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foja: 486
*10686459*
Y VISTOS:
RESULTA:
Al referirse a los hechos, narra que la Sra. Miriam Blanca Guzmán quedó
embarazada en el mes de julio de 2002, habiendo comenzado a realizarse los
controles mensuales en el Centro de Salud N° 7, ubicado en el Distrito de Buena
Nueva, aún desde antes de quedar embarazada; que de la historia clínica de ese
Centro de Salud surge que en fecha 05/09/2002 la Sra. Guzmán concurre
refiriendo que la fecha de la última menstruación data del 15/07/2002, por lo que la
propia paciente solicita que le realicen una Eco y gravindex; que vuelve a concurrir
a control a los cuatro días siguientes y de la ecografía del día 06/09/2002 surge
que la paciente presenta embarazo único con edad gestacional de 6 semanas, por
lo que la fecha probable de parto se establece entre el 22 y el 27 de abril de 2003;
que diagnosticado el embarazo la Sra. Guzmán fue absolutamente meticulosa en
sus controles perinatales, siguiendo a pie juntillas todas las indicaciones médicas
que se le realizaron; que se le ordenaron ecografías que se realizó el 06/09/2002,
el 15/10/2002, el 21/01/2003, el 18/02/2003 y el 11/03/2003, con resultados dentro
de los parámetros normales, pues no consignan anormalidades en la historia
clínica; que durante el curso del embarazo siempre presentó presión arterial
normal y que la última revisión prenatal que se efectúa en el Centro de Salud data
del día 21/041/2003, fecha hasta la cual las medidas fetales eran absolutamente
normales, habiendo sido informada que ante los primeros síntomas de
alumbramiento debía dirigirse a internarse a la Clínica Fleming.
Razona que en el caso las membranas estaban rotas desde las 19:45 horas
del día 27 de abril de 2003, es decir, más de 8 horas antes del alumbramiento, lo
que dio lugar a que el bebé contrajera procesos infecciosos al momento del
nacimiento, y que se cometieron dos errores: uno, al no internar a la paciente el
día 24 de abril, cuando concurre ante la presentación de contracciones, y el
segundo, al omitir la inducción al parto o realizar cesárea ante la ruptura
prematura de membranas y la presencia de líquido meconial, el bebé padeció
sufrimiento fetal, sufriendo las secuelas neurológicas y una serie de
complicaciones que presenta en la actualidad.
A continuación, detalla los rubros reclamados por cada uno de los actores.
Expone que el art. 1078 resulta contrario al art. 1079 del mismo Código Civil
y al art. 19 de la CN, con lo cual, de quedar sin indemnización el daño moral
padecido por los progenitores de Raúl, se quebrantaría el principio constitucional
consagrado en dicho artículo.
Concluye que la inconstitucionalidad del art. 1078 debe ser declarada por
contradecir las normas constitucionales señaladas, así como las contenidas en el
art. 14, 17, 28, 75 inc. 22 de la CN, ante la circunstancia de que los perjudicados
indirectos tienen acción para reclamar por los daños padecidos en la esfera
patrimonial –según el art. 1079 del Código Civil- pero reciben distinto tratamiento
por los daños padecidos en la esfera extrapatrimonial –art. 1078 del Código Civil-
diferencia fundada exclusivamente en la preocupación del legislador de frenar una
cadena indiscriminada de demandas, fundamento que no puede ser sostenido
frente al derecho constitucional del damnificado a obtener una indemnización
integral.
Cita jurisprudencia.
II) Que a fs. 129/142 comparece la Dra. Marta Isabel González de Aguirre
por la Obra Social de Empleados Públicos (OSEP) a mérito de la copia de poder
general para juicios acompañada, y contesta demanda, solicitando su rechazo,
con costas.
Formula en primer término una negativa general de todos y cada uno de los
hechos invocados por el actor en su demanda que no sean expresamente
reconocidos en su responde, y una negativa particular.
Indica que no es cierto que OSEP no contara con camas disponibles para
internación ya que o se interna en el nosocomio o se la deriva a los contratados –
en el caso, ante una urgencia, como trabajo de parte, se derivaba en esa época a
la Clínica Las Heras y Hospital Militar- pero que la paciente no estaba en trabajo
de parte y los latidos eran normales, y que si hubiese estado en trabajo de parto el
bebé habría nacido ese mismo día.
Sigue diciendo que de la historia clínica, a fs. 58, se desprende que los
latidos cardio-fetales era normales (día 27) por lo que se dejó transcurrir el trabajo
de parto en forma normal y que no hubo ninguna complicación; que a la paciente
se le condujo el parto con sytocinon (oxitocina) y se le indicaron antibióticos a
modo de profilaxis, según consta en la historia clínica a fs. 61 y conforme a las
normas vigentes en el sanatorio.
Concluye indicando que los dos errores médicos que expone la actora no
fueron tales, ya que el parto fue inducido con oxitocina y se le colocaron
antibióticos a la parturienta para prevención y no hubo signos de sufrimiento fetal,
por lo que la atención que recibió la Sra. Guzmán y su hijito por parte de su
mandante fue la apropiada conforme a lo establecido para este tipo de casos y de
acuerdo a su situación clínica que presentaban, no siendo OSEP responsable de
las patologías que padece el menor y no hay relación con el parte.
Asimismo señala que las técnicas médicas utilizadas fueron las correctas y
que OSEP cumplió con sus obligaciones contractuales y con el deber de
seguridad, ya que puso a disposición de la afiliada todos los recursos materiales,
intelectuales y profesionales con los que cuenta.
III) Que a fs. 145/146 se hace parte y constituye domicilio legal el Dr. Pedro
García Espetxe, en su calidad de Director de Asuntos Judiciales de la Fiscalía de
Estado, se hace parte y contesta demanda, solicitando su rechazo, con costas.
IV) Que a fs. 149 se abre la causa a prueba, ratificando las pruebas
ofrecidas la demandada a fs. 152 y ratificando las pruebas ofrecidas y ofreciendo
pruebas la parte actora a 157/162.
CONSIDERANDO:
I. La normativa aplicable.
La norma del art. 1768 es específica para los profesionales liberales, pero
debe ser analizada en todo el contexto del nuevo Código.
Señala Vázquez Ferreyra que: “El profesional promete un hacer que consiste
en una diligencia conforme a las reglas de la profesión, sin que pueda asegurar un
resultado; de allí que la imputación sea subjetiva y pueda liberarse probando su
falta de culpa. En cambio, si promete un resultado, la imputación es objetiva. El
profesional actúa con cosas, pero su imputación sólo es objetiva cuando éstas
exorbitan el obrar humano por un vicio. No puede considerarse que exista una
actividad riesgosa en general calificada ex ante".
Y con mayor razón debe serlo en los supuestos como el de autos, en que se
demanda a una Clínica, en tanto su obligación no consiste únicamente en prestar
salud para lograr una mejoría del paciente sino que, además, no puede por acción
u omisión generar daños atípicos
Por último, cabe destacar que en forma concurrente con los profesionales de
la medicina que responden por su actuación en la promoción del daño, también
deben atender al pago de las indemnizaciones correspondientes, los
establecimientos donde se realizaron las prácticas, y aún las obras sociales que
se encuentran relacionados al paciente en el caso de intervenir las mismas.
Es decir, esta teoría permite al juzgador valorar conductas de las partes que,
teniendo o debiendo tener en su poder prueba de la verdad de sus dichos, no la
suministran en la causa, con lo cual válidamente puede derivarse de ello que no
probó sus afirmaciones, aún en el caso que la contraparte no hubiera por otros
medios acreditado la falta de veracidad de su oponente.
La colaboración que por esta teoría se reclama de las partes, tiende a aliviar
la carga total de la prueba por parte del damnificado, volviéndola más fácil, menos
exigente o rigurosa, para corregir el inicial desequilibrio del que éste es parte.
(Conf. Ricardo Luis Lorenzetti, "Responsabilidad civil de los médicos", Ed.
Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 1986, T. II, p. 314).
Siendo ello así la responsabilidad del médico debe ser analizada a tenor de
lo dispuesto por el art. 1109 del Código Civil, por lo que deberá demostrarse la
culpa en la atención prestada , la existencia del daño que sobrevino a causa
de ese hecho y la relación de causalidad entre el incumplimiento y el daño
ocasionado.
Por un lado, es garante del desempeño del médico, obligación ésta que es
accesoria a la del galeno, por lo que en principio no responde si no se encuentra
culpa en el actuar del médico. Pero también hay una obligación principal de
garantía o seguridad por los servicios que el médico no está en condiciones de
garantizar, como ser la asepsia del lugar, la existencia de instrumental adecuado y
de todos los requisitos que el ente debe cumplir cuando es habilitado.
De allí que, como lo destaca el fallo citado: “La prueba a cargo del actor,
debe versar sobre actos u omisiones del médico que demuestren una actividad
negligente o imprudente o falta de la pericia necesaria y no solamente sobre el
resultado negativo del tratamiento, pues, aunque ese resultado no fuera el
esperado no compromete responsabilidad alguna si aquella conducta considerada
reprochable no está probada suficientemente”.
En la causa, los señores Mirian Blanca Guzmán y Raúl Eduardo Araujo por
su propio derecho y en nombre y representación de su hijo menor Raúl Alejandro
Araujo, interponen demanda de daños y perjuicios contra la OSEP, básicamente,
en función de los siguientes errores médicos, que estiman guardan relación causal
adecuada con la patología que padece el menor Raúl Araujo:
Declara que el niño Araujo fue recibido al nacer por el Dr. Pérez Day, que
un chiquito deprimido con líquido amniótico meconial.
A la Quinta Sustitución, para que diga si tuvo complicaciones relacionadas
con aspiración meconial, RESPONDE: “no, no tuvo aspiración meconial, en ningún
momento tuvo síndrome de líquido amniótico meconial.
Reconoce que en el caso, había otro factor de riesgo nació con depresión,
hubo que hacerle reanimación. Nació deprimido y con líquido amniótico, se le pidió
una radiografía cerebral, que no hizo una encefalopatía hipoxica isquémica.
El testigo fue tachado por la parte actora, por entender tiene interés en el
pleito, incurrir en declaraciones contradictorias y poco creíbles, lo que fue
desconocido por la demandada en su responde.
Adelanto que, por las razones que explicaré, haré lugar a la tacha opuesta.
Por todo ello, corresponde hacer lugar a la tacha formulada, con costas a la
demandada por resultar vencida.
2) Dra. Sonia Mirian Molina (fs. 441)
Veamos.
En el Punto 10, señala que es frecuente que un feto aspire líquido amniótico
durante el parto.
En el Punto 8 a) para que diga si en los controles pre parto surge que los
médicos hayan detectado el sufrimiento fetal que señala como superado.
Que esos controles deben ser estrictísimos sea con ultrasonido o con
pinar.
Por último, expresa que “se debe aclarar que si bien no se puede ser
preciso en las causas de los cuadros antes planteados, tampoco se puede
descartar que el síndrome convulsivo así como el retraso mental no tengan
origen en trastornos originados en etapa pre o intraparto”
Que los factores de riesgo que pueden causar estrés en el bebe antes de
nacer abarcan:
Agrega que hay estudios que indican que los bebés que nacen con
síndrome de aspiración de meconio corren más riesgo de desarrollar
enfermedad reactiva de las vías respiratorias.
A ello cabe agregar, que para que funcione la responsabilidad médica basta
acreditar la impericia profesional y que medie una relación de causalidad entre tal
conducta y el daño producido, circunstancias que, tal como ya se señaló, han
acontecido en el caso bajo estudio.
Por otra parte, no existe prueba alguna en autos que acredite que la
gravedad de las lesiones que presentaba la RN, no encontró su causa en la asfixia
perinatal.
a) la incapacidad sobreviniente.
En cuanto a las secuelas, que considera irreversibles, dice que está limitado
en las actividades de la vida diaria por su patología.
b) daños materiales.
Para ello tengo en cuenta que el perito médico neurólogo informa que el
menor, dado el síndrome convulsivo que padece, deberá usar la medicación
anticonvulsiva de por vida, que por su retraso mental no podrá llevar una vida
normal.
Por su parte, el perito médico neumólogo indica que el menor Araujo deberá
realizar Quinesia respiratoria por tiempo prolongado, debiendo determinarse el
costo por un especialista, lo que en autos no se ha producido.
Por su parte, la pericia psicológica, como señalé, indicó que le fue imposible
determinar un grado de incapacidad por la falta de elementos
suficientes, concluyendo que las secuelas son irreversibles.
c) daño moral.
Por todo lo expuesto, estimo prudente que el rubro prospere por la suma de
PESOS UN MILLON ($ 1.000.000),y que es determinada a la fecha de la presente
resolución, conforme lo dispuesto por el art. 90 inc.7° del CPC, debiendo
computarse los intereses a la tasa de la ley 4087 desde la fecha del nacimiento
(28/04/2003) y hasta el 01/01/2018 (derogación por el art. 5 de la ley 9041), y
desde allí en adelante y hasta el efectivo pago, a una tasa equivalente a la
evolución de la serie de la Unidad de Valor Adquisitivo (UVA) que publica el Banco
Central de la República Argentina ( art. 1 primer apartado Ley 9041).
Daño moral.
Por el rubro, en la demanda, reclaman la suma de $ 150.000 para cada uno
de los progenitores
Que se encuentran afectados por las lesiones que padece su hijo, lo que le
genera dolor, ansiedad, desilusión, enojo.
Concluye que los actores, como consecuencia del hecho vivido, presentan
una incapacidad psicológica parcial y permanente del 10%, que corresponde a
Estrés Postraumático de grado leve, y que deberá realizar tratamiento psicológico.
VIII. Costas
RESUELVO:
II) Imponer las costas a la parte demandada que resulta vencida (arts. 35 y
36 del C.P.C.).
III) Regular los honorarios profesionales a los Dres. Daniel Adolfo Mezza, en
la suma de $ 330.000 y Cecilia A Garriga en la suma de $ 660.000 y ,
respectivamente, sin perjuicio de los complementarios que correspondan e IVA, en
caso de corresponderles (arts. 2, 3, 4 inc. a., 13, 31 y cc, de la ley 9131).
IV. Regular los honorarios profesionales por el incidente de tacha (fs. 184) a
la Dra. Cecilia A Garriga, en la suma de $ 33.000 (art. 14 Ley 9131)
REGISTRESE NOTIFIQUESE.