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<Introducció́n>
Al cumplir 30 años Jesú́s fue bautizado en agua y ya mismo
empezó́ a evangelizar; y el poder del Señor se manifestaba
emocionando profundamente a todas las personas. Por donde iba
predicaba, y donde poní́a las manos, los oprimidos eran liberados,
los demonios eran hechados fuera, los enfermos eran sanados, Dios
hací́a milagros y se manifestaba a la vista de todos el Reino de
Dios. Todos estaban emocionados. Y como Jesú́s empezó́ así́ su
ministerio, los fariseos, saduseos, los maestros de la ley y los lí́
deres tradicionales del judaí́smo lo envidiaban y celaban de é́l
terriblemente; y comenzaron a acusarle y a atacarle. Entre los
fariseos habiá́ un hombre llamado Nicodemo. Ser un religioso fariseo
significaba que era uno de los má́s profundos legalistas de entre
todos los legalistan que se creian letra por letra la ley de los judí́os.
Entre ellos el maestro Nicodemo era honesto. Aunque era fariseo
tení́a el corazó́n abierto. Al ver los prodigios y milagros de Jesú́s,
dijo: si Dios no estuviese con é́l, no habrí́a ocurrido é́sto.
Honestamente é́l decidió́ ir a comprobar si era o no un enviado de
Dios. Por é́so, una noche, oyó́ que Jesú́s estaba en una casa y fue
aprovechando la oscuridad para buscarlo. Despué́s de hacer su
presentació́n le dijo: sé́ que eres un elegido de Dios. Có́mo podrí́as
hacer estas cosas si Dios no estuviese contigo? Sin pensar dos
veces Jesú́s le dijo: Nicodemo, si el hombre no naciere de nuevo
no podra ver el reino de Dios. Cuando le dijo que si la persona no
naciese de nuevo, no podrí́a ver el reino de Dios quedó́ muy
shoqueado. Pero có́mo podrí́a un hombre siendo viejo entrar en el
vientre de su madre y nacer de nuevo? Có́mo puede un viejo como
yo nacer de nuevo? Jesú́s le miró́ a los ojos y le dijo: No se trata
de entrar de nuevo en el vientre de su madre, sino que debe nacer
del espí́ritu y del agua o no podra ver el reino de Dios. El hombre
puede nacer del agua y del espiritu, pero como es una experiencia
personal entre Dios y é́l, como el viento. Pero como no se sabe de
dónde viene y a dónde va el viento, se refiere a un cambio de la
vida sin que nadie se de cuenta. Asi que no lo podí́a entender. Al
oir las palabras de Jesú́s, que le dijo que nacer del espí́ritu era
como el viento Lo entendí́a menos aú́n. Como no entendí́a y seguí́a
mirando al Señor, le dijo: Recuerdas como Moisé́s levantó́ la
serpiente de bronce en el desierto? El pueblo se reveló́ contra Dios;
y como Dios se airó envió́ serpientes que mordieron a las personas
y muchos murieron. Pero como se arrepintieron y volvieron a Dios,
El ordenó́ a Moisé́s que hiciese una serpiente de bronce y la
pusiese en un mastil y que todo el que la mirara serí́a perdonado y
sanado. Moisé́s asi lo hizo, y todo el que la miraba era sanado y
perdonado. Y no habí́a judí́o que no supiese esa historia. Yo soy
como esa serpiente colgado, todo el que crea en mi es perdonado
y salvo, y experimentará́ nacer del agua y del espí́ritu. Hermanos, si
ustedes no nacen de nuevo tampoco podrá́n ver el reino de Dios.
Pero có́mo se nace de nuevo? Lo má́s importante es que Jesú́s
colgó́ del madero y fue nuestra ofrenda redentiva. El pueblo judí́o se
reveló en masa contra Dios y así́ cuando estaban muriendo mordido
por las serpientes, miraron a la serpiente de bronce y fueron
sanados y perdonados, no importa el pecado que tengan, o la
iniquidad que tengan, aunque sean injustos y merezcan ser
abandonados por Dios, si miran a Jesú́s colgado no en un má́stil
sino en una cruz, recibirá́n perdó́n y sanidad. No se trata de
sistemas, organizació́n, no es un mé́todo ni sistema humano. La
salvació́n só́lo es por la fe en Jesucristo. La diferencia entre
nosotros y otras religiones es que para nosotros la salvació́n no es
por obras sino por por la fe en la redenció́n que hizo Dios
crusificandose é́l mismo derramando su sangre y desgarrando su
cuerpo. Hermanos cualquier pecador que mire a Jesucristo que crea
en é́l y que es el redentor de su pecado es salvo. La persona que
nace de nuevo, cree y confiesa a Cristo como su salvador. El que
tiene dudas de su nacimiento es alguien que aú́n no ha nacido de
nuevo. El que nace de nuevo cree firmemente en Cristo y confiesa
que es su salvador.
<Desarrollo>
1. El nacido de nuevo cree en Cristo como su salvador.
“El que cree que Jesú́s es el Cristo es nacido de Dios y el que
ama al engendrado ama al que lo engendró́.”(1de Juan 5:1). El que
ama a Dios ama a Jesú́s, el que ama a Jesú́s ama a Dios, la
palabra dice que ellos son uno. “Porque de tal manera amó́ Dios al
mundo que ha dado a su Hijo unigé́nito, para que todo el que en é́l
crea, no se pierda mas tenga vida eterna.”(Juan 3:16). Es para todo
el que cree. No es para alguien especial, todo el que cree en
Jesucristo, no se pierde y tiene vida eterna. Porque é́l es Dios. Dios
envió́ a su HIjo Jesucristo al mundo no para juzgarlo sino para
salvarlo. Para é́so mandó́ a su Hijo. Mucha gente al pensar en Dios
cree que El vino a juzgarnos, regañarnos, amonestarnos o a
golpearnos. Pero la voluntad original de Dios es que nos vaya bien
todas las cosas y que tengamos salud asi como prospera nuestra
alma; y que tengamos una vida en abundancia. El Señor no quiere
juzgarlos, El desea profundamente que seamos bendecidos. Juan
3:17. El no envió́ a su Hijo a juzgar al mundo, sino para que el
mundo sea salvo por El. El Señor se goza y se alegra de que sean
salvos y que hayan venido hoy a rendirle culto. Pero “Nadie puede
llamar Señor a Dios si no es por el Espí́ritu De Dios. ”(1 de Cor
12:3). El Señor tardó́ 4 mil años para preparar la salvació́n del
hombre. Durante 4 mil años Dios apareció́ en escena obrando por
la salvació́n de la humanidad; y detrá́s de É́l, el Espí́ritu Santo y
Jesucristo tambié́n obraron. Pero hace 2 mil años el Hijo de Dios,
Jesucristo, fue bautizado, recibió́ al Espí́ritu Santo, y nació́ como
Salvador vino la era del Hijo. El Padre y El Espí́ritu Santo se
retiraron y empezó́ la Era del Hijo respaldado por Ellos, entonces
Jesucristo realiza el papel de Salvador por 3 años. Luego fue
crusificado y despué́s de redimirnos, morir, y resucitar envió́ a su
Espí́ritu Santo y hoy es la Era del Espí́ritu Santo. Es la Era donde
somos guiados por el Espí́ritu Santo. Y el Padre y el Hijo obran a
travé́s del Espí́ritu Santo. Ignorando al Espí́ritu Santo no se puede
llamar Padre a Jesucristo. Nadie puede llamar Señor a Jesú́s sin el
Espí́ritu Santo pues no conocen al Señor. Si conocemos a
Jesucristo es porque el Espí́ritu Santo nos lo ha hecho conocer, no
por poder ni fuerzas humanas. El mismo Espí́ritu de Dios haciendo
la voluntad del Padre les ha elegido y les dio a conocer el Reino de
Dios. La persona que nace de nuevo tiene dentro la vida del Padre
y recibe las influencias de su poder. Y como se trata de la vida de
Dios, desobedecerlo trae sufrimientos a toda persona. Dios es
justicia y no puede asociarse con el pecado. Antes el pecado no
nomolestaba pero ahora nos hace sufrir.
3. Ama la justicia.
1 de Juan 2.29 dice: “Si sabeí́s que é́l es justo, sabed tambié́n que
todo el que ahce justicia es nacido de é́l. Dios ama la justicia. La
palabra justicia no se puede expresar todo en el idioma coreano.
Significa un estado de total santidad, o sea que la persona nunca
ha pecado, desde que ha nacido. Tambié́n significa tener una
licencia para poder pararse delante de Dios sin vergü̈enza. Como la
persona ha recibido perdó́n de sus pecados, ni siquiera se acuerda
de ellos y se puede parar ante Dios sin ningú́n sentido de culpa.
Tambié́n significa que el diablo no puede acusarnos. Entonces la
justicia significa que la persona está́ como si nunca haya pecado,
Pero ninguna de estas cosas puede conseguir el hombre con sus
fuerzas. No hay nadie que haya logrado é́so para poder ir al cielo.
Pero si cree en Jesucristo lo puede recibir de regalo. Nosotros no
podemos hacerlo pero como Jesucristo es la justicia, a travé́s de El
podemos vivir como si nunca hayamos pecado, pararnos ante Dios
sin vergú́enza y el diablo no puede acusarnos. Por tanto, la razó́n
por la cual debemos depender de su sangre está́ alli. Aunque
hayamos pecado, aunque hayamos sido injustos y abominables, al
depender de su sangre somos transformados y nos volvemos
cabalmente justos. A la vista de Dios no tenemos ni un solo
pecado. El no se acuerda del pasado. Si viene el diablo le pata la
boca. La redenció́n de nuestros pecados nos ha redimido de tal
manera que no hay anda má́s precioso que la sangre de Jesú́s. Si
venimos a la iglesia y hay pecados que le desagradan al Señor,
pero oramos para que el oder de la sangre se manifieste, el pecado
se va porque donde está́ la sangre no puede haber pecado. Donde
hay avivamiento es donde se canta muchas alabanzas a la sangre
de Cristo. Có́mo puedo saber que se me acerca una gran bendicó́
n? Cuando tengo una gran fe por la sangre de Jesú́s. Porque
entonces el Espí́ritu Santo obra con poder. Rom 6:6~7, Si creemos
en la sangre de Cristo, no só́lo nos limpia, sino que certifica que
hemos muerto con Cristo, hemos sido sepultados y resucitamos con
El. Creer en Cristo significa un gran milagro. Al principio creemos
que El murió́ por nosotros, pero si entramos má́s profundamente
entendemos que no só́lo murió́ por nosotros sino con nosotros.
Cristo Jesú́s nos abrazó́ y juntos fuimos crusificados, juntos y
somos uno con El. No vivimos solos, sino con Cristo. Por é́so
podemos decir: su muerte es mi muerte, su resurrecció́n es mi
resurrecció́n, su cielo es mi cielo y su reino es mi reino, Con Cristo
estoy juntamente crusificado y ya no vivo yo sin Cristo vive en mi, y
lo que vivo en la carne lo vivo para Cristo, el que me amó́ y se
entregó́ por mi. Esto es algo má́s que una simple filosofí́a o teologí́
a. Só́lo se recibe por fe. El que no cree no puede entenderlo. En
Escocia hay una iglesia donde el pastor ha creado el perió́dico de
los cristianos. Aqui todaví́a no lo tenemos, pero en el extranjero, los
que se han convertido se anotan en la iglesia pero antes deben
contestar a unas preguntas. Una hermana vino para anotarse y el
pastor le dijo: Reconoce Ud. que antes de venir a Cristo era
pecadora? Si lo reconozco. Y có́mo cree que está́ despué́s de creer
en Cristo? Ella dijo: Reconozco que soy má́s pecadora. Por qué́
piensa é́so? Cuá́l es la diferencia entre antes de creer y despué́s?
Moviendo un poco la cabeza dijo: Antes de creer yo seguí́a al
pecado. El pecado querí́a huir pero yo lo seguí́a hasta atraparlo. Y
ahora? Ahora yo huyo para no pecar y el pecado me persigue.
Antes yo le perseguí́a. Ahora oigo sus predicas y oro para no pecar
pero el pecado me sigue a todos lados. Y é́so hizo callar al pastor.
El que cree en Cristo y nace de nuevo, como esta hermana, debe
vivir huyendo del pecado. Esta hermana dijo que huí́a para no pecar
pero significa que ella procuraba no pecar. Y é́so es porque la vida
de Dios está́ en ella. Es un cambio personal. Odiar el pecado y
amar la justicia aceptando la voluntad de Dios es la experiencia de
aquel que a nacido de nuevo.
<Conclusió́n)
El que ha nacido de nuevo, ha pasado de muerte a vida. y como
ha recibido al Espí́ritu Santo empieza a vivir como si fuese uno só́lo
con Jesú́s. Dentro de ustedes está́ la vida de Dios. El templo del
Espí́ritu Santo está́ en ustedes y por tanto viven una vida ú́nica con
Jesú́s. La muerte de Jesú́s es nuestra muerte su resurrecció́n
nuestra resurrecció́n su victoria nuestra victoria, su ascensió́n
nuestra ascenció́n su cielo, nuestro cielo, Por tanto podemos vivir
una vida parecida a la del Señor. Creemos firmemente en Jesú́s
como nuestro salvador y lo confesamos, nos arrepentimos de
nuestros pecados y nos alejamos de ellos, amamos la justicia los
hermanos y a los demá́s,Y con nuestra fe vencemos al mundo
amamos a Dios y vivimos sirvié́ndole. Hoy ocurrirá́n cosas buenas
en este lugar, Porque nosotros amamos lo que ama el Señor.
Odiamos lo que el Señor odia. Y por é́sto no pueden dejar de
ocurrir cosas buenas. Hoy se hará́n realidad sus deseos y el Señor
hará́ un milagro. Amé́n.