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CIENCIAS SOCIALES

El periodo clásico mesoamericano

Al propagarse e influir en diversos lugares de Mesoamérica la alta cultura engendra-


da por los olmecas, entramos al periodo que se conoce como el esplendor del clási-
co del México antiguo.

Desde el punto de vista de la cronología, el periodo clásico mesoamericano se


nos presenta con bastante posterioridad, si se le compara con las épocas en que
ocurrieron los desarrollos característicos de las más antiguas civilizaciones del ámbito
Mediterráneo y del Asia.

Rasgos característicos de esta civilización clásica

Algunos de los elementos que caracterizan la civilización clásica en Mesoamérica


son:

• El incremento e implantación de nuevas técnicas agrícolas.


• Aumento en la densidad de población.
• Aparición de nuevos centros ceremoniales urbanos planificados.
• Desarrollo del comercio y consiguientes formas de contacto cultural con pue-
blos de otras regiones.
• Nuevas estructuras sociales, económicas, políticas y religiosas,
• Desarrollo de las distintas artes (la arquitectura, precisión en los sistemas
calendáricos y de formas de escritura, etc.)

Centros del clásico Mesoamericano

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LAS ANTIGUAS CIVILIZACIONES
CON TENDENCIAS UNIVERSALISTAS

La evolución de algunos de los grupos más importantes dentro de este periodo


son:

El altiplano central

Teotihuacan fue el primero y más importante centro donde llegó a florecer el urbanis-
mo y muchos de los elementos característicos de la etapa clásica. Los estudiosos han
encontrado los antecedentes más inmediatos de Teotihuacan en otros lugares del
valle de México como Tlatilco y Tlapacoya, logrando con ello determinar varios
subperiodos en la evolución cultural teotihuacana.

Con el estudio de las pinturas murales, las esculturas, la cerámica y otros vestigios
encontrados, podemos conocer algo de lo que fue la simbología, el calendario, la
religión y el pensamiento del mundo teotihuacano. Así consta de la existencia de un
culto a la serpiente emplumada, símbolo del dios Quetzalcóatl. Las representaciones de
otros dioses como TIáloc, la deidad de la lluvia, Chalchiuhtlicue, la señora de las
aguas terrestres, significan posiblemente la adopción de prácticas y creencias pro-
venientes de las costas del Golfo.

Teotihuacan se convirtió en un centro urbano de gran extensión; influyó en un


territorio considerablemente amplio, ejerciendo autoridad política sobre numerosos
señoríos de la región central. A través del comercio y de intercambios culturales, el
influjo teotihuacano se dejó sentir en diversos lugares de Oaxaca, del occidente de
México, de la zona veracruzana y del mundo maya.

El área de Oaxaca

Durante este periodo, en la región de Oaxaca también se desarrolló un proceso de


cambios. Como ejemplo tenemos el recinto de Monte Albán donde aparece ya el
arte de las inscripciones y de las medidas del tiempo. De ello dan muestra las céle-
bres representaciones que se conocen como “estelas de los danzantes”. Entre los
grupos que se desarrollaron en esta área encontramos a los zapotecos y a los mix-
tecos, constituyendo así otra variante de la antigua herencia olmeca.

El mundo de los mayas

Los mayas son otro ejemplo de lo que llegó a alcanzarse durante la etapa clásica. Los
centros mayas existieron como auténticos núcleos con edificaciones de templos, pirá-
mides, adoratorios, juegos de pelota, palacios, monasterios y, en ocasiones, obser-
vatorios astronómicos, distribuidos en función de plazas, patios y calzadas. Entre

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CIENCIAS SOCIALES

los centros mayas más importantes encontramos a los de Tikal, Copán, Uaxactún,
Yaxchilán, Piedras Negras, Palenque, Chichén Itzá, Cobá, Labná y Bonampak.

Originaron un asombroso sistema de escritura y calendarios de gran exactitud.


Los resultados de las observaciones de los astros, las complejas anotaciones
calendáricas y muchas más que no han podido descifrarse, quedaron en las inscrip-
ciones, sobre todo en las estelas de piedra tan abundantes en el área maya. La
lectura de los glifos calendáricos ha permitido afirmar que los mayas lograron un
acercamiento al año astronómico superior en un diezmilésimo al que tiene el año
gregoriano.

Decadencia del periodo clásico

Los centros culturales del periodo clásico (Teotihuacan, Monte Albán y los centros
mayas) entraron, desde el siglo VIII d. C., en una etapa de decadencia que culminó
en su ruina y su abandono. Las causas de lo que pudiera describirse como la “muerte
del periodo clásico” no han podido ser explicadas en forma satisfactoria. Se piensa
que tal vez la presencia de grupos nómadas venidos del norte, cambios climáticos o
posibles transformaciones sociales o religiosas, puedan contarse entre los factores
que originaron el fin de esta etapa.

La declinación del florecimiento clásico no significó el término de la civilización


mesoamericana. El reacomodo de pueblos y la fusión que luego ocurrió de nuevos
elementos culturales, permiten anticipar la existencia de un dinamismo cultural digno
de ser analizado y valorado.

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