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241263. . Tercera Sala. Séptima Época. Semanario Judicial de la Federación. Volumen 89, Cuarta Parte, Pág. 27.

COMPETENCIA. USO DE LOS MEDIOS PARA PROMOVERLA. En el Código Federal


de Procedimientos Civiles, el Código de Comercio, la Ley Federal del Trabajo y en la Ley
Procesal Común del Distrito y Territorios Federales, así como en los Códigos de los Estados
de la República, se establecen y distinguen las dos formas conocidas de promover una
competencia o sean la declinatoria y la inhibitoria; la primera se propone ante el Juez a quien
se le considera incompetente, y a la segunda, ante el Juez que estima competente. Respecto al
momento o a la oportunidad en que deben hacerse, se dispone que la declinatoria se intente
precisamente en el escrito de contestación a la demanda, o bien simultáneamente al producir
ésta, proponiéndola como cuestión de previo y especial pronunciamiento, que pone obstáculo
a la continuación del procedimiento, que debe quedar en suspenso entre tanto se resuelve
dicha cuestión. En cambio, respecto a la oportunidad en que debe proponerse la inhibitoria, la
ley procesal guarda silencio; no señala cuál es el momento en que se ha de hacer valer.
Fácilmente se concibe, que la competencia del Juez ante quien se promueve la inhibitoria, la
aduce la parte demandada para evitar que conozca del asunto el Juez que lo esté conociendo,
y que estime carece de jurisdicción; y ante los perjuicios que ocasionaría a sus derechos el
procedimiento seguido por el Juez incompetente, plantea la cuestión. Pero podrá proponerla
en cualquier tiempo, sin limitación alguna, hasta antes de que el Juez estimado como
incompetente dicte sentencia definitiva, porque entonces se entiende que éste agotó su
jurisdicción y ya no puede sostener conflicto competencial respecto de un asunto del que ya
no debe conocer. Conforme a la legislación y a las doctrinas sentadas por los especialistas en
la materia, las cuestiones de competencia pueden promoverse por declinatoria o por
inhibitoria; siguiéndose en el primer caso, los procedimientos marcados por las excepciones;
respecto a la inhibitoria, aun cuando puedan variar los detalles de una legislación a otra, la
naturaleza que le fijan todas y que desarrollan los tratadistas, supone dos tribunales, entre los
que se entable el conflicto de jurisdicción y que, aun siendo de distinto fuero, se consideran
de igual categoría, en cuanto a la controversia, y al mismo tiempo, un tribunal capacitado
para dirimir la contienda. No se ha fijado plazo o época en que deba proponerse la inhibitoria,
pero dada su naturaleza y los fines con que ha sido establecida, solo pueda hacerse valer
dentro del juicio, ya que tiene por objeto, precisamente, determinar a que Juez corresponde
conocer y fallar el litigio que la origina; y si aparece que ya se dictó sentencia y que se
encuentra en vías de ejecución, el fallo pronunciado ya no puede ser objeto de una
controversia de jurisdicción. Las ideas expuestas no prejuzgan sobre la validez o nulidad del
fallo pronunciado, pues es bien sabido, que las cuestiones de competencia, no prejuzgan
sobre el fondo del negocio, menos cuando se ha analizado la jurisdicción en si que la
inhibitoria envolvía, pues en realidad sólo se establece que la competencia carece de materia,
por haber concluido, con sentencia que se declaró ejecutoriada, el litigio sobre el cual se ha
pretendido provocar el conflicto de jurisdicción. Lo anterior no significa que, con motivo del
fallo constitucional en cuanto concede la protección solicitada, pueda volverse a plantear el
conflicto competencial al revocarse la sentencia de segunda instancia que admitió la
inhibitoria, pero ello está condicionado, conforme a los razonamientos expuestos, a que en
ese momento exista el litigio que la motivó, pues, se repite, de no existir aquél, no hay
materia de que conocer y por ende, para la controversia jurisdiccional.

Competencia civil 94/75. Suscitada entre los Jueces Decimotercero de lo Civil de esta Capital
y Primero de Letras del Ramo Civil de Monterrey, Nuevo León. 6 de mayo de 1976. Cinco
votos. Ponente: Salvador Mondragón Guerra.

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