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SEPTIEMBRE 1994
debáis NÚMERO
ESPECIAL
SUMARIO
PROBLEMAS Y PERSPECTIVAS DE LA DEMOCRACIA
DavidHeld LA DEMOCRACIA HOY: ¿HACIA UN
ORDEN COSMOPOLITA?.................. 4
Gian Enrico Rusconi RACIONALIDAD POLITICA, VIRTUD
CIVICA E IDENTIDAD NACIONAL. ..24
Montserrat Guibernau EL NACIONALISMO: ¿IDEOLOGIA DE
LA MODERNIDAD?.......................... 34
Helmut Dubiel PERO ¿QUÉ ES HOY TODAVIA DE
IZQUIERDA?......................................40
Ferenc Feher EL SOCIALISMO DE LA ESCASEZ . 44
ARGELIA
Anna Bozzo ESTRATEGIAS DEL ISLAM POLITICO:
PAVESE
EL CASO DE ARGELIA.................... 72 M
Régis Durand CESARE PAVESE..............................82
)¡ rector:
Aario G arcía Bonafé G erm ania Servéis G ráfics, S.L.
nal. Ante este proceso, hay quienes consideran que con das. La imagen de regulación internacional proyectada
este cambio de alcance, el derecho internacional pasa por la Carta (y documentos asociados) era una imagen
a ocuparse menos de la libertad de acción o la indepen de «estados aún celosamente «soberanos», pero vincu
dencia de los Estados, y más del bienestar general de lados en una «miríada de relaciones»; presionados para
todos aquellos en el sistema mundial que pueden hacer resolver los conflictos por medios pacíficos y de acuer
valer sus voces.62 do con criterios legales; sujetos en principio a estrechas
restricciones en el recurso a la fuerza; y obligados a ob
Finalmente, la influyente doctrina legal según la servar «ciertas normas» respecto al tratamiento de to
cual la única fuente verdadera del derecho internacio das las personas de su territorio, incluyendo a sus pro
nal es la conformidad de los Estados —ya sea conformi pios ciudadanos.65 Naturalmente, en qué sentido las
dad expresa o implícita— se ha visto desafiada en su disposiciones de la Carta han restringido a los Estados
esencia. Hoy en día, pugnan por ser reconocidas diver y hasta qué punto se han puesto realmente en práctica,
sas fuentes del derecho internacional. Éstas incluyen son cuestiones importantes. Pero antes de centrarnos
fuentes tradicionales tales como convenciones interna en ellas, deberíamos esbozar los elementos esenciales
cionales o tratados (generales o particulares) que son re del modelo de la Carta (véase cuadro 2).66
conocidos por Estados; la costumbre o práctica interna
cional que proporciona evidencia de una regla aceptada
o grupo de reglas; y los principios legales subyacentes El desplazamiento estructural de la regulación interna
reconocidos por las «naciones civilizadas». También in cional desde el modelo westfaliano al de la Carta de la
cluyen la «voluntad de la comunidad internacional», ONU plantea cuestiones esenciales sobre la naturaleza
que puede asumir el «estatus de ley» o ser la «base de y la forma del derecho internacional, cuestiones que
una obligación legal internacional» en determinadas apuntan a la posibilidad de una divergencia significati
circunstancias.63 La última representa una ruptura en va entre el derecho de los Estados-nación —o del siste
principio con el requisito de la conformidad del Estado ma de Estados— y el de la más amplia comunidad in
individual para el establecimiento de normas y respon ternacional. En el corazón de este cambio yace un
sabilidades internacionales.64 conflicto entre posiciones defendidas en nombre de los
Estados individuales y posiciones defendidas en nom
Aunque el modelo westfaliano de derecho interna bre de un principio organizador alternativo de los asun
cional tuvo sus críticos en la época moderna, especial tos internacionales: es decir, una comunidad democráti
mente durante malogrado período de la Sociedad de ca de Estados, con igual derecho de voto en la
Naciones, sólo después de la Segunda Guerra Mundial Asamblea General de los Estados-nación, que regule
tuvo lugar la aparición y amplia aceptación de un nue abierta y colectivamente la vida internacional a la vez
vo modelo de derecho y control internacional, que cul que observe la Carta de la ONU y una batería de con
minó en la aprobación de la Carta de las Naciones Uni venciones de derechos humanos. Sin embargo este con-
flicto no está resuelto, y sería bastante engañoso con cas internacionales. Es más, ha proporcionado una vi
cluir que la era del modelo de la Carta de la ONU sim sión, valiosa a pesar de todas sus limitaciones, de un
plemente desplazó la lógica westfaliana de regulación nuevo orden mundial basado en un encuentro de go
internacional. La razón esencial para esto es que el biernos y, en determinadas circunstancias, de una pre
marco de la Carta representa, en muchos sentidos, una sencia supranacional en asuntos internacionales para
extensión del sistema interestatal. defender los derechos humanos.69 Además, algunas de
las deficiencias achacadas a la ONU podrían atribuirse
Las organizaciones y los procedimientos de la con más justificación al propio sistema de Estados, con
ONU fueron diseñados en parte para superar las debili su profunda implicación estructural en la economía ca
dades de la Sociedad de Naciones. Su «arquitectura», pitalista mundial.
por tanto, estaba organizada para acoger la estructura
internacional de poder tal como se entendía en 1945. En consecuencia, sería un importante paso adelan
La división del mundo en poderosos Estados-nación, te en la regulación de los asuntos mundiales desde una
con intereses geopolíticos específicos, fue incorporada perspectiva que trascienda a las fronteras nacionales, el
en la concepción de la Carta. Como resultado, la ONU simple hecho de que el sistema de Naciones Unidas
quedó virtualmente inmovilizada como actor autóno cumpliese lo que consigna su Carta. Entre otras cosas
mo en muchas cuestiones apremiantes.68 Una de las esto supondría la aplicación de medidas para la puesta
manifestaciones más evidentes de este hecho fue el po en vigor de elementos clave de las Convenciones sobre
der especial de veto otorgado a los cinco Miembros Per derechos humanos, dar eficacia a la prohibición del de
manentes del Consejo de Seguridad. Este estatus políti recho discrecional al uso de la fuerza, activar el sistema
co privilegiado añadía autoridad y legitimidad a la colectivo de seguridad previsto en la propia Carta y,
posición de cada una de las principales potencias, pues más en general, asegurar el cumplimiento de los artícu
si bien tenían prohibido en principio el uso de la fuerza los principales de la Carta.70
en términos contrarios a la Carta, estaban protegidos
por su veto contra la censura y las sanciones en caso Es más, si el modelo de la Carta se extendiera
de acción unilateral. Es más, la Carta dio nuevas cre —por ejemplo, añadiendo el requisito de jurisdicción
denciales (a través del artículo 51) a iniciativas estraté obligatoria en el caso de disputas que fuesen competen
gicas unilaterales de los Estados en caso de ser necesa cia de la ONU, o proporcionando medios de reparación
rias para la «autodefensa», ya que no había una a través de un nuevo tribunal internacional de derechos
delimitación clara del significado de esta frase. Además, humanos en el caso de violaciones de éstos, o convir
aunque la Carta fijó nuevas obligaciones de los Estados tiendo un voto de (cuasi) consenso en la Asamblea Ge
para saldar las disputas por medios pacíficos y estipuló neral en fuente legítima de derecho internacional, o
procedimientos para dictaminar en supuestos actos de modificando el derecho de veto en el Consejo de Segu
autodefensa, estos procedimientos se han utilizado en ridad y reconsiderando la representación en éste para
permitir una presencia regional adecuada— podría es
raras ocasiones y no se ha insistido en el sometimiento
tablecerse una base para que el modelo de la Carta ge
a ellos. Es más, la posibilidad de movilizar las medidas
nerara recursos políticos propios, y actuara como un
colectivas de coerción previstas en la Carta misma con
centro autónomo de toma de decisiones.
tra la acción ilegítima de un Estado nunca se ha mate
rializado, e incluso las misiones de paz de la ONU han Si bien cada paso en esta dirección sería importan
estado restringidas en general a áreas en las que no con te, especialmente para incrementar las perspectivas de
taba previamente con el consentimiento del Estado te paz mundial, todavía representaría, como mucho, un
rritorial en cuestión. movimiento hacia una forma muy parcial o «débil» de
La subordinación de la ONU a las prioridades de democracia en asuntos internacionales. Ciertamente,
los Estados más poderosos tiene mucho que ver tam cada Estado gozaría de igualdad formal en el sistema
bién con su dependencia de la financiación aportada de la ONU, y los intereses regionales estarían mejor re
por sus miembros. Subraya esta posición de vulnerabili presentados. Pero seguiría siendo posible que una pléto
ra de diferentes tipos de regímenes políticos participa
dad ante la política de los Estados la inexistencia de
sen en pie de igualdad en el marco de la Carta; la
mecanismos que confieran algún tipo de estatus direc
tamente ligado a Naciones Unidas a fuerzas sociales o dinámica y la lógica del sistema interestatal seguiría re
presentando un principio de organización inmensamen
culturales de ámbito regional o transnacional (agencias,
te poderoso en los asuntos internacionales, sobre todo
grupos o movimientos) que, a menudo, están en pose
con su maquinaria militar básicamente intacta; las
sión de visiones y perspectivas significaivas acerca de
los problemas internacionales. En suma, a pesar de sus enormes disparidades de poder y las asimetrías de re
buenas intenciones, el modelo ONU ha fracasado efec cursos en la jerárquica y desigual economía mundial
quedarían virtualmente inalteradas; la estructura cam
tivamente a la hora de generar un nuevo principio de
biante del orden mundial reflejada en la discusión sobre
organización en el orden internacional, un principio en
el sujeto apropiado, el alcance y las fuentes del derecho
neta ruptura con la lógica del modelo westfaliano y ca
paz de generar nuevos mecanismos democráticos de internacional se mantendría marginal al modelo; y los
actores transnacionales, las asociaciones civiles, las or
coordinación y cambio político.
ganizaciones no gubernamentales y los movimientos
Con todo, sería un error dejar aquí la argumenta sociales posiblemente continuarían teniendo un papel
ción. El sistema propuesto por la Carta de la ONU ha mínimo en este sistema de regulación internacional. Se
sido claramente innovador e influyente en muchos sen guiría siendo, en consecuencia, un modelo de política
tidos. Ha proporcionado un foro internacional en el internacional centrado en el Estado o en la soberanía,
que todos los Estados son en ciertos aspectos iguales, y estaría a una distancia considerable de lo que podría
un foro especialmente valioso para países del Tercer llamarse una ordenación democrático en sentido «fuer
Mundo y para aquellos que buscan una base para solu te» de los asuntos internacionales. Es más, también se
ciones «consensuadas» a problemas internacionales. encontraría muy lejos del reconocimiento adecuado de
Ha proporcionado un marco para la descolonización y las transformaciones que se producen como consecuen
para el intento de reforma de las instituciones económi cia de la globalización, unas transformaciones que es
tán ejerciendo cada vez más presión sobre las concep unificación. Las tendencias de fragmentación o disgre-
ciones del gobierno internacional del modelo westfalia- gadoras son posibles por varias razones. El crecimiento
no y del de la Carta. de entramados densos de interconexión entre Estados
y sociedades puede aumentar la gama de acontecimien
tos que afectan a la gente en un sitio en particular.
LA DEMOCRACIA COSMOPOLITA Y EL NUEVO Creando nuevas pautas de transformación y cambio, la
ORDEN INTERNACIONAL globalización puede debilitar las antiguas estructuras
políticas y económicas sin dar lugar al establecimiento
de nuevos sistemas de reglamentación. Es más, es pro
Hay que destacar una sorprendente paradoja de la bable que el impacto de los procesos globales y regiona
época contemporánea: desde África hasta Europa del les varíe conforme a diferentes condiciones nacionales
Este, desde Asia a América Latina, cada vez más nacio e internacionales —por ejemplo, la ubicación de una
nes y grupos defienden la idea del «gobierno del pue nación en la economía internacional, su lugar en blo
blo»; pero la defienden precisamente en ese momento ques de poder concretos, su posición respecto al sistema
en que la eficacia misma de la democracia como forma legal internacional. Además, la globalización puede en
nacional de organización política comienza a cuestio gendrar tanto una conciencia de diferenciación política
narse. A medida que áreas esenciales de la actividad como una conciencia de identidad común; la mejora de
humana empiezan a organizarse progresivamente a ni las comunicaciones internacionales puede subrayar
vel mundial, el destino de la democracia, y en particu conflictos de interés e ideología, y no simplemente eli
lar del Estado-nación independiente y democrático, minar obstáculos para la mutua comprensión.
está cargado de dificultades.
En términos positivos, la globalización implica al
Podría objetarse que no hay nada especialmente menos dos fenómenos distintos. En primer lugar, sugie
nuevo en las interconexiones mundiales, y que la signi re que la actividad política, económica y social está em
ficación de éstas para la política ha estado, en principio, pezando a tener un alcance mundial. Y segundo, sugie
suficientemente clara para la gente desde hace mucho re que ha habido una intensificación de niveles de
tiempo. Tal objeción podría reforzarse poniendo de ma interacción e interconexión en el interior de los Estados
nifiesto, como he hecho yo, que con la expansión inicial y las sociedades y entre éstos.73 La novedad es la difu
de la economía mundial y el nacimiento del Estado mo sión de la globalización a través de nuevas dimensiones
derno a partir de finales del siglo x v i comenzó ya a de actividad —tecnológica, organizativa, administrati
emerger una densa red de interconexiones mundiales. va y legal, entre otras— cada una con su propia lógica
También podría sugerirse que la política nacional y la y dinámica de cambio; y la intensificación constante de
internacional han estado entrelazadas durante toda la pautas de interconexión mediadas por fenómenos tales
época moderna: la política nacional se ha de interpretar como la industria moderna de las comunicaciones y las
siempre con el trasfondo de la política internacional, y nuevas tecnologías de la información. La política se
la primera es a menudo la fuente de la segunda.71 Sin despliega hoy en día, con su habitual incerteza e inde
embargo, una cosa es afirmar que hay elementos de terminación, con el trasfondo de un mundo moldeado
continuidad en la formación y estructura de los Esta e impregnado por los flujos de mercancías y de capital,
dos, las economías y las sociedades modernas, y otra la facilidad de comunicación, el intercambio de cultu
muy diferente afirmar que no hay nada nuevo en aspec ras y el movimiento de personas.74
tos de su forma y dinámica; pues hay una diferencia
fundamental entre, por una parte, el desarrollo de rutas En este contexto, el significado y el lugar de la po
comerciales particulares, u operaciones navales y milita lítica democrática, y de los modelos contendientes de
res concretas que tienen un impacto sobre determinadas democracia, han de ser reconsiderados en relación con
ciudades, áreas rurales y territorios, y, por otra parte, un una serie de procesos y estructuras locales, regionales
orden internacional que implica la creación de un siste y mundiales superpuestas.75 Es esencial reconocer al
ma económico mundial que escapa al control de cual menos tres elementos de globalización: primero, el
quier Estado individual (incluso de los dominantes); la modo en que los procesos de interconexión económica,
expansión de entramados de relaciones y comunicacio política, legal y militar están cambiando la naturaleza,
nes transnacionales sobre las que los Estados particula el alcance y la capacidad del Estado soberano desde
res tienen una influencia limitada; el crecimiento ingen arriba, de la misma manera que su capacidad «regula
te de organizaciones y entes internacionales que pueden dora» se ve desafiada y reducida en algunas esferas; se
limitar el margen de actuación de los Estados más pode gundo, el modo en que grupos locales, movimientos y
rosos; y el desarrollo de un orden militar mundial y la nacionalismos están cuestionando el Estado-nación
creación de los medios de la guerra «total» como rasgo desde abajo como sistema de poder representativo y
permanente del mundo contemporáneo, que puede re controlable; y tercero, el modo como la interconexión
ducir el espectro de las políticas al alcance de los gobier mundial crea cadenas de decisiones y resultados políti
nos y de sus ciudadanos. Mientras que las rutas comer cos entrelazados entre los Estados y sus ciudadanos, al
ciales y las expediciones militares pueden vincular terando la naturaleza y la dinámica de los sistemas polí
poblaciones distantes en amplias relaciones de causa y ticos nacionales mismos. La democracia tiene que
efecto, los acontecimientos contemporáneos en el orden adaptarse a estos tres fenómenos y a sus implicaciones
internacional vinculan a las gentes a través de redes para los centros de poder nacionales e internacionales.
múltiples de transacción y coordinación, replanteando Si no se adapta, es probable que pase a ser aún menos
la noción misma de distancia.72 efectiva para determinar la forma y los límites de la ac
Conviene enfatizar que los procesos de mundiali- tividad política. La forma y la estructura internacional
zación no conducen necesariamente a una integración de la política y de la sociedad civil, en consecuencia,
global creciente; es decir, a un orden mundial marcado han de ser incorporadas a los fundamentos del pensa
por el desarrollo progresivo de una sociedad y una polí miento y la práctica democráticos.
tica homogéneas o unificadas, ya que la globalización Se plantean, así, tres exigencias muy claras: prime
puede generar fuerzas tanto de fragmentación como de ro, que las fronteras territoriales de los sistemas de con
trol se reestructuren de tal manera que aquellas cuestio En último análisis, el objetivo sería la formación
nes que escapan al control de un Estado-nación de una asamblea legitimada de todos los Estados y so
—aspectos de la gestión monetaria, cuestiones me ciedades democráticos —una ONU re-formada, o un
dioambientales, elementos de seguridad, nuevas formas complemento a ella. La ONU, como hemos destacado
de comunicación— puedan ser sometidas a un mejor anteriormente, combina dos principios de representa
control democrático; segundo, que el papel y el lugar ción contradictorios: la igualdad de todos los países (un
de organismos regulatorios y funcionales, tanto nacio país, un voto en la Asamblea General) y la deferencia
nales como internacionales, sean reexaminados para al poder geopolítico (poder especial de veto en el Conse
que puedan proporcionar un enfoque más coherente y jo de Seguridad para aquellos países con estatus de su-
útil en los asuntos públicos; y tercero, que la articula perpotencia actualmente o en el pasado). Una asamblea
ción de las instituciones políticas con los grupos clave, legitimada de todos los Estados y sociedades democráti
organismos, asociaciones y organizaciones de la socie cos tendería a situar inequívocamente los principios de
dad civil internacional sea reconsiderada para permitir representación democrática por encima de la política de
que ésta última pase a formar parte del proceso demo la superpotencia. Es más, a diferencia de la Asamblea
crático —adoptando, dentro de su mismo modus ope- General de la ONU, no sería, al menos al principio,
randi, una estructura de normas y principios compati una asamblea de todas las naciones, sino una asamblea
bles con los de la democracia. de naciones democráticas que con el tiempo atraerían
a otras, quizá por la pura necesidad de ser miembros
¿Cómo podría desarrollarse este nuevo enfoque de si sus sistemas de gobierno pretenden gozar de legitimi
la democracia? ¿Cuáles son sus características esencia dad a los ojos de sus propios ciudadanos. Como tal, a
les? Responder a estas cuestiones requiere retomar ar
la nueva asamblea en sus primeras fases sería mejor
gumentaciones previas sobre la necesidad de concebir
considerarla como un complemento a la ONU, a la que
la democracia como un proceso de doble dimensión, a sustituiría con el tiempo o aceptaría modificada como
la vez que reconsiderar el ámbito adecuado de aplica «segunda cámara» —un lugar de encuentro necesario
ción de este proceso,76 ya que si los argumentos arriba para todos los Estados sin consideración a la naturaleza
expuestos son correctos, la democracia ha de convertir de sus regímenes.
se en un fenómeno transnacional si pretende realizarse
tanto en un dominio geográfico restringido como en la Naturalmente, la idea de una nueva asamblea in
más amplia comunidad internacional. La posibilidad de ternacional democrática está abierta a una batería de
la democracia hoy en día, en resumen, ha de vincularse objeciones normalmente presentadas ante proyectos de
a un marco en expansión de instituciones y organismos tal naturaleza. ¿Tendría poder para llevar a la práctica
democráticos. A tal marco me refiero con el nombre de sus decisiones? ¿Cómo haría cumplir el derecho demo
«modelo cosmopolita de democracia».77 Una aproxi crático internacional? ¿Tendría una policía y un ejército
mación al mismo puede lograrse centrándonos inicial centralizados?79 Etcétera. Estos puntos son importan
mente en algunos de sus requisitos institucionales. tes, pero para muchos de ellos hay respuestas posibles.
En primer lugar, el «modelo cosmopolita de demo Por ejemplo, es necesario subrayar que cualquier susti
cracia» presupone la creación de parlamentos regiona tución legislativa de alcance mundial debería ser conce
les (por ejemplo, en América Latina y África) así como bida ante todo como una institución dedicada a «fijar
la potenciación del papel de tales instituciones donde criterios básicos». Aunque debería hacerse una distin
ya existen (el Parlamento Europeo) para que sus deci ción entre instrumentos legales que tendrían el carácter
siones sean reconocidas, en principio, como legítimas de ley independientemente de cualquier otra negocia
fuentes independientes de derecho a escala regional e ción o acción por parte de una región, un Estado o un
internacional. Paralelamente, el modelo anticipa la po gobierno local, e instrumentos que requerirían debates
sibilidad de referendos generales, por encima de na adicionales con aquéllos, la ejecución de los pormeno
ciones y Estados-nación, con electorados definidas en res de un amplio espectro de propuestas sería compe
función de la naturaleza y alcance de los temas trans tencia de niveles no globales de gobierno.80 Además,
nacionales en discusión. Además, sería significativa la para la cuestión del cumplimiento de la ley a nivel re
apertura de las organizaciones de gobierno internacio gional y mundial habría, en principio, soluciones, una
nales al escrutinio público y la democratización de los parte de las fuerzas policiales y militares de un Estado-
organismos «funcionales» internacionales (quizá sobre nación (quizá una proporción creciente con el tiempo)
la base de la creación de órganos electivos de supervi podría ser «transferida» a las nuevas autoridades inter
sión que sean en parte estadísticamente representativos nacionales y puesta a su disposición sobre una base ru
de sus circunscripciones). tinaria. Con esta finalidad podrían establecerse vías
para ajustarse a la realidad que retrata el dicho de que
Estrechamente ligados a estos cambios, el modelo «acuerdos, sin espadas, son sólo palabras».81
cosmopolita de democracia asume la protección efecti
va de todo un conjunto de derechos, incluidos los dere Igualmente, sólo en tanto en cuanto las nuevas for
chos civiles, políticos, económicos y sociales, a fin de mas de «regulación» estén trabadas en un marco demo
dar forma y marcar límites a los procedimientos demo crático internacional habrá buenas razones para pensar
cráticos de toma de decisiones.78 que podría crearse un nuevo equilibrio entre poder
coercitivo y control democrático. Si tal equilibrio suena
Esto requiere que tales derechos sean reconocidos a fantasía, debería destacarse que también es una fanta
explícitamente en los textos constitucionales promulga sía imaginar que se puede defender la democracia hoy
dos por parlamentos y asambleas (a nivel nacional e in en día sin enfrentarse a todas las cuestiones aquí plan
ternacional), así como que el ámbito jurisdiccional de teadas. Si el nuevo orden internacional ha de ser demo
los tribunales internacionales de justicia se amplíe de crático, estas cuestiones se han de considerar, aunque
tal modo que individuos y grupos dispongan de medios los muchos detalles que plantean están, por supuesto,
efectivos para presionar a las autoridades a fin de que abiertos a ulteriores especificaciones.
reconozcan efectivamente y protejan el ejercicio de los
derechos fundamentales, tanto en el interior de las aso Las implicaciones de todo esto para la sociedad ci
ciaciones políticas como más allá de éstas. vil internacional son, en parte, obvias. Un entramado
1. El orden mundial consiste en entramados de poder múltiples y superpuestos entre los que se cuentan
los políticos, los sociales y los económicos.
2. A todos los grupos y asociaciones se les atribuyen derechos de autodeterminación especificados por
un compromiso con la autonomía individual y un conjunto de derechos bien definidos. Estos derechos tienen
validez dentro y fuera de cada entramado de poder. Juntos, constituyen la base de un orden legal de impor
tancia creciente: un «derecho democrático internacional».
3. La legislación y el cumplimiento de la ley pueden desarrollarse dentro de este marco en una variedad
de ámbitos y niveles, junto con una expansión de la influencia de tribunales regionales e internacionales
para controlar y verificar la autoridad política y social.
4. Se adoptan principios legales que delimitan la forma y el alcance de la acción individual y colectiva
dentro de las organizaciones y asociaciones del estado y la sociedad civil. Se especifican ciertos criterios
para el tratamiento de todo el mundo, que ningún régimen político ni asociación civil pueden infringir legíti
mamente.
» 5- Como consecuencia, el principio de relaciones no coactivas gobierna la conciliación de disputas, aun
que el uso de la fuerza sigue siendo una opción colectiva en última instancia frente a ataques tiránicos enca
minados a anular el derecho democrático internacional.
6. La defensa de la autodeterminación, la creación de una estructura común de acción y la conservación
del bien democrático son las prioridades colectivas de conjunto.
7. Se siguen determinados principios de justicia social: el modus operandi de la producción, la distribu
ción y la explotación de los recursos debe ser compatible con el proceso democrático y el marco común
de acción.
democrático de Estados y sociedades civiles es incom bio posible con puntos de orientación claros (véase el
patible con la existencia de poderosos conglomerados apéndice).
de relaciones y organizaciones sociales que pueden, en
virtud de sus propias bases de funcionamiento, distor ¿Tendría un marco cosmopolita de democracia,
sionar sistemáticamente las condiciones y los procesos asumiendo que sus pormenores pudieran ser adecuada
democráticos. En juego están, entre otras cosas, el re mente desarrollados, los recursos organizativos
corte del poder de las grandes compañías para delimitar —procesales, legales, institucionales y militares— para
e influenciar la agenda política (a través de medidas tan alterar la dinámica de producción y distribución de re
diversas como la financiación pública de las campañas cursos, y de creación y cumplimiento de normas, en la
electorales, las «acciones de control» y el nombramien era contemporánea? Sería profundamente engañoso su
to de consejeros ciudadanos), y la restricción de las acti gerir que inicialmente tendría estas facultades. Sin em
vidades de poderosos grupos transnacionales que persi bargo, su compromiso con la expansión y profundiza-
guen sus intereses sin ningún tipo de control (a través, ción de mecanismos de responsabilidad democrática a
por ejemplo, de la regulación de procedimientos de ne través de las grandes áreas regionales y las estructuras
gociación para reducir el uso de «tácticas coactivas» en internacionales ayudaría a regular los recursos y las
y entre asociaciones públicas y privadas, y la promulga fuerzas que ya están más allá del alcance de los movi
ción de normas que limiten la financiación a políticos mientos y los mecanismos nacionales democráticos. Es
por parte de intereses particulares, tanto si se trata de más, su compromiso con la protección y refuerzo de los
industrias como de sindicatos). derechos humanos, y con el ulterior desarrollo de un
sistema regional e internacional, de tribunales de justi
Si los individuos y los pueblos han de ser libres e cia, constituiría un apoyo al proceso a través del cual
iguales para determinar las condiciones de su existencia individuos y grupos exigirían de los gobiernos el respe
debe haber una serie de esferas sociales —por ejemplo, to a los derechos humanos fundamentales.
empresas privadas y cooperativas, medios de comunica
ción independientes, y centros culturales autónomos— Además, el establecimiento de autoridades regio
que permitan a sus miembros el control de los recursos nales como importantes voces independientes en la po
a su disposición sin la interferencia directa de organis lítica mundial podría contribuir aún más a la erosión
mos políticos o de terceros.82 Lo que hay en cuestión de la vieja división del mundo entre EEUU y la antigua
es una sociedad civil que no está ni simplemente pla URSS. Por otra parte, de surgir un nuevo contexto insti
neada ni meramente orientada al mercado sino, más tucional global centrado en las grandes cuestiones de
bien, abierta a organizaciones, asociaciones y organis orden transnacional, se avanzaría considerablemente
mos que se dedican a sus propios proyectos, sujetos a en la supresión de los enfoques sectarios de estas cues
las restricciones de los procesos democráticos y a una tiones, contrarrestando las «jerarquías» y las principa
estructura común de acción.83 les asimetrías en las opciones vitales. Finalmente, nue
vos conjuntos de normas y procedimientos regionales
Las características más importantes de este modelo e internacionales podrían ayudar a impedir que los
se exponen en el cuadro 3. El modelo cosmopolita de asuntos públicos se conviertan en un cenegal de quere
democracia presenta un programa de posibles transfor llas entre naciones totalmente incapaces de solucionar
maciones con implicaciones políticas a corto y a largo cuestiones colectivas apremiantes.
plazo. No presenta una alternativa única (o todo o
nada), sino que más bien marca una dirección de cam Naturalmente, habría nuevos peligros posibles
—ningún proyecto político está libre de tales riesgos. Cuarto, las diferentes versiones de la democracia
Pero lo que estaría en ciernes sería la creación de una participativa no pueden simplemente oponerse a la de
cultura y un espíritu nuevos, internacionales y demo mocracia representativa liberal. Los programas de de
cráticos —en contraste con las demandas partidistas mocracia participativa o directa están llenos de compli
del Estado-nación. Tales procesos pueden tardar años, caciones e interrogantes. De la misma manera, la
si no décadas, en consolidarse. Pero el período de 1989 democracia liberal representativa no está constituida
a 1991 ha demostrado que el cambio político puede te por un sólo conjunto de instituciones o formas posi
ner lugar a una velocidad extraordinaria, sin duda par bles. La naturaleza de la democracia liberal es en sí mis
cialmente como resultado del proceso de mundiali- ma una cuestión intensamente controvertida. De tal
zación. manera que si bien parece haber buenas razones para
aceptar la distinción liberal entre Estado y sociedad ci
vil, no las hay tan buenas para asumir acríticamente
CONCLUSIÓN ninguna de las dos en su forma liberal. La yuxtaposi
ción de la participación con la democracia liberal repre
sentativa deja la mayoría de los análisis políticos a un
Para evitar posibles malentendidos respecto a las lado.
argumentaciones precedentes, podría ser útil, a modo
de conclusión, dejar claro el terreno en el que se sitúan Quinto, los problemas del gobierno mundial desde
y la base que rechazan. Esto puede hacerse juzgando arriba no pueden resolverse solamente con la expansión
desde un punto de vista crítico varias polaridades con de la democracia de base, pues se han de plantear los
ceptuales que se encuentran con frecuencia en el dis interrogantes: ¿qué comunidades de base, y qué demo
curso político: globalización versus diversidad cultural; cracia? Hay muchos movimientos sociales —por ejem
constitucionalismo versus política; ambición política plo, movimientos nacionalistas de derechas, o el movi
versus factibilidad; democracia participativa o directa miento a favor de la eugenesia— que ponen claramente
versus democracia liberal representativa; y gobierno de manifiesto que la idea misma de los movimientos de
mundial desde arriba versus extensión de asociaciones base puede ser muy discutible. Los movimientos de
comunitarias y de base desde abajo. Si bien estas oposi base no son, en tanto que tales, nobles o sabios. Como
ciones incorporan muchos de los elementos que laten la mayoría de las formas sociales, económicas o políti
en el debate acerca de la posibilidad de la democracia cas, pueden aparecer con muchas configuraciones, con
más allá de las fronteras de los Estados existentes, hay diferentes modelos de organización interna. La apela
buenas razones para someter a análisis su grado de co ción al carácter de base como tal, a la bondad inherente
herencia. de las asociaciones y movimientos de base, deja de lado
el necesario trabajo de análisis teórico.
Para empezar, globalización y diversidad cultural
no son simplemente contrarios, pues la interconexión Hoy en día, cualquier intento de fijar una posición
mundial ya está formando una densa red de relaciones inspirada en lo que podría llamarse «utopía con los pies
que vincula a las culturas entre sí. La cuestión es cómo en la tierra», debe empezar dejando muy claro dónde
y de qué manera se vinculan e interrelacionan las cul estamos —el modelo existente de relaciones y procesos
turas, no cómo puede persistir ante la mundialización políticos— y, a la vez, perfilando un análisis de lo que
una determinada diversidad cultural. podría ser: las formas y principios políticos desea
bles.84 Si la utopía ha de tener su asiento en la reali
Segundo, la yuxtaposición del constitucionalismo dad, deberá vincularse con aquellos modelos y movi
—o la elaboración de modelos teóricos de principios de mientos que tienen existencia real. Ahora bien, para
organización política— con la política como una activi que este contexto de arraigo en la realidad no se afirme
dad práctica establece otra polaridad falsa. La política sin más en función de las configuraciones y modelos
normalmente funciona dentro de un marco —aunque generados por los grupos y movimientos del pasado, de
variable— de normas dadas. Raramente funciona sin berá evaluarse de acuerdo con determinados estánda
modelo alguno y muy a menudo trata sobre la naturale res, criterios y principios. En mi opinión, de acuerdo
za de las normas que darán forma y delimitarán la acti con los que se derivan de una teoría de la democracia.
vidad política, ya que la política en esencia trata de las
formas en que se distribuyen, se producen y se legiti Finalmente, si la historia y la práctica de la demo
man las normas y los recursos. La cuestión es si la polí cracia se ha centrado hasta ahora en la idea de lo local
tica será modelada por una constitución o modelo for (la ciudad-estado, la comunidad, la nación), es muy
mal y explícito que podría, en principio, ser abierto y probable que en el futuro se centre en el ámbito global
discutible, o si estará sujeta a una constitución no escri o internacional. Sería tremendamente ingenuo preten
ta, cosa que, ciertamente, no permitiría fácilmente invo der que hay soluciones disponibles para los problemas
carla como defensa frente a sistemas de poder no suje planteados por la interconexión global, con sus efectos
tan complejos y con frecuencia muy desiguales; pero,
tos a responsabilidad y control.
sin duda, existe todo un conjunto de cuestiones impor
Tercero, la cuestión de la factibilidad no puede tantes que habría que abordar. Ciertamente, cabe entre
simplemente contraponerse a la de la ambición política, ver algunas buenas razones para ser optimistas en
pues lo que hoy es ambicioso podría ser factible maña cuanto a hallar un camino que permita avanzar. Y tam
na. ¿Quién anticipó los extraordinarios cambios de los bién hay buenas razones para pensar que en esta co
años 1989-90 en la Europa del Este? ¿Quién previo la yuntura la democracia va a enfrentarse a otra prueba
caída del comunismo en la Unión Soviética? La crecien decisiva. □
te interconexión entre Estados y sociedades está gene
rando consecuencias, intencionadas e inintencionadas, Traducción de Pilar Aguilar
para la estabilidad de regímenes, gobiernos y Estados.
Si bien la cuestión de la factibilidad política es de la ma
yor importancia, sería ingenuo yuxtaponerla simple
mente a programas de ambición política.
Objetivos del modelo cosmopolita de Democracia;
Cuestiones ilustrativas
1. Reforma del Consejo de Seguridad de la ONU 1. Parlamento mundial (con facultad limitada para
(para darle al Tercer Mundo una voz significativa) recaudar impuestos) conectado con regiones, na
ciones y localidades
2. Creación de una segunda cámara de la ONU (¿ba 2. Nueva Carta de Derechos y Deberes aplicada a
sada en el modelo de la CE?) diferentes ámbitos de poder
3. Aumento de la regionalización política (en la CE 3. Separación de intereses políticos y económicos; fi
y en otros sitios) nanciación pública de los procesos electorales
4. Jurisdicción obligatoria del Tribunal Internacio 4. Sistema legal mundial interconectado
nal. Nuevo Tribunal Internacional de lo Penal y
nuevo Tribunal de Derechos Humanos para la de
fensa de los derechos
5. Creación de un ejército reducido pero efectivo, 5. «Asignación» permanente de una parte creciente
responsable e internacional de la capacidad coercitiva de los Estados-nación
a instituciones. Objetivo: desmilitarización y su
peración del sistema de guerra
Sociedad Civil
comportamiento comunicativo. En efecto, sólo a través tica. Por consiguiente, consenso, solidaridad y civismo
de estos procesos se crea concretamente consenso y resultan beneficios producidos por el diálogo o mejor
lealtad política y, por consiguiente, se ejerce la fuerza por el «discurso» entre los ciudadanos, instaurado se
cívica. gún criterios lingüístico-comunicativos ideales. En con
clusión, «el entendimiento» sería un dato intrínseco a
la comunicación pública, que está acechada por las po
UNA DIGRESIÓN CRÍTICA SOBRE LA tencias anticomunicativas del dinero y del poder.
DISKURSTHEORIE DE HABERMAS Creo que este planteamiento es demasiado simplis
ta y desvaloriza los propios logros de la reflexión haber-
Uno de los interlocutores más autorizados en esta masiana: la centralidad de la dimensión comunicativa
problemática y en el debate sobre el patriotismo y la en la política; la intimidad entre Óffentlichkeit y len
nación alemana es Jürgen Habermas10. El filósofo so guaje cotidiano; el nexo entre Óffentlichkeit y Zivilge-
ciólogo de Frankfurt enmarca sus argumentos polémi sellschaft.
cos contra aquello que considera un peligroso revival Es obvio que la comunicación política sigue (ha de
nacionalista en Alemania, en una teoría general de la seguir) las reglas lingüísticas; pero «el entendimiento»
acción comunicativa o de la Diskurstheorie. Es oportu como fin inmanente del acto de comunicar no puede
no, por lo tanto, hacer alguna advertencia crítica sobre ser —en mi opinión— el único criterio para medir la
la transposición de sus tesis filosóficas en una teoría de racionalidad de la política. La intrascendibilidad del
la política. Hablo de las tesis que hacen de la «raciona lenguaje, los criterios de su comprensión/comunicación
lidad comunicativa» el criterio, ya sea normativo o (la transparencia lingüística y la posibilidad de falsar
analítico-explicativo, del comportamiento político. los argumentos) son cosas suficientemente distintas de
Donde «comunicación» es sinónimo de intercambio de los contenidos sustantivos sobre los cuales nos pone
argumentos falsables, con la finalidad de un entendi mos de acuerdo (o no) políticamente. Dicho con una
miento o Verstandigung inscrito anteriormente en el paradoja: en política (¡pero no solamente!) nos podemos
procedimiento lingüístico-comunicativo. aniquilar recíprocamente justo porque nos comprende
Los criterios de racionalidad de la comprensión mos perfectamente.
lingüístico-discursiva se conviertan, para Habermas, en Tocamos aquí uno de los límites más serios del
criterios normativos exclusivos de la racionalidad polí planteamiento habermasiano —un planteamiento «fi
losófico» que ignora completamente la relevancia de eventualidad de que sea negado o manipulado por la
las diferentes formas concretas del acto de comunicar parte contraria. La racionalidad política se presenta así
público-político. En el concepto genérico del «telos del como la combinación de astucia «estratégica» y dispo
entenderse» habermasiano encuentran lugar indistin nibilidad «comunicativa».
tamente el simple consenso institucional de la demo
cracia, las más variadas formas del compromiso y del Aclarado este punto, otra forma de afrontar positi
pacto social y los contenidos, incluso los más radica vamente esta problemática puede ser el uso de los dos
les, del solidarismo social. Pero —tengo una paradigmas de la argumentación y de la negociación
objeción— consenso institucional, pacto social, solida (en el sentido que les da Jon Elster). El primero concier
ridad, aun perteneciendo al mismo horizonte comuni ne a la argumentación racional imparcial y el segundo
cativo, son fenómenos muy diferentes desde el punto a la negociación de beneficios virtualmente comunes,
de vista lógico y factual y, por consiguiente, de su per de los cuales los individuos (o las partes) contrayentes
formance comunicativa. Una cosa, por ejemplo, es la sacan mayor o menor beneficio, según su habilidad en
adhesión a las reglas democráticas y constitucionales, la contratación o en la persuasión. Argumentar y nego
el consenso competitivo a favor de una u otra parte ciar pertenecen al universo de la comunicación, pero
política, otra es la puesta en marcha de una solidari utilizan recursos y estrategias comunicativas muy
dad cívica para hacer frente a dificultades o emergen diferentes12. Dialogar/argumentar y cooperar/negociar
cias particulares. no son términos homólogos o situables a lo largo de un
continuum lógico que pretende servir también de medi
Creo que Habermas considera irrelevantes estas da ética. Si decidimos dialogar/cooperar, no lo hacemos
constataciones obvias porque inconscientemente es por la fuerza de la intrínseca obligatoriedad del enten
prisionero del criticismo frankfurtiano que le lleva a dimiento presumiblemente presente en el lenguaje y
ver la autenticidad del «discurso público» exclusiva como tal transmitida a la práctica cooperativa, sino
mente en la forma de disenso democrático. Y no pare porque en la comunicación con nuestros interlocutores
ce darse cuenta de que el mismo disenso no es unívo se crea una situación de «confianza» en el sentido ex
co ni lineal en sus criterios ni en su finalidad. En presado anteriormente. Es una condición contingente,
efecto, no se puede poner en el mismo plano una ma precaria, siempre reversible, pero es la que califica en
nifestación ecologista y una huelga contra el paro, una concreto la comunicación y por consiguiente el com
marcha contra el racismo y una protesta por la equi portamiento político.
dad fiscal. Insistir en la homología «comunicativa» de Por tanto: si una teoría política que contrapone
estas manifestaciones (elevadas incluso a formas de comportamiento estratégico-utilitario y comportamien
kommunikative Machí) en contraposición a las oscu
to comunicativo, principio del vencer/perder y principio
ras e incomunicantes «potencias del sistema», me pa del entendimiento, paradigma de la negociación y para
rece una forma muy frágil de razonar11 frente a los digma de la argumentación, lógica de la utilidad y lógi
problemas suscitados. ca de la identidad, es estéril, entonces una teoría ade
cuada ha de entender el comportamiento político como
un conjunto de interacciones que combinen sistemáti
RACIONALIDAD COMUNICATIVA Y
camente actos de entendimiento y actos de defección,
COMPORTAMIENTO POLÍTICO sostenidos por argumentos imparciales y por intereses
negociados.
El procedimiento con que se alcanza y se practica Estas consideraciones valen en general para cual
de hecho la democracia no sólo refleja raramente la ra quier agente político (ciudadanos individuales, grupos
cionalidad «discursiva» según la entiende Habermas, o partidos, representantes de una institución). Pero tie
sino que frecuentemente es su sustituto. De hecho es nen una importancia absolutamente particular si se re
sólo en la confrontación/choque político donde se veri fieren al «gobierno» entendido como agente político
fica qué acuerdo se instaura con el adversario o el com que representa y pone de manifiesto operativamente el
petidor. Lo que determina la cualidad de la comunica conjunto de las instituciones políticas. El gobierno, en
ción política son los contenidos del acuerdo, no la efecto, es el agente institucionalmente destinado a ha
búsqueda del acuerdo en cuanto tal. cer «comunicar» y «cooperar» a los ciudadanos en el
sentido apuntado más arriba, con todas las complica
En la comunicación política no se puede excluir
ciones que hemos visto.
que el otro no quiera aceptar nuestras razones, aunque
se aproveche de nuestra disposición al diálogo. En este Demos otro paso adelante. Este ensayo tiene su
punto es «racional» no dejarse engañar. En el límite: origen en las disfunciones y las ineficiencias que po
si la relación comunicativa con el adversario pone en nen de manifiesto carencias de orientación y de auto-,
peligro nuestra integridad, se puede y se debe negar «el ridad del gobierno (italiano), con efectos de disgrega
acuerdo» con el oponente (como ocurre en los casos ex ción identitaria hasta el extremo de que no pocos
tremos de los contactos con el terrorismo o con otras ciudadanos parecen poner en duda el propio valor de
formas de extremismo y de fundam entalism o la pertenencia a la comunidad nacional. La «secesión»
ideológico-político). En estos casos la política racional virtual o amenazada de la nación representaría un
consiste en valorar y asumir la responsabilidad (tam caso particularmente drástico de ruptura «comunicati
bién moral) de la ruptura o de la impracticabilidad del va» entre los ciudadanos miembros de una comunidad
diálogo. política.
En definitiva, si queremos conseguir un criterio de El problema inicial de si y de cómo las virtudes cí
racionalidad en la comunicación política, que tenga re vicas pueden subrogar el déficit de la política guberna
levancia normativa, debemos abandonar el simple para tiva, se representa aquí en términos extremadamente
digma del entendimiento lingüístico y buscarlo en la graves como un interrogante sobre la capacidad de toda
asunción del riesgo de tener abierto un diálogo en una clase política para poner en marcha recursos comu
ausencia de sus condiciones óptimas, incluso en la nicativos capaces de afrontar este desafío.
SI SE ROMPE EL VÍNCULO NACIONAL de normas que conducirían a una profunda alteración
del actual paquete de derechos sociales de los habitan
tes de las regiones meridionales.17 Por el momento es
En este lugar no analizo los aspectos más impor difícil distinguir en el programa y en la estrategia del
tantes de la plausibilidad o de la veracidad de las aseve liguismo la funcionalidad de un proyecto regional-
raciones de los líderes liguistas de no aspirar a la sece federal respecto de la simple liberación de los lazos his
sión, sino solamente al federalismo regional en un tóricos que motivan la solidaridad nacional. Un hecho
marco de unidad formal de la nación. El debate publi- es cierto: la amenaza de revocación de la pertenencia
cístico sobre este tema no ofrece sólidos elementos de nacional no es solamente una rescisión de los lazos cul
valoración13. Aquí se trata sólo de hacer algunas con turales e identitarios, sino que implica una revisión de
jeturas según las reflexiones analíticas seguidas hasta los criterios y de los contenidos concretos de una ciuda
ahora. danía que hasta hoy ha conservado, bien o mal, caracte
res universalistas en su forma nacional. En su estado
Insistimos en que si en Italia pudieran verificarse
iniciativas disgregadoras de la unidad nacional, la cau actual, en el proyecto liguista hay latente un potencial
etnocéntrico que entra en colisión con aquella concep
sa primera no hay que buscarla en el revival de identi ción universalista de la ciudadanía que, a través de ca
dades etnoculturales regionales más o menos inventa
minos diferentes18, ha encontrado su vehículo en el
das, sino en las consecuencias del fracaso del sistema
estado-nación democrático.
político italiano. A sus insuficiencias e incumplimien
tos se debe también el hecho de que las iniciativas de Por otra parte, es innegable que las clases y los gru
reforma institucional regional-federal, ahora presurosa pos sociales que hoy descubren de nuevo el valor de la
mente impulsadas para contrarrestar el liguismo y sal nación unitaria con el mantenimiento de su forma ac
vaguardar el principio unitario, no están sustentadas en tual, alineándose incluso junto al nuevo movimiento de
un serio replanteamiento cultural de la idea de nación derecha, adoptan una estrategia de defensa particularis
democrática. Más bien es una llamada a los buenos ta. Es irrelevante (en este punto) decidir si se trata de
sentimientos y a la buena tradición, escasamente creí clases efectivamente débiles o simplemente clientelares
ble en boca de una clase política en gran parte desacre que temen ser penalizadas con cualquier cambio del
ditada. En consecuencia, si el cambio político- statu quo. Lo que cuenta es que reaccionan no según
institucional tuviese que configurarse de hecho como los principios de una ciudadanía universalista —en el
una concesión pactada con el liguismo, sería difícil evi sentido apuntado arriba— sino según criterios particu
tar que detrás de cualquier apariencia de unidad formal laristas. En otras palabras, tanto el liguismo del norte
de la nación se abriese la via de los separatismos. como la reacción neo-nacionalista centro-meridional,
La perspectiva federalista de la Liga goza de tanta abandonados a si mismos, minan lo cimientos de la na
atracción y tensión polémica contra la nación histórica ción democrática.
porque en su base se ha producido la fusión entre com
portamientos utilitario-instrumentales y comporta
mientos identitarios que, en contextos históricos diver LA «NACIÓN DE LOS CIUDADANOS»
sos, ha sido típica de la construcción de las naciones
históricas y de su fuerza de atracción. Actualmente, la
intensa identificación territorial14, el lenguaje Recapitulemos. Las instituciones políticas demo
reconocible15, la reivindicación del control directo de cráticas son vitales cuando en su funcionamiento lle
los propios recursos16, sirven para deconstruir la na van a efecto las dos lógicas, instrumental e identitaria,
ción histórica a favor de entidades regionales, que fun de manera satisfactoria para sus beneficiarios/ciudada-
cional y estructuralmente se asemejan a microna- nos. No sorprende, por tanto, que la disfuncionalidad
ciones. o la ineficiencia de las insitituciones incidan también
sobre su pretensión de reconocimiento identitario por
Más exactamente, en Italia se perfila una variante parte de los mismos ciudadanos. El caso italiano es
de un fenómeno ya registrado en otras áreas del mun ejemplar para demostrar cómo la ineficiencia institu
do: la etnodemocracia. En nuestro caso llamamos etno- cional y la desidentificación están estrechamente uni
democracia a la práctica de los derechos políticos y civi das, desincentivando la solidaridad cívica hasta el pun
les ejercida dentro de límites autodefinidos y to de poner virtualmente en discusión el principio
autodefinibles (y eventualmente controlables coerciti nacional mismo.
vamente), circunscritos dentro y contra una configura
ción geográfica y política precedente —precisamente Recíprocamente, la virtud cívica tiene un doble ca
nacional. La etnodemocracia así entendida hace que se rácter: es la expectatva (utilitaria) de una ventaja co
sienta plenamente ciudadano sólo aquel que se encuen mún o de un bien público obtenido mediante la coope
tra en un territorio declarado como «propio» en anta ración, aun en el caso de que fuese diferido en el
gonismo con el territorio-nación, desinteresándose de tiempo; pero también es la disponibilidad a aceptar an
las consecuencias generales. Principio universalista (de ticipadamente (en base a la confianza) una inversión de
mocracia) y principio particularista (etnolocalismo) en costos suplementarios, en nombre de una identificación
cuentran así una síntesis paradójica. solidaria, que tiene sus referentes en la nación histórica
(que puede coexistir con diversas formas de Estado).
No creo que ni el liguista más extremado, que sue
ña con su «República del norte», piense en restriccio Si en este marco de análisis situamos el tema de
nes de los derechos civiles y políticos para quien haya la ciudadanía, concebida como la titularidad que da ac
de venir de las otras dos «repúblicas». Pero un efecto ceso a determinados bienes públicos en forma de dere
perverso de algunas posturas extremistas sería un valor chos (civiles, políticos, sociales), pero que únicamente
diferente de los contenidos sociales de la ciudadanía en se pueden obtener gracias a costos repartidos equitati
la macroregión septentrional respecto de la meridional. vamente, entonces la ciudadanía no aparece simple
Esta última, en su nueva «autonomía», debería renego mente como un catálogo de derechos subjetivos, no
ciar desde posiciones de debilidad obvias, una infinidad como un vínculo de reciprocidad entre los miembros de
una misma comunidad política. Ella implica no sólo la tencia comunicativa» de los gobernantes y de sus argu
equidad de las demandas y de las prestaciones, sino mentos que llaman a la solidaridad nacional.
también compromisos de solidaridad, sobre todo en En definitiva, es toda una cultura política la que
condiciones de objetiva disparidad de medios de vida, tiene puesta a prueba su credibilidad. □
entre los miembros de una comunidad política. En
otras palabras, en determinadas circunstancias el víncu Traducción de Rosa Muñoz y Vicent S. Olmos
lo de la ciudadanía induce (debería inducir) a algunos
ciudadanos a contribuir o a «cooperar más que los ---------------------------- NOTAS ----------------------------
otros».19 Como habíamos advertido desde el comien (1) Cf. La antología a cargo de Alessandro Ferrara
zo, este tipo de solidaridad no es «el altruismo» desinte (1992), en particular el ensayo de Alasdair Maclntyre y de
resado, motivado por convicciones morales y/o religio Charles Taylor. Me referiré a este último ensayo en la n. 20.
sas subjetivas, sino un comportamiento intrínseco a la (2) En este nivel de abstracción son compatibles todas
condición de la ciudadanía como tal. las definiciones clásicas del poder, comenzando por la webe-
riana de «posibilidad de obtener obediencia por parte de algu
Pero, ¿en nombre de qué un gobierno democrático nas personas mediante una orden que tenga un determinado
puede pedir esta inversión de confianza? ¿Qué argu contenido», aunque Weber se sitúa siempre en el punto de
mentos puede usar, sobretodo si con ello pretende com vista del que detenta efectivamente o virtualmente el poder.
pensar deficiencias de gestión o incluso del sistema? Creo que el planteamiento del problema de la racionalidad
Los motivos que pueden convencer a los ciudadanos a política, formulado en el texto, es compatible también con la
correr el riesgo de ser solidarios, a otorgar confianza en definición sartoriana de la politica como «esfera de las deci
el sentido apuntado más arriba, no pueden basarse más siones ‘colectivizadas’ soberanas, coercitivamente sanciona-
que en el reconocimiento de que los momentos impor bles y sin salida». Cf. Sartori (1990, 216).
tantes de su propia historia, cultura e identidad indivi (3) Dada la pluralidad y la heterogeneidad de los suje
tos en juego (ciudadanos individuales, partidos, instituciones,
dual forman parte de la propia identidad colectiva de grupos de intereses u otros), las situaciones de interacción
la nación de pertenencia. Este reconocimiento identita- que se crean son inevitablemente complejas y conflictivas.
rio se traduce en la aceptación de vínculos solidarios, Para entenderlas y racionalizarlas hay a disposición del agen
no con carácter privado sino público, porque se refieren te y del observador la construcción conceptual de los «juegos
a la condición de ciudadanos constituidos en nación.20 estratégicos», un instrumento injustamente tratado por nues
tras ciencias sociales y políticas, y que éstas continúan miran
Una nación de ciudadanos así concebida tiene una do con aire de suficiencia. En este contexto, tienen una parti
relación directa con la «sociedad civil», entendida cular relevancia los problemas de la incongruencia y del
como el ámbito en que resultan críticamente confirma contraste entre las elecciones dictadas por la racionalidad in
dos aquellos lazos de historia y cultura comunes que dividual y los resultados colectivos, es decir, considerados des
favorecen el comportamiento cooperativo. Naturalmen de el punto de vista de la racionalidad conjunta de todos los
te, la «sociedad civil» continúa siendo también el lugar agentes en juego. Estos problemas son sistemáticamente
de la confrontación/colisión de los intereses materiales afrontados en la teoría y en los modelos de la «paradoja del
legítimos y del cálculo de las ventajas y los beneficios voto». Cf. los clásicos textos de K.J. Arrow, en particular
Equilibrio, incertezza e scelta sociale (1987). Para el lector no
privados. Pero esto confirma simplemente la doble ra especializado es recomendable el ensayo de W.H. Riker y
cionalidad de todo lo que concierne al ámbito «cívi- S.J. Brams en Rusconi (1989, 107-194).
co/civil». (4) Sobre este tema, el punto de partida obligado conti
En el curso de nuestras reflexiones no pasará inad núa siendo J.L. Austin (1962).
vertida al lector una cierta oscilación en la forma de (5) Cf. Midgaard (1980).
definir, o mejor en la de justificar, el ejercicio de la vir (6) Véase, en particular, la serie de artículos aparecidos
en Die Zeit a partir de enero de 1993, iniciada con la inter
tud cívica. Esta, en efecto, aparece por un lado como vención de Robert Leicht Ohne Patriotismus geht es nicht.
la culminación y la sanción de la racionalidad general (7) Cf. sobre este tema el agudo ensayo de M. Taylor
de un sistema político que funciona. Por otro lado, en y H. Ward (1989).
cambio, es un recurso de tipo histórico-identitario, exi (8) Cf. Riker (1980) y Gambetta (1989).
gido estratégicamente (por el gobierno democrático) (9) Cf. los trabajos de Jon Elster, en particular The ce-
para sostener un sistema político o simplemente una ment o f society: a study o f social order (1989) y el reciente,
política que se encuentra en dificultades. En efecto, el ahora también en italiano, Argomentare e negoziare, (1993a).
apartado dedicado a «Las razones del civismo», presen Desgraciadamente en la traducción de este último las impor
ta estas últimas como un entramado diverso de incenti tantes referencias a párrafos y páginas del citado The cement
vos utilitarios, de argumentos universalistas y de moti o f society son erróneas y sistemáticamente atribuidas a otro
vaciones histórico-identitarias; el presente apartado, en libro de Elster traducido al italiano (Come si studia la societá,
cambio, insiste en las motivaciones histórico- 1993b), donde, evidentemente el lector no los encontrará.
identitarias como si la virtud cívica se fundamentara (10) Cf. entre otros, Habermas (1991) y Die zweite Le-
benslüge der Bundesrepublik: Wir sind wieder «normal» ge-
—en última instancia— únicamente en ellas. worden, en «Die Zeit», 51, 1992. El debate sobre «patriotis
En realidad, más que de una oscilación, se trata de mo constitucional» se trata en Rusconi (1993, cap. V).
una variación por extensión, más o menos amplia e in (11) Jürgen Habermas continúa moviéndose, sin embar
clusiva, de las razones del civismo a las que la comuni go, por este camino, incluso en su último trabajo (1992). En
cación política puede recurrir de vez en cuando. La éste, el autor ve en el Estado de derecho «una respuesta cohe
rente a la pregunda de cómo pueden ser institucionalizadas
adopción de una u otra motivación depende de los go las formas exigentes de comunicación de una opinión y de
bernantes y, además, de las circunstancias y de la natu una voluntad política democrática» (p. 361). Al concepto dis
raleza de los desafíos a los que está expuesto un sistema cursivo de democracia corresponde la imagen de una socie
democrático. dad descentrada que, a través de la esfera pública política, ar
ticula diferentes escenarios para identificar y tratar de
En esta operación cobra su pleno significado el manera diferenciada problemas sociales generales. El sistema
concepto de estrategia comunicativa de la clase dirigen politico no es ni el vértice ni el centro de la sociedad, sino
te de un país democrático. A través de ella se sitúa en un sistema de acción junto a los otros. Esta visión «sin cen
primer plano la estatura moral y cultural, la «compe tro» de lo social coexiste con la idea de una Lebenswelt como
dato último, insuperable, junto con la constitución lingüística una concepción instrumental y oportunista del bien común.
de las formas vitales socio-culturales (sprachliche Verfassung En su crítica, Taylor usa muchos argumentos plausibles, pero
soziokulturellen Lebensformeri). Partiendo de esta insupera- no convence en lo referente a la contraposición filosófica de
bilidad del momento comunicativo, Habermas reprocha a mu los dos modelos republicano y liberal (haciendo, entre otras
chas teorías actuales de la política (teoría pluralista, teoría cosas, una cuestión «ontológica» de la comunidad y de la iden
sistémica, teoría económica de la democracia) el tener un con tidad). En cualquier caso, su modo de proceder va en direc
cepto «empirista» del poder, ciego respecto a la dimensión co ción opuesta a la que nosotros hemos emprendido. La «na
municativa. En realidad Habermas, preocupado exclusivamente ción de los ciudadanos» de la que hablamos no es ni el
por la virtualidad solidaria en todo fenómeno socio-político, comunitarismo republicano de Taylor ni el abstracto procedi-
no hace ningún esfuerzo por ver los componentes mentalismo de los derechos y de los intereses que él imputa
instrumentales-estratégicos que están presentes en toda acción al modelo liberal. A esto hay que añadir que muchas observa
política, incluso en la radical-democrática que él valora como ciones de Taylor están intimamente ligadas a la experiencia
expresión de la racionalidad comunicativa. y a la cultura política específicamente americanas, cuya gene
(12) Jon Elster habla de criterios de validez opuestos ralización y trasposición a otros contextos político-culturales
a criterios de credibilidad. Los primeros dependen de la soli requerirían un gran esfuerzo de mediación interpretativa. Per
dez lógica del mejor argumento y los segundos de la fuerza mítaseme un chiste. Para Taylor uno de los ejemplos concre
de persuasión que utiliza técnicas comunicativas más comple tos a favor del patriotismo republicano es la «capacidad de
jas e incontrolables lógicamente. Respecto a esto, véanse los indignación» surgida en los Estados Unidos de América con
trabajos citados en la n. 9. tra Nixon en el caso Wtergate. o sea, solamente «la identifica
(13) He esbozado un análisis del liguismo, con la ayuda ción patriótica», ningún otro posicionamiento liberal-
de recientes publicaciones —por ejemplo Diamanti (1993)— instrumental-atomista, habría podido suscitar tanta emoción
en la comunicación L ’identitá nazionale e la sfida leghista, pública. Si trasladásemos esta afirmación al caso italiano, ¿po
presentada al Congreso de la Junta central para los estudios dríamos decir que la indignación popular contra Tangentopo-
históricos «Nazione e nazionalitá in Italia dalla prima guerra li surge de una «identificación patriótica»?
mondiale ai nostri giorni», Trieste, 15-18 septiembre 1993, de
próxima publicación en las actas del citado congreso.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
(14) Es importante no infravalorar este aspecto
—considerado injustamente un poco folclórico. La Liga ha
conseguido activar áreas culturalmente mortificadas por el ideo- A rrow, K.J. (1987), Equilibrio, incerteza e scelta socia-
logismo tradicional ofreciendo (quizás inventando) una fuerte le, Bolonia, II Mulino.
identidad, radicada en la propia tierra, en la propia historia, A ustin, J.L. (1962), How to Do with Words, Cambrid
en la propia cultura —llegando en ocasiones a hablar de etnia ge, Harvard University Press; trad. it. Quando dire é fare, Tu
y nación a escala regional. rki, Marietti, 1965.
(15) La Liga, después de iniciales titubeos acerca de un D iamanti, I. (1993), La Lega. Geografía, storia e socio
hipotético restablecimiento de los dialectos locales, ha acuña logía di un nuovo soggetto político, Roma, Donzelli.
do un peculiar lenguaje propio, reconocible inmediatamente E lster, J. (1989), The Cement o f Society: A Study o f
por los liguistas. Es un lenguaje «llano» —como gusta decir Social Order, Cambridge, Cambridge University Press; trad.
Umberto Bossi. La sustancia de este lenguaje no está tanto It. en curs, Bolonia, II Mulino.
en el uso de fragmentos dialectales, deliberadamente subsu — (1993a), Argomentare e negoziare, Milán, Anabasi.
midos en el habla nacional, como en la exhibida gravedad — (1993b), Come si studia la societá, Bolonia, II Mulino.
y en la agresividad de sus salidas, en abierta contraposición F errara , A. (a cargo de) (1992), Comunitarismo e libe
a la jerga del «político profesional» romano, percibido por la ralismo, Roma, Editori Riuniti.
gente como vagamente tramposo. G ambetta, D. (a cargo de) (1989), Le strategie della fi-
(16) Desde este punto de vista, reivindicaciones signifi ducia, Turín, Einaudi.
cativas, pero de alcance limitado relativas a la presión fiscal H abermas, J. (1991), «Cittadinanza e identitá naziona
o al derecho de la propia región a la imposición y al control le», en Micromega, n. 5, pp. 123-146.
fiscal, adquieren un valor simbólico difícilmente menospre — (1992), Faktizitat und Geltung. Beitrage zur Diskurs-
ciable. theorie des Rechts und des demokratischen Rechtsstaats,
(17) No hay duda de que todo esto responde a las inten Frankfurt del Main, Suhrkamp.
ciones de aquellos liguistas que de un solo golpe quieren cas Lewin , L. y V edung , E. (a cargo de) (1980), Politics as
tigar la política meridionalista ineficaz realizada hasta ahora Rational Action, Dordrecht, Reidel.
por el estado central, desmontar el elefantiásico e improducti M acI ntyre , A. (1992), II patriottismo é una virtii?, en
vo estado asistencial, asentado sobre todo en el sur y, por aña Ferrara (1992), pp. 55-76.
didura, liberarse de la mafia que a su entender es el estigma
del Mezzogiorno como tal. M idgaard, K. (1980), On the Significance o f Language
and Richer Concept o f Rationality, en Lewin y Vedung (1980),
(18) Cf. la amplia investigación histórico-politológica de pp. 83-87.
Giovanna Zincone (1992).
R iker , W. (1980), Political Trust as Rational Choice, en
(19) Para el desarrollo analítico de esta afirmación re Lewin y Vedung (1980), pp. 1-24.
mito nuevamente al ensayo de Michael Taylor citado en la R usconi, G.E. (a cargo de) (1989), Giochi e paradossi
n. 7, y para una aproximación más sistemática a su volumen in política, Turín, Einaudi.
(1987).
— (1993), Se cessiamo di essere una nazione, Bolonia,
(20) Estas afirmaciones parecen converger con ciertas II Mulino.
tesis comunitaristas de Charles Taylor, por ejemplo la que ha
bla de las «repúblicas» que funcionan «en el sentido que par Sartori, G. (1990), Elementi di teoría política, Bolonia,
te de que aquello que vincula a las personas es la historia II Mulino.
común» (1992). De esta condición surge el patriotismo enten T aylor, C. (1992), II dibattito tra sordi di liberali e co-
dido como «identificación con los otros en una empresa co munitaristi, en Ferrara (1992), pp. 137-168.
mún particular» o, incluso, como «una identificación común T aylor, M. (1987), The Possibility o f Cooperation, Cam
con una comunidad histórica fundada sobre unos valores de bridge, Cambridge University Press.
terminados». Colocándose a medio camino entre la pertenen T aylor, M. y W ard , H. (1989), La fornitura di beni
cia familiar/amistosa y el altruismo universalista, este patrio pubblici: un’applicazione della teoría dei giochi, en Rusconi
tismo «republicano» permitiría el funcionamiento concreto de (1989), pp. 73-103.
la comunidad política, que evitaría en cambio las explicacio Z incone , G. (1992), Da sudditi a cittadini, Bolonia, II
nes del liberalismo «atomista» y procedimental que mantiene Mulino.
E l NACIONALISMO:
¿IDEOLOGÍA DE LA
MODERNIDAD?
M O N T S E R R A T G U I B E R N A U
L nacionalismo despierta pasiones y sorprende a «ideal humano» al asumir como su misión fundamen
E quienes por retrógado, superado o tribal lo tal aumentar el grado de moralidad de sus miembros en
abandonaron en el baúl de los objetos en desu lugar de expandir sus fronteras,2 puede claramente ser
so. La modernidad contempla el fin de la utopía socia conectado con el objetivo marxista de eliminar las desi
lista pero se resiste a proclamar el triunfo del capitalis gualdades económicas y sociales derivadas del capitalis
mo. Recursos naturales y humanos se encuentran mo creando las condiciones necesarias para la emanci
amenazados por las consecuencias más o menos impre pación de todos los individuos. Sin embargo, ninguno
vistas de nuestras acciones. El vacío ideológico se perci de estos dos autores ofrece un análisis detallado del
be con angustia, hay que seguir actuando y enfrentar Estado-nación como fenómeno genérico, ni explora de
problemas comunes. manera sistemática las conexiones entre la naturaleza
El nacionalismo, dios multicéfalo, emerge con del Estado moderno y las ideas de territorialidad y mo
fuerza en naciones que buscan la creación de un Esta nopolio de la violencia, características cruciales en
do, Estados deseosos de legitimar su poder político a cualquier análisis del nacionalismo.
través de la configuración de una comunidad de cultura Una posición radicalmente distinta es la sostenida
entre sus ciudadanos y entre organizaciones que, aun por Weber, quien sitúa el Estado en el contexto de la
que de forma incipiente, despiertan a la necesidad de lucha constante entre naciones. Aunque la teoría de
formular algún tipo de discurso nacionalista que provo Weber ofrece una definición más sofisticada del Estado
que sentimientos de solidaridad entre sus miembros. El —«comunidad humana que reivindica el monopolio
nacionalismo es utilizado como bandera de los pueblos del uso legítimo de la fuerza dentro de un territorio de
oprimidos, justificación de violencia y odio al extranje terminado»3— no encontramos en su obra un trata
ro, o palabra mágica que obliga a los más altos sacrifi miento satisfactorio del Estado-nación ni de su relación
cios. El objetivo de este ensayo es reflexionar acerca de con el desarrollo del capitalismo y el industrialismo.
los elementos que permiten plantear la posibilidad de Esto es debido, en parte, a que la definición de Weber
referirnos al nacionalismo como ideología de la moder hace difícil distinguir algunas de las características bá
nidad. El hilo argumental girará en torno a tres puntos sicas del Estado-nación, al tiempo que como la mayor
básicos: parte de los pensadores simpatizantes con la derecha
(1) el papel otorgado al nacionalismo en la obra de
política, tiende a considerar la violencia y la guerra
pensadores de la modernidad como Karl Marx, Émile como elementos intrínsecos a la condición humana.
Durkheim y Max Weber. Aunque Weber nunca teorizó acerca del nacionalismo,
(2) los orígenes del nacionalismo como ideología mostró
li una incuestionable actitud nacionalista a través
gada a la emergencia del Estado-nación, institución po de su oposición a la inmigración polaca en la Alemania
lítica de la modernidad por excelencia. del Este y su respaldo a los nacionalistas alemanes du
rante la Primera Guerra Mundial. Weber reaccionó
(3) el análisis de los elementos que caracterizan contra
al el Tratado de Versalles al tiempo que animó y
nacionalismo de hoy —es decir del nacionalismo como predijo el movimiento irredentista alemán después de
ideología que renace en lo que algunos denominan la guerra. Para Weber, la nación posee prioridad absolu
«modernidad avanzada» y otros definen como «post ta, la nacionalidad está por encima de cualquier otro
modernidad»— haciéndole distinto del nacionalismo valor incluyendo la misma democracia. Por el contra
de otras épocas. rio, Durkheim y Marx entienden el nacionalismo como
algo que debe ser trascendido, superado. Durkheim
muestra una actitud que puede ser descrita como «pan-
EL NACIONALISMO EN LA TEORÍA SOCIAL nacionalista». Con esto me refiero a su objetivo de si
CLÁSICA tuar los «fines humanos» por encima de los «naciona
les». En la obra del sociólogo francés, la «patrie» juega
un papel insustituible en el proceso de moralización de
El nacionalismo se perfila como el gran ausente los individuos, ya que se trata de la «forma superior de
dentro de la obra teórica de autores como Marx, Durk organización humana». Pero se refiere al «patriotismo»
heim y Weber. La teoría del Estado de Marx deriva de como sentimiento pronto a desaparecer y ser sustituido
su interpretación de la historia como lucha de clases. por lo que él mismo denomina «patriotismo mundial».
En este contexto, Marx se refiere al Estado como una La actitud de Marx puede ser descrita como «intema
forma de organización necesaria para la defensa inte cionalista». Su objetivo fundamental es la «emancipa
rior y exterior de los intereses de la burguesía. El poder ción universal» en el contexto de algún tipo de solidari
político es entendido como elemento vital en la domi dad mundial. Sin embargo, Marx reconoció que ésto no
nación de una clase sobre otra. Esta posición inicial de sería posible mientras unas naciones se encontraran so
Marx se verá substancialmente modificada por su idea
metidas a otras.
del estado como institución superior e independiente
de cualquier clase social. El Estado será presentado Tres razones principales merecen ser citadas al in
como fuerza dominante en la sociedad y no como ins tentar explicar la ausencia de una teoría del nacionalis
trumento de la clase en el poder. La conquista del Esta mo en Marx, Durkheim y Weber. La primera tiene que
do por parte de la clase proletaria debe ser entendida ver con la emergencia de la sociología como ciencia li
desde este punto de vista. gada a la industrialización y las transformaciones so
Durkheim define el Estado como el órgano de dis ciales y económicas motivadas por los cambios radica
ciplina moral, justicia y pensamiento sociales. El Esta les en las condiciones y organización del trabajo. La
do limita y al mismo tiempo otorga dignidad y derechos Revolución Industrial transformó el estilo de vida de
a los individuos. El fin del Estado es moral, consiste en millones de personas. Los pensadores sociales clásicos
la expansión de la justicia dentro de la sociedad. Durk intentaron descubrir las características de las socieda
heim y Marx coinciden en anunciar el advenimiento de des modernas y se centraron en los cambios sociales
un futuro pacífico para la humanidad. La idea durkhei- fruto de los procesos de industrialización. Las innova
miana de que el Estado se transforma en órgano del ciones en el sistema económico provocaron la re
estructuración de los lazos sociales afectando no sólo las ideas que dieron lugar a la Revolución Americana
la relación entre individuos en el terreno social, sino de 1776 y la Revolución Francesa de 1789 y obedecen
que propiciaron nuevos ligámenes entre individuos e a un proceso multidimensional de cambio en las rela
instituciones políticas como por ejemplo, el Estado. Sin ciones de poder en la sociedad. Los elementos básicos
embargo, el nacionalismo' no fue percibido como un fe de este proceso incluyen la consolidación de unidades
nómeno susceptible de ser conectado a la constitución territoriales dirigidas por Estados absolutistas que por
del Estado moderno, o como elemento relacionado con primera vez fueron capaces de obtener el monopolio del
la expansión del industrialismo.4 uso de la violencia dentro de su territorio; la transfor
mación de las fronteras entre Estados diferentes en te
La segunda razón deriva de los intentos de Marx, rritorios claramente delimitados; la consolidación de la
Durkheim y Weber por construir una «teoría general»
burguesía como nueva clase especialmente receptiva a
capaz de explicar el desarrollo de la sociedad desde su las ideas de la Ilustración, y el papel de los monarcas
génesis hasta nuestros días. En este contexto es crucial como gobernantes. Con anterioridad al siglo XVIII el
encontrar un argumento central que permita la decodi derecho a gobernar era legitimado apelando a la volun
ficación de las distintas etapas de la humanidad. Marx tad de Dios, la posesión de sangre real o superioridad
tomó la lucha de clases como atributo central de los sis física. Nunca la legitimidad del poder provenía del con
temas sociales. La centralidad conferida a la lucha de sentimiento de los gobernados, sino de alguna instancia
clases le permitió construir una teoría general de la his superior. La expansión de las nuevas ideas de los «phi-
toria y explicar los aspectos sociales, políticos e ideoló losophes» insistiendo en el culto a la libertad, la igual
gicos de la sociedad a través de la economía. El nacio dad y en particular la idea de la soberanía popular, pro
nalismo no había existido en otros períodos, y por tanto
vocaron un cambio drástico en la forma de entender las
no era un elemento constante en los diferentes estadios relaciones de poder.
de la historia humana. El nacionalismo tampoco fue
considerado por Marx como característica básica de las El concepto de ciudadanía emergió como elemento
sociedades modernas. El énfasis de Marx en situar la íntimamente ligado a la idea de soberanía popular. Ya
esfera política dentro de la «superestructura» le condu en el siglo xv n , Locke atacó la monarquía absoluta ar
jo a infravalorar el papel del Estado-nación y del nacio gumentando que la función del Estado no es otra que
nalismo en los procesos de cambio histórico. proteger la vida y libertades de sus ciudadanos otorgan
Durkheim percibió la división del trabajo como ca do prioridad absoluta a sus necesidades y deseos. Sin
racterística principal a la hora de definir una sociedad. embargo, el debate pronto se desplazó hacia la cuestión
En su opinión, los cambios ocurridos en la división del de quién podía, de hecho, ser considerado «ciudadano»
trabajo crearon distintos tipos de relaciones entre las (por supuesto sólo una ínfima minoría se plantearía la
personas: solidaridad mecánica y orgánica. La esfera ciudadanía de las mujeres).
política quedaba una vez más, relegada a un segundo
plano. Durkheim contribuyó de forma significativa al Como indica Seton-Watson, en el siglo xvm la no
desarrollo de la teoría del Estado, pero no relacionó en ción de soberanía fue diseñada para «todo» el pueblo,
ningún momento el Estado con dos elementos crucia en una primera instancia incluso llegó a asumirse que
les: la territorialidad y el uso de la violencia. En su des los ciudadanos más educados y cultos deberían guiar
cripción de las sociedades modernas infravaloró la im al pueblo e introducirlo progresivamente a la vida polí
portancia del nacionalismo porque a su juicio, los tica.5 Cuando los revolucionarios afirmaron que el
«fines nacionales» eran secundarios al compararlos con principio de soberanía reside esencialmente en la na
los «fines humanos». ción, podían ser interpretados como si en efecto estu
vieran confirmando que la nación era algo más que el
Weber centró su teoría en el análisis de la raciona rey y la aristocracia. La autodeterminación nacional se
lización como característica principal de las sociedades transformó en una de las interpretaciones más frecuen
modernas y vaticinó el aumento desmesurado de la bu tes de la soberanía popular cuestionando así la legitimi
rocracia como elemento inevitable en la organización dad de los gobiernos existentes. La mayoría de ellos,
racional del trabajo. No sería exacto decir que Weber como Kedourie señala, no derivaban de la libre expre
no predijo la importancia del nacionalismo, él mismo sión de la voluntad popular sino que se trataba de usur
fue un nacionalista. Sin embargo nunca escribió acerca padores a quienes por tanto los gobernados no debían
del nacionalismo como componente de las sociedades fidelidad.6 Estas ideas introdujeron un nuevo estilo a
modernas. Weber percibió la unificación alemana como la hora de hacer política. La expresión de la voluntad
punto de partida para una política de «poder mundial del pueblo invalidaba tratados y pactos al tiempo que
alemán» y enfatizó que esta política no debía estar limi disolvía fidelidades. Sin embargo la obtención de los de
tada a principios económicos. Por el contrario, debía rechos de ciudadanía debe ser vista como el producto
perseguir el avance de la nacionalidad como principio de un lento y complicado proceso que intentaba vencer
más elevado. Weber ligó su nacionalismo al poder y la resistencia de los sectores más privilegiados de la so
prestigio de Alemania. Reconocer y estimular el nacio ciedad. Este proceso dio un paso atrás con el Bonapar-
nalismo en otros países hubiera sido ir en contra de sus tismo y la Restauración de 1815, pero mantuvo su pre
objetivos. La grandeur de Alemania se transformó en sencia ya que el ideal francés de la ciudadanía y el
el punto clave de su política, cualquier otro valor juga gobierno constitucional proporcionaron un modelo útil
ba un papel secundario y podía ser sacrificado, si esto para los liberales europeos de principios del siglo xix.
era necesario, para beneficiar el principio nacional. Las duras y degradantes condiciones a las que se vio
sometido el proletariado con el advenimiento de la Re
volución Industrial motivaron el incremento de la con
NACIONALISMO, ESTADO-NACIÓN Y CULTURA ciencia política y estimularon la formación de distintos
tipos de organizaciones, algunas de ellas luchando por
conseguir reformas sociales y económicas, por ejemplo
El Estado-nación y el nacionalismo nacen en los sindicatos. Otro elemento a destacar en la Revolu
Europa a finales del siglo XVIII bajo la influencia de ción Francesa es el énfasis en la necesidad de crear un
sistema educativo nacional que permitiera la formación PRESENTE Y FUTURO DEL NACIONALISMO
de ciudadanos virtuosos y patriotas.
Este orden de cosas hizo posible la emergencia
del nacionalismo como instrumento de valor incalcu El nacionalismo contemporáneo sólo puede ser
lable a la hora de sustituir la lealtad al monarca por comprendido si tenemos en cuenta dos dimensiones
la fidelidad a la nación. La monarquía por derecho básicas e íntimamente vinculadas a las condiciones
divino proporcionaba un instrumento elegante y útil de la modernidad: su carácter político como ideología
a la hora de evocar lazos emocionales. Pero el agrega base del Estado-nación y su papel en la construcción
do de ciudadanos con derecho a ejercer la soberanía de identidades individuales y colectivas. Gellner defi
podía a duras penas cumplir esta tarea. La nación, per ne el nacionalismo como principio político defensor
sonificada a través de símbolos y rituales capaces de de la congruencia entre la unidad política y la nacio
reproducir un sentimiento de «pueblo», sería desde nal.8 Pero, tal como él mismo señala, sólo en ocasi-
ahora el centro de un nuevo tipo de relación. La divi nes excepcionales encontramos coincidencia entre Es
sión de Europa en Estados-nación favoreció la defini tado y nación, de modo que existen numerosos casos
ción de la ciudadanía y la concesión de derechos lega en los que se viola el citado principio. La más intolera
les, políticos y sociales de acuerdo con la ble de las situaciones, para el nacionalista, tiene lugar
nacionalidad. cuando los gobernantes de la unidad política pertene
cen a una nación distinta a la de la mayoría de los
Mientras el nacionalismo de la Revolución France gobernados.
sa se centró en aspectos políticos confirmando la sobe
ranía popular como única forma válida a la hora de le Una cuestión difícil de responder para los estudio
gitimar el poder de los gobernantes, las ideas del sos del nacionalismo es: ¿por qué tantas personas están
Romanticismo alemán añadieron un nuevo carácter y dispuestas a dar su vida por su nación?, ¿de dónde pro
fuerza al nacionalismo al enfatizar el papel de la len cede el poder del nacionalismo?, ¿por qué los indivi
gua, los lazos de sangre y el territorio como elementos duos se preocupan por la preservación de su territorio,
constitutivos del Volk. cultura, lengua, instituciones políticas y forma de
vida? Una respuesta posible sería afirmar el interés de
La convicción fundamental del nacionalismo ro las élites por perpetuar la nación a la que pertenecen.
mántico es que la cultura, las costumbres y las institu Incluso podríamos decir que es siempre más atractivo
ciones sociales están esencialmente determinadas por ser ministro, artista, o intelectual preeminente de una
la nación: son expresiones de una fuerza unitaria gene nación pequeña que tener que competir dentro de enti
ralmente descrita como el espíritu de un pueblo. En dades más extensas. Pero este argumento se torna va
el lenguage de Hegel, la Volksgeist o carácter de la na cío si intentamos explicar el nacionalismo de sectores
ción. La nación es percibida como una entidad única, populares. Una vez más se hace patente la inexplicable
y su lengua como elemento a través del cual se com capacidad del nacionalismo para unir a personas de
prende la vida y el mundo. El interés por la lengua procedencia social diversa.
va acompañado por un interés específico en la historia
de la comunidad. El nacionalismo romántico inicia un La fuerza del nacionalismo resulta de su habilidad
proceso innovador por medio del cual autores como para crear un sentimiento de identidad entre personas
Herder sustituyen el estudio de la cultura sofisticada que comparten una misma cultura. En un mundo azo
de los intelectuales y las élites por el análisis de la cul tado por la duda, la fragmentación y la ausencia de
tura de personas «pre-intelectuales», del pueblo ideologías capaces de dar sentido a la vida, el naciona
(Volk).1 lismo muestra una potencia inusitada. El nacionalismo
emerge como sustituto de factores integrativos en una
El nacionalismo romántico, según Nipperdey, po sociedad en proceso de desintegración. Cuando la so
dría ser interpretado como una reacción a la hegemo ciedad fracasa, nos dice Hroch, la nación aparece como
nía intelectual europea basada en la preeminencia de última garantía.9
la cultura francesa de la Ilustración, así como en las
tendencias imperialistas de los Jacobinos y de Napo El nacionalismo nace de la proyección emocional
león puestas de manifiesto en la ocupación y explota de individuos que sienten pertenecer a un grupo deter
ción de diversas naciones. En un primer momento el minado. No es necesario llevarse bien con los otros
nacionalismo sirvió como discurso legitimador del miembros, ni conocerlos, ni pertenecer a su misma cla
Estado-nación. El Romanticismo, a través del énfasis se social. El individuo se siente emocionalmente vincu
en la especificidad de las naciones y la valoración po lado a la tierra, la lengua, los símbolos y las creencias
sitiva de la diversidad, favoreció la toma de conciencia que configuran su universo cultural y éstos le impulsan
en naciones sin Estado y provocó el rechazo a algunos a desear decidir acerca del futuro de su comunidad.
estados considerados como no-nacionales. El énfasis La tradición juega un papel significativo dentro de
en la identidad cultural lingüística poseía una función todo discurso nacionalista, ya que representa todo
y significado distintos para estos pueblos que para los aquello que trasciende la vida de los individuos. Pero
miembros de Estados nacionales. El nacionalismo de el papel de la tradición en un mundo cambiante que
Herder y Fichte ejerció un profundo impacto en áreas se debate entre la globalización y el localismo requiere
como Cataluña, donde entre 1833 y 1866 surgió la una actualización constante. Hay que re pensar las tra
Renaixenga, movimiento intelectual orientado hacia diciones, adecuarlas al presente y, cuando no existen o
la revitalización de la cultura y la lengua catalana. son de dudable utilidad, inventarlas. Rituales colectivos
El nacionalismo romántico no sólo contribuyó a la incrementan el sentimiento de unidad entre los miem
creación de nuevos Estados-nación como Alemania e bros de un grupo, despiertan la pasión y acentúan la
Italia, también adquirió cierta preeminencia entre los conexión entre el nacionalismo y ese reino desconocido
pueblos de la Europa Occidental que vivían en Esta y misterioso de la emoción y la irracionalidad.
dos nacionales, como en el caso de Francia.
Ciertos pensadores interpretan la persistencia del
nacionalismo como un escándalo moral ya que «la cul
tura ética oficial de casi todo el globo es universalis cones del globo ha transformado radicalmente el men
ta».10 Esta afirmación ignora la racionalidad y morali saje del nacionalismo creando un universo en el cual
dad de la reivindicación de minorías nacionales que exi el aislamiento y hasta cierto punto la ignorancia del
gen el derecho a existir, ser respetadas y desarrollar su «otro» ya no son posibles.
propia cultura e identidad. Cualquier análisis del nacio La globalización capacita y limita la cultura. Le
nalismo debe tener en cuenta la fuerza de un tipo de otorga enormes posibilidades de reproducción y difu
nacionalismo que promueve la resistencia cultural y sión, pero al mismo tiempo acentúa las diferencias de
cuestiona a las sociedades modernas al reivindicar la recursos entre culturas diferentes. Hoy algunos símbo
«política de la identidad», esto es, el derecho a la dife los, leyes y valores adquieren una dimensión universal
rencia cultural basada en la etnicidad. Este tipo de na mientras otros caen en el olvido y son ignorados. La
cionalismo está en línea con movimientos sociales pro globalización conlleva la posibilidad de exportación y
gresistas como el feminismo o el ecologismo y al igual combinación de elementos culturales que, en gran ma
que éstos se propone conquistar el derecho a la palabra yoría, pertenecen a grupos humanos con poder
para aquéllos condenados al silencio. El nacionalismo económico-político para difundirlos. Pero, ¿debe el con
de minorías provoca problemas éticos al cuestionar la tacto entre culturas desiguales en cuanto a recursos de
legitimidad de ciertos Estados como representantes de sembocar necesariamente en un mestizaje que borre la
las personas a las que gobiernan. En términos políticos, especificidad y conduzca a la homogeneización? Éste
este tipo de nacionalismo exige un cierto grado de auto es sin duda un futuro posible pero no deseable. La inte
nomía para controlar el espacio en que habita la comu rrelación cultural debe servir para incrementar la con
nidad, al tiempo que lucha por el establecimiento de ciencia de que existen universos diferentes al propio y
vías alternativas que permitan la participación de las estimular el diálogo. No se trata de aislar culturas ence
minorías en todas aquellas decisiones que les afecten. rrándolas en urnas de cristal, pero tampoco de cons
En la actualidad el nacionalismo presenta una serie de truir un gran recipiente en cuyo interior la diversidad
características que lo distinguen de los nacionalismos se diluya para adaptarse al color y la forma domi
de fines del siglo x ix y principios del XX y que se acen nantes.
tuarán en el futuro, éstas son:
Pero la energía del nacionalismo es susceptible de
a) El recurso a la democracia y la soberanía popu articulaciones diametralmente opuestas. La Alemania
lar como agentes legitimadores del discurso naciona nazi, la Italia fascista o la España de Franco son ejem
lista. plos de un nacionalismo que rechaza la diversidad y, en
b) El papel del nacionalismo como movimiento de distinta medida en cada uno de los casos citados, pugna
masas. El nacionalismo desempeñó una labor decisiva por conseguir la preeminencia económica, cultural y
en el reclutamiento de ejércitos en las dos guerras mun política de la nación ignorando el derecho a la existen
diales. Actualmente, el nacionalismo atrae a personas cia de los «otros».
pertenecientes a amplios y variados sectores de la po La limpieza étnica, término acuñado a raíz del
blación y se muestra como un agente dinámico ligado conflicto en la antigua Yugoslavia, es una aberración
a la violencia en ciertas circunstancias pero también ca del nacionalismo. La limpieza étnica esconde la crisis
paz de promover movilizaciones masivas y pacíficas. El profunda de una sociedad en proceso de desintegración
proceso que ha conducido a algunas ex-repúblicas so que al enfrentarse al vacío ideológico y a la ausencia
viéticas a la independencia, como en el caso de Letonia, de un armazón capaz de sustituir al comunismo acude
Lituania y Estonia, es un ejemplo de movilización na a la xenofobia y el racismo como fuerzas integradoras
cionalista pacífica. primarias. En el caso de la Europa Central, estos ele
c) La erosión de una sociedad dividida en clases so mentos se ven robustecidos por una tradición histórica,
ciales contribuye al advenimiento de una forma de na cultural y religiosa que ahora, en tiempo de crisis, es
cionalismo que se expande con facilidad entre grupos explotada como energía aglutinadora y excluyente de la
sociales diversos. La ausencia de ideologías capaces de diferencia. No existe legitimación moral para la limpie
despertar la fascinación que un día ejerció el socialismo za étnica, pero sabemos que se ha venido practicando
refuerza el poder de un discurso nacionalista dirigido a lo largo de la historia. La ex-Yugoslavia —al igual que
a todos los miembros de la comunidad ignorando su Ruanda en África— ofrece el espectáculo penoso del
origen social, y sugiriéndoles medidas de las que benefi odio entre comunidades que durante años han compar
ciarse. tido la tierra, el trabajo y la vida diaria. Provoca la in
dignación de quienes no comprenden la incapacidad de
d) La revolución tecnológica que hemos presencia la comunidad internacional y sus diferentes organismos
do en los últimos años ha incrementado las formas en
para detener el conflicto. La lucha en el corazón de
que símbolos y mensajes diversos pueden ser difundidos Europa aterra a quienes, optimistas, comenzaban a
a través de los mecanismos e instituciones de comunica
imaginar una sociedad moderna libre del más primitivo
ción de masas. El nacionalismo depende en gran medida de los males, la guerra. Una sociedad sin memoria his
de los medios de comunicación de masas como instru tórica, en la que el holocausto parece reducido a un
mento para divulgar símbolos culturales, promocionar
tema para exposiciones, películas, alguna conmemora
la imagen de líderes capaces de encarnar las aspiracio ción, y en la que incluso hay quienes se dedican a pre
nes populares y diseminar nuevas ideas y valores. gonar su falsedad. La limpieza étnica es posible, existe;
e) Los nacionalismos contemporáneos utilizan la nadie parece poder o querer detenerla.
tradición poniéndola al servicio de la modernidad. La Una profunda reflexión sobre los valores que la so
nación, como nos dice Touraine, es un «actor no- ciedad infunde a los individuos debería ser la primera
moderno que crea modernidad» y que debe aceptar una tarea para evitar el triunfo de la sinrazón. El respeto
debilitamiento progresivo de su papel en favor del inter a la diversidad es un valor fundamental en que debe
nacionalismo.11 cimentarse la solidaridad humana. La convivencia de
f) Finalmente, el diálogo entre culturas abierto por culturas diferentes en un mismo espacio implica inte
los procesos de globalización afectando a todos los rin racción y cambio; pero esto no ha de entenderse como
una pérdida de lo autóctono, su desarrollo debe poten 1992). El vocablo «postmodernidad» ha sido popularizado
ciarse evitando imponer la propia cultura y sin permitir principalmente por Jcan-Frangois Lyotard y su obra The
que otra diferente nos sea impuesta. Todas las culturas Post-Modern Condition (University of minnesota Press: Min-
deben tener acceso a recursos suficientes que les permi neapolis, 1985).
tan no sólo subsistir sino mantener la vitalidad. En este (2) D urkheim , E. «Pacifisme et Patriotisme» traducido
contexto el mestizaje se transforma en integración y por N. Layne en Sociológica! Inquiry n.° 43 (2) 1973 p. 202.
creación; la limpieza étnica queda automáticamente ex (3) W eber, M. El político y el científico (Alianza Edi
torial: Madrid, 1986 [1967]), p. 83.
cluida. La tolerancia y el respeto al «otro» sustituyen
el odio y el miedo al «diferente». (4) La teoría que Ernest Gellner expone en Naciones
y nacionalismo (Basil Blackwell Ltd: Oxford, 1983) se centra
El nacionalismo surgió con la modernidad y la en el papel del nacionalismo a la hora de establecer una len
creación de su institución política fundamental, el esta gua y cultura comunes entre los habitantes de una nación
do nación. Ignorado por Marx y Durkheim, y ausente determinada para hacer posible la comunicación, elemento
de la formulación teórica de un nacionalista como We- indispensable en la organización del trabajo en las sociedades
industriales.
ber, la ideología tildada de retrógrada y tribal por algu
nos se niega a desaparecer. Los rostros del nacionalismo (5) Seton-Watson, H. Nations and States: A n enquiry
into the Origins o f Nations and the Politics o f Nationalism
acompañan a la modernidad aunque ésta reniegue de (West View: Boulder, Co., 1977).
ellos y pugne por forzar el advenimiento del universa (6) K edourie, E. Nationalism (Hutchinson University
lismo. □ Library: Londres, 1961 [1960]) p. 15.
(7) N ipperdey, T. «In Search of Identity» en Eade, J.C.
Romantic Nationalism in Europe (Humanities Research Cen
Texto de la intervención de la autora en el semina tre, Australian National University, 1983) p. 6 y también Smith,
rio «Autocrítica de la Modernidad» celebrado en la A. National Identity (Penguin Books: Londres, 1991) capítu
UIMP, Valencia, 4-6 julio 1994. lo cuatro.
(8) G ellner , E. Nations and Nationalism (Blackwell:
Oxford, 1983) p. 1.
(9) Citado por H obsbawm, E.J. Nations and Nationa
---------------------------- NOTAS ---------------------------- lism since 1780 (Cambridge University Press: Cambridge, 1992
(1) El término «modernidad avanzada» corresponde a[1990]) p. 173.
la expresión «late modernity» utilizada por Anthony Gid- (10) D unn , J. Western Political Theory in the face o f
dens en The Consequences o f Modernity (Polity Press: Cam the future (Cambridge University Press: Cambridge, 1979)
bridge, 1990), Modernity and SelfIdentity: Self and Society p. 61-62.
in the Late Modern Age (Polity Press: Cambridge, 1991) y (11) T ouraine , A. Critique de la Modernité (Fayard:
The Transformation o f Intimacy (Polity Press: Cambridge, Paris, 1992) p. 162.
tornasol es simple. La cuestión clave es determinar Quizás el ejemplo más acabado de un fenómeno
si la doctrina en cuestión contiene un «fenómeno nu nuclear bien seleccionado se encuentra en la crítica fi
clear» a partir del cual se deriva orgánicamente el losófica de la economía política elaborada por Marx.
conjunto de la teoría o si, en cambio, se queda en El análisis filosófico de la mercancía y de la producción
un «tratamiento sistemático de todos los aspectos re de mercancías, del que se deriva siguiendo pautas casi
lacionados» carente de centro organizador. En el caso arquitectónicas todo el sistema, cumple varias funcio
de Adam Smith el fenómeno nuclear era la famosa nes a la vez. Suministra una sustancia a su crítica. La
«mano invisible», una metáfora de naturaleza más es sustancia de la mercancía, como saben los lectores de
tructural que dinámica. La mano en cuestión no era Marx, es valor, el cual en su bifurcación en valor de
un símil referido al cuerpo humano; más bien desig uso y valor de cambio ofrece una base explicativa com
naba la «mano» de una máquina. Su significado se pleta de toda una civilización, del «capitalismo». Ade
relacionaba primariamente con la precisión del fun más, la mercancía no sólo suministra el principio expli
cionamiento de la máquina, garante del movimiento cativo estructural de la civilización en la teoría de
automático de la «mano», lo que constituía un fiel Marx, sino que también aporta una visión del funcio
reflejo del espíritu del siglo de Newton y del maqui- namiento de su dinámica en el mundo moderno. El tér
nismo, que iba ganando cada vez más terreno. El mino dinámico clave de la interpretación marxiana del
segundo aspecto importante, es decir, que la mano mundo es el «crecimiento de las fuerzas productivas»,
fuese «invisible», implicaba que los principios operati una constante histórico-ontológica, que fue durante un
vos del autómata sólo podían ser detectados y formu tiempo acelerado, pero posteriormente obstaculizado,
por la generalización de la producción de mercancías,
lados a partir de síntomas derivados, especialmente
de la continua restauración del equilibrio del sistema, por el Mercado. Finalmente, las funciones de una
«filosofía de la praxis» radical así como las de una
constantemente perturbado. En cambio, en Ricardo Kulturkritik igualmente radical se derivan elegante
el fenómeno nuclear era de naturaleza dinámica: el
mente del fenómeno nuclear. El análisis de la mercan
crecimiento en tanto que fin-en-sí-mismo de todo el cía sentó las bases de una teoría «científica» de la ex
sistema. La «economía» como estructura era analiza plotación (en la que se apoyan los fundamentos
da por Ricardo exclusivamente desde este ángulo, igualmente «científicos» de la política de lucha de cla
como promotora o como obstáculo del crecimiento. ses) y de una concepción filosófica del fetichismo de la
Es decir, desde una perspectiva dinámica. A diferencia mercancía, el síndrome cultural central de la moder
de Adam Smith, Ricardo evitó deliberadamente com nidad.
pletar el esquema de «la energía cinética de la econo
mía» con una teoría filantrópica de los sentimientos La principal debilidad de la crítica de la economía
morales. Con fidelidad al espíritu de la era del «pro política del socialismo real ha sido durante décadas pre
greso», en Ricardo el crecimiento se consideraba casi cisamente su carencia de un enfoque filosófico central,
como un valor religioso; de aquí que no le pareciesen en el sentido de que no identificaba, o identificaba
necesarios principios adicionales para moderar la dura equivocadamente, el «fenómeno nuclear» del análisis.
franqueza de la teoría. Marx se refería precisamente En el debate animado por Lange en los años 30 todavía
a esto cuando hablaba del cinismo de Ricardo. Y era había cierta dosis de espíritu filosófico, debido sobre
esto lo que Stalin «criticaba» tan hipócritamente todo a Elayek, quien vinculada resueltamente la cues
como inhumano y a lo que contraponía la fórmula tión del mercado versus mercado simulado a la formu
«humanista» (y totalmente falta de sentido) de la má lación alternativa de Mili de las posibilidades del socia
xima satisfacción de todas las necesidades en el pre lismo y el capitalismo, que databa casi de un siglo
tendido debate sobre su escrito Los problemas econó antes. El Mili joven aún veía ciertos méritos en las pro
micos del socialismo en la URSS. En aquella ocasión, puestas socialistas y llegaba a la conclusión de que en
Yaroshenko representaba el espíritu de Ricardo cuan la competición entre «capitalismo» y «socialismo» (que
do defendía la aceptación de la teoría de la «produc él veía como las tendencias dinámicas de la moderni
ción por la producción», que en su opinión —y con dad), triunfaría el que ofreciese más libertad. En la dé
acierto— reflejaba adecuadamente la práctica del so cada de los treinta para Hayek no había ninguna duda
cialismo real. En diversas doctrinas económicas de fi de que la historia ya había dado respuesta a la cuestión
nales del siglo xvm y principios del XIX, el fenóme suscitada por Mili: el mercado proporcionaba libertad,
no nuclear era el trabajo «productivo» (versus el el mercado simulado esclavitud. En este sentido, el de
«improductivo»), de suerte que la concepción mecani- bate Lange era de naturaleza filosófica, no meramente
cista o cinética de la economía era sustituida por una técnica. Sin embargo, posteriormente, en la obsesiva
sociología moralizante en la que lo realmente impor discusión acerca de los aspectos minuciosamente técni
tante no era el resultado neto cuantificable, sino más cos de la «racionalidad de la planificación» versus ra
bien los aspectos «socialmente aceptables» de una cionalidad del mercado, el foco del análisis se fue per
producción creciente. En Keynes el complejo modelo diendo gradualmente, quedando sin identificar o, lo
de fluctuación de precios y salarios más estímulo e que es peor, mal identificado, el «fenómeno nuclear».
intervención del estado cumplía la función de fenóme Porque, por varias razones, es desencaminado y factual
no nuclear, mientras que en el monetarismo de Fried- mente erróneo situar la fuente de la podredumbre en
man era la circulación monetaria fenomenológicamen- la «supresión del mercado» (aunque éste sea el término
te entendida. C uando Friedm an, de m anera clave del diagnóstico en la mayoría de análisis críticos).
desafiante, preguntaba cómo podía definirse el valor Esto es así primero porque la «supresión del mercado,
«genuino» del dólar al margen de los índices de un como veremos, es un término correcto sólo en un senti
mercado monetario global en constante fluctuación, do dinámico-cinético, pero no en un sentido descrip-
formulaba una pregunta propia de un fenomenólogo tivo-estructural; en segundo lugar porque es un térmi
no negativo que no puede servir como base explicativa «penuria» es una categoría de «flujo» (de bienes en la
de lo que se arrogaba el rango de «civilización alterna corriente de las mercancías producidas). Como tal, la
tiva»; en tercer lugar porque este término no da cuenta «escasez» siempre ha tenido la tendencia inherente a
de la experiencia económica más difundida y regular ser transformada de una categoría económica en una
mente sentida del habitante del «socialismo real» (aun categoría metafísica. En tiempos premodernos y en la
que teóricamente la explicación estructural o dinámica teoría económica cristiana de los Padres de la Iglesia,
de las vicisitudes del homo sovieticus pueda expresarse la escasez era el símbolo de la finitud humana, mereci
en términos de ausencia de mercado o de mercado ina da por el carácter pecaminoso de la naturaleza huma
decuado). na. El hecho mismo de que en la mitología cristiana
el trabajo sea un castigo y un acto de continuo arrepen
En el curso de una conferencia que pronunció en timiento compulsivo confiere su perfil específico a la
1987, Ivan Svitak, el filósofo checo de la Primavera escasez en esta concepción. En contraste, en las condi
de Praga, en el exilio, manifestó con un deje inconfun ciones modernas la fuente de la escasez se situaba en
dible de envidia que Hungría era una superpotencia la infinitud de la Naturaleza y los limitados medios hu
en el campo de la teoría. Si este cumplido tiene alguna manos para dominar y explotar los recursos naturales.
justificación, en todo caso se debe a los esfuerzos de Aquí prevalecía, empero, normalmente una actitud
los teóricos de oposición húngaros que nunca reduje opuesta y fundamentalmente optimista. (Aunque siem
ron la discusión en torno a las «disfunciones de la pre ha habido excepciones: la manera en que Kant fun
economía socialista» a un mero análisis tecnológico damenta el conocimiento humano puede interpretarse,
del «funcionamiento fluido del sistema de mercado». en lo relativo al problema que se discute, como una ad
En los trabajos de los teóricos húngaros se identificó vertencia de que siempre y en todo caso existe un limes
finalmente el «fenómeno nuclear» de una economía frente a los esfuerzos humanos). El optimismo de la
política del «socialismo real». Podemos ahora enten modernidad en relación a la escasez lo representa por
der por qué Stalin rechazaba con tanto histerismo el antonomasia la esperanza (o vanidad) fáustica en la ca
sesgo ricardiano un punto infantil de un economista pacidad de trascender todos los límites y abolir todo gé
desconocido, por qué le contraponía su tesis —aún nero de escasez (económica, epistemológica, emocio
más infantil— de la máxima satisfacción de todas las nal, etc.).
necesidades —y todo ello en medio de la miseria más
abyecta de la población soviética. El fenómeno nu Lo que se pasa por alto o se oculta «fetichística-
clear de una economía crítica del «socialismo real» mente» en ambas aproximaciones a la escasez es el re
es la escasez como control (sobre las necesidades hu conocimiento de que ésta no es ni de origen divino ni
manas), donde la escasez tiene un triple significado. una constelación «natural» independiente del esfuerzo
En primer lugar, constituye el objetivo principal de humano, un aspecto meramente externo de la condi
los esfuerzos socialistas que revisten la forma de una ción humana; por el contrario, está estrechamente rela
orgullosa ambición de eliminar la escasez como tal del cionada con la miseria o la potencia de las capacidades
ámbito de la experiencia humana, lo que era el telos humanas. En las condiciones premodernas, la inexis
de la economía socialista como tal. En segundo lugar, tencia o, en todo caso, la precariedad del conocimiento
sin embargo, esto demostró ser un telos inalcanzable científico exponía al género humano, indefenso, a las
y la escasez no sólo siguió definiendo el horizonte iras de la Naturaleza, reduciéndolo a un nivel económi
meta-físico del socialismo, sino que fue vivida como co de mera subsistencia. En esta situación, la «escasez»
un perpetuo y abrumador ciclo de estrecheces, en una parecía la eterna compañera del peregrinar humano, si
palabra, como sufrimiento por la población. En tercer bien en el mundo premoderno había amplios contin
lugar, como fiasco y causa de la irritación y la rebe gentes con estilos de vida protegidos de la escasez; de
lión popular, fue mensaje de condena y memento morí hecho, más protegidos de ella que en el moderno. Pues
para el aparato dominante, por lo que debía sumergir una de las singularidades de la dialéctica hegeliana del
se en un estrato profundo del inconsciente colectivo amo y el esclavo era que el amo, la persona que domi
a fin de que pudiese sostenerse su arrogante creencia naba y nunca trabajaba, no vivía en la escasez. La ob
en su propia misión histórica. servación de Marx acerca de que el estómago es el lími
te último a la satisfacción quería decir, por una parte,
que «la palabra del estómago» era limitada y vulgar por
LA ESCASEZ, LAS NECESIDADES Y EL su facilidad para ser satisfecha y, por otra, que podía
MERCADO efectivamente satisfacerse. En el último sentido, el
mundo de aquellos cuyos estómagos están satisfechos
Escasez es una categoría demasiado amplia para hasta un límite más allá del cual no es posible la vida
servir como fenómeno nuclear interpretativo de la teo humana, no pertenece al dominio de la escasez. Pero
ría de cualquier tipo particular de economía, pues to por la misma razón tampoco pertenece al futuro.
das las organizaciones económicas tienen como finali
dad hacerle frente. Si la «Naturaleza» ofreciese más de El «progreso» y el «trabajo» han trasladado la es
lo que necesitamos en cualquier momento dado y lo hi casez a la vida de los modernos en dos sentidos diferen
ciese regularmente y de forma ya lista para su uso, no tes. El «progreso» prescribe que hemos de estar eterna
habría producción ni economía. Por tanto, en lo que mente insatisfechos con nuestra actual condición y
sigue se va a utilizar el término «escasez» en un sentido que, por tanto, nuestras necesidades (nuestras funcio
más especificado. Además, hay que distinguir clara nes imaginarias) se adelantan permanentemente a lo
mente las categorías de «escasez» y de «penuria». La que la ciencia y la tecnología puedan ofrecer en térmi
principal distinción entre ambas es que «escasez» es un nos reales. Es en el sentido de este estado de progreso
fenómeno (y una categoría) de limes (el límite a los es eternamente insatisfecho e imposible de satisfacer que
fuerzos humanos para alcanzar la abundancia o la ple las necesidades actúan como aguijón y estímulo del de
na satisfacción, la línea de frontera más allá de la cual sarrollo científico y tecnológico. El «trabajo», por otra
se sitúa el cuerno de la abundancia, al que siempre se parte, crea una versatilidad de necesidades para las que
aspirará aunque nunca será alcanzado); mientras que el estómago ya no puede ser el límite absoluto y en las
que es un imperativo el cálculo y la «contabilidad» per castigo metafísico por esa combinación que ofrecen
sonales (que tienen como objeto los propios recursos, nuestros insaciables deseos y limitadas capacidades,
activos, energías y tiempo). No obstante, la contabili como un principio elegido, «libre», de la motivación
dad y el cálculo son en sí mismos signos de escasez. En económica. Esto sucede primariamente al presentar la
principio, la escasez podría ser expulsada de la vida de escasez autogenerada como una motivación antropoló
los modernos en forma de un bloqueo permanente de gica necesaria del homo oeconomicus, algo que debe
la imaginación «progresiva» (el ritmo al que avanza la ser internalizado y aceptado para que el individuo sea
satisfacción de necesidades) derivado bien del estableci «normal». La modernidad capitalista desdeña el cuerno
miento permanente de una dictadura sobre la articula de la abundancia, la vieja utopía de la Edad de Oro en
ción de las necesidades o, algo de un radicalismo muy la que la naturaleza «rinde» y nosotros consumimos
superior, de un tipo de lavado de cerebro más formida pasivamente. La ética protestante es la dimensión moral
ble que el practicado por el totalitarismo: por ejemplo, fundacional del capitalismo, en el sentido de que nin
a través de la transformación del código genético. guna comida es gratis y debemos hacer arduos esfuer
zos para conseguir cualquier cosa. Difícilmente puede
Por otra parte, la penuria, como categoría de «flu caber duda de que la hazaña histórica de convertir en
jo», es demasiado concreta y pragmática como para sedentaria a una humanidad nómada y errante, de pro
darle una entidad metafísica. Es el resultado típico del piciar la transición del campo a la ciudad, de transfor
Mercado Universal. Cuando la producción de mercan mar un mundo abrumadoramente agrario en un uni
cías y el valor de cambio se generalizan y dominan el verso urbano de predominio industrial, sólo pudo
mundo, el «mercado» deviene ubicuo y simbólico en el llevarse a cabo haciendo de la escasez un estímulo, un
sentido de que está en todas partes pero ya no está vin resorte económico. Esto implicaba que se promoviese
culado a ningún espacio físico concreto. La «ubicui por todos los medios un incesante aumento de las capa
dad» tiene un precio: desde el momento en que el com cidades creativas humanas en tanto que principio y
prador ya no es percibido de manera física-directa, hay práctica positivos que el socialismo heredaría del capi
siempre cálculos erróneos a la hora de identificar las talismo y asimilaría acríticamente en su propio univer
necesidades solventes. Es este cálculo erróneo el que so, igualmente fáustico, de imaginación política y so
causa sobreproducción de un lado y penuria de otro. cial. Implicaba asimismo el desarrollo de casi todas las
No obstante, el mercado tiene la elasticidad suficiente principales enfermedades culturales de la humanidad.
para, apoyándose en un grado mínimo de intervención El culto a la victoria sobre la escasez por medio de la
externa, ajustarse a la situación causada por sus pro hipertrófica generación de capacidades tecnológico-
pias percepciones erróneas de las necesidades, de tal productivas y la histérica aceleración de su ritmo ha
manera que puede eliminar las penurias. El mercado originado las neurosis del trabajo, las patologías de la
universal es, por tanto, no una negación sino antes bien sed de ciclos de consumo material sin límite y de un
una postulación de la escasez (a través de categorías in poder ilimitado.
herentes a un sistema de mercado dinámico como creci
miento, progreso tecnológico, necesidades que avanzan Pero hay una patología cultural específica, particu
por delante del estado actual del desarrollo técnico); larmente peligrosa, que no es fruto de la victoria sobre
pero el mercado es, o debería ser en condiciones «nor la escasez. Al contrario: fue precisamente en oposición
males», una negación de las penurias. a ella por lo que se inventó el culto anti-escasez. Se tra
En tanto que fenómeno económico par excellence ta del ennui. El impulso fáustico anti-escasez de la pro
la escasez aparece como la confluencia de dos tenden ducción capitalista se puso en marcha con el objeto de
cias. La primera es la transformación de economías es luchar contra la inercia de la saciedad fácil y perma
táticas y de reproducción no ampliada en economas en nente, que es una aguda amenaza contra la civili
constante crecimiento (el cual, como señaló Michel zación.
Henry, fue posibilitado por la conjugación del motivo
del beneficio con la «máquina de ciencia-tecnología» Quienes peroran incesantemente contra la intensi
del tipo de Galileo); la segunda es el reconocimiento de ficación capitalista de la productividad del trabajo
las libertades universales y su inserción en el ámbito como explotación así como contra la religión del consu
económico. El hecho de que en principio deben tomar mo y quienes, no sin razón, ponen de manifiesto las de
se en consideración como derechos potenciales las ne formaciones morales y psicológicas que se siguen de
cesidades de todos y, por tanto, como guías de la «pro esta tendencia, suelen olvidar el peligro opuesto, de al
ducción social», en su mayor parte cuando se trata de cance y profundidad parejas, a saber: el tedio social ge
necesidades solventes, pero en ocasiones también cuan neralizado con su síndrome concomitante, y alarmante
do no lo son (asistencia sanitaria), intensifica el (reco mente destructivo, que es la gran extensión de la
nocido) aspecto ligado a las necesidades, la demanda y adicción de masas. El olvido de este peligro opuesto es
las expectativas de la economía moderna hasta tal pun tanto más sorprendente en la medida en que vivimos
to que la «máquina de ciencia-tecnología» no orientada en una época en la que esta cuestión ha pasado a pri
al beneficio puede mantenerse al nivel de su ritmo mer plano de la actualidad en los países con las econo
autoacelerado. mías capitalistas más desarrolladas. El anticonsumismo
radical de los movimientos de los años sesenta cuestio
Quizás el rasgo superior más importante de la or naba la motivación ordinaria del trabajo en una econo
ganización capitalista de la economía en comparación mía capitalista-consumista con gran elocuencia y pene
tanto con tipos anteriores de economía como con su ri tración crítica, pero era incapaz de ofrecer cualquier
val moderno, el socialismo de estado, haya sido la elás alternativa. El culto al éxtasis artificialmente inducido
tica y múltiple propensión a transformar la escasez y el cuestionamiento relacionado de las motivaciones
autogenerada (en sí misma un minus, una laguna) en para trabajar, así como el ennui, que emerge en masse
un principio positivo, en una sobresaliente fuerza pro en este vacío, están estrechamente interrelacionados.
pulsora dinámica del sistema. En cierto sentido, el sis Actualmente el culto al éxtasis artificial ha rebasado
tema económico capitalista ha hecho el milagro de pre ampliamente los círculos de intelectuales críticos y se
sentar a la escasez, la eterna maldición ontológica, el ha convertido en algunos países, especialmente en Esta
dos Unidos, en una enfermedad popular, si bien conti en valores de uso concretos. El giro socialista, por tan
núa siendo percibido como una materia sujeta a trata to, implica la liberación-excavación de una naturaleza
miento técnico-legal, y no como un síndrome cultural humana «natural» (cuya expresión material sería el
que emerge de las ruinas de la ética protestante del tra agregado de valores de uso) de la sofocante costra de
bajo. El culto actual es una reacción, y una falsa tera la naturaleza humana histórica y reificada de valores
pia, al tipo de tedio que produce el cuerno de la abun de cambio o mercado universal. Una vez suceda esto,
dancia antes de la saciedad y un estado de parálisis se alcanzará la abundancia auténtica en el sentido,
autoinducida de aquellos que no creen ni en la posibili muy simple, de que por primera vez en la historia la
dad de saciarse ni en que valga la pena el esfuerzo de producción se organizaría en vista a la gama «genui-
hacerlo. Representa el final de la ética protestante del na», aunque limitada, de valores de uso (y no en fun
trabajo y plantea un dramático desafío al funciona ción de los valores de cambio y el beneficio); y además
miento apropiado de la economía capitalista (pero tam porque, también por primera vez en la historia huma
bién de la civilización tal como la conocemos). na, esos valores de uso se podrían producir en cantidad
suficiente para dar plena satisfacción a las necesidades
El socialismo cuestiona la estructura económica humanas «naturales». Como resultado, en el escenario
capitalista precisamente en lo referente a la escasez, for de Marx la cuestión social no quedaría sencillamente
mulando una argumentación en tres niveles. Primero, «resuelta» (lo que sería el pedestre «fin de la historia»);
el socialismo afirma que la aceptación de la escasez quedaría «abolida», suprimido su espacio en la Histo
como un dato ontológico que no puede ser eliminado ria. Al mismo tiempo, este giro de tanta envergadura
de la vida humana es un mero vestigio religioso de la sacaría a la luz de entre los escombros del mercado uni
«ideología» del capitalismo; esta es la razón por la que versal el principio real de la racionalidad económica, el
el «hecho» de la escasez es un fundamento tan básico del Trabajo General. Su sola sustancia es el tiempo ne
de la ética protestante del trabajo. Ahora bien, el pano cesario para su reproducción en términos de la cual
rama será totalmente diferente en un orden social co puede ser planificada la reproducción social y por tanto
nectado con la ciencia liberada del motivo del benefi el futuro.
cio. En segundo lugar, los socialistas siempre han
afirmado, acertadamente, que en la valoración positiva Frente a esto, los autores del libro, críticos de
de la escasez por la ideología dominante del capitalis Marx, blanden los siguientes contra-argumentos. La
mo hay una inconfundible hipocresía: quienes exaltan posición de Marx, en primer lugar, implica una inadmi
las virtudes de la escasez no saben lo que es la falta per sible naturalización de los valores de uso. En realidad,
manente o la penuria de las mercancías básicas necesa los valores de uso «están en la historia», lo mismo que
rias para una vida confortable. Finalmente, los socialis los medios para producirlos y obtener satisfacción de
tas siempre han asegurado que ha llegado el momento ellos. La producción de los complejos valores de uso de
en la modernidad, en esta era de revoluciones políticas, la modernidad es un proceso extremadamente costoso,
sociales y tecnológicas, de que se haga efectiva la vo drásticamente distinto de la simplificadora presenta
luntad potencial y política de resolver o abolir «la cues ción que hace el Marx «naturalista». En segundo lugar,
tión social», que no es otra cosa sino la escasez experi Marx comete también el error inverso del tipo de los
mentada como agravio por la inmensa mayoría. que él criticaba acerbamente en los «economistas bur
gueses»: al discutir las fuentes de la riqueza, ignoraba
lEs posible una economía política crítica? describe la Naturaleza; en su presentación la riqueza fluye tan
el desafío teórico más complejo a la escasez: el de sólo del manantial del trabajo. Si Marx hubiese tenido
Marx. Según los autores de este libro, el enfoque de en cuenta seriamente la Naturaleza, esto es, el carácter
Marx se basaba en un dilema inherente desde el princi no inagotable de los recursos naturales, si hubiese teni
pio. Con la distinción teórica entre valor de uso y valor do en cuenta la dificultad de sustituir un recurso natu
de cambio Marx, según se afirma, introdujo en su siste ral por otro y este tipo de cuestiones, habría sido cons
ma la tensión entre lo natural y lo sociohistórico: el va ciente de los obstáculos a la abundancia y de la
lor de uso remite a la «naturaleza» (los humanos, «por complejidad de la tarea de producir la gama supuesta
naturaleza», tienen una gama limitada de necesidades mente limitada de valores de uso que son necesarios
que pueden ser satisfechas por medio de una gama (con sólo una cantidad mínima de variantes históricas)
igualmente limitada de «satisfactores naturales» o valo para dar satisfacción a las necesidades humanas «ge
res de uso), mientras que el valor de cambio remite a rminas». Sin embargo —prosiguen los críticos— aun si
la Historia. Hasta el advenimiento del capitalismo el al aceptamos las premisas de Marx y consideramos el tra
cance y volumen de la producción humana era dema bajo como la única fuente de la riqueza, no por ello
siado limitado para producir una cantidad suficiente de sería posible la abundancia sin límites y el final de la
satisfactores; la «naturaleza humana» quedaba confi escasez. El limite último es la escasez de tiempo de tra
nada en la prisión de una Historia que tenía limitada bajo, dado que en cada momento sólo existe una canti
potencialidad. Pero con las múltiples revoluciones de la dad limitada de personas que pueden realizar tareas
producción capitalista aparece la posibilidad abstracta productivas durante un tiempo asimismo concreto y
de la abundancia, de la satisfacción de todas las necesi dado, es decir, limitado; y esta suma de portadores de
dades humanas con valores de uso. El hecho de que se tiempo de trabajo se enfrenta a una Naturaleza ilimita
haya quedado precisamente en eso, en una posibilidad da e inagotable. Pero éste es, de hecho, un argumento
abstracta, se debía a la circunstancia de que el mercado inadecuado, porque acepta implícitamente la posición
universal y ubicuo, que fue el propulsor esencial de la metafísica-precrítica de Marx y deriva de ella una con
revolución de la producción pero que también «reifica- clusión que es invariablemente falsa. El Tiempo de Tra
ba» los resultados de esta producción, producía valores bajo —o los concretos y limitados agentes de la produc
de uso sólo para necesidades solventes, es decir, sólo ción que disponen de un tiempo de trabajo limitado y
aquellos objetos que podían servir como valores de su suma— jamás se enfrenta a la Naturaleza Ilimitada
cambio al mismo tiempo. Una naturaleza humana «rei- en tanto que tal, que es la Cosa-En-Si, esto es, inaccesi
ficada» (e historicista) de valores de cambio recubre y ble para ellos. A lo que se enfrentan es a la naturaleza
anula la naturaleza humana «real» (natural) encarnada concreta y limitada, tal como la configuran las ciencias
Foto V. Schustow, Nikita Krustchef maig de 1964
naturales concretas y dadas, y se enfrentan a ella a tra «naturaleza para nosotros»— es la excepción más que
vés de la mediación de la tecnología en el nivel concre la regla). La conclusión última es que la propuesta mar-
to en que se sitúe. En esta confrontación ninguno de xiana de una economía basada en la contabilidad del
los actores es ilimitado. Normalmente, van a la par tiempo de trabajo puro, con exclusión de las mediacio
—entre otras cosas también en el sentido de que los nes del mercado, es una completa imposibilidad.
agentes del trabajo tienen una cantidad suficiente de
tiempo de trabajo disponible «en la mano» para resol Los laberintos de la posición de Marx, al igual que
ver el problema particular que plantea la «Naturaleza», los de su brillante y elaborada crítica, sólo nos interesa
es decir, la ciencia y la tecnología. (Un escenario en el ban para demostrar que ni la «causa» (el lugar estructu
que un problema científico ya resuelto teóricamente no ral) ni la función de la escasez en las dos economías
pueda ser trasladado a la tecnología —un fragmento de modernas en concurrencia pueden ser adecuadamente
«naturaleza para sí» que no puede ser transformado en comprendidas en términos de la metafísica marxiana.
Debemos mirar en direcciones diferentes. La primera na de la ciencia-tecnología». Ni siquiera la población
consideración es por fuerza negativa: en oposición a actual de la tierra, tan enormemente acrecentada, está
una premisa ampliamente compartida, en la economía condenada a vivir en el límite de la supervivencia bioló
moderna la «causa» de la escasez no es «natural». La gica, y si bien es cierto que hay grupos numerosos que
prueba mayor de este aserto es el fiasco malthusiano. siguen estando condenados a ello, no es difícil encon
En la actualidad superamos varias veces el nivel de la trar una explicación social de esta situación. Además,
predicción malthusiana acerca del crecimiento de la po como se ha señalado, la escasez se ha transformado en
blación y, sin embargo, producimos una cantidad más la producción moderna en un telos (en el objetivo de
que suficiente de alimentos para atender a la supervi producir mañana todos los objetos que se encuentran
vencia de la humanidad. Si hay hambre en el mundo, hoy en la imaginación social artificialmente generada
está originada por el hombre mismo, no está causada y que aún no hemos producido). La escasez actúa tam
por la «escasez natural». El argumento de la escasez, bién como motivación colectiva y personal: por prime
tan típico del siglo XIX, está desapareciendo también ra vez en la historia la victoria sobre la escasez parece
de la propia argumentación ecologista: hoy por hoy, la una propuesta factible; el trabajo, por tanto, aparece
cuestión no es tanto «el agotamiento de los recursos na como un modo de vida remunerador. Este tipo de moti
turales» como, más bien, que violentamos, contamina vación puede conjugarse o no con la parafernalia habi
mos y destruimos la naturaleza. La «causa» de la esca tual de la ética protestante del trabajo, pero parece ha
sez es, por consiguiente, artificial. El lugar estructural ber funcionado eficazmente durante bastante tiempo y
de la escasez en el mundo moderno lo ha creado la teo sólo en la actualidad muestra síntomas de crisis inter
ría y la práctica del «progreso» y la necesidad de dina na. Empero, la escasez, como se ha subrayado, nunca
mismo. Heidegger estaba orgulloso de que su filosofía se vence definitivamente; antes bien, se perfila de nue
estuviese exenta de la principal enfermedad de la filoso vo artificialmente. «Artificial», en este contexto, no in
fía moderna, la «imaginación tecnológica»; y sin em dica algo «ajeno a la naturaleza del mundo moderno»;
bargo su lema, «todo comienza con el futuro», es la más bien describe el mundo moderno, que es, en con
máxima de la producción moderna. En función de la traste con el premoderno, un orden «no natural». Pues
producción, tanto como en otros sentidos, la moderni la modernidad se alimenta del ciclo siempre expansivo
dad está estructuralmente proyectada hacia el futuro, de «producir escasez-producir para vencer la escasez-
del que se presume que es mejor, más rico, más grande, reproducir la escasez». Es este ciclo el que aporta moti
más confortable, más pleno de los milagros de la cien vación para la producción, hace al espíritu humano in
cia y la tecnología que el presente. Esto no es mera mune al tedio autodestructivo y mantiene atareada a
«ideología» que pueda ser abandonada a voluntad. La la creciente población del planeta; es este ciclo y no
fe en el progreso, la orientación al futuro y la búsqueda cualquier cantidad ficticia de bienes que exceda a la
del dinamismo («el carácter revolucionario») son condi cantidad planificada de necesidades, ni tampoco algún
ciones esenciales para que la modernidad prosiga su estático cuerno de la abundancia, lo que garantiza la
existencia altamente no natural. La percepción de supervivencia y la relativa buena salud del mundo mo
Fausto era correcta: al pronunciar la fórmula «Perma derno. El criterio principal de la factibilidad interna de
nece todavía un momento, eres tan hermoso», cuando los dos sistemas rivales era, por consiguiente, no tanto
lo que desea es detener el curso ascendente, se socava el resultado cuantitativo de la producción masiva lleva
la propia vida como proyecto, como arquetipo de lo mo da a cabo en cada uno de ellos, como —más bien— la
derno. Pero sólo si detenemos el momento, si hiberna cuestión de cómo podían enfrentarse sus economías
mos las necesidades del presente y las interpretamos respectivas a la escasez.
como «eternas» y «naturales», sólo entonces podremos
poner fin a la escasez porque sólo entonces podremos Para entender el éxito del capitalismo frente a la
producir para las necesidades del presente. Pero en un escasez debemos valernos de las importantes categorías
sentido más profundo, incluso esto es imposible, por de penuria «vertical» versus «horizontal» introducidas
que la necesidad de perpetua trascendencia del presente en el discurso por el magnum opus de Janos Kornai.
está inscrita en la «institución del imaginario social» de La penuria de bienes aparece como vertical cuando la
los modernos. Y debido a esta sola, pero crucial, necesi población, cuya imaginación ha sido dirigida a cierto
dad, únicamente podemos producir en la medida en tipo de consumo pero no puede encontrar los objetos
que nosotros mismos postulemos la escasez. Porque sin apropiados, considera que aquélla es estructural, que
hipostasiar el futuro como más progresivo en el sentido ha sido causada por el propio sistema y atribuye la cul
de más grande, más rico, etc., que el presente y sin en pa de lo que sucede a los responsables del mismo. Preci
tender el presente como cargado de escasez precisamen samente porque la imaginación moderna dominante
te en el sentido de que no es el futuro, no hay produc implica que tanto la escasez como los antídotos a ella
ción m oderna, ni innovación tecnológica, ni son obra humana, y no un destino natural, si persisten
motivación para trabajar. las penurias verticales y si llegan a convertirse en rasgo
característico de un entramado social, entonces prevale
La escasez aparecía en todos los tipos premodernos ce un sentimiento dominante de irracionalidad. Por el
de producción como el límite ontológico, en forma de contrario, si la penuria es horizontal, resulta posible ha
hambres masivas y recurrentes, plagas y catástrofes na llar regularmente remedio en el mismo nivel en el que
turales frente a las que no existía protección de ningu aparece ésta (puede que no se encuentre una mercancía
na clase. Durante la mayor parte de la historia de la que determinada en una tienda, pero sí en otra). La satisfac
tenemos constancia el sino de la mayoría de los huma ción horizontal puede ser hipotética, no real, pero la
nos ha sido permanecer en el límite mismo de la mera gente debe tener confianza en que la eliminación de la
supervivencia biológica. Todo esto parecía debido a la penuria (satisfacción de necesidades) es horizontalmen
Naturaleza, a un poder ajeno y superior a nosotros, te posible en cualquier momento en que lo desee.
frente al que nada podía hacerse. Sin embargo, la mo
dernidad alteró drásticamente el estatus de la escasez El capitalismo ha conseguido presentar la inmensa
al combinar una organización económica universal, mayoría de las penurias que se dan en él como horizon
orientada al beneficio y al crecimiento, con la «máqui tales, esto es, como susceptibles real o hipotéticamente
de eliminación trasladando a otro punto la búsqueda de una meta-autoridad) sería tachado de la lista de bienes
los bienes, aun en aquellos casos en que la penuria (por socialmente necesarios. El segundo implicaba una eva
ejemplo, la oferta insuficiente de atención de salud en luación cuantitativa: todo aquello que continuase sien
muchos países) era realmente «vertical». Esto ha sido do reconocido como socialmente necesario había de ser
así por dos razones. En primer lugar, la «producción producido exactamente en la cantidad precisada para la
sólo para necesidades solventes» puede que sea un prin satisfacción de las necesidades o, en otras palabras, en
cipio socialmente injusto, tras el cual se oculta todo un la cantidad necesaria para eliminar completamente la
cementerio de anhelos, deseos y apetencias insolventes, escasez. De esta dogmática afirmación acerca de la po
y por tanto malogrados. Pero al menos hace posible el sibilidad de eliminar totalmente la escasez se derivaban
cálculo y la contabilidad («racionalidad instrumental») tres tendencias negativas. En primer término, en justo
hasta el punto que las penurias ocasionales se quedan castigo a su arrogante e infundado absolutismo, el so
en un nivel horizontal y raramente aparecen como ver cialismo de estado tenía que renunciar a las ventajas
ticales y estructurales. La sensatez y la inclinación an del manejo positivo de la escasez que el capitalismo
tiutópica del capitalismo, en otros aspectos problemáti puede movilizar en su propio beneficio. Por supuesto,
ca, resulta rentable en este sentido: mientras que las una incesante y huera retórica acerca de las dificultades
necesidades insolventes son calificadas de quiméricas y de superar el atraso histórico heredado, el legado de in-
su expresión se considera «vanas utopías», las necesida fradesarrollo industrial, emanaba constante y copiosa
des solventes son reconocidas, la producción se orienta mente de las bocas de los actores políticos. Esto estaba
a ellas, son elevadas al nivel de «única realidad», y las fuera de lugar, pues la escasez en el sentido del presente
penurias que aparecen en el proceso de su satisfacción análisis no tiene nada que ver con la infraindustrializa-
quedan en un nivel efectivamente horizontal. En se ción y el atraso económico; es una constante
gundo lugar, el antiutopismo escéptico del capitalismo estructural-ontológica de la producción moderna, diná
hace posible un cierto grado de franqueza que el socia mica y orientada al crecimiento, también en los países
lismo absolutista autocensuraba y suprimía neurótica industrialmente desarrollados. Pero mientras los llama
mente: en lo que se refiere al crecimiento, puede admi dos handicaps del subdesarrollo eran constantemente
tirse abiertamente que crea un cierto tipo de enfatizados por los aparatos comunistas (y utilizados
estimulante escasez. Es esta aceptación lo que hace que como excusa para la incompetencia y el terror sistémi-
la producción estructural, superación y reproducción cos), se descartaban a la vez, y siempre, los aspectos re
de la escasez aparezca en una sociedad de mercado levantes de la escasez para el socialismo como tal. En
orientada al bienestar como penuria horizontal, no ver segundo lugar, los socialistas vinculaban el final de la
tical. Por consiguiente, es vivida como tensión y estí escasez a la producción de una cierta cantidad, arbitra
mulo, por mucho que pueda, y en ocasiones deba, re riamente fijada, de bienes, en vez de admitir que la úni
sultar penosa. ca solución lógicamente concebible habría sido la limi
tación del sistema dinámico de necesidades del hombre
El socialismo de estado abordaba la cuestión cen y la mujer modernos (así como la internalización por
tral de la escasez con la firme intención de resolverla su parte de esta limitación). Esto era mucho más que
de una vez y para siempre. Todas las promesas esencia un error lógico. Su fruto fue el tipo más extraño y, en
les del socialismo se vinculaban con la premisa de la términos de consecuencias prácticas, más devastador,
abolición total de la escasez. En un nivel pedestre, pero de fetichismo de la mercancía en una sociedad cuyos
altamente popular, la escasez se presentaba como la padres fundadores en el campo teórico habían descu
«cuestión social» y el socialismo se comprometía a bierto el síndrome del «fetichismo de la mercancía» y
aportar la solución final a la cuestión social. Al mismo lo habían condenado en los términos ms severos po
tiempo, esta proeza parecía ser un punto de honor para sibles.
los socialistas, especialmente porque el capitalismo,
este modo de producción revolucionario, aparentemen Tomemos la extraña cuestión de la llamada restric
te era incapaz de realizar sus propios sueños fáusticos ción presupuestaria débil en la economía del socialismo
relacionados con el advenimiento de la sociedad de la de estado. El término lo acuñó Kornai y resulta esclare-
completa abundancia. Pero además la tarea parecía fá cedor. Se refiere al sistema de protección estatal que ga
cil de realizar, no sólo a los ojos de Marx, sino a los rantizaba la supervivencia de las empresas con inde
del socialista medio. La industrialización capitalista ha pendencia de sus resultados económicos. No hace falta
bía creado, de acuerdo con la convención más general, decir que este sistema echa a perder cualquier tipo de
el equipamiento suficiente para dominar la naturaleza. racionalidad económica. Kornai señala asimismo, acer
Los hombres y mujeres modernos no estaban condena tadamente, que este régimen no sólo es profundamente
dos a la escasez por causa de la hostilidad y la usura irracional, sino que genera también una especie de desi
de la naturaleza. El único obstáculo era un mal sistema lusión histórica en todos aquellos que, siguiendo los
social llamado capitalismo. Pero esto podía enmendarse pasos de Max Weber, no esperaban milagros del socia
con un gesto político: con la revolución proletaria. lismo de estado, no esperaban desde luego el cumpli
miento de sueños mesiánicos del tipo del «fin de la alie
Los socialistas, incluidas sus mentes más esclareci nación», pero sí tenían una expectativa específica
das, se han preocupado muy poco por el dilema inhe asociada a él, el cumplimiento del programa schumpe-
rente a su proyecto, a saber, por el problema de que si teriano de la «destrucción revolucionaria» de todos los
la escasez puede realmente ser completamente abolida, elementos de atraso en la producción moderna. Schum-
entonces el crecimiento, y la dinámica de la moderni peter entendía que el capitalismo, con su característica
dad en general, serían también abolidos. Creían que te falta de sentimentalismo hacia los idílicos encantos del
nían una respuesta teórica a esta cuestión: la planifica pasado y cualquier otra cosa que no rinda beneficios
ción, la cual, en su presunta superioridad sobre el o sea ineficiente, destruiría cualquier sector concreto o
cálculo del mercado, implicaba dos actos en principio tipo de producción que no se ajustase a los requeri
simultáneos. El primero, de selección racional o de con mientos y expectativas modernas. Por implicación, el
trol: todo lo que hubiese sido producido «superflua- socialismo de estado, que no siente ningún respeto por
mente» en el pasado (en términos de la racionalidad de la única cosa a la que rinde culto el por lo demás irreve
rente capitalismo, es decir, la propiedad privada, se su pas de cualquier catástrofe a la nomenclatura era un
ponía que destruiría de modo literalmente revoluciona justo castigo por sus grandilocuentes pretensiones y
rio aquellas unidades de producción que se satisficieran promesas. Finalmente, la combinación de la ubicua pe
los criterios modernos bajo el capitalismo. Cuando nuria «vertical» con las promesas de traer el reino de
Max Weber hablaba del posible papel racionalizador de la abundancia ilimitada, la creación simultánea de un
un socialismo de estado burocrático seguramente esta sistema de derroche y de abastecimiento insuficiente,
ba pensando en esta actividad radical de limpieza. Le desembocó en una atmósfera de absoluta irracionali
jos de ello, durante setenta años ha imperado un régi dad. La sociedad que había prometido guiar a la huma
men económico que si por un lado no albergaba el más nidad a una era de suprema racionalidad aparecía en
mínimo reparo filantrópico a la hora de reimplantar el la conciencia de sus súbditos como un manicomio espe
trabajo esclavo a escala de millones y millones de hom cialmente trastornado. Por tanto, el socialismo de esta
bres y mujeres deportados, por otro otorgaba sentimen do sufrió su más importante derrota en esta área cen
talmente su protección a factorías y empresas que fun tral de la economía moderna. En lugar de eliminar
cionaban con una tecnología primitiva y en base a completamente la escasez, la aumentó con su histérica
lunáticos criterios de coste-eficiencia. La única función e inhumana búsqueda del crecimiento rápido, su irra
revolucionaria, la destrucción en sentido schumpeteria- cional sistema de cálculo económico y su tiránica so
no, que este tipo de régimen podía haber cumplido (en breprotección de unidades de producción ineficientes.
cuyo caso habría podido al menos dejar un legado tec La escasez, que estaba desapareciendo rápidamente se
nológico positivo), nunca se verificó. No parece que gún la propaganda oficial, se convirtió en la experien
haya otra explicación para este extraño fenómeno que cia humana fundamental en el socialismo de estado,
lo que hemos denominado más arriba el fetichismo de bajo la destructiva forma de penurias ubicuas y perma
la mercancía del socialismo de estado. Dado que para nentes, como fuente de sufrimiento y nunca como fuer
la nomenclatura la producción de cantidades crecientes za motivadora de la actividad productiva.
de bienes materiales era la garantía teórica de la realiza
ción del imposible objetivo de la eliminación de la esca La combinación de promesas grandilocuentes y la
sez (así como legitimación de su poder en general), escasez vivida como sufrimiento era una mezcla que in
nunca se decidió a demoler o a desmantelar ninguna vitaba a la rebelión. El control, por tanto, debía insertar
unidad que produjese bienes, aunque la calidad de és se en el régimen no simplemente en la forma de una
tos fuese la peor posible o se produjesen a un coste coerción extraeconómica. La estructura misma de la
exorbitante. Al mismo tiempo, sus miembros nunca tu economía tenía que servir como una red de mecanismos
vieron la más mínima vacilación para actuar «de mane de control: esto es lo que puede llamarse «dictadura so
ra revolucionaria» hacia los seres humanos, esclavizán bre las necesidades». Lo que ha de discutirse aquí es la
dolos a millones. El programa absolutista de abolición forma, no la sustancia de este mecanismo de control
de la escasez y la producción ineficiente de montañas económico. El sistema más consistente de economía
de costosa basura estaban ligados de la manera más es como control fue el «comunismo de guerra» de la Rusia
trecha uno a otra en el sistema de la economía de soviética en los años 1918-1921, que se reprodujo con al
mando. gunas modificaciones en Camboya. Éstas eran las for
mas teórica y prácticamente puras del comunismo y los
Como resultado, en tercer lugar, la escasez era la comunistas «ortodoxos», o más sensibles a la teoría,
experiencia fundamental de cualquier habitante de los como Bujarin o Lukács vivieron su abandono como una
países de socialismo de estado que no perteneciese a la derrota devastadora. Tenían razón en un sentido: sólo el
nomenclatura. Se vivía como escasez física y, como tal, «comunismo de guerra» estaba libre de compromisos
como sufrimiento, porque implicaba la carencia de to con elementos estructurales de la economía moderna
dos aquellos bienes que hacen la vida agradable en el («burguesa»); lo que siguió al abandono de la pureza del
sentido cotidiano más elemental. No es necesario alu comunismo de guerra fue un tipo híbrido de economía.
dir a las locas guerras de Stalin, los asedios de ciudades, Alegaba ser socialista y un contrapunto al capitalismo;
los bloqueos, las hambres causadas por decisiones hu sin embargo, estaba profundamente contaminado por
manas, las deportaciones en masa o los campos de con las categorías y especificidades estructurales del capita
centración. Con mucha mayor moderación, en la escala lismo. En contraste, el «comunismo de guerra» había
y los procedimientos, la penuria era la experiencia fun abolido el intercambio de mercancías, la remuneración,
damental de la vida en este régimen incluso en los pe- el dinero, las transacciones financieras, la propiedad de
ríodps más pacíficos. Por otra parte, era vivida invaria todas clases, el cálculo, la inversión, la cuantificación de
blemente como penuria «vertical», esto es, como las necesidades, el capital y la acumulación de capital,
escasez que tenía causas estructurales inherentes al pro el presupuesto del estado —prácticamente todos y cada
pio régimen. El estudio del folklore de bromas y chistes uno de los posibles apartados de cualquier libro de texto
bajo el socialismo de estado permitiría constatar que, moderno de economía política. Era un sistema de sub
en este régimen, los hombres y mujeres estaban total sistencia, de relaciones económicas directas, de persona
mente convencidos de que si había poco o demasiado a persona, basado en una considerable igualdad en tér
sol, si no se podía cultivar naranjos en el Polo Norte, minos de los bienes destinados al consumo personal; y
si la tierra temblaba y crujía bajo nuestros pies, de algu precisamente por esta via implicaba una constante vigi
na extraña manera todo era responsabilidad de las auto lancia y una violencia continuamente administrada, no
ridades del partido y el estado. Y esto no era un signo sublimada. No obstante, debido a una mezcla de razo
de un exceso de estupidez o de histeria política en el nes en parte históricas y en parte teóricas, este sistema
homo sovieticus. De hecho, dado que el régimen alar de excesiva pureza y de violencia estaba condenado a te
deaba continuamente de sus poderes de transformación ner corta vida; o se hundió o fue abandonado en favor
(incluyendo lunáticos planes de transformación de la de una transición a una economía socialista de mando
naturaleza en general, de hacer cultivables por decreto «madura».
terrenos tradicionalmente estériles, de invertir y modifi
car principios milenarios de la agricultura), la alusión El enfoque habitual de los analistas teóricos del
a sus engaños y el cargar indiscriminadamente las cul purismo del comunismo de guerra sugiere que el siste
ma de planificación representaba el contrapunto insti Consideramos el crucial ejemplo del mercado. Uno
tucional a la economía moderna (capitalista) prescin de los debates más superfluos de la historia de las doc
diendo de todos los rasgos estructurales de esta última. trinas económicas es la discusión, que aún sigue, acerca
Esto no es cierto en absoluto. El compromiso leninista de si podía o no podía introducirse en el «socialismo
que desilusionó a tantos creyentes ortodoxos, es decir, real» el «mercado simulado» de tipo Lange. Pues, de
el paso a la política encarnada en la NEP, implicaba hecho, el «mercado simulado» sí que fu e introducido.
una táctica doble. De una parte se reintrodujeron las Simplemente no se entendería el funcionamiento de la
instituciones básicas de la economía moderna economía «madura» de mando, sus movimientos y flu
—mercado en lugar de distribución directa en especie, jos capilares más importantes se perderían sistemática
dinero, salario, precios, impuestos, inversión, porcenta mente de vista, si asumiésemos que el socialismo de es
jes y similares—, utilizándolas tanto en el cálculo eco tado era un sistema basado en relaciones de persona a
nómico como en la discusión teórica. Esto se conjuga persona y en la distribución directa. Si damos por sen
ba con debates completamente hipócritas y estériles tado que el «socialismo real» era un sistema en el que
acerca de qué diferencia había entre las categorías eco no existían estructuras y canales de mercado formales,
nómicas «socialistas» y sus equivalentes capitalistas; no entenderemos ni el mecanismo de desagregación de
por ejemplo, entre el salario socialista y el «trabajo asa los planes agregados, formulados previamente por los
lariado» capitalista que se suponía que el socialismo te organismos políticos, ni el «mercado negro socialista»
nía que abolir. Tras la política de la NEP estaba la acep que funcionaba entre fábricas y empresas y que tanta
tación tácita de que el sistema económico moderno no importancia tenía para el sistema de planificación y el
tiene alternativa institucional. Dentro de este sistema cumplimiento del plan (y del que se derivó el estrato
se pueden introducir, abandonar o reintroducir varias de los «managers socialistas»), ni las vías a través de
políticas y estrategias económicas; es posible modificar las cuales se controlaba el ahorro de la población o se
y aun reformar drásticamente ciertas constantes estruc determinaban y regulaban en este sistema las propor
turales; la cuota de intervención del estado puede fluc ciones de salario e ingreso entre la ciudad y el campo.
tuar entre un mínimo y un máximo; pero el sistema Los determinantes cruciales eran políticos.
persiste. Aceptar esto significaba una condena de la po
lítica comunista; significaba la derrota en un momento Al mismo tiempo, la crítica de que el mercado no
de aparente victoria; sin embargo, sólo los comunistas cumplía sus beneficiosas funciones en esta sociedad (lo
más perspicaces se dieron cuenta de este hecho. que a su vez creaba la impresión de un vacío, de ausen
cia del mercado en general) es completamente correcta.
De otra parte, las instituciones de la economía mo En lo que se refiere al papel regulador de los precios
derna, aceptadas por el aparato comunista a regaña y a sus funciones en la determinación de las relaciones
dientes, fueron inmediatamente transformadas en un de coste-eficiencia, del mercado en el socialismo de es
sentido muy radical. Agnes Heller y yo hemos analiza tado puede decirse que era «fragmentado», o que se
do el fenómeno que hemos llamado la aceptación glo componía de «mercados sin precios», porque como se
bal de la estructura de la modernidad y la expulsión si ñala Kornai en su magistral análisis, los precios fueron
multánea de su dinámica de la misma estructura en este régimen siempre «políticos», esto es, divorcia
(entramado institucional) en muchas regiones en las dos de los costes de producción y de los estándares rea
que la modernidad se queda en simple fachada y su per- les —nacionales y globales— de la competencia. A otro
vivencia está aún en cuestión. Esta dualidad implica la nivel estos mercados pueden ser caracterizados
siguiente contradicción. En los últimos setenta años —utilizando de nuevo la terminología de Kornai—
más o menos la modernidad ha prevalecido globalmen como la forma más consistente de «mercado de vende
te en el sentido de que ha conseguido imponer su visión dores», que bajo ninguna circunstancia podía transfor
en todo el mundo. Todas las formas de gobierno de anti marse en «mercado de compradores» (puesto que la
guo régimen o basadas en lazos tribales o de parentes coerción extraeconómica de la sociedad de tipo soviéti
co, así como los conceptos correspondientes de justicia, co bloqueaba el camino a este tipo de transformación).
han perdido validez teórica; el de Hitler fue el último En un mercado de vendedores es el cliente el que tiene
régimen político que desafió abierta y explícitamente que obtener información acerca de la disponibilidad de
las celebradas afirmaciones contenidas en los documen los bienes que necesita (información que no se suminis
tos de la emancipación acerca de que todos los hombres tra, o sólo esporádicamente, y en todo caso con renuen
y mujeres nacen libres y dotados de los mismos dere cia y de manera condescendiente por parte del vende
chos. Esto significa que actualmente la modernidad no dor, el estado que es el propietario y vendedor de todas,
tiene competidor espiritual y sus instituciones y proce las cosas). Sin excepción, el comprador es quien debe
dimientos (por ejemplo: la legitimación a través de la ajustarse al vendedor y no al revés; es el comprador
ley) no tienen alternativa. Al mismo tiempo, hemos ca quien trata de «ganarse» al vendedor y no al revés. En
racterizado la dinámica de la modernidad como una un mercado de vendedores, las consecuencias de la in
verdadera dialéctica que vive en la negación. La moder certidumbre del mercado las sufre exclusivamente el
nidad ha de ser más que una necrópolis de instituciones comprador, no el vendedor; el poder relativo lo detenta
fenecidas; permanece viva sólo en la medida en que invariablemente el vendedor. Naturalmente, esto es un
cada pieza del acuerdo que subyace a ella, cada acuer diagrama estático de un modelo constantemente cam
do, cada pieza del establecimiento institucional, etcéte biante y dinámico, pues el mercado socialista de vende
ra, pueda ser negada, criticada y renegociada dentro de dores dominado por un estado-vendedor omnipotente y
su entramado. Y la situación actual de la modernidad tiránico se ha asemejado siempre, hasta el último día
es que mientras prácticamente todos los establecimien del régimen, a un campo de batalla. Pero éste era el mo
tos sociopolíticos manifiestan respeto formal a la es delo dominante. Y esto significaba que después de un
tructura de la modernidad, la dialéctica de la negación periodo muy breve de purismo teórico y práctico, el co
está proscrita de muchos de ellos. Quizás no haya un munismo tuvo que aceptar la estructura institucional
ejemplo más típico de esta dualidad que la asimilación de la economía moderna, contra la que no podía alzar
y transformación comunista del marco institucional se con una solución alternativa. Sin embargo, de inme
moderno de la economía. diato suprimió su dinámica «normal» y transformó el
mercado en un mecanismo de control económico. Es de los partícipes. Y sin embargo ha dejado un senti
esta transformación, y no la ausencia de mercado como miento de vacío incluso en éstos, pues eran sólo los pro
tal, lo que hacía el funcionamiento del régimen —en pietarios «más reales», no los propietarios reales y ade
términos económicos y en cualesquiera otros— tan pro más tenían que ocultar o disimular incluso este estatus
fundamente irracional. Todo el debate sobre la raciona de «propietarios más reales» de la propiedad «estatal»
lidad del mercado y la falta de ésta en el socialismo de (o «social»). Su ejemplo, sus ambivalentes sentimientos
estado es en un nivel más profundo un debate sobre la respecto a sus propias funciones y posición en relación
dinámica libre de la modernidad. Pues no es la mera a la propiedad, constituye una de las mejores pruebas
existencia de una estructura («relaciones de mercado» de la validez de la idea hegeliana de la importancia so
como tales), sino el uso racional de una función (la «di cial del reconocimiento: en ausencia de reconocimiento
námica del mercado», su funcionamiento libre, aunque público, meramente gozando de la remuneración y de
no, ni mucho menos, incontrolado), lo que hace a una ventajas materiales, ningún actor social puede alcanzar
institución racional en la modernidad. satisfacción. Tercero, para un porcentaje considerable
de habitantes de este mundo la abolición de la propie
dad significaba un tipo adicional, pero importante, de
LA ECONOMÍA COMO INSTITUCIÓN PÚBLICA escasez, vivida como sufrimiento: implicaba la exclu
sión de las funciones de toma de decisiones, quedando
relegado permanentemente a la oscuridad en lo relativo
El dato que muestra quizás de manera más elo al estado real de las cuestiones en juego y privado de
cuente la bancarrota del socialismo real es que la expro la participación en actividades creativas a las que sólo
piación de la propiedad privada fue sentida en la socie podían entregarse los «propietarios». Tan sólo después
dad creada por éste no como «emancipación», sino del cambio se puso de manifiesto que este porcentaje
como «mancipación» (como apropiación ilegítima de no constituía casi en ninguna parte una mayoría y que
los bienes de otros, no como liberación de canales so el socialismo de estado había tenido éxito al menos en
ciales) y, además, como escasez del tipo más tremenda un aspecto: había asimilado una parte considerable de
mente opresivo e irracional. Tres factores causales inter los individuos a su propio estilo, cuyo secreto era la
vienen aquí. Primero, el único propietario en esta confiscación de la iniciativa personal en favor de una
sociedad no basada en la propiedad era ese agente bas autoridad superior, que libera a la personalidad «depen
tante misterioso llamado a veces «el estado» (en los do diente de la autoridad» de la carga de tomar decisiones
cumentos pseudolegales del régimen, como en la llama individuales. No obstante, incluso los más dispuestos a
da constitución) e identificado en otras ocasiones, de renunciar a la vertiente ligada al riesgo y a la iniciativa
carácter más filosófico, como la «sociedad» misma. Lo de la propiedad sentían la irritación de un permanente
último, no hace falta decirlo, volvía la cuestión de la coitus interruptus en lo relativo al placer de la propie
extensión de la propiedad profundamente irracional, dad, pues se veían despojados del gusto de la toma de
pues la exclusión de otros de ella (característica esencial decisiones.
de la propiedad) se hacía con esta identificación lógica
mente imposible. No obstante, la tarea más difícil era De esta manera, el sistema del socialismo de esta
definir quién era (o quiénes eran) el estado: ¿todo el do venía en gran medida a confirmar la acusación de
aparato del partido, incluido el estrato de gerentes y ad la «falacia anárquica» dirigida por Bentham a la Revo
ministradores, nombrado por la cúpula del partido, o lución Francesa. En materia de propiedad, decía Bent
sólo la propia cúpula del partido? Siempre que un análi ham, lo que parece pertenecer a todos en realidad no
sis más o menos racional trataba de enfocar la cuestión pertenece a nadie. Pues al menos en un aspecto así su
desde el punto de vista de las funciones de la propie cedía efectivamente: la pauta del uso de la propiedad,
dad, se ponía de manifiesto que el estado, entendido privada o «social», en la «dictadura sobre las necesida
como la cúpula del partido, era una entidad enorme des» tenía un carácter «digestivo» o «histéricamente
mente fluida, un propietario más nominal que real. Los orgásmico». Todo debía ser consumido instantánea
propietarios «más reales» eran los miembros del llama mente, toda relación de propiedad debía proporcionar
do estrato gerencial socialista, en los que se delegaba placer instantáneo o no valía nada; no había planifica
el ejercicio real de la mayoría de funciones, normal ción de longue-duree en esta sociedad planificadora, ni
mente ligadas al uso de la propiedad. Pero incluso éstos cuidado por el futuro o por los intereses a largo plazo.
era sólo «más reales», no los propietarios reales, pues Quienes extraen las conclusiones más radicales, y a ve
mientras duró el régimen nunca tuvieron títulos forma ces cómicas, de este completo fiasco de la sociedad sin
les de propiedad. La existencia de este propietario gene propiedad son los neoconservadores de Europa orien
ral nominal fundamentalmente misterioso hacía las tal. Estos hablan actualmente de la propiedad con una
cuestiones relacionadas con la propiedad más opacas y veneración que mejor cuadraría con el Santo Grial, y
confusas y no más transparentes; y acentuaba el anhelo se refieren a la violación de la propiedad como si se tra
de propiedad, en lugar de contribuir a su extinción. Se tase del acto más antinatural, sólo concebible por espí
gundo, la «participación en la propiedad» (esta extraña ritus monstruosos, como si la historia de la modernidad
fórmula indica la «práctica de los derechos y funciones en Europa no hubiese sido, a partir de la Reforma, una
de la propiedad») por parte de aquellos que eran admiti sucesión de revoluciones de mayor o menor alcance di
dos en la corporación de los «propietarios más reales rigidas contra el estatus existente de la propiedad.
que nominales» era un tipo de actividad bastante singu
lar. Significaba participar en la producción social de es Una consideración equilibrada de esta cuestión de
casez, encubierta como satisfacción gradual de todas bería moverse entre los extremos de Marx y Bentham.
las necesidades sociales, y participar en el control (o Debería dejar de exaltar la utopía marxiana de una so
«dictadura») sobre las necesidades individuales. Esto ciedad que pretendidamente puede ser libre prescin
significaba que entre los miembros de la corporación la diendo de una red de relaciones individuales con lo que
escasez había sido abolida en sentido personal, al pre puede llamarse la propiedad. El entendimiento realista
cio de entregarse a un doble lenguaje ideológico; pero de la libertad no puede agotarse en una abstracción ho
quizá esto no era un sacrificio excesivo para la mayoría mogénea. La libertad, más bien, debe considerarse
como un agregado de libertades (en plural) una de las de propiedad de la «propiedad estatal», que por otro
cuales es el ejercicio de nuestras facultades como due lado se decía que no era sino su propia «propiedad so
ños de cosas, en cuyo proceso probamos nuestras capa cial». El resultado era, de un lado, la «escasez de pro
cidades y nos distinguimos de los demás. Resulta bas piedad» en el socialismo de estado, que quizás no deri
tante misterioso cómo concebía Marx la «libre vaba en sufrimiento generalizado (en contraste con
asociación» (su «sociedad más allá de la sociedad» del otros tipos de penurias verticales), pero que ciertamente
futuro) sin este ejercicio exclusivo de los poderes indivi era un atentado a las libertades, un fastidio y una men
duales de todos y cada uno de los individuos. En el otro tira extrañamente disimulada pero ostensible. De otro
polo, el rechazo por Bentham de «todos» como al me lado estimulaba y alimentaba la reacción del neocon-
nos uno de los posibles sujetos de la propiedad hace servadurismo postrevolucionario, para la que sólo el
completamente incomprensible la res publica, la «cosa sentido más puntillista e individual de la propiedad
común o pública», que no es sólo un marco en el que puede ser considerado válido y «libre», y sobre cuya
vivir o que compartir con otros, sino también una base resulta imposible formular el concepto de econo
«cosa» de la que somos copropietarios. Porque Bent mía como institución pública.
ham tiene toda la razón cuando se refiere al carácter
anárquico de la propiedad de «todos», si por «todos» Como no es éste lugar apropiado para discutir en
se entiende la «sociedad» y propiedad quiere decir un profundidad este concepto, vamos a limitarnos a las si
acto real y efectivo de posesión en el sentido de ejercer guientes —y breves— puntualizaciones. Una hecho
todas las funciones de la posesión (o la propiedad), es semántico pone de manifiesto que consideramos la eco
decir, el uso propio de los beneficios y frutos de una nomía como una institución pública (independien
propiedad, la disposición sobre el modus operandi, el fa temente de nuestra visión filosófica acerca de la nacio
moso ius etendi et abutendi, el derecho a enajenar di nalización o la expropiación): cuando algo va mal en
cha propiedad. No existe posibilidad de que la «socie la economía (esto es, en el agregado de la propiedad pri
dad» (en el sentido de la agregación de todos los vada de los otros), dirigimos nuestra atención al gobier
individuos) quiera o pueda ejercer todas esas funciones; no en ejercicio y solicitamos que haga algo. La tensión
por tanto, la «sociedad» o «todos» no es nunca propie intrínseca a este hecho semántico puede reducirse o
taria de toda la propiedad en sentido propio. Pero el as bien por la doctrinaria afirmación liberal-conservadora
pecto vinculado a la propiedad de la res publica (que de que los gobiernos (como lo público en general) nada
ha sido a veces un tipo muy concreto de «propiedad so tienen que hacer cuando se trata de la propiedad de
cial», como por ejemplo el ager publicas en la Repúbli otros o bien por la demanda de una completa nacionali
ca Romana) es algo más que una quimera. No se basa zación. La tesis de la «economía como institución pú
en la idea de un uso real, continuo y simultáneo de la blica» se sitúa entre estos dos extremos. No cuestiona
«propiedad social» (sea lo que sea ésta) por la «socie al propietario individual sus derechos de propiedad y
dad», sino en la idea de su uso potencial e individual no porque atribuya un aura de santidad a la propiedad
(todo individuo puede hacer uso de «la propiedad so como tal, sino porque respeta las libertades (y una de
cial» en cierto aspecto, en cierta manera, bajo ciertas las más importantes es tener propiedad). Al mismo
condiciones, pero no siempre lo hace). Además, la ex tiempo, los partidarios de esta posición contemplan a
presión «hacer uso» tiene a menudo una connotación los propietarios de firmas, fábricas y empresas también
de uso simbólico (es en este sentido en el que yo «uso» como agentes de una especie de fideicomiso en relación
mi ciudad y me preocupo de su buen aspecto). con el cual la «sociedad» (es decir, «todos») tiene deci
didamente algo que decir, porque lo que suceda con
En esto, como en tantas cosas, el socialismo de es aquéllas afecta a la vida de «todos». La economía como
tado causó estragos. Su ideología oficial insistía en la institución pública así entendida no será la panacea
validez simultánea de tesis completamente contradicto universal. No podrá garantizar la eliminación de las
rias sobre la propiedad. La propiedad «estatal» y la pro disfunciones económicas y, ciertamente, no podrá abo
piedad «social» debían ser conceptuadas como idénti lir la escasez. Pero será garantía de la libre oscilación
cas o equivalentes, a pesar del obvio absurdo de esta del péndulo de la modernidad. Y esto es lo mejor que
tesis (además, pensar de otra manera era punible por se puede decir sobre ella.
«ley»). La contradicción inherente al concepto se sol * * *
ventaba con la idea de «representación» (se suponía
que el estado representaba a la «sociedad»). Pero el tér
mino «representación» significa que el representante La redacción de este ensayo fue inspirada por la
ejerce funciones (en este caso, funciones propias del aparición simultánea de dos libros extraordinarios: The
propietario) que por definición no pueden ser ejercidas Socialist System-The Political Economy o f Commu-
por el representado. En el caso de la propiedad (a dife nism de Janos Kornai (Princeton, Princeton University
rencia de la opinión o la voluntad políticas en relación Press, 1992) y Hogyan Lehetseges Kritikai Gazdasag-
con las cuales al menos algunas teorías asumen un iso- tan? (¿Es posible una Crítica de la Economía Política?)
morfismo entre la opinión y la voluntad «representa de Gyorgy Bence, Janos Kis y Gyorgy Markus (TTwins
das» y las «originarias») esto significaría que el agrega Publisher, Budapest, 1992). Aun cuando no podían
do de representantes («el estado») practicaría las contener ninguna referencia uno al otro puesto que fue
funciones propias de la propiedad, mientras que la re ron concebidos a una distancia de más de veinte años,
presentada no; en este sentido los primeros serían pro forman una unidad. En sentido histórico, cada uno en
pietarios y la última no. Esta es la razón por la que se su estilo característico, representan la cima de la econo
prefería dejar el concepto sin analizar. Al mismo tiem mía política crítica, o de la filosofía crítica de la teoría
po en el régimen de dictadura sobre las necesidades se económica y de la práctica del comunismo. □
crearon poderosos mecanismos orientados a evitar que
la mayoría de habitantes interviniese en las funciones Traducción de Gustau Muñoz
E l esta d o d e l
BIENESTAR EN LA
SOCIEDAD
POSTINDUSTRIAL
G O S T A E S P I N G - A N D E R S E N
NA de las paradojas del debate actual a nivel el rasgo distintivo esencial del Estado del Bienestar o
U mundial sobre el Estado del Bienestar es que
muchos de aquellos países que todavía no lo
tienen realmente quieren el tipo de Estado del Bienes
de los tipos de Estado de Bienestar que se desarrollaron
en la época de postguerra. Creo que cabe resumir su
esencia con una expresión, la creación del ciclo vital
tar que los gobiernos de los países que están acostum fordista. Los famosos investigadores políticos clásicos
brados a este modelo se están planteando cambiar. Seaborn y Baintry hablaron sobre los ciclos a la pobre
Concretamente, en España, en los países de América za. Y lo que dijeron es que la familia de la clase obrera
Latina y en Europa del Este, hay un debate en el que tradicional se enfrentaba con alto riesgo a la pobreza
se pone de manifiesto el deseo de tener un estado del en dos o tres periodos concretos del ciclo vital. Bueno,
bienestar al estilo sueco. Sin embargo, en Suecia, en si imaginamos que esto es una vulgarización de los ci
Alemania o en Escandinavia en general hay una co clos vitales, está la cuestión de la edad y se puede ilus
rriente de opinión que afirma que quizás se debería des trar los riesgos de los ciclos vitales haciendo referencia
mantelar ese aparato que hemos construido y que qui sólo a los riesgos relativos a los ingresos, a la pobreza.
zás la sociedad al estilo americano, más basada en el Podemos trazar una línea que muestra los ingresos me
mercado, sea mejor para la economía postindustrial. El dios de una familia en una sociedad. En lo que respecta
debate que se está produciendo en todas partes sobre a los problemas clásicos de pobreza de la clase obrera,
la crisis del Estado del Bienestar confunde cuáles son a los ciclos de pobreza, el riesgo era extremadamente
las verdaderas causas del problema. Habitualmente, la alto en la infancia; las familias con muchos hijos tenían
crisis contemporánea se explica en función de tres tipos un elevado riesgo de pobreza. Normalmente, en el pe
de causas. La primera, que se utiliza más a menudo, riodo adulto, si no se producían amplios ciclos econó
es la presión demográfica. La población está envejecien micos de recesión, el trabajador típico obtendría unos
do, las tasas de fertilidad son bajas y están disminuyen ingresos adecuados para mantener a su familia, si no
do y por tanto en el año 2020-2030, dependiendo de había desempleo, enfermedad, incapacidad laboral, etc.
los países, tendremos tantos jubilados como personas Y después, en la vejez, cuando el trabajador se hacía
en activo. La carga social de esta paridad es que si la viejo, había otra vez un alto riesgo de pobreza. Y una
productividad no aumenta de forma espectacular, esto vez más habría muchas familias de la clase obrera hun
va a provocar una presión fiscal que muy pocos países didas en una profunda pobreza. La esencia de los Esta
van a ser capaces de soportar. El segundo tipo de causa, dos del Bienestar de postguerra era estandarizar, armo
que voy a rebatir rápidamente, es sobre todo de natura nizar, conseguir que el ciclo vital de la clase obrera
leza cíclica, recesión económica, reducción del creci típica fuera lineal. Conseguir una franja mínima de
miento económico etc., que produce un nivel desem desviación de los ingresos medios durante todo el ciclo
pleo más alto, mayores costes y al mismo tiempo vital, en cualquier momento, desde el nacimiento hasta
menores ingresos. Pero hay una tercera causa, a mi en la muerte. Por eso se habla a menudo del Estado del
tender más importante, que es la que permite compren Bienestar desde la cuna hasta la tumba. Afirmar que
der los problemas estructurales más graves y más dura la familia típica de clase obrera tendría garantizado un
deros del Estado del Bienestar hoy en día. Voy a ciclo vital lineal sin incidentes no resulta muy emocio
concentrarme en ella. nante, pero sin embargo es totalmente cierto. Las inves
tigaciones que se han realizado sobre la pobreza de
Me refiero a la posición de los Estados del Bienes muestran que la mayoría de los Estados del Bienestar
tar tal como los conocemos hoy en día en el proceso consiguieron establecer con éxito esta franja mínima de
de transformación de nuestras economías en lo que po desviación respecto a los ingresos medios para la fami
dríamos llamar la economía postindustrial. Cuando se lia típica de clase obrera. La pobreza ha sido en gran
habla de la economía postindustrial se hace referencia parte erradicada en la mayoría de los países en todas
a muchas cosas diferentes. Se habla de un tipo de cono las edades, la pobreza infantil está ya prácticamente
cimiento que concede mucha importancia a la informá abolida hoy en día, excepto en países como los Estados
tica, a la sofisticación tecnológica, etc., pero realmente Unidos o Gran Bretaña hasta cierto punto; y la pobreza
en esencia la cuestión presenta dos aspectos. En primer en el periodo adulto, de madurez del ciclo vital, al me
lugar, que nuestras perspectivas de empleo, nuestra ac nos ha ido siendo más o menos eliminada del todo en
tuación respecto al empleo, nuestra capacidad para ge los largos periodos de pleno empleo que hemos conoci
nerar empleo dependen de los servicios. En segundo lu do después de la segunda guerra mundial.
gar, que sin duda no sólo hay que emplear la mano de
obra, sino también aceptar que la mano de obra va a Pero hay dos cuestiones importantes relativas a las
pedir una mayor flexibilidad en su inserción en el mer características generales comunes a todos los Estados
cado laboral y en su comportamiento durante su ciclo del Bienestar que se desarrollaron después de la guerra.
vital. En otras palabras, lo que debe constituir el objeto Una cuestión era que el papel del Estado del Bienestar
de nuestra atención cuando nos planteamos los proble respecto al ciclo vital se centraba sobre todo en la infan
mas del futuro del Estado del Bienestar es esta doble cia y en la vejez, dando por sentado que, gracias a las
cuestión: la flexibilidad y la economía de servicios. Y políticas keynesianas y a la prosperidad del crecimiento
voy a llegar a una conclusión: no existe ningún modelo industrial sostenido y constante, el mercado era más o
de Estado del Bienestar, ni el americano basado en el menos capaz de garantizar una fase adulta del ciclo vi
mercado, ni el escandinavo de gran alcance, ni cual tal estable y sin pobreza. Esto iba acompañado a menu
quier otro Estado del Bienestar existente, capaz de ser do de un empleo garantizado, derechos laborales, segu
compatible con la naturaleza de la economía postindus ro contra el despido, etc. Sin embargo es muy
trial que se está desarollando. Es decir, esta economía importante dejar clara una cosa ahora mismo, y es que
es estructuralmente incompatible con los Estados del el Estado del Bienestar de postguerra, tanto el alemán
Bienestar de todo tipo que conocemos actualmente. como el sueco, el danés, el inglés, el americano o el es
pañol, daba por sentado que el mercado se ocuparía de
Para explicar esta conclusión voy a remontarme al esta fase del ciclo vital. Así que la ironía de los Estados
pasado. Creo que la mejor manera de comprender dón del Bienestar de postguerra era que eran activos en las
de está el problema es hacer un diagnóstico de cuál era fases pasivas del ciclo vital y pasivos en las fases activas
del ciclo vital. La idea que voy a defender es que el Es bablemente más altas que las pensiones típicas danesas
tado del Bienestar postindustrial debe hacer justo lo porque se trata de una pensión familiar y no de una
contrario, o al menos que el principal problema de los pensión individual]. Lo que aparece lógicamente en
Estados del Bienestar en el futuro es conseguir ser acti este tipo de ciclo vital fordista es un grado extremo de
vos en la fase activa del ciclo vital. dependencia de la seguridad a largo plazo durante toda
la vida. Uno no puede arriesgarse a ninguna interrup
Los diferentes países (ese es el tema de mi libro Los ción, ningún periodo de desempleo, ningún tipo de ries
tres mundos del Estado del Bienestar') construyeron go durante su ciclo vital pues es responsable absoluta
el ciclo vital fordista de formas diversas. Si nos fijamos mente del bienestar de la familia. Uno necesita treinta
en el modelo americano podemos hablar de un tipo de y cinco o cuarenta años de empleo permanente si es un
construcción segmentada debido a unos niveles muy hombre de quien depende la seguridad de su familia.
bajos de garantías públicas para el mantenimiento de Esto también significa para el empresario un coste fijo
los ingresos; la única manera de que un trabajador típi de la mano de obra muy elevado que entra dentro del
co pudiera llegar a un ciclo vital fordista seguro, lineal coste salarial medio. E implica también una reproduc
y uniforme era con el complemento de subsidios priva ción de funciones de servicio social dentro de la familia
dos en lo que se refiere a la atención sanitaria, el seguro en lugar de trasladarlas a la economía, es decir un for
de enfermedad, o en concreto las pensiones, que se pac talecimiento del cautiverio de la mujer en el ámbito de
taban con la empresa. Esto significaba, y esto es un pe la familia. Se puede observar una espiral autorrepro-
queño juicio sobre América, sobre el mercado liberal ductiva que se nutre a sí misma en este tipo de Estado
segmentado americano, que los trabajadores tradicio del Bienestar, que crea niveles extremos de rigidez en
nalmente sindicados de la importante y corporativa la economía en términos de la capacidad de un trabaja
economía industrial manufacturera disfrutaban de una dor individual de ser flexible para cambiar de profesión,
situación en la que tenían asegurado el ciclo vital for de trabajo, etc., de la capacidad para arriesgarse y en
dista. Esto es lo que los americanos llaman el trabaja frentarse a la modernización, al cambio tecnológico,
dor de clase media. El resto de la mano de obra, los que etc.
trabajaban en un sector más competitivo, menos orga
nizado y menos cubierto por las relaciones industriales, El tercer tipo de ciclo vital fordista es el famoso
no disfrutaban de un ciclo vital fordista de este tipo y modelo escandinavo, más elaborado en el Estado del
soportaban y todavía soportan un riesgo permanente Bienestar sueco evidentemente. Pero lo que caracteriza
de pobreza a lo largo de su ciclo vital. Esto ha sido des a este modelo es sobre todo su concepto de universali
tacado una y otra vez en estadísticas comparativas so zación. En dos sentidos: por un lado, consiguiendo la
bre la pobreza, la desigualdad de ingresos y los salarios igualdad entre las clases, es decir que la idea en princi
de toda una vida. La diferenciación de la clase obrera pio era armonizar, estandarizar el ciclo vital no sólo
americana continuó igual durante todo el periodo de dentro de los diferentes sectores laborales sino armoni
postguerra. Así que el modelo americano consiste en zarlo a través de todas las clases sociales. En esencia
que sólo un segmento de la población se acoge a un es el ideal se convirtió en garantizar a la clase obrera las
tatus de ciclo vital fordista. oportunidades de la clase media, lo que podríamos lla
mar movilidad de clase por medio del Estado del Bie
El segundo tipo de construcción del ciclo vital for nestar. La segunda armonización y universalización era
dista es el de las sociedades europeas basadas en la se respecto al sexo, la igualación de las oportunidades de
guridad social —Alemania, Francia, Italia, España, vida y los ciclos vitales de hombres y mujeres. Teniendo
Bélgica y Holanda. La construcción del Estado del Bie presentes los datos de la demografía y de los ciclos vita
nestar a través de la seguridad social exige una larga les se puede observar que las curvas del ciclo vital de
e ininterrumpida trayectoria laboral que permita contri hombres y mujeres han pasado a ser extremadamente
buir al desarrollo de una oferta equitativa de prestacio similares en Escandinavia como resultado de ello. Lo
nes sociales. Esto significa que este tipo de Estado del que el Estado del Bienestar creó fue la norma de una
Bienestar está basado exclusivamente en el trabajador familia con dos trabajadores, con dos profesiones. Esto
masculino, en el empleo duradero y permanente del evidentemente supuso también un añadidura al Estado
hombre, del que depende la cobertura de las necesida del Bienestar tradicional. Significa simplemente que el
des de bienestar de las familias. Esto evidentemente iba Estado del Bienestar ya no se puede concentrar en los
acompañado en muchos países como Italia, como Es dos extremos del ciclo vital sino que tiene que empezar
paña estoy seguro, por un modelo tradicional familiar a ocuparse cada vez más de las necesidades del trabaja
de inspiración católica que alimentaba y fortalecía di dor medio en el periodo intermedio, porque aquí apare
rectamente la capacidad de las familias para cuidar de cen problemas que a menudo impiden a la mujer no
sí mismas, para cuidar de sus miembros. De este modo, sólo la posibilidad de trabajar sino sobre todo el desa
estos países desarrollaron un tipo de ciclo vital fordista rrollo a largo plazo de una carrera profesional. Se nece
de trabajador masculino con una mujer y una familia sita un sistema de servicios que le permita una integra
que dependían de esa capacidad de los hombres de lle ción permanente en la población activa. Este fue el
var a casa no sólo un salario individual, sino el salario principio de la revolución del Estado del Bienestar es
familiar, no sólo prestaciones sociales individuales, candinavo a partir de finales de los años sesenta. Y así
transferencias sociales, sino transferencias sociales fa empezó el desarrollo de este amplio sistema de servicios
miliares, dando por sentado que era capaz de cubrir las sociales que se encarga del cuidado de los ancianos, de
necesidades de reproducción de toda la familia. Cuando servicios de ayuda doméstica, del cuidado de los niños,
se tiene un tipo de sistema salarial familiar, uno obvia etc. como una parte extremadamente elaborada del Es
mente piensa que el salario social ha de ser muy alto. tado del Bienestar. Esto no sólo permitió trabajar a las
Esto significa también que las contribuciones sociales mujeres, sino que también se convirtió en un mercado
han de ser muy altas. [Resulta curioso que cuando se de trabajo para las mujeres. Fue también la fuente del
dice que el sistema de bienestar español parece subdesa crecimiento del empleo en los países escandinavos des
rrollado, si uno se fija en las pensiones como un salario de finales de los años sesenta. Alrededor del 80%, o in
sustitutivo, las pensiones italianas o españolas son pro cluso más, del crecimiento neto total del empleo en Es-
candinavia desde finales de los años sesenta era creci caso de que de la gente estuviera dispuesta a pagar im
miento de empleo en el Estado del Bienestar. Práctica puestos para sortear por medio de subvenciones este
mente todo el empleo creado en el ámbito del Estado problema.
del Bienestar fue para las mujeres. Se convirtió en un
mercado de trabajo de las mujeres y en un elemento La tercera alternativa posible es el crecimiento sin
clave para su movilidad laboral, para la carrera profe empleo, lo que se ha dado en llamar la «euroescle-
sional de las mujeres. Y aunque esto suene como una rosis».
solución extremadamente progresista e igualitaria a los Cuando miramos el mundo hoy en día vemos los
dilemas de la desigualdad en el pleno empleo y como tres modelos, vemos el modelo americano que sería la
una forma progresista de entrar en una sociedad postin primera solución, permitir que los salarios sigan la pro
dustrial dominada por los servicios, sin embargo tuvo ductividad o al menos lo que el mercado pueda sopor
una enorme y paradójica consecuencia negativa: creó tar. Se produce una enorme polarización de los ingre
simplemente un gueto en el mercado de trabajo, que se sos, una expansión laboral basada en los salarios bajos,
dividió entre un mercado de trabajo femenino del Esta que es exactamente lo que ocurrió en Estados Unidos
do del Bienestar y una economía privada dominada por en los años ochenta, es exactamente el tema del debate
los hombres. americano sobre la polarización, del cada vez más bajo
salario medio en la economía, financiando una amplia
Ahora bien, el punto clave que hay que entender cantidad de la creación de empleo por medio de salarios
es que la capacidad actual de las naciones para adaptar muy bajos.
se a la economía postindustrial está sobredeterminada
o predeterminada por la forma en que organizaron el El segundo marco hipotético sería Escandinavia.
Estado del Bienestar en el pasado, en particular por la Una expansión del Estado del Bienestar basada en los
organización del ciclo vital fordista. Esto se puede con servicios, financiada por los impuestos, subvencionada
vertir en cierto sentido en, por así decirlo, una fuerza por los impuestos, pero al mismo tiempo un declive del
sobredeterminante para el futuro. Por otra parte tene tipo de servicios de consumo privado porque su valor
mos la cuestión clave de cómo conseguir crecimiento no depende de su naturaleza. Lo mismo es cierto tam
del empleo en las economías postindustriales. La idea bién en el tercer grupo de países, es decir, que los servi
básica procede del famoso modelo clásico de William cios privados son demasiado caros pero al mismo tiem
Baumol sobre el crecimiento desigual. Los economistas po los servicios públicos no aumentan para compensar.
lo conocen bien. En esencia, establece una simplifica Y éste es exactamente el problema que tenemos en la
ción de la economía en dos sectores, el sector industrial Europa continental, en concreto en los países del sur
y el sector de servicios. Sabemos que en la industria la de Europa; es el crecimiento sin empleo.
productividad tenderá a aumentar y a crecer más o me Volveré de nuevo a este problema, pero antes hay
nos rápidamente, pero hay un límite posible de creci que detenerse en ese otro aspecto de los que constitu
miento potencial. Así que se puede dibujar una curva yen la esencia de la economía postindustrial, la necesi
del desarrollo de la productividad en el sector industrial dad de flexibilidad; es algo tan bien conocido que no
que va hacia arriba. Sabemos que las negociaciones sa es necesario extenderse mucho. Lo que la necesidad de
lariales suelen basarse en la productividad, lo que signi flexibilidad significa es una desviación del ciclo vital
fica que los salarios de la industria seguirán de cerca fordista. Pero si hablamos de las exigencias de las nue
a la productividad de la industria. Así es como se han vas tecnologías, de la necesidad de nuevas técnicas, de
desarrollado todas las economías en la época de post la recualificación de la fuerza de trabajo o si hablamos
guerra. Sabemos también que la productividad en el de una trayectoria profesional más elástica, de la posibi
sector servicios crece extremadamente despacio, si es lidad de cambiar de profesión a lo largo de la vida de
que lo hace. Es decir que la diferencia de productividad forma imprevista, si hablamos de gente capaz de adap
entre la industria y los servicios tiende a aumentar con tarse a nuevos planes para cambiar la producción, lo
el tiempo. El problema que tendremos en una economía que necesitamos es gente capaz de dejar de lado el tipo
de servicios es que si los salarios en el sector servicios de ciclo vital fordista lineal garantizado. Podemos pen
siguen a los salarios en la industria, esta creciente dife sar en ello en este sentido. En cierto modo podemos de
rencia entre la productividad y los salarios en el sector cir que en el ciclo vital fordista una vez uno es obrero
servicios plantea dificultades específicas por el lado de siempre será obrero. Ofrece la garantía de que uno va
los costes, el llamado problema de Baumol. Los servi a ser siempre un obrero, pero no ofrece muchas garan
cios serían valorados sin tener en cuenta su naturaleza. tías de que pueda llegar a ser cualquier otra cosa. Lo
Bien, el propio Baumol ha descrito tres marcos hipotéti que creo que es la esencia al menos del aspecto más po
cos posibles en este contexto. En primer lugar dice que sitivo de la flexibilización de nuestras economías es que
se pueden fomentar los servicios permitiendo lo que po el que una vez fue obrero no necesariamente será siem
dríamos llamar flexibilidad salarial, es decir que los sa pre obrero. Porque probablemente se le pedirá que se
larios siguen la productividad en términos del sector convierta en muchas cosas diferentes, y al menos un
concreto de la economía en el que estén, de modo que atractivo marco hipotético de las sociedades postindus
esta creciente diferencia salarial haría soportable el cos triales es que uno tiene la confianza de que si una vez
te de los servicios y habría crecimiento del empleo. fue obrero en el futuro puede llegar a ser algo mejor.
En otras palabras, lo que está pasando en términos de
Otro marco hipotético sería que se pueden subven flexibilidad, ya sea desde una perspectiva pesimista u
cionar los servicios. Adaptando los salarios elevados y optimista, es que los problemas de riesgo y los proble
los servicios y construyendo una estructura salarial mas de oportunidades de vida en términos de bienestar
más igualitaria. Evidentemente debe ser el gobierno el optimizador están concentrados cada vez más en la fase
que los subvencione. Se puede crear así empleo del Es activa del ciclo vital; no en la vejez y tampoco en la
tado del Bienestar, se puede pagar bastante bien porque infancia, sino en el periodo adulto.
en este caso el empleo no tendría en el mercado el pro
blema del coste diferencial entre servicios y productivi Mucha gente ha afirmado que el modelo america
dad, el diferencial de productividad sería menor, en el no sería probablemente no el modelo perfecto pero sí
la mejor forma positiva de evitar la patología de la del Bienestar destruirá tanto la flexibilidad como la
«euroesclerosis». Dicen que es un modelo que no ga creación de empleo, y en lugar de ello creará un abismo
rantiza una gran igualdad, pero que resuelve los proble entre una pequeña y escasa proporción de fuerza de tra
mas del empleo y tiene una gran flexibilidad. La cues bajo empleada en buenos trabajos, bien pagados y con
tión es si este modelo de expansión del empleo basado mucha seguridad, y un creciente excedente de población
en salarios bajos no está necesariamente relacionado marginal incapaz de entrar en el mercado de trabajo.
con trabajos malos. De hecho, si uno observa los datos,
el perfil del crecimiento del empleo en Estados Unidos Ahora bien, cuanto más se crea un mercado labo
en los últimos diez o quince años, en general se ve que ral de privilegiados y marginados, más aumentan los
es positivo, hay un desarrollo profesional cada vez más marginados, personas con jubilación anticipada, pen
cualificado, con más nivel. El perfil es muy positivo. sionistas, amas de casa, jóvenes que no consiguen tra
Sin embargo, simultáneamente, los salarios están ba bajo, y más depende la familia del hombre que trabaja
jando, los salarios reales están bajando para gran parte a tiempo completo que ha de llegar a casa con el salario
de los trabajadores americanos, y lo más importante de familiar cada día sin interrupción. Cuanto más se utili
todo, la promesa fordista de Estado del Bienestar ame za la jubilación anticipada para descongestionar el mer
ricano más pacto de bienestar está fracasando. Y esto cado laboral, cuanto más se aparta a los viejos del mer
es en cierto modo parte del motivo por el cual el mode cado de trabajo, y se aparca a los jóvenes en algún
lo americano no es en absoluto la solución. No se pue lugar para evitar el desempleo, más se reduce el periodo
de esperar que una transferencia de las obligaciones de activo del ciclo vital, lo que significa que un trabajador
bienestar del estado al mercado sea compatible con las actual no puede acumular los más de treinta y cinco
necesidades de flexibilidad de las sociedades avanzadas años necesarios para acceder a una pensión. Cuanto
dominadas por los servicios, precisamente porque el más se reduce el periodo activo, más desesperado está
tipo de empresa pequeña o mediana, con bajas cualifi- este hombre por tener un ciclo vital ininterrumpido y
caciones, no es capaz de desarrollar la amplia infraes seguro en la edad adulta. Cuanto más fuerte sea la ne
tructura de pensiones, programas de atención sanitaria, cesidad de este ciclo vital fordista lineal y estandariza
etc. Es exactamente el principal objetivo que la doble do, más rígida será la economía. No se puede pedir a
estrategia americana pretende eliminar, porque las pe esta gente que se mueva de un lado para otro, que se
queñas empresas están creando un nivel de rigidez y es recicle aquí o en cualquier lugar, pasando un año sin
tán dificultando la competitividad, y es exactamente trabajar, o trasladar a los trabajadores de un día para
por esto por lo que en Estados Unidos la principal fuer otro sin saber si estarán en la misma ciudad o en la mis
za que está detrás de la sanidad pública, la sanidad na ma región o incluso en el mismo país. Evidentemente
cional, los programas de protección del gobierno Clin este modelo se autodestruirá; en una economía mun
ton, es la gran empresa más dinámica y progresista que dial y global se requerirá flexibilidad laboral y este mo
quiere librarse de la rigidez fordista. Por tanto aquellos delo se autodestruirá a largo plazo.
que hablan en Europa de la solución americana al pro Ahora bien, es evidente que el modelo americano
blema de la «euroesclerosis» están tomando el rábano no ha ofrecido alternativas atractivas porque no se preo
por las hojas, por así decirlo. Sin embargo, si la derecha cupa de la igualdad. Si uno sólo se preocupa del número
está equivocada en lo relativo a la capacidad de flexibi de puestos de trabajo, no es un mal modelo. Pero si a
lidad del modelo americano, la izquierda no puede es uno le preocupa la igualdad, y la igualdad debe conti
tar muy satisfecha evidentemente por tener que aceptar nuar siendo la esencia de las promesas del Estado del
un marco hipotético de pleno empleo que va acompa Bienestar, entonces hay que mirar hacia otro lado.
ñado de enormes desigualdades.
El problema es que Escandinavia no ofrece tampo
Vamos a fijarnos ahora en los mercados de trabajo co la solución, aunque mucha gente cree que sí. Escan
continentales europeos, y al fijarse en ellos lo que uno dinavia, con su expansión de los servicios sociales y la
observa es que los que sí tienen trabajo, los privilegia igualdad de oportunidades para hombres y mujeres, pa
dos, tienen muy buenos trabajos, muy bien remunera recía ofrecer la salida de un intercambio sin contrapar
dos, a expensas de los marginados. Este es exactamente tidas, creando puestos de trabajo que le permitían man
el dilema aquí, que si no se aumenta el empleo del sector tener incluso el pleno empleo y al mismo tiempo ser
servicios, en servicios privados para el consumidor o en capaz de potenciar la flexibilidad; especialmente en los
servicios sociales, que son las únicas dos áreas en las que casos en que hay dos trabajadores profesionales a tiem
se puede generar un importante crecimiento de los servi po completo en una pareja, en una familia, el riesgo
cios, entonces tenemos una estructura laboral muy bo para uno de los dos se reduce considerablemente. El an
nita y de alto nivel, que es capaz de un tipo de producti tiguo trabajador masculino ya no se ve totalmente limi
vidad, resultados, etc. relativamente bueno. Si por otro tado por la necesidad de esos cuarenta años de trabajo
lado se aumentan los servicios en uno de estos dos secto ininterrumpido y puede arriesgarse un poco. Y vemos
res, se conseguirá una gran cantidad de trabajos malos, que eso es exactamente lo que han empezado a hacer
trabajos de limpieza, trabajo doméstico, trabajos de vi los hombres escandinavos. Han empezado a coger per
gilancia, etc. en el sector privado o un tipo similar de tra misos de maternidad, permisos de paternidad. Van a in
bajos poco apreciados en el sector público. Este es en terrumpir su carrera profesional varias veces, y estarán
cierto modo el dilema al que nos estamos enfrentando. más experimentados, tendrán más capacidad de adapta
Ahora bien, ¿qué clase de igualdad queremos alcanzar? ción, serán más capaces de reciclarse. Y por eso no se
Si seguimos la estrategia igualadora de los privilegiados trata sólo de que en Escandinavia el ciclo vital de las
y no nos preocupamos de los marginados, suponiendo mujeres empiece a parecerse al de los hombres, sino
que de ellos se ocuparán el salario familiar y las transfe que el de los hombres empieza a parecerse al de las mu
rencias sociales familiares del hombre en activo, enton jeres en las tradicionales interrupciones del trabajo du
ces probablemente estaremos endeudados, como Espa rante su vida. Voy a dar unos cuantos ejemplos. Suecia
ña, como Italia, como la mayoría de Europa introdujo en los años setenta la posibilidad de que tan
continental, endeudados en una situación en la que uno to el padre como la madre tuvieran derecho al permiso
tiene la peor de todas las situaciones posibles. El Estado familiar de maternidad para ocuparse de los hijos. Al
principio muy pocos hombres lo utilizaron, creo que un bajen tendrán mucha igualdad y seguridad. No es un
4% en los dos años posteriores a su introducción. Y dilema muy bueno para tener que elegir, así que hay
cuando lo cogían los hombres, era para unas dos sema que buscar otra salida.
nas, un poco como para demostrar que estaban libera Sólo hay una salida si reflexionamos sobre lo que
dos. Hoy en día prácticamente alrededor del 50% de significa estar mal pagado y tener un mal trabajo. Si
los hombres asalariados en Suecia cogen esta opción de esto significa que uno está encerrado para toda su vida
permiso de paternidad y lo hacen en un período no tan en un mal trabajo, con un sueldo bajo, que si trabajas
largo como las mujeres, pero la diferencia ha disminui una vez en McDonald’s ya siempre serás trabajador de
do considerablemente. Así que hay una capacidad mu McDonald’s, si trabajas una vez en un lavadero de co
cho mayor de cambio y adaptación flexibles durante el ches siempre trabajarás en un lavadero de coches, si tra
periodo profesional activo, a la que contribuyen clara bajas una vez de auxiliar de enfermería cambiando las
mente una política activa de mercado de trabajo y los sábanas en un hospital siempre serás un auxiliar de en
programas de reciclaje etc., y una expansión del empleo fermería que cambia las sábanas en un hospital, enton
basada en el Estado del Bienestar. Sin embargo esto es ces se trata evidentemente de una situación no muy
una ilusión porque la tesis del coste, la tesis del coste buena. Sin embargo si el que trabajó una vez en McDo
de Baumol sólo entra por la puerta trasera. Se puede nald’s no tiene que ser siempre necesariamente trabaja
subvencionar los servicios, pero la crisis fiscal puede dor de McDonald’s, no hay nada especialmente malo
llegar muy pronto, y esto es exactamente lo que ha pa en pasar algunos años de tu ciclo vital en malos traba
sado en Suecia, y si uno mira las cifras de gasto público jos, en trabajos mal pagados, si sabes que tus oportuni
en Suecia a mediados de los años ochenta, verá que dades de salir de ahí en un breve plazo de tiempo son
más del 65% de PNB se obtiene del Estado del Bienes muy altas, si sólo con hacer un pequeño esfuerzo uno
tar. Ahora bien, una cuestión diferente es cómo se ob lo puede conseguir. Es decir, que si se puede contar con
tiene el dinero del Estado del Bienestar. Las transferen una cierta garantía de movilidad dentro del sistema, no
cias no tienen nada que ver con el consumo público, hay nada particularmente malo en tener malos traba
y lo que estaba aumentando y disparando el gasto pú jos; creo que la mayoría de nosotros tuvimos malos tra
blico en Suecia era el consumo público, porque había bajos cuando éramos estudiantes. Por tanto el proble
que pagar el 30% de la fuerza de trabajo que estaba ma es saber si el sistema de estratificación social
empleada en el sector público. Y si su productividad postindustrial conducirá a una diferenciación de clase
hubiera ido aumentando a pasos agigantados como en respecto a los malos trabajos; si esto no ocurre no hay
la Volvo, entonces el problema sería muy diferente, nada particularmente negativo en ello.
pero no era así. Se puede decir a los trabajadores del
Estado del Bienestar, identificados con la socialdemo- Hemos estado haciendo muchos análisis reciente
cracia: por favor aceptad la moderación salarial. Pero mente sobre este tema, y lo que han demostrado es que
ellos dicen: en Suecia estamos sindicados y tenemos tanto para los malos trabajos del Estado del Bienestar,
una política salarial de solidaridad, una noción iguali como en Escandinavia, como sobre todo en los servicios
taria de los salarios y si nosotros tenemos que sufrir al consumidor del sector privado de tipo McDonald’s,
una moderación salarial tiene que ser igual para todo como en Estados Unidos, la probabilidad de escapar de
el mundo, si no no sería justo. Lo que se produjo evi este tipo de empleos es muy alta. La mayoría de la gente
dentemente en los años ochenta fue casi una guerra en que entra en estos trabajos se queda en ellos durante un
tre los sindicatos del sector privado y los del sector pú tiempo relativamente corto. Si y realmente sólo si se les
blico, que representaban sobre todo a los trabajadores puede garantizar una formación profesional o un reci
no manuales. Y si hubo huelgas, y Suecia tuvo una fre claje y una reeducación, y creo que esto es precisamente
cuencia de huelgas muy elevada en los años ochenta, lo primero que hay que hacer, la conexión entre el Esta
no fueron huelgas contra los empresarios, sino manifes do del Bienestar y sus garantías, no sólo en términos de
taciones de un conflicto entre los sindicatos a causa de formación antes de entrar en el mercado laboral, sino
las diferencias salariales entre el sector privado y el sec probablemente sobre todo después de entrar en el mer
tor público. Por tanto parece evidente que el problema cado laboral. Es decir, que si se le puede garantizar a
Baumol viene a ser cuestión de corazón, en el sentido todo el mundo un aumento de su formación, de su cuali-
de que hemos construido una enorme jerarquía laboral ficación durante sus años activos, no hay nada malo en
en el Estado del Bienestar que es muy difícil desmante el hecho de que tengas que sufrir algunos años de malos
lar. La política más dura del gobierno sueco es que aho trabajos, mal pagados, etc. Y pienso, por tanto, que lo
ra tiene que despedir a 80.000 de estos trabajadores del importante para España si quiere llegar al nivel de los
Estado del Bienestar y esto no va a ser fácil. Estados del Bienestar más avanzados no es empezar a
parecerse a Suecia, porque Suecia tuvo que ser diferente
En otras palabras, Suecia y Escandinavia en gene a como es hoy en día, aunque Suecia es probablemente
ral van a tener que aceptar también una americaniza el país que más se acerca a este ideal de armonización
ción en el sentido de una mayor cantidad de malos tra postindustrial que acabo de trazar. Ésta sería mi conclu
bajos en el sector servicios y desigualdad salarial. Así sión provisional. □
que esto significa que los ideales tradicionales que
acompañan al Estado del Bienestar —igualdad, solida
ridad, garantías universales de bienestar para todos— Texto de la Conferencia pronunciada por G. Esping-
no son compatibles con la sociedad postindustrial, no Andersen en la Presidencia de la Generalitat Valencia
lo parece al menos. Hasta ahora todo lo que he dicho na, organizada por la IVEI. Valencia, 8 febrero 1994.
nos llevaría a una conclusión extremadamente pesimis
ta. O bien tenemos pleno empleo, pero entonces tene
mos que aceptar la desigualdad y quizás la polarización ---------------------------- NOTAS ----------------------------
salarial y gran cantidad de trabajos malos, o bien ten (1) G. Esping-Andersen, Los tres mundos del Estado
dremos un desempleo masivo pero entonces los que tra del Bienestar, Edicions Alfons el Magnánim-IVEI, 1993.
¿P O R QUÉ HA
FRACASADO EL
MODELO SUECO
R U D O L F M E I D N E R
E Marx al mercado» no sólo es el título la economía sueca a las condiciones del período de gue
de un conocido libro1 o un simple jue rra. Suecia, formalmente neutral pero rodeada de ejérci
go de palabras: la frase también puede tos alemanes amenazantes, tuvo que imponer regula
servir como historia telegráfica del movimiento obrero ciones, racionamientos, controles de precios y de
sueco. inversión: en resumidas cuentas, una economía de gue
Los pioneros del movimiento de finales del si rra planificada. Las experiencias de este período —que
glo XIX estaban profundamente influenciados por los acabó con el alto nivel de desempleo de preguerra— in
marxistas alemanes y tenían como objetivo concreto fluyeron en el pensamiento de los autores del Programa
convertir los medios de producción en propiedad colec de Postguerra de 1944 que habría de constituir la plata
tiva. Sus seguidores modernos han abandonado forma pragmática del inmediato gobierno socialdemó
—como la mayoría de socialistas en las democracias crata.5 La economía de guerra había demostrado la
occidentales— la cuestión de la propiedad como punto posibilidad de conseguir el máximo uso de todos los re
esencial del socialismo. En la actualidad la economía cursos productivos (aunque hasta cierto punto para
de mercado es generalmente aceptada como el ámbito propósitos improductivos). ¿Por qué, preguntaban figu
para el intercambio de bienes y servicios de producción ras destacadas del partido, no debería emplearse la in
privada —aunque con ciertas restricciones y modifica tervención estatal como instrumento para conseguir el
ciones en aras de una justa distribución de la riqueza. pleno empleo también en tiempos de paz, especialmen
te cuando la mayoría de economistas preveían altos ni
veles de desempleo en el período de transición después
UNA BREVE HISTORIA DE LA de la guerra?
SOCIALDEMOCRACIA SUECA2 El Programa de Postguerra constituyó el nivel má
ximo de intervencionismo estatal en la historia modern
de la socialdemocracia sueca. Defendía la nacionaliza
Por supuesto, una frase como ésta no puede hacer ción de las industrias básicas y de las instituciones fi
justicia a la «larga marcha» del movimiento obrero sue nancieras, recomendaba la planificación central de la
co a lo largo de la historia y sus numerosas paradas en inversión y asignaba al gobierno un papel de dirección
el camino. Lo cierto es que los primeros socialdemócra- en la reestructuración de la industria del país. Como
tas suecos eran marxistas y sus sucesores, cien años punto principal, el programa atribuía al Estado la res
más tarde, tienen una notable debilidad por el mercado. ponsabilidad de alcanzar y mantener el pleno empleo.
Sin embargo los elementos marxistas de la ideología so- Los socialdemócratas más destacados, entre ellos Gun-
cialdemócrata fueron eliminados en una fase temprana nar Myrdal, hablaron del «tiempo de cosecha» del so
y el primer gobierno socialdemócrata en los años 20 ya cialismo sueco. En lugar de eso, resultó ser la última
renunciaría a la «nacionalización». Dejó de aparecer vez que los líderes del partido emplearon el término
en la agenda política cuando el gobierno designó una «socialismo».
comisión para investigar el tema de la nacionalización
—un método infalible para enterrar ideas de una vez Tampoco serían el socialismo, el intervencionismo
para siempre. estatal o la planificación las características de la políti
ca real de los socialdemócratas en la postguerra. Suecia
En lugar de ello, los socialdemócratas suecos co entró en el período de postguerrra con plena capacidad
menzaron a construir un sistema de bienestar social en de producción y pudo beneficiarse de la inmensa de
el marco del capitalismo, dejando a los propietarios del manda de bienes en la arruinada Europa. Como expor
capital la responsabilidad de producir los bienes pero tadora de bienes de inversión y de materias primas esca
asignando al Estado la responsabilidad de una justa dis sos, Suecia se benefició del proceso de recuperación
tribución de la producción resultante. La nacionaliza europea. Las industrias de ingeniería y la producción
ción fue reemplazada por el «socialismo funcional», forestal suecas conocieron un gran auge, y no hubo pro
que significa que la socialización de algunas de las fun blemas de desempleo. Ocurrió lo contrario e inespera
ciones de la propiedad es preferible a emprender una do: una escasez de mano de obra y, con ella, la amena
socialización general. La hegemonía de clase dio paso za de inflación.
a la sociedad sin clases, denominada «el hogar del pue
blo», expresión famosa acuñada por el popular primer La marcha de la economía sueca durante esos
ministro sueco RA. Hanson en 1928, según la cual to años, con altas tasas de crecimiento, un comercio exte
dos los suecos deberían sentirse y ser tratados como rior equilibrado y pleno empleo, privó a las propuestas
miembros de una familia: más radicales del Programa de Postguerra de gran parte
de su actualidad. ¿Por qué habría que nacionalizar las
En el buen hogar prevalecen la igualdad, la consi industrias si los propietarios privados podían gestionar
deración, la cooperación y el espíritu de colaboración. las de forma eficiente y con una alta rentabilidad? ¿Por
Aplicado al hogar común del pueblo y el cuidadano, qué habría de intervenir el gobierno en la economía si
esto significaría la ruptura de todas las barreras econó las fuerzas del mercado podían resolver los problemas
micas y sociales que ahora dividen a los ciudadanos en estructurales y garantizar con éxito el pleno empleo?
privilegiados y desafortunados, en gobernantes y go
bernados, en ricos y pobres, en acaudalados y desam ¿Por qué había de construir el gobierno una maquina
parados, en saqueadores y saqueados.3 ria de planificación para una economía que funcionaba
bien sin planificación? Y por último: ¿valía la pena em
Este discurso simbolizaba, como explica un obser prender una lucha ideológica con la oposición burguesa
vador canadiense, «el gran avance del reformismo sue que militaba fervientemente contra cualquier tipo de
co», en el sentido de que la idea del hogar del pueblo planificación?
implicaba la convicción de que el socialismo podía al La mayor parte de las ideas socialistas del Progra
canzarse por medio de reformas de bienestar social.4 ma se diluyeron a medida que el mercado alcanzaba los
La escena cambió durante un corto período de logros que los socialistas se habían propuesto: creci
tiempo en los años 40, no ya como resultado de un miento económico, que podía emplearse para impor
cambio ideológico sino debido a la necesidad de ajustar tantes reformas sociales, ingresos crecientes, alto nivel
de empleo. Muchos socialistas llegaron a la conclusión ba el pleno empleo eran lo bastante fuertes como para
de que la ideología socialdemócrata había llegado a su comprometer la política de estabilización mediante
fin.6 Un movimiento obrero en fase de moderación en agresivas reivindicaciones salariales. No obstante, re
cabezó la transformación de Suecia en una sociedad del chazamos la idea de que los sindicatos deberían ser dis
bienestar que causó admiración y envidia en todo el ciplinados por medio del desempleo. Optábamos prefe
mundo. rentemente por una autodisciplina colectiva impuesta
por la política salarial de los propios sindicatos. Esto
se concibió en el marco de una ideología basada en la
EL DILEMA PLENO EMPLEO/INFLACIÓN noción de solidaridad, en pro de una estructura salarial
que reflejase el tipo de trabajo y la especialización más
que la rentabilidad de la empresa.
Había, no obstante, sombras en el cuadro amable
de los «años dorados» de la Suecia de postguerra. Re Era evidente que la militancia y rivalidad sindical
sultó obvio inmediatamente después de la guerra que podía ser mitigada a través del consenso entre los sindi
la escasez de mano de obra —en aquel momento una catos acerca de fines y métodos comunes de política sa
experiencia nueva para los políticos y el movimiento larial. A mediados de los años 50 la Confederación de
obrero— provocaba aumentos salariales por encima de Empresarios (SAF) invitó a la LO a participar en nego
la productividad y, en consecuencia, la aparición de la ciaciones salariales generales, negociaciones que habían
inflación de costes. El gobierno reaccionó introducien de caracterizar las relaciones industriales suecas a lo lar
do diversos tipos de medidas de política de rentas, entre go las dos décadas siguientes. Muchos observadores de
ellas una congelación salarial entre 1949 y 1950 que re dentro y fuera de Suecia han considerado el sistema de
sultó ser un fracaso total. Estas experiencias indicaron negociación centralizado como el elemento esencial del
que el pleno empleo y la estabilidad de precios eran ob modelo sueco. En mi opinión, el modelo estaba origi
jetivos en conflicto, y que el gobierno debía tomar una nalmente concebido para resolver el dilema pleno em-
opción política en vez de cargar la responsabilidad de pleo/inflación, con la política activa de mercado de
la estabilidad de precios a los sindicatos. trabajo y la política salarial de solidaridad como ingre
dientes complementarios. El hecho de que las negocia
Era bastante natural que cierto número de econo ciones salariales suecas se llevaran a cabo de forma cen
mistas empleados por el LO, la influyente confedera tralizada sin duda facilitó los esfuerzos realizados por el
ción de trabajadores industriales, intentase encontrar gobierno para la estabilización. Sin embargo, esta cen
una solución a este dilema que se había convertido en tralización debería verse sobre todo como una conse
una seria amenaza para el movimiento sindical. El ple cuencia del acuerdo de Saltsjóbaden de 1938 entre tra
no empleo es una condición imperativa de la fuerza sin bajo y capital. Por medio de este acuerdo ambas partes
dical. Sin embargo las restricciones salariales en perío establecieron reglas para su relación mutua, pero tam
dos de alta rentabilidad en que las empresas pueden bién demostraron su autonomía frente al gobierno.9
pagar salarios más altos causan desconfianza entre la
base hacia la dirección del sindicato. El ajuste entre ple El dilema de la estabilización es importante ya que
no empleo y estabilidad de precios fue el punto de par el pleno empleo, el objetivo de mayor prioridad para los
tida para la elaboración de una propuesta sindical enca trabajadores, debe ser reconciliado con la necesidad de
minada a un modelo de estabilización que, en su forma estabilidad de precios. En palabras de Gunnar Myrdal,
definitiva, se convirtió en la parte central del «Modelo la inflación es una amenaza mortal para el socialismo;
Sueco» en general.7 La propuesta puede considerarse y Gósta Rehn, uno de los arquitectos del modelo de la
como una forma de keynesianismo modificado. La de LO, acuñó el eslogan de que los socialistas deben «odiar
manda global, condicionada a través de medidas fisca la inflación». El desarrollo de la economía sueca en los
les y monetarias, había de ser alta, pero no tan alta años 70 y 80 ha verificado estos avisos: el fracaso de
como para determinar el uso pleno de todos los recur la política de estabilización ha sido una razón decisiva
sos productivos y todas las capacidades profesionales de la disminución del apoyo popular a los socialdemó-
en cada sector y cada región. La definición dada por cratas, del debilitamiento de los sindicatos y de la per
Beveridge del pleno empleo —la situación en la que sistente decadencia del modelo sueco en general.
hay permanentemente más puestos de trabajo disponi
bles que personas para ocuparlos— era para nosotros,
economistas de la LO, a la vez una buena definición de ¿ES LA IGUALDAD CONTRAPRODUCENTE?
la inflación.
A fin de evitar la inflación, la demanda global El pleno empleo es sólo un pilar del modelo sueco;
debe caer por debajo del nivel en que prácticamente el segundo es la igualdad. Si los socialistas suecos son
toda la mano de obra pueda ser absorbida. Las «islas fanáticos respecto al pleno empleo, también defienden
de desempleo» deberían ser eliminadas, pero no incre apasionadamente la igualdad. Las dos alas del movi
mentando la demanda general sino mediante medidas miento obrero sueco pretendían alcanzar la igualdad
de política de mercado de trabajo seleccionados y con por medio de métodos distintos pero complementarios.
objetivos precisos como reciclaje, movilidad, jubilacio Se atribuía al partido en el gobierno la responsabilidad
nes, subsidios para trabajadores discapacitados y traba de desarrollar un sistema de bienestar social universal,
jo público para la mano de obra de mayor edad y de basado en generosas transferencias de renta y un am
escasa movilidad. Desde un primer momento, la políti plio sector público que ofreciera casi gratis, por ejem
ca activa de mercado de trabajo fue un componente plo, servicios sociales financiados por medio de impues
central de la propuesta de pleno empleo no inflacionis- tos. El principal objetivo de los sindicatos era una
ta que fue presentada e intensamente debatida en el política salarial igualitaria, con el fin de alcanzar una
congreso de la LO de 1951.8 estructura salarial solidaria.
Éramos conscientes del riesgo derivado del hecho Como ya se ha mencionado, la política de pleno
de que unos sindicatos poderosos a los que se garantiza empleo tuvo sus límites en el riesgo inherente de infla-
ción. Por esta razón el pleno empleo debía alcanzarse tenido como resultado la formación de grandes organi
por medios no inflacionarios. Había restricciones aná zaciones en áreas metropolitanas, en algunos casos con
logas para el sistema del bienestar universal y para la miles de empleados en una sola unidad. Se trataba de
política salarial de solidaridad. El sistema de bienestar aprovechar, de manera análoga al sector privado, las
social no debe entrar en conflicto con la eficiencia. La economías de escala en la construcción de hospitales,
política salarial solidaria, que elimina el uso de diferen centros educativos y residencias de la tercera edad. Pero
ciales salariales como incentivos para la movilidad la con frecuencia la consecuencia de esto era la burocrati-
boral, implica el riesgo de rigidez del mercado del traba zación y la ineficiencia.
jo. Estos conflictos potenciales no dejaron de estar
previstos por los que proponían el estado del bienestar, En los últimos años los gobiernos locales y nacio
ni por los defensores de la política salarial de solidari nales han realizado grandes esfuerzos para mejorar la
dad. En realidad, ya en una fase temprana se incorpora eficiencia en el sector público, por ejemplo mediante la
ron al modelo mecanismos para solucionar posibles introducción de mecanismos que simulan un funciona
conflictos. miento de tipo mercado en la provisión pública de ser
vicios educativos y de salud.11 Los partidos no socialis
No existe, de hecho, una evidencia clara de que el tas buscan una solución en la privatización de servicios
estado del bienestar sea necesariamente contraprodu públicos —una propuesta que los socialdemócratas re
cente en términos de eficencia económica. Estudios chazaron enérgicamente.
comparativos de países con distintos niveles de gasto
público para fines no militares no confirman la hipóte
sis de que estados del bienestar altamente desarrollados LA POLÍTICA SALARIAL DE SOLIDARIDAD12
muestran índices de crecimiento más bajos que otros
países. Suecia, que tuvo un nivel record de gasto públi
co y, correspondientemente, impuestos altos no se que Mientras que el bienestar social era responsabili
dó atrás de la mayor parte de estados del bienestar de dad de las autoridades públicas, una segunda forma de
Europa occidental durante todo el período alcanzar la igualdad venía dada por la propia política
1960-1990.10 La alta tasa de absentismo en Suecia es a salarial de solidaridad. La política social solidaria (ori
menudo interpretada como un abuso del generoso siste ginalmente denominada socialista), que constituye el
ma de seguridad social, pero si se mira más de cerca fundamento ideológico del movimiento sindical sueco,
se puede explicar en parte por el hecho de que los gru significa dos cosas. En primer lugar, a igual trabajo
pos propensos al absentismo (mujeres, personas disca igual salario, independientemente de la rentabilidad de
pacitadas), que normalmente no están plenamente inte la empresa, el tamaño o la localización del lugar de tra
grados en la fuerza de trabajo en otros países, bajo. Lo que importa es el tipo y naturaleza del trabajo,
componen una parte sustancial de la fuerza de trabajo y la cualificación necesaria para realizarlo. El segundo
sueca. Tampoco puede demostrarse que las generosas objetivo de esta política es equilibrar las diferencias sa
normas para la jubilación anticipada en Suecia hayan lariales, pero no su total eliminación. Para distintos ti
resultado ser un abuso del sistema: la proporción de ju pos de trabajo se debería pagar salarios diferentes. Es
bilaciones anticipadas en Suecia es, en realidad, más obvio que ambos componentes de la política salarial de
baja que en la mayoría del resto de países europeos con solidaridad presuponen descripciones precisas de em
este tipo de provisiones. pleos y normas para la evaluación de éstos.
El argumento de que el bienestar social universal Los detractores de la política salarial de solidaridad
puede influir negativamente en la productividad y el han argumentado que una estructura salarial igualita
crecimiento también puede cuestionarse desde otro ria impide la movilidad laboral. Cierto número de estu
punto de vista. El elevado gasto público puede parecer dios han mostrado que las diferencias salariales cum
una pesada carga para los contribuyentes, pero lo que plen un papel sustancial como incentivos en el mercado
a menudo no se observa es el hecho de que una parte del trabajo. Sin embargo, en una economía de pleno
considerable del gasto público son inversiones en capi empleo, el uso de estos diferenciales como instrumen
tal humano y, por tanto, altamente productivas. El cui tos reguladores del mercado laboral sería irracional y
dado materno es un derecho de todos y previene la en económicamente costoso. El riesgo de caer en espirales
fermedad: una baja por maternidad de un año (más salariales inflacionarias sería muy alto. Existe un efecto
larga que en cualquier otro país en Europa Occidental) estructural de la política salarial solidaria sobre la mo
proporciona a la madre un período de privacidad y ali vilidad laboral que podría ser más importante que los
vio (y puede —aunque es raro— ser utilizada también supuestos efectos de grandes diferenciales salariales.
por el padre); la rehabilitación de personas que han su Una estructura salarial equilibrada, igualitaria, elimina
frido accidentes laborales facilita la reintegración en el a las empresas no rentables, incapaces de pagar salarios
mercado del trabajo. Estas medidas activas son sustan al nivel del mercado. La mano de obra sobrante debe
ciales y elementos económicamente útiles de la política ser absorbida por empresas más rentables o estar asisti
de bienestar social sueca. da por medidas de política activa de mercado de trabajo
como la formación profesional, el reciclaje, la rehabili
Existe, no obstante, un área del sector público en tación, etc. Resulta fácil reconocer la estrecha interco
relación con la cual la crítica tiene justificación. La nexión que existe entre la política salarial y la política
atención sanitaria, el cuidado de niños y ancianos, la de mercado del trabajo en el modelo o, dicho de otro
educación a todos los niveles y el bienestar social esta modo, entre las políticas de los sindicatos y del go
ban en Suecia a cargo de las autoridades públicas. En bierno.
los años 60 y 70 los servicios públicos, particularmente
la atención sanitaria, conocieron una enorme expan Un problema más serio es el derivado del hecho
sión. Entre 1960 y 1980, el número de empleados públi de que la restricción salarial practicada por grupos bien
cos casi se triplicó y supone actualmente la tercera retribuidos en empresas rentables deja en manos de los
parte de la fuerza del trabajo sueca —un record inter propietarios del capital la capacidad no ejercida de
nacional. La explosiva expansión del sector público ha pago de mayores salarios. La propuesta de los sindicatos
de transferir parte de esta especie de incrementos sala ESQUEMA DEL MODELO SUECO
riales «perdidos» a fondos colectivos de asalariados
O b jetiv o s P le n o em p leo Ig u aldad
era un intento de resolver el dilema ilustrado en el
gráfico adjunto, en el que las empresas se agrupan R estriccio n es E sta b ilid a d d e p recio s E fic ie n c ia
de acuerdo con su rentabilidad (y capacidad de pago In stru m en to s C om bin ación de m edidas g enera B ienestar social un iversal
de salarios). Las empresas incapaces de pagar el sala les restrictivas y p o lítica de m erca Sector pú blico am plio
rio «normal» (establecido en negociaciones centrales) d o de tra b a jo selectiva P olítica salarial de solidaridad
deben racionalizar su producción; si han agotado ya i
su potencial de racionalización, se verán excluidas del - F ondo s d e asalariad os
mercado. En ambos casos, la consecuencia será la
aparición de excedentes laborales. Consiguientemente,
es responsabilidad de la política de mercado de traba Resulta obvio que el sistema mantiene aquellos
jo hallar nuevos puestos de trabajo para estos exce elementos de la ideología socialista que apuntan más
dentes. allá de los límites de una economía de mercado capita
lista. La experiencia nos ha enseñado que las fuerzas
del mercado libre no garantizan ni el pleno empleo ni
la igualdad. Otorgar la máxima prioridad a estos objeti
vos significa desafiar los principios del sistema capita
lista, que está basado en la rentabilidad del capital de
propiedad privada.
La formación de un sector público amplio como
garante del bienestar social universal implica que una
parte sustancial de la economía se aparta de las reglas
del mercado y que las necesidades sociales se indepen
dizan del poder adquisitivo de la gente. La política sala
rial de solidaridad separa los salarios de la rentabilidad
y sirve de colchón para el mercado. La propuesta sindi
cal de fondos de asalariados ha sido correctamente con
siderada como un intento sindical de compartir los fru
tos de la acumulación de capital con los propietarios de
éste.
El modelo sueco, formulado en la versión que he
mos presentado aquí, es reformista en el sentido de que
la propiedad privada y los mercados libres son amplia
mente aceptados, pero es socialista en la medida en que
los valores fundamentales del movimiento obrero están
incorporados en él. El modelo está basado en una firme
La parte derecha del gráfico ilustra el hecho de que ideología socialista pero impulsa al mismo tiempo mé
las empresas rentables tienen capacidad para abonar sa todos prácticos para alcanzar los objetivos. El modelo
larios más altos que los reivindicados por los sindicatos. combina visiones y el pragmatismo de la tradición sue
La solución propuesta por la LO, los fondos de asalaria ca. Se acerca a lo que Ernst Wigforss, un destacado lí
dos, tenía como finalidad recoger los beneficios excesi der del movimiento obrero sueco, denominó «utopías
vos y transferirlos de los propietarios del capital a pro provisionales».
piedad colectiva de los empleados.13 Los capitalistas,
comprensiblemente, no estuvieron de acuerdo con esta
idea. Sin embargo, es una pieza coherente del modelo LOS LOGROS
sueco.
La política salarial de solidaridad contribuyó a la re puso a la defensiva ante el neoliberalismo y el colapso
ducción de diferenciales de salario.14La brecha entre sa de las economías de planificación central en Europa del
larios de hombres y mujeres se estrechó considerablemen Este. El sistema sueco, construido sobre la cooperación
te, como resultado de cláusulas especiales en los convenios entre fuertes organizaciones sindicales y empresariales
negociados de forma centralizada que favorecían a traba y el gobierno, con una economía que había conseguido
jadores con salarios bajos. A principios de los años 80, reconciliar principios de mercado con valores socialis
Suecia mostraba la estructura salarial más igualitaria de tas como el pleno empleo, la igualdad y la solidaridad,
los países occidentales. Esto se consiguió mediante una fue aclamado como el prototipo de una sociedad de
política de mercado de trabajo que liberaba a los sindica «tercera vía». El declive y desintegración del modelo
tos de responsabilidades por problemas de empleo causa sueco es, por tanto, materia de preocupación no sólo
dos por las reivindicaciones salariales de los trabajadores para el movimiento obrero sueco, sino también para la
mal remunerados en empresas y sectores en declive. Los izquierda en su conjunto. ¿Qué explicación podría
gobiernos socialdemócratas también pactaron con los sin dársele?
dicatos en otro sentido: los beneficios excesivos —que con
vierten la restricción salarial en algo problemático para Podríamos establecer el principio de que las derro
los sindicatos de empresas rentables— fueron como mí tas electorales del Partido Socialdemócrata en 1976 y
nimo neutralizados por la obligación de derivarlos a di de nuevo en 1991 son la causa del declive del modelo
ferentes fondos (entre ellos, los fondos de aslariados ad sueco. En los años 70 el movimiento obrero era todavía
ministrados por los sindicatos, si bien en una cuantía más tan influyente que la coalición de gobierno no socialis
bien simbólica, como veremos). ta del período 1976-1982 fue incapaz de alterar de for
ma sustancial la política de bienestar social tradicional.
No es extraño que el modelo sueco se contemplara El pleno empleo fue aceptado como un objetivo funda
como un modelo para la izquierda en Europa que se mental y el sistema de bienestar social permaneció in
tacto. Cuando el gobierno socialdemócrata fue reem mayor eficiencia que a menudo constituye una forma
plazado por una nueva coalición burguesa en 1991, el eufemística de pronunciarse en favor de peores ser
modelo ya estaba en proceso de erosión y decadencia. vicios.
El desplazamiento político puede verse como una con
firmación formal de un proceso continuo más que El sistema de transferencias públicas es objeto de
como su causa. Los puntos débiles del modelo tal como ataques. Recientemente el gobierno burgués y los so-
fue llevado a la práctica, se remontan a principios de cialdemócratas, que ahora encabezan el partido de la
los 70. oposición, han llegado a un acuerdo que pretende des
plazar la responsabilidad del pago de las bajas por en
fermedad y del sistema de seguros de accidentes de tra
PUNTOS DÉBILES DE LA POLÍTICA ECONÓMICA bajo del sector público a los sindicatos y organizaciones
de empresarios, lo que constituye un desplazamiento
del bienestar social universal a un sistema que fue in
La escencia del modelo sueco, como se perfiló en troducido por Bismarck hace un siglo. Si el creciente de
el informe del Congreso de la LO de 1951, era la idea sempleo puede ser visto como un ajuste a las condicio
de que el pleno empleo y la estabilidad económica po nes de Éuropa occidental, el desmantelamiento del
dían hacerse compatibles. Argumentamos que una polí sistema de bienestar universal lleva a Suecia más cerca
tica de pleno empleo antiinflacionista debía apoyarse de la Alemania bismarckiana.
en dos pilares básicos: una política económica general
restrictiva que no garantiza el pleno empleo, y medidas
políticas de mercado del trabajo selectivas que absor LA POLÍTICA SALARIAL DE SOLIDARIDAD
ban la mano de obra sobrante. EN UN CALLEJÓN SIN SALIDA
Los gobiernos suecos a menudo han descuidado la
primera parte de la recomendación y tolerado períodos Otro componente importante del modelo ha sufri
de exceso de demanda en los mercados de trabajo y de do también un proceso de desintegración: la política sa
productos. Los efectos desestabilizadores de esta políti larial de solidaridad. La política que durante décadas
ca propensa a la inflación eran obvios ya en los ha constituido un instrumento efectivo para la reduc
años 70, pero resultaron fatales en los 80: los beneficios ción de diferenciales salariales, había perdido gran par
se dispararon, la especulación elevó el valor de las pro te de su impulso inicial. Desde principios de los años
piedades a unos niveles insostenibles, el crecimiento se 80, la estructura permaneció casi estable. Los grupos de
estancó y la competitividad sueca se debilitó. baja remuneración, entre ellos las mujeres, dejaron de
No sería adecuado culpar a los sindicatos de reac mejorar su posición relativa en la escala salarial. Exis
cionar agresivamente en un mercado de trabajo tenso, ten diversas razones para esta ruptura de una tendencia
de la misma manera que no se puede culpar a las fuer a largo plazo.
zas de mercado de actuar según los principios del mer La primera de ellas tiene que ver con los propios
cado en una situación de beneficios excesivos y alta li fracasos de la política de la LO. Cuando la LO formuló
quidez. La consecución del máximo de beneficios es el los objetivos y métodos de la política salarial de solida
primer objetivo del mercado libre y los capitalistas tan ridad en los años 50 se sentaron dos principios: (a) las
sólo hicieron lo que los libros de texto prescriben. Ase diferencias salariales deberían ser estrechadas pero no
gurar la estabilidad económica y combatir la inflación eliminadas; y (b) las diferencias salariales subsistentes
es responsabilidad del gobierno nacional. Pero el go deberían reflejar diferencias en el tipo de trabajo, no
bierno no tuvo ni la valentía ni la fuerza para jugar este la rentabilidad de la empresa. El desarrollo del segundo
papel. Las advertencias de Gunnar Myrdal resultaron principio implicaba normas basadas en algún tipo de
ciertas: la inflación socavó sin piedad la base del mode evaluación del trabajo. La LO tuvo éxito en sus campa
lo sueco. ñas para elevar los salarios de los grupos de baja remu
La primera víctima de la incapacidad del gobierno neración. Fracasó, sin embargo, en conseguir un con
para controlar la inflación fue el pleno empleo. No obs senso en el seno del movimiento sindical sobre un
tante, el desempleo se mantuvo a un bajo nivel en los sistema practicable y sólido que pudiera utilizarse como
explosivos años 80, lo que constituyó un destacable éxi línea maestra para la fijación de salarios. Diversos in
to para Suecia si se compara con el desempleo masivo tentos de encontrar tales normas no dieron resultado y
experimentado en la mayor parte de países europeos. los sindicatos se centraron en la equiparación de la es
Sin embargo a principios de 1991 la amenaza de una tructura salarial.
inflación continua indujo al gobierno socialdemócrata
El principio de equiparación salarial encajaba bien
a abandonar el pleno empleo como fin prioritario en
con la homogeneidad de la fuerza del trabajo en el área
favor de la estabilidad de precios. Esto hizo más fácil
de producción masiva de tipo fordista que era dominan
para el gobierno no socialista elegido poco después tole te en las primeras décadas después de la guerra. Sin em
rar un nivel de desempleo que, un año después de ini
bargo, a medida que la tecnología y la organización del
ciada su gestión, se incrementó hasta alcanzar los nive
trabajo cambió, las técnicas específicas de una empresa
les de Europa occidental.
y los incentivos para «aprender con la práctica» deja
El conflicto entre igualdad y eficiencia no es tan ron de poderse mantener satisfactoriamente mediante
acusado como el dilema pleno empleo/inflación. Ni si la política salarial de solidaridad tradicional. La LO no
quiera los detractores del sistema de bienestar social estaba suficientemente preparada para estos procesos
universal pretenden que el amplio sector público sea nuevos, que implicaban la necesidad de ajustar la es
responsable de la baja tasa de aumento de la producti tructura salarial a la organización del trabajo postfor-
vidad en la economía sueca. El sector público es ataca dista. Una reciente propuesta de ampliar el concepto de
do en el terreno ideológico por grupos conservadores «política salarial solidaria» hacia una política de «soli
que están a favor de la privatización. Péro incluso en daridad del trabajo», equiparando de este modo salario
el Partido Socialdemócrata se oye una apelación a una y trabajo, se puede ver como un intento de modernizar
la política salarial de solidaridad —o más bien ajustarla ridad con sus compañeros de baja remuneración, éstos
a las intenciones del informe de la LO de 1951. fijaron su atención en los miembros de los sindicatos
de trabajadores no manuales que no estaban sujetos a
La retirada de la confederación de empresarios la misma restricción. Aunque las organizaciones sindi
(SAF) de las negociaciones salariales centralizadas a cales de obreros industriales y de trabajadores no ma
principios de los 80 supuso un segundo obstáculo para
nuales mantienen buenas relaciones, con pocos conflic
la continuidad de la política salarial de solidaridad.15 tos acerca de su demarcación, a menudo se crean
Resulta fácil observar que esto supuso un duro golpe situaciones de competencia en el terreno de la fijación
para la política salarial de la LO, que presuponía la de salarios.
coordinación de reivindicaciones salariales planteadas
por los sindicatos afiliados. La descentralización de las Una cuarta y última razón de la desaparición de
negociaciones a nivel sectorial hace que resulte mucho la política salarial de solidaridad fue que no se pudo
más difícil par la LO mantener su principio de solidari mantener el apoyo a una política de mercado de trabajo
dad con los grupos de baja remuneración. La pregunta activa y a las disposiciones de limitación de beneficios.
es la siguiente: ¿por qué se retiró la SAF de la mesa Ciertamente, en la actualidad tal apoyo brilla por su
central de negociaciones? ausencia. El gobierno no socialista ha eludido toda res
ponsabilidad acerca de la mano de obra excedente
La razón principal que dan los empresarios es que como resultado de demandas salariales demasiado ele
los convenios centrales han tendido a ser demasiado vadas en empresas poco eficaces. La propuesta de la LO
complejos y rígidos para la flexibilidad que requiere la que pretendía restringir los beneficios excesivos encon
organización moderna del trabajo. Los directivos y ge tró una vehemente oposición por parte de todos los par
rentes prefieren la negociación descentralizada, incluso tidos no socialistas y, por supuesto, de la SAF. En 1983
al nivel de simple empresa, lo que permite mayores dife el gobierno socialista aceptó a regañadientes el princi
renciales salariales. (También debería observarse que pio de los fondos colectivos de asalariados, pero rebajó
las compañías multinacionales suecas tienen ahora más las intenciones originales hasta el punto de convertir
empleados fuera de Suecia que dentro del país y están los fondos en un gesto en gran parte simbólico.
acostumbradas a métodos de fijación de salarios que di
fieren de los de Suecia). El conflicto entre las visiones Los planes de fondos de inversión de asalariados
de los sindicatos y de los directivos de las empresas so se habían discutido en Europa occidental durante los
bre el papel de la política salarial se plantea más clara primeros años de postguerra. El DGB alemán planteó
mente que nunca: los sindicatos suecos continúan pre la idea de fondos de asalariados a escala nacional a me
tendiendo una estructura salarial igualitaria, mientras diados de los años 50, con el objetivo de corregir la des
que, para los empresarios, los diferenciales salariales igual distribución de riqueza que siguió a la rápida re
son instrumentos de control de los que puede servirse cuperación de la economía alemana después de la
la dirección. Aunque estas razones son admitidas fran guerra. En los Países Bajos los sindicatos propusieron
camente por la patronal sueca, su ruptura con una lar en los años 60 un plan de fondos similar; tenía su ori
ga tradición de negociaciones centrales quizás tenga gen en la política de rentas de inspiración gubernamen
también unas causas ideológicas más profundas. Las tal de los primeros años de postguerra. Cuando los sin
negociaciones salariales centrales en Suecia pueden dicatos daneses publicaron en 1971 un informe
verse como una consecuencia del acuerdo de paz de sugiriendo un fondo de inversiones de asalariados, su
Saltsjóbaden de 1938, que se convirtió en la base para centro de atención principal era la democracia econó
la cooperación entre las máximas organizaciones SAF mica e industrial.
y LO. El acuerdo daba por sentado que la intervención Todas estas iniciativas y debates tuvieron poca in
del Estado en cuestiones de mercado del trabajo debe fluencia en el movimiento sindical sueco. Su atención
ría evitarse. La ola de reformas legales laborales inicia al ahorro colectivo se dirigía a la introducción de un
da por los sindicatos en los años 70, y especialmente sistema general de pensiones que fue satisfactoriamente
la propuesta sindical de transferir beneficios a fondos conseguido en 1960 después de una larga y ardua cam
colectivos de asalariados, se interpretaron por la SAF paña. Cuando la idea de fondos de asalariados surgió
como la abrogación del acuerdo de Saltsjóbaden. Las en Suecia en los años 70, el propósito primordial era
relaciones pacíficas, casi amistosas, entre la LO y la distinto al de otros países. Como ya se ha mencionado,
SAF en las primeras décadas después de la guerra, que la política salarial de solidaridad, que durante décadas
impresionaron a los observadores extranjeros de la esce había constituido la propia base del sindicalismo sueco,
na sueca, fueron reemplazadas por la militancia en am implica la necesidad de restricciones en las reivindica
bos bandos. El clima se hizo demasiado áspero para las ciones de los grupos de mejor remuneración, aun cuan
negociaciones centrales. do pertenezcan a empresas rentables. Ocurre que un
No obstante, un tercer factor que dificultaba la so «potencial no utilizado para el aumento de salarios» en
lidaridad salarial era el cambio de composición del mo las empresas rentables deriva en beneficios extraordina
vimiento sindical. Mientras la LO dominaba totalmente rios para los propietarios del capital. El hecho de que
el movimiento sindical, la política salarial de solidari la restricción salarial resulte en mayores beneficios
dad era la ideología dominante. Con la fuerza creciente constituye un dilema inherente de la política salarial de
de los sindicatos de trabajadores manuales, otros facto solidaridad, pero éste resultó más acusado y obvio
res —políticamente neutrales, con un mayor grado de cuando las exportaciones suecas conocieron una gran
autonomía de su confederación central (TCO) y con expansión a principios de los años setenta.
distintos objetivos y estrategias de política salarial— El congreso de la LO de 1971 encargó a la comi
aparecieron en la arena de las negociaciones. El movi sión ejecutiva de la confederación que iniciase un mi
miento sindical, antes homogéneo, se fragmentó y los nucioso examen del problema y que redactara un infor
intereses en conflicto debilitaron la lucha de la LO por me para el congreso de 1976. Un pequeño grupo de
una estructura salarial igualitaria. Cuando la LO sugi trabajo compuesto por expertos fue constituido en
rió a sus grupos de mejor remuneración que aceptasen 1973 y presentó dos años más trade una propuesta que
modestos incrementos salariales y que ejercieran solida pretendía alcanzar tres objetivos: (1) desarrollar la polí
tica salarial de solidaridad de tal manera que las de de una política salarial nacional— seria la tendencia sa
mandas salariales modestas no enriquecieran a los pro larial local que plantearía una seria amenaza al princi
pietarios de empresas altamente rentables; (2) conta- pio de solidaridad a lo largo de los años ochenta.
rrestar la continua concentración de capital privado; (3)
fortalecer la influencia de los empleados en el lugar de
trabajo a través de la co-propiedad. LA INTERNACIONALIZACIÓN DE LA
La solución ofrecida por el informe del grupo de ECONOMÍA SUECA
trabajo consistió en un plan para la participación colec
tiva en los beneficios, esto es, para el establecimiento Hasta el momento nos hemos centrado en los pro
de cierto número de fondos de asalariados financiados blemas internos que han contribuido al declive del mo
mediante pagos vinculados a los beneficios en forma de delo sueco: la incapacidad del gobierno para combinar
acciones y administrados por consejos en los que la pleno empleo y estabilidad económica, el desmantela-
participación sindical era preponderante. La propuesta miento del sistema de bienestar social universal y las
fue discutida intensamente en el movimiento sindical, dificultades crecientes que acosan a la política salarial
principalmente en gran número de grupos de estudio de solidaridad. Otra forma de describir la misma suce
de base que reaccionaron de forma sorprendentemente sión de acontecimientos es diciendo que el movimiento
positiva. Muchos sindicalistas activos elogiaron los fon laborista ha perdido su posición hegemónica y ha fraca
dos de asalariados como un paso importante en el ca sado en movilizar a la clase obrera en defensa del mode
mino hacia la democracia económica. El motivo origi lo que estuvo basado en los valores tradicionales del
nal —el de prestar apoyo a la política salarial de movimiento. El sistema sueco, de equilibrio entre la
solidaridad— quedó ensombrecido por los aspectos an prosperidad privada y el control social, se ha derrumba
ticapitalistas más generales de la propuesta, que tuvo do porque el poder real se ha desplazado del trabajo a
un efecto revitalizador en el movimiento sindical. los propietarios del capital.
La dirección de la LO, que en un principio había De una importancia igualmente decisiva para el
adoptado una postura bastante neutral frente al infor destino del modelo sueco es la internacionalización de
me del grupo de trabajo, estuvo influida por la recep la economía sueca. Grandes compañías suecas, apoya
ción positiva, e incluso en cierto sentido entusiasta, por das por los gobiernos y por la política salarial de solida
parte de la élite sindical y decidió presentar el informe ridad, se han convertido en multinacionales, ampliando
con unos cambios mínimos al congreso de 1976. Fue su oferta de empleo más en sus filiales extranjeras que
aprobado por aclamación y seguido del canto al uníso en las empresas madres suecas. Algunas se han trans
no de La Internacional. Se había generado una cues formado en transnacionales —compañías de propiedad
tión capaz de movilizar y activar el movimiento sin sueca pero localizadas fuera del país. Paradójicamente,
dical. algunas de ellas se han expandido gracias a las políticas
Esto tan sólo supuso el inicio de un largo e intenso socialdemócratas. De este modo Tetrapac, la industria
debate sobre la propuesta de la LO. La violenta oposi de envases de ámbito mundial, tuvo su origen en el sis
ción de todos los partidos no socialistas y organizacio tema de regulación agraria sueco que permitió a la in
nes empresariales forzó al movimiento obrero a hacer dustria lechera ejercer como monopolio, garantizando
repetidas retiradas. Cuando el gobierno socialdemócra- así el uso del envase para leche de la compañía en todos
ta introdujo por fin en 1984 los fondos de asalariados, los hogares de Suecia. IKEA tuvo su base doméstica
era la primera vez que un país occidental aplicaba la en el amueblamiento del millón de viviendas que fue
idea de fondos de propiedad de empleados. No obstan ron construidas como parte del programa de viviendas
te, el plan se había cambiado hasta el punto de no tener sociales de los años 50 y 60. El consumo doméstico ma
nada que ver con la propuesta original de la LO. Se es sivo ha constituido la condición previa de muchas em
tablecieron cinco pequeños fondos regionales, financia presas suecas que salieron fuera del país a medida que
dos principalmente mediante un impuesto sobre benefi el mercado interior quedó demasiado pequeño. Son pro
cios extraordinarios. El capital del fondo se empleaba ducto del modelo nacional de bienestar social sueco
para la adquisición de acciones en el mercado bursátil. pero actúan como ingratos intemacionalistas. El capi
El plan iba a ser anulado sólo siete años después de su tal sueco, una vez liberado de todas las restricciones le
puesta en funcionamiento y el activo total de los fon gales, se desplaza fuera de Suecia para acercarse a los
dos al final de ese período (en 1991) representaba me mercados extranjeros o simplemente para encontrar
nos del cinco por ciento del valor total del mercado bur mano de obra más barata. Y la pérdida de empleos re
sátil sueco. Ninguno de los objetivos iniciales había sultante en las industrias de manufacturas no ha sido
sido alcanzado y el plan en su conjunto debe verse hoy compensada por un incremento de empleos en el sector
más bien como un gesto simbólico. El poderoso movi de servicios privado ni en el sector público.
miento sindical sueco demostró su incapacidad para en La salida continua de capital sueco, especialmente
trar en el recinto de la propiedad privada, el auténtico después de la liberalización de los controles de cambio
núcleo del sistema capitalista. de moneda extranjera a finales de los ochenta, constitu
En las tumultuosas campañas organizadas para re ye sólo una parte de la internacionalización de la eco
chazar la «agresión socialista», el propósito original de nomía sueca. Independientemente de su condición o no
los fondos de asalariados fue totalmente ignorado: re de miembro de la CE, una economía con el tamaño de
solver el dilema de que la restricción salarial en las em la población de Suecia (9 millones) y una elevada pro
presas rentables deja a éstas mayores beneficios de lo porción del PIB derivada de la exportación (30 por
que les correspondería en un mercado normal. Este ciento) está tan integrada en la economía europea occi
problema continúa sin resolver. La pregunta Cui bono dental que la perspectiva de las prioridades nacionales
[¿en beneficio de quién?], planteada por un trabajador queda totalmente limitada. Los acontecimientos recien
de la Volvo bajo restricción salarial a su delegado sindi tes han demostrado la dependencia de Suecia de los
cal, sigue sin tener respuesta. Una buena respuesta dés mercados financieros internacionales: la moneda sueca
ete su punto de vista —pero mala desde la perspectiva fue uno de los objetivos de la especulación internacio
nal (y nacional) y el banco central tan sólo pudo defen sonales. El concepto de una sociedad construida sobre
der la corona a base de incrementar las tasas de interés valores morales es, en mi opinión, demasiado promete
hasta unos niveles absurdos —un método infalible para dor para permitir que se convierta en una víctima de
deprimir la economía y causar un desempleo con pers las inhumanas fuerzas del mercado. □
pectivas de crecer en el futuro. La batalla fue inútil: en
noviembre de 1992 la corona sueca fue devaluada. Traducción de Antoni Torregrossa
cubren espacios de expresión hasta entonces inespera mayor auge con ocasión de los disturbios de octubre de
dos, ya que se ven de hecho alentados a cerrar el paso 1988 y en los años siguientes.
a los «progresistas laicos». Son éstos los verdaderos ene
migos del ala más tradicionalista del FLN, a los que Mientras tanto los militantes islámicos saben en
cada vez más claramente se contraponen, dentro del contrar en la base una nueva legitimación de sus activi
grupo dirigente, los llamados «tecnócratas». Los pro dades en la crisis del Estado social, insuficiente ya para
gresistas laicos son mirados con recelo porque amena hacer frente a las necesidades de un crecimiento demo
zan desestabilizar el régimen con sus reivindicaciones gráfico galopante. Una solidaridad de barrio para con
los más necesitados parte de las mezquitas, muchas de
en favor de la «democracia». Más concretamente, al
oponerse a las prácticas autoritarias del FLN sobre nueva construcción, en gran parte abusivas (pero los
cuestiones cruciales como el derecho de familia, ame poderes públicos cierran un ojo, contando con que este
nazan contagiar a una opinión pública ahora ya com nuevo revival religioso absorba tensiones sociales cre
pletamente madura, abierta de hecho a la modernidad cientes y preocupantes para la estabilidad del régimen).
occidental a través de una finísima red de conexiones ¿Es la islamización desde abajo de que habla Gilíes Ke-
y relaciones personales mantenida viva por la presencia pel? Puede ser. Pero no explica ni agota por sí sola la
compleja génesis del FLN argelino, que más verosímil
de más de un millón de argelinos emigrados a Francia.
mente se combina con una islamización desde arriba ya
En esta fase, en ausencia de cualquier forma legíti acometida de forma original por el régimen y por la re
ma de debate político, el régimen intenta dominar el na vista al-Ag&la en los años setenta.
ciente extremismo islámico, dejando que tome vuelo en Con la quiebra evidente del proyecto político del
sectores delicados como los medios de comunicación, FLN, se abre el espacio para el partido islámico de opo
la enseñanza y en algunos casos la administración lo sición. Autorizado en agosto de 1989, gracias a la aper
cal, y asestando así un duro golpe a la Argelia laica que tura pluralista de que hemos hablado antes, este parti
ve, como única vía de salida al impase en el que se de do pudo adscribirse con mucho más éxito al islam, en
bate el país, una decidida opción por un Estado de dere cuanto que ya no tiene en el FLN a un serio competi
cho que garantice la libre expresión de las diferencias. dor: en efecto, éste desde 1988 debe enfrentarse a una
Es el período en el que nace en Argelia la primera Li protesta social con trasfondo religioso, que con ocasión
gue des drets de l’homme,8 a la que casi de inmediato de los disturbios de octubre mostró no saber ya mani
se unirá una competidora Ligue pour la Défense des pular ni controlar del todo. Esta protesta, enseguida
droits de l’homme. Ambas formaciones conocerán un confiscada en beneficio propio por los dirigentes del
FIS, parte de las calles y se plantea ahora como alterna quistado por las circunstancias de la génesis del Estado
tiva política radical al régimen, considerado cada vez moderno en Argelia (Bozzo 1981).
más —y no sólo por los islámicos— como un grupo de
La connotación moralista, como se ha visto, es
poder que ocupa indebidamente e ilegítimamente sin
mandato del pueblo el Estado. Este último, mientras en igualmente fuerte y emana de la propia pretensión de
el pasado no perdía ocasión de reafirmar su propia legi querer reconducir al camino recto, en nombre de la ver
timidad, y no por casualidad, denunciando ambas opo dad, a los desviados. Los predicadores del FIS, cuando
siciones, la bereber y la islámica, como fuerzas destruc todavía podían utilizar las mezquitas como tribunas po
líticas electorales, conocieron un cierto éxito como fus-
toras, separatistas y extremistas, susceptibles de atentar
tigadores de costumbres corrompidas, que se identifica
contra la unidad nacional, hoy, en un sistema que se
ban con formas de vestir, modas y, finalmente,
quiere pluralista, no tiene otro camino para volver a ga
tecnologías occidentales. También las antenas parabóli
nar esta legitimidad en mengua sino el de centrar todo
en su capacidad de «pacificar» el país.9 cas, definidas por los militantes islámicos como «para
diabólicas», han sido, huelga decirlo, objeto de los ana
temas del FIS, el cual se ha revelado impotente de to
dos modos para detener la carrera de los argelinos para
EL ISLAM CONTESTATARIO: UN PROYECTO
tenerlas.10 Y de hecho las antenas, símbolo no sólo de
DESTRUCTIVO
la tecnología occidental, sino del disfrute de productos
culturales importantes, no han sido puestas fuera de
El programa del FIS es, como se ha visto, análogo juego por el FIS, sino en todo caso se vieron muy relati-
al de otros partidos islámicos activos en otros países vizadas por el efecto de la guerra del Golfo, cuando los
y tampoco es especialmente original: derrocar el régi argelinos, ofendidos por la información partidista e in
men actual e instaurar una república islámica, por de completa que llegaba hasta ellos a través de los canales
finición totalitaria y totalizadora. En consecuencia, si occidentales, comenzaron a distanciarse de ellas muy
la verdad está de parte del islam, y sólo de su parte, desencantados, no desdeñando sintonizar cada vez más
no hay lugar para el actual sistema pluralista basado a menudo con el único canal nacional.
en diferentes partidos, y tampoco para la libre expre
sión de diversidades culturales consideradas no en sin
tonía con la autenticidad islámica (por ejemplo la FENÓMENO ISLÁMICO Y SOCIEDAD CIVIL
francofonía de los bereberes, considerada como un ras
go de subalternidad ante Occidente). Por tanto este El resto es crónica reciente. Lo que importa aquí
tipo de mensaje «político» se sitúa en la línea de la subrayar es cómo la crisis del Estado argelino a princi
tradición islámica clásica, en la que los imam y los pios de los años ochenta abrió espacios cada vez más
íulama\ en virtud del saber de origen divino que de extensos a la expresión de una sociedad civil cada vez
tentan y del que son custodios, poseen una gran capa más consciente de su autonomía respecto a institucio
cidad de contestación al poder constituido considerado nes por las que, más allá del discurso oficial populista,
«desviado». no se ha sentido nunca realmente representada; una so
En este sentido, aunque no es difícil trazar una fi ciedad civil sobre todo profundamente frustrada por la
liación ideológica del FIS con los movimientos islámi ausencia de perspectivas socioeconómicas, especial
cos que lo han precedido en Argelia, es más exacto ha mente para quien se había procurado una enseñanza
blar de precedentes. En realidad, el papel de los ‘w t e á ’ superior, tanto en árabe como en francés.
argelinos que fueron protagonistas del renacer islámico No se puede comprender plenamente el fenómeno
en el período de la lucha anticolonial, partidarios de la islámico en Argelia sin situarlo en el abigarrado pano
separación entre el islam y el Estado, era funcional a rama de esta sociedad civil en efervescencia. En efecto,
una crítica radical del sistema colonial, pero en los he nunca como en los dos últimos años una parte de ella,
chos llevaba adelante una línea moderada y reformista quizá no muy fuerte, pero capaz de crear opinión, se
que asumía ciertos valores universales vehiculados por ha mostrado determinada a cerrar el paso al extremis
la Francia republicana; al igual que el proyecto de los mo islámico. Hundiendo sus raíces en la postura «pro
ideólogos que se expresan a través de la revista al-Ac&la, gresista» y laica del socialismo de primera hora, y ha
corifeos del Estado nacional del FLN, laico pero con biendo crecido, como hemos visto, durante la última
una matriz ideológica islámica, muestra querer velar década en el debate internacional sobre las formas de
desde dentro por la adhesión de este Estado a los prin participación política y sobre el pluralismo cultural,"
cipios y los valores irrenunciables del islam. En ambos posee la conciencia de formar parte con todos los dere
casos el papel de estos ‘u/ama’ está mucho más cerca chos de una sociedad civil en pleno desarrollo, que se
del de «intelectuales orgánicos» que del de su defini nutre de valores como el pluralismo, el respeto a los de
ción clásica de «detentadores, y por ello custodios de rechos humanos y la «democracia». Esta conciencia, y
la verdad» en su acepción inmutable (‘ilm es de hecho el uso desenvuelto del término «sociedad civil» aplica
la ciencia de origen divino). do a sí misma, ha comportado antes que nada que esta
El FIS se ha presentado desde el principio como Argelia «laica» reivindique para sí una especie de ex
un contra-poder, distanciándose de un sistema desde su clusiva frente a un fenómeno, como es precisamente el
punto de vista irreformable, y coagulando en torno a desarrollo de la sociedad civil en este país, mucho más
sí una buena parte del descontento social (yendo a ocu amplio y complejo, que hunde sus raíces en las transfor
par estratégicamente también el terreno sindical y el de maciones de la sociedad colonial y cuenta entre sus
los derechos humanos). productos también al islam contestatario. En la reali
dad, esta acepción de sociedad civil limitada a los pro
Su proyecto es totalmente destructivo, también por gresistas se justifica por el hecho de que se ha afianza
lo que respecta a la negación de un laicismo que pare do rápidamente en la vertiente laica de la sociedad
cía no sólo legitimado por la historia del movimiento argelina una nueva conciencia de «ciudadanos», en
nacional argelino, sino ahora ya irreversiblemente con aumento desde hace una década, en la estela de las re
formas económicas e institucionales de la llamada pe- nían interés por la lengua árabe y la practicaban en la
restroika argelina, expresándose desde 1988/89 a través medida mínima considerada indispensable para tener
de las formas de un asociacionismo difuso y abigarrado, un puesto de responsabilidad en la administración pú
en el que por ejemplo también el femenismo tiene un blica, en el mundo editorial o en la universidad.
sitio políticamente, si no numéricamente, relevante.
La consecuencia, sin embargo, ha sido también
No se pude decir lo mismo de la vertiente islámica. una imparable fuga de cerebros, explicable por la frus
Ésta, ya impregnada de ideología islámico-populista, ha tración de exigencias culturales y sociales que no en
experimentado, en el mismo clima político que ha per contraban salida en la situación local, ni podían ser sa
mitido el asociacionismo laico, nuevas formas de tisfechas por el Estado, que también se arrogaba el
autoorganización, pero de un modo más aislado e ins- monopolio de la cultura, además del de la infor
conciente, y en todo caso sin la conciencia de benefi mación.13
ciarse también ella de las contradicciones del Estado
autoritario y de ser de hecho hija de aquel pluralismo El proselitismo de base de los islámicos se ve favo
que su programa no sólo no prevé, sino que pretende recido por tanto por la partida cada vez más frecuente
erradicar. de quienes, insatisfechos y sin salidaas, eligen abando
nar el país. Mientras continúa la emigración tradicional
Para complicar más el panorama se debe añadir a la búsqueda de un puesto de trabajo, la fuga de los
que la tradición política laica, contra la que luchan tan cuadros asume proporciones alarmantes: la demanda
to los extremistas islámicos del FIS como los seguidores de visados de salida, cada vez más numerosa, es gene
de los otros partidos religiosos moderados,12 si en su ralmente obstaculizada por las autoridades, pero favo
estadio inicial se podía identificar con el FLN o con recida en el caso de potenciales opositores, en general
una parte de él, a medida que el partido-Estado ha ido universitarios e intelecturales politizados, críticos res
asumiendo un ropaje más pragmático y de maneras de pecto al régimen. La meta clásica es naturalmente
ejecutivo de empresa, se ha colocado en un tipo de opo Francia (se calcula que son alrededor de 700.000 los ar
sición interna al régimen («los tecnócratas»), que lo cri gelinos que residen establemente en Francia, sin contar
tica, lo hostiga desde la izquierda y se distancia cada a los otros norteafricanos).
vez más de él. Hoy se encuentra además transferida a
aquellos grupos punteros, aunque numéricamente limi
tados, que expresan, como hemos visto, una decidida LA PARADOJA ARGELINA: ISLAM
voluntad de evolución en sentido democrático. Su capa CONTRA ISLAM
cidad de representar una potencial alternativa política
y por tanto una amenaza, al menos para una parte del
grupo en el poder, debía de parecer real, pues el régi Por muy paradójico que pueda parecer, la Argelia
men ha buscado, desde hace más de una década, conte laica y progresista, que se identifica en gran parte con
ner y neutralizar su influencia, abriendo espacio a las el elemento bereber, después de años de oposición más
corrientes islámicas. o menos declarada, se ha encontrado de hecho repre
sentada por el grupo llamado al poder por los militares.
Y esto no por elección, sino por el hecho de que en el
LA FUGA DE CEREBROS momento de la instalación del Comité, en virtud de su
sabia composición, de la altura moral y credibilidad
personal de los hombres elegidos, las expresiones más
Este extenderse de la sociedad civil revela por tan dinámicas de la sociedad civil y las minorías lingüísti
to un país profundamente dividido en sentido vertical: cas y culturales (los bereberes) que se sentían más direc
los enfrentamientos entre los progresistas laicos y los tamente expuestas a la amenaza de un nuevo y más pe
islámicos en las universidades, a principios de los años ligroso totalitarismo, se han encontrado tomando su
ochenta, pertenecen ya a la historia, pero en una déca defensa, con el objetivo, ampliamente compartido, de
da se han reproducido y ampliado a todos los niveles cerrar el paso a toda costa al FIS. En efecto, eran mu
en un choque frontal, cada vez más difícil de manejar. chos los argelinos, bereberes a la cabeza, que no veían
otro modo de neutralizar la amenaza integrista, y que
Este choque es también el resultado de un plantea frente a las incógnitas y a las previsibles incompatibili
miento pedagógico de la enseñanza basado en el cono dades reales que crearía la conquista del poder por par
cimiento acrítico y en la arabización progresiva de la te de los islámicos, aun sobre bases legales, prefirieron
sociedad, llevada a cabo primero por las escuelas prima la acción de los militares, entendida como garantía de
rias y secundarias, después por las facultades de Dere una futura reanudación del proceso democrático. El re
cho y de Ciencias sociales, y finalmente, pero sólo de ciente golpe blanco ha gozado por tanto de un consen
manera inadecuada y bajando el nivel, por las faculta so ciertamente más amplio de lo que los medios de co
des científicas; los que sólo hablaban árabe estaban municación occidentales han dado a entender,
condenados por tando a pequeños oficios o al paro, empeñados en subrayar el carácter autoritario del pro
mientras que el mercado del trabajo sólo ofrecía salidas cedimiento seguido, claramente anticonstitucional.
laborales interesantes a los bilingües, en disposición de
adueñarse de las nuevas tecnologías y de tener relacio Por otra parte, la troika instalada por los militares,
nes e intercambios con el mundo exterior. Los líderes aunque presidida por el imparcial y competente Budiaf,
del movimiento islámico argelino procedieron con de no fue saludada inicialmente por todos con entusiasmo.
terminación y método a influir en los programas de en Se oponían a ella, cosa que no ha de sorprender, todos
señanza, así como en toda la edición en árabe, no obs los partidos que pretendían situarse en la estela de la
taculizados en esto, sino más bien fortalecidos, por las legitimidad constitucional de 1989, a excepción del par
connivencias de algunos exponentes del régimen, que tido bereber RCD (Rassemblement pour la culture et la
veían en ello un medio para controlar las pretensiones démocratie). FIS, FLN y FFS (Front des forces socialis-
de los intelectuales francófonos y bilingües y de los tes), en aquella que fue llamada por la prensa una efí
nuevos tecnócratas. Estos últimos, por lo demás, no te mera «alianza de los tres frentes», veían en la interven
ción de los militares una acción arbitraria y por ello (5) No le es dado al Estado actual cuantificar exacta
«antidemocrática»: se corría el riesgo real de relegar al mente militantes y simpatizantes del FIS, si no es a través
FIS al papel de víctima de un arbitrio, lo que le permiti de las marchas, las manifestaciones o el número de electores.
ría confiscar a su favor, como de hecho está sucediendo, A finales de 1991, con el 43’7 por ciento de los votos emiti
dos, representaba como hemos visto, respecto a los que te
el espacio político privilegiado de la lucha por los dere nían derecho al voto (más de 13 millones), poco más del 20
chos humanos. Pero la movilización democrática, que por ciento.
entonces había emprendido su camino, estaba destina (6) La expresión fue usada por el intelectual argelino
da a enfrentarse de nuevo a la proclamación del estado Abd el-Magid Mizyan en una conferencia en 1970, que hizo
de excepción, mientras el Estado se aprestaba a enta época y provocó un amplio debate en Argelia (Cfr. Caspar
blar una lucha sin cuartel con el partido islámico esca 1971).
pado a su control. (7) Así se llamaba la máxima instancia del Frente que
Es así como el FLN, que durante treinta años se coordinaba durante la guerra de liberación la emigración ar
gelina a Francia.
identificó en Argelia con el Estado, ha acabado por ju
(8) Fundada en 1985 por iniciativa de un grupo de abo
gar al aprendiz de brujo: habiendo creído poder usar gados bereberes.
el islam como una ideología «auténticamente argelina» (9) Con qué medios, si la fuerza o el diálogo politico,
a su servicio, hoy busca en vano controlar la criatura sigue siendo todavia un hecho controvertido.
que, con una sabia dosificación de autorizaciones y de (10) A partir de 1989 las antenas parabólicas comenza
prohibiciones, ha lanzado a la escena política y que vi ron a invadir el paisaje urbano argelino. Desde los más ricos
siblemente se le ha ido de las manos. En cierta medida hasta los más pobres (incluso mediante colectas en una mis
por tanto el crecimiento de las correintes islámicas, ino ma finca o una manzana de casas), todos ambicionan poseer
fensivas minorías, ha sido facilitado por complicidades el mágico instrumento que permite ver las televisiones ex
dentro del grupo dirigente, si no intencionales de hecho tranjeras.
reales en cuanto que, al secundar algunas reivindicacio (11) De este debate un componente importante es sin
nes de la oposición islámica, el Partido-Estado no ha duda el movimiento «bereber», que ha ido consolidándose
vacilado por un lado en competir con ella, confiscando desde principios de los años ochenta.
el discurso religioso, y por otro en servirse de ella para (12) El shaykh Nahnah, del partido de la Nahdah islá
neutralizar a la oposición laica y de izquierdas, en mica, ha acuñado como alternativa a democracia el término
ausencia de reglas democráticas que pudiesen permitir shurukratiyya, para indicar que la nueva forma de Estado
se basaría sobre el consenso de la comunidad de los creyentes.
la cohabitación de ambas. (13) Hasta 1988 se disponía de una televisión del Esta
Así pues, ¿islam contra islam? No de forma dife do y de un solo periódico oficial en las dos versiones parale
rente que en el pasado, pero a condición de no perder las: francesa (el-Moudjahid) y árabe (ach-Chaab).
de vista que el enfrentamiento es sólo político. Argelia
se encuentra en una encrucijada entre una difícil tran
sición democrática, no inmune a atajos autoritarios, y REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
el riesgo de verse imponer un sistema teocrático de go
AA.VV., 1980, Frontiere nell’Islam: etnie, divisioni con-
bierno que, en el caso de que prevaleciese por la fuerza, fessionali e confini imperiali, Rosenberg e Sellier, Turín.
abriría nuevas heridas. Mientras que la simbiosis is- AA.VV., 1991, Islam et politique au Proche-orient
lam/Estado de los años setenta parece definitivamente aujourd’h ui, Gallimard, París.
concluida con la experiencia del partido único, el ac AA.VV., 1992, «L’islamisme en effeverscense», en Peu-
tual grupo dirigente en su lucha contra el FIS hace re ples méditerranéens, 21, octubre-diciembre.
ferencia en realidad a la Argelia progresista y laica, AA.VV., 1992, «L’islam politique: un échec? La mobili-
cuando proclama que el islam es patrimonio de todo el sation islamique en Palestine, Turquie et Algérie. Hypothéses
pueblo argelino y no puede ser monopolizado ni instru- sur l’avenir politique de l’islam», en Esprit, agosto-septiembre,
mentalizado por ningún partido político. En esto puede pp. 106-63.
al menos reclamar la continuidad ideal con el Frente A ddi, L. 1990, L’impasse du populisme. LAlgérie: co-
de liberación de primera hora, formado por sinceros llectivité politique et Etat en construction, Enal Alger.
musulmanes políticamente laicos. □ A ddi, L. 1992, «Islam politique et démocratisation en
Algérie», en Esprit, agosto-septiembre, pp. 143-51.
Traducción de Marc Granell A ddi, L. 1992, «Religión and modernity in Algeria»,
en Journal o f Democracy, 3-4, octubre, pp. 75-84.
--------------------------- NOTAS --------------------------- A l-Ahnaf , M.; Botiveau, B.; F regosi, F. 1991, EAl-
gérie par ses islamistes, Karthala, París.
(1) En las elecciones de 1990 el FIS obtiene el 54’25 A yubi, N.N. 1991, Political Islam: Religión and politics
por ciento de los votos emitidos en perjuicio del FLN (28’13 in the Arab World, Routledge, Londres-Nueva York.
por ciento) y de partidos minoritarios. En 1991 es de nuevo
Babadji, R. 1991, «Le phénoméne associatif en Algé
el primer partido con el 43’7 por ciento de los votos emitidos
rie: génése et perspectives», en C amau, M. (compilador),
(igual al 22’4 por ciento de los que tenían derecho al voto).
Changements politiques au maghreb, Cnrs, París, pp. 229-42.
(2) Ya importante en 1990 (34’85 por ciento), el absten
Badie, B. 1986, Les deux Etats, pouvoir et société en
cionismo es aún más amplio en 1991 (41 por ciento). Este
Occident et en terre d ’Islam, Fayard, París.
dato, sumado a los votos nulos (11’8 por ciento de los votan
tes, igual al 7 por ciento de los inscritos), expresa un desa Ben Achour , Y. 1992, Religión et Droit dans le M on
cuerdo de signo diferente respecto al FLN, superior a la ava de Arabe, Cérés Productions, Túnez.
lancha de vostos contrarios, que alcanza el 48 por ciento, Bozzo, A. 1992, Algeria, coll. «Storia dell’oggi: paesi,
alrededor de la mitad de los que tenían derecho al voto. protagonisti, questioni», n. 34, supl. a L’Unitá, abril.
(3) Malek Bennabi, fallecido en 1973, animador ya en Bozzo, A. 1992, Islam e laicitá in Algeria. La societá
los años sesenta de la asociación al-qiyy&m (los valores), fue algerina dal colonialismo all’indipendenza, Istituto per l’Orien-
partidario de un humanismo islámico de tipo moderno y pacifista. te, Roma.
(4) Junto a la intención de custodiar la dignidad de la Bozzo, A. 1992, «LAlgeria a trent’a nni dall’indipenden-
mujer, encontramos por ejemplo que, frente al problema del za», en Africa e Mediterráneo, 1, pp. 7-16.
paro, la solución es enviar a casa a las mujeres trabajadoras, Bozzo, A. 1992, «Mohammed Boudiaf: dall’esilio poli-
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PAVESE
LOS LUGARES DE
LA ESCRITURA
R E G I S D U R A N D
Quién puede decir que ha tocado jamás Los lugares de la infancia vuelven
aquello a cuyo lado pasa (DL, 41) a la memoria de cada cual...
veces me parece que para hablar de los lugares «Los lugares de la infancia vuelven a la memoria
A de Pavese hoy en día, sin excesiva nostalgia
y sin deseo de reconstitución histórica, ha
bría que imaginar un espacio general similar al de Hui-
de cada cual consagrados de la misma manera; en ellos
sucedieron cosas que los han hecho únicos y los desta
can sobre el resto del mundo con este sello mítico (no
llet y Straub en algunas de sus películas. Un espacio poético todavía).
casi abstracto, habitado sólo por una palabra. Y sin
embargo construido y orientado, y, también, repleto de »Esta unicidad del lugar es parte, por lo demás, de
sensaciones. En el que las relaciones de altura, color, la general unicidad del gesto y del hecho, absolutos y
densidad que se descubren progresivamente bajo la por lo tanto simbólicos, que constituye el mito [...]. En
hipnosis de los planos fijos, poseen una gran sutileza. la realidad, ningún gesto ni ningún lugar valen más que
Un espacio cuya abstracción y aparente aridez son fal otro. En el mito (símbolo), hay en cambio toda una je
sas, puesto que siempre dan paso a la visión de paisa rarquía. He aquí por qué en la actualidad muchos hu
jes y de situaciones de gran riqueza y al mismo tiempo yen del naturalismo y crean mitos, recurriendo a la in
sometidas a fortísimas tensiones internas. Estoy pen fancia» (OV, 247).
sando por ejemplo en la alternancia tan pavesiana en Una de las más fértiles contradicciones pavesianas,
tre la ciudad (París) y el campo (Egipto) en Trop tót, repetida incansablemente en el Diario, gira en torno a
trop tard. O también en la montaña de Sainte-Victoire esta asociación del mito a la infancia, dividida entre la
en Cézanne (1989), o en las laderas del Etna en intención de no «crear mitos» pero de perforar a pesar
Schwarze Sünde (1988), donde la aridez de las laderas de todo en los ricos pozos de los recuerdos de infancia.
calcinadas o desérticas se entremezcla incesantemente Para el escritor, la infancia no es el tiempo del contacto
con la fertilidad del árbol y de la palabra (y ésta es original y absoluto con las cosas, por el contrario es el
sólo una de las numerosas oposiciones comunes que descubrimiento de los signos de las cosas. En la infan
podríamos señalar). cia todo es evidentemente nuevo, y sin embargo todo
ha empezado ya: «Si se retrocede a cualquier momento
Esta comparación puede parecer incongruente, si de conmoción extática ante algo del mundo, se encuen
tenemos en cuenta la fuerza de las sensaciones reales tra que nos conmovemos porque ya nos hemos conmo
que invaden los relatos de Pavese, el sentimiento inten vido; y nos hemos conmovido ya porque un día algo
so de las situaciones concretas, la precisión topográfica se nos apareció transfigurado, separado del resto, por
y, finalmente, la familiaridad de sus lugares predilectos, una palabra, una fábula, una idea que se refería a ello»
todo lo cual parece oponerse a la abstracción rigorista (OV, 233). La colina misma, ese lugar pavesiano por ex
de Straub. Turín y las colinas que la rodean, la región celencia, «es el Taigeto, descubierto a los quince años
de' las Langhe, el campo, las pequeñas ciudades, los en Catulo, es el Erimanto, el Cilene, el Pelión descu
nombres de los lugares que el visitante encuentra hoy biertos en Virgilio, etc., entonces, mientras veía las coli
en día prácticamente inalterados, el Salto, Gaminella, nas de Reaglie y recordaba las inflamadas de Santo
etc. Stefano-Moncucco, Camo, San Maurizio, Luassolo»
Sin embargo, esta comparación tiene su lógica, (OV, 310). El mismo «lugar originario» es por tanto
aunque sólo sea porque Eluillet y Straub se inspiraron múltiple, inestable, formado por una superposición de
en una de sus películas (De la nuée á la résistance, reminiscencias literarias, de observaciones, y de recuer
1978) en dos textos de Pavese: Diálogos con Leucó y dos vividos. Y la literatura sería la explotación y el des
La luna y las fogatas. Y porque entre estos dos textos doblamiento de esta condensación, la experiencia de
aparece precisamente la relación entre lo «abstracto» y una ley huidiza en virtud de la cual la cosa y el signo,
lo «concreto particular», el austero territorio mitológi lo vivido y lo escrito, se mezclan y se separan. Ley de
co de las montañas (Diálogos...) y la geografía viva de la pérdida y del desasimiento, algunos de cuyos trazos
las colinas que rodean Santo Stefano Belbo (La luna...). hay que intentar comprender.
De la fábula o del mito a la historia, y viceversa. Tanto
en los cineastas como en el escritor, aparece una misma
dialéctica entre el tiempo y el espacio de los dioses y LA CONTEMPLACIÓN INQUIETA DE
de los mitos, y el tiempo y el espacio históricos. Una LAS COSAS
dialéctica compleja, inquietante, de la que sólo afloran
algunos fragmentos a través de un estilo poético: algu
nas imágenes sublimes, el paso de una voz, el relato de Todo lo que se plantease como revelación epifánica
una aventura individual que busca su razón de ser en o como descubrimiento, se convertiría en polvo instan
táneamente. Así es como la poesía de sus inicios le deja
los lugares de origen.
a Pavese un regusto a ceniza, porque estas «pretendidas
Pero el objetivo no es hacer una comparación sin revelaciones», una vez transformadas en poesía, han
más, sino simplemente que ésta nos permita conocer el cumplido su función, en cierto modo se han consumido
motivo de las cuestiones que nos guiarán en este inten en el simple ejercicio de un trabajo poético. Ahora bien,
to de delimitar el imaginario del lugar en la obra de Pa sobre el mundo planea una ley totalmente diferente,
vese. Entre estas cuestiones siempre se repiten en parti que anula estas apariencias de revelación. Es aquella
cular: el lugar de la infancia y el de la Ley; la existencia cuya existencia La Nube recuerda a Ixión, al principio
de «lugares mágicos», con las imágenes y los signos de los Diálogos. Esta ley no es, como cree Ixión, la ley
que engrendran; los desplazamientos y las dudas ince eterna de los elementos. Es la de lo prohibido y la pérdi
santes del sujeto que los contempla y los describe. En da. En Pavese su origen es una carencia, una pérdida
particular, porque hay muchas otras, y estas mismas inicial en el sentido de que carece de objeto anterior.
que han sido evocadas aquí no cesan de desdoblarse, de La aplastante imagen del Destino, eso es: una insatis
proliferar, y de confirmar otras grandes cuestiones, la facción que roe como un cáncer, un horror sin nombre
identidad sexual o política, por ejemplo. cuya herida no deja de repetirse: «Lo que ha sido será».
El escritor intentará evidentemente actuar con as un pasado para huir de la muerte, tratar «el destino
tucia, en su ficción, con esta ley del retorno angustioso y el porvenir como si fueran un pasado»? «Dar un
de lo mismo, inventando precisamente versiones dife nombre de recuerdo al destino», ésta es en el fondo
rentes de su origen: misterioso, heroico o simplemente la verdadera razón de ser de esta magia de los lugares
indeterminado. Quizá se puedan reconocer aquí las dos de la infancia: que lo que pase esté ya inscrito en ellos,
grandes tendencias que Marthe Robert ha distinguido y así uno se quitaría de encima un enorme peso de
en el imaginario novelesco, la fantasiosa del «niño de angustia y culpabilidad. Es sin duda en este mismo
la inclusa» (que se inventa un destino fantástico), y la sentido en el que hay que entender el deseo de Pavese
del «bastardo edipiano» (en la que se reescribe una his de escribir «para estar como muerto, para hablar desde
toria auténtica o plausible, a través de la simulación del fuera del tiempo, para convertirte para todos en un
propio ritmo de la vida real). recuerdo» (OV, 347 [1949]).
Sin duda Pavese es demasiado lúcido y demasiado Los lugares míticos y los lugares de la infancia tie
entusiasta de una dialéctica inquieta para adherirse to nen por tanto esta temible ambigüedad: fuera del tiem
talmente a una u otra tendencia. Pero una y otra están po, anteriores al tiempo, nos liberan de su tiranía. Pero
siempre presentes, como dos ficciones insatisfactorias en tanto que condensados del tiempo, receptáculos
de sí mismo. Y provocan por rechazo una oscilación en donde el destino está condensado, hacen que pese sobre
tre dos tipos de lugares, dos maneras de vivir en el nosotros «el temor, el horror perenne de realizar lo sabi
mundo. Porque es a través del problema del lugar, muy do» (DL, 75). Diálogos con Leucó, que Pavese dijo a
especialmente, como se representa una y otra vez en su menudo que era su mejor libro, está lejos de ser una
obra este problema del origen. fantasía mitológica, un paréntesis en una obra «realis
ta». Está relacionado con una reflexión que recorre
«Extraño momento aquel en que (trece o doce toda la obra y trata ante todo esta cuestión del lugar
años) te ibas del pueblo, entreveías el mundo, partías (y del tiempo asociado a él). El mundo es lo que viene
en alas de la fantasía (aventuras, ciudades, nombres, antes incluso que los dioses, antes incluso que el tiem
ritmos enfáticos, cosas desconocidas) y no sabías que po que éstos van a poner en marcha —de ahí la energía
empezaba un largo viaje que, a través de ciudades, que encierra. «El mundo es más viejo que ellos. Ya lle
aventuras, nombres, arrebatos, mundos ignotos, te ha naba el espacio y sangraba, gozaba, era el único dios
bría llevado a descubrir como rico de todo aquel por —cuando el tiempo aún no había nacido. Las propias
venir precisamente aquel momento de alejamiento cosas, reinaban entonces. Acaecían cosas —ahora, me
—el momento en que eras más pueblo que mundo—, diante los dioses, todo se ha vuelto palabras, ilusión,
a mirar hacia atrás. Es porque el mundo, el porvenir, amenaza. Mas los dioses pueden causar fastidio, acer
lo tienes ahora dentro como pasado, como experien car o separar las cosas. No tocarlas, no mudarlas. Han
cia, como técnica, y el perenne y rico misterio resulta venido demasiado tarde» (DL, 23).
que es aquel tú infantil que no has tenido tiempo de
poseer» (OV, 343-344). Escrita en 1949, esta observa Demasiado tarde, siempre demasiado tarde. Y es
ción va bastante más allá de un simple análisis psico precisamente este retraso inicial el que aparece en los
lógico de un momento de la infancia. Habla de cómo textos de Pavese. Retraso de los dioses respecto al mun
se mezclan y se invierten distancia y proximidad, pasa do, y del hombre respecto a los dioses. Retraso del
do y porvenir. Y sin duda no es una casualidad que tiempo respecto a las cosas, y del hecho respecto al
en un texto contemporáneo de este fragmento de su conocimiento, de la palabra respecto a la acción. Todo
Diario, el narrador de La luna y las fogatas, Mauro, lo que el hombre toca se convierte en tiempo o en
sea un niño abandonado, que partió al exilio a Améri palabra, «espera o esperanza», o también en vagabun
ca, y que regresa más tarde a los lugares de su infan deo. Porque «hablar es como andar por los caminos
cia: para «no estar solo y saber que en las gentes, día y noche a nuestro aire, sin meta» (DL, 76), como
en los árboles, en la tierra, hay algo tuyo que, incluso hacen tantos personajes de Pavese. El tiempo se tradu
cuando no estás allí, te espera pacientemente» (LF, ce sin cesar en otras cosas, y más concretametne en
84). deambulación, en recorrido de una topografía que es
tanto mental como geográfica. Ya se trate de Pierotto
No es únicamente el tema algo trivial de la nostal y Oreste, en El diablo en las colinas, que recorren no
gia lo que hay que ver aquí (aunque efectivamente está che tras noche las calles de Turín y las colinas de los
presente), sino algo más literal, y también más apre alrededores; o de Clelia, en Entre mujeres solas, que
miante. Una parte de su ser está allí, en los lugares vaga entre la muchedumbre del Carnaval; o también
de su infancia, y la cuestión es saber qué conducta del narrador de «La casa de las colinas» que yerra in
adoptar ante esta evidencia. ¿Hay que inmovilizarse cansablemente por el campo «donde uno se reencuen
ante ella, neuróticamente, e intentar poner obstáculos tra con la vida salvaje»: todos ellos manifiestan que
a cualquier cambio? ¿Convertirla en un punto de refe la relación física con el lugar, atenta, paciente, es una
rencia, una fuente de energía, una «enorme reserva experiencia fundamental.
del espíritu»? Mauro regresa a su país y tiene una ex
periencia similar a la del protagonista de Un rincón
agradable de Henry James, que regresa a la casa de VER LO QUE YA SE HA VISTO
su infancia después de un largo exilio para acabar allí
con su propio fantasma, su doble, la persona que ha
bría sido si no se hubiera expatriado... En este fantas ¿Qué buscan estas gentes en sus deambulaciones?
ma de una vida paralela, pasado y porvenir se entre Es difícil que se trate de una cosa concreta, más bien
mezclan hasta llegar a la alucinación. Pero la esperan que pase algo, un encuentro con su destino,
experiencia es también, imaginariamente, una manera quizá. Esperan en cierto modo que el tiempo se encuen
de llegar a dominar el tiempo cambiando su curso y tre a sí mismo y se destruya ante ellos, en ellos. Pero
mezclando sus divisiones. «La gran cuestión: hablar con ayuda del cansancio o del entusiasmo, es posible
fuera del tiempo» (DL, 185). En Diálogos con Leucó, que esta destrucción adopte la forma de un verdadero
esta cuestión se repite sin cesar: ¿cómo, por qué, darse drama. Así la noche que el narrador de La luna y las
fogatas pasa en el desierto de Yuma —noche de terror dos, tierra y sol, y el hálito ardiente del asfalto. Era un
y de «paso», en la que el vagabundeo por el desierto olor a coche, a huida, a carreteras costeras y a jardines
es la prueba que permite replantearse la relación con junto al mar. De un talud, por encima del camino, col
el país natal donde el narrador decide entonces regre gaban pálidas calabaceras en las que reconocí pencas
sar. Pero si hay una revelación, es la del hecho de que de nopal» (BE, 155). Aquí, todos los acontecimientos
uno ya sabía todo lo que había que saber. Pocas cosas, por venir parecen estar condensados en esta descrip
en realidad: por ejemplo que uno no sabe qué es «su ción de un olor de la colina. Pero en otros momentos
país», sino que hay que tener uno. Porque un país, es ésta parece tener una vida autónoma, totalmente indi
un lugar que es depositario de algo nuestro —«que in ferente de las aventuras humanas. Y quienes la contem
cluso cuando uno no está allí le espera pacientemente». plan están entonces como sumidos en una narcosis con
Por eso es por lo que hay que tener uno, al igual que sentida, un estupor sensual con el que creen compartir
hay que tener un hijo, piensa el narrador de La luna algo de la vida secreta de la colina. El «paganismo» de
y las fogatas —para que algo o alguien sepa quiénes so un relato como El diablo en las colinas no debe por tan
mos, de dónde venimos. El bastardo pretende encontrar to ser reducido al confuso despertar sexual de algunos
en la idea de un hijo, así como en los lugares de su in jóvenes en el calor y el aburrimiento de un verano un
fancia, algo de sí mismo que no conoce. Pero no se trata poco vacío. Es una experiencia compleja, que hay que
tanto de una revelación, de la esperanza de restablecer relacionar con los momentos de Diálogos con Leucó en
una genealogía truncada. La experiencia está en la es los que se manifiesta el principio central de todas las
pera y en la observación, pero atravesadas por tensio experiencias contradictorias de Pavese: que una cosa,
nes extremas, como demuestra la escena del tren en el un lugar, remiten siempre a otra cosa, de tal forma que
desierto. Al borde de la vía, el narrador escucha atenta nunca el deseo ni el pensamiento encuentran en ellos
mente como si pudiera descubrir en el zumbido de los verdadero reposo o satisfacción. Así, esta tierra de
cables del telégrafo la señal de que se acerca el tren. abundancia y de exuberancia es para Gabrielle y Poli
Pero éste surge de repente con un terrible estruendo, un testigo de su vida estéril. Así, esta rica experiencia
y este tren sólo habrá sido, en definitiva, una intrusión rural en el corazón de las colinas no cesa, por ejemplo,
en la paz del desierto. de evocar el mar. «Había ese vago olor de agosto, de
salmuera terrestre, más fuerte que en cualquier otra
A esta experiencia negativa se superpone la del na parte» («El diablo», BE, 172): imagen poderosa, repeti
rrador cuando era niño, a quien el tren que atravesaba da a menudo bajo diferentes formas (en el Diario, por
el campo provocaba el sentimiento de ser otro: «Algu ejemplo: «el olor espumoso de maceración que es la sal
nos días en que estaba en los campos, en las viñas que muera del campo», (OV, 274). Y en la cual hay que de
hay al otro lado del camino, layando al sol, y a través tenerse porque contiene toda una relación entre la
de los melocotoneros oía el tren que llegaba y llenaba ausencia y la distancia (como también en la idea de que
el valle, yendo rápidamente hacia Canelli o volviendo; el campo aplastado por el sol y zumbante de vida «hue
en esos momentos me quedaba inmóvil apoyado en mi le a coito y a muerte», que hace sonreír al narrador por
laya, y miraba el humo, los vagones, y miraba Gamine- su grandilocuencia).
11a, el pequeño castillo del Nido, y miraba hacia Canelli
y Calamandrana, y hacia Calosso, y tenía la impresión Ausencia de tierra en el corazón mismo del cam
de haber bebido vino, de ser otro...» (LF, 159). A veces po, que se puede interpretar como una renuncia volun
es un olor o el nombre de un lugar lo que provoca este taria allí donde se ofrece la mayor plenitud, y que no
sentimiento de estar a punto de convertirse en otro, de deja de recordar, paradójicamente, la idea de «landless-
escapar de sí mismo y del lugar real abriendo «la puerta ness» de Hermán Melville (escritor que Pavese conoce
del mundo». muy bien, entre otras cosas por haberlo traducido y
El principio es también el fin, porque todo parece comentado). «Landlessness», la ausencia de tierra, «el
detenerse aquí, ante esta «amplia ventana» que los ser-sin-tierra» más bien, es esta pulsión oscura que nos
nombres de Canelli parecen abrir. Porque Canelli es hace alejarnos y renunciar a lo familiar, a lo seguro,
también un lugar fuera del tiempo cronológico habi a la norma. Es esa melancolía altiva que nos hace en
tual, «el último país en que se sucedían las estaciones frentarnos al mar como al suicidio, disfrutando con
y no los años», un lugar encerrado en sus ritmos primi una orgullosa amargura de la renuncia que uno mismo
tivos más allá del cual sólo existe el vacío. Todas las se impone. Hay algo de esto en Pavese, evidentemente,
contradicciones parecen condensarse en estos lugares en la búsqueda de una distancia, de una ascesis («Hay
de la infancia, en los que se siente aún el recuerdo de que apartarse de todo, para acercarse a todo», OV,
los dioses, pero que resultan sin embargo insoportables, 333).
porque «nada es más inhabitable que un lugar donde Las colinas familiares se vuelven entonces extrañas
se ha sido feliz» (LP, 76). —como el océano melvilliano, un lugar deseado pero
inestable, polimorfo, engañoso, en el que uno nunca se
encuentra o se reencuentra realmente. Porque en el mo
LA COLINA-MUNDO mento en que uno cree saber dónde está, la mirada está
ya en otra parte, las corrientes de la imaginación lo des
vían: «Volvimos a pasar ante el jardín de dalias y obser
La colina arquetípica, la del Greppo por ejemplo, vé que entre una casa y otra se abría el vacío del valle
es al igual que las de Diálogos con Leucó una colina- y que, como islas de aire, surgían colinas a nuestra altu
mundo, hecha de contrarios mezclados, de quemazón ra» («El diablo...», BE, 134).
y de frío, de presencia y de abandono, de proximidad
y de distancia. Los narradores intentan constantemente Al igual que la superficie del océano da acceso a
encontrar en ella un orden y un sentido, establecer rela profundidades insondables, o bien remite a otras super
ciones de distancia crítica que se deshacen inmediata ficies idénticas e igual de enigmáticas, la cima de la co
mente ante la afluencia de sensanciones y de pensa lina da acceso al vacío. Porque una cima conserva siem
mientos opuestos: «El olor del aire me impresionó pre algo del lugar sagrado que fue sin duda, morada de
enseguida: una mezcla de fermentos vegetales quema un dios como los de los Diálogos. El rincón que mantie
ne salvaje el Cavaliere como un altar en memoria de rista gracias al cual alguien (que es en este caso el
su hijo (en La luna y las fogatas), o «la hondonada que niño que el narrador recuerda haber sido) intenta des
estaba en lo alto de la viña de Gaminella» que recuerda cubrir una revelación. De ahí el interés del viaje, que
al narrador, o también la charca en «El diablo...», son permite volver a ver un lugar familiar como si fuera
muchos los lugares en que parecen murmurar todavía nuevo, en una especie de palimpsesto temporal. En
presencias apenas desvanecidas. Pero este «paganismo» Roma, en cambio, todo está demasiado limpio, dema
no tiene tampoco un carácter de plenitud. Ya hemos di siado seco. De regreso al Piamonte, entra en escena
cho que el «origen» que evoca es imaginario y frágil. un decorado del recuerdo y del sentido totalmente dife
Peor aún, es en sí mismo pérdida y alejamiento. Lo im rente, con sus planos superpuestos, sus zonas borrosas,
portante no es creer en la realidad de las manifestacio sus ambigüedades: «He visto muchas cosas al venir
nes divinas, «en los monstruos, en los cuerpos animali al Piamonte desde Roma. Las plantas de los campos
zados, en las piedras vivas, en las sonrisas divinas, en y sus colocaciones (alisos, encinas, fresnos, sauces, vi
las palabras que aniquilaban» (DL, 193). De esto, de des, en grandes filas, en bastidor teatral, en las llanu
esta parafernalia, queda «un vacío, una espera», el sen ras) son las de Virgilio y de otras lecturas clásicas de
timiento de haber perdido la única cosa que fue impor mi adolescencia. He visto que en el Piamonte, más
tante en estos lugares: lo que encontraron allí los hom que el árbol, hay lo verde, el mar vegetal. Extraño,
bres. El «lugar único», para Pavese, es aquel que nos porque los árboles de los clásicos eran con seguridad
arrastra hasta los límites de nuestro horizonte familiar, los de Roma y yo en cambio los he visto piamonteses
allí donde se puede entrever algo que viene del «otro y sólo los vuelvo a encontrar aquí. Será porque leía
lado»: «Placer de caminar por las cumbres. Allí están en el Piamonte.
los arbolillos, las escabrosidades, las distancias peren
nes de su horizonte. Caminando por ellas se llega a los »He sorprendido en su calidad abstracta las largas
confines de este horizonte, se recorta en él y ve el otro y altas vías ciudadanas. He sentido, esta mañana, el pe
lado» (OV, 356). renne vapor de neblina, que todo lo difumina. Nada de
la sequedad, del color limpio de Roma» (OV, 301).
Hay en la obra de Pavese una reflexión continua
(como demuestra el Diario) sobre la idea de lo «salva Creo que esta nota es de una gran importancia
je», ese «sentimiento alucinante de lo salvaje» que im para la comprensión de la topografía pavesiana. En ella
plica una concepción mágica del mundo, pero una con se evoca todo: el retorno, la distancia, el árbol, la copre
cepción «vital» y no exclusivamente intelectual. Y sencia de lo nítido y lo borroso, de la ciudad y el cam
efectivamente encontramos también un componente po, de lo abstracto y la sensanción viva. Y primero la
«vitalista» en él, una creencia en los flujos, en las ener ciudad, Turín, quizás el lugar por excelencia, aquel en
gías que surgen y que migran, que quizás encontró tam que todo toma forma y donde los otros lugares encuen
bién en D.H. Lawrence (como da a entender en el Dia tran su sentido (a este respecto, es curioso señalar hasta
rio), pero que tiene otros orígenes, o en todo caso una qué punto la idea del lugar en Pavese parece emparen
función muy diferente. Porque allí donde el simbolismo ta r e con esta misma noción tal como aparece en Pla
vitalista de Lawrence tenía aspectos claramente proféti- tón, en un pasaje bastante oscuro del Timeo en el que
cos, hay en Pavese una distancia crítica que impide que el lugar es definido como una especie de receptáculo
los símbolos «echen raíces». —«una especie invisible y sin forma que lo recibe todo
y participa de lo inteligible de una forma muy oscura
y muy difícil de comprender». Noción que debe ser re
«REDESCUBRIR SU PROPIO LUGAR» lacionada con otras dos instancias, la generación y el
ser, para aparecer como una especie de matriz, de con
dición de posiblidad para que las cosas sucedan. Hay
«Todo es repetición, rehacer el camino, retornar. bastante de esto en Pavese, en un extremo de la inagota
En realidad, también la primera es una “segunda ble dialéctica donde se utiliza esta noción, de lo más
vez”»: una nota de noviembre de 1943, que remite al abstracto a lo más material).
26 de septiembre de 1942, que a su vez remite al 28 «El lugar de tu persona», escribe Pavese más claro
de enero, etc. Todo es un retornar, por tanto todo se imposible, «es con certeza la avenida turinesa, señorial
aleja y vuelve y se aleja de nuevo. De ahí la importan y modesta, primaveral y veraniega, calma, discreta y
cia fundamental de la distancia en Pavese. Distancia vasta, donde se ha hecho tu poesía. La materia venía
primera, antes temporal (recordemos que incluso las de muchas partes, pero aquí encontraba forma. Esta
imágenes de la infancia son para él re-conocimientos, avenida, y el cafetucho en la avenidad, fue tu habita
reviviscencias de los signos); pero también espacial. In ción, la ventana sobre las cosas. Cuando te vuelve el
cesantemente, algo se aleja o viene a interponerse en instinto de escribir poesía buscas lugares de éstos. Para
tre la mirada y lo que se mira. Incesantemente, algo narrar, no. ¿Es sólo porque narrar es menos contempla
que había estado «casi olvidado» aparece. Hay por tivo? Las Memorie di due stagioni, las has escrito en
ejemplo, en los narradores pavesianos, un placer muy el café y, en el fondo, también los Paesi y la Tenda.
particular en las inversiones de los puntos de vista: Conque...» (OV, 261). Habrá que volver sobre la oposi
desde una posada de la colina, entrever abajo, minús ción poema-relato que Pavese subraya y relativiza al
culas, las luces de la costa; o, desde la playa, mirar mismo tiempo. Pero lo que llama la atención, es ese
la montaña donde irá a cenar esa noche. O también, sentimiento de haber encontrado el lugar por excelen
ver «a través» de algo, en un dispositivo que reconstru cia. Ciertamente, denominarlo así podría significar re
ye espacialmente la escenografía del recuerdo, con sus ducirlo a su aspecto más anecdótico. Pero detrás de esta
pantallas y sus ajustes: «La colina de Gaminella estaba «avenida», hay todo un dispositivo mental. Lugar
desnuda, blanca de nieve y yo la veía a través de las abierto: no un centro, un hueco, un hogar, sino más
ramas secas de Belbo» (LF, 146). O también: «Los cris bien un pasillo aéreo, casi abstracto y sin embargo de
tales de la sala brillaban y, mirando a lo lejos, al otro lo más familiar. En otra parte, se habla de un «pasillo
lado de Belbo, se veía Gaminella, los cañaverales, el de verdor adonde huyen los pájaros», imagen en la que
campo de mi casa» (id, 163-164). Un dispositivo voyeu- el árbol, tan importante en el imaginario pavesiano, tie
ne valor sobre todo por la masa de color y la línea que den ir de la ingenuidad un poco alucinada de quien pa
dibuja, que parecen dar acceso a un lugar diferente (el sea por Génova «buscando un poco de hierba» (LF,
mar, la carretera). Asimismo, el valor del tilo está sobre 121), a experiencias muy complejas de la memoria. El
todo en el poder que tiene su perfume de transportar mismo narrador evoca así su inminente regreso a Géno
al narrador a los tiempos de su infancia. Los cipreses, va al final de La luna y lasfogatas: «Reconocía la tierra
las acacias, los robles desempeñan papeles diferentes en blanca y seca, la hierba aplastada y resbaladiza de los
el paisaje, realzando aquí la silueta de una cumbre, dan senderos y ese olor rasposo a colina y a viña, que huele
do allí una ligera sombra. En El diablo en las colinas, ya a vendimias bajo el sol. En el cielo, había largas fa
son las hierbas y los arbustos, la madreselva, la menta, jas de viento, babas blancas que se parecían a la co
los nopales los que, mezclados con el calor, crean una rriente que se ve de noche, en la oscuridad, detrás de
sustancia casi palpable a la que es posible quedarse pe las estrellas. Yo pensaba que, mañana, estaría en viale
gado voluntariamente, al alejarse de la sombra del bos Corsica y me daba cuenta entonces de que el mar tam
que encantado. Al igual que la viña, que parece brotar bién está veteado por las arrugas de las corrientes y
del suelo como el propio calor, y ser como una materia que, cuando siendo niño, miraba las nubes y el camino
lización de éste: «Hay un sol que cae sobre estos viñe de las estrellas, sin sospecharlo, ya había empezado mis
dos, una reverberación de campo estéril y de tobas, que viajes» (LF, 225-226). Excelente condensación en la
había olvidado. Aquí, el calor no baja tanto del cielo, que el «bovarismo» topográfico del héroe pavesiano
viene de abajo —de la tierra, del suelo entre las viñas, aparece en todos sus registros. El viaje ya había empe
es un calor que parece haber devorado todo el verde zado por tanto, y el presente no sería más que una su
para transformarse en sarmiento» (LF, 99). cesión de pliegues temporales y topográficos que el pen
samiento franquea en todos los sentidos, con absoluta
Los árboles, como las peñas, pudieron haber sido libertad. Hablar, como andar, sería desplegar una parte
dioses en otro tiempo, y comparten un orden aéreo (del de estos pliegues. El día / la noche, la tierra / el cielo,
«increíble efecto de las cosas en el aire») que nos habla la tierra / el mar, la ciudad / el campo; y siempre la coli
una vez más del «origen». La viña, las plantas, pertene na, el camino (o, a falta de éste, la mirada) hacia la coli
cen a una estructura de las profundidades dominada por na, que permite el paso entre estas vertientes opuestas
ciclos de secreciones y de muerte seguida de renacimien de los pliegues.
to. Lugares aéreos, claros y abiertos; lugares cerrados y
oscuros: esta oposición parece atravesar la conciencia Y la ciudad misma, Turín, rodeada como está de
del narrador de Le bel été [El diablo en la colina], dividi numerosas colinas, ofrece siempre esta posibilidad a la
do entre la topografía de su infancia («calles estrechas imaginación: «Paseando por el Lungo Po, ante del
que en todas partes desembocaban en los campos»), y su Monte dei Cappuccini. Oscurecer nebuloso, las villas
gusto por «los lugares limitados» («Las bahías, los cami- desaparecen, quedan los dorsos oscuros, hirsutos de las
nitos, los bancales, los olivares»), «A veces», piensa colinas, salvajes, difuminados. ¿De qué sirve esta belle
acostado boca abajo en una peña, «observaba una pie za, qué significa, por lo menos?» (OV, 357). La ciudad,
dra del tamaño de un puño que, contra el cielo, parecía en la época de Pavese, casi no tiene afueras, y se pasa
una enorme montaña. Ésas son las cosas que me gus al campo sin transición. Los personajes de El diablo en
tan» (BE, 126). En «esas cosas», en esa capacidad para las colinas vagan de noche por las calles y las colinas,
los cambios de escala, es posible reconocer la capacidad insomnes, infantiles, insatisfechos, aislándose del mun
más general del personaje pavesiano para percibir varias do de los durmientes muertos para esperar «algo enor
cosas al mismo tiempo, para permitir la superposición me, el derrumbamiento de la ciudad, la apocalispsis».
de imágenes alejadas en el espacio y en el tiempo. Para el narrador de La casa de las colinas, se trata por
el contrario de huir por la noche de una catástrofe que
es tan real (los bombardeos sobre Turín) como imagina
«ESTE PASO PERENNE...» ria. Porque huyendo de las bombas, en realidad lo que
pretende es recuperar el mundo de la infancia: «Anta
ño, se decía ya las colinas como se hubiera dicho la ciu
Sin duda esta capacidad aparece sobre todo de for dad o el bosque. Yo iba allí por la noche, dejando la
ma destacada en el paso incesante de la ciudad al cam ciudad que oscurecía, y para mí, no era un lugar como
po y del campo a la ciudad. Este paso tiene un origen cualquier otro, sino un aspecto de las cosas, una forma
biográfico, evidentemente, pero lo más interesante es la de vivir. Por ejemplo, no veía ninguna diferencia entre
manera en que Pavese no ha cesado de teorizar este ori estas colinas y las antiguas, donde jugaba de niño, don
gen, convirtiéndolo en un elemento temático y narrati de vivo ahora: siempre un terreno accidentado y tortuo
vo esencial de su ficción. En un primer tiempo, este so, cultivado y salvaje, siempre caminos, granjas, ba
tránsito es percibido de forma lineal. Los poemas de rrancos» (Coq, 201). Esta «forma de vivir», el narrador
Trabajar cansa son para él «la amplificación y la victo descubrirá al final que es «una larga ilusión». Que ha
ria de S. Stefano Belbo sobre Turín. Entre las muchas vivido su juventud «en un simple y largo aislamiento,
explicaciones del “poema”, ésta es una. El pueblo se en fértiles vacaciones, como un chiquillo que, jugando
convierte en la ciudad, la naturaleza se convierte en la al escondite, se mete en un matorral y se encuentra a
vida humana, el muchacho se convierte en hombre» gusto, contempla el cielo entre las hojas, y acaba por
(OV, 31). Turín ya es al mismo tiempo «el lugar donde olvidarse de salir de allí» (id., 326).
se vuelve» y «el lugar donde se volverá»: el ciclo de las
oscilaciones ha empezado. Y entre las numerosas for
mas en que se tematizan las oscilaciones, la idea del lí «VIVIR EN UN LUGAR ES BELLO
mite desempeña evidentemente un papel esencial. Lí CUANDO EL ALMA ESTÁ EN OTRA PARTE»
mite entre la ciudad y el campo, presencia del campo
en la ciudad. Y más allá, presencia de otro lugar en el
lugar y en el momento presentes. ¿Qué terror secreto conduce así al personaje pave
Los textos de Pavese están llenos de percepciones siano a este confinamiento o a este incesante regreso
de este tipo, de las que ya he dado varios ejemplos. Pue a un lugar de la infancia cuya magia ingenua se ha des
vanecido, y del que no queda más que una ilusión des curo en trance de realizarse, esperado y temido al mis
encantada? Aquí también, respuesta dividida, que osci mo tiempo: certeza del inevitable retorno, que hace
la entre varios estados. Miedo a una oscura maldición, que en cierta manera no pase el tiempo. Al narrador
a un fracaso anunciado: miedo a que sea lo que debe de La luna y las fogatas le gusta Canelli porque «era
ser. Permanecer lo más cerca posible de la infancia y el último país en que se sucedían las estaciones y no
de sus lugares, sería en cierto modo mantener la mirada los años». De forma que nada cambie realmente. El
en el germen del «horror adulto»; e indagar en «este ciclo de las estaciones es consustancial al ser, a lo que
vivero de descubrimientos retrospectivos», una manera en su interior desea más profundamente el retorno de
de exorcizarlos. Horror de volver a empezar, de la repe lo mismo. Sin embargo este ciclo inmutable es tam
tición, mientras que «la única alegría en el mundo es bién, paradójicamente, percibido como algo efímero y
empezar». Pero necesidad de permanecer lo más cerca estéril, y sólo de forma intermitente es capaz de dar
posible de las raíces de este mal —«lo que ha sido al narrador la sensación de cuál habría sido su destino
será». si se hubiera quedado en el país —esta impotencia es
tando, claro está, a la medida de la pérdida de energía
De ahí las diferentes actitudes que ponen de mani
temporal, de la fijeza, que caracterizan a este ciclo.
fiesto toda la gama de lo posible, en una espiral inago
table. Unas veces, será la aceptación serena, casi mara En este caso, el deseo de permanencia consigue satis
facerse mejor con la idea de la tierra, que hace posible
villada, del orden de las cosas, como un secreto que
la esperanza «de que vuestra carne valga algo más y
nadie má comparte: «Hoy veías la gran colina con los
dure más que una vulgar sucesión de estaciones» (LF,
pozos, el penacho de árboles, el color oscuro y el celes 81).
te, las casas, y decías: “Es como es. Como debe ser.
Te basta con esto. Es un terreno perenne. ¿Se puede Esta duración parece por tanto sentirse en el as
buscar otro? Pasas por encima de estas cosas y las cir pecto más mortífero de la relación con el propio país:
cundas y las vives, como el aire, como una orla de el lugar donde uno va al encuentro de la propia vejez
nubes. Nadie sabe que todo está aquí” (OV, 311). y de la propia muerte —de sus «restos». Existen sin em
Pero más frecuentemente, esta sabiduría es motivo bargo otros lugares o elementos en los que esta expe
de angustia, con la cual habrá que obrar con astucia riencia temporal puede también producirse, con más li
y transigir. Y vemos aquí cómo la exigencia del escri gereza y fluidez, sin la pesadez de la tierra natal.
tor viene en cierto modo a socorrer al hombre, y vice Ciertamente está la cárcel, que no es la «cárcel feliz»
versa. Al día siguiente (10 de marzo de 1947), Pavese de Stendhal (a quien Pavese admiraba mucho), sino una
escribe: «Felicidad del arte: darse cuenta de que una tentación oscura, un lugar que parece atraer irresisti
manera de vivir propia puede ser la ley de una manera blemente a desechos humanos errantes como Talino
de expresarse». Porque la literatura es una manera de («De tu tierra») o Masino (Ciau Masino). Sin embargo
convertir el fondo de un problema en contenido (en para Stefano («La cárcel»), en la soledad del exilio cala-
todos los sentidos del término, es decir también en brés, la salvación pasa por una elección voluntaria del
«sentimiento contenido»), que respondería entonces a aislamiento. Convertirse a sí mismo en una cárcel, por
un puro trabajo de la forma. De este modo, la angustia que «ya nada debía depender del exterior; había que
que le es inherente sería transformada en problema conseguir que ni las cosas ni las gentes tuvieran el más
técnico, y la literatura no se limitaría a expresar una mínimo poder» (Coq, 150). «Prevenir todo sufrimiento
realidad, sino que construiría otra nueva. Habrá que aceptándolo y devorándolo en el aislamiento», «consi
volver con más detalle sobre esta cuestión esencial de derarse como siempre en la cárcel» (id.): ésta también
la construcción de la realidad a través de las imágenes. podría ser una regla de vida, una manera de defenderse.
Pero la literatura es, como el sueño o como la distan Pero cargada de riesgos, porque «tabiques invisibles» se
cia, una manera de convencerse de que algo vuelve elevan entonces alrededor de uno mismo, «paredes invi
a empezar, que va «a volver a empezar el extraordina sibles [entran] ya en la sustancia de su cuerpo» (Coq,
rio descubrimiento, la apertura a las cosas». Es preci 129).
samente por eso por lo que la distancia es tan precia
da: por la posibilidad que ofrece de comprender las Confino: el aislamiento, el confinamiento que Pa
cosas con un distanciamiento tranquilizador, cierta vese experimentó en Brancaleone durante un año, des
mente, pero también de dejar libre la imaginación para pués de haber conocido brevemente la cárcel en Turín,
detenerse en cualquier plano. «Lo que conmueve en es una experiencia espacial y temporal extraña. Distan
el espectáculo de la distancia —por ejemplo una llanu ciamiento de los lugares familiares, desierto afectivo y
ra ondulada vista desde una colina más alta— es la temporal, espera que contamina el lugar mismo al di
conciencia de que esas zonas de color neutro, esas nu- solverlo como disuelve el tiempo. «Cuántas veces, sobre
becillas, esas extensiones humosas y jaspeadas —ese todo en los primeros tiempos, Stefano se había llenado
color azul en lontananza— son otras tantas cosas, ob los ojos y el corazón de una escena, de un gesto, de un
jetos, campos delimitados y nítidamente formados. Es paisaje, diciéndose: “Eso es, será mi recuerdo más vivo
rica la lontananza que está hecha de cosas reales y del pasado; pensaré en él hasta el úlimo día como en
perfectas» (OV, 303). el símbolo de esta existencia; en ese momento, disfruta
ré de él”. Eso es lo que se hacía en la cárcel, eligiendo
Y el placer que sienten tantas personas al ver des un día entre otros, un instante entre otros, y diciéndose
de lejos los lugares donde van a ir o de donde vienen a sí mismo: “Tengo que dejarme llevar, sentir a fondo
participa de esto —a la vez astucia voyeurista elemen ese momento, dejarlo deslizarse inmóvil en mi silencio,
tal y escenografía culta de la imaginación. Un placer porque será la cárcel de toda mi vida y lo volveré a en
como éste requiere una gran dominio del escenario, contrar cuando sea liberado, dentro de mí. Sin embargo
una certeza geográfica y atmosférica. A esta necesidad estos momentos se desvanecían, nada más elegirlos”
responden la familiaridad y la exigüidad del paisaje («La cárcel», Coq, 195). Y Stefano llega a envidiar al
pavesiano, «entre río y colina», decorado único pero condenado a cadena perpetua, al que atribuye una sa
siempre renovado por una intensa conciencia de las biduría diferente (la pertenencia a «otra raza»), y para
estaciones. Porque la estación es como ese destino os quien la cárcel sería «la condición misma de su existen
cia» como lo era la estación para el narrador de La luna no disuelto en conocimiento racional (que lo destrui
y las fogatas. Sin embargo, a esta vida le falta la posibi ría)» (id., 364-365). Es esta «cadencia de vida» la que
lidad (es su definición misma) de hacer variar la mirada Pavese descubre a destiempo en E l camarada, en La
y la distancia. Todo se confunde en una desolación va casa de las colinas, o en Entre mujeres solas. Y es el
cía, incluso el mar, «el mar pálido parecía inflarse en intento de inventar tales ritmos lo que permite com
el vacío». prender mejor los Diálogos con Leucó, y también se
guir su rastro prácticamente hasta el principio de la
obra de Pavese.
«UNA CONSTANTE DE TENSIÓN HUMANA» Este rastro es el de lo «salvaje», con la compleja
relación con el paisaje y con el lugar que éste instaura.
Nada de «cárcel feliz», por tanto, porque la incer Y el primer ritmo es el de una división (una oscilación)
tidumbre reina en ella como en el mayor estado de li entre voluntad e intuición:
bertad. «La cárcel», dirá Pablo en El camarada, «no es «La intuición crea mito-religión
estar encerrado, es la incertidumbre». Ahora bien, la la voluntad crea historia-poesía o teoría.
incertidumbre es el patrimonio común de los seres vi Errores:
vos, que pasan el tiempo luchando contra ella o negan con la intuición, querer crear historia
do su existencia, aferrándose a lo que toman por frag con la voluntad, querer crear mito.
mentos de eternidad, de verdades. Pavese, que conoce La voluntad se ejercita con los mitos y los transforma
en historia. Destinos que se vuelven libertad» (id.,
esta tendencia tanto en él como en los demás, concibe 366).
el trabajo del escritor como un abandono de la inmovi
lidad y de la repetición. Esto se conseguiría en particu Entre estos dos extremos, Pavese zigzaguea sin ce
lar a través de un trabajo de historización, que es una sar, resguardándose detrás de unos narradores que no
de las grandes preocupaciones de Pavese. Mito / natura toman partido alguno (son, dirá él, «contempladores
leza / cultura / historia: cuestiones debatidas incesante que observan cómo suceden cosas más grandes que
mente en el Diario, y que llevan a Pavese a buscar nue ellos»), Pero una vacilación como ésta no es indecisión,
vas formas. va acompañada de una trama cargada de reflexiones,
Esta reflexión es esencial y tiene mucho que ver de lecturas, de hipótesis, de recapitulaciones, como de
con la cuestión del lugar, ya que trata sobre la relación muestra el Diario. (Este Diario no es evidentemente un
entre el paisaje, la naturaleza, lo no humano y la histo simple contrapunto intelectual, al margen de la obra.
ria en movimiento de los individuos. En una nota de Es parte integrante de ésta, es uno de sus momentos
una extraordinaria lucidez, Pavese, unos meses antes de con el mismo derecho que la poesía o la ficción, y qui
su muerte, formuló lo esencial de esta reflexión: «La pa zás aquél en que las tensiones aparecen en su forma
sión inmoderada por la magia natural, por lo salvaje, más viva.)
por la verdad demónica de plantas, aguas, rocas y pue Por tanto lo salvaje participa de una concepción
blos, es un signo de timidez, de fuga ante los deberes mágica del mundo. Pregunta: ¿para qué sirve esta be
y las obligaciones del mundo humano. Quedando sen lleza? Y más concretamente: «¿Qué importa ese senti
tada la exigencia mítica de sentir la realidad de las co miento disolvente de lo salvaje, esta belleza sobria y
sas, es preciso el valor de mirar con los mismos ojos a ruda, esta conmoción, si influye sobre nosotros sólo
los hombres, a sus pasiones. Pero es difícil, es incómodo como belleza, como impresión? ¿No es todo esto un
—los hombres no tienen la fijeza de la naturaleza, su refinamiento civilizado?» (OV, 357). En otras palabras,
amplia interpretabilidad, su silencio. Los hombres te sa ¿cómo «historizar» esta noción, hacer que la belleza
len al encuentro imponiéndose, agitándose, expresándo del lugar no sea ya solo no humana? Problema aparen
se. Tú has tratado de varias maneras de fijarlos temente sin solución, porque lo salvaje es precisamen
—aislándolos en sus momentos más naturales, sumer te «lo que las cosas eran, en cuanto no humanas»
giéndolos en la naturaleza, reduciéndolos a destino. Y, (id. 317). Lo salvaje, o lo que no tiene realidad, o lo
con todo, tus hombres hablan, hablan —el espíritu se que sólo tiene realidad ficticia, ficcional. En el fondo
debate en ellos, aflora. Ésta es tu tensión. Pero tú sufres esto significa «misterio, posibilidad abierta». El lugar
este espíritu, no querrías encontrarlo jamás. Aspiras a salvaje no tiene realidad, es como un agujero en el
la inmovilidad natural, al silencio, a la muerte. A hacer continuum de la realidad humana que da paso a la
de ellos unos mitos polivalentes, eternos, intocables, historia. Porque la histoira inmediata, factual, no ofre
que derramen sin embargo un encanto sobre la realidad ce ninguna posibilidad interesante («No te gustan las
histórica y le den un sentido, un valor» (OV, 364, 9 de historias de partisanos o de terroristas, son demasiado
enero de 1950). explícitas»), Historizar, implica el desvío hacia la etno
De esta tensión, que Pavese le envidia a Stendhal logía, el mito. Pasar de la ciudad-campo de los inicios
o incluso a Hemingway, encuentra retrospectivamente al titanismo olímpico de los Diálogos. Porque sin his
huellas en El camarada (1946), novela que se sumerge toria, sólo habría contemplación y consumo: ante la
en el corazón de la realidad histórica y política, y que colina, deseo de «poseerla, de hacerla una cosa propia,
le parece un buen ejemplo de la superación del «mito» de beberme su secreto, de encarnarla en mí» (OV,
(de su inmovilismo). Pero hay que dejar claro que éste 331). Pero una vez poseída y asimilada, ¿qué queda
sobrevive bajo diversas formas: bajo la forma «históri de la colina?
ca» del destino, de la fatalidad, y bajo la forma arcaica Pavese medita las enseñanzas de la cultura china,
de la superstición. Pero el destino mismo sólo es históri caracterizada según él por una correspondencia entre
co en la elaboración racional y voluntarista que se hace el poder y la identificación con el territorio, que ha de
de él. En lo más profundo, es mítico: «Es lo que sucede sembocado en el arte de los paisajes que conocemos.
y todavía no se sabe que ha sucedido. Lo que parece ¿Cómo conservar algo de esta «magia de la naturale
libertad y, en cambio, se revela después paradigmático, za», sin renunciar por ello al tema humano, y sin caer
férreo, prefijado». «Es fatal», añade Pavese, «una vida en una identificación romántica con la naturaleza? Y
que tenga una cadencia mítica, un ritmo prefijable pero sin embargo esta identificación tiene raíces muy pro
fundas, que van bastante más allá de las actitudes o interese para nada la cultura americana significa que
las predilecciones particulares. ¿Qué hacer, por ejem he agotdo este punto de vista piamontés? Creo que
plo, con la firme convicción de que un paisaje determi sí; por lo menos, el punto de vista que he tenido hasta
nado engendra una forma de arte característica? ahora» (OV, 18).
¿Cómo reconciliar la idea de que el arte griego o italia Pavese comparte de hecho la oscilación típicamen
no nace de paisajes muy particulares, con la pérdida te americana entre la atención más minuciosa hacia lo
de todo arraigo que es lo característico de las socieda local, en concreto, y la huida fuera del territorio de ori
des modernas? «Pensado sobre todo en la relación en gen, fuera incluso de cualquier territorio. El problema,
tre país y cultura, en las raíces campesinas (botánicas entonces, no es volver o no al dialecto, sino apropiarse
y minerales) del arte. En Florencia (Rovezzano) y en de una parte de este ritmo fundamental.
Val Pesa, Elsa, etc. —Siena—, sentido cómo de aquella
tierra ha nacido un arte. Campo que se vuelve gracia
florentina y sienesa. Pero cuando una civilización no «EXPERIENCIAS ANGULARES QUE PRESTAN
es ya rural, ¿cuáles serán las relaciones radicales de RITMO»
su cultura? ¿Estamos ya fuera del influjo botánico, mi
neral, estacional del país sobre el arte? Parecería» (id.,
368). Pavese habría conocido realmente la transición Porque lo esencial no es la descripción, la historia,
(uno de los momentos de transición) de una concep el personaje, sino el ritmo puro. El gran escritor es
ción a otra —transición histórica, pero también (y so «quien posee bloques de realidad, experiencias angula
bre todo) interior. Porque su creencia en la estrecha res que prestan ritmo y cadencia a su discurso. Heming
relación entre arte y país se manifestó durante mucho way tiene la muerte violenta, Levi el destierro, Conrad
tiempo en su interés por lo dialectal. El piedmontese la perplejidad de los Mares del Sur, Joyce el estereosco
revival del que habla con humor aquí o allá es, al me pio de las palabras-sensaciones, Proust la inaprehensibi-
nos en los años treinta, algo serio para él. No tanto lidad de los instantes, Kafka la cifra del absurdo, Mann
porque sea totalmente partidario de esta idea, sino por la repetición mítica de los hechos, etc.» (OV, 313).
que percibe su fuerza en su interior, casi en contra
Estos «bloques de realidad», presentados de esta
de su voluntad. En 1935 escribe: «hay en mi trabajo manera, se asemejan más a una «cifra», a un tema cen
poético un punto muerto, gratuito, un sobreentendido
tral, que a un ritmo verdadero. La formulación que Pa
material, sin el cual no consigo hacer nada» (OV, 17) vese daba de ellos en 1938 parece más cercana a la idea
—algo que vive oscuramente en la «conciencia pre que tenemos del ritmo individual de un escritor: «Por
poética», y que tiene que ver con sus vínculos origina que el genio no es descubrir un tema exterior y tratarlo
les, con su medio. Pavese es consciente de la ambigüe bien, sino llegar finalmente a poseer la propia experien
dad de este «biologismo dialectal». Como todos los cia, el propio cuerpo, los propios recuerdos, el propio
biologismos, tiene para él la fuerza de lo instintivo, ritmo —y expresar, expresar este ritmo, sin la limita
de algo indiscutible. Al mismo tiempo, da lugar a todo ción de los argumentos, de la materia, en la perenne fe
tipo de actitudes regresivas y de subproductos intelec cundidad de un pensamiento que por definición no tie
tuales. Ya que, con su fuerza de inercia, se opone a ne fondo» (OV, 139).
la creación: «El dialecto es infrahistoria. Hay, por el
contario, que correr el riesgo y escribir en italiano, Existiría por tanto un «pensamiento» del poema
es decir, entrar en la historia, elaborar y escoger un o del relato, que sería ritmo —que construiría y «repen
gusto, un estilo, una retórica, un peligro. En el dialecto saría» su materia aparente (paisaje, cuerpo, tiempo,
no se escoge —se es inmediato, se habla por instinto. acontecimiento). Hemos visto cómo se manifestaba en
En italiano se crea» (OV, 345). el tratamiento de la distancia, y cómo impedía, de cier
ta manera, la práctica de la descripción en sí misma.
Al mismo tiempo el dialecto es para Pavese ante Es en realidad todo lo que procede del naturalismo o
todo una práctica literaria, y por tanto una manera del verismo lo que está aquejado de imposibilidad, dirá
de entrar justamente en la historia. Ve en esta práctica Pavese. En lugar de ello, una trama repleta de ecos, de
una analogía con la de los escritores norteamericanos, referencias —«una sutilísima miríada de acontecimien
un trabajo de transformación que consiste en una tos interiores». Una trama, es decir un punto de vista
apropiación del suelo y de los caracteres nacionales, ético sobre las cosas.
de una «materialidad de la palabra» y de la sensación
que se opone totalmente a «la prosa romántico- Así se explicaría quizás el papel particular del
dialectal» italiana. Es el caso de Hemingway, evidente cuerpo y de la sensación en la obra de Pavese, la
mente, pero también de todos los grandes escritores presencia-ausencia del cuerpo en medio de una profu
sión de percepciones-sensaciones. El cuerpo no debe,
cuyo mensaje, descubierto por Pavese en 1938, es «el
sentido de una misteriosa realidad debajo de las pala no más que el paisaje, ser objeto de una simple des
bras». Esta proximidad con los escritores americanos cripción. Porque en la descripción, en toda representa
va y viene en la obra de Pavese, siguiendo los recodos ción, los objetos se vuelven fácilmente intercambia
de su reflexión sobre su propio método. Pero lo impor bles: en efecto, ante un paisaje o un cuerpo de mujer
tante es que percibiera en un momento crucial un pa es «la misma actitud» la que puede prevalecer. Es el
ralelismo entre sus preocupaciones y la ambivalencia error de Guido, el pintor de El hermoso verano, que
del territorio en la literatura americana. «No es litera «hablaba de la colina que quería hacer, y que tenía
tura dialectal la mía —tanto he luchado con el instinto en la cabeza tratarla como una mujer tumbada con
y con la razón contra el dialectalismo—; no quiere ser las tetas al sol, y darle el fluido y el sabor que las
bocetista; trata de nutrirse de todo el mejor jugo nacio mujeres saben. Rodrigues dijo: —-Ya hecho. Cambia.
nal y tradicional; procura tener los ojos abiertos sobre Ya hecho» (HV, 306).
todo el mundo y ha sido particularmente sensible a No se puede esperar gran cosa, efectivamente, de
las tentativas y a los resultados norteamericanos, don este tipo de simbolismo elemental, y hay que aspirar
de me pareció descubrir una vez un análogo trabajo más bien a hacer algo así como una presentación, como
de formación. ¿O quizás el hecho de que ya no me veremos más adelante. En definitiva, en los textos de
Pavese el cuerpo, descrito o presentado, aparece a me DE LA «CONTEMPLACIÓN ENTRESOÑADA»
nudo simultáneamente elidido. No está totalmente A LA «CONTEMPLACIÓN INQUIETA»
ausente: las voces, los gestos, los ojos, son observados DE LAS COSAS
con precisión, pero siempre de la manera más sobria,
sin fascinación sensual, sin efectos descriptivos. Los
personajes miran su propio cuerpo, o el de los demás, Resulta difícil intentar reconstruir esta lógica. Por
como en El hermoso verano, con una mezcla de miedo que a pesar de numerosos comentarios del propio Pave
y de vergüenza. E incluso los paganos higienistas de El se sobre este aspecto, la red de contradicciones, descu
diablo en las colinas se limitan a hacer algunas grandes brimientos y regresos es extremadamente apretada (por
abstracciones: «Las veces en que me daba una buena no hablar de todo lo que escapa al comentario crítico
sudada remando, durante el resto del día me sentía re ordinario, y exigiría un análisis mucho más detallado
frescado, vigorizado por el choque del río. Era como si del estilo de Pavese). Lo que parece evidente es que, des
el sol y el peso vivo de la corriente me hubieran llenado pués del exilio calabrés, en noviembre de 1935, Pavese,
de una virtud que les era propia, una fuerza ciega, ale meditando sobre los poemas que están a punto de ser
gre y solapada, como la de un tronco o un animal de publicados, tiene el sentimiento de descubrir (de «in
los bosques» (BE, 119). ventar») una «nueva vena». Consistiría en pasar de lo
que era «espiritualización de escena enteramente des
De la misma manera, los baños de sol cerca de criptiva», a la creación de un misterio natural en torno
la charca, los paseos por el monte bajo, sirven tam a una angustia humana. El cambio es radical, y la gran
bién ante todo como pretexto a una comunión con pregunta que le preocupa en aquellos años tiene bas
los lugares mismos, a una absorción, «como un insec tante que ver con la lógica de la imagen: ¿qué parte
to o un pájaro cuyas patas se hubieran quedado pega debe desprenderse del «desarrollo objetivo» de la tra
das a estos perfumes y a este sol» (id, 170). El cuerpo ma? Y qué parte de la «calculada ley fantástica de la
tiene «también un pensamiento», «un despertar, un imagen»? ¿Son las imágenes poéticas en cierto modo
descanso, una languidez, una duración cotidiana». Y «pre-poéticas» (contenidas en estado larval en las cosas
son estos «pensamientos», estos ritmos, los que Pavese o en quien las contempla)? ¿O se desprenden de un pro
pretende captar con la mayor economía, siendo cons ceso abstracto (de la composición, de un sentido, de un
ciente de que la mayor parte de ellos escapan a nues afecto)?
tra percepción —como también se le escapan la mayor
parte de los pensamientos del espíritu. Lo que la litera Pavese sueña a veces con una literatura sin imáge
tura capta son los instantes de paso, de afloramiento, nes —«una descripción hecha con términos propios,
de desaparición, y los ecos y recuerdos que se entrete sin descubrimientos de relaciones imaginarias y sin in
jen entre ellos. No una materia, por tanto, sino una trusiones lógicas». Una literatura en la que el senti
trama —la trama de las huellas que dejan los pensa miento sería reducido a puros pedazos miméticos (en
mientos en las cosas (Pavese plantea la hipótesis en los que «describir correctamente sería sentimiento»).
un fragmento del Diario de que «ningún pensamiento, Observemos toda la fuerza represora expresada aquí, en
por muy fugitivo, por muy inconfesado que sea, pasa este sueño de una «descripción positiva». Las imágenes
por el mundo sin dejar huella»). Aunque por ello no no serían entonces «juego expresivo», sino simple des
convierte las sensaciones en materia de una reconsti cripción exacta. Porque en su forma «literaria», son
tución, en «material de investigación», como le repro sospechosas de reducir a cenizas «el aspecto encantado
cha de hecho a Proust («el triturador de los esquemas del mundo», todo ese material prepoético entre el cual
de la experiencia en una miríada de instantes senso debe incluirse el propio poeta, «imagen personificada»
riales»). de su lugar de origen.
Los «instantes sensoriales» de Pavese no sirven Pavese sintió muy pronto el peligro de esta rela
como metonimia de una experiencia total, son partícu ción entre él y su país natal, a pesar de ser un elemento
las de ésta, a veces simples átomos, a veces piedras an fundador de su poesía («Cual es mi país, tal yo»). Esta
gulares. Se trataría, siguiendo a Pierce, de la cualidad primera imagen, irrefutable, va a haber sin embargo
indiciaria de estos elementos, ruidos, olores, etc., que que elaborarla, negarla, mantenerla a distancia para
son la sustancia misma de la experiencia. No tanto el evitar que su ser no sea pura y simplemente calcinado
vulgar simbolismo del narrador de De tu tierra, recor al poner en relación directa estos dos términos. A la tra
dado a menudo, sino más bien la sensación de «estar ma infinitamente rica de las sensaciones ligadas al país
en un olor», en el cual se incluyen «innumerables ven natal (geográficas y temporales), Pavese va a ponerle
dimias, siegas del heno y deshojaduras del maíz, innu una cadena. Será la del relato, que permite objetivar y
merables sabores e innumerables deseos que ya no sa «dramatizar» la corriente de relaciones entre país y
bía que estaban dentro de mí» (LF, 99). O también esta poeta, y evitar que se consuma alguno de los dos. Es
destacable observación en «La cárcel»: «Con el agua, la idea de las «imágenes-relato», adelantada también en
bajaba un sabor de tierra, áspero en los dientes, que esta nota fundamental del 11 de octubre de 1935. Des
Stefano apreciaba más que el agua, parecía como el sa pués de esos cuatro años de poesía, el escritor siente
bor del mismo vaso. Tenía algo de cabruno, de salvaje, la necesidad de una renovación, de «un nuevo punto
y al mismo tiempo algo muy dulce, que recordaba el de partida». No es una cuestión de argumento, de ma
olor de los geranios» (Coq, 115-116). teria (que está ahí desde el principio, como ya hemos
visto). Se trataría más bien de «transformar corporal
En La luna y las fogatas, el olor de la carne que mente la materia y los medios para encontrarse frente
se quema en el incendio de la granja de Mora, anuncia a problemas nuevos» (OV, 18). Esta transformación,
la incineración del cuerpo de Santa, y significa el final sólo será capaz de realizarla la prosa, porque sólo ella
de una época, de un sueño, de un deseo. Para compren permite fundir el trabajo de la imagen y el de la refle
der cómo estas redes cargadas de significados se cons xión, experimentar nuevas formas escapando del
truyen a partir de percepciones del espacio o del cuer savoirfaire poético. La novela corta, por su concentra
po, es necesario fijarse en la lógica compleja de la ción, permite una presentación que no sea de orden
imagen en la obra de Pavese. dramático. Efectivamente lo que la caracteriza es la in
vención de un tono, «que presenta el fluir de los hechos mejanza que hace surgir un pensamiento nuevo. Dese
como algo que sucede pensadamente, a una razonable mejanza para con la realidad empírica, desemenjanza
distancia, ¡y está lleno de sobreentendidos sugeridos entre tiempo empírico y «tiempo absoluto». Si la poesía
precisamente por la distancia!» (OV, 116). Se trata por le parece entonces «falsa» a Pavese, es porque sustituye
tanto de «repensar acontecimientos más o menos ilumi el tiempo empírico por el tiempo absoluto. Al mismo
nados, no dejarlos suceder bajo una misma inexistente tiempo, como ya hemos visto, crear una obra es «trans
luz difusa», de «tratar el tiempo como materia, no formar en absolutos su tiempo y su espacio». La con
como límite» (id.). tradicción está a la medida de la insatisfacción y de la
inquietud de Pavese: inquietud, por ejemplo, de que la
Pavese se aleja por tanto de algunos de sus maes novela corta se contente con el instante, con el frag
tros norteamericanos (Sherwood Anderson, Heming- mento, sin la exigencia de construcción del poema. El
way) y de su técnica de tipo dramático. Y los relatos escritor busca por tanto una forma que incluya una
de estos años (de 1936 a 1940, en líneas generales desde gran diversidad de estados y de momentos («empíri
N o ch e de fie sta y otros relatos hasta los grandes textos cos»), pero que permita también «la pertenencia de to
de 1940, E l herm osos verano y La p laya ) muestran cla dos sus momentos a un mismo período absoluto o,
ramente esta intención de ir más allá del tiempo y del como si dijéramos, metafísico» (OV, 171). Ésta es una
espacio empíricos. Pasar del plano empírico al plano exigencia extrema, porque se opone a nuestra experien
poético es «transformar en absolutos su tiempo y su es cia empírica del mundo. Sólo nos resulta familiar en cir
pacio». Aunque en muchas ocasiones en el título de las cunstancias excepcionales —aquellas que nos exigen
novelas cortas de este periodo aparecen indicaciones de «actos morales».
lugar, o actividades ligadas a lugares concretos: «Cam
po de trigo», «La villa de la colina», «En el café de la La exigencia ética volverá a aparecer por tanto con
estación», «El verano», «El mar», «La viña», etc. Pero toda naturalidad en el núcleo de esta investigación,
de lo que tratan, no es de estos lugares o de estas activi bajo formas que todavía están por inventar: «Es fácil
dades en sí mismos, ni siquiera quizá de unos persona crear una obra de arte “instantánea” (el “fragmento”),
jes que no tienen tiempo de adquirir una entidad. Tra como también es relativamente fácil vivir un instante
tan más bien de situaciones, de estados que varían ante de moralidad, pero crear una obra que supere al instan
nuestros ojos. Poca cosa, en apariencia, pero que llega te es difícil, como también es difícil vivir por más de
hasta lo más hondo de nuestro ser. Pavese se aproxima un instante el reino de los cielos» (id.). Desde el punto
aquí a los admirables relatos de juventud de D.H. Law- de vista literario, el instrumento de esta exploración
rence, aunque los de este último estén mucho más cons «más allá del fragmento», será otra forma de imagen.
truidos en torno a estados de conciencia de un persona No ya la imagen-relato, sino una imagen «metafísica»,
je. Aquí, dirá Pavese, los verdaderos personajes son que tiende a la integración de todos los elementos en
«símbolos fantásticos a los que les sucede algo»: «Po «un mismo período absoluto».
dría ser que las situaciones estilísticas fuesen tus
imágenes-relato, es decir, una presentación de imágenes
que no son la descripción material de la realidad, sino «LA FORMACIÓN DE LAS IMÁGENES
“símbolos fantásticos a los que les sucede algo”» (OV, TRANSCENDENTALES»
164). Esta observación un poco ambigua refleja con
bastante exactitud la riqueza de la práctica de Pavese
en esta época —práctica que afortunadamente resulta Este «período absoluto» es evidentemente una fic
imposible equiparar con las formulaciones teóricas que ción teórica, comparte esa necesidad de unidad abs
aparecen en el Diario. Relatos como «Los mendigos» tracta que reaparece periódicamente en la obra de Pa
(1940) o «Trabajar es un placer» (1946) tienen el aspecto vese, como contrapunto a la observación detallada de
de pequeños fragmentos —es decir de formas abiertas, lo concreto, del fragmento. Pero como tal, constituye
en las cuales las situaciones sufren una transformación claramente una especie de lugar ideal de su obra. Lu
casi atmosférica y quedan sin resolver. En «Los mendi gar geométrico, si se quiere, en el que todo se confir
gos», el miedo que tiene el adolescente a que unos men ma, se reconoce. Lugar de transformación de lo parti
digos vengan a llamar a su puerta se transforma imper cular en absoluto, cuyo instrumento privilegiado es el
ceptiblemente en el miedo a afrontar el deseo sexual símbolo. Éste, a través del cual escapamos al carácter
que siente despertarse en él. En «Trabajar es un pla particular de los lugares y las circunstancias, tiene una
cer», el sentimiento de fiesta que tiene el niño en la naturaleza esencialmente temporal, porque al igual
época de la cosecha contrasta con la ironía de la reali que el mito, es portador de una jerarquización. Orde
dad del trabajo en esta misma época del año. En cada na y carga de significados, y es esta jerarquización,
ocasión (y numerosos ejemplos más darían prueba de hasta en la fijeza misma que implica, la que lo pone
ello), es un estado de la percepción (que es también en a disposición de la diversidad de los significados. Libe
efecto una «situación estilística», con un color y un rado del peso de la realidad, el símbolo tiene una va
tono muy particulares) lo que se ve alterado. Novelas lencia infinita, es apertura, llamada: «Vivimos en el
cortas y relatos tienen efectivamente este poder de «re mundo de las cosas, de los hechos, de los gestos, que
pensar» unos acontecimientos, de producir un acto de es el mundo del tiempo. Nuestro esfuerzo incesante
pensamiento que transforma nuestra conciencia del e inconsciente es un tender hacia fuera del tiempo,
mundo. Por lo menos los «verdaderos relatos» (Pavese al instante extático que realiza nuestra libertad. Suce
da como ejemplo «Primer amor» y «Campo de trigo»), de que las cosas, los hechos, los gestos —el paso del
por oposición a aquellos («Los amigos») que se limitan tiempo— nos prometen momentos de éstos, los revis
a exponer «con cierta implacabilidad acontecimientos ten, los encarnan. Y se convierten en símbolos de
sensoriales y psicológicos, todos ellos en el mismo pla nuestra libertad. Cada uno de nosotros tiene una ri
no de conciencia» (OV, 116). queza de cosas, hechos y gestos que son los símbolos
de su felicidad, los cuales no valen por sí mismos, por
El «verdadero relato» escapa por tanto a la lógica su naturalidad, pero nos invitan, nos llaman, son sím
dramática y descriptiva. Debe incluir un poder de dese bolos» (OV, 234).
Entre estos signos privilegiados, únicos, están los íntimo de nosotros mismos. Sin embargo esta relación
lugares de la infancia, sobre los que vamos a volver tiene, la mayoría de las veces, un carácter fortuito
a hablar ahora, bajo un punto de vista ligeramente —cuando no ha sido pura y simplemente tomada pres
diferente. Tienen para Pavese el valor de mito funda tada a los demás.
dor, es en ellos donde nacieron los «moldes imaginati «Admirar, es decir, gozar como forma, significa
vos», pero Pavese nos invita a entender esto de forma precisamente ver como signo. He aquí por qué el princi
absoluta, más allá de una trivial consideración genéti pio de una admiración está siempre dirigido a un signo,
ca. Las cosas que sucedieron en estos lugares y que que no puede evidentemente ser todavía de nuestra
los convierten en «imágenes transcendentales» tienen creación» (OV, 249). «He aquí por qué», añade Pavese,
poco que ver con el recuerdo o la actividad poética. «nuestros paisajes son limitados. Es difícil añadirlos a
«Los sedimentos sucesivos del recuerdo» enriquecerán los que unos signos fortuitos nos revelaron en la infan
sin duda estas imágenes, y la imaginación poética las cia, cuando se formaron nuestros moldes imaginativos»
elaborará, las cargará de significados adicionales. Pero (id.).
lo esencial está en otra parte, en esa realidad primera
y mítica. Es sin duda por eso por lo que los Diálogos Los lugares son por tanto escasos, por su naturale
tenían tanta importancia para Pavese. En efecto, veía za de signo y su modo de aparición. Lejos de ser prueba
en ellos la fusión entre una creencia personal profun de una infitnita variedad natural, representan en Pave
da y la historia fundadora de nuestra cultura, el patri se una cierta forma de la ausencia, de lo que está siem
monio común. ¿En qué sentido se produce este acerca pre marcado por la ausencia, como vaciado por ella.
miento? Imposible responder sin duda, porque, como ¿Cómo conciliar esto con el hecho de que tengan al
ya hemos visto, el origen no tiene lugar. La experien mismo tiempo una apariencia tan rica, y de que estén
cia privada está ya contaminada por el mito, el mito tan presentes en su literatura? En primer lugar hay que
es siempre tragedia individual. Lo que Pavese hace de señalar que en realidad no tienen que ver con la des
cir a Edipo sobre «el temor, el horror perenne de reali cripción, sino más bien con la presentación. Y que esta
zar lo sabido» (DL, 75) podría proceder del Diario. misma presentación se ve restringida por las exigencias
Pero también las palabras de Calipso a Odiseo: «Quien del relato en primera persona (o del relato con una fuer
no se para ahora, de inmediato, nunca se parará. Lo te focalización en torno a un personaje concreto). Pave
que haces, lo harás siempre. Debes romper una vez se resumió claramente este problema: «Que al narrar
el destino, debes salirte de tu ruta y dejarte hundir no se deban describir los bonitos paisajes resulta del 4
en el tiempo» (DL, 118). de octubre, donde se dice que los paisajes disfrutados
son vistos como signos. El personaje habitual (que no
Poner fin al «vagabundeo inquieto», dejar el cami es un constructor de signos) no podrá, en consecuencia,
no, elegir el tiempo (en su dimensión de eternidad), es disfrutar de ellos hasta que, al menos, los cuente filtran
una de las respuestas posibles de quien camina (Odiseo, do el ambiente a través del personaje, que es la única
Edipo). Los diálogos siguen entre las diferentes respues manera no cursi de contar. Siemrpre, sin embargo, que
tas una dialéctica sin final, porque más que los relatos no se trate de signos de su infancia, de su mito, de esa
(aunque a menudo no sean resolutivos), son la forma vida interior, en fin, que también él puede y debe sentir
abierta por excelencia. Y confieren al mismo tiempo al (17 de septiembre del 42).
lugar un valor nuevo: no sólo el mítico, del lugar único,
sino también el del reecuentro. ¿Qué es en realidad un »Pero también aquí es preciso presentar sin descri
reencuentro si no la conjunción, en el tiempo, de un bir...» (OV, 254, 12 de octubre de 1943).
individuo y de otro o de una cosa, en un lugar determi La luna y las fogatas es el ejemplo mismo de un
nado? El lugar concebido de esta forma es por tanto país visto como signo por un narrador, y alrededor del
acontecimiento, pero un acontecimiento transcenden cual se ha construido el mito de la infancia. Que este
tal: lo que, habiendo tenido lugar, no dejará sin embar país sea también el de Pavese crea una reverberación,
go de suceder. Entre repetición de lo mismo e invención una zona de opacidad, pero ningún tipo de confusión
continua. sin embargo. Porque allí donde la descripción hubiera
estado inevitablemente contaminada por una intención
expresiva, la presentación realizada en el relato mantie
«VER COMO SIGNO» ne la distancia necesaria. ¿Qué es por tanto una presen
tación? Creo que es (en este contexto concreto) una
preocupación ética y una técnica literaria al mismo
¿Cómo conciliar versiones tan diferentes unas de tiempo. Presentar es hablar de la preocupación de dejar
otras de la imagen del lugar? ¿Cómo recordar lo que, que las cosas ocurran, de «dejar hablar al mundo», sin
en cada una de ellas, apareció en un momento dado someterlo a un uso particular (expresivo, artístico). Es
como una necesidad irrefutable, aunque se haya some hacer presente, quedando discretamente detrás de lo
tido a transformaciones continuas? Entre la imagen que ocurre. Al igual que la trama (narrativa), la presen
personificada del lugar de la infancia, la imagen-relato tación tiene un valor moral: es una forma de disciplina,
y la imagen transcendental, se puede apreciar cierta casi de ascesis. Al mismo tiempo, en los relatos, esta
mente un progreso, una búsqueda: hacia una mayor presentación se impone como límites los de la concien
distancia, una mayor «abstracción», incluso una mayor cia del personaje-«filtro». Presentar sin describir, es de
exactitud en la determinación del núcleo central de las cir sin hacer nada explícito, sin capturar el ser de la
experiencias originarias. Pero se podría decir también cosa en la red de un comentario, es por tanto cuestión
que esta investigación —todo lo que nos hace «ver de técnica, porque en literatura no es posible ningún
como signo», y no ya sólo como decorado o como su estado de presencia en estado salvaje. Lo que es, es así
perficie de proyección—, que esta investigación, pues, en el presente de la percepción y del pensamiento, y la
no es un resultado sino un estado original que vuelve presentación intenta expresar algo de esta inmediatez.
a plantear la distinción inicial entre dato concreto y Los relatos están llenos de momentos como éstos, que
construcción mental. Porque estos paisajes que hemos son los que les dan una intensidad tan particular. He
admirado en nuestra infancia tienen que ver con lo más aquí por ejemplo el momento en que el narrador de «La
casa de las colinas» se despierta en el lugar donde se la luz. Elay una tensión superior a lo normal, loca,
había refugiado: «De la puerta, no llegaba bastante luz debida a la cadencia esdrújula de las frases. Un arrojo
para que se pudiera ver el campo. En esta oscuridad, continuamente bloqueado. Un jadeo» (OV, 335). Y El
la voz del perro era la voz de toda la tierra» (Coq, 321). camarada es en efecto un relato que carece de cual
El mundo visible, desaparecido, interrumpido momen quier descripción ordenada, y donde los espacios (Tu-
táneamente, se hace presente en la voz del perro, y la rín, Roma, el mar, la ciudad, la cárcel) aparecen en
formulación, en su concisión, adquiere una fuerte car instantáneas, captados con una gran intensidad, pero
ga emocional y simbólica. siempre dentro de una secuencia de acontecimientos
Un poco más lejos, volvemos a encontrar un espec interiores y exteriores. Un último ejemplo, que nos
táculo familiar, el de las colinas, pero sometido a una aproxima bastante a lo que quizá sea un «estilo» de
mirada particular, única en tanto que aísla y convierte Pavese: «Lubrani bajó en un café para buscar a Carlet-
en presente: «Al día siguiente, estudié de nuevo la mu to. Estaba lleno de sol, de gente, de humo. Le pregunté
ralla de colinas que me esperaba. Eran blancas y rese a Linda que tomaba un café: —¿Dónde está el puerto?
cas por el viento y la estación, nítidas bajo el cielo. De Ella me dijo: —Junto al agua. Luego salimos a almor
nuevo, me pregunté si el terror había llegado hasta los zar y me di cuenta de que al fondo de una calle estaba
bosques, hasta allí arriba. Subí por el sendero, a com vacío; parecía el cielo visto detrás de la colina. Era
prar pan en el campo. Desde sus puertas, las gentes me aquello —un color ligero. “¿Tan bajo?”, pensé» (El ca
miraban, desconfiadas y curiosas. A algunos les dirigía marada, 152).
un gesto de saludo. Desde la placita de arriba, se veían Con una gran concisión, lo que aparece aquí es
otras colinas, como bancos de nubes rosas. Me detuve toda la suma de imágenes en que mar y colinas son aso
cerca de la iglesia, bajo el sol. En la luz y el silencio, ciados; y con ella el vacío y la ausencia, la decepción
tuve un fulgor de esperanza. Todo lo que sucedía me esencial que parece caracterizar todo encuentro y todo
pareció imposible. Un día, la vida se reanudaría, segura descubrimiento, antes que la rememoración haga que
e inmóvil como lo era en ese mismo instante. Lo había se aprecie su valor. La presentación de la imagen actúa
olvidado desde hacía demasiado tiempo. La sangre y el así: plenitud y ausencia, semejanza y desemejanza jun
saqueo no podían durar eternamente. Permanecí allí tas. Y sin duda no es fortuito que aparezca este tipo
durante un buen rato, con la espalda apoyada en la igle de quiasmo a lo largo de toda su obra. El primer poema
sia» (Coq, 323). del primer libro de poemas publicado por Pavese, «Los
Si comparásemos este pasaje con algunos otros, de mares del sur», tiene el mismo argumento que su últi
La luna y las fogatas o El diablo en las colinas por mo relato, La luna y las fogatas. En ambos casos, se
ejemplo, veríamos que la contemplación de la colina habla de un exiliado y de su regreso a los paisajes de
tiene cada vez un papel diferente. Se trata de un lugar su infancia. La tierra del exilio y el relato del exiliado
epifánico, en cierta manera, pero de una epifanía cuyo representan una distancia interior necesaria para que
sentido no es nunca definido de antemano y depende aparezcan con más intensidad las relaciones imagina
completamente de la conciencia del momento presente. rias complejas que nos unen al lugar natal. □
Que esta conciencia sea la de la reminiscencia (como Traducción de Eva Calatrava
en La luna y las fogatas), o la del deseo confuso (como
en El diablo en las colinas o incluso la de una espera
(de la espera de un retorno a la inmovilidad, a la que ABREVIATURAS UTILIZADAS EN EL TEXTO
aspira el narrador de «La casa de las colinas») lo que
importa, es que no se interponga ningún valor, ningún OV: El oficio de vivir, Seix Barral, 1992, traduc
simbolismo ajeno a la situación presente. ción de Ángel Crespo.
La presentación es por tanto lo que ocurre real LF: La lune et les feux, Gallimard, 1965, traduc
mente en un momento dado, independientemetne (o ción de Michel Arnaud.
casi) de lo que se repesente en ese momento. Es eviden DL: Diálogos con Leucó, Bruguera, 1980, traduc
te que para Pavese (como para otros) es un palabra y ción de Esther Benítez.
una situación mágicas —un estado fantástico más que
una noción concreta, un deseo más que una técnica. BE: Le bel été, Gallimard, 1955, traducción de Mi
Algo que en todo caso haría posible y fluida la dialécti chel Arnaud.
ca entre el detalle del fenómeno y el principio abstrac HV: El hermoso verano, Bruguera, 1980, traduc
to, entre la conciencia de un sujeto y la particularidad ción de Esther Benítez.
obstinada del objeto. Un ritmo, podríamos decir tam
bién, pero que habría que imaginar diferente en cada LP: La playa, Bruguera, 1980, traducción de Est
ocasión, una forma de relación entre las cosas más que her Benítez.
una entidad regular y mensurable. Coq: Avant que le coq chante, Gallimard, 1953,
A propósito de El camarada, Pavese hace una ob traducción de Niño Frank.
servación que ilustra un poco esto: «Releído, al azar, El camarada, Bruguera, 1980, traducción de Est
un trozo del Compagno. Efecto de tocar un hilo de her Benítez.
NOVEDADES
E L PRECIO LA DICTADURA,
LOS TRABAJADORES
D EL B IEN EST A R Y LA CIUDAD
Elmar Altvater EL M O VIM IE N TO OBRERO EN EL ÁREA
METROPOLITANA DE BARCELONA (1939-1988)
Sebastian Balfour
En un período relativamente breve de tiempo se En este libro se analiza la evolución del movimiento
ha pasado de la preocupación genérica por los obrero en España entre 1939 y 1988 a partir de la
problemas del medio ambiente al análisis de las experiencia de una de las mayores
interrelaciones globales entre las dimensiones de concentraciones industriales, el área metropolitana
la actividad económica humana y el equilibrio de Barcelona. Se presenta aquí una amplia
ecológico del planeta. En este libro se analizan en investigación sobre la vida y cultura de la clase
profundidad todos estos problemas, las causas y trabajadora, las relaciones laborales y la actividad
consecuencias de la sobrecarga de las bases política bajo la dictadura, integrándose en una
naturales de la vida y la actividad humana sobre el visión que se pretende global todos los aspectos
planeta. relevantes de la experiencia vital de los
trabajadores, desde la dimensión urbana hasta las
Colección Política y Sociedad 12 condiciones de trabajo, la actividad sindical y la
254 paginas. 2000 pts. conflictividad en los centros de producción.
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