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ANALISIS DE ORINA

El análisis de la orina ha sido probablemente la primera prueba a disposición


del médico siendo un instrumento fundamental para diagnosticar no solo
enfermedades de los riñones o de las vías urinarias, sino también afecciones
de otros órganos (hígado, páncreas, etc.). Dejando aparte las pruebas
realizadas para comprobar algunas condiciones particulares, como, por
ejemplo, el embarazo o la presencia de enfermedades de las glándulas
endocrinas, generalmente el análisis de orina tiende a determinar las siguientes
propiedades: volumen total (orina emitida en 24 horas), color, transparencia,
densidad, pH, eventual presencia de sustancias normalmente ausentes
(albúmina, glucosa, acetona, sangre, pigmentos y sales biliares) o cantidades
anormales de sustancias normalmente presentes solo en indicios
(urobilinógeno) y composición del sedimento.

Volumen: en condiciones normales, la cantidad de orina emitida en 24 horas


oscila entre los 1.000 y los 1.500 ml. Este valor puede ser modificado por
algunos factores como la ingestión excesiva de bebidas o alimentos que
contengan mucha agua en cuyo caso aumenta la cantidad de orina o, por el
contrario, la diarrea o la excesiva sudoración en las que ocurre una reducción
del volumen urinario, con el consiguiente ahorro de agua. La temperatura o el
trabajo muscular elevado, al aumentar la sudoración tienen también como
efecto, el reducir la cantidad de orina.

Estas variaciones son normales y expresan la adaptación del organismo a las


condiciones ambientales o metabólicas.

En ocasiones, las variaciones del volumen son mucho más elevadas


representando condiciones patológicas como son la poliuria (eliminación de
más de 2 litros de orina al día como ocurre en la diabetes mellitus o en la
diabetes insípida), en la glomerulonefritis crónica, en la pielonefritis, y otras
enfermedades. Por el contrario, en algunos procesos patológicos se presenta la
situación inversa, con un emisión de 400 ml o menos de orina (oliguria) como
ocurre en la nefrosis o en la glomerulonefritis aguda. Cuando la emisión de
orina es de menos de 100 ml al día (anuria), refleja una condición
extremadamente grave, que puede ser debida a una obstrucción de las vías
urinarias o a una severa glomerulonefritis.

La emisión de orina disminuye durante la noche (nicturia) debido a una


reducción fisiológica de la filtración renal. Un aumento de la orina nocturna
puede reflejar cardiopatías, hipertensión o otras enfermedades renales.

En los individuos normales, cada micción tiene un volumen que oscila entre
200 y 400 ml, realizándose entre 3 y 4 micciones. En algunas condiciones
patológicas (hipertrofia prostática, cistitis, etc.) pueden observarse micciones
más frecuentes con escasa emisión de orina.

Igualmente importante es el flujo de orina, es decir, el volumen de orina


eliminado en un intervalo de tiempo determinado (que se reduce en caso de
hipertrofia prostática o obstrucciones de la uretra) y la relación entre el flujo y la
presión del chorro de orina (que también disminuye en el caso de
obstrucciones de la uretra y en la disfunción de la vejiga). Otro de los
parámetros relacionados con el volumen de la orina es el volumen residual
post-micción, que está igualmente relacionado con la disfunción de la vejiga o
la hipertrofia prostática.

Color: La orina normal de color amarillo claro, debido a la presencia de


algunos pigmentos (urocromo, urobilinógeno, y coproporfirina) pudiendo ser
mas o menos intenso según la concentración de la misma orina. La coloración
puede variar en medida sensible como consecuencia de la introducción en el
organismo de algunos fármacos o en presencia de algunas afecciones: la
nitrofurantoína comunica a la orina un color rojizo, mientras algunos laxantes la
coloran de amarillo-marrón. La orina color vino tinto oscuro puede observarse
en individuos afectados de enfermedades hepáticas, mientras que en el
melanosarcoma, la orina tiene un color marrón

Transparencia: en condiciones normales, la orina fresca es límpida,


enturbiándose al cabo del tiempo por la precipitación de las sales que contiene
(en particular fosfatos y uratos). Si la orina fresca aparece turbia entonces
representa un estado patológico, ya que el enturbiamiento puede ser debido a
la presencia de microorganismos, células sanguíneas o epiteliales del tracto
urinario, proteínas, o lípidos.

Densidad: en los sujetos sanos, la densidad o peso específico de la orina


oscila entre 1.012 y 1.024. En los individuos sanos, los valores normales no
son siempre constantes: generalmente, aumentan durante una dieta seca y
disminuyen como consecuencia de la ingestión de líquidos

pH: en condiciones normales, y bajo una dieta normal, el pH de la orina ( la


concentración de los
iones de hidrógeno) es ligeramente ácido. Valores ligeramente superiores (por
ejemplo, pH= 75) pueden
depender de una alimentación predominantemente vegetariana o de la
administración de algunos fármacos que alcalinizan la orina. Un pH
francamente alcalino se presenta en las afecciones de las vías urinarias
(cistitis, pielonefritis, especialmente por Proteus) o en el caso de terapéuticas
especiales (por ejemplo, administración de protectores gástricos en la ulcera
péptica). También se presenta orina alcalina en pacientes con
hiperaldosteronismo o algunas formas de enfermedad de Cushing, o después
de haber ingerido acetazolamida u otros diuréticos inhibidores de la anhidrasa
carbónica.

Por el contrario, se observa una reacción claramente ácida en los estados de


hiponutrición, en la diarrea grave, en la fiebre, en la uricemia , en la acidosis
diabética y en algunas enfermedades metabólicas (fenilcetonuria, alcaptonuria)
Algunos fármacos pueden modificar el pH de la orina, circunstancia que puede
ser aprovechada desde el punto de vista terapéutico. Por ejemplo, en la gota el
exceso de ácido úrico en la orina puede ocasionar cálculos renales de ácido
úrico, con lo que la alcalinización de la orina (que aumenta la disolución de
ácido úrico) puede evitar tales cálculos

Sedimento: en los sujetos normales, el sedimento es escaso y está formado


por sales (uratos, fosfatos y carbonatos) con algunas células epiteliales de la
vesícula y la uretra. En la mujer, pueden presentarse además, algunas células
vaginales.

La presencia de cantidades anormales de sales o la presencia de otros


elementos en el sedimento, representan situaciones patológicas. La
observación del sedimento al microscopio (*) permite revelar toda una serie de
elementos que revelan la presencia de procesos inflamatorios, infecciones u
otras enfermedades más o menos graves que pueden manifestarse en los
riñones y/o en las vías urinarias.

 Células epiteliales: normalmente aparecen en el sedimento de la orina


unas pocas células epiteliales procedentes de la vejiga o de la uretra
externas. Son menos frecuentes células renales. En las infecciones del
tracto urinario, inflamación o neoplasias, dichas células son más
frecuentes. El tipo de célula observada ayuda a determinar el
diagnóstico de la enfermedad
 Microorganismos (bacterias, trichomonas, hongos): la orina normal es
estéril, si bien puede contaminarse si no se toman las debidas
precauciones al recoger la muestra. En algunos casos, sobre todo en las
mujeres, las bacterias pueden penetrar en el tracto urinario a través de
la uretra provocando una infección urinaria. Si la infección no se trata
adecuadamente, puede llegar a afectar los riñones produciendo una
pielonefritis. El examen microscópico del sedimento puede detectar
algunas de estas de estas bacterias. En las mujeres (muy raras veces
en el hombre) pueden detectarse hongos en la orina, generalmente
procedentes de una micosis vaginal. Igualmente en las mujeres se
pueden detectar ocasionalmente tricomonas procedentes del canal
vaginal
 Cilindros: los cilindros hialinos y granulares, son agregados
mucoproteicos (mucoproteína de Tamm-Hosrfall) que se forman en los
túbulos renales y suelen tener una forma alargada. incluyendo diversas
células o detritos. Cuando los detritos son células tubulares se forman
cilindros granulosos; cuando las células incluidas son hematíes,
leucocitos o células epiteliales, se forman los cilindros mixtos. Los
cilindros céreos son representativos de un estasis de la nefrona. Los
cilindros grasos son excretados por pacientes que tienen un síndrome
nefrótico y, ocasionalmente, por pacientes con diabetes mellitus. En
general, las personas sanas muestra unos pocos cilindros (0-5 por
campo), que pueden aumentar con un ejercicio extenuante. Los cilindros
con inclusiones de hematíes o leucocitos indican la presencia de alguna
nefropatía
 Cristales: la orina normal contiene cristales y componentes amorfos que
precipitan al enfriarse la orina. Según el pH de la orina pueden precipitar:
o Orina alcalina: cristales de urato amónico, trifosfatos, fosfato
cálcico, fosfatos amorfos y carbonato cálcico
o Orina ácida: cristales de ácido úrico, cristales de oxalato cálcico,
cristales de urato sódico y uratos amorfos

Estos cristales se consideran normales si proceden de solutos que se


encuentran fisiológicamente en la orina. Sin embargo, a veces pueden
detectarse cristales en la orina de pacientes con cistinuria (cristales de
cistina) o con necrosis hepática masiva (cristales de leucina y tirosina)

Albúmina: en condiciones normales no es posible demostrar su presencia en


la orina; sin embargo, es la primera proteína que aparece en varias
enfermedades del aparato urinario (glomerulonefritis, pielonefritis, riñón cístico,
infección de las vías urinarias y nefrosis), en las infecciones crónicas del
hígado, en los estados febriles, después de ejercicio intenso o como
consecuencia de fuertes emociones y, en las mujeres, durante la menstruación.

En condiciones normales, la excreción de albúmina en la orina no sobrepasa


los 30 mg/24 horas. La microalbuminuria es la eliminación urinaria de albúmina
entre 30 y 300 mg/24 horas. La microalbuminuria es actualmente, el primer
marcador para detectar la existencia de una afectación renal incipiente.
La progresión de esta enfermedad hacia estadios más avanzados es
infuenciable por distintas medidas de intervención como el estricto control
glucémico, modificaciones dietéticas, medidas farmacológicas como la
prescripción de inhibidores de la enzima de conversión (IECAS), que se han
demostrado eficaces en retrasar el avance de la nefropatía diabética, aún en
ausencia de hipertensión.

Las cantidades de albúmina superiores a 300 mg/24 horas se consideran ya


como proteinuria mayor.

Proteinuria significativa: cuando se descubre una proteinuria excesiva, es


importante determinar como se elimina, dado que la proteinuria puede ser
transitoria o constante. Esta última puede ser, por otra parte, ortostática o
persistente

 La proteinuria transitoria se presenta en alteraciones febriles, en


asociación a una cardiopatía, anemia grave, alteraciones del tiroides y
en crisis abdominales. La proteinuria es mínima, otras pruebas renales
son normales y desaparece al resolverse la condición subyacente
 La proteinuria ortostática o postural es frecuente en niños, adolescentes
y adultos jóvenes: la orina recogida por la mañana no contiene
cantidades anormales de proteínas, mientras que la obtenida después
de estar en posición erecta o en movimiento contiene grandes
cantidades. El hallazgo de proteinuria ortostática en los jóvenes indica
un proceso benigno, pero en el anciano representa serias alteraciones
del parénquima
 La proteinuria persistente se asocia a nefropatías primarias y a
alteraciones que implican el parénquima y la circulación renal. A partir de
los 0.3 g/kg de peso corporal suele indicar un síndrome nefrótico

Glucosa: esta sustancia también se filtra a través de los glomérulos, pero es


totalmente reabsorbida a la altura del subyacente túbulo renal. Sin embargo, en
algunas enfermedades (como, por ejemplo, en la diabetes mellitus) el aumento
de glucosa contenida en la sangre hace que lleguen al túbulo renal grandes
cantidades de este azúcar, parte del cual no puede ser reabsorbido, siendo por
tanto, eliminado. El llamado dintel renal, es la concentración de glucosa en la
sangre (unos 160 mg/dL) a partir de la cual los túbulos renales son insuficientes
para reabsorber la glucosa, apareciendo esta en la orina.

Además de la glucosa, la orina puede contener otras sustancias reductoras


como la lactosa, galactosa, pentosas, ácido homogentísico y ácido ascórbico.
La presencia de estas sustancias en la orina puede indicar la presencia de
enfermedades poco frecuentes como la fructosuria, galactosuria, o alcaptonuria

Acetona: esta sustancia aparece igualmente en la orina solo en condiciones


patológicas. Se observa en la acidosis (debida, por ejemplo, a la diabetes
mellitus), en los estados de inanición y en la hipoglucemia debida a una
sobredosis de insulina en el tratamiento de la diabetes.

Sangre: La emisión de sangre más o menos abundante con la orina, se


denomina hematuria. Puede ser debida a afecciones de los uréteres (uretritis,
cálculos), de la vejiga (cistitis, tumores, cálculos), del riñón (cálculos, tumores,
tuberculosis, glomerulonefritis). El análisis cuantitativo de las células de la
sangre en la orina nocturna (12 horas) recibe el nombre de recuento de Addis.
Se utiliza para evaluar el curso de una enfermedad renal.

Pigmentos y sales biliares: cuando se encuentran en la orina, son expresión


de enfermedades que comprometen las funciones del hígado y de los
conductos biliares. Los pigmentos bilirrubina y biliverdina son productos de
degradación de la hemoglobina y se encuentran presentes en la ictericia,
anemia y enfermedades hemáticas y biliares.

La bilirrubina se forma en las células reticuloendoteliales del bazo y de la


médula ósea y es transportada al hígado. La detección de bilirrubina en la orina
es importante ya que es un marcador de enfermedades hepáticas como la
hepatitis antes de que sean evidentes otros síntomas. Los valores normales de
la bilirrubina en la orina son <0.02 mg/dL

El urobilinógeno, un derivado de la bilirrubina, solo muestra indicios en la orina


normal. Se presenta en las enfermedades hepáticas, pulmonías y escarlatina

Otras sustancias provenientes del metabolismo

 Porfirinas urinarias: el porfofibilinógeno, las coproporfirinas y las


uroporfirinas se producen en la síntesis del heme. Las anormalidades en
el metabolismo de las porfirinas, bien de carácter hereditario, bien
inducidas por fármacos o por plomo, producen una orina que, cuando se
expone a la luz. Las elevaciones de los valores normales de estos
pigmentos se utilizan para diagnosticar las porfirias, tanto agudas como
crónicas
 Ácido d-aminolevulínico: este ácido forma parte de una enzima que se
requiere para la síntesis del porfibilinógeno en la formación del heme. Se
utiliza para diagnosticar una intoxicación por plomo.
 Ácido 5-hidroxindolacético: las glándulas del tracto digestivo segregan la
serotonina, una hormona vasoconstrictora que es especialmente útil
para contraer las pequeñas arteriolas después de una lesión tisular. El
principal metabolito de la serotonina es el ácido 4-hidroxindolacético que
se excreta en la orina. La determinación de este compuesto en la orina
ayuda a diagnosticar los tumores carcinoides gastrointestinales.
 Hemoglobina: la presencia de hemoglobina libre en la orina se denomina
hemoglobinuria y suele estar relacionada con alguna condición externa
al aparato urinario, como por ejemplo cuando se produce la hemólisis de
un exceso de glóbulos rojos, cuya hemoglobina no puede ser
metabolizada por el sistema retículoendotelial. La sangre puede
aparecer en la orina en forma de células intactas o como hemoglobina
libre. Cuando se observan células intactas, significa que se ha producido
una hemorragia en alguna parte del tracto urinario (hematuria). Se
presentan hematurias en las infecciones de tracto urinario inferior, el
lupus eritematoso, en cánceres renales o del tracto urinario, en la
hemofilia, en la glomerulonefritis y después de un ejercicio extenuante.
Por su parte, la hemoglobinuria acompaña a desórdenes hemolíticos
como la talasemia o la anemia falciforme, extensas quemaduras o
lesiones por aplastamiento, después de una cirugía prostática, y en la
coagulación intravascular diseminada
 Proteínas de Bence-Jones: las proteínas de Bence-Jones son cadenas
proteicas ligeras libres que precipitan en la orina débilmente ácida a 56-
60º C y se redisuelven por ebullición. Estas proteínas se encuentran
característicamente en la gammaglobulinemia de Waldenström, el
mieloma múltiple, la leucemia, el sarcoma osteogénico y otros tipos de
gammapatías.
 Microglobina b2: se utiliza para diagnosticar enfermedades inflamatorias
y la leucemia linfocítica crónica
 Electrolitos urinarios: los cloruros, el sodio y el potasio indican el estado
de hidratación, y ayudan a ajustar el balance electrolítico y a controlar
los efectos de las dietas reducidas en sal
 Calcio: su determinación permite evaluar una disfunción del paratiroides,
glándula que mantiene el balance del calcio y fósforo corporal mediante
la secreción de la hormona paratiroidea
 Magnesio: permite evaluar el metabolismo del magnesio, el balance
electrolítico y la nefrolitiasis
 Oxalatos: permite evaluar el potencial para la formación de cálculos
renales en pacientes con desórdenes el intestino delgado distal como en
la enfermedad de Crohn. En la enfermedad inflamatoria del intestino
entre el 2 y el 10% de los pacientes muestran nefrolitiasis. El oxalato
urinario también está aumentado en los pacientes obesos con un bypass
yeyuno-ileal.
 Ácido úrico: permite evaluar el metabolismo del ácido úrico en la gota,
así como en determinadas enfermedades genéticas, y evaluar la
nefrolitiasis
 Hormonas estimulante del folículo (FSH) y luteinizante: miden el
funcionamiento de las hormonas gonadotrópicas y permiten determina si
una deficiencia gonadal es primaria o debida a una insuficiente
estimulación de la pituitaria. La determinación de la FSH permite, junto
con otras pruebas, determinar las causas del hipotiroidismo en la
mujeres y de las disfunciones endocrina en el hombre. También se
utilizan para determinar los ciclos ovulatorios en las pacientes sometidas
a fertilización in vitro
 Ácido vainillilmadélico: permite evaluar la presencia de un
feocromocitoma, un tumor de la médula adrenal
 17-cetoesteroides: se utiliza para medir la excreción urinaria de los
esteroides y ayuda a diagnosticar desórdenes endocrinos que afectan a
los andrógenos adrenales
 Fenilcetona: la fenilcetonuria es una enfermedad genética que, si no
trata adecuadamente puede producir retraso mental. Utilizada
conjuntamente con los análisis de sangre, la determinación de la
fenilcetonuria ayuda a detectar esta enfermedad en el recién nacido
 Hidroxiprolina: se determinación permite evaluar la reabsorción de hueso
y colágeno en varios desórdenes esqueléticos y ayuda a medir el
progreso de la respuesta al tratamiento en la enfermedad de Paget del
hueso
 Nitritos: esta prueba permite identificar muchas infecciones del tracto
urinario, aunque un resultado negativo no descarta una infección dado
que no todas las bacterias son capaces de reducir los nitratos a nitritos
 Lisozimas urinarias: permiten diferenciar la leucemia mielógena o
monocítica agudas de la leucemia linfocítica aguda
 Aminoácidos urinarios: su determinación se utiliza como cribado para
detectar errores metabólicos en los recién nacidos en los que se
sospechan enfermedades genéticas
 Estrógenos:en las mujeres se utilizan para evaluar los problemas
menstruales y de fertilidad. En los hombres, la presencia de tumores
productores de estrógenos

Fármacos y otras sustancias químicas.

Prácticamente todos los fármacos y/o sus metabolitos que se excretan por vía
renal pueden ser encontrados en la orina a las pocas horas de su
administración. Los análisis de orina se utilizan rutinariamente en muchos
casos para controlar la adherencia de los pacientes a un tratamiento o en los
ensayos clínicos.

Las drogas, ya sean naturales (cocaína, marihuana, etc) o de diseño


(amfetaminas, ácido lisérgico, barbitúricos, etc) también son detectadas
fácilmente en la orina. Existen incluso tiras reactivas que permiten identificar 8
o más drogas, utilizándose en poblaciones de riesgo (escuelas, centros de
rehabilitación, etc) para comprobar el consumo de drogas.
En Medicina Deportiva, los análisis de orina permite determinar el dopaje.

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