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Página 12

ECONOMÍA
28 de abril de 2018
El dólar cerró a 20,90 pesos. El Banco Central vendió 1382 millones de dólares y subió fuerte las
tasas
Días de furia y manotazos en la plaza cambiaria
Tras una semana muy agitada en el mercado, la última jornada resultó la más movida. Fuerte escapada
inicial del dólar, hasta 21,20 pesos, contrarrestada con una suba impactante de la tasa y ventas importantes
del Central.

El dólar terminó la semana al rojo vivo. Cerró ayer en 20,90 pesos, tras haber marcado un pico de cotización de

21,20 a media mañana. La autoridad monetaria hizo locuras financieras para intentar contener la corrida. Vendió

1382 millones de dólares de las reservas y dejó subir la tasa de Lebac hasta el 31,5 por ciento, con el objetivo de

convencer a los inversores internacionales de quedarse en el país. El saldo de la semana fue preocupante. La

autoridad monetaria intervino con 4343 millones de dólares en la plaza cambiaria, aumentó en más de 3 puntos

porcentuales la tasa, perdió 5102 millones de dólares de reservas y el dólar igualmente se incrementó 37 centavos.

En la city, los inversores se sacaron los pesos de encima y el gran interrogante es si el nuevo nivel de tasas

permitirá calmar a las fieras la próxima semana.

Los bancos y los grandes fondos de inversión le metieron ayer todos los penales al Central. El primer gol fue

cuando lograron por la mañana superar el techo psicológico del dólar de 21 pesos. Se trata de una cotización que

en la entidad monetaria se habían propuesto desde principio de marzo evitar que se supere. La segunda fue cuando

lograron el regreso de la bicicleta financiera. La entidad agachó la cabeza y aceptó las condiciones del mercado

para empezar a moderar la demanda de dólares. Desde las 11 de la mañana hizo correr el rumor que la tasa de

interés de referencia (pases para los bancos) iba a subir por arriba del 30 ciento y pasado el mediodía difundió

finalmente un comunicado oficial, en el que anunció que comenzará a pagar un 30,25 por ciento. La consecuencia

de esta suba fue que en el mercado secundario de Lebac los rendimientos de las letras de corto plazo cerraron ayer

en 31,5 por ciento. El Central incluso tuvo que moderar este salto que, en momentos de la jornada, se ubicó en el

33 por ciento. El volumen operado en el mercado de Lebac fue récord de toda la serie: 59 mil millones de pesos. El

desarme de las posiciones de las letras es muy fuerte cuando se suman los 45 mil millones de pesos operados el

miércoles y los 47 mil millones del jueves.

La tasa en estos nuevos niveles es al menos 15 puntos más elevada que la meta de inflación. En otras palabras, el

Central le ofreció a los inversores una ganancia de 15 por ciento en términos reales para tentarlos a quedarse en el

país. Se trata de un rendimiento que no se ofrece prácticamente en ningún país del mundo e, incluso, supera el que
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se ofreció tras la unificación cambiaria y eliminación de los controles a la compra de divisas en 2016, cuando la tasa

era de 38 por ciento y la meta de inflación del 25. Esto muestra la magnitud de la corrida y la reacción desesperada

de la autoridad monetaria ante la demanda persistente de divisas del mercado.

En la entidad dieron un argumento muy escueto para justificar la suba de la tasa y, para no perder la costumbre,

hablaron de la inflación cuando el principal problema es que se les escapó el dólar. “El consejo de política monetaria

se reunió fuera de su cronograma preestablecido y resolvió aumentar su tasa de política monetaria. Se tomó esta

decisión con el objetivo de garantizar el proceso de desinflación y está listo para actuar nuevamente si resultara

necesario”, indicaron. El comunicado del organismo es poco pertinente. La principal preocupación en la city ya no es

a cuánto termina la inflación este año, sino que el tipo de cambio no vuele hasta 30 pesos si los fondos de inversión

terminan de torcerle el brazo al Central. Ese es el número que tienen de referencia los economistas que se

acostumbran a sumar los pasivos monetarios (base monetaria, Lebac y pases) para luego dividirlos por el nivel de

las reservas.

Las especulaciones y elucubraciones que se hacen en el mercado no son más optimistas. Cualquier economista

desprevenido que revisa la evolución de las principales variables financieras en los últimos días entraría en estado

de pánico. Las reservas internacionales eran de 61.629 millones de dólares el viernes de la semana pasada, y ayer

cayeron a 56.617 millones. El descenso se produjo día a día, es decir que encadenó cinco jornadas consecutivas de

baja, a las que se le suma el viernes 20, en la que el Banco Central había perdido 827 millones. Desde el miércoles

25 en adelante, las caídas diarias superaron, en cada una de las tres jornadas, los mil millones de dólares,

alcanzando un máximo de 1784 millones en el día de ayer.

Gran parte de esta caída de las reservas se explicó por la venta de divisas para intentar contener la corrida

cambiaria. El viernes 20 la autoridad monetaria no había intervenido en la plaza. Este lunes comenzó vendiendo

214 millones, el martes lo hizo por 422 millones, el miércoles por 1472 millones, el jueves por 853 y ayer por 1382

millones. El tipo de cambio minorista, pese a esta intervención, pasó en el período de cinco días hábiles de 20,53 a

20,90 pesos. En números duros, el Central rifó 4343 millones de dólares y el dólar subió un 2 por ciento. Otro dato

interesante es que desde el 5 de marzo, cuando comenzaron las intervenciones en la plaza cambiaria, el Central

intervino vendiendo 6770 millones de dólares. Lo hizo en 21 oportunidades, con una venta promedio de 322

millones de dólares en cada intervención.

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