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Sobre el sentido de la realidad y de la vida

Curso de Antropología Filosófica

Por: José Ignacio Moreno | Fuente: www.interrogantes.net

7. Sobre el sentido de la realidad y de la vida


Introducción

Este tema pretende ser una recopilación de algunas de las grandes


preguntas filosóficas que a lo largo de la historia se han hecho
diversos pensadores significativos. Es decir: se trata de una breve y
seleccionada historia de la filosofía crítica por cuestiones en vez de
por autores. Para una mejor comprensión del tema procuraremos
dotar de una continuidad a los contenidos filosóficos que vamos a
exponer.

I. El ser y la realidad

1. ¿En qué consiste el primer principio de la realidad?

Aristóteles (s V-IV a. C.) fue el primero en hablar del primer principio


de la realidad: el principio de no contradicción. Este principio dice que
una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo y en el mismo
sentido. Otros autores han dicho lo contrario; es decir que el primer
principio de la realidad es justamente la contradicción, la lucha entre
opuestos (p. ejp Hegel,Marx). El principio de no contradicción es
imposible de derrumbar por la razón ¿Por qué es inatacable este
principio? Porque para atacarlo hay que utilizarlo.

2. ¿Qué es lo que hay de común entre las cosas de la


naturaleza?

Los presocráticos (s.VI a. C) se plantearon si existía un elemento


común a todas las cosas de la naturaleza. Unos dijeron que era el
agua, otros que era el aire, etc... Hasta que llegó Parménides quien
dijo que lo que las cosas tenían en común es que son. El ser es lo
común a toda la naturaleza. Con este autor comienza la metafísica.

Lo que Parménides (s.VI a.C.) no dijo es que los seres están


relacionados según una relación de dependencia.

Debo un especial agradecimiento a José Luis Galán de la Haba que


me ha ayudado a poner algo más de orden y concierto a las ideas de
este tema 7 y a las del tema 8.
3. El ser quizás es un término bastante abstracto. ¿Qué puede
tener el ser que nos llame más la atención?

Su ordenación según una naturaleza que todavía tiene aspectos por


conocer; su sentido, su por qué. En definitiva: su verdad, su bien, su
unidad, su belleza, su "algo". A estos aspectos se les denomina
trascendentales del ser, es decir: aspectos del ser que, en tanto
diversos, dicen algo nuevo sobre el ser trascendiendo este sobrio
término; pero al mismo tiempo no son algo distinto al ser. Su
importancia es capital para entender el sentido del mundo y la
auténtica entidad del mal; asunto que ya abordamos en la pregunta 7
del tema 4. La relación entre verdad y mentira, por ejemplo, es
análoga a la relación entre bien y mal; es por esto que toda verdad
es un bien.

4. ¿En qué consiste la concepción unívoca del ser?

...Entender el ser de un modo unívoco-como lo hizo Parménides; es


decir: el ser es frente al no ser. Todo es igualmente.

También el filósofo Duns Escoto(1265-1308) fue partidario de la


univocidad del ser. Para este autor todos los seres son (existen) y
también el Ser Absoluto es(existe). Es decir: estos planteamientos no
afirman que "el ser se dice de muchas maneras", como luego dirá
Aristóteles.

La crítica a este planteamiento está en que ser es más que


existir...¿quién existe más...mi perro o yo?...pero...¿quién es
más?...espero que yo. El ser tiene una gradualidad. No somos
"pequeños dioses" ni "grandes vegetales"; somos hombres.

La concepción unívoca del ser nos puede llevar a una concepción


panteísta del mundo; es decir: a la identificación del mundo con Dios,
ya que todo es de modo metafísicamente igual según esta
concepción.

Se podría pensar que divinizar la naturaleza es el mejor modo de


enaltecerla. Pero si la naturaleza no es Dios el mejor modo de
comprenderla será ponerla en su sitio y el mejor modo de enaltecerla
será referirla a Dios. Pese a la filosofía de Platón, de Aristóteles y
posteriormente de Tomás de Aquino, un tal Spinoza (s.XVII) formuló
ideas panteístas. Contra estas Pascal dijo:" Dios, modificado en cien
turcos, ha matado a Dios modificado en cien cristianos". Chesterton
escribió:" Yo amo al mundo porque es distinto de mí, como una
mujer". Francisco de Asís(siglo XIII) dio el mejor fundamento para la
ecología cuando se dio cuenta de que Dios había suspendido el
universo de la nada, y por esto el sentido de todas y cada uno de los
seres del mundo consiste en una gratitud hacia su Creador, de Quien
depende. Este es el fundamento para la amistad y hermandad no sólo
de los hombres entre sí, sino también de los hombres y el resto de
las criaturas.

El panteísmo da una visión del mundo como la de un monstruo con


miles de caretas. Con la concepción análoga del ser el universo se
compone de seres pensados y queridos en su individualidad propia.

5. ¿Qué es la equivocidad del ser?

La hipótesis que supone que todo es variable en su existencia al no


existir naturalezas permanentes de las cosas. Heráclito (s.VI a. C.) y
Ocam (s.XIV) defienden esta postura.

Pero, contrariamente a lo que dicen estos autores... ¿qué ocurre si


todo ser está en continuo y radical cambio?... No se podría llegar a su
verdad. Es más: no tendrían verdad. Pero esto es imposible: decir
que no existe la verdad es decir que es verdad que la verdad no
existe. El ser para ser necesita permanecer. Si nada permanece nada
es. Se llega al absurdo del nihilismo, la identificación del ser y la
nada.

6. ¿Qué significa que los seres son análogos?

Que son en parte iguales y en parte distintos entre sí. Tomás de


Aquino (s.XIII) y discípulos suyos, interpretando personalmente a
Aristóteles y a Platón, explican esta postura. Es decir: todos los seres
no necesarios(para la existencia del resto de la realidad)se predica
propiamente el ser, que tienen atribuido -según un orden de mayor o
menor perfección- del Ser necesario o totalmente perfecto. Esta es la
teoría que consideramos correcta.

II. El movimiento y la constitución última de los seres.

1. ¿En qué consiste el movimiento?

La filosofía griega comenzó planteándose este problema. Puede


parecer una pregunta sin mucho interés pero a medida que pasa la
vida realmente te preguntas cómo han cambiado las cosas, cómo has
cambiado tú mismo. Para Parménides el movimiento -que hemos de
entender cómo cualquier tipo de cambio- era pura apariencia. Toda la
realidad es frente al no ser. El universo es un único e inmenso ser
aunque tenga múltiples manifestaciones. Los cambios son pura
apariencia. Para Heráclito (s VI a. C.,como el anterior) todo cambia,
el ser es puro movimiento. Platón superó a ambos diciendo que el
movimiento participa del ser sin identificarse con él. Según Platón
varias cosas pueden participar de una característica o idea; por
ejemplo: las cosas verdaderas de la idea de verdad. Lo innovador de
Platón está en decir que estas ideas existen por sí mismas; es decir,
independientemente del pensamiento humano, en lo que él llama el
mundo de las ideas. Platón establece géneros supremos de las ideas;
entre ellos están: el bien, el ser, el movimiento, lo diverso, lo
idéntico. Vamos a centrar nuestra atención en el tema que ahora nos
ocupa: las ideas participan unas de otras. EL movimiento participa del
ser y de lo diverso; es decir: el movimiento participa del ser sin
identificarse con él: el movimiento se da en algo que está "forjando
su identidad". Posteriormente Aristóteles llevó el tema del
movimiento a la naturaleza intrínseca de las propias cosas. El
movimiento es, según él, el paso de la potencia(lo que todavía no es)
al acto(lo que ya es); y con más precisión: el acto del ente en
potencia en cuanto que está en potencia.

Podemos fijarnos en un punto de interés: si algo o alguien evoluciona


sin dejar de ser el mismo porque tiene una naturaleza que es un
principio fijo de comportamiento móvil; ¿qué o quién hace posible la
conjunción de la permanencia y el cambio? Tiene que ser un factor
que conjugue ambos aspectos: una finalidad inscrita en el tiempo
desde fuera del tiempo El tiempo es la medida del cambio según una
cierta permanencia. Este cambio supone en definitiva una finalidad
previa al movimiento. Finalidad de la que participa cualquier cosa o
ser de la realidad, según su modo de ser. Por tanto cada ser participa
en cierta manera de la atemporalidad como de la temporalidad
mediante la finalidad. Por ejemplo: la materia de una persona cambia
según el tiempo; también cambian sus posibilidades intelectuales y
de voluntad. ¿Qué permanece? su finalidad plasmada en su modo de
ser o naturaleza

2. Desarrollo de la teoría aristotélica del cambio

El cambio sustancial se debe al cambio de la sustancia ("aquello que


es en sí") y, por tanto, de la forma sustancial (lo que hace que una
cosa sea lo que es). Es cuando no hay solamente un cambio
accidental (de aspectos que no son imprescindibles para la identidad
de la cosa -"aquellos que son en otro" o accidentes-; por ejemplo: un
cambio de color), sino cuando hay un cambio como el de un papel
transformado en cenizas.

¿Qué permanece en el cambio sustancial?...la materia prima ("la


materia ni se crea ni se destruye; sólo se transforma"). ¿Qué es la
materia prima? Es "algo" que, a lo largo de los cambios, siempre
"está disfrazado"...de papel, de cenizas, de humo. Es...la capacidad
de cambio de la materia. La medida de la capacidad del cambio es el
tiempo. Cuando el cambio es de tipo intelectual se habla de potencia.
Es decir: toda materia prima es potencia; pero no toda potencia es
materia prima.
III. ¿Qué es la verdad?

Afortunadamente hay una respuesta. Aquí sólo daremos algunos


primeros pasos.

1. La duda

Agustín de Hipona (s.VI) considera que la verdad no está en el


escepticismo(en dudar de todo). ¿Por qué? Por que si dudo de todo al
menos no dudo de que dudo de todo, luego no dudo de todo. La
verdad-como ya dijimos- es inatacable porque si la negáramos
diríamos que es verdad que no existe la verdad.

2. ¿Es el hombre quien ha de medir la verdad de todas las


cosas?

Protágoras (s.VI a. C.) así lo sostenía. De este modo cada hombre


tendría su verdad. Frente a esta postura ya expusimos una crítica
varios puntos del tema 3. Es decir: la realidad es anterior al
pensamiento humano. El hombre tiene que ajustarse a la realidad y
no al revés.

Sin embargo... ¿puede buscarse la verdad dentro de uno mismo si la


verdad viene de la realidad? Sí, afirma Agustín de Hipona. Afirma la
existencia de una iluminación divina que deja su impronta en el alma
humana. Desde un punto de vista más natural quizás podemos añadir
que si cualquier realidad tiene una verdad dentro de sí, cada uno de
nosotros también la tiene . Después de abrirse a la verdad del mundo
exterior, uno puede buscar su personal visión de las cosas que puede
ser una participación de la verdad, que no niega la verdad objetiva.

IV. ¿Cuántas dimensiones tiene la realidad y hasta dónde


pueden llegar las ciencias?

1. Tomás de Aquino da una explicación

En primer lugar está la realidad exterior al sujeto que es capaz de


conocer. Por otra parte el sujeto que conoce, y dentro de éste, dos
planos: el de la coherencia de las ideas y el de la moralidad de las
acciones. Fruto de la acción del sujeto sobre la realidad se produce el
trabajo que puede ser técnico o artístico.Estos cuatro planos son
estudiados respectivamente por la filosofía de la naturaleza, la lógica,
la ética y la mecánica o estética.

Y... ¿cuántos son los grados de conocimiento de la realidad? Según


Santo Tomás son tres. El descriptivo: se trata de un grado formal-
porque no se puede hacer ciencia sólo de lo particular- que describe
las particularidades concretas de los individuos(es utilizado por las
ciencias naturales). El matemático que abstrae las cantidades de las
cosas. El metafísico que abstrae la realidad del ser.Atendiendo a la
noción de ciencia: conocimiento cierto por las causas; son ciencias las
diversas disciplinas que versan sobre cualquiera de estos grados de
abstracción o de conocimiento.

2. Insuficiencia del método matemático para explicar toda la


realidad

Algún científico actual como el físico Stephen Hawking afirma que no


hay más realidad que nuestras posibilidades de observación y que
sólo cabe hablar de conocimiento científico cuando este conocimiento
se puede expresar matemáticamente; si no tal conocimiento carece
de sentido científico. Existe una interesante relación con la postura de
Kant explicada en el tema 3. Hay otra postura diferente a la de
Hawking, la que venimos sosteniendo, que se basa en decir: a) La
verdad de la realidad es por sí misma con anterioridad a nuestras
posibilidades de observación; b) Lo científico no se acaba en lo
matemático; c) La ciencia es el conocimiento cierto por las causas, y
hay causas que van más allá de la matemática. Por esto el
matematicismo, la consideración de que lo único verdadero es lo que
se puede poner en fórmulas matemáticas, es un reduccionismo.

3. La ciencia se basa en la causalidad, pero... ¿es válida la


crítica al principio de causalidad?

Nicolás de Autrecourt (1300-1350), apoyado en la concepción


equívoca del ser, afirma lo que más tarde también formulará Hume:
las cosas hasta ahora se comportan de una manera, pero podrían
cambiar en un futuro. La causalidad es un prejuicio de la mente. La
causalidad es una generalización ilícita de la costumbre. De este
modo se sustituye la causalidad por la sucesión. Existe una relación
con el problema de las impresiones e ideas en Hume. Para este autor
la idea no es más que una huella, un recuerdo de la impresión
sensitiva. Según esta idea-que, por cierto, no es huella de ninguna
impresión, la causalidad no existe porque lo único que se ve es la
sucesión. Contra esta postura hay que decir que la causalidad no se
ve, se entiende: y entender es mucho más que recordar una imagen,
es abstraer su sentido, predicable a otras imágenes similares.

Además el problema de Autrecourt y Hume consiste en que si todo es


sucesión también esta frase podría cambiar. Lo que realmente ocurre
en la realidad es que hay permanencia y sucesión, y el puente entre
ambas es la causalidad.

4. ¿Es científicamente válida la inducción incompleta de


Aristóteles(de unos casos concretos sacar una ley general) o
no debemos pasar los límites de la "experiencia realizada"?
Si una ley es válida para cinco casos sólo vale para esos cinco y por
ahora; generalizar es un abuso. Para él, Hume, la realidad es lo
puramente visible y el conocimiento el que nos dan los sentidos. Si él
dice no a la inducción incompleta como ley general resulta que está
dando una ley general.

V. ¿Qué es la dialéctica contemporánea?

1. Concepto y relación con el acto y la potencia

La dialéctica es afirmar que la contradicción es la ley principal de la


realidad; es decir: en negar el principio de no contradicción.

En la dialéctica tesis y antítesis se presentan con el mismo grado de


realidad; mientras que el acto supone un grado de realidad superior
al de la potencia(no es lo mismo estar leyendo que la posibilidad de
leer). La teoría del acto y la potencia hacen posible el movimiento o
cambio(porque tengo la posibilidad de leer acabo de hecho leyendo) y
se basa en el principio de no contradicción( no se puede leer y no leer
al mismo tiempo y en el mismo sentido). La dialéctica, queriendo
radicalizar el movimiento (leer- no leer), paradójicamente lo hace
imposible.

2. ¿Por qué dice Hegel (1770-1831) que todo lo real es


racional y todo lo racional es real?

Entiende el universo como puro orden, pura racionalidad


evolucionadora. La naturaleza material no es más que un conjunto de
disfraces que adquiere la razón absoluta. Los hombres somos
naturaleza consciente y podemos llegar a descubrir que somos un
instante del flujo evolutivo de la razón absoluta. Personalmente
pienso que todo esto es un intento de pretender abarcarlo
absolutamente todo con la razón. Pero sería absurdo que Hegel dijera
que la razón humana es Dios y, por tanto, quizás esta crítica sea
injusta, lo que hace es hacer un absoluto de la racionalidad (del
orden) del mundo y decir que el hombre participa de modo
consciente de esa racionalidad, pero sin que sea algo distinto a ella.

¿Es verdad lo dicho arriba?... Si la racionalidad del universo es


absoluta ¿por qué evoluciona? Nada puede tener su fin sólo respecto
a sí mismo; tan solo un Ser absoluto; pero en el Ser absoluto no
tiene sentido la evolución. Lo que afirma Hegel no puede ser cierto.

3. ¿Qué puede pasar con la persona humana en este idealismo


absoluto de Hegel?
Que todo se subordine al conjunto: a la especie. Que al considerar la
persona sólo desde la razón no se tengan en cuenta otros aspectos
como los instintos, sentimientos, libertad, felicidad. Que la persona
tenga por sí misma poca importancia porque es sólo un instante en la
evolución del universo.

4. ¿Por qué Marx(1818-1883) es Hegel al revés?

Porque toma de él la dialéctica pero en vez de hablar de razón


absoluta(que le parece falso) habla de materialismo absoluto.

VI. Positivismo y vitalismo irracionalista

Vamos a hablar sintéticamente de dos posturas completamente


opuestas, ambas surgidas en el siglo XIX. El positivismo o la razón de
lo cuantitativo y el vitalismo irracional o la ciega voluntad de la
pasión.

1. ¿Qué es lo esencial del positivismo de Augusto Comte


(1798-1857)?

Comte (s.XIX) pensó que la historia de la humanidad se dividía en


tres grandes etapas. En la primera se consideraban a las fuerzas de
la naturaleza como divinidades: es la etapa teológica. En la segunda,
que comenzaría con Descartes, se buscan razones y porqués
filosóficos para explicar el mundo: es la edad metafísica. En la tercera
tan sólo se atendería a que lo verdadero es lo cuantificable (sólo se
puede hablar de verdadero o falso en aquello que se puede medir);
esto último es lo esencial del positivismo, que inaugura Comte.
Respecto a los periodos que Comte hace de la historia habría que
recordarle, entre otras muchas cosas, que los presocráticos del siglo
VI a.C. ya hacían lo que él llama "filosofía abstracta". Por otra parte
es cierto que todo lo cuantificable es verdadero pero no al revés.
Además cabría preguntarle cómo se cuantifica su empeño
cuantificador .

2. ¿Por qué Nietzsche (1849-1900) es irracionalista?

Porque piensa que la razón no vale para entender la vida. ¿Tiene


razón? Hay posturas que afirmar una inadecuación entre la realidad y
la razón. Por ejemplo si la razón sirve para explicar unas cosas pero
otras no, no sería válida para conocer toda la realidad. Otra postura
sería decir que la razón vale hasta cierto punto para comprender
aspectos de la realidad. Otra posición sería decir que si la razón es
capaz de llegar al origen y fundamento de la realidad también vale
para analizar la propia realidad. Con esto último es compatible
afirmar que hay aspectos de tipo absoluto en los que la razón se ve
necesitada de ayuda. Es cierto que la vida no es sólo razón, también
es afectos, impresiones, belleza, sufrimiento, gozo, etc. Pero todas
estas cosas no se oponen a la razón. El hecho de que la razón no lo
pueda explicar todo no significa que no valga para nada. Es un
valioso medio para comprender la realidad que sólo puede ser
globalmente entendida -aunque no exhaustivamente- por el amor
ordenado(que lleva a "estar enamorado de la vida"). Por esto la razón
se subordina a ese amor.

>VII. Fenomenología, existencialismo y Filosofía del lenguaje

Estas son tres de las corrientes de pensamiento más destacadas del


siglo XX. La primera se presenta como un riguroso método filosófico.
La segunda como una metafísica de la acción, y la tercera como un
planteamiento de las posibilidades científicas de la filosofía.

1. ¿Qué es el método fenomenológico?

Husserl(1859-1938) se centró en el análisis de la tendencia de la


conciencia humana a los objetos de conocimiento, prescindiendo de
su realidad extramental. La descripción de los fenómenos u objetos
que aparecen a la conciencia plantea como base de la filosofía dicha
relación entre el sujeto que conoce y el fenómeno conocido. Este
método ha resultado enriquecedor y ha cuestionado, desde la propia
conciencia, sistemas filosóficos como el de Descartes que se basaba
en una duda metódica que no resiste a los principios
fenomenológicos.

Sin embargo la fenomenología parte de unos presupuestos(la


intencionalidad de la conciencia o tendencia a conocer la realidad -en
tanto que captada por la mente-) que no pueden librarla del
idealismo- la primacía del contenido de la conciencia sobre la realidad
exterior)observa el principio por el que lo conocido transforma al
conocedor; es decir: la íntima conexión y permeabilidad del plano
mental con la persona que lo sustenta.

2. ¿Una nueva metafísica?

El existencialismo es, en general, un centrar el interés filosófico sobre


el realizarse, sobre la existencia, la libertad en el tiempo para los
hombres. Hubo diversas versiones del existencialismo: desde
existencialismos vistos a la luz de Dios como en Gabriel Marcel hasta
posturas ateas como la del ya citado Sartre. Pero fue Heidegger
(n.1889) quien parece que manifestó una más profunda búsqueda de
la metafísica: del ser. Todo ser -en- el tiempo no es más que un
acontecer del ser pero no el ser mismo, el ser puro, al que él
anhelaba llegar. Se han dado diversas interpretaciones a su filosofía.
El historiador Hirschberger considera que Heidegger llega a una
especie de contemplación o mística inexpresable respecto al ser; pero
esto ya no es filosofía. Las consecuencias para el hombre no parecen
muy alegres. Heidegger ve a la persona humana como desveladora
del sentido del ser mediante el lenguaje, pero este desvelamiento no
ha sido nada claro según los propios logros de este autor. A nivel más
práctico Heidegger habla del hombre como un ser para la muerte, de
angustia.

Este intento de verdad desnuda que no habla de felicidad quizás


ignore una profunda comprensión de la analogía del ser y la íntima
unión que puede existir entre acción y contemplación humana en el
marco de una metafísica donde el ser no sólo es el ser sino el bien, la
verdad y la belleza.

3. Positivismo y lenguaje

Hay muchos representantes del neopositivismo, como Carnap o


Reichenbach, que dio paso luego al positivismo lógico que se centró
en la filosofía del lenguaje. Entre estos últimos autores destacan
Moore, Russell y actualmente Habermmas. Wittgenstein(1899-1954)
ha sido quizás -dentro de esta última tendencia- el pensador más
sugerente y divulgado.¿Qué nos quiso decir? Vamos a intentar
explicarlo: Imaginemos un tablero de ajedrez. ¿Es posible calcular el
número de jugadas que se pueden hacer en una partida de ajedrez?
En el caso de que lo fuera el resultado sería una pequeñez comparado
con la cantidad de variables posibles que encontramos en el "gran
juego" del mundo. El significado de la proposición o función mundo
sería la suma de todos sus posibles hechos: cosas que ocurren y que
pueden ser simbolizadas y expresadas mediante frases o
proposiciones de un lenguaje. Pero es imposible abarcar la
proposición mundo y por tanto su significado. Al desconocer el
significado del mundo desconocemos el significado objetivo de todos
y cada uno de sus hechos concretos. Estas son las ideas de la primera
obra famosa de Wittgenstein: El Tractatus. Nos gustaría tener una
visión global del mundo que respondiera a los grandes interrogantes
que el hombre se plantea (estas preguntas están dentro de lo que el
llama "la esfera mística"). Estas preguntas son lo más valioso que el
hombre tiene pero no tiene sentido científico planteárnoslas. Así que
dice Wittgenstein:" de lo que no se puede hablar mejor es callarse".
Sin embargo en el Tractatus este autor no hace más que darle
vueltas a que no tiene sentido plantearse preguntas sin respuesta.
Por eso acaba diciendo que el Tractatus es un sinsentido que expresa
el quiero y no puedo del hombre respecto a las grandes preguntas.
Sobre estas ideas ya hemos dicho que unos conocimientos puramente
relativos son contradictorios respecto a sí mismos. Es la pura lógica
basada en el principio de no contradicción la que nos habla de la
necesidad de ese principio que es condición necesaria de realidad y
que ya supone un conocimiento global o metafísico sobre el mundo.
Su conclusión en el Tractatus es hacer del lenguaje una pura lógica
simbólica al servicio de las demás ciencias y olvidarse definitivamente
de las grandes preguntas.

Posteriormente se dará cuenta de la imposibilidad de reducir el


lenguaje humano a matemáticas y escribirá otra obra:
Investigaciones filosóficas. Aquí dirá que el lenguaje que hay que
estudiar es el lenguaje vivo, coloquial. Este lenguaje tiene un puro
valor situacional, circunstancial, pragmático (sentido = uso),
dependiente de la intención de cada persona y de la cultura en que se
encuentre. Dice que el plantearse valores objetivos de las palabras y
grandes cuestiones metafísicas sobre los significados es una
enfermedad filosófica de la que hay que huir. Su solución está en
olvidarlas. La filosofía se reducirá a describir valores relativos del
lenguaje.

Ante esto caben decir varias cosas: ¿puede el hombre ser feliz
olvidándose de los porqués de las cosas y de si mismo? Por otra parte
la cuestión de los significados exclusivamente relativos de las
palabras vuelve a estamparse con la primera regla de la realidad y
del conocimiento: la columna elemental y basilar del principio de no
contradicción. Las palabras que significan las cosas sólo se sostienen
si existe una palabra definitiva, dotadora de sentido de todas las
demás. Una verdadera filosofía del lenguaje se abre a algo que va
más allá de sí misma y que se expresa en una frase muy conocida y
llena de un infinito significado: "En el Principio existía el Verbo, y el
Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios" (Ioh, Prólogo).

*Respecto a la filosofía personalista actual la explicamos brevemente


en la pregunta 9 del tema 2.

Actividades:

1. Cuestiones:

Relación entre ser y verdad

¿Qué consecuencias que afecten a tu vida tiene el que el ser no sea


unívoco?

¿Idem el que el ser no sea equívoco?

Relación entre ser y analogía.

¿Por qué es importante el estudio del movimiento?

¿Por qué el tercer grado de abstracción también es científico?


Insuficiencias de la críticas de Hume al principio de causalidad.

Realidad y posibilidad de medición. Relación de este problema con


Kant.

¿Dónde está el error de la dialéctica?

Errores del espíritu absoluto de Hegel.

¿Donde está la contradicción del marxismo?

¿Qué frase resume el positivismo y cómo se la puede criticar?

¿Por qué la vida no puede ser amoral?

¿En qué consiste la fenomenología?

¿Qué es el existencialismo?

¿En qué consiste el sinsentido del Tractatus de Wittgenstein y cómo


lo justifica?

¿Es para Wittgenstein el mundo un lugar de realización personal?

¿Donde están las insuficiencias del Tractatus?

¿En que consisten las insuficiencias del Tractatus?

¿En qué consisten las Investigaciones filosóficas de Wittgenstein?


¿Donde está su error?

¿Qué es el personalismo?

2. Destacar las ideas más importantes del texto "El espíritu


positivo", de Julián Marías, ABC, 4.II.99.

El espíritu positivo

CUANDO tenía veinte años, a petición de Ortega traduje el "Discurso


sobre el espíritu positivo", de Auguste Comte. Fue mi primera
traducción. En rigor se trataba del espíritu positivista, rasgo de la
filosofía de su autor, con su porción de acierto y de error.

Al hablar hoy de espíritu positivo, pienso en algo bien distinto: la


actitud que propende a ver lo bueno, a retener y subrayar el aspecto
valioso de lo real. Se contrapone a lo que podríamos llamar el espíritu
negativo o "negativismo", que busca, casi siempre con afán, el lado
peor de las cosas, lo que les falta, lo que disminuye su realidad, las
manchas que las afean. Hay personas que no pueden soportar la
perfección, ni siquiera la incompleta que suelen alcanzar hombres y
mujeres; realidades naturales, obras humanas. Buscan ávidamente
los defectos, se alivian cuando los encuentran, y en todo caso los
fingen e inventan. Parecen nutrirse de las faltas, carencia, errores: en
suma, del mal.

El espíritu positivo, por el contrario, sufre cuando tropieza con todo


eso; no deja de verlo, tal vez es más verdaderamente sensible a ello,
porque se alimenta de realidad, la necesita, deriva su alegría de ella,
se complace al hallarla. Se llama muchas veces "espíritu crítico" al
negativismo, lo cual es un error: el espíritu crítico consiste en mirar
atentamente lo real, distinguir lo bueno de lo malo, lo existente de lo
carente, "le vrai d’avec le faux", lo verdadero de lo falso, como decía
Descartes.

El negativismo suele tener "buena prensa" y ser elogiado. Es


revelador el modo de titular las informaciones en los periódicos –o los
términos preferidos y hasta los tonos de voz en las exposiciones
verbales-. Resulta a veces cómica la diversa manera de presentar, en
diferentes publicaciones, la misma noticia. Hay alguna revista que, de
la primera línea a la última, convierte en sucio y repugnante todo lo
que menciona.

La política es con frecuencia la excusa para el negativismo, pero creo


que es un error. A poco que el ciudadano conserva algún sentido
crítico, advierte la falsificación que representa la interpretación
sistemáticamente negativa de cuanto se hace o acontece. Donde no
hay más que rencor, despecho, en los casos más graves odio, no
puede residir la verdad, y por tanto aquello no se puede tomar en
serio.

El espíritu positivo, precisamente por su sensibilidad para lo real, por


su necesidad de vivir de ello, percibe lo que falta, lo que es la
desviación, acaso extravío, caída. Todo eso le duele, lo lamenta, lo
señala si es menester, con el deseo o la voluntad de remediarlo. Pero
la imperfección no le impide ver lo que es la mayor parte.

En esto reside el punto flaco del negativismo. Su percepción se


concentra en una porción limitada de la realidad, si se hacen bien las
cuentas, una fracción exigua. Es una cuestión de atención, de
proximidad, si se prefiere. Si alguien pone un dedo delante de los
ojos, bien cerca de ellos, no ve nada; a lo sumo, ese dedo que se
interpone entre los ojos u el resto de la realidad, es decir, toda ella.

Tuve mucho tiempo deseo de escribir un artículo titulado "Don Pero".


Pensaba en aquellos que, ante una realidad espléndida –una mujer
particularmente hermosa, un paisaje espléndido, un libro o un cuadro
maravilloso, una acción noble o heroica-, dicen: "Sí, pero". En lugar
de admirar, de exaltarse ante aquello y luego, si es menester, señalar
un pequeño defecto, una leve omisión, algo que se podría añadir; y,
sobre todo, con voluntad de añadirlo si es posible.

Los males existen, ciertamente, y nadie en su sano juicio podría


negarlo. La maldad existe también, y es mucho más grave. Me
repugna indeciblemente que se traten como calamidades las
maldades humanas. Se habla de las matanzas, de las crueldades, de
las opresiones, de las vejaciones de las personas como si fuesen
equiparables a los terremotos, las inundaciones, los volcanes en
erupción, las olas de calor o de frío, los temporales. Los males
producen del engranaje de las causas naturales, del azar, de las
limitaciones del mundo, que las técnicas intentan superar hasta
donde es posible. La maldad tiene su raíz en la libertad del hombre –
lo más precioso de él, pero también lo más peligroso-; por eso la
maldad es gravísima, sobre todo porque es evitable porque está en
nuestra mano no dejarla brotar o remediarla y corregirla.

Pero todo ello representa una fracción reducida de lo real. Todos los
desastres y todas las maldades en su pavoroso conjunto son
incomparablemente menores que aquello en que surgen y lo rodea, lo
que es afectado y herido por ello. El negativismo es ante todo un
error de cálculo.

Lo que pasa es que la atención se concentra sobre todo en lo


negativo, lamentable, perverso. He recordado muchas veces la
definición que Goethe da del demonio: "der Geist, der stets verneint",
"el espíritu que siempre niega". La palabra decisiva es "siempre" –por
eso lo peor del diablo es su monotonía-. Hay que negar algunas
veces, pero ¿siempre? Goethe emplea certeramente la fórmula del
negativismo.

Esa monotonía que hace que, en cualquier circunstancia, sepamos ya


lo que algunas van a decir. Van a "oponerse", a "descalificar", a
"condenar" –sobre todo si se trata de algo bueno, inteligente o
acertado-. Lo peor de todo, y lo más difícilmente curable, es que el
negativismo lo es primariamente de sí mismo. Tiene un profundo
descontento, tal vez un desprecio de su propia realidad. Y esto
también es un error, un error más: ninguna persona como tal es
despreciable; lo son sus actos, sus palabras, su conducta; la persona
misma no. Y por eso, la adversa sentencia que el negativista
pronuncia de sí mismo no tiene porqué ser definitiva. Su mal no es
incurable, precisamente porque el hombre es libre y tiene la
capacidad de volver sobre sí mismo, rectificar y arrepentirse, escapar
del error.
El espíritu positivo está alerta ante la realidad entera. No la confunde
con ciertas porciones de ella, que están ahí, en su puesto, que en
últimas cuentas es bastante reducido. Ahora que se hacen tantas
estadísticas y sondeos, sería interesante comparar el desplazamiento
de lo malo y dañoso en la imagen que nos presentan los medios de
comunicación con el puesto real que tiene en el mundo. Y no digamos
si no pensamos sólo en el "mundo", en el planeta que habitamos,
sino en la realidad íntegra, pasada y presente, futura o simplemente
posible, en lo que se puede imaginar, esperar y, en alguna medida,
hacer.

3. Establecer una breve relación entre las respuestas a las preguntas


de la primera actividad de este tema con algunas de las ideas
principales del texto "El espíritu positivo".

Tema 7 (reducido): Sobre el sentido de la realidad y de la vida

b>1. Introducción

Este tema consiste en una selección muy restringida de autores y de


sus principales ideas que consideramos de especial relevancia porque
cuestionan de un modo crucial el sentido de la vida y la posibilidad
humana de conocerlo. Lo hemos dividido en dos bloques. El primero
plantea el alcance de dos espíritus que podríamos llamar: el de la
contradicción y el positivo. El segundo trata sobre cuestiones
suscitadas a partir de los planteamientos del filósofo Lüdwig
Wittgenstein.

2. Las contradicciones o el espíritu positivo

Hegel (1770-1831) hizo una nueva filosofía sugerente: la


contradicción va a ser precisamente la ley de la existencia. Marx
(1818-1831) tomar nota de esta lección pero en clave
exclusivamente material.

El universo es, para estos autores, un absoluto que esta en tensión


consigo mismo. Y así ocurre con toda la realidad que sufre un proceso
de tesis, antítesis y síntesis superadora. Por ejemplo, la tesis de la
semilla será ser tal, la antítesis su destrucción como semilla y la
síntesis convertirse en árbol. Cada cosa esta en contradicción consigo
misma; la realidad es dialéctica.

Desde un enfoque distinto Nietzsche (1849-1900) plantea la vida


como una realidad pasional y trágica en la que hay que imponer el yo
dando uno sus propios valores; no aceptando los ya establecidos. La
vida es amoral y por esto hay que vivirla de la manera más lujuriosa
y tropical posible, nos dice este autor. Los antivalores de Nietzsche le
llevaron a defender de modo explícito un cinismo que deberá conducir
a la civilización del superhombre, cuya plasmación histórica más
concreta fue el régimen alemán de Hitler.

Para Sartre (1905-1980) la vida es una pasión inútil. La conciencia


humana es la que crea los valores pero su propia actividad de
significar carece de sentido porque el hombre muere: no es un ser
absoluto como querrá ser.

Las citadas antes son una selección de posturas que plantean la vida
en términos de máxima tensión y exasperación; es más: en términos
de contradicción. Vamos a intentar exponer algunas soluciones dentro
de lo que podemos llamar, parafraseando a Julián Marías, el espíritu
positivo.

La dialéctica de Hegel y Marx ponen de manifiesto las tensiones y la


evolución innegables que se dan en el mundo. Pero una cosa es la
tensión y evolución y otra la contradicción pura que es imposible
porque cae en el absurdo inviable que se enfrenta al principio de no
contradicción.

La dialéctica supone un falseamiento de la teoría del acto y la


potencia aristotélicos. Acto es lo que ahora es y potencia lo que ahora
no es pero puede llegar a ser. Todos los seres materiales están en
acto de algunos aspectos y en potencia de otros. Estoy en acto de
escribir y en potencia de acabar de hacerlo. Pero el acto tiene un
nivel de fuerza superior al de la potencia. Sin embargo, en la
dialéctica, tesis y antítesis se presentan con el mismo grado de
actualidad o de fuerza y esto hará imposible la evolución. La
dialéctica, queriendo radicalizar la evolución, paradójicamente la hace
imposible sin darse cuenta.

Nietzsche plantea la vida como realidad amoral. Esto no es posible


por la identidad metafísica, ya estudiada en el tema 3, entre el ser, la
verdad y el bien.

La postura de Sartre ya fue estudiada. La imposibilidad del absurdo,


entre otros motivos, hace inviable su existencialismo, como el mismo
reconoció al final de su vida.

Por todo esto es posible sostener un espíritu positivo ante el sentido


de la realidad. Un sentido positivo(no positivista, cuyo lema es: (solo
lo verificable empíricamente puede tomarse como cierto) que se
basa, entre otras, en las razones ya esgrimidas y en la realización de
la persona humana a partir de un sentido realista de su libertad que
posibilita una creatividad humana con significado.
3. Wittgenstein (1899-1954) y su curiosa partida de ajedrez

Un joven austriaco, en una trinchera de la primera Guerra mundial,


es un soldado diferente a los demás. Lleva en su macuto un cuaderno
de notas en las que escribe lo que luego se ha llamado el Tractatus;
una de las obras filosóficas más conocidas del siglo XX. Este joven es
Lüdwig Wittgenstein.

Se ha pretendido explicar con acierto su obra valiéndose del ejemplo


de un ajedrez. A qué reglas tiene este ajedrez filosófico?...:Cada
jugada tiene una representación gráfica traducida por un lenguaje
formal. Es decir: Una jugada en el tablero puede representarse
mediante el lenguaje simbólico del ajedrez. Cada jugada será lo que
Wittgenstein llama un (hecho) del mundo. Y este (hecho) es
significativo porque es (verificable)...porque se puede comprobar
visiblemente. El lenguaje formal que corresponde a ese (hecho) ; por
ejemplo: C3AD (caballo tres alfil dama), es una (proposición
atómica).El conjunto de todas las jugadas será una partida. El
conjunto de todas las (proposiciones atómicas) será una (proposición
molecular). El conjunto de todas las jugadas posibles de una partida
de ajedrez es algo difícil de calcular; y solo conozco el valor
verdadero de una jugada si conozco el conjunto de la partida. Si, en
vez de un ajedrez, nos encontramos con el mundo...resultará
imposible saber cuál es el valor de todos los hechos del mundo. Sí lo
que vale un 6 porque está entre el 0 y el 10; pero si no tengo el
marco de referencia de la globalidad del mundo, ya que es
inabarcable en el espacio y en el tiempo, no puedo saber el valor de
los hechos. Dice Wittgenstein: (el sentido del mundo debe quedar
fuera del mundo).

De este modo todos los valores que de a las cosas son puramente
subjetivos o relativos, dependerán de mis circunstancias concretas .
No habrá posibilidad de conocer una causalidad cierta.

La ética, el alma, Dios...son lo más grande que tenemos (el los


engloba en lo que llama -la esfera mística-) pero son términos de los
que no se puede hablar científicamente. Así dice nuestro autor: -de lo
que no se puede hablar, mejor es callarse-.

El mundo no va a ser un lugar de realización personal porque no se


cuál es su sentido:"Hay que arrojar el mundo al cuarto de los
trastos".

Sin embargo el Tractatus es una obra que está continuamente


hablando de la imposibilidad de llegar por la razón a realidades
superiores a los hechos del mundo. Es decirles una obra llena de
proposiciones no –significativas-; no –verificables-. Wittgenstein es
consciente del propio sin sentido del Tractatus pero lo justifica
diciendo que esta es la condición del hombre: querer llegar más allí
de lo que puede.

Respecto a la filosofía concluye en que esta ciencia tendrá que


limitarse a elaborar lenguajes lógico-matemáticos al servicio de otras
ciencias.

Hasta aquí Wittgenstein. ¿A qué nos parece que le ha ocurrido para


llegar a esas conclusiones?...:Los motivos que siguen:

El principio de –verificabilidad- de Wittgenstein da por sentado de que


sólo es verificable lo que se puede ver. Esto es un empirismo o un
positivismo que niega, sin razón, la capacidad humana de trascender
lo meramente sensible.

El conocimiento humano puede llegar al ser de las cosas. De hecho es


a lo primero que llega: -esto es...tal cosa-. Los seres tienen modos
de ser análogos, en parte iguales y en parte distintos. Sobre esta
realidad actúa el principio de no contradicción. Los seres no son
equívocos (totalmente distintos), ni unívocos (totalmente iguales, con
diferencias meramente superficiales).

Al decir que todo valor sobre un hecho es una valoración subjetiva o


relativa está afirmando -no es relativo que todo es relativo- y, por
tanto, se está contradiciendo. No se da cuenta del primer principio de
la realidad: el principio de no contradicción; a saber: una cosa no
puede ser y no ser al mismo tiempo y en el mismo sentido. Este
principio es condición previa para la realidad, como el principio de
causalidad (-todo lo que es tiene una causa de su existencia-). El
hombre sí puede llegar a ideas globales sobre el sentido de la
realidad.

La causalidad, frente a lo que dice la herencia de Hume, no es una


imagen inasequible, sino una finalidad de la realidad que el hombre
puede conocer con su inteligencia. La finalidad es algo previsto para
la evolución: es antes de la evolución y en la evolución...la mente
humana llega desde el mundo a una finalidad previa a él.

Su imposibilidad de llegar a la realidad del alma por la razón se debe


a que antepone, a la manera de Kant, el pensamiento al ser. El
pensamiento funciona a partir de imágenes y no tenemos una imagen
del alma. De acuerdo, pero hay que recordar que primero es el ser y
luego el pensamiento. Porque tengo psique racional o alma soy capaz
de pensar. No tiene sentido real poner en duda la existencia del alma.

Respecto a Dios, como veremos en el próximo tema, a partir de


imágenes sensibles del mundo puedo ir más allá de la mera materia y
entender un orden y unas leyes y una causa última necesaria para
esas leyes.

El sinsentido del Tractatus responde a una contradicción interna del


mismo que pretende justificarse diciendo que el hombre es una
contradicción: -un quiero y no puedo-. Esto no es verdad. El hombre
puede conocer un sentido global del mundo (no solo fragmentario o -
atómico-) menos o más profundo, y realizarse en él como un ser
personal.

Actividades:

Destacar las ideas más importantes del texto El espíritu positivo de


Julián Marías, ABC, 4.II.99.

Selecciona un conjunto de ideas de la teoría de este tema y procura


relacionarlas con otras de las ideas principales del texto "El espíritu
positivo".

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