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Español

Se cree que detrás de las prácticas educativas hay previamente una filosofía de la educación, una
antropología, una psicología del aprendizaje o alguna teoría que le fundamenta o le da sustento. Sin
embargo, la teoría ha sido más bien una reflexión posterior o simultánea, en el mejor de los casos, a estas
prácticas. Tanto la teoría, como el trabajo en el aula son sistemas móviles y abiertos, gracias a la dialéctica
que entablan con otras teorías y con la realidad. No hay teorías ni prácticas químicamente puras. La práctica
pedagógica, por más teorías y modelos vigentes y solventes que pretende seguir, se mantiene todavía
prisionera o atados a los contenidos escolares. Se ha dado más bien una suerte de acomodo del modelo a
la práctica en el aula, antes que de la práctica al modelo. La neurociencia actualmente tiene mucho que
decirnos sobre cómo aprende el cerebro, algo que no puede dejar de lado ninguna teoría educativa sin
descuidar, obviamente, las tradicionales contribuciones de la Psicología cognitiva, Filosofía y Pedagogía.

Universidad Pedagógica Experimental Libertador-Maracay

Resumen

Los enfoques del aprendizaje demarcan el camino por el cual transita el hombre para
adquirir el conocimiento. Por ello, dentro del proceso educativo adquieren una vital
importancia, ya que los mismos describen la forma y manera cómo la persona o individuo
adquiere el acto de prender. También porque son estamentos psicológicos con los cuales
los maestros pueden, de una u otra forma, dirigir, conducir y planear el acto educativo. No
obstante, este artículo se apuntala hacia la descripción y análisis comparativo de un
entramado epistemológico donde se sustenta la columna vertebral de dos enfoques del
aprendizaje más usados y controversiales del siglo XX. Estos son, de acuerdo a Bigge
(2004), el conductismo y el cognoscitivismo. Los mismos se describen como dos enfoques
que surgieron en un tiempo determinado de la historia. Sin embargo, estos contenidos
epistémicos se encuentran presentes hoy día en la programación educativa de algunos
diseños curriculares.

Palabras claves: Conductismo, Cognoscitivismo, Aprendizaje, Biointegralidad.

Una Perspectiva Comparativa entre el Conductismo y el Cognoscitivismo

Introducción

El ser humano desde que se conformó en sociedad se vio involucrado dentro de un proceso
en el cual no sólo sintió la inquietud para adquirirlo, sino que también trató de averiguar
cómo se llevaba a cabo tal acción. Este proceso se le llamó y se le sigue llamando
aprendizaje. Por ello, Bigge (2004) refiere que:

Desde los tiempos antiguos al menos algunos de los miembros de cada sociedad civilizada
han desarrollado y probado hasta cierto punto, ideas sobre la naturaleza del proceso de
aprendizaje. Desde el siglo XVII, han surgido teorías más o menos sistemáticas del
aprendizaje, para oponerse a las teorías existentes. Por lo común, una nueva teoría del
aprendizaje no se traduce en práctica escolar hasta que transcurren de 25 a 75 años. Por
otra parte, cuando una nueva teoría llega eventualmente a afectar las normas escolares, no
desplaza habitualmente a sus predecesoras, sino que sólo compite con ellas (p.17).

Por esta razón, es relevante el abordaje epistémico de los enfoques de aprendizaje dentro
de los contenidos programáticos de toda planificación educativa. Pues, los mismos
sustentan los preceptos teóricos psicológicos en los cuales se exponen la forma y la manera
cómo los individuos o las personas adquieren el arte de aprender. No obstante, el presente
artículo sólo se remite a realizar una perspectiva comparativa entre estos dos enfoques,
como lo son el conductismo y el cognoscitivismo, ya que debido a Bigge (2004) fueron los
enfoques de mayor auge y los más controversiales dentro del proceso educativo del siglo
XX.

Se tiene, por lo tanto, a dos enfoques que surgieron en una época y en un tiempo
determinado de la historia. Sin embargo, fueron dos posturas epistémicas que demarcaron
dos campos, dos mundos diferentes y antagónicos que hasta el presente se pueden
observar tanto en la praxis educativa como en los contenidos programáticos de ciertos
diseños curriculares. Los basamentos teóricos que sustentan a estos dos enfoques son
transitados a través de la hermenéutica, ya que la misma permite la descripción, el análisis
y la comparación entre los mismos.

Sinopsis Histórica del Conductismo y del Cognoscitivismo

El enfoque conductista se deriva del término inglés que quiere decir conducta. Surge a
través de la evolución conductista iniciada por J. B. Watson (1878-1958), quien desarrolló
en el año 1913 un programa según el cual la psicología debía circunscribirse al estudio de
la conducta observable y mensurable, descartando de esta manera todo lo referido a la
descripción de contenidos de la conciencia y a los datos que pudiera suministrar la
introspección.

Cabe mencionar que la introspección fue el método que sentó las bases para que la
psicología comenzara a adquirir una fundamentación científica. No obstante, por ser un
método basado en una serie de aspectos subjetivos del ser humano fue rechazado por este
enfoque, que fundamenta sus preceptos sólo en la conducta observable y cuantificable de
los organismos. Por ello, este enfoque se cimenta sobre el campo de la conducta, el cual
predice que todo proceso, todo evento de aprendizaje sólo es posible a través de la
práctica, de la demostración de un hecho observable. Tal y como lo señala Porras y
Sabatino (1986):

El proceso de aprendizaje se inicia cuando el sujeto capta y percibe un evento del


ambiente. Una vez dentro del sujeto, ese evento es frecuentemente procesado, bien
asociado, bien categorizado, etc. Eventualmente es exteriorizado en formas de conductas
observables. (p.21)

En contraposición al enfoque conductista se encuentra el enfoque cognoscitivista, el mismo,


de acuerdo a Bigge (2004), pertenece a la familia del campo de la Gestalt. Este nuevo
enfoque psicológico gestaltista se originó en Alemania durante las primeras décadas del
siglo XX. Su máximo exponente fue Max Wertheimer (1880 - 1943). El término Gestalt o la
psicología de la forma se derivó de un sustantivo alemán y el mismo no tiene en la lengua
castellana una palabra equivalente, y es por esta razón que el término fue incluido en la
terminología psicológica.

Sin embargo, teóricos seguidores de este nuevo enfoque dieron nuevos nombres a la
psicología de la gestalt surgiendo de esta manera: la psicología configurativa, la psicología
organística, la del campo, la fenomenológica y la del campo cognoscitivo. De igual forma,
percibieron al fenómeno del aprendizaje como un factor estrechamente relacionado con el
proceso de la percepción. Por ello, definieron al aprendizaje, según Bigge (2004), como "la
reorganización del modo perceptual o psicológico del aprendizaje - su campo" (p. 71).

Este movimiento psicológico se introdujo en los Estados Unidos para el año 1912, y el
teórico que lo dio a conocer fue Max Wertheimer, de origen alemán y precursor de este
nuevo paradigma cognitivo. La psicología del campo de la gestalt significó, entonces para
este teórico, un conjunto organizado de un todo que proviene a raíz de una serie de partes.
Esta teoría del campo de la Gestalt se sustenta sobre seis leyes que fueron formuladas por
este teórico y sus seguidores, las mismas le dan a esta teoría el principio de totalidad
perceptiva durante el proceso de aprendizaje. Dentro de estas leyes tenemos las siguientes:
La Ley Básica de Pragnäz, la Ley de Similitud, la Ley de Proximidad, la Ley de Cierre, la
Ley de Buena Continuación y la Ley de Membresía.

Conceptualización del Conductismo y del Cognoscitivismo

El conductismo es conceptualizado por sus seguidores como el enfoque que refiere un


marco metodológico experimental y mensurable en relación a la forma cómo el individuo
aprende. Sustenta su episteme en la conducta observable, medible y cuantificable de los
seres vivos y entre ellos fundamentalmente la del ser humano. La conducta es definida por
los teóricos de esta teoría del aprendizaje como: "cualquier actividad, movimiento, reacción
o respuesta que altera la posición del organismo o de cualquier parte del mismo en el
espacio" (Diccionario de Ciencias de la Conducta, 1984, p. 121).

En este mismo orden de ideas, Mussen, Conger y Kagan (1984) acotan que el enfoque
conductista "centra su atención sólo en la conducta manifiesta y no en la solución de
problemas, mucho menos en los deseos, sentimientos o formas de pensar" (p. 28). Estos
autores aluden que en este supuesto teórico sólo se toma en cuenta los poderes del
ambiente y de la experiencia. También, señalan la perspectiva que ellos asumen en cuanto
a la formación de hábitos y creencias en los individuos, percibiéndolos como modelos de
imitación que se refuerzan o se generan a través de castigos y recompensas.

Liliana P. Arias Delgado Colección. Resaca literaria. Un compendio de resacas que me quedan
después de beberme hasta el fondo cada libro que cae en mis manos ¿Qué es la cognición? Hace
poco cayó en mis manos un blog, de psicología, en el que encontré un texto de Martha Arbeláez,
del año 2000, que me permitió entender la cognición de una forma muy clara. Como un buen
texto inicia con la definición de su origen, para este caso del latín que significa “cognoscere”, que a
su vez significa conocer. A esta definición etimológica le sigue la psicológica que ubica la cognición
como una capacidad, además propia de los seres vivos para procesar la información proveniente
de los sentidos. Aquí ya veo una tendencia y es a analizar esta capacidad desde los sistemas. Sigue
la mirada ampliándose esta vez para centrar la definición en el conjunto de procesos (atención,
memoria, percepción, lenguaje, pensamiento, aprendizaje, entre otros) encargados de acceder al
conocimiento. Se mantiene en el lenguaje de los sistemas. Hasta ahora podríamos decir que la
cognición se refiere a una capacidad para combinar los procesos que permitan procesar la
información proveniente de los sentidos de tal manera que sea posible acceder al conocimiento.
Ahora se incluye un enfoque funcional de la cognición que permite producir y transformar los
conocimientos. Se plantea dos niveles de procesos de cognición humana unos de orden inferior o
básico y otros de orden superior. Dentro de los primeros, los básicos, se encuentran la
concentración, la atención, la percepción y la memoria, entre otros; en los procesos de orden
superior se tienen en cuenta el lenguaje, la solución de problemas, el aprendizaje y el
razonamiento, entre otros La cognición se puede estudiar desde dos ámbitos de conocimiento: la
ciencia cognitiva y la psicología cognitiva. La primera intenta entender los sistemas inteligentes
naturales o artificiales; la segunda, busca comprender cómo se desarrollan los procesos mentales,
desde el procesamiento de la información, que intenta encontrar las reglas que explican el
funcionamiento cognitivo. La psicología cognitiva, que surge en los 50 solo alcanza su apogeo
hacia los 70 cuando se hizo evidente su influencia para entender el aprendizaje. Cuando empieza a
distanciarse de la explicación conductista y pone acento sobre el pensamiento, la solución de
problemas, el lenguaje, la formación de conceptos y el procesamiento de la información. Desde las
teorías cognitivas se ve el aprendizaje como un proceso interno. Finalmente el conocimiento es
una representación simbólica. El enfoque epistemológico que subyace al cognitivismo es el
Racionalismo, que pone a la razón como la fuente primaria del conocimiento. El aprendizaje,
desde este enfoque consiste en una serie de mecanismos que el ser humano pone en movimiento
para adaptarse al mundo. Dicha adaptación involucra dos procesos: la asimilación y la
acomodación. La asimilación se refiere al modo en que un organismo se enfrenta a un estímulo del
entorno en términos de organización actual y la acomodación es la modificación de la organización
actual en relación a las demandas del medio. El rol del estudiante es activo y cooperativo. El
profesor, en este modelo, tiene el reto de generar estrategias que le permitan llegar a sus
estudiantes, a cada uno, porque el aprendizaje se experimenta de manera diferente al interior de
cada uno. Al profesor le corresponde diseñar acciones didácticas como son estimular el recuerdo,
motivar, promover la transferencia, proporcionar retroalimentación, provocar respuestas y
evaluar el proceso. En relación con el conductismo hay varios puntos de quiebre, por ejemplo, que
ya no resulta importante un mero cambio en la conducta, como respuesta a un estímulo, sino más
bien se refiere a un cambio en el significado de la respuesta. El cambio no se origina en el exterior
sino en la necesidad interna de reestructurar nuestros conocimientos. A diferencia de lo
propuesto por los conductistas este no es un cambio mecánico sino que se necesita de la
participación activa de los estudiantes, la práctica es básica para aprender. Desde esta posición
teórica se afirma que aunque todos los seres humanos poseen el potencial para aprender, éste se
logra dependiendo del interés de la persona. Si además requiere de compromiso emocional se da
a un nivel más profundo y se mantiene por más tiempo. A modo de resumen: Desde las teorías
cognitivas se considera el aprendizaje como un proceso activo, individual, interactivo y sólo siendo
significativo puede mantenerse en el tiempo. Es importante resaltar que no es un proceso
netamente mental sino que implica emoción y se manifiesta en la acción. Constituye un reto para
el maestro porque implica que éste debe tener en cuenta las diferencias individuales, o los estilos
de aprendizaje de sus estudiantes. Referencias. Coloma Manrique, C., & Tafur Puente, R. (2013).
Sobre los estilos de enseñanza y de aprendizaje. Educación, 9(17), 51-79. Recuperado de
http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/educacion/articl e/view/5255

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