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TRABAJO INVESTIGATIVO
ECOLOGÍA DE POBLACIONES
RIOBAMBA-ECUADOR
SISTEMA NACIONAL DE ÁREAS PROTEGIDAS DEL ECUADOR.
Ecuador tiene 19,1 millones de hectáreas de Áreas Protegidas (AP). Es decir, aproximadamente,
el 19% del territorio nacional corresponde a las 49 regiones que el Ministerio del Ambiente
(MAE), a través de la Subsecretaría de Patrimonio Natural, custodia y preserva para garantizar la
conservación de la biodiversidad y el bienestar de los todos los seres vivos, ejerciendo rectoría,
regulando y asignando los recursos económicos necesarios, a partir de la aprobación de la
Constitución Política de 2008.
La calma y enigma de la selva, la imponencia silente del páramo, la fuerza y la intensidad del
océano, son solo algunas de las sensaciones que provoca y contagia el patrimonio ambiental y
cultural del país del equinoccio, pues el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) está
conformado por Parques Nacionales, Reservas Biológicas, Reservas Ecológicas, Reservas
Geobotánicas, de Producción Faunística, Marinas, Refugios de Vida Silvestre, y Áreas de
Recreación distribuidas en todo el Ecuador.
El Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) garantizará la conservación de la biodiversidad
y el mantenimiento de las funciones ecológicas. El sistema se integrará por los subsistemas estatal,
autónomo descentralizado, comunitario y privado, y su rectoría y regulación será ejercida por el
Estado. Este asignará los recursos económicos necesarios para la sostenibilidad financiera del
sistema y fomentará la participación de las comunidades, pueblos y nacionalidades que han
habitado ancestralmente las áreas protegidas en su administración y gestión.
El SNAP abarca cuatro regiones del país y alberga 56 reservas naturales que se extienden en
aproximadamente el 20% de la superficie del Ecuador.
El sistema nacional de Áreas protegidas (SNAP) es el conjunto de áreas naturales protegidas que
garantizan la cobertura y conectividad de ecosistemas importantes en los niveles terrestre, marino
y costero marino, de sus recursos culturales y de las principales fuentes hídricas. (Yánez, P. 2014)
ADMINISTRACION
El Ecuador a través del MAE invirtió alrededor de USD 51,3 millones en infraestructura turística
en los últimos años. Esto permite proyectar a las Áreas Protegidas como actor clave del Buen
Vivir y genera las condiciones para dinamizar el desarrollo económico rural con inclusión social.
El gasto total del MAE en áreas protegidas* bordeó los USD 52,2 millones.
El personal que trabaja en las áreas protegidas asciende a 1.091 personas, quienes han sido
debidamente capacitadas y equipadas. Al 2016, 735 guardaparques trabajan en la conservación
de las áreas protegidas, 3,5 veces más que en 2003.
Una responsabilidad adicional de los administradores de las áreas protegidas es la de transmitir el
concepto de conservación al público. Sin un apoderamiento por parte del público del concepto,
existe el riesgo de fracasar en el largo plazo. Este apoderamiento podría ser local, nacional o
internacional. Es decisivo el desarrollo del turismo para la consecución de esta meta, por lo que
no solo debe verse como una fuente de financiamiento para la conservación. El vínculo entre el
turismo y las áreas protegidas es, por tanto, inevitable y profundo.
El turismo debe ser parte de la estrategia de manejo del área protegida. El documento de
planificación (o plan de manejo) debe ser el resultado de una evaluación que fortalezca el
conocimiento exhaustivo de los recursos naturales y culturales del área. El documento
determinará el estrés, sus fuentes y las amenazas a la integridad natural y cultural del área, así
como las estrategias para reducir dichas amenazas. El plan deberá definir los objetivos de manejo
a largo plazo y un esquema de zonificación que identifique dónde se pueden realizar ciertas
actividades. Como consecuencia se obtiene una sinergia entre dos fuerzas que genera una relación
simbiótica. Este principio puede aplicarse a nuestro análisis: el turismo necesita de las áreas
protegidas y las áreas protegidas necesitan del turismo.
Existen muchas razones por las que conservacionistas y administradores de áreas protegidas
consideran al ecoturismo como una herramienta para el manejo de áreas:
El turismo convencional aparece algunas veces como una fuente de presión para la
biodiversidad del área protegida. En cambio, el ecoturismo puede ser una estrategia
apropiada porque toma en cuenta las amenazas para la conservación y los costos
derivados de éstas. Como mínimo, los administradores deben controlar los impactos
negativos del turismo. Aun si no se implementara una planta turística, se deben tomar
medidas para asegurar que el número creciente de visitantes no provoque impactos
negativos en la biodiversidad del área. Entre estas medidas se incluye el aumento de
personal, y el desarrollo de sistemas de monitoreo y educación ambiental. El manejo de
visitantes y la minimización de impactos es una responsabilidad de los administradores
de área.
El ecoturismo puede captar ingresos económicos para las áreas protegidas. Los sitios
donde los visitantes no encuentren en qué gastar su dinero representan oportunidades
perdidas. Cientos de miles de dólares de ingresos potenciales son perdidos por
comunidades locales y administradores de área, debido a que los turistas no tienen
facilidades para el pago de tarifas y para la compra de bienes y servicios.
Apropiadamente implementado, el ecoturismo puede convertirse en una fuerza
importante para mejorar las relaciones entre las comunidades locales y los
administradores de áreas. Esta relación es quizás el aspecto más difícil del ecoturismo, ya
que requiere llegar a niveles de comunicación y confi anza entre diferentes culturas y
perspectivas, que normalmente son difíciles de alcanzar.
El ecoturismo puede ser una mejor opción que otras actividades económicas en áreas
naturales. Muchas áreas naturales son amenazadas y necesitan ser fortalecidas para poder
sobrevivir. El ecoturismo puede ayudar a proteger las áreas de estas amenazas. Por
ejemplo, un programa exitoso de ecoturismo puede prevenir la implementación de
actividades de explotación de alto impacto en un área, ya que puede generar mayores
ingresos, especialmente a largo plazo.
Al implementar el ecoturismo en áreas protegidas, se demuestra que el turismo no tiene
que ser necesariamente masivo y destructivo y que, aunque en un frágil ambiente, el
desarrollo sustentable sí puede funcionar en áreas protegidas. (Caiza, R. 2012)
CATEGORÍAS
Las áreas protegidas del Ecuador abarcan las cuatro regiones geográficas del país y 20 provincias
y, en la actualidad, son la principal estrategia nacional de conservación in situ de la biodiversidad.
El Sistema Nacional de Áreas Protegidas generalmente está constituido por:
11 Parques Nacionales
Galápagos, Machalilla, Cayambe Coca, Cotopaxi, Llangates, Sangay, El Cajas, Podocarpus,
Yacuri, Sumaco-Napo-Galeras, Yasuní.
5 Reservas Biológicas
Limoncocha, El Cóndor, El Quimi, Cerro El Plateado, Colonso Chalupas.
1 Reserva Geobotánica
Pululahua.
9 Reservas Ecológicas
Manglares Cayapas Mataje, Mache Chindul, Manglares Churute, Arenillas, El Ángel, Cotacachi
Cayapas, Antisana, Los Illinizas, Cofán Bermejo.
3 Reservas Marinas
Galera San Francisco, El Pelado, Galápagos.
Reservas Ecológicas.
Las Reservas Ecológicas del Ecuador son áreas naturales terrestres y/o marinas de extensiones
variables que pueden incluir uno o varios ecosistemas o formaciones vegetales en estado natural
o con poca intervención humana. Revisten importancia nacional o regional para el manejo y
utilización sostenible de los recursos naturales en beneficio de las comunidades humanas
ancestrales presentes al momento de su establecimiento. "El objetivo principal es el de guardar
materia genética, diversidad ecológica, bellezas escénicas, fenómenos especiales y la regulación
ambiental para la investigación científica de elementos y fenómenos naturales y la educación
ambiental. Cuando no hay conflictos con la investigación y la educación, se permiten actividades
de recreación y ecoturismo en áreas limitadas, siempre y cuando las características del recurso lo
permitan." (MAE. 2007)
Reservas Geobotánicas.
"Es un área de extensión destinada a la conservación de la flora silvestre y los recursos geológicos
sobresalientes. Proteger en estado natural las áreas con diversos ecosistemas, paisajes y
formaciones geológicas excepcionales, con el fin de asegurar la continuidad de los procesos
evolutivos, naturales, y al mismo tiempo propender a la recuperación de las áreas alteradas por la
intervención humana; son objetivos importantes de esta categorización. Por su valor histórico,
cultural, paisajístico y científico, brinda oportunidades recreativas turísticas y de educación
cultural a visitantes y turistas nacionales y extranjeros. Constituye un Banco de germoplasma de
especies de flora y fauna en vías de extinción." (MAE. 2007)
Reserva Marina.
Una Reserva Marina de Ecuador comprende toda la zona marina dentro de una franja de 40 millas
náuticas, medidas a partir de las líneas base del Archipiélago y las aguas interiores e incluye
columna de agua, fondo marino y subsuelo.
La presencia humana está relacionada con la pesca ajustada a las necesidades de conservación y
a la zonificación definidas en los planes de manejo. (MAE. 2007)
Poco presupuesto
Poco personal, muy antiguo y no capacitado para manejo actual de las áreas protegidas
Manejo únicamente orientado al interior del área
Poca capacidad de generación de fondos
Falta de inserción dentro de la política nacional y local y debilitamiento del MAE
Mayor presión hacia los recursos naturales
Incoherencias y vacíos legales
Politización del manejo de las áreas protegidas (Rivas, A. 2006)
BIBLIOGRAFÍA
MAE. (2007). Guía del Patrimonio de Áreas Naturales Protegidas del Ecuador.
ECOFUND, FAN, DarwinNet, IGM. Quito, Ecuador. Ecuador.
Disponible en: http://www.ambiente.gob.ec/sistema-nacional-de-areas-protegidas/;
consultado en enero 2019.
Rivas, A. (2006). Gobernanza de los sistemas nacionales de áreas protegidas en los andes
tropicales: diagnástico regional y análisis comparativo.