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UNIVERSIDAD DE LA TERCERA EDAD (UTE)

ESCUELA DE PSICOLOGÍA

Asignatura: Psicología Clínica.

Facilitadora: Rosa Torres.

Tema: Psicología
Comunitaria.
Participantes: Matriculas:

Ángela Ma. Calderón 201500550


G.
Adalgisa Mota Morel 201500546
Martina Ubri Fortuna 201500560
José Luis de la Cruz 20092002263

Lunes 04. De Febrero 2018.


Índice
INTRODUCCIÓN ................................................................................................................ 3

OBJETIVOS ......................................................................................................................... 4

General: ............................................................................................................................. 4

Específicos: ........................................................................................................................ 4

CAPÍTULO I - PSICOLOGÍA COMUNITARIA............................................................. 5

1.1 Concepto ...................................................................................................................... 5

1.2 La Psicología Social Comunitaria ............................................................................. 5

1.3 Montero, M., 1984 p.390............................................................................................. 6

CAPITULO II- HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA COMUNITARIA .......................... 8

2.1 Antecedentes Históricos ............................................................................................. 8

2.2 Herramientas Metodológicas ................................................................................... 10

2.3 Construcción de conocimiento ................................................................................. 10

2.4 Intervención ............................................................................................................... 11

2.5 Campos de Intervención. .......................................................................................... 11

2.6 Conceptos Clave: Empoderamiento, Comunidad.................................................. 13

CONCLUSIÓN ................................................................................................................... 15

BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................ 16
INTRODUCCIÓN

La psicología es una disciplina tan diversa como antigua que nos ha ayudado a generar
muchas formas de comprender tanto nuestra conducta individual como las relaciones
interpersonales.

Una de las ramas de la psicología que está especialmente orientada hacia producir cambios
y transformaciones sociales desde la perspectiva de los propios actores es la psicología
comunitaria.

La psicología comunitaria se ha descrito como un enfoque de la salud mental, que enfatiza la


función o la influencia que ejerce el ambiente en la creación y alivio de los problemas.
Esta perspectiva comprende varios aspectos, primero, los psicólogos comunitarios no deben
interesarse de manera exclusiva en los ambientes, o personas inadecuados. Segundo, Deben
sugerir la creación de opciones a través de la identificación y desarrollo de los recursos y
ventajas de la gente y las comunidades. Tercero los psicólogos comunitarios no se identifican
con una norma social o valor único, sino que buscan la promoción de la diversidad.

Sea cual fuese el campo de acción de la psicología comunitaria, el foco de la misma es


preventivo en lugar de curativo.

En este trabajo se explicara qué es, de dónde surge, cuáles son los principales objetivos y el
campo de acción de esta rama de la psicología.

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OBJETIVOS

General:

Describir con exactitud, que es la psicología comunitaria, y cual específicamente es su


campo de estudio.

Específicos:

 Profundizar en las raíces de la psicología clínica.

 Explicar los diversos tipos de prevención.

 Analizar las principales formas de intervención del psicólogo comunitario.

 Describir posibles problemas que enfrente el psicólogo comunitario.

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CAPÍTULO I - PSICOLOGÍA COMUNITARIA

1.1 Concepto

La psicología comunitaria es una teoría


interdisciplinaria porque incluye un
conjunto organizado de ideas y
conocimientos que provienen no solo de la
psicología, sino de otras ciencias
especialmente humanas y sociales, como
la antropología, la sociología o la filosofía.

Se nutre también de la actividad política


de movimientos disciplinarios
transformadores, como la anti psiquiatría
o la salud mental comunitaria, que surgieron en Italia y Estados Unidos a mediados del siglo
XX y que hicieron un señalamiento o denuncia sobre algunas limitaciones de las formas
tradicionales de hacer psicología.

De igual forma tiene influencias importantes del pensamiento latinoamericano


revolucionario, como la sociología militante impulsada por el colombiano O. Fals Borda, o
el modelo de educación popular del brasileño Paulo Freire.
Como teoría, la psicología social comunitaria se encarga de estudiar los factores
psicosociales, es decir, los elementos tanto psíquicos como sociales implicados
específicamente en el control y el poder que las personas ejercemos sobre nosotras mismas
y sobre nuestros entornos.

Por esto la psicología comunitaria se relaciona estrechamente con los conceptos de poder,
autogestión y empoderamiento, y se inscribe en una corriente de transformación crítica que
supone que la sociedad es una construcción colectiva de las personas que la conforman, a
su vez influidas por esa construcción, susceptible de crítica y cambios (Montero, 2012)

1.2 La Psicología Social Comunitaria

Es un ámbito de investigación de la psicología en el cual, el objeto de estudio son los


colectivos y/o comunidades a partir de factores sociales y ambientales, a fin de realizar
acciones orientadas al mejoramiento de las condiciones de vida de la gente a partir del
fortalecimiento de su comunidad. La metodología que utiliza privilegia un enfoque
territorial, participativo para quienes están involucrados en sus procesos de intervención,
intentando generar cambios de largo plazo en los sistemas sociales en los que esos grupos
están insertos.

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El uso de los términos psicología comunitaria (PC) y psicología social-comunitaria (PSC)
suelen significar un mismo campo profesional, en particular el nombre psicología social-
comunitaria tiene su origen en la necesidad de diferenciación disciplinar percibida por los
grupos de profesionales psicólogos de Centro y Sudamérica a finales de los años setenta, en
lo que comúnmente ha sido denominado Crisis de relevancia de la psicología social.

Como bases fundamentales de esta propuesta es posible identificar el trabajo en terreno,


aplicado sobre problemas concretos in situ (en el lugar de manifestación del fenómeno
social), con un carácter participativo que permite involucrar a diversos actores en un contexto
determinado resguardando el protagonismo de los sectores más vulnerables en la búsqueda
de sus propias soluciones, este es seguramente el aspecto que hace de la psicología social un
área de estudio de la psicología clínica.

Existen disensos sobre el objeto de la psicología comunitaria en tanto las diferentes realidades
sociales hacen que se desarrolle en modos igualmente diferentes. Así, resulta natural que no
exista uniformidad ante la diversidad que caracteriza al comportamiento social
de masas, grupos e individuos; empero, existen propuestas conceptuales que permiten
realizar una aproximación disciplinar al objeto de la disciplina, como por ejemplo la
de Maritza Montero, quien
señala que la Psicología
Comunitaria es:

la rama de la psicología
cuyo objeto es el estudio de
los factores psicosociales
que permitan desarrollar,
fomentar y mantener el
control y poder que los
individuos pueden ejercer
sobre su ambiente individual
y social para solucionar problemas que los aquejan y lograr cambios en esos ambientes y en
la estructura social.

1.3 Montero, M., 1984 p.390.

Esta definición permite entender que el campo de esta disciplina contempla la relación
funcional entre individuo y su ambiente social, lo cual, puede dar lugar a distintas formas de
comprensión. Entre las diferentes posiciones existentes alrededor del objeto perseguido por
las corrientes contemporáneas tenemos a las siguientes:

Empoderamiento: Este concepto proviene del vocablo inglés 'empowerment' y es muy


discutido su uso al ser un anglicismo forzado por lo cual se emplean también términos como

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'fortalecimiento' y dar/otorgar poder'. El empoderamiento se refiere a que las personas y/o
grupos organizados cobren autonomía en la toma de decisiones y logren ejercer control sobre
sus vidas basados en el libre acceso a la información, la participación inclusiva,
la responsabilidad y el desarrollo de capacidades. Así, el empoderamiento viene a ser una
esfera superior en los procesos de organización social.

Ciudadanía: La noción de ciudadanía está fuertemente vinculada a la concepción


de democracia, que permite concebir a las personas como sujetos de derechos y deberes en
el marco de un consenso social representativo y políticamente válido.

La ciudadanía implicaría el respeto de las personas en tanto poseen derechos asimismo


la libertad de sus acciones para poder cumplir sus obligaciones sin coacción y con miras a
promover su calidad de vida sin afectar los derechos de otras personas.

Lucha contra la pobreza: Producto de las graves desigualdades de nuestras sociedades,


la pobreza es un estado de precariedad económica y material con fuerte influencia en el
desarrollo de capacidades individuales y colectivas.

La lucha contra la pobreza viene a ser el conjunto sistemático de acciones emprendidas para
superar este estado de precariedad y combatir sus efectos sobre personas y sociedades.

Salud mental: Es el estado de equilibrio entre una persona y la sociedad, representada en


niveles diversos como la familia, la comunidad, la escuela y el trabajo. Este equilibrio
permite a la persona ser productiva en la vida (laboral o intelectualmente, etc.) y alcanzar un
estado de bienestar y calidad de vida y que es objeto de estudio clínico para la psicología.

Como se señaló líneas arriba, existen disensos sobre el fin último de la psicología
comunitaria, lo que se expresa en los diversos que resultan los objetos de interés de
la disciplina, pero lo que queda claro es que alrededor de cualquiera de ellos existen factores
psicosociales que favorecen o dificultan su logro.

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CAPITULO II- HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA COMUNITARIA

2.1 Antecedentes Históricos

En la década del '50 del '60, aparecieron una serie de


movimientos que cuestionaban las formas
tradicionales y los supuestos metodológicos de
las ciencias sociales. La psicología de la
liberación, en Latinoamérica los movimientos
tercermundistas de la liberación que proponían
intervenciones en la comunidad, la psicología social, la llamada sociología militante, el
construccionismo social, la salud mental comunitaria, la etnometodología, el movimiento de
la anti psiquiatría en Italia, el proceso de sectorización en Francia, el concepto de educación
popular, proponían un saber hacer desde el compromiso político contra la opresión y la
desigualdad, y generaron un movimiento de acción social comunitaria que dio lugar a lo que
se llamaría psicología comunitaria.

En los Estados Unidos de América, la disciplina fue fundada por psicólogos que buscaban
superar las limitaciones de la psicología clínica tradicional en la promoción de la salud
mental.

Estos psicólogos tenían interés en ampliar la práctica psicológica a un


mayor segmento de población asimismo en superar el paradigma de daño y cura para trabajar
sobre la base de un enfoque preventivo, por lo que la psicología comunitaria continúa siendo
una de las especialidades de estudio en la psicología clínica desde la aparición del
psicoanálisis (E. Jerry Phares 1992).

La primera vez que se utilizó el término «psicología comunitaria» fue en 1965, en una
Conferencia de psicólogos que se hizo en Swampscott.

Las ideas base de esta nueva visión de la psicología se evidencian en el constructo "Sentido
de Comunidad o Pertenencia" (Sense of Community), introducido el año 1974 por Seymour
B. Sarason, un destacado psicólogo educativo profesor emérito de la Universidad de Yale.
Por estos mismos años se produjo la propuesta del modelo educativo piramidal hecha por
Edward Seidman y Julian Rappaport, donde se proponía que psicólogos expertos
en consejería trabajaran en forma conjunta con psicólogos de menor experiencia y
'promotores comunales' realizando un trabajo educativo comunitario que permitiera aliviar
los problemas de las personas y prevenir sus dificultades. Además, se produciría un
intercambio de saberes que a futuro permitiría a las personas solucionar por si solas sus
dificultades, es decir serían autónomos para ejercer poder sobre su bienestar emocional.

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Este modelo fue un planteamiento osado y revolucionario para la época, siendo la piedra
fundacional del enfoque de empoderamiento.

En el año 1986, luego de 22 años de trabajo tras la senda de la propuesta de Seymour Sarason,
se dio un salto mayor al publicarse la Teoría del Sentido de Comunidad y el Índice del
Sentido de Comunidad (Theory of Sense of Community and Sense of Community Index).
Esta teoría es bastante amplia y permite aplicar el modelo a comunidades de distinta índole,
como las religiosas, políticas, grupos etarios, e incluso a organizaciones, como por ejemplo
los centros laborales y las escuelas. Sus autores son David McMillan (la teoría) y David
Chavis (índice).

La psicología comunitaria ha tenido un amplio desarrollo en América Latina, lo cual tiene


sus raíces en las reflexiones académicas y prácticas de la década del ochenta. Entre sus
principales representantes se encuentra Maritza Montero, Irma Serrano-García, Gerardo
Marín e Ignacio Martín-Baró (S.J.), entre muchos otros. Sus principales referentes son la
educación popular, la investigación acción participante de Orlando Fals Borda, la teología de
la liberación, la sociología militante, la tecnología social de Jacobo Varela, la sociología del
desarrollo, el trabajo comunitario, y las influencias de la psicología social aplicada europea
de finales de los setenta. Junto a ello, las críticas de diversos profesionales en torno al auge
de una psicología de corte empiricista, técnica y alejada del estudio de los problemas de
desarrollo y justicia social en América Latina (que durante al menos tres décadas habían
marcado el desarrollo de las ciencias sociales en el continente), terminaron por sentar las
bases para la apertura de un campo profesional de marcada orientación al terreno y al contacto
directo in-situ con las situaciones de precariedad.

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2.2 Herramientas Metodológicas

La psicología comunitaria es una disciplina orientada a la solución de problemas y


optimización de recursos. Debido a esto, los psicólogos comunitarios cuentan con una serie
de métodos y técnicas eficientes tanto para generar conocimiento como para intervenir en la
realidad social.

Cabe señalar que muchas de estas herramientas son compartidas con múltiples disciplinas
sociales pero que ya en el contexto contemporáneo vienen a ser un elemento compartido
multidisciplinar. En la tradición metodológica Latinoamericana se ha destacado la original
producción en torno a la Investigación-Acción; al elaborado desarrollo existente originada
en los aportes de Kurt Lewin, la integración de las propuestas de Argyris y Schön se sumaron
al compromiso militante de los años 1970.

Esta confluencia dio como resultado la IAP (investigación acción participación) que fundó
la originalidad de la PC Latinoamericana. A partir de los años 1980 la crisis paradigmática
cuestionadora de los modelos "modernos" introdujo perspectivas críticas en temas de género
y cultura, que se sumaron a la trayectoria de crítica socioeconómica que ya era un patrimonio
de la PC.

Los psicólogos comunitarios que –basados en las ideas de Gergen, Shotter, y B. Pearce–
introdujeron los modelos construccionistas sociales (como Esther Wiesenfeld, Fernández
Cristieb, Saúl I. Fuks) se articularon con los aportes epistemológicos provenientes de las
Teorías de la Complejidad. Estas confluencias y articulaciones han dado a la PC
latinoamericana una identidad propia que presenta particularidades diferenciadas en el Sur
de América, en Centro y en el Caribe.

2.3 Construcción de conocimiento

En la psicología comunitaria cobra crucial importancia la construcción


de conocimiento debido a que usualmente la información que permite tomar decisiones y
alcanzar los objetivos de trabajo tienen significado únicamente para las poblaciones con las
que se trabaja, por consiguiente, todo proceso de intervención requiere necesariamente que
se construya conocimiento significativo para sí mismo.

 Encuesta
 Entrevista
 Historias de vida
 Grupos focales

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 Talleres participativos.
 Contextos Colaborativos.

2.4 Intervención

La psicología, y en general otras


disciplinas, buscan solucionar
problemas u optimizar procesos
a partir de una serie de
procedimientos llevados a cabo
sistemáticamente. Este proceso
se puede comprender como 'intervención'.

Aunque la noción de "intervención" ha sido asociada a formas de construcción relacionales


asociadas al modelo experto/destinatario, el término expresa los modelos de estrategias más
utilizados en los que la "intervención externa" produce cambios.

2.5 Campos de intervención.

Proyectos sociales (Desarrollo Social Local, socioeconómico, cultural y psicosocial)

Proyectos de Construcción de Ciudadanía. (Equidad, participación comunitaria, desarrollo


de redes sociales y comunitarias)

Proyectos de mejora de la Calidad de Vida (Salud, educación, Hábitat, relaciones


interpersonales)

Proyectos de Fortalecimiento Cultural (recuperación de Capital Social y Cultural, trabajo


sobre procesos de des-colonización y reconocimiento de las identidades socioculturales
excluidas)

Los instrumentos más habituales han sido:

Investigación Acción Participativa (IAP)

Animación Sociocultural

Capacitación, fortalecimiento de saberes locales, sistematización de experiencias locales.

Detección, reconocimiento, creación y movilización de Redes (sociales, comunitarias y


familiares)

La intervención

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Un proceso de intervención comunitaria tiene como objetivo mejorar las condiciones de vida
de la población y que la comunidad sea protagonista de dicho cambio. Parte y tiene que ver
con las necesidades, aspiraciones, problemas o temas de interés para la comunidad.

Se trata de procesos a mediano y largo plazo, de tipo global y centrado en una comunidad
concreta, entendida ésta como el conjunto formado por los siguientes elementos y sus
interrelaciones: territorio, población, recursos y demandas, dinámica de relaciones de poder
(asimetrías).

En todo proceso comunitario se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:

Conocimiento y comprensión de la realidad: A través de estudios cuantitativos y de la


utilización de técnicas cualitativas (entrevistas, historia de vida, recorridos barriales, grupos
focales, talleres, recopilación de relatos, categorizaciones, etc.)

Perspectiva global: Lo que nos permite construir un pasaje del diagnóstico de salud al
diagnóstico comunitario; transformar las prioridades centradas en el equipo en prioridades
compartidas; abordar los programas sanitarios desde una perspectiva interdisciplinaria;
superar el protagonismo del profesional de la salud habilitando el protagonismo de la
población.

Sin información no hay participación. La información es pública y un derecho ciudadano. La


información desde el ámbito de salud, educación, seguridad, etc. Todos los conocimientos
deben ser compartidos para poder saber desde donde partimos y hacia dónde vamos. Se debe
dar la misma información a todos los implicados, instituciones, técnicos y población, pero
con lenguajes adaptados.

Sin coordinación no hay intervención comunitaria. Cada actor social decide su nivel y
posibilidades de implicación; integrándose a lo que ya se viene haciendo desde otros ámbitos
(públicos, privados, organizaciones no gubernamentales, etc.) evitando de esta manera
superposiciones y por lo tanto, un debilitamiento tanto de las estrategias como de los
recursos.

Para garantizar la continuidad, la implicación es del recurso o institución no de las personas.


La coordinación del personal técnico debe contar con el apoyo de la Institución a la que
pertenece.

Participación ciudadana, como proceso y como cesión de poder: El posicionarnos como


ciudadanos, con derechos y deberes, es lo que permite la posibilidad de pasar de ser un
«consumidor» de prestaciones a un ciudadano agente de su propio desarrollo, del ciudadano
individual una población organizada. Esto implica un primer movimiento al interno de los

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equipos de salud. ¿Defendemos nuestros derechos como trabajadores? ¿Somos capaces de
pasar de la queja a la acción?

El proceso comunitario es complejo y difícil, aparecen obstáculos técnicos y metodológicos


relacionados con una escasa formación en esta temática por parte de muchos trabajadores del
ámbito de salud, y con el que se pretende poner en marcha acciones que van a contracorriente
del modelo imperante.

Las dificultades encontradas en cada una de las etapas se pueden ir solucionando a partir del
trabajo y colaboración de todas las personas implicadas en el proceso y la convicción de estar
desarrollando un trabajo serio y con rigor.

De esta manera se entiende que aquello que es obstáculo o conflicto muchas veces es la
oportunidad de repensar acciones y de nuevos posicionamientos que permiten avanzar hacia
intervenciones más efectivas.

2.6 Conceptos clave: empoderamiento, comunidad...

La psicología social comunitaria considera que el espacio donde se necesita y se puede


establecer una relación transformadora es aquél en el que la gente desarrolla la vida cotidiana,
esto es, la comunidad.

Al ser la comunidad el espacio donde pueden producirse transformaciones sociales, son los
actores que conforman esa comunidad quienes tendrían que gestionar y producir esas
transformaciones: son ellos y ellas quienes experimentan día con día tanto los conflictos
como los acuerdos.

Pero esto muchas veces no ocurre, sino que frecuentemente se delega la responsabilidad y la
capacidad de generar soluciones a personas o grupos que son externos a las comunidades,
generalmente las instituciones o los agentes que se consideran expertos.

Lo que propone la psicología comunitaria es que el acercamiento de quienes se consideran


expertos o de las instituciones sociales, aunque es necesario en un primer momento, no puede
permanecer en la comunidad como el único agente de cambio, sino que se trata de promover
que sean las personas de la comunidad quienes fortalezcan la autogestión y promuevan la
transformación. Es decir que el interventor tendría que promover su propia retirada de la
comunidad, siempre que sea externo.

Así, la finalidad es desarrollar, fomentar y mantener el control, el poder, la participación


activa y la toma de decisiones de las personas que forman una comunidad (Montero, 1982).
De este planteamiento surge el concepto de fortalecimiento o potenciación, palabra que

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posteriormente se transformó en “empoderamiento” porque se trasladó el concepto
anglosajón “empowerment”.
El problema de este último es que significa literalmente “dotación de poder”, lo que nos lleva
a pensar erróneamente que un psicólogo o psicóloga comunitaria es quien “tiene el poder”, y
se encarga de “repartir” ese poder a las personas que no lo tienen.

¿Empoderamiento o fortalecimiento? Poder y participación


En realidad, la propuesta de la psicología comunitaria es más cercana al proceso de
fortalecimiento, donde el poder no es un regalo o una donación, sino un logro que surge de
la reflexión, la conciencia y la acción de las personas según sus propios intereses, es decir, el
poder y el fortalecimiento son procesos colectivos.

Esto supone que la investigación en psicología social comunitaria es participativa, y el


desarrollo y puesta en marcha de proyectos de intervención toman en cuenta muchos factores
(psicosociales) que van más allá de la psicología o la personalidad de los individuos.

Algunos ejemplos de los elementos a tomar en cuenta son son la ubicación geográfica, los
datos demográficos, las características socioculturales, la historia de la comunidad, las
actividades cotidianas, la educación, las características de las instituciones, los procesos de
salud y enfermedad, los recursos, los problemas y las necesidades, que se detectan mediante
diagnósticos participativos.

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CONCLUSIÓN

Está claro que la psicología comunitaria, busca producir un cambio social y la reorganización
de las instituciones sociales.
El objetivo de la misma es introducir novedad en la salud mental de los individuos.

Algunos consideran que hacer un cambio social por parte de los psicólogos comunitarios
implica la relación con la política, ya que para el mismo se requiere disponer de recursos que
apoyen sus posiciones, y estar bajo el mandato del público.

La cuestión con la psicología comunitaria es, si realmente existen causas probadas para armar
programas preventivos exitosos, en este ámbito. Las evidencias comprueban que existen
reportes que lo sustentan.

Los psicólogos comunitarios sirven como consultores para profesionales de la salud mental,
maestros, ministros, y otro profesional comunitario. El futuro de la psicología comunitaria
muestra un tiempo brillante, es probable que en el futuro cada vez más sean diseñados
programas y puestos para los psicólogos comunitarios.

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BIBLIOGRAFÍA

Montero, M. (1984). La psicología comunitaria: orígenes, principios y fundamentos teóricos.

Revista Latinoamericana de Psicología, 16(3), pp. 387-400.

Montenegro, M., Rodríguez, A. & Pujol, J. (2014). La Psicología Social Comunitaria ante
los cambios en la sociedad contemporánea.

Timothy J. Trull, & E.Jerry Phares,(1988), Psicologia Clinica,334-456.

https:/psicologiaymente.com/social/psicologia-comunitaria.

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