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Archivos y bibliotecas Bibliotecas y pueblos originarios ‘por Edgardo Civallero'. Especialista en bibliotecas paro comunidades indigenas ‘Las bibiotecas son herramientas que los pueblos nativos pueden usar para comblar sus condiciones cuando sea deseable y paro mantener y reforzar sus recursos culturales. Las biblio- tecas tienen el potencial para dar poder a la gente. Jefe Harry Lafond, pueblo Cree del Lago Muskeg, Canad Pclén smb de fos eles Cpe, resend fs Wathingon en enro de 1843 Autor: Bey ‘ond! ago Supvor Ofte preseabd a) Wishndiue Jowsary 201649, beeded by Osheabawis 4M 6 Archivos y bibliotecas En 2007, la ONU aprobé e! texto final de la Dectaracién de los Derechos de los Pueblos Indigenas’, un documento vin- culante que equivale a una aplicacién particular de la Declara~ cién Universal de los Derechos Humanos orientado hacia las naciones originarias. Sometidas a siglos de avasallamiento, ex- polio, exclusin social, presiones cuiturales y discriminacin’, y enfrentadas a un sinntimero de problematicas en areas como salud, derechos civilesy territoriales, seguridad, trabajo y educa- cién, asi como al propésito de supresion de sus particularidades linguistics, culturales e identitaras, las sociedades originarias de todo el mundo encontraron en ese texto un apoyo legal & internacional a sus reclamos por un trato igualitario y por el reconocimiento de sus derechos. Varios articulos de la Dectaracién se ocupan de la cultura’, tno de los ejes mis importantes de los movimientos socio-po- litcos indigenas en todo el mundo. Los procesos de acultura- ‘iGn a los que estos pueblos se han visto expuestos han logrado, ‘que una parte significativa de su identidad, su conocimiento, sus ‘expresiones y pricticas tradicionales se perdiera, hecho que ‘amenaza tanto su propia supervivencia como sociedad como la intogridad de la diversidad cultural global. La riqueza lingUis- tica de estas poblaciones se ve amenazada, sobre todo, por la “secular tendencia unificadora de la mayoria de los Estados a reducir la diversidad y a favorecer actitudes adversas a la plu- ralidad cultural y el pluralismo lingtistico™. Al respecto, todas las predicciones indican que, durante el siglo XI, el 80% de los Idiomas del planeta pueden desaparecer ante el embate de las lenguas dominantes, hallindose las nativas de América Latina tentre las que corren mayor riesgo”. EI ndimero actual de individuos que se consideran indigenas fen el mundo se calcula entre 300 y 370 millones’, aunque la cifra €s estimativa, no existiendo datos fidedignos que la confirmen. Segin el FIDA (Fondo Internacional de Desarrollo Agricola), constituyen alrededor del 5% de la poblacién mundial, hablando mas de cuatro mil idiomas, e integrando unos cinco mil grupos diferentes que pueblan alrededor de setenta paises de los cinco 62 continentes (aunque aproximadamente el 70% viven en Asia)’ De acuerdo a la misma fuente, suman el 15% de las personas ‘mas pobres del planeta, y cerca de un tercio de los 900 millones dd habicantes rurales extremadamente pobres de! mundo. En este enmarafado y alarmante contexto étnico, socio ‘econémico, politico y cultural, las bibliotecas y los centros de documentacién estén llamados a desempefiar un importante papel en la recuperacién, conservaci6n, difusion y revitalizacién de conocimiento en (y entre) dos espacios. Por un lado, dentro del propio grupo indigena, trabajando con el patrimonio intangi- ble nativo. ¥ por el otro, favoreciendo la adquisicién de nuevo conocimiento estratégico externo a la sociedad aborigen y fa simulténea difusién de informacién sobre el grupo nativo en el seno de la sociedad no-indigena. La labor de la bibliotecologia y las ciencias de la informacion, en este sentido, adquiere una. omplejidad insospechada y un alto valor, si se examina la tarea desde una perspectiva social, La primera deviene del hecho de tratarse de poblaciones de usuarios con caracteristicas parti- culares y, en muchos aspectos, tinicas (por ejemplo, los rasgos culturales y sus canales, medios y formas de transmisin). El segundo es consecuencia del rol que la informacién (tanto in- terna como externa) puede jugar en el desarrollo, el bienestar y la solucion de problemas presentes en el seno de los pueblos Coriginarios, asi como en la consolidacién de sus identidades y en la elaboracion de proyectos a futuro. Si bien te6ricamente los servicios de la biblioteca —espe- cialmente como entidad piblica— han estado dirigidos a todos los sectores sociales", resulta evidente que en la préctica las ‘comunidades indigenas han sido excluidas por omisién hasta tiempos demasiado recientes. Revisando la literatura académica internacional disponible puede comprobarse que no fue hasta f- nales de la década de los 80 del siglo pasado cuando se comenzé 2 trabajar en el diseioy laimplementacién de actividades biblio- tecarias destinadas especificamente a satisfacer las necesidades informativas. educativas y recreativas de estos pueblos. CCualquier aproximacién a esta cuestién, tanto desde las Ciencias de la informacién"® como desde cualquier otra discipi- nna relacionada con la cultura, debe comenzar por un riguroso analisis de usuarios que obtenga, de boca de la propia sociedad indigena, datos sobre su realidad, sus problemas y sus necesida- ddes mis acuciantes. Sélo de esta forma se podrin disefiar, de la ‘mano de los destinatarios finales (desarrollo de base), posibles ‘caminos para responder a sus inquietudes de manera respon- sable y respetuosa. A partir de esa evaluacién inical, utiizando herramientas de investigacién social (por ejemplo, la investiga- cién-accién) y apoySndose en la teoria de las propias ciencias de la informacién, deben ponerse en marcha las acciones ade- Frog da un iio Sa, Montana, EEUU, al Collection of Western Amerana neha Rare Bock and Mans Ly vos y bibliotecas cuadas para generar propuestas bibliotecarias sostenibles, efi- ciontes y realistas dentro de los diferentes contextos sociales, ‘econémicos y politicos. Un primer paso es habilitar los espacios fisicos en los cuales las bibliotecas desarrollarén su actividad en la comunidad, Tales espacios deben ajustarse a las expectativas de comodidad y usa- bilidad de los destinatarios, y pueden asumir formas diversas, que a veces escapan a lo que se entiende por “Biblioteca” en los Ambitos més ortodoxos, sin por ello dejar de cumplir sus funciones con éxito. 63

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