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II

LOS PERSONAJES

Muchas de las perspectivas insertas en la narración se


expresan por medio de los personajes y, de forma más espe-
cífica, a través de sus palabras y de su destino. No sólo los
personajes sirven como portavoz del narrador, sino también
lo que se cuenta de ellos y lo que no, cuáles de sus caracte-
rísticas se resaltan y cuáles no, cuáles de sus conversaciones
y hechos se registran y cuáles no. Todo ello revela un sistema
de normas y valores dentro de la narración, con respecto al
cual resulta indiferente si los personajes son imaginarios o si
realmente existieron. Se toman decisiones una vez confronta-
das las diferentes alternativas. El resultado de tales decisiones
nos ofrece una indiscutible evidencia de la dimensión ética
de la narración.
También los personajes transmiten el significado y valo-
res de la narración al lector, ya que normalmente son foco de
interés. Las personas y las historias atraen la atención del lec-
tor mucho más que otros componentes de la narración
(explicaciones, situaciones, etc.). Generalmente provocan
una empatia emocional en el lector: sentimos lo que sienten,
nos alegramos de su alegría, lamentamos su pena y participa-
mos de su destino y experiencias. En ocasiones un personaje
nos resulta simpático; otras, antipático, pero nunca nos dejan
indiferentes. Queremos conocerlos, ver cómo actúan dentro
de su ambiente y entender sus motivos y aspiraciones.
Seguimos su lucha por conseguir sus deseos y nos fijamos
especialmente en lo que dicen, pues cuando hablan con otro
Personaje se están dirigiendo también a nosotros.
Cuando se trata de individuos que se piensa que han
ejíistido en el pasado, como los de la narrativa bíblica, se
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No se nos dice nada del aspecto de la gran mayoría de los per-


debe recalcar que sólo los conocemos tal y como nos son pre-
sonajes, aunque a veces se menciona brevemente su aparien-
sentados en la narración. No tenemos más puntos de referen-
cia externa. Cuando esto sucede, no obstante, se hace sólo en
cia. No sabemos absolutamente nada de la verdadera natura-
términos muy generales y sin detallar rasgos particulares.
leza de los personajes bíblicos, por lo que carecemos de
No se pretende, con los pocos detalles que se nos ofrecen
medios para juzgar con cuánta exactitud se nos han repre-
sobre la apariencia externa de los personajes, que seamos
sentado en la narrativa bíblica. Aunque podemos considerar
capaces de visualizarlos con claridad. El aspecto exterior de
si un personaje determinado es convincente como ser huma-
los personajes no nos indica nada de su personalidad, ya que
no, no podemos saber si representa adecuadamente una per-
no existe conexión entre apariencia y esencia (al contrario
sonalidad histórica determinada. No podemos afirmar, por
que en otras muchas obras literarias, donde el bueno es
ejemplo, si el modo en que el libro de Samuel y el comienzo
guapo y el malo, feo). En la narrativa bíblica, la información
del libro de los Reyes retratan a David es más o menos fide-
sobre el aspecto externo de alguien sólo sirve para hacer
digno, si refleja a David tal como era. Todo lo que podemos
avanzar la trama o para explicar su desarrollo.
decir es que su personaje, tal y como asoma en la narrativa de
Esaú es un hombre velludo, mientras que Jacob es suave
estos libros, no es uniforme. No obstante, dada la compleji-
y liso (Gn 27,1 1). Estas observaciones son importantes para
dad de su naturaleza heterogénea, es más convincente que la
la trama de la narración, ya que Jacob toma el lugar de Esaú
persona ideal retratada en Crónicas (donde se omite total-
para recibir la bendición en lugar de su hermano.
mente el embarazoso episodio de Betsabé y Drías),
No obstante, un personaje de una obra literaria no es más «Lía tenía ojos apagados, Raquel era guapa y de buen
tipo» (Gn 29,17). Esta información pretende explicar por
que el conjunto de los medios usados en su descripción.
qué Jacob ama a Raquel y no a Lía. Labán desea darle a Lía
Mientras que en la vida real un individuo existe tanto si
primero y, por lo tanto, engaña ajacob. El amor de Jacob por
alguien lo describe o no, en la literatura es el retrato el que
Raquel explica, a su vez, los sentimientos de éste hacia los
crea el personaje. hijos de ambos, José y Benjamín.
Vamos a presentar las principales técnicas usadas para
Saúl era un hombre alto, le sacaba la cabeza a cualquiera
forjar los personajes en la Biblia, pero antes nos vamos a dete-
de su pueblo (1 Sm 9,2; 10,23). Parece ser que esto causa la
ner en las formas, tanto directas como indirectas, de mode-
admiración de los suyos y su lealtad. Podemos encontrar una
larlos. Deferencia indirecta a la estatura de Saúl en las palabras de
Ulos a Samuel, cuando éste va a casa de Jesé, el de Belén,
para ungir rey a uno de sus hijos en lugar de Saúl. Cuando
1. CONSTRUCCIÓN DIRECTA DE LOS PERSONAJES
^amuel ve a Eliab, piensa que es el hombre destinado a ser
ey, pero Dios le dice: «No te fijes en las apariencias ni en su
1.1. Apariencia externa lena estatura. Lo he rechazado. Porque Dios no ve como

En la narrativa bíblica no se nos ofrece una descripción hombres, que ven la apariencia. El Señor ve el corazón»
precisa o detallada de la apariencia física de los personajes. 16,7). La alusión a Saúl es inconfundible, pues sólo
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como Absalón: de pies a cabeza no tenía un defecto» (2 Sm


unos versos antes Dios ha dicho sobre él «lo he rechazado»
14,25). Este texto exalta su belleza, diciendo explícitamente
(16,1). Se establece aquí, de forma más que explícita, que no
hay conexión alguna entre el aspecto externo de un persona- que era el hombre más guapo de Israel. En el siguiente versí-
je y sus cualidades internas. La ausencia de tal conexión culo se nos habla de su cabello, aunque el narrador cuenta
puede explicar por qué hay tan pocas referencias al aspecto más que describe. Nos narra qué solía hacer Absaíón con su
pelo: «Cuando se cortaba el pelo —acostumbraba hacerlo al
de los personajes en la Biblia.
De Betsabé se nos dice, sin dar ningún tipo de detalle, final de cada año, porque le pesaba mucho—, el pelo cortado
que es «muy hermosa» (2 Sm 11,2). De Tamar, la hija de pesaba más de dos kilos en la balanza del rey» (2 Sm 14,26).
David, se dice que es «hermosa» (2 Sm 13,1). En ambos Con esta información acerca de la belleza de Absalón y su
casos, se menciona la belleza de estas mujeres porque expli- cabello, se pretende tanto presentarlo como alguien favoreci-
ca el comportamiento licencioso de David y de Amnón, es do por el destino y admirado por todos («no había hombre
más guapo ni tan admirado»), como indicar su vanidad y
decir, tiene un papel preponderante en el desarrollo de los
amor propio. Esto último es fundamental, ya que desempeña
acontecimientos. un papel importante en el desarrollo de los acontecimientos
Se describe a Abisag la sunamita como «muy hermosa»
(1 Re 1,4). La descripción de su belleza sirve —al contrario que culminan en la revuelta contra su padre. Además, el
que los ejemplos de Betsabé y de Tamar— para enfatizar la abundante cabello de Absalón le lleva a la muerte al final.
Mefiboshet, el hijo de Saúl, es un tullido. Por eso ha sido
abstinencia sexual de David en su vejez: «Era muy hermosa;
atendía al rey y lo cuidaba, pero el rey no se unió a ella». Esto incapaz de seguir a David cuando huye de Absalón (2 Sm
apunta a que David era débil e incapaz. Este retrato de un rey 19,26). En el versículo 25 leemos: «No se había lavado los
viejo y debilitado se confirma, a través de detalles adiciona- pies, ni arreglado la barba, ni lavado la ropa desde que tuvo
les, en la narración del intento de Adonías de apoderarse del que irse el rey hasta el día en que volvía victorioso». Por su
gobierno antes de la muerte de David. La edad avanzada de apariencia externa nos percatamos de cómo Mefiboshet se
David(l Re 1,1.15) limita su capacidady voluntad de actuar, lamentó de la huida de David: por lo que hizo o, mejor dicho,
y esto es bueno para el plan de Adonías de proclamarse rey. por lo que no hizo.
La debilidad del rey no sólo hace más urgente la cuestión de Sin embargo, hay también excepciones. A David se le
la sucesión, sino también permite a Adonías pensar que el describe como «de buen color, de hermosos ojos y buen
cansancio y abandono del rey le impedirán reaccionar con tipo» (1 Sm 16,12). Estos detalles no desempeñan ningún
vigor ante la usurpación del trono. Mientras Adonías basa Papel definido en el desarrollo de los acontecimientos con él
sus planes en la debilidad y el agotamiento de su padre, el relacionados. Hemos de recordar, no obstante, que el pasaje
n° se refiere a un personaje bíblico cualquiera, sino a la per-
profeta Natán pone enjuego todos sus recursos para someter
sona que un día fue considerada el rey ideal. Es natural que
la apatía del viejo rey, forzarle a tomar una decisión y que
^e él se den detalles que se ocultan de otros personajes. Su
nombre a Salomón como sucesor.
e üeza externa puede haber sido una de las razones de su
La belleza de Absalón se describe con relativo detalle:
«No había en todo Israel hombre más guapo ni tan admirado P°pularidad entre la gente, aunque no la principal. Es nota-
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ble que Goliat desdeñó a David sólo porque era «un mucha- percha de un tejedor y su hierro pesaba seis kilos» (1 Sm
17,5-7). Es obvio que la descripción de la pesada y aterrado-
cho de buen color y guapo» (17,42).
En algunos casos, se menciona la expresión del rostro de ra armadura de Goliat no es un fin en sí mismo, sino un medio
los personajes porque refleja sus emociones. Después de que de enfatizar la sorprendente victoria de David, quien llega a la
Ana escucha las palabras de aliento de Eli, «no parecía la de batalla desarmado, en nombre del Señor de los ejércitos, el
antes» (1 Sm 1,18). Jonadab le pregunta a Amnón, a quien Dios de las huestes de Israel. «Entonces David dijo al filisteo:
tortura la pasión por Tamar: «¿Qué te pasa, príncipe, que "Tú vienes hacia mí armado de espada, lanza y jabalina; yo
estás más mustio cada mañana?» {2 Sm 13,4). El rey de voy hacia ti en nombre del Señor de los ejércitos, Dios de las
Persia pregunta a Nehemías, quien ha escuchado malas noti- huestes de Israel, a las que has desafiado"» (17,45). Para
cias sobre los apuros de los suyos en Judá: «¿Qué te pasa que subrayar este concepto de victoria con la ayuda de Dios y no
tienes mala cara? Tú no estás enfermo, sino triste» (Neh 2,2). por la armadura, se nos narra que David ha intentado llevar la
Tal y como sucede con la apariencia física, la indumenta- cota de malla de Saúl, su casco de bronce y la espada, pero
ria que llevan los personajes nunca se describe con detalle. que ha terminado quitándoselos (w. 38-39).
En algunos casos aislados se menciona un elemento u otro A menudo aparece en la Biblia el rasgarse las vestiduras
del vestido, pero sólo para hacer avanzar la trama o para indi- como símbolo de luto y desconsuelo. Valgan como ejemplo:
car el estado emocional del individuo. Casi siempre que la «Al tercer día de la muerte de Saúl, llegó uno del ejército con
ropa se menciona, se nos dice qué se hace con ella. la ropa hecha jirones y polvo en la cabeza» (2 Sm 1,3);
Leemos esto acerca de Tamar, la nuera de Judá: «Se quitó «Entonces David agarró sus vestiduras y las rasgó, y sus
el traje de viuda, se cubrió con un velo, disfrazándose» (Gn acompañantes hicieron lo mismo» (v. 11).
38,14). El motivo para cambiarse de traje está claro: Tamar Leemos sobre Tamar, la hija de David: «Ella llevaba una
no quiere que Judá la reconozca, más aún, quiere que piense túnica con mangas, porque así vestían las hijas vírgenes del
que es una prostituta. También se habla de ropa de luto cuan- rey,.. Se puso Tamar ceniza en la cabeza y la túnica de man-
do Joab se dirige a la mujer sabia de Tecua: «Haz como que gas que llevaba, la rasgó; se llevó las manos a la cabeza y cami-
estás de luto, ponte ropa de luto y no te perfumes» (2 Sm nó, y caminando gritaba» (2 Sm 13, 18-19). En este caso, el
14,2). Tanto para Tamar como para la mujer de Tecua, el rasgarse las vestiduras significa algo más que pena y descon-
traje es muy importante para la representación de su papel. suelo. La larga túnica de Tamar tiene un valor simbólico,
Lo mismo puede decirse de los de Gabaón, que «se pusieron pues indica —como señala el narrador de forma explícita—
sandalias viejas y remendadas, y se echaron encima unos que Tamar es virgen e hija del rey, alguien de rango elevado.
El desgarrar la túnica simboliza el cambio drástico que ha
mantos viejos» (Jos 9,5).
La indumentaria de Goliat el filisteo se describe con tenido lugar en su situación: ya no es virgen, y ha sido expul-
sada por Amnón y su sirviente, en claro contraste con el com-
mucho más detalle de lo normal en la Biblia: «Llevaba un
casco de bronce en la cabeza, una cota de malla de bronce que portamiento que se esperaría hacia la hija de un rey.
pesaba medio quintal, grebas de bronce en las piernas y una Cuando Elias echa su manto sobre Elíseo (1 Re 19,19)
actúa de forma simbólica. Elíseo abandona su trabajo inme-
jabalina de bronce a la espalda; el asta de su lanza era como la
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ejemplos de caracterización directa por parte del narrador en


diatamente, corre tras Elias y le sirve. Cuando Elias sube al
cielo, Eliseo toma el manto que se le ha caído y golpea el agua la narrativa bíblica. Cuando el narrador señala un rasgo de la
del Jordán con él, como Elias había hecho: «Golpeó el agua, personalidad de uno de los personajes, es porque éste revis-
el agua se dividió por medio y Eliseo cruzó. Al verlo los her- te capital importancia para el desarrollo de la trama. Más aún,
manos profetas que estaban enfrente, comentaron: "¡Se ha la cualidad apuntada mediante caracterización directa casi
siempre emerge también indirectamente, sea a través de las
posado sobre Eliseo el espíritu de Elias!"» (2 Re 2,15). Es
decir, el espíritu de Elias se transfiere simbólicamente por acciones del personaje en cuestión, sea por su discurso, sea a
medio del manto, tanto en el primer encuentro entre los dos través de ambos.
Leemos acerca de Noé: «Noé fiíe en su época un hombre
profetas como en su despedida.
Terminamos con otro ejemplo. Se dice de Mardoqueo: recto y honrado y procedía de acuerdo con Dios» (Gn 6,9).
«Mardoqueo salió de la presencia del rey con vestiduras Los hombres de Sodoma son caracterizados como «malva-
regias de color violeta y blanco, una gran corona de oro y un dos» y se dice que «pecaban gravemente contra el Señor» (Gn
manto de lino color púrpura» (Est 8,15). La indumentaria 13,13). Los hijos de Eli son descritos de la siguiente manera:
aquí descrita con detalle expresa el nivel alcanzado por «Los hijos de Eli eran unos desalmados: no respetaban al
Mardoqueo y simboliza su victoria sobre Aman, su enemigo Señor ni las obligaciones de los sacerdotes con la gente» (1
(que anteriormente fue obligado a ataviarle con vestiduras Sm 2,12). A Sebá, hijo de Bien, se le describe también como
«un desalmado» (2 Sm 20,1). A Nabal se le presenta como
regias para honrarle). «áspero y de malos modales» (1 Sm 25,3). De Abdías se dice
que «era muy religioso» (1 Re 18,3) y de Job, que «erajusto y
1.2. Personalidad honrado, religioso y apartado del mal» (Job 1,1),
Hay dos clases de afirmaciones sobre la personalidad de Además de estas caracterizaciones, que se refieren a
un individuo: la que se hace sobre los rasgos de su carácter y aspectos morales de los personajes en cuestión, hay tam-
la que se hace sobre su estado mental. La primera es la que se bién descripciones de rasgos mentales y otras facetas de la
conoce como caracterización directa (en el sentido estricto y personalidad.
El narrador nos dice que la serpiente del jardín del Edén
preciso del término). era «el animal más astuto de cuantos el Señor Dios había cre-
Una caracterización directa a menudo implica un ele-
mento de juicio. El que una persona sea descrita como justa, ado» (Gn 3,1). Jonadab, hijo de Sama, el amigo de Amnón,
malvada, sabia o necia constituye a la vez caracterización y aparece descrito como «muy sabio» (2 Sm 13,3), mientras
juicio de valor. En consecuencia, una caracterización directa que a las mujeres de Tecua (2 Sm 14,2) y de Abel de Beth
—sobre todo cuando se refiere a la personalidad entera del Maacá (20,16) se las llama «sagaces». A Esaú se le retrata
como «un experto cazador, hombre rústico», mientras que a
individuo— puede cumplir la función de evaluarla (entre
Jacob se le considera «un hombre honrado que mora en la
otras funciones). ü enda» (Gn 25,27). El narrador nos dice que el Moisés adul-
La caracterización directa puede ser expresada tanto por
0 era «el hombre más sufrido del mundo» (Nm 12,3). Saúl
el narrador como por uno de los personajes. No hay muchos
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es descrito como «un mozo bien plantado». Se nos dice que Uno de los cortesanos de Saúl dice: «Yo conozco a un hijo
«era el israelita más alto: sobresalía por encima de todos, de de Jesé, el de Belén, que sabe tocar y es un muchacho muy
los hombros arriba» (1 Sm 9,2). valioso, buen guerrero, habla muy bien, es de buena presencia
Entre los ejemplos de caracterización directa hecha por los y el Señor está con él» (1 Sm 16,18). En este caso, podría pen-
protagonistas, debe prestarse especial atención a la hecha por sarse que la larga descripción que hace el cortesano se adecúa
Dios. Una caracterización por parte de Dios tiene validez abso- a la opinión del autor. Todas las cualidades aquí mencionadas
luta, más todavía quizá que si la hiciera el propio narrador. aparecen en las historias de David. Jusay cita algunas como
Dios dice a Noé: «pues tú eres el único hombre honrado características de David de sobra conocidas (2 Sm 17,8.10).
que he encontrado en toda tu generación» (Gn 7,1). El ángel No obstante, lo que Jusay pretende es atemorizar a Absalón
del Señor le dice a Abraham: «ya he comprobado que respe- con la descripción de su padre, para que así rechace el conse-
tas a Dios» (Gn 22,12). Dios dice a Salomón: «te daré lo que jo de Ajitófel. Pese a ello, no hay razón para pensar que Jusay
has pedido: una mente sabia y prudente, como no la hubo no se crea lo que está diciendo sobre David, como no hay moti-
antes de ti ni la habrá después de ti» (1 Re 3,12). Dios le dice vo para suponer que el autor no esté de acuerdo con Jusay.
a Satanás: «¿Te has fijado en mi siervo Job? En la tierra no Saúl le dice a David: «Tú eres más justo que yo» (1 Sm
hay otro como él: es un hombre justo y honrado, religioso y 24,18). No hay duda de que Saúl cree firmemente en sus
apartado del mal» (Job 1,8). palabras. Por el contexto es evidente que el autor lo respalda.
Cuando las caracterizaciones se ponen en boca de seres Varios personajes hacen caracterización de otros en la
humanos, surge la pregunta de si reflejan el punto de vista narrativa de Abigail (1 Sm 25). Uno de los siervos de Nabal
«objetivo» del autor o tan sólo el subjetivo del personaje en dice de David y los suyos que «se portaron muy bien con
cuestión. El autor puede retratar cualquier personaje haciendo nosotros» (v. 15), mientras que del propio Nabal afirma que
hablar a otro del primero. Esto no significa, sin embargo, que «es un malvado» (v. 17). La propia Abigail dice a David de su
siempre que un personaje hable de otro esté reflejando la opi- marido: «No tomes en serio, señor, a Nabal, ese malvado,
nión del autor. No siempre es fácil decidir si el autor se identi- porque es como dice su nombre: se llama "Infame" y la infa-
fica o no con lo que dice un personaje cuando describe a otro. mia va con él» (v. 25). El autor considera, sin duda, ciertas las
Hay otra dificultad adicional al respecto. En ocasiones, palabras de Abigail y el siervo sobre Nabal, aunque estén des-
cuando parece que un personaje está caracterizando a otro, tinadas a persuadir a David para que no lo mate.
no lo está haciendo en absoluto. Al referirse a otra persona, Podemos dar por cierto lo que dice David de los hijos de
el hablante no siempre está describiendo rasgos reales de la Seruyá: «Yo he sido hoy blando, aunque ungido como rey,
misma, sino simplemente dejando entrever su propio estado mientras que esa gente, los hijos de Seruyá, han sido más
mental, sus emociones o su opinión. A veces, el hablante duros que yo. Que el Señor pague al malhechor su mereci-
pretende conseguir un fin por medio de esas «caracteriza- do» (2 Sm 3,39). También podemos aceptar lo que dice de
ciones», lo que revela más acerca del hablante mismo que Ishboshet, el hijo de Saúl, y sus hombres: «con cuánta más
del personaje descrito. Los siguientes ejemplos ilustrarán razón cuando unos malvados han asesinado a un inocente en
su casa, en su cama» (2 Sm 4,11).
este hecho.
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Tamar le dice a Amnón: «Y tú, quedarás como uno de los (1 Re 1,42). Aunque tanto Ajimás como Jonatán ya han
infames de Israel» (2 Sm 13,13). Aunque al hablar así lo que demostrado ser buenas personas en el pasado (al eludir sus
pretende es que Amnón no abuse de ella, no hay duda de que perseguidores y llevar importante información a David desde
el narrador expresa por boca de Tamar su opinión sobre Jerusalén al desierto), la intención del narrador no es carac-
Amnón, que es la del lector mismo. Tamar es la portavoz del terizar a los mensajeros, quienes desempeñan un papel
autor en su condena de Amnón. El juicio que Tamar hace de secundario en la narración. Lo que se refleja en ambos casos
Amnón depende de que él cumpla su amenaza. Tal juicio se es que el hablante está deseoso de oír buenas noticias. Al
ratifica cuando él la cumple e intimida a su hermana. hacerles decir esto, el autor crea un agudo e irónico contras-
David le dice a Salomón: «eres inteligente» (1 Re 2,9). La te entre las expectativas (de David y Adonías) y el contenido
reina de Saba le dice a su vez: «¡Es verdad lo que me conta- real de la información, que es desastroso para quien la espe-
ron en mi país de ti y tu sabiduría! Yo no quería creerlo, pero ra: la muerte de Absalón (para David) y la coronación de
ahora que he venido y lo veo con mis propios ojos, resulta Salomón (para Adonías).
que no me habían dicho ni la mitad. En sabiduría y riquezas Un tipo especial de «caracterización» —o más bien pseu-
superas todo lo que yo había oído» (1 Re 10,6-7). Estas des- do-caracterización— hecha por un individuo es la que se
cripciones de la sabiduría de Salomón concuerdan claramen- expresa por medio de un símil o una metáfora. Su finalidad
te con la opinión del narrador, las palabras de Dios y los no es describir, sino expresar una disposición particular. La
hechos de Salomón, que revelan su sagacidad. metáfora y el símil, a menudo, no sólo sirven para aclarar un
No se refleja la opinión del autor cuando Semeí, hijo de asunto al compararlo con algo (en el símil la comparación es
Güera, llama a David «asesino, canalla» (2 Sm 16,7). Al con- evidente, mientras que en la metáfora está encubierta), sino
trario, al definir las palabras de Semeí como una maldición, también para expresar o despertar una postura emocional
el narrador sugiere que no deben verse como un dictamen frente al asunto entre manos. Las emociones que despierta un
imparcial (el narrador no dice «así dijo Semeí», sino «así dijo lado de la comparación se trasladan al otro. En consecuencia,
Semeí, maldiciendo»). Semeí, que pertenece a la familia de se llena esta segunda esfera con las emociones asociadas a la
Saúl, expresa su resentimiento y su rabia contra David por primera.
suplantar la antigua casa real. Esto indica cuan complicada Abisay, hijo de Seruyá, llama a Semeí, el hijo de Güera,
era la situación de David cuando huía de Absalón, pues no «ese perro muerto» (2 Sm 16,9). Esta metáfora sirve, simple-
sólo los de Absalón se oponían a su mandato, sino también mente, para expresar desprecio y escarnio. Refleja la postura
otros grupos, todavía leales a la casa de Saúl. En claro con- emocional del hablante y su intento de despertar los mismos
traste con estas palabras de odio salidas de la boca de Semeí, sentimientos en David, para que así permita a Abisay ejecu-
algunos episodios de los libros de Samuel revelan que David tar a Semeí.
trató con justicia y equidad a Saúl y sus descendientes. David usa la misma metáfora, en conjunción con otra,
David dice de Ajimás que «es buena persona y viene con para referirse a sí mismo. Cuando Saúl le está persiguiendo,
buenas noticias» (2 Sm 18,27). Adonías dice a Jonatán: David exclama: «¿Tras de quién ha salido el rey de Israel? ¿A
«Entra, que tú eres buena persona y traerás buenas noticias» quién vas persiguiendo? ¡A un perro muerto, a una pulga!» (1
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Sm 24,15). Su objetivo es indicar su insignificancia y disua- El halago de Aquís es menos evidente, pero ahí está.
dir a Saúl de perseguirle. Quiere aplacar a David por la exigencia de los generales filis-
A David se le «caracteriza» cuatro veces con la expresión teos de que no salga al combate y se vuelva por donde ha
«como un enviado de Dios» (este símil no se emplea con venido. Los generales filisteos, en guerra contra Saúl, temen
nadie más en la Biblia). Aquís, el rey de Gat, le dice: «ya sabes que David se vuelva contra ellos en plena batalla. Por ello
que te estimo como a un enviado de Dios; pero es que los insiste Aquís en que son los filisteos los que desconfían de
generales filisteos han dicho que no salgas con ellos al com- David, mientras que él, Aquís, sabe de sobra que David es tan
bate» (1 Sm 29,9). La mujer sabia de Tecua usa dos veces honrado y recto como un enviado de Dios. Con otras pala-
este símil al dirigirse a David: «porque el rey es como un bras, intenta que David no se ofenda por no serle permitido
enviado de Dios, que sabe distinguir el bien del mal» {2 Sm participar en la batalla y quiere disuadirle de dejar de estar a
14,17); «pero mi señor posee la sabiduría de un enviado de su servicio.
Dios y conoce todo lo que pasa en la tierra» (2 Sm 14,20). Que este símil sea tan exagerado se justifica por la adula-
Mefiboshet le dice a David: «vuestra majestad es como un ción que se pretende. No es baladí comparar a alguien con un
enviado de Dios; haz, pues, lo que te parezca bien» (2 Sm enviado de Dios. No tiene ninguna base real, ya que hay un
19,27). gran abismo entre la humanidad y esas criaturas divinas lla-
En las cuatro ocasiones en que se compara a David con madas ángeles. Cada uno pertenece a una esfera muy dife-
«un enviado de Dios», hay un elemento en común: el hablan- rente. El uso de este símil, no obstante, es comprensible si su
te quiere adular a David. El carácter lisonjero de este símil es finalidad es ganarse al oyente.
especialmente evidente en el caso de Mefiboshet. Si hasta en Con todo, es obvio que este símil no nos enseña nada
los mejores tiempos Mefiboshet ha dependido de la miseri- sobre la naturaleza del rey o sobre cualidades que le eran atri-
cordia del rey, qué no será ahora que Sibá le ha acusado de buidas como ciertas. Como las metáforas, los símiles muestran
desleal y el rey le cree. Su situación es precaria en extremo, más sobre quien los usa que sobre aquello que se compara.
su vida pende de un hilo y todo lo que puede hacer es alabar Dejando aparte las cualidades —más o menos constan-
al rey y ensalzarlo, recordarle que antes ha sido clemente con tes— de los personajes, la información sobre sus estados de
él y esperar que esta vez también le perdone. ánimo {pasajeros por definición) sirve para crear la persona-
El elemento adulatorio es también obvio en las palabras lidad de los individuos que concurren en la trama. El narra-
de la mujer de Tecua. Esta usa dos veces el símil porque dor, otros personajes y el propio individuo pueden darnos
busca dos fines. En primer lugar, pretende influir al rey para información directa sobre el estado de ánimo del personaje
que permita que Absalón regrese, tal y como ella desea (o en cuestión.
mejor dicho, como desea Joab, cuyas órdenes obedece). En En el capítulo precedente, hemos visto ejemplos en los
segundo lugar, quiere desviar la ira del rey contra Joab y con- que el narrador daba indicaciones sobre el estado de ánimo
tra ella por engañarle. La mujer cree que conseguirá ambos de los personajes. Afirmaciones como «David se enfadó» (2
fines con adularle un poco y que, así, se ganará la buena 5r*i 6,8), «David se puso furioso contra aquel hombre» (2 Sm
voluntad del rey y éste le concederá su petición. *>5) y «David se enfureció» (2 Sm 13,21) contribuyen enor-
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memente a dar forma a la personalidad de David, aunque se pero no es capaz de ir más allá de una interpretación (subje-
refieran a emociones transitorias. Al ensamblar fragmentos tiva) de éstos. El personaje que hace una interpretación nor-
de información sobre los sentimientos de alguien, se puede malmente expresa sus conclusiones finales sin contar qué le
hacer un esbozo de su carácter o, al menos, de aspectos ha conducido a ellas, aunque a veces el narrador nos trans-
importantes de su carácter. Con más razón, si los fragmentos mite esa información. Es decir, pone en manos del lector la
se refieren al mismo tipo de estado de ánimo, como sucede herramienta para comprobarlas. Lo que Joab le dice a David
con los ejemplos citados sobre David. Si las piezas informa- en el momento más amargo —cuando el rey se siente sobre-
ción versan sobre estados de ánimo diferentes, podemos dis- pasado por la muerte de su hijo Absalón— tiene todo el
cernir aspectos variables del carácter del individuo. Por ejem- aspecto de ser una interpretación personal y es difícil de
plo, cuando se habla de los estados de ánimo de David, se aceptar como suena: «...queriendo a los que te odian y
aporta información que refleja aspectos adicionales de su odiando a los que te quieren. Hoy has dejado en claro que
para ti no existen generales ni soldados. Hoy caigo en la
personalidad:
cuenta de que aunque hubiéramos muerto todos nosotros,
« ...aunque más tarde le remordió la conciencia por con que Absalón estuviera vivo, te parecería bien» (2 Sm
haberle cortado a Saúl el borde del manto» (1 Sm 24,5). 19,7). Aunque haya algo de verdad en la queja de Joab
«David se entristeció mucho ... pero se confortó en el —David amaba a su hijo y enemigo, Absalón, mientras que
Señor, su Dios» (1 Sm 30,6).
menospreciaba a su adjunto y siervo fiel, Joab—, no hay nin-
«Aquel día David temió al Señor» (2 Sm 6,9). guna duda de que es exagerada y no refleja la situación como
«.. .y lloró la muerte de su hijo todo aquel tiempo» (2 Sm era en realidad. Joab habló de esa forma tan punzante para
sacar a David de la depresión causada por la muerte de su
13,37).
«Y el rey David añoraba a Absalón, pues se había consola- hijo, ya que temía que su debilidad terminara minando los
do por la muerte de Amnón» (2 Sm 13,39). fundamentos de su reinado, que de por sí eran ya bastante
«El rey se compadeció de Mefiboshet, hijo de Jonatán» (2 inciertos. Sin embargo, también es posible que las palabras
Sm21,7).
de Joab reflejen su verdadera opinión del rey, aunque se
exprese en términos tan chocantes.
La importancia de esta información para el modelado del El discurso de Joab es un intento evidente de invertir la
personaje está en que penetra en su corazón, revelándonos situación, obvio tanto en su forma como en su contenido. Las
oraciones «queriendo a los que te odian y odiando a los que
sus sentimientos.
Es a veces uno de los protagonistas el que nos revela el te quieren» reflejan la intención de trastocar las cosas. No en
estado interno de otro personaje. Hay una gran diferencia, no vano se usa una construcción de opuestos, (queriendo-
obstante, ya que al revés que el narrador omnisciente, el otro odiando, a los que te odian-a los que te quieren), intensifica-
personaje no puede estar absolutamente seguro de los senti- do por la identidad de la estructura gramatical y sintáctica.
mientos de los demás. Puede sacar conclusiones a partir de Además de la estructura opuesta de las dos oraciones, hay
una oposición interna en cada una, entre predicado y objeto
signos externos tales como el habla o el comportamiento,
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ARTE DE LA NARRATIVA EN LA BIBLIA
76

(entre «queriendo» y «a los que te odian», entre «odiando» y En algunos casos, no obstante, las aseveraciones que los
«a los que te quieren»). Joab pretende decir que la reacción personajes hacen sobre el estado emocional de otros no son
emocional de David es diametralmente opuesta a los senti- ni tendenciosas ni subjetivas.
«¿Por qué te afliges?» (1 Sm 1,8) pregunta Elcaná a su
mientos que debería tener.
La exageración de Joab se hace patente también en sus mujer, Ana. Esta pregunta proporciona una evidencia feha-
generalizaciones. Usa el plural («a los que te odian», «a los que ciente del estado de ánimo de Ana. Lo mismo se puede apli-
te quieren») y una forma impersonal del verbo («queriendo», car a lo que Jezabel pregunta a su marido («¿por qué estás de
«odiando») en lugar del verbo conjugado (que se centra en el mal humor?» [1 Re 21,5]) y a lo que pregunta Dios ajonás:
caso concreto, en un tiempo y lugar, mientras que el infinitivo «¿Y vale irritarse?» (Jon 4,4).
Alguien le dice a Salomón: «Adonías te tiene miedo» (1
o nombre verbal es más general e indeterminado).
Que David quiere a los que le odian y odia a los que le Re 1,51). El profeta Eliseo dice a Guejazí sobre la sunamita:
quieren es, sin duda, una generalización injusta. Tampoco es «Déjala, que está apenada» (2 Re 4,27), Todas estas afirma-
exacto que Joab piense que la pena de David por su hijo le ciones encuentran apoyo en el contexto.
lleve a que sus soldados y generales no le importen en abso- Además de los citados ejemplos sobre las emociones y
luto. Y el pensamiento de Joab de que «aunque hubiéramos estados de ánimo de los personajes, hay otros relacionados
muerto todos nosotros, con que Absalón estuviera vivo, te con su conocimiento e intenciones.
parecería bien» (que es lo que ha deducido del comporta- Jonatán, el hijo de Saúl, le dice a David: «No temas, no te
miento de David) sólo es parcialmente correcto. Es cierto alcanzará la mano de mi padre, Saúl. Tú serás rey de Israel y
que David estaría contento si Absalón viviera, pero es falso yo seré el segundo. Hasta mi padre, Saúl, lo sabe» (1 Sm
aseverar que estaría contento si todos sus soldados y genera- 23,17). Natán le dice a Betsabé: «¿No has oído que Adonías,
hijo de Jaguit, se ha proclamado rey sin que lo sepa David,
les hubieran muerto.
La interpretación de Joab comprende medias verdades, nuestro señor?» (1 Re 1,11). Salomón le dice a Benayas:
pues se basa sólo en parte en los sentimientos de David y «¡Que el Señor haga recaer su sangre sobre su cabeza por
muestra considerablemente los propios sentimientos de haber matado a dos hombres más honrados y mejores que él,
Joab. Refleja, en el tono agresivo y en las acusaciones que asesinándolos sin que lo supiera mi padre!» (1 Re 2,32).
hace a David, sus sentimientos de culpa —o al menos de Que un personaje sepa algo o no es tan importante para
malestar— por haber desobedecido las órdenes de no hacer la caracterización como para el desarrollo de la trama. En el
daño a Absalón. Sus palabras traslucen resentimiento por- último ejemplo, el desconocimiento de David le absuelve de
que David no le aprecie a pesar de su devoción y de los toda culpa en el asesinato de los dos generales del ejército, a
muchos servicios que le ha prestado. Cuando habla de «los la par que convierte a Joab en máximo responsable del
que te quieren» y de los «generales y soldados» está pensan- mismo (caracterización de Joab), lo que motiva su muerte
do en sí mismo. Su discurso, en consecuencia, es más un bajo órdenes de Salomón (trama).
reflejo de sus propios sentimientos que una ajustada repre- Cuando un personaje se da cuenta de las intenciones de
°tro, la interpretación del primero puede resultar correcta o
sentación de David.
ARTE DE LA NARRATIVA EN LA BIBLIA
LOS PERSONAJES 79
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13,4). Joñas responde la pregunta de Dios de la siguiente


completamente errónea. Por ejemplo, el rey de Jericó recibe
manera: «¡Vaya si vale enfadarse! Y mortalmente» (Jon 4,9).
un informe donde se señala que dos hombres han llegado
Otras veces, los personajes se refieren a sus conocimientos.
para explorar todo el país (Jos 2,2). Los príncipes amonitas
Caín le contesta así a Dios su pregunta sobre Abel: «No sé.
le comunican sus conclusiones a Janún, su señor: «¿Crees
¿Soy yo el guardián de mi hermano?» (Gn 4,9). Cuando David
que David te da el pésame para mostrarte su estima por tu
pregunta si el joven Absalón está bien, Ajimás responde:
padre? ¿No será para examinar la ciudad, explorarla y des-
«Cuando tu siervo Joab me envió, yo vi un gran barullo, pero no
pués destruirla?» (2 Sm 10,3). sé lo que era» (2 Sm 18,29). Joñas anuncia a los marineros:
En el primer ejemplo, el informe sobre las intenciones de
«pues sé que por mi culpa os sobrevino esta furiosa tormenta»
aquéllos que entraron en el país dilucida correctamente las
(Jon 1,12).
órdenes dadas por Josué: «Id a ver el país, especialmente
Como ya hemos visto, lo que dicen los personajes sobre
Jericó» (Jos 2,1). En el segundo, no obstante, la interpreta-
sí mismos no siempre es digno de crédito. Las afirmaciones
ción de los príncipes amonitas no se corresponde con los
de Caín y Ajimás de que no saben nada son claramente eva-
propósitos de David, como él mismo testifica: «Voy a devol-
sivas. Por muchas razones no quieren contestar la pregunta,
verle a Janún, hijo de Najas, los favores que me hizo su
aunque conocen la respuesta a la perfección. En otros casos,
padre» (2 Sm 10,2). El percibir las intenciones de los otros
sin embargo, podemos dar credibilidad al testimonio de los
puede contribuir a dar forma a los personajes, pero no es
propios personajes.
menos importante para el desarrollo de la trama. En el último
Una técnica diferente de presentar el mundo interior de
ejemplo, una interpretación desafortunada desemboca en la
los personajes es ofrecernos directamente sus pensamientos,
cólera primero de Janún y, luego, de David. La consecuencia
cálculos e intenciones. El narrador suele introducir los pen-
última es una amarga guerra entre Israel y los amonitas.
samientos de los personajes con el verbo «dijo» y a veces con
De gran interés es el testimonio de un personaje sobre sus
la expresión «dijo en su corazón». Esto se debe a que en la
propias emociones y cogniciones. En efecto, el individuo sólo
antigüedad el pensamiento se veía como un discurso interno
puede captar su mundo interior mediante la introspección.
y silencioso. Aunque la presentación de los pensamientos no
Aunque es posible que un individuo se equivoque sobre sí
alcanza en la Biblia las dimensiones de un monólogo interior,
mismo o que, incluso, distorsione la realidad deliberadamente,
en ocasiones ocupa un espacio considerable. Cierto es que
debe concederse a una evidencia de este tipo la credibilidad
no se nos ofrece ninguna discusión o dialéctica interna, pero
que merece, ya que siempre revelará algo sobre cómo alguien
se llega a tener la impresión de que el personaje en cuestión
se ve a sí mismo o sobre cómo pretende que otros lo vean.
trata de convencerse a sí mismo de que el camino emprendi-
A veces los personajes hablan de sus propias emociones.
do, en contraposición con otro, es el correcto:
Jacob le dice a Labán: «Tenía miedo pensando que me ibas a
arrebatar a tus hijas» (Gn 31,31). Ana le explica a Eli: «si he
«Y Dios dijo en su corazón: no volveré a maldecir la tierra
estado hablando hasta ahora, ha sido de pura congoja y aflic-
a causa del hombre. Sí, el corazón del hombre se pervier-
ción» (1 Sm 1,16). Arnnón dice de sí mismo: «de Tamar, la
te desde la juventud, pero no volveré a matar a los vivien-
hermana de mi hermano Absalón; estoy enamorado» (2 Sm
ARTE DE LA NARRATIVA EN LA BIBLIA
LOS PERSONAJES 81
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es de ayuda, la información directa no constituye nunca un


tes como acabo de hacerlo» (Gn 8,21).
«Abrahán cayó rostro sobre tierra, riendo, y dijo en su relato continuado de los procesos internos. Por el contrario,
corazón: "¿Un centenario va a tener un hijo y Sara va a dar enfoca aspectos determinados de la vida interior de los indi-
viduos. Sin duda, contribuye a dar forma a los personajes,
a luz a los noventa?"» (Gn 17,17).
«El Señor dijo: "¿Puedo ocultarle a Abrahán lo que voy a pero es menos eficaz a este respecto que aquellos rasgos de
la narrativa que iluminan de forma indirecta la naturaleza de
hacer?"» (Gn 18,17).
«Dijo Saúl a David: "Mira, te doy por esposa a Merab, mi los personajes.
hija mayor, a condición de que te portes como un valiente
y pelees las batallas de Dios". Y dijo Saúl: "no sea yo
quien lo mate, sino los filisteos"» (1 Sm 18,17). 2. CONSTRUCCIÓN INDIRECTA DE LOS PERSONAJES
«David, por su parte, había dicho: "He perdido el tiempo
guardando todo lo de éste en el páramo para que él no Mientras que los mecanismos directos para dar forma a
perdiese nada. ¡Ahora me paga mal por bien! ¡Que Dios los personajes son importantes por su calidad (son asercio-
me castigue si antes del amanecer dejo vivo a uno solo de nes claras e inequívocas), ios indirectos lo son por su canti-
los que mean a la pared!' "» (1 Sm 25,21-22). dad. Es decir, en la narrativa bíblica, se da en mucho mayor
«David dijo en su corazón; "Saúl me va a eliminar el día grado la construcción indirecta de los personajes que la
menos pensado. No me queda más solución que refugiar- directa. En consecuencia, el peso de la caracterización recae
me en el país filisteo; así, Saúl dejará de perseguirme por sobre todo en este método.
todo Israel y estaré seguro"» (1 Sm 27,1).
Formas indirectas de modelar los personajes aparecen en
«Absalón se había erigido en vida una estela en el valle del todos los rasgos externos, como el habla o las acciones, que
Rey, pues dijo: "No tengo un hijo que haga recordar mi pudieran indicar algo sobre la vida interior del individuo. El
lector ha de interpretar esos detalles y construir la idiosin-
nombre"» (2 Sm 18,18).
crasia mental y emocional del personaje, empresa que el
En conclusión, puede afirmarse que, en la narrativa narrador no acomete. En consecuencia, la caracterización
bíblica, tanto el narrador, como otros personajes o el indivi- indirecta requiere un esfuerzo mental del lector y, por tanto,
duo en cuestión pueden ofrecer información directa sobre el éste participa más activamente en la trama.
mundo y la vida interior de un personaje determinado. Esta
información, si nos la ofrece otro que el narrador, no siem- %•!. El discurso
pre nos ayudará a modelar el personaje que analizamos (y en
tal caso cumple una función muy diferente). Incluso si nos Kn la sección anterior hemos analizado algunos ejemplos
en los que un personaje caracteriza a otro por medio del dis-
curso. Asimismo, el discurso es un importante modo de
caracterización indirecta de los individuos. Con el discurso

N. del T. En hebreo, Tp3 j'rtóO. Se refiere, obviamente, a los varones. ie expresan rasgos tanto del hablante como del interlocutor
ARTE DE LA NARRATIVA EN LA BIBLIA LOS PERSONAJES 83
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o, para ser más precisos, todo acto de habla refleja y desvela fusión que a Ajimás le produce tener que contestar tal pre-
al hablante y, en ocasiones, ilumina cualidades de la persona gunta. Quiere informar al rey de la victoria en la batalla,
a quien éste se dirige (o revela la opinión del hablante sobre pero no quiere hablar sobre la muerte de Absalón y no sabe
esa persona). Lo que la gente dice no sólo da testimonio de cómo salir del apuro. Siempre puede aducirse, sin embar-
sus pensamientos, emociones, etc., sino también, a menudo, go, que el fárrago de esta oración puede deberse a mera
se intenta adecuar al carácter, estado de ánimo, intereses y corrupción textual; nuestra explicación sería entonces
posición social del interlocutor. incorrecta. Hay bastantes oraciones enmarañadas o defec-
En la narrativa moderna, se suelen diseñar los personajes, tuosas en la Biblia cuyo desorden no admite una explica-
además de por lo que dicen, por cómo lo dicen. La forma de ción psicológica.
hablar de una persona (o su pronunciación) apunta a su clase Un raro ejemplo en que el discurso refleja la agitación del
social e, incluso, a su temperamento o su estado emocional hablante puede quizá encontrarse en 1 Sm 4,16-17, donde el
¿Se utiliza también esta técnica en la narrativa bíblica? mensajero tiene que informar a Eli de la derrota de Israel
No aparecen en la narrativa bíblica formas personales de contra los filisteos, la muerte de sus dos hijos y la captura del
hablar que distingan a un personaje de otro. Los discursos o Arca de la alianza. El mensajero comienza con indecisión:
actos de habla de los personajes son más o menos parecidos «Soy el que ha venido del frente y del frente he escapado
al estilo general del narrador. Dejando algunos casos aparte, hoy». Eíí le anima a continuar: «¿Qué ha pasado, hijo mío?».
se caracterizan por su estilo factual, sobrio y sin adornos. Sólo entonces el hombre se arma del valor necesario para
Llegan a nosotros por la mediación del narrador y están suje- comunicar tan malas noticias.
tos a las mismas reglas de estilo que rigen la obra como un En ocasiones la forma de hablar refleja la capacidad inte-
todo, confiriéndole su unidad. lectual del individuo. Lo que Abigail le dice a David (1 Sm
Por otra parte, no es habitual precisamente que los per- 25,24-31) brilla por lo figurativo de su lenguaje. Las palabras
sonajes hablen de forma vacilante o confusa para imitar los de la mujer de Tecua (2 Sm 14,4-20) están condimentadas
ritmos del habla en la narrativa bíblica. Muy al contrario, se con varios magníficos símiles. Jusay el arquita se sirve de
mantiene la distancia entre un pulido estilo literario y la numerosos símiles y metáforas para aconsejar a Absalón (2
imprecisión del habla coloquial, evitándose anacolutos, Sm 17,7-13). A Abigail se la caracteriza como muy inteligen-
voces sin sentido y estructuras incorrectas. te, mientras que la mujer de Tecua es sabia; la gran fluidez de
No obstante, es posible encontrar en boca de algunos su discurso es la apropiada para su ingenio. Este tipo de dis-

personajes frases inconexas, que pueden considerarse refle- curso es útil y necesario para conseguir los objetivos del
jo del estado mental o emocional del que las dice. Por ejem- hablante; los tres tienen el don de la elocuencia y se expresan
plo, cuando David le pregunta a Ajimás si Absalón está c°n muchas y muy vividas imágenes.

bien, éste responde: «vi un gran tumulto, al enviar el siervo La posición social del hablante o del interlocutor se refle-
del rey, Joab y tu siervo, pero no supe qué (era)» (2 Sm a menudo en el discurso. Por ejemplo, el estilo de la mujer

18,29). Es obvio que esta oración no está construida con *a de Tecua cuando se dirige al rey no es como el del rey
propiedad. La falta de fluidez puede explicarse por la con- ^do habla con ella. Cuando la mujer se acerca al rey para
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exponer su petición, el rey le dice de forma cortante: «¿Qué Una expresión de sumo respeto es «viva por siempre el
hay? l¿ » (2 Sm 14,5). En cambio, cuando el rey desea pre- rey». Esta oración suele aparecer en la Biblia para dirigirse a
guntarle algo, ella le exhorta: «Hable, por favor, mi señor el reyes extranjeros (Dn 2,4; 3,9; 5,10; Neh 2,3). También
rey» (v. 18). Encontramos la misma diferencia en la forma de Betsabé le dice a David: «viva por siempre mi señor, el rey
hablar en el versículo 12. La mujer pregunta educadamente: David» (1 Re 1,31). Sus palabras, lejos de ser tan sólo una
«¿Podría añadir una palabra al rey, mi señor?». El rey contes- fórmula cortesana, revelan un alto grado de tacto y refina-
ta de forma tajante: «¡habla!». A lo largo del extenso diálogo miento. David le prometió que «Salomón, tu hijo, reinará
entre el rey y la mujer de Tecua, ésta adopta formas de corte- después de mí», es decir, después de su muerte. Con sus
sía, llamando al rey «mi señor el rey» y refiriéndose a ella palabras, Betsabé expresa su deseo no de que su hijo
misma como «tu subdita» o «tu sierva». Salomón reine, sino de que el rey David viva eternamente.
También otros personajes adoptan el mismo estilo cortés El discurso refleja la posición social de los hablantes no
para dirigirse al rey, incluso si pertenecen a una alta clase sólo cuando se dirigen a la realeza. Por ejemplo, Guejazí, el
social. Utilizan la tercera persona, se dirigen al rey como «mi siervo de Eliseo, dice: «He aquí que el Señor ha ensombreci-
señor el rey» y se refieren a ellos mismos como «tu siervo». do la mente de mi señor Naamán el arameo...» (2 Re 5,20)
Itay, el de Gat, dice a David: «¡Vive Dios y vive el rey, mi «Tu siervo no ha ido a ninguna parte» (2 Re 5,25). También
señor! Donde esté el rey, mi señor, allí estaré yo, en vida y en la sunamita emplea el mismo estilo para hablar con Eliseo:
muerte» (2 Sm 15,21). Joab se expresa como sigue: «hoy ha «Por favor, no, señor, no engañes a tu servidora» (2 Re 4,16).
visto tu siervo que he hallado gracia ante tus ojos, mi señor el Las desviaciones del estilo gozan de especial importan-
rey, pues ha accedido el rey a la petición de su siervo» (o «tu cia. Hay dos tipos: el estilo cortesano, como el descrito arri-
siervo», de acuerdo con el (fre] (2 Sm 14,22). Hasta los pro- ba, cuando se pone en boca de un hablante cuyo interlocutor
pios hijos y la mujer del rey guardan un tono respetuoso con es de su mismo rango y, por otra parte, la ausencia de corte-
él: «Absalón se presentó ante el rey y le dijo: «tu siervo está sía cuando el hablante es de rango inferior a su interlocutor.
ahora en el esquileo. Dígnese venir el rey con tu siervo el rey Los hermanos y hermanas tienden a hablarse entre ellos
y su corte» (2 Sm 13,24). «Betsabé se inclinó, postrándose usando la expresión «hermano mío» o «hermana mía» (Gn
ante el rey, y el rey dijo: "¿Qué hay?" Ella le dijo: «¡Mi señor! 33,9; 2 Sm 13,11). En el encuentro entre Jacob y Esaú, no
Tú le juraste a tu sierva por el Señor, tu Dios ... aunque tú, obstante, tras el regreso del primero después de su larga
mi señor el rey, no lo supieras ...Y ahora, mi señor el rey, estancia con Labán, Jacob se dirige a Esaú llamándole «mi
todo Israel está pendiente de ti, esperando que anuncies señor» y se refiere a sí mismo como «su siervo»; «pase mi
quién va a suceder en el trono al rey, mi señor ... cuando mi señor delante de su siervo» (Gn 33,14 y muchas veces en los
señor el rey duerma con sus antepasados"» (1 Re 1,16-21). capítulos 32 y 33). Cuando Moisés amonesta a Aarón por
fabricar el becerro de oro, su hermano replica: «no se irrite
mi señor» (Ex 32,22). En ambos casos, la fórmula cortesana
refleja el sentimiento de culpa del hablante con respecto a su
En el texto hebreo también son dos monosílabos: (N. del T.) hermano, así como el deseo de aplacarlo.
LOS PERSONAJES 87
ARTE DE LA NARRATIVA EN LA BIBLIA
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Los reyes también usan la expresión «hermano mío» El discurso que más ayuda a desvelar el estado psicológi-
cuando se dirigen a otro rey (1 Re 9,13). Sin embargo, Ajab, co de una persona es el expresivo o emotivo. Encontramos
rey de Israel, dice a los mensajeros de Benadad, rey de Siria: un ejemplo clásico de este tipo de discurso, que revela muy a
«Decid a mi señor el rey: "todo lo que al principio le pediste las claras lo que sucede en la mente del hablante, en 2 Sm
a tu siervo, lo haré, pero este mandato no puedo cumplirlo"» 19,1 y 19,5: el lamento de David al enterarse de la muerte de
(1 Re 20,9). Aquí la fórmula de cortesía refleja la inferioridad Absalón. El narrador dice: «y se echó a llorar, diciendo mien-
política de Ajab y su dependencia de Benadad. tras subía...». Es decir, nos especifica la intensidad de su
Como ya hemos visto, Joab emplea el lenguaje cortés de llanto, aumentando su efecto en el lector. Más aún, se nos
palacio para dirigirse al rey en 2 Sm 14,22. Utiliza, no obs- ofrece en detalle lo que dice en su lamento, sin resistirse a una
tante, un tono muy diferente cuando reprueba a David por «innecesaria» repetición. Este lamento es terriblemente con-
sucumbir a la pena por la muerte de Absalón: «Levántate, sal movedor y logra transmitir la profundidad de la pérdida
a dar ánimo a tus soldados, que, yuro por el Señor!, si no emocional sufrida por el desconsolado padre. Este tremendo
sales esta noche, te quedas sin nadie, y te pesará esta desgra- efecto se logra, en primer lugar, con la repetición: el mismo
cia más que todas las que te han sucedido desde joven hasta lamento se repite en 19,1 y en 19,5. Además, las palabras
ahora» (2 Sm 19,7). Nada indica en este discurso, lleno de «hijo mío» y «Absalón» aparecen con mucha frecuencia. En
órdenes y amenazas, que está dirigido al rey. 19,5 el lamento de David consiste en esas tres palabras y en
Lo mismo puede aplicarse al profeta Natán, cuyo discur- 19,1 esas tres palabras ocupan su mayor parte: «¡Hijo mío,
so ajusta su forma al contenido. Natán se dirige al rey según Absalón, hijo mío! ¡Hijo mío, Absalón! ¡Ojalá hubiera muer-
las normas de la corte en 1 Re 1,24-27, donde emplea la |to yo en vez de ti, Absalón, hijo mío, hijo mío!»
expresión «mi señor el rey» al hablar con el rey y «tu siervo» Estas repeticiones, que no forman una oración completa,
al referirse a sí mismo. Por el contrario, emplea un tono muy representan los gemidos de David y su incapacidad para
diferente cuando le reprocha a David por el asunto de pensar con coherencia en esos momentos. Todos sus pensa-
Betsabé y Drías (2 Sm 12,1-14). mientos convergen en un único objeto, es incapaz de con-
La correspondencia entre estilo y contenido refuerza el centrarse en otra cosa. Tan sólo puede repetir una y otra vez
efecto de lo que se dice. Además, la combinación de forma y el nombre que inunda su espíritu, «Absalón», y así empiezan
contenido en las desviaciones del estilo cortesano, ayuda y terminan sus lamentos. Esto indica que, pese a todo lo que
considerablemente a caracterizar a los hablantes: Joab amo- Absalón le hizo y —sin duda— le hubiera hecho a su padre,
nesta a David cuando éste está de duelo por su hijo, lo que seguía siendo el hijo de David y David le quería «como un
revela su falta de sensibilidad; Natán le reprocha a David su padre al hijo preferido» (Prov3,12).
pecado, lo que descubre su valentía y su elevada moralidad. Entre las breves exclamaciones, «¡Hijo mío, Absalón, hijo
El contenido del discurso está íntimamente relacionado mío! ¡Hijo mío, Absalón!», hay una oración: «¡Ojalá hubiera
con su función, sea ésta expresar una emoción, sea estable- muerto yo en vez de ti». Esta forma de hablar nos choca no
cer una opinión, incitar a alguien a la acción o informar porque el padre exprese su deseo de morir en vez de el hijo,
sino por lo alejado que está de la realidad: en primer lugar,
sobre algo.
LOS PERSONAJES 89
ARTE DE LA NARRATIVA EN LA BIBLIA

nos algo sobre el hablante y sobre el oyente. Pueden servir de


David manifiesta un deseo que no puede cumplirse y, en
ejemplo las primeras palabras de Jusay a Absalón, antes de la
segundo lugar, se dirige a Absalón en segunda persona, como
ocasión crucial en que le da su consejo. Tiene antes que
si no hubiera muerto. David le habla a Absalón como si estu-
ganarse la confianza de Absalón, lo que no es fácil, pues es
viera vivo, como si fuera capaz de oírle... ¡en la misma ora-
sabido que Jusay es amigo de David. Al entrar en presencia
ción en la que pide morir en su lugar! Esta falta de lógica
de Absalón, Jusay decide demostrarle su reconocimiento del
muestra, sin duda, la confusión emocional de David. Esta ora-
nuevo rey de forma inmediata y enfática, por lo que grita dos
ción también indica que las exclamaciones «¡hijo mío,
veces: «¡Viva el rey! ¡Viva el rey!» (2 Sm 16,16). Absalón,
Absalón, hijo mío, hijo mío, Absalón!» que la preceden y la
naturalmente, sospecha de él y, sorprendido, le pregunta:
siguen son interpelaciones, es decir, David no evoca el nom-
«¿Ésa es la lealtad para con tu amigo? ¿Por qué no te has ido
bre de Absalón en tercera persona, sino que se dirige a él
con tu amigo?» (v. 17). Las dudas de Absalón se reflejan,
directamente. Si esto es así, éstas encarnan la trágica y amar-
sobre todo, en la repetición de las palabras «tu amigo». Jusay
ga ilusión de que si David gritara el nombre de Absalón a
da a la doble pregunta de Absalón una doble respuesta o,
menudo y lo bastante fuerte, Absalón le podría oír...
mejor dicho, con una repuesta que consta de dos partes. En
Mientras que la interpelación directa normalmente sirve para
la primera, Jusay dice: «¡No, de ninguna manera! Con el que
establecer relaciones interpersonales, aquí su única función es
han elegido el Señor y este pueblo y todo Israel, yo estaré y
la de expresar los sentimientos que David guarda con llave en
con él viviré» (v. 18). Empieza por negar categóricamente lo
su corazón y que tienen que encontrar una válvula de escape.
que implica la pregunta de Absalón, que encajaría más con él
Debemos también fijarnos en el hecho de que, por el
haber acompañado a David, su amigo. Su astucia consiste en
morfema «'ab» (padre) en el nombre de Absalón, la frase
no dar sus razones para haber abandonado a David, como
«hijo mío, Absalón» establece una conexión estilística entre
requiere la pregunta, sino explicar por qué ha decidido venir
«hijo» y «padre». La abundante repetición de los elementos
y quedarse con Absalón. Si hubiera resaltado su deslealtad
«hijo» y «'aí»> resuena sin cesar en nuestra mente, resaltando
hacia su amigo, podría haber menoscabado la opinión que de
el vínculo entre padre e hijo tanto como el conflicto entre los
él tenía Absalón. Por el contrario, al destacar su elección por
dos. Este ha sido consecuencia de una relación desgraciada,
Absalón, enaltece y agrada al ambicioso príncipe.
llena de contradicciones, en la que la actitud del padre hacia
La razón dada en la primera parte de la respuesta de Jusay
el hijo vacilaba entre la debilidad y la firmeza, mientras que el
tiene un fondo religioso y nacional: afirma el hecho de que
hijo amenazaba a su padre con una agresividad desenfrenada.
Absalón ha sido elegido rey por Dios, por el pueblo y por los
Es raro el discurso destinado tan sólo a expresar emocio-
hombres de Israel. Esta triple elección hace que el gobierno de
nes sin dirigirse a nadie en particular (dejando aparte el dis-
Absalón sea evidente y es completamente natural que Jusay se
curso interior, que es pensamiento). Por otro lado, el discur-
someta a la persona cuya autoridad ha dejado de ser incierta.
so dirigido a alguien y que a menudo se convierte en diálogo
Jusay parece sugerir que su lealtad no era para David como hom-
es muy común. bre, sino para David en cuanto rey. Es obvio que, ya que David
El discurso dirigido a un personaje a veces pretende des-
ha dejado de ser rey, no puede seguirle. Será leal al nuevo rey.
pertar una cierta emoción o intención en él y puede enseñar-
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ARTE DE LA NARRATIVA EN LA BIBLIA
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Jusay no explica por qué ha abandonado a David, sino con la triple repetición soy-he sido-soy ' , lo que indica que
por qué ha decidido seguir a Absalón y, en consecuencia, sus David piensa, ante todo, en Jusay y en la impresión que va a
palabras agradan o incluso halagan a Absalón. No lo ha causarle a Absalón. La versión de Jusay es diferente: lo que se
hecho porque odiara a David, sino porque amaba a Absalón. destaca es el propio Absalón. Tanto el comienzo («a quién»)
El elemento de adulación es evidente incluso en la estructura como el final («a ti») apunta a Absalón, mientras que la expre-
de la oración. En vez de comenzar con sujeto-predicado, sión «su hijo» a mitad de la frase se refiere explícitamente a él.
como es normal en la Biblia, Jusay empieza con una oración Jusay hace, además, su discurso más convincente con el uso
adjetiva sindética: «Con el que han elegido el Señor y este de la retórica. Lo abre con una pregunta retórica («¿a quién
pueblo y todo Israel, con él yo estaré y con él viviré». Esta voy a servir...?») que él mismo contesta (¿...«sino a su
oración resalta su antecedente, Absalón, tanto por su posi- hijo?»). Su comparación («¡Como serví a tu padre, te serviré
ción excepcional al comienzo de la frase como por su longi- a ti!») es mucho más eficaz que la propuesta por David
tud. Absalón se hace prominente también al final del período («siervo de tu padre he sido antes, ahora soy tu siervo»).
oracional por los pronombres retrospectivos al final de las David le sugiere a Jusay las líneas generales, pero la formula-
dos oraciones: «con él yo estaré y con él viviré». ción es de Jusay.
La misma tendencia a centrarse en Absalón aparece en la El discurso de Jusay no desvela sólo su propio sentido
segunda razón de Jusay: «Y, además, ¿a quién voy a servir yo común, sino también la personalidad de Absalón, al menos
sino a su hijo? ¡Como serví a tu padre, te serviré a ti!» (v. 19). tal y como la percibe Jusay. Absalón se considera a sí mismo
Jusay construye su respuesta en dos partes, vertebrando la más importante que nadie, por lo que se deja influir fácil-
doble construcción con la expresión «y, además». Esto apun- mente por el halago. Jusay adapta su discurso a la personali-
ta, a su vez, a un pensamiento elaborado y sistemático. La dad de su oyente, pero es cuidadoso de no sobrecargar las
segunda razón, de naturaleza mucho más personal, expone tintas y disimular su adulación.
que los leales servicios prestados al padre se deben natural- Encontramos estos mismos rasgos del discurso de Jusay
mente al hijo, lo que implica que el hijo ha ocupado el lugar en su consejo a Absalón (véase pp. 282 - 298). En ambos
del padre. Esta razón es la que David le dijo que usara para casos empieza con una negación, utiliza una estructura bipar-
presentarse ante Absalón y hacerle rechazar el consejo de hta (claramente marcada como tal por el propio Jusay),
Ajitófel, aunque con otras palabras: «y le dices a Absalón: emplea técnicas de la retórica, una adulación cuidadosamen-
"Tu siervo soy, majestad; siervo de tu padre he sido antes, te encubierta y evita poner énfasis en su persona. Estos ras-
gos paralelos en ambos discursos de Jusay indican que sus
ahora soy tu siervo"» (2 Sin 15,34).
Es muy ilustrativa la comparación entre lo que David le palabras reflejan característicos y destacados aspectos de su
pide a Jusay que diga y lo que éste realmente dice (aunque Personalidad.
parece que hay una mínima corrupción textual en la frase de
David). David comienza y termina con las palabras «tu sier-
vo» y «siervo» también aparece dentro de la frase, por lo que
En el texto hebreo se repite tres veces el pronombre «yo». (N. del T)
el énfasis se pone en el siervo, Jusay. También se resalta Jusay
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ARTE DE LA NARRATIVA EN LA BIBLIA
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Una parte importante de lo que dicen los personajes en afirma que «sacaré un gran pueblo» del pobre «hijo de la cria-
la narrativa bíblica puede categorizarse como discurso da» (a quien también llama «el muchacho») (w. 12-13).
conativo, que pretende que el oyente actúe y se caracteriza Una valiosa contribución a la construcción de los perso-
por el uso del imperativo. En algunos casos aislados, los najes es su reacción (verbal) a lo que se les dice. Sin embar-
personajes se dirigen a sí mismos de esta manera (incitán- go, no siempre se nos muestran sus reacciones.
dose a sí mismos a actuar), pero normalmente se dirigen a Cuando una persona da una orden (a alguien de rango
alguien, tanto para dar órdenes como para pedir algo (que inferior), el discurso es normalmente unilateral y no desem-
el hablante ordene o solicite depende del rango del propio boca en un diálogo. En tales casos, lo normal es el cumpli-
hablante y su oyente). La petición, en ocasiones, se dirige a miento de la orden, que sí se registra. Por ejemplo: «los sier-
vos de Absalón hicieron con Amnón io que Absalón había
Dios (súplica).
La importancia de este tipo de discurso radica en que ordenado» (2 Sm 13,29). Hay, sin embargo, excepciones a
revela las intenciones y aspiraciones del hablante y, a través esta regla.
Por una parte, hay casos en que la persona que recibe la
de ellas, sus características.
La naturaleza hospitalaria de Abrahán se expone no sólo orden duda o no quiere cumplirla. Es la reacción de Jacob
en el hecho de que invita a los tres hombres que aparecen en cuando su madre le ordena suplantar a Esaú para obtener la
la entrada de su tienda, sino también en cómo formula la invi- bendición de su padre: «mira, mi hermano Esaú es velludo, y
tación (Gn 18,3-5). Habla de modo que sus huéspedes ten- yo, en cambio, lampiño. A lo mejor al palparme mi padre des-
gan la impresión de que no es él quien les está haciendo un cubre que soy un embustero, y me atraería maldición en vez
favor, sino al revés, que son ellos quienes le hacen un favor al de bendición» (Gn 27,11-12). La resistencia de Jacob no se
condescender en comer y descansar con él. Abrahán también debe a cuestiones de ética, sino al miedo a que el engaño se
minimiza el esfuerzo que supone preparar la comida: les ofre- descubra, con resultados desastrosos.
ce tan sólo un poco de pan y agua, aunque de hecho les con- Cuando Dios le ordena a Moisés ir ante el Faraón y sacar
vida ajugosas viandas, mantequilla, leche y pasteles. Por últi- a Israel de Egipto, Moisés responde: «¿Quién soy yo para
mo, también utiliza términos de cortesía en abundancia: tres acudir al Faraón o para sacar a los israelitas de Egipto?» (Ex
veces la forma X] (por favor), «tu siervo», etc. 3,11). Como muchos otros líderes en la Biblia, Moisés no se
Sara le exige a Abraham que expulse a Hagar e Ismael, entusiasma al aceptar su elevado cargo, sino que expresa sus
usando el término «expulsar» y refiriéndose a ellos como dudas con respecto a su capacidad y la conveniencia de que
«esa criada y su hijo» (lo que contrasta con las ocasiones en sea él el elegido. Esto es un signo de modestia, rasgo que es
que habla de su hijo, «con mi hijo Isaac») (Gn 21,10). Esto explícitamente mencionado en Nm 12,3: «Moisés era el
arroja cierta luz sobre su personalidad. Es cierto que Dios hombre más sufrido del mundo».
habla en tales términos, en lugar de referirse a ellos por los Hay, por otra parte, casos en que el individuo de rango
nombres de Hagar e Ismael, lo que sería más objetivo, pero inferior que recibe la orden se muestra decidido a cumplirla.
sus palabras están desprovistas del desprecio de Sara. Por El rey Salomón prohibe a Semeí, hijo de Güera, dejar las
una parte, no dice «esa», sino «la criada». Por otra, también fronteras de Jerusalén y Semeí responde: «Está bien. Este
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servidor hará lo que ordene vuestra majestad» (1 Re 2,38). que va a cumplir la petición, sino que va a tratar a Quimeán
Este asentimiento expreso se nos ofrece para resaltar la pos- como Barzilay desee, que es más de lo que había pedido. En
terior infracción de la orden por parte de Semeí. el texto hebreo, la construcción «conmigo» (^ris) aparece al
Cuando alguien pide o solicita (alguien de rango igual o principio de la respuesta de David y el pronombre «yo» apa-
inferior al interlocutor), normalmente se nos ofrece la res- rece resaltado (al aparecer explícito aunque la primera perso-
puesta. Abigaü sale al encuentro de David para pedirle que na sea evidente en la forma verbal), lo que indica que David en
no mate a Natán y los suyos. David responde: «Bendito el persona se ocupará del asunto. David le está agradecido a
Señor, Dios de Israel, que te ha enviado hoy a mi encuentro! Barzilay por haberle prestado su ayuda cuando la necesitaba.
¡Bendita tu prudencia y bendita tú, que me has impedido hoy Esta gratitud es evidente en las instrucciones que le da a
derramar sangre y hacerme justicia por mi mano! ¡Vive el Salomón en su lecho de muerte: «en cambio, perdona la vida
Señor, Dios de Israel, que me impidió hacerte mal! Si no te a los hijos de Barzilay, el galaadita. Cuéntalos entre tus comen-
hubieras dado prisa en venir a encontrarme, al amanecer no sales, porque también ellos me atendieron cuando yo huía de
le quedaba vivo a Nabal ni uno solo de los que mean en tu hermano Absalón» (1 Re 2,7).
pared» (1 Sm 25,32-34). David no sólo accede a la petición El discurso en la narrativa bíblica es, en gran parte, de
de Abigail, sino incluso la enaltece por evitar el derrama- naturaleza informativa o referencia!. Es decir, tiene como
miento de sangre. Admite, de forma indirecta, que se ha equi- objetivo producir conocimiento. Por otra parte, suele contri-
vocado con Nabal y los suyos y alaba a Dios por enviarle a buir a la construcción de los personajes.
Abigail y a la misma Abigail por su prudencia. El discurso de Dios le pregunta a Adán: «¿has comido del árbol prohi-
David deja traslucir su nobleza interior, su prontitud a admi- bido?» (Gn 3,11). Adán le responde: «la mujer que me diste
tir sus errores y su fe absoluta en Dios y su amparo. Estas por compañera me alargó el fruto y comí» (Gn 4,9). Esta res-
cualidades se nos revelan en otras ocasiones, como cuando puesta descubre la tendencia de Adán de absolverse él
responde al reproche de Natán con esta simple frase: «¡he mismo culpando a los demás, a la mujer, que le ha dado el
pecado contra el Señor!» (2 Sm 12,13). David admite su fruto, y a Dios mismo, que le ha dado la mujer.
error y expresa su arrepentimiento al reconocer que ha peca- Una luz mucho más negativa se arroja sobre Caín cuando
do con respecto a Betsabé y Urías. contesta la pregunta de Dios, «¿dónde está Abel, tu herma-
Cuando el anciano Barzilay dice «aquí está tu siervo no?» (Gn 4,9). Su respuesta es una mentira descarada y, ade-
Quimeán, que vaya él con mi señor el rey, y haz con él como te más, él es lo bastante insolente como para contraatacar
parezca bien» (2 Sm 19,37), David responde: «que venga con- haciéndole una cínica pregunta a Dios.
migo Quimeán, y yo haré con él como te parezca bien, Y todo Abrahán, muy al contrario, se nos revela con toda su
lo que quieras encomendarme, yo lo haré» (v. 39). David res- grandeza de espíritu al contestar la pregunta de su hijo
ponde con las mismas frases que Barzilay, quitando las fórmu- («tenemos ruego y leña, pero ¿dónde está el cordero para el
las cortesanas «tu siervo» y «mi señor el rey». Repite incluso el holocausto?») de forma evasiva: «Dios proveerá el cordero
pronombre «te» (te parezca bien, literalmente «sea bueno a tus para el holocausto, hijo mío» (Gn 22, 7-8). Esta respuesta
ojos»), sin cambiarlo a primera persona. Esto indica no sólo revela la delicadeza de Abrahán (trata de que su hijo no sufra
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fórmula «si te parece bien» usa la frase «si prefieres». Estos
sin necesidad), honradez (evita mentir a su hijo) y sus pro- cambios indican que Ajab se rebajó a sí mismo cuando habló
fundos sentimientos religiosos (confía absolutamente en con Nabot, pero al referir el episodio a su mujer, la hija del
Dios). rey de Sidón, trató de ocultarlo.
La forma en que los personajes transmiten información Hay otra diferencia entre la respuesta real de Nabot y la
suele iluminar su naturaleza. La selección o formulación de la versión que de la misma da Ajab a Jezabel. En su respuesta,
información que hace un personaje puede discrepar sustancial- Nabot sugiere las razones que le llevan a rehusar el trato del
mente de los hechos contados directamente por el narrador. rey: «¡Dios me libre de ceder la heredad de mis padres!» (1
Cuando Ajab, rey de Israel, desea el viñedo de Nabot, el Re 21,3). Esto apunta a un elemento religioso y uno emocio-
de Yezrael, le habla así: «dame la viña para hacerme yo una nal: el Señor y el vínculo con la tierra de sus antepasados,
huerta, porque está al lado, pegando a mi casa; yo te daré en Ajab omite las razones de Nabot al contárselo a Jezabel,
cambio una viña mejor o, si te parece bien, te pago en dine- haciendo de su negativa simple cabezonería: «no te doy mi
ro» (1 Re 21,2). Nabot rehusa y el rey entra en palacio «mal- viña». (Antes, cuando Ajab regresaba a su casa «malhumora-
humorado y enfurecido». Jezabel, su mujer, le pregunta por do y enfurecido», ya había borrado el elemento religioso de
qué está tan enfadado y él le refiere lo sucedido: «es que su memoria: «no te cederé la heredad de mis padres» [v.4]).
hablé a Nabot, el de Yezrael, y le propuse: "véndeme la viña
o, si prefieres, te la cambio por otra". Y me dice: "no te doy 2,2. Hechos o acciones
mi viña"» (21,6).
Los dos relatos son similares, aunque con notables dife- La naturaleza de una persona se revela por sus actos; la
rencias. En contraposición con los «derechos del rey», que acción es la puesta en marcha de un personaje. A las perso-
afirman que «vuestros campos, viñas y los mejores olivares os nas se las conoce por sus hechos no menos que por sus pala-
los quitará para dárselos a sus ministros» (1 Sm 8,14), se bras. Dado que la naturaleza interior del individuo se encar-
deduce de la conversación que el rey de Israel no puede sim- na en el comportamiento externo, el narrador mejor presen-
plemente apropiarse del viñedo de uno de sus subditos, sino ta a sus personajes en acción que hablando de sus cualidades.
que debe pedirle al subdito que se lo dé. Ajab justifica su En la narrativa bíblica, los hechos constituyen con mucho el
petición explicándole a Nabot que quiere su viñedo para mejor método de caracterización. En efecto, conocemos a los
hacer una huerta, porque está pegando a su casa. Para per- personajes bíblicos sobre todo por cómo actúan en diversas
suadirle y que acceda, le ofrece otro viñedo, no uno cual-
situaciones.
quiera, sino uno mejor. Y si Nabot prefiere recibir su valor en Las acciones de los personajes son también los ladrillos
dinero, Ajab se lo dará. que construyen la trama, aunque no debe verse a los prota-
Cuando le cuenta la conversación a su mujer, Ajab se gonistas como simples instrumentos para el desarrollo de la
calla que le explicó a Nabot para qué quería su viñedo y que historia. A la narrativa le importan no sólo los acontecimien-
le ofreció uno mejor. Dice que le ofreció la posibilidad de tos, sino también la gente involucrada en ellos. Aunque el
escoger entre otro viñedo y dinero, pero cambia el orden argumento ocupa un puesto central en la narrativa bíblica, los
(primero el dinero, luego el viñedo). En lugar de la educada
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individuos que hay dentro ocupan un lugar no menos impor- de él y le ha maldecido virulentamente, y por qué le asegura
tante que los acontecimientos. que no morirá (2 Sm 19,22-23)?¿Se trata de genuina magna-
Puede decirse que las acciones que comprende la trama nimidad o David se guiaba por consideraciones de índole
se interrelacionan con los personajes: los individuos están en político (como mejorar sus relaciones con la tribu de
función de los acontecimientos y viceversa. Con otras pala- Benjamín y ¡a familia de Saúl)? ¿Por qué decide David nom-
bras, tal y como los personajes sirven a la trama, la trama sirve brar a Amasa general de su ejército en vez de a Joab, a pesar
a los personajes, iluminándolos y contribuyendo a su carac- de que Amasa ha dirigido anteriormente el ejército de
terización. Más aún, tal y como la naturaleza de los persona- Absalón contra David? ¿Es una cuestión política (por el
jes influye en el curso de los acontecimientos, el curso de los apoyo de la tribu de Judá) o se debe a su personal inquina
acontecimientos influye en la naturaleza de los personajes. contra Joab, que ha asesinado a su hijo y exigido del descon-
La técnica de construir un personaje por medio de sus solado padre, de forma brusca y directa, que deje su duelo
acciones pone al lector, sin embargo, ante un problema. Ya sin más preámbulos (2 Sm 19)?
que es inherente a esta técnica abstenerse de ofrecernos los No podemos responder estas preguntas. Los motivos
motivos internos que llevan a la acción, como en la vida real, que han dado lugar a esas acciones pueden ser diversos. Sea
tenemos que construir hipótesis sobre los motivos de la como fuere, las obras de David a menudo despiertan
gente. Tendremos que fundamentar estas hipótesis en nues- muchos interrogantes, sus intenciones suelen ser ambiguas
tro conocimiento de otras acciones y discursos del mismo y su persona parece enigmática. Aunque en la Biblia hay
personaje, así como en nuestra comprensión de la psicología mucha más información sobre David que sobre cualquier
humana. otro individuo —o quizá por esto mismo— y, aunque tam-
Es, por ejemplo, muy difícil saber los motivos de muchos bién surgen preguntas sobre las razones y motivos de otros
de las obras de David. ¿Por qué se trajo a Mical de vuelta, personajes, es en extremo difícil penetrar en lo más profun-
después de que se hubiera casado con Paltiel, el hijo de Lais? do de su personalidad.
¿Fue por amor, porque había pagado por ella el precio de Lo que hace la gente en su vida diaria no suele mencio-
cien prepucios de filisteos o, quizá, porque se trataba de la narse en la narrativa bíblica. Nada se nos dice de su día a día
hija del anterior rey (2 Sm 3,14-16)? ¿Por qué David ejecutó ni de sus rutinas. Nos encontramos con los personajes bíbli-
a Recab y Baaná, los dos hombres que mataron a Ishboshet, cos sobre todo en circunstancias especiales e inusuales, en
hijo de Saúl (2 Sm 4,8-12)? ¿Fue por ira por el asesinato a momentos de crisis y angustia, cuando tienen que pasar difí-
sangre fría, tal como dice, o por razones políticas (ganar a las ciles pruebas.
tribus de Israel)? Mefiboshet, hijo de Jonatán, el hijo de Saúl, Siempre que las tareas diarias se mencionan, son impor-
íue llevado por David a Jerusalén y obtuvo el privilegio de ser tantes para alumbrar un personaje. En la narrativa bíblica no
comensal del rey (2 Sm 9). ¿Fue esto un acto de generosidad solemos encontrar, dicho de forma explícita, que los prota-
en memoria de Jonatán, como David dice, o una forma de gonistas comieron o bebieron, pero en el caso de Esaú se nos
tener a la vista al descendiente del anterior rey? ¿Por qué cuenta que, después de que Jacob le diera el plato de potaje,
David perdona a Semeí, el hijo de Güera, que se ha burlado «comió y bebió y se puso en camino. Así malvendió Esaú sus
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derechos de primogénito» (Gn 25,34). A Esaú se le caracte- Muy a menudo leemos que alguien madrugó. Se mencio-
riza con esos verbos como un hombre de acción, para el que na, normalmente, para mostrar que el personaje en cuestión
el placer inmediato y las cosas materiales de la vida son lo se apresuró a hacer algo. Esto es, por ejemplo, lo que hace
Abrahán cuando Dios le dice que obedezca a Sara y expulse
más importante.
Leemos que Jehú «entró, comió y bebió» (2 Re 9,34) a Hagar e Ismael, y cuando Dios le pide que sacrifique a su
inmediatamente después de ordenar que la reina Jezabel hijo, Isaac: «Abrahán madrugó» (Gn 21,14; 22,3). Abrahán
no pospone la desagradable tarea.
fuera arrojada por la ventana: «su sangre salpicó la pared y a
los caballos, que la pisotearon (v. 33). A pesar del brutal ase- Como hemos dicho, no se suelen mencionar tareas ruti-
sinato y de la sangre vertida por doquier, Jehú va a comer y narias en la narrativa bíblica. Dado que sólo se cuentan, por
beber como si nada hubiera pasado. lo general, hazañas excepcionales e importantes, surge la pre-
Cuando se cuenta que alguien no come, también contri- gunta de si las acciones inusuales, que por su naturaleza ocu-
buye a la construcción del personaje. Todos los años, cuando rren muy poco, son suficientes para indicar los rasgos carac-
van a ofrecer el sacrificio en Silo, Peniná insultaba a Ana. Ana terísticos de los personajes. Sólo si alguien realiza varias
no la contestaba, pero «lloraba y no comía» (1 Sm 1,7), La veces la misma o parecidas hazañas es posible aprender algo
pena de Ana es profunda, pero se expresa a través del llanto sobre su carácter y, en consecuencia, sobre el personaje. Una
y su negativa a comer antes que en un contragolpe. En otras hazaña aislada puede mostrar tan sólo un impulso pasajero.
¿Sería correcto considerar a Caín un inveterado asesino,
palabras, se dirige hacia dentro.
Después de que Nabot rehusara venderle su viñedo, el por ejemplo, porque cometió un asesinato? ¿Se podría decir
rey Ajab volvió a su casa «malhumorado y enfurecido ... Se que Aarón no tiene fuerza de voluntad porque hizo un bece-
tumbó en la cama, volvió la cara y no quiso probar alimento» rro de oro a petición de su pueblo? ¿Indica la naturaleza de
(1 Re 21,4). El rey está de mal humor, se ha sentido muy heri- Yael, la mujer de Heber el Qenita, el hecho de que le clavase
do por la negativa, pero no hace otra cosa que tumbarse, vol- a Sisara una estaca en la sien cuando reposaba en su tienda?
¿Enseña algo del carácter de Amnón la violación de Tamar?
ver la cara y dejar de comer.
Leemos que «el niño Samuel oficiaba ante el Señor con Que Lot acoja y proteja a los dos ángeles que llegan a
Eli» (1 Sm 3,1). Cuando estaba acostado en el templo de Dios Sodoma, por poner un ejemplo positivo, ¿prueba que sea
en Silo, Dios se le apareció. Después, «Samuel siguió acosta- una persona hospitalaria?
do hasta la mañana siguiente, y entonces abrió las puertas del En la vida real, no todo lo que la gente hace la caracteri-
santuario» (3,15). ¿Por qué se nos cuenta que Samuel abrió za, pero ése no es el caso en una obra literaria o, al menos, en
una historia corta. El tamaño de la obra es muy importante a
las puertas por la mañana? Éste es un hecho sin importancia,
este respecto, pues en una obra corta no hay cabida para des-
pero una forma de caracterizar a Samuel. El enorme suceso
—la revelación de Dios— no se le ha subido a la cabeza (aun- cribir las muchas hazañas y acciones repetidas de cada per-
que «la palabra del Señor era rara en aquel tiempo» y «no sonaje. Los hechos aislados han de servir, necesariamente,
abundaban las visiones»). No se ha vuelto vanidoso, sino que Para caracterizar al personaje. La historia corta elige relatar la
cción precisa que caracteriza al individuo y puede ejempli-
continúa cumpliendo con sus deberes, como de costumbre.
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El narrador emplea en ocasiones un método diferente


íicar lo que se considera su naturaleza esencial. Recordamos
para dejarnos claro que una acción determinada es caracte-
a Caín como alguien que asesinó a su hermano y a Amnón
rística de un personaje. A veces, nos dice de forma explícita
como aquél que violó a su hermana. Si el autor hubiera que-
que el personaje en cuestión ejecuta una acción regularmen-
rido que los viésemos de otra forma, nos habría contado que
te. Es el caso de Elcaná, que solía ir «todos los años» a Silo
hizo otras cosas. para adorar y ofrecer sacrificios a Dios (1 Sm 1,3.7), hecho
Por otra parte, en una narración más larga es posible refe-
que refleja su devoción religiosa. De Absalón se nos dice que
rir diferentes acciones para ilustrar la misma tendencia o
«al final de cada año» se cortaba el pelo y lo pesaba (2 Sm
característica. (A este respecto, hay que distinguir si se trata
14,26), lo que prueba su exagerada autoestima. El narrador
de una historia larga o varias cortas en que aparece el mismo
nos dice que, al terminar los días de fiesta de los hijos de Job,
personaje). éste «los hacía venir para purificarlos, madrugaba y ofrecía
Abrahán obedece las órdenes de Dios en varias ocasio-
un holocausto por cada uno, diciendo: "por si hubieran
nes, incluso cuando son demasiado difíciles de acatar. Siendo
pecado mis hijos y hubieran maldecido a Dios en su cora-
ya anciano, deja su país, su clan y la casa de su padre para ir
zón". Esto lo solía hacer Job cada vez» (1 Job 1,5). Con estas
a una tierra desconocida (Gn 12,1-5). Se circuncida cuando
palabras ilustra cuan recto y temeroso de Dios era Job.
tiene noventa y nueve años (17,24). Envía a su hijo Ismael al
Mucho puede aprenderse de la gente por las decisiones
desierto (21,14). Y va a ofrecer a su hijo Isaac en sacrificio
que toman. Porque supone elegir entre alternativas, las deci-
(Gn22). siones revelan la escala de valores de una persona, nos mues-
Sansón, cuya fuerza y heroísmo se nos revelan en varias
tran el resultado de una batalla interior entre deseos, emocio-
ocasiones y a través de hazañas varias, se nos muestra débil al
nes y valores espirituales, cuando no éticos, religiosos y
sucumbir dos veces a las astucias de una mujer. En la prime-
sociales. Los personajes, en la narrativa bíblica, a menudo tie-
ra ocasión, descubre la solución de la adivinanza que ha pro-
nen que escoger entre valores o preceptos éticos, por un
puesto a los filisteos a la mujer de Timná, quien «le estuvo
lado, y el deseo de poder, venganza o los placeres de la carne,
llorando los siete días del convite» (Jue 14). En la segunda, le
por otro. También conocemos las decisiones de los persona-
dice a Dalila, quien «lo importunaba con sus quejas día tras
jes de forma indirecta: tenemos que sacar conclusiones, par-
día hasta marearlo» el secreto de su fuerza y cómo puede per-
tiendo del resultado (las acciones), de las razones (las deci-
derla (Jue 16). siones) que las preceden y motivan.
Se nos dice también cómo Joab, hijo de Seruyá, mata
Por ejemplo, cuando Dios ordena a Joñas ir a Nínive a
dos veces a traición a los generales del ejército adversario:
profetizar, éste puede decidir si va o no. Su decisión de huir
primero mata a Abner, hijo de Ner (2 Sm 3,26-27) y luego a
a Tarsis (es decir, en dirección opuesta), nos revela que su
Amasa (20,9-10). («Esa gente, los hijos de Seruyá, han sido
prestigio personal le importa más que las órdenes de Dios o
más duros que yo», dice David tras la muerte de Abner). El
carácter duro y cruel de Joab queda patente en el asesinato ^a posibilidad de salvar muchas vidas. Cuando está en el
de Absalón, aunque sabe de antemano cuánto dolor le cau- °arco se desata una gran tormenta, por lo cual los marineros
f ezan y arrojan la carga al mar. Joñas puede hacer lo mismo,
sará a David.
ARTE DE LA NARRATIVA EN LA BIBLIA
104 LOS PERSONAJES 105

pero decide irse dentro del barco y echarse a dormir, lo que ción se deja aparte más de lo que se cuenta, cuánto más será
muestra una gran indiferencia por la vida. en una historia corta. No obstante, el narrador (participativo
Cuando los marineros se dan cuenta de que Joñas es la o contemplativo) suele dirigir la atención del lector sobre la
razón de esa gran tormenta, pueden elegir matarle para salvar inacción de un personaje, y en este caso puede asumirse que
sus vidas. No obstante, deciden preguntarle a él mismo qué es significativa. Ilustraremos esta forma de caracterización
hacer con él. Aunque Joñas dice que le tiren al mar, remaron con la figura de David.
todavía para alcanzar tierra firme. Sólo después de compro- Habiendo observado que a lo largo de su vida David es
bar que son incapaces y que el mar se está embraveciendo una persona activa, hasta enérgica, es notable su inacción
por momentos, deciden arrojar a Joñas al mar. Esas decisio- para con sus hijos. En el caso de Adonías, leemos: «Su padre
nes nos indican que los valores éticos de los marineros eran no lo había disgustado nunca diciéndole: "¿Por qué has
más poderosos que el mismo instinto de supervivencia. obrado así?"» (1 Re 1,6) y la Septuaginta hace una observa-
Respetan de tal forma la vida de su compañero de viaje que ción similar con respecto a Amnón (2 Sm 13,21). Estos
ponen en peligro la suya para salvarle (y sólo cuando no hay comentarios sugieren que David era descuidado y negligente
duda de que hay que elegir entre la vida de Joñas y la de en la educación de sus hijos. Lo mismo se insinúa al final del
todos, deciden sacrificar a uno para salvar al resto). episodio de la violación de Tamar: «El rey David oyó todas
Cuando Nehemías se entera de los apuros de los suyos en esas cosas y se indignó mucho» (2 Sm 13,21). Al informárse-
la tierra de Judá y en Jerusalén, se enfrenta con varias alter- nos de la indignación de David, esperamos que haga algo,
nativas. Puede conformarse con expresar su pesar, puede pero no se nos dice nada al respecto. El silencio del narrador
lamentarse y suplicarle a Dios, y puede enviar ayuda. Lo que es muy significativo. Dada la furia de David, que no hiciera
Nehemías decide es pedir permiso al rey de Persia, de quien nada es muy llamativo 4.
es copero, para ir a Jerusalén a reconstruir sus murallas. Esta A Absalón se le permite el retorno a Jerusalén desde
decisión prueba que la solidaridad de Nehemías con su pue- Guesur no por iniciativa de David, sino de Joab. Aunque
blo es más fuerte que la tendencia natural a salvaguardar la David accede a permitir que Absalón regrese, se niega a verle
comodidad, la condición y la propia vida. (Al formular esta por un tiempo, lo que indica que no sabe qué hacer. Una vez
petición, corre peligro de enfurecer al rey y provocar con ello más, no decide nada en un sentido u otro hasta que Absalón
su despido o incluso su muerte). toma la iniciativa yjoab vuelve a intervenir (2 Sm 14).
Tanto la acción como la inacción aportan evidencias del David también parece indeciso cuando hay que determi-
carácter de una persona. La falta de acción a veces es pro- nar cuál de sus hijos le sucederá en el trono. Aparentemente,
ducto de una abstención deliberada y consciente, y a veces de nunca tomó una decisión al respecto y, si lo hizo, nunca habló
la debilidad y la indiferencia. Es imposible, por tanto, sacar
conclusiones del carácter de alguien porque nada se diga de
sus actos. El autor elige con sumo cuidado los incidentes que
va a relatar de cada individuo y lo que elige es sólo una LXX y 1 QIs" añaden: «pero no quiso dar un disgusto a su hijo Amnón, a quien
pequeña fracción de lo que podría contar. Si en una narra- amaba por ser su primogénito». (N. del T.)
LOS PERSONAJES 107
ARTE DE LA NARRATIVA EN LA BIBLIA
106
barba, y se sentó desolado (Esd 9,3). Todos estos actos son
de ello en público ni hizo nada para llevarla a la práctica. vivas muestras de doíor y angustia.
Probablemente hubiera aceptado la política de Adonías de Otra manera de construir los personajes es a través de
los hechos consumados, si no le hubieran presionado Natán cómo juzga uno de ellos la acción llevada a cabo por otro {a
y Betsabé para que nombrara a Salomón su heredero. diferencia de los juicios sobre la personalidad de alguien).
También en esta ocasión David se deja llevar por los demás Esta forma de modelar los personajes arroja alguna luz tanto
(1 Re 1). sobre quien juzga como sobre aquél cuya acción se juzga,
La actitud de David hacia sus hijos se caracteriza por la mientras que al mismo tiempo permite a éste último reaccio-
falta de comprensión y por la pasividad. Puede decirse que nar, de palabra u obra, y así revelarnos aún más.
su relación con ellos tiene una parte de incomprensión y otra Entre los juicios que los personajes hacen sobre los
de debilidad. No se da cuenta de lo que está tramando hechos, ocupan un lugar destacado los que se ponen en boca
Amnón cuando finge estar enfermo y le pide a David que le de los profetas. Por su carácter especial de emisario de Dios,
envíe a Tamar (2 Sm 13,5-7). David también accede a la todo lo que un profeta dice adquiere una relevancia especial.
insistencia de Absalón para que Amnón vaya con él al esqui- Podemos, por tanto, asumir que el narrador se identifica ple-
leo. Al no haberse percatado del odio que siente Absalón por namente con el profeta. Abundan los ejemplos de tales jui-
Amnón, no presiente el peligro al dejar que vaya (2 Sm cios o aserciones, como la condena de Samuel a los actos de
13,23-29). De igual manera, David le permite a Absalón que Saúl, de Natán a los de David, de Elias a los de Ajab, etc.
vaya a Hebrón a cumplir una promesa hecha al Señor, sin Aunque, en el siguiente ejemplo, no es un profeta el que
imaginar siquiera que Absalón pretende proclamarse allí rey. enjuicia una acción, no cabe duda de que refleja la opinión
No lo concibe aunque Absalón haya estado preparando su del narrador. Antes de ser violada por Amnón, Tamar se refie-
revuelta durante mucho tiempo ante sus propias narices re a este hecho como «esa infamia», implorando: «no cometas
(15,1-9). esa infamia» (2 Sm 13,12). Tras ser consumada la violación,
En algunos casos, se mencionan los gestos de los perso- dice: «mayor maldad que la otra que has hecho conmigo,
najes. Se hace por su valor expresivo y porque indican algo sería echarme ahora» (13,16). Puesto que ella misma es la
del estado interno del individuo en cuestión. víctima de lo que condena, su afirmación es particularmente
Después de ser violada por su hermano Amnón, Tamar eficaz y causa una poderosa impresión en el lector.
se echó cenizas en la cabeza, se rasgó el vestido «se llevó las Mientras que los juicios de Samuel, Natán y Elias se pro-
manos a la cabeza» (2 Sm 13,19). Este gesto expresa clara- nuncian después del hecho, el de Tamar se hace antes, con obje-
mente una pena y un dolor profundos. to de evitarlo. Lo mismo puede decirse a propósito del discurso
Después de que Nabot rehusara darle su viñedo, Ajab de Abigail sobre la venganza que David pretende tomar: «que
regresó a su casa, «se tumbó en la cama y volvió la cara» (1 Re cuando el Señor cumpla a mi señor todo lo que le ha prometido
21,4). El movimiento de volver la cara a la pared indica la y lo haya constituido jefe de Israel, mi señor no tenga que sentir
tristeza y depresión del rey. remordimientos ni desánimo por haber derramado sangre ino-
Cuando Esdras oyó hablar de los matrimonios mixtos en cente y haber hecho justicia por su mano» (1 Sm 25,30-31).
Israel, se rasgó los vestidos y el manto, se afeitó la cabeza y la
LOS PERSONAJES 109
ARTE DE LA NARRATIVA EN LA BIBLIA
108
perdone. Ya que el motivo de Semeí no es un honrado arre-
El carácter de los personajes se revela por las reacciones
pentimiento, el reconocimiento que hace de su culpa suena a
a esos juicios. Tanto Saúl como Natán aceptan la condena de hipocresía. Esto añade otro aspecto negativo a su personaje y
Samuel y Natán, respectivamente, y confiesan su pecado. lo hace aún menos simpático a los ojos del lector.
Saúl dice: «he pecado, he quebrantado el mandato a Dios y
tu palabra» (1 Sm 15,24). David dice: «he pecado contra el
2.3. Personajes secundarios
Señor» (2 Sm 12,13), Esta condena de sí mismo descubre
tanto lo positivo como lo negativo del personaje. Admitir
Las formas de caracterización que hemos mencionado se
haber pecado demuestra que el individuo no ha obrado
dan tanto en la vida como en la literatura. Una forma de
como debiera, pero también indica contrición y cambio inte-
caracterización que aparece sólo en la literatura es la que se
rior (aunque en Saúl ocurra tras muchas evasivas). consigue con los personajes secundarios.
La reacción de Saúl y de David provocan la simpatía del
Los personajes secundarios desempeñan un papel en la
lector hacia ellos. Han pecado, pero también se arrepienten red de relaciones interpersonales, tanto por lo que hacen
de lo que han hecho. Los compadecemos en un momento de como por lo que dicen. Por ejemplo, cuando un personaje
necesidad emocional y los respetamos por su entereza y la mantiene un diálogo con otro o actúa de forma determinada
pronta aceptación de su culpa. La transformación que se pro- hacia él. Este tipo de relaciones existen en la vida real tam-
duce en su interior está, por tanto, acompañada por un cam- bién y han sido analizadas antes. Pero además, los personajes
bio en la actitud del lector hacia ellos. No obstante, este cam-
«menores» tienen una función estructural en la obra literaria,
bio no nos hace borrar del todo la opinión negativa que tení- al colocarse junto a los protagonistas y realzarlos por afinidad
amos de ellos por sus pecados. Esta dualidad en el carácter
o contraste. El paralelo negativo o positivo entre principales
del personaje, que se refleja en la admisión de su pecado y secundarios no es suficiente para construir los personajes,
(transgresión y arrepentimiento) es paralela a la dualidad en pero les confiere énfasis y colorido. Los personajes secunda-
la actitud del lector (condena y simpatía). rios son el fondo en que destacan las figuras protagonistas.
La aceptación de la culpa, sin embargo, no tiene siempre
No es siempre posible hacer una distinción, clara e
el mismo efecto y significado. En el caso de Semeí, hijo de inequívoca, entre personajes principales y secundarios. En
Güera, cuando admite su culpa («tu servidor reconoce que
este contexto siempre es mejor no referirse a dos categorías
ha pecado» [2 Sm 19,20]), cabe la sospecha de que lo hace
distintas, sino a un continuo, ya que el nivel de los secunda-
tras un frío cálculo, animado tan sólo a perseguir sus intere-
rios es muy desigual. Por una parte, hay personajes —como el
ses. Es decir, no indica un verdadero arrepentimiento. Lo mensajero— que desempeñan una exigua función técnica en
primero que Semeí dice cuando se postra ante David es: «no
la estructura de la trama; por ejemplo, el anónimo personaje
me tome cuentas, majestad, de mi delito; no recuerde la mala que huye de Sodoma para informar a Abrahán que Lot ha
acción de su servidor cuando vuestra majestad salía de caído prisionero de Codorlahomer y los reyes aliados (Gn
Jerusalén, no me lo guarde» (2 Sm 19,10). Aunque Semeí 14,13). Por otra parte, hay personajes tan importantes que es
mencione su culpa, tal y como lo expone queda claro que no difícil decidir si son secundarios o principales, sobre todo
tiene remordimiento y que su objetivo es lograr que el rey le
110 ARTE DE LA NARRATIVA EN LA BIBLIA LOS PERSONAJES 111

cuando un personaje secundario en una narrativa se convier- La negativa conducta del profeta Joñas se destaca por el
te en protagonista de otra. Josué representa un papel secun- buen proceder de los marineros, que funcionan como un per-
dario en el Pentateuco, pero es el protagonista del libro de sonaje secundario colectivo (Jon 1). Con su reacción normal
Josué. En la narrativa de David y Abigail (1 Sm 25) no hay {«¿todavía persistes en tu honradez? Maldice a Dios y mué-
duda de que David es protagonista. ¿Y Abigail? ¿Es prota- rete»), la mujer de Job realza el afán de Job en mantener su fe
gonista o secundaria? Podríamos establecer los criterios para a pesar de las terribles pruebas que ha pasado (Job 1 y 2).
decidirlo, pero es más importante determinar qué papel des- Hay una clara correspondencia entre Absalón y Adonías,
empeñan los personajes en relación con los demás, ya que es pues ambos aspiran al trono y expresan su ambición con
esto lo que realza los variados rasgos de su personalidad. acciones concretas. Se nos dice que Ahsalón se hizo con una
En la narrativa de Betsabé (2 Sm 11), se contrastan aspec- carroza y caballos, y cincuenta hombres de escolta (2 Sm
tos de la personalidad de David con aspectos de la de Drías, 15,1). De Adonías se nos cuenta que se preparó carrozas y
que funciona como «héroe normativo», es decir, como repre- caballeros, y cincuenta hombres de escolta (1 Re 1,5). Las
sentante de los máximos valores. Como Urías despliega carac- carrozas, los caballeros y los hombres de escolta son un signo
terísticas tan nobles como honradez y lealtad inquebrantable, distintivo de la realeza y se encuentran en los primeros artí-
el comportamiento perverso, infame e inmoral de David se culos mencionados en los «derechos del rey» en 1 Sm 8,11:
acentúa. Los rasgos enfrentados de David y Urías son parale- «Estos son los derechos del rey que os regirá: a vuestros hijos
los a las funciones estructurales opuestas que desempeñan en los llevará para enrolarlos en sus destacamentos de carros y
la narrativa, que se basa en su lucha por una mujer. caballería y para que vayan delante de su carroza...» Tanto
Cuando llega a Jerusalén el rumor de que Absalón ha mata- Absalón como Adonías tratan de usurpar el trono, ambos
do a todos los hijos del rey, David lo cree. Por su partejonadab, buscan partidarios y establecen una política de hechos con-
hijo de Sama, se da cuenta de que sólo ha matado a Amnón: sumados (su proclamación como reyes). Ambos empiezan la
«Sólo ha muerto Amnón. Absalón lo decidió el día que Amnón rebelión sacrificando un gran número de animales en presen-
violó a Tamar» (2 Sm 13,32). Por medio de Jonadab, hijo de cia de invitados y ambos terminan de forma trágica en su
Sama, se resalta la incomprensión y ceguera de David para las lucha final por el poder. El narrador llama nuestra atención
relaciones con sus hijos, especialmente con Ahsalón. sobre el paralelo entre los dos hermanos diciendo sobre
Jonadab, el hijo de Sama, que es astuto e inteligente, apa- Adonías: «también era de muy buen tipo, más joven que
rece también como contraste de su amigo Amnón (2 Sm Absalón» (1 Re 1,6).
23,5). A Amnón le atormenta su amor por Tamar y no A veces, algunos de los elementos de caracterización
encuentra remedio para sus males. Al contrario que su her- mencionados funcionan juntos, resaltando o intensificando
mano Absalón, es incapaz de planear algo por sí solo y recu- uno de los principales rasgos del personaje. El narrador
rre a Jonadab, que se ha dado cuenta de que Amnón está retrata a Abigail, por ejemplo, diciendo de forma explícita
malhumorado. Éste le ayuda a buscar una excusa para encon- que «era sensata» (1 Sm 25,3), y David le dice a la mujer:
trarse en privado con el objeto de su deseo. Jonadab usa su «¡Bendita tu prudencia!» (1 Sm 25,33). Su sagacidad se hace
cerebro, Amnón sus músculos. evidente de forma indirecta en su discurso a David, tanto en
ARTE DE LA NARRATIVA EN LA BIBLIA
LOS PERSONAJES 113
112

su forma como en su contenido, así como en sus acciones ción, es decir, si los hombres, incluido el más justo de todos,
(yendo deprisa al encuentro de David y llevándole un rega- hacen el bien sólo con vistas a su recompensa. (Éste es el pro-
lo). Su inteligencia se hace más patente en el marco del estú- blema planteado en la narración, mientras que la parte poéti-
pido comportamiento de su marido, Nabal (que es un perso- ca del libro versa sobre otro tema).
Resumiendo, así como el narrador hace muy pocas afir-
naje secundario). maciones sobre el carácter de los personajes, los protagonistas
AJob también se le caracteriza de varias formas, algunas
de ellas muy eficaces. El narrador le presenta como un hom- dicen, a su vez, muy poco. Hay al respecto una completa coor-
bre «justo y honrado, religioso y apartado del mal» (Job 1,1), dinación entre el narrador y los personajes. Los protagonistas
usando cuatro términos para resaltar su rectitud. Dios reitera son caracterizados principalmente de forma indirecta, es decir,
esta caracterización hasta dos veces (1,8; 2,3), añadiendo por su discurso y acciones. Esta aproximación se asemeja a la
(también dos veces) que «en la tierra no hay otro como él» y que adoptamos en la vida real, en la que solemos sacar con-
que «persiste en su honradez» (2,3). Quien caracteriza a Job clusiones sobre la personalidad de la gente por lo que dicen y
directamente aquí es el narrador, la autoridad suprema, y hacen. Por tanto, podemos decir que la técnica predominante
Dios, que está por encima de toda autoridad. para construir los personajes de la narrativa bíblica es «realis-
El narrador también evalúa la conducta de Job: «a pesar ta». No debemos olvidar, sin embargo, que una obra literaria
de todo, Job no protestó contra Dios» (1,22). Más tarde, nunca puede imitar la realidad con precisión, ni en su conte-
insiste: «a pesar de todo, Job no pecó con sus labios» (2,10). nido ni en sus técnicas de caracterización. Por ello, no sor-
La prodigiosa piedad de Job se demuestra por lo que él prende que el autor se desvíe con mucha frecuencia de la
mismo dice: «por si hubieran pecado mis hijos y hubieran forma en que la gente es caracterizada en la vida real.
maldecido a Dios en su corazón» (1,5). («Por si hubieran En la naturaleza del método indirecto está que los perso-
pecado», es decir, no es seguro ni mucho menos que hubie- najes no se definan de forma exhaustiva, ya que su personali-
ran pecado; «en su corazón», es decir, tan sólo en sus pensa- dad emerge gradualmente de la totalidad de sus apariencias y
mientos, ni siquiera de palabra). «Desnudo salí del vientre de acciones a lo largo de la narración. La aproximación indirecta
mi madre y desnudo volveré a él. El Señor me lo dio, el Señor no puede dejarnos claro al principio cuál es la naturaleza del
me lo quitó, bendito sea el nombre del Señor» (1,21). personaje. No será palpable hasta el final, cuando seamos
«Hablas como una necia. Si aceptamos de Dios los bienes, capaces de revisar y combinar todos los datos relevantes. El
¿no vamos a aceptar los males?» (2,10). De igual forma, la uso del método indirecto supone que el personaje sea retra-
costumbre de Job de ofrecer sacrificios por sus hijos tras los tado de forma dinámica. Mientras que la caracterización
días de fiesta (1,5) se nos cuenta para probar su honradez. directa conlleva una visión estática de la persona, la indirec-
tai al basarse en hechos y palabras, tiende a ver la personali-
Finalmente, su mujer sirve como punto de referencia de la
dad en movimiento. En muchas narraciones bíblicas el carác-
inusual piedad de Job.
¿Por qué usa esta narración tantos métodos de caracteri- ter de un personaje no se ve como algo constante, sino cam-
zación para ilustrar una de las características de Job? La res- biante y en transformación, incluso cuando haya en él un
puesta es que esto subraya la pregunta que trata esta narra- componente estable. El carácter es más existencia! que esen-
LOS PERSONAJES 115
114 ARTE DE LA NARRATIVA EN LA BIBLIA

el joven David, que arde por vengarse terriblemente de


cial, ya que se revela en las situaciones presentes de la vida. Nabal, y el viejo rey, que huye a pie de Jerusalén por miedo
Por ello, los epítetos de los personajes bíblicos no se refieren de su hijo Absalón y escucha, con humildad y resignación,
a su personalidad, sino a su origen (nación, tribu o región las maldiciones de Semeí, hijo de Güera.
geográfica: Urías el hitita, Ehud el hijo de Güera el benjami- A veces se produce un cambio rápido y repentino, en
nita, Jesé el de Belén, Barzilay el galaadita, etc.). Con otras cuyo caso puede presentarse en una sola narración. Por ejem-
palabras, los epítetos sirven para identificar, no para caracte- plo, Ajab, que quería el viñedo de Nabot y le ha hecho ejecu-
rizar. En términos de lengua, esta visión de la naturaleza tar por medio de falsas acusaciones, escucha la reprimenda
humana está tipificada por un mínimo de adjetivos (que ilus-
del profeta Elias y se arrepiente de sus actos: «en cuanto Ajab
tran aspectos de la personalidad) y un alto porcentaje de ver-
oyó aquellas palabras, se rasgó las vestiduras, se vistió un
bos (que refieren discursos y acciones). sayal y ayunó; se acostaba con el sayal puesto y andaba taci-
Esta visión dinámica de la personalidad se conecta con la
turno» (1 Re 21,27). Podemos afirmar que su arrepentimien-
más extensa cuestión de los tipos de personajes literarios. Se
to es profundo y genuino, ya que Dios da buena prueba de
suele distinguir entre planos (unidimensionales) y redondos ello: «¿Has visto cómo se ha humillado Ajab ante mí? Por
(tridimensionales). Hay dos aspectos de esta división que a haberse humillado ante mí, no lo castigaré mientras viva» (1
menudo se superponen pero no son, ni mucho menos, idén-
Re 21,29).
ticos. Por una parte, se define el personaje plano como el que Del otro aspecto de los personajes, su complejidad,
tiene un solo rasgo, mientras que el redondo es complejo y puede decirse que hay una continuidad de posibilidades
tiene varios rasgos. Por otra, el personaje redondo se percibe entre los dos extremos, y no simplemente dos polos, o plano
cambiante y en desarrollo, mientras que el plano permanece
o redondo. Los personajes principales suelen ser los más
estático. Hay una conexión evidente entre estos dos aspec-
complejos y los secundarios, los más simples.
tos: un personaje cambiante no puede ser simple ni tener un Abrahán deja entrever su grandeza cuando regatea con
solo rasgo, aunque uno complejo no tiene por qué desarro-
Dios por la destrucción de Sodoma, pero no nos produce
llarse en la narraciones. admiración cuando le pide a Sara que diga que es su herma-
En las historias cortas, corno son la mayoría de las narra-
na, para así prosperar y salvaguardar su vida. Saúl, el primer
ciones bíblicas, es prácticamente imposible un desarrollo
rey, es un hombre capaz y admirable (por su modestia, entre
gradual. No obstante, a menudo sentimos que esos persona-
°tras cosas), pero nos damos cuenta en varios episodios de
jes que aparecen en varios episodios cambian profundamen-
que sufre de una profunda fractura emocional. Se retrata al
te a lo largo de sus vidas. Es muy grande la diferencia entre el profeta Elias como un bravo y celoso guerrero del Señor,
joven Jacob que roba la bendición destinada a su hermano
Pero sufre tal depresión que desea morir. La Biblia, es bien
Esaú y el Jacob que, tras veinte años sufriendo en el exilio,
sabido, no disimula las debilidades de sus héroes. Personajes
suplica a su hermano que acepte su bendición; entre el ino-
ales como Abrahán, Moisés y David no aparecen retratados
cente siervo Samuel, que no se da cuenta de que la voz que le •Orno figuras ideales, sino como seres humanos con todo lo
llama es la de Dios, y el viejo Samuel, que da órdenes al rey
Uen° y lo malo que hay en ellos.
Saúl y le amonesta enfadado cuando éste desobedece; entre
116 ARTE DE LA NARRATIVA EN LA BIBLIA

No hay duda de que el personaje más complejo, profun- III


do y polifacético de la Biblia es David. Nos encontramos con
él en una gran variedad de situaciones, que revelan aspectos LA TRAMA
diferentes —y a veces contradictorios— de su personalidad.
David, el hombre de Estado, es totalmente diferente de
David, el padre. Por una parte, es un individuo estable y cal- Si los personajes son el alma de la narrativa, su cuerpo es
culador. Por otra, tiene apasionadas emociones y ardientes la trama. Esta consiste en un sistema de acontecimientos
deseos. Cree firmemente en Dios, así como en sí mismo y en ordenado y dispuesto en una secuencia temporal. En con-
sus seguidores. Es capaz de someter su propia voluntad a la traste con la vida real, donde nos sumergimos en una corrien-
de Dios y, sin embargo, actuar de forma salvaje y agresiva te sin fin de hechos dispares y azarosos, la trama de la narra-
para conseguir lo que quiere. Para retratarlo se usa una pale- tiva forma una cadena significativa de episodios interconec-
ta rica en gamas y, precisamente por sus diversas cualidades, tados. Esto se logra por medio de una cuidadosa selección,
su personalidad se destaca en el fondo de la multitud de per- que conlleva la omisión de todo acontecimiento que no se
sonajes que le rodean, todos más simples que él. adecué de forma lógica al desarrollo previsto de la trama.
Pocos personajes de la narrativa bíblica aparecen retrata- La trama sirve para organizar los hechos de manera que
dos de forma extensa y en detalle. La mayoría están tan sólo despierten el interés del lector y su implicación emocional y,
esbozados con unas cuantas líneas. No obstante, convencen a la vez, confiera significado a los acontecimientos.
como reales y humanos, y poseen rasgos únicos. Un hecho aislado adquiere significado por el lugar y la
Las características que se atribuyen a las figuras de la función que ocupa dentro del sistema, visto éste como un
Biblia no son sólo únicas, sino rasgos normales en el ser todo. Los hechos son como los ladrillos, cada uno contribu-
humano. Los personajes encarnan diferentes aspectos de la ye a formar el edificio y de ahí su importancia. En ese edificio
naturaleza humana y, por tanto, tienen una considerable fuer- que es la trama, no hay ladrillos de más o sin función alguna.
za de representación y un significado general. Por la forma en Si quitamos uno, la estructura entera podría venirse abajo o,
que son retratados, en una combinación de rasgos universa- como poco, podría dañarse su grandeza funcional y estética.
les e individuales, los personajes bíblicos cumplen su función Las unidades que forman la trama son de varias clases o,
en el mundo narrativo tanto como tejedores de la trama, mejor dicho, de diferentes tamaños. La unidad narrativa más
cuanto abriéndose camino hasta el corazón del lector como pequeña es aquélla que sólo contiene un acontecimiento, sea
portadores de un mensaje. una acción o un suceso. Una acción ocurre cuando el perso-
naje es el sujeto (lógico, no necesariamente sintáctico) del
hecho. Un suceso ocurre cuando el protagonista es el objeto.
La combinación de varias pequeñas unidades de este
tipo da lugar a unidades mayores, escenas y actos. Algunas
narrativas se componen de un solo acto, pero ia mayoría
constan de varios.

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