UAM Xochimilco

Sofia Carricart Ezeta

28-11-2018

Profeso: Manuel Outon

La escucha.

La técnica de la escucha significa escuchar y entender la comunicación desde el

punto de vista del que emite el discurso. Muchas veces se cree que oír y escuchar

son sinónimos, hecho equivoco, pero ¿Cuál es la diferencia entre oír y escuchar?

Hay grandes diferencias: oír es simplemente recibir vibraciones de sonido, mientras

que escuchar es entender, comprender y dar sentido a lo que se oye. En el ejercicio

de la escucha no solo implica tener el oír lo que la persona nos está diciendo, sino

también poner atención a los sentimientos, ideas o pensamientos que se encuentran

escondidos entre líneas detrás de lo que está diciendo. Para llegar a entender a

alguien se requiere ser empático, saber ponerse en el lugar de la otra persona

teniendo muy en claro el no sobreponer los sentimientos propios y ajenos.

El oído nunca deja de recibir sonidos, las personas muchas veces se quejan porque

nadie los escucha y para poder escuchar primero debe existir un discurso que le dé

sentido al sujeto, ya que sin lenguaje no somos nada. Ya que al nacer el sujeto, se

ve introducido en un un discurso que ya existía, el cual forma al sujeto y al crecer

debe encontrarse en las palabras de los demás para tener un sentido de

pertenencia, es decir, somos sujetos hasta que alguien nos nombra.

La escucha nos sirve para entender el discurso de la persona, para que esta pueda

relatar sus orígenes, para esto deberá volverlos a construir en la memoria y solo lo
que ha dejado huella está ahí. Es así que el sujeto debe perderse en su discurso

para poder historizar su vida y es justo aquí donde empieza nuestra misión. La

definición de escuchar para nosotros como psicólogos en formación, es acompañar

en este proceso, debemos introducirnos en este relato y adentrarnos en el discurso,

prestar nuestro propio cuerpo para que sirva de guía, aferrarnos a su discurso hasta

el final, intentar escuchar lo que no dice, lo que calla.

En la escucha el silencio el cual en muchos casos se hace presente, nos dice

mucho, habrá para quienes el silencio del entrevistado significa un fracaso, sin

embargo, no hay entrevistas fracasadas, si se observa bien, toda entrevista aporta

datos de importancia sobre la personalidad del entrevistado. Para el entrevistado,

este espacio significa muchas veces la única posibilidad que tiene de hablar lo más

sinceramente posible de sí mismo con alguien que no lo juzgue, sino que lo

comprenda. De esta manera, la entrevista actúa siempre como un factor normativo o

de aprendizaje, aunque no se recurra a ninguna medida especial para lograrlo. En

otros términos, la entrevista es siempre y al mismo tiempo, en alguna medida,

terapéutica.