instrumentos contundentes son gene- do se usaban.
ralmente los que menos sugieren premeditación. Las piedras, los En los casos del centro de México los indios empleaban una varie-
palos, los aperos de labranza eran las armas que más fácilmente se
14 No parece existir una correlación clara entre las armas y el ambiente, excepto que
tenían a la mano, además de los puños y los pies, cuando una discu- los cuchillos se usaban más a menudo fuera de la casa, en especial en el centro de
sión se agriaba hasta llegar a niveles de agresión corporal no previs- México.
tos. Las relaciones entre las armas y la premeditación indican un 1S En AGN Criminal 118 Exp. 5, el agresor dijo textualmente: "Fue por la ira que sur-

aparente contraste entre los casos del centro de México y los de la gió en mi cuando él empicó esas palabras."
128 EL HOMICIDIO EL HOMICIDIO 129

CUADRO 12. Armas homicidas múnmeme usado por los campesinos del centro de México, pero la
expresión "hijo de la chingada", que lleva en sí la preocupación por
Centro de México Mixteca Alta la violación, y que se considera tan característica de los insultos me-
xicanos modernos, no aparece en esta muestra de expedientes del fin
Arma Número Pon enlaje Número Porcentaje
de la época colonial.18
Cuchillo 91 48% 29 37% Por lo menos 35 de los 80 insultos llevan un fuerte tono de machis-
Piedras 32 17 14 18 mo, y 21 de estos 35 fueron proferidos por campesinos indígenas: por
Puños, pies, dientes 19 10 10 13 ejemplo, "Si eres hombre, sal a la calle a pelear"; "Detente si eres
Garrote, palo 17 9 12 15 hombre"; "Tú no eres hombre", "Aquí sólo hay borregos y yo voy a
Espada, machete 8 4 5 6 pelear con todos"; "Son ustedes un montón de pendejos, aquí yo soy
Armas de luego 6 3 2 3 el único hombre"; o bien más frecuentemente, "Ahora vamos a ver
Navaja de afeitar 5 3 1 1 quién es más hombre".19 Tan sólo dos de esos ejemplos de insultos
Veneno 2 1 1 1
2 1 3
con tono de machismo que conducen a los ataques aparecen en los ca-
Látigo 2
Punta del arado, guadaña 2 1 2 3
sos de la Mixteca Alta. En un caso declaraba un español: "Yo soy tan
Piezas de hierro 1 .5 1 1 hombre como cualquiera"; en el otro, un campesino indígena afir-
Cadena 1 .5 — — maba: "Yo soy muy hombre".20
Tijeras 1 .5 — — I Indígenas y no indígenas del centro de México empleaban insultos
Culata de pistola 1 .5 — — típicamente españoles, como perro, hijo de puta, borracho, puerco y
Humo de chile 1 .5 — — mierda, y hacían referencias peyorativas a la piel oscura (negro, mu-
Cuerda 1 .5 — — lato).) Las palabras preliminares de un pleito incluyen también acu-
Total 190 79 saciones directas, como "Eres un chismoso y un ratero" y "¡Jodido!"
o sencillamente expresiones profanas como "Ave María Diablos'J En
términos generales las palabras preliminares de los pleitos que usa-
dad mucho mayor de denuestos en español, y no existe una clara dis- ban los indígenas del centro de México indican que las creencias y las
tinción entre las palabras ofensivas que usaban los indios y las que
usaban los no indígenas, salvo los arranques agresivos de los indios preocupación del mexicano por la violación con empleo de la fuerza, no aparece en
relacionados con la comunidad, como \¿Por qué venís a mi barrio?''16 esta muestra de los procesos de la Colonia. Un ejemplo del uso durante la Colonia de la
"chingada" es el de un mulato llamado Pioquinto Ruvias que lo empleó para insultar
Las alusiones sexuales predominan, pero con frecuencia se emplean a doña Isabel de Lorenzana en la ciudad de Oaxaca, AEO Juzgados legajo de 1751-
de manera figurativa. Por ejemplo, se usaban las expresiones joto y 1755, documento fechado el 9 de octubre de 1754. Las expresiones insultantes de los
cornudo aun cuando no hubiera ninguna razón para creer que la españoles aparecen en AGN Inquisición 430 Exp. 8; Criminal 311 Exp 2A y 145 folios
persona insultada fuera realmente un homosexual e un marido enga- 324-.
14 En El laberinto dt la soledad. Paz distingue entre la expresión española "hijo
ñado. Estas alusiones sexuales, como cabrón, joto, cornudo, pendejo,
de puta" y la mexicana "hijo de la chingada".
hijo de puta y carajo, se empleaban ordinariamente como afirmacio- '"AGN Criminal 39 Exp. 18. 126 Exp. 2, 128 Exp. 4, IJ» Exp. 6. Oirá pauu en la
nes de la superioridad de un varón en hombría y en proezas sexuales relación entre el agresor y la víctima que se corrobora por los motivos que se citan en
respecto de otro.17 El insulto fspañol típico, "hijo de puta", era co- las confesiones es la disputa relacionada con la propiedad. Las relaciones económicas
representan una pequeña proporción en las relaciones entre el agresor y la víctima,
I6 AGN Crimina/ 140 Exp. 4. pero en casi todos los casos en que el agresor, en un ataque que proviene de una rela-
17El término "carajo" se aplica a los órganos genitales del varón. Se consideraba ción económica, hace una confesión, justifica su conducta apoyándose en una deuda
como una obscenidad particularmente grosera, que implicaba que el hombre a quien que no se había pagado, o en una disputa por los linderos del terreno, o en el ganado
se había insultado era bajo y cobarde. Santamaría, pp. 212-13. "La chingada", que que se le había robado.
Octavio Paz considera tan característica de los insultos modernos de los mexicanos y la !0CDCh Oaxaca, rollo 5, Exp. 36; rollo 14, Exp. 26.
130 EL HOMICIDIO EL HOMICIDIO 131

normas de conducta de los españoles ejercían allí una influencia más años explica por qué la edad media de 30 años para los indígenas del
profunda sobre la vida campesina que en la Mixteca Alta al concluir centro de México y de 25 para los de la Mixteca Alta es considerable-
la época colonial, y que los campesinos del centro de México se en- mente más baja que el promedio.24
contraban en un lugar más próximo a una pauta de masculinidad y a Las diferencias entre los indígenas hombres y mujeres como vícti-
una subcultura de violencia que parecen casi universales entre las mas o como agresores en los homicidios y ataques con agravantes son
clases socioeconómicamente bajas de las sociedades modernas/ más notorias (véase cuadro 13). Lo mismo en el centro de México
que en la Mixteca Alta, las mujeres indígenas rara vez cometían un
homicidio: representan solamente el 3% de los homicidas y el 7% de
RELACIONES ENTRE EL AGRESOR Y LA VÍCTIMA los ataques. Las víctimas mujeres eran considerablemente más nume-
Las relaciones entre los que participan en un pleito son particular- rosas pero aun así representan no más del 33% de las víctimas de
mente importantes en cualquier situación social. En las sociedades homicidios y agresiones en cualquiera de las dos regiones. En suma!, la
(como las de los indígenas de México) que reservan una considera- mayoría de los casos de agresiones y homicidios tenían víctimas mas-
ción alta al parentesco y las costumbres, la relación entre el agresor y culinas de atacantes del mismo sexo, lo cual representa la pauta acos-
la víctima en los casos de violencia personal es particularmente sig- tumbrada en la mayor parte de las sociedades.z| Los casos de la Mix-
nificativa. Consignados en forma de diagrama, los datos que posee- teca Alta se apartan, sin embargo, de la distribución usual por sexos
mos sobre las relaciones personales en el centro de México y en la en la proporción de mujeres como víctimas y como agresoras. Entre
Mixteca Alta proporcionan varias pautas que son consecuentes con los casos de homicidio, de los cuales hay cifras comparables con las de
los resultados de los estudios sociológicos sobre la violencia personal algunas otras sociedades, había más de 17 mujeres indígenas víctimas
en otras sociedades. por cada mujer homicida en los casos de la Mixteca Alta. Las cifras
Una característica que aparentemente es universal en los homici- de las sociedades modernas que van de las agrícolas rurales (de Cei-
dios es que los agresores son en su inmensa mayoría hombres jóve- lán) a las industriales urbanas (de Filadelfia), representan proporcio-
nes mucho más bajas: 4.8:1 (en Israel), 3.2:1 {en Ceilán), 2.7:1 (en
. ^ acuerdo con un reputado criminólogo, los asesinos más típi-
cos están en los veintes; muchos tienen de 13a 19 años; algunos están Inglaterra) y 1.3:1 (en Filádelfia). 26 La proporción del centro de Mé-
en sus treintasjy son muy pocos los que tienen más de cuarenta años xico de 4:1 entre mujeres víctimas y mujeres agresoras, se encuentra
de edad. Esta pauta se confirma en un pueblo moderno del sur de dentro del rango de estas cifras bajas.
México, San Juan Chámala, donde los homicidas son, en su mayo- Las relaciones entre el agresor y la víctima, fuera de la .distribución
ría, hombres que están entre 17 y 27 años de edad. 23 La distribución de por sexos, se resumen en el cuadro 14. Las relaciones interpersonales
nuestro grupo de homicidas en cuanto al sexo y a la edad ciertamente se pueden dividir en tres grandes categorías: parientes, cónyuges y
se ajusta a la pauta de predominio del hombre; 96% de los agresores del rivales sexuales; vecinos del mismo pueblo y habitantes de otras
centro de México y 99% de los de la Mixteca Alta eran hombres; pero
M Esto se apoya en sesenta casos de indígenas y veinticuatro de no indígenas del cen-
los agresores tenían un poco más edad de la que podía suponerse. Los
tro de México, y en veintisiete casos de indígenas y cuatro de no indígenas de la Mix-
agresores indígenas tienen un promedio de 33 años en el centro de Mé- teca Alta.
xico y ílc 29 años en la Mixteca AltaALa edad promedio de los agre- 2Í Wolfgang y Ferracuti, p. 260.

sores no indígenas en ti centro de México era de 30 años.\n las dos ib Landau y Diapkin, p. 40. No he encontrado otras cifras comparables respecto

regiones un importante número de agresores tenia más de 45 años (15% de otras sociedades del siglo \\iii. Se sugiere una razón de 2.3:1 para Inglaterra en el
siglo xvín por las cifras de Given, p. 48. Algunos antropólogos han explicado eslas
en el centro de México y 9% en la Mixteca Alta). Que muchos de es-
pautas de víctimas mujeres respecto de agresores varones sugiriendo que las mujeres
tos agresores indígenas de más edad estuvieran entre los 50 y los 60 campesinas desahogan su deseo de agredir por medio de chismes e insultos en lugar de
'¿} Wollgang \< mi, p. 154. emplear la violencia: Romanucci-Schwartz, p. 153, y Edgerton, p. 164. Hay ejemplos
-'- Ibid., pp. 258-59. de mujeres campesinas de la Colonia que lanzan insultos maliciosos en AGN (.riminal
"Favre, "Notas", pp. 305-22. 27, Exp. 8, y 49 Exp. 5.
132 EL HOMICIDIO EL HOMICIDIO 133

CUADRO 13. Mujeres indígenas agresoras y víctimas les.2\Las cifras correspondientes a las esposas indígenas y a los com-
pañeros sexuales contrastan claramente con la proporción de esposas,
Agravio Centro de México Mixtees Alta compañeros sexuales y rivales sexuales que fueron víctimas de ata-
ques enlre los no indígenas en el grupo del centro de México, en
Homicidio donde sólo 15 de 137 agresiones y homicidios se dirigieron contra las
Total de agresores 240 94
esposas o los rivales sexuales./
Mujeres agresoras 10 1
M IX Otra pauta común a las dos regiones consiste en quiera más pro-
Porcentaje de mujeres
234 94 bable que los indígenas cometieran agresiones u homicidios dentro
Total de víctimas
Mujeres víctimas 42 17 de la comunidad y no que atacaran a los forasteros^ Las relaciones
Porcentaje de mujeres 18% 18% que se muestran en el cuadro 14 efectivamente indican dos fuertes
contrastes entre la Mixteca Alta y el centro de México! Era mucho
Ataque
154 91 más probable que mataran a los forasteros, los indígenas del centro
Total de agresores
Mujeres agresoras 11 5 de México, que los indígenas de la Mixteca Alta; los homicidios y
Porcentaje de mujeres 7% 6% agresiones dentro de las comunidades se concentraban en el núcleo
Total de víctimas 179 91 de la familia más notablemente en la Mixteca Alta (casi dos tercios)
Mujeres víctimas 59 26 que en el centro de México (un tercio). Se registran en las dos regio-
Porcentaje de mujeres 33% 29% nes casos de violencia personal contra los funcionarios de la comu-
nidad; pero lias agresiones a vecinos y habitantes del mismo pueblo
que no eran rivales sexuales eran más frecuentes en el centro de Mé-
comunidades^ La distribución de los homicidios entre estas tres diver- xico.^ Tomadas en su conjunto, fas cifras indicanyma distribución
sas categorías de relaciones se aproxima a la pauta de homicidios muy equilibrada entre categorías de parientes, vecinos y forasteros
dentro del grupo que los sociólogos consideran también como casi para los homicidios cometidos en el centro de México y una concen-
universal. 3 J A u n en el caso deque el agresor y la víctima pertenezcan tración muy elevada en la categoría de parientes para los casos de la
a comunidades distintasjraras veces la víctima es totalmente desco- Mixteca Altaj Respecto de la distinción regional es importante ad-
nocida por su agresor. Sólo en los casos de asaltos mortales acompaña- vertir que el mayor porcentaje de homicidios de parientes en la Mix-
dos de pillaje que se realizan en el campo es probable que el agresor teca puede estar relacionado con la baja incidencia total de homi-
y la víctima sean totalmente desconocidos. cidios y agresiones con agravantes cometidos en esa región. Quizá los
Entre los indígenas de las dos regiones, una considerable propor- conflictos con las mujeres adultas sean fundamentales en las socie-
ción de las víctimas eran las esposas, los compañeros sexuales y los dades campesinas en toda Mesoamérica, y sólo cuando aumenta la
rivales sexuales. Estas elevadas cifras son particularmente notables incidencia de homicidios se hace evidente una más amplia distribu-
porque las agresiones entre marido y mujer generalmente están defi- ción de las relaciones entre agresores y víctimas. Esta es una posibili-
cientemente representadas en los archivos de las sociedades en las dad que despierta nuestra curiosidad, pero los datos históricos con
que golpear a la mujer es socialmente aceptable.ífl \El adulterio y los que contamos ofrecen pocas oportunidades para comprobarla.
celos de los vecinos a quienes se sorprende en relaciones sexuales, Si trasladamos la información que tenemos sobre agresores y víc-
situaciones que están íntimamente relacionadas con la posición de las timas, del contexto interpersonal a un marco institucional de rela-
mujeres en estas sociedades de los pueblos, parecen ser las causas más ciones domésticas, intercomunitarias, políticas y económicas, apa-
frecuentes de conflictos con violencia en estas nuestras dos áreas rura-
29 Des graciada mente, los documentos de la Colonia 110 nos permiten hacer una dis-
tinción acerca de las sutiles e importantes diferencias que existen en estas sociedades
3" Stí'inmei/ y Sttaus, p. v; Parsons. p. -1H4, hacen notar que fl presidente del pue- enire el adulterio moral y el inmoral, que ha advertido Selby, "Study of Social Orga-
il'i manejaba grite raültienir cso> < aMjs cic una m a m i a informal. mzatitm", p. 38.
134 EL HOMICIDIO EL HOMICIDIO 135

recen otros diversos contrastes entre las dos sociedades regionales. CUADRO 14 [Continuación]
\Los homicidios y asaltos con agravantes que cometían los indígenas
Funcionario romo
de" la Mixteca Alta generalmente se efectuaban dentro de la institu- agresor o víctima 4 5
ción doméstica, en el hogar que es el núcleo dé la familia] El agresor Otros 51 26 6
era casi siempre el varón jefe de la casa, y su víctima, si era mujer,
Total 55 35% 26 31% 11 22%
casi siempre su esposa. En ninguno de los casos registrados la esposa
mató o lesionó gravemente a su marido. Un caso muy típico de homi- De distintas
cidio en la Mixteca Alta cometido por adulterio ocurrió en Santiago comunidades
Yolomecal en 1743. Domingo Martín regresó inesperadamente del Víctima indígena 40 13 5 2
campo a su casa y encontró a su esposa en brazos de otro indio de Yo- Víctima no indígena 9 23 1
lomecal. Aparentemente sin vacilación alguna hirió a su esposa, Agresión para
mató a su amante y se refugió en la iglesia del pueblo. El juez de la lo- robar 8 2 3
calidad absolvió a Domingo de toda responsabilidad apoyándose en Funcionario
que era un individuo rudo, totalmente ignorante de sus derechos, agresor o víctima — 2 — —
cuyos actos en todo caso estaban atenuados por las circunstancias.30 Total 49 31% 46 55% 8 16% 5 63%
Hubo casos semejantes en el centro de México, pero también hay Gran total 157 83 51 8

CUADRO 14. Relaciones entre el agresor y la víctima AGRESIONES Y GOLPES

Parientes
Centro de México Mixteca Alia
Cónyuge 23 7 17 4
Agresores Agresores Agresores Agresores Compañero 35% 42%
indígenas no indígenas indígenas no indígenas o rival sexual 11 3 18 2
Relación entre Otros parientes 4 1 — —
el agresor Núm. % Núm. % Núm. % Núm. % Hermano, primo,
y la víctima padre, hijo 2 2

Total 40 42% 1 1 20% 37 45% 6 29%


HOMICIDIO
Parientes De la misma
Cónyuge 22 10 2 comunidad
Compañero 25% 51% Funcionario como
o rival sexual 18 5 16 1 agresor o víctima 24 21 5
Otros parientes 3 3 Otros 17 11 2 1
Hermano, primo,
Total 41 43% 11 20% 23 28% 6 29%
padre, hijo 10 3 6
Total 53 34% 11 13% 32 63% 3 38% De dislinlas
comunidades
De la misma Víctima indígena 10 19 17 8
comunidad Víctima no
indígena 4 5 4
Agresión para
CDCh Oaxaca, rollo 14, Exp. 2 1 1 . robar — 7 2 1
1S6 EL HOMICIDIO EL HOMICIDIO 137

CUADRO 14 [Conclusión.] cuentemente consideradas como "forasteras" en el barrio donde sus


maridos habían formado su hogar, puesto que generalmente habían
Funcionario espa-
crecido en otro pueblo o en otro barrio y tenían cerca pocos parientes
ñol como víctima 1 1 —
— consanguíneos que las protegieran (suponiendo que así lo hicieran) y
Total 15 16% 32 59% 23 28% 9 43% por lo tanto era más probable que fueran víctimas que agresores en
Gran total 96 54 83 21 los ataques violentos que ocurrían dentro del pueblo.33
Los ataques efectuados por los funcionarios del pueblo o en su
otros tipos de homicidios que tienen relación con el adulterio. La viu- :ontra representan la cuarta parte de todos los ataques a mano arma-
da indígena Agustina María, por ejemplo, recibió treinta y seis pu- da en las dos regiones, pero menos del 10% de los homicidios come-
ñaladas en su casa de Xococotla (jurisdicción de Cuernavaca) en no- tidos en la Mixteca Alta y el 2.5% de los homicidios cometidos en el
viembre de 1799. Su hijo de nueve años declaró que fue asesinada centro de México, De los homicidios en los que participaron los fun-
por Ysidro Vicente, hombre casado que frecuentemente dormía con cionarios en las dos regiones, la mayoría habían sido cometidos sin
ella. Esa noche Ysidro se disgustó porque Agustina había estado be- intención, si podemos dar crédito a las declaraciones de los agresores.
biendo. Ella le respondió que a él no debía importarle puesto que no El contraste entre la proporción de homicidios y la de agresiones in-
estaban casados y ella no derrochaba el dinero de él. Ysidro entonces dica que la relación entre los funcionarios del pueblo y los macehua-
la mató a puñaladas y prendió fuego a su jacal.*1 les, que era fundamentalmente de superioridad y dependencia en
Los numerosos casos de violencia familiar de que eran víctimas las términos sociales y políticos, llevaba en sí la semilla de conflictos vio-
esposas y los ataques de los maridos contra otros hombres nos sugie- lentos, y que, ya sea por temor o respeto, el conflicto rara vez llegaba
ren claramente que el hogar conyugal era una importante causa de al límite del homicidio.
conflictos sociales o, por lo menos, el estrato de la sociedad campesina Aunque estas cifras son muy semejantes en las dos regiones, los
en el que era más probable que los conflictos tomaran tórmas vio- acontecimientos que conducían a agresiones en las que quedaban
lentas. La idea de que la violencia conyugal era más frecuente princi- involucrados los funcionarios del pueblo en las dos áreas eran de tipo
palmente porque en el nivel doméstico hay mayor contacto social, se muy distinto. En la Mixteca Alta, la mayor parte de los veintiún ata-
desmiente por la ausencia casi total de violencia entre parientes muy ques de macehuales contra funcionarios ocurrió cuando estos últimos
próximos, como hermanos y primos que vivían uno cerca del otro.32 trataban de realizar aprehensiones legales (8 casos) o de obligar a los
La concentración de mujeres indígenas en los casos de violencia domés- vecinos a que prestaran servicios de trabajo a la comunidad (11 casos).
tica también indica que el grado de participación de la mujer en las En la mayor parte de los casos del centro de México (16 sobre 24), ma-
relaciones institucionales era más reducido que el del hombre, lo que cehuales atacaron a funcionarios o se quejaron de que éstos los ha-
confirma las impresiones obtenidas de fuentes españolas de que las bían atacado, en circunstancias que hacen pensar en abusos de po-
mujeres campesinas viajaban menos que los hombres, rara vez traba- der por parte de los funcionarios. Los funcionarios de los pueblos del
jaban en el campo, no desempeñaban cargos religiosos o políticos y centro de México en estos casos eran generalmente acusados de vio-
no aceptaban una responsabilidad primaria por los contactos de la lar a las mujeres, de azotar sin motivo a los macehuales, de malver-
familia con extraños. De hecho, las normas comunitarias general- sar los fondos del pueblo, de obligar a los macehuales a trabajar las
mente hacían sospechar de las mujeres casadas que se aventuraban a tierras de los nobles en días festivos y de obligarlos a que prestaran
salir de la casa sin conocimiento del marido, o que tenían alguna re- otros tipos de servicios. Las penas de azotes y golpes que imponían los
lación con otros hombres. Las mujeres casadas, además, eran fre- funcionarios de los pueblos parecen haber sido más inhumanas en el
centro de México a fines de la época colonial. Por ejemplo, en Tlal-
31AGN Criminal 50 Exp. 26.
nTensiones semejantes dentro del hogar campesino observaron Bohannon en las " Las pautas de residencia patrilocales y neolocales fueron descritas respecro de
modernas comunidades africanas. Afrtcan Homicide, p. 241, y Gluckman, p. 73. Tcpoztlán (Morelos) en el siglo xvipor Carrasco, "Family Structure", pp. 185-210.
138 EL HOMICIDIO EL HOMICIDIO 139

milalpa, jurisdicción de Metepec, el fiscal de la iglesia (funciona- raros, pero al menos sugieren que tales conflictos no habían dado
rio del pueblo cuya responsabilidad era vigilar que todos los veci- origen a peligrosos actos de violencia. Las relaciones políticas pre-
nos asistieran a misa y pagaran sus aranceles) fue acusado de azotar sentaban un marco adecuado para la violencia personal dentro de las
hasta morir a un joven que había dejado de ir a misa un domingo del comunidades de la Mixteca (5 homicidios y 21 agresiones); pero los
mes de marzo de 1724. El fiscal, que no era originario del pueblo, ataques contra miembros de la comunidad que no estuvieran sobre-
también fue acusado de obrar con excesiva crueldad al tratar a los pasando los límites de su autoridad o contra los rivales, eran relati-
demás vecinos.34 En cambio, en el pueblo de Santo Tomás (jurisdic- vamente escasos (6 homicidios y 2 agresiones en 134 casos).
ción de Teposcolula) en la Mixteca Alta en 1738, el cacique recono- Las pautas institucionales de los crímenes cometidos con violencia
ce que en ciertas ocasiones había amonestado levemente a los vecinos dentro de las comunidades indígenas del centro de México son en
que dejaban de prestar sus servicios a la comunidad, y para defender cierta iormá diferentes. Es importante el número de casos de violen-
a los vecinos formuló una acusación formal contra el alcalde mayor cia de que se tiene conocimiento dentro del ambiente doméstico (77
español por haber ordenado que esa misma gente recibiera cincuenta de 194 procesos), como también lo son los casos de violencia en que se
azotes y otros duros castigos.15 Estos contrastes indican que los funcio- ven envueltos los funcionarios políticos (24 casos); pero la violencia en-
narios locales asumían facultades cada vez más arbitrarias y física- tre las comunidades que no era resultado de una relación política
mente abusivas en el centro de México al finalizar la época colonial, entre un funcionario y un vecino era mucho más común en el centro
que conducían a las prácticas corruptas del caciquismo moderno, es de México que en la Mixteca Alta. Una gran cantidad de problemas
decir, al gobierno del amo del pueblo. En la Mixteca Alta los ataques entre las comunidades del centro de México tenía su origen en las re-
contra funcionarios indican que los vecinos, al iniciar los ataques, es- laciones económicas. 25 de los 45 ataques y homicidios en que participa-
taban decididos a oponerse en forma violenta a lo que ellos veían ron miembros de la misma comunidad que no eran funcionarios tuvieron
como un uso arbitrario de facultades por parte de los funcionarios de su origen en discusiones sobre deudas no pagadas, robos de menor
la localidad. cuantía, linderos de tierras y daños a las cosechas.
La ausencia casi total de informes sobre el recurso de la violencia Las pautas institucionales de los no indígenas en los casos del cen-
personal como resultado de las tendencias económicas en las relacio- tro de México se describen más fácilmente en términos negativos que
nes entre los miembros de la comunidad es otra interesante pauta positivos. Resulta difícil clasificar los casos en económicos, políticos e
institucional en el ejemplo de la Mixteca Alta. De los 17 ataques de intercomunitarios, porque los agresores no indígenas frecuentemente
indígenas que fueron consecuencia de robos o discusiones acerca de la eran recién llegados o personas que iban de paso por la comunidad X
propiedad (principalmente deudas, destrucción de propiedades y cuando se cometieron los delitos.^ Las dos relaciones institucionales de
disputas sobre tierras), únicamente tres, o sea el 2% de todos los homi- las que los agresores no indígenas estaban casi siempre ausentes son
cidios y agresiones cometidos por indígenas, fueron dirigidos contra los delitos en la familia y los políticos. Según parece, la relación que
miembros de la misma comunidad. Consideradas aisladamente, estas más frecuentemente se creaba entre el agresor y la víctima era de
cifras no indican que los conflictos respecto de la propiedad fueran carácter económico (especialmente cuando la víctima era un indíge-
na) o el lugar donde se cometía el delito era una pulquería y el agre-
31 AGN Criminal 221 folios 210-25. Aquí se presentan otros ejemplos de trato brutal
sor y su víctima apenas se conocían.
por parte de funcionarios de los pueblos del centro de México: Francisco Antonio,
alcalde indígena de San Francisco Chupa, jurisdicción de Tultitlán, fue acusado en
1763 de golpear a la genle del pueblo sin provocación alguna, especialmente cuando
estaba ebrio, AGN Criminal 177 Exp. 12; el alcalde indígena de San Pedro Xalostoc LüS TESTIMONIOS CRIMINALES Y LA CUESTIÓN
fue declarado culpable del mismo abuso de su cargo, AGN Criminal 120 Exp. 17; un
DE LA MOTIVACIÓN
miembro indígena del Concejo Municipal de Xwhimilco prest1 riló en 1 798 una serie
de acusaciones contra el carcelero indígena por imponer castigos excesivos a los presos.
Según parece, los apaleaba sin motivo, AGN Criminal 154, folios 536-52. La motivación es quizá el más formidable de todos los temas de la
« CDCh Oaxaca, rollo 13, Exp. 178. criminología. Con excepción de las inferencias que se derivan de las
140 EL HOMICIDIO EL HOMICIDIO 141

relaciones entre agresor y víctima, los criminólogos generalmente se fundamental del conflicto entre los agresores y las víctimas. Por ejem-
abstienen de estudiar el motivo mediante los expedientes de los pro- plo, Francisco Rafael Silva, mestizo de Tulancingo, se fue a beber
cesos criminales. Con buen sentido, han puesto en duda el valor ob- con amigos a una pulquería que estaba fuera de la población, un
jetivo de los motivos que hacen valer los aprehensores, los agresores, o domingo del mes de septiembre de 1804. Después de haber estado
los testigos ante el tribunal. Lo que se aceptaba como "motivo" al es- bebiendo de las diez de la mañana a las tres de la tarde, sin mayor
tudiarse el delito apoyándose en los datos que arroja el expediente ape- motivo cruzaron palabras e intercambiaron insultos fuera de la pul-
nas era algo más que el marco dentro del cual se había cometido el delito quería con unos forasteros que trabajaban en la hacienda de Regla.
o la causa que había precipitado el acto de violencia. Aunque realizar un De las palabras pasaron a los golpes y Silva mató a uno de los foras-
cuidadoso estudio del motivo quedaría fuera del alcance de las fuen- teros con una navaja de afeitar. b
tes a las que puedo acudir, los motivos que hacen valer en las agre- En su carácter de categorías — impuestas por los españoles — que se
siones y homicidios los indígenas que toman parte en la ejecución de deslizan sobre la superficie de los motivos, estos argumentos tienen
un delito y sus testigos, son de todas maneras hechos sociales valiosos, por sí mismos un reducido valor analítico. Con frecuencia es difícil
aunque no se los pueda aceptar sin mayor examen para representar separar las categorías de motivos impuestos por los españoles y las
las "verdaderas razones" que hay tras la violencia. Nos dan ciertas evaluaciones de los campesinos sobre las leyes coloniales, del concep-
(•laves para entender las explicaciones y las normas de la gente, cómo to que tienen de los actos ilegales los campesinos que participan en
interpretaba ésta su situación y qué es lo que esperaba que fuera pro- ellos. Ambos inevitablemente se fusionan frente al ambiente formal
pio y adecuado en la conducta social en diversas circunstancias. En del tribunal, mientras el agresor acomoda sus declaraciones en forma
otras palabras, pueden darnos interesantes informaciones de las ideas imprevisible de acuerdo con las expectativas del magistrado. Esto no
populares sobre aquello por lo que vale la pena vivir o morir, pero no siempre se hacía por cinismo; los procesos eran una experiencia ins-
deben confundirse con las razones psíquicas de la acción, que en ge- tructiva para la población, en los que la ley, como instrumento de con-
neral no se pueden conocer. trol social, era enseñada por los gobernantes. En segundo lugar, las
Las valiosas declaraciones acerca de los motivos que se formulaban declaraciones de los indígenas en cuanto al motivo se adaptaban
ante los tribunales coloniales tienen algunos graves defectos. En pri- hasta cierto punto a los métodos españoles para interrogar y a la es-
mer lugar, hay en los procesos la tendencia de presentar en forma tructura formal de las preguntas y respuestas a la que se ajustaba una
exagerada los actos no premeditados. Como los delitos premeditados buena parte de los testimonios. Los informes oficiales de una declara-
se castigaban con mayor severidad, convenía e! acusado hacer valer ción judicial pueden también deformar los testimonios orales de ma-
que su agresión no había sido intencional, que no la había prepara- nera que resultan menos claros. Las expresiones de los testigos no
do, que era un acto de defensa propia o que la había originado una siempre se consignaban textualmente, de manera espontánea, el es-
fuerza externa, como Satanás. La distancia cultural entre los funcio- cribiente se dejaba llevar por la tentación de aclarar, de restablecer
narios judiciales y los campesinos indígenas, así como la tendencia de la sintaxis en las declaraciones y a veces incluso las redactaban en ter-
los agresores a ocultar los verdaderos motivos hacían difícil que el cera persona. En tercer lugar, las palabras son generalmente insufi-
tribunal pudiera precisar cuáles eran las causas profundas y decidir si cientes para transmitir todo el conjunto de razonamientos que hay en
se había procedido con premeditación. Como resultado de lo ante- el fondo de un acto no premeditado. Los testigos campesinos y los
rior, los jueces frecuentemente se referían a la causa determinante jueces que intervenían en los procesos solían incluir los homicidios
empleando términos como riña (que se usaba de manera imprecisa dentro de las categorías de motivos como la embriaguez, la riña y el
para indicar solamente una discusión que había precedido al ataque) adulterio, cuando del testimonio de los campesinos resulta claro que
o defensa propia. Por riña, generalmente se entendía una causa su- tenían motivos mucho más complejos.37 Un cuarto aspecto de defi-
perficial que precipitaba a la violencia, como un imaginario desaire o
insulto, o una discusión sobre si se seguiría o no bebiendo, o una disputa 3 6 AGN Criminal 61 Exp. 17.
acerca de quién debería servir el pulque, en vez de revelar el origen •"Jane Collioi-, l.au and Sotial Change, p. 44.
EL HOMICIDIO EL HOMICIDIO 14S
142

ciencia de los archivos coloniales que prueba lo que se conocía como Los motivos argüidos por los acusados se resumen en el cuadro 15.
causas de homicidio, es la ausencia por lo menos de una categoría de Las cifras que en él aparecen pueden no indicar los motivos reales,
homicidos que los tribunales consideraban como exenta de culpa, pero por lo menos nos dicen algo acerca de las justificaciones de los
pero que los indígenas veían como culpable y premeditada: el homi- campesinos respecto de sus actos de violencia. El más notorio con-
cidio por brujería. Los casos de brujería sólo aparecen en estos pro- traste entre las dos regiones en cuanto a las razones que se hacían
cesos cuando se tomaba venganza contra la supuesta bruja.38 valer se encuentra en la relativa importancia del adulterio, el alco-
Si estas deformaciones se tienen presentes, los testimonios en los hol y la riña. Más de la cuarta parte del total de agresores en la
casos de homicidio y de ataque de todas maneras pueden ser útiles.
En ciertos procesos, las. más altas autoridades dictaban instrucciones CUADRO 15. Motivos argüidos por los agresores en loa homicidios v asaltos
precisas sobre cómo debía proceder el juez para examinar a los tes-
tigos e investigar los motivos. En estos casos, la riña adquiere un sig- Centro de México Mixteca Alta
nificado más preciso. En el caso de la muerte de un indígena de San Número Po TI enlaje Número Pon enlaje
Simón de los Herreros, ocurrida en 1806 a manos de un vecino, el juez
del lugar recibió instrucciones de considerar cinco categorías de riña Alcohol 93 26.7% 19 12.6%
como motivos posibles: el odio personal, los intereses privados, el Riña 65 18.7 10 6.6
En relación con el sexo
juego, las mujeres y el alcohol.39 Aun cuando esas categorías raras y conyugales
veces se mencionaban en los procesos, parece que eran el medio
Violación 3 .9 2 1.3
implícito para que los tribunales clasificaran los motivos en el Méxi- Infante no deseado 2 .6 — —
co colonial y pasaran más allá del simple hecho de que el ataque iba Para proteger el honor
siempre precedido por una discusión. de una pariente 5 1.4 6 4.0
Además de las "agresiones verbales" de las que ya hemos hablado, Para deshacerse de un
marido cornudo 6 1.7 — —
el tipo de declaración en los procesos en el que había menos prejui-
Adulterio de la mujer 32 9.2 43 28.5
cios era la declaración preparatoria, una descripción desorganizada Pleito doméstico 10 2.9 8 5.3
y con frecuencia divagante del acto de violencia, que prestaba el
Total 58 16.7 59 39.1
acusado poco tiempo después de haber sido aprehendido. Las decla-
raciones preparatorias que hacían los delincuentes campesinos nor- Disputas sobre la propiedad
malmente eran más extensas y más subjetivas, aunque no necesaria- De dinero 15 4.3 — —
mente más reveladoras de los motivos probables en los casos del centro Sobre tierras 12 3.4 14 9.3
de México. Estas extensas declaraciones me parecen intentos un poco Sobre animales 14 4.0 6 4.0
torpes del acusado por establecer una defensa legal de sus actos, Sobre otras propiedades 9 2.6 1 .7
más que un serio intento de descargar su alma en una situación me- Robos 13 3.7 20 . 13.2
nos formal. Los acusados más parlanchines del centro de México Total 63 18.1 41 27.2
parecen haberse dedicado a sostener un diálogo más preparado con
Relacionados con la
el sistema judicial de la Colonia. Las declaraciones formuladas en el autoridad del pueblo
centro de México por acusados y víctimas acerca de los motivos y con las sanciones
suman en total 312 indígenas y 36 no indígenas; y en la Mixteca Alta
Corno resentimiento
tengo las declaraciones de 132 participantes indígenas y de 19 no
por los actos
indígenas. de la autoridad 10 2.9 12 7.9
38 AGN Criminal 145 folio 493. 148 folios 94-105, 175 Exp. 4. En delensa de los
M AGN Criminal 129 Exp. 6 folios 408-409. valores de la comunidad 2 .6 1 .7
144 EL HOMICIDIO EL HOMICIDIO 145

CUADRO 15 [Conclusión.] Otros tres contrastes regionales se pueden obtener del cuadro 15:
(1) un mayor número de motivos distintos se encuentra en el centro
Para escapar de México a diferencia de la Mixteca Alta; los motivos que hacen
de la aprehensión 2 .6 valer los agresores del centro de México abarcan veintitrés de las
— —
Total 14 4.0 13 8.6 veinticinco categorías del cuadro 15; los motivos en la Mixteca Alta
abarcan dieciséis; (2) si podemos dar crédito a los agresores del
Honor personal
centro de México, las pasiones incontrolables intervenían constan-
En represalia temente para determinar sus actos letales y peligrosos; los homici-
por las habladurías 1.3
dios accidentales de un tercero en un ataque de ira, o a causa de una
La víctima maltrató
riña, o bajo el supuesto efecto del alcohol de desencadenar las pasio-
a los padres del agresor 1 .3
nes irracionales, así como por la mano del diablo, comprenden el
Venganza 4 1.1
49.5% de los motivos que hacían valer los agresores, en comparación
Total 5 1.4 1.3 con el 19.2% de los de la Mixteca Alta, y (3) las disputas por propie-
Diversos dades parecen más numerosas entre los agresores de la Mixteca Alta.
2.0 Este tercer contraste requiere dos importantes aclaraciones: la mayo-
Defensa propia 22* 6.3
Accidental (la víctima ría de las disputas sobre la propiedad en la Mixteca Alta se produ-
intervino en el pleito) 11 3.2 cían con extraños más bien que con vecinos del pueblo (15 de los 20
Brujería 11 3.2 robos de la Mixteca Alta se cometieron contra los campesinos en los
El diablo 3 .9 caminos por parte de los iorasteros y trece de las catorce disputas re-
Para castigar a un lacionadas con la tierra involucraban a miembros de distintas comu-
trabajador descuidado 3 .9 3 2.0 nidades), pero en casi todas las disputas sobre la propiedad en el
Odio a los gachupines** — 1 .7 centro de México estaban inmiscuidos miembros de la misma comu-
Total 50 14.4 7 4.6 nidad; y once de los casos de defensa propia se apoyaban en disputas
Gran tota! 348 151 sobre la propiedad, lo que da un total ya ajustado de 21% para el
centro de México.
* Las causas de las agresiones iniciales en el centro de México en que se hacía valer la Hasta cierto punto, los motivos que hacían valer los agresores (que
defensa propia eran las disputas sobre la propiedad (11) la riña (5), el honor personal
es el punto de vista de los actores) se ajustan a las pautas entre el
(3) y diversos (3). El alcohol eran un factor secundario en trece de estos casos.
"Españoles peninsulares. agresor y la víctima (que es nuestro punto de vista como observado-
res), subrayando así la posición formalmente subordinada de la espo-
sa campesina y confirmando el mito del patriarcado. El indio de la
Mixteca Alta hizo valer que la causa del ataque era el adulterio de
Mixteca Alta que había matado a su esposa o a su amante general-
sus esposas (y en la mayoría de los casos el marido había sorprendido
mente echaba la culpa a los celos que le había despertado el adulte-
a la mujer en acto jlogrante], pero en el centro de México sólo el 9% de
rio y hablaba de la infidelidad de la mujer como "traición" o como la
los agresores hizo valer esta justificación. El alcohol, por el contrario,
gran "vergüenza" que ella le había causado. 40 En uno de los casos el
es esgrimido por los agresores en cifras casi invertidas. Los efectos fí-
marido incluso pretendía que su esposa le había rogado que la mata-
sicos del pulque, del tepache y el aguardiente de caña fueron mencio-
ra por haberío ofendido. 41 La otra justificación que los esposos indí-
nados por un número de agresores del centro de México mucho ma-
genas hacían valer por haber atacado a sus mujeres era el derecho
yor que el de sus correspondientes de la Mixteca Alta. La riña, que es
una atribución un tanto vaga de los actos violentos a una discusión o
10 CDChOaxaca, rollo 5, Exp. 179: rollo 8. Exp. 311; rollo 9, Exp. 513.
a un insulto, era el motivo que hacían vaier en número tres veces 4l CDJJh Oaxaca, rollo 12, Exp. 153.
mayor los agresores del centro de México que los de la Mixteca Alta.
146 EL HOMICIDIO EL HOMICIDIO 147

que tiene el hombre de castigar a su compañera por no hacer sus dice del alcohol como causa de la violencia contra la asociación com-
labores o por responderle. 42 Si en estos casos moría la mujer, el mari- probada de embriaguez, homicidio y ataque, el contraste por regiones
do invariablemente decía que la muerte había sido accidental. La respecto al alcohol, que se examinó en el capítulo ii, viene a reforzar-
pauta de los motivos que hacían valer los esposos indígenas en el cen- se: los homicidios de la Mixteca Alta relacionados con la embria-
tro de México era semejante, si bien el castigo del marido "foco de guez eran incomparablemente más reducidos que los homicidios com-
cólera" ante la insolencia de la mujer, se menciona más frecuente- probados del centro de México relacionados con el mismo motivo.
mente que la sospecha de adulterio. 43 La esposa como víctima en el Las cifras de los asaltos a mano armada son semejantes, aunque la
centro de México, a diferencia de su análoga de la Mixteca Alta, in- proporción en el centro de México es ligeramente inferior a la de los
variablemente atribuía la agresión del marido al adulterio de él. Esta homicidios. El hecho de que en un caso de homicidio o de asalto
diferencia regional puede indicar que los esposos campesinos de los a mano armada sólo una de las partes o las dos hayan estado bebien-
pueblos del centro de México estaban más próximos a las actitudes do, no indica necesariamente una relación de causa a efecto. Según
masculinas más comunes en la cultura urbana de la Colonia, deriva- sabemos por las pruebas modernas y coloniales de que disponemos,
da del ejemplo de los españoles, y a la sociedad mexicana moderna, en Mesoarnérica se bebe con frecuencia antes de cometer un asalto
que aprueban las relaciones extramaritales del marido y ponen en el premeditado para "darse valor" y aprovecharse de la ventaja de una
mismo rango la hombría y el hermetismo individual, la violencia, la menor responsabilidad de acuerdo con la ley, cuando el delito está
conquista sexual y la superioridad física por encima del cuadro de asociado con el alcohol. Incluso el nivel bastante alto de asociación
la familia. entre el alcohol y los homicidios cometidos por campesinos en el
centro de México, puede indicar que el alcohol generalmente era
CUADRO 16. El alcohol en los asaltos a mano armada y en los homicidios más un catalizador de actos premeditados que una causa suficiente.
El hecho de que sólo el 27% de los agresores del centro de México
/•/tirnii A.\alt<>\ (,'inlro '• hiciera valer el alcohol como causa primaria de su violencia, en tan-
ff Mf\iio Mixlna Alta Centra /Ir \fe\ifo Mixlfia Alta to que el alcohol estaba realmente asociado con el 60% de los homi-
cidios del Centro de México y con el 40% de los asaltos, parecería in-
Número total 240 103 154 107 dicar algo semejante.
Número relacionado Aunque el alcohol era generalmente incidental en los casos de ho-
con el alcohol 143 13 62 17
micidio y asalto en la Colonia, frecuentemente era la causa que más
Porcenfaje de los
se hacía valer en la violencia personal en el centro de México, a dife-
relacionados con
60% 13% 40% 16% rencia de la Mixteca Alta en donde era mucho más reducido el nú-
el alcohol
Casos inconclusos 17 14 16 2 mero de declaraciones en que se indicaba que el alcohol había venido
a precipitar los acontecimientos. En cinco de los once casos de la
Mixteca en los que el acusado había dicho que el alcohol tenía que
Después de los celos del marido, de su prerrogativa de castigar a su haber sido la causa del delito, el agresor hizo valer su total falta de
esposa y de otras ra/ones relacionadas con el sexo, la causa de los memoria. En cada uno de otros cinco casos, el acusado dijo que esta-
delitos que más frecuentemente mencionaban los agresores en su de- ba "lucra de mis sentidos", "sin sentido" o "sin juicio" y no tenía
claración preparatoria era el alcohol. Si ponemos a prueba lo que se control de sus actos. En el último de los casos el acusado dijo que
"no supo lo que hizo".44 Las declaraciones en que se indica que la
"CDCh Oaxúca, rollo 2, 1600, San Francisco, sujeto de Yolotepec; rollo 4, Exp.
136 bis; rollo 5, Exps. 180, 188; rollo 6, Exps. 199, 218; rollo U, Exp. 575. "CDCIi ()n\atti, nillti '2, 1598, Tillt-prc; 1600, San Francisco, sujeto de Yuloteper;
* 3 AGN Criminal 25 Exp, 19, 41 Exp. 3, 111 Exp. 10, 118 Exp. 5, 119 Exp. 8, 123 1601, Yanhuitlán; 1602, Teposcolula; rollo 3, 1605, Santa María Gatlasclauaca; rollo
Exps. 8, 25, 125 Exp. 2, 131 Exp. 33, 203 folio 366. Frecuentemente los agresores del 4, Exp. 108: rollo 5. Exp. 186; rollo (i. Exp. 199; rollo 8. Exps. 299, 302: rollo 10. Exps.
cónyuge hacían valer un estado de ira excesiva (cólera, rabia) en el centro de México. 533, 556; rollo 14, Exp. 210.
148 EL HOMICIDIO EL HOMICIDIO 149

embriaguez fue la causa de la violencia personal eran tanto más nu- indica que el ambiente en el centro de México puede haber dado
merosas (64 casos) como más detalladas en los procesos del centro de mayores alicientes a ese tipo de ebrios que se convierten en enemigos
México. En este caso, igualmente, la defensa usual apoyada en el al- de todo el mundo después de que anochece.
cohol, era la pérdida de la memoria. Este fue el caso de Feliciano El cumplimiento de las costumbres sociales por parte de los funcio-
José, carpintero indígena del plantío de caña de azúcar de Tenexte- narios indígenas o la venganza contra los que violaban las normas de
pango, cerca de Cuauhtla, quien mató a su compañero trabajador la comunidad era otro de los motivos a los que se acogían los agre-
Diego Martín un sábado en la noche en abril de 1803. Cuando fue sores indígenas. El concepto que tenían los agresores casados del
detenido, Feliciano dijo que esa noche estaba muy borracho y no derecho masculino de castigar el adulterio de la mujer podría entrar
podía recorda. nada de lo qut- les había pasado ni a él ni a Diego. Pese en esta categoría, junto con otros delitos de agresiones con violencia
a que Feliciano tenía numerosos antecedentes penales y que de ma- contra los parientes perezosos o que habían perdido valiosas posesio-
nera sospechosa había recobrado la memoria en el curso del proceso, nes de la familia, o contra la gente que anda hablando mal de sus
fue finalmente absueho con base en la riña y la embriaguez. 15 La pér- vecinos o que regatea la comida o la bebida en las ocasiones rituales o
dida total de la memoria era una pretensión muy común, peio el que se niega a compartir una bebida ritual cuando se le invita. En
alcohol también intervenía de otras maneras, generalmente como estos casos que ocurrían en las dos regiones, el agresor explicaba que
causa de enajenación mental transitoria {véase el capitulo u para la conducta de la víctima lo había avergonzado en lo personal y con
recabar informes adicionales sobre la embriaguez como causa de la ello había amenazado su honor y su posición en la comunidad. 48 En
violencia). otras ocasiones el agresor pretendía haber actuado de manera más
Aunque en los procesos se puede exagerar la atribución que daban impersonal a fin de proteger a la comunidad. Estos delitos incluyen
los indígenas al alcohol como causa de los delitos, resulta efectiva- agresiones cometidas por funcionarios contra vecinos mal intenciona-
mente que los indígenas, en especial los del centro de México, esta- dos que no habían pagado impuestos a la comunidad o que se habían
ban empezando a adoptar la manera de pensar de los españoles de negado a realizar trabajos comunitarios; agresiones de los vecinos
que el alcohol podía destruir el juicio natural y el buen sentido de las contra funcionarios que tenían fama de arbitrarios o de corrompidos,
personas y era capaz, por sí solo, de ser la causa de los delitos. Ange- así como ataques contra los forasteros que se atrevían a entrar al
lina María, india de San Francisco Tepexuxulco, acusó al mestizo pueblo como conquistadores de mujeres o como explotadores.
Pablo Ginés de haberla asaltado una noche cuando su esposo se en-
contraba ausente. Después de que ella se había ido a acostar, Ginés gol-
LAS SENTENCIAS
peó la puerta y pidió que se le diera pulque. Guando ella se negó a abrir
la puerta, el hombre la echó abajo y la atacó, según ella explicó, "por la Las sentencias en casos de homicidio, agresión y golpes nos propor-
manera odiosa y provocativa y por la estupidez de los borrachos".' 16 cionan una información adicional acerca de las normas de justicia
La prueba más convincente de que esta actitud negativa se estaba que se aplicaban a los campesinos indígenas y los propósitos de las
abriendo paso entre las creencias populares acerca del alcohol pro- sanciones por los delitos. También nos dan una nueva oportunidad
viene de otros cuatro casos de asalto en el centro de México en los para hacer una comparación entre el centro de México y la Mixteca
que tanto el agresor como la víctima declararon que el estado de Alta al concluir la época colonial. Las comparaciones directas se frus-
ebriedad del agresor era la única causa posible del ataque. 17 La ca- tran, sin embargo, por el número relativamente pequeño de procesos
racterística casi accidental de numerosas agresiones realizadas por que incluyen sentencias, por la diferente distribución de los casos (to-
ebrios en el centro de México comparadas con fas de la Mixteca Alta mada de los libros de reos y de los procesos criminales) en el trans-
' ' A G N Criminal 213 folios 93 bis-112.
16 AGN' Criminal 137 Exp. 17. Hay oíros ejemplos en AGN Criminal 111 Exp. 10, 123 18 CDCh Oaxaca, rollo 10, Exp. 565; rollo 9, Exp. 513; rollo 8, Exp. 311; rollo 5, Exp.

Exp. 13, 155 folios 148-. 179; AGN Criminal 98 Exp. 16. 110 Exp. 4. 113 Exp. 22, 122 Exp. 5, 127 Exp. 2, 139
"AGN Criminal 111 Exp. 10, 123 Exp. 13, 139 Exp. 17 y 155 folios 148-51. Exp. 17.
l')0 EL HOMICIDIO EL HOMICIDIO lál

curso del tiempo en las dos regiones, ya que los casos del centro de reducir el número de asaltos en los caminos del centro de México de-
México se concentran en el periodo de 1790 a 1810, en tanto que los terminaron que se ahorcara a 25 asaltantes entre 1710 y 1712. La
de la Mixteca Alta se agrupan de 1600 a 1630, de 1730 a 1740 y de Acordada, que era un tribunal reciente en el siglo xvm. tuvo a su car-
1780 a 1790,49 y por el hecho de que la mayoría de las sentencias del go el cumplimiento de las leyes contra los delitos que se cometían en
centro de México eran dictadas por la Audiencia y las de la Mixteca los principales caminos del centro de México, y dictó la mayoría de
Alta por el alcalde mayor; y sólo unos cuantos casos eran revisados las sentencias de muerte al finalizar la época colonial. Entre el 15
formalmente por la Audiencia.5" de diciembre de 1742 y el 29 de enero de 1746, se ejecutaron 55 sen-
Si se tienen presentes estas limitaciones, resultan evidentes varias tencias de muerte por órdenes de la Acordada.''
pautas de penas de acuerdo con el cuadro 17. En primer término, la Resulta interesante hacer notar que en la Mixteca Alta se dictaron
pena capital se aplicaba en muy raras ocasiones, aun en los casos de más sentencias de muerte en casos de homicidio, diez en cuarenta y
homicidio. Esto es particularmente cierto por lo que respecta al cinco. Sospecho que esto no tiene mucho que ver con una mayor inci-
centro de México, en donde solamente 4 de los 152 casos de homici- dencia de homicidios en la Mixteca Alta. Los alcaldes mayores que
dio acarrearon la pena de muerte. 5 1 La pena de muerte era más tenían que enfrentarse diariamente con campesinos mal intenciona-
común para los incorregibles asaltantes de caminos que mataban y dos y con la ausencia de leyes en el campo, se inclinaban a proceder
robaban a sus víctimas, así como en los casos de homicidio con viola- con energía contra los delincuentes, con la esperanza de que el caso
ción. Los esfuerzos organizados por el virrey Duque de Linares para sirviera de ejemplo para los demás, mientras que el Tribunal Supe-
rior de la Ciudad de México se daba el lujo de tener una opinión
CUADRO 17. Las sentencias en los casos de homicidio más olímpica y dedicaba una mayor atención a las reglas de la prue-
ba y a otras sutilezas legales. Las preocupaciones del alcalde mayor
Ceñirá de Méxiiu Mixtt'ia Alia por el mantenimiento de la ley y del orden se contirmaron también
por el número relativamente alto de a/otainas que se repartían en la
Prna .\umero Ponen/aje Húmero Porcentaje
Mixteca Alta. Especialmente durante el siglo xvn. de seis a cincuen-
Pena capital 4 2.6% 10 17.9% ta azotes era la sentencia normal para la mayoría de los delitos de
Trabajos for/.ados 49 32.2 13 23.2% los campesinos que dictaba el alcalde mayor de Teposcolula, entre los
Multas 14 9.2% 17 30.4% cuales quedaban incluidos la vagancia, las injurias y el adulterio. 54
Pena corporal 4 2.6 11 19.6 Los azotes eran menos comunes en las sentencias dictadas en el cen-
Destierro 2 L3 5 8.9 tro de México, en parte por la influencia del Tribunal Superior de la
Destitución del cargo ciudad de México, que consideraba que los a/o íes (comparados con
de un funcionario 1 .7 — —
los trabajos forzados) no tenían ningún resultado "útil", pero cuando
Perdón 56 36.8 — —
llegaban a dictarse seguían una pauta de discriminación con las
Ninguna pena 22 14.5 — —
penas corporales de la Mixteca Alta: únicamente los que no eran
Toral 152 56 españoles podían sufrir esta dolorosa y a veces mortal humillación. 55
El reducido número de sentencias de muerte dictadas px>r la Audien-
cia se encuentra estrechamente relacionado con la cuidadosa atención
tí Sentencias dictadas en el centro de México: 1600-1650 (5), 1710-1789 (14), 1790-
1809 (89), 1810-1819 (30); sentencias dictadas en la Mixteca Alta: 1600-1650 (17),
' - M i n o Orejón, p. 443.
1680-1739 (5), 1740-1780 (13), 1781-1809 (15).
"AGN Criminal 72 Exp. 11.
El alcalde mayor y sus tenienles, sin embargo, no podían actuar con loda libertad.
51CDCh Oaxaca, rollo 3.
Debían sujetarse a las instrucciones precisas que se les daban acerca de lo que debían
H AGN Criminal 121 Hxp. 7, 61 Exp. 3. 56 Exp. 4, Banrrofi Libran' l'niversity of
averiguar y hasta de la manera de rendir sus informes cuando lo habían encontrado.
California. Berkeley. Mexinm MS 1722 doc. 87. Kn los expedienies de la Mixieca Alia
5 1 AGN Criminal 95 Exp. 1, 166 folios 185-, 215 Exp. 1; Bancroft Library, University
del siglo xvn existen numerosos ejemplos de azotes.
of California, Berkeley, Mexican MS 1722 doc. 87.
132 EL HOMICIDIO EL HOMICIDIO 1.53

que ponía el Tribunal Superior en la prueba de la premeditación, tes'1.60 A diferencia de la práctica de acuerdo con las leyes de Ingla-
de la traición y del asesinato que son las tres categorías de homici- terra, la práctica colonial española consideraba en ciertas ocasiones
dios para las que se prescribía la pena de muerte. Los asesinatos que la "provocación adecuada" incluía los insultos de palabra y los
múltiples, aun cuando no fueran premeditados, podía considerarse ademanes. El hecho de que fueran muy pocos los agresores a quienes
que merecían la pena capital.56 Los procesos por homicidio en el se hubiera aprehendido antes era un importante factor atenuante.
centro de México a fines del siglo xvm generalmente siguen los prin- Los asesinatos múltiples se consideraban como particularmente gra-
cipios y procedimientos establecidos por el Libro de los principales rudi- ves. Miguel Ruvias, indígena que vivía en un rancho en la jurisdic-
mentos tocante a todos los juicios, criminal, civil y ejecutivo, año de !764.51 ción de Tulancingo, discutió con Isidro Bernardo, otro indígena que
Este manual deíine al asesino diciendo que "es el que mata a otro por trabajaba en el rancho, por la sospecha dé infidelidad de Isidro con
la paga" y al asesino traicionero como "el que mata sorprendiendo a su esposa, hermana de Miguel. La discusión se convirtió en riña en la
su víctima cuando está dormido o la ataca por detrás con un cuchi- que Miguel mató a Isidro a puñaladas. Si la violencia se hubiera de-
llo o con un arma de íuego de tal manera que la víctima no puede de- tenido ahí, Miguel probablemente hubiera sido condenado a traba-
fenderse, o que la atrae bajo el engaño de la amistad y la hace salir de jos for/ados, pero luego se dirigió a matar a la madre de Isidro y fue
su casa para matarla". Estas dos categorías son suficientemente cla- condenado a muerte. 61
ras, pero los asesinatos y las muertes a traición rara vez ocurrían en Otra razón para que se impusieran pocas sentencias de muerte era
nuestra muestra de los procesos de la Colonia. La tercera categoría, la preferencia del gobierno español por poner a los delincuentes, que
el homicidio premeditado, o "hecho pensado", es más difícil de pro- eran esclavos, de acuerdo con el sistema español de justicia, a prestar
bar, según se requería, más allá de toda duda razonable, mediante trabajos útiles. Desde los primeros años del gobierno español, existían
testigos. Con pocas excepciones, los acusados en los casos de homici- precedentes legales de imposición de sentencias benignas aun en ca-
dio podían presentar sus propios testigos para contrarrestar los es- sos de homicidio calificado cometido por indígenas. En 1548 la Au-
fuerzos de la acusación por probar la premeditación maliciosa. S8 La diencia de México había decretado que los indígenas deberían ser
Audiencia examinaba la posibilidad de la premeditación práctica- sometidos a la esclavitud en lugar de ser ejecutados cuando cometían
mente en todos los casos de homicidio que se le sometían, pero muy crímenes merecedores de la pena capital.*1 La pena que normalmen-
rara vez llegaba a la conclusión de que las pruebas fueran suficientes te se imponía a los convictos de un delito equivalente al homicidio
para justificar un veredicto de homicidio premeditado. Aun en los involuntario y al intencional de acuerdo con las leyes angloamerica-
casos en los que las pruebas circunstanciales de la premeditación nas, era la de un determinado período de trabajos forzados. Las leyes
fueran abrumadoras, el Tribunal Superior se inclinaba a resolver de las Siete Partidas, libro que contiene las leyes de Castilla codifica-
que había circunstancias atenuantes que justificaban una sentencia das bajo la dirección de Alfonso el Sabio, era la guía de la justicia
más benigna. 59 En lugar de resolver que el acusado había cometido criminal que más frecuentemente se invocaba en los procesos. Pres-
un homicidio, se resolvía que era culpable de lo que ahora llamaría- cribía una pena máxima de diez años de trabajos, pero los jueces de
mos homicidio intencional pero cometido en "un repentino arranque la Colonia generalmente sentenciaban a los delincuentes a sufrir
de pasión determinado por la provocación" o bien homicidio no in- penas más reducidas después de sopesar las pruebas de una responsa-
tencional "perpetrado en circunstancias indudablemente atenuan- bilidad menor y las circunstancias atenuantes en cada caso.63
La servidumbre como castigo en el México colonial es un tema
muy complejo, lleno de contradicciones y reformas legales. Se expi-
56 Por ejemplo, AGN Criminal 95 Exp. 1.
"UT Mcxican MS JGI-970.
5a Perkins, pp. 397-409. 6Ü Perkins, pp. 410-412.
59 Por ejemplo, AGN Criminal 56 Exp. 4. El poco uso que se hacía de la pena capital 61 AGN Criminal 95 Exp. I, noviembre de 1793.
fue condenado abieriamente por el Obispo de Oaxaca en 1809, AGN Jnlertdenles 12 62 Epistolario, 5, pp. 86-89.
Exp. 1, folio 6v. M Sitie Partidas 7-8-9.
154 EL HOMICIDIO EL HOMICIDIO 155

dieron leyes que prohibían las sentencias de trabajos forzados tratán- en la construcción de caminos.58 Las mujeres delincuentes eran con-
dose de indígenas convictos de embriaguez o adulterio, asi como de denadas a pasar de uno a seis años en una casa de recogidas. Las
cualquier indio casado a quien se hubiera acusado de cometer una multas, también frecuentes en las dos regiones, en realidad eran con-
falta de menor importancia; y no estaba permitido dictar sentencias denas para prestar trabajos puesto que los campesinos rara vez te-
de trabajos en galeras tratándose de cualquier indígena. 64 Pero otra nían dinero para pagarlas. Con frecuencia la multa era pagada por
ley contenida en la Recopilación de leyes de tas Indias autorizaba, en un hacendado o por el dueño de un obraje con quien quedaba en
principio, que se condenara a los indios a prestar trabajos en los con- deuda el delincuente, adquiriendo de esa manera el derecho de que
ventos y en las obras públicas de su comunidad» La documentación • se prestara servicios hasta que quedara pagado el importe de la
de la Mixteca Alta de principios del siglo xvn indica que las senten- multa.
cias a trabajos forzados por poco tiempo y a recibir azotes, eran las Un aspecto curioso de las sentencias penales del centro de México
ordinarias respecto de casi todos los delitos en aquella época. es que hasta la mitad de los convictos por homicidio en los procesos
Los presos sentenciados a trabajos forzados en los primeros años del de fines de la época colonial eran puestos en libertad sin imponérseles
siglo xvn con frecuencia eran obligados a trabajar en los obrajes. Aun ningún castigo o eran perdonados antes de que cumplieran con la
cuando esta práctica había quedado prohibida por una ley de 1609 y pena de trabajos forzados dictada por los tribunales. La Corona
se redujo en lo sucesivo el número de sentencias de este género, los otorgaba periódicamente indultos generales como gesto de benevo-
ejemplos de trabajos en los obrajes llegan hasta el siglo xvni,66 La ra- lencia debido a la celebración de un matrimonio en la familia real, o
zón por la que se continuaran dictando sentencias de trabajos en los un nacimiento, o una importante victoria militar. fi9 Estos indultos del
obrajes tratándose de indígenas después de que habían quedado rey se decretaron por lo menos cinco veces entre 1780 y 1810.7" Los
prohibidas por un edicto real, está contenida en un informe acerca acusados de homicidio no eran puestos en libertad automáticamente
del delito en la ciudad de México, formulado en 1638 por la Sala del cuando se concedía un indulto general; se revisaba individualmen-
Crimen. Los jueces que integraban la sala mencionaron dos justifica- te cada caso y sólo tenían derecho a él los que habían cometido un
ciones: los indios sentenciados a trabajar en las minas y en obras de homicidio sin premeditación, y además frecuentemente era necesa-
desagüe del valle de México se escapaban casi invariablemente; en rio que el pariente más próximo de la víctima estuviera de acuerdo en
cambio los obrajes eran lugares cerrados, bien protegidos y el traba- que se concediera el perdón. 71 La Audiencia concedía indultos ais-
jo en los obrajes (la Sala empleaba el término "obraje" para referirse ladamente sin apoyarse en un decreto real cuando la familia de la
a diversos tipos de trabajo en los talleres, incluyendo a los panaderos,
los sombrereros, los hilanderos, los tejedores y los sastres) enseñaría a
los convictos indígenas un oficio socialmente útil, al que podrían se- '"Condenas a presidio: AGN Criminal 145 folio 78r, 170 Exp. 1, 170 folios 202-, 170
folios 246-, 113 Exp. 18, 122 Exp. 3. 123 Exp. 8. 12'> Exp. 2 y 4, 126 Exps. 2 y 4. 127
guir dedicándose después de que transcurriera el término de la sen- Exp. 2, 190 folios 365-, 198 Exp. 2, 201 folios 179-, 25 Exp. I, 95"Exp. 5, 108 Exps. 2y
tencia, lo cual constituye un primitivo ejemplo de sentencia penal 5, 113 Exp. 22, 203 folios 325-, 366-, 404-, 61 Exp. 3, 63 Exps. 4 y 7, 280 Exp. 9, 50
que encubre un propósito de rehabilitación. 67 Para fines del siglo xvín Exp. 26, 56 Exp. 4, 280 Exp. 8. Condenas a trabajar en obras públicas, en obrajes y en
las sentencias que se dictaban a los campesinos por homicidio, gene- tasa de recogidas: AGN (Criminal 140 Exp. 6, 152 folios 173-, 170 folios 134-, 176 folios
ralmente condenaban a una pena de cuatro a diez años de trabajos 266-, 188 folios 328-, 114 Exp. 2, 127 Exp. 4, 64 Exps. 2 > 10, 236 folios 138-, 270 Exp.
10, 280 Exp. 8; General de Parle 21 Exp. 49. La esclavitud como pena en la industria
en un presidio o de uno a cinco años en obras públicas, especialmente
textil de México ha sido examinada por (Cagan, "Penal Serviiude in New Spain". Es
evidente la importancia del trabajo de los reos para el sostenimiento de esta impor-
tante industria.
"Recopilación 7-7-14. 69 En las Siete Partida* 7-32-1, se encuentran disposiciones relacionadas con esos in-
65 Recopilación 7-8-12. dultos.
66AGN Criminal 179 folios 266-. 224 folio 371; CDCh Oaxaca, rollo 14, Exps. 216, 10 AGN Criminal 2 Exp. 2 (1787).
216A. " Hay casos comprobados de indultos solicitados y denegados: AGN Criminal 26 Exp.
67 AGN Criminal 224 folios 369-75. 1, 68 Exp. 7.
156 EL HOMICIDIO EL HOMICIDIO 157

víctima otorgaba su consentimiento. De los delincuentes que habían menos de trabajos forzados parecen sumamente benignas porque se
sido puestos en libertad sin haber sido perdonados o castigados, va- condenaba al acusado a sufrir una pena corta si pasaba tres o cuatro
nos habían sido procesados por haber cometido homicidios "justifi- años en la cárcel esperando que se dictara la sentencia.
cables" en defensa propia; algunas acusaciones de agresión y golpes La obligación judicial de tomar en consideración las circunstan-
fueron anuladas pues las lesiones infligidas eran leves y la víctima se cias atenuantes de responsabilidad en los casos de homicidio se en-
había recuperado totalmente; pero la mayoría fueron puestos en li- contraba establecida por los códigos penales aplicables y eran invo-
bertad cuando el proceso y la sentencia se habían demorado excesi- cadas por abogados y jueces en estos procesos criminales, Las Siete
vamente. En catorce de los veintidós casos de homicidios cometidos Partidas examinan extensamente los principios de justicia criminal y
en el centro de México en los que los acusados íueron puestos en li- las penas. Enumeran siete tipos normales de castigos: muerte o pér-
bertad, los jueces consideraron que los acusados habían purgado su dida de un miembro, trabajos iorzados, destierro a una isla y pérdida
culpa con el tiempo que habían permanecido en prisión en espera de de los bienes, cárcel, destierro a una isla sin pérdida de los bienes,
la sentencia. Estos perdones y estos casos en que se ponía en libertad desgracia pública y pérdida de los privilegios, y azotes. 75 Para la de-
al acusado antes de que transcurriera el término se hacían aparecer terminación de las penas, la ley 7-31-8 de las Partidas da instrucciones
como una gracia más que como favores en beneficio de los privilegia- al juez en el sentido de tomar en consideración la posición social y la
dos, como actos ocasionales en los que se desechaba el castigó a fin de edad del agresor y de la víctima, el tipo de delito cometido y las cir-
conservar la fe en la justicia real. cunstancias que rodean al acto criminal (hora, día, lugar, premedi-
Los rigores de la cárcel no deben ser menospreciados, aun cuando tación), disponiendo el juez de considerable amplitud para ejercer su
el encarcelamiento se consideraba generalmente como un medio de discreción personal:
detener al acusado mientras durara el proceso más que como una for-
ma de castigo o como una institución que tuviera por objeto prote- Catar deuen los Judgaüures. quando quieren dar juyzio de escarmiento
ger a la sociedad contra sus criminales. 72 Las cárceles coloniales eran contra alguno, que persona es aquella contra quien lo dan; s¡ es sieruo, o
generalmente lugares húmedos, desagradables e insalubres en los que libre, o fidalgo, o orne de Villa o de Aldea; o si es mozo, o mancebo, o
viejo; ca mas crudamente deuen escarmentar al sieruo, que al libre; e al
muchos presos perdían la salud y algunos hasta la vida. Por lo menos, orne vil, que al fidalgo; e al mancebo que al viejo, nin al mozo: que
la prisión durante un largo tiempo imponía graves problemas a la maguer el fidalgo. o otro orne que luesse honrrado por su sciencia, o por
familia de los presos. He tenido pocas oportunidades de ver senten- otra bondad que ouiesse en el, fiziessc cosa por que ouiesse morir, non lo deuen
cias formales de prisión distintas de las que condenan a trabajos for- matar tan abildammle como a los otros, ...o fa/iendolo echar de la tierra,
zados, pero no era extraordinario que hombres y mujeres acusados si le quisieren perdonar la vida. E si por auenlura, el que ouiesse errado
fuesse menor de diez años c medio, non le deuen dar ninguna pena. E si
de homicidio tuvieran que esperar dos o tres años para que se dictara
fuesse mayor desta edad, e menor de diez e siete años, deuenle menguar la
la sentencia, y un pobre hombre tuvo que esperar catorce años para pena que darían a los otros mayores por tal yerro. Otrosí deuen catar los
que el tribunal lo condenara.73 Particularmente a) finalizar el si- Judgadores, las personas de aquellos contra quien fue lecho el yerro; ca
glo XVTII la Sala del Crimen estaba tan sobrecargada por un gran núme- mayor pena meresfc aquel que erro contra su señor, o contra su padre, o
ro de casos atrasados, en su mayoría faltas de poca cuantía, que tenía contra su Mayoral, o contra su amigo, que si lo fiziesse contra otro que
non ouiesse ninguno destos dcbdos. E aun deue catar el tiempo, e el logar,
que demorar la rápida administración de la justicia tratándose de de-
en que íueron fechos los yerros. Ca, si el yerro que han de escarmentar es
litos graves. 74 Algunas sentencias en las que se condena a un año o mucho vsado de fazer en la tierra a aquella sazón, deuen estonce poner
crudo escarmiento, por que los ornes se recelen de lo fazer. E aun dezimos,
'-Drapkin, p. 317: "Como en oirás partes de Europa durante la Edad Media, la qui- dcucn < a t a r el tiempo en otra manera. Ca mayor pena deue auer
privación de la libertad como castigo era prárticamente desconocida en España. Exis- ;t(|in-l (jiic la/c el yerro de noche, que non el que lo laze de día; porque de
tían algunas cárceles a donde se detenía a los sospechosos o a los acusados mientras noche pueden nascer muchos peligros ende, e muchos males. Otrosí de-
eiiiu l!e\ados ante el Juez."
73 AGN Criminal 95 Exp, 4.
15 Siete Partida* 7-31-4. „
"Calderón Quijano, IV, pp. 78-79.
158 EL HOMICIDIO EL HOMICIDIO 159

uen catar el logar en que fazen el yerro; ca mayor pena meresce aquel que tencias que imponían la pena capital o los trabajos forzados. Tanto
yerra en la Eglesia, o en Casa del Rey, o en logar donde judgan los españoles como castizos e indios eran condenados a muerte y a tra-
Alcaldes, o en casa del algund su amigo, que se fio en el, que si lo fiziesse
en otro logar. E aun deue ser catada la manera en que fue fecho el yerro.
bajos forzados. Ninguno de los homicidas era lo bastante joven (me-
Ca mayor pena meresce el que mala a otro a traycion, o aleue, que si lo nor de diez y siete años) para tener derecho a una pena menor con
matasse en pelea, o en otra manera... Otrosí deuen catar qual es el yerro, base en la edad. La edad de los delincuentes no aparece en ninguna
si es grande o pequeño; ca mayor pena deuen dar por el grande, que por de las sentencias como un factor atenuante, sí bien la edad de la víc-
el pequeño. tima se tomaba muy en cuenta. Cuando la víctima era un niño de
... E después que losjudgadores ouieren catado acuciosamente todas estas
corta edad, el homicida era castigado de manera particularmente
cosas sobredichas, pueden crecer, o menguar, o toller la pena, segund
entendieren que es guisado, e lo deuen fazer. 76 severa, generalmente con la pena de muerte. Por ejemplo, Antonio
Loreto, esposo de la cacica de Tétela del Volcán (jurisdicción de
Otro Título relativo a los homicidios, en las Siete Partidas, empie- Yecapixtla), fue ejecutado por haber asesinado a una niña de nueve
za haciendo una enérgica aÜrmación de que el homicidio (cuando es años que lo vio robar dinero y ropa en la casa de un vecino durante la
intencional) amerita la pena de muerte (7-8-2). Las tres leyes siguien- misa del domingo en septiembre de 1812.'9
tes, sin embargo, indican las diversas circunstancias que pueden re- En los procesos por homicidio, generalmente se decía que no ha-
ducir la responsabilidad del acusado y justificar una pena menos bía pruebas suficientes de premeditación o se hacía valer alguna cir-
severa.77 ¿Cómo interpretaban y aplicaban estas leyes los jueces en el cunstancia atenuante para impedir que se dictara la pena de muer-
México colonial? En las sentencias definitivas la posición social parece te, aun cuando en algunos casos el juez al parecer decidía tomar
haber sido un factor secundario. Las leyes coloniales invirtieron en como ejemplo a un delincuente que notoriamente no se había arre-
realidad el sentido de las Siete Partidas al disponer que los delitos en los pentido o que había tenido la mala suerte de cometer un asesinato en
que las victimas fueran indígenas deberían ser castigados más severa- un momento en que la prevención de los delitos estaba en la mente
mente que otros semejantes en que las victimas fueran españolas, si de las autoridades coloniales. Las sentencias más rigurosas dependían
bien existen pocas pruebas de que esta disposición se haya aplicado en gran parte de la prueba de la premeditación y la previsión mali-
de manera consistente. 78 Aun ruando los azotes en nuestros casos de ciosa, sumamente difíciles de probar mediante testigos intachables.
homicidios eran una pena que sólo se aplicaba a indios y mestizos, La pasión era el lactor atenuante que con más frecuencia tenía buen
como hemos dicho anteriormente, y la mayoría de los desterrados resultado para reducir la sane ion de la pena de muerte a unos cuan-
eran españoles, no existe una clara relación entre la raza y las sen- tos años de trabajos forzados o a tana multa. Si el asesinato era conse-
cuencia de una discusión acalorada o involucraba la pasión de las re-
76 Cita textual tomada de lm Códigos Kspañoles. Fd. Rivadencyra. 1848. [T.] laciones sexuales (particularmente cuando un marido sorprendía a su
77 Siete Par/idas 7-8-3: "Fallando vn orne a otro que traua de su fija, o de su muger con mujer en el acto de adulterio), se consideraba como prueba impor-
quien estuuiesse casado segund manda la Sania Eglesia para yazer r.on alguna dellas
tante de que no se había obrado con premeditación, aunque se tra-
por fuerza, si lo matare enlonrc... non cae en pena ninguna. Otro tal dezimos que
seria, si algún orne fallasse algun ladrón de noche en su rasa, e lo quisiesse prender... tara de un ataque no siempre justificable o intencional.
Oirossi dezimos, que cualquier Cauallero que desamparare a su Señor dentro en el La embriaguez era otra circunstancia atenuante que la defensa
campo... Oiro (al dezimos que seria, si algund ome matasse a otro, que le quemasse, o hacía valer algunas veces con buen resultado, especialmente en vista
destruyesse de oirá guisa, de noche sus casas, o sus campos... o si matasse al que fuesse de que los funcionarios españoles estaban inclinados a ver a los cam-
ladrón ronoscido.. Otrosí de/irnos, que si algund ome que fuesse loco, o desmemoria-
pesinos indígenas como ebrios por naturaleza y a culpar de su violen-
do, o moco que non fuesse de edad de diez años e medio, matase a otro, que non cae
porendeen pena n i n g u n a . . . " en la Parí ida 7-8-4 se menciona el caso (U* homicidio acci-
cia al alcohol más que a otras circunstancias. La "excepción de ebrie-
dental (ejemplo de un hombre que derriba un árbol que cae encima de un hombre dad" era reconocida como un principio de justicia por los jueces
que va pasando); en la Partida 7-8-5 el caso de muerte por negligencia (ejemplo de un coloniales. Las Siete Partida!, mencionan específicamente el estado de
sonámbulo que sabe que es capaz de actuar con violencia y loma un cuchillo cuando
los demás están durmiendo).
;" AtiN Criminal '¿\!> Exp. I.
la Recopilación 6-10-21.
160 EL HOMICIDIO EL HOMICIDIO 161

embriaguez del agresor como prueba posible de una menor respon- razón para no confiar en la excepción de ebriedad era que aun cuan-
sabilidad en ciertos casos de homicidio (7-8-5) señalando una pena do fuera aceptada como circunstancia atenuante, la sentencia de
general de cinco años de destierro. Al estudiar el papel que desem- todas maneras condenaba a sufrir un castigo grave, generalmente,
peña el alcohol en los delitos y procedimientos penales en los casos de de uno a cinco años de trabajos forzados además de azotes.81 Era po-
homicidio en estado de ebriedad, encuentro que el argumento de la sible que el alcohol redujera la responsabilidad, pero los tribunales
embriaguez se consideraba como una delensa débil comparada con de la Colonia rara vez lo aceptaban como excusa para cometer un
la defensa propia o con la ira espontánea. En la práctica, la embria- asesinato.
guez no era aceptada como una autorización para matar. El alcohol, En resumen, las penas que se imponían a los campesinos homici-
como ya hemos visto, estaba presente en más de la mitad de los casos das tenían generalmente la forma de trabajos forzados o multas, más
de homicidio y de asalto y golpes del centro de México, pero tan sólo que la de muerte o mutilación, pero en un número de casos sorpren-
en 10 de los 143 homicidios relacionados con el alcohol en el centro dentemente elevado se otorgó, al finalizar la época colonial, el perdón
de México apoyó el agresor su delensa en primer lugar en la "excep- a delincuentes que habían quedado convictos en los procesos. La jus-
ción de ebriedad". La embriaguez se presentaba generalmente de ticia era lenta y no totalmente equitativa: la palabra de un español
manera secundaria como la clave que desencadenaba las pasiones, tenía más peso ante los tribunales, sólo los no españoles eran azota-
pero el argumento fundamental era que el agresor no tenía antece- dos, los indígenas no podían ser condenados a trabajar en galeras, y
dentes penales, que no había tenido la intención de matar a su los ricos con frecuencia podían evitar la cárcel mientras duraba el
víctima, que la muerte era accidental ("casual"), que la víctima juicio; pero se examinaban cuidadosamente las circunstancias espe-
había provocado el ataque o que había atacado primero, que por la ciales en que se había cometido cada homicidio. Esta pauta de las sen-
ira el agresor no se pudo contener o que los indios eran tontos de tencias es particularmente notable si se le compara con la justicia de
nacimiento. los ingleses y de los norteamericanos puritanos de los siglos xvi y xvii.
Como una defensa apoyada en la "excepción de ebriedad" era una El derecho penal de la época de la reina Isabel no establecía ninguna
estrategia peligrosa, no es de sorprender que encontremos que la distinción entre el homicidio intencional y el homicidio por impru-
ebriedad se hacía intervenir como argumento secundario en los pro- dencia, y las sentencias se apoyaban en un espíritu de venganza que
cesos. En ausencia de prueba en contra, la defensa podía presentar es como una reminiscencia del Código de Hammurabi. La ley inglesa
un caso apoyado en las circunstancias de que no se había obrado con imponía la pena de muerte a los delincuentes convictos y aunque no
premeditación y que el acusado no había podido contenerse porque todos eran ahorcados algunos morían en la cárcel antes de ser juzga-
se encontraba en estado de ebriedad. Por otra parte, si el juez descu- dos y otros eran perdonados, se condenaba a la pena de muerte con
bría que entre el agresor y la víctima había enemistad o que habían una frecuencia que contrasta con la práctica de México durante la
discutido recientemente, lo más probable es que llegara a la conclu- Colonia.82 Aun en el siglo xvin. en que los indultos reales se concedían
sión de que el agresor se había embriagado a lin de tener un pretexto con mayor liberalidad, la base del derecho penal inglés seguía siendo
para matar, o bien que el agresor pudo haber estado bebiendo pero el terror de la pena capital. 83 La implacable certeza de la justicia en
de hecho no se encontraba en estado de ebriedad. Las probabilida- las colonias puritanas ponía muy poca atención en las emociones hu-
des de que tuviera éxito una delensa apoyada preferentemente en la manas o en los motivos personales; justificaba los juicios sumarios y
excepción de ebriedad no eran muy grandes. De los veinte proce- la rígida adhesión a las sentencias más crueles. Todo el proceso de la
sos por homicidio que se tramitaron en el centro de México y en la justicia puritana tenía, como lo dice Kai Erikson "un tono opaco y
Mixtera Alta en los que la defensa se apoyaba primordialmente en
la excepción de ebriedad, el juez rechazó la pretensión en nueve, y sen- "' Por ejemplo, AGN Criminal 63 Exp. 4, 203 folios 325-, 270 Exp. 10, 180 folios 137-,
137 Exp. 6, 64 Exp. 10, 128 Exp. 4, 171 folios 429-, 170 folios 246-, 152 folios 173-, 15
tenció a los agresores a muerte o a una larga pena de presidio.80 Otra Exp. 22.
80 Casos en que el tribunal no aceptó la "excepción de ebiiedad" COCh Oaxaca, "-Givt-n, p. 105.
rollo 5, Exps. 20, 25; rollo 14, Exps. 32, 38; AON Criminal 129 Exp. 6, 17 Exp. 8, "Hay, PP. 17-18.
170 folios 246-. 127 Exp. 2, 132 Exp. 15.
162 EL HOMICIDIO EL HOMICIDIO 163

mecánico, porque tenía que ver con las leyes de la naturaleza más cias más graves giraba alrededor de la posición de la mujer como es-
que con las decisiones de los hombres".84 La justicia española de la posa en el núcleo del hogar familiar. Cuando era evidente el adulte-
Colonia, aunque procedía de la tradición de la ley natural, se apoya- rio de la mujer o cuando tan sólo se sospechaba que pudiera ocurrir,
ba considerablemente en el ejercicio personal, por parte del juez, el ataque del hombre era inmediato y previsible. El adulterio de la
de una especie de discreción salomónica. Era un sistema en el que el mujer acarreaba igualmente algo más que unos cuantos casos en los
juez administraba personalmente la justicia, el más elevado atributo que los enamorados mataban a los maridos. La pereza de la mujer o
de la soberanía desde el punto de vista de los españoles. En este sis- su falta de humildad hacia el marido precipitaban igualmente la
tema la justicia sondeaba las lóbregas profundidades del sentimiento agresión violenta y a veces fatal por parte de éste.
humano y los motivos privados, admitiendo con frecuencia pruebas Ya consideremos esos conflictos dentro de la familia como una
de oídas y opiniones personales que no habrían tenido cabida en los fuente de cohesión hacia la sociedad más general, como lo hace Max
procesos ante los tribunales de Inglaterra. No nos debe sorprender, Gluckman, o como una prueba del precio que pagaban los poblado-
pues, que la premeditación y la previsión maliciosa rara ve/ hayan res por su fidelidad primaria hacia la comunidad, de nuestros ejem-
quedado demostradas a satisfacción del tribunal en los interminables plos de las dos regiones resulta evidente que la violencia en la familia
procesos por homicidio. no puede ser aceptada como la clave indicadora de la desorganiza-
ción social en estas sociedades campesinas, como Robert Redfield y
CONCLUSIÓN otros autores lo han hecho. El contraste entre la violencia de los cam-
pesinos hacia sus esposas y hacia los extraños en un campo hostil, por
Dando por supuesto que el homicidio es un acto social, las pautas de una parte, y por la otra la relativa paz que existía entre los vecinos de
conducta que se han analizado en este capítulo nos pueden ayudar a un pueblo, es muy impresionante, sobre todo en los casos de la Mix-
comprender aspectos de la vida y la muerte en el México rural, así teca Alta. Aun en el centro de México, donde la incidencia de delitos
como el análisis antropológico de otros sistemas semejantes tiene va- con violencia parece haber sido mayor y donde había más homici-
lidez para sopesar la importancia de la conducta económica y política dios entre los pueblos fuera del núcleo familiar, existen muy pocos
en las sociedades campesinas. Mediante la interpretación de actos espe- ejemplos de que los conflictos personales violentos se transformaran
cíficos del homicidio como prueba de la vida social y de la conducta en facciones políticas que fueran una amenaza para la estabilidad
que se puede prever, podemos identificar las conexiones y contras- dentro de la comunidad fen relación a los conflictos, la violencia y la
tes que existen entre los actos, las instituciones y las ideas que se han estabilidad, véase el capítulo iv). Los ataques contra la comunidad
presentado separadamente, y especular acerca del significado de al- en la Mixteca Alta se realizaban en nombre de las reglas de conducta
gunas de las pautas más generales. existentes, y no con el propósito de modificar las relaciones sociales.
Toda sociedad parece tener su propio juego de tensiones que pro-
La mayoría de esos ataques involucraban a funcionarios aislados del
duce la violencia entre las personas. La violencia que amenazó la pueblo contra un vecino enfurecido o- en contra de todo el pueblo
vida en el centro de México y en Oaxaca no estaba uniformemente más bien que entre dos o más grupos que lucharan por la suprema-
distribuida entre todos los tipos de relaciones sociales. Se presentaba
cía local a expensas de los lazos que unían a la comunidad. Este tipo
de maneras que más o menos se podían predecir y en momentos que
de solidaridad no implica que haya ausencia de conflictos, ya que los
más o menos se podían prever. Las situaciones en que ocurrían los
conflictos y las frustraciones, por lo menos de algunos individuos, son
homicidios comprueban que existían tres niveles de conflictos: fami-
inherentes a las sociedades en las que el poder y la riqueza están dis-
liares, comunitarios e intercomunitarios. En el centro de México y en
tribuidos de una manera desigual,85 sino más bien la restricción de
la Mixteca Alta durante la Colonia, los homicidios y los asaltos a
mano armada se concentraban en la base y en los límites externos de
las relaciones sociales. El conflicto principal que provocaba violen- 85 Sobre este tema tratan implícitamente numerosos estudios de los pueblos mexica-

nos. Véase especialmente Foster, "The Dyadic Contract", pp. 1173-1192, y Kearney,
The ivinds oj ¡xtepejí, pp. 76-77-
"'Erikson, H'ayiranf Puri!an\, p. 189.
164 EL HOMICIDIO EL HOMICIDIO 165

los conflictos violentos hacia relaciones de las que por lo menos fuera políticos, y se tenía respeto por su autoridad dentro del hogar, la cual
poco probable que surgieran las facciones o más violencia a otros ni- incluía su prerrogativa de castigar a la esposa y a los hijos. Los hom-
veles dentro de la comunidad. Las esposas eran las víctimas ideales a bres disfrutaban de una libertad mucho mayor para moverse y expre-
este respecto porque las normas de la comunidad tendían a aislarlas sarse, concurrir a la taberna del pueblo, viajar al campo con mayor
de las numerosas relaciones sociales y políticas del pueblo y porque la frecuencia, ir a los mercados regionales o a la vecina población espa-
exogamia del pueblo tendía a aislarlas políticamente en una comuni- ñola, así como para excederse en la bebida en ocasiones no ceremo-
dad con la cual tenían pocas ligas si es que tenían alguna, apoyadas niales lo mismo que durante las festividades. La agricultura, activi-
en el parentesco o en una antigua amistad. Ni siquiera una violencia dad, económica primaria en estas sociedades campesinas, estaba en
más destructiva en todos los niveles de las relaciones sociales dentro gran parte en manos de los hombres. En el centro de México las mu-
de los pueblos, que la que encontramos en nuestros ejemplos del si- jeres se dedicaban activamente a la venta de pulque, pero hablando
glo xvm, sería necesariamente un indicio de debilitamiento de los lazos en términos generales, la movilidad de las mujeres y su contacto con
internos de ¡a comunidad. Indudablemente dentro de algunos siste- la vida fuera del hogar estaba mucho más restringida que la de los
mas sociales se puede tolerar un mayor número de conflictos que en hombres. Las mujeres pasaban la mayor parte de su vida de hogar
otros. William F. \Vhyte encontró, por ejemplo, que las relaciones preparando la comida, arreglando la casa y cuidando a los hijos. Tal
entre los conflictos y la cooperación en ciertas comunidades campe- como sucede en las modernas comunidades campesinas, las mujeres
sinas escogidas en América del Sur, no siempre son de muchos con- que no iban acompañadas no podían moverse libremente, ni siquiera
flictos y poca cooperación o de mucha cooperación y pocos conflictos. dentro del mismo pueblo.87
En varios de los poblados que VVhyte analiza, existen elevados niveles La ideología de la preponderancia del varón dentro de una comu-
tanto de cooperación como de conflictos. Bti nidad no siempre significa, por supuesto, que el poder resida en ese pa-
El número de agresiones a las esposas y la escasez de ataques por pel formal y que las mujeres, desprovistas de todo poder, estén siempre
parte de éstas es consistente con las demás pruebas de la posición de sufriendo. Los grupos por sexos en los pueblos de México depen-
fas mujeres en estas sociedades. Carecemos de informaciones acerca dían uno del otro, y sus respectivas posiciones quedaban parcial-
de numerosos aspectos de la vida de las mujeres en el siglo xvm, pero mente ahogadas por la más elevada finalidad de proteger al pueblo,
por lo menos en términos formales los pueblos de campesinos del cen- como lo veremos al tratar de las rebeliones de la comunidad (capí-
tro de México y de Oaxaca parecen haber sido patriarcales, reforza- tulo iv). Las mujeres ejercitaban ciertas facultades informales cuando
dos frecuentemente por pautas de residencia patrilocal que databan manejaban los recursos financieros de la familia y al educar a los
de los tiempos prehispánicos. Los hombres ocupaban los puestos más hijos. 88 Por otra parte, el hincapié en las facultades informales de las
elevados dentro de la condición social, como por ejemplo los cargos mujeres puede llevarnos a la conclusión, como en la obra de Susan
Rogers sobre la Francia contemporánea, de que los hombres, que
86 Whyte, pp. 373-92. Redfield indica que los pleitos familiares constituyen el mejor
ocupan los puestos formales de la autoridad, carecen de toda fuerza
indicador de desorganización social en el campo en Yucatán (pp. 186-88). Taggart ha cuando la comunidad campesina carece también esencialmente de
refutado esta opinión afirmando que los problemas familiares en los pueblos de campe-
sinos de México son una situación crónica más que una indicación de que se está acele-
rando la desorgani/ación social. ("'Idf 1' y 'Real'", pp. 347-57.1 I-as conclusiones de « O'Nell y Selby. p. 99, O'Nell y Selby describen también las distintas normas
Románuccí-Ross respecto de un pueblo de Morelos concuerdan con la hipótesis de de los pueblos relativas a la agresión de hombres y mujeres: "A los muchachos se les
Taggart 'j>. 146, Hav muí has discusiones Mitre los científicos sociales aren a di1 las permite y hasta se les alienta a que muestren una conducta agresiva, mientras que las
relaciones entre el homicidio y el colapso social. Henry y Shorl consideran el incre- muchachas es raro, que exhiban tendencias agresivas y corren el riesgo de que se les
mento en la proporción de homicidios como una prueba directa del colapso social. castigue si lo hacen. Esto es evidente especialmente en los que gustan de estar moles-
Lesler pretende que no existe una clara asociación entre la proporción real de homi- tando y de maltratar a los animales pequeños... Se supone que una mujer debe con-
cidios y la socialización. En varios casos que se han tomado de África aparece que el trolarse, y si una mujer pierde la serenidad se dice que está temporalmente poseída poi
colapso de las instituciones en los pueblos está relacionado con un menor número de el mal de ojo".
homicidios. Bohannon, AJrican Homicide, pp. 84, 264-65. 88 Rogers, fxusim; Harris, p. 85.
166 EL HOMICIDIO EL HOMICIDIO 167

ella; esta situación existía sólo parcialmente en el centro y en el dio entre los indígenas como una consecuencia del alcohol, en tanto
sur de México durante la última parte de la época colonial. que los campesinos de la Mixteca Alta reconocían generalmente las
La segunda concentración de homicidios y asaltos se refiere a verdaderas situaciones que acarreaban la muerte violenta. Los agre-
aquellos casos en que los habitantes de un pueblo atacaran a los de sores de la Mixteca Alta hablaban con sensibilidad de la vergüenza
otro o fueran atacados por éstos. En el 31% de los ataques en las dos del adulterio. La embriaguez estaba más frecuentemente relacionada
regiones, los campesinos se enfrentaban con forasteros, y en cuanto a con los homicidios en el centro de México, pero aun ahí rara vez se le
homicidios, en el 40% de los casos del centro de México y en el 22% de echaba la culpa por la gente inmiscuida en ellos. Los campesinos del
los de la Mixteca Alta, quedaban inmiscuidos los forasteros. La ma- centro de México culpaban de prácticamente todo, desde las dispu-
yoría de estos casos de la Mixteca Alta tuvieron lugar fuera del pue- tas sobre las propiedades hasta los adulterios, al alcohol. Un número
blo y estaban relacionados con robos cometidos por grupos de asal- mucho menor de asesinatos era atribuible a la ebriedad y las pau-
tantes de camino real o con disputas sobre la propiedad entre fincas y tas de relación entre el agresor y la víctima serían mucho más noto-
pueblos vecinos. Los asaltos en los caminos y las disputas por tierras rias de lo que se pudiera suponer si esos campesinos hubieran matado
comprenden la mayoría de los asaltos y homicidios contra forasteros ciegamente mientras estaban ebrios.
del centro de México, pero había un tercer motivo, la riña, esos plei- Un índice importante del grado en el que los indígenas que vivían
tos con frecuentes tonos de machismo, que brotaba en las pulquerías en un pueblo estaban conscientes de sus propios motivos y los acepta-
y en los mercados públicos. Las proporciones respecto a las dos regio- ban en los casos de homicidio, es el que nos proporcionan las "pala-
nes serían aún mayores si incluyéramos los ataques contra funciona- bras agresivas" que se intercambiaban antes de un ataque. En la
rios públicos, alcaldes mayores, tenientes, curas, recaudadores de im- Mixteca Alta, estos insultos reflejan la evidencia de las relaciones
puestos y profesores de escuela, que intervienen en los casos de rebelión entre el agresor y la víctima, al mostrar dos pautas dominantes en los
a que nos referimos en el capítulo iv. homicidios: el castigo del adulterio y la defensa de las normas de la
Los expedientes de los procesos por homicidio nos proporcionan comunidad. Los insultos en el centro de México tenían menos rela-
tanto la comprobación de la perspectiva de los que participan en ción con las disputas personales concretas entre los agresores y las
ellos como la base desde el punto de vista del observador del crimen. víctimas, que con una agresiva masculinidad general. Los insultos
Tal como lo encontró Paul Bohannon al estudiar los homicidios entre eran más frecuentemente afirmaciones de hombría superior y de con-
los BaLuyia de Kenya, existían discrepancias entre las opiniones de quista sexual que acusaciones directas de haber procedido con perver-
los participantes y las de los observadores que revelaban las preocu- sidad. El tono de machismo presente en muchos de los insultos, las
paciones especiales de los diversos grupos sociales. Los europeos arro- alusiones figurativas sexuales y el empleo de las mismas expresiones
jaban casi mecánicamente la culpa de la violencia sobre el alcohol, obscenas por los diferentes grupos étnicos; la ambivalencia acerca
pero los campesinos de BaLuyia aseguraban que las disputas por tie- de la embriaguez que es evidente por la supervivencia de las pautas de
rras estaban en la raíz de la mayoría de los homicidios. Sin embargo, embriaguez, por una parte, y el frecuente uso de la palabra borracho
Bohannon descubrió que la mayoría de los homicidios que cometían como insulto personal y la atribución de la violencia al alcohol, por la
los naturales no estaban relacionados con el alcohol ni eran atribui- otra, se encuentran claramente en los casos del centro de México
bles directamente a las disputas por las propiedades. Estaban más pero no en la mayoría de los casos de la Mixteca Alta. Los indígenas
estrechamente relacionados con el adulterio y con la interferencia de de la Mixteca parecen haber adoptado las expresiones insultantes de
los parientes en las legítimas actividades de cada uno, y estas situa- los españoles pero de una manera más selectiva, que refleja su preo-
ciones tenían tan sólo una importancia secundaria en la mente de los cupación específica por las relaciones maritales.
de Kcnia.89 En nuestros casos de México las autoridades coloniales se La conducta y los ambientes relacionados con los homicidios en los
encontraban igualmente dispuestas a explicar en abstracto el homici- pueblos de nuestras dos regiones tienen pautas más escasas y más
notorias en la Mixteca Alta. Los habitantes de los pueblos de la Mix-
' Bohannon, Áfrican Homiade, p. 161. teca cometían homicidios durante sus horas de descanso: los domin-
168 EL HOMICIDIO EL HOMICIDIO 169

gos, en la noche, durante los meses de sequía antes y después de la cisas y más subjetivas, lo cual de nuevo indica menor certeza en las
época de mayor actividad agrícola, particularmente durante la Pas- normas o una conducta social previsible. Finalmente, las circunstan-
cua y Ja Navidad; la situación de los homicidios estaba generalmente cias en que ocurrían las agresiones y las declaraciones de los que par-
relacionada con el adulterio o con los actos abusivos de los funcio- ticipaban en ellas, indican que el área del centro de México estaba
narios del pueblo; la embriaguez no intervenía con frecuencia; los más sujeta a la influencia de los aspectos menos sociales de la embria-
motivos que se hacían valer eran en general consistentes con los pa- guez y de la masculinidad que tienen relación con la adopción de
trones formados desde el punto de vista del observador; y las agre- actitudes españolas bajo formas exageradas y a influencias exlernas
siones verbales eran acusaciones directas que presentan muy poca más permanentes y más enérgicas en la vida del pueblo. En su con-
variedad. Estas bien definidas pautas nos indican que las normas junto, estas pautas regionales de los insultos, las declaraciones de los
de la comunidad no se estaban transformando rápidamente al finali- agresores y las relaciones entre el agresor y la víctima, demuestran
zar la época colonial y eran reconocidas y obedecidas de manera que los pueblos del centro de México eran más dependientes de las
muy consistente. comunidades de clase más baja, más susceptibles a las influencias cul-
En la región del centro de México, las situaciones en que ocurrían turales externas y a la fuerza de la Colonia, que tendían a debilitar los
los homicidios, los motivos que se declaraban y los insultos previos a lazos de solidaridad de la comunidad.
la riña eran más variados y menos previsibles. En la mayoría de los Finalmente, los juicios formales eran procesos relacionados con la
homicidios se seguía la pauta del tiempo de descanso, pero también naturaleza del sistema colonial que tenían que ver con las relaciones
había más homicidios durante el día y en el curso de la semana; inter- de los subditos campesinos con los gobernantes coloniales en los dis-
venían más frecuentemente puñales y otras armas mortíferas que tintos escenarios regionales. Dos actividades que se consignan en los
hacen suponer la premeditación; las víctimas eran forasteros y veci- procedimientos judiciales son importantes a este respecto: las inter-
nos con mayor frecuencia que en la Mixteca Alta; los conflictos sub- pretaciones de la conducta que hacían los tribunales y los campesi-
yacentes en una agresión violenta incluían numerosos casos de dispu- nos, y la sentencia y los propósitos que perseguía. Los dos nos dicen
tas acerca de la propiedad dentro de la comunidad, así como otros en algo acerca de la manera en que los campesinos participaban en el
que aparentemente no había ninguna disputa subyacente fuera del sistema de la justicia.
machismo, y algunos casos de adulterio y abuso de la fuerza política; Cuando los campesinos del centro de México cometían homicidios
los motivos declarados recorrían toda la gama desde el alcohol a la le- para los que no tenían una excusa que los justificara iácilmentc, ex-
gítima defensa y a los celos, la vergüenza y las discusiones sobre la plicaban sus actos diciendo que habían actuado bajo los efectos de
propiedad, pero se inclinaban más a la riña y al alcohol, y enfocaban una ira incontenible y de la pasión momentánea. Estos eran precisa-
más la atención sobre los acontecimientos que los precipitaban y al mente los tipos de circunstancias que los tribunales coloniales consi-
apasionamiento, que sobre las relaciones sociales y la vergüenza; deran seriamente como pruebas de un acto involuntario. Sea que
era más probable que interviniera el alcohol y más numerosos homi- los agresores acudían a esa defensa porque comprendían que de esa
cidios ocurrían durante la "hora de descanso" en la pulquería; y las manera recibirían una condena más benigna o que habían llegado a
agresiones verbales comprendían diversos tipos de burla sexual así tener fe en estas interpretaciones de conducta después de un contacto
como acusaciones ciertas. constante con este sistema de la ley colonial durante muchas genera-
Estos contrastes nos comprueban que había una mayor compleji- ciones (o ambas cosas), los campesinos del centro de México en par-
dad e incertidumbre en las relaciones sociales de los pueblos del ticular parecen haber comprendido las pautas de la justicia española
centro de México. Los diversos tipos de conflicto social en los que y haber tenido comunicación con los tribunales en tal forma que
ocurrían los ataques con violencia eran menos previsibles en el centro indica una más profunda penetración de las instituciones coloniales.
de México y ocurrían con mayor frecuencia sin ninguna razón clara, La pauta de las sentencias puede parecer caprichosa a primera
excepto la embriaguez del agresor o una palabra insultante. Las de- vista: se dejaba mucha discreción al juez que presidía el tribunal; de-
claraciones que rendían los agresores eran más extensas, menos pre- litos que parecían idénticos no siempre ameritaban el mismo castigo.
170 EL HOMICIDIO EL HOMICIDIO 171

Pero era una calculada combinación de castigo, corrección y miseri- conciencia de grupo y no fueran movilizados hacia una guerra de
cordia, que venía a ser consistente con los métodos del gobierno clases o a una lucha contra el gobierno español, el gobierno de la
español mencionados en el capítulo iv. Los tribunales constituían Colonia podía permitirse tratar a los homicidios y agresiones con
una parte integrante de los propósitos del sistema colonial de enri- agravantes de una manera utilitaria, sin temor de que sobrevivieran
quecimiento de la madre patria y control político de los naturales. La políticamente.
aparente clemencia con que los tribunales castigaban a los campesi-
nos culpables de homicidios y la manera cuidadosa con que examina-
ban las circunstancias atenuantes, eran en parte un reconocimiento
estatal de que la violencia personal (particularmente el homicidio y
los golpes que no escapaban del alcance de los tribunales y que ame-
nazaban el control que tenía el Estado sobre sus subditos) era una
manera comprensible, a veces legítima e ineludible, de expresar agra-
vios y deíender intereses individuales. 90 Esta actitud hacia el homici-
dio se refleja en las raras ocasiones en que se imponía la pena capital
y en el gran número de indultos reales que se concedían a delincuen-
tes convictos al finalizar la época colonial. La sentencia en los casos
de homicidio, agresión y golpes adoptaba generalmente la forma de
un castigo utilitario: un periodo de trabajos forzados en presidios y
obras públicas, en donde la oferta de trabajo para estos empleos tan
mal pagados y tan crueles resultaba muy inferior a la demanda. Ex-
cepto en las sentencias de destierro, que se dictaban ocasionalmente,
son muy escasas las que hagan pensar que los tribunales se preocupa-
ran mucho por proteger a la sociedad contra los criminales mediante
la condena a la pena de muerte o la cárcel. Parece que la Corona se
preocupaba más de proteger su control colonial. Los indultos, por
ejemplo, creaban un vínculo de deuda personal entre el convicto y el
rey, que se aprovechaba para conservar la le en la monarquía y para
neutralizar una potencial oposición política por parte de delincuen-
tes que no fueran reincidentes. La Corona era muy sensible a las
amenazas de insurrección y de invasión extranjera (ilos presos eran
utilizados para defender la Colonia como conscriptos militares en los
fuertes de la costa y en los batallones dé infantería!); pero parece
haberse preocupado poco por la eliminación de la violencia entre
las personas. Mientras las clases bajas de los campesinos indígenas y
los trabajadores indígenas, mestizos, mulatos y criollos no tuvieran

90 Nieburg, p. 83. El machisrno no siempre es el efecto inevitable o la causa de) debi-


litamiento de los vínculos de la comunidad. Puede provenir igualmente de otras si-
tuaciones, como de la frustración de los hombres adultos en un ambiente malrilocal;
Brueske, "The Petapa ¿apoteca".
LA REBELIÓN 173

la autoridad del Estado y contra las clases privilegiadas. Al dedicar-


me a estudiar los levantamientos rurales de Oaxaca y del centro de
IV. LA REBELIÓN México durante la Colonia, no me interesan principalmente las gran-
des sublevaciones de esta clase, por la buena razón de que fueron sólo
LAS rebeliones han sido siempre el tema acostumbrado para estudiar unas cuantas y poco significativas. Es cierto que en las dos regiones
la vida y las transformaciones de las clases bajas del campo en la había rumores de sublevaciones, y que en electo ocurrieron efímeros
América Latina. La historiografía moderna de las sublevaciones ru- levantamientos regionales en las jurisdicciones de Tulancingo, Acto-
rales se remonta a las obras de los historiadores locales del siglo xix, pan y Metepec, así como unos cuantos levantamientos simultáneos
que tomaban como ejemplo la violencia del campo para poner al en algunos pueblos de esa misma región. Pero nada fue comparable a
grupo de lectores cultos de la ciudad, al tanto del salvajismo de los las sublevaciones ue los Andes del siglo xvm, o de lugares más cerca-,
campesinos y vagabundos y para prevenir a los latinoamericanos nos, los movimientos regionales de Chiapas en 1712, de la sierra za-
que llevaban una vida urbana "civilizada", contra los horrores que poteca de Oaxaca en 1660 y en 1696 y de Yucatán en las décadas de
les esperaban. La década de 1920 trajo consigo un nuevo interés en la 1840 y 1850.
historia de las sublevaciones rurales de México. Los estudios que se Que las revueltas regionales hayan sido aisladas y poco frecuentes
emprendieron entonces tenían el propósito de confirmar una tradi- en Oaxaca y en el centro de México no quiere decir que hubiera paz
ción de insubordinación de los campesinos contra la injusticia, que en el campo ante las exigencias y los abusos del gobierno español, "la
podría constituir un presagio de las grandes perturbaciones que con- paz de los sepulcros", como alguna vez dijo José Vasconcelos. Tam-
movieron a México de 1910a 1920, y darles un nuevo significado. Más poco significa que los habitantes de los pueblos coloniales fueran
recientemente, los estudiosos latinoamericanos y extranjeros han mos- gente fatalista que desde hacía mucho tiempo estaba acostumbrada
trado un gran interés por el estudio de las grandes sublevaciones, a sufrir y contentarse con dejar su destino a Dios ("sea por Dios") o al
como la rebelión de Tupac Amaru en Perú a fines del siglo xviu, la patrón, y que rara vez tomara la ley en sus manos. De hecho, una
rebelión de los tzetzales de Chiapas en 1712, las guerras contra los gran cantidad de violencia colectiva brotaba dentro de la comu-
indios del norte de México en los siglos xvm y xix, y la participación nidad.
que tuvieron los campesinos en los grandes levantamientos naciona- El tema principal del presente capítulo son las violentas perturba-
les, como las guerras de la independencia de principios del siglo xix. ciones en los pueblos, o sea las rebeliones locales. La diferencia entre
Tanto los sociólogos y los antropólogos como los historiadores han "rebelión" e "insurrección" es decisiva para poder entender el tipo
mostrado un creciente interés por la historia de la violencia en el de actos colectivos que en él se describen. Ambos son actos políticos
campo como piedra de toque para demostrar y explicar el potencial violentos, pero las rebeliones son ataques masivos localizados, que
revolucionario del sector rural de los países modernos de la Amé- generalmente se limitan a restablecer el equilibrio acostumbrado. No
rica Latina. 1 presentan nuevas ideas ni una visión de una nueva sociedad. Las in-
A pesar de sus obvias diferencias, los presentimientos de los histo- surrecciones, por otra parte, abarcan toda una región, forman par-
riadores locales del siglo xix, los estudios teleológicamente inspirados te de una lucha política más generalizada entre los diversos sectores
de la década de 1920, y las más analíticas e imparciales investigacio- de una sociedad y se encaminan a reorganizar las relaciones entre las
nes de los científicos sociales modernos, comparten un enfoque co- comunidades y los poderosos núcleos foráneos.2 Esta distinción entre
mún: las sublevaciones o revueltas regionales, en las que zonas ente- rebelión e insurrección puede no siempre ser muy clara en la prácti-
ras de los campos se agrupan para realizar un asalto violento contra ca, ya que las simultáneas rebeliones en cierto número de pueblos
podrían tener las mismas consecuencias que una insurrección; pero
'Charles Tilly. "Changing Place of Violcncc", p. 140; Hui/rr, '"Rcsistance lo casi todos los ejemplos que he logrado localizar en mi investigación
Change' and Radical Peasaní Mobilízaiion", pp. 303-13, y Rrvoiittionary Potential;
de los levantamientos rurales entran en la categoría de las rebeliones.
Huizer y Stavenhagen, pp. 378-409; Hobsbawm, "Peasant Land Occupaiiom", pp. 120-
52; Reed. The Coste War; Rowe. pp. 17-47. " Favrc. Changement el iiinlirntilf, pp. 269 ss.
172
174 LA REBELIÓN LA REBELIÓN 175

Este estudio de los levantamientos armados tiene un enfoque seme- nida y una secuencia en su desarrollo. La mayor parte de las sedicio-
jante al de las prácticas de la embriaguez en el capítulo u, en el cual nes de los pueblos del centro de México, de la Mixteca Alta y del
se subrayó la combinación de determinadas prácticas y costumbres Valle de Oaxaca fueron semejantes por lo que respecta a las acciones
que reflejan la manera de ajustarse a las presiones de la Co- que realizaban, a los instrumentos que utilizaban y a sus dramatis per-
lonia durante el último siglo del gobierno español. Traducir las sonae. Casi todas eran b£otes,_a.rrnadps_ espontáneos de corta duración,
circunstancias específicas de los levantamientos en pautas de condi- que realizaban los miembros de determinada comunidad como reac-
ciones y reacciones obliga a pasar progresiva y tal vez peligrosamente ción a las amenazas del exterior; eran levantamientos "populares" eri) I 'f
de los acontecimientos reales, y en cierta forma únicos, a las abstrac- los que prácticamente la comunidad entera actuaba colectivamente
ciones. y sin que generalmente se pudiera identificar al cabecilla. Las rebe-
Estas pautas proporcionan comparaciones y simplificaciones a ex- liones eran actos de naturaleza muy agresiva y seguían pautas muy
pensas de la complejidad de la vida real.3 Como explicaciones, no son significativas, que se acentuaban por los insultos lanzados abierta-
mejores que las pruebas que las apoyan. La comprobación consiste mente, por las amenazas, por los ataques y por un desahogo general
en una serie de 142 investigaciones judiciales de comunidades en es- de grandes emociones; en su mayoría se dirigían contra los represen-
tado de sedición entre 1680 y 1811. De estos casos, 91 corresponden a tantes del Estado y contra los edificios de la localidad que simboliza-
los distritos del centro de México a los que se refiere el presente estu- ban la autoridad externa. La conducta rebelde estaba controlada, en
dio, 19 a la Mixteca Alta y los 32 restantes al Valle de Oaxaca. Las el sentido de que ocurrían pocos casos de destrucción general y de
rebeliones y levantamientos que ocurrieron en épocas anteriores o en pillaje.
lugares que están en los límites de nuestras regiones del centro y del La característica espontánea y colectiva de estos levantamientos de
sur de México se incluyen únicamente cuando indican algún aspecto los pueblos se repitió una y otra vez durante todo el siglo XVHI. A una
nuevo o arrojan luz sobre los puntos principales. He agrupado mis señal previamente convenida — generalmente lanzar a vuelo las cam-
panas de la iglesia, o el toque de una trompeta o de un tambor — , la
preguntas acerca de estos levantamientos en dos secciones principa-
gente del pueblo se reunía llevando consigo todas las armas que
les. La primera, hablando en términos generales es: ¿Qué sucedió?
¿Cómo se iniciaron los movimientos, quién participó en ellos, qué hi- encontraba a mano. 4 La naturaleza de las armas — instrumentos
caseros, aperos agrícolas, palos y piedras — confirma en general el ca-
cieron y qué dijeron los sediciosos, cuánto tiempo duraron los levan-
rácter espontáneo del brote de violencia. Estos humildes instrumen-
tamientos y cómo terminaron? La segunda es: ¿Cuáles fueron las
causas y los resultados de estas rebeliones de los pueblos? tos presentaban una gran diversidad: zapapicos, hachas, machetes,
huesos de ganado, azadones, varillas de hierro, bastones, garrotes,
Debo repetir que estoy principalmente interesado en la identifica-
cadenas, husos afilados, cuchillos, rajas ardiendo de pino de ocote,
ción de las pautas generales. Se analizan los levantamientos indivi-
lanzas y un arma indígena única, chile en polvo, que usaban para
duales cuando ilustran particularmente bien algún aspecto general o
cegar e inmovilizar temporalmente al enemigo. Las rebeliones que
proporcionan alguna característica especialmente notable. La mayor
duraban más de unas cuantas horas generalmente ponían en juego
parte de las comprobaciones e ilustraciones específicas se encontra-
otras armas más especializadas, como arcos y flechas, sables, lanzas,
rán, sin embargo, en las notas.
jabalinas y caballos. Sólo ocasionalmente mencionan los testigos las
armas de fuego. Tan sólo tres casos en que hayan usado un viejo tra-
LüS CAMPESINOS EN REBELDÍA: CARACTERÍSTICAS GENERALES buco o una pistola de pedernal los habitantes de un pueblo se regis-
tran entre 142 levantamientos. Esto podría indicar que rara vez se en-
Las rebeliones del siglo xvín no se producían al azar ni eran ilimita- contraban armas de fuego en los pueblos rurales, ya sea porque se
das en cuanto a su variedad. Revelan una estructura muy bien defí-
Criminal 123 Exp. 21, 180 folios 361-430, 430-475, 155 lolios 111-, 169 iolios
3 Las sediciones que sirven de base a las pautas que se estudian en esie capitulo se 103-43, 210 folios 189-, 229 lolios 263-, 232 Exp. 2, 284 Exp. 5, 304 folios 1-4; Cii'ü 865
incluyen en una lista por regiones y distritos en el Apéndice A. Exp. 9; Calderón Quijano, 1, 306-308.
176 LA REBELIÓN LA REBELIÓN 177

aplicaba estrictamente la prohibición colonial de que los indios pudie- Este papel de dirigentes que abiertamente desempeñaban las mujeres
ran poseerlas o porque los habitantes de los pueblos casi nunca tenían en las rebeliones de Oaxaca y el centro de México, contrasta con los
medios para adquirirlas. Las piedras lanzadas a mano o arrojadas relatos de motines y guerras con los indios en el norte de México, en
por medio de hondas eran generalmente las armas de un pueblo en los que constantemente se menciona a los hombres como cabecillas.
rebelión que más perjuicios causaban. En los casos de serios perjui- Tal vez esta diferencia proviene de la especialización bien definida
cios a las personas y a las propiedades, las víctimas frecuentemente del hombre para la caza y el empleo de armas en las sociedades indí-
hablaban de que les había caído encima "un diluvio de piedras" o genas menos sedentarias de la frontera, así como de la participación
"una catarata de rocas". femenina más activa en las complejas relaciones sociales de los pue-
En las rebeliones locales, prácticamente la comunidad entera se blos sedentarios campesinos del centro y del sur de México.
lanzaba a la calle.5 Los soldados que pedían las autoridades españo- La cuestión de la jefatura en los motines de los pueblos es difícil de
las para su protección era probable que se enfrentaran a las chusmas comprobar. Las autoridades coloniales se inclinaban a suponer que
amenazadoras formadas por mujeres que empuñaban lanzas y cuchi- unos cuantos alborotadores locales habían actuado con premedita-
llos de cocina o que escondían piedras bajo la enagua, así como a ción y habían asumido el mando; pero las pruebas que se desprenden
niños y a viejos que llevaban o arrojaban todo lo que podían, y tam- de los procesos y de las investigaciones no apoyan en forma decidida
bién a grupos de hombres adultos bien armados. "La comunidad esta suposición. Los alcaldes mayores y los jueces de mayor rango se
entera" y las "multitudes" de habitantes armados de todas las edades veían obligados a encontrar "cabecillas", individuos que dirigían o
son descripciones que constantemente se repetían en los informes y en alentaban a los demás, y que eran escogidos para que su castigo sir-
las declaraciones. El lugar que ocupan las mujeres es particularmente viera de ejemplo al resto de la comunidad. Esta era una manera muy
impresionante. Quizá debido a que los hombres a menudo estaban conveniente para mostrar la mano firme de la justicia española sin
viajando fuera de la comunidad o trabajando en el campo a varios incitar a toda la comunidad a huir por temor al castigo; pero yo sos-
kilómetros de distancia de la población, más mujeres que hombres pecho que los españoles de la Colonia, ya fueran criollos o peninsu-
generalmente tomaban parte en los motines. Por lo menos en la cuar- lares, no podían concebir que surgiera un movimiento político que
ta parte de los casos, las mujeres dirigían los ataques y visiblemente no tuviera un jefe que lo planeara y lo dirigiera.
eran las más agresivas, las que más insultaban y las más rebeldes en A pesar de la suposición de que estos motines necesitan jefes y de
su conducta ante las autoridades de fuera. las ventajas políticas de los castigos ejemplares, es sorprendente el
Mariana, una india que tenía la cara cortada y que vivía en Santa escaso número de procesos por levantamientos que proporcionen
Lucía, cerca de la ciudad de Oaxaca, encabezó en 1719 una chusma pruebas decisivas de que los cabecillas los habían planeado y dirigi-
de hombres y mujeres que atacó a un grupo de oficiales del rey, sa- do. En ciertas ocasiones los rebeldes acusados en los procesos forma-
cerdotes y soldados que habían acudido a señalar los límites de la les, a fin de escapar al castigo, declaraban voluntariamente contra
población. Después de destrozar la cuerda con que estaban midien- unos cuantos de sus secuaces al contestar las preguntas que hacía el
do, se enfrentó en lucha mano a mano con uno de los españoles, fiscal acerca de los cabecillas. De todas maneras, de los 142 casos que
levantó el brazo sangrante para animar a sus secuaces e inició la he examinado, sólo 20 dan pruebas claras contra un campesino o
lluvia de piedras que obligó a los forasteros a huir a la ciudad.6 Esce- contra un pequeño grupo de campesinos líderes (generalmente el re-
nas como ésta se repitieron con frecuencia, pero no sólo en el siglo gidor del pueblo y otros miembros de la nobleza hereditaria). Los
xviii sino hasta después de haberse iniciado la época contemporánea. curas párrocos encabezaron cinco ataques; y cinco más, todos del
centro de México, fueron inspirados por residentes del pueblo que no
'Calderón Quijano, I, 306-308; AGÍ Audiencia df México 1934 (Papamla. 1767): AGN eran indígenas; y en otros veinte casos los fiscales pretendían que ha-
Criminal M txp. 14,57 txp. 1, 75 Exps. 3-4.90 (noviembre de 1773). 104 folio 452r. 117 bía cabecillas individuales, pero los testigos invariablemente los con-
Exp. 7. 123 Exp. 21. 180 folios 361-430 y 430-75,203 Exp. 4, 155 folios 111-; Cri>í/241
tradecían, insistiendo en que los actos de violencia no habían sido or-
Exp. 1. 1599 Exp. 9. 865 Exp. 9. 2292 Exp. 10, 1505 Exp. 7.
6 AGN Criminal 283 Exp. 3.
ganizados previamente por los jefes del pueblo. El empleo de objetos
178 LA REBELIÓN
LA REBELIÓN 179
de uso diario como armas, el momento en que surgía el levantamien-
to cuando algunos hombres se encontraban ausentes, y el hecho de crear una oposición inflexible por parte del gobierno colonial. Des-
que no coincidieran con una estación determinada, o con días de fies- pués de la victoria inicial, al echar al enemigo, las rebeliones a veces
se convertían en festividades con música, baile, canto y la alegría
ta o con ciertos días de la semana, agrega mayor peso a la conclusión
general que remplazaba los alaridos de rabia.
de que estos brotes generalmente no se habían planeado.7
La conducta de estos habitantes rebeldes de los pueblos contradice Aunque las rebeliones al parecer no eran planeadas e iban acom-
la imagen que generalmente tienen los hombres de estudio de los pañadas de una liberación de emociones espontánea y ruidosa, la
campesinos indígenas dóciles o "encogidos", que se sentían muy es- manera como brotan corresponde a una pauta y a una dirección.
clavizados y demasiado ajenos a cualquier sector de la sociedad para Ciertos puntos de referencia del pueblo eran los lugares donde surgía
que pudieran tomar las armas por razones sociales. Los gritos atrona- la violencia organizada; otros eran los acostumbrados blancos a don-
dores, los silbidos, los insultos obscenos o burlones y los gestos impú- de apuntaba la violencia. La iglesia del pueblo era generalmente el
dicos acompañados frecuentemente por el redoble de un tambor o centro de la acción. La gente del pueblo con frecuencia se reunía en
por las desafinadas notas de una vieja trompeta, eran los acompañan- el cementerio del atrio para tener alguna noticia antes de lanzarse
tes normales de las rebeliones. La inversión de los papeles era otra sobre el enemigo. Puesto que las rebeliones iban dirigidas contra la
característica distintiva. Los rebeldes del pueblo podían asumir los autoridad externa, incluyendo el clero, parece paradójico que la igle-
sia, brazo religioso del Estado colonial, sirviera como lugar simbó-
modales arrogantes de sus amos coloniales. Particularmente en el
centro de México, los campesinos rebeldes insultaban a los funciona- lico de habitación, como el hogar desde donde se hacía valer la fuer-
rios del distrito empleando las mismas expresiones que los españoles za de la comunidad. La respuesta se encuentra, creo yo, en que el cris-
tianismo ocupaba un lugar ambiguo pero muy importante en el
les habían lanzado: "perro", "negro" y "cerdo". Los curas y los al-
caldes mayores se veían obligados a humillarse ante los ancianos del ajuste entre los pueblos indígenas y el gobierno español. La Iglesia, al
pueblo. Existen ejemplos, tomados fuera de nuestras dos regiones, de perseguir sus propios propósitos: la conversión, el enriquecimiento y
campesinos que obligaron a los españoles a asistir a ceremonias reli- el ministerio del alma de los neófitos indígenas, alimentaba las res-
giosas paganas, y a mujeres españolas a que se casaran con indios con ponsabilidades comunales por medio de las cofradías y los nuevos
la bendición de los sacerdotes indígenas.8 Esa inversión de los pape- ritos.9 Aunque no siempre lograba desplazar a las creencias popula-
les es semejante en general a la descripción que hace Octavio Paz de res, el cristianismo reforzaba la inclinación de los indios hacia la or-
las fiestas mexicanas como una suspensión explosiva de las reglas y ganización comunal. El cura párroco podía ser odiado y ridiculizado
por los vecinos, pero la iglesia y sus terrenos eran lugares sagra-
privilegios de todos los días, en la cual el pobre podía vestirse como el
dos, que conectaban el pasado con el presente y con el futuro. 10 Las
rico y los hombres como las mujeres, sin temor a la censura. La fiesta,
de acuerdo con Paz, es una especie de revolución simbólica, pero iglesias parroquiales de la Colonia con frecuencia habían sido construi-
como acto simbólico remplaza o agota el compromiso de trastornar das en los mismos lugares sagrados que ocupaban los dioses prehis-
las circunstancias sociales que vuelven a prevalecer al terminar la pánicos, utilizándose a veces las mismas piedras de los antiguos tem-
fiesta. La rebelión no es idéntica en cuanto a su resultado, porque es plos. Las iglesias de los pueblos eran de un tamaño impresionante y
una acción política más que una expresión terapéutica del conflicto, ya de una edad venerable en el siglo xvín, puesto que en muchas de
que ordinariamente no tenía el efecto de que la comunidad regresara nuestras dos regiones habían sido contruidas en el siglo xvi. Dentro
exactamente a la misma posición que tenía anteriormente. Por otra de sus terrenos se encontraba el cementerio, lo cual relacionaba aún
parte, las rebeliones de los pueblos se agotaban por sí mismas sin di- más a la comunidad con su pasado. El atrio de la iglesia (general-
fundir a las demás comunidades sus sentimientos de agravio y sin mente amurallado) era un refugio de árboles y de sombra, y el lugar
de reunión de la comunidad para hacer negocios, para celebrar cere-
7 Véase \Vasseistrom, p. LÍ4 para «na crítica de la opinión de que la revuelta de los monias públicas y actividades de la cofradía, es decir, una arena
i/ri/ales dt- 1712 fue rn<abe/ada por miembros del Cabildo indígena. 9 Wasscrsirom, pp. 69, 75.
•AGN Inquisición 746 Exp. 18 folios 337-56. '"Davis hace esta distinción, pp. 169-70.
180 LA REBELIÓN LA REBELIÓN 181

viviente donde se tomaban las decisiones de la comunidad y se reali- ras parecen haber sido más veces objeto de ataques pero rara vez
zaba la actividad colectiva. resultaban heridos. A diferencia de sus hermanos martirizados en las
Fueron pocas las rebeliones que degeneraron en saqueo general y regiones fronterizas del norte de Chiapas y de Yucatán durante las su-
en incendio. Por el contrario, la violencia casi siempre se enfocaba blevaciones locales, los curas del centro de México y de Oaxaca fue-
contra una persona o un lugar determinados. El objetivo de un ata- ron objeto de ataques y a veces quedaban lesionados por las piedras
que típico era un funcionario colonial o un edificio que se identi- que les arrojaban, pero no resultó muerto ninguno.
ficaba con la autoridad externa, generalmente las casas reales o la La violencia frecuentemente no duraba largo tiempo. A menos
cárcel. La cárcel era la víctima inanimada más frecuente de la ira del que se enviaran fuerzas militares, los ataques terminaban general-
pueblo, y los vecinos la atacaban para poner en libertad a un hijo o a mente en un día o dos, si bien algunos brotes de corta duración
una hija indígenas, y luego la incendiaban. Era el símbolo más con- parecen haber ocurrido esporádicamente en algunos pueblos durante
creto y más odiado del gobierno de la ley extranjera. Según decía largos periodos de tiempo.13 Ocasionalmente el cura del pueblo o el
un cura oaxaqueño que pensaba muy bien: "Como los indios se crían alcalde mayor lograban persuadir a los vecinos para que entregaran
en el campo, verse enjaulados lo tienen por mayor pena que la muer- sus armas, identificaban a los cabecillas y negociaban un arreglo.
te." Los objetivos humanos de la violencia comunitaria eran los re- Como írecuentemente se considera que los curas tenían mayor per-
presentantes locales del Estado: generalmente (en el 26% de los casos) suasión moral en sus parroquias, debe hacerse notar que las voces de
era el alcalde mayor o el lugarteniente que se había designado para la razón espiritual y la autoridad moral contaban poco para someter
la población; en algunas ocasiones era el cura párroco (22%) o los estos brotes de sediciones populares. Son mucho más numerosos los
funcionarios que pretendían recaudar un impuesto impopular o de casos de curas que fueron despreciados con la cruz en la mano y cuyas
mayor cuantía (20%), y ocasionalmente el profesor de la escuela (3%). palabras no tuvieron ningún efecto, que los que pudieron aplacar
Sí las víctimas no eran funcionarios del Estado, era probable que lo la ira de la multitud en el calor de la batalla. Unas cuantas rebe-
fueran los vecinos de una población rural, o de una cabecera política liones fueron sofocadas a medio camino cuando la chusma fue dis-
o de una población sometida, y en ciertas ocasiones los funcionarios 'persada por las armas de fuego, y en una ocasión un soldado con ini-
indígenas abusivos o los rivales en una disputa partidista. ciativa sofocó una sublevación cortando simplemente las cuerdas del
La restricción de la acción violenta contra objetivos bien determi- campanario. 14 Pero la mayor parte de las rebeliones sencillamente se
nados no iba acompañada de restricciones en cuanto a la intensidad consumían sin mayor intervención por parte de las autork? Vs de la
de la violencia misma. Aunque la mayoría de los levantamientos ar- Colonia. La violencia generalmente acababa cuando lr,V| intes
mados eran efímeros, eran algo más que simples actitudes simbólicas. del pueblo lograban su propósito inmediato de arrojar . ^'vaso-
Las armas se usaban para expulsar a los agresores. Con Irecuencia el res, sacar de la cárcel a sus compañeros o arrancar de las autoridades
resultado de la violencia era la muerte o las lesiones graves. Por lo coloniales la promesa de que se atenderían sus quejas. Particular-
menos en 18 casos resultaron muertos funcionarios coloniales, solda- mente en los casos en que las rebeliones habían traído como resul-
dos y otros forasteros." En muchos otros casos los enemigos resulta- tado la muerte o graves lesiones a algunas personas, los atacantes y a
ban gravemente heridos o se escapaban muy a tiempo para quedar veces la comunidad entera abandonaban el pueblo para refugiarse
con vida. En un caso el alcalde mayor salvó su vida escondiéndose en en las montañas. Según la estación del año en que ocurriera, el pue-
una estera enrollada en un oscuro rincón de las casas reales.12 Los cu- blo llegaba a quedar desocupado durante varios meses, pero ese éxo-
do rara vez se convertía en deserción permanente. Los representantes
11 Manzano, I, 13 (Ixmiquilpan, 1677): AON Criminal 243 Exp. 1, 92 Kxp. 5. 218 del pueblo procedían rápidamente a quejarse ante las autoridades
folios 1-19, 229 Exp. 231. 107 Exp. 1, 307 Kxp 2. 202 Exp. I, 151 Exp. l.SOfiExps. 1 y 6. judiciales de la capital de la provincia e incoaban un pleito para lle-
308(31 deagosiode 1769). 507 Exp. 17: Civil24\. I. 865 Exps. 8 y 9; AGÍ Audiencia gar a una conciliación formal.
de México 2588 informe del Dr. Joseph Ruiz, folio 4v; CDCh Oaxaí a. rollo 6, Exp. 209:
rollo 8. Exp. 286; rollo 9. Exp. 529; rollo 15. Exp. 430. " AGN Criminal 79 Exp. I, folio 6r.
14 AGN Criminal 57 Exp. 1, 232 Exp. 2, 243 Exp. I.
1! AGN Criminal 304 Exp. I, ¡olios 1-4.
182 LA REBELIÓN LA REBELIÓN 183

La reacción de los españoles a las sublevaciones de los pueblos del mas de obras públicas por periodos más cortos. En un caso excep-
centro y del sur de México, que era una bien calculada combinación cional, el juez combinó ingeniosamente la pena corporal con el mejo-
de castigo y compasión, generalmente se ajustaba al principio de "paci- ramiento de la seguridad del lugar, al sentenciar a los cabecillas a
ficar sin destruir a los indios". Como las milicias coloniales eran que construyeran una sólida cárcel y a que desmontaran una legua
reducidas y generalmente mal equipadas para poder someter a los de los terrenos que rodeaban la población a fin de destruir los refu-
campesinos rebeldes, y como los excedentes que producían éstos en gios donde fácilmente se ocultaban los rebeldes.16 Las multas tenían
forma de impuestos o de levas de trabajo constituían una importante el mismo efecto que las condenas a trabajos forzados. Como los cam-
fuente de ingresos para la Corona —o como decía un cura de Oaxa- pesinos rara vez podían pagarlas en dinero, las multas eran pagadas
ca, "la tilma del indio a todos cubre"—, los dirigentes coloniales frecuentemente por personas a quienes se les permitía reclamar el tra-
tenían gran Ínteres en dar fin a las revueltas mediante negociaciones, bajo del reo hasta completar el importe de la multa. Las condenas
particularmente para impedir que se difundieran. El temor de los es- más severas se dictaban contra individuos que habían escapado y
pañoles por las sublevaciones regionales era evidentemente auténti- eran juzgados in absentia. Las más de las veces, los cabecillas eran
co. Era frecuente que los funcionarios vieran en las sublevaciones puestos en libertad antes de que transcurriera el término de la sen-
rurales enfermedades pavorosas como el contagio epidémico o el cán- tencia o eran indultados, bajo amenaza de aplicarles un severo casti-
cer o las heridas infectadas que se propagarían por todo el cuerpo go si de nuevo se veían envueltos en una sublevación.17 La pena capi-
político y lo consumirían. Ese temor era muy notorio en la mente de tal o las condenas por largos periodos de tiempo fueron más comunes
los funcionarios mexicanos después de los generalizados levantamien- en los raros casos de insurrecciones regionales del siglo xvín, como la
tos del sur del Perú y de Bolivia al iniciarse la década de 1780. Una rebelión de los tzetzales en 1712. Los presos que hacían los españoles
rebelión que surgió en Izúcar de Matamoros en 1781 suscitó el temor en las guerras crónicas contra los indios en las fronteras del norte,
de otra sublevación como la de Túpac Amaru; y los levantamientos eran frecuentemente ejecutados o bien se les enviaba al sur como es-
que hubo después al norte de la ciudad de México obligaron a los clavos.1"
funcionarios coloniales a tomar precauciones contra la dispersión de Con excepción de una multa de vez en cuando y una seria amones-
los "salvajes" indios chichimecas y huastecos.1^ Con tal de que la vio- tación, era improbable que la comunidad en conjunto fuera castiga-
lencia no se propagara a los poblados vecinos, los magistrados colo- da, ni siquiera en los casos en que habían ocurrido muertes o lesiones
niales no Jban dispuestos a dictar resoluciones conciliatorias median- graves. El asesinato del administrador de una hacienda por el pueblo
te lat violem se reafirmaba la lealtad a la Corona. Por lo general, el de Macuilxóchitl (Valle de Oaxaca) en la década de 1740, puede ser-
juez«is eran a unos cuantos rebeldes de la localidad como cabecillas y vir de ejemplo. El enconado pleito por la propiedad de unas tierras
alborotadores y les aplicaba castigos ejemplares (azotes, trabajos for- entre el pueblo de Macuilxóchitl y una hacienda de la orden de los
zados, destierro y a veces hasta la ejecución), en tanto que la comu- betlemitas subió de punto, hasta el grado en que los del pueblo reali-
nidad en general recibía un perdón atenuado por la amenaza de se- zaron ataques regulares contra la finca, y el administrador aplicó
veros castigos si surgía la violencia en el futuro. azotes como represalia. El administrador llegó incluso a cometer el
Las sentencias que se dictaban en contra de los presuntos cabeci- desatino de introducirse en el pueblo para desahogar su ira y fue in-
llas de los levantamientos de los pueblos del centro y del sur de Mé- mediatamente capturado -or un numeroso grupo de vecinos y con-
xico iban desde la indignidad y el dolor del látigo, a las multas, al ducido a la casa comunal para ser juzgado. En presencia de toda la
destierro del distrito (generalmente de dos a seis años) y a la pena
corporal. Esta última, que era muy común en las sentencias del si-
glo XVIH, adoptaba la forma de prestar servicios personales en un obraje, '« AGN Criminal 304 folio 366r.
de uno a seis años, en un presidio hasta por diez años o en los progra- 17 AGN Crimina/283 Exp. 1,218 folios 1-19. 54 Exp. 14, 230 Exp. 15.203 Exp. 4.166
folios 185-272. 75 Exp. 3. 202 Exp. 1,241 Exp. 1, 162 folios 187-, 306 Exp. Ib; IndiosM
15 AGN Criminal 55 folios 122-, 79 Exp. 1 folio 62v, 304 Exp. ]; Calderón Quija- Exp. 85, 70 Exp. 69: Tierras 381 Exp. 5.
no, II, 163-75; AEO Juzgados legajo de 1806. " AGN Criminal 306 Exp. 6; Historia 335 Exp. 1.
184 LA REBELIÓN LA REBELIÓN 185

vociferante comunidad, los ancianos dictaron la sentencia de muerte, didos fueron condenados a presidio por diversos periodos de tiempo,
y el infortunado español fue arrastrado a la plaza del pueblo, donde y once recibieron cuantiosas multas: cincuenta pesos para diez de los
fue ahorcado. Algunos de los ancianos fueron aprehendidos, pero al sentenciados y quinientos pesos para el cabecilla, lo que significaba
estarse reuniendo las pruebas resultó evidente para la Audiencia que en realidad pasar en la cárcel el resto de su vida. 20
la sentencia había sido dictada por todo el pueblo, y que todo el pue- Si bien la reacción de los españoles ante las insubordinaciones era
blo la había ejecutado. Por falta de culpables individuales, el tri- generalmente tibia, eso no quería decir que las autoridades colonia-
bunal no sabía qué hacer. Obtuvo un juramento de lealtad de la po- les simpatizaran con las razones de los campesinos para levantarse en
blación y mandó construir una horca de piedra en la plaza como armas, o que las respetaran. Era muy poco lo que de la utópica bue-
símbolo permanente del castigo que merecía la comunidad por su na voluntad, rasgo importante de la motivación de los españoles en el si-
crimen."* glo xvi. se manifiesta en forma evidente en estas investigaciones del
Una importante excepción a esta pauta flexible y casi indulgente siglo XVIH, ni siquiera entre los curas que aparecían como testigos. En
de las sentencias es la de las resoluciones dictadas por el Visitador ciertas ocasiones se perdonaba un brote de hostilidad por ser una
José de Calvez como consecuencia de las rebeliones locales de Mi- manifestación de exuberancia con motivo de una festividad o el pro-
choacán y San Luis Potosí entre los años de 1767 y 1769. En los le- ducto de un agravio justificado; pero las explicaciones oficiales de las
vantamientos de 1767, que coincidieron con la expulsión de los judíos insubordinaciones presentaban frecuentemente solemnes abstraccio-
de la Nueva España, la reacción de la autoridad colonial fue rápida y nes o rasgos innatos de la personalidad de los campesinos indígenas,
enérgica: en San Nicolás (jurisdicción de San Luis Potosí) fueron eje- tales como su pereza, su ignorancia, su naturaleza rústica, llena de
cutados nueve indígenas, se le cortó la mano derecha al secretario del vicios, insolente y rebelde, o su manera poco civilizada de vivir, "sin
pueblo y se despojó a éste de sus derechos políticos; en El Venado Dios, sin ley y sin rey".21 Cuando los funcionarios de la Colonia en-
(jurisdicción de San Luis Potosí) íueron ejecutados doce indígenas, traban en detalles, condenaban especialmente las tradiciones de los
siete recibieron doscientos azotes, setenta y dos fueron desterrados y pueblos para gobernar, de acuerdo con las cuales "todo el mundo
la comunidad perdió sus derechos de usufructuar las tierras comuna- manda". Tratando de descubrir la causa de una rebelión importante
les; en San Francisco (jurisdicción de San Luis Potosí), ocho fueron que ocurrió en Zimatlán (Valle de Oaxaca) en 1772, el cura párroco
ejecutados, dos recibieron azotes, siete fueron condenados a prisión llegó a la conclusión de que había sido el resultado del "pésimo" sis-
perpetua y veintiséis a prisión durante cierto término; en Pátzcuaro tema de gobierno de los indios. Haciendo un paralelo con Inglaterra,
(jurisdicción de Michoacán), dos indígenas fueron ejecutados, veinte la archirrival de España, advertía que se podían esperar frecuentes
fueron condenados a prisión perpetua, veinticuatro recibieron dos- levantamientos en los pueblos indígenas porque ''todos mandan", in-
cientos azotes y veintinueve fueron desterrados. De manera excepcio- cluso las mujeres y los niños/ 2 La toma de decisiones consensúales en
nalmente cruel, estas sentencias eran equivalentes al castigo por el los pueblos de campesinos era recibida con poca simpatía por los es-
castigo mismo, reacción inflexible de un destacado reformador pe- pañoles, dominados por la idea de un orden natural apoyado en je-
ninsular que no comprendía bien la delicada política de dividir para rarquías sumamente estratificadas. Ocasionalmente las autoridades
gobernar que había imperado en el campo de México durante dos coloniales decían que las raíces de la rebelión se encontraban en el
siglos. Dos años después, cuando ocurrió una gran insubordinación mal ejemplo que daban los vecinos de otra población cercana, o en la
en San Sebastián Agua del Venado de la jurisdicción de San Luis excesiva embriaguez. Hay un caso que nos permite ver un poco más
Potosí, la condena fue nuevamente muy severa pero se ajustó a la allá del lenguaje en cierta forma limitado de los magistrados españo-
pauta normal de la pena corporal; los trescientos indígenas aprehen- les y precisar cuáles eran los sentimientos de un español de la loca-
lidad acerca de los habitantes indígenas de un pueblo en vísperas de
19 Informe sobre la parroquia de Tlacochahuaya sometido por el Lie. Juan José de
w Priestley, pp. 213-20; AGN Criminal 306 Exp. 6.
Echarri. 29 de abril de 1803, e! original en poder del Lie. Castañeda Guzmán. Oaxa-
«' AGN <Criminal 138 Exp. 2; Gontreras R., p..32.
ca, Oaxaca.
K AGN Criminal 306 Exp. 5.
186 LA REBELIÓN LA REBELIÓN 187

un levantamiento. Esta comprobación nos llega bajo la forma de un Fueron pocas las sublevaciones del siglo xvm en el centro de Mé-
aviso anónimo clavado en la puerta de la casa donde vivía el magis- xico y en el sur que se convirtieran en movimientos regionales en las
trado de Tlamatlán que investigaba las sublevaciones que ocurrieron que varias poblaciones se afiliaran al mismo bando en defensa de una
en dos pequeños pueblos contra el párroco. El aviso decía: causa común. Esos movimientos excepcionales que englobaban inte-
reses puramente locales dentro de una unión regional frustránea o
Aunque la mona se vista de seda, mona se queda. El que hable de los temporalmente exitosa, se ajustaba a los conocidos patrones de las su-
indios habla de mierda porque el indio es como el mono. Es así de senci- blevaciones campesinas en otros lugares y en otras épocas. Se desa-
llo, porque el indio, como el mono, profiere mil estupideces que no tienen rrollaban como movimientos milenarios o se formaban alrededor de
principio ni fin. Esta es la pura verdad. Son también muy maliciosos y un cabecilla que no pertenecía a ningún pueblo determinado, con
diabólicos. quien los campesinos compartían a un enemigo común. En ambos
Esta no es una opinión muy coherente, pero de todas maneras es casos, eran movimientos frágiles que giraban más bien alrededor de
un reflejo poco común de sentimientos que generalmente se la lealtad hacia determinados cabecillas, que de los principios apoya-
ocultan a la vista del historiador, del odio y el temor que sentía un dos por la identidad de condiciones y deseos.
español que vivía cerca de los vecinos del pueblo, pero que compar- En la jurisdicción de Tulancingo (estado de Hidalgo) surgió en
tía con ellos muy pocas o ninguna creencias positivas.23 Bajo el temor 1769 una impresionante sublevación regional, en la que tomaron
y el odio de este autor anónimo yace el conocimiento de que los veci- parte miles de campesinos indígenas llegados de lugares tan alejados
nos indígenas del pueblo eran indudablemente capaces de provocar como Meztitlán y Tenango, para unirse a un "Nuevo Salvador" to-
la violencia de la multitud si sentían una abierta amenaza contra tie- mando como baluarte las montañas de Tututepec. El origen de este
rras o contra el territorio psíquico de su rutina diaria o estacional. apoyo regional parece haber sido un llamado al milenarismo, es de-
Por su parte, los vecinos del pueblo mostraban generalmente su cir, una manera de quitarse de encima las cargas de la vida colonial
aquiescencia con el espíritu de conciliación de los jueces españoles, acogiéndose a una nueva utopía teocrática. El Nuevo Salvador, un
regresando por lo pronto al pueblo desde su refugio en la montaña. carismático mesías indígena, era un anciano indio que iba acompa-
En último término, lo que querían tanto los vecinos del pueblo como ñado de una mujer a quien se veneraba como la Virgen de Guadalu-
las autoridades coloniales, era una resolución rápida y regresar a su pe. Los dos juntos adoraban a una cruz adornada con ídolos, procla-
ordenada vida pueblerina. Los vecinos del pueblo tenían tierras que maban la muerte de los españoles y pretendían dirigir un sacerdocio
cultivar, familias que alimentar y un sentido de comunidad que no se indígena recién creado que habría de sustituir a la jerarquía católica
podía destruir fácilmente de un solo golpe; también estaban al tanto y que acabaría con los odiados impuestos establecidos por el clero y el
del costo que representaba un interminable litigio. La Corona, por su Estado. De acuerdo con estos dirigentes espirituales, los sacerdotes
parte, tenía impuestos que recaudar y un sistema político que conser- católicos eran unos verdaderos demonios que no debían ser obedeci-
var. Si se considera la lentitud con que procedía casi siempre la ad- dos. El Único Dios Verdadero del movimiento estaba consagrado a
ministración colonial en el siglo xvm, el sistema judicial actuaba las milpas y a los sembradíos de chile, lo cual claramente es una invo-
cación a los cultos populares de la fertilidad que están en el corazón
respecto de las rebeliones con una notable velocidad y concluía las inves-
de la religión campesina. 25 Por su invitación para poner fin a todos
tigaciones en la mayoría de los casos en cuestión de semanas. El viejo
cabecilla del pequeño pueblo de Coamelco en la jurisdicción de Mez- los impuestos coloniales, por su propósito de perdonar la vida sólo a
tiilán, que se había sublevado contra el cura párroco en 1777, lo aquellos españoles que pagaran tributos a los indios y por su visión de
sabía por experiencia cuando escribió con obvia resignación que "un un mundo en el que los obispos y curas párrocos se formarían en fila
mal arreglo es mejor ahora que un largo pleito aunque finalmente para besar la mano del Nuevo Salvador, ese movimiento insinuaba
algo así como una guerra de clases de los pobres contra los ricos y
resulte favorable".2*
aprobaba los sangrientos ataques contra los funcionarios de la Colo-
M AGN Cnmmaí 79 Exp. 8 (6 de mano de 1777).
« AGN Criminal 308.
" AGN Criminal 79 Exp. 1 folio 6r.
188 LA REBELIÓN LA REBELIÓN 189

nia y contra los infieles que se atravesaran en el camino de los cre- hombres y mujeres que se embriagaban alrededor de una enorme
yentes. olla de tepache. Cuando trató de aprehenderlos, doblaron las cam-
Una segunda sublevación efímera brotó en 1756 en la jurisdicción panas de la iglesia y "una multitud" cayó sobre la casa. El lugarte-
de Actopan, no lejos de Tulancingo. La causa inmediata de esta su- niente y sus soldados apenas pudieron escapar con vida. En el curso
blevación es más clara que la que inspiraba la primera de Tulancin- de la investigación de estos hechos, los testigos dieron fe de la larga
go, y siguió un curso totalmente distinto, que no tenía nada que ver historia de levantamientos comunitarios en Tenango y en la vecina
con el milenarismo. La ocasión de la violencia fue otra leva de traba- jurisdicción de Metepec: la historia de los funcionarios coloniales
jadores de la jurisdicción con el propósito de desaguar las minas de expulsados del pueblo, de los vecinos que se negaban a obedecer las
Pachuca. Los vecinos del pueblo se quejaron de que el trabajo en las órdenes escritas que se les daban y de varios infructuosos intentos de
minas era peligroso y de que apenas estaban empezando a levantar provocar movimientos regionales contra la autoridad española.27 Sin
su cosecha de maíz. La sublevación se inició un miércoles, día de embargo, los temores de los españoles por las rebeliones regionales
mercado del centro provincial de Actopan, en que se hallaban reuni- rara vez estaban justificados cuando el movimiento dependía de le-
dos hasta 2000 hombres y mujeres indígenas de los pueblos vecinos, a vantamientos populares simultáneos que no tenían un cabecilla mile-
los que se sumaron otros individuos no indígenas pero que también nario que pudiera ponerlos en contacto con los demás grupos de
estaban sujetos a la leva de trabajadores. Se reunieron en la plaza fuera.
enarbolando cuchillos y estandartes y arrojando piedras, cerraron los En Oaxaca, las agitaciones regionales no alcanzaron en el si-
caminos que conducían al pueblo y gritaban "Mueran los goberna- glo xviii esas proporciones, pero el restablecí miento del comercio de la co-
dores" amenazando con destruir todo. En los tres días siguientes, chinilla y los métodos coercitivos que se empleaban para forzar la
ocho españoles resultaron muertos o heridos y las propiedades queda- producción en los pueblos de la Mixteca y de la sierra zapoteca, tra-
ron seriamente dañadas. Los sacerdotes, algunos de los cuales habían jeron consigo algunos breves levantamientos regionales. Los pobla-
apoyado las quejas de los indios con anterioridad a la sublevación, dores de San Felipe, San Mateo y San Francisco, de la jurisdicción
hicieron gestiones para llegar a un arreglo: un lobo, o hijo de negro e de Teozacualco, se rebelaron simultáneamente en 1774 contra el lu-
india, fue escogido para ser castigado como cabecilla, se perdonaron garteniente del distrito por intervenir en los asuntos locales, por exi-
los excesos cometidos por el pueblo y las poblaciones estuvieron de gir que se le entregara la cochinilla y por pretender recaudar un im-
acuerdo en prestar servicios de trabajo en forma reducida. 26 Esta puesto sobre el aguardiente producido para el consumo del lugar. La
sublevación se asemeja más a una especie de alianza para trabajar en- rebelión fue tramada por Achiutla (Mixteca Alta) en 1785 y casi se
tre los habitantes del poblado y los vecinos de clase baja que compar- convirtió en un levantamiento regional. Los mensajeros de Achiutla
tían con ellos un agravio común, que era de esperar produjera fuer- se encargaron de llamar a las armas a los pueblos de los alrededores.
tes sentimientos y violencia contra los españoles en general. En el De nuevo, el enemigo común era el lugarteniente del distrito, odiado
presente caso, el movimiento unió a los indígenas irritados por los por el cruel trato que daba y por los abusos que cometía en la recau-
nuevos gravámenes de trabajo en las minas, con los vagos, los mesti- dación de los tributos y en la entrega de la cochinilla.2* Sin embargo,
zos y mulatos de la cabecera de Actopan, que también estaban obli- los campesinos en general en el siglo xvm en el centro de México y en
gados a trabajar en tas minas. » AGN Criminal 123 Exp. 21.
Una sublevación local ocurrida en 1762 en el pueblo de San An- 16AON Criminal 306 Exp. 1. Puede arrojarse más luz sobre la baja incidencia de
drés, jurisdicción de Tenango (estado de México), puso de manifiesto revueltas regionales en el Altiplano de México en el siglo xvm, haciendo una compa-
los planes de otro movimiento regional. El incidente que acarreó la ración con las otras numerosas sociedades de campesinos del altiplano de Perú y Boli-
sublevación local fue la investigación llevada a cabo por el lugarte- via, en donde las rebeliones regionales eran más Irecuenies. En el Perú se ha identifi-
cado en el si^lo \vin un ciclo de tres periodos de pronunciamientos importantes: de
niente del distrito acerca de un contrabando de aguardiente durante 1737 a 1740, en 1750, y de 1780 a 1782. Estas muy difundidas sublevaciones parecen
la noche de la fiesta del santo patrón. En una casa encontró a muchos haber sido desencadenadas por cambios semejantes en el cobro de los impuestos, por
!fl AGN Ciní 241. invasiones de tierras y por el reparto de electos que hemos mencionado en las regiones
LA REBELIÓN 191
190 LA REBELIÓN
amenazaba con garrotes, piedras, azadones y otras armas con el pro-
Oaxaca no estaban dedicados a realizar nuevas actividades económi-
pósito de atacar al gobernador de Atotonilco, quien tuvo que escapar
cas que pudieran conducirlos a tener nuevos conceptos en relación
para salvar la vida. Cuando llegó al alcalde mayor la noticia de la
con haber sido despojados.
rebelión, mandó a los soldados a aprehender a los funcionarios de
No existe ninguna rebelión de un pueblo que sea típica de la es-
Tlapanoya. Toda la gente del pueblo huyó hacia las montañas, pero
tructura que analizamos en la presente obra, pero lo ocurrido en Tla-
fueron capturados dos hijos del gobernador de Tlapanoya. El gober-
panoya (pueblo tributario de Atotonilco en la jurisdicción de Atita-
nador se encontraba en la ciudad de México en ese momento, a
laquia, del actual estado de Hidalgo) en julio de 1690 y en Amanalco donde había ido a fin de presentar una queja ante la Audiencia con-
(jurisdicción de Metepec, estado de México) en febrero de 1792, tra los trabajos forzados y las exacciones en dinero que exigía el alcal-
pone enjuego una gran cantidad de características.29 Una breve des-
de mayor. En el curso de la investigación de la rebelión que ordenó la
cripción de estos dos levantamientos puede hacer más real el cuadro Audiencia, el alcalde mayor afirmó que los de Tlapanoya eran unos
que nos hemos formado. insolentes que se negaban a servir al rey y que se habían convertido
La rebelión de Tlapanoya se inició un domingo en la tarde, cuando en sus enemigos porque él había aprehendido a diecisiete hombres
el gobernador indígena y dos nobles de Atotonilco llegaron al pueblo y a veintitrés mujeres del pueblo por elaborar ilegalmente bebidas
con una orden firmada por el alcalde mayor. Se les debería hacer alcohólicas. La Audiencia no se dejó impresionar. Ordenó que se
entrega de dos individuos de Atotonilco que recientemente se habían protegiera al pueblo contra las exigencias arbitrarias del alcalde
establecido en Tlapanoya para no prestar los servicios que exigían el mayor y puso en libertad a los de Tlapanoya que habían sido apre-
gobernador y el alcalde mayor. Los de Tlapanoya que recibieron a hendidos, haciéndoles una seria amonestación de que no tomaran las
los mensajeros se rehusaron a obedecer la orden y después de mur- armas contra el representante del rey.
murar entre sí en voz baja, declararon que ya no aceptaban al alcal- Lo que ocasionó la sublevación en la jurisdicción de Amanalco fue
de mayor como su juez. Empezaron a silbar y a llamar a los vecinos, el intento del cura párroco de levantar con la ayuda de tres indígenas
hombres y mujeres, que se reunieron formando una multitud que un censo para fines de impuestos. Tres de los pueblos de la parroquia
se negaron a recibir a los empadronadores, diciendo que no se podía
de México. Una característica distintiva de los tres periodos de insubordinaciones en confiar en que el cura y sus ayudantes hicieran un recuento adecua-
Perú y Bolivia, que no está presente en la intranquilidad rural de México, era la
do. Cuando el cura trató de levantar el censo de San Lucas, los veci-
jelatura mesiáníca por parte de los nobles indígenas hereditarios que proclamaban el
retorno al gobierno de los incas, teniendo ellos el mando como legítimos herederos. La nos, con la ayuda de hombres y mujeres de Amanalco y San Miguel
base de esa serie de movimientos mesiánicos podría ser la supervivencia de una élite que empuñaban cuchillos y arrojaban piedras, persiguieron a los em-
indígena hispanizada y las ligas étnicas entre los campesinos indígenas, reforzadas por padronadores hasta que regresaron a la casa donde habitaba el cura
las rivalidades entre las diversas regiones, por una mayor salida de campesinos fuera de Amanalco. Entre el repique de las campanas de la iglesia, la gri-
de los pueblos y por la más débil unidad de las localidades. Existe cierta desavenencia tería, los silbidos y la alegría general, una multitud "innumerable"
en relación con la naturaleza de la rebelión de Tupac Amaru en la provincia de Cuzco
en 1780. Osear Cornblit hace hincapié en el papel que desempeñaron los criollos de la (formada principalmente por mujeres) invadió la iglesia, tomó por
localidad en la iniciación de la revuelta y en la participación de los lorasleros (indíge- asalto la cárcel y puso en libertad a tres de sus partidarios. Apode-
nas desarraigados de otras regiones). En su nuevo y minucioso estudio sobre la rebe- rándose de su trabuco, el cura hizo frente al ataque un tanto tibio
lión de la provincia de Cuzco, Magnus Mórner reexamina la importancia de los de las mujeres contra su persona. Pronto vino en su ayuda la gente de
nobles de la comunidad, que luchaban entre sí por el control de los puentes así como
razón del distrito, y en las horas de confusión que siguieron un indio
en contra de los abusos de poder de los funcionarios coloniales. Los forasteros, de
acuerdo con Mórner, desempeñaron un papel de poca importancia en la rebelión, resultó muerto y tres quedaron gravemente heridos. La rebelión no
emprendida fundamentalmente por grupos de pueblos gobernados por un curaca mu- se aplacó hasta que los campesinos se apoderaron de Isidro Hernández y
tuamente aceptado. En contraste, hemos hecho notar la declinación general de las lo golpearon, pues era uno de los tres indios asociados al cura. Unos
unidades eme-lingüísticas de México y la poca frecuencia con que se realizaban accio- cuantos campesinos fueron aprehendidos, pero la mayoría huyó ha-
nes colectivas por parle de grupos lingüísticos indígenas al concluir la época colonial.
cia las montañas y el cura fue relevado de sus deberes. Cuando el
M AGN Criminal 54 Exp. 14, 241 Exp. 1.
192 LA REBELIÓN LA REBELIÓN 193

subdelegado de Metepec trató de hacer investigaciones sobre la su- sobre las leyendas de negros y blancos. Decir que en el "sistema de
blevación, se vio frustrado por la confusión de los insultos, las quejas producción" se encuentra la causa radical de las rebeliones no nos
y las contrademandas formuladas por los campesinos y por la gente adelanta mucho para explicar por qué las insurrecciones de las que
de razón. Decidió que el cura había exagerado los cargos contra los tenemos antecedentes ocurrieron en realidad y por qué ocurrieron en
campesinos por sus servicios, les había impedido que viajaran a la un momento determinado. Como las sociedades de acuerdo con su
ciudad de México, había dado azotes a la gente de la localidad sin historia han tenido todas cierto grado de desigualdad en su sistema
razón suficiente y había permitido que sus tres ayudantes, particular- de producción, y, por lo tanto, se han visto afectadas por la "tensión
mente Hernández, usurparan las tierras del pueblo. También era estructural", parecería que en todas podría haber violencia social.
odiado Hernández, porque se decía que había perpetrado varios Las pruebas históricas se han resistido, por lo menos hasta ahora, a
homicidios por medio de la brujería. Cuando en el mes de septiem- aplicar este tipo de análisis, de acuerdo con el cual se podrían atri-
bre el subdelegado observó que los campesinos estaban de nuevo en buir secuencias de acontecimientos específicos a las grandes tensiones
paz y cubrían sus impuestos, puso en libertad a los rebeldes que aún estructurales que según parece han existido en todas las sociedades
estaban en prisión- con excepción de las más primitivas. En su obra Theory oj Coüective
Behauior, Neil Smelser propone, por ejemplo, un plan que abarca
todo de una manera admirable, de cuatro grandes categorías de fac-
CAUSAS APARENTES Y RESULTADOS
tores que se combinan para provocar la violencia colectiva: lo que
En vista de los antecedentes históricos incompletos y de la carac- conduce a ella, la tensión, la creencia generalizada y los aconteci-
terística, impresionista de las explicaciones que da la ciencia acerca mientos que la precipitan. 30 Sin embargo, cuando trata de aplicar sus
de la violencia colectiva, parece que es imposible precisar las causas de categorías fundamentales de lo que conduce a ella y de la tensión,
estas rebeliones. En nuestro propósito de encontrarlas, podemos por por ejemplo, a casos comprobados como las insubordinaciones de la
lo menos empezar por identificar las circunstancias que rodean las ciudad de México del siglo xvn, resulta imposible hacerlos valer por-
sublevaciones de los pueblos y las metas que se señalaban los campe- que se apoyan en pruebas superficiales y porque ha prestado poca
sinos mismos. Como nuestros ejemplos son considerablemente am- atención a las diferencias cualitativas respecto de otras sociedades en
plios, los patrones que se pueden formar por las rebeliones de los pue- donde no ocurrieron sublevaciones locales o regionales en el trans-
blos tienen un potencial valor explicativo. Nos proporcionan por lo curso de un largo periodo de tiempo.
menos una idea general de las causas aparentes o aproximadas: las acti- Los ejemplos de la América Latina nos ofrecen condiciones más
tudes y las condiciones que se encuentran estrechamente asociadas a específicas de las rebeliones. Una de las explicaciones relaciona la
estos casos de violencia colectiva. Podemos después relacionar las violencia colectiva con las diversas tensiones de la vida material
condiciones que rodean a las rebeliones del siglo xvm con varios como las hambrunas y epidemias; y podemos poner a prueba esta
intentos de sociólogos y antropólogos para explicar las sublevaciones teoría si examinamos la cronología de las rebeliones del siglo xvm. Si
campesinas en términos de relaciones de clases y de causas "finales". los cambios materiales generalizados (como las hambrunas y tas en-
Respecto de la violencia colectiva en la América Latina y en gene- fermedades epidémicas) fueran decisivos para la intranquilidad de
ral en otras partes, algunos de los diversos enfoques para encontrar los pueblos, deberíamos encontrar una gran cantidad de rebeliones en
explicaciones hacen hincapié en las causas aisladas (aunque sin negar el centro de México durante los años que Enrique Florescano ha
cierta importancia a otros factores), y otros acentúan las "causas que identificado como periodos de crisis agrícolas (esto es, de precios muy
están en la raíz" y las teorías de la tensión estructural. Si nos dedi- altos y gran escasez de maíz) en el Valle de México.31 Flores-
camos de preferencia a las causas radicales obtendremos respuestas
que pueden ser razonadas con cierta facilidad en términos abstractos 10 Smelser, CoUectii-e Rehavior.
pero que resultan difíciles de demostrar de una manera total y satis- " Florescano, p. 161; Davis, p. 169. y Charles Tilly, "Major Forms oí Collective Ac-
factoria y que vienen a ser muy semejantes al valor de los juicios tion". p. 372, hacen notar una (alta similar de relación entre la hambruna y las rebelio-
LA REBELIÓN' 195
194 LA REBELIÓN

cano demuestra que existe una relación muy íntima entre.las crisis CUADRO 18. Compararían entre las sublevaciones ¡le los pueblos y las crisis
apícolas y los precios de los granos en el siglo xvni, en 1709-1710, agrícolas en el centro de México, de 1703 a 1711
1714 1749-1750, 1785-1786 y 1810-1811. Por décadas, la mayor con-
centración de rebellones al concluir la época colonial ocurre en los Años de las crisis agrúolas Años de las sublevaciones
periodos transcurridos entre 1761 y 1770 y entre 1801 y 1810. No se
advierte una gran acumulación de rebeliones y hambrunas en cierto 1703
años decisivos. De hecho, la cronología de los levantamientos en relación 1708
1709-1710
con las crisis agrícolas muestra una distribución al azar. El 22% de las 1710
1711
sublevaciones ocurrió durante años que se identifican como épocas
1714* 1714
de crisis agrícolas, y estos años representan el 21% del periodo 1701
1720 (2)
1811 (véase el cuadro 18). 1721
Otra causa específica mencionada por algunos antropólogos para 1724-1725
1730-1731 1727
las rebeliones en la América Latina es la religión, que generalmente 1730 (2)
indica un resentimiento hacia los cambios impuestos en las practicas 1733 (4)
religiosas." Esta causa de<-livainriitc aparre e en las dedaraciones d, 1741-1742 1735 (2)
los campesinos relacionadas con incidentes de v.olencia colectiva, 1743
pero es un enfoque excesivamente limitado de las explicaciones his t o- 1744
ricas que como la "historia popular" se apoya casi exclusivamente - 1746
para su explicación en la percepción que el grupo subordinado tenga 1 749- 1 750*
1749
1756
de su pasado. Natalie Z. Davis ha mostrado que los motines de cam-
1758
pesinos de Europa en el siglo xvi en nombre de la religión teman su 1759-1760
1762 (6)
raíz no en un sencillo muflirlo entre las prá.-liras religiosas, sino en 1764 (2)
el abuso del poder político y económico * la Islt-sia Como propu-t 1766 (3)
de las tierras o como recaudadora de impuestos.* 5 Muy semejante: 1767 (2)
agravios, especialmente relacionados con los planes modificados d. 1769 (3)
derechos que se debían pagar al clero y con las levas de trabajadores, 1771-1772
1771
según veremos, estaban asociados con lo que parecía que eran re 1772 (3)
liones de origen religioso en el México del siglo xvm. Tal como 1 1773
sugiere Davis, si vamos a sacar conclusiones relacionadas con el i 1774
1777
mentó y la ubicación en que ocurren estas rebeliones, debemos tomar
1778 (2)
en consideración toda la gama de relaciones entre el gobernante y los
1779
subditos, además de la percepción de la gente acerca de las condi- 1780
ciones de aquél y de su capacidad de cubrirse bajo el manto 1780-1781
1782
misión sagrada. 1783 (3)
Una explicación más común de las sublevaciones de campesinos en 1784
la América Latina gira alrededor de las "contradicciones estruct. 1785
1785-1786
1786
nes. Por otra par,,, la n-tx-lión d, los ./ri/alr, dr 1712 c-oimidiñ <on un, la.*, sequía.
1787
UT Mexican MS G-19. folio 1 9 l t . 1789 (2)
« Por ejemplo, Bricker, "Les Insurrections".
1792 (2)
« Davis, pp. 176-78.
196 LA REBELIÓN LA REBELIÓN 197
CUADRO 18 [Conclusión,] la inquietud de los campesinos no es sencillamente el resultado de la
gran propiedad de las tierras y de la explotación o de la complicidad
1795 de la élite con una represión indiscriminada. Son muy numerosas las
1796 rebeliones que no parecen ser la consecuencia de un periodo de de-
1797
sintegración de las condiciones materiales y son muchas también las
1799 (3)
1800
sociedades rurales que sobreviven a una pobreza cada vez mayor sin
1801 mostrar indicios de un aumento en la violencia social, como para
1801-1802 aventurarse a hacer una afirmación general sobre la mala situación
1802
1803 (2) económica, o sobre la intransigencia de la élite o sobre la inquietud
1804 de los campesinos. Si algo se puede asegurar es que las rebeliones
1805 (4) parecen haber sido más comunes en las regiones y en las comunida-
1807 (2) des de la América Latina menos aisladas y menos afectadas por la
1808 pobreza.36 En especial, la teoría de las "contradicciones estructura-
1810 (2) les" no parece ser muy prometedora como explicación de las rebelio-
1810-1811
1811 nes del centro de México y de Oaxaca.
Ciertamente, existían poblados que carecían de tierras en estas re-
NOTA. Los precios del maíz y las crisis agrícolas a los que se refiere la proyección de giones, y quizá se sentía cierta decadencia en las condiciones mate-
Flort-stano para el México del siglo XVIII se apoyan principalmente en dalos de la riales de los campesinos en el siglo xvm, particularmente en el centro
ciudad de México. Puesto que los campesinos no se dedicaban especialmente a la pro-
de México; pero esta situación parece que no tuvo mucho que ver
ducción de maíz para la ciudad, estos preríos y estas crisis pueden no corresponder
con la violencia colectiva. En casi todos los episodios que hemos exa-
exactamente a las pautas de abastecimiento de maíz y a los precios en las áreas rurales.
* Crisis muy graves.
minado, los poblados que intervienen son los que tenían importantes,
extensiones de tierras." La intransigencia de la élite bajo la forma de
una opresión rígida y generalmente apoyada por las armas que ejer-
cían los funcionarios coloniales, era poco frecuente en los aconteci-
les", especialmente en una combinación de grupos surbordinados,
mientos que precipitaron las rebeliones de campesinos. Según expon-
despojamientos económicos e intransigencia de la élite. 14 Esta expli-
dré posteriormente, los abusos de poder que resentían los pobladores
cación coloca a las causas de las rebeliones totalmente fuera de los
eran lo que desencadenaba las rebeliones populares, pero esos abusos
pueblos mismos. Un ejemplo reciente de este enfoque aplicado al
sólo tenían efectos locales y generalmente no indicaban una profunda
México colonial, es la obra de Raymond Buve," quien considera que
"intransigencia de la élite" que tuviera como propósito el manteni-
la "contradicción" principal se encuentra en el sistema de propiedad
miento de la paz únicamente por medio de la fuerza armada. De
de la tierra, en el cual sólo hay amos propietarios de tierras e indí-
hecho, la buena disposición de la élite para llegar a un arreglo evitó
genas campesinos que carecen totalmente de ellas. Según Buve, esta
que algunos levantamientos locales se convirtieran en insurrecciones
desigualdad de la relación con la tierra, además de la opresión que el
regionales.
gobierno colonial ejercía sobre los campesinos para defender a la élite
La suposición fundamental que ha afectado muy profundamente
propietaria, es lo que creó las condiciones para las sublevaciones de
campesinos. Sin embargo, esta hipótesis no se ajusta bien a los ante- 16 Huizer y Siavenhagen, p. 403, estudian este aspecto, pero también hacen hincapié en
cedentes que existen acerca de México y de otras paríes de América la intransigencia de la élite y en una "cultura de represión" más bien que en una élite
Latina. Barrington Moore, entre otros escritores, ha observado que que está perdiendo vitalidad.
"Contrastando con estas conclusiones, numerosas obras subrayan que los terrate-
11 Hui/er y Stavcnhagen, p. 40,1; C'asarrubias, p. vü. nientes monopolistas son los puntales de la estructura de las rebeliones campesinas, por
n Bu ve, "Movimientos campesinos", pp. 123-47. ejemplo, Buve, "Movimientos campesinos", Huizer, "Resisiance to Change", p. 311.
198 LA REBELIÓN LA REBELIÓN 199

mi análisis consiste en que los conflictos son más bien la regla que la estructuras de acomodamiento entre los que gobiernan y los subditos
excepción en las sociedades en las que el poder y la riqueza no están pierden su viabilidad. Sugiere el establecimiento de cuatro categorías
equitativamente distribuidos, o de manera satisfactoria para todos de condiciones cambiantes que pueden constituir una amenaza para
sus miembros. Por lo tanto, lo que requiere una explicación no es el un acomodo existente: 1) cuando declina la legitimidad del grupo do-
conflicto social mismo, sino cómo y por qué los conflictos se presentan minante, lo cual puede ser el resultado de un abuso de poder o de que
bajo diversas expresiones en las distintas sociedades o dentro de una el gobernante haga exigencias materiales intransigentes en un perio-
misma sociedad en épocas diferentes. do de rápida transformación, o en una invasión de la intimidad de los
La obra del sociólogo alemán del siglo xix Georg Simmel presenta subditos, o por la introducción de nuevas perspectivas de legitimi-
ciertas fórmulas útiles particularmente en cuanto a la naturaleza de dad, como el anticolonialismo, que pueden dar una nueva orienta-
los conflictos, en especial de la violencia social. Simmel conribió cua- ción al concepto de la carencia de los subditos; 2) cuando declina
tro diversas formas de interacción basadas en la distribución de pro- la vitalidad de los grupos dirigentes: por ejemplo, puede reducirse la
ductos que son escasos en las sociedades que tienen grupos dominan- calidad, la jefatura, los cabecillas pueden irse a vivir a las poblacio-
tes ("superordenados") y grupos subordinados: la competencia o sea los nes teniendo así menos contacto con sus subditos, o bien puede debi-
esfuerzos impersonales de individuos o de grupos para lograr el má- litarse la fuerza de la policía; 3} cuando los grupos subordinados
ximo de participación de los escasos recursos; el conflicto, que es el recuperan el poder, y 4) cuando los grupos subordinados ponen en
choque personalizado de los intereses de grupos en los que sólo los actividad un poder latente. Desde luego, estas categorías no son inde-
miembros de un grupo tienen facultades para distribuir un recurso pendientes ni se excluyen mutuamente. Una declinación en la legiti-
escaso; el acomodamiento, que es la resolución provisional de un con- midad de los gobernantes, ya sea por medio de una mayor explo-
flicto por medio de una tregua difícil de conseguir o cuando uno de tación o por nuevas perspectivas de legitimidad, contribuye para que
los grupos conviene en recibir algo menos de lo que necesita; y la asi- un grupo subordinado aumente su poder o ponga en práctica su
milañón y la f/estrw ñon, que es la resolución definitiva del conflicto, poder latente.
después de que han desaparecido las diferencias que existían entre los Para nuestros propósitos, la contribución especial de Simmel al es-
grupos que actuaban entre sí.3B tudio de los conflictos sociales y de la violencia social, es doble. En
Sin negar la posibilidad de que haya cooperación y abnegación, primer lugar, nos alienta a ver más allá de las creencias y de los actos
Simmel estimaba que los contlictos sociales eran inevitables. El aco- de los campesinos, hasta llegar a las dimensiones del poder y los inte-
modo, que es la base para la resolución de los conflictos entre los reses y a la interacción de los grupos dominantes y subordinados.
grupos dominantes y los subordinados, puede funcionar durante va- Esta rememoración de la importancia de los marcos sociales y polí-
rios años, pero es frágil por sí mismo porque los grupos subordinados ticos es particularmente útil porque los expedientes de los procesos y
han convenido en recibir menos de lo que piden y es poro probable demás fuentes escritas que tenían su origen en los gobernantes y cons-
que se sientan satisfechos permanentemente. Serán especialmente tituyen la mejor prueba de las insurrecciones campesinas, tienen una
sensibles a los nuevos ajustes que vengan a acentuar su subordina- tendencia natural a llevarnos a las "causas" internas. Esas condicio-
ción. De todas maneras, la subordinación puede subsistir durante nes internas son generalmente las razones decisivas que precipitan las
largos periodos de tiempo sin que intervengan intentos organizados rebeliones, pero tienden a ocultar las consideraciones estructurales.
por los grupos subordinados para modificar la relación en sí misma. En segundo lugar, Simmel nos da un enfoque que abarca tanto los
La inevitahiüdad del conflicto o choque de intereses en esas socieda- cambios objetivos de las condiciones materiales como la percepción
des no necesariamente significa que haya violencia social. de los rebeldes acerca de sus condiciones y de la legitimidad de los
La violencia social ocurre, según Simmel, cuando las inestables grupos dominantes. De esa manera elude por una parte los proble-
mas derivados de un enfoque estrictamente materialista, que haría
hincapié en la conexión directa entre la carencia y la violencia social
18 Strnmel,^airim; los más importantes aspectos de csu- t'nfoqur han sido simni/ados
con mucha claridad por Círimshaw, pp. 36-46. aun cuando la mayoría de los grupos oprimidos han mostrado histó-
200 LA REBELIÓN LA REBELIÓN 201

ricamente estar poco dispuestos a las insurrecciones; y por la otra, las dades superiores que aún estaban reconocidas como los legítimos go-
limitaciones que tienen las explicaciones puramente internas o fun- bernantes.
cionales que acentúan los valores, las motivaciones y la fuerza de ¿En qué circunstancias eran atacados estos representantes perso-
voluntad de los subditos. Af enfocar sobre unarelativa carencia, que nales de la autoridad? Tal vez la ocasión más frecuente de ataques a
es la brecha que existe entre las condiciones que se anticipan y la los representantes del rey o de la Iglesia era la recaudación de nuevos
menos agradable realidad, nos alienta a estudiar las percepciones así o más elevados impuestos, razón que aparentemente es universal
como las condiciones materiales, a distinguir entre las circunstancias para la inquietud de los campesinos.3Í) Por ejemplo, una insurrección
que precipitan una rebelión y sus causas más profundas, pero sin de los habitantes de Pozontepec ocurrida en septiembre de 1758 fue
pasar por alto el papel que cada una desempeña al crear las rebelio- provocada por el intento del párroco de cobrar cuotas en favor del
nes campesinas. La importancia del enfoque de Simmel no está en clero cuyo aumento había sido autorizado por la Corona (la investi-
que nos proporcione un sistema bien definido de explicación (lo cual gación realizada posteriormente reveló que existían otros motivos de
no lo logra) sino en que nos ofrece un concepto de violencia social agravio, quizá más importantes, de los campesinos en contra de la
que toma en consideración una amplia gama de relaciones sociales, conducta del cura de esta parroquia, y que desde antes había rumo-
condiciones económicas y sus expresiones políticas. Reconoce la im- res de sedición). Una discusión entre el cura y algunos campesinos
portancia del otorgamiento de un poder limitado y la de los escasos degeneró en insultos y empujones. Esa noche estalló una rebelión
recursos como los más importantes factores variables. Los anteceden- general, fue incendiada la casa del cura y éste apenas pudo escapar
tes escritos de que disponemos nunca podrán comprobar todas las de las llamas en ropa interior. 40 De más de treinta motines que hubo
posibilidades que suscita el enfoque de Simmel acerca de los conflic- en contra de los curas párrocos, con excepción de ocho, todos fueron
tos sociales, pero sí nos proporciona una desafiante alternativa a la desencadenados por las nuevas cuotas que había que pagar al clero, y
debilidad de las concepciones más simples sobre la violencia social. los campesinos se quejaban del aumento de los cargos por concepto
Las circunstancias que rodean las rebeliones de campesinos del cen- de bautismos, matrimonios, entierros y celebración de la misa, o de la
tro de México y de Oaxaca se pueden describir ahora a la luz de estos negativa a proporcionar servicios sacerdotales porque los campesinos
diversos tipos de interacción entre los grupos dominantes y los subor- no estaban prestando servicios excepcionales en favor del clero.
dinados y de las condiciones de una falta de acomodamiento. A pesar La recaudación de impuestos seculares era una ocasión de igual
del sorprendente nivel de violencia en la mayoría de las insurreccio- importancia para determinar que surgiera la violencia en la comuni-
nes, existen pocos ejemplos de una ruptura total del acomodamiento dad contra los recaudadores y jueces de la localidad. Los cambios en
entre los gobernantes coloniales y los subditos campesinos. En una los planes de impuestos determinaban con frecuencia brotes de vio-
abrumadora mayoría de casos la sensación de agravio de la comuni- lencia de la comunidad, y algunos impuestos del Estado, sin que
dad se dirigía no contra "el gobernante", ya que el rey y el virrey importara su importe, eran potencialmente explosivos. Para los cam-
eran indiscutiblemente respetados, sino contra los individuos que pesinos deJ centro de México eran particularmente irritantes los im-
personificaban el abuso de autoridad en los determinados casos loca- puestos sobre el comercio de pulque y sobre la producción de sal.
les de despojo notorio o de tiranía: el alcalde mayor, su lugarteniente, Igualmente incitaban a la violencia los maestros de escuela que pro-
que tenía el pueblo a su cargo, el recaudador real de los impuestos o curaban completar sus ingresos mediante la recaudación de impues-
el cura párroco. Aun cuando estas personas no estuvieran haciendo tos sobre mercancías sujetas a monopolio, como el tabaco.41 Tanto en
otra cosa que cumplir con las órdenes del rey, los campesinos rebel- el centro de México como en Oaxaca, el reparto de efectos, que era el
des generalmente no establecían una relación entre sus agravios y el monopolio del alcalde mayor sobre la venta de ciertas mercancías
sistema colonial en su conjunto. Solamente tratándose de la relación » Mousnier, p. 306; Moore, pp. 256-57, 380; Le Roy Ladurie, pp. 265, 269; C. S. L.
Davies, p. 53 explica que haya menos tumultos de campesinos en Inglaterra que en
entre el amo de la localidad y el pueblo podemos decir que el acomo- Francia porque los impuestos son más bajos.
damiento haya determinado un conflicto violento. Los campesinos *°AGN Criminal 210 (olios 189-205.
casi siempre tenían abierta la puerta para negociar con las autori- 11 Por ejemplo, AGN Criminal 166 folios 354bis-.
202 I.A REBELIÓN I,A REBELIÓN 203

dentro de su distrito, tales como los caballos y las muías que frecuen- to de impuestos y de las exigencias de trabajo la más importante afec-
temente se obligaba a comprar a los campesinos, originó también tación económica era la invasión de los linderos. Lo mismo que las
rebeliones por los impuestos, las excesivas invasiones u ocupaciones
insurrecciones.M
El rechazo de los nuevos impuestos o de los que se establecían ines- de tierras eran temas familiares para los estudiantes de las suble-
peradamente íorma parte de un mas amplio conjunto de circunstan- vaciones campesinas en otras regiones del mundo. Los pleitos por
cias que determinaban despojos o invasiones de carácter económico. la posesión de tierras entre los pueblos o entre un hacendado y un
Los aumentos de impuestos obligaban a dedicar una mayor cantidad pueblo no son particularmente numerosos en la muestra que hemos
de los recursos de la familia y de la comunidad a los que no produ- examinado de insurrecciones en los pueblos (30 en 142 casos}; pero en
cían y a los forasteros, principalmente en favor del Estado y de la mi obra anterior sobre la tenencia de la tierra en el Valle de Oaxaca
Iglesia, Los aumentos de impuestos, por ser una nueva exigencia, te- he indicado que la tenencia de las tierras era un asunto especial-
nían mayor efecto sobre la economía local que el de recabar simple- mente delicado por la estrecha relación que se creaba entre la identi-
mente un incremento de la producción de la comunidad. Puesto que dad de un pueblo y un determinado territorio. Como lo pudo com-
los impuestos se recaudaban normalmente en dinero en el siglo \vm. los probar el juez en el caso de Santa Lucía, cada inspección oficial de
impuestos más elevados obligaban generalmente a los vecinos a bus- los linderos de una población campesina era una provocación sufi-
car fuera de la comunidad otras fuentes de ingresos, ya sea me- ciente para que hubiera un brote de violencia colectiva. La percep-
diante la venta de productos o el arrendamiento de tierras o la obten- ción de esta posibilidad rara vez capacitaba a las autoridades para
ción de salarios por el trabajo. El aumento de impuestos tenía el efec- impedir una sublevación. En el caso de Santa Lucía, el juez tuvo el
to de que el pueblo dependiera más de los patronos, de los comprado- cuidado de rodearse de todos los atavíos de la autoridad real: una
res o de los asociados que tenían dinero, además de que reducía la numerosa comitiva formada por el alto clero y por funcionarios secu-
participación que tenía la comunidad en la producción. A pesar de lares y militares, así como pregoneros que daban a conocer las órde-
los efectos inconvenientes de los impuestos, es importante advertir nes oficiales para que se hiciera la medición. De todas maneras, el
una vez más que los campesinos rebeldes del siglo xvm rara vez des- solo intento de efectuar una medición formal incitó a los vecinos a
conocían la estructura de las relaciones coloniales existentes entre tomar el asunto en sus manos, obligando a los funcionarios a escapar
ellos y el Estado español. Estaban en contra de los nuevos impuestos ante una lluvia de piedras y maldiciones. Las nuevas presiones que se
O de que se incrementaran los antiguos, pero no de la facultad impo- ejercieron sobre las tierras en el siglo xvm, que eran resultado del
sitiva del Estado ni de la obligación de los indios como subditos de aumento de la población y de la expansión de las haciendas produc-
pagar tributos y otros gravámenes tradicionales. toras de artículos de consumo para los mercados urbanos, indican
Había otras amenazas a la economía que igualmente determina- que los problemas relacionados con los linderos eran una ocasión cró-
ban la violencia colectiva de los pueblos de campesinos. Las exigen- nica de surgimiento de la violencia en nuestras dos regiones; pero es
cias de trabajo por parte de los funcionarios de la localidad, del cura digno de mención el hecho de que los casos de Oaxaca (tanto de la
o de los hacendados vecinos, la venta que obligatoriamente debía Mixteca Alta como del Valle de Oaxaca) de combates por linderos y
hacer la tienda del pueblo de algún artículo necesario, como el maíz, de ataques a funcionarios públicos en las vistas de ojos, eran parti-
la sal o la cal, y las órdenes del gobierno para que se permitiera a los cularmente prolongados e irritantes. Aunque sus temores no siempre
mercaderes de una población rival que vendieran su mercancía en el estaban justificados, los campesinos del Valle suponían que un des-
mercado del lugar, todo esto acarreaba las sublevaciones en masa de linde era equivalente a la pérdida de la tierra. Como lo decía un
los pueblos del centro de México y de Oaxaca. 43 Después del aumen- comprensivo alcalde mayor: "Lo que más temen es perder la paz y la
tranquilidad en la que viven, así como las tierras que cada individuo
Por ejemplo, Calderón Quijano, II, 163-75.
42
y su comunidad poseen pacíficamente." 44 Amenazadores grupos de
<> AGN Crimina/166 folios 320-. 54 Exp. 14, 55 folios 122-, 181 folios 201- 163 folios
campesinos indígenas generalmente se presentaban en estas inspec-
295-; Civil 865 Exp. 8: Historia 334 Exp. 5; Indios 70 Exp. 69; CDCh Oaxaca, rollo 10.
11 AGN Hiupilal de Je*iu 307 Exp. 4 lolio 5r.
Exp. 551.
LA REBELIÓN 205
204 LA REBELIÓN

ciones. A veces arrojaban piedras a los funcionarios, o arrebataban la eos nos proporcionan ejemplos bien documentados de esas simbólicas
cuerda para medir, o se agrupaban frente a los inspectores impidién- afrentas. En 1799 el pueblo de Atlauta se sublevó violentamente
doles que procedieran a efectuar la medición. Un amedrentado al- cuando supo que el cura párroco había vendido a una población
calde mayor de la jurisdicción de Cuatro Villas describía la siguiente rival cercana el retablo que tanto veneraban; en un incidente muy
escena en un deslinde efectuado en 1720 al Oriente de la ciudad de parecido el cura de Cuauhtítlán desató la violencia en 1785 cuando
trató de restaurar una capilla indígena sin consultar a los feligreses;
Oaxaca:
otros curas atrajeron los problemas al reparar las iglesias de los pue-
Cuando llegamos al lindero de una parcela de terrenos que pertenecía a blos utilizando piedras que tomaron de antiguas estructuras ceremo-
Gabriel Martín, natural del pueblo de Santa Cruz... aparecieron nume- niales. En 1773 la gente del pueblo de Zimatlán protestó violenta-
rosos indígenas de Santa Cruz, uniéndose a otros que ya se encontraban mente contra un cura que trataba de impedir que hablara su idioma
ahí. Arremolinándose para formar una muchedumbre, pretendían, deso- nativo, el zapoteca; otro pueblo, Almoloya (1787), protestó contra la
bedeciendo las reales ordenes y la justicia real, suspender los procedi- negativa del cura de decir el sermón en su idioma, dejando de asistir
mientos, diciendo a gritos que no nos dejarían ir más allá del mencionado a misa y obligándolo finalmente a abandonar el pueblo. Otro cura
'lindero. Al mismo tiempo, tos indios recogieron piedras del suelo y lanza-
hizo que se rebelara el pueb'lo de Chacantongo en 1674 por haber
ron tres, una la dirigieron a vuestro representante, pero golpeó a uno de
trasladado su residencia a otro pueblo dentro de la misma parroquia;
los funcionarios indígenas. 45
el cura de Almoloya determinó una queja semejante por parte de los
Había indudablemente muchos más casos de afectaciones econó- pueblos que estaban dentro de su parroquia en 1792, al quitar las pi-
micas específicas de este tipo (nuevos impuestos, conscripción de las bautismales y al obligar a los vecinos a ir a la iglesia principal
trabajadores, problemas de linderos), que rebeliones. Un ingrediente para recibir los sacramentos. Otros curas causaron el disgusto de los
adicional que aparece en algunos de nuestros ejemplos de rebeliones feligreses campesinos suspendiendo las festividades de la localidad,
que parece haber sido el factor determinante, aunque no siempre in- prohibiendo las procesiones o interviniendo en el nombramiento de
dispensable, es la aprehensión o la pena corporal de los funcionarios los funcionarios del pueblo.16
del pueblo por negarse a dar cumplimiento a las decisiones de los Los esfuerzos para poner en cuarentena a un pueblo con objeto de
funcionarios coloniales. Muchas sublevaciones se iniciaron tomando impedir el contagio de una enfermedad epidémica representaban
por asalto la cárcel del lugar donde estaban detenidos los funciona- también un tipo de violación a la independencia local que podía pro-
rios, o atacando al destacamento de soldados que trasladaba a un fun- vocar una reacción violenta. Teotitlán del Valle, comunidad de cam-
cionario detenido a la cabecera para ser juzgado, o realizando un pesinos del Valle de Oaxaca, que había resultado duramente afecta-
ataque donde se ejecutaba un castigo ejemplar, generalmente una da por la epidemia de viruela de fines de 1792, fue escogida por la
azotaina, a los cabecillas del pueblo por oponerse a una nueva exac- Junta de Médicos de la ciudad de Oaxaca para darle atención espe-
ción. Los azotes eran una forma especial de humillación para los cial. A petición de la Junta el intendente ordenó que todo el pueblo
indios, porque como se ha dicho, los españoles, por determinación de fuera puesto en cuarentena y que se construyera una enfermería pro-
la ley, no podían ser azotados. visional en las afueras del pueblo para separar a los enfermos de los
Hay una segunda causa importante de sublevaciones de los pue-
16 En la rebelión de Papantla de I 7(J8, el propósito del alcalde mayor de echar abajo
blos, que aparentemente tiene poco que ver con las condiciones ma- los árboles de la comunidad combinó amenazas malcríales e ideológicas contra la
teriales o con las nuevas incursiones económicas, pero que sí tiene gente de la localidad: "Los árboles daban sombra a la genie y la ayudaban a perseve-
mucha relación con el sentido de autonomía de los habitantes y de la rar en lo que habían iniciado; les servían también para atar a sus anímales y protegían
comunidad. En estas ocasiones, de las cuales hay 34 ejemplos, los a sus rasas contra el luego; igualmente, las ramas y las hojas les proporcionaban forra-
habitantes declararon que se habían sublevado en defensa de su li- je." AGÍ Audiencia de México 1934, También se suscitaban sentimientos de libertad en
el pueblo por los intentos de los funcionarios de obligar a los vecinos a trasladarse a
bertad o de su manera de vivir. Los tumultos contra los curas párro- otra población, o bien, en un caso, al (raiar de que permanecieran en el lugar donde
«AGN Tierras 381 Exp. 5 folio Ir-v. vivían. AGN Civil I599 Exp. 9, 2166 Exp. 5.
206 LA REBELIÓN LA REBELIÓN 207

sanos. A los residentes de Teotitlán se les impedía abandonar la po- metidos para adquirir el status de cabecera, separándose así de la
blación, ni siquiera para cuidar sus cultivos, y las familias no podían subordinación política a otra población y liberándose de las irritan-
visitar o enviar alimentos a sus parientes, aislados en los jacales de la tes obligaciones de prestarle servicios, era una ocurrencia frecuente.
enfermería. Para los teotitleños el aislamiento obligatorio y la separa- Los intentos de transferir a los pueblos de un distrito a otro eran tam-
ción de los miembros de la familia eran una intervención intolerable. bién comunes. Estas tensiones jurisdiccionales provocaban a veces las
Su primera reacción, apoyada por tres siglos de experiencias colonia- insurrecciones de los pueblos.'19 La rebelión que ocurrió en Los Reyes
les, fue la de contratar un abogado de la ciudad para que solicitara la Xocotitlán (jurisdicción de Ixtlahuaca) en octubre de 1767 y el de
ayuda del virrey. El lento procedimiento jurídico no era, sin embar- Zozoquiapan (jurisdicción de Meztitlán) en mayo de 1805, nos pro-
go, un medio satisfactorio para enfrentarse a una situación de verda- porcionan buenos ejemplos. El pueblo subordinado de Los Reyes se
dera urgencia. Poco tiempo después los campesinos tomaron el asun- sublevó contra el gobernador de la cabecera, Xocotitlán, después de
to por su cuenta, arrasaron la enfermería, rescataron a sus parientes que éste aprehendió al más destacado vecino de Los Reyes y a su
enfermos y enterraron a los muertos en el atrio de la iglesia. El ata- mujer por "(alta de respeto" y por no entregar todos los tributos que
que aparentemente fue espontáneo, iniciándose cuando una madre adeudaba el pueblo. Este incidente sacó a relucir las sospechas de los
trataba de sacar a su hijo de la enfermería. 17 Terminó, como otras habitantes del pueblo de que el gobernador atendía solamente a los
muchas rebeliones, con un plan de pacificación concebido para im- intereses de la cabecera y del cura párroco, que residía en Xocotitlán.
pedir una confrontación permanente con las comunidades de la re- El tumulto de Zozoquiapan ocurrió cuando los habitantes indígenas
gión. El intendente de Antequera dispuso en primer lugar que los sol- del pueblo, encabezados por una mujer noble de la localidad, Felipa
dados de la ciudad patrullaran los alrededores de Teotitlán (lo cual Escudero, se negaron a cumplir una orden de la audiencia que trans-
se realizó durante más de dos semanas), pero no se atrevió a enviar fería a la comunidad fuera de la jurisdicción de Meztitlán. Se envió a
una expedición punitiva contra el pueblo ni a castigar a los vecinos los soldados para que aprehendieran a los miembros del cabildo y los
salvo una breve detención de quince hombres y mujeres. Las autori- vecinos los expulsaron del pueblo. Los vecinos que declararon en la
dades coloniales decidieron hacer del abogado el chivo expiatorio, investigación que realizó el alcalde mayor dijeron que tenían miedo
como manera de evitar una confrontación directa con los campesi- de que el traslado signiticara la pérdida de sus tierras y trastornara
nos. Pese al hecho de que los teotitleños habían acudido a él a pedir las elecciones locales.50
su consejo para oponerse a la cuarentena, el abogado fue acusado de Otro tipo de problema político que provocaba sublevaciones era el
agitar a los inocentes campesinos condenándosele a sufrir una larga partidismo interno, que parece haber estado menos directamente re-
prisión y a pagar una cuantiosa multa. Los teotitleños salieron del lacionado con el incremento de la población que las disputas entre
asunto como "un pueblo extraordinariamente pacífico" que nunca las diversas comunidades. Los pronunciamientos armados de los ple-
se había rebelado hasta que conoció a este abogado de la ciudad, lo beyos contra los nobles y los funcionarios de la localidad, especial-
cual es un caso conveniente de amnesia española, a juzgar por las mente después de unas elecciones reñidas, y los ataques de un barrio
violentas disputas por la posesión de tierras que involucraban a Teo- contra otro nos hacen volver a la premisa de Simmel sobre la tensión
titlán, Macuilxóchitl y Tlacolula durante todo el siglo xviii 4 " inherente a las relaciones entre los grupos dominantes y los subordi-
Las relaciones políticas constituyen una tercera categoría de con- nados. Lo que es importante para nosotros en un estudio histórico de
diciones que acarrean la violencia colectiva, tanto en el interior de la vida de los campesinos es que la gran violencia relacionada con el
cada pueblo como entre pueblos ubicados dentro de una misma juris- partidismo no parece haber prevalecido más en el siglo xvm que en
dicción política. El crecimiento de la población rural en el siglo xvni el xvii. Por otra parte, el partidismo y el debilitamiento de los lazos
contribuyó a que surgieran nuevos conflictos entre las cabeceras y los de la comunidad son más notorios a mediados del siglo xi\ (Volve-
pueblos subordinados en nuestras dos regiones. La agitación de los so- remos brevemente a este tema en páginas posteriores.)
" AGN Indios 3 Exp. 241; Criminal 92 Exp. 5; CDCh Oaxaca, rollo 21 legajo 2.
"AGN Epidemial, 15 Exps. 2, 8, 9, 10 Exps. 1, 3, 4, 12 Exp. 6.
M AGN Criminal 180 lolios 361-430.
"AON Tienta 148 Exp. 3, 2384 Exp. i.
208 LA REBELIÓN LA REBELIÓN 209

La conducta de las multitudes era igualmente un indicador de lo rro", "cerdo", "perro del demonio" y "negro" eran insultos que usa-
que podían acarrear las rebeliones. Hemos examinado ya las diversas ban normalmente los españoles y que con frecuencia aplicaban a los
clases de gente que tomaban parte en las sublevaciones, los lugares y indios. 1 " Al llamar "negro" a un subdelegado peninsular, o "perro"
la gente que era víctima del ataque y el ambiguo final de la mayoría al cura párroco, los campesinos de los pueblos del centro de México
de estos motines. Otro aspecto de la conducta de las multitudes (las estaban devolviendo la pelota a sus amos políticos, pagándoles en la
palabras intercambiadas con los funcionarios reales y los gritos que misma moneda. En dos de estos casos, uno de Ixmiquilpan en 1642 y
acompañaban a los ataques) es particularmente importante para el otro de Actopan en 1756, los dos en regiones del estado de Hidalgo
estudio de las causas determinantes de la violencia. Al escudriñar las en donde los campesinos estaban obligados a trabajar en las minas de
pruebas he encontrado que los motines de los pueblos consistían en al- Pachuca y Real del Monte, el sentido del ultraje en contra de un de-
go más que en el ruido ensordecedor de los alaridos de guerra, en terminado español se derramaba en expresiones como: "Que mueran
las blasfemias, en los silbidos, en el tañer de las campanas de la igle- todos"; "No dejaremos vivo a un solo español en este pueblo". 53 Esto
sia, de las trompetas y de los tambores. Habían también gritos a coro parecería un intento a ciegas de guerra de clases, pero estos dos moti-
suficientemente inteligibles para que llegaran a aparecer en las decla- nes se apagaron en unos cuantos días, sin haberse propagado y sin
raciones de dos o más testigos. Estas espontáneas expresiones nos que ocurriera una matanza de españoles. De todas maneras, son
acercan lo más posible a la identificación de las metas conscientes de ejemplos primitivos e interesantes de un potencial latente de insu-
los actos de los individuos. A diferencia de las investigaciones for- rrección y liberación.
males, que pueden ser útiles por otros conceptos, los cánticos y los Un tipo distinto de exclamación usual revela al parecer vagas aspi-
gritos son demostraciones ingenuas y directas de sentimientos rara raciones democráticas y un instinto de autoconservación. No se diri-
vez expresados en otros momentos o difíciles de comprobar por otros gían contra ninguna persona determinada; eran declaraciones de
tipos de pruebas documentales. derechos e imperativos de la localidad y manifestaciones de oposición
Muchos de los gritos eran insultos despreciativos y amenazas con- enérgica a cualquier nueva violación de las costumbres del lugar:
tra los funcionarios que abusaban de la autoridad colonial, o contra "Somos los únicos dueños y soberanos de este pueblo "; "Ahora noso-
otros forasteros que amenazaban la paz de la comunidad, como el tros somos los amos de esta tierra"; "No tenernos ningún patrón";
dueño o el administrador de una hacienda vecina que decían: "Te "Este deslinde no se debe realizar, el rey nada tiene que ver aquí";
vamos a matar y nos vamos a beber tu sangre"; "Maten a esos pe- "Nos negamos a obedecer al alcalde mayor o a reconocerlo como
rros"; "Maten a esos negros"; "Cerdo inmundo"; "Negro"; "Ladro- nuestro juez". Un alcalde indígena decía que su bastón de mando
nes cornudos"; "Ahora van ustedes a ver, perro del demonio de al- era equivalente al de representante del rey, después de lo cual los
calde mayor y sus secuaces rateros"; "No dejaremos vivo a un solo vecinos le dirigieron los mismos insultos.-'1'1 Los vecinos del pueblo se
español en este pueblo"; "Usted nos las pagará, perro gobernador"; consideraban a sí mismos como gente "libre", pero el tipo de libertad
"Ahora verá, perro ratero y mentiroso"; "Que mueran todos ellos"; que parece haber animado las rebeliones estaba restringido al peque-
"El gobernador nos ordenó que matáramos a los Rivera"; "Al diablo ño mundo del pueblo. No se traducía fácilmente en un concepto de
con usted, Rivera, usted nos ha robado nuestras tierras y lo vamos a derechos iguales que se compartían con otros pueblos y que pudieran
matar"; "Guerra, guerra".51 En todas estas acaloradas expresiones servir de base a las sublevaciones regionales.
hay una justificada indignación contra los forasteros que calumnia- "Por ejemplo, AGN Criminal 284 Exp. 5.
ban a los vecinos o pretendían arrebatarles sus tierras o exigían el "AGN Civil 241 Exp. 1: Man/ano. I. 13. La rebelión de Ixmiquilpan de 1642 lúe
pago de nuevos impuestos. Pero encontramos otras expresiones. "Pe- sorprendentemente prematura y tuvo como centro una región de pueblos indígenas.
En 1677 era nuevamente evidente la posibilidad de una insurrección que estalló en un
movimiento milenario más de cien años después.
*' AON Criminal 104 lolios 380-, 123 Exp. 21, 180 folios 430-75, 202 Exp. 1, 157 folios M AGÍ Audiencia de México 2588. infotme del Di Joseplí Rui/, folio 4 \ Bancroft
93-, 507 Exp. 17, 55 folios 122-, 92 Exp. 5, 210 lolios 189-, 226 íolios 401-, 229 lolios Librarv, Mexican MS 435 p. 21: UT Mexiran MS G-205; AGN Criminal 54 Exp. 14.
263-, 283 Exp. 3, 284 Exp. 5; Civil 241 Exp. 1, 2166 Exp. 6. 283 Exp. 3. 75 Exps. 3-4. 306 Exp. 5.
210 LA REBELIÓN LA REBELIÓN 211

Las rebeliones comunitarias en el centro de México, en la Mixteca capacidad del cura párroco para guiar a su congregación ya no era
Alta y en el Valle de Oaxaca no comprueban satisfactoriamente que tan grande como lo podríamos imaginar por la primitiva historia de
el acomodamiento se estuviera resquebrajando en el siglo xvni por la Iglesia en la América española. Eran muchos los curas párrocos
causa de las nuevas perspectivas de los campesinos acerca de la que seguían siendo capaces de tener dominio sobre la fe ciega de sus
legitimidad, de la intransigencia de la élite o de un significativo in- rebaños en las últimas décadas de la Colonia; pero eran más los feli-
cremento de poder de los pueblos subordinados (todo a pesar de las greses que habían perdido el sentido de misión utópica y de sacrificio
grandes reformas administrativas realizadas por los Borbones a nivel personal que había animado la "conquista espiritual" en el siglo xvi
de provincia}. Los reales o imaginarios abusos de poder délos funcio- y que había ganado la lealtad de los neófitos. A pesar de su elevado
narios del distrito y la pérdida de vitalidad del grupo que tenía en sus número, los curas del siglo XVHI estaban generalmente muy alejados
manos el gobierno, parecen ser los acontecimientos políticos más es- de sus feligreses campesinos, lo que debilitaba los lazos entre la auto-
trechamente relacionados con las insurrecciones de los pueblos. ridad eclesiástica y la vida del pueblo.
Las nuevas exigencias económicas y las condiciones culturales que Algunos curas se quejaban de que un cargo en el campo era como
hemos identificado como los dos tipos de ocasiones de violencia colec- vivir en el exilio del mundo civilizado que habían conocido cuando
tiva, comparten un elemento común. Las dos son acciones realizadas eran estudiantes. 55 Muchos otros se quedaban a vivir permanente^
por el Estado, por los jueces de la localidad o por los curas que obra- mente en la sede de la parroquia, que era donde residían la mayoría
ban ya sea en cumplimiento de órdenes de la Colonia o por su propia de los que no eran indígenas, haciendo sólo visitas ocasionales a los
iniciativa. Estos son los acontecimientos externos que explican por poblados remotos para administrar los sacramentos. Cuando fue re-
que se presentan las rebeliones en un determinado momento, pero querido con urgencia para que acudiera al lecho de muerte de un
no cuáles puedan ser sus causas ocultas. En los términos de Sim- campesino que vivía en un pueblo a varias horas de camino de su
mel, la legitimidad de los curas o de los alcaldes mayores sufrió sede, un apático cura de Oaxaca se negó a hacerlo y envió un recado
un colapso momentáneo, por lo que los vecinos del pueblo con- en el que decía que se rociara al moribundo con agua bendita y se le
sideraban que era un abuso de poder el hacer nuevas exigencias a la pusiera un ladrillo caliente en el estómago.^ Muchos curas emplea-
comunidad. Sólo en anos cuantos casos es también posible hablar de ban subterfugios ante sus feligreses acerca de las finanzas de la Iglesia,
que la pérdida de vitalidad del grupo que gobierna sea un factor de las cuotas que tenían que pagar al clero, y de los alimentos y habi-
de estallido de la violencia. Las rivalidades entre el cura párroco y el taciones que se les tenía que proporcionar. Todos los curas párrocos
juez español de la localidad perjudicaban la unidad de control por hasta cierto punto perdieron prestigio y riquezas como consecuencia
parte del Estado, hacían confusa la estructura de acomodamiento de la confisración que los Borbones realizaron de las obras pías y del
existente y provocaban la sensibilidad del pueblo ante el abuso de control de las finanzas de la cofradía en las últimas décadas del go-
poder del Estado. Encontramos cinco casos en que los curas párrocos bierno español. En estas circunstancias, no nos debe sorprender que
intervinieron directamente encabezando rebeliones contra nuevas los párrocos rurales y los campesinos hayan entrado en conflictos y
leyes para la administración de las finanzas de la cofradía o contra los que la autoridad moral de los curas se haya demeritado, o que ambas
actos arbitrarios del alcalde mayor o de su lugarteniente. La cre- cosas hubieran llegado a degenerar en la violencia colectiva.
ciente confianza que los alcaldes mayores tenían en sus lugartenien- La importancia de los actos de las autoridades coloniales como
tes (representantes del alcalde designados por él, que tenían una gran ocasiones que provocaban rebeliones locales pone de relieve el moti-
semejanza con los corruptos jefes políticos del México rural de la ac- vo primario consciente de los campesinos para la violencia colectiva:
tualidad) para actuar como superintendentes de los negocios públi- la defensa de las relaciones que se veían amenazadas. La estructura
cos a nivel local, debilitaba igualmente las actitudes de lealtad entre de las relaciones muestra su variación geográfica. Algunas regiones
los campesinos de los pueblos y los funcionarios del rey al finalizar la 5iPor ejemplo. Gundi y Alcocer, pp. 72-73.
época colonial. 56 AtO Juzgados legajo de 1807, 7 de enero de 17-14. Santiago Amatepet. jurisdicción
También estaba en decadencia la vitalidad de la Iglesia rural. La de Villa Alca, queja conira el Br. Santiago Mañano Villanuei'a.
212 LA RKBKLION LA REBELIÓN 213

del centro de México no habían permitido al cura o al alcalde mayor ocurrían las sublevaciones en un momento y lugar determinados en
que entraran a sus comunidades durante años y pagaban sus tributos las regiones del campo de México; y si por otra parte rechazamos la
a regañadientes. Otros cubrían sin quejarse los impuestos estableci- atractiva sencillez de la teoría de la carencia material, la intransi-
dos y prestaban servicios con regularidad al cura y al funcionario. gencia de la élite o una crisis en el clima y en la agricultura ¿qué es lo
Pero las sublevaciones que tenían el propósito de defenderse contra que parece explicar estas sublevaciones de los campesinos? No parece
los actos del gobierno considerados como nuevas violaciones eran co- satisfactoria ninguna teoría que subraye un factor aislado, pero ya
munes en los dos tipos de pueblos, aun cuando íuera relativo el per- hemos identificado algunas condiciones externas comunes y algunas
juicio que realmente les hubieran causado las exigencias de las auto- percepciones internas que se combinan en la química especial de la
ridades coloniales. violencia colectiva de los pueblos propietarios de tierras del centro de
Algunas rebeliones estallaban por algo que aparentemente era un México y de Oaxaca. Los sentimientos de indignación y de traición
cambio de poca importancia, pero para los rebeldes estaba enjuego latentes en los campesinos contra los funcionarios de la localidad,
algo más que un mero aumento del impuesto o la aprehensión de un pueden haberse propagado a fines de la época colonial, reflejando la
delincuente ordinario. Los campesinos reaccionaban contra lo que debilidad de lazos que los unían con la clase gobernante al nivel lo-
ellos consideraban una amenaza inmediata para su manera de vivir. cal, particularmente con el cura párroco, el alcalde mayor o el subde-
Como dijo un alcalde mayor, tenían el temor de "perder la pa/, y la legado. Paradójicamente, eran más fuertes los la/os que los unían
con los gobernantes más remotos de la ciudad de México y de Ma-
tranquilidad en que habían vivido", o de ser "despojados de [su] li-
drid. La verdadera avalancha de litigantes y peticionarios campesi-
bertad", o de "perder [sus] tierras y [sus] casas".57 Las creencias de
nos del centro de México y de Oaxaca que acudía ante la Audien-
los campesinos acerca de sí mismos y de sus comunidades contribuían
cia y ante el virrey en busca de justicia en los últimos años del gobier-
igualmente a crear este clima de desconfianza y resistencia hacia los
cambios que provinieran del exterior. Como parece indicarlo la con- no español, indica que seguían abrigando el mismo respeto y la nece-
sidad de recurrir a los más elevados niveles del sistema imperial.
ducta de las multitudes, las nuevas disposiciones coloniales y las res-
tricciones impuestas a la conducta acostumbrada eran vistas por los
campesinos rebeldes como amenazas a la tenencia ideal de tierras de CONCLUSIÓN
la comunidad. Los campesinos rebeldes del siglo xviu que después
fueron llamados a declarar y cuyo testimonio quedó consignado en De acuerdo con una interpretación de las perturbaciones sociales en
los expedientes que se formaron con las investigaciones, proclamaban las sociedades rurales, es muy pequeño, si es que existe, el potencia!
frecuentemente su "libertad natural" y lanzaban invectivas contra de las rebeliones iniciadas por campesinos. Esta interpretación gene-
1 Y1 yugo dr la sumisión". >1! Los testigos españoles hablaban del "falso
ralmente se apoya en el juicio de que a los campesinos les falta el
orgullo" de los campesinos y de su resistencia ante cualquier cosa que sentido del propósito común que se requiere para crear una organi-
los representantes locales de la Corona trataran de corregir. La resis- zación que beneficie a sus intereses contra los poderosos extraños. Las
tencia al cambio en sus tratos con los funcionarios coloniales repre- únicas organizaciones locales que pueden perdurar son las que se
sentaba una desconfianza muy comprensible ante los poderosos lóras- apoyan en fuerzas extrañas, como la Iglesia o el Estado. Edward
teros que sólo cuidaban sus propios intereses, y como una afirmación Bantield expresó esta opinión acerca de la debilidad de las organiza-
de solidaridad de la comunidad y de le en su carácter independiente. ciones campesinas por encima del nivel de la casa familiar, en su obra
Si aceptamos por una parte los conflictos inherentes a grupos sub' sobre la vida rural del sur de Italia/' 4 En cuanto a México, George
ordinados y dominantes respecto de la distribución de los escasos Foster desarrolló una explicación semejante, pero mucho más elabo-
recursos y del escaso poder como necesaria causa subyacente de la rada de las relaciones sociales en Tzinlzuman (Michoacán). La con-
violencia social, pero que resulta insuficiente para explicar por qué cepción de Foster de la "limitación de lo bueno", al recalcar la debi-
lidad de los valores positivos y de la cooperación desinteresada, y la
$" AGN Hospital de }esú\7 Exp. 4; Criminal 180 folios 361 ; Tierras 318 Exp. 5.
s* AGN Cnmtn«í 30fi Exp. 5A. 151 folios 140-. 210 folios I89-. S9 Banfield. pp. 83. 85-100; igualmente Ferrol, p. 170.
214 LA REBELIÓN LA REBELIÓN 215

preponderancia de la suspicacia y la envidia en las comunidades No se puede considerar que estas dos interpretaciones de la incli-
campesinas, constituye una seria refutación de la opinión tan genera- nación de los campesinos hacia la violencia colectiva se excluyan mu-
lizada antiguamente de que los pueblos eran comunidades idílicas tuamente. Barrington Moore, entre otros escritores, demuestra en su
que se apoyaban en valores compartidos y en la cooperación desin- estudio sobre los orígenes rurales de las dictaduras y de las revolucio-
teresada. Sin embargo, esta concepción nos presenta igualmente co- nes en China, Japón y la India, que algunas sociedades regionales de
munidades indeíensas y pulverizadas que dejan un potencial muy campesinos tienen efectivamente tradiciones de rebeldía que final-
reducido para la acción colectiva. 6 " El antropólogo francés Henri mente contribuyen a crear ui. estado de revolución, como en China.65
Favre da un paso adelante, al decir que en los campesinos de la Amé- Otras sociedades campesinas (el ejemplo más importante es la India)
rica Latina se había impuesto una servil mentalidad colonial que los nos dan pocos ejemplos de violencia colectiva en su historia moderna.
despojaba de su propia estimación y los conducía a una aceptación El número tan considerable de sublevaciones campesinas en el
patológica de la opresión y la explotación que vino a ser su manera centro de México y en Oaxaca durante el siglo xvm muestra clara-
de vivir.^ Bajo la carga de esta mentalidad colonial, los campesinos mente que los pueblos eran capaces de generar una violencia popular
mexicanos habrían tenido un potencial muy reducido para rebelarse, espontánea. Gomo hemos visto, esta violencia no se generó de una
excepto como un último anhelo de reacción contra la irregularidad, manera irracional puesto que tenía estructura y coherencia, aun
contra la enajenación y la inminente destrucción de su mundo por las cuando los campesinos no siempre pudieran controlar completamen-
vigorosas fuerzas externas. Decir que los campesinos no inician o no te la situación. Como reacción colectiva a una experiencia colectiva,
pueden iniciar las sublevaciones por sí mismos no es lo mismo que expresaba la solidaridad y la esperanza de la comunidad. La congre-
decir que no participan en ellas. Numerosos autores que escriben gación espontánea de los habitantes de los pueblos de las dos regiones
acerca de las sublevaciones hacen notar esa participación de los es una prueba de la larga historia de violencia de la comunidad y de
campesinos pero insisten en que son concebidas y encabezadas por acción colectiva en los pueblos que poseían tierras en ciertas condi-
extraños que vienen de otras poblaciones o de otras ciudades.11-' Otras ciones que se pueden prever: los cambios específicos en las exigencias
opiniones en el mismo sentido sostienen que el bandidaje y no la in- económicas de los forasteros poderosos y otras violaciones directas de
surrección es la salida característica de la violencia de los campe- los derechos de la comunidad. La defensa de la integridad del pueblo
sinos en el México colonial. daba a estas insurrecciones una apariencia de guerras santas contra

C Una segunda interpretación encuentra que existe una "casi inna-


ta" tradición de rebeldía en las regiones campesinas. Esta interpreta-
ción, que pone en duda la idea de la incapacidad de los campesinos
los que violan los linderos visibles e invisibles de la comunidad. La
percepción por parte de la comunidad de sus derechos de indepen-
dencia era relativa; pero es digno de mención el hecho de que casi
para la rebelión, se ha popularizado más a partir de la Revolución de todas las 142 rebeliones que hemos examinado se realizaron en comu-
China, en la cual Mao Tsc-tung movili/ó a todo el campo <on el fin nidades que eran dueñas de las tierras necesarias para su subsistencia
de apoderarse de las poblaciones conservadoras, demostrando así y hasta cierto punto disfrutaban de separación e independencia res-
aparentemente que los campesinos chinos tenían el potencial para pecto de las exigencias de las autoridades coloniales por medio de su
promover un movimiento revolucionario espontáneo. Cjcrní Hui- relativo aislamiento, su producción de excedentes en cantidades sig-
zer, por medio de diversos libros y artículos, ha sido el más destacado nificativas o su decidida resistencia.
portavoz de la opinión de que los campesinos latinoamericanos tie- La capacidad de nuestras comunidades de campesinos de convertir
nrn una tradirión de rehrldia, un potencial revolucionario." 4 la malquerencia en intranquilidad política en lugar de retraerse o
6(1Foster, "Dyadic Coniran", pp. 1173-92. caer en el masoquismo, es una prueba de la fuerza de la identidad del
«i Favre, "A propos du potenliel imurrwlionnel". pueblo. Por otra parte, las metas de los insurrectos se limitaban gene-
M M o i i M i i c r , jjp. .V¿3. .S27: Cmiirvins. ¡>. 15. ralmente a corregir determinados abusos; y la fuerza que muestra el
H Esta interpretar ion olmno populaiidad jxjr los años de 1960, en la obra dt- Fian/
pueblo más que la resistencia regional indica que existe poca iden-
Fanón. The Rei'olutiimary l'easant (Véase Coser, Ctintinuities, pp. 2 1 1 - 1 4 ) .
61 Huizcr, Rei'ii!uti//nari l'utenlial y "Rcsislance to Change". » Moore. pp. 201-2, 208, 254, 379-82; también Gately et al, p. 78.
216 LA REBELIÓN LA REBELIÓN 217

tidad de condiciones y deseos de los pueblos capaz de reunirlos y ge- "Muera la gente de razón". Algunos curas y representantes colonia-
nerar una insurrección regional. Los habitantes de los pueblos de las les murieron en estos brotes sangrientos, pero las exaltadas amenazas
dos regiones no se consideraban a sí mismos como una clase despo- de aniquilar a todos los extraños nunca se cumplían. Hubo efectiva-
jada que fuera capaz de unirse para luchar contra un opresor común. mente insurrecciones regionales en Chiapas (1712), Yucatán (1761) y
Para la mayoría, los enemigos eran los pueblos vecinos así como el el Peten (1775), que fueron limitadas luchas raciales y anticoloniales.
magistrado o el cura de la localidad, no las más altas autofidades que En cuanto a nuestras dos regiones, sólo la sublevación regional de
eran las finalmente responsables de la carga de los impuestos y de la Tulancingo (Hidalgo) de unos 2 000 campesinos en 1 769 podría ser
prestación de servicios. Esta unidad política local y esta miopía mili- considerada como una insurrección contra el sistema colonial.
tante hacían que los habitantes de los pueblos fueran buenos rebeldes Nuestro examen de las sublevaciones de campesinos termina de
pero malos revolucionarios. hh Individualmente, defendían los límites una manera hasta cierto punto abrupta al iniciarse en 1810 la guerra
de su comunidad con un resultado hasta cierto punto favorable, pero de independencia de México. ¿Las nuevas condiciones posteriores a
al hacerlo dejaban de tomar en cuéntalas fuerzas más poderosas que la independencia se reflejaron en nuevas pautas de violencia colec-
amenazaban su independencia. No pretendían ejercer el poder fuera tiva? Para contestar esta pregunta necesitaríamos saber mucho más
de su distrito y sospecho que si lo hubieran intentado no habrían de lo que sabemos hasta ahora de los 150 años de historia rural de
sabido qué hacer. Los habitantes de los pueblos aceptaban sin discu- México. Las obras de menor importancia sobre las condiciones socio-
sión la existencia de haciendas y plantíos vecinos, el pago de deter- económicas y sobre la violencia rural en México, en el siglo xix, nos
minados impuestos y la prestación de servicios, así como las formali- proporcionan, sin embargo, material suficiente para aventurar unas
dades de un sistema superior de justicia para cierto tipo de delitos y cuantas conjeturas sobre las condiciones que se iban transformando y
disputas, la legitimidad de los curas y de los magistrados coloniales sobre las reacciones que ponen de relieve nuestras pruebas acerca del
mientras no traicionaran personalmente la confianza del pueblo y el siglo xviu El periodo posterior a la independencia acarreó grandes
carácter sagrado de ese personaje tan remoto, el rey de España, y su cambios impersonales en la vida campesina, en una escala compara-
representante personal en México, el virrey. ble a la revolución política del siglo xvi, a las epidemias, a los progra-
En contraste con la inquietud rural en México d u r a n t e la Colonia, mas de reasentamientos, a la conversión religiosa y a los sistemas de
la irvoliK-ion china que tuvo su origen en el campo parece estar aso- trabajo y de pago de impuestos que fueron el resultado de la coloni-
ciada a una e s t r u c t u r a del pueblo mucho menos cohesiva, en la cual zación española. Estos nuevos desafíos eran en parte programas cons-
los campesinos rara vez cooperaban en las tareas comunes y sentían cientes de los gobiernos de los estados y de la Federación y, en parte,
m u \a solidaridad con la unidad del pueblo. 1 " Las sublevaciones el producto del aumento de la población de México y del papel más
campesinas, incluyendo el ejemplo de China, eran siempre frágiles y importante que iba teniendo en la economía mundial como exporta-
al parecer dependían de que los jefes foráneos las transformaran en dor neocolonial de artículos de primera necesidad.
revoluciones nacionales, pero los campesinos chinos al parecer esta- La condición jurídica de los campesinos indígenas se modificó en el
ban más capacitados para tomar el poder porque sus débiles ligas con México independiente al convertirse en ciudadanos iguales ante la
los pueblos dejaban que los movimientos políticos llegaran directa- ley a los demás mexicanos. Fueron abolidas las leyes paternalistas de
mente a las familias de campesinos. la Colonia, destinadas a proteger a las comunidades indígenas. Quie-
Al concluir la época colonial en México lueron pocas las inquietu- nes no eran indios ya no tenían prohibido residir en las comunidades
des de los pueblos que se transformaran en luchas contra los ricos o indígenas, los tribunales especiales como el Juzgado de Indios lueron
contra el sistema colonial. Unas cuantas sublevaciones locales que desintegrados, y cayeron en desuso tanto la protección especial de los
duraron más tiempo estuvieron terca de convertirse en guerras de bienes comunitarios establecida por el sistema judicial de la Colonia
clases en las que se lanzaban gritos de "Mueran los gachupines" y como el derecho de los indios de solicitar un abogado. Sabemos que
** Moori-, p. 20H. estas leyes coloniales frecuentemente no se cumplían al pie de la letra
67 Mcytr, /'iftblfmai rompeuno*, p. 75. y que las instituciones creadas para proteger a los indios consideran-
218 LA REBELIÓN LA REBELIÓN 219

dolos como pupilos de la Corona tenían graves desventajas; pero el Al mismo tiempo que los gobiernos de los estados y de la Federa-
gobierno colonial asumió la responsabilidad moral y legal de procu- ción expropiaban las propiedades de las empresas, se ejercían otras
rar que sobrevivieran las comunidades rurales que cubrían sus im- presiones sobre las tierras de los pueblos: la expansión de la pobla-
puestos. ción rural en todo el centro y el sur de México y el incremento del
El peso de la autoridad moral y legal en la Colonia no autorizó el cultivo comercial de lucrativos productos de exportación como la
desmembramiento de las comunidades rurales y el apoderamiento de caña de azúcar, el henequén y el calé. El cultivo comercial de la caña
sus tierras. Este compromiso moral no fue un gran consuelo para las de azúcar se incrementó de manera espectacular en Yucatán y en
comunidades que habían perdido sus tierras y sus medios de subsis- Morelos en el siglo xix; en Yucatán se abrieron tierras para las plan-
tencia, pero la supervivencia de los pueblos de campesinos quedó taciones de henequén, se establecieron fincas cafetaleras en Veracruz,
colocada en situación de mayor peligro cuando el Estado se convirtió y en el Bajío progresó considerablemente la agricultura. Estas empre-
en un enemigo moral. sas en desarrollo competían con los medios de vida de los campesinos,
La igualdad de todos los mexicanos ante la ley en el México inde- se aprovechaban de sus tierras de labor, de sus aguas, de sus tierras
pendiente traería consigo una cuidadosa investigación de las activi- de pastoreo y sus recursos forestales, así como de sus depósitos de sal,
dades de la Iglesia y de otras agrupaciones dotadas de derechos espe- y lo que es igualmente importante, de su trabajo. Zonas enteras de
ciales que poseían bienes inmuebles de acuerdo con las leyes de la comunidades rurale¿ que hasta entonces habían disfrutado hasta cier-
Colonia. Ya desde el año 1833 el estado de México, nueva jurisdic- to punto de independencia y que tenían gran estimación por la liber-
ción política que incluía la mayor parte de la región del centro de tad del pueblo sentían la amenaza de tener que trasladarse a otra
México de la que hemos venido hablando, promulgó una ley contra parte y de quedar en un estado total de servidumbre como simples
la propiedad comunal, que abrió el camino a la enajenación de las tie- trabajadores que ganaban un salario pero que carecían de organiza-
rras de los pueblos.68 El proceso de desmembramiento se inició al fi- ción y de tierras. El apoderamiento de las tierras de los campesinos
nalizar la década de 1820 y llegó a la cúspide durante la Reforma, de formó parte de una gran diversidad de agresiones contra las pobla-
1854 a 1856, cuando los liberales trataron de que los indios se inte- ciones rurales que se intensificó en el siglo xix: el trabajo de los
graran a la sociedad nacional disolviendo su vida en comunidad. Las campesinos fue objeto de un sistema de deudas de los peones que
leyes de reforma contra la propiedad de las corporaciones no se cum- cada día se extendía más, así como del trabajo cautivo en las plan-
plieron de manera uniforme, pero fueron más comunes el apode- taciones; y el valor que daban a la modernización los liberales y los
ramiento ilegal y la venta de las tierras de los pueblos. De éstas, las positivistas que gobernaban el país llevó a considerar que los pueblos
destinadas al sostenimiento de la Iglesia o las de arriendo eran especial- de campesinos eran duras protuberancias indicadoras de retraso que
mente vulnerables para ser vendidas por el Estado. Finalmente, du- era necesario extirpar si se pretendía que aquéllos fueran verdadera-
rante la dictadura porfirista de fines del siglo xix, los deslindes de tie- mente mexicanos.
rras hicieron posible la enajenación de mayores extensiones cuando Las regiones del centro de México y de Oaxaca se vieron menos
los campesinos que las ocupaban no podían exhibir títulos de propie- afectadas que otras en la tenencia de la tierra, porque ninguna de
dad legalmente expedidos. Esta agresión final sobre la integridad de ellas tenía grandes posibilidades de producir los nuevos artículos
los pueblos afectó a nuestras regiones mucho menos que a los estados de exportación y porque las inversiones de capital en el campo en las
del norte de Sonora y de San Luis Potosí, lo mismo que a las zonas dos regiones eran relativamente bajas. Los valles del centro de üaxaca
semitropicales de Veracruz y Yucatán. siguieron el antiguo patrón de tos pueblos dueños de grandes exten-
siones de tierra. Los campesinos del Valle formaban parte cada vez
6 "La naturaleza lan extraordinariamente localizada de las rebeliones en estas dos mayor de la economía regional y del mercado urbano de la ciudad de
regiones es particularmente evidente s¡ se le compara con el carácter de ios levanta- Oaxaca, pero sobre la base de una intervención voluntaria y tempo-
mientos de campesinos del sur de Francia de fines del siglo xvi y del siglo xvn, muchos ral. Otras regiones de Oaxaca estaban resintiendo los efectos de la
de los cuales eran verdaderas insurrecciones con objetivos de gran alcance. Le Roy
Ladurie. pp. 192-202.
competencia entre campesinos, políticos y empresarios por la expío-
220 LA REBELIÓN LA REBELIÓN 221

tación de la sal, de las tierras labrantías y de pastoreo, y de los tra- resistencia armada. La Guerra de Castas de Yucatán de fines de la
bajadores que se necesitaban para el tejido de telas de algodón, pero década de 1840 fue, durante cierto tiempo, una guerra a muerte en-
estas nuevas condiciones nunca fueron semejantes a las arrasadoras tre indios y blancos; los rebeldes de Papantla de 1848 hablaban de los
economías comerciales de Yucatán, Morelos y Chiapas. tradicionales agravios de los impuestos elevados, de la prestación
En la región del centro de México, la presión ejercida sobre las tie- obligatoria de trabajos y de las violaciones a las libertades de la co-
rras de los pueblos en el siglo xi\e reforzaba el sistema munidad; pero igualmente exigían la abolición del sistema de deudas
colonial de propiedad y trabajo en lugar de transformar la tenencia y del peonaje, la destrucción de las haciendas y la repartición de las
el uso de la tierra mediante nuevos tipos de agricultura comercial. La tierras hacendarías a los pueblos. 71 Las sublevaciones regionales por
demanda de madera en el centro de México aumentó al finalizar el la posesión de tierras surgían también esporádicamente en el centro
siglo xix (especialmente como material de construcción y para hacer de México y en las montañas de Oaxaca. La concentración de estas
durmientes de ferrocarriles) y algunos productos comerciales como el insurrecciones al finalizar las décadas de 1840 y 1860 y al iniciarse
zacatón (planta aborigen cuya raíz se utiliza para hacer escobas y la de 1870, se hace más notoria por la debilidad de las élites, mencio-
cepillos) tuvieron gran auge; pero la expansión de tierras privadas nada por Simmel romo uno de los varios cambios de conducta eliiaria
ocurrió de manera más gradual, y fue fomentada principalmente por que pueden desembocar en la violencia política. La guerra de 1846-
las ideas de libre empresa de los políticos liberales, poniendo a los 1848 entre México y Estados Unidos no sólo desvió la atención del
pueblos frente a sus antiguos enemigos, el pulque, el trabajo en las gobierno federal de los asuntos internos, sino que exhibió la debilidad
fincas agrícolas y las haciendas productoras de granos que habían del gobierno en la defensa del territorio mexicano. Durante este pe-
aparecido en la época colonial.6'1 Se estima que un 40% de los pueblos riodo ocurrieron insurrecciones rurales en Yucatán, en el istmo de
del centro de México pudieron conservar sus tierras durante todo el Tehuantepec, en la zona de la Huasteca de Papantla, Veracruz, y en
siglo xi\.'" Otras circunstancias del siglo xix que vinieron a trastor- la región de la Sierra Gorda de San Luis Potosí.7' En esta época se or-
nar la política, fueron la debilidad de los gobiernos del país y las ganizaron ataques de las ligas de campesinos rurales contra las ha-
periódicas invasiones extranjeras, que agravaron las perturbaciones ciendas vecinas en el centro de México, que el historiador mexicano
políticas locales y destruyeron la legitimidad de que disfrutaba la Jan Bazant identifica como un importante rompimiento con el pasa-
autoridad central de la monarquía española durante la Colonia. do. 7 ' Las crisis del gobierno nacional de fines de la década de 1860 y
Gomo acompañamiento de estas transformaciones económicas y de principios de 1870 iban también acompañadas de sublevaciones
políticas que amenazaban la posición semiindependiente de los pue- por la posesión de tierras y por los derechos de las comunidades en
blos rurales, había más insurrecciones regionales y ligas de comuni- Jalisco, Nayarit, Zacatecas, Michoacán y Chiapas. La legitimidad
dades de campesinos o partidismo de las comunidades y la costumbre del gobierno nacional se puso en peligro en las décadas de 1850 y
de recurrir al asesinato político, fenómeno apenas perceptible en el 1860 no sólo por su debilidad al hacer frente a la guerra civil y a la
siglo xviii. Los movimientos regionales de campesinos del siglo xix ocupación francesa, sino por sus ataques a la Iglesia que había sido
fueron particularmente impresionantes en los lugares en donde ha- aliada tradicional del Estado. Algunos levantamientos rurales que
bían ocurrido con anterioridad las más grandes insurrecciones, como brotaron después de 1855 fueron encabezados por curas párrocos
Chiapas (1712 y 1869), Yucatán (1761, 1847 y 1855) y Papantla
(1743, 1767, 1847-1848 y 1891). En cada caso, sin embargo, el nivel 71 Reed, (,'a.\/f Wat; Meycr, Problema* comptíÍHot, pp. 11-13, (>2-fi6.
de resistencia íue mucho mayor y más radicales las razones para una 12 Meycr, PnbíaaOi campesinos, pp. 10-13.
71 Ba/anl, p, 59. Los asesínalos políticos y el partidismo en las comunidades parecen
69 Durante el siglo X V M I algunas haciendas ubicadas en el futuro Estado de México
haber venido a remplazar a las insurrecciones como una reacción ante estos cambios
habían establecido fábricas textiles para hacer tejidos de lana. Si estas actividades se
políticos y económicos en algunas regiones. La proporción tan elevada de homicidios
hubieran incrementado en el siglo xix, esa expansión habría aumentado la competen-
en Hidalgo en el siglo Xl\n puedo rellejar un incremento en los asesinatos políticos.
cia por los trabajadores de la localidad y quizá habría determinado una mayor presión
Kriedrich cila un cambio muy parecido de la insurrección al asesinato político en una
sobre las tierras.
comunidad de Mii hoacán, "Political Homicide", pp. 269-82.
'o Gonzále/ Navarro, "Tenencia de la tierra", pp. 63-86.
222 LA REBELIÓN LA REBELIÓN 223

desafectos que hicieron causa común con los campesinos contra las arrebatadas. El movimiento rural de Morelos se propagó y se convir-
"sacrilegas" Leyes de Reforma. tió en verdaderamente revolucionario en sus metas y sus métodos
El elemento catalizador en la transformación de los tumultos loca- bajo el mando de Emiliano Zapata y de otros cabecillas menos pode-
les y la pérdida de la fe en los gobernantes de la nación en movimien- rosos pero independientes; pero como dice Octavio Paz, "Zapata
tos políticos regionales, era con frecuencia un ambicioso cabecilla habría sido una figura borrosa perdida en las soledades del sur si su
de provincia que organizaba los temores y agravios comunes de los insurgencia no hubiera coincidido con la insurrección general del
campesinos desarraigados, para incorporarlos a una insurrección po- país y con la caída del régimen de Díaz en la capital"
lítica de mayores alcances contra el gobierno nacional. Tuvieran o Si se comparan con las rebeliones campesinas del siglo xvín, las
no el don del carisma, esos dirigentes surgían de las sombras de los insurrecciones regionales del siglo XIX arrojan algo más de luz sobre
los primitivos tumultos. Los movimientos regionales posteriores a la
anteriores movimientos carentes de liderazgo, más como instrumen-
tos que como fuerzas directrices de los crecientes conflictos que acom- independencia eran más frecuentes y menos dispersos que las insu-
pañaban a los profundos cambios ocurridos en el campo mexicano rrecciones coloniales. Gomo la subordinación de los campesinos y los
durante el siglo xix. Algunos líderes regionales, como Manuel Loza- abusos de poder de las autoridades distritales eran fuentes de conflic-
da, pudieron conservar un control impresionante sobre sus bandas de tos locales y de violencia en ambos períodos, deberíamos examinar
campesinos que clamaban por la tierra y la autonomía de sus pue- las condiciones diferentes en el siglo xix, en busca de una explicación.
blos. La mayoría de los potenciales cabecillas, como Miguel Hidalgo En el siglo xix las rebeliones parecen haber ocurrido en las regiones
en el movimiento de independencia del Bajío en 1810 o el corone) donde hubo más graves incursiones económicas y durante los perio-
José Cetina en Yucatán en 1840, liberaron fuerzas de odio y deses- dos en los que era menos efectivo el gobierno nacional y estatal. La
peración que después ya no pudieron dominar. Entre los jefes de las crisis nacional fue decisiva para la insurrección del campo en 1910,
insurrecciones rurales surge Emiliano "¿apata como el único que ver- exactamente como lo había sido en 1810 y en 1846. Tales crisis ex-
daderamente triunfó, un jefe que supo ganarse la amistad de los cam- tremas no existieron en el siglo xvm. La coincidencia entre los movi-
pesinos de Morelos, no por su carisma o su ambición personal, sino mientos campesinos regionales y las crisis políticas nacionales sugie-
porque pudo entender su causa y fue fiel a ella. ren una ruptura de la confianza de ios pueblos en las remotas altas
La amenaza a los linderos de los pueblos —y al territorio psíquico autoridades, que se inició con el derrocamiento de la monarquía
de la rutina de los días y las estaciones— del apoyo del gobierno a las española por Napoleón en 1808. Además, los pueblos del centro de
fincas privadas y a la agricultura comercial, fue más intensa en las México y de Oaxaca en el -siglo xvín eran unidades más firmes y
últimas décadas del siglo xix. Pero bajo un gobierno nacional perso- mejor integradas que sus equivalentes del siglo xix, las cuales al pare-
nalista y fuerte hubo muy pocas insurrecciones graves. La inquietud cer sufrían las consecuencias de un mayor partidismo, de la emigra-
en el campo nuevamente se convirtió en una fuerza regional y nacio- ción y de la pérdida de sus tierras. Los nuevos impuestos establecidos
nal en 1910, cuando la legitimidad del gobierno del anciano presi- sobre la tierra, las leyes contra la propiedad comunal, la presión de
dente Díaz fue desconocida por la gente de la ciudad y de la provin- las empresas comerciales en expansión y la difusión de las deudas del
cia excluida del gobierno y que buscaba el apoyo de grupos rurales peonaje en el siglo xix amenazaban la existencia misma de algunos
que compartieran con ellos el concepto que tenían de las condiciones pueblos y eran percibidos como amenazas definitivas por otros, incre-
cada vez más deterioradas en que se encontraba el país. Madero en- mentando su potencialidad para la rebelión. A fines de la Colonia los
pueblos sufrían una angustia material que, no obstante, no amena-
contró potenciales aliados en las comunidades rústicas de Morelos
que perdían rápidamente sus tierras y hasta su misma existencia zaba destruir o dislocar su existencia, ni servía, por tanto, de apoyo a
bajo el sistema político porfirista y ante la expansión de las haciendas una lucha de clases o de castas que uniera a los pueblos para promo-
ver insurrecciones regionales.
azucareras. Pero aun en Morelos en 1910 y 19! 1, los cabecillas cam-
pesinos sólo pedían poco más que el derecho de existir junto a las
grandes haciendas y la devolución de las tierras que les habían sido
CONCLUSIÓN

EN los capítulos precedentes examiné por separado y en sus propios


términos, la embriaguez, el homicidio y la rebelión, haciendo sólo
algunas comparaciones superficiales entre ellos. En cada caso, sin
embargo, las mismas cuestiones fundamentales yacen en el fondo de
su presentación: ¿Cómo se comportaron realmente los campesinos en
las situaciones que pueden ser especificadas? ¿Qué es lo que revelan
sus patrones de conducta acerca de los valores de los campesinos y del
lugar que tenían los pueblos en la sociedad colonial? Mis respuestas
en general hacen hincapié en que el pueblo (la localidad) era la
unidad fundamental de la sociedad campesma en el centro y el sur de
México. En el presente capítulo final, las diversas pautas de em-
briaguez, homicidio y rebelión se aplican a la vida de los pueblos de
campesinos en el siglo XVHI y al lugar que tenían en el sistema colo-
nial durante los últimos años del gobierno español.

LOS PUEBLOS CAMPESINOS

Los pueblos de campesinos del centro de México y de Oaxaca emer


gen de este estudio como algo más que meras categorías impuestas
por los gobernantes coloniales sobre los humillados descendientes
rurales de las sociedades indígenas. De sus testimonios relativos a sus
creencias y valores y de las pautas de comportamiento social deriva-
das de cientos de casos individuales de homicidios, embriaguez y vio-
lencia colectiva, los pueblos de campesinos aparecen como grupos
concretos, relativamente permanentes, cuyos límites quedaban defi-
nidos por las opiniones que compartían los campesinos acerca del
mundo colonial y por la conveniencia administrativa de los gober-
nantes españoles, así como por los signos visibles de las edificaciones,
pasturas y campos cultivados. De una manera ideal, los campesinos
creían que deberían vivir juntos y en paz. Como dice Eric Wolf: "La
utopía campesina es el pueblo en libertad, sin los estorbos de los
recaudadores de impuestos, de los que recluían a los trabajadores, de
los grandes terratenientes, de los funcionarios".1 La solidaridad polí-
tica de los pueblos no se debe tomar equivocadamente por indepen-
1 Wolf, "On Peasant Rebellions", p. 292.
225
226 CONCLUSIÓN CONCLUSIÓN 227

dencia o por ausencia de conflictos; es más bien su capacidad de tra "el yugo de la sujeción". La independencia de los pueblos era
sobrevivir a los conflictos o de sobreponerse a ellos.2 James C. Scott generalmente más una fantasía que una realidad, pero como lo su-
hacía esta observación: giere Norman Cohn, esas fantasías pueden actuar como mitos socia-
les dinámicos, que promueven la acción colectiva y dan unidad,
Es demasiado fácil y además un grave error idealizar estos arreglos socia- energía y dirección a la comunidad. 4 Las amenazas externas contra
les tan característicos de la sociedad campesina. Ellos no son radical-
la manera de vivir de los pueblos dueños de tierras en el centro de
mente igualitarios; juzgan más bien que todos tienen derecho a una
México, como en Oaxaca en el siglo xvm parecen haber alentado la
manera de vivir que depende de los recursos mismos del pueblo, y que esa
manera de vivir con frecuencia se alcanza a rosta de la pérdida de status y
solidaridad del pueblo, canalizando hacia afuera algo del potencial
de autonomía. Actúan, además, en gran medida, por medio de la fuerza de agresión de la comunidad, contra esas fuerzas que les presentaban
abrasiva de las murmuraciones y la envidia y por el conocimiento de que exigencias.5
los pobres que se encuentran en el abandono probablemente se convier- Las formas y escenarios de los homicidios que cometían los habi-
tan en un peligro real y actual para los aldeanos mejor acomodados.3 tantes de los pueblos, particularmente en la Mixteca Alta, son una
repetición de las expresiones de solidaridad del pueblo manifestadas
Las rebeliones nos proporcionan la prueba más fehaciente de la en las sublevaciones campesinas. La violencia letal de los campesinos
conciencia del pueblo y de sus sentimientos de distancia social respec- de la Mixteca Alta se concentraba en el núcleo familiar y en las
to del mundo exterior. Los pueblos constituían la base social de las relaciones con los forasteros. Eran sorprendentemente escasos los ho-
organizaciones rebeldes, y casi todos los brotes de violencia colectiva micidios intracomunitarios que pudieran haber constituido una ame-
provenían de un pueblo determinado. Las sublevaciones de los pue- naza contra la paz política de un pueblo. Los campesinos de la Mix-
blos eran la expresión de un aislacionismo desafiante como reacción teca Alta cometían homicidios sólo en determinadas circunstancias
ante los cambios impuestos por el exterior. El comportamiento de las fáciles de prever, particularmente en los casos de adulterio o insolen-
multitudes ponía de relieve los grandes resentimientos de los campe- cia de las mujeres casadas, abuso de poder de los funcionarios del
sinos por las nuevas disposiciones y restricciones relacionadas con su pueblo e invasión del territorio comunal por parte de extraños. Los
conducta acostumbrada, las cuales eran como amenazas contra la homicidios que cometían los campesinos del centro de México siguen
antigua comunidad, dueña de tierras e independiente. La autonomía pautas de relaciones sociales más inciertos con una distribución
era un ideal social importante, los rebeldes del siglo xvm proclama- más nivelada entre las relaciones familiares, comunitarias e interco-
ban con frecuencia su "libertad natural" y lanzaban invectivas con- munitarias. Las circunstancias más ambiguas e imprevisibles que ro-
dean los homicidios en la región del centro de México se muestran
2 Romanucci-Ro5s, p. 46. Este énfasis en la identidad de los pueblos de campesinos
igualmente por medio de las declaraciones de los agresores, en las
de ta Colonia es de distinto grado que la opinión de Ceorge Foster (entre oíros escri-
tores) sobre los campesinos mexicanos modernos, que acentúa la importancia del nú-
que tan frecuentemente se imputan las agresiones mortales al alcohol
cleo familiar y propone la "ausencia relativa de un sentido de asociación en los pueblos o a las incrontrolables pasiones animales. Esas imputaciones son ra-
de campesinos". Ver Potter et al., pp. 155, 156, L59. Es menos dilerente de lo que ras en la Mixteca Alta.
podría parecer respecto de la obra de James Lockhart sobre los linderos del antiguo La pauta de la Mixteca Alta —hogares violentos y comunidades
altepetl (subprovincia) en el México central durante la Colonia, ver Altman y Lock-
relativamente pacíficas (aunque no exentas de conflictos)— no es en
hart, p. 101. Lockhart no discute la importancia de la identidad del pueblo, y la ver-
dadera manera como actúan los grupos del altepeil con los pueblos aún no se ha des-
del campesino en general. Contrasta abiertamente con la distribu-
crito detalladamente. Lo cual debe igualmente evaluarse a la luz de las abundantes ción de la hostilidad interpersonal en las profusamente estudiadas
pruebas de contiendas políticas y por linderos entre los pueblos dentro de las jurisdic- sociedades rurales de fines del medievo en Inglaterra y de la Nueva
ciones del antiguo altepetl en la época colonial, y de la ansiedad por alcanzar la cate- Inglaterra durante la Colonia. John Demos, quien ha examinado un
goría de cabeceras y liberarse asi de las agrupaciones tradicionales. Por otra parte, la
gran número de procesos criminales de los tribunales de algunas po-
violencia parece haber sido más intensa entre pueblos que pertenecían a distritos
su bpro v inc ¡ales distintos. 4 Cohn, p. 308.
'Scott, p. 5. ' Huizer, RiTulutiunary Polcntial, p. 12; Beals y Siegel, p. 17.
CONCLUSIÓN 229
228 CONCLUSIÓN
blaciones pequeñas de ía Nueva Inglaterra en el siglo xvii, sugiere Sin embargo, podemos discernir dos paradojas en nuestros casos de
que existía "un grado extraordinario de disposición para el pleito México. La primera consiste en que la diferencia anotada en cuanto
entre los vecinos", pero una aparente ausencia de conflictos entre las a la naturaleza de los homicidios en la Míxteca Alta y en el centro de
familias.6 La obra de Demos nos ofrece un contraste seductor pero México no se repite por lo que respecta al carácter de las rebeliones
impreciso respecto de nuestra investigación, porque él estudia los en ambas regiones (que son muy similares en general). La segunda
conflictos en general, sin referirse especialmente a la violencia, ni consiste en que las mujeres adoptaban generalmente un papel activo
tampoco de una manera específica al homicidio. La minuciosa obra en las rebeliones, mientras que en los homicidios su papel era casi
de James Given sobre los homicidios en Inglaterra en el siglo xin nos siempre de víctimas pasivas.
ofrece una comparación más prometedora, puesto que trata directa- El hecho de que el nivel de homicidios intracomunitarios fuera
mente de los homicidios y los grupos rurales. Su estudio de los proce- más elevado en el centro de México que en la Mixteca Alta, aunque
sos por homicidio muestra que numerosos asesinatos eran cometidos el carácter de las rebeliones de los pueblos seguía siendo casi el
en el campo por grupos de personas, miembros de una misma familia o mismo, me indica que la violencia personal en la comunidad no
vecinos en compañía de forasteros, más bien que por individuos que generaba una contienda entre partidos que debilitara los lazos comu-
actuaran solos (que es el caso acostumbrado en México en la época nitarios. Aunque los cismas se encuentran bien comprobados en el
colonial). Given dice que el origen de esta configuración se encuentra centro de México y en la Mixteca Alta en el siglo xvm, son rela-
en los lazos relativamente débiles de la comunidad.7 tivamente escasos los homicidios claramente originados por rivali-
Estos patrones contrastantes subrayan la importancia fundamen- dades políticas o venganzas. La mayoría de los homicidios intraco-
tal de los pueblos en la vida campesina de México. En las sociedades munitarios del centro de México estaban relacionados con disputas
angloamericanas, Given y Demos colocan a la familia como la uni- económicas (por deudas, tierras, destrucción de propiedades o valor de
dad más importante en prácticamente todas las fases de la vida. los bienes muebles) a diferencia de los de la Mixteca Alta; pero en
Given acentúa además la extraordinaria movilidad horizontal de la ambas regiones estos delitos en su mayoría no estaban relacionados
población rural; hay familias que pueden vivir en varios pueblos o con conflictos partidistas o rivalidades de clanes. Esto puede sugerir
poblaciones- durante su vida. En estas sociedades la solidaridad fami- la declinación de los grupos multifamiliares tipo calpulli en los pueblos
liar se debía mantener aun a expensas de la comunidad. Al concluir coloniales. A pesar de los diversos patrones de homicidios y de los
la época colonial, para una gran parte de los campesinos indígenas más pronunciados choques de violencia en las comunidades del cen-
de México, la familia parece seguir siendo principalmente un conve- tro de México, la solidaridad del pueblo parece haber sido suficien-
nio conyugal, una unidad productora y reproductora, más que la temente fuerte como para reprimir las facciones.
ubicación primaria de la lealtad social. Esto nos hace retornar al con- Formalmente, las mujeres eran sistemáticamente subordinadas
cepto indígena del individuo que, en contraste con los conceptos his- a los hombres. Los hombres desempeñaban los cargos públicos, eran
pánicos, anteponía la responsabilidad comunitaria a la realización los patriarcas del hogar y asumían la responsabilidad de realizar los
individual. El pueblo dueño de tierras seguía siendo el nivel decisivo cultivos, que eran la base normal de la subsistencia del pueblo. La
de la identidad social de sus miembros, y pelear con los vecinos era continuidad del pueblo se trazaba por conducto de los hombres que
una grave infracción a las reglas comunitarias.8 La continuidad del preferían la residencia patrilocal y la formación de numerosas fami-
pueblo y el mantenimiento de relaciones internas pacíficas frente a lias y vecindarios alrededor de los parientes varones. En estas circuns-
un campo hostil se situaban en un lugar preferente, por encima de la tancias, las mujeres eran consideradas como foráneas, ya que se ha-
armonía del hogar, de los derechos individuales y de la lealtad inter- bían educado en otros pueblos o en diversos barrios de la misma
na en las familias numerosas. comunidad. Podían ser víctimas de agresiones con menor peligro
para la paz política de la comunidad que el que hubieran producido
Demos, p. 563.
6
los ataques abiertos contra los hombres de la localidad.
'Given, p. 164.
a Selby, ^apolfc Deuiance, p. 48. El status formal de las mujeres campesinas es, sin embargo, insu-
230 CONCLUSIÓN CONCLUSIÓN 231

ficiente para explicar la participación activa que tenían en las festi- honrar a los santos patrones en fiestas, ceremonias, representaciones
vidades acompañadas de embriaguez, y en las rebeliones de los pue- de acontecimientos mitológicos o históricos y manifestaciones públi-
blos. Aun cuando las mujeres desempeñaban un papel menos activo cas de todas clases, que venían a romper el monótono ritmo del tra-
que el de los hombres en los asuntos públicos, en estos actos colectivos bajo y la anodina secuencia de los días y los meses. Las ocasiones en
participaban claramente como miembros de la comunidad. Se supo- que se bebía periódicamente, como las rebeliones, agrupaban a los
nía que las mujeres beberían menos que los hombres en estas ocasio- vecinos en un acto colectivo que reafirmaba el hecho de pertenecer a
nes ceremoniales a fin de proteger y cuidar a sus esposos, padres o la comunidad. Este sentido festivo de la embriaguez colectiva se pue-
hermanos en estado de ebriedad; pero ciertamente tomaban parte en de encontrar también en los patrones de violencia relacionados con
ellas. En las sublevaciones de los pueblos, que eran actos colectivos los desafíos para ver quién bebe más. Son muy raros los homicidios o
más espontáneos, a menudo las mujeres estaban a la vanguardia y se agresiones violentas de un vecino contra otro durante estas festivi-
les mencionaba constantemente como participantes activos. Las mu- dades, en tanto que los ataques contra los forasteros en tales ocasio-
jeres pueden haber dedicado mucho tiempo en et hogar a la procrea- nes son mucho más frecuentes.
ción y al cuidado de sus hijos; pero tenían más contactos sociales de Que el colapso social no haya sido el compañero inevitable de la
los que se les reconoce generalmente. Según parece no podía existir embriaguez en las sociedades campesinas puede causar sorpresa a al-
en el hogar ningún ideal —mucho menos una posibilidad real— de gunos historiadores de la época colonial. Los antecedentes históricos
aislamiento, de manera que la comunidad quedara totalmente ex- de las sociedades coloniales y preindustriales de Europa han sido tra-
cluida. Las ubicuas pulquerías (prácticamente en todas las casas de zados por historiadores tan importantes como Fernand Braudel, Char-
los pueblos del centro de México había un jarro de pulque para el les Gibson, Mario Góngora y John Phelan en el sentido de que la
consumo doméstico, para venderlo o para brindarlo a los invitados) bebida en exceso siempre ha sido la compañera natural del hambre,
obligaban a las mujeres a tener contacto público con los demás las enfermedades, las fugas, la violencia personal y la degradación
miembros de la comunidad. Así pues, aunque de una manera infor- moral.10 No hay duda alguna de que el alcohol en la Mixteca Alta y
mal, las mujeres eran reconocidas por los hombres como miembros en el centro de México no era ninguna bendición para la población
(aunque de una categoría inferior) de la comunidad. Si aplicamos el campesina. De todas partes y en todas las épocas surgen ejemplos de
argumento de Charles Tilly de que 'las formas de acción violenta de alcoholismo asociado a conductas antisociales. Por otra parte, no
un grupo determinado muestran claramente las huellas de su organi- existe ninguna prueba que apoye sólidamente la opinión de que los
zación cotidiana", 9 la participación de las mujeres en la violencia campesinos hubieran sucumbido a una "plaga de alcoholismo colec-
colectiva de los pueblos puede reflejar el verdadero lugar que tenían tivo", opinión difundida por todas partes en la literatura colonial
en la sociedad de una manera más exacta, que la documentación de América. Los problemas derivados de la embriaguez eran cada
política formal en la que raras veces aparecen. vez más serios en los siglos xvm y xix y parecen haberse incremen-
Por sus relaciones con la vida del pueblo, la embriaguez es el más tado de una manera espectacular en las décadas que precedieron a la
ambiguo de los tres ejemplos de conducta campesina que hemos Revolución de 1910; pero esta metáfora epidémica no hace justicia a
puesto. Especialmente en el centro de México, era muy normal que la historia social de la embriaguez inmediatamente después de la
la gente se embriagara en las pulquerías; la embriaguez y la violen- Conquista. El tipo de bebida que se consumía y el lugar donde se ela-
cia con consecuencias fatales frecuentemente iban juntas, y la elabo- boraba influían en el sentido social del alcohol. Allá donde se com-
ración de alcohol era ya una actividad comercializada e impersonal a praba aguardientes destilados, como ocurría en muchas partes del
lines de la época colonial. Pero la embriaguez de los indios también campo de México, había más embriaguez solitaria y más trastornos
podía ser expresión subyacente de la solidaridad del pueblo. La con- 10 Braudel, pp. 158, 166, 177; Gibson, Astees, pp. 150, 347, 409; Góngora, p. 141;
tinua embriaguez en los pueblos al tinalizar la Colonia estaba aso- Phelan, Hivpanization of [he Phiíipftines, p. 158. En particular, Góngora ve al trabajo
ciada con las festividades comunitarias para celebrar las estaciones u rutinario de las zonas rurales de la América española durante la.Colonia interrumpido
únicamente por "la ociosidad, la disipación y la embriaguez".
^Charles Tilly, "Town and Country", p. 283.
232 CONCLUSIÓN CONCLUSIÓN 233

y violencia asociados a la embriaguez. El uso controlado del alcohol, siglo xvm; pero puede también reflejar la desintegración y hasta la
que es evidente en el centro y en el sur de México a fines de la época disolución (o bien puede tener poco o nada que ver con la integra-
colonial podrá parecer menos característico a los antropólogos, cuya ción o con la destrucción de 1? comunidad a la larga). Los conflictos
literatura nos proporciona numerosos ejemplos de comunidades de en los pueblos eran con frecuencia reprimidos dentro de ciertos lími-
campesinos que asignan un significado fraternal y pacífico al alcohol tes que reducían al mínimo la violencia, por la necesidad que tenía la
y se comportan bajo su influencia de una manera que se asemeja a comunidad de presentar un frente firme contra las amenazas concre-
estas opiniones." tas del exterior.12 Nuestras rebeliones eran una reacción contra tales
Además de mostrar la continuidad del pueblo, los patrones de la amenazas en los casos en que no funcionaban los medios pacíficos
embriaguez, el homicidio y la rebelión, no parece que se encuentren para resolver el conflicto. Es posible, igualmente, que el creciente
íntimamente relacionados entre sí por diversos conceptos. Las variacio- número de festividades acompañadas de embriaguez en las comuni-
nes de la embriaguez y el homicidio relacionadas con las estaciones coin- dades campesinas sea un reflejo —como lo ha sugerido ya Mona
ciden en general en dos crestas, la que precede y la que sigue a la esta- Ozouf respecto de las festividades de la Francia revolucionaria— de
ción de lluvias, traslapando las fiestas de la Pascua y de la Navidad, "un cuma colectivo de curiosa e investigadora inquietud". 13 Por otra
pero de los procesos por homicidio y rebelión se desprende que el alcohol parte, existen pocas pruebas de que el Estado en el México del siglo
no era un ingrediente esencial en muchos de los casos de violencia. xvm haya podido controlar con éxito estas celebraciones, transfor-
La embriaguez ciertamente interviene en la literatura jurídica y en mándolas en ocasiones para confirmar la lealtad al rey, o despojándo-
las declaraciones de los funcionarios coloniales como causa de la con- las de sentido en tanto actos de repetición y renovación de la comu-
ducta inconveniente, en la que pueden quedar incluidos la rebelión y nidad.11 En ausencia de datos convincentes acerca de la incidencia
el homicidio; pero estas opiniones provienen más bien del concepto de los homicidios, no podemos precisar la relación que exista entre la
que los españoles tenían de la violencia que de un estudio imparcial proporción de homicidios y la supervivencia de la comunidad.
del caso. Las insubordinaciones que según parece eran casos de au- Esta ideología de la localidad como una sociedad autónoma que se
sencia de inhibición par excellence, eran algunas veces atribuidas al perpetúa por sí misma parece haber ido acompañada, en la época
alcohol por las autoridades de la Colonia; sin embargo, nuevamente colonial, de lazos regionales y étnicos más flojos entre los campesinos.
las pruebas aducidas indican que la embriaguez pocas veces estaba Los fuertes vínculos comunitarios ayudaban a los pueblos a prote-
decididamente asociada a ese tipo de brotes de violencia. Aun cuan- gerse contra los efectos destructores de las epidemias, los trabajos for-
do la alegría como estado de regocijo, era compartida por muchos de zados y las presiones sobre la tierra; pero contribuían también a
los individuos que tomaban parte en las festividades acompañadas aumentar las tensiones con los pueblos vecinos y a producir un colapso
de embriaguez y en los motines comunitarios, no se puede decir que el de las identidades regionales. En una palabra, los pueblos parecen
alcohol haya sido la causa de ese estado mental. De hecho, lo contra- haber dependido de sí mismos para sobrevivir en la época colonial.
rio parece estar más cerca de la verdad. En algunas de las festivida- El interés que hemos puesto en los fuertes elementos de la solida-
des con embriaguez de las que existen mejores pruebas, resulta que ridad comunitaria debe atenuarse conforme a las pruebas de que dis-
los pueblos se aislaban totalmente del exterior y que los pocos casos ponemos acerca de las variaciones regionales. La variación es una
de violencia que brotaban en estas ocasiones eran provocados por materia de grados, pero es evidente que el centro de México y la
intrusos. Mixtcca Alta trazaban pautas en cierta forma distintas, particular-
Al hacer hincapié en la fuerza de los lazos comunitarios que se refleja mente en cuanto al uso del alcohol y en los casos de homicidios. Es
en la conducta social de los campesinos, no estoy apoyando una importante hacer notar las diferencias regionales porque hay nume-
concentración excluyeme de las funciones que integran los conflictos rosos estudios sobre la vida "indígena" en México y teorías sobre las
sociales. Un conflicto puede ser integrante, particularmente en las l!iBeals y Síegel, pp. 163-164; Huizer, Revolutíonary Polentiat, p. 63.
épocas de escasos cambios sociales, como en la Nueva España en el 1J Ozouf, p. 384.
14 Stoianovich, p. 164.
"Véase el capítulo II, notas 193-99.
234 CONCLUSIÓN CONCLUSIÓN 235
sociedades campesinas que emplean ejemplos mexicanos que generali- con tendencia al uso de lo que se halla al alcance en el momento del
zan tanto las relaciones entre indios y mestizos como las sociedades ataque. Aunque las cifras por las que podríamos tener un mejor co-
campesinas en base a estudios de las comunidades de Oaxaca, Chia- nocimiento de la incidencia de los homicidios son esquemáticas e
pas y Yucatán, todas en el sur de México. La comparación con el inciertas, tengo la impresión de que la posibilidad de adquirir ar-
centro de México nos da un importante modo de verificar esta tenden- mas mortíferas en el centro de México determinaba su mayor inci-
cia de hacer generalizaciones usando regiones muy alejadas del mayor dencia en esa región que en la Mixteca Alta. La costumbre de por-
centro colonial y moderno de México, o sea de la ciudad de México. tar puñales, que se menciona tan frecuentemente en los procesos del
Las pautas de embriaguez ritual de las comunidades y de elabora- centro de México, determinaba que muchos pleitos tuvieran fatales
ción del pulque para el consumo local eran mucho más notorias en la consecuencias que de otra manera hubieran tenido como resultado
Mixteca Alta que en el centro de México. En la región central de contusiones o heridas superficiales, particularmente en una época y
México en el siglo xvm, los casos de embriaguez pacífica comunita- en unos lugares en que eran deficientes los servicios médicos, las víc-
ria y de pueblos que producían pulque para su propio consumo, exis- timas de homicidios en el México del siglo xvm frecuentemente mo-
tían lado a lado con la comercialización del pulque y con el mayor con- rían a consecuencia de infecciones o de otras complicaciones, varios
sumo de bebidas destiladas. Las verdaderas pulquerías en el campo, días o semanas después de que les habían asestado puñaladas.
los "días sin huella" de la ciudad de México, los casos particulares de Estas variaciones regionales denotan sutiles diferencias en las ca-
alcoholismo y el sentimiento de vergüenza y la vulnerabilidad debido ' racterísticas sociales de los pueblos y en los efectos de la subordina-
al estado de embriaguez en público, son más característicos del cen- ción dentro del sistema colonial. El patriarcado y el predominio del
tro de México que de la Mixteca Alta. varón eran, por lo menos en un sentido formal, comunes a ambas
Las diferencias regionales son también evidentes en los procesos regiones, pero las pruebas que tenemos acerca de los homicidios nos
por homicidio. En casi todos los aspectos de las relaciones entre agre- hacen pensar que la agresividad y otras formas menos sociables de
sor y víctima y de los escenarios del crimen comprobables mediante hombría, tan características en la vida de las clases bajas de las socie-
los procesos por homidicio, los casos del centro de México revelan dades modernas, estaban diluyendo los valores orientados hacia la
una variedad de pautas mucho más rica. Esto es particularmente comunidad en el centro de México a fines del siglo xvm Además de
cierto por lo que respecta a los niveles de relaciones sociales (los esta complicación de los valores sociales en el centro de México
niveles de entrecruzamiento de familias, niveles comunitarios e inter- —mezcla de interés en la responsabilidad comunitaria y de expresio-
comunitarios están casi a la misma altura en el centro de México); a nes individuales y egoístas—, había una nueva forma de caciquismo,
los tipos de relaciones sociales en los casos de homicidio que involu- en la cual pequeños grupos de hombres poderosos de la localidad,
cran a miembros de la misma comunidad (íamiliares, políticos y que en ciertas ocasiones prestaban los servicios de tenientes distrita-
especialmente conflictos económicos que adoptan esta forma letal en les del alcalde mayor, ejercían un poder excesivamente abusivo y
el centro de México); y a motivos que hacían valer los agresores arbitrario sobre el trabajo y la manera de vivir de los campesinos,15
en sus confesiones (con frecuencia vagas afirmaciones acerca de las y en la atracción magnética que ejercía la ciudad de México como
pasiones y de las fuerzas incontrolables sin hacer ninguna referencia una "Nueva Jerusalén" (centro religioso y principal lugar de pere-
clara a las normas que regían las relaciones sociales entre los miem- grinaciones) y como una "Nueva Roma" (lugar de extravagancias y
bros de la comunidad). de dilapidación moral) para los mexicanos que vivían en el campo.16
Dos características del centro de México son particularmente dis-
tintivas: las "palabras agresivas", rasgo común dentro de la gran
variedad de insultos del centro de México que tienen un tono de ma- ''' Se pueden encontrar algunos ejemplos de eaciquismo político en AGN Criminal 221
tolios 210-, 255 L'xp. 20, y 560 (expediente no numerado de Tétela, 1748). Aliñes de la
chismo y se lanzan con intención de difamar y humillar por medio de
época colonial los caciques políticos de los pueblos empezaron a portar pistola, sím-
palabras; y las armas empleadas, en el centro de México, deliberada- bolo de la amenaza de la tuerza.
mente mortales (armas de fuego y cuchillos), y en la Mixteca Alta '"La Fayc, p. 92.
236 CONCLUSIÓN CONCLUSIÓN 237

Las evidentes tensiones políticas que aparecen en los procesos por Éste es un aspecto decisivo, puesto que el sistema colonial español
homicidio en las dos regiones brotan de fuentes muy diversas: en la se interpretaba frecuentemente a la luz del feudalismo europeo, en el
Mixteca Alta, los macehuales parecen haber sido muy sensibles a cual la propiedad de la tierra era el medio de explotación del campo
la legitimidad y a las responsabilidades de los funcionarios locales; en y los individuos que vivían en pueblos que carecían totalmente de tie-
el centro de México, la coerción parece que está más cercana a las rras o que tenían algunas de poca extensión, eran los campesinos clá-
raíces de la autoridad política. En realidad, estas tendencias no se ex- sicos. El ejemplo de Europa llevó a algunos pensadores políticos y
cluyen mutuamente en el ejercicio de la autoridad política, ya que sociales, como Antonio Gramsci, a hacer una dicotomía de los conflic-
aun en los casos de manifiesto caciquismo en el centro de México, se tos urbanos y rurales: el campo lucha por el dominio de la tierra, la
formaba una especie de relación paternalista entre el jefe político y ciudad por el dominio del trabajo.18 Esta tendencia de concebir la ex-
los individuos de la localidad, una sensación de que él los protegería plotación rural en términos de propiedad de la tierra y de manipu-
contra los abusos de los demás explotadores, como los alcaldes mayo- lación del trabajo de los campesinos que carecen de tierras, ha incli-
res, los acreedores y los curas. nado a los que estudian el sistema colonial de la América española a
identificar la hacienda como el sistema "clásico" de tenencia de la
EL ORDEN COLONIAL
tierra y a las deudas del peonaje como "la clásica artimaña del traba-
jo en la América española". Según esta opinión, la hacienda colo-
¿Cómo funcionaba dentro del extenso sistema colonial la identidad i nial monopolizaba las tierras buenas y obligaba a los campesinos
social y la permanencia de los pueblos de campesinos en el centro y el carentes de tierras a protegerse bajo el ala del amo paternalista.19
sur de México? Es natural formularse esta pregunta al realizar cual- El desarrollo de las grandes haciendas y la competencia por la po-
quier estudio de las sociedades campesinas, dada la relación de sub- sesión de tierras en el centro de México y en Oaxaca estuvieron pre-
ordinación de los campesinos ante los poderosos extranjeros. La per- sentes indudablemente al finalizar la época colonial y se hicieron más
manencia de los pueblos campesinos en las diversas regiones del notables por el incremento de la población y por las nuevas oportu-
México colonial es el producto no sólo del deseo de los campesinos o nidades económicas que surgían en el mercado regional virreinal o
de la tolerancia de los españoles, sino de la interacción entre las auto- mundial. Pero sería difícil hablar del monopolio de la tierra por los
ridades virreinales, las condiciones de la localidad y las presiones españoles y de la generalización del sistema de peonaje entre los cam-
económicas especiales del sistema colonial. pesinos. SÍ no progresaron fue principalmente por dos situaciones: el
Durante el siglo xvm, la base económica del gobierno colonial en conflicto y la explotación rural ponían en peligro el control del tra-
las dos regiones era evidentemente la explotación, es decir, la apro- bajo y de los impuestos lo mismo que la tierra; y la carencia de tierras
piación por parte de los no productores de una parte del producto no era una indispensable condición previa para la explotación del
total de los productores primarios;17 pero en términos generales tal trabajo rural. Los funcionarios coloniales y los hacendados encontra-
base no actuaba con el propósito de destruir al pueblo o a la tenen- ron varios medios para apropiarse los excedentes reales o potenciales
cia de la tierra que era el fundamento de su subsistencia. Por eí con- de los campesinos: los impuestos de la Corona y otras contribuciones
trario, el sistema colonial español tenía un interés menor en usurpar de dinero, las ventas obligatorias de alimentos a precios artificial-
las tierras ancestrales de los campesinos indígenas —y como deriva- mente bajos en favor de los centros urbanos y el reparto de efectos
do, por absorber la fuerza de trabajo cautiva en las haciendas colo- que enriquecía a los alcaldes mayores, restringía la producción de
niales— que en explotar la capacidad productiva de los pueblos ya textiles y materias primas a bajo costo, coaccionaba a los trabajado-
existentes por medio de impuestos y trabajos forzados. Al principio de res y fomentaba la compra de mercancías de alto precio, como vinos
la Colonia, el control de los trabajadores era más importante para los importados y telas, por parte de los campesinos.
españoles, como medio de explotación, que la propiedad de la tierra. No debe sorprendernos que los pueblos de campesinos conservaran
'"Charles Tilly, "Town and Country", p. 273.
L7 kosebcrry, p. 45. "Frank, p. 27; Florcscano, p. 188, 196; Gibson. Spain in America, p. 158.
238 CONCLUSIÓN CONCLUSIÓN 239

la tierra si se considera la naturaleza de la explotación colonial. La Alta, se repite, sin embargo, en la conducta social que he venido exa-
forma de los pueblos campesinos en nuestras dos regiones en los siglos minando, particularmente en el mayor número de disputas entre
xvn y xviii estaba íntimamente relacionada con el papel que se le facciones y de homicidios relacionados con conflictos económicos y
asignaba en la economía colonial del Estado, la acumulación de los con el marhismo en el centro de México.
ingresos y el aliento al capitalismo comercial por medio de exigencias En ninguna de las dos regiones el espíritu de independencia y el
de trabajo, impuestos directos y oportunidades del mercado. Los ideal de separación reflejaban la realidad económica. Esta disyun-
diversos tipos de conducta que se estudian en este libro dependen ción hace pensar en que había una diferencia importante en la vida
tanto del ajuste a las nuevas condiciones fia adaptación de una cul- colonial entre la cultura de la localidad y la sociedad colonial. Al
tura a las exigencias coercitivas de la otra), como de las tentativas hacer esta distinción estoy pensando en la cultura como manera es-
para conservar las formas prehispánicas de propiedad comunal y de pecial de vivir de un grupo de personas apoyada en la forma como
producción, o de algo más. La importancia que se da a la localidad y comparten la vida y ven el mundo, un panorama del mundo que
a la eliminación de la superestructura prehispánica política y social- tiene su base en las definiciones que el grupo ha aprendido y en sus
mente estratificada se reforzaba con un sistema colonial beneficiado interpretaciones de la conducta. La sociedad, concepto más abierto y
política y económicamente con este tipo de ajuste. más inclusivo, quiere decir gente que actúa recíprocamente y que
Obviamente, tenía que haber diferencias regionales en cuanto a la por lo tanto vive con cierto grado de independencia. La sociedad no
penetración de la economía colonial en los asuntos locales. El mode- , puede ser claramente dividida en las distintas culturas que la compo-
lo de cuatro partes concebido por Fierre Chaunu acerca de la comu- nen puesto que los grupos que actúan recíprocamente es probable
nicación económica de los pueblos rurales puede aclarar algunas de que adquieran por lo menos algunas interpretaciones de conducta
las diferencias económicas que hay entre nuestras regiones.20 El pri- similares, como lo vimos con las pautas de virilidad y embriaguez en
mer círculo de producción y consumo lo forman las colectividades el centro de México. Por otra parte, la sociedad y la cultura rara vez
rurales mismas, dentro de un radio aproximado de cinco kilómetros; abarcan exactamente los mismos grupos de gente. Las pautas de
el segundo círculo, de un radio de aproximadamente cincuenta kiló- homicidio y embriaguez de los campesinos indígenas, así como su
metros, está formado por los mercados locales, apoyados principal- conducta colectiva en las rebeliones, reflejan el respeto de su cultura
mente en los precios si el tercer círculo está presente; el tercer círculo por la armonía interna de la localidad que va paralelamente con los
en una economía regional basada en los precios, y el cuarto círculo es valores sociales de "humildad", "confianza" y "respeto" que descri-
una economía de mercado mundial. En nuestras dos regiones, el ben numerosos etnógrafos al referirse a los pueblos modernos del
primero y el segundo círculos determinan una buena parte de la dis- centro y el sur de México. Este énfasis, quizá apoyado en la necesi-
tribución de la riqueza. El tercer círculo es de mayor fuerza en el dad económica de cierta cooperación en la economía de subsistencia,
centro de México por la influencia que ejerce la capital; y el cuarto fomenta una preferencia por el autodominio sobre la expresión de la
círculo está presente en las dos regiones, aunque nuevamente tiene propia personalidad y en general por la asimilación del individuo a
más fuerza en el centro de México, con la excepción de los distritos la vida de la comunidad.
de la Mixteca Alta en los que se producía cochinilla y telas de Al mismo tiempo, los pueblos formaban parte de una sociedad co-
algodón. Este modelo de comunicación de mercados se complica, lonial interdependiente y, en menor grado, de un sistema económico
por supuesto, con la intervención directa del Estado en la redistribu- mundial. Esta interdependencia y este contacto entre los grupos no
ción de los excedentes de los campesinos por medio de impuestos y contribuían necesariamente a la comprensión o al afecto. Los pue-
exacciones en forma de trabajo. La diferencia más importante entre el blos estaban eslabonados a la sociedad más extensa de cien maneras
centro de México y Oaxaca indicada por el modelo de Chaunu, o distintas: por medio de los impuestos, de los sistemas de trabajo, de
sea, la relativa debilidad de las influencias del exterior en la Mixteca los sistemas judiciales, el comercio, de la economía del dinero, de los
viajes, de las enfermedades, de la propiedad privada, de la cultura
20 Chaunu, Histoire, science social, pp. 188-93. material y de los vagabundos, entre otros, que tendían a colocar a los
240 CONCLUSIÓN CONCLUSIÓN 2-11

habitantes de los pueblos en una posición de subordinación o de pueblos con su escenario natural y con los poderosos extraños, cuan-
clase, aunque había poca conciencia de clase entre los campesinos do más podríamos plantear tendencias en forma de patrones en la
de Ja Colonia.21 investigación de causas en la historia del México rural. En esta etapa
Los valores de la colectividad no eran consistentes en todas partes de nuestro conocimiento, la hipótesis de la "región refugio", que
con la conducta de los campesinos, como lo atestiguan los efectos ubica el mantenimiento de la vida "tradicional" del puebío única-
corruptores que tenían sobre la vida de la comunidad el partidismo, mente en zonas aisladas o económicamente marginadas a las que se
los conflictos entre nobles y macehuales, el caciquismo, los pleitos retiraba la comunidad bajo las presiones de una colonización cada
sobre propiedades, la movilidad social de los individuos, las crecien- vez mayor, no parece especialmente prometedora como una explica-
tes distinciones de clase al concluir la época colonial y la falta de coo- ción de la perpetuación de la cultura de los pueblos del centro de
peración en muchos aspectos de la vida diaria. Allá donde los valores México y de Oaxaca al finalizar la época colonial. 23 En ambas regio-
y la conducta coincidían en la vida del pueblo, como en una gran nes la mayoría de los pueblos coloniales eran herederos de los asenta-
parte de las Mixteca Alta, su correspondencia estaba apoyada por la mientos prehispánicos que se modificaron más por congregación
proscripción de los individuos marginados y disidentes y por algo de y despoblación que por las nuevas comunidades de campesinos. En
violencia personal (particularmente dentro de la familia), así como el momento de la Conquista, los asentamientos de naturales con
por la intervención de las normas que promueven la paz dentro de la gran densidad de población estaban produciendo en las dos zonas,
localidad. excedentes agrícolas en tierras cultivables no sólo marginales sino
En una palabra, los pueblos que se examinan en este estudio eran también excelentes. La Mixteca Alta, que se encontraba a mayor dis-
generalmente pobres y subordinados en diversos grados al sistema tancia de las principales ciudades españolas y de los mercados colo-
colonial, aunque de todas maneras eran comunidades campesinas niales, estaba más al "margen" que la región del centro de México,
que podían vivir. Sería exagerado decir que la colonización produjo pero esta situación marginal es relativa, ya que la Mixteca Alta y los
prácticamente el control total y la transformación de los pueblos por valles del centro de Oaxaca sostenían grandes poblaciones agrícolas,
los españoles omnipotentes. Al fin de la Colonia eran comunes los atraían a una considerable población no indígena en el siglo xvm, y
conflictos en los pueblos, causados por funcionarios abusivos o por se encontraban dentro de los límites de una importante ruta comer-
intereses facciosos; pero el hecho de reconocer los conflictos de inte- cial que sostenía a mercaderes no indígenas, artesanos y funcionarios
reses dentro de las comunidades no implica decir que la vida en los gubernamentales. Las dos, sin embargo, eran "marginales" respecto
pueblos coloniales era una batalla constante. Las formas cambiaban, del sistema económico, lo cual es un aspecto de gran importancia.
pero las obligaciones sociales definidas al nivel de la localidad y quizá Ninguna de las dos regiones producía mercancías de exportación,
al nivel del altepetl, persistían. Se hacían ajustes locales que, aunque situación que las protegía contra las presiones ejercidas sobre la
no prehispánicos en su forma, representaban en cuanto a su concep- sociedad rural y que sí resentía en el siglo xix el estado de More-
ción el tejido de la integración del pueblo con los valores locales y for- los, productor de azúcar. 24 tampoco formaban parte estas regiones
maban una buena urdimbre con la vida de la comunidad. 22 de una economía minera que impusiera fuertes exigencias durante
Antes de que podamos realmente empezar a explicar la perma- todo el año sobre la fuerza de trabajo de la localidad.
nencia de la cultura de la localidad, necesitamos saber mucho más La cultura de los pueblos del centro de México y de Oaxaca per-
acerca de las relaciones políticas y sociales entre los pueblos, del sistía por una diversidad de razones, de las cuales no era la menos
papel que desempeñaban los curas, de los efectos de los impuestos y importante la naturaleza del sistema colonial y la integración de los
de cien temas más. Aun cuando contáramos con descripciones razo- pueblos al propio sistema. El paternalismo benigno de la Corona
blemente completas de la vida de los pueblos y de las relaciones de los
13Aguirre Deliran. Regiones df refugio: Sanche/ Alborno/, pp. 6-1-65.
!1Borah,"Race and Class", p. 337. M La < ( K h i n i l l a y las telas de algodón producidas en los pueblos de campesinos, por
"Weismann, pp. 2, 23, 31, 61, 173, presenta este aspecto de una manera muy atrac- medio de industrias caseras, requerían una tecnología distinta que no exigía ajustes
tiva. como en la industria de la caña de azúcar.
242 CONCLUSIÓN CONCLUSIÓN 243

hacia los indios que cumplían con las leyes, era menos importante ción rural contribuyó también a las actitudes y a la organización de
que el hecho de que la economía tradicional de estos pueblos, modifi- la comunidad. Las dos regiones eran centro de celo misionero desde
cada para obligarlos a prestar más trabajos en beneficio del Estado o los tiempos que siguieron inmediatamente a la Conquista, por parte
del sector exportador, era indispensable para el funcionamiento de de los franciscanos en Hidalgo y el Estado de México y de los domi-
toda la sociedad colonial. Como ha observado Stanley Diamond, para nicos en Oaxaca. De nuevo, el sustento de los vínculos comunitarios
los grupos locales de campesinos en general, "mientras el poder cen- no era sencillamente, o tal vez ni siquiera principalmente, el resul-
tral dependiera de ellos para su sostenimiento y no existiera sistema tado de las actitudes paternalistas. El punto de enfoque formal de la
alternativo u otra fuente de producción, se podía conservar sus inte- identidad del grupo y la fuente del liderazgo en defensa de la comu-
gridad en lo más esencial".25 Los excedentes que producían los pue- nidad, era con frecuencia la cofradía, otro instrumento de explota-
blos del centro de México y de Oaxa< a, bajo la forma de impuestos y ción establecido por la Iglesia para canalizar la riqueza del pueblo
servicios, eran una cuantiosa contribución a la economía colonial del hacia el sostenimiento del clero. Al finalizar la época colonial, el cris-
Estado y al sostenimiento del clero de las parroquias, como medios de tianismo con frecuencia era esgrimido contra el cura párroco por los
subsistencia de los alcaldes mayores y de mantenimiento del sector mismos prosélitos de la localidad (quienes denunciaban al clero como
privado de propietarios de fincas y mercaderes que comerciaban con inmoral y apóstata): había adquirido vida propia, separada hasta
telas, tintes y utensilios domésticos. Si se toma en cuenta el propio cierto punto de las instituciones formales de la jerarquía eclesiástica.
interés del Estado y de la élite comercial, no es tan sorprendente que Lal romo lo ha sugerido Charles Gibson: "El cristianismo parece
los fuertes vínculos comunitarios sobrevivieran más en aquellas re- como una fuerza cohesiva, que no siempre desplazaba pero que repe-
giones en donde los tributarios producían excedentes con regularidad. tidamente organizaba y fomentaba las preferencias de los indígenas
Mediante la imposición de una responsabilidad colectiva sobre los por la organización comunal". 26 En cierta forma, esta intervención
habitantes de los pueblos por concepto de trabajo, impuestos y obe- concreta del cristianismo fue alentada por las reformas borbónicas de
diencia a los decretos reales (aún más que por incorporación legal y fines del siglo xvm, que desconocieron la autoridad de los sacerdotes
por segregación de los pueblos), la Corona estaba igualmente fomen- sobre las cofradías y las obras pías y sobre la influenr< i que ejercían
tando la identidad del pueblo y la acción colectiva. La competencia de una manera informal en la política local.
por el control de las tierras locales y del trabajo comunitario entre los La explotación de los pueblos de campesinos mediante sistemas
diversos intereses privados y el Estado, aseguraba aún más la supervi- coercitivos de trabajo y precios reducidos que se pagaban por los
vencia económica de los pueblos. También era un factor contribu- frutos del trabajo comunitario, era equiparable con ciertas condicio-
yente el control legitimo pero relativamente débil sobre la vida de los nes internas de los pueblos que igualmente contribuían a su continui-
pueblos. El régimen colonial gobernaba en el campo principalmente dad. La más importante era la posesión de la tierra. La tierra era la
medíante la ausencia de gobierno. La burocracia colonial era impre- base de la identidad territorial de los pobladores, de las religiones
sionantemente numerosa para la época y los campesinos le recono- populares que tenían como base la fertilidad, así como de su econo-
cían, en general, legitimidad inundando a las autoridades superiores mía. La posesión de suficiente cantidad de tierra era algo así como un
con peticiones y quejas, protestando más por el abuso de poder que amortiguador contra el control que ejercía el exterior en la vida
discutiendo la legitimidad de la soberanía colonial. Por otra parte, la diaria de los pobladores y contra el faccionalismo del pueblo que
maquinaria del gobierno apenas si se difundía en la enorme exten- tenía su raíz en la competencia por un recurso esencial escaso o sujeto
sión del centro y el sur de México y carecía de medios para imponer a control externo. 27 La conexión que existe entre la tenencia de la
obediencia en todas partes al mismo tiempo. Como resultado, se tierra por los campesinos y la resistencia del pueblo hacia los extraños
permitía a las comunidades rurales tomar muchas decisiones propias ha sido observada por Barrington Moore y por Robert Ardrey, entre
en los asuntos de la localidad.
El éxito que tuvo el clero regular en la evangelización de la pobla- 26 Gibson, Aitecs, pp. 134-35.
'" Moore, p. 213.
í5 Diamond, p. 51.
244 CONCLUSIÓN CONCLUSIÓN 245

otros escritores.28 La tenencia de la tierra por los pueblos mexicanos escritas. Tanto los pueblos como los nobles solicitaban con frecuencia
parece ajustarse a la interpretación del territorio propuesta por Ar- al virrey la expedición de títulos formales de propiedad y hasta fal-
drey a la que llama del "castillo y del lindero": "El castillo, nido o sificaban títulos cuando se desconocían sus derechos a tierras que ca-
lugar de descanso es lo que proporciona la seguridad y tan importan- recían de ellos en los siglos \YII y xvni; y el estrecho vínculo que
te como él, la zona limítrofe, que es el lugar de la ocupación." Las vi- aparentemente existía entre la posesión de la tierra y los sistemas pre-
viendas del pueblo, con frecuencia agrupadas alrededor de una plaza hispánicos de comprobaciones por escrito en Oaxaca y el centro de
con la iglesia, el cementerio, las oficinas municipales y el mercado, México, indica que por lo menos algunas sociedades indígenas ha-
son el castillo o la tierra de los antepasados, y las tierras comunitarias bían tenido experiencias de titulaciones por escrito antes de la Con-
OQ
y familiares (tierras de labor, de pastoreo, de bosques suministran un quista.
importante medio de vivir a los agricultores e igualmente sirven Hacia el fin de la época colonial, podemos igualmente señalar la
como límite de ia identidad territorial). flexibilidad estructural y la solidaridad política contra los extraños
Pero la sola conexión entre la tenencia de la tierra y la cohesión como los orígenes de la fuerza de la cultura local. La flexibilidad y la
social no explica cómo o por qué los pueblos conservaban la posesión solidaridad son típicas de los pueblos, aun de los más pobres, que
de las tierras en la época colonial. Atribuir la posesión de la tierra por logran el reconocimiento de sus pretensiones a las tierras y las defien-
parte de los pueblos coloniales a la cohesión de la comunidad contra den contra las invasiones de las haciendas y los ranchos -en expansión
los extraños nos hace entrar en un razonamiento redundante que no durante los siglos xvn y xvni. Los habitantes de pueblos en posesión
prueba nada por sí mismo. Cuando ocurría fuera de las zonas de de tierras vivían bajo condiciones de opresión y estratificación no-
refugio, la posesión de la tierra estaba basada, creo yo, en una sim- toriamente distintas respecto de los que residían como trabajadores
biosis entre el primitivo sistema colonial político y económico, apoya- en las haciendas o en los pueblos rurales estrechamente incorporados
do en la encomienda y en los tributos, y las necesidades y deseos del a las economías urbanas, mineras o agrícolas. John Womack ha he-
pueblo. El primitivo estado colonial, que tenía el apoyo de sus riva- cho una síntesis de estas diferencias en su estudio del campo de Mo-
les, los encomenderos, veía a los campesinos indígenas principalmen- relos antes de la Revolución de 1910:
te como productores de ingresos. Con toda buena voluntad confir-
maba que los pueblos eran corporaciones legales que tenían derecho La diferencia entre la antigua y la nueva opresión era tan profunda
a sus tierras cultivables, al agua y a una parcela detierras de pasto- como la diferencia entre una casa de campo y una fábrica. Anteriormen-
te coexistían, sin duda, en Morelos diversas comunidades y empresas
reo. La tierra proporcionaba a los pueblos el medio de abastecer de
económicas: Plantaciones de caña de azúcar, pueblos tradicionales, asen-
alimentos a las poblaciones españolas y de producir los excedentes
tamientos en los ranchos, granjas aisladas e independientes, caseríos de
que el Estado y los encomenderos recogían de sus subditos bajo las trabajadores, poblaciones campestres, ciudades de la provincia. Aunque
formas de impuestos y prestación de trabajos. Desde el punto de vista no todos estos tipos de sociedades vivían en la opulencia, todos aunque de
indígena, era sorprendentemente rápido el ajuste a la ley civil espa- mala gana eran capaces de sobrevivir. La opresión era un hecho pero a
ñola que apoyaba los derechos a la tierra en pruebas documentales los casos individuales les fallaba un verdadero ímpetu o coordinación.'0

-'* Muore, p. 219; Ardrey, p. 157. La importancia del sistema de tenencia de la


tierra para la manera de pensar de los pobladores campesinos de México que se des-
Los pueblos establecidos fuera de las zonas de cultivos, cuyo dere-
cribe en esta obra se confirma por el caso opuesto del sur de Italia, presentado por cho a la tierra tenía una larga historia de reconocimiento público y
Banfield, pp. 37, 67, 153, 154. En la comunidad examinada por él, a la ausencia de M Manuscrito inédito de los códices mixtecas por David Brown (estudio de seminario
firmes lazos familiares, de identificación de los campesinos con el pueblo y de arción dirigido por el profesor Peter Bakeuell. Universidad de Nuevo México, 1975). Robert-
organizada frente a los apremiantes problemas locales se adiciona la insuficiente ex- son, pp. 253-80 describe los códices de Techialoya. que constituyen un extenso cuerpo
tensión de tierras que se distribuye en pequeñas parcelas (que rara vez son suficiente- de lítulos que se diré datan de principios del siglo XVI pero que aparentemente fue
mente extensas para poder sostener más que un pequeño núcleo familiar), que se preparado a fines del siglo XVII o a principios del siglo xvm pava satisfacer la gran
remontan por lo menos a dos generaciones, y la poca disposición que tiene la gente necesidad que había de títulos formales de tierras en litigio.
para traba|ar la tierra. 10 Womack, pp. 42-43.
24fi CONCLUSIÓN CONCLUSIÓN 247

protección legal, se adaptaban de una manera más creativa a las La documentación de que disponemos acerca de la rebelión, los
presiones de más grandes sistemas sociales y económicos. Sus diversas homicidios y la embriaguez, nos proporciona ciertas indicaciones
maneras de adaptarse tomaban algunas veces la forma de nuevos sobre la forma como actúa este sistema colonial en las zonas en que
ritos, como los que se manifiestan en los patrones de embriaguez que hay una densa población campesina. No es que la sociedad utilice la
hemos estudiado en el capítulo u. o en la inmediata adopción de for- total sujeción y degradación de la mayoría campesina para impedir
malidades católicas, que es un signo del deseo de los campesinos de una perturbación violenta.34 El absolutismo español era menos auto-
ser redimidos o al menos protegidos contra nuevos infortunios. 31 Ha- ritario y, sobre todo, menos eficiente de lo que generalmente se
yan sido nuevas adaptaciones o antiguos patrones, lo cierto es que supone. Ningún poder colonial gobernó jamás únicamente por me-
hemos examinado pruebas de que la resistencia colectiva y la violencia dio de órdenes; pero el gran interés que ponen los hombres que
entre las personas se canalizaban en un sentido que no amenazaba a la estudian a América Latina durante la Colonia, en las instituciones
comunidad con la autodestrucción. Esos ajustes sugieren que por lo establecidas por el gobierno español (las encomiendas, el gobierno
menos algunos de estos pueblos poseedores de tierras tenían o ha- virreinal, las audiencias v las grandes fincas) y en los sistemas de
bían creado controles sociales para contener la embriaguez y para trabajo coercitivos (la esclavitud, las encomiendas, los repartimientos
institucionalizar los contlictos. Como lo ha indicado Lewis Coser, la y las deudas del peonaje) dan la impresión de que los españoles
flexibilidad de una estructura social se puede medir, no por su mantenían su posición de autoridad mediante órdenes directas y
capacidad para eliminar los conflictos, sino por su capacidad para monopolios económicos. De hecho, los gobernantes españoles depen-
impedir que las hostilidades se acumulen o "se canalicen hacia una dían más en nuestras regiones campesinas de un estrecho control y de
profunda brecha convirtiéndose en conflictos" 32 el nivel de la so- la fuerza, sobre todo en los casos de insurrecciones regionales, y aun
ciedad campesina en la que esta flexibilidad aparece más notoria- en esos casos preferían hacer una ostentación de fuerza que una con-
mente es, de nuevo, el de la definida posesión de tierras por parte del frontación abierta. La Nueva España careció de un ejército regular
pueblo. Como se puede ver, en numerosos casos descritos por los et-' durante la mayor parte de la época colonial, y lo que se hacía pasar
nógrafós, cuando nuestros campesinos se ven amenazados por las por un cuerpo de policía rural (la Acordada, que actuaba principal-
condiciones locales inestables o por las nuevas instituciones explota- mente en los caminos reales y cerca de la ciudad de México) o los
doras, tienden a retirarse lo más lejos que pueden de los contactos tenientes de los alcaldes mayores, apoyados por las milicias organiza-
con el exterior adoptando así una postura ante la hostilidad exter- das en la población española más cercana, difícilmente eran instru-
na.31 Ese retiro, sin embargo, implica la modificación de los vínculos mentos efectivos y permanentes de represión política.
sociales y políticos existentes, dando así mayor importancia al hecho En las dos regiones el gobierno colonial se ejercía generalmente
de pertenecer a un pueblo que tiene posesión de tierras y una menor por medio de apaciguamiento, lo cual sin duda era una política cons-
importancia a los antiguos vínculos étnicos y políticos, en vez de ciente particularmente adecuada a la fuerza de los pueblos campesinos
promover el éxodo de las comunidades enteras hacia regiones más en algunas regiones y a los motivos coloniales de explotación económica;
aisladas. pero era también una opción que ejercían los españoles en muchos
lugares de América al fin de la época colonial. El aforismo de Una-
11 Esta posibilidad de una más intensa conducta rimal de las comunidades romo res-
muno en el sentido de que el español tiene en él mucho de mandarín
pucsia a los rápidos cambios b;i sido planteada en leí minos más sociológicos ¡especio
de los indios Naskapi de Scbettcn ille, Qucbci. por Kobbins, p. 99: "Se sosiieiie que
pero poco de mandón es sugestivo respecto de las actitudes españolas en
cuando un cambuj económico nene como resultado la introducción de nuevas vías de el ejercicio del poder político en la América colonial. La posición de
acceso de personas y bienes o actividades que sirven para mantener las1 identidades, autoridad, especialmente en materia de justicia (el más alto atributo
habrá un incremento en la frecuencia de las luchas por la identidad, y un incremenio de la soberanía para los españoles de la Colonia) era más importante
correspondiente de aquellas interacciones sociales rituales o loi males (jiie sirven como que su ejercicio efectivo.. Me parece que el sistema judicial, más que
loros para resolver la identidad."
ninguna otra institución social, hacía posible que la Corona española
"Coser, /''iiniiii"t\ SiMinl l.iM/litt, p. 157.
"Midga!, p. 186. 31 Favre, (Cambio y continuidad, pp. 45, 46, 369, 370; Góngora, p. 151.
248 CONCLUSIÓN CONCLUSIÓN 249

gobernara en México durante el siglo xviu sin un gran ejército o una gían las prácticas de trabajo que estaban viciadas. Pero puesto que
gran fuerza de policía. las autoridades coloniales se preocupaban de preferencia por los pro-
El problema especial de los españoles era cómo incorporar a los blemas específicos de control, esas victorias no mejoraban en general
pueblos campesinos dentro de la organización colonial económica y la suerte de las comunidades campesinas. Las autoridades no corre-
política sin incitarlos a la rebelión. En la persecución de esta meta gían los abusos de poder que ocurrían en otras comunidades a menos
reconocían a las municipalidades indígenas como entidades comuna- que ellos trastornaran igualmente las relaciones pacíficas de la Colo-
les con derechos y obligaciones. Vimos en acción esta política dual de nia al recurrir a la violencia. A la larga, lo más que se lograba
apaciguamiento y explotación al dictarse las sentencias contra los mediante las rebeliones era demorar las nuevas erosiones de los dere-
acusados de homicidio y contra los rebeldes de los pueblos. Los chos locales de los campesinos, afirmar la unidad del villorrio y
funcionarios coloniales se movían rápidamente para negociar conve- proporcionar ciertas experiencias tácticas a los campesinos.35
nios con los insurrectos antes de que la rebelión se propagara a otras Un ingrediente esencial para la persistencia de este sistema colo-
comunidades. Los pueblos generalmente obtenían alguna compensa- nial era la actitud de los campesinos frente a la fuerza del Estado y su
ción por sus agravios inmediatos y el castigo generalmente se limila- ignorancia de los riesgos políticos fuera de su región. Desde el mo-
ba a dictar condenas ejemplares contra uno o varios supuestos cabe- mento en que se hicieron los más importantes ajustes a nivel local y
cillas. También en los casos de homicidio el castigo era relativamente provincial en la prolongada y dolorosa época inmediatamente poste-
indulgente: trabajos forzados en vez de prisión durante un largo rior a la Conquista y en las pandemias del siglo xvi, las relaciones de
tiempo, o la pena capital, y se reconocían las circunstancias atenuan- los campesinos con el Estado y con la ciudad, habían sido fijadas en
tes. De hecho, la Corona parecía que estaba más interesada en au- ciertos aspectos significativos. En general, los pueblos de campesinos
mentar la fuerza de trabajo que en proteger a la sociedad contra los de nuestras regiones en el siglo xvm reconocían a la Corona española
delincuentes. Esta actitud era una especie de lujo que se permitía por como a un soberano remoto pero legítimo, aun cuando pudieran
el hecho de que los homicidios constituían una amenaza muy relativa oponerse a los representantes locales de la Corona —lo que Alfonso
contra el control político de la élite colonial. Lo mismo que en los Reyes llamó "un milagro de respeto por la idea monárquica". El
homicidios se toleraba la violencia en las insurrecciones e incluso casi diluvio de campesinos que litigaban ante los tribunales del virreinato
se la perdonaba al dictarse sentencias sumamente indulgentes. Aun en la ciudad de México en el siglo xvm, es una prueba tangible de
cuando la violencia no era la única manera que tenía la gente común esta aceptación de la Corona como el arbitro legítimo para dirimir
y corriente para enfrentarse a los conflictos, era un medio muy difun- diferencias y como eslabón directo entre los campesinos y el rey, que
dido de resolver diferencias que, dentro de ciertos límites obvios, era los desviaba de una posible insurrección.36 Ni una sola de las rebelio-
permitida por el Estado como una expresión legítima de agravio nes de campesinos que se han estudiado en esta obra tuvo como prin-
cuando fallaban los medios ordinarios para recordar la fuerza que cipal propósito derrocar al gobierno central.
tenían las obligaciones. El éxito logrado por las autoridades en sus negociaciones con pue-
Hemos visto ya cómo los pueblos conservaban algunas salvaguar- blos determinados y la reducida incidencia de insurrecciones regio-
dias contra la coacción de la Colonia no sólo por medio del aisla- nales indican cómo los españoles eran capaces de gobernar y de
miento sino también por medio de una auténtica capacidad de ex- explotar extensas regiones indígenas muy densamente pobladas sin
presar agravios comunes por medios violentos o pacíficos. Por medio contar con un gran ejército regular. Como dicen Stanley y Barbara
de las insurrecciones populares (protestas localizadas que Charles Stein, el control de los españoles "se hacía patente por la separación,
Tilly llama "tipos reactivos de acción colectiva") los campesinos se
M C... I... v R. Tilly. p. 28-1.
demostraban a sí mismos que disponían de una activa fuerza política.
16 Ksta p;iuiu colonial liene su paralelo moderno en el cápala/ de una (abrirá que
Pero ¿cuan efectivos eran? A corto plazo, los pobladores podían "cree que México está progresando, y... aprueba la política general del gobierno...
enumerar muchos éxitos: se reducía o suspendía el pago de impues- pero en todos sus contactos con los políticos... ha descubierto que son pillos o inútiles,
tos, los funcionarios abusivos eran amonestados o cesados, y se corre- (y) por lo tanto... cree en un gobierno y desconlía de sus representantes" Kahl, p. 116.
250 CONCLUSIÓN

no por la integración."37 Era un sistema de dividir para gobernar


que se apoyaba en una limitada cooperación entre los pueblos y la
buena disposición de las comunidades para negociar individualmen- APÉNDICES
te con las autoridades coloniales, legitimando de esa manera los
canales formales de la justicia colonial e impidiendo que se diera un APÉNDICE A. Levantamientos fie Campesinos, 1680-18JO
paso más allá del éxito local de las rebeliones.
Las pautas de conducta social que surgen de la documentación Valle de México
colonial acerca de la embriaguez, el homicidio y la rebelión mues- Jurisdicción de Mexicalcingo
tran de manera evidente que la colonización europea no trajo como Mexicalcingo, 1802, AGN Criminal 138 Exp. 2, 217 Exp. 4.
consecuencia una arrasadora transformación del campesino en peón Santa Marta, 1721, AGN Criminal 155, Folios 111-133
en las regiones densamente pobladas de indígenas rurales de México. Huitzilopochco, siglo xvm. Navarro de Vargas, p. 599
Por el contrario, muy numerosos pueblos conservaron sus antiguos Jurisdicción de Tacuba
linderos sociales o establecieron otros nuevos y mantuvieron un enér- San Pedro Ascapusaltongo, años de 1760, AGN Criminal 177
gico sentido de identidad de grupo al ajustarse a las nuevas relaciones Exp. 4
de dependencia impuestas por las condiciones coloniales. Como una
Huixquilucan, 1769, AGN Criminal 120 Exp. 25
adaptación a un sistema preindustrial colonial, esta concentración de
energía y de identidad del pueblo tenía un éxito razonable. Irónica- Tepetitlán, 1743, AGN Criminal 177 Exp. 23
mente, no obstante, la cristalización de estos ajustes en relaciones Jurisdicción de Xochimilco
permanentes con el Estado y con la ciudad convertía a los pueblos en Milpa Alta, 1720, AGN Criminal 232 Exp. 2
presa fácil para una mayor explotación después de la independencia, Xochitepec, 1796, AGN Criminal 29 Exp. 6
Jurisdicción de Ecatepec
debido a las nuevas condiciones de la industria, a la comercialización
de la agricultura, a la economía del laissez-faire y a la presión que Tulpetlac, 1780, AGN Civil 2114 Exp. 8
ejerce la población sobre la tierra, y por otra parte los sometía a una Ecatepec, 1782, AGN Policía 23
manipulación más efectiva de su descontento, basada en los métodos Jurisdicción de Texcoco
más enéi'gicos y más complejos de los gobiernos mexicanos modernos. Atengo, 1688, AGN Criminal 193 Exp. 226
Acoiman, 1774, AGN Criminal 145, folios 235-
Jurisdicción de Chumba
Betlén, 1749, AGN Criminal 162, folios 94-104
Ozumbilla, 1783, AGN Criminal 162, folios 187-223
Jurisdicción de Cuauhtitlán
Cuauhtitlán, 1785, AGN Clero regular y secular 103
Ciudad de México
1692, Biblioteca Nacional MS 1358; Cavo II, 82-83; Di Telia, p.
96; Rubio Mané, II, 44-61
" Stanley y Barbara Stein, p. 117. Waldemar R. Smilh llega a una conclusión 1696, parcialidad de Santa María de la Redonda, Bancroft
semejante en su estudio sobre el sistema de fiestas religiosas de Mesoamérir.a meridio-
nal, p. I I : "El sistema dr fiestas, comu base de la organización social indígena, era útil
Mexican MS 135
a la sociedad española. Proporcionaba a los indígenas satisfacciones personales y era 1715, AGN General de Parte 21 Exp. 165
igualmente una lucnte de creencias religiosas y de competencias sociales inofensivas.
Lo que es más importante, era una institución que lormaba dirigentes y creaba inte- Estado de México, límites de Afórelos y de Guerrero
reses y organizaciones estrictamente locales, determinando que los pueblos indígenas
se enfrentaran a sí mismos en lugar de que lo hicieran uno contra otro." Jurisdicción de Metepec
251
252 APÉNDICES APÉNDICES 253

Tarasquillo, 1720, AGN Criminal 168 Jurisdicción de Temascaltepec y Sultepec


1730, AGN Criminal 168 Tescaticlán, 1714, AGN Criminal 180, folios 50-61
Yolotepec, 1733, AGN Criminal 168 Sultepec, 1764, AGN Criminal 210, folios 243r
San Felipe, distrito de Ixtlahuaca, 1730, AGN Criminal 93 Exp. 10 Pozontepec, 1758, AGN Criminal 210, folios 189-205
Almoloya, 1792, AGN Criminal 148 Exp. 2 Jurisdicción de Ichcateopan
Metepec, 1733, AGN Criminal 168, folios 538- Yzcatepec, 1787, AGN Criminal 81, folios 238-300
1735, AGN Criminal 151 Exp. 1, Indios 54, Exp. 85 Aclahuistlán, 1711 AGN Criminal 166, folios 320-353
1772, AGN Criminal 168, folios 283- Jurisdicción de Malinalco
1801, AGN Criminal 152, folios 270- Malinalco, 1803, AGN Criminal 191 Exp. 1
Ocuioaca, distrito de Tenango, 1807, AGN Civil 1599 Exp. 1, 1818, AGN Civil 2292 Exps. 7-8
Civil 1505 Exp. 7, Criminal 207 Exp. 12 Azingo, 1786, AGN Civil 865, Exp. 8
Ixtlahuaca, 1727, AGN Civil 1508 Exp. 6 Ocuila, 1772, AGN Civil 865 Exp. 9
1769, University of Texas Mexican MS G 205 Tenancíngo, 1797, AGN Criminal 15 Exps. 2-3
Atlacomulco, 1733, AGN Civil 2292 Exps. 10-11 Zumpahuacán, 1808, AGN Criminal 17 Exp. 11
1810, AGN Criminal 229, folios 263- Jurisdicción de Cuernavaca
1811, AGN Criminal 231 Exp. 1 Tepoztlán, 1778, AGN Criminal 203 Exp. 4
1814, AGN Criminal 230 Exp. 15 Achichipilco, 1802, AGN Criminal 202 último expediente
San Andrés Mexicalcingo, 1703, AGN Criminal 217 Exp. 4 Jurisdicción de Cuauhtla
San Antonio, 1735, AGN Indios 54 Exp. 85 Thetelzingo, 1778, AGN Criminal 507 Exp. 17
Los Reyes, distrito de Xocotitlán, 1767, AGN Criminal 92 Exp. 5 Jurisdicción de Chalco
San Mateo Atengo, 1638, AGN Criminal 219 Tlayapacan, 1784, AGN Criminal 1 Exp. 11
Amanalco, 1792, AGN Criminal 243 Exp. 1 Atlautla, 1799, AGN Criminal 157, folios 93-132
San Lorenzo y Santa María Guisisilapa, 1710, AGN Criminal 218, Amecameca, barrio de Tlailotlacan, 1799, AGN Criminal 226,
folios 401-
folios 1-19
Jurisdicción de Zacualpa Tlalmanalco, 1693, AGN Criminal 227 Exp. 9
1773, AGN Criminal 90
Yzcateopan, 1808, AGN Criminal 166, folios 134-136
Ostumac, 1810, AGN Criminal 166, folios 274-294 Chimalhuacán, 1802, AGN Criminal 255 Exp. 13
Alahuistlán, 1795, AGN Criminal 166, folios 354- Ksladü de Hidalgo
Apastla, 1783, AGN Criminal 167 Exp. 1 Jurisdicí Íón de Tetepango
1807, AGN Criminal 168, folios 1-13 Misquiaguala, 1681, AGN Criminal 115 Exp. !
sin fecha, AGN Criminal 166, folios 185- Axacuba, 1744, AGN Criminal 53 Exp. 20
Iztapa, 1800, AGN Criminal 181, folios 201- Tlapanaloya, distrito de Atitalaquia, 1690, AGN Criminal 54
Tenango del Valle {véase también Ocuíoaca bajo Metepec) Exp. 14
Quintana, distrito de Ozolotepec, 1783. AGN Criminal 123 Exp. 3 Jurisdicción de Actopan
Calimaya, 1803, AGN Criminal 123 Exp. 28 Tetitlan, 1764, AGN Criminal 117 Exp. 7
Tenango, 1762. AGN Criminal 123 Exp. 21 {menciona seis le- Actopan, 1756, AGN Civil 241 Exp. 1
vantamientos) Jurisdicción de Mcztitlán
Ozolotepec, 1799, AGN Indios 70 Exp. 69 Meztitlán, 1772, AGN Criminal 102, 104, 107
Jurisdicción de Lerma Zozoquiapam, 1805, AGN Criminal 180, folios 361-
San Miguel Amealco, 1733, AGN Criminal 169, folios 103-143
254 APÉNDICES APÉNDICES 255

San Juan Meztitlán, 1805 AGN Criminal 180, folios 430- Ocotlán, 1788, AGN Tierras 867 Exp. 2
Coamelco, 1777, AGN Criminal 79 Exp. 1 Soledad Ella, 1797, AGN Tierras 1877 Exp. 2
Jurisdicción de Pachuca San Miguel Tilquiapan, AGN Tierras 1363 Exp. 8
Real del Monte, 1805, AGN Criminal 115 Exp. 7 Zimatlán, 1740, AGN Tierras 1460 Exp. 7
Pachuca, 1771, AGN Criminal 303 Exps. 1, 305, 306, 308 1773, AGN Criminal 306 Exp. 5
Jurisdicción de Ixmiquilpan 1774, AGÍ Audiencia de México 2588
Sabanilla, 1746, AGN Criminal 57 Exp. 1 San Antonio de la Cal, AGN Tierras 2259 Exp. 4 (1730-1787)
Donicha, 1779, AGN Criminal 75 Exps. 3-4 1754, AGN Tierras 2386 Exp. 1
Jurisdicción de Tulancingo Teotitlán del Valle, 1792, AGN Epidemias 15
1769, AGN Criminal 308 1793, AGN Indios 101 Exp. 8
Jurisdicción de Xilotepec-Huichapan Santa Lucía, 1717, AGN Criminal 283. Exp. 3
Diversos pueblos, 1784, AGÍ Audiencia de México 2588
San Francisco Soyalmiquilpa, 1818, AGN Criminal 26 Exp. 9
San Pedro Donicaá, 1766, AGN Criminal 178 Exp. 1
Abasólo, 1800, AEO Juzgados 1800
Santa María Tixmadeje, 1789, AGN Criminal 202 Exp. 1 Tlalixtac, 1804, AEO Juzgados 1804
Alfajayuca, 1766, AGN Civil 2166 Exp. 5 Trinidad de las Huertas, 1808, AEO Juzgados 1808
Jurisdicción de Zimapán Macuilxóchitl, 1757, CCG papeles de la hacienda Buenavista
Zimapanlongo, 1807, AGN Criminal 178 Exp. 23
Tlapacoya, 1785, AGÍ Audiencia de México 2588
Lachixijo, 1804, AEO Juzgados 1804
Levantamientos en el centro de México que no se identifican por la San Pablo, distrito de Cuatro Villas, 1689, AGN Indios 30
jurisdicción Exp. 244
La Milpa, 1766, AGN Criminal 155, folios 358- Ayoquesco, 1742, AGN Indios 55 Exp. 91
Dayonthe, 1805, AGN Criminal 179, folios 455-
Mixteca Alta (1629-1823)
Estado de Puebla
Achiutla, 1629, CDCh rollo 6, Exp. 209
San Andrés Chalchicomula, 1768, AGN Criminal 307 Exp. 2
Petaldngo, 1631, CDCh rollo 6, Exp. 227
Tétela de Xonotla, 1798, AGN Historia 334 Exp. 5
Sujeto de Teposcolula, 1639, CDCh rollo 8, Exp. 286
San Gabriel Chilac, 1801, AGN Historia 413
Xinastla, 1680, CDCh rollo 8, Exp. 475
Soquitlán, 1708, AGN Criminal 660
Santiago Tillo, 1683, CDCh rollo 9, Exp. 502
Izúcar de Matamoros, 1781, Calderón Quijano, II, 163-75
Tamazulapa, 1686, CDCh rollo 9, Exp. 520
Exlado de Oaxaca Xaltepetongo, 1688, CDCh rollo 9, Exp. 529
Valle de üaxaca Tiltepec, 1692, CDCh rollo 10, Exp. 551
Cuilapan, 1725, AGN Hospital de Jesús 307 Exp. 4 Usila. 1702, AGN Indios 35 Exp. 123
San Pablo Ella, 1755, AGN Hospital de Jesús 308 Exp. 18 Yanhuitlán, 1775, CDCh rollo 15, Exp. 410
Santa Cruz Amilpas, 1710, AGN Indios 37 Exp. 190 Chacaltongo, 1779-80, CDCh rollo 15, Exps. 428, 430
1720, AGN Tierras 381 Exp. 5 1674, CDCh rollo 21, Exp. 107
Zaachila, 1710, AGN Indios 6 primera parte Exp. 473 Achiutla, 1785, CDCh rollo 15, Exp. 469
1776, AGN Intendencias 12
Yolomecatl, 1743, CDCh legajo 14, Exp. 209
1784, AGÍ Audiencia de México 2588 Yafomecatl, 1743, CDCh rollo 14, Exp. 222
1806 AEO Juzgados 1806 Santo Domingo Yodoino, 1753, CDCh rollo 14, Exp. 251
Guelavía, 1690, AGN Tierras 148 Exp. 3 San Andrés Xinastla, 1737, CDCh rollo 12, Exp. 172
1705, AGN Tierras 223 Exp. 4
25fi APÉNDICES APÉNDICES 257

Teozacualco, 1774. AGN Criminal 306 Exps. 1. 3 dos en la Mixteca Alta, comprende del 9 de septiembre de 1606 al 19
San Miguel Malinaltepec, 1806, AEO Juzgados 1806 de noviembre de 1608. Es un diario que llevaba el alcalde mayor de
Theotila, 1754, AGN Inquisición 960, folios 263-89 Yanhuitlán para inscribir los casos que él resolvió cuando hacía una
Teposcolula, 1777, CDCh rollo 15 visita de inspección en el distrito o que le fueron sometidos en Yan-
1785, CDCh rollo 15 huitlán por los alguaciles indígenas de las comunidades que estaban
San Miguel el Grande, 1780, CDCh rollo 15 dentro de su jurisdicción. Las anotaciones incluyen el delito come-
Coixtlahuaca, 1822, 1823, CDCh rollo 20, Exps. 32, 196 tido, nombre, sexo, indicación de raza si no es indígena y el pueblo
San Pedro Añade, 1823, CDCh rollo 21 del acusado; y además si en el delito había intervenido el alcohol. De
las 189 aprehensiones, en todas, con excepción de una. los delincuen-
tes eran indígenas, y sólo 42 eran mujeres (véase el cuadro B. 1). Qui-
APÉNDICE B. Incidencia de los delitos con referencia especial al homicidio
zá la característica más notable del libio del alcalde mayor es la au-
Los expedientes de los procesos criminales que he examinado del sencia de homicidios. La Mixteca Alta no estaba libre de homicidios
campo del centro de México y de Oaxaca no me permiten hacer un al principiar el siglo xvu (tenemos expedientes de procesos de homi-
estudio sistemático de la incidencia de los delitos. Son fundamental- cidio anteriores, de 1606 y 1609), pero es muy posible que no se
mente los antecedentes completos de determinados procesos, pero hayan hecho reportes de homicidios cometidos durante el periodo
ciertamente no incluyen todos los procesos y mucho menos todos los que abarca el diario. Podemos hacer con precaución la inferencia
delitos que se cometieron en estas dos regiones durante un lapso de de que había una reducida incidencia de homicidios en ese distrito a
tiempo considerable. Con excepción del homicidio, los expedientes principios del siglo xvn. A juzgar por el número de procesos por
de los procesos e incluso las listas extractadas de todas las aprehensio- homicidio cometidos en la misma región durante las décadas 1730-
nes que se acostumbran en las sociedades modernas, se caracterizan 1740, 1790-1800 (que van de uno a ocho por año), el índice de homi-
porque dejan de consignar la mayoría de los tipos de delitos. Por lo cidios probablemente se incrementó al concluir la época colonial.
que respecta a la época colonial de la historia de América Latina, los Otra característica notable de los delitos cometidos en la Mixteca
expedientes que aún subsisten son deficientes no sólo por los crímenes Alta a principios del siglo xvn es la relativa frecuencia de aprehensio-
que no se llegaban a descubrir sino por el hecho de que la mayoría de nes en las que quedan implicadas las relaciones tirantes o ilícitas
los que se cometían dentro de las comunidades indígenas no tenían entre hombres y mujeres. De las 189 aprehensiones, 69 eran casos de
que ser denunciados ante las autoridades de la Colonia. Hablando en ataques a mujeres, adulterios, promiscuidad, requerimientos inmora-
términos generales, con excepción del homicidio y la rebelión, los les y abandono de cónyuge. De los 35 casos de ataques todos, con
expedientes que subsisten y los informes extractados de los distritos excepción de 7, eran aprehensiones dictadas contra hombres que gol-
rurales presentan obstáculos que parecen insuperables para hacer pearon a mujeres, generalmente sus esposas.
una estimación de la incidencia de los actos delictuosos. Aunque re- Otra fuente a la que se puede acudir sobre la incidencia del crimen
conocemos la insuficiencia de estos antecedentes para estimar la inci- y la relativa importancia de los homicidios eran los informes anuales
dencia del crimen, podemos, sin embargo, utilizar con cautela los de los gobernadores de los estados de Oaxaca, Hidalgo y México
escasos relatos de crímenes que tenemos a nuestra disposición de estas desde mediados hasta finales del siglo xix. Estos informes en ocasio-
dos regiones en los siglos xvn y xix, para proponer algunas compara- nes contienen cuadros detallados en los que se hace un resumen de los
ciones y contrastes entre las dos regiones y algunos posibles cambios a diversos delitos cometidos en determinados periodos de tiempo. Ob-
largo plazo acerca de la frecuencia del homicidio, que es el acto cri- viamente no podemos suponer que los patrones que se desprenden de
minal generalmente bien consignado en los expedientes y que consti- estos antecedentes del siglo xix puedan ser válidos para el siglo xvui,
tuye el centro de nuestra atención en el capítulo ni. pero a falta de datos extractados relativos al fin de la época colonial,
El único documento colonial que he podido localizar en el que se constituyen nuestra mejor fuente de información acerca de las dife-
hace un extracto de las aprehensiones realizadas por delitos cometi- rencias regionales en la proporción de los homicidios. Los informes
258 APÉNDICES APÉNDICES 259

de los gobernadores con los cuales ne formado cuadros estadísticos, cidencia de los homicidios en México resulta sumamente alta. 2
son los de los estados de: Hidalgo, 1869, 1871-1872; México, 1877, Nuestros procesos por homicidios en la Colonia se e n c u e n t r a n dise-
1878, 1879, 1889-1893. y Oaxaca, 1869-1870, 1871-1872, 1874-1875, minados en todo el territorio de los actuales estados de Hidalgo y
1881-1882, 1897-1898. de México, por lo que no hay razón alguna para no aplicar esas cifras
En los tres estados, los ataques acompañados de lesiones, robos y estatales a los distritos locales. La única pauta regional que posible-
homicidio eran consistentemente las categorías de aprehensiones más mente sea importante dentro del estado de México y que surge de
frecuentes. A menos que el México moderno constituya una excep- una distribución por distritos, es que los distritos más próximos a la
ción a la regla de que los crímenes con violencia representan menos ciudad de México registraban el mayor número de homicidios (dis-
de la mitad de todos los delitos (regla que se apoya en numerosos iritos dt1 Chalco, Tenango. Tlalnepantla y Texcoco). Tohica se clasi-
estudios nacionales del crimen), los delitos sin violencia están proba- fica también entre los principales distritos en cuanto al número de
blemente muy mal consignados en estos extractos. Aunque los ata- homicidios. Esto puede indicar una incidencia de homicidios un poco
ques estaban a la cabeza de las listas en cada uno de los informes de más elevada en y cerca de los centros urbanos de la región central de
los estados, a los cuales seguían los robos y los homicidios, el estado México.
de Hidalgo se aparta un poco de Oaxaca y de México en cuanto a la En cuanto a Oaxaca los procesos durante la Colonia se concentran
relativa importancia de los homicidios en comparación con los ata- en la Mixteca Alta, y tiene cierto interés comparar la proporción de
ques. De acuerdo con los antecedentes de Oaxaca y del Estado de aprehensiones por homicidio en esta región con otras partes del Esta-
México, más de seis asaltos se reportaban por cada homicidio (7.3:1 do (véase el cuadro B.2). De los veinticinco distritos de Oaxaca, los
en Oaxaca y 6.2:1 en México). En Hidalgo ocurrían menos de tres tres distritos de la Mixteca Alta de Nochisilán, Teposcohila y Coix-
asaltos por cada homicidio (2.9:1). Estas pautas regionales se repiten tlahuaca (que quedaban comprendidos en la alcaldía mayor de Te-
en la proporción de crímenes reportados representados por homici- poscohila en la Colonia) estaban clasificados en noveno, decimono-
dios: el 17% de todos los crímenes reportados en Hidalgo eran homi- veno y vigésimo cuarto lugares en cuanto a! número de homicidios
cidios, comparado con el 7% en México y el 6% en Oaxaca.' No sola- reportados. Estos distritos de la Mixteca Alta ya combinados, tenían
mente representaban los homicidios la porción más grande de todos un índice de homicidios más bajo que el-del estado en su conjunto, con
los delitos en Hidalgo, sino que la incidencia de los homicidios era 15.5 por cada 100 000 habitantes, en comparación con el promedio
aparentemente mucho más elevada allá que en Oaxaca o México. del estado de 25 por 100 000 para 1877 (179.6 homicidios en el año
En Hidalgo había un promedio de 237 homicidios por año entre con una población de 718 197 habitantes).
1869 y 1872, o sea aproximadamente 58.6 homicidios por cada 100 000 Estas cifras extractadas nos dan ciertas indicaciones acerca de la
habitantes (la población en 1869 era de 404 207 habitantes). En el incidencia de los homicidios. A juzgar por las cifras de la Mixteca
Estado de México (población en 1877, 683 323 habitantes) el prome- Alta, los homicidios probablemente se incrementaron en ambas re-
dio era de 207 homicidios por año o sea 30.2 homicidios por cada giones al concluir la época colonial y al iniciarse la época indepen-
100 000 habitantes. Y en Oaxaca, con el más reducido número de diente. Los dalos del diario de principios del siglo xvn indican una
homicidios (179.6 por año) el promedio era de 27.6 porcada 100000 incidencia más baja de homicidios en esa época en comparación con
habitantes (la población en 1869 era de 650 564 habitantes). periodos posteriores, tal vez una u dos muertes violentas por año. Al ha-
SÍ se comparan las cifras del centro de México y de Oaxaca en cerse ajustes por los aumentos de población, había de cuatro a ocho
el siglo \ix con los países europeos aproximadamente en la misma homicidios por año en el distrito (a juzgar por los expedientes de los
época (que van de .94 a 12.67 por cada 100 000 habitantes), la in- procesos) al final del siglo xvm y para la década de 1870 aproxima-
1 Los asaltos, robos y homicidios no sólo eran probablemente las principales catego-
damente catorce. En tiempos recientes México ha tenido uno de los
rías de delitos en el siglo XIX, sino que igualmente eran categorías en las que el sistema más altos índices de homicidios por 100 000 habitantes de todo el
judicial ponía mayor interés y que por lo tanto, pueden estar representadas en exceso mundo (29.4). Solamente Guatemala (141.7 por 100 000), Colombia
en las estadísticas delictivas.
L '(.¿iiiro/ i-i til., p- 1 1 1 .
APÉNDICES APÉNDICES 261
2íiO
(33.5 por 100 000) y Costa Rica (32 por 100 000) reportaron índices CUADRO B.i [Conclusión]
más altos en la década de 1960. Estas cifras son considerablemen- Prostitución I
te más altas que los índices de las naciones europeas, que iban de 0.4 a Aconsejar a un hijo que co-
2.4 por 100 000 durante la década de 1960. Los antecedentes histó- meta homicidio 1
ricos indican una proporción de homicidios ligeramente más baja en Vagancia 1
el siglo xix y probablemente proporciones aún más bajas en los Abandono de esposa 1
siglos xviii y xvn, aunque cualquier intento que se haga para descri- Desobediencia de un hijo 1
bir una lenta y suave tendencia ascendente se vería trastornado por Escapar de la cárcel 1
los periodos de intranquilidad política y los asesinatos políticos que Escapar del servicio militar 1
llevan consigo, que no tienen ninguna relación con los tipos de homi-
• Incluye 22 casos por golpear a la esposa y 6 casos que afectan a otras víctimas
cidios que hemos estudiado aquí respecto del siglo xvm. Los asesi- m ujeres.
natos políticos parecen haber sido especialmente importantes en Hi-
dalgo en los siglos xix y xx. Al comparar nuestras dos regiones en el
transcurso del tiempo, yo creo que se puede decir que había una in-
cidencia de homicidios un poco más baja en la Mixteca Alta al finali-
zar la época colonial. Los índices de homicidios al concluir el siglo \ix
eran más bajos en la Mixteca Alta que en Hidalgo o en México. CUADRO B.2. Homicidios en Oaxaca 1869-1870,1871-1872,
1874-1875, 1881-1882, 1897-1898

C I A D R O B . l . Extracto del J_)iario del Alcalde Mayor, Tanhuitlán, ¡606-1608 Distrito .Número repintado Promedio en 100 000

,, . Relat ionailoi Delint uenít's Ciudad de Oaxaca 85 17


Tipo de delito ,\umt'To Villa Álvarez 84* 16.8
ion el altohot mujern.
Tlaxiaco 65 13
Embriaguez simple 45 45 11 Huajuapan 52 10.4
35 16 2 Etla 52 10.4
Ataques* oí
¿ó 11 11 Miahuatlán 52 10.4
Adulterio
20 1 Ejutla 51 10.2
No pagar deudas
Manejo ilegal de una pul-
Silacayoapan 48* 9.6
quería
13 13 6 Nochistlán** 41 8.2
Faltar el respeto a los funcio- Tlacolula 37 7.4
narios 15 4 Ocotlán 37 7.4
10 Jamiltepec 34 6.8
Robo
Agresión de palabra 10 1 5 Juxtlahuaca 31* 6.2
Promiscuidad de adultos sol-
Villa Juárez 31 6.2
3 2 Tehuantepec 28 5.6
teros
Abandono de esposo 3 3 3 Juchitán 25* 5
Intento de seducción de mujer
Pochutla 23 4.6
3 Yautepec 22 4.4
casada
Evasión de impuestos de un Teposcolula** 22 4.4
, 2 Villa Alta 21 4.2
mesón
262 APÉNDICES

Cl'ADRO B.2 [Conclusión]

18" 3.6 BIBLIOGRAFÍA


Juquila
14 2.8
11' 2.2
8 1.6 TEXTOS MANUSCRITOS
Choapam 6 1.2
Archivo General de las Indias Tributos
* Con base en las cifras de cuatro años, el quinto queda representado por el Audiencia de México Vínculos
promedio de estos cuatro. Indiferente General Archivo del Estado de Oaxaca
"» Distritos de la Mixteoa Alta que comprende la Alcaldía Mayor de Teposcohila. Archivo General de la Nación Juzgados
Acordada Archivo Municipal de Teposcolula
Aguardiente de Caña Archivo Municipal de Tlacolula
Alcabalas Bancroft Library, University of
Alcaldes Mayores California, Berkeley
Archivo Histórico de Hacienda Mexican Manuscripts
Bienes Nacionales Biblioteca Genaro V. Vásquez,
Civil Oaxaca, Oaxaca
Clero Regular y Secular Biblioteca Nacional, Ciudad de
Criminal México
General de Parte Biblioteca Nacional, Madrid
Historia Colección Luis Castañeda Guzmán,
Hospital de Jesús Oaxaca, Oaxaca
Impresos Oficiales Condumex, Centro de Estudios de
Indios Historia de México, Ciudad de
Inquisición México
Intendentes e Intendencias Museo Nacional de Antropología e
Ordenanzas Historia
Policía Centro de Documentación del
Pulques Museo Nacional, microfilme
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Subdelegados University of Texas, Austin
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Conclusiones, comparaciones e imponderables 110

III. El homicidio 116


El escenario de los homicidios 122
El acto homicida 125
Relaciones entre el agresor y la víctima 130
Los testimonios criminales y la cuestión de la moti-
vación 139
Las sentencias 149
Conclusión 162

IV. La rebellón 172


Los campesinos en rebeldía: características generales 174
Causas aparentes y resultados 192
Conclusión 213

Conclusión 225
Los pueblos campesinos 225
El orden colonial 236
29li ÍNDICE

Apéndices 251
A. Levantamientos de campesinos, 1680-1810 . . . . 251
B. Incidencia de los delitos con referencia especial al
homicidio 256

Este libro se terminó dr imprimir el día


27 de marzo de 1987 en los talleres de
Ofíset Marvi, Leiría núm. 12, 09440
México, D.F. Se tiraron 5 000 ejemplares

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