Es necesario, aproximadamente a los dos años de edad, iniciar el reconocimiento de las emociones de ellos mismos. Esto los ayudará en gran medida a sentir mayor control sobre sus emociones, sentimientos, pensamientos y reacciones ante situaciones adversas o del día a día. Debe comprender que una emoción es pasajera. Para esto se puede emplear libros, historias, videos sobre las emociones y su control. Otra manera de enseñar sobre las emociones, tanto en casa como en la escuela, es la dramatización. Se puede actuar también delante de un espejo podría ayudar a la internalización de las emociones deseadas.
b.-Aceptar las emociones
Aceptar es un concepto amplio, y me gustaría destacar que este punto no consiste en aceptar un mal comportamiento ni una mala reacción hacia una emoción, sino aceptar que el niño está sintiendo cierta emoción. Asimismo, debemos aceptar que los niños se emocionan, aunque la emoción sea tristeza, rabia, aversión, miedo, etc., como sociedad hemos colocado en el podio a las emociones positivas, pero las no tan positivas también son parte de nosotros y debemos aceptarlas y sentirlas.
c.-Manifestación de las emociones
No es el paso más complejo, pero sí el que posiblemente requiera mayor esfuerzo, tanto para el adulto como para el niño. La manera de manifestar nuestras emociones está construida y constituida por muchos elementos. Generalmente, los niños imitan a sus padres o a las personas con las que se relacionan la mayor parte del tiempo. Sí nosotros como adultos solemos golpear cosas en un momento de ira, no podemos exigir a los pequeños de la casa que no hagan lo mismo, ya que lo harán, delante o no de sus padres. Para enseñarles a nuestros hijos cómo manifestar las emociones debemos ser un modelo para ellos. La manera de manifestar las emociones va acompañada de pensamientos coherentes. Estos pueden desencadenar fuertes sensaciones de, por ejemplo, desespero, que nos pueden llevar a hacer cosas que realmente no queremos. Es decir, lo que pensamos nos impulsa a actuar de una u otra manera. Para ayudar a que el pensamiento no les abrume, es importante acordar límites, de esta manera ayudamos a que los pensamientos no se desborden, por decirlo de alguna manera.
d.-Expresar de manera asertiva
La comunicación asertiva será nuestra máxima meta. Lograr que el pequeño diga lo que siente y el por qué será el mayor de los logros. Para ello debemos facilitarle la confianza necesaria para que logre creer en él mismo, y así podrá identificar con mayor facilidad su emoción.
1 Recuperado de - Educar las emociones desde la infancia: https://www.serpadres.es/1-2- anos/educacion-estimulacion/articulo/educar-emocionalmente-desde-la-infancia