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arquite ctura e s hacer los edificios

Las representaciones de Vitruvio y el estudio de su tra-


tado ha pasado por diversas instancias en la historia.
En la edad media, un retrato del autor clásico (1) hace
evidente que la arquitectura sólo es posible mediante la
construcción.
«La arquitectura es hacer los edificios»
.
En esta pintura se revela el arquitecto como alguien que
es hábil con las manos, sabe construir, conoce la mane-
ra de hacer diferentes aparejos y la técnica adecuada
para adelantar diferentes acabados en las superficies;
el mensaje que transmite es que pensar en arquitectura
es pensar en construcción.
«El proceso de pensamiento
que sigue el arquitecto es uno solo con el proceso de
construcción, desde el primer momento, desde el pri-
mer germen»
.
Con el retrato renacentista de Vitruvio se evidencia un
cambio de mentalidad. En esta nueva versión el arqui-
tecto
«está apoyado en la geometría y la pintura»
. Es
un arquitecto racional, que se expresa mediante la pers-
pectiva, que valora la abstracción en su trabajo, porque
piensa y dibuja antes de construir (2):
«Es el momento
de mayor sofisticación en el trabajo del arquitecto»
.
El ejercicio racional y la abstracción al proyectar, tan
apreciadas por Vitruvio, no pueden reemplazarse por
las prácticas contempor

uela claramente regida por los principios de la Escuela


de Bellas Artes (3). La arquitectura
«responde también
a unas condiciones funcionales y a unas condiciones
estéticas que son precisamente los principios [.
..] for-
males de los órdenes con que se trabajaba en esas es-
cuelas»
. Por contraste, un dibujo de Le Corbusier (4),
realizado en Bogotá hacia 1951, evidencia la cercanía
del arte con la arquitectura, en tanto generadora de for-
mas con cierta libertad. La arquitectura
«tiene tanto de
libertad como aparentemente lo tiene este dibujo»
; es
en esa diada, compuesta por el arte y la técnica, donde
reside la complejidad e integralidad de la arquitectura.
No es posible hablar de arquitectura sin comprender
que todo lo que ocurre en la historia tiene un lugar y
momento específicos.
«El proceso de pensamiento del
arquitecto es tremendamente complejo, tremendamen-
te difícil de explicar»
. Pretender explicar el pensamiento
arquitectónico ha llevado a que se comentan errores de
simplificación. Se realizan aproximaciones netamente
artísticas, técnicas, antropológicas, sociológicas o eco-
nómicas, entre otras. En las escuelas politécnicas espa-
ñolas y alemanas, por ejemplo, se intenta construir el
discurso arquitectónico partiendo del problema tecno-
lógico. Por otra parte, las escuelas italianas de los años
ochenta trataron de
«explicar la arquitectura solo desde
el lado de su contenido sociológico, social o económico
[…] Entonces, la arquitectura, que es tremendamente
compleja, también tiene que ver, en el caso de las gran-
des ciudades en las cuales trabajamos ahora la mayoría
de los arquitectos, con la condición del lugar y la mane-
ra en que ese lugar se ha usado en otros momentos»
.
Desde el Seminario Permanente de Arquitectura de la Real Academia de Nobles Artes, con
su director a la cabeza, Sebastián del Pino, se plantea este proyecto de difusión sobre la
arquitectura de la ciudad de Antequera. La misma se realizará a través del seminario local El
Sol de Antequera.

Para este Seminario, puesto que la arquitectura y la ciudad tienen un importante


componente social, popular y democrático, ha considerado fundamental la comunicación
con el conjunto de la ciudadanía y la difusión y acercamiento a no especialistas y no
interesados ya que son usuarios, responsables y partícipes de nuestras obras.

Por ello, se ha previsto un ciclo de artículos de difusión generalista, enfocados al gran


público, en el que se aportan visiones sobre obras arquitectónicas o reflexiones de interés
urbano. Se intenta, así, establecer un ejercicio poco usual: Que sean los propios arquitectos
quienes se dirijan al público para explicar obras de arquitectura, sean propias o
simplemente admiradas por ellos.

De este modo, se propone una relación con los usuarios de nuestros edificios y ciudades,
de modo que puedan hacerse visibles los intereses de los propios arquitectos, muchas veces
fallidos y otras no comprendidos o desvirtuados. La idea es mostrar cómo tantas veces las
imposiciones externas son demasiado fuertes y las soluciones adoptadas son acuerdos de
resoluciones de muy complejos problemas. En este sentido se hace visible cómo lo que hoy
parece natural y sencillo, era un problema cuya solución, verdaderamente oculta y densa,
parece, una vez construida, evidente.

Los arquitectos no hablan habitualmente de arquitectura: han desdeñado siempre la


comunicación con los usuarios de los edificios. Por tanto, estas labores se han relegado con
insistencia hacia los historiadores del arte, usuarios, sociólogos, geógrafos, arqueólogos,
etc. Sin embargo, pocas veces el arquitecto realiza el ejercicio de plantear un diálogo sincero
y directo.

La intención de este proyecto estriba en que se vaya generando, en nuestra ciudad, una
sana crítica de arquitectura. Ni politizada ni interesada sino con la única y encomiable
finalidad de mejorar nuestra ciudad mediante el aporte de ideas y la censura y opinión de
todos los ciudadanos. Es ésta una verdadera manera de crear ciudad.

El primer paso, la primera piedra es este ciclo en el que arquitectos locales y también
forasteros, académicos y no académicos, hablan sobre edificios.

Sebastián del Pino hablará de los Dólmenes: Su mirada única nos alumbrará una visión
puramente arquitectónica de nuestros monumentos megalíticos, mezclando la pura técnica
constructiva con la poesía propia de nuestro arte. Se ha elegido este artículo como primero
en la serie por la importancia que tienen nuestros monumentos megalíticos como
patrimonio único y universal y por su interés informativo actual dado que estamos en
proceso de reconocimiento por parte de la Unesco. Es la obligación de la comunidad de
arquitectos la reivindicación de estos monumentos como plenamente arquitectónicos:
Sebastián, arquitecto puro, técnico y lírico, nos habla emocionantemente de ellos.
Rafael Salgado nos contará cómo se hizo la extraordinaria rehabilitación del Pósito de
Antequera, que él mismo, en colaboración con Sebastián y Ricardo Alario, proyectó y dirigió.
Un documento único el poder leer al propio arquitecto hablando de su obra. Resulta de
gran interés este texto, muy bien escrito y seductor. El tiempo ha demostrado que esta obra
arquitectónica es excelente y atemporal, ha dejado claro que la buena arquitectura es
atemporal y que el diálogo con el pasado honesto y directo es la mejor arma para actuar en
nuestro patrimonio.
Inmaculada Pacheco se centrará en su impresionante intervención para el Museo de la
Ciudad de Antequera: su descripción, su interés, su motivación. Desgranándonos la
concepción misma de su obra. Se trata de dejar constancia, de primera mano, de los
avatares en el proyecto y ejecución de este edificio capital en los últimos años de nuestra
ciudad, que tanta importancia para nuestro patrimonio,nuestro turismo y nuestra identidad
posee. Edificio parido con tesón, maestría y poesía, Inmaculada nos lo desgrana y hace
cercano.

Félix Jimenez Zurita centrará la atención en la rehabilitación del Convento de Santa Clara,
y su conversión en Centro Cultural Santa Clara. Hablaré de los descubrimientos, lo
inesperado, lo incorporado, las intenciones ocultas y las manifiestas. El hecho de que se
rehabilite una parte histórica, con un criterio de conservación definido, mientras se le anexa
una parte moderna, que respeta y continua la anterior, pero que manifiesta orgullosa y lejos
de prejuicios su modernidad e identidad propia.
Francisco Javier Martínez Membrilla planteará un interés basado en la música y la
arquitectura. De cómo en nuestra ciudad usamos de manera muy precaria espacios para
interpretar buena música clásica de manera ciertamente deficiente pues nuestras
excepcionales iglesias o nuestro Cine Torcal no son aptos, en modo alguno, desde el punto
de vista puramente acústico, para la ejecución de piezas no amplificadas. De este modo,
reflexionando sobre la necesidad de espacios en nuestra ciudad y de cómo invadir espacios
impropios no puede ser satisfactorio, su artículo es crítico y reflexivo.
Marcos Sánchez mostrará su mirada sobre el edificio del Instituto Pedro Espinosa, una
visión interesante más allá de los datos repetidos y analizados de este edificio para descifrar
la pulsión poética que encierra. Nuestro edificio es admirado por muchos antequeranos y
también respetado por tantos otros que no acaban de identificarlo como un bien
patrimonial a la altura de otros edificios históricos. Marcos intentará desvelar la verdadera
arquitectrua que subyace bajo este edificio y su naturaleza artística y técnica que lo hacen
asimilable a otros mucho más reverenciados elementos patrimoniales de nuestra
Antequera.
Ignacio Molina hablará de nuestro Cine Torcal, que es su Cine Torcal. Visión única de un
arquitecto que lo ha vivido, pensado, manejado, siempre con un enorme respeto. Y que ha
redactado el proyecto de su ampliación, aún guardado en un cajón. Nos plantea un texto
delicado, sutil, entregado y poético con el que desgrana el lirismo contenido e insoslayable
de nuestro edificio escénico por excelencia.

De este modo, la Real Academia de Nobles Artes, y concretamente, su Seminario


Permanente de Arquitectura, plantea esta iniciativa para que arquitectos, académicos o no,
hablen de nuestra ciudad y muestren las opiniones que desde la parte ejecutante del
proyecto surgen. Consideramos que los arquitectos necesitamos mostrar nuestros
intereses, nuestros deseos, nuestras esperanzas puestas en nuestros edificios para servir
así esta iniciativa de reflexión global y de comprensión de nuestra actividad profesional y
artística y de nuestra ciudad.

El ciclo sólo es un comienzo.


Se ha elegido esta selección de temas, de arquitectos y de enfoques sólo como comienzo
pero, si tiene un seguimiento razonable por parte del público, procedemos a continuar con
más temas, compañeros y miradas en sucesivos ciclos.
La periodicidad se plantea semanal siempre que exista disponibilidad por parte del
periódico.

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