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Batimetría

Introducción

Para tener un conocimiento y entendimiento de la superficie terrestre es indispensable tener un


conocimiento del relieve topografico muy detallado. Como es sabido, la forma, tamaño, posicion
geografica y demas de cualquier zona en la superficie en este planeta se ve afectada por el movimiento
de grandes placas tectonicas al paso de los años, es una de las tantas conclusiones a la que se llego
cuando fue propuesta la teoría de la tectónica de placas a mediados del siglo XX, unificando en una
sola teoría, globalmente aceptada, la deriva continental y la expansión del fondo oceanico. Es por eso
que el relieve superficial estará en constante alteración, ya sea por lo antes descrito o por los procesos
hidrogeologicos y biologicos.

En las profundidades marinas ocurre de la misma forma, donde constantemente se esta formando nueva
corteza oceanica mediante la actividad volcanica y el movimiento gradual alejandose de la dorsal.
Procesos físicos como la erosión y sedimentación, la disponibilidad de agentes oxidantes o reductores
siendo causantes de los procesos químicos de alteración del fondo marino y así como la actividad
biologica (ya sea fotosintesis, actividad bacteriana o la actividad animal) que influyen en el equilibrio
del sistema acuatico de forma directa o indirecta.

Para el ser humano es de suma importancia tener conocimiento de las profundidades de algún cuerpo
de agua, ya sea de interés económico o con fines de investigación o científico; siendo la determinación
de las corrientes marinas para una mejor navegación maritima y evitar así catastrofes comerciales o
humanas por barcos a la deriva, la variedad de especies animales o vegetales conocidas por el hombre,
que año con año estas van en aumento, o la busqueda y obtención de hidrocarburos fuera de la zona
continental, son algunos de los grandes resultados del estudio, comprensión y conocimiento de las
profundidades, o de la batimetria.

¿Qué es batimetría?

La batimetría (del griego báthos, profundidad y methreo, estudio) consiste en la medición de las
profundidades de los océanos, mares y lagos. La batimetría es la técnica asociada a la obtención de
valores de la profundidad de los cuerpos de agua, la cual puede ser de tipo marina, lacustre o fluvial.
Mediante la batimetría se puede describir la profundidad del mar, la configuración del fondo marino, el
tipo de las estructuras morfológicas del lecho marino y de los obstáculos navigacionales situados en el
mismo. La información batimétrica incluye aspectos como ser profundidades, estructuras del fondo
marino y obstrucciones subacuáticas. La batimetría es el equivalente submarino de la altimetría.
Existen varias técnicas para medir y representar el fondo de los cuerpos de agua.

Con la información recabada, se elabora una carta batimétrica; mapa que representa la forma del fondo
de un cuerpo de agua, usualmente por medio de líneas de profundidad llamadas isobatas(líneas que
unen una misma profundidad); igualmente, la batimetría estudia la distribución de animales y vegetales
marinos en sus zonas isobáticas.

La información batimétrica posee cuantiosas aplicaciones prácticas como ser la definición de áreas de
crecimiento y hábitat de los elementos bióticos, definición de las áreas de distribución de los
crustáceos, operaciones de dragado, estudios científicos, seguridad de la navegación marítima, análisis
de la diversidad minero metalúrgica, la delimitación de los posibles peligros relacionados con el
empleo de instrumentos de pesca y el trazado de cables y tuberías subacuáticas, entre otros.
Topografía del suelo marino

Lo que sabemos del interior de la Tierra esta muy limitado, al igual que lo que sabemos sobre el fondo
del océano, y esto es porque estamos muy limitados para analizar su naturaleza. Con la tecnología de la
era espacial , podemos ver la superficie yerma y salpicada de las rocas de Marte, pero el océano es un
medio opaco y la naturaleza del medio marino es misteriosa.

Los desfogues de las grandes profundidades nos eran totalmente desconocidos hace apenas unos 20
años, solo unos cuantos científicos han logrado ver personalmente el suelo marino de las grandes
profundidades. Los avances relacionados con la observación y la cartografía marina han sido resultado
del avance de la tecnología marina.

La primera revelación nos llego con el advenimiento del sondeo acústico ,como medio para medir la
profundidad del mar y elaborar mapas de su distribución. A principios del año de 1950 y bajo el
auspicio de Maurice Ewing , el estudiante Bruce Heezen y Marie Tharp empezaron a compilar perfiles
acústicos , su labor permitió conducir el primer conjunto de mapas del fondo del océano Atlántico , sus
descripciones son asombrosamente precisas y son quizás las mas distribuidas .

En 1996 Walter Smith y David Sandwell publicaron un mapa nuvo de la arquitectura marina en la cual
se revelaban estructuras submarinas en zonas donde se pensaba que no había nada , como cadenas
montañosas pocas conocidas de 1600 kilómetros de largo, sus datos se obtuvieron por los sondeos
acusticos disponibles asi como sobre la gravedad obtenida por los satelites en onda.

En cualquier mapa salen a la vista las dorsales medias oceánicas sumergidas pero montañosas , otro
rasgo curioso son las cicatrices profundas y angostas que aparecen a lo largo de los bordes de ciertas
cuencas oceánicas , se tratan de las fosas abisales que marcan las zonas de subducción .

Entre los continentes , las fosas , y las dorsales oceánicas hay extensas planicies submarinas salpicadas
con picos y montes submarinos , es el ámbito de la llanura abisal , la región mas plana de la Tierra , en
ellas los sedimentos que les caen cubren el terreno escarpado y volcánico subyacente y conforman un
lecho marino suave y tersa cuya profundidad va de 3 a 45 kilómetros

Conforme mejoren las técnicas para observar y muestrear el suelo marino también iremos obteniendo
una imagen mas precisa de este y saldrán detalles mas precisos que anteriormente no se podían ver.

A lo largo del borde del océano se encuentra el margen continental o sea , la superficie de contacto o
interface entre la tierra y el mar , ahí la tierra inicia su pendiente con el abismo los sedimentos fluyen
de los continentes al mar y los antiguos ríos y las avalanchas submarinas tallan profundos cañones
submarinos.

La plataforma continental , un reborde plano que enmarca el océano , tiene en promedio 60 kilómetros
de ancho si bien , puede tener hasta 1000 kilómetros de ancho, como en el Océano Ártico.

A una profundidad de entre 10 y 200 metros la plataforma se vuelve mas empinada y forma el talud
continental , con el paso de las eras los sedimentos arrastrados desde tierra se acumulan desde el borde
hasta el fondo de la plataforma y talud continentales por lo cual se forman enormes cañones
submarinos , y estos funcionan como cascadas .
La formación de los cañones submarinos ha sido tema de debate , algunos geólogos opinan que se
crearon por el paso de ríos cuando el nivel del mar era mucho mas bajo , gigantescas avalanchas y el
derrumbe de las paredes de los cañones .

En la base del talud se encuentra la pendiente continental , ahí la vertiente se vuelve menos abrupta ,
puede extenderse por cientos de kilómetros llegando a unas profundidades de 4000 metros y a las
llanuras abisales. La secuencia plataforma , talud y pendiente continentales , no se da en todos los
márgenes y puede ser alterada por la presencia de características del lecho marino como una fosa
abisal.

Historia

Es sabido que durante la época de resplandor de los egipcios realizaban una metodología arcáica para
tener conocimiento sobre el piso oceanico; esto para construir muelles y barcos apropiados. La tecnica
era constituida por una gamla (soga de grosor considerable y resistente) y una roca pendería en uno de
sus extremos, todo esto sobre una pequeña barca que sumergia el extremo de la roca amarrada y tomar
registro conforme se iba sumergiendo este artefacto. Era muy poco preciso este instrumento, ya que su
eficacia abarcaba un rango muy pequeño, añidiendole que la gamla no estaria siempre en linea recta en
el cuerpo acuifero. Durante el siglo XIX, fue común el uso del escandallo, que consistía en un peso
(plomada) amarrado a una cuerda graduada, la cual se dejaba caer por la proa o el costado del buque
hasta tocar el fondo para después leer la profundidad de acuerdo con la marca correspondiente en la
cuerda, lo cual era bastante similar en todos los aspectos a la metodología egipcia.

Primeras incursiones modernas en estudios de batimetria

Se inventaron diversos mecanismos para obtener con mayor facilidad una lectura de la profundidad
(ruedas mecánicas, aparatos de presión, etc.); pero no fue hasta principios del siglo XX cuando se
utilizó un instrumento que empleaba los principios físicos de la propagación del sonido en el agua de
mar, con el fin de conseguir un registro continuo y medidas más confiables de las profundidades. Este
aparato lleva el nombre de sonar, que proviene del inglés "Sound Navigation and Ranging". Es el
equipo, medio y propiedades que sirve al estudio y aprovechamiento de la propagación del sonido en el
agua y su utilización para determinar la ubicación, características, distancias, velocidad, etc. de objetos,
formaciones rocosas, como así también costas y lecho submarino. No debemos olvidar su utilización
para las comunicaciones y la observación. El sonar reemplaza al radar en el agua, ya que este último
opera a través de ondas electromagnéticas que, debido a la alta conductividad del medio acuático, se
pierden sin lograr su objetivo. El sonar se vale de ondas acústicas, de fácil propagación en el medio
antes nombrado. Para comprender su funcionamiento, es necesario una pequeña retrospectiva.

Una de las primeras referencias al hecho de que el sonido se propaga en el mar se debe a Leonardo Da
Vinci, que en 1490 escribía: "Si paras tu barco e introduces el extremo de un tubo en el agua, y aplicas
el oído al otro extremo, oirás barcos que se encuentran a gran distancia de ti".

Este primer ejemplo de sistema SONAR tiene en su sencillez, los principios básicos de un sonar pasivo
actual:

Todos los barcos al navegar producen ruido aunque no sean de motor. Se detiene el barco propio para
reducir el nivel de ruidos.

Se introduce un tubo en el agua para transmitir las ondas acústicas desde el medio acuático al medio
aéreo para ser captadas por el oído humano.

La primera medición de la velocidad del sonido en el agua fue obtenida en 1827 por el físico suizo
Daniel Colladon y el matemático francés Charles Sturn en el lago Ginebra. El resultado de su medida
fue de 1434 mts./seg. que es muy precisa para la época en que se realizó dicha medición.

Durante el siglo XIX y tras la enunciación del cálculo infinitesimal Fourier formula las "series
trigonométricas infinitas" y Ohm, aplica las mismas para descomponer sonidos reales en series de tonos
puros. Este es un importantísimo descubrimiento ya que es la base del actual Análisis en Banda
Estrecha que permite la identificación precisa de la fuente que genera el ruido.

En 1440 se descubre el fenómeno de la "magnetoestricción" que provoca el cambio de la forma de


algunos materiales cuando son atravesados por un campo magnético y en 1880 Jacques y Pierre Curie
descubren la "piezoelectricidad", que es la propiedad de algunos cristales de desarrollar cargas
eléctricas en varias de sus caras al someterlos a presión.

En 1912 Fesseden desarrolla el primer emisor submarino capaz de trabajar como transmisor y receptor
en el margen de frecuencia entre 500 y 1000 Hz. En 1914 tras la pérdida del TITANIC demostró la
utilidad de su invento midiendo la distancia a un iceberg situado a 2 millas de distancia. La posterior
aplicación de los amplificadores electrónicos a las seqales captadas hizo que los sistemas no tuvieran
que depender exclusivamente de la sensibilidad del oido humano.

En 1915 Lord Rayleigh descubre que el oído humano es capaz de determinar la dirección de un fuente
sonora por la diferencia de fase o tiempo de la onda sonora al llegar a ambos oídos, y se desarrollan
sensores biaurales para determinar la dirección de la que proviene el sonido. Este sistema en
funcionamiento en los submarinos alemanes causó graves pérdidas a los aliados. El éxito obtenido
propició la investigación con sistemas ópticos, térmicos y magnéticos, siendo el resultado más
favorable el obtenido mediante el sonido.

En 1917 el físico francés Paul Lagevin usando un sistema piezoeléctrico de cuarzo sintonizado a una
fecuencia de 38 KHz., consigue formar un haz de energía capaz de determinar la dirección y la
distancia a un objeto sumergido, llegando a detectar un submarino a 1500 mts. Por el mismo periodo
científicos ingleses dirigidos por Boyle trabajan en el secreto proyecto ASDIC para la obtención de un
sistema eficaz de detección submarina.

Los primeros estudios sobre propagación se llevaron a cabo por científicos alemanes en 1919 que
descubren la influencia de la temperatura, salinidad y presión en la velocidad del sonido y el
comportamiento de los rayos sonoros al atravesar estratos de distinta velocidad de propagación.

El desarrollo de la acústica submarina se ralentizó considerablemente en el periodo entre las dos


Guerras Mundiales. Se había hecho un notable esfuerzo para reducir el nivel de ruido radiado por los
buques, por lo cual las investigaciones se centraron en los sistemas activos.

En 1925 la empresa Submarine Signal Company presenta comercialmente el primer sondador, aparato
capaz de determinar la distancia al fondo desde la superficie. Debido a que el tratado de Versalles no
permitía a la Marina Alemana tener submarinos ni aeroplanos, los estudios se centran en la aplicación
del SONAR como un sistema defensivo. El detenido estudio de los ruidos emitidos por la maquinaria,
hélice y ruido hidrodinámico permite el desarrollo de nuevos tipos de barcos. El resultado de su trabajo
fue el GHC, un equipo de escucha que usaba la técnica de formación de haces, esto es, el ruido
proveniente de varios hidrófonos se pone en fase retardando las de los adyacentes al elegido como eje
para formar una sola vía de audición. Uno de estos equipos se montó en el crucero "Prinz Eugen" y fué
decisivo para la evasión del mismo de los masivos ataques de torpedos que después sufrió.

Desde el punto de vista científico el mayor logro fue la obtención de conocimientos sobre el caprichoso
comportamiento de la propagación del sonido en la mar. Las observaciones realizadas por Steinberger
sobre la variación del alcance con la temperatura indujo a la invención de un aparato capaz de medir la
temperatura del agua a distintas profundidades. En 1937 Spilhaus presenta este aparato llamado
"Batitermógrafo".

Durante la Segunda Guerra Mundial se da un periodo febril en la investigación de nuevas tecnologías y


se retoma la acústica. En EE.UU. se crea el NDRC (National Defense Research Commitee) responsable
entre otros del proyecto Manhattan con el que se fabricó la bomba atómica. La sección sexta del NDRC
realiza un amplísimo programa de acústica submarina llevado a cabo principalmente por la Universidad
de California, el Laboratorio de Electrónica Naval de San Diego y la Institución Oceanográfica de
Woods Hole. La publicación al finalizar la contienda de los estudios realizados constituyen aún hoy en
día la base de la acústica submarina.

Al final de la Segunda Guerra Mundial y debido a la aparición de la Guerra Fría las investigaciones
continúan en todos los campos. Entre 1944 y 1955 los trabajos de Shannon en EE.UU. y de Gabor y
Woodward en Gran Bretaña establecen las bases de la teoría de la información, que aplicada junto a los
nuevos desarrollos electrónidos de estado sólido permite desarrollar equipos muy precisos en cuanto a
la discriminación del contacto, su distancia y la velocidad a la que navega.

Los trabajos de eminentes físicos como Knudsen, Wenz, Marsh, Urick y otros identifican los orígenes y
características de las distintas fuentes de ruido ambiental existente en el océano. Los mayores logros en
este periodo son:

El descubrimiento del motivo de la atenuación a frecuencias inferiores a 100 Hz.


Determinación experimental de la absorción para frecuencias entre 100 Hz. y 1 Mhz.
Medida de las pérdidas por absorción por rebote en el fondo.
Clasificación de las pérdidas y características del canal sonoro profundo y superficial.
Conocimiento de la propagación en aguas polares.
Descubrimiento y explicación de las zonas de convergencia.
Obtención de diagramas de rayos sonoros y predicción de alcances.
Medida con gran exactitud de la velocidad del sonido en el agua.

La aparición de submarinos nucleares con capacidad de lanzar misiles nucleares de largo alcance hace
cambiar la situación táctica, ya no se trata de detectar un submarino en las proximidades de un convoy
sino de vigilar grandes extensiones. Esto implica la vuelta a la detección pasiva que permite mayores
alcances. Se comienza a desarrollar grandes redes de escucha submarina tanto fijas como remolcadas
por los buques, que además permite alejar la escucha del ruido propio; de este tipo son los sistemas
SOSUS (SOund SUrveillance System), TACTAS (TACtical Towed Array Sonar) y SURTASS
(SURveillande Towed Array Sensos System) entre otros, utilizados en la actualidad.

SONAR
Existen dos tipos de Sonar: el activo y el pasivo.

Se llama Sonar Activo al equipo que emplea para detectar objetos bajo el agua el eco que devuelve
dicho objeto al incidir sobre él las ondas acústicas emitidas por un transmisor. El Sonar Activo es por
tanto similar al radar. Empleando el Sonar Activo se emite un tren de ondas acústicas con una
determinada potencia al agua. Un objeto sumergido sobre el que incidan estas ondas, reflejará parte de
ellas que volverán hacia el foco emisor. La energía recibida proveniente del objeto es solo una muy
pequeña parte de la que se emitió y el camino que recorren las ondas es el doble de la distancia entre el
emisor y el objeto.

El Sonar Pasivo se limita a escuchar el sonido que proviene de los objetos que se encuentran
sumergidos. Estos dispositivos reciben directamente el ruido producido por el objeto y el camino que
recorre la onda es la distancia existente entre el objeto y el receptor del ruido.

El alcance está limitado por un gran número de factores de factores siendo los más importantes la
frecuencia de la onda y la efectividad del medio en el que se propaga la energía. Cuanto más baja es la
frecuencia, mayor es el alcance que se obtiene.

Con ambos tipos es posible determinar la dirección en la que se encuentra el objeto, pero el sonar
activo posibilita obtener la distancia midiendo el tiempo que transcurre entre el momento en que se
emite la radiación y el instante en que se recibe el eco si se conoce la velocidad a la que el sonido se
propaga en el agua. El sonar pasivo no contempla esa posibilidad, aunque en la actualidad existen
medios para obtener la distancia a un objeto midiendo la diferencia de fase en la que las ondas llegan a
varios receptores separados entre sí, pero son más complejos y menos fiables.

En general el sonar activo y el pasivo se complementan para efectuar la detección y el análisis de


objetos sumergidos y tanto los submarinos como los buques de superficie con capacidad antisubmarina
emplean ambos tipos de forma conjunta.

Usos del Sonar

El uso principal de los dispositivos SONAR es de carácter militar y naval por excelencia. Las modernas
unidades de las Marinas Militares con capacidad antisubmarina de todos los países desarrollados
disponen de equipos tanto activos como pasivos para realizar la detección, clasificación, seguimiento y
ataque de submarinos. Estos a su vez disponen de equipos para la detección de buques de superficie y
de contramedidas para evitar o retardar su detección por dichas unidades. Los dragaminas mecánicos se
reemplazan por modernos cazaminas dotados de equipos SONAR de gran precisión y resolución
capaces de localizar objetos sumergidos y visualizar su forma o estructura para determinar si se trata de
una mina.

El incesante avance de la electrónica y de la informática aplicada a la acústica submarina ha hecho


extender las capacidades de los equipos al análisis del ruido radiado por los barcos, obteniendo así la
denominada "firma acústica" que permite identificar cada unidad de forma unívoca al igual que una
huella dactilar identifica a una persona; pero a diferencia de las huellas dactilares que son invariables,
las firmas acústicas cambian con el tiempo. Esto es debido a que dichas "firmas" proceden en su mayor
parte del ruido radiado por la maquinaria a bordo de los buques y dicho ruido varía a su vez con las
modificaciones, reparaciones y fatiga de las piezas que la componen. Esto obliga a mantener una
información actualizada de inteligencia de unidades navales.

Gran parte de la tecnología se ha transferido a usos civiles. Es bastante común el uso de sondadores en
barcos de todo tipo, medidores de espesor de capas de hielo y otros dispositivos de ayuda a la
navegación que usan el sonido o ultrasonido. Otra aportación significativa son los detectores de pesca
que permiten la localización de bancos de peces. Los buscadores de tesoros poseen poderosos equipos
para la localización de barcos hundidos.

Sensores de ultrasonidos se aplican para sistemas de alarma y para realizar mediciones precisas y
máquinas de ecografía se emplean a diario para ayuda al diagnóstico en medicina.

La inquietud del ser humano por las profundidades


La investigación de los océanos se ha desarrollado a grandes pasos a partir del siglo XVII, en que los
viajes a través de los mares se intensificaron gracias a los esfuerzos de los descubridores que,
generalmente guiados por su afán de conseguir riquezas, se aventuraron a conocer otros países del
planeta, aportando los primeros conocimientos sobre este misterioso medio que representan los
océanos.

La expedición del Challenger fue el primer esfuerzo con bases científicas para estudiar a los mares del
mundo, por lo que se preparó con mucho tiempo y gran minuciosidad, tomando las experiencias de dos
expediciones que la precedieron, las que realizaron el Lighting y el Porcupine, que permitieron
perfeccionar los nuevos métodos para el trabajo del Challenger, sin escatimar gastos para lograr que la
expedición tuviera todos los medios, tanto en personal como en equipo.

La oceanografía ha ido evolucionando cada día más y los barcos construidos para este fin fueron
cambiando sus diseños de acuerdo con los objetivos de los estudios que se han llevado a cabo en las
diferentes especialidades de esta ciencia, pero todos se basaron en las experiencias recogidas por el
Challenger.

Actualmente, la gran diversidad en el diseño y construcción de los barcos de investigación ha dado


lugar a un cuestionamiento sobre cuál es el barco ideal para la investigación oceanográfica.

Para contestarlo se necesita determinar a qué tipo de investigación se va a dedicar, ya que son
diferentes las necesidades para oceanografía geológica que para investigaciones pesqueras; también se
tiene que tomar en cuenta si se trabaja en estuarios o lagunas, mares cerrados o bahías, en los mares
tropicales o polares.
Cuando se trata de investigar en estuarios, lagunas, litorales, bahías, mares cerrados o cerca de la costa,
se pueden utilizar embarcaciones pequeñas de 6 a 10 metros de eslora, con motor fuera de borda o
estacionario, siendo aconsejable que tenga caseta para resguardar el equipo científico y para
proporcionar mayor comodidad al personal durante su trabajo.

También se hace necesario que la embarcación cuente con algún sistema para orientarse y así poder
reconocer con cierta exactitud las estaciones de muestreo; además, de ser posible deben contar con
equipos de sondeo, para conocer las profundidades en que se trabaja y los típicos fondos para lanzar,
con seguridad, los equipos evitando el riesgo de perderlos. En muchos países las embarcaciones
recreativas se transforman para poder realizar estos estudios.

Los veleros han sido utilizados por algunos países para realizar investigación oceanográfica en los
litorales. Los oceanógrafos noruegos, científicos altamente habituados al mar, han adoptado el sistema
de velero en el buque oceanográfico que opera para el laboratorio de Bergen, el Armader Hansen,
velero de 18 metros de eslora que desplaza 58 toneladas, y que tiene un motor auxiliar de 60 caballos
que le permite maniobrar en los puertos y en las estaciones oceanográficas.

A pesar de su tamaño pequeño, este buque de investigación puede acomodar a 6 científicos que
trabajan en un laboratorio de 12 metros cuadrados, además, cuenta con espacio para 4 tripulantes.
Desde l9l3 ha realizado numerosos cruceros en el Atlántico Norte hasta Groenlandia, demostrando que
un velero, aunque pequeño, puede realizar una gran labor científica y afrontar los embates del mar.

En Suecia fue utilizado un gran motovelero de 72 metros de eslora, el Albatros, que desplazaba 1 400
toneladas y que realizó, en 1947, la expedición organizada por el famoso oceanógrafo Petersson, que
tenía por objeto extraer cilindros de muestras del fondo del océano de más de 20 metros de longitud.

En México existen Varios buques de investigación en ciencias del mar, por lo que la Comisión
Intersecretarial de Investigación Oceanográfica (CIIO) preparó el Catálogo de buques oceanográficos,
con el fin de proporcionar a la comunidad científica la información que le permita programar sus
actividades y establecer la coordinación con otras instituciones y así lograr un mejor aprovechamiento
de estas embarcaciones.

La Secretaría de Marina cuenta con varios buques para hacer investigaciones oceanográficas en el
campo de la física, química, geología y biología marinas, y para la formación de personal altamente
capacitado. El buque hidrográfico B.H. Mariano Matamoros (H-01), de 67.9 metros de eslora, 9.9 de
manga, desplaza 1 275 toneladas con velocidad de crucero de 10 nudos y autonomía de 14 días, puede
alojar 14 científicos y opera en las costas del Pacífico mexicano siendo su puerto base Manzanillo,
Colima. Tiene un laboratorio seco y otro húmedo, dos plataformas de muestreo y un güinche mecánico
en popa; el equipo electrónico con que está equipado lo forman el navegador por satélite, el radar, el
Lorán, el radiogoniómetro y la ecosonda.

El Dragaminas 20, buque oceanográfico H-02, navega en el Golfo de México y Mar Caribe teniendo
como puerto base Veracruz, Veracruz; con eslora de 56.27 metros por 10.20 de manga, velocidad de 11
nudos, autonomía de 15 días con alojamiento de 15 científicos, tiene tres laboratorios: uno húmedo,
uno seco y otro de análisis químico; está adaptado para los cuatro campos de la oceanografía y también
para investigación geofísica; como equipo electrónico lleva navegador por satélite, radar, Lorán,
ecosondas para aguas someras y ecosonda para profundas.

Otro buque de la Secretaría de Marina es el B/O Altair H-05 que opera en el Golfo de México y Mar
Caribe y tiene como puertos base Frontera, Tabasco y Veracruz, Veracruz; es una moderna
embarcación con 69 metros de eslora por 12.30 de manga, con una velocidad máxima de 9.5 nudos.
Este buque tiene una autonomía de 27 días y aloja a 18 científicos que pueden trabajar en sus dos
laboratorios; está equipado con computador, facsímil, navegador por satélite, radar, Lorán y ecosonda
de aguas profundas.

Además esta Secretaría cuenta con el buque escuela B/E Cuauhtémoc, que está integrado al Programa
Nacional de Meteorología Marina. Es un velero de tres palos con 23 velas que fue construido en los
astilleros Celaya de Bilbao, España; mide 90.50 metros de eslora, 12 de manga y 2 370 metros
cuadrados de velamen. Su calado es de 4.80 metros y tiene una capacidad de desplazamiento de 1 800
toneladas; la potencia de su motor es de 1 125 caballos de fuerza y alcanza una velocidad máxima de
11 nudos.

El Cuauhtémoc está destinado a viajes largos; su capacidad total es para 275 tripulantes: 20 oficiales,
30 oficiales de mar, 135 hombres de maestranza y marinería y 90 estudiantes o cadetes que se preparan
como personal del Servicio Naval Nacional.

Este buque escuela está equipado con los últimos adelantos en materia de navegación y tiene todo tipo
de comodidades como aire acondicionado y produce varias toneladas de agua potable. Su equipamiento
es de lo más avanzado y moderno, posee girocompás y repetidor, compás magnético, radares,
ecosonda, radiogoniómetro, facsímil para cartas meteorológicas y navegador por satélite Omega, entre
otros.

Por acuerdo con la Secretaría de Pesca, la Secretaría de Marina opera los barcos de investigación
pesquera Alejandro de Humboldt y Onjuku.

El Alejandro de Humboldt H-03, arrastrero por popa, construido en Alemania, de 43 metros de eslora y
10 de manga, velocidad de 12 nudos y autonomía de 28 días, puede alojar 8 técnicos. Tiene equipo
hidroacústico moderno: cuenta con tres ecosondas y un ecointegrador; además de su radio, tiene un
navegador por satélite Omega, que le permite obtener situación exacta en su operación. Tiene dos
laboratorios y equipo moderno para procesar y congelar al pescado que se captura durante su trabajo.
Su puerto base es Mazatlán, Sinaloa, y cubre todo el Pacífico mexicano.

El arrastrero por popa Onjuku H-04, construido en Japón, tiene 40 metros de eslora por 13 de manga,
con capacidad para 9 científicos y autonomía de 40 días. Cuenta con un laboratorio de biología
pesquera y con equipo electrónico moderno como tres ecosondas y un navegador por satélite. Su área
de trabajo es el Golfo de México, donde realiza prospección de nuevos recursos pesqueros y su puerto
base es Ciudad del Carmen, Campeche.
Imagen de “el puma” el buque que en la decada de los 60 fue un parteaguas en la oceanografia
mexicana

Resultados de los estudios batimetricos

Los estudios batimétricos indican la existencia de cuatro rasgos importantes del fondo marino:
-Grandes áreas relativamente planas que cubren la mayor parte del fondo a profundidades de 2 a 6 km,
llamadas planicies abisales:

Esta es una llanura bajo el agua en el fondo del océano profundo, generalmente se encuentra a
profundidades de entre 3.000 y 6.000 m. las llanuras abisales cubren más del 50% de la superficie de la
Tierra, se encuentran entre las regiones más planas, más lisas y menos exploradas de la Tierra. Son
elementos geológicos clave de las cuencas oceánicas, además de estos elementos las cuencas oceánicas
activas también suelen incluir una fosa oceánica y una zona de subducción.

No fueron reconocidas como características fisiográficas del fondo maritimo hasta 1940 y, hasta hace
muy poco, no se había estudiado de forma sistemática. No están bien analizados en el registro
sedimentario, ya que tienden a ser consumidos por el proceso de subducción. La creación de la llanura
es el resultado final de la extensión del fondo oceánico y la fusión de la corteza oceánica inferior. El
magma se eleva por encima de la astenosfera y ya que este material basáltico llega a la superficie en las
dorsales oceánicas se forma nueva corteza oceánica. Esto se puso de lado constantemente mediante la
difusión del fondo marino. Las llanuras resultan de la inertización de una superficie inicialmente
desigual de la corteza oceánica por sedimentos de grano fino, principalmente de arcilla y limo. Gran
parte de este sedimento es depositado por corrientes de turbidez que han sido canalizados desde los
márgenes continentales a lo largo de los cañones submarinos abajo hacia aguas más profundas. El resto
del sedimento se compone principalmente de sedimentos pelágicos. Nódulos metálicos son comunes en
algunas áreas de las llanuras, con concentraciones variables de metales, incluyendo el manganeso,
hierro, níquel, cobalto y cobre. Estos nódulos pueden proporcionar un recurso importante para los
futuros proyectos mineros.

Debido en parte a su gran tamaño de las llanuras actualmente se cree que son una importante reserva de
biodiversidad. El abismo también ejerce influencia significativa en el ciclo del carbono del océano, la
disolución del carbonato de calcio y las concentraciones de CO2 en la atmósfera en escalas de tiempo
de 100 a 1.000 años. La estructura y función de los ecosistemas abisales están fuertemente
influenciadas por la tasa de flujo de los alimentos hacia el fondo marino y la composición del material
que se deposita. Se espera que los factores como el cambio climático, las prácticas de pesca y la
fertilización del océano para tener un efecto sustancial en los patrones de producción primaria en la
zona eufótica. Esto, sin duda, tendrá un impacto en el flujo de material orgánico al abismo de una
manera similar y por lo tanto tener un efecto profundo sobre la estructura, la función y la diversidad de
los ecosistemas abisales.

-Profundas depresiones alargadas, llamadas trincheras oceánicas:


Las trincheras oceánicas son depresiones del fondo marino, angostas y alargadas, usualmente en forma
de arco, donde se encuentran las mayores profundidades de la superficie terrestre. La siguiente imagen
muestra la localización de las principales trincheras oceánicas; se puede apreciar que gran parte de ellas
se encuentra en las orillas del Océano Pacífico. Las trincheras más profundas son la de Filipinas (11.52
km) y la de Marianas (11.03 km) que miden unos 1 200 y 2 000 km de largo, respectivamente. La
trinchera más larga es la de las Aleutianas, que mide 3 300 km de largo y alcanza los 7.68 km de
profundidad.
Gran parte de las trincheras se encuentra en la frontera entre océano y continente, mientras que otras se
encuentran a lo largo de arcos de islas, los cuales son cadenas de islas de composición volcánica, como
por ejemplo las Islas Marianas y Tonga. Tanto en estas islas como en los continentes, la mayor parte de
la actividad volcánica se encuentra distribuida en cinturones paralelos a las trincheras, que son
montañosos en los continentes; por esta razón, a veces se utiliza la expresión arco de montañas para
referirse a la región de la trinchera en los continentes.

Si se comparara la distribución de las trincheras con la sismicidad global se puede apreciar que la
mayor parte de los grandes terremotos profundos ocurren muy cerca de las trincheras, del lado del
continente o del arco de islas, según sea el caso. Estos terremotos, otros menos profundos y la mayor
parte de los sismos pequeños que ocurren en estas regiones tienen mecanismos que son
primordialmente reversos o normales.

-Enormes cadenas montañosas muy extensas; cordilleras oceánicas:


La siguiente imagen muestra las posición de las principales cordilleras oceánicas. Las cordilleras
oceánicas son cadenas (algunas muy largas, de miles de kilómetros) de montañas (algunas muy altas,
tanto como el Everest) alargadas, casi todas submarinas (algunas asoman a la superficie del mar como
islas), en cuya parte central existen rupturas, también alargadas, de donde brotan erupciones de cojín de
lava basáltica que forma volcanes, y chorros de agua muy caliente (unos 350° C) con cantidad de
minerales disueltos. A los lados de la ruptura existen otros volcanes y chorros de agua, pero la
actividad eruptiva, la temperatura del agua y la concentración de minerales en ella, disminuyen
rápidamente conforme aumenta la distancia a la ruptura central, y cesan a unos cuantos kilómetros de
ella.
Las lavas bsálticas de cojin llevan su nombre mediante un fenomeno; cuando la erupción ocurre bajo el
agua, ésta enfría la superficie de la lava tan rápido que se le forma una costra de roca sólida en la
superficie, por debajo de la cual la lava permanece líquida y, como los basaltos son poco viscosos,
continúa fluyendo, de manera que forma una especie de tubos o cojines de roca interconectados.

Las rupturas de las cordilleras oceánicas se encuentran usualmente a unos 2.5 a 2.8 km de profundidad,
donde no llega la luz del Sol (esta solo llega a penetrar hasta los 1 600 m) y la vida a estas
profundidades es, en otras regiones de los océanos, muy escasa. Sin embargo, alrededor de las rupturas
de las cordilleras submarinas se encuentran colonias de plantas y animales que aprovechan el calor y
los minerales del agua para vivir. Algunos de estos seres, esponjas silíceas en forma de champignon,
largos "gusanos" en forma de tubo, algunos con capuchones de colores y otros, no se encuentran en
otros lugares y algunas de tales especies recién descubiertas han recibido nombres como Riftias y
Ridgeias, de las palabras inglesas rift y ridge, que significan ruptura y dorsal (o cresta)
respectivamente.

Las cordilleras oceánicas más grandes son:

1) La cordillera Mesoatlántica (CMA) que divide al Océano Atlántico aproximadamente a la mitad,


remedando la forma de las costas de Sudamérica oriental y África occidental. La cresta de la CMA es
muy escarpada, que muestra un perfil batimétrico a través de la cordillera, por lo que se le llama a
menudo dorsal Mesoatlántica. En la línea central de la cresta, la CMA presenta un valle central o valle
de ruptura, en cuyo centro se encuentran las rupturas volcánicas mencionadas arriba.

2) La cordillera del Pacífico Oriental (CPO) que abarca desde cerca de Manzanillo, en la costa de
Colima, hasta los 33° de latitud Sur, se diferencia de la CMA en que, aunque alcanza grandes alturas
sobre el fondo marino, su topografía es mucho más suave, tanto así que a menudo es llamada elevación
del Pacífico Oriental. No presenta valle de ruptura en la cresta.

3) Cordillera de Carlsberg (CCA) que divide el Océano Índico desde el Mar Arábigo hasta los 20° de
latitud Sur (latitud del Madagascar central).

4) Cordillera Antártica. Esta cordillera rodea casi completamente a la Antártida y conecta con las tres
cordilleras antes mencionadas. Su nombre es distinto para diferentes secciones: Antártico-Pacífico, de
Chile, Antártico-Americana, Antártico-Africana y del Océano Índico Medio.

Fue B. Heezen quien, en 1960, sugirió el papel de las cordilleras oceánicas como lugares de creación de
corteza. Basado en esta suposición, H. Hess pudo explicar el proceso de creación de los montes
submarinos conocidos como guyots.

-Grandes zonas de fractura que separan secciones de las cadenas montañosas:

En las cordilleras oceánicas mencionadas se puede notar que cada segmento está separado de los
adyacentes por fracturas que se continúan hacia ambos lados. El fondo marino presenta diferentes
profundidades y diferentes edades de cada lado de cada una de estas fracturas, a veces rectas, a veces
curvas como segmentos de arco.

En algunos lugares se pueden ver grupos de fracturas tan cercanas que es imposible distinguir entre
ellas, se les llama zonas de fractura.

El tamaño de los sismos ocurridos en las zonas de fractura es mayor mientras menor sea la velocidad de
movimiento relativo entre las placas y mientras más larga sea la parte activa de la zona. Los mayores
sismos ocurren cerca del centro de la parte activa, lo que indica que las altas temperaturas de la corteza
que se encuentran cerca de las crestas de las cordilleras oceánicas no favorecen la ocurrencia de sismos

Estos rasgos y otras propiedades del fondo oceánico son algunos de los datos que apoyan con más
firmeza la teoría de la tectónica de placas, y que eran inexplicables hasta el surgimiento de ésta.

Conclusión

Hace mas de cien años, cuando se dio un gran paso para saciar esa inquietud humana de tener
conocimiento de las profundidades, esto cuando zarpo por primera vez el Challenger, abrió una gran
ventana para el conocimiento humano: el mar, su profundidad y todo lo relacionado. Estas ambiciones
fueron cortadas de tajo debido a la limitación tecnologica que abrumaba ese siglo; las guerras casi de
magnitud global de principios del siglo XX tuvieron un beneficio para la batimetría, sin ser uno de los
mejores metodos para llegar a este progreso, me refiero a el negocio de la guerra, donde, por desgracia,
el vencedor es aquel con mejor tecnologia para exterminar al rival. El desarrollo de la ecolocalización
fue determinante, para la guerra localizar al enemigo via sonido, para la batimetría, saber de que forma
y como esta constituido el piso oceanico, que a su vez reafirmo la tectonica de placas. Y todo esto se da
sin que siquiera el interprete de datos arrojados este presente en las profundidades para saber que así
esta constituido todo. Tal vez, en un futuro, cuando la tecnologia nos alcance, el hombre podra lograr
ver irectamente las profundidades del planeta, junto con sus habitantes, procesos y todo eso que aun
descnonocemos.

Bibliografia

-Francois Carre, Los oceanos, Fondo de Cultura Económica, 1a. ed., Distrito Federal, Mexico, 1988
168pp (Breviarios).

-Alejandro Nava, La inquieta superficie terrestre, Fondo de Cultura Económica, 1a. ed., Distrito
Federal, Mexico, 1993, 106pp.

-H. H. Read, Geología, introduccion a la historia de la Tierra, Fondo de Cultura Económica, 1a


impresión, 3a reimpresión., Distrito Federal, México, 1977, 218pp.

-Ellen J. Prager, Los oceanos, Mc Graw Hill, 1a. ed., Madrid, España, 2001, 381pp.

-Steven M. Stanley, Earth System History, W.H. Freeman and company, 4a. Ed. Washington D.C.
United States of America, 2014, 608pp.

-Adolphe Nicolas, Las montañas bajo el mar, Springer Verlag-Iberica, 1a ed., Barcelona, España,
208pp.

-Topografia global, web en linea <>http://www.topografiaglobal.com.ar [Consulta: 01-02-2014]

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