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Disciplina Bíblica en la Iglesia


Ministrando a Pecadores no Arrepentidos en la Iglesia

Por el Pastor Matt Postiff, Ph. D., Th. M.


Disponible en Formato Electrónico en http://fbcaa.org/ucb/
Traducido con Permiso de su Autor
Versión en Español por el Pastor David Díaz

1. Introducción y Definiciones.
Disciplina en la Iglesia es un proceso en el cual Dios usa a una iglesia
local para enfrentar el pecado de un creyente profesante pero que no se
arrepiente de su pecado. Dios usa el proceso para castigar a la persona,
traer arrepentimiento, y purificar a la Iglesia.

Excomunión significa remover o separar a un miembro que no se


arrepiente y que no responde al proceso de disciplina bíblica de la iglesia.
La palabra Ex, significa “fuera”, y comunión se refiere a la “comunión de
la iglesia”. Por lo tanto excomunión significa “colocar a una persona fuera
de la comunión de la iglesia”, removiéndole de la membrecía (como
profundizaremos después, esto no significa que no se le debe hablar más
a esa persona).

Arrepentimiento es un cambio de mente con respecto al pecado,


acompañado por un cambio de dirección con relación al pecado.
Inicialmente el arrepentimiento comienza con admitir la culpa y luego con
la confesión. Incluye también el “fruto” del arrepentimiento, en el cual la
persona cesa de pecar y hace todo lo necesario para corregirse y
restituirse (Lucas 3:8; Hechos 26:20). La persona está dispuesta a
someterse a las consecuencias de su pecado. Debe estar acompañada de
una tristeza piadosa, lo cual es parte del fruto del verdadero
arrepentimiento.

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2. Fundamentos Teológicos y Verdades ya Recibidas.

2. A. La Santidad de Dios.

Lo primera verdad que debemos entender es la santidad de Dios. “Dios


es luz, y ningunas tinieblas hay en él” (Levítico 11:44; 1 Juan 1:5). Dios no
está manchado por el pecado en ningún sentido, y el pecado causa la
separación entre Dios y sus criaturas (Isaías 59:2).

Por lo tanto, la comunión con Dios requiere santidad en nuestras


vidas. Dios quiere que seamos más y más como Jesús y que vayamos
siendo conformados hacia su santidad (1 Pedro 1:15, 16). Esto honra a
Dios. Podemos llevar esto a la práctica mediante las disciplinas
espirituales que el Señor nos ha dado, como el estudio bíblico, la oración y
la participación activa en la iglesia local.

La comunión con Dios también requiere santidad en la iglesia, esto


significa, como “cuerpo” de creyentes. Esto se logra cuando nos
exhortamos unos a otros con la predicación de la Palabra de Dios en
nuestras diferentes reuniones (2 Timoteo 3:14-4:2). También enseñando
las Escrituras individualmente de persona a persona (Hebreos 10:2, 25), y
ayudando a los miembros al continuo arrepentimiento del pecado (Mateo
18:15-17). Haciendo estas cosas honramos a Dios.

La santidad de Dios implica que debemos guardar la santidad en el cuerpo


de Cristo que es la iglesia.

1. Ejemplos: La iglesia en Éfeso no toleró a aquellos que con maldad


y falsedad clamaban ser apóstoles (Apocalipsis 2:2). La iglesia de
Pérgamo permitió la falsa doctrina de Balaam y la de los nicolaítas
(incluyendo idolatría e inmoralidad sexual). La iglesia fue llamada al
arrepentimiento, y esto incluyó quitar a los transgresores (Apocalipsis
2:14-16). La iglesia en Tiatira toleró a Jezabel, una “profetiza” que
enseñaba idolatría e inmoralidad sexual en la iglesia. Jezabel no solo
no se arrepintió, sino que la iglesia tampoco la detuvo (Apocalipsis
2:20-23).

2. Dios es muy serio con la pureza de su Iglesia. “Si alguien destruye


la iglesia, Dios le destruirá a él” (1 Corintios 3:17). Un poco de

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levadura de pecado puede arruinar a la iglesia (1 Corintios 5:6, 7). La


Iglesia es un templo santo (Efesios 2:21).

2. B. La Membrecía de la Iglesia.

Una iglesia recibe a un creyente en su comunión y así afirma que esa


persona ha realizado una genuina profesión de fe en Cristo, que ha sido
bautizado, y que se adhiere a la confesión de sana doctrina y práctica de la
iglesia. Luego esta persona llega a ser “parte” o “miembro” de la iglesia y
se involucra en la adoración en la iglesia, en recibir enseñanza, en
participar de la comunión y del evangelismo. Una iglesia es un grupo de
creyentes unidos para llevar adelante todas estas funciones. Estos
ministerios están destinados para ayudar a la persona a realizar progreso
en su santificación, crecer en santidad y en hacer morir el pecado que
fácilmente nos acosa.

El Nuevo Testamento contiene muchos versículos que muestran que la


iglesia sabe quien está realmente “dentro” y quien está “fuera” de ella. Por
ejemplo: Hechos 6:3; Mateo 18:15-17; 1 Corintios 14:23; 2 Tesalonicenses
3:6; 1 Timoteo 5:9 y Hebreos 10:24, 25. Un cristiano “llanero solitario” o
“aislado” no es aceptable. No hay otro patrón para la adoración y para el
servicio a Dios en esta era. La membrecía de la iglesia es algo que el
Nuevo Testamento asume. Un cristiano que voluntariamente se niega a
adorar y a tener comunión con otros creyentes, es un concepto tan ajeno a
la línea de pensamiento del Nuevo Testamento que los apóstoles habrían
concluido que tal persona no es un genuino creyente.

Como resultado, creemos firmemente que cada cristiano debería formar


parte de una iglesia local del Nuevo Testamento. Se unen a la iglesia
reconociendo a Jesucristo como Señor y Salvador, son bautizados en
agua por inmersión, formalmente adhieren a la membrecía y son
impulsados por su doctrina y práctica a vivir en santidad según la Escritura.
La forma en que se adhiere a la confesión de doctrina puede variar de
iglesia en iglesia, pero ésta idea básica debe estar presente para que la
iglesia pueda estar “en orden”.

La relación de amor mutuo entre creyentes significa que no nos podemos


permitir permanecer en pecado. Permitir aquello demuestra falta de amor.
Si el pastor de la iglesia y su liderazgo no están enseñando a corregir la
vida para no pecar, eso, también demuestra falta de amor.

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Tengamos en cuenta los paralelos entre unirnos a la membrecía de una


iglesia y a ser removidos de ella:

1. Podemos unirnos por un nuevo nacimiento espiritual y bautismo; y


podemos ser removidos por muerte física.

2. Podemos unirnos por traslado; y podemos ser removidos por


traslado también.

3. Podemos unirnos por la restauración de la disciplina; y podemos


ser removidos de ella por la disciplina.

4. Podemos unirnos por votación de la membrecía; y también


podemos ser removidos por el voto de la membrecía (excepto por
muerte física, lo cual es una remoción automática).

2. C. La Disciplina de Dios y el Castigo.

1. Dios disciplina a personas directamente, como lo explica la Biblia


en pasajes como 1 Corintios 11:30; Hebreos 12:5-11; Apocalipsis
3:19.

2. Si los creyentes no se disciplinan así mismos, Dios mismo lo hará


(1 Corintios 11:31, 32).

3. Dios disciplina a sus iglesias (Apocalipsis 2:5, 16), incluso al punto


de cerrarlas.

4. En ocasiones Dios usa medios humanos para disciplinar a su


iglesia y castigar a los creyentes. También Dios puede disciplinar
directamente usando providencialmente varios medios.

2. D. Perseverancia y Preservación.

1. Verdaderos creyentes muestran evidencia de que han creído,


incluyendo una participación regular y fiel en la iglesia local, y una
continua lucha contra el pecado en sus vidas (1 Juan 3:6-10).

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2. Dios preserva a los verdaderos creyentes por medio de la fe (1


Pedro 1:5).

3. Corporativamente, la disciplina de la iglesia es un medio para


ayudar y fortalecer a una perseverancia fiel.

4. La excomunión muestra la estimación de la iglesia de que la


persona en disciplina no está perseverando en la fe. De este modo,
la iglesia está diciendo que aquel creyente no está caminando en su
fe, ni la sana doctrina, ni tampoco en las buenas obras. Esta es una
declaración que coloca un gran peso sobre la persona en pecado y
que no tiene una verdadera seguridad de salvación. Sobre todo que
luego de ser separada de la iglesia persiste en su falta de
arrepentimiento.

2. E. Escatología.

1. Aunque las personas e iglesias no son los jueces finales, sino el


mismo Dios, Él quiere que su iglesia tenga un importante rol en este
proceso para con algún individuo.

2. La iglesia puede hacer una declaración oficial sobre si los pecados


han sido perdonados sobre la base del Evangelio de Jesucristo. Esto
viene sobre la autoridad delegada de “atar y desatar” basados en
Mateo 16:19; 18:18-20.

3. La acción disciplinaria de la iglesia informa al creyente profesante


(y que es un pecador no arrepentido), que la iglesia ya no reconoce
ni afirma su testimonio cristiano, y que de este modo se le considera
como un incrédulo.

3. Metas y Acercamiento a la Disciplina de la Iglesia.

3. A. Para la Iglesia: Pureza.

1. Honrar y obedecer a Dios.

2. Corregir el mal comportamiento de la iglesia como un todo, de


haber en ella miembros no arrepentidos.

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3. Purificar a la iglesia (1 Corintios 5:7).

4. Mantener el testimonio de la iglesia tanto internamente como


externamente.

5. Evitar que otros miembros pequen. Provocar en ellos un sano


temor al Señor (Hechos 5:11).

6. Unir a la iglesia. La verdadera unidad requiere verdad y pureza.


No podemos unirnos con quienes caminan persistiendo en el pecado
(2 Corintios 6:14-17).

3. B. Para el Pecador: Arrepentimiento, Restauración y


Reconciliación.

1. Corregir el pecado del creyente no arrepentido.

2. Rescatar al pecador del pecado y del juicio.

3. Llevar al pecador al arrepentimiento.

4. Restaurar al pecador a la comunión de la iglesia.

5. El objetivo no es de castigar.

3. C. Acercamiento y Actitud.

1. Con paciencia, no apresuradamente.

2. Aclarar el pecado y aclarar las pruebas.

3. Involucramiento de toda la membrecía de la iglesia, no solo del


pastor.

4. En dolor y luto.

5. Con amor y corrección.

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6. Realizándolo de manera espiritual (Gálatas 6:1), con oración y


dolor (1 Corintios 5:2), y con lágrimas (Santiago 4:9, 10).

7. Con humildad.

8. No como si fuera una “caza de brujas”.

9. No de modo vengativo o con un espíritu crítico.

10. No dominador.

3. D. Tipos de Pecados.

En general hay muchos tipos de pecado que pueden ser objeto de


disciplina en la iglesia, pero solo si la persona en pecado no quiere
arrepentirse. En otras palabras, el que es sujeto de disciplina en la iglesia
es la persona que no quiere arrepentirse de su pecado. Todo creyente en
la iglesia es un pecador, pero todo pecado no confesado debe ser
erradicado.

El pecado debe ser CLARO. Esto significa que debe ser evidente para
toda la iglesia que la situación de pecado tratado amerita ser un caso de
disciplina. Si hay dudas al respecto, como es el caso tratado en Romanos
14, entonces no debe ser considerado como un asunto merecedor de
disciplina eclesiástica.

A continuación veremos algunas categorías y ejemplos de pecado que la


iglesia debe enfrentar.1 Esta lista no es exhaustiva.

1. Ofensas públicas y privadas que violan el amor cristiano.


a. Fracaso en reconciliaciones, incluido el divorcio (Filipenses
4:2, 3; Mateo 19:3-9).
b. Odiosidades (Gálatas 5:20).
c. Celos y envidias (Gálatas 5:20).
d. Ira (Gálatas 5:20).
e. Mentiras (Efesios 4:25).

1
Ver, Steven Thomas, Church Discipline: The Responsibility of Love [Disciplina en la Iglesia: La
Responsabilidad del Amor], disponible en:
http://ccggrockford.org/wpcontent/uploads/11%20Thomas_Church_Discipline_Notes.pdf.

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f. Chismes (3 Juan 10).

2. División y partidismos destructivos que atentan contra la unidad de


la Iglesia.
a. Calumnias (en algunas traducciones podemos leer “abusivo
verbalmente”), 1 Corintios 5:11.
b. Ambiciones egoístas (3 Juan 9, 10).
c. Divisionismos en general (Tito 3:10).
d. Abandono en congregarse regularmente con otros creyentes
(Hebreos 10:24, 25).

3. Caídas morales y éticas.


a. Ebriedad (Efesios 5:18; 1 Corintios 5:11).
b. Idolatría (1 Corintios 5:11).
c. Codicia (1 Corintios 5:11).
d. Pecado sexual de cualquier tipo (1 Corintios 5:1-5, 11; 6:9).
e. Ociosidad (1 Tesalonicenses 3:11-15).
f. Robo (1 Corintios 5:11).
g. Estilo de vida desordenada (1 Tesalonicenses 5:14).

4. Falsa Doctrina.
a. Desviaciones doctrinales en general (Romanos 16:17).
b. Falsas enseñanzas con respecto a Cristo (1 Juan 4:1-3; 2
Juan 7-11).
c. Falsas enseñanzas sobre el Evangelio (Gálatas 4:6-9).

4. Ministrando a Miembros Que No Se Arrepienten,


Según 1 Corintios 5. 2
Texto: 1 Corintios 5:1-13.
Verdad: Ministrar a miembros que no se arrepienten incluye la
excomunión.

4. A. Introducción.

El título de esta sección dice que este ministerio “incluye” excomunión,


porque si el pecador no se arrepiente durante el proceso de confrontación

2
Estoy en deuda aquí con el Pastor Scott Williquette por uno de sus sermones que me fue de gran ayuda
en la elaboración de estas notas. En parte mi bosquejo es muy similar al suyo.

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y de llamado al arrepentimiento, entonces debe ser separado de la


comunión de la iglesia.

Si una persona tiene inicialmente la actitud de no arrepentirse, pero luego


de ser confrontado se arrepiente, entonces la excomunión no debe
efectuarse.

4. B. El Punto de Partida Debe Ser un Sano Entendimiento de


Quién es Dios y la Iglesia.

Recordemos los fundamentos teológicos que ya hemos mencionado. La


iglesia en Corinto tenía una incorrecta visión de la santidad de Dios. Por lo
que ellos no actuaban honrando a Dios en la iglesia. El resultado fue que
no solo había pecado en miembros individuales, sino que la iglesia
completa estaba pecando también.

4. C. El Pecado Debe Ser una Clara Violación de la Escritura


(5:1).

Pensemos en la Iglesia de Corintio con base en lo escrito por el Apóstol


Pablo en la Primera Epístola a los Corintios.

A. En la iglesia de Corinto había un tipo de inmoralidad sexual (πορνεία).


El pecado consistía en que un hombre estaba manteniendo relaciones
sexuales con su madrastra, es decir, con la esposa de su padre
(probablemente no era su madre biológica, a pesar de esto el pecado no
deja de ser grave).

Este pecado es una clara violación a la santidad de Dios, porque Dios


permite esta relación solamente entre esposos. El pecado es tan claro que
ni siquiera era una situación aceptable en la pecaminosa y pagana cultura
romana. El Antiguo Testamento prescribió la muerte a este pecado, y la ley
romana lo declaró ilegal también. Es clara la situación de pecado aquí.

B. La realidad del pecado debe ser probada. Esto es lo primero que se


debe hacer. El ministerio de la iglesia hacia los pecadores no arrepentidos
comienza cuando el pecado y la culpabilidad de la persona se han
comprobado claramente. En Corinto, no hay duda de que había pecado,
¡de hecho era abierto y público el caso! Si no hay pruebas del pecado, la

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iglesia no debe proceder en llamar a la persona al arrepentimiento o a


removerla de la iglesia. El principio del Antiguo Testamento que debe ser
observado es que el pecado o crimen debe ser comprobado y establecido
por más que solo la persona que hace la acusación (Números 35:30; 1
Timoteo 5:19; Hebreos 10:28). Por otro lado, una acusación falsa o frívola
puede terminar siendo un motivo de vergüenza para la iglesia, y no solo
eso, sino también pecado.

C. Otros ejemplos de pecado que requieren disciplina están mencionados


en la Escrituras, y algunas están puestos al final de este capítulo también
(5:9-11): cualquier inmoralidad sexual, codicia, extorsión, idolatría,
maledicencia, ebriedad.

4. D. La Iglesia Debe Tener una Actitud Apropiada Hacia el


Pecado (5:1, 2).

A. Notemos que en el verso 1, Pablo dice “entre vosotros”. Esto muestra


cuán serio es el pecado. No es justo que un miembro en la iglesia esté
viviendo en pecado. Toda la iglesia se ve afectada por el pecado, como
cuando la nación de Israel se vio afectada por el pecado de Acán (Josué
7).

B. En Corinto, el verso 2 dice, que la iglesia era arrogante. Evidentemente


la iglesia estaba orgullosa de que eran tolerantes con este tipo de pecado
y que lo permitían también, tal vez lo hacían “en el nombre del amor”.

C. Ellos deberían estar en una actitud de humildad y de luto por causa del
pecado. Su actitud necesitaba ser como se nos enseña Santiago 4:7-10.

4. E. La Iglesia Debe Remover al Miembro no Arrepentido


(5:3-5).

Desde que el pecado ha sido claramente establecido, ya no hay más falta


de claridad o ahondar más al respecto. Lo que hay de parte de Pablo en
contra de esta persona es una reprensión. El juicio a esas alturas ya fue
hecho. La persona ya ha sido removida.

A. La remoción de un miembro así se hace en el Nombre del Señor Jesús


y en su poder (5:4a, c). Esto refleja la autoridad que está por sobre la

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Iglesia, y que la iglesia local comparte. Jesús ordena a la Iglesia que


desarrolle este ministerio para, y por los pecadores no arrepentidos (Mateo
18:15-17). Los miembros de la iglesia son discípulos de Aquél al que se ha
dado toda autoridad (Mateo 28:18). Cuando la iglesia está reunida y toman
una decisión correcta y piadosa sobre una disciplina, aquella decisión está
acompañada por la autoridad y poder de Jesucristo. Lo que la iglesia
decida, Jesús lo ha decidido también con ellos (Mateo 18:18-20). Jesús
autoriza y bendice la decisión (asumiendo por supuesto que se ha tomado
al final de un proceso apropiado).

B. La remoción de la persona (miembro) debe ser realizada por la iglesia


como cuerpo. La disciplina o excomunión no es una acción hecha por una
sola persona, o por un pequeño grupo de la iglesia. No es una acción
realizada por la directiva de la iglesia, o por los ancianos, o solo por el
pastor. El texto bíblico dice “reunidos vosotros”. El “vosotros” se refiere a la
iglesia de Dios en Corinto, esto es, aquellos que son santificados en Cristo
Jesús, y llamados a ser santos (1:2). La iglesia completa debe estar
reunida y tomar parte en reprender al miembro no arrepentido y removerle
de su medio. Cada miembro, como sea humanamente posible, necesita
estar involucrado y saber lo que está ocurriendo. De hecho, cada miembro
debería participar por medio de votación en remover de la iglesia al
hermano o hermana que ande desordenadamente. Es este sentido, se
entrega al cuerpo completo de la iglesia el peso de la decisión y esta debe
ayudar a convencer al miembro no arrepentido a que cambie su camino.

Hay varias razones de por qué es ventajoso para la iglesia completa estar
involucrada en la remoción de un miembro no arrepentido, en vez de que
solo esté involucrado el pastor.

1. Ayuda al pastor a que se mantenga responsable, de modo que no


use su posición de autoridad para que se vuelva un dominador o un
imparcial. Esto es porque él sabe que tendrá que presentar el caso a
la iglesia y explicar lo que ha hecho. En otras palabras, le protege de
convertirse en un Diótrefes (3 Juan 9, 10).

2. Proveer de un cerco protector para el proceso, de modo que


quienes estén involucrados en confrontar al hermano que no quiere
arrepentirse sepan claramente qué pecado enfrentan, y que sea
también comprobable para la iglesia. Este asunto no puede ser
llevado como algo superficial.

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3. Añade “peso” a la decisión de remover, de modo que el miembro


no arrepentido no pueda decir “es que no soy del agrado del pastor”,
“es algo personal del pastor contra mí”. En vez de eso, el pecador
debería reconocer que la iglesia entera ha hecho una muy seria
declaración de que él ha sido removido, como si la iglesia dijera: “no
pertenece a nosotros”.

4. Comparte la carga de la disciplina de modo que no recae todo el


peso sobre el pastor, sino que es compartida por toda la iglesia.

5. Involucra a toda la iglesia en oración para tratar de ayudar al


hermano o hermana que necesita ser restaurado.

C. La iglesia también necesita ser instruida para tener una actitud y


tratamiento apropiado para con el miembro no arrepentido. Esto lo
veremos al final de este capítulo. Por ahora, lo que diremos es que la
comunión normal que se extiende entre los creyentes NO DEBE ser dada
al hermano que ha sido removido de la iglesia. A pesar de la idea de que
debemos “amar al pecador y odiar el pecado”, es imposible separar el
pecado del pecador. Para quitar el pecado de la iglesia, el pecador que no
quiere arrepentirse debe ser removido.

4. F. Remover de la Membrecía Pone a la Persona en el


Terreno de Satanás (5:5).

A. Ahora veremos la interrogante que se nos presenta sobre el estatus


espiritual del pecador no arrepentido. Él o ella era un miembro de la iglesia
(“entre vosotros”, vv. 1, 2). Esto podría indicar que la persona que hizo una
profesión de fe en Cristo una vez, puede volver a hacerla.

B. Sin embargo, el que continua en pecado de modo descarado, arrogante


y sin arrepentimiento, el tal es reconocido aun por los incrédulos como un
malvado. Esto indica que la profesión de fe de ésta persona queda bajo un
serio cuestionamiento.

De hecho, por causa de que las Escrituras enseñan que un verdadero


creyente no puede persistir en pecado sin arrepentimiento (1 Juan 1:9; 3:6-
10), debemos concluir que tal persona que ha hecho tal profesión de fe, no

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ha sido genuina. Puesto que no está mostrando evidencias de que tiene


una fe arrepentida, la cual es la marca de un verdadero creyente.

C. Pablo dice que al remover a esta persona, se la está entregando “a


Satanás para destrucción de la carne”, para que “su espíritu sea salvo”. La
esperanza aquí es que la persona que es un verdadero creyente es salvo.
Al tomar estas ideas unidas podemos entender el sentido del verso 5.

1. El pecador no arrepentido es removido de la iglesia. Esto significa


que ya no está más bajo la protección de la iglesia, y que ya no tiene
más la experiencia de la bendición de Dios en la iglesia.

2. En vez de eso, el pecador es puesto fuera, en el mundo, donde


Satanás es el príncipe de la potestad del aire. La mano protectora de
Dios es quitada, y la persona queda sujeta a todos los problemas
que le vienen a la gente mundana.

3. El objetivo de todo esto, esperamos, es que la carne de la persona


sea destruida. Esto no significa que su cuerpo será consumido, sino
que su naturaleza pecaminosa (su carne) será golpeada por el
maligno y por el mundo, usados por Dios como agentes de castigo, y
esperando traer así la atención, arrepentimiento y restauración.

4. Vemos por lo tanto que el objetivo de la excomunión no es de


castigo, sino de restauración. Debemos dirigirnos hacia la
reconciliación, restauración y arrepentimiento. En el corto plazo,
esperamos que la persona cese de pecar. En el largo plazo,
esperamos que sea salvo y vuelva a la comunión en la familia de la
iglesia.

4. G. La iglesia Se Verá Arruinada Sino Removemos de Ella a


Pecadores no Arrepentidos (5:6-8).

A. El pecado en la iglesia impregna a toda la iglesia y la ensucia (v. 6). Es


como la levadura que se abre camino a través de toda una masa
llegándola a afectar completamente. El pecado trabaja de tal modo que
crece y se multiplica en la iglesia. Supongamos por ejemplo que la iglesia
en Corinto hubiera continuado con una actitud despreocupada hacia el
pecado de esta persona mencionada en el capítulo 5. ¿Qué hubiera

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ocurrido finalmente? Los demás habrían creído que es aceptable ceder a


los deseos impíos y ellos terminarían haciendo lo mismo. El pecado se
multiplicaría.

B. El pecado debe ser removido de la iglesia de manera que pueda


funcionar para lo que fue designada, ser un cuerpo puro de creyentes (vv.
7, 8), el Cuerpo de Cristo. Cristo es el puro Cordero de Dios, y Él se ofreció
así mismo por Su cuerpo que es la Iglesia. De este modo la Iglesia debe
ser pura y sin mancha (Efesios 5:26, 27). Se supone que este cuerpo no
tiene “levadura”. Ha sido justificado, lavado de sus pecados judicialmente,
posicionalmente, y de modo forense por imputación. Pero necesita ir
siendo santificado en la práctica también.

C. El Apóstol Pablo llama a la sinceridad y a la verdad en verso 8. Esto con


el propósito de que “celebremos la fiesta”. Lo que significa es que nuestra
vida y adoración, juntos como iglesia debe estar llena de sinceridad y
verdad, sin pecado ni arrogancia.

D. Como ejemplo de esto, consideremos Apocalipsis capítulos 2 y 3,


donde el Señor llamó a las iglesias al arrepentimiento porque permitieron
falsos maestros en medio de ellas. Debían sacar a esos falsos maestros
rápidamente o a la iglesia perdería su candelero (es decir, Jesús cerraría
la iglesia). Ver Apocalipsis 2:5, 14-16, 20-23.

4. H. La Iglesia Debe Saber Cómo Relacionarse Tanto con


Incrédulos como con Aquellos que Son Puestos en
Excomunión (5:9-13).

A. Pablo escribió otra carta previamente a la iglesia de Corinto (anterior a 1


Corintios, ahora perdida, y que nunca ha sido parte de la Escritura). En esa
carta previa, Pablo le indica a los Corintios que no deben juntarse ni
asociarse, con aquellos que son sexualmente inmorales.

B. Esta declaración, quizás no muy bien especificada, causó confusión


entre los creyentes en Corinto. Ellos pensaron que significaba que no
podían relacionarse con ningún incrédulo, los cuales a menudo
practicaban inmoralidad sexual. Esto supone una vida bastante
complicada, puesto que para cortar toda conexión con el mundo exterior

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hay que volverse casi como monjes en un monasterio o monjas en un


convento.

C. Pablo explicó lo que quiso decir, él se estaba refiriendo a la profesión de


creyentes que estaban viviendo en pecado.

1. Lo que Pablo no trató de decir fue que la gente de la iglesia debía


separarse de todo inconverso. De otro modo tendrían que abandonar
este mundo, y por implicación, ir al cielo. Este no es el plan de Dios
para el creyente, el plan de Dios es que el creyente alcance a los
incrédulos con el mensaje de salvación. El punto aquí es que el
incrédulo no puede vivir según el estándar cristiano. El incrédulo no
está dispuesto porque en él no mora el Espíritu de Dios (Romanos
8:9b); ellos no son regenerados (Tito 3:5, 6); ellos están muertos en
sus delitos y pecados (Efesios 2:1). Por lo tanto no podemos esperar
que ellos vivan como cristianos.

2. Lo que realmente quiso decir Pablo fue que no debemos


mezclarnos con quienes profesan ser hermanos en Cristo, pero que
viven como inconversos. Quienes se llamen hermanos y son
hallados culpables de cualquier inmoralidad sexual, avaricia,
extorsión, idolatría, maledicencia, ebriedad, se debe tener con esta
persona menos comunión que con un incrédulo.

D. Al final del verso 11, la Biblia nos ordena que ni siquiera debemos
comer con estos llamados “hermanos”.

1. Lo que significa esto es que no se nos permite compartir la mesa


con esa persona, y ciertamente no compartir la Cena del Señor en tal
persona.

2. Esto parece duro para nuestra cultura actual, la cual valora el


amor por sobre la verdad, y la tolerancia por sobre la disciplina. Pero
lo que debemos aceptar es que el pecado en el Cuerpo de Cristo es
tan serio y peligroso que debe ser tratado severamente.
Recordemos, que nuestro Señor dijo que si nuestra mano nos es
ocasión de caer, es mejor cortarla (Mateo 5:30).

3. ¿Y qué de un miembro de la familia que es disciplinado por la


iglesia? En mi opinión, pero basada en la enseñanza bíblica de otros

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pasajes, creo que si es un miembro directo de la familia y que vive


bajo el mismo techo, las actividades familiares normales de ese
hogar deberían continuar. Las comidas juntos deberían continuar. Si
es el esposo quien está bajo disciplina, él ahora es considerado
como un incrédulo. Su esposa debe continuar viviendo con él. Ella
debe intentar recuperarle según enseña 1 Pedro 3:1-6. No debe
negarle una vida matrimonial normal. Pero si él ya no quiere vivir con
ella y decide abandonarla, ella debe permitir que eso ocurra de forma
pacífica de acuerdo con 1 Corintios 7:12-17.

E. En los versículos 12 y 13 Pablo hace una distinción entre aquellos que


están fuera y los que están adentro. Aquellos que están “dentro” son
miembros de la iglesia. Suponemos que sabemos quiénes son. Los que
están afuera son incrédulos.

1. No tenemos derecho de juzgar a quienes están fuera de la iglesia,


en la forma en que hemos discutido en este capítulo. Puesto que
ellos no son creyentes, ellos no conocen los estándares de la
conducta bíblica. A ellos Dios los juzgará.

2. Podemos pensar que es el rol de Dios juzgar a aquellos que están


dentro de la iglesia. ¡Pero no! En vez de eso, aquellos que están
dentro deben ser juzgados por la iglesia. Si no estamos convencidos
de esto, podemos revisar verso 12b, donde leemos: “¿No juzgáis
vosotros a los que están dentro?” Las preguntas retóricas negativas
tienen una respuesta positiva, en este caso sería: “Sí, juzgamos a los
que están dentro”. Es un trabajo de Dios dado a nosotros y que
debemos realizar. Dios a menudo disciplina personas a través de
otras personas. Notemos que en el verso 13b ordena a la iglesia lo
siguiente: “Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros”. Esta es
una cita de Deuteronomio 13:5; 17:7.

3. Por favor notemos esto cuidadosamente: Pablo está usando un


pasaje del Antiguo Testamento como una analogía. Él no está
implicando aquí que debemos matar al miembro que no se
arrepiente. La autoridad dada de Dios, solo se extiende para colocar
a una persona fuera de la iglesia. Una vez que ya hemos hecho eso,
no podemos hacer nada más. Tenemos que dejar al pecador a
Satanás, y Dios permitirá lo que Él quiera que le suceda a esta
persona no arrepentida. Aquellos que ya están fuera de la iglesia, y

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que nunca han estado dentro, están en una situación similar. La


iglesia no tiene derecho a hostigarlos con persecución o con muerte.
La iglesia medieval, llevó a cabo la Inquisición,3 y la más temprana
iglesia de la Reforma defendió el asesinato de judíos4 y herejes.5
Esto es completamente contrario a la enseñanza bíblica. Ellos
pensaron que estaban haciendo un servicio a Dios (Juan 16:2), pero
estaban viviendo en profundo pecado y no tenían derecho de
reclamar esto en el nombre de Cristo.

4. I. Conclusión.

Algunas verdades clave que tenemos que aprender son las siguientes:

A. Patrones de pecado no arrepentido no tienen lugar en la iglesia.

B. El pecado es limpiado por medio de la remoción del pecador que


comete pecado. Una persona inmoral en la iglesia debe ser removida por
la búsqueda de la pureza de la iglesia, y con el fin de ayudar a aquella
persona para que sea salva (en el caso probable que no lo sea).

C. Es el rol de la iglesia como cuerpo de poner a alguien “bajo disciplina”


o ponerla “fuera de la iglesia”. No es el rol del pastor o del directorio
hacerlo. El liderazgo juega un rol importante, esto es seguro, pero ellos no
son la autoridad final.

D. Cuando la iglesia decide remover a un miembro, tiene la autoridad de


Jesús para hacerlo y considerar a la persona como un incrédulo. Esto es
verdad, aun cuando la persona diga que es un creyente.

E. Cuando la iglesia remueve a un miembro, ese miembro es puesto en el


mundo, lejos de la protección y bendición de Dios. De este modo queda
bajo el dominio de Satanás. Esto puede significar la destrucción para él en

3
https://en.wikipedia.org/wiki/Inquisition.
4
“Durante su vida pública, Lutero denunció al Judaísmo, y llamó a sus seguidores a una dura persecución
contra ellos, de modo que no tuvieran oportunidad de esparcir su enseñanza. En un párrafo de su escrito On the
Jews and Their Lies [Sobre los Judíos y sus Mentiras] Lutero deplora al cristianismo por su fracaso en expulsarlos”.
Ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Martin_Luther_and_antisemitism.
5
Miguel De Servet fue quemado en la hoguera en Ginebra en 1533 por ser anti-Trinitario. Aunque algunos
han intentado desviar la responsabilidad de este hecho pasándolo de Juan Calvino hacia el Concilio de Ginebra, o a
los pastores que fueron consultados, hay información disponible que admite que tales herejes eran muertos en
otros lugares también. Ver: https://blogs.thegospelcoalition.org/justintaylor/2007/06/22/calvin-and-servetus/

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esta vida, pues queda fuera de la cobertura de protección de la iglesia, y


Satanás tiene acceso a él. Lo mejor sería que esto le haga volverse a la
salvación.

F. El propósito de la excomunión es para que Dios use las condiciones del


mundo para castigar a la persona y esto la conduzca hacia una conducta
recta. Tal vez después de todo sea un verdadero creyente.

G. Un poco de pecado en la iglesia, se esparcirá y causará más pecado.

H. Cristo quiere una iglesia pura (Efesios 5:25-27). En otras palabras, Él


quiere un cuerpo santo para sí y para un testimonio de su nombre al
mundo. Él nos ordena usar la excomunión como parte del proceso de
disciplina para mantener pura a su iglesia del pecado.

I. La conducta propia de una iglesia hacia el pecado se supone que debe


ser de humildad y dolor, no de orgullo y tolerancia.

J. Concerniente al creyente profesante que es removido de la iglesia,


tendremos de hecho más relación con personas del mundo que con ese
cristiano que ha sido puesto fuera de la iglesia. Compartiremos la mesa
con un no creyente, ¡pero no con un hermano no arrepentido que ha sido
puesto fuera de la iglesia! Dios tomará acción con los que estén fuera de la
iglesia, pero los de dentro, nosotros somos responsables de tratar con
ellos.

5. Ministerio a los Miembros no Arrepentidos: Mateo


18.
Texto: Mateo 18:15-20.
Verdad: El pecado entre los hermanos debe ser tratado de una manera
cuidadosa y ordenada.

5. A. Introducción.

El contexto de Mateo 18 comenzando en verso 6 muestra cuán seriamente


toma el Señor el pecado.

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1. En los versículo 6 y 7, Jesús enseña que si alguno causa que uno


de los suyos peque, le sería mejor que se ahogara en el océano.
Vemos dos enseñanzas, (a) lo que le ocurre a uno de sus pequeños
y (b) lo que le ocurrirá en el día del juicio final a los que hacen
tropezar a otros.

2. En los versículos 8 y 9, Jesús dice que debemos tratar con nuestro


pecado de manera “radical”. Al decir que debemos mutilarnos creo
que lo hace en forma metafórica, refiriéndose a lo severo que se
debe tratar el pecado. Al decir, que es mejor entrar en el cielo con
una mano menos a que nuestro cuerpo completo sea echado en el
infierno, Jesús está totalmente en lo correcto. El mensaje es este:
“Corta el pecado de tu vida. Detente. Desaste de él. Mátalo”.
Cortando una mano, un pie, quitando un ojo o una oreja, no cambiará
nuestra naturaleza pecaminosa. Por lo que debemos abordar el
problema espiritual del pecado con tácticas severas.

3. En los versículos 12 al 14, Jesús nos recuerda que es su deseo


que nadie perezca, por lo que debemos ir a buscar a las ovejas en
pecado y traerlas de vuelta al redil.

El mensaje es que el pecado es algo muy grave. Por lo tanto, ¿qué ocurre
si hay pecado entre hermanos? No hay duda de que hay de estos tipos de
situaciones. Jesús nos da un ordenamiento, cuatro pasos para abordar el
problema.

5. B. Ir y Hablar Privadamente el Asunto con la Persona,


18:15.

A. Primero, el pecado debe estar probado. La naturaleza del pecado debe


ser evidente y repetitiva. No es algo trivial. No debe ser algo en que
ligeramente nos sentimos ofendidos. Debemos probar sin lugar a dudas
que hay pecado. El consejo sabio puede ayudarnos a saber si debemos
afrontarla o si puede ser “cubierta por el amor” (Proverbios 10:12; 17:9; 1
Pedro 4:8). En otras palabras, debe haber un nivel de seriedad en el
pecado.

B. Supongamos que somos un miembro de la iglesia que ha sido ofendido.


Se nos indica que debemos hablar privadamente con el hermano que nos

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ofendió. Lo cual significa que no debemos ir a otras personas para hablar


chismes. No debemos ir al pastor. ¡No debemos ir con los diáconos o con
nuestra madre! Cada miembro de la iglesia es responsable por realizar
este tipo de ministerio.

1. “Privadamente”, significa que hay una confidencialidad limitada


hasta esta etapa. Deseamos que la situación sea resuelta en ese
punto y que no llegue a ser conocida por otros. Esto mantiene el
pecado en el nivel donde debe estar, ni ignorado, pero tampoco
publicitado. No deseamos que el hermano quede expuesto y
posiblemente denigrado por publicar su pecado a otros.

2. Sin embargo, no se puede prometer absoluta confidencialidad


porque es posible que tengamos que hablar de esta situación de
pecado en la alguna reunión con los testigos o incluso con la iglesia.
Por otro lado, si descubrimos alguna situación de carácter ilegal no
podemos encubrir algo así con un “acuerdo de confidencialidad”.

C. El objetivo es que el ofensor “nos escuche”. Esto significa que el


ofensor nos escucha, entiende y reconoce su pecado y se arrepiente de
eso. Esto mostraría un corazón contrito. Pero el arrepentimiento también
debe ser evidente. Esto significa que debemos dejar pasar un tiempo para
que el arrepentimiento sea demostrable. En otras palabras, un proceso
ordenado no se completa en un solo día. Se necesita dejar pasar un
tiempo. Y este tiempo de espera es completamente aceptable, porque
nuestro objetivo es ganar o recuperar al hermano, pues su alma es
importante. Aquí no podemos hacer las cosas “a la rápida”.

D. Si el hermano que ofendió escucha, entonces le hemos recuperado. Lo


que “se perdió” se recuperó. La relación que una vez se dañó, luego fue
restaurada. No solo eso, pero también la relación con Dios de ese
hermano fue restaurado también.

 La restauración es el objetivo de nuestro ministerio hacia hermanos


que practican el pecado. Castigar no es el objetivo. La humillación y
la degradación no son objetivos.6 La venganza tampoco es un
objetivo.
6
Luego veremos en 2 Tesalonicenses 3:14 que debemos distanciarnos de los creyentes desobedientes
con el propósito de que se avergüencen. Tal vergüenza no es el objetivo final que buscamos. La vergüenza
temporal puede ser usada por Dios para lograr la meta última que es la restauración y la rectitud.

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E. Si la restauración ocurre, el proceso está completo. No se debe esperar


nada más para estar seguros de que el pecador arrepentido es bienvenido
en la comunión de la iglesia.

F. Si la restauración no ocurre, el proceso puede ser pausado en este


punto y en una reunión siguiente se puede volver a intentar encontrar
buenos resultados. Si el hermano en pecado es duro y no quiere escuchar,
el siguiente paso debe iniciarse de inmediato.

G. Notemos cuando hay un proceso de disciplina “acortado”.

1. El proceso puede ser acortado tanto al punto que puede


desaparecer enteramente. El amor puede cubrir multitud de pecados.
Hay muchos pecados que no son sujetos de disciplina (Proverbios
10:12; 17:9; 1 Pedro 4:8). No debemos “ofendernos” cuando no hubo
intención. Si hay un hermano que se ofende con mucha facilidad,
debe ser confrontado. Los “dos o tres testigos” ayudan a evitar los
casos “frívolos” de disciplina en la iglesia.

2. El proceso es acortado cuando hay arrepentimiento. A ese punto


el proceso termina inmediatamente.

3. El proceso de disciplina se mueve más rápido por causa de los


pecados públicos y que se hacen obvios a todo el cuerpo. Por lo
tanto, no debemos saltar rápido a conclusiones. Debemos considerar
primero la posibilidad de que haya falsa información o circunstancias
desconocidas y que por lo tanto cambiarían la situación.

H. Un ejemplo de victoria. Una mujer joven en nuestra iglesia tuvo una


dolorosa relación inmoral con un joven y resultó embarazada. Hablé con
ella y con sus padres sobre esto, y ella mostró estar arrepentida. La joven
continuó asistiendo a la iglesia. Por lo que no hubo disciplina que presentar
a la iglesia. Sin embargo, porque el pecado vino a ser muy obvio por causa
del embarazo, la familia estuvo de acuerdo en reunirse con la iglesia. Yo le
expliqué a la iglesia brevemente lo ocurrido, expliqué que la joven estaba
arrepentida, y cómo debíamos tratarle. La iglesia la recibió con los brazos
abiertos regocijados por causa de su arrepentimiento. Esto removió toda la
tensión que pudo existir alrededor. Después de esto, ella tuvo a su bebé.

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Ahora está casada con un varón piadoso y esperan juntos a un nuevo hijo.
La vida de esta joven sigue hasta hoy bien encaminada.

I. Un ejemplo personal de un caso triste. Otra mujer joven en nuestra


iglesia buscó y obtuvo el divorcio de su esposo. El divorcio de hecho fue
completado antes de que yo lo supiera. La razón de esto fue porque el
esposo trató de mantener en privado la situación por el mayor tiempo
posible con el deseo de lograr la reconciliación. Ellos se habían casado
hace solo cinco años y habían colaborado en el ministerio con jóvenes. El
divorcio no tenía una base que pudiera considerarse bíblica por ningún
verdadero cristiano. Pues no había adulterio, ni abuso, abandono u otro
similar. Ella solo quería darle otra dirección a su vida. Yo le escribí a ella
sobre el asunto, y ella rehusó arrepentirse. Ella también rehusó
arrepentirse cuando fue confrontada por su esposo y otros miembros de su
familia. El asunto se complicó más cuando ella escribió al grupo de
jóvenes de nuestra iglesia diciendo que “las relaciones a veces no
funcionan”. Y de esta manera excusaba su conducta. Luego de reunirme
con nuestro grupo de líderes, llevamos la situación a la congregación y les
indicamos que haríamos una votación para remover a esta joven de
nuestra membrecía. Luego de una semanas dimos este triste paso.
Pasaron algunos meses, y nuestra iglesia seguía afligida por este asunto.
Sentíamos casi como si alguien hubiera muerto. Hasta hoy continuamos
orando para que ella se arrepienta.

5. C. Ir con Dos o Tres Testigos y Tratar el Asunto, 18:16.

A. “Mas si no te oyere”, significa que esta persona no está arrepentida.


Puede no estar de acuerdo con la acusación que se le ha hecho, o puede
estar de acuerdo en que está pecando, pero su corazón está duro y no
quiere cambiar su curso de acción (esto ocurre a menudo con los que
están en un pecado de naturaleza sexual u otros tipos de conducta
pecaminosa adictiva).

B. La siguiente reunión también debe ser privada, pero dos tres “testigos”
deben estar presentes. Se debe indagar sobre lo que estos testigos
“vieron”.

1. La primera indagación o sugerencia es que ellos confirmen lo que


vieron sobre el pecado. Es probable que sea verdad su testimonio,
pero no creo que sea absolutamente necesario creerlo todo. Lo que

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debe ser verdad es que el pecado esté bien establecido, ya sea por
estos u otros testigos. No debe estar fundado en rumores o
insinuaciones debido a un comentario que “alguien dijo”.

2. La segunda indagación o sugerencia es que los testigos estén


para observar y participar en la segunda reunión de manera que
puedan validar que el hermano en pecado no quiere arrepentirse.
Esta información será necesario compartirla con la iglesia en el
siguiente paso del proceso.

C. Los testigos ayudan a confirmar la necesidad del arrepentimiento,


intentando persuadir al hermano de cuán importante es que él se
arrepienta y retome un apropiado curso para su vida.

D. Aunque no está explícitamente establecido en el texto bíblico citado, el


objetivo obvio del segundo paso es igual que el del primero, y es que el
pecador reconozca su error y demuestre contrición, luego el proceso se
detiene. Es posible que este paso tome más de una reunión. Si el pecador
muestra falta de arrepentimiento el proceso debe continuar al siguiente
paso.

5. D. Hablar con la Iglesia, 18:17a.

A. “Si no oyere a la iglesia”, significa que aun está no arrepentido. El


proceso debe continuar hacia el siguiente paso.

B. Este nivel ya no es confidencial en el sentido en que la iglesia completa


conoce el asunto y es involucrada en los esfuerzos de restauración. Es
privado en el sentido que solo la iglesia es informada de la situación. Jesús
no dice que debemos anunciar el pecado a la gente del mundo, no es
asunto de ellos saberlo. Esto es un asunto privado de la iglesia. Es decir, a
menos que hubiera involucrado un crimen pasaría a ser un caso en que la
ley civil podría intervenir.

C. Aquí hay un ejemplo de cómo funciona este paso:

1. El hermano que fue ofendido, y los dos o tres testigos informan al


liderazgo de la iglesia el problema. Creo que es importante que esto

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ocurra así, porque los pastores7 y los diáconos son los “protectores”
de que la iglesia esté actuando decentemente y en orden. Este
asunto no debe ser hablado en una reunión pública antes de ser
tratado por el liderazgo de la iglesia. Ellos deben asegurarse de que
no es un asunto frívolo, y que es de hecho una acusación en contra
del pecador no arrepentido. Asumiendo que todo esto es correcto,
seguimos adelante con el siguiente paso.

2. La familia de la iglesia es informada por el pastor acerca del


hermano que está en pecado, el testimonio está verificado por dos o
tres testigos y por el ofendido.

3. La iglesia está instruida por el pastor acerca del hermano que está
en pecado (ya sea antes o después del anuncio del punto anterior
#2), acerca de cuál es su rol en el trato con pecadores no
arrepentidos, y cómo se debe interactuar con este hermano que
ahora se encuentra en un proceso de disciplina ante la familia de la
iglesia.

4. La iglesia es luego invitada a orar por el hermano por una cierta


cantidad de tiempo, que pueden ser de dos a tres semanas.

5. Toda la familia de la iglesia está también llamada a alcanzar al


hermano por medio de una carta escrita exhortándole al
arrepentimiento.

6. El liderazgo de la iglesia ofrece consejería al hermano no


arrepentido.

7. Nada en el texto permite al hermano que ha pecado “presentar


defensa” de sí mismo ante la iglesia. La razón es que su culpabilidad
ya ha sido establecida, y no hay lugar para que intente convencer a
la iglesia de que su andar es justo.

7
Las iglesias de la UCB tienen pastores y ancianos. Yo creo que los pastores, ancianos y
sobreveedores/obispos, son diferentes términos pero para referirse al mismo oficio con la misma cualificación.
Esto está demostrado en 1 Timoteo 3:1 donde sobreveedores/obispos y diáconos son los únicos dos oficiales
listados allí. En Hechos 20:27 los ancianos son llamados sobreveedores y a los cuales se les pide que pastoreen
(pastores) a la Iglesia de Dios (Hechos 20:28). En otras palabras los ancianos, sobreveedores y pastores son
términos que se refieren a distintas funciones pero de un mismo grupo de personas dentro de la Iglesia.

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D. Si antes del tiempo predeterminado por la iglesia, el hermano no se ha


arrepentido, entonces debemos avanzar hacia el siguiente paso.

E. ¿Cómo debería la iglesia tratar con este hermano no arrepentido


durante este tiempo? Yo creo que 2 Tesalonicenses 3:6-15 nos da un
panorama acerca de esta interrogante. De manera bien resumida, creo
que la iglesia debería seguir tratando al pecador no arrepentido como un
hermano hasta este momento, pero sin tener comunión con él ni compartir
la Cena del Señor.

5. E. Poner al Pecador Fuera de la Iglesia, 18:17b.

A. “Si no oyere a la iglesia”, significa que permanece sin arrepentirse. Esta


es la tercera persona, o grupo de personas ante las cuales rehúsa
escuchar. Ésta es suficiente prueba de que él comprende qué es lo que
está ocurriendo, comprende lo que se le ha pedido que haga, pero ha
rehusado en tres ocasiones. Esto suena a “los tres testigos” otra vez. No
hay duda que se ha endurecido en su pecado. Además, no solo se ha
endurecido en su pecado, sino que también ha rechazado el consejo y la
autoridad del liderazgo de su iglesia y de su familia eclesiástica, quienes
son los instrumentos de Dios para traerlo de vuelta a la santidad y a
quienes se comprometió a rendir cuentas en el momento que se unió a la
iglesia.

B. No hay nada más que la iglesia pueda hacer excepto una cosa: Jesús
ordena a su iglesia considerar al pecador no arrepentido como un “gentil”
(pagano) y “publicano”. Lo que significa no considerarlo más como un
creyente.

1. Puede ser un creyente, pero su conversión está bajo un serio


cuestionamiento por causa de su conducta. Aquí se pueden revisar
pasajes como Santiago 2:14, 17 y 1 Juan 3:6-10.

2. Si es o no un verdadero creyente, a este punto ya está en las


manos de Dios. La iglesia ya no puede confiar más en su profesión
de fe. La iglesia ya debe considerarlo como un incrédulo.

3. De hecho, recordando que 1 Corintios 5:11 requiere de nosotros


que seamos incluso más estrictos con esta persona, porque es
básicamente un apóstata. Una vez profesó la fe, pero ahora le ha

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dado la espalda. No debemos ni siquiera comer con esta persona. Es


más peligroso ministrar a una persona así que a un inconverso, con
este último sí se nos permite compartir una comida (1 Corintios
10:27).

5. F. ¿Qué Autoridad Tiene la Iglesia para Hacer Esto? 18:18-


20.

A. Hoy, hay personas que se quejan de que en la familia de la iglesia no se


deberían hacer ciertas cosas, como tratar así a un miembro (disciplina).
Esto es considerado por algunos como una falta de amor. Y que la iglesia
no puede ejercer dominio sobre la fe de ningún individuo.

B. Pensamientos como este, simplemente no son correctos. Los tres


versículos finales de la sección donde hemos revisado este tema lo
abordan con la expresión de “atar y desatar”.

C. “Atar y desatar” se relaciona con la decisión de la iglesia sobre el


pecador no arrepentido, ejerciendo su ministerio hacia el pecador no
arrepentido. En este caso ha tomado lo que podríamos llamar una decisión
de “atar”. La iglesia ha declarado que no confía en la profesión de fe de
esta persona, porque esa persona no se ha arrepentido, sus pecados
continúan sin ser perdonados por parte de Dios. En base a este texto,
sabemos que Jesús está de acuerdo con la decisión y proclamación que
hace la iglesia.

D. Si por otro lado, la iglesia está de acuerdo con que una persona está
arrepentida y es restaurada a la comunión, está diciendo una vez más que
confía en su testimonio de salvación y que sus pecados han sido
perdonados. Ellos han “desatado” a la persona de su culpabilidad.

E. Cada creyente tiene este tipo de autoridad en el sentido de que


podemos hablar a cualquier pecador bajo la autoridad dada a nosotros por
Dios en el Evangelio, y decirles que si se arrepienten, sus pecados serán
perdonados (“desatar”). Si ellos no se arrepienten, sus pecados serán
retenidos (“atar”). Ver Mateo 16:18, 19. No es nuestra propia autoridad la
que ganamos o perdemos. Ni es la iglesia una autoridad per se. Es la
autoridad delegada que tenemos por medio del mensaje del Evangelio de
Dios, la cual nos ha sido entregada y nos manda a entregar ese mensaje a

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otros. Si no tenemos este tipo de mensaje autoritativo, luego no podemos


predicar como Jesús lo hizo, por ejemplo cuando declaró: “porque si no
creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis” (Juan 8:24). Si no
predicamos así, entonces lo que tenemos es “un mensaje que tal vez sea
verdadero y autoritativo”. Nosotros tenemos un mensaje que es “seguro,
verdadero y autoritativo”.

F. Lo que estamos diciendo es que la iglesia ha recibido autoridad en este


asunto para exponer pecados con el propósito de que haya perdón o no, y
de este modo declarar si la profesión de fe de la persona es creíble o no.
Pero, ¿cuáles son los límites de esta autoridad? Algunas instituciones han
usurpado cierta autoridad y se han ido a extremos duros, reclamando
autoridad para crear nuevas doctrinas y dogmas. La Iglesia Católica
Romana reclama básicamente que su autoridad está por sobre la
Escritura, su argumento es que “la Iglesia nos dio la Biblia” y puede ejercer
y proclamar nueva autoridad a sus miembros. Por lo tanto, ¿cómo es la
legítima autoridad de la iglesia en cuanto a “atar y desatar”?

1. Limitado a asuntos en el contexto del pasaje, como declarar sobre


pecado perdonado o retenido, y el estatus de un pecador no
arrepentido.

2. Limitado al nivel de la iglesia local. No observamos autoridad dada


a una jerarquía en la Biblia, sino que es dada a un cuerpo local de
creyentes.

3. Limitado a asuntos que Jesús o los apóstoles nos enseñaron en la


Escritura. Por ejemplo, no tomar como iglesia funciones del Estado,
las cuales Jesús reserva solo para el Estado (Mateo 22:21).

4. Limitado por el espíritu de Pablo cuando dijo “no nos


enseñoreamos de vuestra fe” en 2 Corintios 1:24. No buscamos un
“micro manejo” o entrar en cada área de la vida de las personas. No
somos el juez de otros, más bien nuestro enfoque esta en servir a
Dios.

5. Limitado a la explícita enseñanza de las Escrituras a la cual no


podemos agregar nada, pues es revelación de Dios (Apocalipsis
22:18, 19). Por lo cual la autoridad de la iglesia está limitada a que
no puede crear nuevas doctrinas o dogmas. La Iglesia no nos dio la

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Biblia. En vez de eso, Dios fue quien nos dio la Biblia por medio de
profetas y apóstoles. Y la Biblia nos muestra cómo debe funcionar
apropiadamente la Iglesia. Por lo tanto, la Biblia está “por sobre” la
iglesia, y no al revés. Las Escrituras son la única regla de fe y
práctica para la iglesia.

G. El conocido pasaje en Mateo 18:19, 20, acerca de los “dos o tres” ha


sido limitado a menudo a la oración, en el sentido de que mientras haya
más personas juntas que estén de acuerdo esto da más “fuerza” a sus
oraciones y esto garantiza la presencia de Jesús en medio de ellos.
Aunque ésta idea no está totalmente ausente de este pasaje, es un
entendimiento defectuoso en varias áreas:

1. Jesús siempre está presente en todo lugar, y nunca deja solo a


ningún creyente.

2. Cualquier creyente puede orar con absoluta confianza de que Dios


le escucha y responde a sus oraciones conforme a su voluntad (Juan
14:13, 14; Santiago 5:15-18; 1 Juan 5:14, 15).

3. Muchas personas podrían estar de acuerdo en algo que no es


acorde a la voluntad de Dios, y el acuerdo mutuo, de dos, tres, o
más, no anulará el hecho de que es un error.

4. El contexto de este pasaje no es una reunión de oración de la


iglesia, sino de la iglesia reunida para remover de la membrecía a
uno que no está arrepentido. Cuando la iglesia realiza este
ministerio, entonces sí contaremos con la promesa del Señor, su
presencia y su guía para la obra. En 1 Corintios 5:4 vemos la
conexión con esto en que la obra se hace en el nombre del Señor
Jesús y según Su poder.

5. G. Cómo Restaurar al Hermano.

Traer de vuelta al hermano luego haber sido ya removido de la membrecía


no se menciona por el Señor aquí. Tal vez porque no es algo que ocurre
frecuentemente. Pero sí encontramos un ejemplo en 2 Corintios 2:6-11,
donde la iglesia fue instruida a reincorporar a la comunión a una persona
arrepentida.

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Aquí hay también varias sugerencias sobre cómo debe realizarse esta
restauración (esto es algo que quizás ustedes lo tengan escrito en un
“documento póliza”, pero yo no creo que se deba escribir en una
constitución o por ley dado que algo así no se encuentra en la Escritura).

1. Informar a la iglesia que el hermano o hermana, se ha arrepentido.

2. Tener una declaración escrita y firmada por el hermano de su


arrepentimiento y que sea presentada a la iglesia.

3. Conocer bien la evidencia de arrepentimiento, y asegurar a la


iglesia que es verdadero.

4. Realizar una votación con la iglesia que busca recibir nuevamente


en la membrecía al hermano, y darle la bienvenida con alabanza a
Dios.

5. H. Conclusión.

A. La Biblia no permite que el pecado no sea vigilado en la iglesia o en las


vidas de los creyentes. Dios aborrece el pecado, y necesitamos tratarlo de
modo radical en nuestras vidas. También debemos buscar a aquellos que
están perdidos en el pecado, y si alguien nos ofende en la iglesia, eso
también necesita ser enderezado. Jesús nos instruye aquí para que
procedamos ordenadamente cuando hay pecado entre creyentes.

B. La condición que activa cada paso del proceso es que el pecador se


rehúsa a oír, no se arrepiente ni actúa correctamente. Al final, rehúsa oír a
la iglesia y no vuelve de su camino, luego entonces la iglesia toma la
decisión de removerle de la membrecía. En cualquier punto, el
arrepentimiento del que ha pecado, corta el proceso y la restauración
ocurre. Esto es lo que esperamos que ocurra y trabajamos en esa
dirección.

C. Además de la restauración, la iglesia decide y se pronuncia en que el


hombre está actuando como un incrédulo, por lo que debe ser tratado
como tal. Alguien podría indudablemente exclamar en este punto
“¡detengan todo esto!”, y decir que no somos jueces de alguien que ya está
fuera. Eso podría considerarse suficiente aclaración. Dios es el Juez. Sin
embargo, cuando alguien da suficiente evidencia de que debe ser puesto

Avance Pastoral de la UCB | 2 - 5 de Octubre 2017 | Pastor Matt Postiff, Ph.D., Th.M.
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“fuera”, no tenemos más opción que estar de acuerdo con la evidencia.


Las acciones hablan más fuerte que las palabras, y a menudo ¡con más
precisión!

La declaración “no juzguen para que no sean juzgados” se ha convertido


en un distractor de la realidad y ha llegado a ser muy mal usada en
nuestros días. Esto es algo muy triste. El modo en que se usa dice: “nunca
juzgues mis acciones como malas, ¡o yo te juzgaré a ti como un mal
cristiano!” El verdadero sentido que quiso dar el Señor fue “no seas un juez
condenador e híper crítico”. Las Escrituras nos dirigen hacia decisiones
bíblicas en cuanto a cómo tratar la conducta del pecador.

D. Este es un asunto de mucho peso que la iglesia debe considerar. La


iglesia juzgará al mundo y a los ángeles (1 Corintios 6:2, 3), por lo que esta
labor nos está preparando para aquello también. Además los versículos 18
al 20 indican que se le ha delegado corporativamente a la iglesia una
autoridad que es significativa. Lo que se le pide a la iglesia es que la
ejerza. Obviamente podemos equivocarnos, pero cuando lo hacemos con
base en la Escritura y se pronuncia sobre alguien que está actuando como
un no creyente, eso es un asunto muy serio. Mucho lo toman de manera
superficial, pero Jesús no lo hace así.

6. Ministrando a Miembros no Arrepentidos: 2


Tesalonicenses.
Texto: 2 Tesalonicenses 3:6-15.
Verdad: La iglesia debe separarse de personas desordenadas, y el
desorden debe evitarse por las vergonzosas consecuencias mediante
detener su mala conducta.

6. A. Bosquejo.

I. El Mandamiento de Separarse de los que viven Desordenadamente


vv. 6-9.
II. El Mandamiento de Trabajar Diligentemente vv. 10-12.
III. El Mandamiento de Hacer el Bien v. 13.
IV. El Mandamiento de Separarse de Cristianos Desobedientes vv. 14,
15.

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6. B. Trasfondo: Desorden en la Iglesia.

A. El asunto tratado en la segunda parte del capítulo 3 abordó la conducta


desordenada en general, y específicamente con la pereza y los hábitos
relacionados con el trabajo, y lo que debemos hacer para manejar estos
problemas.

B. Dos pasajes clave de la primera epístola deben leerse primeramente


antes de entrar a 2 Tesalonicenses 3. Los pasajes son 1 Tesalonicenses
4:11, 12 y 5:14. Estos son un amable recordatorio de cómo debe ser una
buena conducta cristiana, o quizás podríamos llamarles “primeras
advertencias”, dadas con el propósito de eliminar la necesidad de tener
que enfrentar estos problemas después. Desafortunadamente, hubo
problemas y se necesitó más enseñanza, y Dios dirigió a Pablo a escribir
esta segunda carta, no solo por esta joven iglesia en Tesalónica que debía
mantener un buen rumbo, sino también para beneficiar a todos los demás
cristianos de todas las generaciones posteriores, entre ellos nosotros.

C. Debemos considerar el efecto potencial de la falsa enseñanza que ellos


recibieron sobre el día del Señor ya en ese tiempo. Algunos especulan que
esto produjo que algunos en Tesalónica cayeran en prácticas extrañas
como ha pasado en nuestros días en ciertos grupos sectarios, en los
cuales sus seguidores dejan de llevar una vida normal, venden sus
posesiones, y comienzan a esperar una cierta fecha predicha en la cual
ocurrirán los eventos. Esto nunca será un correcto acercamiento a la
venida del Señor Jesús, no podemos saber la fecha del arrebatamiento, o
de la segunda venida, ni de ningún otro evento asociado. Dios nos llama a
una fidelidad diaria, ¡sea hoy o no el día de su venida!

D. Finalmente, debemos considerar los efectos generales que tuvo la


caída (Génesis 3) en cuanto a las obras del hombre y su conducta. La
naturaleza pecaminosa le hace propenso a la pereza. Algunos pueden
pensar: “Si alguien más puede hacer el trabajo, o darme dinero por hacer
nada, ¿por qué no tomar ventaja de eso?” La naturaleza pecaminosa
definitivamente tiene una tendencia de desobedecer la autoridad, y
particularmente la autoridad divina. Por lo que la conducta desordenada y
la vida de pereza llegaron a ser una forma de vida para algunas personas
que estaban en la iglesia. ¿Cómo tratamos con esto? Pablo nos explicará
a continuación.

Avance Pastoral de la UCB | 2 - 5 de Octubre 2017 | Pastor Matt Postiff, Ph.D., Th.M.
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E. El Apóstol había preparado a la iglesia por medio de lo que escribió en


3:1-5, una exhortación muy difícil. Lo que viene aquí es como una “reunión
familiar” donde se conversa para arreglar los problemas que pueda haber.

6. C. El Mandamiento de Separarnos de los que Andan


Desordenadamente, vv. 6-9.

A. El Mandamiento, v. 6a

1. Pablo anuncia algo que debía llevarse a cabo. La expresión: “lo


que os hemos mandado” se refiere a “órdenes desde el cuartel
general”. Pablo confía en que los creyentes serán obedientes (2
Tesalonicenses 3:4).
Cuando lo que tenemos que hacer es difícil y se relaciona con
personas con las cuales tenemos una relación cercana, esto puede
nublar nuestro juicio. Por esta razón es que debemos tener claro que
lo que hacemos es debido a un mandamiento de Dios. No solo no
tenemos excusa de seguir el mandamiento, sino que también
debemos tener una conducta objetiva al enfrentar esto delante de
otras personas diciendo que no es algo personal, y que estamos
haciendo lo que Dios nos ha dicho que hagamos. La persona de la
que nos separamos no es alguien a la cual odiamos; en vez de eso,
lo que hacemos es expresar nuestro amor a Dios, a su verdad y a su
justicia. Hacemos por el que anda desordenadamente ¡lo que es
mejor para él!

2. Pablo adjunta al mandamiento el nombre de nuestro Señor


Jesucristo, por lo que lleva la completa autoridad de Dios. Lo que
Pablo escribió es precisamente lo que Dios quiso escribir a la iglesia
en Tesalónica, y por lo tanto la Palabra de Dios. Y esta es la Palabra
final.

3. Él nos dice que debemos separarnos y mantenernos lejos de


cualquier hermano o creyente, que está comportándose fuera de
orden. Esto significa, distanciarse, mantener esa distancia,
desinteresarnos o evitarle.

La naturaleza de este distanciamiento no es una absoluta separación


o marginación, como la practican algunos grupos religiosos. Pero

Avance Pastoral de la UCB | 2 - 5 de Octubre 2017 | Pastor Matt Postiff, Ph.D., Th.M.
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sigue siendo algo severo. Algunos en la iglesia podrán de hecho no


tener más contacto con esta persona.

Aquellos que son líderes y hermanos espirituales en la iglesia


pueden trabajar en restaurar a la persona. Cuando se reúnan, no
debe haber comida (1 Corintios 5:11), ni conversación trivial u otra
interacción social.

El propósito de trabajar con el que ha pecado es restaurarle para la


completa integración a la comunión. Esto puede lograrse con
exhortación, enseñanza, persuasión, etc.

Si no hubiera una buena respuesta a toda esta ayuda entregada, el


propio tiempo removerá a esta persona de la iglesia y podemos
dirigir nuestro esfuerzo ministerial en otra dirección. Es apropiado
reevaluar y contactar a la persona periódicamente.

4. Para llevar todo esto adelante, ¿qué se requiere?

a. Debemos conocer la Biblia lo suficiente para entender bien


lo que es la conducta desordenada y comprender el
mandamiento de mantenerse alejados de tal cosa.
b. Debemos saber discernir lo suficientemente bien para que
de hecho podamos ver la conducta desordenada y reconocerla,
para luego hacer algo al respecto.
c. Por supuesto también debemos estar lo suficientemente
alerta por las vidas de las personas en cuanto a sus patrones
de conducta. Las personas se adhieren y esconden cosas que
son inapropiadas. Tales cosas escondidas son en sí mismas
un problema, indicando una consciencia corroída y una
complacencia en engañar y actuar hipócritamente. ¡La iglesia
no necesita más de esa influencia!
d. Debemos ser los suficientemente decididos para apropiarnos
de lo que Pablo ha escrito, asumir la situación y hacer algo al
respecto.
e. Debemos ser lo suficientemente fuertes para seguir adelante
y lidiar con las consecuencias, ya sea con la persona a la que
estamos evitando, o como con aquellos que no logran
“comprender” por qué todo esto es necesario.

Avance Pastoral de la UCB | 2 - 5 de Octubre 2017 | Pastor Matt Postiff, Ph.D., Th.M.
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Transición: Hasta aquí, solo hemos estudiado el mandamiento en


versículo 6a. A veces, lamentablemente, mantener la distancia es
necesario. Por otro lado, en cuanto al pecado en nuestra propia vida, ¿lo
quitamos? ¿Lo evitamos? ¿Nos separamos de él? Debemos ser muy
diligentes y estar muy seguros de que nuestra iglesia nunca tenga que
tratar con un pecado no arrepentido en nuestra vida.

B. Descripción de Culpables v. 6b

1. Ellos vivían en un modo desordenado. Vivían fuera del orden de


las normas bíblicas y preferían su propio camino. Y dado que las
instrucciones pertinentes al estilo de vida que llevaban fueron
claramente enseñadas por Pablo previamente (véase a continuación)
estaban evidentemente en desobediencia.

2. Ellos no vivían en concordancia a la instrucción que Pablo les


había entregado previamente y que también recibieron de su equipo
misionero. Recordamos que no solo Pablo visitó Tesalónica, sino que
también envió allí a Timoteo (1 Tesalonicenses 3:2, 6), además de
haber escrito a la iglesia. Por lo que hay muchos puntos de contacto
con la iglesia y enseñanza que recibió la iglesia. Esta iglesia no
estaba en la oscuridad acerca de cómo debían conducirse. Ellos
debían amarse entre sí, trabajar duro, ser confortados acerca de los
que murieron, reconocer a sus líderes espirituales, no ser vengativos,
persistir en hacer el bien, orar constantemente, y abstenerse de toda
clase de mal (1 Tesalonicenses 5:14-22).

3. Esta combinación de desorden e insubordinación es muy peligrosa


para la iglesia, porque la forma en que viven algunas personas se
convierte en un ejemplo para otros miembros en la iglesia
(especialmente para los jóvenes). Sus actitudes pecaminosas son en
cierto grado contagiosas y pueden esparcirse hacia el resto de la
iglesia como la levadura en la masa (1 Corintios 5:6). Y por cierto, no
estamos hablando acerca de cómo un pastor dice que se debe vivir,
sino que estamos hablando de como la BIBLIA dice que se debe
vivir. ¡Debemos ser gente apegada a la Biblia, oponiéndonos a toda
pecaminosidad dentro de la iglesia!

Avance Pastoral de la UCB | 2 - 5 de Octubre 2017 | Pastor Matt Postiff, Ph.D., Th.M.
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C. El Buen Ejemplo del Equipo Misionero, vv. 7-9

1. Pablo deja un buen ejemplo para las personas, un modelo que


ellos pueden imitar.

2. Ellos no vivían de un modo desordenado. Actuaban de manera


apropiada, acorde al ordenamiento bíblico.

3. Pablo nunca tomó comida de otros sin pagar por ella.

4. Pablo trabajaba “con afán y fatiga”, lo cual significa “trabajo duro”.


Probablemente trabajaba “dos turnos”. Descansaba un turno, y luego
repetía el ciclo. Y además tomaba tiempo los días sábado para
enseñar en la sinagoga.

5. Pablo hizo esto con el propósito de no ser una carga para nadie en
la iglesia. Sin duda debe ser una carga tener que recibir a alguien
que llega sin previo aviso, que debemos atender y apoyar, y del cual
al final no recibimos nada.

6. Pablo tenía el derecho de parte de Dios de tener apoyo financiero


para su ministerio (1 Corintios 9:4-14). Pero él no hizo uso de este
derecho, sino que presentó el Evangelio “gratuitamente” a sus
oyentes (9:18), y ganó mucho más de parte de ellos porque evitó el
posible tropiezo que trae el dinero (9:19). No usó tampoco este
derecho para poder ser ejemplo a otros, y darles una idea
equivocada de que lo único que hace un ministro de Dios es sentarse
y hablar de teología todo el tiempo.

6. D. El Mandamiento de Trabajar Diligentemente, vv. 10-12.

A. El trasfondo de lo que Pablo escribe en versos 6 al 9 está en verso 10.

1. Pablo previamente les dijo lo que debían hacer con los que
andaban desordenadamente. Y ahora la vida desordenada de estas
personas está hecha explícita, no están trabajando y usan el tiempo
para estar entrometidos en lo ajeno.

2. El mandamiento era esto: ¡Las personas que no trabajan, que


tampoco coman! Así de simple. En el ordenamiento divino la

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consecuencia sobre aquellos que viven en pereza es el hambre.


Pero también es interesante que muchas veces cuando las personas
tienen hambre ¡dejan de ser perezosas!

3. Podemos desmentir de inmediato el argumento que surge en


contra y que dice del siguiente modo: “¡Debemos ser compasivos
con los que no pueden trabajar!” Esto es obvio. Las personas que
tienen algo que les impide trabajar están excluidas de lo que Pablo
escribió aquí. Si alguien “no puede trabajar” es diferente del que “no
quiere trabajar”. Notemos que el pasaje dice “no quiere trabajar”.
Debemos distinguir en nuestra comprensión bíblica entre los que “no
quieren” y los que “no pueden”. El problema en este pasaje es aquel
quien no quiere tener un empleo.

Desafortunadamente, algunos en nuestro mundo no tienen


compasión, ni tampoco una elevada visión de la dignidad de la vida
humana, y se refieren a las personas que “no pueden” trabajar como
los “inútiles de sociedad”, o creen incluso que son personas que
deben morir (por ejemplo, por medio de la eutanasia). Estas
personas dicen “si ninguno de estos pueden trabajar, dejemos que
mueran”. La visión cristiana dice “si una persona no quiere trabajar,
dejemos que padezca hambre por un tiempo, y así se dará cuenta
que trabajar es mejor que pasar hambre”.

4. Incluso, la definición de “incapaz” ha de examinarse. Algunas


personas discapacitadas pueden hacer ciertos tipos de trabajo. Por
ejemplo, si la persona sufre de algún dolor en alguna parte de su
cuerpo, tal vez un trabajo de escritorio puede ser apropiado. Algunas
personas impedidas son simplemente perezosas. Algunos de ellos
van a una oficina del gobierno cada semana o cada mes y reciben
dinero que luego gastan en un supermercado llenando un carro con
cosas y que luego llevan a sus casas. Algunas de estas personas no
lucen ni actúan como discapacitados. En vez de eso, el tener una
discapacidad llega a ser un modo de vida y una carrera para ellos.

B. Pablo escuchó noticias de la iglesia, sobre personas con vidas


desordenadas, perezosas, y entremetidas en lo ajeno.

1. Esto nos suena al carácter de los cretenses mencionados en Tito


1:12, 13.

Avance Pastoral de la UCB | 2 - 5 de Octubre 2017 | Pastor Matt Postiff, Ph.D., Th.M.
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2. Se usan aquí tres descripciones, la primera es “desorden”, la


cual es la misma palabra en verso 7. La NVI hace un buen trabajo de
traducción aquí, pues considera las ideas del contexto del pasaje. Allí
traduce “viviendo como ociosos”. La segunda idea es “no trabaja”,
lo cual es más claro que “desocupado”8 según traduce la NVI
inglesa. La tercera es “entremetidos en lo ajeno”, lo cual significa
simplemente un “intruso”.

C. El Apóstol ordena a todos trabajar y proveer para sí mismos. Aquí


vemos la llamada ética de trabajo Protestante en un solo versículo (12). El
trabajo duro es el antídoto a los problemas en la iglesia de Tesalónica.
Pues permitirá a los creyentes mantener a sus familias (en 1 Timoteo 5:8,
es una alta prioridad, sobre todo para los que son cabeza de familia).

6. E. El Mandamiento de Continuar en Hacer el Bien, v. 13.

A. En el aparente sin fin del ciclo de la vida, es fácil desgastarnos mientras


intentamos hacer el bien. ¡Mantengámonos haciendo el bien! Trabajar duro
y mantener a nuestras familias es una de nuestras responsabilidades
dadas por Dios. Y no solo trabajamos para mantener a nuestra familia,
sino también para honrar a Dios y dar a otros un ejemplo de cómo vivir.

B. Si algunas personas son perezosas, ¡no sigamos su ejemplo! Habrá


injusticias en la vida, y estas pueden irnos desgastando al punto de sentir
que “tirar la toalla” es inevitable, ¡pero jamás hagamos tal cosa!

6. F. El Mandamiento de Separarnos de Cristianos


Desobedientes, vv. 14, 15.

A. Señalar a la persona. Esto significa tomar un especial cuidado de tal


persona.

1. Pablo dice que ésta persona no es solo un perezoso. De esta


persona debemos separarnos, porque es un desobediente a la
enseñanza apostólica. Antes, había solo algunos que andaban
desordenadamente y en pereza en la iglesia de Tesalónica. Pero
8
Nota del traductor: La Nueva Versión Internacional en su versión inglesa traduce “desocupado”. La
versión en español traduce “andan de vagos”.

Avance Pastoral de la UCB | 2 - 5 de Octubre 2017 | Pastor Matt Postiff, Ph.D., Th.M.
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luego fueron muchos quienes no obedecían a las extensas


instrucciones dadas en 2 Tesalonicenses, las cuales incluían los
comportamientos de pereza y desorden. También incluía instrucción
sobre la sana doctrina, para que no sean engañados ni confundidos,
sino manteniéndose firmes en la enseñanza Cristiana. Un ejemplo
actual sería como sigue: si alguien viene a nosotros y enseña que ya
estamos viviendo en el tiempo de la Gran Tribulación sin que todavía
haya ocurrido el arrebatamiento de la Iglesia, esa persona debe ser
señalada.

2. Interpretamos esto directamente a la luz de la enseñanza en 2


Tesalonicenses. Sin embargo, es legítimo aplicar este mandamiento
a todo el Nuevo Testamento, las Epístolas y los Evangelios. Esta es
la enseñanza de los apóstoles, porque cada uno de ellos eran
autoritativos entre sí.

B. No debemos mantener el compañerismo con aquellos que están


señalados por causa de su desobediencia, debemos evitarles. Esto
significa que no debemos mezclarnos ni asociarnos con ellos.

C. El objetivo de la separación es la vergüenza.

1. Una vez más, esto no es una separación total que busca marginar
totalmente a la persona. Tampoco es un trato de silencio con el fin de
que esto lo arregle todo. El propósito de la separación es la
vergüenza del hermano profesante. Al marginar a esta persona, se
puede dar cuenta está muy desviado y necesita enmendar su
camino.

2. Un problema que tenemos hoy es que hay muchas iglesias con


diferentes creencias en cuanto a doctrina bíblica, en la que alguno
que es separado de una iglesia A, y luego simplemente se cambia a
la iglesia B.

3. Y tal vez aun peor, el desobediente se sienta en su casa sin


ningún sentimiento de vergüenza. Una sociedad donde no hay
sentido de la vergüenza, es una sociedad que se ha degradado. Él o
ella, pueden sentirse justificados así mismos y presumir de que no
necesitan ninguna iglesia, porque se sienten que están incluso más
allá de la iglesia.

Avance Pastoral de la UCB | 2 - 5 de Octubre 2017 | Pastor Matt Postiff, Ph.D., Th.M.
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D. La iglesia no debe tratar al desobediente como un enemigo en combate,


sino como a un hermano que necesita amonestación. Una tendencia en la
que es muy fácil caer es la de maltratar a un miembro o ex miembro de la
iglesia que ha tomado una falsa doctrina como práctica. Podemos
involucrarnos tanto en el problema y la situación, que las cosas pueden
salirse de proporción. A veces una persona que está realmente
equivocada en alguna doctrina o práctica es tratada peor que si fuera un
inconverso. Estas personas en el cuerpo de Cristo no deben ser tratadas
como enemigos.

E. Hay niveles claros de separación, al menos dos. Existe un primer nivel


donde la persona no es tratada como un enemigo, sino como un hermano.
El segundo nivel de separación es cuando una persona es totalmente
removida de la iglesia y considerada un incrédulo (gentil y publicano). La
diferencia es que en 2 Tesalonicenses a la persona se le considera como
un hermano que está fuera de orden. Esto puede continuar por un período
de tiempo mientras la iglesia observa si la persona corrige su
comportamiento. Y si esto no es así, la persona debe ser tratada como un
pecador, como en Mateo 18:15-17. Es una persona que rehúsa
arrepentirse. Se le considera un incrédulo porque está actuando como tal,
y por lo tanto debe ser objeto de evangelización. Mientras que el hermano
desobediente de 2 Tesalonicenses 3 debe recibir amonestación e
instrucción.

Se necesita un gran discernimiento y sabiduría para conocer y llevar


adelante el proceso de ministrar a hermanos no arrepentidos.

F. En la discusión sobre el tema de separación, al menos entre quienes se


consideran fundamentalistas, podemos escuchar sobre separación
primaria y secundaria.

1. Separación primaria la comprendo como la búsqueda de la


santidad y del evangelio, los creyentes se separan de los
inconversos, y estos creyentes viven en concordancia al Evangelio y
a la instrucción apostólica, como podemos ver en Mateo 18; 1
Corintios 5 y en 2 Tesalonicenses 3. Todo cae aquí en esta
categoría.

Avance Pastoral de la UCB | 2 - 5 de Octubre 2017 | Pastor Matt Postiff, Ph.D., Th.M.
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2. Separación secundaria debe ser hecha con los creyentes que no


practican el primer tipo de separación. En otras palabras, si un
hermano en comunión da un reconocimiento cristiano a una persona
que claramente es objeto de separación, luego ese hermano ¿debe
ser tratado como “desobediente” al punto de separarnos de él al
mismo nivel? Después de todo, la separación es en sí misma de
parte de Pablo una enseñanza cristiana, y desobedecerla es estar
fuera de orden.

3. Algunos cristianos rechazan el segundo tipo de separación;


algunos incluso rechazaron el primer tipo. Muchos son inconsistentes
y no tratan este tema con el cuidado apropiado.

6. G. Conclusión.

Creo que este pasaje “llena” algunos detalles de Mateo 18:17 donde “dilo a
la iglesia” y “si no oyere a la iglesia” deja algunos espacios de tiempo entre
estos dos eventos. Pablo llena de detalles sobre lo que debemos hacer en
medio de estos dos eventos.

7. Otros Pasajes sobre Ministración a Miembros no


Arrepentidos.

7. A. Pasajes Principales sobre Ministración a Miembros no


Arrepentidos.
A. Mateo 18:15-20.

B. 1 Corintios 5:1-13.

C. 2 Tesalonicenses 3:6-15.

Esto fue tratado antes en estas notas. A continuación veremos algunos


pasajes más concernientes a la disciplina en la iglesia.

7. B. Creyentes Espirituales Deben Restaurar a Pecadores:


Gálatas 6:1.

Avance Pastoral de la UCB | 2 - 5 de Octubre 2017 | Pastor Matt Postiff, Ph.D., Th.M.
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Esta sección nos da la condición del hombre atrapado, la condición de


aquellos que pueden ayuda. También nos da el objetivo de esta obra, la
forma en cómo debemos ayudar, y las precauciones que debemos tomar
hacia aquellos que ayudamos.

A. Su condición: Deben ser hallados en pecado.

B. Lo que ayudan: Creyentes espirituales. Son maduros, no neófitos, no


orgullosos, no cazadores de pecados, etc.

C. El objetivo: Restauración, llevar a la persona a un estado correcto, de


modo que puede volver plenamente a la comunión de la iglesia e incluso
servir en ella si es posible.

D. La forma de ser de los que ayudan: Amable, no un crítico duro.

E. Las precauciones para con quienes ayudamos: Que ellos no caigan en


la misma tentación al relacionarse con la persona a la que están
ayudando, o que se “inflen” espiritualmente, pues “antes del
quebrantamiento es la soberbia” (Proverbios 16:18).

7. C. Pastores y Líderes en Pecado Deben ser Disciplinados:


1 Timoteo 5:20.

A. El pastor “no está por sobre la ley”. Él también puede caer en pecado y
requerir corrección.

B. Un peligro siempre presente es el de la mujer rebelde. Si esto se une al


corazón rebelde de un hombre, puede hacer que por ejemplo un pastor
caiga en pecado con una mujer que no es su esposa. Los siervos de Dios
deben tomar todas las precauciones para asegurarse que esto nunca
jamás ocurra en su mente, corazón y cuerpo.

C. El texto dice que si una acusación se levanta en contra de un anciano,


debe ser corroborado por dos o tres testigos, tal como la ley de Moisés lo
requería (Deuteronomio 17:6).

Avance Pastoral de la UCB | 2 - 5 de Octubre 2017 | Pastor Matt Postiff, Ph.D., Th.M.
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D. Si se demuestra que el pastor está pecando, entonces debe ser


reprendido frente a la congregación de modo de producir temor de Dios en
la iglesia. Esto resultará en una disuasión del pecado.

E. El pastor también es un miembro de la congregación local a la cual


sirve. Él adora junto a ellos, apoya el ministerio, lo dirige, está de acuerdo
a su doctrina y práctica, etc. Es por tanto, la responsabilidad de la iglesia
disciplinar a su pastor, tal como instruye Pablo en 1 Corintios 5. La iglesia
llama a su pastor, la iglesia es también responsable de remover al pastor si
éste está pecando.

F. Notemos que lo siguiente que hace no es hablar sobre si el pastor debe


ser removido solo de su ministerio, o removido completamente de la
iglesia.

1. Si él no se arrepiente de su pecado, debe ser removido totalmente


de la iglesia, lo cual significa que no puede volver a ser pastor nunca
más.

2. Si él se arrepiente, la iglesia deberá decidir si él califica para el


ministerio nuevamente en concordancia con cualificaciones bíblicas
mencionadas en 1 Timoteo 3 y Tito 1. Si él se arrepiente, no debe
ser removido de la membrecía de la iglesia. El pastor es como
cualquier otro miembro de la iglesia. Puede ser reprendido, puede
perder su ministerio, pero no pierde su membrecía.

7. D. Rechazar a los Divisionistas: Tito 3:10, 11.

A. Un hombre, que siembra discordias (Proverbios 6:14, 19) en la iglesia


debe recibir dos amonestaciones para que se detenga. Pero si persiste,
debe ser removido de la iglesia.

B. Sabemos algo acerca de esta persona: se ha pervertido (moralmente


perverso), está pecando, y se ha condenado por su propio juicio.

C. La iglesia que pone fuera a un divisionista, cismático, no es una iglesia


divisionista ni poco amorosa. El divisionista inició el problema, es aquella
persona la que no ama.

Avance Pastoral de la UCB | 2 - 5 de Octubre 2017 | Pastor Matt Postiff, Ph.D., Th.M.
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7. E. Evitar a los que Tienen Mala Doctrina: Romanos 16:17,


18.

A. Debemos tener cuidado con la persona que tiene falsa doctrina.

B. Además debemos alejarnos de esta persona. No es suficiente con solo


saber que alguien tiene mala doctrina. Debemos alejarnos de la persona,
para que no nos afecte negativamente, como la levadura en 1 Corintios 5.

C. Estas personas no sirven a Cristo, sino que sirven a sus propios


deseos. Ellos engañan a otros, especialmente a los que tienen falta de
discernimiento.

7. F. Restaurar al Penitente: 2 Corintios 2:6-11.

A. Un hombre que no se arrepintió es removido de la iglesia. Pero


después, sin lugar a dudas, quiere ser restaurado y muestra evidencias de
verdadero arrepentimiento.

B. Pablo instruye a la iglesia a perdonar y consolar a la persona. Debe


ser recibido nuevamente en la comunión y no dejarlo a que sea consumido
por demasiada tristeza. Debe ser animado y no dejado en una permanente
consecuencia por la desobediencia que cometió.

C. La iglesia debe también confirmar su amor por el pecador que se ha


arrepentido (v. 8).

D. Debemos hacer estas cosas apropiadamente para no dar lugar a


Satanás en la iglesia. Él tratará de causar más división. Esa es la
estrategia que le gusta usar (Efesios 6:11).

7. G. El Castigo de Dios: Hechos 5:1-5, 1 Corintios 11:28-32,


Hebreos 12:5- 15.

A. En Hechos y 1 Corintios, los eventos nos muestran que Dios remueve a


veces a creyentes de esta vida por medio de la muerte física, por causa de
su comportamiento pecaminoso. Dios castiga en esta forma a algunos,
pero la muerte física no es siempre el tipo de castigo. La muerte es en la

Avance Pastoral de la UCB | 2 - 5 de Octubre 2017 | Pastor Matt Postiff, Ph.D., Th.M.
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mayoría de los casos simplemente el resultado del pecado que sigue su


curso (Romanos 5:12).

B. En la Epístola a los Hebreos, el texto de la Escritura habla sobre el


castigo de Dios, el cual “no parece ser causa de gozo” en el momento de
recibirla, pero al final “da fruto apacible de justicia”. Esto es lo que
queremos, aunque la disciplina tenga una parte que no nos guste. El
objetivo de citar este versículo aquí es para decir lo siguiente: Dios a
menudo usará a otras personas, incluyendo el ministerio de una iglesia
local para llevar adelante procesos de disciplina. Dios obra a través de
medios humanos en vez de hacerlo directamente a través de milagros o de
otras formas providenciales. Por lo tanto, si la iglesia nos disciplina, es algo
que debemos tomar como de parte de la mano de Dios.

7. H. Salvando un Alma de la Muerte: Santiago 5:19, 20.

A. Santiago enseña que un cristiano individual puede persuadir a un


hermano errante para que vuelva a una verdadera vida de fe y santidad.

B. Creo que esto implica que la iglesia completa está tratando de hacer
volver al miembro no arrepentido. Uno o más miembros de la iglesia
pueden alcanzar en amor al hermano que está en pecado y Dios le puede
usar para convencerle de su mal camino.

C. Esta actividad es un ministerio, porque sirve para el bien del alma del
hermano. Si la disciplina eclesiástica es exitosa, resultará en la salvación
de un alma de la muerte y en evitar que cometa más y más pecado.
Estamos esperando que el pecador no arrepentido venga al
arrepentimiento y sea salvo al final (1 Corintios 5:5).

7. I. Conclusión.

Todos estos textos deben ser entendidos en su conjunto para que


tengamos un entendimiento apropiado y completo de lo que es la disciplina
eclesiástica (o, como hemos sido llamados, al ministerio de hermanos no
arrepentidos). Esta parte de la vida de la iglesia “no debe ser barrida
debajo de la alfombra”. Esto está basado en muchos textos de la Escritura,
y también sobre el fundamento de una sana teología, la cual hallamos a
través del Nuevo y del Antiguo Testamento.

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8. Otros Asuntos.
1. ¿Qué de los miembros que están luchando con el pecado pero en
un nivel en que no requieren disciplina? Es apropiado que el
ministerio tome restricciones con ellos con el propósito de animarlos
a que enfoquen en el problema, y así proteger el ministerio de
cualquier daño. Esto es un asunto que requiere sabiduría, basado en
varias porciones bíblicas. También para protegernos a nosotros
mismos de no actuar inapropiadamente, podemos tomar consejo de
otro líder en la iglesia que nos puede ayudar.

2. ¿Podemos decir que los miembros que han sido removidos son
apóstatas? Pecadores no arrepentidos que tienen mala conducta o
que enseñan falsa doctrina pueden caer en la categoría de 1 Juan
2:19 (ellos nos dejan porque nunca pertenecieron a nosotros). No
podemos estar completamente seguros, solo Dios lo sabe.

3. ¿Qué del pecado de creyentes que pertenecen a diferentes


iglesias? Este tipo de situación debe ser tratada idealmente por
ambas congregaciones, con uno, con otro o con ambos individuos,
ejerciendo disciplina según la situación lo requiera. Los líderes de
ambas iglesias deberían ser consultados sobre este asunto.

4. ¿Qué de alguien que fue disciplinado fuera de una iglesia y está


llegando a otra iglesia? Si una persona ha sido removida de una
iglesia por pecado no arrepentido, la segunda iglesia no debe
aceptar a esta persona en la membrecía (teóricamente, si lo hace, la
segunda iglesia ¡debe removerle de inmediato de su medio!).

5. ¿Puede el proceso de disciplina incluir un tiempo significativo? Sí,


el tiempo y la paciencia están involucrados aquí. Se requiere
sabiduría para determinar cuánto tiempo se necesitará para tratar
con el pecador. La regla general sería esta: si el pecador está
escuchando y trabajando con aquellos que le están ayudando, luego
se puede continuar con el siguiente paso en el proceso. Tan pronto
como rehúse arrepentirse, el proceso debe moverse hacia el
siguiente paso. En mi opinión esto puede tomar unas semanas, no
meses, y ciertamente no más de un año.

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6. ¿Qué ocurre si el pecador no arrepentido “renuncia” a la


membrecía y dice ¡“ustedes ya no pueden hacerme nada! ¡Ahora es
un asunto mío, privado y personal”!? El Señor no está interesado en
tecnicismos que intentan encubrir el pecado (Salmo 51:17;
Proverbios 28:13; Isaías 66:2). Alguno podría renunciar a la
membrecía a último minuto para lograr evitar la disciplina. El texto en
Mateo 18 no nos dice nada en un caso así. ¡El hermano que está en
pecado no puede “escoger lo que le conviene” de lo ya establecido
por Dios y de las condiciones al ser disciplinado! La única acción
aceptable que podemos esperar de él, es que se arrepienta de su
pecado.

7. Un problema bastante espinoso aquí son los asuntos legales. Ya


hemos mencionado que puede haber un posible alcance de aspectos
legales por parte del pecador no arrepentido. Puede haber
comportamiento ilegal y que puede ser incluso de naturaleza
criminal. Por ejemplo, puede haber incesto (como en 1 Corintios 5).
Puede darse un caso de pedofilia, lo cual debe reportarse a las
autoridades legales correspondientes. Así se debería proceder en
cada cultura. Aun si no hubiera un requerimiento legal, el pastor que
se entera de un pecado de tipo ilegal criminal, debe reportarlo a las
autoridades.

Otro problema que podría ocurrir es que el miembro no arrepentido


acuse a la iglesia con los tribunales de justicia, por considerar el trato
hacia él una violación a su privacidad o una difamación a su carácter.
También como un abuso o una calumnia. Si el miembro ha sido
informado previamente de los requisitos de la membrecía, es decir:
consintió en sujetarse a ellos, firmó el acuerdo, el pastor guió
apropiadamente el proceso de disciplina, entonces el pecador no
debería estar dispuesto a intentar llevar su caso en contra de la
iglesia con la justicia civil secular. Si todos estos pasos se
cumplieron, y la iglesia es llevada a tribunales, será un problema
complicado que la iglesia enfrentará.

8. Necesitamos comprender la idea bíblica de lo que realmente es el


perdón. Debemos tener una disposición de perdonar al ofensor, pero
al mismo tiempo el pecador debe arrepentirse para que el perdón
pueda ser completo. El perdón es una transacción: El pecador se

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arrepiente y pide perdón, así la persona ofendida estará lista y


dispuesta a perdonar. Finalmente se comunican entre sí para
completar estar transacción.

9. Otro asunto que debemos entender cuidadosamente es que la


disciplina no es exactamente lo mismo que las consecuencias que
produce el pecado. Por ejemplo, una persona que ha pecado
deliberadamente haciendo malversación de fondos en la iglesia
podría arrepentirse de ese pecado. En tal caso, él o ella no será
expulsado de la iglesia. Sin embargo, las consecuencias de su
conducta desembocarán en que no se le confiará más al manejo de
dinero.

10. He escuchado varias veces la siguiente declaración: “Mi iglesia


no está preparada para practicar la disciplina de esta manera. No
está lo suficientemente madura…”. Pero es nuestro trabajo como
pastores estar seguros de que la iglesia esté preparada para manejar
el pecado de los miembros que no quieren arrepentirse. Si la iglesia
no está lista debemos ayudarla para que lo esté. Si como cuerpo no
están lo suficientemente maduros, debemos trabajar para
asegurarnos que lo estén.

11. Otra pregunta que surge es esta: ¿Puede una persona que ha
sido disciplinada fuera de la iglesia asistir a los cultos de adoración
de la iglesia? Respondería con un “sí”, pero limitado. Tal como un
incrédulo puede visitar una iglesia, del mismo modo un pecador no
arrepentido que ha sido removido de la comunión podría asistir a los
cultos. De hecho, será bueno que asista y escuche la Palabra de
Dios predicada. Pero creo que el liderazgo de la iglesia en ciertas
ocasiones tendrá que decirle a la persona que no es bienvenida
hasta que su pecado haya sido corregido. Sin embargo, la mayoría
de las veces, una persona que ha sido disciplinada no tiene deseo de
asistir a la iglesia.

12. Se ha levantado también una pregunta acerca de “los privilegios


del clero”. En Estados Unidos, si un crimen es comunicado a un
pastor, éste está obligado a decirlo a la policía. En Chile no sería el
caso. En otras palabras, los pastores en Chile pueden tener
privilegios legales que no tendrían en Estados Unidos. Pero en
muchos casos no sería sabio ni justo no usar este privilegio. En

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efecto, un crimen podría quedar oculto, luego, al conocerse la verdad


por otros medios, personas de la comunidad o dentro de la iglesia
misma podrían sentirse seriamente ofendidos de que el liderazgo de
la iglesia ha encubierto pecados. Esto está ocurriendo en Estados
Unidos con la Iglesia Católica, la cual ha encubierto a sacerdotes que
han abusado de menores de edad. Esto ha dañado grandemente la
reputación de la Iglesia Católica entre los que viven en el país.

9. Bosquejo del Procedimiento de la Disciplina


Eclesiástica.
Basado en los pasajes anteriores, he desarrollado un bosquejo para el
proceso de la disciplina en la iglesia.

9. A. Ministrar de tal Manera que el Pecado Sea Reducido.

Evitar la necesidad de la disciplina en la iglesia por medio de un ministerio


enfocado en la santidad de los miembros.

1. En un nivel personal, por medio de la auto disciplina. En Gálatas


5:23 (auto control), en Proverbios 16:32 (control espiritual),
Proverbios 17:27 (control de las palabras que usamos), Proverbios
19:11 (control de la ira), Mateo 5:23, 24 (solo con el propósito de
reconciliar).

2. En un nivel corporativo de iglesia, el pastor y el liderazgo de la


iglesia deben estar enseñando sana doctrina y usando la Palabra de
Dios tal como se nos ha encomendado (2 Timoteo 3:16, 17).

9. B. Reunirse Uno a Uno para Confrontar y Buscar el


Arrepentimiento.

1. Cada miembro de la iglesia está llamado a hacer esto tanto, como


sea posible en nuestras vidas. No solo los pastores o diáconos
pueden hacer esto.

2. Si se produce un genuino arrepentimiento en cualquier punto, el


proceso debe detenerse, pero el acompañamiento y el consejo es
necesario que continúen para con el pecador.

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3. No hay promesa de completa confidencialidad.9 En algún


momento se puede informar a la iglesia. Si hay un acto ilegal
criminal, entonces debe reportarlo a las autoridades.

4. Proceso: Obedecer el mandamiento de Jesús de ir, hablar con la


persona sobre su falta de modo convincente, y también
privadamente. Luego con reprensión si es necesario, y todo esto con
mucha oración previa, pidiendo a Dios que la persona escuche y se
arrepienta.

5. Debemos estar preparados porque recibiremos peticiones de


perdón, y debemos estar dispuestos a conceder esa petición (Lucas
17:3, 4; Mateo 18:21). También debemos estar preparados para
reconocer si estamos equivocados o entendiendo mal la situación
(Proverbios 18:13, 17).

6. Un simple “lo siento”, no es suficiente. Es más apropiado decir:


“Lamento mucho lo que hice, y te pido que me perdones”.

9. C. Involucrar Varios Testigos para Confrontar y Buscar el


Arrepentimiento.

1. Estos no son necesariamente testigos del pecado cuando ocurrió.


Si ellos estaban presentes, el pecado sería ya público y los pasos
disciplinarios pueden ir avanzando más rápidamente. Sin embargo,
es necesario que el pecado esté claramente probado, y requiere que
los testigos den testimonio apropiadamente.

2. Estos son testigos para buscar el arrepentimiento y para lograrlo


también en aquel que rehúsa arrepentirse. Son testigos desde el
inicio.

3. Los testigos sirven como quienes revisan y dan un buen balance


en contra de las personas que hacen reclamaciones frívolas.

4. Un caso de disciplina puede seguir avanzando en su proceso si el


pecador continúa sin arrepentimiento.
9
Ver Jay Adams, Handbook of Church Discipline [Manual de Disciplina en la Iglesia], 30-33.

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9. D. Pedir a la Iglesia que Confronte y Busque el


Arrepentimiento.

1. El liderazgo de la iglesia debería ser informado primero sobre el


caso. Ellos son representantes autorizados de la iglesia, y buscan
que todo se haga decentemente y en orden (1 Corintios 14:40).
Algunos o todo el liderazgo puede estar involucrado en el paso
previo también.

2. Ellos informan a los miembros de la iglesia. En entregan todos los


detalles necesariamente, pero lo suficiente debe entregarse para que
el asunto sea claro.

3. Debe haber claridad sobre el pecado y la falta de arrepentimiento.


Los pecadores no deben ser removidos de la iglesia. Los que deben
ser removidos con los pecadores no arrepentidos.

4. Un cuidadoso registro debe estar disponible por escrito.

9. E. Dar un Tiempo Razonable para el Arrepentimiento.

1. Si el pecado es de tal naturaleza que podría detenerse de


inmediato y no se detiene, entonces el procedimiento avanza al
siguiente paso (1 Corintios 5).

2. Por otro lado, si algo de tiempo es necesario para corregir el


asunto, entonces el tiempo debería concederse. Por ejemplo, la
enseñanza de 2 Tesalonicenses 3:6-9 indica que antes de que la
iglesia sea informada, hay un tiempo donde el pecador se le permite
que logre cambios y que muestre que “ha oído a la iglesia”. En ese
pasaje, si se requiere algo de trabajo con la persona, se debe tomar
el tiempo necesario.

3. Pero este es también un tiempo cuando la iglesia detiene su


comunión normal con el hermano desobediente, excluyéndolo
también de la Cena del Señor. Esto le mostrará lo serio que es su
pecado.

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4. A este punto del proceso, el desobediente todavía debe ser


considerado como un hermano.

5. El evitar regularmente la comunión toma lugar hasta que el


arrepentimiento ocurre, pero si continúa su pecado se debe entonces
pasar al siguiente paso con él.

9. F. Remover al Pecador No Arrepentido por Votación de


Toda la Iglesia.

1. El sentido de remover es algo extremadamente serio. La iglesia


declara que ya no cree en el testimonio cristiano de esta persona.

2. La votación de la iglesia debe ser por unanimidad. Esto no es una


opción. Esto coloca el peso de la decisión de remover a esta
persona, en toda la familia de la iglesia.

3. Esto es mayormente judicial y punitivo, y secundariamente es para


remedio.

4. Nótese la autoridad divinamente otorgada a la Iglesia en Mateo


16:19; 18:18-29.

5. Esto coloca al pecador en la esfera de Satanás para la destrucción


de la carne.

9. G. Cómo Tratar con un Pecador no Arrepentido.

1. El pecador debería quedar devastado al enterarse que ha sido


removido de la iglesia. Desafortunadamente, el pecador a menudo
no tiene cuidado y continúa en su camino pecaminoso. Esta persona
podría tratar de “renunciar” a su membrecía antes de ser
disciplinado. Pero ya es muy tarde para eso.

2. La familia de la iglesia debe ser informada acerca de cómo


manejar el contacto con esta persona. En este punto, esta persona
debe ser tratada como un no creyente.

Avance Pastoral de la UCB | 2 - 5 de Octubre 2017 | Pastor Matt Postiff, Ph.D., Th.M.
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3. Notemos aquí el estatus espiritual de la persona desobediente. La


iglesia no tiene otra opción que tratar a la persona de la manera en
cómo se está comportando: como un no creyente. Esto no nos dice
necesariamente que podemos estar seguros de que la persona es un
incrédulo. Lo único que nos dice es que está actuando como una
persona no salva. Ellos deben ser tratados como inconversos, y hay
que evangelizarlos. Debemos comprender que ellos no están bien, y
que no podemos “barrer debajo de la alfombra” y olvidarnos.

4. Después de esto el contacto ya no puede volver a ser igual con


esta persona. De hecho, Pablo instruye que incluso nuestra relación
con ellos debe ser aun más restrictiva, porque son posiblemente
personas con una falsa profesión de fe (1 Corintios 5:9-13). No se
debe comer con ellos ni compartir con ella la Cena del Señor (1
Corintios 5:11).

5. El contacto debe ser limitado excepto en el caso de miembros


directos de la familia (2 Tesalonicenses 3:6, 14). Los miembros de la
familia extendida que no viven en la misma casa sí deberían tratarle
como Pablo prescribe aquí.

6. Si se producen contactos casuales con esta persona, se le debe


hablar del Evangelio, como a cualquier otro incrédulo.

7. La posición del pecador no arrepentido es muy peligrosa. Él ya no


está más bajo la protección de la iglesia. En vez de eso, está al
alcance de Satanás. El propósito de esto es la destrucción del deseo
pecaminoso y aprender a no blasfemar más a Dios (1 Corintios 5:5; 1
Timoteo 1:20).

8. ¿Qué si la persona busca ser miembro en otra iglesia? Aquella


iglesia debería ser avisada acerca de la situación de disciplina de
esta persona, de modo que no sea bienvenida en aquella otra iglesia
como miembro.

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9. H. Restaurar al Pecador Arrepentido.

Si el pecador muestra arrepentimiento en cualquier momento del proceso,


antes o después de la remoción, entonces, ¡el objetivo con el pecador ha
sido alcanzado!

1. Por la iglesia y su liderazgo, es importante determinar si el


arrepentimiento es real.

2. Por la iglesia, el perdón completo debe ser extendido. El amor


debe ser ejercitado.

3. Por el pecador, debe ser instruido a evitar el pecado en el futuro,


por medio de una autodisciplina constante.

4. Por la iglesia, habrá regocijo porque “el que estaba perdido, ha


sido hallado”.

10. Recursos en Inglés.


Adams, Jay E., Handbook of Church Discipline: A Right and Privilege of
Every Church Member [Manual de Disciplina en la Iglesia: Un
Derecho y Privilegio de Cada Miembro de la Iglesia]. Zondervan, ©
1974, 1986. 120 páginas.

Este es probablemente el libro más útil que he leído sobre el tema.


Este autor ve a la Iglesia en el Antiguo Testamento, y esto puede ser
algo confuso para nosotros que tenemos un entendimiento
dispensacional de las Escrituras, puesto que la Iglesia no tiene su
comienzo sino hasta Hechos 2.

El capítulo 1 define la disciplina eclesiástica y enfatiza que su


propósito es promover una atmósfera de justicia, la cual produce paz.
Esto maximiza la efectividad del discipulado cristiano porque el
discipulado es como la educación: necesita de una atmósfera
ordenada en la cual trabajar apropiadamente. En los capítulos 2 y 4,
él hace un importante y necesario punto sobre disciplina preventiva
en “el primer paso” del proceso. A continuación defiende cuatro
pasos más de disciplina: primero, la reunión de “uno a uno”,

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segundo, uno o dos testigos, tercero informarle a la iglesia, y cuarto,


removiendo de en medio de la iglesia a la persona. Él hace una
diferencia bastante confusa entre excomunión y “remover de en
medio”, lo cual yo aun no lo comprendo ni creo totalmente. Después
de que la disciplina se ha llevado a cabo, se espera que el paso de la
restauración ocurra, y Adams enfatiza el perdón y luego el
acompañamiento del pecador para que continúe en el sendero del
bien. Él invierte un capítulo para tratar el tema de la disciplina entre
iglesias, y luego nos anima en aquella tarea. Él lo ve como algo
innegociable, lo cual si no se hace, haría de una iglesia, una no
verdadera iglesia.

Observo aquí la importancia de enseñar a toda la iglesia el cómo


manejar un asunto de disciplina, cómo tratar al que ha pecado, y
cómo recibirle nuevamente en la comunión.

Compton, R. Bruce. “Church Discipline: The Correction of a Believer or the


Excommunication of an Unbeliever? Harmonizing Matthew 18:15-17,
1 Corinthians 5:1-13, and 2 Thessalonians 3:6-15” in Detroit Baptist
Seminary Journal 20 [Disciplina en la Iglesia: ¿La Corrección de un
Creyente o la Excomunión de un Inconverso? Armonizando Mateo
18:15-17; 1 Corintios 5:1-13; 2 Tesalonicenses 3:6-15, en el número
20 del Periódico del Seminario Bautista de Detroit] (2015): 21-43.

En el artículo del Dr. Compton se nos muestra cómo 2


Tesalonicenses 3 encaja en el proceso de disciplina que es
bosquejado según dos pasajes principales más. Hace un tratamiento
exegético y teológico del tema, particularmente considerando el
estatus espiritual de la persona en desobediencia y la naturaleza y
propósito de la disciplina.

Kimble, Jeremy M., 40 Questions About Church Membership and Discipline


[40 Preguntas Acerca de la Membrecía y Disciplina de la Iglesia].
Kregel, 2017, 272 páginas.

Aquí salté un poco la sección sobre la membrecía, teniendo ya una


familiaridad con el tema. El material sobre disciplina es en general
muy útil, tanto en lo teológico como en las aplicaciones prácticas. Él
trata con un buen número de pasajes, y hace un énfasis bastante útil

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sobre los beneficios de la disciplina tanto para el pecador como para


el cuerpo de la iglesia.

Hay una debilidad en su aproximación a la disciplina que resulta


interesante, dedica un capítulo completo a hablar de la disciplina
eclesiástica en el Antiguo Testamento. Puesto que no hubo Iglesia
en el Antiguo Testamento, la Iglesia comienza realmente en Hechos
2. Además, la disciplina que se practicaba era la pena capital, lo cual
era matar al transgresor y así quitar la maldad de Israel. No hay
paralelo de esto con la Iglesia, porque la Iglesia solo tiene poder para
remover a una persona de su comunión, más allá de eso no tiene
autoridad. Si un cristiano profesante muere por doctrina herética o
práctica, es solo Dios quien puede hacer eso directamente, tal como
se nos indica en 1 Corintios 11:30; Apocalipsis 2:23 y tal vez 1 Juan
5:16.

Leeman, Jonathan. The Church and the Surprising Offense of God’s Love:
Reintroducing the Doctrines of Church Membership and Discipline
[La Iglesia y la Sorprendente Ofensa al Amor de Dios:
Reintroduciendo las Doctrinas de la Membrecía y Disciplina en la
Iglesia]. 9Marks y Crossway, 2010. 375 páginas.

Leeman, Jonathan. Understanding Church Discipline [Entendiendo la


Disciplina en la Iglesia]. 9Marks y Broadman & Holman, 2016. 68
páginas.

Leeman enfatiza la necesidad de la disciplina en la iglesia, y lo que


necesitamos para estar bien preparados para ella. Él ofrece algunos
interesantes puntos acerca del momento en que se efectúa la
disciplina y el importante paso de evaluar después el arrepentimiento
del que pecó. Él también apela a que la iglesia no abuse de la
disciplina.

Owen, John. Church Discipline [Disciplina Eclesiástica]. Chapel Library,


Edición para Kindle.

Owen confunde la Iglesia situándola junto al estado, y también une a


Israel con la Iglesia. Esto se debe a su teología reformada. La falta
de una clara distinción entre estas entidades causa falta de claridad,
confusión, o malos entendidos desde el inicio del libro. El resto del

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libro es útil. Él argumenta que es un derecho natural de toda


sociedad estar dispuesta a aceptar o remover a sus miembros. La
excomunión es un acto de la iglesia completa. No debe ser evitada
simplemente porque se crea que puede haber peligro para la iglesia.
La iglesia no debería aceptar la partida voluntaria de un miembro que
está bajo disciplina y dejarlo como si fuera el final del proceso. Una
persona que está verdaderamente arrepentida no debería ser
removida de la iglesia, aun si el pecado fue escandaloso.

Thomas, Steven. Church Discipline: The Responsibility of Love [Disciplina


Eclesiástica: La Responsabilidad del Amor]. Disponible en
http://ccggrockford.org/wpcontent/uploads/11%20Thomas_Church_Di
scipline_Notes.pdf y también disponible en audio en
http://ccggrockford.org/church-discipline-the-responsibility-of-love-
steve-thomas

Steven Thomas es un pastor bautista conservador y fundamentalista.


Sirve en la Iglesia Bautista Huron, y vive a una hora de camino de
donde yo vivo en Michigan, cerca de la ciudad de Detroit. Él
comparte aquí con base a sus años en el servicio, y a una
experiencia personal en la cual su propia hija estuvo bajo la disciplina
de la iglesia. Unos años después ella se arrepintió y fue recibida
nuevamente en la iglesia.

11. Recursos en Español.


Leeman, Jonathan. La Disciplina en la Iglesia. 9Marks, 2016. 176 páginas.

Leeman, Jonathan. La Membrecía de la Iglesia. 9Marks, 2016. 178


páginas.

12. Preguntas para Continuar Estudiando.


1) ¿Son los dos o tres testigos de Mateo 18:16 los que vieron el pecado, o
solo ellos observan el segundo paso cuando el pecador es confrontado?

2) ¿Cuántas personas deben estar involucradas en el proceso de la


disciplina en la iglesia? Cuando un miembro persiste en no arrepentirse y

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la iglesia debe remover al miembro, ¿toda la iglesia debe participar en la


votación?

3) Supongamos que hay una iglesia que no está asociada a una


asociación pastoral. Según los textos bíblicos, ¿está la iglesia autorizada a
disciplinar por falsa doctrina o inmoralidad?

4) ¿Debería una iglesia recibir a un nuevo miembro que tiene una situación
de disciplina no resuelta con otra iglesia?

5) ¿Cuáles son los objetivos de la disciplina eclesiástica?

6) ¿Es la disciplina en la iglesia un asunto puramente negativo? ¿En qué


sentidos puede ser positiva o útil?

7) ¿Cuáles son los fundamentos teológicos de la disciplina en la iglesia?

8) ¿Cuáles son algunas formas en que podemos prevenir la necesidad de


disciplina en nuestras propias vidas y en nuestras iglesias?

9) ¿Posee la iglesia local la autoridad de declarar pecados como


perdonados y como no perdonados?

10) ¿Qué es lo que la iglesia dice exactamente cuando remueve a una


persona no arrepentida de la membrecía?

11) ¿Es correcto mantener “bajo disciplina” a una persona que ya se


arrepintió del pecado que trajo a la luz el asunto? Si una persona ya no
está calificada para un ministerio, o necesita enfocarse en su crecimiento
espiritual, ¿es correcto prohibirle participar en ciertos ministerios?

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Contenido

Página

1. Introducción y Definiciones…………………………………………… 1

2. Fundamentos Teológicos y Verdades ya Recibidas……………..... 2

3. Metas y Acercamiento a la Disciplina de la Iglesia………………… 5

4. Ministrando a Miembros Que No Se Arrepienten, Según 1


Corintios 5…………………………………………………………………. 8

5. Ministerio a los Miembros no Arrepentidos: Mateo 18…………….. 18

6. Ministrando a Miembros no Arrepentidos: 2 Tesalonicenses…….. 30

7. Otros Pasajes sobre Ministración a Miembros no Arrepentidos…. 40

8. Otros Asuntos…………………………………………………............. 45

9. Bosquejo del Procedimiento de la Disciplina Eclesiástica………… 50

10. Recursos en Inglés…………………………………………………... 53

11. Recursos en Español………………………………………………... 56

12. Preguntas para Continuar Estudiando…………………………….. 56

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