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2001. 1.

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Título del sermón: Cuando no esté seguro del día de mañana
Versículo de la Biblia: Apocalipsis 2:4-5

Un reportero recibió el premio Pulizer por un reportaje


realizado sobre la guerra de Corea. En uno de su reportaje
durante su tiempo en la orilla del río Aprok en Corea narra
la siguiente historia.
En invierno a 42 grado bajo cero, los de la infantería de
marina al lado de un camión del ejército bombardeado,
abrían las conservas enlatadas, sus ropas estaban
congelados del frío como un árbol de bambú, sus rostros y
barbas estaban llenos de polvos. Acongojado del espectáculo
el reportero preguntó a los soldados. “Si yo pudiera darle
a ustedes todo lo que necesitan como Dios, qué me
pedirían” Quedaron un momento vacilando, luego contestaron
“Give me tomorrow, give me tomorrow”. ¿Cuál es el mensaje
de esperanza para aquel que está temblando de frío y de
hambre? Eso es darle el día de mañana. Eso es darle
esperanza. Porque donde está el día de mañana también está
la esperanza y ella nos llena de valor para superar
cualquier situación actual. Hemos dejado el año 2000 y
estamos comenzando el año 2001, pero estamos temblando
porque no podemos ver lo que nos depara este año; estamos
temblando por la inestabilidad política y social. No
podemos hallar el día de mañana tanto personal como
nacional. Pero para hallar el día de mañana debemos
primeramente seguir algunos pasos.

Primero debemos arrepentirnos de nuestros pecados. Fue la


primera orden de Jesús en el mundo “Arrepentíos, porque el
reino de los cielos se ha acercado”. Aunque el reino de los
cielos está cerca, si estamos llenos de pecado no podremos
entrar.
En Joel 2:13 dice “Rasgad vuestro corazón, y no vuestros
vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque
misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en
misericordia, y que se duele del castigo”.
En Amós 5:4 dice “Pero así dice Jehová a la casa de Israel:
Buscadme, y viviréis”

Debemos arrepentirnos de nuestros pecados y volver a


alumbrar la luz de nuestra conciencia. Un hogar donde el
jefe de familia era ciego y la mujer normal. Una noche por
una urgencia el marido tuvo que salir apresuradamente;
entonces la mujer le entregó una lámpara a sus manos. Él
se rió y le dijo: Mujer para mi día y noche son iguales,
¿qué necesidad tengo de llevar la lámpara?. Es verdad, tú
no necesitas la lámpara, pero para el que camina en la
noche al otro lado de la calle necesita saber que tú estas
allí para que no se atraviese contigo. Ni las bicicletas ni
los carros se chocarán contigo. Pues, la lámpara es por tu
bienestar. Salió a la calle, pero se chocó y cayó, entonces
dio voces “no ves la lámpara”; el otro le contestó “tú
lámpara está apagada”. Así es hermano, de nada sirve una
lámpara apagada. Si la luz de nuestra conciencia está
apagada tanto la sociedad y el país chocarán contra
turbación. La injusticia, la inmoralidad, la corrupción
continúan a nuestro derredor, lo cual da a entender que
nuestra conciencia está apagada. Sin la intervención de los
derechos civiles no hay práctica voluntaria de la ética,
moral y justicia. La razón es que la conciencia está
apagada. Existe la forma pero la luz está apagada.
En Proverbios 24:19-20 dice “No te entremetas con los
malignos, Ni tengas envidia de los impíos; Porque para el
malo no habrá buen fin, Y la lámpara de los impíos será
apagada”. Cada rincón de la sociedad está corrupto, y si la
conciencia pierde su función no habrá más el día de mañana
y el fin de los inicuos será destrucción.
En Amós 5:24 dice “Pero corra el juicio como las aguas, y
la justicia como impetuoso arroyo”
Sólo así podrá sobrevivir el individuo, el hogar, la
sociedad y el país. Una iglesia, un cristiano que tenga el
fuego del Espíritu Santo apagado tendrá una vida desastrosa.
Porque teniendo solamente los ritos y las formalidades del
servicio quedarán presos al diablo y al mundo. Hoy en día
en nuestro país existen religión pero no fe, el rito pero
no el amor.
En Apocalipsis 3:15-17 dice “Yo conozco tus obras, que ni
eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero
por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré
de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he
enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes
que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y
desnudo”
Si estamos en la misma situación que mencioné, está igual
que el ciego. Un cristiano así el diablo no le dejará en
paz. Si tiene apagada la lámpara vendrán las bicicletas,
los carros y los peatones y se chocarán contra usted.
En I Pedro 5:8-9 dice “Sed sobrios, y velad; porque vuestro
adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor
buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe,
sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en
vuestros hermanos en todo el mundo”
De modo que debemos arrepentirnos de nuestros pecados de la
codicia. Porque la concupiscencia después que ha concebido
da a luz el pecado y los lleva a cometer cualquier
irregularidad. La codicia pisotea la conciencia.
En Santiago 1:14-15 dice “Sino que cada uno es tentado,
cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.
Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a
luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la
muerte”
Cuando se llena de codicia que sobrepasa los límites, los
llevará a cometer corrupción, luego los llevará a sí mismo
a la destrucción.
La corrupción de los líderes de nuestra nación defrauda al
pueblo. A diario leemos informe sobre la corrupción e
injusticia que los políticos y los líderes cometen. Estos
acontecimientos tienen grande repercusión sobre el pueblo;
pues, perdemos el respeto a las leyes y la orden social.
Luego nos lleva al quemimportismo. Viven la vida
desganadamente, no respetan las leyes y las órdenes.
Así dice en Isaías 59:1-12 “He aquí que no se ha acortado
la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído
para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división
entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho
ocultar de vosotros su rostro para no oír. Porque vuestras
manos est? contaminadas de sangre, y vuestros dedos de
iniquidad; vuestros labios pronuncian mentira, habla maldad
vuestra lengua. No hay quien clame por la justicia, ni
quien juzgue por la verdad; confían en vanidad, y hablan
vanidades; conciben maldades, y dan a luz iniquidad.
Incuban huevos de áspides, y tejen telas de arañas; el que
comiere de sus huevos, morir? y si los apretaren, saldrán
víboras. Sus telas no servir? para vestir, ni de sus obras
ser? cubiertos; sus obras son obras de iniquidad, y obra de
rapiña está en sus manos. Sus pies corren al mal, se
apresuran para derramar la sangre inocente; sus
pensamientos, pensamientos de iniquidad; destrucción y
quebrantamiento hay en sus caminos. No conocieron camino de
paz, ni hay justicia en sus caminos; sus veredas son
torcidas; cualquiera que por ellas fuere, no conocerá paz.
Por esto se alejó de nosotros la justicia, y no nos alcanzó
la rectitud; esperamos luz, y he aquí tinieblas;
resplandores, y andamos en oscuridad. Palpamos la pared
como ciegos, y andamos a tientas como sin ojos; tropezamos
a mediodía como de noche; estamos en lugares oscuros como
muertos. Gruñimos como osos todos nosotros, y gemimos
lastimeramente como palomas; esperamos justicia, y no la
hay; salvación, y se alejó de nosotros. Porque nuestras
rebeliones se han multiplicado delante de ti, y nuestros
pecados han atestiguado contra nosotros; porque con
nosotros est? nuestras iniquidades, y conocemos nuestros
pecados”
Así como lamentó el profeta Isaías, nuestros pecados nos
separa a Dios de nosotros. Debemos arrepentirnos de
nuestros pecados con todo nuestro corazón, y tener un
corazón reformado. Nuestra sociedad, nuestro país debe
arrepentirse; una vez más debemos volver a alumbrar la luz
de nuestra lámpara, sólo así tendremos esperanza. Con la
conciencia apagada, no podremos comenzar nuevamente ante
el mundo, mucho menos ante Dios. “Arrepentíos porque el
reino de los cielos se ha acercado”. Debe levantar el
verdadero arrepentimiento, debe volver a comenzar, no
rasgue el vestido, rasgue el corazón en arrepentimiento;
así la iglesia y la sociedad volverá a levantarse. Así
tendremos el día de mañana. Fuera del arrepentimiento las
disputas y las variedades de sistemas no podrán salvar a
esta nación.

Segundo, para tener el día de mañana busque a Dios. Porque


fuera de Dios no hay esperanza por el día de mañana. No hay
fuerza en nosotros para renovarnos, ni para volver a
comenzar. Debemos vestirnos del poder que Dios nos llena.
Cuando Josafat, el rey de Judá fue sitiado por las fuerzas
aliadas de Moab, y Amón, entendió que ni con el ejército y
fuerza podrían contra ellos. Entonces declaró al pueblo que
orara en ayuno y reunidos en el atrio del templo oraron a
Dios. Y el Espíritu de Dios llegó a Josafat y le dijo “No
temáis, ni os amedrentéis delante de esta multitud tan
grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios. Al
día siguiente puesto en medio del pueblo clamó: No habrá
para qué peleéis vosotros en este caso; paraos, estad
quietos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. Y
cuando se levantaron por la mañana, dijo el rey Josafat:
Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová
vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y
seréis prosperados” Escogieron algunos que cantasen y
alabasen a Jehová, vestidos de ornamentos sagrados,
mientras salía la gente armada. Mientras la alabanza
continuaba, Dios confundió a los hijos de Amón y de Moab
que se mataron entre sí. Tres días se demoraron para
recoger todo el botín. Sabiendo el rey que con su fuerza no
podría enfrentar a las fuerzas aliadas de Amón y Moab,
buscó a Dios, y por medio del poder de Dios alcanzó la
victoria.
Durante la Segunda Guerra Mundial, unos treinta mil
soldados ingleses quedaron sitiados por los alemanes en una
pequeña isla francesa Dunkirk. Si estos treinta mil
soldados perdían sus vidas, Europa quedaría destruidos y
hasta Inglaterra quedaría bajo el dominio Alemán. Estaban
en una situación crítica. Las fuerzas ingleses y europeas
no eran suficientes para vencer las maquinarias y las
fuerzas alemanas. El rey y el Primer Ministro ordenó a todo
el pueblo inglés que dejara sus quehaceres durante un día y
clamara a Dios. Por el cielo volaban los aviones alemanes,
por la tierra las maquinarias pesadas del ejército
amenazaban aún más la vida de estos soldados, y por el mar
los botes U estaban listos para atacarlos. Pero Dios
escuchó sus oraciones. Llegó una gran tempestad, los
aviones no pudieron volar, la tierra se había convertido en
lodo, por tanto las maquinarias pesadas no pudieron moverse,
las olas altas tragaban los botes. No pudiendo más los
alemanes tuvieron que retirarse. Pero en el cielo de la
isla Dunkirk las estrellas estaban brillando. Los ingleses
usaron hasta botes personales para rescatar a estos treinta
mil soldados. Al día siguiente cuando el cielo quedó
despejado, los soldados alemanes llegaron a la isla, pero
no hallaron a nadie. Inglaterra envió nuevamente los
treinta mil soldados reorganizado a África y el General
Mongomerry con esta fuerza recuperaron a Europa del dominio
de los alemanes, así puso fin a la guerra. Pues, ellos
oraron unidos cuando se hallaron en crisis; buscaron a
Dios. Busque a Dios de todo su corazón, entonces él
manifestará su poder.
En Isaías 55:1-7 dice “A todos los sedientos: Venid a las
aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed.
Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche. ¿Por
qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro
trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del
bien, y se deleitará vuestra alma con grosura. Inclinad
vuestro oído, y venid a mí oíd, y vivirá vuestra alma; y
haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a
David. He aquí que yo lo di por testigo a los pueblos, por
jefe y por maestro a las naciones. He aquí llamarás a gente
que no conociste, y gentes que no te conocieron correr? a
ti, por causa de Jehová tu Dios, y del Santo de Israel que
te ha honrado. Buscad a Jehová mientras puede ser hallado,
llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino,
y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová el
cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual
será amplio en perdonar”
Aunque nuestros pecados nos juzgue, debemos arrepentirnos
de ellas dependiendo de la sangre preciosa del Señor; así
buscar a Dios y él será hallado. El Dios Todopoderoso,
Omnipotente con su poder nos sacará del lodazal. Cuando no
podamos, Dios será nuestro refugio, torre fuerte y nuestra
mano de salvación.
Tercero, para superar esta crisis y tener esperanza,
debemos tener una mentalidad del dueño.
En I Corintios 4:2 dice “Ahora bien, se requiere de los
administradores, que cada uno sea hallado fiel”.
La vida es un don que Dios nos ha encomendado, todo lo que
tenemos pertenece a Dios, él nos encomendó. De modo que
debemos serle fiel en las cosas que él nos encomendó.
Existe la palabra “suchukyacksu” significa que en
dondequiera que uno esté es el dueño. Si está en el metro,
es el dueño del metro; si es en el mercado, es dueño del
mercado; si en una fábrica, es dueño de la fábrica. Si
tiene la mentalidad del dueño, sabrá cuidar, limpiar y
conservar. Pero porque decimos que no es mío, lo destruimos,
lo ensuciamos y lo menospreciamos. La historia del sucesor
de la industria de acero Canegui me conmueve mucho. Charles
Swab era un hombre que no había tenido alto estudio,
terminó solamente la escuela elementaria. Entró a trabajar
a la industria de acero como misceláneos. Pero su actitud
hacia la empresa no cambió ni con el tiempo que pasó,
siguió con la misma actitud de dueño. Limpiaba y ordenaba
la empresa a diario. Muchos se burlaron de él, dijeron que
estaba loco. Pero él siguió igual. Luego fue reconocido y
tomado como un empleado. Aún así siguió con la misma
actitud de dueño, luego fue empleado del secretario del
gerente. Él se consideraba como la lengua de la boca de
Canegui. Trabajó arduamente con la misma actitud. Canegui
fue tan conmovido que le dio un millón de dólares de
bonificación cuando él estaba ganando de dos a tres mil
dólares anuales. La actitud de dueño de Charles Swab no
podía calcular. Cuando Canegui estaba buscando su sucesor,
todos pensaron en un graduado de Havard o de Prinstone, o
de un heredero de una familia ilustre. Pero todos quedaron
anonadados cuando Charles Swab quedó de sucesor.
En Nehemías 9:8 dice “Y hallaste fiel su corazón delante de
ti, e hiciste pacto con él y cumpliste tu palabra, porque
eres justo”.
Lo que busca Dios es un corazón bueno y fiel. Y no un
corazón llenos de artimañas, porque cuando el corazón está
lleno de artimañas, Dios no podrá derramar sus bendiciones.
Todos pensamos que los errores de uno es por culpa de otro.
La sociedad reclama por los derechos pero nadie quiere
responsabilizarse. Todos claman sus derechos, pero a la
final no quieren responsabilizarse. Una sociedad así no hay
orden ni leyes.
En Salmos 12:1 dice “Salva, oh Jehová porque se acabaron
los piadosos; Porque han desaparecido los fieles de entre
los hijos de los hombres”.
Cuarto, para tener esperanza por el día de mañana debemos
amar. Porque sin amor no hay tampoco el día de mañana.
Debemos amar con todo nuestro corazón a nuestro país, no
sugerir que otros amen al país. Tampoco diga que usted no
está catalogado para amar el país. No diga que porque no es
presidente, político o un hombre importante de la sociedad
siente amor por la nación. El amor a la patria no se trata
solamente de entregar su vida por la independencia; se
trata de mostrar respeto en las cosas mínimas. Sea guardar
las leyes y las órdenes. El egoísmo masivo solo piensa en
su grupo, no piensa en el bienestar general. Aunque
Singapur tiene 24,000 dólares de GNP y está en la fila del
país subdesarrollado si sigue así dentro de 20 años se
vendrá abajo, a menos que las personas guarden las órdenes
básica como algo propio dijo el ex Ministro Lee en una
conferencia en la Universidad de Havard. Pues, este país es
famoso porque las leyes y las órdenes públicas son
respetadas y las calles son impecables. Si bien comparamos
a nuestro país a Singapur no quedará atrás. Debemos amar a
la nación. Donde los pájaros no pueden vivir, donde los
animales y los peces no pueden vivir significa que está
contaminados. Que a la final repercutirá a nuestra vida.
Las grandes empresas por ahorrar un poquito más, botan los
residuos químicos al río y las aguas del río contaminadas
llegan a nuestros hogares. Momentáneamente podrán ahorrar
dinero, pero les llegarán las catástrofes. Tal vez no ahora,
pero sí a sus hijos y descendientes. En estos días en
Inglaterra y Alemania no pueden comer carne de res, por el
mal de la vaca loca. Los que comen la carne de la vaca
loca, sus hijos empiezan a padecer de parálisis y luego
pierden la vida. ¿Por qué existe el mal de la vaca loca?
Porque hemos destruido la naturaleza. Consecuentemente ya
ahora no podemos comer confiadamente la carne de res.
En Romanos 8:22 dice “Porque sabemos que toda la creación
gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora”.
Nosotros debemos convivir con la creación de Dios. Con la
naturaleza, los pájaros, los animales con toda la creación
de Dios. Los cazadores ponen trampas para cazar animales y
los matan cruelmente. Pero esto traerá su fin, porque el
hombre no puede vivir lejos de la naturaleza. Si en el río
Han no hay peces, todo moriremos. Debemos amar la
naturaleza.
Asimismo debemos amar al prójimo si queremos tener el día
de mañana. Las confrontaciones interminables y el odio
trae destrucción. La Primera y Segunda Guerra Mundial quemó
y arrasó la tierra. Luego hubo confrontación entre
democracia y comunismo en diferentes partes del mundo que
también dejó desierta algunos países. Contamos como eso
fuera poco con más de cincuenta y un mil bombas atómicas lo
que significa que cada uno de nosotros estamos cargando
cinco tonelada de dinamita sobre nuestra cabeza. Una bomba
de eso tiene tanta capacidad destructiva que todas las
bombas juntas de la Segunda Guerra Mundial. En otras
palabras estamos viviendo sobre las bombas. Si peleamos ya
contamos con armas para destruirnos. Solamente el amor
podrá solucionar esta situación. Nuestro país pierde mucho
tiempo en las diferencias entre los obreros y dueños, entre
este y oeste, entre los ricos y pobres. Pero esto sólo
causa más desanimo entre el pueblo.
En Romanos 13:10 dice “El amor no hace mal al prójimo; así
que el cumplimiento de la ley es el amor”. Debemos
esforzarnos en amar; en Cristo Jesús tenemos el amor de
Dios y con ella debemos amar a nuestro prójimo. No podemos
vivir solos, necesitamos del prójimo. Para poder vivir
juntos y en armonía debemos amar, esforzarnos por amar;
asimismo ame a Dios.
En Mateo 22:37 dice “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios
con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu
mente”.
En Proverbios 22:4 dice “Riquezas, honra y vida Son la
remuneración de la humildad y del temor de Jehová”. Es
necio decir que puede vivir sin Dios. Porque Dios hace caer
lluvia a su tiempo para la cosecha y si Dios no da la
lluvia a su tiempo todo el esfuerzo humano será en vano.

Después de la Guerra de Corea, hemos hecho muchos esfuerzos


por levantarnos de la ceniza. Pero también están saliendo a
la luz las corrupciones que se han cometidos durante estos
tiempos; para sobrevivir y solucionar todos estos problemas
debemos primeramente arrepentirnos de nuestros pecados.
Buscar a Dios, que todos tengamos la mentalidad de dueño no
buscando solamente los derechos sino que seamos
responsables. Debemos vivir amando a Dios, al país, y al
prójimo. No espere que el día de mañana será diferente sin
que usted cambie. El día de mañana de nuestro país está en
tinieblas; para esperar el día de mañana debemos realizar
cambios y reformas.
En Amós 5:14 dice “Buscad lo bueno, y no lo malo, para que
viváis; porque así Jehová Dios de los ejércitos estará con
vosotros, como decís”. Para vivir debemos buscar lo bueno
y no lo malo, buscar la voluntad de Dios.

Oración
Dios llenos de amor y santo tenemos el años 2001 ante
nosotros, pero no estamos seguros del día de mañana. La
política está confusa, la economía está atravesando otra
vez la crisis y el pueblo entero está temblando de temor e
incertidumbre. Oh Dios Padre ayúdenos. Para vivir ayúdenos
a arrepentirnos de nuestros pecados, buscar a Dios, tener
una mentalidad de dueño y amar. Oramos en el nombre de
Jesús. Amén.

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