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DE UN ESCRITOR
Mi grupo de la clase de literatura fue una tarde a ve "Lo que el viento se llevó".
Cuando comentamos la película al día siguiente, la maestra preguntó "¿De qué
creen que trató la película?
Por un momento yo pensé que la pregunta estaba de más: "Obviamente la
película fue acerca de la Guerra Civil." Varios de mi clase se sintieron de la
misma manera. "¡La Guerra Civil fue horrible", "La esclavitud fue una injusticia"
"¡Escarlata obtuvo lo que merecía!" comentaban varios.
Pero otros estudiantes vieron mucho más de lo que nosotros vimos. Ellos
pensaban que la película se relacionaba con la vida moderna. "La película
muestra que toda guerra es maligna", argumentó un joven. Otro comentó: "El
amor a uno mismo no es para nada amor".
En tanto ofrecíamos nuestras sugerencias, la maestra las iba anotando en el
pizarrón en dos columnas: "El mundo" y "Nuestro mundo".
Cuando se acabaron los comentarios, ella preguntó: "¿De qué mundo estaba
hablando realmente la película? ¿El mundo de la Guerra Civil o nuestro mundo
contemporáneo?" Después de un momento de silencio, ella contestó: "Yo creo
que nos habla de los dos".
Los escritores del Antiguo Testamento también se enfocaron en dos mundos: el
mundo del pasado y en su propio mundo. Ellos hicieron observaciones históricas,
afirmando que ciertos eventos se llevaron a cabo en maneras particulares. Pero
también escribieron para enseñar a sus audiencias aplicaciones
contemporáneas.
Este propósito doble nos lleva a considerar una tercera dimensión de las
intenciones del escritor. ¿Cómo conectaron los autores del Antiguo Testamento
sus observaciones históricas con las implicaciones contemporáneas? ¿Cómo
ayudaron a la audiencia a cambiar del pasado al presente?
De una u otra manera, las historias del Antiguo Testamento anticiparon las
circunstancias de sus audiencias al mostrar cómo los eventos del pasado se
relacionaban con asuntos actuales. Estas conexiones tomaron muchas formas,
pero los escritores del Antiguo Testamento siempre anticiparon el presente en
tanto componían historias acerca del pasado.
A la luz de esto, hablaremos de tres dimensiones de las intenciones de los
escritores del Antiguo Testamento: observaciones, anticipaciones e
implicaciones (ver figura 46). ¿Qué observaciones del pasado querían los
escritores del Antiguo Testamento que captaran sus lectores? ¿Cómo
describían los eventos ocurridos hacía mucho tiempo de tal manera que
anticiparan las preocupaciones contemporáneas de la audiencia? ¿Qué
ramificaciones tenían sus historias para el tiempo de los lectores?
OBSERVACIONES
En una ocasión escuché de una maestra de cuarto grado que le encantaba
contar historias acerca de la Revolución Americana. Se sentaba en una gran
mecedora del cuarto y le contaba a sus estudiantes acerca de Washington,
Jefferson, y de sus patriota favorito, Patrick Henry. Ella siempre tomaba el
mismo acercamiento. Se recostaba en su sillón, miraba hacia el horizonte y
daba un informe detallado de algo especial que habían hecho estos hombres. Al
final de su historia, se echaba hacia delante, miraba derecho a los ojos de los
niños, y decía: "¡Niños y niñas, si hacen lo mismo, ustedes pueden ser héroes
también! Esa maestra de cuarto año obviamente estaba preocupada por sus
alumnos; ella quería que fueran héroes. Pero ella nunca mencionaba eventos
contemporáneos en sus historias. Nunca trató asuntos que confrontaran
directamente a aquellos niños y niñas. En vez de esto, pasó todo su tiempo
hablando del pasado. Sus alumnos tenían que escuchar cuidadosamente sus
historias y sacar las implicaciones para sus vidas.
Los escritores del Antiguo Testamento también enseñaron a sus lectores cómo
vivir al darles observaciones del pasado. Si vamos a entender las implicaciones
originales de las historias del Antiguo Testamento, primero debemos ver
cuidadosamente a sus presentaciones de la historia. Vamos a explorar tres
dimensiones de observaciones históricas: hechos, moral y emocional. ¿Qué
hechos históricos querían los escritores del Antiguo Testamento que supieran
sus audiencias? ¿Qué asuntos morales del pasado trajeron a primer plano?
¿Qué aspectos emocionales de este mundo querían que consideraran sus
lectores originales? (ver figura 47).
Observaciones de Hechos
Un noticiero de televisión recientemente informó que el 20% de (1985) los
jóvenes de preparatoria no se había percatado de que los Estados Unidos peleó
una guerra en Vietnam. Cuando escuché esta noticia, le comenté a un amigo:
"Nunca recordaremos las lecciones de esta guerra si no recordamos que hubo
una guerra". El conocimiento de los hechos es el punto de partida para sacar
cualquier implicación del pasado para nuestras vidas hoy en día. Si no sabemos
qué pasó, no podemos aplicar lo que sucedió a nuestras preocupaciones
presentes.
Los escritores del Antiguo Testamento entendieron este principio. Es por esto
que reportaron muchos hechos históricos a sus audiencias. Podemos poner
categorías a estos hechos en términos de circunstancias, gente y Dios.
Gente. Los escritores del Antiguo Testamento también se preocuparon con los
hechos acerca de la gente. Los seres humanos ocupan un lugar central en la
mayoría de las historias del Antiguo Testamento ¿Quiénes fueron estas
personas? ¿Cómo eran? Estos hechos también formaron una dimensión crucial
de las observaciones históricas.
A veces la mera identidad de un personaje muestra las intenciones del
escritor. Considere el registro del reproche de Mical a David (2 Samuel 6:16-
23). No se nos dice que "una de las esposas de David le riñó". El escritor de
Samuel fue muy específico. Tres veces identificó como "Mical, hija de Saúl"
(vv. 16, 20, 23). Este simple detalle histórico revela una dimensión importante
del punto de vista del escritor. Este evento fue más que una riña entre David y
una de sus esposas, fue una lucha entre David y la hija de Saúl. En la mente del
escritor, este argumento simbolizó el conflicto entre la casa de David y la casa
de Saúl. Como David mismo lo notó: "Fue delante de Jehová, quien me eligió en
preferencia a tu padre y a toda tu casa, para constituirme por príncipe sobre
el pueblo de Jehová, sobre Israel" (2 Samuel 6:21).
¿Por qué quería el escritor que sus lectores mantuvieran en mente la identidad
familiar de Mical? El estaba abordando un asunto de preocupación de su propio
día. ¿Iba a continuar el linaje real de Saúl? ¿Era su familia una alternativa
viable al linaje de David? El versículo final del episodio hace clara la
perspectiva del escritor: "Y Mical hija de Saúl nunca tuvo hijos hasta el día de
su muerte" (2 Samuel 6:23). La unión de Saúl y la casa de David no produjo
descendencia. La línea de Saúl había sido completamente rechazada por Dios y
la familia de David tenía el derecho exclusivo al trono.
Paralelo a estas mismas líneas, el libro de Samuel comienza con una observación
interesante acerca de Elcana, padre de Samuel. El escritor observó que él era
"de Ramataim de Zofim, del monte de Efraín..." (1 Samuel 1:1). Este hecho
puede parecer trivial pero reflexionando un poco podemos ver que transmitió
una dimensión importante del propósito del escritor.
¿Por qué les dice a sus lectores que el padre de Samuel era de Efraín? Lo hizo
para establecer que la dinastía de David no era un diseño judío. Un profeta del
norte había ungido a David.
Observaciones Morales.
Los hechos levantan preguntas morales. ¿Cómo debo de responder a los insultos
de mi vecino? ¿Qué debo de hacer con los que no tienen un hogar en mi ciudad?
Los particulares de nuestras vidas sacan a flote todo tipo de consideraciones
éticas. Los escritores del Antiguo Testamento reportaban hechos históricos
para sacar a flote asuntos de consciencia. Ellos diseñaban registros para que
sus lectores confrontaran dimensiones morales del pasado. En tanto que leían
estos textos, se preguntaban: "¿Fue esta circunstancia buena o mala?" "¿Qué
debió haber hecho esta gente?" "¿Cómo era demostrado el carácter justo de
Dios en estos eventos?"
Todas las facetas de una historia del Antiguo Testamento se conjuntaron para
presentar observaciones morales. Descripción de escenas, estructuras,
caracterizaciones y otros numerosos rasgos especiales revelan todo tipo de
asuntos éticos en el pasado.
En muchos casos estos aspectos de textos son simples para nosotros. No
tenemos casi ningún problema en entender cómo Moisés quería que su audiencia
percibiera el asesinato de Abel (Génesis 4:2b - 16) o cómo el escritor de Reyes
evaluó la infidelidad de Manasés (2 Reyes 21:1-18; 23:26; 24:3-4).
Pero en otras ocasiones, tenemos dificultad en saber qué hacer con las
dimensiones morales del pasaje. ¿Por qué estaba mal que Acab ofreciera dinero
para comprar la viña de Nabot? (1 Reyes 21:1-3) ¿Por qué trajo juicio Dios
contra Usa cuando salvó al arca de caer? (2 Samuel 6:7) Para entender más
estas historias confusas, debemos de dejar a un lado nuestros propios
estándares tanto como nos sea posible y adaptar las normas que los escritores
del Antiguo Testamento compartieron con sus audiencias. Dos estándares
importantes de moralidad nos permiten entender con mayor claridad: La ley
Mosáica y la Revelación especial postrera.
Observaciones Emocionales
Nada es más aburrido que una historia sin emoción. Si quieres poner a tu
audiencia a dormir, solamente enlista hecho tras hecho tras hecho tras hecho.
Pero los mismos eventos toman vida cuando los impregna con sentimientos. En
tanto que describimos las emociones de un personaje, sus dudas, temores,
alegrías y placeres le damos poder a la historia.
Los escritores del Antiguo Testamento atraían a sus lectores a un mundo lleno
de emociones. Describían escenas, personajes, registros estructurales, y
usaron cualquier otra herramienta accesible para ayudar a ver a sus lectores
las dimensiones afectivas de la historia. Ellos querían que escucharan risas y
sollozos, probaran el placer y la amargura y sintieran la emoción y el desánimo
de eventos pasados.
Las historias del Antiguo Testamento describen tanto las emociones humanas
como las emociones divinas. ¿Cómo describían los escritores los sentimientos
de los personajes humanos? ¿Cómo observaban las actitudes de Dios?
Las emociones humanas. Los escritores del Antiguo Testamento
frecuentemente apuntaban hacia las emociones de sus personajes humanos.
Claro que los lectores tenían que evaluar estos sentimientos; la gente
frecuentemente reaccionaba inapropiadamente. Sin embargo, lo que la gente en
el pasado pensó, dijo, e hizo, le dio a los lectores un punto de partida para
sentir el poder emocional de los eventos.
Las observaciones de las emociones humanas sucedieron de muchas maneras.
Primero, ejemplo de las descripciones explícitas incluían el terror de Abram.
(Génesis 15:12), el sentimiento reconfortante de Isaac (Génesis 24:67), y el
canto y baile de gozo de las mujeres (1 Samuel 18:6). Tales descripciones son
raras, así que cuando suceden, generalmente forman una dimensión
significativa de las observaciones emocionales del escritor.
Segundo, las palabras de un personaje proporcionan emociones de calidad
también. Cuando Saraí escuchó la promesa de los tres visitantes de que tendría
un hijo, se rió, diciendo para sí: "¿Después que he envejecido tendré deleite,
siendo también mi señor ya viejo?" (Génesis 18:12). El escepticismo de Saraí
era inapropiado, pero el reporte de Moisés de lo que dijo señaló cómo parecía
absolutamente imposible la promesa. Al hacerlo así, él enfatizó la gracia de
Dios hacia Saraí y el carácter milagroso del nacimiento de Isaac.
Tercero, las acciones externas algunas veces revelan el impacto emocional de
un evento. En Génesis 17:1-2 Dios confrontó a Abram después de su fracaso
con Agar diciendo: "... anda delante de mí y sé perfecto". Como respuesta
"Abram se postró sobre su rostro". Él no objetó, no ofreció excusas;
simplemente se postró en humildad. Moisés reportó esta respuesta para que
sus lectores pudieran ver la fuerza emocional del encuentro temeroso,
acusador y humillante con Dios.
Cuarto, muchas veces las reacciones emocionales de los personajes fueron tan
ordinarias y predecibles que los escritores del Antiguo Testamento vieron muy
poca necesidad de mencionarlos explícitamente. En su lugar, se esperaban que
sus audiencias vieran estas actitudes por medio de una lectura simpatética al
preguntar: "¿Qué sentiría si estuviera en esa situación?". En muchas ocasiones
se necesitaban algunas de estas claves para que viera la audiencia las
cualidades emocionales de un evento.
Por ejemplo, cuando Dios llamó a Abraham para que sacrificara a Isaac,
tenemos poca dificultad de reconstruir su reacción inicial al rendir su corazón.
Aunque el texto no dice nada explícitamente acerca de sus sentimientos, se
nos dan varias claves: por ejemplo, Dios mandó a Abraham: "Toma ahora tu
hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en
holocausto sobre uno de los montes que yo te diré" (Génesis 22:2, énfasis
agregado), recordándonos que Isaac era precioso para Abraham. Al leer esto
simpatéticamente vislumbramos lo que debió haber sentido Abraham.
Cuando leemos que los hijos de Elí "no tenían conocimiento de Jehová" (1
Samuel 2:12), no tienen que decirnos acerca de sus actitudes para que
tengamos una idea de sus condiciones emocionales. Mostraron desprecio que
siempre trae consigo dureza e indiferencia - incluso desdén - para con Dios.
Nosotros sabemos que estos sentimientos estaban presentes en los hijos de Elí
debido al resto de la Escritura y por nuestra propia experiencia.
Con un poquito de lectura simpatética, los lectores originales podían
transferirse ellos mismos a la situación de una historia para encontrar los
gozos y las penas, los encantamientos y horrores del pasado.
Anticipaciones
He tenido muchos maestros de historia, pero uno es el que resalta por su gran
habilidad para mostrar qué tan relevantes fueron los eventos del pasado para
la vida contemporánea. Él no solamente nos enseñaba fechas, nombres y
eventos. Él se tomaba el tiempo para contarnos cómo la historia anticipaba
asuntos que confrontamos en nuestros propios días. Al hacer conexiones entre
el pasado y el presente, este maestro me dio un amor a la historia de por vida.
Los escritores del Antiguo Testamento fueron grandes maestros de historia.
Presentaban observaciones sobre el pasado de Israel con profundo interés en
las circunstancias de sus lectores. Consecuentemente, los autores del Antiguo
Testamento describieron el pasado de maneras que establecieron los orígenes
históricos de las creencias y las prácticas. Sus narrativas presentaron modelos
para que la audiencia imitara y evitara. Y sus registros de los eventos pasados
simbolizan, o presagiaron, aspectos de la vida de los lectores. (ver figura 48).
Estableciendo
Frecuentemente usamos hechos históricos para establecer o explicar cómo
llegó a ser la vida como es ahora. Cuando alguien nos pregunta por qué
enfrentamos ciertas situaciones, frecuentemente apelamos a los orígenes
históricos.
"Papi", le pregunta la niña de cinco años a su papá, "¿Por qué la bandera
americana tiene trece franjas? Creo que se vería mejor con muchas más".
"La bandera tiene esas franjas por algo que pasó hace mucho tiempo", explica
él. "Cuando comenzó apenas empezaba, solamente tenía trece colonias. Aquellas
colonias formaban los Estados Unidos. Tenemos trece franjas en nuestra
bandera para representar nuestras trece colonias originales".
Este padre mostró a su pequeña cómo la historia estableció el presente al
explicar que las prácticas actuales tienen sus orígenes en algo que sucedió hace
mucho tiempo.
Los escritores del Antiguo Testamento frecuentemente anticipaban las vidas
de sus audiencias de forma muy parecida. Reportaban el pasado para mostrar
cómo los eventos establecieron la manera en que las cosas eran en las
experiencias de los lectores. Las audiencias del Antiguo Testamento se hacían
el tipo de preguntas que nosotros nos hacemos. "¿Por qué es la vida cómo es?"
"¿Por qué estamos obligados a hacer ciertas cosas?" "¿Por qué creemos las
cosas que creemos?" Frecuentemente las historias del Antiguo Testamento
contestaban estas preguntas al apuntar a los orígenes históricos.
Moldeando
Una segunda manera en la que frecuentemente vemos la relevancia de la
historia es buscar modelos -ejemplos del pasado que guían nuestras decisiones.
"Pero Mamá", objeta Juan, "¿Por qué tengo que estudiar? No es importante".
"¿No te acuerdas de la historia de Abraham Lincoln?" pregunta su mamá.
"Trabajaba duro todo el día, pero cuando llegaba la noche, se sentaba enfrente
del fuego y estudiaba hasta que se dormía. ¿Crees que pudo llegar a ser
presidente si no hubiera estudiado?"
Obviamente la mamá de Juan estaba apelando a la historia para abordar un
asunto contemporáneo. Pero ¿cómo conectó el pasado con el presente? Los
hábitos de estudio de Lincoln no erigieron unas estructuras de por vida para
lograr excelencia académica. No establecieron un antecedente histórico para
las responsabilidades de Juan. En lugar de esto, la mamá de Juan apeló a
Lincoln como un modelo. Al aprender del ejemplo de Lincoln, Juan pudo ver qué
importante era para él estudiar.
Más aspectos centrales. Algunas veces el modelar era una preocupación más
central. Algunas historias conectaban el pasado y el presente principalmente al
ofrecer ejemplos. Por ejemplo, a través de los primeros capítulos de Daniel, los
jóvenes Israelitas son presentados como modelos de fe. Ellos no hacen nada
mal; sirven fielmente en el reino de Babilonia, pero nunca comprometen su
devoción al Dios de Israel. La historia de Sadrac, Mesac y Abdnego (Daniel 3:1-
30) presenta a estos jóvenes como ejemplos de una vida piadosa en el exilio.
Sus actos de fe enfrentando la una muerte segura demostraron el tipo de vida
piadosa que se esperaba de todo aquel que servía a Dios fuera de su tierra.
¿Cuál es el resultado de su fidelidad? Dios los bendice y trae gloria a Sí mismo.
La conexión con la audiencia original es clara. ¿Qué deberían de hacer cuando
estuvieran tentados a adorar a otros dioses? ¿Cómo podrían servir un poder
extranjero y todavía mantener lealtad hacia el Dios de Israel? El escritor de
Daniel contestó a estas preguntas en los ejemplos de estos tres hombres.
La historia del becerro de oro (Éxodo 32:1-33:6) ofrece otro ejemplo de
modelar. Este episodio aparece después de que Dios dio reglas de la adoración
en el tabernáculo en el Monte Sinaí, pero antes de su aplicación entre las
tribus. En este pasaje, Moisés reportó el juicio horrible de Dios en contra de la
adoración corrupta de Israel. ¿Qué tenía que ver este registro con la audiencia
de Moisés? ¿Cómo representaba mentalmente su situación? Moisés reportó
este registro para dar a sus lectores un modelo de lo que le pasa a aquellos que
niegan las reglas del culto. Si la audiencia se alejaba de la pureza del culto
ordenado por Dios, incitaría la ira de Dios como lo había hecho al pie del Sinaí.
La anticipación por medio de los modelos también se entiende a secciones
largas y libros completos. La presentación idealizada del Cronista de David y
Salomón proporcionaron a la audiencia post-exílica ilustraciones
representativas para sus vidas. La conducta de Ester enseñó por precedente
cómo tenían que servir los Israelitas los intereses de su propio pueblo fuera de
la tierra.
Por todo el Antiguo Testamento, encontramos historias que proporcionan
modelos para la audiencia original. Varias preguntas nos ayudan a identificar
esta conexión. Primero, ¿fracasó o venció algún personaje en un punto crítico y
experimentó resultados significativos de sus acciones? Segundo, ¿se
relacionaron las acciones del personaje a elecciones que la audiencia tenía que
hacer en sus días? Tercero, ¿qué resultados pudieron haber esperado ver en
sus tiempos si imitaban o evitaban las acciones del personaje? En tanto nos
hacemos estas preguntas, veremos la función moldeadora de muchas narrativas
del Antiguo Testamento.
Presagiando
“La historia se repite a sí misma”, es un dicho popular entre historiadores.
Algunos occidentales modernos se refieren a esto literalmente; normalmente
pensamos de la historia como yendo hacia delante de una forma lineal. Sin
embargo, sabemos también que los eventos de nuestros días pueden ser
sorprendentemente similares a los eventos del pasado. Los escritores del
Antiguo Testamento sabían que esto era verdad acerca de Israel. Los eventos
que ocurrieron en las épocas que habían pasado, frecuentemente fueron
análogas a la situación que enfrentaba su audiencia. Por lo tanto, compusieron
sus registros para mostrar cómo el pasado presagió el presente. Al leer las
historias con estas analogías en mente, la audiencia podía ver su propia
existencia reflejada en la historia.
¿Cómo difieren los presagios de las historias que establecen y modelan? La
diferencia principal es el grado de similitud que hay entre el pasado y el
presente. Las narrativas establecen los orígenes de prácticas vigentes al
edificarse sobre algunas similitudes. Los modelos tienden a hacer paralelo un
poquito más con las vidas de la audiencia. Sin embargo, los presagios se
construyen sobre analogías entre la historia y la experiencia de la audiencia; se
reportan los eventos para que se parezcan mucho a la situación de la audiencia.
Mientras que el presagio funciona en base a analogías entre el pasado y el
presente, los escritores del Antiguo Testamento no fabricaron o forzaron
estos paralelos; dieron reportes verdaderos. Consecuentemente, las analogías
nunca son perfectas o completas. Los pasajes prefigurados serán similares a
las situaciones de la audiencia en maneras significativas, pero nunca idénticas.
Implicaciones Informativas
A menos que tengamos información verdadera de nuestro mundo, es casi
imposible vivir en fidelidad a Dios. Sin datos exactos no podemos hacer
decisiones morales apropiadas o tener reacciones emocionales apropiadas. En
gran parte, todo lo que hacemos depende de obtener los hechos claros.
Lo mismo fue verdad para los recipientes de las historias del Antiguo
Testamento. En tanto luchaban para vivir ante Dios, necesitaban hechos
confiables acerca de su mundo. El pecado había obscurecido sus mentes así que
frecuentemente mal interpretaban la realidad. Ellos podían esperar vivir
honorablemente ante Dios en tanto que tuvieran conocimiento genuino de sus
días. Para satisfacer esta necesidad, los escritores del Antiguo Testamento
compusieron registros para servir como lentes por los que los receptores
podían ver la vida como lo era realmente.
Podemos pensar en implicaciones informativas de una historia en términos de
circunstancias, gente y Dios. Claro que diferentes pasajes tienden a enfatizar
una categoría, pero las historias del Antiguo Testamento informaban a sus
lectores de perspectivas apropiadas en todos estos tres aspectos de la
realidad.
Circunstancias. Las historias del Antiguo Testamento le decían a las audiencias
acerca de sus circunstancias. Ya hemos visto varios ejemplos de este enfoque.
Muchos dentro de la audiencia de Génesis aunque habían cometido un error en
salir del desierto. Egipto parecía más deseable que la vida que Moisés les había
dado. La historia del éxodo de Abram (Génesis 12:10-20) ofreció a los lectores
de Moisés una perspectiva apropiada de sus circunstancias. No fue ningún
error salid de Egipto; el éxodo era una bendición de Dios, así como lo fue en los
días de Abram.
De igual manera, muchos de los que escucharon las historias de Génesis
estaban convencidos que las ciudades de Canaán eran invencibles. Habían
escuchado reportes desanimadotes de los espías y pensaron que nunca podían
conquistar la tierra (Números 13:26-33). Moisés escribió la historia de la torre
de Babel (Génesis 11:1-9) para corregir este punto de vista falso. El contó como
la gente de Babel quería construir una torre “cuya cúspide llegue al cielo”
(wr’swbsmym) (Génesis 11:4). El pueblo de Israel pensó que lo mismo era verdad
para las ciudades de Canaán. En Deuteronomio 1:28 Moisés relató cómo los
espías habían reportado que las ciudades cananitas eran “amuralladas hasta el
cielo” (wbswrt bsmym). Por lo tanto, exhortó a los Israelitas a ser convados
porque Dios había garantizado que de hecho tomarían ciudades “amuralladas
hasta el cielo” (wbswrt bsmym) (Deuteronomio 9:1).
Esta conexión entre los discursos de Moisés en Deuteronomio y la torre de
Babel difícilmente parecen coincidencias. Al escuchar esta historia la audiencia
original, sus puntos de vista falsos fueron desafiados. La famosa ciudad
primitiva parecía invencible, alcanzando los cielos, pero Dios la conquistó y
dispersó a la gente. Seguramente podía vencer las ciudades más pequeñas de
Canaán.
Gente. Los escritores del Antiguo Testamento también escribieron para dar
información apropiada acerca de la gente del mundo de la audiencia. Sus
historias hicieron observaciones acerca de los seres humanos del pasado, pero
por implicación también informaban a los lectores de ellos mismos y de otra
gente que vivieron en sus días.
Ya hemos visto que el episodio de David y Mical (2 Samuel 6:20-23) no
solamente le dijo a la audiencia acerca de la hija de Saúl. Por implicación le
informó acerca de la familia de Saúl a la audiencia de sus días; Mical quedó
estéril, y la casa de Saúl no podía reclamar la corona.
Las historias de Abrahan y Lot , Isaac e Ismael y Jacob y Esaú reportaron
hechos acerca de este pueblo. Pero estas crónicas también dijeron algo acerca
de la gente que vivió en los días de la audiencia de Moisés. Lot fue el padre de
las naciones moabitas y amonitas (Génesis 19: 36-38); Ismael fue el padre de
las naciones árabes (Génesis 25:12-18); Esaú fue el padre de los Edomitas
(Génesis 36:9-43). En tanto la audiencia de Moisés escuchaba estas historias,
no solamente aprendieron de las relaciones históricas entre sus patriarcas y
las cabezas de estas naciones; sino que también aprendieron cómo tenían que
ver a las naciones en sus propios tiempos.
Dios. Los escritores del Antiguo Testamento informaron a sus lectores acerca
de Dios en sus días. Muchas observaciones de hechos se hicieron acerca de
Dios, y estos hechos instruyeron a la audiencia acerca de las maneras de Dios
en su situación contemporánea.
Por ejemplo, hemos notado en varias ocasiones que las promesas que Dios dio a
Abraham se aplicaban a la audiencia de Génesis. Las promesas de simiente,
tierra, protección y bendición (Génesis 12:1-3) revelaron cómo Dios estaba
tratando a la nación de Israel en los días de Moisés. De manera muy similar, la
promesa de Dios a David (2 Samuel 7:1-17) tenía implicaciones para la audiencia
de Samuel se podía confiar en que Dios guardaría esta promesa del pacto.
Las reacciones divinas a los eventos también tuvieron implicaciones
contemporáneas. Las demostraciones de misericordia de Dios en la historia le
decía a la audiencia de misericordia divina en sus días. La liberación de
Jerusalén en los días de Roboam (2 Crónicas 12:1-12) informaron a la audiencia
del Cronista de la determinación de Dios de ayudar a la comunidad post-exílica
contra sus enemigos. La reacción de Dios al pecado en el pasado también
informó a la audiencia de su perspectiva acerca del pecado en su tiempo. El
enojo de Dios hacia Adán y Eva (Génesis 3:16-19) enseñó a la audiencia de
Moisés de la disposición contemporánea de Dios hacia el pecado. El juicio de
Dios contra Uza (2 Samuel 6:6-7) informó a los lectores de Samuel que El no
trataría ligeramente las violaciones de adoración. Estos eventos revelaron
aspectos relevantes del carácter de Dios a las vidas de los lectores. Ellos
podían esperar que Dios actuara en sus días como lo había hecho antes.
Implicaciones Directivas
Así como las narrativas del Antiguo Testamento se enfocaban en asuntos
morales en el pasado, también comunicaban implicaciones directivas a la
audiencia. Los escritores del Antiguo Testamento ayudaron a sus lectores a ver
como deberían de vivir – qué obligaciones morales se aplicaban a ellos y lo que
ellos deberían de hacer con sus vidas.
Debemos de recordar el estándar de moralidad que dirigía las implicaciones
directivas para que la audiencia previniera malos entendidos. En su mayoría, las
implicaciones morales de las historias del Antiguo Testamento se pueden
entender en términos de preceptos Mosáicos y revelaciones postreras entre el
tiempo de Moisés y la composición final de la historia.
Las implicaciones directivas de un pasaje son vastas y completamente
entrelazadas con las implicaciones informativas y afectivas. Como de
costumbre, ayuda considerarlas en términos de circunstancias, gente y Dios.
Implicaciones Afectivas
Los escritores del Antiguo Testamento no solamente estaban interesados en
informar y dirigir a sus audiencias; también querían que ellos tuvieran
respuestas emocionales apropiadas para sus tiempos. Gozo, tristeza, temor y
confianza - todo el rango de emociones humanas- fueron tocadas por sus
historias. En tanto consideramos las intenciones ideológicas de los autores del
Antiguo Testamento también debemos tomar en cuenta las implicaciones
afectivas de sus historias.
Debemos tener cuidado para distinguir entre implicaciones afectivas y
observaciones emocionales en un pasaje. Los escritores del Antiguo
Testamento observaron dimensiones emocionales del pasado para que sus
lectores respondieran emocionalmente a esos eventos. Ellos se sintieron
buenos o malos, felices o tristes acerca de algo que pasó hacía mucho tiempo.
Estas consideraciones emocionales forman una faceta esencial de los
propósitos del escritor. Pero hasta este punto estamos más interesados en
cómo los escritores del Antiguo Testamento querían que sus lectores se
sintieran acerca de sus propios tiempos. ¿Cómo deberían de sentirse acerca de
sus propias vidas? ¿Emocionados? ¿Desanimados? ¿Temerosos? ¿Fortalecidos?
Pensaremos en las implicaciones afectivas en las mismas formas:
circunstancias, gente y Dios.
Circunstancias. Una vez más notemos que los lectores de las historias del
Antiguo Testamento enfrentaron diferentes clases de circunstancias. Algunas
de ellas infundían ánimo, otras temor. Algunas situaciones daban confianza a
los lectores; otras les causaban duda.
Por ejemplo, hemos visto que el escritor de Reyes les enseñó a sus lectores de
muchas maneras que el exilio del Norte y Sur era “justo” ¿Se dedicó a este
tema simplemente para dar información a su audiencia? ¿Lo hizo simplemente
para obligarlos a obedecer? Parecería que el escritor de Reyes también estuvo
interesado en la respuesta visceral de su audiencia al exilio. Al oír de un evento
histórico después de otro demostrando la justicia de su expulsión de la tierra,
ellos tenían que sentir remordimiento, tristeza, y humildad sobre sus
circunstancias presentes.
Cuando la audiencia del libro de Números escuchó de los temores que tuvieron
aquellos que espiaron en la tierra (Números 13:31-33), ¿qué implicaciones
afectivas tenía este evento para ellos? Hizo un llamado a aquellos que temían
tener confianza y fortalecieron las convicciones de aquellos que estaban
determinados a tomar la tierra de Canaán.
Dios. Las historias del Antiguo Testamento conllevan implicaciones para las
maneras en que los lectores deberían de sentir acerca de Dios. En diferentes
tiempos y lugares los lectores tenían que tener una variedad de actitudes hacia
Dios. Reverencia y sumisión siempre se esperaban, pero las narrativas del
Antiguo Testamento enfatizaban dispensaciones emocionales particulares hacia
Dios de tiempo en tiempo.
Cuando Dios hirió a Usa por tocar el arca y David respondió: “¿Cómo ha de
venir a mí el arca de Jehová?” (2 Samuel 6:9) las ramificaciones para la
audiencia eran obvias. Aquellos que tomaron la santidad de Dios en alabanza
ligeramente tenían toda la razón de temer Su ira. Cuando reportó el mismo
registro que el arca finalmente entró en la ciudad en orden apropiado y con
gran celebración, también instruyó a los lectores que aquellos que adoran lo
deben de hacer con gozo y placer en la gracia de Dios.
De manera similar, como escuchó la audiencia de Moisés de la destrucción en
los días de Noé, sus corazones fueron llenos con temor del poder destructor
de Dios en contra de los pecadores aún de sus días. Sin embargo, al mismo
tiempo, Dios aseguró a Noé: “Mientras la tierra permanezca, no cesarán la
sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la
noche” (Génesis 8:22). La audiencia de Moisés encontró deleite en Dios en esta
parte de la historia; la estabilidad de la vida fue el regalo maravilloso de Dios
para ellos.
Conclusión
En este capítulo hemos descrito intenciones ideológicas en tres categorías
principales: observaciones, anticipaciones e implicaciones. Estas facetas del
significado original están indisolublemente interrelacionadas. Pero en tanto que
descubrimos estas facetas en los propósitos de un escritor, tendremos un
mejor entendimiento del significado original de su historia.
Preguntas de Repaso
Ejercicios de Estudio