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El teatro anterior a 1936.

1. Contexto histórico-cultural

Durante la Segunda República el presidente Manuel Azaña emprendió un ambicioso


programa político (Ley de Reforma Agraria, incorporación de los sindicatos a las negociaciones
laborales, Ley de Confesiones y Congregaciones Religiosas, Estatuto de Autonomía de
Cataluña, reforma educativa, introducción del divorcio, depuración del ejército, etc.) que provocó
el descontento de los conservadores. La sociedad se polarizó. En 1933 la CEDA (derechas) ganó
las elecciones y paralizó las reformas, y en 1936 ganó el Frente Popular (izquierdas). El 18 de
julio de ese año se produjo un golpe de Estado que dio comienzo a la guerra civil que daría pie
a la dictadura de Francisco Franco.

En el contexto teatral predominaba el realismo moderado de la comedia burguesa, aunque el


romanticismo se prolongó en la figura del premio Nobel José de Echegaray (1866-1954), que
escribió obras intensamente melodramáticas.

2. Teatro tradicional

Mantiene las convenciones del realismo y no ataca la moral burguesa. Tiene éxito de público.

2.1. Teatro modernista

Traslada los postulados del modernismo a la escena. Es teatro en verso que puede tener
carácter histórico, como Las hijas del Cid (1908) de Eduardo Marquina (1879-1946) o El alcázar
de las perlas (1911) de Francisco Villaespesa, o ambiente andaluz, como las obras de los
hermanos Manuel y Antonio Machado (1874-1947 y 1875-1939), entre las que destaca La Lola
se va a los puertos (1929).

2.2. Teatro cómico

2.2.1. Carlos Arniches (1866-1943)

Escribió breves cuadros costumbristas madrileños que recrean el lenguaje chulesco y castizo
de las clases populares, a los que llamó sainetes. Recogió algunos de ellos en Del Madrid
castizo. Aparte de los sainetes es de destacar La señorita de Trévelez (1916), una comedia ligera
con una leve crítica social ambientada en una capital de provincia.

2.2.2. Pedro Muñoz Seca (1879-1936)

Creó lo que llamó el “astracán”, género humorístico sin más aspiración que hacer reír. Tuvo
una larga y exitosa producción, dentro de la que destaca La venganza de don Mendo (1918),
parodia del drama romántico.

2.2.3. Serafín y Joaquín Álvarez Quintero (1871-1938 y 1873-1944)

Escribieron cerca de doscientos títulos de carácter costumbrista andaluz, incluyendo libretos


de zarzuela.

2.2.4. Enrique Jardiel Poncela (1901-52)

Escribió teatro humorístico orientado al entretenimiento con un planteamiento renovador. En


sus obras, ambientadas en entornos burgueses urbanos, se producen situaciones inverosímiles
que buscan el humor del absurdo. Es frecuente que sus personajes se comporten con urbanidad
y decoro ante situaciones ilógicas como que salga una persona de un armario o que la
servidumbre esté constituida por antiguas amantes del señor.
Entre sus obras más conocidas figuran Cuatro corazones con freno y marcha
atrás (1936), Un marido de ida y vuelta (1939) y Eloísa está debajo del almendro(1940).

2.3. Alta comedia

La alta comedia plantea en escenarios de la alta burguesía conflictos morales amables que
se resuelven de acuerdo con la moral más convencional.

2.3.1. Jacinto Benavente (1866-1954)

Escribió obras moderadas y de ambiente realista como reacción al melodramatismo de


Echegaray. Sus personajes, de escasa profundidad psicológica, presentan mediante diálogos
brillantes conflictos morales fácilmente resolubles aplicando una moral convencional. Entre sus
obras más destacadas figura Los intereses creados (1907), una comedia con un planteamiento
diferente al resto de su producción: se ambienta en la Italia del siglo XVII y sus personajes son
los propios de la comedia del arte (Arlequín, Polichinela, el Capitán, etc.). El conflicto moral, sin
embargo, es similar al presentado en el resto de su obra. También destacable es La
malquerida (1913), un drama de ambiente rural. Ganó el Premio Nobel en 1922.

3. Teatro renovador

3.1. Generación del 98

3.1.1. Miguel de Unamuno (1864-1936)

Su obra teatral presenta las mismas inquietudes filosóficas que su obra narrativa. Se centra
en el conflicto interior de los personajes. Así sucede en su obra más conocida: El otro (1932).

3.1.2. Ramón María del Valle-Inclán (1866-1936)

Fue un personaje relevante, polémico y profundamente peculiar de la bohemia madrileña. Su


obra evolucionó desde el modernismo inicial hacia su particular visión distorsionada de lo
contemporáneo, el esperpento.

3.1.2.1. Etapa modernista (→ 1907)

Esta etapa se caracteriza por la nostalgia de elegantes y aristocráticos tiempos pasados y


por un cuidado exquisito de la forma. Su obra teatral más destacada de este periodo, El marqués
de Bradomín, está vinculada con las Sonatas.

3.1.2.2. Etapa de transición (1907-20)

A esta etapa pertenece la trilogía Comedias bárbaras (Águila de blasón, Romance de


lobos y Cara de plata). Se ambienta en una Galicia rural mísera y brutal dominada por la injusticia
y la locura. Se encuentran en ciernes las características esenciales del esperpento, la forma de
hacer teatro más característica de Valle-Inclán, que se desarrollará en la siguiente etapa.

3.1.2.3. Etapa del esperpento (1920-36)

La deformación grotesta de los personajes y de la lengua dominan las obras de este periodo,
caracterizadas por el propio Valle-Inclán como esperpentos. Entre las obras esperpénticas más
destacadas figuran las obras teatrales Divinas palabras(1919), Luces de bohemia (1924) y la
trilogía El ruedo ibérico (1927-32).

3.2. Novecentismo
3.2.1. Ramón Gómez de la Serna (1888-1963)

Cultivó un teatro muy innovador, cercano al surrealismo, que tuvo escasa repercusión en la
escena de la época. Su obra más conocida es Los medios seres(1929), de carácter simbólico y
vanguardista.

3.2.2. Jacinto Grau (1877-1958)

Retoma en sus obras temas bíblicos, del Romancero y del teatro clásico español. Su obra
más reconocida es El señor de Pigmalión (1921), que plantea el tema de las criaturas y su
relación con el creador.

3.3. Generación del 27

Los autores del 27 intentaron conjugar tradición y modernidad. Mediante la participación en


las misiones pedagógicas del gobierno de la República intentaron acercar el teatro clásico a los
pueblos. Sus producciones teatrales sintetizan tanto las vanguardias como el teatro clásico.

3.3.1. Alejandro Casona (1903-65)

Firmaba con seudónimo; su nombre real era Alejandro Rodríguez Álvarez. Participó junto con
Lorca en las misiones pedagógicas. En sus obras más características introduce elementos
fantásticos en una atmósfera realista, como en La sirena varada (1934), que incorpora una sirena
y un fantasma junto con personajes humanos, o en La dama del alba (1947), cuyo personaje
principal es la Muerte. Al final de su vida escribió la también destacable obra El caballero de las
espuelas de oro (1963), sobre Francisco de Quevedo.

3.3.2. Max Aub (1903-72)

De origen alemán y formación primaria francesa, Max Aub recibe de manera directa la
influencia del teatro europeo. Escribió obras vanguardistas y de compromiso político, como Una
botella (1924). Más adelante escribió obras de personaje colectivo e intención reivindicativa,
como San Juan (1943) o No (1952).

3.3.3. Federico García Lorca (1898-1936)

Su teatro tiene una importancia trascendental tanto por su calidad poética como por su
influencia. Como ocurre con su poesía, tienen mucha importancia los símbolos y el lenguaje
muestra una combinación intensamente expresiva de recursos tradicionales y vanguardistas.

3.3.3.1. Primeras producciones y farsas (1921-30)

Su primera obra, El maleficio de la mariposa (1921), muestra influencia del teatro poético
modernista. En sus producciones inmediatamente posteriores hizo originales adaptaciones de
historias populares y adoptó el lenguaje del teatro de títeres, como en el Retablillo de Don
Cristóbal (1928).

3.3.3.2. Teatro vanguardista (1930)

En el año 1930 escribió dos obras plenamente vanguardistas, que el propio Lorca calificó de
“irrepresentables”. El público es la más conocida de ellas.

3.3.3.3. Dramas y tragedias andaluzas (1933-36)

Sus tres obras más importantes, Bodas de sangre (1933), Yerma (1934) y La casa de
Bernarda Alba (1936) comparten algunas características:
 Ambientación rural.
 Lenguaje poético propio, síntesis del lenguaje poético popular y de las vanguardias.
 Protagonismo de las pasiones y del destino.
 Intensa utilización de alegorías y símbolos.

2.3.4. Rafael Alberti (1902-99)

Escribió obras de corte surrealista, como El hombre deshabitado (1931) y otras de


compromiso político como Noche de guerra en el Museo de Prado (1956).

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