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¡Volverán las

banderas victoriosas!
Léon Degrelle
¡Volverán las banderas victoriosas!
Léon Degrelle
¡Volverán las banderas victoriosas!
Léon Degrelle ha dado en su corta y joven vida política y militar, más de dos mil
mítines masivos.
Evidentemente no pueden más. Al terminar la Segunda Guerra Mundial en 1945,
con nuestra derrota provisional, las democracias tenían el poder del mundo en sus
manos. Nos habían aplastado.
Muchísimos habían caído en el frente del este. Centenares de millares de los nuestros
habían sido asesinados en Italia, en Francia, etc. (104.000 patriotas franceses
únicamente en el mes de agosto de 1944) Las cárceles democráticas, por toda Europa,
estaban llenas de prisioneros civiles. Hasta mis padres, de setenta y nueve años,
murieron tras dos años del más cruel encarcelamiento, por el simple crimen de haberme
dado la vida.
Para las democracias fracasadas de 1940, el año 1945 supuso el año de la venganza
total, del robo total, del dominio total. Tenían las más amplias seguridades de imponer a
todos, en el porvenir, sus formulas de gobierno. Resultado, cuarenta años después: ¡El
fracaso más espectacular!
Para reemplazar a nuestra Europa carnal, fraternal y heroica, a lo único que han
llegado es a una Europa miserable, de tenderos, con disputas sin fin sobre los tomates,
las naranjas, la carne de cerdo... en un mercado cada año más común.
Pierden millares de horas, miles de millones de ECUs, (1) para no llegar a nada más
que abrazos hipócritas, luchas mezquinas, sórdidas, y montañas de millones de kilos de
mantequilla que se pudren.
También se han podrido las conciencias. Ya no existen las virtudes familiares. Ya no
existe la moral pública. Ya no existe un ideal, sea cual sea. Todo lo que las democracias
vencedoras han parido, es un mundo materialista, a merced de cualquier lío
internacional o de cualquier drama familiar o social.
La juventud, que nunca admitió la mediocridad, no admite ya este mundo sin luz y
sin esperanza. Millones de ellos son pobres desempleados desesperados, se sienten
inútiles. Muchos buscan una solución a su abandono en la droga o en el robo. Y ¿por
qué no drogarse?, ¿por qué no robar?, si el mundo que rodea a la juventud no es otra
cosa que trampas sociales, engaños políticos, miseria y tinieblas. Los políticos de la
postguerra y su clientela, tienen la vida agradable. Viajan, disfrutan de lujosos coches,
tienen dinero, mucho dinero...
La masa, ella, está muy lejos de la fiesta.
Los chicos, las chicas, ven su juventud perdida.
Ya dudan de todo.
Cuando alguien nos llama nazis, estos jóvenes se dicen: “¿Pero que han hecho
realmente estos nazis? ¿Cómo es que antes de la guerra más del 90 % del pueblo
alemán votaba por Hitler, que en su tiempo no quedaba ni un desempleado, que los
obreros habían visto crecer sus sueldos casi el 100 %, que disfrutaban de vacaciones, y
de casa con jardín, de un coche familiar (cuando en Europa únicamente los muy ricos
tenían coche)? ¿Qué había ocurrido con los 6 millones de lectores comunistas que
tenía Alemania en 1933? Si Hitler no hubiese llevado a cabo una revolución total a
gusto de estos, y de todos no se habrían convertido al nazismo.”
En 1941, en el frente soviético, estos ex-comunistas alemanes, habrían podido con
mucha facilidad ¡pasarse a las líneas de los soviets!
Se quedaron cumpliendo heroicamente con su deber. Fueron fieles hasta el último

-1-
momento. Los pocos que traicionaron - y no en el frente -, fueron cuatro burgueses
amargados y unos militares y aristócratas incapaces o ambiciosos. El día de la muerte
de Hitler, la casi totalidad del pueblo alemán lloró, antiguos comunistas incluidos.
La juventud, que no tiene un pelo de tonta y que es sincera, se escandaliza de estos
años de trampas democráticas y de quiebras democráticas: ¡está harta!
Los izquierdistas más radicales, no tienen más remedio que admitirlo. En El país del
día 28 de abril, se podían leer estas líneas del importante filósofo francés
Jean Baudrillard, reconociendo la catástrofe: “Vivimos ya en una sociedad
transpolítica. Nadie tiene convicciones. Las gentes son agnósticas, sin ilusión. No hay
pasión política [...] Las únicas peripecias interesantes consisten en dar un vuelco
a la situación.”
Los remeros cansados de las barcas democráticas semi-hundidas, se dan cuenta de que
su impunidad se acaba. Los pueblos ya no admiten más engaños, los jóvenes quieren
salir de su desesperación.
Que aparezca un hombre de fe, levantando con valor y talento popular el estandarte de
la revolución, y le seguirán.
Ha bastado que aparezca en Francia un Le Pen, para ver a más de 4,5 millones de
franceses - entre los cuales se encuentran muchísimos jóvenes y obreros - empujar a la
cuneta a los viejos partidos.
¡Volverán las banderas victoriosas!

-2-
Notas
(1)
Siglas en inglés de la European Currency Unit, o Unidad Monetaria Europea, unidad
de cuenta utilizada en la Comunidad Europea (predecesora de la Unión Europea) antes
de ser reemplazada por el euro el 1 de enero de 1999.

-3-
“Los remeros cansados de las barcas
democráticas semi-hundidas, se dan
cuenta de que su impunidad se acaba.
Los pueblos ya no admiten más
engaños, los jóvenes quieren salir de su
desesperación. Que aparezca un
hombre de fe, levantando con valor y
talento popular el estandarte de la
revolución, y le seguirán.”

(Léon Degrelle)

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