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Argumentos por ethos, logos y pathos.

Article · January 1998

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Luisa Isabel Rodríguez-Bello


Universidad Pedagógica Experimental Libertador
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Rodríguez

ARGUMENTOS POR ETHOS, LOGOS Y PATHOS

Luisa Isabel Rodríguez Bello

UPEL-IPC

La Capacidad de argumentar es inherente al ser humano. Desde muy


pequeño el niño asombra por su poder para influir en los demás por medio de
argumentos dirigidos a persuadir por su fuerza emotiva, por su consistencia
lógica, o por evidenciar la personalidad o el carácter del hablante. En la
conversación cotidiana aflora frecuentemente este tipo de argumentos para
lograr el convencimiento. Los medios masivos de comunicación buscan la
pcrsuasión del lector/oyente/vidente por medio de argumentos que tratan de
conmover o impactar a través de su fuerza emotiva,1ógica o por el carácter
del emisor. En la creación literaria, se atrapa la atención del1ector por medio
de estos tipos de argumentos. En todos los usos del lenguaje, se aportan
pruebas de diferentes órdenes para lograr la adhesión. La sociedad humana en
general se fundamenta en procesos de persuasión:
En todas lar sociedades humanas existen unas formas de control social
institucionalizadas; existen unas normas, unos valores, unas
costumbres que se tienen que aprender y cumplir. Siempre existe un
proceso de socialización, de duración variable, según las sociedades, a
través de las cuales el niño, el adolescente y, a veces el joven, va adquiriendo
las pautas de comportamiento que le van a ser necesarias con el fin de
desarrollar la futura actividad social plenamente integrada. (Jordi Berrío,
1983, p. 9).

El estudio de la persuasión y de los diferentes tipos de argumentos para


lograr la. adhesión fue uno de los objetivos de la retórica clásica, disciplina
que estudia la producción de discursos con fines persuasivos y que hace de la
argumentación su método por excelencia Por ello. nos proponemos en este
trabajo informar sobre la clasificación que hace la tradición retórica
aristotélica sobre los diferentes tipos de argumentos dentro de un enfoque
comunicacional, por partir esta clasificación de los elementos básicos de la
estructura del discurso: hablante, oyente y texto.

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Estudios De Lingüística Aplicada A La Enseñanza De La Lengua Materna

Los retóricos clásicos estudian el proceso para la producción adecuada de


un discurso. Este proceso abarca las siguientes fases: inventio (encuentro de
las ideas que se quieren expresar), dispositio (ordenación, disposición y
estructuración de las ideas en función de las partes del discurso), elocutio
(expresión en palabras de las ideas encontradas en la inventio y organizadas
por la dispositio), memoria (traer a la memoria el discurso) y pronuntiatio
(pronunciación y puesta en escena del discurso).

Mediante: la inventio el orador o productor de un discurso busca "pruebas


con que hacer creíble su causa a los que quiere persuadir y medios de
convencer su ánimo”(Cicerón, Particiones oratorias, p. 240), La inventio
contiene a su vez dos pasos medulares: el establecimiento del tema sobre el
cual versará el discurso y la búsqueda de argumentos para asertar o probar el
tema que, en parte, ya definen la organización del discurso o dispositio. De
allí que Aristóteles exprese que el discurso contiene dos partes
fundamentales: la exposición del asunto y la prueba:

El discurso tiene dos partes, ya que es necesario exponer el asunto de que se


trata y después demostrarlo. Por eso es imposible exponer sin
demostrar o demostrar son antes haber expuesto el asunto ( ... ) De estas
partes una es la exposición, la otra la prueba, como también podría
alguien dividir diciendo que una es la cuestión o problema y la otra la
demostración. (Ret, III, 13)

El comienzo de un discurso es el establecimiento de un tema, tópico,


problema. Es el descubrimiento de la res, la cosa, el asunto de que trata el
discurso, o quaestio. A la quaestio en el discurso jurídico se le llama causa.

Para Corbett (1990) el tema puede convertirse en una tesis, en la forma de


una proposición: una oración que afirme o niegue algo sobre el tópico. Para
este autor, la tesis, en la forma de una oración declarativa, es un buen
comienzo en el proceso de composición pues obliga al escritor, desde un
comienzo a determinar lo que él quiere decir acerca del tema seleccionado, y
establece los fundamentos para un discurso coherente y unificado. La mera
verbalización de la tesis también sugiere líneas de desarrol1o. Por ejemplo, si
se establece una tesis como "La democracia es una forma de gobierno apta
para controlar la corrupción", obliga ya a la definición de términos como
"corrupción" y "democracia", a la comparación de la democracia con otras
formas de gobierno y a comparar los mecanismos de control de corrupción

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Rodríguez

utilizados por otras formas de gobiernos distintos a la democracia. En tal


sentido, incide en el uso de estrategias retóricas, tales como la definición, la
comparación y el contraste. La tesis también establece los límites del trabajo
e indica el conocimiento que el emisor tiene del tema a tratar y lo que el
estudio de ese tema obliga a indagar e investigar. La tesis se convierte de esta
manera en el objetivo del trabajo, indica la verdad de la proposición que se
va a afirmar o negar. Al respecto dice Corbett (p. 37) que en un discurso
argumentativo, la tesis indica la verdad de la proposición que se quiere
inculcar en una audiencia.

Establecida la tesis a demostrar o asertar con claridad, el siguiente gran


paso es el encuentro de argumentos apropiados y convincentes para probar la
causa.

Aristóteles c1asifica los argumentos en dos grandes grupos: argumentos


artísticos y argumentos extraartísticos. Estos últimos no los inventa el
productor de un discurso, preexisten. En el caso del discurso judicial son las
leyes, los testigos, los contratos, etc. En general, los argumentos
extraartísticos están en los libros y manuales de referencia, en los
diccionarios y enciclopedias. Contienen argumentos y opiniones emitidos
por otros autores sobre el tema a tratar. Actualmente, la realización de una
tesis de grado contiene una parte referida a la "revisión de la literatura que
implica la indagación de diversas fuentes sobre el tema de la tesis. Los
argumentos que se encuentran en esta revisión de la literatura sobre el tema,
no los inventa el tesista sino que preexisten, le sirven de ayuda para su
posterior argumentación o disertación sobre el tema Los argumentos
extraartísticos no dependen de la capacidad de razonamiento lógico del
emisor. Su misión es adaptarlos, valerse de ellos para asertar su causa. Estos
argumentos se caracterizan en general porque el orador hace uso de ellos
según su conveniencia. Deben afirmarse y negarse de acuerdo con sus
intereses y fines.

El otro gran grupo de argumentos considerado por Aristóteles, es decir,


los artísticos, derivan de los elementos participantes en el flujo de la
comunicación: emisor. receptor y texto:

De los argumentos procurados por el razonamiento, hay tres clases:


unos que radican en el carácter del que habla, otros, en situar al oyente

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Estudios De Lingüística Aplicada A La Enseñanza De La Lengua Materna

en cierto estado de ánimo, otros, en fin, en el mismo discurso, por lo que en


realidad significa o por lo que parece significar (Aristóteles, Retórica, I, 2).

Los que radican en el carácter del hablante son los argumentos por ethos;
los que parten de ubicar al oyente en cierto estado de ánimo son los
argumentos por pathos; y los que derivan de la naturaleza temática del texto
y de la manera en que esta temática es expuesta son argumentos por logos. A
través de estos tres tipos de argumentos, se logra el objetivo del discurso,
que es la persuasión, el convencimiento del oyente, lector o público.

1.- ARGUMENTOS POR ETHOS

Los argumentos por ethos se basan en la capacidad persuasiva del emisor


en relación con su talento personal. Sus atributos como orador y sus rasgos
de carácter. La palabra griega ethos significa "costumbre", "uso". En
relación con los hombres, refiere a su carácter o disposición moral. En latín
se traduce por "ingenium" (ingenio), "mores" (costumbres). El sustantivo
ethicon refiere a la ética, a la moral, a las costumbres y, en especial, a las
costumbres oratorias. El ethos se basa en las cualidades del orador,
cualidades que debe ser capaz de proyectar en el público para crear una
confianza, una fe en lo que dice.

Para Aristóteles los argumentos que se derivan del carácter del emisor
son muy eficaces para la persuasión. El orador se hace digno de crédito por
su prudencia, capacidad que lo hace opinar con rectitud; por su virtud, ya
que siempre hablará en aras del bien y no motivado por la maldad:

… cuando et discurso se pronuncia de tal manera que hace digno de


crédito al que lo declama, porque a las personas de buenas costumbres
las creemos más y antes, en todas las cosas simplemente y en las que no
existe absoluta seguridad, sino doble opinión, también enteramente.
También esto debe suceder por el discurso (Ret. I. 2)

En sus libros sobre ética (Ética Eudemiana, Ética Nicomaquea, Gran


ética) Aristóteles pone de manifiesto que la ética es una ciencia de la acción
humana, que delimita la finalidad de nuestros actos, El hombre se aparta de
los demás animales por su actividad racional, germen de la dicha y la
felicidad. La virtud emana de la propia actividad del hombre. Aristóteles
divide las virtudes en morales y éticas (virtudes del carácter) y en
dianoéticas e intelectuales (virtudes del pensamiento). Identifica las

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Rodríguez

costumbres morales o éticas con el hábito o disposición permanente que


orienta las acciones del sujeto en función de un fin. Las costumbres éticas
determinan que los actos del hombre sean producto de una elección a partir
de una previa deliberación. La virtud evita todo defecto y dispone a lo
conveniente. La prudencia y la sabiduría son virtudes de la parte racional del
hombre. Lo que define la prudencia, según Aristóteles es “la capacidad de
decidir convenientemente lo que es útil y bueno para ellos mismos, no
parcialmente” (Ética Nocomaquea, VI, 6).

La prudencia es “es una disposición acompañada de razón justa, dirigida


hacia la acción y con referencia a lo que es bueno o malo para el hombre”
(ibid.). Las personas prudentes pueden discernir lo que es ventajoso para
ellos mismos y para el otro. La prudencia tiene como virtud el conjeturar y
como materia lo que es del orden de lo posible. A un hombre prudente lo
caracteriza una buena deliberación, un buen razonamiento. La prudencia
señala al hombre los medios para alcanzar los fines y traduce la frónesis,
inteligencia, buen sentido, prudencia. Estos rasgos de carácter deben ser
transmitidos por el orador (hablante o escritor) en su discurso y se convierten
en medios de persuasión:

Sería mucho pedir que los políticos profesionales reflexionaran sobre


estas cuestiones, para las cuales no tienen ni preparación ni interés,
pero sería una grave mengua que los hombres de pensamiento de la
América Latina, ante la recrudescencia de estos viejos problemas
fundamentales, no hicieran un gran esfuerzo de explicación y de
orientación. (Arturo Uslar Pietri, “La historia sumergida, El
Nacional, 3-3-94, A-4).

Los argumentos derivados del carácter se relacionan., además., con la


acción oratoria, con la puesta en escena de un discurso. La retórica tiene que
ver, y muchísimo, con la forma como el receptor percibe el discurso. Por ello,
el orador, al aparecer en público, no sólo debe tener ese ethos, sino que debe
ser capaz de manifestarlo a un receptor, tanto cuando se enfrenta a él como a
través de su estilo, por estar la práctica del arte retórico "orientado a la
apariencia" (Aristóteles, Ret. III, 1). De allí que exprese R Barthes (1974) ,
que el ethos alude "una psicología imaginaria (en el sentido psicoanalítico):
debo significar lo que quiero ser para el otro" (1974, p. 63). Para Aristóteles
la acción oratoria cuando se pone en práctica "produce el mismo efecto que el

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arte teatral” (Ret. III, p. 89). Así, hay un estilo en la forma de escribir un
discurso, y un estilo en la forma de representarlo, los cuales deben manifestar el
ethos del emisor. En este último sentido, será adecuado “si expresa las
pasiones y caracteres y guarda analogía con los asuntos de que trata (Ret.
III). Puede inferirse, entonces, que Aristóteles propone una gramática del
gesto, de lo suprasegmental, de los signos icónicos. Establece la importancia
de la proyección de imágenes y cómo la imagen con gestos y ademanes es una
forma recomunicación útil para la persuasión porque engaña sutilmente. Se
evidencia así en la teoría retórica aristotélica la importancia que atribuye a la
gestualidad que revela el carácter o ethos del emisor como una forma de
argumentación, lo cual implica que lo paralingüístico per se aporta pruebas
para hacer creíble la causa del orador .

Actualmente los medios masivos de comunicación explotan ese ethos del


emisor y hasta llegan a construirlo. Imponen rostros, caracteres, autoridades,
imágenes. Se cree más una opinión, si la dice o expresa determinado
político u hombre de prestigio, de letras, con autoridad moral ya establecida.
Se vende más un producto, si el agente que proyecta la imagen del producto
es el mismo que ya ha tenido éxito. La proyección de su imagen se convierte
en el argumento de autoridad, y así, la calidad del producto se mide por la
imagen del promotor.

El ethos retórico se relaciona con el docere (ensenar), mediante el cual el


emisor actúa como un docens (que enseña) que sabe exponer sus puntos de
vista con claridad. El docens con carácter parte de una acción deliberada y
sus acciones están dirigidas al "bien". No siembra duda., su misión es
combatirla, ayudar a percibir la res con claridad y lucidez. El ethos retórico
al promover la imagen del emisor, se relaciona con el delectare (deleitar): el
emisor debe tener habilidad "teatral" para distraer al público que así desatiende
la res. El mejor argumento es la propia persona para convencer. De esta
manera, se construyen mitos y símbolos en los cuales se juega con el
inconsciente del receptor y se reactivan viejos mitos como el de la eterna
juventud o el del magíster dixit aptos para cautivar a un público.

Los argumentos por ethos son de vital importancia en aquellos-tipos de


discurso donde no hay una opinión certera del asunto a tratar, es decir,
donde las opiniones están divididas. Allí es oportuno que el escritor u orador

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Rodríguez

muestre su “buen juicio” para opinar y que demuestre, por ejemplo, su


condición, en relación con materias del mismo tipo tratadas en el pasado. Así,
Uslar Pietri, en su artículo donde asume que la Lengua Castellana es nuestro
“supremo bien cultural” al advertir sobre el abuso que de ella hacen los
medios masivos de comunicación y la responsabilidad que tenemos los
hispanohablantes de defenderla de ese proceso de empobrecimiento y
desfiguración, usa argumentos por ethos al referirse a Antonio Nebrija y a
Andrés Bello, quienes en el pasado escriben magnas obras con el mismo
objetivo, es decir, preservar la eficacia y permanencia de la lengua:

Esto lo sabía, con extraordinaria clarividencia Antonio de Nebrija,


cuando en el preciso año prodigioso de 1492, en víspera de conocerse
el hallazgo del Nuevo Mundo, publicó en Salamanca la primera
Gramática de la Lengua Castellana (…) No lo hacía por curiosidad de
erudito sino movido por la profunda convicción de que empezaba un
tiempo nuevo de expansión de la presencia castellana en el mundo y,
con ella, inevitablemente de la lengua como el instrumento más
importante para la creación de la nueva Historia (…) Siente que una
nueva circunstancia histórica está surgiendo para los hombres de la
lengua castellana y que es menester asegurar la permanencia y
eficacia de esa lengua como instrumento de comunicación y de
presencia.

Los riesgos que presintió Nebrija en 1492, los que advirtió Andrés
Bello cuando publicó en 1857 su Gramática de la Lengua Castellana,
preocupado… (“El supremo bien bultural”, El Nacional, 10-4-94, A-4)

Así mismo, a través de los argumentos por ethos, el orador debe dejar
claro ante su público oyente/lector su moralidad, su integridad y su repudio
por manejos dolosos que induzcan a favorecer intereses personales en el
momento de juzgar y hablar sobre temas y situaciones difíciles donde haya
que decidir. Además, el orador, mediante argumentos por ethos, debe
mostrar su virtud y su prudencia, es decir, hablar por el bien común, capaz
de sacrificar lo individual en aras del colectivo o de la patria. Estos rasgos
del orador deben proyectarse en el discurso.

Los argumentos por ethos son de gran utilidad al comienzo (proemium) y


final (peroratio) del discurso En estas partes se encuentran las mejores
oportunidades que tiene el emisor para captar la atención, docilidad y

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Estudios De Lingüística Aplicada A La Enseñanza De La Lengua Materna

benevolencia del público/lector, como expresan los teóricos de la retórica


clásica.

Uslar Pietri, en su artículo ''Populismo y Estatismo” (El Naclona1, 8-5-94,


A-4), da argumentos por ethos al comenzar y concluir su discurso con el
objeto de captar la simpatía de su auditorio al mostrarse como un hombre
capaz de profundo análisis de la realidad por su reconocido poder moral e
intelectua1:

Habrá que intentar la difícil tarea de penetrar la historia de las ideas


políticas en la América Latina (…) No será una historia de manifiestos
y proclamas, que pocos dicen sobre la realidad, sino un análisis
eficaz…

No será fácil, y requerirá mucho valor moral e intelectual poderlo


plantear en términos útiles, pero no hay otro camino si se quiere salir
de los muy costosos errores que nos ha legado el pasado inmediato.

2. ARGUMENTOS POR PATHOS

Los argumentos por pathos se fundamentan en el movcre (conmover),


activación o manipulación de los sentimientos del receptor. Importa aquí la
selección de signos o símbolos que induzcan a la interpretación emotiva del
mensaje para persuadir, captar al receptor. Mediante estos argumentos, el
oyente el oyente es arrastrado a un sentimiento (tristeza, amor, odio. ira,
vergüenza, etc.) por el discurso. Convencen pues “no concedemos de manera
nuestras opiniones estando tristes que estando alegres, o amando y odiando”
(Ret, I, 2).

Expresa Aristóteles que para crear un discurso persuasivo es necesario


“observar lo que toca a las pasiones, qué es cada una de ellas y qué tal, y de
qué cosas se originan y cómo" (ibid). Barthes expresa que para este autor la
opinión del público es el dato primero y último y de allí su profunda
modernidad: “ no hay en él ninguna idea hermenéutica (de desciframiento);
para él las pasiones son fragmentos estereotipados de lenguaje que el orador
debe simplemente conocer bien, de allí la idea de una red de las pasiones, no
como una colección de esencias: sino como una red de opiniones" (1974, p.
64).

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Rodríguez

Los argumentos pathos han sido ampliamente usados como modo de


persuasión. En ellos es importante que el emisor conozca los sentimientos del
público para poder activarlos mediante su discurso Esto explica en gran parte
las descripciones dramáticas de escenas, el uso de ponderativos, de
frases hiperbólicas, de comentarios patéticos con la finalidad de captar
emocionalmente a un lector. Aristóteles manifiesta en relación con las
pasiones:

Son las pasiones aquello por lo quo los hombres, cambiando


íntimamente, se diferencian ante el juicio; les sigue a las pasiones,
como consecuencia, tristeza o placer, así son, por ejemplo, la ira, la
compasión, el temor, y cuántas otras hay semejantes a éstas y sus
contrarios. Conviene distinguir en cada una tres aspectos -y me
refiero, por ejemplo, a la ira-: cuál es la disposición de ánimo de los
iracundos, contra quiénes suelen irritarse y en qué ocasiones suelen
hacerlo; pues de conocer sólo uno o dos de estos aspectos, pero no
todos ellos, nos sería imposible provocar la ira; de manera semejante
ocurre con las demás (Ret.. II, 1).

El conocimiento de las emociones de1 público le permiten al emisor del


discurso ubicar al lector en el sentimiento que mejor convenga a sus fines. En
los siguientes fragmentos, tomados de un artículo de prensa, el autor arremete
contra la opinión de muchos venezolanos quienes se opusieron públicamente a
la admisión en el país de refugiados haitianos por la crisis económica que se
vive. Toma como base para su argumentación lógica, argumentos por pathos al
destacar reiterativamente la miseria humana y moral como lema en aras de la
persuasión.

La consecuencia más sórdida de la miseria material es la miseria


moral. Apenas el Gobierno do Venezuela cedió a una presión
norteamericana para admitir a unos refugiados haitianos, se libró
nuestra versión nacional de la miseria humana ( ... )

Yo no sé qué Bancos Mundiales P.I.Ds o FMIs, o cosa peor, se


parapetan tras esta iniciativa norteamericana de mandarnos haitianos
que sobran allá, pero sí se que ha servido de detonante de nuestra
miseria moral, que es tan pavorosa que arruina harta la riqueza. Peor
todavía: el moralizado no recupera su fortuna. (Roberto Hernández
Montoya, "Todos somos haitianos”, El Nacional, 12-6-94, A-5)

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Estudios De Lingüística Aplicada A La Enseñanza De La Lengua Materna

Hay dos obras aristotélicas sobre retórica: la Poética y la Retórica. En la


primera, que es una praxis retórica, pone de manifiesto valor que atribuye a lo
emocional. Fija como fin de la tragedia la catharsis, la cual se logra después
que el público ha experimentado el temor y la compasión. En la segunda,
donde expone su teoría sobre lo persuasivo, describe emocione como la ira, la
serenidad, el amor, la enemistad, el odio. el temor, el valor, la vergüenza, el
respeto, el favor, la compasión, la indignación, la envidia, la emulación. De
estas emociones, el orador debe extraer premisas para la formulación de
argumentos que tiendan a crear un pathos.

El juicio del receptor estaría determinado por el sentimiento que se le


provoque. En un discurso forense el orador podría disponer favorablemente al
juez de acuerdo con el sentimiento que él sea capaz de generarle. Estos
sentimientos están en el público y el emisor que los conoce buscará lo recursos
retóricos apropiados para hacerlos aparecer. La opinión, juicio decisión que
tome el receptor se verá determinada, afectada o contaminada por el tipo de
pathos que se le haya activado. En los párrafos siguientes de u articulo de
Uslar Pietri, se observa el uso reiterado que hace el autor de argumentos por
pathos: a través de una enumeración de objetos patéticos, con el fin de crear
conciencia en el receptor sobre la quiebra de valores del hombre
contemporáneo:

El panorama de anarquía, de violencia, de desorden, de descomposición


social, de regreso a las formas más elementales de agresividad
instintiva del ser humano, llena de un modo alucinante y pavoroso
todos los abundantes medios de información de que hoy se dispone.

El hombre contemporáneo vive (…) sumergido en una terrible


pesadilla de inseguridad y de quiebra de valores que, más allá de todo
su horror cotidiano , puede llegar por su reiteración y su permanencia
a llevarnos a considerar el mal y el crimen, y todo lo que hasta ahora
considerábamos contrario al paradigma moral y modelo de
humanidad, como cosa cotidiana, inevitable… (Si Cándido regresara”,
El Nacional, 24-4-94, A4).

Aristóteles con su teoría del pathos alimenta su teoría de la verosimilitud.


No importa la verdad, ella está más bien oculta detrás de la palabra, importa
la ilusión de verdad. El sentimiento opaca el juicio y viene el silencio, la
aceptación. Así el proemium, primera parte del discurso aspira a

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Rodríguez

predisponer el ánimo del oyente haciéndolo benévolo, dócil y atento para


prepararlo para lo que vendrá después, -mediante la insinuatio, un ir
dominando disimuladamente la "voluntad de los oyentes" (Cicerón, De la
invención retórica. l. p.12). La benevolencia del público puede nacer para
Cicerón de la persona del orador, del adversario, de los jueces o de la misma
causa Para ganar la benevolencia a partir de sí mismo, el sujeto debe hablar
de sus méritos y servicios, sin infundir sospechas de arrogancia, debe destruir
acusaciones injuriosa contra él y, además, debe exponer los peligros y
dificultades que amenazan su vida, usando humildes ruegos y súplicas. Por el
contrario, ha de hacer despreciable al adversario para que el odio público
recaiga sobre él. Además, la benevolencia del oyente se activa: "elogiando su
fortaleza, sabiduría y clemencia (sin que tampoco se vea muy clara la
adulación) y mostrando cuánta y cuán fundada es la esperanza que en su
justicia se tiene" (Cicerón, ibid. p, 13),

3.- ARGUMENTOS POR LOGOS

Los argumentos por ethos se basan en el carácter del emisor. Los


argumentos por pathos se fundamentan en el receptor, los argumentos por
logos se centran en el mismo discurso, "por lo que en realidad significa o
parece significar". Aristóteles manifiesta que por el discurso se cree "cuando
mostramos lo verdadero o lo que parece tal, según lo que en cada caso parece
persuasivo" (Ret. 1,2). Para este autor, sabe manejar los argumentos por
logos el que sabe razonar.

En el marco de la teoría retórica aristotélica, los argumentos' por logos


aluden tanto al tema o hechos narrados en el discurso, a su contenido
semántico, como a la estructura argumentativa subyacente,. Un discurso puede
persuadir por el interés que la temática represente para el público y, en
especial, por la forma en que esta temática sea presentada o desarrollada. La
forma que el tema asuma está estrechamente relacionada con las estrategias y
con los esquemas de desarrollo lógico utilizados para la argumentación. Es por
ello que, dentro de los argumentos por logos, se hace necesario tanto el estudio
de diversas formas de razonamiento como de las estrategias retóricas
utilizadas por el emisor para dar forma al tema dentro del discurso. En este
trabajo, dentro de los argumentos por logos, tocamos lo concerniente a la parte
formas variadas de razonamiento. Las estrategias retóricas como aquí

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Estudios De Lingüística Aplicada A La Enseñanza De La Lengua Materna

consideramos a los topoi (definición, comparación, constraste, relaciones de


analogía, causa-efecto, etc.), por su extensión e interés forman parte de un
trabajo más extenso en realización.

Los griegos instauran en la polis el poder de lo racional y de la


argumentación. Lo racional es aquello que se somete a determinadas reglas
lógicas, es lo que deriva del poder de razonamiento y seduce, persuade por
la prueba. Lo racional es una práctica intelectual. Para Aristóteles, la retórica
es correlativa a la dialéctica, ciencia filosófica que estudia lo concerniente al
razonamiento y sus leyes, formas, modos y prácticas. De allí que la retórica y
la lógica (ciencia que estudia el pensamiento) se relacionen en el sentido de
que métodos y procedimientos lógicos son usados como recursos apropiados
para la persuasión dentro de cualquier tipo de discurso.

3.1. Formas de razonamiento

Los argumentos por logos forman parte de dos modos de razonamiento: el


deductivo y el inductivo. El primero infiere a partir de premisas universales.
El segundo parte de hechos particulares para establecer inferencias
probables. El instrumento utilizado por la lógica para analizar y comprobar el
razonamiento deductivo es el silogismo. En el ámbito de la retórica,
Aristóteles considera que el paradigma o ejemplo se corresponde con el
modo de razonamiento inductivo, y que el entimema (silogismo retórico)
responde a una forma de razonamiento deductivo.

El paradigma o ejemplo es “demostrar por muchas y semejantes cosas que


algo es así” (Ret. I, 2, p. 19). Un argumento paradigmático es una proposición
que relaciona hechos o circunstancias parecidas. Aristóteles cita como el
ejemplo el hecho de que alguien diga que Dionisio intentó la tiranía por pedir
una escolta, pues antes Pisístrato había hecho lo mismo. Se incluyen así
amabas acciones dentro del mismo universal “el que aspira la tiranía, pide una
escolta”. Importa dentro del paradigma comprender las relaciones de
semejanza, la capacidad de establecer relaciones de este tipo evidencia
también el ethos del emisor.

Aristóteles cita dos tipos de ejemplos, los sucedidos y los inventados por el
orados. Los sucedidos refieren a hechos históricos concretos que se toman
como modelos para explicar otros hechos concretos y crear un argumento

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conclusivo por analogía. Dentro de los reales, se incluyen también los relatos
de personajes mitológicos y literarios.

Dentro de los ejemplos inventados por el orador están la fábula (como las de
Esopo) y la parábola. Aristóteles cita como ejemplo de parábola a las
socráticas:

... como por ejemplo, si uno dijera que no conviene que los magistrados
sean elegidos por suerte; porque es igual que si uno eligiera por suerte
a los atletas, no solo los que saben luchar, sino simplemente todos
cuantos la suerte señalase, o que entre los marineros se sortease quién
debía pilotear la nave, como si no debiera ser piloto e que sabe, sino
aquel a quien la suerte señalase (Ret. II, 20).

El Silogismo:

El silogismo es un discurso o método demostrativo en el


que dadas dos proposiciones (llamadas premisa mayor y premisa menor), se
deduce de ellas una tercera proposición llamada conclusión. En el silogismo
tres juicios se relacionan y uno deriva de los otros dos:

Premisa Mayor: Todos los ni/los son inocentes


Premisa Menor: Raúl es un niño.
Conclusión: Raúl es inocente.

El silogismo es una relación entre dos o más premisas para deducir una
conclusión, Este puede verse como la estructura que subyace en todo
razonamiento de orden deductivo. El silogismo razona a partir de
proposiciones o premisas. Una premisa es "un juicio afirmativo o negativo,
que afirma o niega algo acerca de algún sujeto" (Aristóteles, Analítica
Primera, I). La premisa consta a su vez de términos El término es para
Aristóteles aquello en que una premisa puede ser analizada, es decir, el
predicado y el sujeto, añadiéndole o quitándole el verbo ser o no ser" (ibid.).

El silogismo está sometido a reglas que definen si el razonamiento es


válido o no (al respecto véase en un manual de lógica las leyes del silogismo
válido). El silogismo, instrumento del razonamiento deductivo, parte de
premisas generales para deducir una conclusión particular. Por ello, dentro del
razonamiento silogístico no se deduce conclusión a partir de premisas
particulares. Del mismo modo, en este tipo de razonamiento, los términos en la
conclusión no deben tener mayor extensión que en las premisas, pues de una
premisa particular que contenga, por ejemplo, “algún”, “algunos”, no se puede

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Estudios De Lingüística Aplicada A La Enseñanza De La Lengua Materna

generalizar a “todo”, “todos”. Por, ejemplo, no es válido el siguiente


razonamiento:
Raúl es inocente.
Raúl es niño.
Luego, todo niño es inocente.

Dentro de un discurso, la estructura silogística se puede apreciar dentro de


uno o varios párrafos e incluso todo discurso puede tener como esquema
superestructural subyacente un silogismo. Obsérvese en el siguiente párrafo
extraído de un artículo de Carlos Augusto Di Prisco, cómo subyace en él
mismo una estructura de un silogismo:

Toda comunidad profesional necesita comunicarse y darse a conocer,


necesita también dejar registrada su actividad para poder ser juzgada y
para no ser olvidada, necesita fortalecer su propia identidad. Estas
necesidades están muy presentes en las comunidades científicas: lo más
natural del mundo es que una asociación de especialistas en un tema
científico tenga una publicación que le sirva de vehículo para transmitir y
difundir sus ideas y sus hallazgos (Revistas científicas Venezolanas”, El
Nacional, 5-7-94, A-4).

Aunque en el párrafo citado se dan más de un argumento para justificar la


necesidad que tienen las comunidades profesionales de publicar, vamos a
extraer sólo uno de ellos para mostrar la estructura silogística implícita en el
mismo:
Toda comunidad profesional necesita difundir sus ideas.
La comunidad científica es una comunidad profesional.
Luego, la comunidad científica necesita difundir sus ideas

El entimema

Aristóteles considera que existe otra forma deductiva de


razonamiento, el entimema o silogismo retórico. El entimema es un silogismo
con pocas premisas, pues si alguna de ellas es conocida por el oyente, no es
necesario enunciarla, puesto que se presupone está implícita:
...pues si alguna de estas premisas es conocida, no es preciso decirlas;
pues ésta la presupone el mismo oyente, como al decir que Dorio ha
ganado una corona en una competición, es suficiente decir que triunfó en
Olimpia; y no es necesario añadir que los juegos olímpicos tienen coronas
por premio, pues todos lo saben. (Retórica, I, 2)

168
Rodríguez

En el entimema es necesario que se produzca en el receptor la


decodificación propuesta. Se apela a su conocimiento de los hechos y
realidades dentro de un contexto. Las premisas del entimema, las que se tienen
por ciertas se fundamentan por ello en verosimilitudes e indicios.

Verosimilitud es para Aristóteles “lo que sucede de ordinario … se dice


de las cosas que se admiten pueden ser de otra manera, siendo respecto de
aquello de quien es verosímil, lo que lo universal respecto de lo particular”
(Ret. I, 2). Las verosimilitudes como premisas retóricas son un instrumento
muy valioso para obtener la adhesión de un público por basarse en opiniones
generalmente aceptadas. En ello reside su fuerza persuasiva.

Indicios. Aristóteles también considera que las premisas entimemáticas


se fundamentan en indicios . Entre ellos considera varios tipos: 1. Los que son
como lo individual respecto de lo universal, como que si alguien dijera tener
un indicio de que los sabios son justos, porque Sócarates era sabio y justo, caso
que él mismo considera asilogístico, rechazable. 2. El indicio necesario es
un signo que no puede ser rechazado. Por ejemplo, decir que alguien está
enfermo porque, tiene fiebre, o que ha dado a luz porque tiene leche. Para
Aristóteles, este indicio necesario se erige como un argumento concluyente,
pues de ser verdadero, no se puede refutar. 3. Los indicios que son como lo
universal respecto de lo particular, son indicios (proposiciones, juicios)
que no aportan un alto grado de seguridad y certeza: decir que alguien tiene
fiebre por respirar con dificultad, pues es refutable aunque sea cierto, ya que es
posible respirar con dificultad aunque no se tenga fiebre. Para probar este
tipo de indicios se requiere aportar otras pruebas.

Las sentencias o adagios son aseveraciones sobre cosas universales


relativas a las acciones y a lo que puede evitarse o elegirse al obrar. Por ello
Aristóteles cree que éstas pueden considerarse como conclusiones o
principios de entimemas. Cita como, ejemplo el siguiente adagio: "no hay
hombre quien sea libre en todo", al cual si se le añade "porque es esclavo de
la riqueza o de la suerte", se convierte en entimema. También considera los
refranes como sentencia. Aristóteles considera muy oportuno integrar
refranes y sentencias en el discurso, pues los oyentes gozan cuando se les
dice en general lo que ellos habían hallado en sus antiguas reflexiones sobre
lo particular" (Ret. II, 22). Además las sentencias cuando son buenas,

169
Estudios De Lingüística Aplicada A La Enseñanza De La Lengua Materna

afirma, dan carácter ético al discurso, por hacer aparecer al que las pronuncia
como de buenas costumbres.

Aristóteles considera dos tipos de entimemas: los demostrativos y 1os


refutativos. El demostrativo es concluir de algo en que todos están de
acuerdo. El refutativo es concluir de algo sobre lo cual no hay opinión
unánime.

Por considerar Aristóteles que el entimema se fundamenta en


verosimilitudes e indicios y no sobre lo verdadero, Barthes manifiesta que el
silogismo retórico se desarrolla sólo al nivel del público, a partir de lo que
éste piensa y es fácilmente manejable por un público inculto. Sin embargo, los
retóricos posteriores definen el entimema no por el carácter verosímil de sus
premisas, sino por el carácter elíptico de su articulación, de allí que se
puedan obtener los siguientes entimemas:

Si aplicamos esta definición al silogismo patrón de nuestra cultura


(que nos reitera curiosamente nuestra muerte)- y aunque la premisa no
sea simplemente probable lo que no podría hacer un entimema en el
sentido 1- podemos obtener los siguientes entimemas; el hombre es
mortal, por lo tanto Sócrates es mortal; Sócrates es mortal porque los
hombres lo son; Sócrates es un hombre y, por lo tanto mortal. (Barthes,
1974, p. 49).

Esta segunda concepción del entimema se corresponde con la lógica de


Port Royal. Al decir de Barthes, si el entimema es un silogismo imperfecto,
sólo lo es a nivel del lenguje, "es un silogismo perfecto en la mente, pero
imperfecto en la expresión; en suma, es un accidente del lenguaje, una
desviación" (ibid.., p. 50). Barthes destaca lo que él llama el placer del
entimema: "el entimema no es un silogismo truncado por carencia,
degradación, sino porque hay que dejar al oyente el placer de completar él
mismo un esquema dado" (ibid, p . .51). Maritain (1984) considera también
como entimema en razón de su materia próxima, el silogismo incompleto,
"cuando una de las premisas está sobrentendida". Da como ejemplo: "Pedro es
hombre, luego es mortal" (p. 321).

Es más frecuente el uso del entimema que el uso del silogismo en la


comunicación diaria, en el discurso periodístico y en los medios masivos de
comunicación en general, por fundamentarse el entimema., en el sentido que le

170
Rodríguez

da Aristóteles, en premisas probables, opiniones generalmente conocidas por


la mayoría dentro de un especifico contexto sociocultural. Veamos los
siguientes ejemplos de entimemas: .

a- Debe ser amigo del gobierno, porque encontró trabajo.

b. - Debe tener SIDA, porque ha perdido mucho peso.

c.- Raúl no vota porque es menor de edad.

En los entimemas anteriores, las premisas omitidas son:

a- Todos Ios que encuentran trabajo son amigos del gobierno.

b.- Las personas con SIDA pierden peso.

c. - Los menores de edad no votan.

Sin embargo, los argumentos a y b pueden ser refutados fácilmente, pues es


posible encontrar trabajo sin ser amigo del gobierno, o perder peso o por otra
enfermedad o por haberse sometido a una dieta rigurosa, es decir, en ellos se
hacen falsas generalizaciones. En c es diferente, pues la premisa omitida
obedece a una normativa que, por ser conocida por todos, no requiere ser
enunciada.

Los argumentos por logos se fundamentan en el mensaje, es decir, los


estímulos (símbolos y signos) que un emisor expresa con el propósito de
influir en alguien. El mensaje requiere alguna forma de expresión que depende
de las ideas que se quieran comunicar, del propósito del comunicador, del
receptor del mensaje, del contexto. Dentro del contexto de la comunicación
retórica cuyo objetivo es la persuasión, el mensaje requiere también ser
controlado. Los políticos profesionales son expertos en ese control del
mensaje, en la escogencia de determinados tópicos del mensaje, en la
escogencia de determinados tópicos aptos para convencer una audiencia; en la
manera en que estos tópicos son enfocados ante determinado tipo de público,
en el conocimiento que tiene el público sobre el tema, conocimiento que es
usado por el emisor para cumplir con sus propósitos persuasivos. La
organización y estructura que se den a un tipo especifico de discurso son unas
de las maneras de controlar a una audiencia. De esta forma, cada parte de la
estructura del discurso intenta llamar la atención del público/lector,
impresionarlo. Cuando el patrón de organización de un discurso es coherente,

171
Estudios De Lingüística Aplicada A La Enseñanza De La Lengua Materna

su comprensión es más efectiva y goza de un mayor grado de aceptabilidad a


nivel del público. La organización de un discurso implica su coherencia lógica
Una buena argumentación debe estar sólidamente estructurada Puede basarse
en métodos deductivos o inductivos, si en métodos deductivos puede hacer
uso de. silogismos o entimemas. Estos últimos, por ser más frecuentes en la
conversación cotidiana y en los discursos de los políticos y de los medios
masivos de comunicación, requieren de la participación del receptor en su
desarrollo argumental. Como receptor uno debe exigir buenos argumentos,
para poder compartirlos y para mantener nuestros derechos a estar en contra,
a disentir. Fallamos como ciudadanos responsables al no demandar el uso de
sólidos argumentos. Para ello, se hace necesario, en una sociedad victima del
discurso de los políticos y dirigentes, ensenar a nuestros estudiantes a
diferenciar un argumento débil, mal estructurado, de otro cuyos argumentos
son expuestos con lógica, con solidez. Hay que formar a nuestros estudiantes
con un pensamiento critico, que implica pensar lógicamente, pensar
coherentemente. ¿Volver a las antiguas clases de lógica y de retórica?

Es importante que la escuela refuerce en el estudiante la capacidad tanto


para identificar argumentos por ethos, logos y pathos como para producirlos.
La escuela debe incentivar la competencia retórica de niños y jóvenes. Esta
competencia les permitiría defender sus puntos de vista con claridad,
demostrar convenientemente una tesis a desarrollar o mostrarles cuáles son sus
limitaciones al intentar desarrollarla También les capacitarla para reconocer
cuándo o por medio de qué recursos se les pretende impresionar, engañar o
inculcar una creencia; o bien por medio de un discurso plagado de expresiones
patéticas que apelan a su compasión, o bien por medio de un falso ethos que
busca la adhesión impresionando, o bien a través de un falso razonamiento.

BIBLIOGRAFÍA

Aristóteles (1973), Obras. Madrid: Aguilar.

Barthes, R. (1974), Investigaciones retóricas l. Buenos Aires: Editorial


Tiempo Contemporáneo.

Berrío, Jordi (1983), Teoría social de la persuasión. Barcelona: Editorial


Mitre.

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Rodríguez

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Oxford University Press.

Maritain, Jacques (1984). El orden de los conceptps. Buenos Aires: Club de


lectores.

173
ASOVELE

ASOCIACIÓN VENEZOLANAPARA LA ENSEÑANZA

DEL ESPAÑOL COMO LENGUA EXTRANJERA

ESTUDIOS DE LINGÜÍSTICA APLICADA A LA

ENSEÑANZA DE LA LENGUA MATERNA

HOMENAJE A

MINELIA VILLALBA DE LEDEZMA

NELLVS PlNTO DE ESCALONA

Compilador: César Vlllegas

Comisión de Arbitraje: Luis Barrera

Lucía Fraca

Luisa Rodríguez

Iraida Sánchez

Sergio Serrón

1994
COMPILACIÓN: César Villegas
DISEÑO DE LA PORTADA: ASOVELE .
DISEÑO DEL LOGOTIPO DE ASOVELE: José PérezMéndcz
COMPOSICIÓN DEL TEXTO: ASB
DIAGRAMACIÓN Y CORRECCIÓN DEL TEXTO: César Villcgas y Sergio Serrón
COORDINACIÓN y PRODUCCIÓN: ASOVELE
IMPRESIÓN: Editorial Trophykos
ISBN: 980-325-087-6
CORRESPONDENCIA: Apartado 25048, Caracas, 1023 Venezuela
Fax: (582) 4837663

1a edición 1994

RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS

PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL


POR CUALQUIER MEDIO SIN AUTORIZACIÓN ESCRITA DE SUS
EDITORES
Índice 3

Presentación del homenaje. Junta Directiva De Asovele 5

Villegas César. Presentación 7

Navas. Griselda.. Lengua y Literatura en la educación o ¿dónde la promoción


nacional de la lectura? 15

Fraca de Barrera, LucíA. De la oralidad a la escritura una propuesta integradora en


la enseñanza de la lengua escrita 25

Arca, Yajaira. El camino hacia el desaprcndizaje. 41

Sánchez de Ramírez Iraida. Como se ensenar a redactar 51

Barrera, Luis. La narración mínima como estrategia máxima. 65

Alvarez, Luis. Narración de experiencias de lingüística aplicada para mejorar la


redacción escolar la redacción escolar. 77

Amundarain, Libia A., y Bolívar, Gladys M. Aplicación del modelo de análisis del
cuento propuesto por van Dijk al discurso narrativo no lingüístico. 91

Sergio serrón. Algunas pautas para el tratamiento de los problemas ortográficos en


los diferentes niveles educativos- 115

Villegas, César. La pronominalización: prcscntación y apuntes para una aplicación a


la enseñanza 137

Rodríguez bello, Luisa I. Argumentos por ethos, logos y pathos. 155

Angulo Ruiz, Luis. El adverbio en mente como marcador argumentativo 175

Mostacero Rudy. Variedades sociolectales y estilísticas y su enseñanza en el


español de Venezuela. 189

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