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SOCIAL?
Inicialmente se hace una retro alimentación positiva donde se empieza a hablar sobre el
papel de lenguaje y la educación como fuente de cultura y conocimiento en diferentes
ámbitos sociales. Pero para esto debemos observar lo que implica en tiempo y en espacio
lo que significa “lenguaje y educación”.
Es necesario afirmar entonces que, estos hacen parte de la naturaleza del hombre como la
del mismo mundo, el lenguaje parte del inicio de todo conocimiento y saber, en donde es
representado fundamentalmente por un simbolismo, dejando atrás las resonancias que le
imprimamos en determinados momentos.
Ahora bien todo lo que lo observamos como marcas, símbolos u otras formas de
representación, lo interpretamos como lenguaje, lo escrito ha precedido siempre a lo
hablado y por ende todo depende de cómo nosotros, en nuestra esfera individual y social,
determinemos significaciones y proposiciones del simbolismo para conjugar un lenguaje.
Es así, como Michel Foucault, expresa esta conjugación del lenguaje afirmando que “Los
sonidos de la voz sólo son su traducción transitoria y precaria. Lo que Dios ha depositado
en el mundo son las palabra escritas; Adán, al imponer sus primeros nombres a los
animales, no hizo más que leer estas marcas visibles y silenciosas; la Ley fue confiada a
las Tablas, no a la memoria de los hombres, y la verdadera palabra hay que encontrarla
en un libro”.
Estos nos hace pensar que el trabajo del hombre es y será interpretar aquellas marcas,
símbolos, todo lo observado mediante discursos racionales, estos como producto de
nuestras diversas interpretaciones de todas las cosas que nos rodea, (hacer hablar a todo),
esto es hacer nacer de todos los símbolos el discurso; discursos que dan lugar a nuevas
interpretaciones y así sucesivamente, el lenguaje lleva inmerso un principio de
proliferación, haciendo del lenguaje una constante de cambio y desarrollo en si misma; ante
más discursos sobre las mismas interpretaciones de cualquier símbolo o escritura, mayor es
la dimensión del lenguaje, este no se detiene en una palabra definitiva, sino que se sigue
enunciando sus verdades en discursos futuros y continuos.
Esto plasma la realidad de que el lenguaje forma el pensamiento y por ende, nuestro
conocimiento, el cual se observa en toda nuestra cotidianidad, nos desplegamos sobre la
sociedad bajo diferentes conceptos producidos por la primera impresión al simplemente
observar un objeto, por esto se manifiesta que el hombre es un animal simbólico en su
naturaleza y por naturaleza.
Siendo así, el lenguaje parte fundamental del entramado social en el que nos encontramos,
al plasmar la necesidad de crear un conocimiento propio del hombre en base a significados
de la realidad circundante, el lenguaje es la expresión del contexto social de cada individuo
y por tanto es parte de cada articulación de nuestro pensamiento.
Ahora bien se podría incluir, la comunicación a nuestro dialogo continuo entre hombres, se
articula en un lenguaje claro y discursivo, basado en un devenir de interpretaciones del
mismo, producto autentico del hombre, siempre ligado directamente al movimiento de la
vida social.
Ahora nos interesa extraer de lo dicho algo, donde el lenguaje radica en la comunicación,,
entre los hombres, en el dialogo racional y entendible para ambas partes, dejando atrás
egocentrismos que no permiten llegar a acuerdos reales o por lo menos a desacuerdos
racionales; esta es la Acción Comunicativa que expresa Jurgen Habermas, en donde no se
trata, a través del lenguaje y la comunicación, de imponer un pensamiento sino, de
conseguir una interpretación compartida de los dos discursos basados en una negociación
de las posturas para llegar a un acuerdo final:
Esta acción comunicativa, se hace necesaria en toda realidad social presente en el mundo,
más aún cuando los conflictos se agudizan en polarizaciones infructuosas de negación de
un dialogo constructivo, es así como en nuestro país, por ejemplo, observamos la continua
lucha de conceptos ideológicos que nunca llegan a un acuerdo viable hacia una paz
anhelada, en este caso necesitamos que se reconozcan a los participantes como
interlocutores en un dialogo comunicativo.
En este orden de ideas, se necesita de dos partes con plena intención de iniciar una acción
comunicativa para poder llegar a una negociación de las definiciones utilizadas por cada
parte en el dialogo para que cada una seda y se comparta una interpretación de los dos
discursos, el cual sin duda es la consecución de justicia social y una paz duradera para los
colombianos.
Por esta razón, la importancia del lenguaje, como elemento constitutivo de un dialogo en
una sociedad, sin el cual no es posible llegar acuerdos que beneficien, no solo a uno de las
partes sino a todos por igual. El dialogo y la comunicación son mecanismos que hacen parte
de nuestra sociedad y deben ser utilizados en todo momento para llegar a acuerdos o
desacuerdos con nuevos discursos.
Aunque la invitación parece un poco atrevida, en este escrito quedaran sorprendidos por la
gran cantidad de desacuerdos presentes en la discusión de este tema en la Nación, pues las
leyes establecidas, los proyectos que se realizan en el año generales e incentivos a las
instituciones y sobre todo a los estudiantes no han sido suficientes para llenar de
expectativas a los colombianos parar lograr superarnos, ya que gracias a nuestro
conformismo en exceso hemos ido construyendo un país inútil, incapaz de constituir
elementos propios que generen un cambio total, que rompan de forma abrupta con los
estamentos internacionales que no se aplican de buena forma a nuestra sociedad.
Los rasgos a destacar de estas tres entidades nos han permitido relacionar los resultados con
el grave problema y déficit que enfrentamos dentro de nuestro sistema nacional educativo,
con lo cual podemos argumentar que a raíz de la brecha tan grande entre las clases sociales
en nuestro país acceder por lo menos a la educación básica es toda una odisea de dinero,
pues el desarrollo económico no favorece sino a los dueños de los medios de producción
dejando sin alternativa a las clases menos favorecidas de surgir.
A esto agregándole el ingrediente más picante y a nocivo para la sociedad como es la
corrupción y la indiferencia por parte del gobierno para responsabilizarse de problemas
como estos.
En primera instancia conocemos claramente que la situación laboral de los educadores acá
en Colombia es muy mal remunerada lo que provoca escases de profesores realmente
capacitados y con mucha experiencia sobre distintas áreas, pues tras de que son mal pagos,
para su desgracia el convertirse en profesionales en educación les saco casi los ojos de la
cara, ya que el precio de una licenciatura oscila en varios millones de pesos. Si le sumamos
a esto la falta de vocación de las personas que son profesores y la alta competitividad que
se genera alrededor de esta profesión porque para terminar de desgastar su salario el estar
en constante crecimiento les genera más gasto y en cambio no les aumenta su salario, esto
nos dará como resultado la implementación de las “palancas” dentro del mercado de estos
licenciados.
Situaciones como estas más el desorden social, la inequidad de las políticas administrativas
del país, nuestra falta de madurez para tomar las riendas de nuestro país, entre otros
elementos contribuyen a que países con un desarrollo económico muy similar al de otros
países sea calificado académicamente como uno de los más bajos, lo que nos lleva a
considerar una seria de herramientas nuevas y requerimientos para nuevos proyectos que
nos lleven a mejorar satisfactoriamente nuestros logros.
Cabe recordar que los resultados que arrojan las entidades anteriormente nombradas son
solo indicadores que requieren de mucho análisis para lograr interpretar bien nuestro
rendimiento y mejorar.
Hemos dejado para el final, la consecuencia de todo esto y la influencia que tiene
determinadas situaciones dentro del contexto que vivimos cotidianamente, tanta es la
falencia de la apreciación cultural el lenguaje natal, la educación logrando convertir las
últimas décadas, al constante y creciente cambio de información, productos y también de
cultura, el hecho de aprender una lengua extranjera ha sido considerado más que como un
gusto o un lujo, como una necesidad.
Necesidad desde que, para poder desempeñarse como persona y profesional, para ser
competitivo en el mercado y últimamente para tener éxito, se debe hablar al menos una
lengua extranjera, preferiblemente el inglés que es considerado el idioma universal, aunque
de un tiempo para acá se le ha otorgado más importancia a diferentes lenguas además de la
inglesa.
Y ahora, que estamos en el punto dado que “lo sucedido en una parte del planeta ejerza
influencia o algún impacto en otra parte del mundo” (Pérez-Jiménez C, 2003, p. 40) no
solamente interfiere lo que esté sucediendo en el panorama económico a nivel nacional sino
a nivel internacional. Por esta creciente globalización animada en gran medida por la
masificación de los medios de comunicación, se creó la necesidad de desempeñarse en al
menos una lengua extranjera, lo que permite una mayor movilidad económica, produciendo
así progreso, desarrollo y éxito.
Sin embargo desde otra perspectiva el hecho de hablar o no hablar una segunda lengua se
ha convertido en un agente discriminativo, favoreciendo obviamente a los primeros y que
no solamente se da en el ámbito económico. Si hablamos de la interculturalidad, más
específicamente la competencia intercultural también desempeña un rol muy importante al
momento de aprender y enseñar una lengua extranjera, porque más que un simple conjunto
de códigos, signos lingüísticos y reglas gramaticales,
“las lenguas son el pensamiento –hecho voz o hecho letra- de nuestro comportamiento
intercultural” (Vez J, 2002, p. 17)
Por lo que la apropiación de una lengua extranjera puede ser visto también como un
compromiso con la interculturalidad, y su enseñanza y aprendizaje será una forma para
alentar el dialogo entre culturas diferentes, como lo manifiesta Vez (2002). Para que este
dialogo, intercambio e interconexión entre distintas culturas sea posible es fundamental
entender las diferencias entre una cultura y otra, y ser capaces de ver tanto nuestra cultura
como aquella a la que estamos accediendo con otros ojos, que mas que juzgar o criticar,
tratan de comprender y entender las diferentes dinámicas que se dan en los diferentes
contextos.
Por eso para emplear un correcto bilingüismo hay que tener en cuenta la etimología de la
palabra y no olvidar de que se está hablando de dos lenguas que necesitan ser estudiadas y
practicadas en la misma medida. Otro inconveniente a la hora de implementar los
programas bilingües en la educación colombiana, es el hecho de que se basan en modelos
desarrollados para otros lugares del mundo los cuales tienen condiciones y recursos
diferentes a los nuestros, pero el problema radica más que basarse en estos los modelos los
cuales son muy buenos referentes y tienen reconocimiento a nivel internacional, en el hecho
de que hay una importación y aplicación directa de dichos modelos sin haber realizado una
evaluación, modificación y adaptación de acuerdo al contexto colombiano cuyas
características económico educativo socioculturales son totalmente diferentes a las de los
lugares desde donde se importan dichas directrices.