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Este artículo es copia fiel del publicado en la revista Nueva Sociedad

n TRIBUNA GLOBAL N 265, septiembre-octubre de 2016, ISSN: 0251-3552, <www.nuso.org>.


o

«Realismo capitalista» y nuevas


subjetividades

Mark Fisher

En su libro Realismo capitalista. ¿No hay alternativa?, Mark Fisher


se enfoca en la famosa frase de Margaret Thatcher («There is
no alternative») e indaga las nuevas subjetividades del capitalismo
tardío. A continuación, reproducimos el capítulo «Impotencia
reflexiva, ‘inmovilización’ y comunismo liberal», escrito a partir
de su experiencia como educador en el Reino Unido.

S i uno los compara con sus ante-


cesores de las décadas de 1960 y
1970, los estudiantes británicos de
es una cuestión de apatía o cinismo,
sino de impotencia reflexiva. Los estu-
diantes del Reino Unido son cons-
la actualidad parecen políticamente cientes de que las cosas andan mal,
descomprometidos. Mientras que pero más aún son conscientes de que
todavía puede verse a los estudian- ellos no pueden hacer nada al respec-
tes franceses protestando en las ca- to. Sin embargo, este «conocimiento»,
lles contra el neoliberalismo, los es- esta reflexividad, no es resultado de
tudiantes británicos, cuya situación la observación pasiva de un estado
es incomparablemente peor, parecen de cosas previamente existente. Es
resignados a su destino. Este resul- más bien una suerte de profecía
tado evidente según mi hipótesis no autocumplida.

Mark Fisher: es un escritor y teórico especializado en cultura musical que se ha expandido a


otros campos. Es el impulsor de k-punk, uno de los blogs más populares sobre teoría cultural.
Colabora regularmente con las publicaciones The Wire, Sight & Sound, Frieze y New Statesman. Es
profesor de filosofía en el City Literary Institute de Londres y profesor visitante en el Centro de
Estudios Culturales de Goldsmith, Universidad de Londres. Entre sus libros se cuentan Jacksonismo.
Michael Jackson como síntoma (Caja Negra, Buenos Aires, 2014) y Ghosts of My Life: Writings on Depression,
Hauntology and Lost Futures (Zero Books, Winchester, 2014).
Palabras claves: alternativas, capitalismo, posmodernidad, radicalidad, realismo.
Nota: este texto es parte de Realismo capitalista. ¿No hay alternativa? (Caja Negra, Buenos Aires,
2016). Traducción de Claudio Iglesias. Agradecemos a la editorial Caja Negra la autorización para
reproducir este capítulo.
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«Realismo capitalista» y nuevas subjetividades

La impotencia reflexiva conlleva una hace falta», pero no se piensa que este
visión de las cosas tácita, muy común disfrute misterioso y faltante solo po-
entre los jóvenes británicos y a la vez dría encontrarse más allá del princi-
correlacionada con las patologías más pio del placer. En buena medida, este
difundidas. Muchos de los alumnos fenómeno es consecuencia de la am-
con los que me tocó trabajar en el ter- bigua posición estructural de los estu-
ciario presentaban problemas de salud diantes, que se divide entre su antiguo
mental o de aprendizaje. La depresión rol como sujetos de las instituciones
entre ellos es endémica. Y es la enfer- disciplinarias y su nuevo estatus como
medad más recurrente en el sistema consumidores de servicios. En uno
público de salud, que castiga, además, de sus ensayos más cruciales, «Post-
a franjas de la población cada vez más scriptum sobre las sociedades de con-
jóvenes. El número de los estudiantes trol», Deleuze distingue entre las
que padecen alguna variante de dis- sociedades disciplinarias organiza-
lexia también es sorprendente. No es das alrededor de espacios estancos
una exageración afirmar que ser «ado- que había descripto Foucault, como
lescente británico» en la actual etapa la fábrica, la escuela y la prisión, y las
del capitalismo tardío casi podría ser nuevas sociedades de control en las
sinónimo de enfermedad. Esta pato- que todas las instituciones se incrus-
logización en sí misma ya ocluye toda tan en una especie de corporación
posibilidad de politización. Al privati- dispersa. Deleuze está en lo cierto
zar los problemas de la salud mental y al afirmar que Kafka es el profeta
tratarlos solo como si los causaran los del poder cibernético distribuido, tí-
desbarajustes químicos en la neurolo- pico de las sociedades de control. En
gía del individuo o los conflictos de su El juicio, Kafka distingue de forma
contexto familiar, queda fuera de dis- clarificadora entre los dos tipos de
cusión cualquier esbozo sistémico de absolución que podría alcanzar el
fundamentación social. acusado. La absolución definitiva ya
no es posible, si es que alguna vez lo
Muchos de los jóvenes a los que he fue. («Solo existen relatos legenda-
enseñado se encontraban en lo que rios sobre antiguos casos que resul-
llamaría un estado de hedonia depre- taron en una absolución»).
siva. Usualmente, la depresión se ca-
racteriza por la anhedonia, mientras Las dos opciones que quedan son, en
que el cuadro al que me refiero no se primer lugar, la «absolución ostensi-
constituye tanto por la incapacidad ble», en la que el acusado es absuelto
para sentir placer como por la incapa- para todo fin práctico, pero puede en
cidad para hacer cualquier cosa que el futuro, y aparentemente sin causa,
no sea buscar placer. Queda la sensa- afrontar los cargos que se le han le-
ción de que efectivamente «algo más vantado; segundo, la «postergación
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indefinida», en la que el acusado se se está rompiendo. El régimen semi-


consagra a un proceso legal con la es- carcelario de la disciplina se erosiona
peranza de estirarlo lo más posible gracias a las tecnologías del control,
para que la elevación del caso a juicio con sus sistemas de consumo perpe-
se vuelva cada vez más improbable. tuo y despliegue continuo.
Deleuze observa que las sociedades
de control delineadas por el mismo El sistema de financiamiento del insti-
Kafka, pero también por Foucault y tuto hace imposible rechazar a alumnos
por Burroughs, operan sobre la base o expulsarlos, inclusive si la dirección
de la postergación indefinida. Por lo deseara. Los recursos llegan o no
ejemplo: la educación es un proceso llegan de acuerdo con factores como
de toda la vida; la capacitación para el éxito en alcanzar los objetivos de
el trabajo abarca toda la vida labo- desempeño (es decir, los resultados
ral; el trabajo sigue en casa, se trabaja en los exámenes), la asistencia y la
desde la casa o se está como en casa retención de los estudiantes. Esta com-
en el lugar de trabajo, etc. Una conse- binación de imperativos de mercado
cuencia de este ejercicio «indefinido» y «objetivos» definidos en términos
del poder es que la vigilancia externa muy burocráticos es una típica inicia-
ya no es tan necesaria: en gran medida tiva del estalinismo de mercado que hoy
la sustituye la vigilancia interna. El regula nuestros servicios públicos.
Control solo funciona si uno es cóm- Pero la falta de un sistema discipli-
plice con él. De ahí viene esa figura nario no se compensa, para decirlo
de Burroughs, el «adicto al control»: suavemente, con un aumento en la
aquel que necesita fanáticamente con- automotivación de los estudiantes. Los
trolar, pero que también es víctima él chicos son conscientes de que si dejan
mismo del Control que lo domina y de ir a la escuela, o si no presentan
lo posee. Al entrar a cualquiera de las ningún trabajo, no recibirán ninguna
aulas del terciario en el que daba cla- sanción seria. Y no reaccionan a esta
ses, resulta evidente que se trata de un libertad comprometiéndose con un
contexto posdisciplinario. En enume- proyecto propio, sino recayendo en
raciones muy urticantes, Foucault se la lasitud hedónica (o anhedónica): la
refería a la forma en que la disciplina narcosis suave, la dieta probada del
se encarnaba a través de posiciones olvido: Playstation, tv y marihuana.
corporales muy duras. En nuestro ter- Si uno les pide que lean más de un
ciario, en cambio, podrías encontrarte par de oraciones, muchos (aunque
con que los alumnos se duermen so- se trata de estudiantes con buenas
bre el escritorio, hablan casi sin parar, notas) protestarán alegando que no
comen incesantemente snacks o, a ve- pueden hacerlo. La queja más frecuente
ces, incluso comidas enteras. La vieja es que es aburrido. Pero el juicio no
segmentación disciplinaria del tiempo atañe al contenido del material escrito:
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es el acto de leer en sí mismo lo que la música sonaba incluso si no po-


resulta «aburrido». No se trata ya del día escucharla resultan una ratifica-
torpor juvenil de siempre, sino de la ción de que la matrix está ahí todavía,
falta de complementariedad entre una al alcance. Por otro lado, la anécdota
«Nueva Carne» posliteraria «dema- parece un ejercicio clásico de interpa-
siado conectada para concentrarse» y sividad: si la música estaba sonando,
la antigua lógica confinatoria y con- aunque el estudiante no la estuviera
centracionaria de los sistemas discipli- escuchando, el reproductor mismo po-
narios en decadencia. Estar aburrido día disfrutarla por él. El uso de auricu-
significa simplemente quedar privado lares es significativo: una experiencia
por un rato de la matrix comunicacio- del pop no como algo que tendrá efec-
nal de sensaciones y estímulos que tos sobre el espacio público, sino como
forman los mensajes instantáneos, una retracción al «Edipod» privado;
YouTube y la comida rápida. Abu- un consumo narcótico que pone un
rrirse es carecer, por un momento, de muro entre el sujeto y la esfera social.
la gratificación azucarada a pedido. La consecuencia de esta adicción a la
A algunos alumnos les gustaría que matrix del entretenimiento es una in-
Nietzsche fuera como una hambur- terpasividad agitada y espasmódica,
guesa; no logran darse cuenta (y el acompañada de una incapacidad ge-
sistema de consumo en la actualidad neral para concentrarse o hacer foco.
alienta este malentendido) de que la Los estudiantes no pueden conectar
indigestibilidad, la dificultad, eso es su falta de foco en el presente con su
precisamente Nietzsche. fracaso en el futuro; no pueden sinte-
tizar el tiempo en alguna especie de
Un ejemplo: un día tuve que llamar la narrativa coherente. Estos son sínto-
atención de un alumno porque siem- mas de algo más que desmotivación y
pre llevaba los auriculares puestos du- nos recuerdan pavorosamente el aná-
rante la clase. Me respondió que no lisis que hace Fredric Jameson en «El
había problema porque no estaba es- posmodernismo y la sociedad de con-
cuchando nada. En otra clase apareció sumo». Jameson observa que la teoría
otra vez con los auriculares, esta vez de la esquizofrenia de Lacan ofrece un
sin ponérselos y con la música a un vo- «modelo estético interesante» para in-
lumen muy bajo. Cuando le pedí que tentar entender la fragmentación de la
la apagara me respondió que ni él po- subjetividad con vistas a la emergen-
día escucharla. ¿Por qué alguien de- cia del complejo industrial del entre-
searía llevar los auriculares puestos tenimiento. «Con la destrucción de la
sin escuchar música o escuchar mú- cadena significante», dice Jameson su-
sica sin ponerse los auriculares? Por- mariamente, «el esquizofrénico laca-
que la presencia de los auriculares niano queda reducido a la experiencia
en los oídos o la certidumbre de que del puro significante material, en otras
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Mark Fisher

palabras, a una serie de presentes pu- la red, el celular y la tv. «La escritura
ros en el tiempo, desconectados en- nunca fue algo propio del capitalismo.
tre sí». Jameson escribía a mediados El capitalismo, de hecho, es intrínseca-
de la década de 1980, en la que nacie- mente iletrado», afirmaron Deleuze y
ron muchos de los estudiantes de mis Guattari en El anti-Edipo. «El lenguaje
clases. Nos enfrentamos, en las aulas, electrónico no funciona a través de
con una generación que se acunó en la voz o la escritura; los datos se pro-
esa cultura rápida, ahistórica y antim- cesan perfectamente en ausencia de
nemónica, una generación para la cual ambas». De ahí que tantos empresa-
el tiempo siempre vino cortado en mi- rios exitosos sean en efecto disléxicos,
crorrodajas digitales predigeridas. aunque no sepamos si su eficacia pos-
léxica es la consecuencia, o la causa,
Si el trabajador-preso es el protago- de su triunfo.
nista de la disciplina, el deudor-adicto
es el personaje del control. El capital Hoy en día los profesores soportan
ciberespacial funciona en el momento una presión intolerable: la de me-
en que sus usuarios se vuelven adic- diar entre la subjetividad posliteraria
tos. William Gibson lo reconoce en del capitalismo tardío y las deman-
Neuromante, cuando Case y el resto de das propias del régimen disciplinario
los cowboys del ciberespacio se des- (como los exámenes). En este sentido,
conectan de la matrix y sienten insec- y lejos de ser una torre de marfil que
tos bajo la piel. (La afición de Case a se mantiene a salvo del mundo real,
las anfetaminas no es más que el sus- la educación es más bien el motor
tituto de su adicción a una velocidad de la reproducción de la realidad so-
mucho más abstracta). Si algo como el cial, el espacio donde las incoherencias
desorden de déficit de atención e hipe- del campo social capitalista se con-
ractividad es una patología, entonces frontan en directo. Los profesores
es una patología del capitalismo tar- debemos ser facilitadores del entre-
dío: una consecuencia de estar conec- tenimiento y, al mismo tiempo, dis-
tado a circuitos de entretenimiento y ciplinadores autoritarios. Deseamos
control hipermediados por la cul- ayudar a los alumnos a pasar los exá-
tura de consumo. Del mismo modo, menes, y ellos desean tenernos como
lo que se conoce como dislexia puede figuras de autoridad, capaces de decir-
no ser otra cosa que una suerte de pos- les qué hacer. Pero esta interpelación
lexia. Los adolescentes tienen la capa- del profesor como figura de autoridad
cidad de procesar los datos cargados es justamente lo que exacerba el pro-
de imágenes del capital sin ninguna blema del «aburrimiento»: ¿o existe
necesidad de leer: el simple recono- algo cuya raíz esté en la autoridad que
cimiento de eslóganes es suficiente no sea, de entrada, aburrido? Irónica-
para navegar el plano informativo de mente, a los educadores se les exige el
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«Realismo capitalista» y nuevas subjetividades

rol del disciplinador justo cuando las hay que decir que la nostalgia por el
estructuras disciplinarias colapsan. contexto en el que operaban las prác-
ticas de viejo tipo es completamente
Con las familias agotadas por la pre- inútil. Esa es la razón por la cual los
sión del capitalismo que les exige a estudiantes franceses y sus protestas
ambos padres trabajar todo lo que no constituyen, en el fondo, una alter-
puedan, los profesores debemos ac- nativa a la impotencia reflexiva de sus
tuar ahora como padres sustitutos ca- pares británicos. Que una publicación
paces de instalar los protocolos de liberal como The Economist despre-
conducta más básicos, y proveer cie toda forma de oposición al capita-
apoyo pastoral y emocional a los ado- lismo no sorprende; pero su postura
lescentes que, en algunos casos, están burlona frente a la llamada «inmovili-
mínimamente socializados. Insisto en zación» francesa contenía algo de ver-
el hecho de que ninguno de mis estu- dad. «En realidad los estudiantes que
diantes tenía la menor obligación de protagonizaron las últimas protestas
presentarse a clase. De hecho, dispo- parecían convencidos de estar actua-
nían de toda la libertad de irse si lo lizando los reclamos que sus padres le
deseaban. Pero la falta de oportunida- hicieron a Charles de Gaulle en mayo
des de empleo junto con el incentivo de 1968», decía su artículo de tapa del
cínico procedente del gobierno hace 30 de marzo de 2006:
que seguir en la escuela parezca la op-
Les habían robado hasta los eslóganes
ción más segura, y también la más fá-
(«debajo del asfalto, la arena de playa») y los
cil. Deleuze dice que las sociedades de símbolos (como la Sorbona). En este senti-
control se basan en la deuda más que do, la revuelta parece no ser más que la
en el encierro. Sin embargo, el sistema secuela natural de los desmanes que ocu-
educativo de la actualidad hace que el rrieron en los suburbios [de París, en 2005]
estudiante se endeude y, en simultá- y que llevaron al gobierno a declarar el
neo, lo encierra. Según esta melodía, estado de emergencia. En ese momento
eran los jóvenes desempleados, extranjeros
uno debe pagar por su propia explota-
de las clases bajas, los que se rebelaban con-
ción, endeudarse y estudiar para po-
tra un sistema efectivamente capaz de
der conseguir el mismo «McEmpleo» excluirlos. En cambio lo más llamativo
que habría conseguido si hubiera de- de las últimas protestas es que esta vez las
jado la escuela a los 16. fuerzas rebeldes están del lado del conser-
vadurismo. A diferencia de sus coetáneos
De acuerdo con Jameson, «de repente de la banlieue, los estudiantes y los sindica-
el colapso de la temporalidad libera al tos que los acompañan solamente quieren
evitar el cambio y mantener el estado de
presente de todo el tendido de activi-
cosas presente en Francia.1
dades e intencionalidades que podrían
ponerlo en foco y convertirlo en un es- 1. «France Faces the Future» en The Economist,
pacio de trabajo». Al mismo tiempo, 30/3/2006.
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Mark Fisher

La práctica de muchos de estos «inmo- retienen la forma y el estilo de las pro-


vilizadores» es justamente contraria a testas de 1968 pero en nombre de la
la de otro grupo de los que se cuen- resistencia al cambio, los comunis-
tan herederos de Mayo del 68: aque- tas liberales abrazan enérgicamente lo
llos llamados «comunistas liberales» nuevo. Žižek está en lo cierto al afir-
como George Soros y Bill Gates, rapa- mar que el comunismo liberal no es
ces predadores del beneficio econó- otra cosa que la forma dominante de
mico que, al mismo tiempo, pueden la ideología capitalista hoy en día,
levantar las banderas de la ecología más que constituir una especie de
y la responsabilidad social. Junto correctivo progresista a la ideología
con estas preocupaciones sociales, capitalista oficial. La «flexibilidad», el
los comunistas liberales creen que la «nomadismo» y la «espontaneidad»
estructura del trabajo debe (pos)mo- son los rasgos salientes de la geren-
dernizarse, en línea con el concepto cia posfordista típica de la sociedad
de «ser astuto» [being smart]. Así lo de control. Y el problema es que toda
explica Slavoj Žižek: oposición a la flexibilidad y la des-
centralización corre el riesgo de auto-
«Ser astuto» significa ser dinámico y boicotearse, puesto que un llamado a
nómada, estar en contra de la burocracia la rigidez y la centralización no sería
centralizada. Significa creer en el diálogo
muy contagioso que digamos. En cual-
y en la colaboración y no en la autoridad
quier caso, la resistencia a lo nuevo no
central; en la flexibilidad y no en la ruti-
na; en la cultura y el conocimiento y no es una causa en la que la izquierda de-
en la producción industrial; en la interac- bería inmiscuirse actualmente.
ción espontánea, en la autopoiesis y no
en las jerarquías fijas.2 El capital fue muy astuto en su em-
peño por destruir el sindicalismo; sin
Los inmovilizadores partían de una embargo, no ha habido en la izquierda
concesión implícita: que solo es posi- reflexión suficiente respecto de las tác-
ble resistir al capitalismo, no supe- ticas que podrían funcionar contra el
rarlo. Los comunistas liberales, por capital en las condiciones propias del
otra parte, creen que los excesos mo- posfordismo, ni sabemos qué lenguaje
rales del capitalismo deben ser com- nuevo podría improvisarse para lidiar
batidos con la caridad. Ambos grupos con unas tales condiciones.
muestran el modo que encuentra el
realismo capitalista para circunscri- Por un lado, es importante debatir la
bir las posibilidades políticas actua- apropiación de lo nuevo efectuada por
les. Mientras que los inmovilizadores el capitalismo; por otro lado, el lla-
mado a lo nuevo no puede confun-
2. S. Žižek: «Nobody Has to Be Vile» en London dirse con la mera adaptación a las
Review of Books vol. 28 No 7, 4/2006. condiciones existentes: ya nos hemos
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«Realismo capitalista» y nuevas subjetividades

adaptado demasiado. De hecho, la pasado, el 15%. El 0,1% de los perceptores


búsqueda de la «adaptación exitosa» de las rentas más altas de este país vio
es la principal estrategia del geren- crecer su participación en la renta nacio-
nal de 2% a cerca de 6% en 1999, mientras
cialismo.
que la proporción entre la retribución
media de los trabajadores y los sueldos
La asociación persistente entre el neo- percibidos por los altos directivos pasó de
liberalismo y la idea de «restaura- mantener una proporción aproximada
ción», una vinculación conceptual de 30 a 1 en 1970 a alcanzar una propor-
que promovieron Alain Badiou y ción de 500 a 1 en 2000. (...) Y Estados
David Harvey, es un correctivo nece- Unidos no está solo en este proceso, ya
que el 1% superior de los perceptores de
sario para la asociación falsa del ca-
renta en el Reino Unido ha doblado su
pital y la novedad. Para Badiou y
porcentaje de la renta nacional de 6,5% a
Harvey, la política neoliberal no tiene 13% desde 1982.3
que ver con lo nuevo, sino con un re-
torno al poder y los privilegios de Como muestra Harvey, los neolibera-
clase. «En Francia», según Badiou, «la les fueron más leninistas que los le-
idea de restauración hace referencia ninistas: supieron crear y diseminar
al periodo en que volvieron los reyes, think-tanks que formaran la vanguar-
después de la revolución y de Napo- dia intelectual capaz de crear el clima
león, desde 1815. Actualmente atra- ideológico en el que el realismo capi-
vesamos un momento semejante. El talista pudiera florecer. El modelo de
capitalismo liberal y su sistema po- la inmovilización, en cambio, con sus
lítico, el parlamentarismo, nos pare- demandas para que el viejo modelo
cen las únicas soluciones naturales y fordista-disciplinario se mantenga tal
aceptables». A la vez, Harvey define la cual, jamás podría ser útil en aque-
neoliberalización como «un proyecto llos países donde las reformas neo-
político para restablecer las condicio- liberales ya han sido efectuadas. En el
nes de la acumulación de capital y Reino Unido, el fordismo colapsó defi-
restaurar el poder a las elites económi- nitivamente, y en su colapso se llevó
cas». Harvey demuestra que, en una los espacios y las prácticas que or-
era popularmente sindicada «pospo- ganizaban la vieja manera de hacer
lítica», la lucha de clases se sigue pe- política. Sobre el final de su ensayo
leando aunque de un lado solo: del sobre el control, Deleuze se pregunta
lado de los ricos. «Tras la implementa- cuáles podrían ser las nuevas formas
ción de las políticas neoliberales a fi- que adquiriría una eventual política
nales de la década de 1970», escribe: del anticontrol:

el porcentaje de la renta nacional en


manos del 1% más rico de la sociedad 3. D. Harvey: Breve historia del neoliberalismo,
ascendió hasta alcanzar, a fines del siglo Akal, Madrid, 2007.
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Mark Fisher

Uno de los temas más importantes será a aquellos a los que deberán servir, así
sin duda la ineficacia de los sindicatos: como sus padres descubrieron, no sin
intrínsecamente unidos por su historia de dificultad, el telos de la disciplina.
lucha contra la disciplina que se ejercía en
espacios de encierro, ¿serán capaces de
adaptarse o solamente dejarán lugar a Lo que hay que descubrir es una salida
nuevas formas de resistencia contra la del par de opuestos motivación-des-
sociedad del control? ¿Podemos ya hoy en motivación, de manera que la no iden-
día percibir los trazos gruesos de las for- tificación con el programa del control
mas futuras de resistencia, aquellas pueda ser algo más que una apatía des-
capaces de amenazar la algarabía del
corazonada. Una estrategia sería mo-
marketing? Muchos jóvenes extraña-
mente se ufanan de estar «motivados»; de
ver la agenda de la política de izquierda
esta forma vuelven a requerir continua- del foco tradicional del sindicalismo, el
mente del aprendizaje y el entrenamiento salario, a reclamos más propiamente
perpetuos. Les tocará descubrir a su turno específicos del posfordismo.

AMÉ­RI­CA LA­TI­NA HOY


Revista de Ciencias Sociales
Abril de 2016 Salamanca Vol. 72

BRASIL: Aportes neoschumpeterianos al debate sobre los patrones de crecimiento de la
economía brasileña en el siglo xxi, Pedro Cezar Dutra Fonseca y Marcelo Arend. Petrobras
60 años: avances y retrocesos en el desarrollismo brasileño, Cássio Garcia Ribeiro y Henrique
Tahan Novaes. Judicialización de la política y grupos de presión en Brasil: intereses, estrate-
gias y resultados, Ernani Carvalho, Manoel Leonardo Santos, José Mário Wanderley
Gomes Neto y Leon de Queiroz Barbosa. El smart power y la no indiferencia como nuevos
principios directores de la política exterior brasileña, Bruno Muxagato. El rol de los territorios
populares en el presupuesto participativo de las ciudades de Porto Alegre y Rosario, Gisela
Vanina Signorelli. Un análisis empírico de las prácticas intersectoriales en intervenciones de
saneamiento básico en el Brasil, Uende Aparecida Figuereido Gomes y Léo Heller. VARIA:
«Batir bandera»: las emociones en los debates sobre género y clientelismo en Argentina, Cons-
tanza Tabbusch. NOTICIAS DE LIBROS.

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