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CENTRO DE MEXICO
TRABAJO FINAL
ENFERMEDADES MENTALES
ALUMNA
PROFESOR
321 ADMINISTRACION
Salud mental es el término amplio que implica las diferentes facetas del proceso salud enfermedad con
sus aspectos sociales, que tanto influyen en el bienestar de la población. Para su mantenimiento se incluyen
acciones encaminadas a la prevención, promoción, atención, tratamiento y rehabilitación.
En situaciones de desastres, se altera la relación del individuo con el entorno. Los factores del medio se
vuelven sumamente agresivos, fuera del control del individuo y su comunidad y desbordan la capacidad de
respuesta de ambos; ello da como resultado, que los mecanismos de afrontamiento habituales sean incapaces
de resolver la nueva situación y dan lugar a la más variada gama de respuestas, que afectan al individuo, su
equilibrio emocional y pueden llegar hasta permanentes alteraciones del psiquismo y enfermedades mentales.
Una de las principales funciones del personal que trabaja en pro de la salud mental (especializado y no
especializado) es propiciar espacios de apoyo mutuo donde actúa como facilitador de procesos grupales
para compartir experiencias y promover la autoayuda; también debe identificar los recursos personales y
colectivos que faciliten la adaptación eficaz, así como disminuir la dependencia externa. El apoyo emocional
debe integrarse a las actividades cotidianas de los grupos organizados en las comunidades y formar parte de
la satisfacción de las necesidades básicas
de la población. Debe ser oportuno, efectivo
a fin de mitigar la crisis y la poscrisis y
fomentar la autonomía y la independencia.
La enfermedad mental es una alteración de los procesos cognitivos y afectivos del desenvolvimiento
considerado como normal con respecto al grupo social de referencia del cual proviene el individuo. Esta
alteración se manifiesta en trastornos del razonamiento, del comportamiento, de la facultad de reconocer la
realidad y de adaptarse a las condiciones de la vida.
Dependiendo del concepto de enfermedad que se utilice, algunos autores consideran más adecuado utilizar en
el campo de la salud mental el término "trastorno mental". Sobre todo, en aquellos casos en los que la etiología
biológica no está claramente demostrada, como sucede en la mayoría de los trastornos mentales.
El concepto enfermedad mental aglutina un buen número de patologías de muy diversa índole, por lo que es
muy difícil de definir de una forma unitaria y hay que hablar de cada enfermedad o trastorno de forma
particular e incluso individualizada ya que cada persona puede sufrirlas con síntomas algo diferentes.
La mente no es un órgano anatómico como el corazón o el hígado; por lo tanto, no puede haber, literalmente
hablando, enfermedad mental. Cuando hablamos de enfermedad mental estamos hablando en sentido figurado,
como cuando alguien declara que la economía del país está enferma.
Los diagnósticos psiquiátricos son etiquetas estigmatizadoras aplicadas a personas cuyas conductas
molestan u ofenden a la sociedad. Si no hay enfermedad mental, tampoco puede haber hospitalización o
tratamiento para ella. Desde luego, las personas pueden cambiar de comportamiento, y si el cambio va en
la dirección aprobada por la sociedad es llamado cura o recuperación.
La enfermedad mental ha sido interpretada de muy variadas formas desde comienzos de la historia, de
acuerdo con la época y el concepto que se tenía de salud enfermedad. Así, en las antiguas civilizaciones se
En cuanto a la etiología de la enfermedad mental, podemos decir que, debido a su naturaleza única y
diferenciada de otras enfermedades, están determinados multifactorialmente, integrando elementos de
origen biológico (genético, neurológico), ambiental (relacional, familiar, psicosocial) y psicológico (cognitivo,
emocional), teniendo todos estos factores un peso no sólo en la presentación de la enfermedad, sino también
en su fenomenología, en su desarrollo evolutivo, tratamiento, pronóstico y posibilidades de rehabilitación.
Aun cuando clásicamente se han dividido las enfermedades mentales en Trastornos Orgánicos y Trastornos
Funcionales, haciendo referencia al grado de génesis fisiológica o psíquica que determine al padecimiento, la
evidencia clínica demuestra que ambas esferas no son independientes entre sí y que en la patología, como en
el resto del desempeño psíquico "normal", ambos factores interactúan y se correlacionan para generar el
amplio espectro del comportamiento humano tal como lo conocemos.
Casi todas las personas se controlan y funcionan durante el desastre y en la etapa posterior, pero de
manera menos eficaz.
Las reacciones de estrés y duelo a un desastre son respuestas normales a una situación anormal.
Muchas reacciones emocionales provienen de problemas del vivir que produjo el desastre.
Los procedimientos de socorro han sido denominados el “segundo desastre”. Si la ayuda es manejada
incorrectamente, se crearán nuevos conflictos o se perpetuarán los existentes.
Casi nadie considera que necesita servicios de salud mental ni los solicita. Esto es un grave error pues las
secuelas psíquicas tardan más en sanar que las físicas.
La asistencia de la salud mental debe ser de carácter más práctico que psicológico.
En la literatura, las posibles reacciones psicológicas ante los desastres oscilan en alrededor de 140
manifestaciones o quejas las cuales se agrupan en desorganización psíquica, duelo y colapso narcicístico. Las
más frecuentes en el momento de los hechos son el miedo y la tristeza por efectos de las pérdidas y la
El hecho de considerar que cada persona vivencia el estrés de una manera distinta ha motivado un interés
cada vez mayor en la comprensión del papel de los recursos personales y otros recursos individuales, como
mediatizadores en la expresión y formas de manifestación del estrés. Dentro de estos, se pueden considerar
las características de personalidad, los procesos de afrontamiento, la prevalencia de determinadas
respuestas afectivas (afectividad positiva vs. negativa), las actitudes ante la vida (optimismo vs. pesimismo),
la fortaleza psicológica, resiliencia y un concepto relativamente reciente como es el sentido de coherencia. En
resumen, la respuesta inicial a los factores de estrés activa “los sistemas de conservación” y de lucha o huida
y estos a su vez la conducta individual que depende de las siguientes características: Personalidad.
• Resiliencia.
• Afrontamiento.
• Experiencias anteriores.
CONTROL: Corresponde a la sensación del individuo de influir en el entorno social, en los acontecimientos y
en sus conductas durante la situación de crisis y también a la posibilidad de elegir, aunque sea limitadamente,
entre distintas opciones (como el afrontar o el evadir). Aquellos individuos que han desarrollado una sensación
de control sobre lo que ocurre o se auto perciben como poseedores de recursos adaptativos se confrontarán
Distintos tipos de control pueden ser desarrollados a través de diferentes técnicas cognitivas:
- Control decisional o la capacidad de decidir autónomamente entre distintos cursos de acción para afrontar el
estrés.
- Control cognitivo o la habilidad de interpretar, evaluar e incorporar distintos tipos de eventos estresantes en
un plan, y de esa manera, desactivar sus efectos negativos.
• FLEXIBILIDAD: Para todo lo anteriormente expuesto, se requiere de una actitud abierta y flexibilidad para una
experimentación renovadora.
Estas características de personalidad son educables, entrenables y pueden ser obtenidas por medio de
intervenciones psicoeducativas o terapéuticas en las etapas de pre-advertencia y pos-impacto,
respectivamente. La sensación de control puede ser desarrollada por medio de programas psicoeducativos
cuyo foco principal puede ser de autocontrol cognitivo, emocional y comportamental. Pero también, mediante
proyectos dinámicos, donde el afectado es protagonista activo a través de manifestaciones y expresiones de
solidaridad comunitaria. El componente del desafío es evidente; se trata de afrontar la realidad, continuar a
pesar de lo ocurrido, modificar lo modificable, mantener la educación comunitaria y fortalecer la tolerancia.
Se considera además como la habilidad para resurgir de la adversidad, recuperarse y acceder a una vida
significativa y productiva; como el enfrentamiento efectivo de circunstancias y eventos de la vida severamente
estresantes y acumulativos. Significa una combinación de factores que permiten a un ser humano, afrontar y
superar problemas de la vida y construir sobre ellos. La resiliencia es un llamado a centrarse en cada individuo
como alguien único, es enfatizar las potencialidades y los recursos personales que permiten enfrentar
situaciones adversas y salir fortalecido a pesar de estar expuesto a factores de riesgo.
Individuos resilientes: Son aquellos que, al estar insertos en una situación de adversidad, es decir,
expuestos a un conglomerado de factores de riesgo, tienen la capacidad de Utilizar aquellos factores
protectores para sobreponerse, crecer y desarrollarse adecuadamente, llegando a madurar como seres
competentes pese a los pronósticos desfavorables.
• Factor de riesgo: Es cualquier característica o cualidad de una persona o comunidad que se sabe unida a una
elevada probabilidad de dañar la salud.
• Factores protectores: Son las condiciones o los entornos capaces de favorecer el desarrollo de individuos
o grupos y en muchos casos, de reducir los efectos de circunstancias desfavorables.
• Externos: Familia extensa, apoyo de otras personas con lazos afectivos, integración social y laboral, etc.
Afrontamiento: Este concepto se refiere a la acción de afrontar, de hacer frente a una amenaza, un peligro,
un enemigo, una responsabilidad, etc. Es un conjunto de respuestas (cognitivas o
Conductuales) que ejecuta un individuo para manejar una situación estresante y reducir de algún modo sus
cualidades aversivas.
• CONFRONTACIÓN: Conjunto de acciones que emprende la persona para solucionar un problema de forma
directa, y en cierto modo agresiva.
• DISTANCIAMIENTO: Esfuerzos mentales que se realizan para separarse u olvidarse de un conflicto y evitar
el sufrimiento.
• AUTOCONTROL: Estrategias que pretenden controlar tanto las constantes fisiológicas como la conducta y
el pensamiento.
• BÚSQUEDA DE APOYO SOCIAL: Acciones que implican acercarse a alguien para sobrellevar o solucionar
un problema; pedir ayuda, información, un consejo.
• ACEPTACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD: Esfuerzo mental para asumir los propios deberes y obligaciones
en determinada situación.
• HUÍDA-EVITACIÓN: Conductas dirigidas a eludir enfrentarse con el problema. Es decir, que implica el
empleo de un pensamiento irreal improductivo (“ojalá hubiese desaparecido esta situación”) o de estrategias
como comer, beber, usar drogas o tomar medicamentos.
• PLANIFICACIÓN: Estrategias que intentan resolver un problema mediante el análisis lógico de la situación;
establecer un plan de acción.
Las estrategias en sí no son ni malas ni buenas o unas mejores que otras. Su valor dependerá de las
circunstancias y del modo en que sean adaptativas. Por lo tanto, se infiere que no hay tácticas universalmente
buenas o malas para enfrentar una determinada situación crítica.
- Descansar lo suficiente.
- Promover ayuda y solidaridad, así como fortalecer vínculos entre familiares y amigos.
- No decirles que tienen “suerte de que no les fue peor”. Las personas traumatizadas no encuentran consuelo
en esas frases. En cambio, se puede expresar que lamenta lo sucedido y que lo entiende.
• Establecer equipos de intervención interdisciplinarios y formados con elementos autóctonos, bien entrenados
y obviamente familiarizados con la cultura local.
OBJETIVO GENERAL
Consolidar los esfuerzos que se han llevado a cabo en materia de salud mental en México, a través de un
enfoque integral que, reconociendo la multicausalidad de los componentes que determinan los problemas
mentales, busca desarrollar los mecanismos para lograr la implantación en el país de un modelo de atención
a la salud mental equitativo, de calidad homogénea y accesible que garantice a la población mejor calidad de
vida y bienestar a través de la prevención, detección temprana de padecimientos, diagnóstico y tratamiento
adecuados, rehabilitación y reinserción en la sociedad.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
EQUIDAD
■ Desarrollar acciones en materia de prevención, atención, rehabilitación y reinserción, en los tres niveles
de atención, adecuándolas a las características, necesidades y recursos específicos de la población y de las
instituciones involucradas en el proceso.
■ Fortalecer y ampliar la infraestructura existente para la atención de los problemas de salud mental.
• Desarrollar mecanismos para la detección temprana y atención oportuna de los padecimientos de salud
mental y según el caso, la canalización a los diversos niveles de atención, a través de un sistema de referencia
y contra referencia.
Construir un modelo general de atención a la salud mental aplicable en todo el país, a partir del
conocimiento y análisis de modelos y programas de tratamiento y rehabilitación, a fin de garantizar un
tratamiento homogéneo eficiente a la población.
Proponer la elaboración de Normas Oficiales Mexicanas y las adecuaciones de algunas leyes, en los casos
que se considere necesario.
Establecer vínculos con las instituciones de educación superior relacionada con la salud mental, a fin de
actualizar los programas de estudio.
Capacitar al personal médico y paramédico en los tres niveles de atención sobre el manejo adecuado e
integral de los trastornos mentales.
Informar a la población en general sobre los problemas de salud mental, a fin de que se logren identificar
estos padecimientos oportunamente y sea canalizado el paciente a las instancias adecuadas, y educando
también a las familias sobre el manejo del enfermo mental.
Llevar a cabo un cambio de actitud en todo el personal que labora en las unidades de atención para
enfermos mentales a través de cursos de sensibilización y de relaciones interpersonales.
Educar a la población en general sobre los problemas de salud mental a fin de eliminar la discriminación
de pacientes con enfermedades mentales.
Protección financiera
• Difundir en la población información sobre los problemas de salud mental y sus alternativas de atención.
• Garantizar el abasto de medicamentos a través de una acción concertada con la industria farmacéutica.
• Promover la creación de un fideicomiso con aportaciones de los sectores social y privado, para llevar a
cabo acciones en materia de prevención, capacitación, tratamiento, rehabilitación e investigación.
Debe abandonarse la visión de los desastres o accidentes como hechos aislados y comprenderlos como parte
de nuestra realidad cotidiana. Los medios de comunicación pueden jugar un papel importante en desarrollar
una cultura de gestión de riesgo y cambiar la improvisación por el esfuerzo colectivo, coherente y productivo.
• Vertical y directiva: Elaborado desde la perspectiva de un grupo de expertos y validado por ellos. Esta
modalidad es rápida y permite disponer de un banco de mensajes que pueden ser utilizados con relativa
rapidez.
¿Qué ocurre?
¿Qué se hace?
Se podría definir la vulnerabilidad como el límite de una persona confrontada por una situación difícil para
sumergirse o no en la desesperanza. La vulnerabilidad personal, permite evaluar la influencia de un suceso
sobre un individuo en función de su sensibilidad. Las intervenciones incoherentes o mal enfocadas podrían
aumentar la vulnerabilidad; sería un error admitir desde un inicio que las víctimas o espectadores de los
sucesos adversos desarrollarán invariablemente síntomas postraumáticos en su guion de vida.
En una intervención, es importante sostener y alentar a todos para el uso de las fuerzas personales positivas,
este es el mejor medio para disminuir la vulnerabilidad y para favorecer el proceso de integración, pero tiene
que tomar en consideración los siguientes aspectos:
Manifestaciones clínicas.
• Angustia.
• Inseguridad.
• Vigilancia obsesiva.
Una crisis es un estado temporal de trastorno y desorganización psíquica, caracterizado principalmente, por la
incapacidad del individuo para abordar situaciones particulares utilizando métodos acostumbrados para la
solución de problemas y por el potencial para obtener un resultado radicalmente positivo o negativo. Crisis
significa al mismo tiempo peligro y oportunidad.
• Tiene un potencial de resolución hacia niveles de funcionamiento más altos o más bajos (o sea, para mejor
o para peor).
• Su resolución depende entre otras cosas, de la gravedad del suceso precipitante y de los recursos
materiales, personales y sociales del individuo.
¿Qué ocurre?
• Necesidad de supervivencia.
• Pérdida de iniciativa.
• Conductas:
- Heroicas o mezquinas.
- Violentas o pasivas.
¿Qué se hace?
Manifestaciones clínicas.
• Crisis.
• Trastornos de conciencia.
Para abordar la crisis, el modelo terapéutico necesita considerar al individuo como un participante activo en
los diferentes sistemas (familiar, laboral, religioso y comunitario) y comprometerlo a la interacción con el
ambiente. Esta ayuda puede ser brindada por las personas que observen primero la necesidad de apoyo
psicológico en el momento y lugar en que se originan. Se puede enseñar al equipo de la Defensa Civil cómo
El enfrentamiento inmediato es el enfoque principal (pasar el día-noche) planear lo mejor para la próxima
etapa.
• Proporcionar apoyo.
• Reducir la mortalidad
Centrarse en el pasado, presente y futuro inmediatos a la crisis. En el pasado ver el suceso precipitante, así
como la fuerza y debilidad en las áreas conductual, afectiva, somática, interpersonal y cognitiva en el pre
crisis. En cuanto al presente, también indagar cómo estaba en el momento de la crisis las cinco áreas, los
recursos personales (internos) y sociales (externos) y la mortalidad. En el futuro inmediato considerar las
decisiones inminentes que se tomarán (¿Qué se hará esta noche, este fin de semana, próximos días o
semanas? etc.).
• EXAMINAR LAS SOLUCIONES POSIBLES: El objetivo aquí es identificar una o más soluciones o
necesidades inmediatas y posteriores. Los medios son preguntar al paciente lo que ha intentado hasta ahora;
• SEGUIMIENTO: El objetivo aquí es registrar la evolución posterior del sobreviviente. Hay que asegurarse
que seguirá con el apoyo recibido, que el riesgo para la vida sea bajo y que haya un enlace con recursos
consumados; o sea, pueden seguirse aplicando las soluciones ensayadas antes. El seguimiento concluye
cuando el profesional puede asegurarse de que el paciente hizo un enlace con sus necesidades posteriores.
En caso necesario, el seguimiento continuaría con una intervención de segundo orden la cual debe ser
ofrecida por el equipo de salud mental que se encuentran en los Centros Comunitarios de Salud Mental (CCSM),
ubicados en cada área de salud. Este proceso de enfrentamiento es un esfuerzo mucho más amplio que la
primera ayuda psicológica, requiere de más tiempo y de un mejor nivel de entrenamiento del terapeuta.
Debemos recordar también que no solo los que sufren una crisis en la vida necesitan terapia para resolverla,
numerosos individuos enfrentan las crisis bajo su responsabilidad, beneficiándose del consejo de amigos,
enseñanzas anteriores o estrategias de enfrentamiento sin la ayuda profesional. Sin embargo, otros no
prosperan tan bien y son quienes necesitan de asesores y terapeutas entrenados en psicología, psiquiatría,
trabajo social, o alguna otra especialidad profesional implicada en terapia a corta plazo para su atención, todo
lo cual se nombra: Intervención de segundo orden.
La terapia en crisis intenta ayudar al paciente a enfrentar el suceso traumático de modo que pueda llegar a
integrarla funcionalmente dentro de su estructura de vida, dejándolo dispuesto para enfrentar el futuro.
Es una ayuda mucho más amplia que la primera ayuda psicológica (primer orden) y es tanto más eficaz si se
aplica cuando coincide con el período de desorganización (seis o más semanas) de la crisis en sí misma. La
intervención de segundo orden busca tomar al paciente desorganizado, para poder ayudarlo a reorganizarse
hacia la salud y el crecimiento, no hacia una reorganización patológica.
Valoración: La valoración implica considerar el perfil de la personalidad del paciente, o sea, los cinco
subsistemas o áreas de la persona: conductual, afectivo, somático, interpersonal y cognoscitivo.
• Aspecto conductual: Patrones de trabajo, juego, pasatiempos, ejercicios, hábitos alimentarios, conducta
sexual, hábitos de sueño, uso de drogas, tendencias suicidas u homicidas, etc.
• Aspecto afectivo: Sentimientos sobre cualquiera de las conductas mencionadas anteriormente como
ansiedad, cólera, alegría, depresión, y ver si los afectos son adecuados a las circunstancias de vida. Averiguar
también si los sentimientos se expresan u ocultan.
• Aspecto somático: Funcionamiento físico general, salud. Tics, dolores de cabeza, malestares estomacales
o de otro tipo, estado de relajamiento o tensión, sensibilidad de la visión, audición, tacto, etc.
• Aspecto interpersonal: Naturaleza de las relaciones con la familia, amigos, vecinos, compañeros de
trabajo, dificultades y fortalezas en los vínculos. Cantidad y frecuencia del contacto con amigos y conocidos.
Papel asumido con íntimos (dependiente o no, pasivo, líder, etc.), estilo en la resolución de conflictos con los
• Aspecto cognoscitivo: Sueños actuales diurnos o nocturnos, imágenes mentales del pasado o el futuro,
propósitos en la vida y razones de su validez; creencias religiosas, filosofía de vida; delirios, alucinaciones,
diálogo interno irracional, racionalizaciones, ideación paranoide y actitud general hacia la vida (positiva o
negativa).
Estos cinco elementos están interrelacionados y los cambios en uno de ellos pueden producir modificaciones
en los otros. Deberá obtenerse información en cinco puntos importantes: Acerca del suceso precipitante,
sobre el problema presente, sobre el contexto en que ocurre la crisis, sobre el funcionamiento de la
personalidad considerando las cinco áreas en el pre crisis (antes de la crisis) y el mismo funcionamiento, pero
durante la crisis.
Las personas expuestas a situaciones tales como daño físico, haber quedado atrapado, haber observado la
destrucción en la comunidad, ser arrastrado por corrientes de agua, ser testigo de muertes, sufrir grandes
pérdidas, etc., pueden experimentar sentimientos, ideas y sensaciones corporales como miedo, angustia, pena,
aflicción, tristeza, desesperanza, etc.
En el caso de desastres, el miedo no es tanto un clima emocional, como una reacción colectiva episódica, pero
las personas tienen que aprender a manejarla. Además, la probabilidad de que el hecho se repita,
generalmente, produce más temor en los sobrevivientes. Todas estas consideraciones hacen más complejas
y difíciles las manifestaciones psicosociales que se presentan como consecuencia de un desastre y numerosos
factores deben ser tomados en cuenta en el abordaje de la población.
Es necesario que las experiencias traumáticas, así como las pérdidas y el duelo adquieran diferentes formas
de expresión, según la cultura. Los conceptos predominantes sobre la vida y la muerte y la ejecución de los
Las manifestaciones que describimos pueden ser solo la expresión de una respuesta comprensible ante las
experiencias traumáticas vividas, pero también pueden ser indicadores de que se está pasando hacia una
condición patológica. La valoración debe hacerse en el contexto de los hechos y las vivencias, determinando
si se pueden interpretar como respuestas “normales o esperadas” o, por el contrario, pueden identificarse
como manifestaciones psicopatológicas que requieren un abordaje profesional.
Algunos criterios para determinar que una expresión emocional se está convirtiendo en sintomática
es:
• Prolongación en el tiempo.
• Sufrimiento intenso.
¿Qué ocurre?
• Miedo a la recidiva.
• Coordinación interinstitucional.
• Intervención en crisis.
Manifestaciones clínicas.
• Violencia.
La fase de recuperación se inicia, aproximadamente, 30 días después de un desastre natural. Es decir, una
vez concluido el período proscritico en donde se desarrollaron las labores de rescate y salvamento y en la
cual todavía predomina el impacto y el aturdimiento propios de la catástrofe.
En la práctica, la recuperación se desarrolla en paralelo con las acciones de salud mental que se despliegan
desde el primer momento, las cuales deben tener un sentido integral que abarque la atención, pero
simultáneamente la promoción de salud y la rehabilitación. Si bien en la etapa inmediata
Al desastre o evento traumático existe, por lo general, mucho de confusión y desorganización, posteriormente
puede haber un mayor nivel de planificación y un accionar más organizado.
En los desastres naturales se debe realizar una reevaluación de la situación existente 30 días después del
mismo, para determinar las acciones y prioridades en el Período de recuperación. Se deben precisar
especialmente, los albergues que permanecen, las comunidades de reasentados y los territorios con más
afectaciones.
Por lo general, en la etapa de recuperación, aparecen nuevos factores de riesgo. A los que se añaden las
debilidades institucionales y sociales existentes, pueden citarse:
• En función de la estructura social, los individuos y el grado de pérdidas se planifican y ejecutan tareas para
la recuperación definitiva.
¿Qué se hace?
• Atender los casos con trastornos psíquicos en los Centros Comunitarios de Salud Mental.
• Violencia.
• Los niños necesitan apoyo y consuelo después de un desastre; necesitan saber cómo pueden contribuir
al esfuerzo de limpieza. Decida qué actividades de limpieza no son peligrosas para que los niños puedan ayudar.
• Los niños más pequeños pueden pintar o hacer dibujos, hacer un libro con desechos o contar historias
sobre el desastre.
• Los niños mayores pueden escribir una canción o historia, basada en sus experiencias o la de familiares
y amigos.
• Ayude a sus niños a que se concentren en el futuro y que se imaginen cómo se verá su hogar o vecindario
una vez que se termine de limpiar.
• Esté atento a síntomas que demuestran que su niño está todavía perturbado, tales como enuresis
nocturna, pesadillas, actúan como si fueran más jóvenes o pelean con amigos. Si esos comportamientos
continúan, busque ayuda de un trabajador de salud.
• Asegúreles a los niños que están fuera de peligro; hable con ellos sobre lo que podrían hacer la próxima
vez. Niños instruidos y seguros de sí mismos harán frente a la situación mucho mejor.
Como conclusión podemos resumir que las situaciones de desastres, extremas por naturaleza, nos afectan a
todos (víctimas directas, familiares, personal de rescate, la comunidad) produciendo una serie de pérdidas
considerables y un gran impacto a todos los niveles: Biológico, psicológico, espiritual, social y cultural. Los
objetivos de la intervención en la salud mental en el contexto de los desastres se basan en:
• Preservar la vida.
Desde el primer momento la integralidad de las acciones de socorro debe contemplar los factores psíquicos,
que en las etapas posteriores al impacto ganan en orden de prioridad y condicionan en alto grado, al resto de
las intervenciones, facilitándolas o entorpeciéndolas. Ante un desastre la intervención oportuna sobre los
factores estresantes, tanto primaria como secundaria, reduce la aparición de síntomas graves y/o tardíos en
la esfera psíquica. La diversidad de necesidades que surgen plantea una actuación multidisciplinaria temprana
y con base comunitaria.
Además, el suicidio en los jóvenes es un problema de salud mental generalizado y es la tercera causa de
muerte entre los adolescentes en todo el mundo, según esta investigación. El abuso de sustancias en
adolescentes también es un problema mundial. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) está
trabajando con los países para elaborar programas especiales para niños y adolescentes. La elaboración de
estrategias apropiadas que enfoquen a la salud mental de los niños, además del mejoramiento de los servicios
especializados puede tener un impacto positivo muy fuerte. La OPS fue establecida en 1902 y es la organización
de salud pública más antigua del mundo. Es la Oficina Regional para las Américas de la Organización Mundial
de la Salud (OMS) y trabaja con los países para mejorar la salud y elevar la calidad de vida de sus habitantes.
ENFERMEDADES MENTALES
Conocemos una amplia variedad de enfermedades mentales de muy diversos tipos. Si bien cada trastorno
tiene características propias que los distinguen entre ellos en muchos de los casos tienen puntos en común,
tales como la etiología o los síntomas, que hacen que puedan ser agrupados en categorías concretas, pudiendo
realizarse una clasificación en diferentes tipos.
Este tipo de clasificaciones nosológicas es empleado por los diversos profesionales del ámbito de la salud con
el fin de conocer y trabajar los diferentes tipos de trastornos. Por ello, en este artículo vamos a hablar de
los principales tipos de enfermedades mentales.
A continuación, se ofrece una breve descripción de la mayor parte de las tipologías básicas de
enfermedad mental que la última versión del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos mentales o
DSM-V ofrece. Si bien no se trata de la única clasificación existente, dado que organismos como la OMS tienen
su propio sistema al respecto en la CIE-10, el sistema clasificatorio y los criterios diagnósticos tienden a ser
muy semejantes.
El listado aquí presente es únicamente una de las posibles clasificaciones de los tipos de enfermedades
mentales que se han realizado, pudiendo variar mucho las principales agrupaciones según quien las realice y
produciéndose modificaciones en ocasiones controvertidas con respecto a versiones anteriores.
Dichas dificultades suponen un percance debido tanto a la propia dificultad como al posible enlentecimiento
de la maduración y los efectos que tanto a corto como a largo plazo puede provocar en aspectos vitales de la
persona. Dentro de esta categoría podemos encontrar dificultades tales como la discapacidad intelectual,
el trastorno del espectro autista, el TDAH o los trastornos del aprendizaje, comunicación o motores.
Los trastornos del neurodesarrollo afectan entre el 5% y el 10% de la población, con un comienzo típico en la
infancia y antes de la pubertad, periodo en cual el cerebro está en pleno desarrollo.
Cualquier factor que altere el complejo proceso de desarrollo encefálico, puede ocasionar que el individuo no
manifieste un desarrollo neurológico típico.
En un importante porcentaje de los casos, las manifestaciones del trastorno se mantienen a lo largo de la vida
del sujeto, aunque las investigaciones más recientes apuntan a que hay razones para el optimismo con relación
al tratamiento de algunos trastornos del neurodesarrollo en la edad adulta.
Diversos factores pueden afectar el normal desarrollo del cerebro, aunque en muchos casos la etiología es
desconocida. Las causas pueden clasificase en:
Postnatales, que hacen referencia a factores como traumatismos craneoencefálicos, infecciones como la
meningitis o la exposición a tóxicos ambientales después del parto.
Discapacidad intelectual
La discapacidad intelectual se caracteriza por la afectación general de los procesos cognitivos a grado tal,
que impide al individuo alcanzar las habilidades necesarias para realizar las tareas que se esperan para su
edad, por ejemplo, un adecuado dominio del lenguaje o de las funciones ejecutivas.
Trastorno de la comunicación
Es importante tener en cuenta que en una misma persona puede manifestarse más de un trastorno del
neurodesarrollo.
El tratamiento de los trastornos del neurodesarrollo dependerá en buena medida del tipo de trastorno y
los síntomas predominantes en cada caso.
Este tipo de enfermedad presenta una sintomatología común, y es la presencia de síntomas tanto positivos,
es decir que agregan o exageran algún aspecto a la conducta normativa, como negativos, en que se disminuye
y empobrece la capacidad del sujeto.
Aunque su causa específica es desconocida, la esquizofrenia tiene una base biológica, que se evidencia por
Alteraciones de la estructura encefálica (p. ej., aumento de tamaño de los ventrículos cerebrales,
adelgazamiento de la corteza, reducción del tamaño del hipocampo anterior y otras regiones del encéfalo)
Cambios en los neurotransmisores, especialmente actividad alterada de la dopamina y el glutamato
Según algunos expertos, la esquizofrenia aparece en personas vulnerables durante el desarrollo nervioso,
y el inicio, la remisión y la recidiva de los síntomas son el resultado de las interacciones producidas entre
estas vulnerabilidades duraderas y los factores estresantes medioambientales.
Predisposición genética
Aunque la mayoría de las personas con esquizofrenia no tienen antecedentes familiares, se han implicado
factores genéticos. Las personas con un familiar de primer grado con esquizofrenia tienen un riesgo del 10%
de desarrollar el trastorno frente a un riesgo del 1% en la población general. La concordancia entre los
gemelos monocigotos es de alrededor del 50%.
Los factores protectores que mitigan el efecto del estrés sobre la formación o la exacerbación de los síntomas
incluyen un buen apoyo social, buenas habilidades de adaptación y el tratamiento con antipsicóticos.
Los síntomas de esquizofrenia deterioran típicamente la capacidad de funcionamiento y, a menudo, crean una
clara interferencia con el desempeño laboral, las relaciones sociales y el cuidado de sí mismo. El desempleo,
el aislamiento y el deterioro de las relaciones y de la calidad de vida son resultados frecuentes.
Fases de la esquizofrenia
En la fase pre mórbida, los pacientes pueden no mostrar síntomas o sufrir un descenso de la competencia
social, una desorganización cognitiva leve o una distorsión de la percepción, una disminución de la capacidad
de experimentar placer y otros defectos de adaptación. Estos rasgos pueden ser leves y se reconocen sólo de
manera retrospectiva, o pueden ser más apreciables con un deterioro de la funcionalidad social, académica y
vocacional.
En la fase intermedia, los períodos sintomáticos pueden ser episódicos (con exacerbaciones y remisiones
identificables) o continuos; los defectos funcionales tienden a empeorar.
En la fase tardía de la enfermedad, el patrón puede quedar establecido y la incapacidad puede mantenerse o
incluso mejorar.
Ideas delirantes
Alucinaciones
Las ideas delirantes son creencias erróneas que se mantienen a pesar de la evidencia contradictoria clara.
Hay varios tipos de ideas delirantes:
Ideas delirantes persecutorias: el paciente cree que están atormentándolo, lo siguen, lo engañan o lo
espían.
Ideas delirantes de referencia: los pacientes creen que algunos pasajes de libros, periódicos, canciones u
otras señales del entorno están dirigidos contra ellos.
Ideas delirantes de robo o de inserción de pensamientos: los pacientes creen que los demás pueden leer
su mente, que sus pensamientos son transmitidos a otros y que los pensamientos e impulsos le son impuestos
por fuerzas extrañas
Las ideas delirantes en la esquizofrenia tienden a ser extrañas, es decir, claramente inverosímiles y no derivan
de las experiencias de la vida cotidiana (p. ej., la creencia de que alguien extirpó sus órganos internos sin dejar
cicatriz).
Afecto aplanado: la cara del paciente es inexpresiva, ausencia de contacto ocular y falta de expresividad.
Pobreza del habla: el paciente habla poco y ofrece respuestas secas o lacónicas a las preguntas, con lo
que da la impresión de un vacío interior
Anhedonia: falta de interés en las actividades y un aumento de otras actividades sin un fin concreto.
Falta de sociabilidad: falta de interés por mantener relaciones con los demás.
Los síntomas negativos a menudo conducen a una escasa motivación y una disminución del sentido de
propósito y de los objetivos.
Los síntomas desorganizados, que pueden ser considerados un tipo de síntoma positivo, consisten en
El pensamiento está desorganizado, con un discurso que se va por las ramas y no se dirige a ningún objeto en
concreto, que va cambiando de un tema a otro. El habla puede variar desde levemente desorganizada a
incoherente e incomprensible. La conducta extravagante puede consistir en tonterías infantiles, agitación y un
aspecto, higiene o conducta inapropiados. La catatonía es un ejemplo extremo de comportamiento bizarro que
puede incluir mantener una postura rígida y resistirse a ser movido, o presentar una actividad motora que no
tiene ningún objetivo y no es estimulada.
El pensamiento del paciente puede ser inflexible y disminuyen la capacidad de solucionar problemas, entender
los puntos de vista de otras personas y aprender de la experiencia. Un deterioro cognitivo grave es el principal
determinante de la discapacidad global.
Subtipos de esquizofrenia
Algunos expertos clasifican la esquizofrenia en los subtipos con y sin déficit basado en la presencia y la
intensidad de los síntomas negativos, como el afecto aplanado, la falta de motivación y una disminución del
sentido de propósito.
Los pacientes con el subtipo deficitario tienen síntomas negativos prominentes que no se explican por los
demás factores (p. ej., depresión, ansiedad, entorno poco estimulante o reacciones adversas a fármacos).
Las personas con un subtipo sin déficit pueden tener ideas delirantes, alucinaciones y trastornos del
pensamiento, pero están relativamente libres de síntomas negativos.
Suicidio
Alrededor del 5 al 6% de los pacientes con esquizofrenia se suicidan, y alrededor del 20% lo intentan; muchos
más tienen ideación suicida significativa. El suicidio es la principal causa de muerte prematura entre las
El riesgo puede ser especialmente alto para varones jóvenes con esquizofrenia y trastorno por uso de
sustancias. El riesgo también es mayor en los pacientes que tienen síntomas depresivos o sentimientos de
desesperanza, que no tienen empleo, o que recientemente han tenido un episodio psicótico o fueron dados de
alta del hospital.
Los pacientes que tienen un inicio tardío de la enfermedad y una buena funcionalidad antes de la ella, es decir,
aquellos con el mejor pronóstico de recuperación, también tienen un riesgo mayor de suicidio. Como estos
pacientes conservan la capacidad de sufrir un dolor y una angustia profundos, pueden ser más propensos a
actuar con desesperación a partir del reconocimiento realista del efecto que tiene su trastorno.
Violencia
La esquizofrenia es un factor de riesgo relativamente menor de comportamiento violento. Las amenazas de
violencia y los brotes leves de agresividad son mucho más frecuentes que los comportamientos muy
peligrosos.
Los pacientes que tienen más probabilidades de participar en acciones violentas son aquellos que consumen
drogas, sufren ideas delirantes de persecución o alucinaciones en las que les dan órdenes, y también aquellos
que no toman los fármacos prescritos. Muy rara vez, una persona paranoide aislada y con depresión
importante ataca o mata a alguien a quien percibe como la única fuente de sus dificultades (p. ej., una
autoridad, una celebridad o su cónyuge).
Diagnóstico
Criterios clínicos
Combinación de antecedentes, signos y síntomas
No existe una prueba para el diagnóstico definitivo de esquizofrenia. Éste se basa en la evaluación exhaustiva
de los antecedentes, los signos y los síntomas. La información obtenida de fuentes colaterales, como la familia,
los amigos, los profesores y los compañeros de trabajo, es importante.
De acuerdo con el DSM-5, el diagnóstico requiere la presencia de los dos elementos siguientes:
Diagnósticos diferenciales
La psicosis debida a otros trastornos médicos o abuso de sustancias debe descartarse mediante la anamnesis
y el examen físico con pruebas de laboratorio y estudios de neuroimagen (ver Evaluación médica del paciente
con síntomas mentales). Aunque algunos pacientes con esquizofrenia tienen anomalías estructurales
cerebrales en los estudios por la imagen, no son suficientemente específicos como para tener valor
diagnóstico.
Otros trastornos mentales con síntomas similares incluyen varios que están relacionados con la esquizofrenia:
Algunos trastornos de la personalidad (en especial el esquizotípico) presentan síntomas similares a los de la
esquizofrenia, aunque son habitualmente más leves y no implican psicosis.
Pronóstico
Cuanto antes se inicie el tratamiento, mejor será el resultado.
Durante los 5 primeros años tras el inicio de los síntomas puede sufrirse un deterioro de la funcionalidad y
disminuyen las habilidades sociales y laborales, con un descuido progresivo de los cuidados personales. Los
síntomas negativos pueden aumentar de intensidad y el funcionamiento cognitivo puede declinar. Después, el
nivel de discapacidad tiende a alcanzar una meseta. Cierta evidencia sugiere que la intensidad de la
enfermedad puede disminuir en edades más avanzadas, sobre todo entre las mujeres. Los trastornos
espontáneos del movimiento pueden aparecer en pacientes que tienen síntomas negativos y disfunción
cognitiva aunque no se utilicen fármacos antipsicóticos.
La esquizofrenia puede aparecer en otros trastornos mentales. Cuando se asocia con síntomas obsesivo-
compulsivos graves, tiene un pronóstico particularmente malo; cuando aparecen síntomas de un trastorno
limítrofe de la personalidad, el pronóstico es mejor. Aproximadamente el 80% de las personas con
esquizofrenia tendrá 1 o más episodios de depresión mayor en algún momento de su vida.
En el primer año después del diagnóstico, el pronóstico está estrechamente relacionado con el cumplimiento
del tratamiento con los fármacos psicoactivos que se prescriban.
En conjunto, un tercio de los pacientes logra una mejoría significativa y duradera, otro tercio mejora un poco
pero tiene recidivas intermitentes y discapacidad residual, y otro tercio sufre una discapacidad grave y
permanente. Sólo el 15% de todos los pacientes volverá totalmente a su nivel de funcionalidad previo a la
enfermedad.
Una buena funcionalidad pre mórbida (p. ej., ser un buen estudiante o tener un currículum de trabajo
importante)
Una enfermedad de inicio tardío o brusco
Antecedentes familiares de trastornos del estado de ánimo distintos de la esquizofrenia
Deterioro cognitivo mínimo
Pocos síntomas negativos
Menor duración de la psicosis no tratada
Los hombres tienen una evolución peor que las mujeres, y éstas responden mejor al tratamiento con fármacos
antipsicóticos.
El abuso de sustancias es un problema significativo hasta en el 50% de los pacientes con esquizofrenia. Según
algunos datos aislados, el consumo de marihuana y otros alucinógenos es muy perjudicial para los pacientes
que tienen esquizofrenia y debe desaconsejarse enérgicamente. El abuso asociado de sustancias es un factor
predictivo significativo de mala evolución y puede provocar el incumplimiento del tratamiento farmacológico,
recidivas repetidas, re internación frecuente, disminución de la funcionalidad y pérdida del apoyo social,
incluida pérdida del hogar.
El tiempo entre el inicio de los síntomas psicóticos y el primer tratamiento se correlaciona con la rapidez de
la respuesta al tratamiento inicial y la calidad de la respuesta al tratamiento. Cuando se trata de manera
precoz, los pacientes tienden a responder con mayor rapidez y más completamente. Sin el uso continuado de
antipsicóticos después de un episodio inicial, el 70-80% de los pacientes tendrá un episodio posterior antes
de los 12 meses. El uso continuado de los antipsicóticos reduce la tasa de recidivas al año aproximadamente
al 30%. El tratamiento con la droga continúa por 1 a 2 años después de un primer episodio. Si los pacientes
han estado enfermos por mucho tiempo, el tratamiento se prolonga varios años.
Los antipsicóticos, la rehabilitación en servicios de apoyo comunitario y la psicoterapia son los principales
componentes del tratamiento. Como la esquizofrenia es una enfermedad recurrente a largo plazo, uno de los
objetivos más importantes es enseñar a las pacientes habilidades para el autocontrol de la enfermedad.
Proporcionar información sobre el trastorno a los padres puede reducir la tasa de recaídas. Los fármacos se
dividen en antipsicóticos convencionales y antipsicóticos de segunda generación según su afinidad y actividad
específicas sobre los receptores de los neurotransmisores. Los antipsicóticos de segunda generación tienen
algunas ventajas, tanto por su eficacia un poco mayor (aunque algunas pruebas recientes plantean dudas
sobre la ventaja de los antipsicóticos de segunda generación como clase) y porque se disminuye la
probabilidad de un trastorno involuntario del movimiento y otras reacciones adversas relacionadas. Sin
Antipsicóticos convencionales
Los antipsicóticos convencionales actúan primariamente bloqueando el receptor 2 de dopamina.
Los antipsicóticos convencionales pueden clasificarse según su potencia alta, intermedia o baja. Los
antipsicóticos de alta potencia tienen una afinidad mayor por los receptores de dopamina y menor por los
receptores alfa-adrenérgicos, muscarínicos e histamínicos. Los antipsicóticos de baja potencia, que se utilizan
en pocas ocasiones, tienen menor afinidad por los receptores alfa-adrenérgicos, muscarínicos e histamínicos.
El trastorno bipolar es un tipo de enfermedad mental caracterizado por la alternancia entre dos polos
emocionales opuestos, manía (o hipomanía si los síntomas son menores) y depresión.
Esta alternancia produce un severo desgaste emocional en el paciente, que pasa de estar completamente
eufórico y con un muy elevado nivel de energía a una situación de tristeza, desmotivación y
desesperanza. Además del trastorno bipolar y sus diferentes subtipos podemos encontrar otros
trastornos dentro de esta categoría, como el trastorno ciclotímico.
¿Algunos días se siente muy feliz y con mucha energía y otros muy triste y deprimido? Estos estados de ánimo,
¿le duran una semana o más? ¿Le es difícil dormir, concentrarse o ir a trabajar debido a estos cambios en el
estado de ánimo?
Algunas personas con estos síntomas tienen el trastorno bipolar, una enfermedad mental grave. Este folleto
le dará más información sobre este trastorno.
El trastorno bipolar es una enfermedad grave del cerebro. También se conoce como enfermedad maníaco-
depresiva o depresión maníaca. Las personas con trastorno bipolar tienen cambios inusuales en el estado de
ánimo. A veces se sienten muy felices y “animados” y son mucho más enérgicos y activos de lo habitual. Esto
se llama un episodio maníaco. Otras veces, las personas con trastorno bipolar se sienten muy tristes y
“deprimidos”, tienen poca energía y son mucho menos activos de lo normal. Esto se conoce como depresión o
un episodio depresivo.
Los “altibajos” del trastorno bipolar no son iguales que los altibajos normales que todos tenemos. Los cambios
en el estado de ánimo son más extremos y vienen acompañados de cambios en el sueño, el nivel de energía y
la capacidad de pensar con claridad. Los síntomas bipolares son tan fuertes que pueden perjudicar las
relaciones y dificultar asistir a la escuela o universidad o mantener un trabajo. Esta enfermedad también
puede ser peligrosa. Algunas personas con trastorno bipolar intentan hacerse daño o suicidarse.
El trastorno bipolar se puede presentar en cualquier persona. Con frecuencia, los síntomas comienzan a
presentarse en la adolescencia tardía o la adultez temprana, pero pueden presentarse en los niños y en los
adultos mayores también. Por lo general, la enfermedad dura toda la vida.
Los médicos no saben cuál es la causa del trastorno bipolar, pero hay varias cosas que pueden contribuir a la
enfermedad. Los genes familiares pueden ser un factor, ya que el trastorno bipolar se puede dar en familias.
Sin embargo, es importante saber que sólo porque alguien en su familia tiene el trastorno bipolar, no significa
que otros miembros de la familia también lo tendrán.
Otro factor que puede conducir al trastorno bipolar es la estructura del cerebro o la función cerebral de la
persona con el trastorno. Los científicos están estudiando la enfermedad y así descubriendo más sobre ella.
Esta investigación puede ayudar a los médicos a tratar mejor a los pacientes. Además, puede ayudar a los
médicos a predecir si el trastorno bipolar se puede presentar en una persona. Es posible que algún día los
médicos puedan llegar a prevenir la enfermedad en ciertas personas.
Los “episodios anímicos” del trastorno bipolar incluyen cambios inusuales en el estado de ánimo
conjuntamente con cambios inusuales en los hábitos de dormir, niveles de actividad, pensamientos o
comportamiento. Las personas con trastorno bipolar pueden tener episodios maníacos, episodios depresivos
o episodios "mixtos". Un episodio mixto incluye síntomas maníacos y síntomas depresivos. Los síntomas de un
episodio anímico duran una o dos semanas y, a veces, hasta más. Cuando una persona está pasando por uno
de estos episodios, los síntomas se le presentan
todos los días y dura la mayor parte del día.
¿Puede tener otros problemas una persona que tiene el trastorno bipolar?
Sí. A veces las personas que padecen de episodios anímicos muy intensos pueden tener síntomas psicóticos.
La psicosis afecta los pensamientos y las emociones, así como la capacidad de una persona para distinguir lo
que es real de lo que no lo es. Las personas con manía y síntomas psicóticos pueden creer que son ricos y
famosos o que tienen poderes especiales. Las personas con depresión y síntomas psicóticos pueden creer
que han cometido un crimen, que han perdido todo su dinero o que sus vidas están arruinadas por alguna otra
razón.
A veces los episodios anímicos van acompañados de problemas de comportamiento. La persona puede beber
demasiado o consumir drogas. Algunas personas corren muchos riesgos como, por ejemplo, gastan demasiado
dinero o tienen sexo de manera imprudente. Estos problemas pueden dañar su vida y perjudicar sus relaciones.
Algunas personas que tienen el trastorno bipolar tienen problemas manteniendo su empleo o desempeñándose
bien en sus estudios.
No. Algunas personas tienen el trastorno bipolar durante años antes de que se diagnostique la enfermedad.
Esto ocurre porque los síntomas bipolares pueden parecerse a otros problemas diferentes. Los familiares y
amigos pueden notar los síntomas, pero no darse cuenta que son parte de un problema mayor. El médico puede
creer que la persona tiene una enfermedad distinta como, por ejemplo, esquizofrenia o depresión.
Además, las personas que tienen el trastorno bipolar a menudo también tienen otros problemas de salud. Esto
puede dificultar el diagnóstico de trastorno bipolar. Algunos ejemplos de estos otros problemas incluyen el
abuso de sustancias, los trastornos de ansiedad, la enfermedad de la tiroides, las enfermedades cardíacas y
la obesidad.
Por ahora, no hay cura para el trastorno bipolar, pero el tratamiento puede ayudar a controlar los síntomas.
La mayoría de las personas pueden obtener ayuda para controlar los cambios en el estado de ánimo y los
problemas de comportamiento. El tratamiento funciona mejor cuando es constante y no se lo interrumpe. Las
opciones de tratamiento incluyen:
1. Medicamentos. Hay diversos tipos de medicamentos que pueden dar buenos resultados. Las personas
responden de diferentes maneras a los medicamentos, por lo que el tipo correcto del medicamento depende
de cada persona. A veces es necesario probar más de un tipo de medicamento para ver cuál da el mejor
resultado.
Los medicamentos pueden tener efectos secundarios. Siempre se debe informar al médico sobre
cualquiera de estos problemas. Tampoco se debe dejar de tomar el medicamento sin antes consultar a un
médico. Puede ser peligroso suspender repentinamente un medicamento y los síntomas bipolares pueden
empeorar.
2. Terapia. Hay diferentes tipos de psicoterapia o terapia de "diálogo" que pueden ayudar a las personas con
trastorno bipolar. La terapia puede ayudarles a cambiar su comportamiento y manejar su vida. También puede
ayudar a los pacientes a llevarse mejor con la familia y los amigos. A veces, la terapia incluye a los miembros
de la familia.
3. Otros tratamientos. Algunas personas no mejoran con los medicamentos y la psicoterapia. Estas personas
pueden tratar la terapia electro convulsiva. Esto a veces se conoce como terapia de "choque". La terapia
electro convulsiva proporciona una corriente eléctrica rápida que a veces puede corregir algunos problemas
en el cerebro.
La depresión mayor es uno de los trastornos psicológicos más prevalentes en todo el mundo, siendo el
trastorno más destacado dentro de la categoría de trastornos depresivos.
Las características básicas de este tipo de enfermedades mentales se basan en la presencia de un estado
de tristeza patológica y persistente acompañada de Anhedonia o falta de placer y/o apatía. Es frecuente que
se presente una gran pasividad a nivel vital debido a la falta de motivación y la desesperanza. De hecho, más
que la tristeza lo que caracteriza a los trastornos depresivos es la falta de iniciativa y de interés, algo que
muchas veces se plasma en un síntoma conocido como abulia.
Además del trastorno depresivo mayor se pueden encontrar otro tipo de patologías como la distimia, la
depresión postparto e incluso el síndrome premenstrual.
Más que solo una tristeza pasajera, la depresión no es una debilidad y uno no puede recuperarse de la noche
a la mañana de manera sencilla. La depresión puede requerir tratamiento a largo plazo. Pero no te desanimes.
La mayoría de las personas con depresión se sienten mejor con medicamentos, con psicoterapia o con ambos.
Síntomas
Si bien la depresión puede producirse solamente una vez en la vida; por lo general, las personas tienen varios
episodios de depresión. Durante estos episodios, los síntomas se producen durante gran parte del día, casi
todos los días y pueden consistir en:
Pérdida de interés o placer por la mayoría de las actividades habituales o todas, como las relaciones
sexuales, los pasatiempos o los deportes
Cansancio y falta de energía, por lo que incluso las tareas pequeñas requieren un esfuerzo mayor
Para muchas personas con depresión, los síntomas suelen ser lo suficientemente graves para causar
problemas evidentes en las actividades cotidianas, como el trabajo, la escuela, las actividades sociales o las
relaciones con otras personas. Algunas personas pueden sentirse infelices o tristes en general sin saber
realmente porqué.
Los signos y síntomas frecuentes de depresión en los niños y adolescentes son similares a aquellos en los
adultos, pero puede haber algunas diferencias.
En los niños más pequeños, los síntomas de depresión pueden consistir en tristeza, irritabilidad, apego,
preocupación, dolores, negarse a ir a la escuela o bajo peso.
En los adolescentes, los síntomas pueden comprender tristeza, irritabilidad, sentirse negativo e inútil, ira,
bajo rendimiento o poca asistencia a la escuela, sentirse incomprendido y extremadamente sensible, consumir
La depresión no es una parte normal del envejecimiento, y nunca debe tomarse a la ligera. Lamentablemente,
la depresión a menudo no se diagnostica ni se trata en adultos mayores, quienes pueden sentir reticencia a
buscar ayuda. Los síntomas de la depresión pueden ser diferentes o menos evidentes en los adultos mayores,
entre ellos:
Dolores físicos
Fatiga, pérdida del apetito, problemas del sueño o pérdida del interés en el sexo, que no son resultado de
una enfermedad ni de un medicamento
Querer quedarse en casa con frecuencia, en lugar de salir a socializar o hacer cosas nuevas
Si te sientes deprimido, pide una cita con un médico o un profesional de salud mental tan pronto como sea
posible. Si no quieres buscar tratamiento, habla con un amigo o un ser querido, cualquier proveedor de
atención médica, un líder religioso u otra persona en quien confíes.
Si crees que eres capaz de lastimarte o intentar suicidarte, llama al 911 o al número local de emergencias de
inmediato.
Ponte en contacto con un pastor, un líder espiritual u otra persona de tu comunidad religiosa.
Si tienes un ser querido que está en peligro de suicidarse o ha intentado hacerlo, asegúrate de que alguien se
quede con esa persona. Llama al 911 o al número local de emergencias de inmediato. O bien, si crees que puedes
hacerlo de forma segura, lleva a la persona a la sala de emergencias del hospital más cercano.
Causas
Se desconoce la causa exacta de la depresión. Al igual que sucede con muchos trastornos mentales, puede
comprender diversos factores, como:
Diferencias biológicas. Las personas con depresión tienen cambios físicos en el cerebro. La importancia
de estos cambios aún es incierta, pero con el tiempo pueden ayudar a identificar las causas.
Química del cerebro. Los neurotransmisores son sustancias químicas que se encuentran naturalmente
en el cerebro y que probablemente desempeñan un rol en la depresión. Las investigaciones recientes indican
que los cambios en la función y el efecto de estos neurotransmisores, y cómo interactúan con los
neurocircuitos involucrados en mantener la estabilidad del estado de ánimo pueden tener un rol importante
en la depresión y su tratamiento.
Hormonas. Es posible que los cambios en el equilibrio hormonal del cuerpo tengan un rol al causar o
desencadenar la depresión. Los cambios hormonales pueden presentarse en el embarazo y durante las
semanas o meses después del parto (posparto), y por problemas de tiroides, menopausia u otros trastornos.
Rasgos hereditarios. La depresión es más frecuente en las personas cuyos parientes consanguíneos
también tienen este trastorno. Los investigadores están buscando genes que puedan intervenir en el origen
de la depresión.
Por lo general, la depresión comienza en la adolescencia o entre los veinte o treinta y tantos años, pero puede
aparecer en cualquier momento de la vida. Esta enfermedad se les diagnostica más a las mujeres que a los
hombres, pero puede ser, en parte, porque es más probable que las primeras busquen recibir tratamiento.
Algunos de los factores que parecen aumentar el riesgo de que se manifieste o se desencadene la depresión
son:
Ciertos rasgos de la personalidad, como tener la autoestima baja y ser demasiado dependiente, muy
autocrítico o pesimista
Situaciones traumáticas o estresantes, como maltrato físico o abuso sexual, la muerte o la pérdida de un
ser querido, una relación difícil o problemas económicos
Familiares consanguíneos que tienen antecedentes de depresión, trastorno bipolar, alcoholismo o suicidio
Ser lesbiana, gay, bisexual, transgénero o presentar variaciones en el desarrollo de los órganos genitales
que no son claramente ni masculinos ni femeninos (intersexualidad) en un entorno que no brinda apoyo
Una enfermedad grave o crónica, como cáncer, un accidente cerebrovascular, dolor crónico o una
enfermedad cardíaca
Ciertos medicamentos, como los que se indican para la presión arterial alta o las pastillas para dormir
(habla con el médico antes de suspender la toma de cualquier medicamento)
La depresión es un trastorno grave que puede causar efectos devastadores tanto en ti como en tus familiares.
La depresión suele empeorar si no se trata y puede derivar en problemas emocionales, de conducta y de salud
que pueden afectar todos los aspectos de tu vida.
Aislamiento social
Prevención
No existe una manera segura para evitar la depresión. Sin embargo, las siguientes estrategias pueden ser
útiles.
Acércate a la familia y a los amigos, especialmente en momentos de crisis, para que te ayuden a superar
los malos tiempos.
Considera tener tratamiento de apoyo de larga duración para que te ayude a prevenir la reaparición
de los síntomas.
El tipo de trastorno mental más frecuente tanto en consulta como en la población general, los trastornos de
ansiedad pueden identificarse debido al alto nivel de activación psicofisiológica que provocan junto con la
presencia de un elevado afecto negativo o malestar.
Es frecuente que estas características se acompañen de un fuerte intento de evitar las cosas o situaciones
que provocan la ansiedad, pudiendo ser trastornos muy limitantes en la vida cotidiana. Dentro de esta clase
de desórdenes mentales se incluyen, entre otros, el trastorno de pánico (con o sin agorafobia), el trastorno
de ansiedad generalizada y los diferentes tipos de fobias (social, específicas, etc.).
Por otro lado, hay que tener en cuenta que es posible desarrollar fobias ante prácticamente cualquier
estímulo o idea siempre que se den ciertas condiciones.
Síntomas
Los síntomas del trastorno de ansiedad generalizada pueden variar. Algunos de ellos son los siguientes:
Preocupación o ansiedad persistentes por determinados asuntos que son desproporcionados en relación
con el impacto de los acontecimientos
Pensar demasiado los planes y las soluciones a todos los peores resultados posibles
Fatiga
Temblor, agitación
Sudoración
Irritabilidad
Puede haber momentos en que las preocupaciones no te consumen por completo, pero de todos modos te
sientes ansioso aunque no haya motivos evidentes. Por ejemplo, podrías sentir una gran preocupación sobre
tu seguridad o la seguridad de tus seres queridos, o tal vez sientas que algo malo está por sucederte.
Tu ansiedad, tu preocupación y los síntomas físicos te provocan angustia considerable en situaciones sociales,
laborales y en otros ámbitos de tu vida. Las preocupaciones pueden cambiar de una inquietud a otra, y pueden
variar según el momento y la edad.
Los niños y los adolescentes pueden tener preocupaciones similares a las de los adultos, pero también pueden
preocuparse en exceso por lo siguiente:
Ser un perfeccionista
Carecer de confianza
Un poco de ansiedad es normal, pero consulta con el médico en los siguientes casos:
Te sientes deprimido o irritable, tienes problemas con el alcohol o con las drogas, o tienes otros problemas
de salud mental además de la ansiedad
Es poco probable que tus preocupaciones desaparezcan solas e, incluso, pueden empeorar con el tiempo. Trata
de buscar ayuda de un profesional antes de que la ansiedad se agrave. Puede ser más fácil tratarla al
comienzo.
Causas
Como sucede con muchas enfermedades mentales, la causa del trastorno de ansiedad generalizada
probablemente surge de una interacción compleja de factores biológicos y ambientales, que pueden incluir los
siguientes:
Genética
Desarrollo y personalidad
Factores de riesgo
A las mujeres se les diagnostica trastorno de ansiedad generalizada de manera un poco más frecuente que a
los hombres. Los siguientes factores podrían aumentar el riesgo de padecer un trastorno de ansiedad
generalizada:
Experiencias. Es posible que las personas con trastorno de ansiedad generalizada tengan antecedentes
significativos de cambios de vida, experiencias negativas o traumáticas durante la infancia, o un suceso
negativo o traumático reciente. Las enfermedades crónicas u otros trastornos de salud mental podrían
aumentar el riesgo.
Complicaciones
Tener trastorno de ansiedad generalizada puede ser incapacitante. Este estudio puede:
Afectar tu capacidad de realizar ciertas tareas de manera rápida y eficiente, porque te cuesta concentrarte
Reducir tu energía
El trastorno de ansiedad generalizada también puede provocar o empeorar otras afecciones físicas, tales
como las siguientes:
Fobias
Trastorno de pánico
Depresión
Abuso de sustancias
Prevención
No hay forma de predecir con certeza qué hará que una persona padezca un trastorno de ansiedad
generalizado, pero puedes tomar medidas para disminuir el efecto de los síntomas si tienes ansiedad:
Pide ayuda enseguida. La ansiedad, al igual que muchos otros trastornos mentales, puede ser más difícil
de tratar si no buscas ayuda de inmediato.
Lleva un diario personal. Llevar un registro de tu vida personal puede ayudarlos a ti y a tu proveedor de
atención médica mental a identificar cuál es la causa del estrés y qué parece ayudarte a sentirte mejor.
Establece prioridades en tu vida. Puedes disminuir la ansiedad si administras bien tu tiempo y tu energía.
Este tipo de enfermedad del entorno del TOC se caracteriza por la presencia de un perfil de conducta rígido e
inflexible, la presencia de dudas y un cierto nivel de perfeccionismo. Pero lo más distintivo y característico
de esta categoría es la presencia de obsesiones, ideas intrusivas y repetitivas que son reconocidas como
propias y en general como absurdas por el propio sujeto.
Estas ideas generan una elevada ansiedad, pudiendo o no acompañarse de compulsiones o de acciones
estereotipadas para rebajar dicha ansiedad (si bien no suelen tener una relación lógica con el motivo de esta
o dicha relación es exagerada). Debido a que los síntomas son predominantemente debidos a la ansiedad,
anteriormente estuvieron considerados dentro de los trastornos ansiosos, pero sus características
diferenciales han provocado que sea separado de éstos.
Síntomas
Las obsesiones del TOC son pensamientos, impulsos o imágenes repetidas, persistentes e indeseadas, que son
invasivos y provocan angustia o ansiedad. Podrías intentar ignorarlos o deshacerte de ellos poniendo en
práctica un ritual o comportamiento compulsivo. En general, estas obsesiones te invaden cuando intentas
pensar o hacer otras cosas.
Estrés intenso cuando los objetos no están ordenados u orientados de una determinada manera
Pensamientos sobre gritar obscenidades o actuar de manera inadecuada, los cuales son indeseados y te
incomodan
Las compulsiones del TOC son comportamientos repetitivos que te sientes obligado a cumplir. Estos
comportamientos repetitivos o actos mentales tienen como fin prevenir o reducir la ansiedad relacionada con
tus obsesiones o evitar que suceda algo malo. Sin embargo, involucrarse con las compulsiones no genera
placer y puede aliviar la ansiedad solo temporalmente.
Puedes establecer reglas o rituales que te ayuden a controlar la ansiedad cuando tengas pensamientos
obsesivos. Estas compulsiones son excesivas y, a menudo, no están relacionadas de manera realista con el
problema que intentan solucionar.
Tal como ocurre con las obsesiones, las compulsiones también son sobre temas determinados, por ejemplo:
Lavado y limpieza
Verificación
Recuento
Orden
Exigir garantías
La gravedad varía
En general, el TOC se inicia en la adolescencia o en la juventud. Los síntomas suelen manifestarse de manera
gradual y varían en cuanto a gravedad durante toda la vida. Por lo general, empeoran cuando sientes más
estrés. El TOC, que generalmente se considera un trastorno crónico, puede tener síntomas leves a moderados,
o puede ser tan grave y prolongado que incapacita.
Hay una diferencia entre ser perfeccionista (por ejemplo, alguien que exige resultados o desempeño sin
errores) y tener TOC. Los pensamientos que genera el TOC no son simplemente preocupaciones excesivas
sobre problemas reales de la vida ni preferir tener las cosas limpias u ordenadas de una manera específica.
Si tus obsesiones y compulsiones afectan tu calidad de vida, consulta con el médico o a un profesional en salud
mental.
Causas
No se comprende completamente la causa del trastorno obsesivo compulsivo. Entre las principales teorías, se
encuentran las siguientes:
Biología. El TOC puede ser resultado de cambios en la química natural de tu cuerpo o las funciones
cerebrales.
Entorno. Se sugiere que algunos factores del entorno, tales como infecciones, pueden desencadenar TOC,
pero deben realizarse más investigaciones.
Factores de riesgo
Los factores que aumentan el riesgo de padecer o detonar el trastorno obsesivo compulsivo incluyen los
siguientes:
Antecedentes familiares. Tener padres u otros familiares con el trastorno puede aumentar el riesgo de
desarrollarlo.
Otros trastornos de salud mental. El trastorno obsesivo compulsivo puede estar relacionado con otros
trastornos de salud mental, como el trastorno de ansiedad, la depresión, el abuso de sustancias o los
trastornos de tic.
Complicaciones
Prevención
No existe una manera segura de prevenir el trastorno obsesivo compulsivo. Sin embargo, obtener tratamiento
tan pronto como sea posible puede ayudar a prevenir que este trastorno empeore y altere tus actividades y
tu rutina diaria.
Esta clase de trastorno mental se basa en la vivencia de unas circunstancias vitales determinadas, o por la
presencia o ausencia de un estresor concreto, que siendo vividas de forma extremadamente aversiva por la
persona provocan en el sujeto un patrón de comportamiento diferente al que tendría si no hubiese vivido
dichas situaciones, y que produce mucho malestar en forma de crisis.
El trastorno más característico de este tipo de psicopatología es el trastorno por estrés postraumático,
que es especialmente habitual en personas que han vivido conflictos bélicos.
Algunas circunstancias vitales provocan que la mente reaccione de forma anómala, provocando una
disociación de sus mecanismos y procesos básicos, como la memoria o la identidad. Antiguamente uno de los
dos tipos de enfermedades mentales que se consideraban típicos de la histeria, entre estos trastornos
destacan la amnesia disociativa, la despersonalización o el trastorno de personalidad múltiple.
Descripción general
Los trastornos disociativos son trastornos mentales que suponen una desconexión y falta de continuidad entre
pensamientos, recuerdos, entornos, acciones e identidad. Una persona que sufre trastornos disociativos
escapa de la realidad de formas involuntarias y poco saludables, lo que causa problemas con el funcionamiento
diario.
Por lo general, los trastornos disociativos aparecen en reacción a un trauma y ayudan a mantener los
recuerdos difíciles controlados. Los síntomas, que pueden ir de la amnesia hasta las identidades alternativas,
dependen, en parte, del tipo de trastorno que tengas. Los períodos de estrés pueden empeorar temporalmente
los síntomas, haciéndolos más evidentes.
Los tratamientos para los trastornos disociativos pueden ser la terapia de conversación (psicoterapia) y los
medicamentos. Si bien tratar los trastornos disociativos puede ser difícil, muchas personas aprenden nuevas
formas de afrontarlos y llevan una vida saludable y productiva.
Síntomas
Los signos y síntomas dependen del tipo de trastornos disociativos que tengas, pero pueden comprender:
Percepción de que las personas y cosas que te rodean están distorsionadas o son irreales
Estrés significativo o problemas en tus relaciones personales, tu trabajo y otros ámbitos importantes de
tu vida
Hay tres trastornos disociativos principales definidos en el Diagnostic and Statistical Manual of Mental
Disorders publicado por la American Psychiatric Association:
Amnesia disociativa. El síntoma principal es una pérdida de memoria que es más grave que un olvido
normal y que no puede justificarse por la existencia de una enfermedad. No puedes recordar información
sobre ti ni sobre acontecimientos y personas de tu vida, en especial los relacionados con un momento
traumático. La amnesia disociativa puede ser específica de acontecimientos producidos en un cierto momento,
como combates intensos, o, con menor frecuencia, puede tratarse de la pérdida completa de la memoria sobre
ti mismo. A veces puede implicar que te traslades o deambules en un estado de confusión que te aleje de tu
vida (fuga disociativa). El episodio de amnesia generalmente se presenta en forma repentina y puede durar
minutos, horas o, rara vez, meses o años.
Trastorno de identidad disociativo. Este trastorno, antes conocido como «trastorno de personalidad
múltiple», se caracteriza por «alternar» diferentes identidades. Es posible que sientas la presencia de dos o
más personas que hablan o viven en tu cabeza y que sientas que estas identidades te poseyeron. Cada identidad
puede tener un nombre, una historia personal y características únicas, entre ellas, diferencias obvias de voz,
género, tratos e incluso cualidades físicas, como la necesidad de usar lentes. También hay diferencias en
En una crisis, algunas personas con trastornos disociativos pueden tener reviviscencias traumáticas que
resultan abrumadoras o que están asociadas con una conducta peligrosa. Las personas que tienen estos
síntomas deberían recibir atención médica en una sala de urgencias.
Si tú o un ser querido tienen síntomas menos urgentes que puedan indicar un trastorno disociativo, ponte en
contacto con el médico.
Si tienes pensamientos relacionados con lastimarte a ti mismo o lastimar a otra persona, llama al 911 o a tu
número local de emergencias, dirígete a una sala de urgencias o cuéntaselo a un familiar o amigo de confianza.
Causas
Los trastornos disociativos suelen manifestarse como una manera de afrontar los traumas. La mayoría de las
veces, los trastornos se presentan en niños sometidos a maltrato emocional, abuso sexual o maltrato físico
La identidad personal aún está en formación durante la infancia. Por eso, un niño tiene una capacidad mayor
que un adulto de despegarse de sí mismo y observar el trauma como si le estuviera pasando a otra persona.
Un niño que aprende a disociar para superar una experiencia traumática puede usar ese mecanismo de
superación como respuesta a situaciones estresantes en su vida.
Factores de riesgo
Las personas que padecen maltrato físico, sexual o emocional en la infancia durante mucho tiempo corren
mayor riesgo de manifestar trastornos disociativos.
Los niños y los adultos que pasan por otros sucesos traumáticos, como guerras, desastres naturales,
secuestros, torturas o procedimientos médicos prolongados y traumatizantes en la niñez, también pueden
tener estos trastornos.
Complicaciones
Las personas con trastornos disociativos presentan un mayor riesgo de tener complicaciones y trastornos
asociados, tales como:
Autolesiones o mutilaciones
Disfunción sexual
Trastornos de la personalidad
Trastornos de la alimentación
Prevención
Los niños que son víctimas de maltrato físico o emocional o de abuso sexual presentan mayor riesgo de
desarrollar trastornos de salud mental, como los trastornos disociativos. Si el estrés u otros problemas
personales están afectando la forma en que tratas a tu hijo, busca ayuda.
Habla con una persona de confianza como puede ser un amigo, el médico o un líder de tu comunidad
religiosa.
Pide ayuda para hallar recursos disponibles tales como grupos de apoyo para padres y terapeutas de
familia.
Busca iglesias y programas educativos comunitarios que ofrezcan clases de crianza de hijos, que también
pueden ayudarte a aprender técnicas parentales más saludables.
Si tu hijo ha sido víctima de maltrato o ha sufrido otra situación traumática, consulta con el médico de
inmediato. Es posible que el médico te derive a un profesional de salud mental que pueda ayudar a tu hijo a
recuperarse y a adquirir la capacidad de enfrentar desafíos o situaciones.
El otro y principal elemento que era considerado como síntoma de la histeria, la presencia de trastornos por
síntomas somáticos. Este tipo de enfermedad mental tiene como principal característica la presencia de
síntomas físicos sin que haya ninguna causa fisiológica para ella, siendo los síntomas físicos producto de la
propia mente. Destaca el trastorno somato forme (ahora por síntomas somáticos), el trastorno por conversión
o la hipocondría.
Diagnóstico
Para determinar un diagnóstico, es probable que deban hacerte un examen físico y las pruebas que
recomiende el médico. El médico u otro proveedor de atención médica pueden ayudarte a determinar si tienes
alguna enfermedad que requiera tratamiento.
El médico también puede derivarte a un profesional de salud mental, que puede que haga lo siguiente:
Realizar una evaluación psicológica para hablar de tus síntomas, temores o preocupaciones, situaciones
estresantes, problemas en tus relaciones, situaciones que puedes estar evitando y antecedentes familiares
Tienes uno o más síntomas somáticos, por ejemplo, dolor y fatiga, que son angustiantes o causan problemas
en tu vida diaria
Continúas teniendo síntomas que te preocupan, por lo general, durante más de seis meses, a pesar de que
los síntomas pueden variar
Tratamiento
El propósito del tratamiento es mejorar los síntomas y la capacidad de funcionar en la vida diaria. La
psicoterapia, también llamada terapia conversacional, puede ser útil para el trastorno somatomorfo. En
ocasiones se puede agregar medicación, en especial si también te sientes con depresión.
Psicoterapia
Ya que los síntomas físicos pueden estar relacionados con el agotamiento psicológico y con ansiedad de alto
nivel, la psicoterapia, especialmente la terapia cognitivo-conductual (CBT), puede ayudar a mejorar los
síntomas físicos.
Examinar y adaptar tus creencias y expectativas sobre la salud y los síntomas físicos
Mejorar la funcionalidad cotidiana en el hogar, el trabajo, las relaciones y las situaciones sociales
La terapia familiar también puede ser útil para examinar las relaciones familiares, y mejorar el apoyo y
funcionamiento familiar.
Medicamentos
Los medicamentos antidepresivos pueden ayudar a reducir los síntomas relacionados con la depresión y el
dolor que suelen aparecer con el trastorno somatomorfo.
Si un medicamento no funciona bien para ti, es posible que el médico recomiende cambiar a otro medicamento
o combinar algunos medicamentos para aumentar la efectividad. Ten en cuenta que es posible que la mejoría
en los síntomas se note recién después de varias semanas de haber iniciado el tratamiento con medicamentos.
Consulta con el médico acerca de las opciones de medicamentos y los efectos secundarios y riesgos posibles.
Aunque el tratamiento profesional ayuda a mejorar el trastorno somatomorfo, también puedes adoptar
medidas de estilo de vida y cuidado personal, que incluyen las siguientes:
Trabaja con los proveedores de atención. Trabaja con el proveedor de atención médica y con el
profesional de la salud mental para determinar un cronograma de consultas regular en el que hablarán de tus
preocupaciones y construirán una relación de confianza. También pongan límites razonables en la cantidad de
análisis, evaluaciones y derivaciones con otros especialistas. Evita buscar el consejo de varios médicos o de
visitas a la sala de emergencias que podrían dificultar la coordinación de la atención y te pueden exponer a
análisis duplicados.
Pon en práctica técnicas de relajación y control del estrés. El aprendizaje de técnicas de relajación y
de control del estrés, como la relajación muscular progresiva, pueden ayudar a mejorar los síntomas.
Evita el alcohol y las drogas recreativas. El consumo de sustancias puede dificultar la atención. Habla
con el proveedor de atención médica si necesitas ayuda para dejar estos hábitos.
Además de una evaluación médica, es posible que tu médico de atención primaria te derive a un
psiquiatra o un psicólogo para una evaluación y un tratamiento.
Los trastornos de la alimentación son afecciones graves que se relacionan con las conductas alimentarias
que afectan negativamente la salud, las emociones y la capacidad de desempeñarte en áreas importantes de
la vida. Los trastornos de la alimentación más frecuentes son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, y el
trastorno alimentario compulsivo.
La mayoría de los trastornos de la alimentación se caracterizan por fijar excesivamente la atención en el peso,
la figura corporal y la comida, lo que causa conductas alimentarias peligrosas. Estas conductas pueden tener
una repercusión considerable en la capacidad del cuerpo para obtener la nutrición adecuada. Los trastornos
de la alimentación pueden causar daños en el corazón, el aparato digestivo, los huesos, los dientes y la boca,
y derivar en otras enfermedades.
Síntomas
Los síntomas varían en función del tipo de trastorno de la alimentación. La anorexia nerviosa, la bulimia
nerviosa y el trastorno alimentario compulsivo son los trastornos de la alimentación más frecuentes. Otros
trastornos de la alimentación comprenden el trastorno de rumiación y el trastorno por evitación o restricción
de la ingesta de alimentos.
Anorexia nerviosa
La anorexia nerviosa, a menudo simplemente
denominada «anorexia», es un trastorno de la
alimentación potencialmente mortal que se
caracteriza por un peso corporal anormalmente bajo,
un gran temor a aumentar de peso y una percepción
distorsionada del peso o de la figura corporal. Las
personas con anorexia hacen todo lo posible por
controlar el peso y la figura corporal, lo que frecuentemente afecta de manera importante la salud y las
actividades cotidianas.
Cuando tienes anorexia, limitas en exceso la ingesta de calorías o usas otros métodos para bajar de peso; por
ejemplo, te ejercitas de forma desmesurada, toma laxante o suplementos dietéticos, o vomitas después de
comer. Los esfuerzos para bajar de peso, incluso cuando el peso corporal es bajo, pueden causar problemas
de salud graves al punto de morirse de hambre.
Durante estos episodios, es normal que consumas una gran cantidad de alimentos en un tiempo corto, para
luego intentar deshacerte de las calorías extra de una manera poco saludable. Debido a la culpa, la vergüenza
y el temor intenso a aumentar de peso por comer en exceso, puedes provocarte vómitos, puedes ejercitarte
desmesuradamente o puedes usar otros métodos, como los laxantes, para deshacerte de las calorías.
Si tienes bulimia, probablemente te preocupe tu peso y tu figura corporal, y tal vez te juzgues con severidad y
dureza por los defectos que son producto de tu autopercepción. Puedes tener un peso normal o, incluso, un
poco de sobrepeso.
Después de un atracón, puedes sentir culpa, enojo o vergüenza por la conducta y por la cantidad de alimentos
consumidos. Sin embargo, no intentas compensar esta conducta con el ejercicio desmesurado o la purga, tal
Trastorno de rumiación
El trastorno de rumiación es la regurgitación repetida y continua de los alimentos después de comer, pero
que no se debe a una enfermedad ni a otro trastorno de la alimentación, como anorexia, bulimia o trastorno
alimentario compulsivo. La comida vuelve a la boca sin náuseas ni arcadas, y puede que la regurgitación no
sea intencional. A veces, los alimentos que se regurgitan se mastican nuevamente y se vuelven a tragar, o bien
se escupen.
El trastorno puede derivar en desnutrición, si los alimentos se escupen o si la persona come mucho menos
para evitar la conducta. El trastorno de rumiación puede ser más frecuente en los niños pequeños o en las
personas que tienen una discapacidad intelectual.
El resultado del trastorno puede ser un adelgazamiento significativo o la imposibilidad de aumentar de peso
en la niñez, así como deficiencias nutricionales que pueden acarrear problemas de salud.
Presta atención a los hábitos de alimentación y a las creencias que pueden indicar conductas poco saludables,
así como a la presión de grupo que puede desencadenar los trastornos de la alimentación. Las señales de
alerta que pueden indicar la presencia de un trastorno de la alimentación incluyen las siguientes:
Preocuparse o quejarse continuamente por estar gordo y hablar sobre cómo bajar de peso
Mirarse con frecuencia al espejo para ver los defectos que se perciben
Comer reiteradamente grandes cantidades de dulces o de alimentos con alto contenido de grasas
Tener problemas de pérdida del esmalte dental, un posible signo de vómitos reiterados
Durante una comida o refrigerio, comer una cantidad mucho mayor de lo que se considera normal
Comer a escondidas
Si te preocupa que tu hijo pueda tener un trastorno de la alimentación, comunícate con su médico para hablar
al respecto. Si es necesario, puedes conseguir una derivación a un profesional de salud mental capacitado con
pericia en trastornos de la alimentación, o si tu seguro lo permite, comunícate con un experto directamente.
Causas
Se desconoce la causa exacta de los trastornos de la alimentación. Al igual que con otras enfermedades
mentales, puede haber muchas causas, por ejemplo, las siguientes:
Genética y biología. Algunas personas pueden tener genes que aumenten el riesgo de presentar
trastornos de la alimentación. Los factores biológicos, como cambios en las sustancias químicas del cerebro,
pueden tener una función en los trastornos de la alimentación.
Salud psicológica y emocional. Las personas con trastornos de la alimentación pueden tener problemas
psicológicos y emocionales que contribuyen al trastorno. Pueden tener autoestima baja, perfeccionismo,
comportamientos impulsivos y relaciones problemáticas.
Ciertos factores pueden aumentar el riesgo de tener un trastorno de la alimentación, entre ellos:
Antecedentes familiares. Hay una probabilidad significativamente mayor de que los trastornos de la
alimentación ocurran en las personas cuyos padres o hermanos hayan presentado un trastorno de este tipo.
Otros trastornos de salud mental. Las personas con un trastorno de la alimentación suelen tener
antecedentes de trastorno de ansiedad, depresión o trastorno obsesivo compulsivo.
Dieta y hambre. Estar a dieta es un factor de riesgo de padecer un trastorno de la alimentación. El hambre
afecta el cerebro e influye en los cambios del estado de ánimo, la rigidez en el pensamiento, la ansiedad y la
reducción del apetito. Existen pruebas contundentes de que muchos de los síntomas de un trastorno de la
alimentación en realidad son síntomas de hambre. El hambre y el adelgazamiento pueden cambiar la manera
en la que funciona el cerebro en personas vulnerables, lo cual puede perpetuar las conductas alimentarias
restrictivas y dificultar el regreso a los hábitos alimentarios normales.
Estrés. Ya sea que te vayas a la universidad, te mudes, consigas un nuevo trabajo o tengas un problema
familiar o de relación, los cambios pueden generar estrés, lo que tal vez aumente tu riesgo de tener un
trastorno de la alimentación.
Depresión y ansiedad
Muerte
Prevención
Si bien no hay una manera segura de prevenir los trastornos de la alimentación, a continuación te damos
algunas estrategias para ayudar a que tu hijo forme conductas alimentarias saludables:
Evita hacer dieta cuando estés con tu hijo. Los hábitos alimentarios familiares pueden influir en las
relaciones que los niños tienen con los alimentos. Comer juntos te da la oportunidad de enseñarle a tu hijo
sobre los inconvenientes de hacer dieta y estimula la alimentación equilibrada con porciones razonables.
Habla con tu hijo. Por ejemplo, hay numerosos sitios web que promocionan ideas peligrosas, como
considerar la anorexia como una elección de estilo de vida en lugar de considerarla un trastorno de la
Cultiva y refuerza una imagen corporal saludable en tu hijo, sin importar la forma o el tamaño. Habla
con tu hijo acerca de la imagen que tiene de sí mismo y tranquilízalo diciéndole que las formas de los cuerpos
pueden variar. Evita criticar tu cuerpo delante de tu hijo. Los mensajes de aceptación y respeto pueden ayudar
a construir una autoestima y una resiliencia saludables que ayudarán a los niños a afrontar los períodos
difíciles de la adolescencia.
Busca la ayuda del médico de tu hijo. En los controles de rutina del niño sano, los médicos pueden
identificar indicadores tempranos de un trastorno de la alimentación. Por ejemplo, en las citas médicas de
rutina, pueden preguntarles a los niños acerca de sus hábitos alimentarios y si están satisfechos con su
aspecto. Estas consultas deben incluir controles de los percentiles de estatura y peso, y del índice de masa
corporal, que puede alertarlos a ti y al médico de tu hijo acerca de cualquier cambio significativo.
Si notas signos de un trastorno de la alimentación en un familiar o un amigo, considera hablar con dicha
persona sobre tu preocupación por su bienestar. Si bien puede que no seas capaz de evitar que sufra un
trastorno de la alimentación, comunicarte con compasión puede alentar a la persona a buscar tratamiento.
La alimentación y nutrición aportan nutrientes fundamentales al organismo con el fin de que pueda funcionar
correctamente, pero en un momento dado los elementos sobrantes han de ser expulsados del cuerpo.
En el caso de las personas con trastornos de la excreción, dicha expulsión se produce en circunstancias poco
apropiadas y no controladas, a veces como consecuencia de la ansiedad. En este aspecto destacan la
enuresis y la encopresis, en que se excreta orina o heces respectivamente.
Los problemas de sueño son también muy prevalentes en sociedades como la nuestra. Estos problemas pueden
ser por defecto de sueño o insomnio o exceso de este, o hipersomnia. En ambos casos se causan problemas
de cansancio, desmotivación y en algunos casos problemas de memoria y atención.
Además, pueden aparecer conductas raras durante el sueño conocido como parasomnias. Trastornos como
las pesadillas, los terrores nocturnos, el sonambulismo o el síndrome de Kleine-Levin son ejemplos de esta
categoría junto al insomnio la hipersomnia primaria.
Si bien aún hoy en día se trata de un tema muy silenciado y considerado tabú, existe una amplia variedad de
problemas sexuales. Las disfunciones sexuales están compuestas por aquellos trastornos que alteran, impiden
o dificultan la consecución de las diferentes fases de la respuesta sexual humana, apareciendo principalmente
a nivel de deseo, excitación u orgasmo.
La eyaculación precoz, los problemas de erección, la anorgasmia o el deseo sexual inhibido son algunos de
los trastornos de esta clase por los que más se consulta en la clínica.
Esta clasificación hace referencia a la presencia de un impulso súbito caracterizado por un elevado nivel de
activación y angustia que el individuo es incapaz o tiene severas dificultades para resistir, debido a la
profunda gratificación y bienestar que recibe con su conducta. Un ejemplo es el trastorno explosivo
intermitente, la cleptomanía o la piromanía.
El consumo y abuso de sustancias psicoactivas puede provocar graves problemas en el organismo. Dentro
de este tipo de problemas encontramos la adicción, dependencia, intoxicación y abstinencia a muy diferentes
tipos de sustancias, sean estimulantes, depresoras o perturbadoras.
Los trastornos neurocognitivos hacen referencia a aquel grupo de trastornos que provocan una alteración en
la conciencia o en los procesos mentales superiores debido a una perturbación a nivel neuronal. Síndromes
confesionales, delirium o trastornos neurodegenerativos como las demencias entran dentro de esta
clasificación.
Los patrones de excitación sexual no convencionales en las parafilias se consideran trastornos patológicos
sólo cuando ambas de las siguientes características aplican:
Las personas con un trastorno parafílico pueden tener una alteración en la capacidad de sentir afecto y de
mantener una intimidad emocional sexual recíproca con su pareja. También puede haber alteraciones de otros
aspectos del ajuste personal y emocional.
El patrón de la excitación erótica suele estar bien desarrollado antes de la pubertad. Al menos hay 3
procedimientos implicados:
Existe controversia sobre si el desarrollo de todas las parafilias es consecuencia de estos procesos
psicodinámicos, y en algunas parafilias se encuentran signos de una alteración del funcionamiento cerebral y
la anatomía funcional (p. ej., en la pedofilia).
En la mayoría de las culturas, las parafilias son bastante más frecuentes entre los varones. Es posible que
existan razones biológicas para esta distribución desigual, pero no se conocen bien.
Se han descrito decenas de parafilias, pero la mayoría son poco frecuentes o raras. Las más frecuentes son
Pedofilia
Voyeurismo
Fetichismo travestista
Exhibicionismo
Algunas parafilias (como la pedofilia) son delitos y punibles con prisión y el individuo queda marcado y
registrado toda su vida como un agresor sexual. Algunos de estos agresores también tienen trastornos de la
personalidad graves (p. ej., antisocial, narcisista), lo que dificulta el tratamiento.
Este tipo de enfermedad mental supone la presencia de una personalidad que supone un elevado nivel de
sufrimiento a la persona que la tiene o limita en gran medida su vida y su participación en el mundo.
El trastorno límite de la personalidad, la personalidad antisocial, el trastorno histriónico de la
personalidad, la personalidad obsesiva o la personalidad evitativa son algunos de los trastornos que forman
parte de esta clasificación.
En algunos casos, es posible que no te des cuenta de que tienes un trastorno de personalidad porque tu manera
de pensar y comportarte te parece natural. Y es posible que culpes a los demás por los problemas que tienes.
Los trastornos de personalidad generalmente comienzan en la adolescencia o la adultez temprana. Existen
muchos tipos de trastorno de personalidad. Algunos tipos se vuelven menos obvios en el transcurso de la
mediana edad.
Los tipos de trastornos de la personalidad se dividen en tres grupos, sobre la base de características y
síntomas similares. Muchas personas que presentan un trastorno de la personalidad también tienen signos y
síntomas de, al menos, un trastorno de la personalidad más. No es necesario que se manifiesten todos los
signos y síntomas enumerados para que se diagnostique un trastorno.
Vacilación al confiar en los demás debido al temor no razonable de que usarán la información en tu contra
«Pensamiento mágico» (creer que puedes ejercer influencia en personas y acontecimientos con el
pensamiento)
Creencia de que determinados incidentes o acontecimientos casuales tienen mensajes ocultos exclusivos
para ti
Conducta impulsiva
Irresponsabilidad constante
Conducta impulsiva y riesgosa, como tener relaciones sexuales sin protección, involucrarse en apuestas o
tener atracones
Excesivamente exaltado, drástico o provocativo en el plano sexual, con el objetivo de captar la atención
Discurso espectacular con opiniones fuertes, pero con pocos hechos o detalles para respaldarlas
Fácilmente influenciable
Pensamiento de que las relaciones con los demás son más cercanas que lo que en realidad son
Arrogancia
Inhibición, timidez y aislamiento en el plano social; evitar las actividades nuevas o reunirse con extraños
Falta de confianza en ti mismo, necesidad de consejos excesivos y de la confirmación de los demás para
tomar incluso decisiones de poca importancia
Dificultad para iniciar o llevar a cabo proyectos solo debido a la falta de confianza en ti mismo
Dificultad para expresar desacuerdo con los demás, por temor a la desaprobación
Tolerancia hacia tratos abusivos o inadecuados, incluso cuando existen otras opciones
Perfeccionismo extremo, que genera disfunción y angustia cuando no se logra la perfección, por ejemplo,
sentirse incapaz de finalizar un proyecto porque no se pueden cumplir las propias normas estrictas
Deseo de controlar a las personas, las tareas y las situaciones; incapacidad para delegar tareas
Negarse a reunirse con amigos o a hacer actividades placenteras debido a un compromiso excesivo con el
trabajo o con un proyecto
Rigurosidad y obstinación
Si tienes algún signo o síntoma de algún trastorno de la personalidad, consulta al médico o a otro profesional
de atención primaria o especialista en salud mental. Los trastornos de la personalidad, si no se tratan, pueden
provocar problemas considerables en tu vida que posiblemente empeoren si no recibes tratamiento.
Causas
La personalidad es la combinación de pensamientos, emociones y conductas que nos hacen únicos. Es el modo
en el que ves, comprendes y te relacionas con el mundo exterior, así como el modo en el que te ves a ti mismo.
La personalidad se forma durante la infancia y en ella incide la interacción de lo siguiente:
Los genes. Es posible que determinados rasgos de la personalidad se transmitan de padres a hijos
mediante los genes heredados. A veces, estos rasgos se llaman tu temperamento.
El entorno. Esto incluye los alrededores en los que creces, los eventos que tuvieron lugar y las relaciones
con familiares y otras personas.
Se piensa que los trastornos de la personalidad son provocados por una combinación de estas influencias
genéticas y del entorno. Es posible que los genes te hagan vulnerable a desarrollar un trastorno de la
personalidad, y una situación de la vida puede desencadenar el desarrollo.
Factores de riesgo
Si bien no se conoce la causa precisa de los trastornos de la personalidad, ciertos factores parecen aumentar
el riesgo de desarrollar o desencadenar estos trastornos, entre ellos, los siguientes:
Complicaciones
Los trastornos de la personalidad pueden alterar significativamente tanto la vida de la persona afectada como
la de las personas que se preocupan por esta. Los trastornos de la personalidad pueden provocar problemas
con las relaciones, el trabajo o la escuela, y pueden derivar en el aislamiento social o el consumo abusivo de
drogas o alcohol.
De la misma forma, otra de las terapias más utilizadas en la depresión es la interpersonal la cual, intenta
explicar la depresión estableciendo que cualquier área con problemas interpersonales puede llegar a
desarrollarla. Es una terapia breve y estructurada, lo cual permite al paciente y terapeuta llevar un orden
y ver avances en el tratamiento.
Por otro lado, el avance en los conocimientos bioquímicos causantes de la depresión, ha llevado a los
especialistas a encontrar fármacos que proporcionen beneficios a los pacientes, evitando los efectos
secundarios de los mismos. Las cifras afirman que aproximadamente del 70% al 75% de los pacientes
se han visto beneficiados con su uso.
Existen muchos tipos de antidepresivos y lo que se busca con una terapia farmacológica es lograr una
recuperación evitándole al paciente la mayor cantidad de molestias posibles. Y aun cuando la depresión
no ceda con la administración de antidepresivos, existen otro tipo de tratamientos, entre los que
encontramos al litio, por ejemplo, el cual puede utilizarse para potencializar los efectos de un medicamento
antidepresivo o para tratar aquellas depresiones que son resistentes. También, existe la terapia electro
convulsiva, que aunque ya no es tan utilizada ha logrado recuperaciones y sobre todo sigue estando
considerada como una posible alternativa para el tratamiento de la depresión.
Hay algunas recomendaciones acerca de lo que no se debe decir a una persona deprimida, que me
gustaría retomar con el fin de ayudar a los familiares a mantener una buena relación y a cooperar con
la recuperación del paciente enfermo. Para empezar hay que recordar que el paciente entiende
perfectamente, sus capacidades intelectuales siguen intactas, esta abrumado, sí, pero no es necesario
repetirle las cosas una y otra vez pensando que no las entiende. Hay que recordarle que todo desaparecerá
en algún tiempo, cuando ceda la enfermedad, de preferencia debemos aplazar lo más que se pueda la
toma de decisiones importantes del enfermo. También, están absolutamente prohibidas las preguntas con
VERONICA LUNA METODOLOGIA 321 ADMON 120
un tono irritable y hay que tratar de eliminar los reproches injustos. Como familiar, no debe dejarse
esclavizar por el enfermo pero si mostrar cariño e interés.
En general, es muy importante recordar que el paciente está enfermo, por lo tanto necesita ayuda
especializada. No basta con decirle “échale ganas, tu puedes”, él está pasando por un momento que ni él
logra entender, por lo tanto el mejor consejo para una persona deprimida es inducirlo al tratamiento
adecuado.
Después de haber realizado este trabajo de investigación, he llegado a la conclusión de que las
enfermedades mentales, aun cuando es una enfermedad grave, puede ser tratada y sobre todo superada.
Un tratamiento combinado, tanto con psicoterapia como con fármacos es la mejor opción para un
paciente deprimido. Me parece importante mencionar que después de haber realizado los seis casos
clínicos todos han mencionado como parte personal de su tratamiento un acercamiento con dios, es por
esto que pienso que la Espiritualidad de las personas puede ayudar a sanar y a seguir teniendo fe en que
todo podrá estar mejor.
“el dolor nos obliga a darnos cuenta de que no todo termina tan rápida ni tan fácilmente,
que detrás de un final hay todavía demasiadas cosas de las que hacerse cargo, demasiadas
vivencias para acomodar en su sitio, demasiados vínculos para redefinir, demasiadas
experiencias para capitalizar, demasiados estímulos para procesar, demasiadas ausencias para
superar…” elegí esta frase para terminar porque me parece que resume muy bien lo que puede seguir
a una enfermedad mental. Aún después de experimentarla es posible salir adelante.
A lo largo de la investigación encontré datos impactantes y que me han dejado una gran enseñanza.
Considero que los casos de enfermedades mentales cada día son más y la enfermedad cobra más
importancia en el mundo. Creo que el ritmo de vida que llevamos actualmente, las diferencias sociales,
https://www.monografias.com/trabajos58/trastornos-mentales/trastornos-mentales2.shtml
http://www.medigraphic.com/pdfs/revneuneupsi/nnp-2005/nnp054g.pdf
http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/urgencia/6salud_mental.pdf
file:///C:/Users/EQUIPO/Desktop/enfermedades%20mentales/SaludMentalMexico.pdf
https://medlineplus.gov/spanish/mentaldisorders.html#summary
https://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%ADa_Mundial_de_la_Salud_Mental
https://www.monografias.com/trabajos58/trastornos-mentales/trastornos-mentales.shtml
https://www.foroconsultivo.org.mx/INCyTU/documentos/Completa/INCYTU_18-007.pdf
http://cedoc.inmujeres.gob.mx/documentos_download/100779.pdf
https://www.ilovepdf.com/es/descargar/669450bf35c5f35ace7b36af7d9c16f3_de48f5db182a0ba13675a1cdf
0e5f45d
https://listas.20minutos.es/lista/enfermedades-mentales-361511/
http://www.beta.inegi.org.mx/temas/salud/
https://listas.20minutos.es/lista/enfermedades-mentales-361511/ FALTA CHECAR SITIO WEB
https://psicologiaymente.com/clinica/trastornos-mentales-mas-comunes
http://eligonzalezz.blogspot.com/2011/03/epidemiologia-de-los-trastornos.html
http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/lps/martinez_r_a/capitulo11.pdf