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Instituto de Educación
Master en Educación
N° de estudiante: 154328
23 de julio de 2018
En el libro Lo que hacen los mejores profesores de universidad (2007), Ken
Bain realiza una distinción entre tres tipos de estudiantes, en relación a cómo
se vinculan con el aprendizaje. Los aprendices superficiales son aquellos que
buscan evitar el error, “nunca se ponen en disposición de invertir lo suficiente
en ellos mismos para comprobar en profundidad un asunto, ya que temen al
fallo, y por tanto se conforman con ir arreglándoselas, con sobrevivir” (Bain,
2007, p. 28); su técnica consiste básicamente en memorizar y reproducir lo que
han oído. Por su parte, los aprendices estratégicos se sienten motivados por la
competición, por la posibilidad de destacarse: “interesados en sacar las
mejores notas, pero sin apenas voluntad de esforzarse en llegar lo bastante
profundo como para desafiar sus propias percepciones” (op. cit.). Se esmeran
para los exámenes, pero después descartan sistemáticamente los contenidos
para darle lugar a los siguientes, “'son', apunta Craig Nelson, profesor de
biología en Indiana, 'estudiantes bulímicos'” (op. cit.). Por último, Bain muestra
predilección por otro tipo de aprendizaje, el profundo, que ocurre cuando los
estudiantes se compenetran en la materia y la intentan “comprender en toda su
complejidad” (op. cit.).
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más concretamente, la película nos narra las vivencias de un grupo de
adolescentes, de 14 y 15 años, los del “salón 203”, del Bachillerato Woodrow
Wilson de Long Beach. En este instituto abundan las pandillas, el alumnado
está dividido por su nacionalidad y/o procedencia cultural: latinos, asiáticos,
negros, entre otros. En palabras de Eva Benítez, una de las protagonistas del
film: “Nos peleamos por el territorio, nos matamos por raza, orgullo y respeto.
Peleamos por lo que es nuestro”.
Benítez es una estudiante latina, desde muy pequeña tuvo que vivenciar
experiencias de injusticia social por su procedencia, por prejuicios. Dentro de
las vivencias traumáticas que marcaron su infancia, se destaca el hecho de que
a su padre se lo llevaron preso por un homicidio que no hizo. Desde entonces,
Eva se involucró en una pandilla. A ella nunca le interesó estudiar, lo hacía por
las consecuencias que podría implicarle no asistir al liceo: la enviarían a un
reformatorio militar. Esta motivación para ir al instituto educativo se puede
asociar con el concepto de “reforzador negativo” que empleaba el psicólogo
conductista Burrhus Frederic Skinner (1968). Skinner denominó reforzador a
todo estímulo tras una respuesta que incrementa la probabilidad de que ésta se
repita, el estímulo de Benítez para ir a estudiar era evitar otra opción que le
desagradaba (el reformatorio). Sin embargo, tal como plantean las críticas a
Skinner, esto no implica que la joven estuviera realmente aprendiendo.
Deci, Richard de Charms y otros han teorizado que las personas pierden mucha de su
motivación si creen que están siendo manipuladas por la recompensa externa, si
pierden lo que los psicólogos han denominado su sentido de «locus de causalidad» de
su comportamiento. En otras palabras, si la gente ve determinada conducta como un
medio para conseguir cierta recompensa o para evitar un castigo, entonces se
dedicarán a estas actividades sólo cuando «deseen las recompensas y cuando crean
que las recompensas llegarán tras el comportamiento». Si no desean ese beneficio en
concreto, o si la posibilidad de recompensa se elimina posteriormente, perderán
interés en esa actividad. (Bain, 2007, p. 23)
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De acuerdo con el epistemólogo, psicólogo y biólogo suizo, Jean Piaget, los
estudiantes del salón 203 se encuentran en el estadio de las operaciones
formales, la última de las cuatro etapas de su teoría del desarrollo cognitivo.
Este estadio coincide con el inicio de la adolescencia y de la inserción en el
mundo de la adultez. De acuerdo con Piaget, a medida que los adolescentes
entran en este período, adquieren la capacidad de pensar de manera abstracta
manipulando ideas en su mente (Inhelder & Piaget, 1958). Cuando Erin Gruwell
ingresa a la institución recibe comentarios muy desalentadores acerca de las
capacidades para aprender de sus estudiantes. Basándose en las
calificaciones, la Directora considera que los contenidos y materiales que la
docente tenía previstos para el curso eran “demasiado difíciles” para el
alumnado. También, por sus historias de vida, la Directora los considera
incapaces de lograr ciertos aprendizajes y propone el uso de materiales que se
suelen utilizar para niños más pequeños, asumiendo que estos alumnos no
habían logrado alcanzar el estadio de Piaget que se ha descripto. Esta visión
también la tenían los propios estudiantes, ya que en la primera escena dentro
del aula que se presenta en la película uno de ellos comenta: “Esta es la clase
de los tontos”. Esta mirada se construye en el tipo de escuelas que Howard
Gardner denomina “uniforme”, en las que hay una visión unidimensional e
incompleta de cómo evaluar a las personas; los test de inteligencia lógica y
lingüística miden capacidades y proporcionan predicciones acerca del éxito o
del fracaso en la escuela, pero no para fuera de ella, o sea para la vida
(Gardner, 1995). En una misma línea, en el libro Lo que hacen los mejores
estudiantes de la universidad (2014), Ken Bain rompe con la visión tradicional
que equipara la excelencia a acumular en el historial o el registro académico
notas perfectas y plantea que los mejores estudiantes son quienes se hacen
sensibles a la realidad que les rodea y agudos en la percepción de este
entorno, logrando idear soluciones a problemas reales con mayor eficacia. Y,
de hecho, en el transcurso de la película queda demostrado que los motivos
por los que estos jóvenes no estaban logrando obtener buenos resultados
académicos no tenían que ver con su desarrollo cognitivo, ni su capacidad ni su
inteligencia.
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le da un vuelco a su enfoque de enseñanza. Asimismo, conforme pasaban los
días y lograba conectar con los jóvenes, impulsando procesos de aprendizaje
profundos, se le fue develando el rol destacado de la educación como vía de
aculturación. En otras palabras, la docente identificó que “el conjunto de formas
de ayuda mediante las cuales un grupo social trata de asegurar que sus
miembros adquieran la experiencia cultural socialmente elaborada e
históricamente acumulada de dicho grupo es, precisamente, lo que
denominamos educación” (Miran & Onrubia, 1998, en Martí, 2005, p. 172).
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entender el aprendizaje y la instrucción y la mejor forma de promoverlo” (op.
cit., p. 50).
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nueva información como el significado del concepto o proposición al cual está
afianzada" (op. cit., p. 120). A lo largo de la película puede observarse cómo los
jóvenes le otorgan un gran sentido a lo que aprenden sobre este y otros
episodios de discriminación, logrando que se modifiquen muchas de sus
creencias previas al respecto.
Verbal-Lingüística:
o La docente les entrega a cada uno un diario para escribir. El uso
que comienzan a hacer del diario denota que no se trata de un
aprendizaje superficial ni estratégico: aprenden Literatura
contando sus propias historias. Incluso tienen la posibilidad de
usarlo de la forma que a cada uno le quede más cómoda: relatos,
dibujos, canciones, poemas, etc. La profesora no los califica, las
historias de cada uno no merecen una nota mayor o menor que la
del otro.
o La lectura se vuelve parte de la cotidianidad de los estudiantes.
Libros que se conectan con las experiencias de estos jóvenes
como los son “Calle Durango”, sobre un pandillero, o el Diario de
Ana Frank, son la vía para que aprenden vocabulario, gramática,
poesía.
o En vez de hacer un reporte sobre el libro de Ana Frank, a partir de
la fascinación que despertó la figura de Miep Gies (quien
escondió a Frank), los estudiantes le escriben una carta
expresando lo que sienten y contándole sus propias experiencias;
las escriben desplegando todos sus conocimientos aprendidos
sobre redacción y literatura.
Lógico-Matemática: para poder conocer en persona a Miep Gies tuvieron
que organizar actividades para recaudar fondos. Esto implicó un trabajo
previo de resolver el problema de cómo hacerlo y realizar los cálculos
correspondientes.
Musical: la docente traía a clase canciones de rap que escuchan los
propios estudiantes como vía para comprender recursos literarios como
la rima.
Visual – Espacial: con la excursión a Centro Simon Wiesenthal, museo
en memoria del holocausto, los jóvenes pudieron salir del aula, habitar
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otros espacios, y entrar en contacto con representaciones visuales de lo
que estaban estudiando, fotos y videos.
Intrapersonal: la redacción de los diarios impulsó un autodescubrimiento
de cada uno de los estudiantes, al empezar a contactar con sus propias
emociones y sentimientos, y dejarlos aflorar. Asimismo, las charlas que
tuvieron con los sobrevivientes del holocausto los sensibilizó
promoviendo que, por ejemplo, uno de los estudiantes tire su arma u
otro comience a abrirse a través de la escritura. Todo esto contribuyó
también para desplegar la siguiente inteligencia, la interpersonal.
Interpersonal: se desarrolló a partir de las distintas propuestas grupales
que realizaron. Poco a poco comenzaron a reconocer al otro, conocerse
entre todos, integrarse, respetarse y apoyarse. Dinámicas como la de
acercarse o alejarse a la línea en función de si sentían identificados con
lo que decía la docente o la propuesta de cada uno realice un brindis por
el cambio, fueron fundamentales para impulsar el uso de esta
inteligencia. En estos ejemplos podemos ver en acción el concepto de
“zona de desarrollo próximo” de Vygotsky y apreciar cómo el aprendizaje
es social. En palabras del autor: “Dicha zona define aquellas funciones
que todavía no han madurado, pero que se hallan en proceso de
maduración, funciones que en un mañana próximo alcanzarán su
madurez y que ahora se encuentran en estado embrionario” (Vygotsky,
1979, p.133-134), y que en la interacción con el otro logran
desarrollarse. Con la ayuda de la docente pudieron alcanzar
aprendizajes que estaban dentro de su potencialidad. Asimismo, estos
procesos se produjeron a partir del vínculo entre los propios
compañeros. Algunos ejemplos de ello, en relación a la trayectoria de
aprendizaje de Eva Benítez, son:
o En el “brindis por el cambio” varios de sus compañeros comparten
la puesta en práctica de sus aprendizajes del último año, logrando
calar hondo en Eva, impulsándola a generar cambios personales.
o En la película se muestra que Benítez estaba muy compenetrada
con la historia de Ana Frank, preguntando y tratando de adivinar
cómo iba a ser el final. Cuando descubre que los nazis la
encontraron y muere, se enoja, le grita a la docente y la culpa por
hacerla leer un libro que cree que no le sirvió para nada. En ese
momento, uno de sus compañeros le da un punto de vista
distinto, le dice que para él no está muerta, y le hace un
paralelismo con sus amigos que han muerto y no se escribió nada
al respecto. Allí la joven cambia su punto de vista, comenzando a
concebir esta historia desde el aprendizaje.
o En su visita, Miep Gies los hace reflexionar y, entre otras cosas,
les aclara que ella no es un héroe, sino que hizo lo que tenía que
hacer. Esta apreciación repercute en Eva pues la relaciona con la
situación que ella está atravesando con respecto al asesinato del
que fue testigo. Este aprendizaje se consumó al, finalmente,
declarar la verdad ante el juzgado.
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simultáneo. Gardner explica que los objetivos se logran integrando dichas
habilidades, existiendo pocas excepciones en las que se ejecuta una
inteligencia única y de forma pura. En tal sentido, se observa cómo la mayoría
de las prácticas educativas recién descriptas involucran más de una
inteligencia. Lo relevante de estas actividades, más allá de su creatividad, son
las repercusiones que tienen en los estudiantes, quienes comienzan a
interactuar de otra forma con el conocimiento, tomando en sus manos el control
y la responsabilidad de su propia formación y comenzando un proceso de
autoconocimiento. Al conocer cómo funcionan sus mentes, los estudiantes
lograron canalizar sus emociones y dar lugar a los aprendizajes profundos. Una
de las conclusiones de la investigación desarrollada por Bain (2014) es que el
autoconocimiento, que cada persona conozca cómo funciona su mente, qué es
lo que ya sabe y cuáles son sus fortalezas y debilidades, favorecen el
aprendizaje. Esto se puede relacionar con el concepto de “aprendizaje
significativo” de Ausubel ya definido. En definitiva, en los planteos de ambos
autores aparece la importancia de conocer el aprendizaje previo, solo que el
enfoque de Ausubel está centrado en que el docente lo conozca para poder ser
más efectivo en su enseñanza, mientras que Bain, durante toda su obra, hace
hincapié en la responsabilidad que tiene el propio aprendiz de su aprendizaje.
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Una vez caracterizadas estas dos modalidades, se puede dar cuenta de que si
bien los procesos de aprendizaje de la película se dan en un marco formal, la
docente adopta estrategias asociadas a las características de la educación
informal. Esto no es de extrañar puesto que algunos autores, entre los que se
destacan Tharp y Gallimore, señalan lo siguiente:
En su propia realidad, Benítez pudo dar fin a una guerra, la que se daba en su
interior; y, junto con el grupo de la clase 203, en donde todos descubrieron el
goce del aprendizaje profundo, alcanzaron un cambio evolutivo, logrando
contribuir en apaciguar los conflictos barriales interculturales de Long Beach de
la época, teniendo su aprendizaje una función social.
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Referencias
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