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Los oleatos son una de las varias posibilidades que hay de obtener las

propiedades de las plantas para nuestras posteriores creaciones.


Yo uso plantas secas y las introduzco en aceite (eligiremos, para ellos, los
que más nos interesen) y espero un mínimo de 40 días antes de
usarlos.Etiqueto con la fecha de envasado la planta en cuestión y el aceite
utilizado, los guardo resguardados de la luz y los remuevo, de vez en cuando.
Hay quienes siguen otro sistema que consiste en dejar los envases al sol,
durante un tiempo, pero yo nunca lo he utilizado esa variante, entre otras
cosas porque entiendo que se degrada la vitamina E de los aceites expuestos
a la luz solar, con lo cual son más fácilmente enranciables.

En ese tiempo, el aceite adquirirá las propiedades de la planta y su aroma,


pero no todas, dependerá de la solubilidad de las mismas en el medio
escogido. El resto de propiedades se obtienen, por ejemplo, por destilación,
sometidas a vapor de arrastre o por introducción en solventes, como puede
ser el alcohol. Ahí ya estaríamos hablando de la obtención de otros activos
de las plantas y flores para producir aceites esenciales, hidrolatos o aguas,
tinturas y alcoholatos.
Pero hay más: Las plantas se pueden introducir en una mezcla de agua y
glicerina o agua, glicerina y alcohol o propelinguicol etc. y al día siguiente se
cuelan y se obtendían los extractos, pero ojo con esto: Buscamos los efectos
positivos de las mismas y no puede olvidarse que pueden, tambien, tener
efectos nocivos y tóxicos en altas concentraciones algunas de ellas y si son
frescas restos de pesticidas, bacterias, hongos, alérgenos y agua. Yo las hago
con extractos secos de plantas que compro en laboratorios farmaceúticos y
algunos otros los compro fabricados, con todas las garantías
acreditadas y fichas técnicas de sus análisis químicos.

Los oleatos que yo suelo tener hechos son de caléndula, de manzanilla


romana, romero, ortiga, llantén, gordolobo, cola de caballo, castaño de
indias, clavo, genjibre, laurel, azahar, espino blanco, verbena, vainas de
vainilla, anis estrellado, flores de amapola, bayas de laurel, oregano etc.

Otros oleatos que os propongo son aquellos que se calientan, al baño


maría, antes de la fase de reposo. Suelo utilizar esta posibilidad para hacer
oleatos de cáscaras de naranja o de limón y de éstas con palos de canela y
clavo o nuez moscada para aromatizar un aceite que luego usaré en la
fabricación de jabones.
Con calor también podemos introducir la planta en alcohol 48 horas,
moviéndolo varias veces y luego calentarlo, junto con aceite al baño maría
hasta que todo el alcohol se haya evaporado. De esta forma,
obtendremos mayor proporción de propiedades de las plantas: las solubles
en aceite y las solubles en alcohol. Lo he usado con manzanilla romana, pero
la realidad es que, normalmente sigo el sistema de introducirlas
exclusivamente en aceites.

Las tinturas podemos hacerlas con resinas y plantas. Introduciremos las


mismas en una determinada cantidad de alcohol, de graduación distinta,
según se requiera y estarán en él el tiempo necesario (desde semanas a tres
y cuatro meses). Posteriormente colaremos por un filtro para obtenerlos, y lo
envasaremos en tarros oscuros.

Con este sistema se hace el famoso alcohol de romero para friegas o tinturas
que luego usaremos como fijadores de aromas en nuestros jabones, aunque
tienen más propiedades que esas, obviamente. En la foto, en
alcohol, sándalo y estoraque. También las hago de mirra, incienso, bejui y
benjuí almendrado, lavanda y espliego.

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