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1.

DEBATE ETICO-JURIDICO ACERCA DE LA DOSIS


PERSONAL

a) Descripción del caso:


En 1994, la Corte Constitucional profirió la Sentencia C 221
por la cual se declaró exequible el literal J del Artículo 2 de la
Ley 30 de 1986 o Código de Estupefacientes. Este literal
establece y define lo que es la dosis personal. Declara
inexequibles los Artículos 51 y 87 de la misma Ley, los cuales
penalizan el porte de estupefacientes.

Esto a raíz de la demanda de un ciudadano contra los Artículos


mencionados. Esta persona presentó los siguientes argumentos:

Imposibilidad del Estado de garantizar la recuperación dela


salud de los enfermos toxicómanos por lo que no pueden limitar
el medicamento que le procura alivio, en este caso los
estupefacientes. El Estado da un tratamiento diferente a los
drogadictos y esto viola el derecho a la igualdad. Sobre la
libertad de las personas, solo puede decidir un juez y no un
médico.

b. INTERVINIENTES
Se refiere a que la Corte solicitó el concepto del Ministerio de
Justicia y de la Procuraduría.

2.1. Ministerio de justicia:


La dosis personal no viola el artículo 366 de la Constitución
porque hay que darle prioridad a la prevención y a la educación.

2.2. Procuraduría:
Solicita que se declare legal la dosis personal porque
sancionarla va contra la libertad individual y además la ley 30
le da un tratamiento mas benigno para quien consume droga
que para quien produce ya que el primero es considerado una
víctima mas que un delincuente y antes que un castigo debe
recibir un tratamiento
La dosis personal no va contra ninguna norma de la
Constitución.
2. ARGUMENTOS DE LA CORTE
Para fundamentar su Fallo, la Corte argumentó:
3.1. Sobre la competencia: se refiere a que si el estado tiene o
no competencia para intervenir en el consumo de drogas por
parte del ciudadano.
3.1.1. Una persona tiene libertad de actuar mientras esto no
interfiera en el espacio de libertad de otros, por lo tanto, esas
acciones son evaluadas por la moral, no por la ley, ya que el
derecho es bilateral y la moral unilateral y la moral establece
deberes para con un mismo, no para con los demás. El derecho
puede decirme como debo comportarme con los demás pero no
conmigo mismo.

3.1.2. En ley 30 de Estupefacientes se establece que toda


persona tiene el deber de cuidar su salud y la de su comunidad,
pero eso es un simple deseo del estado que tiene como objetivo
producir efectos psicológicos en la ciudadanía a favor de eso,
pero eso no genera deberes jurídicos para la misma. El Estado
en algunas normas se abroga el derecho de establecer normas
sobre cosas que solo incumben al individuo.
Por lo anterior, considera la Corte, el estado no tiene derecho a
intervenir porque el consumo queda en la estricta órbita
personal.
POSIBLES INTERPRETACIONES A ESTE CASO :
Se refiere a las posibles interpretaciones que se le pueden dar a
este caso:
Si se dice que la conducta del drogadicto no le incumbe sólo a él
porque perjudica a la familia, se niega la posibilidad que un
acusado por drogadicción argumente a su favor por ejemplo, que
está solo en la vida y que no tiene vínculos familiares con nadie,
si se castiga la dosis personal se está castigando también a la
familia porque se añade un motivo de preocupación mas. Si se
argumenta que la comunidad pierde con un adicto un miembro
potencialmente útil se estaría aceptando que muchos
marginados no tendrían derechos a ser útiles a la sociedad.
Habría que prohibir la ingestión de alimentos grasos porque
aumentan el colesterol, o el tabaco, por ejemplo.
Se invoca el peligro potencial que pueden representar los
adictos y esto es discriminatorio porque por ejemplo un alto
índice de accidentes y delitos se cometen bajos efectos del
alcohol.
La otra razón es que una persona no puede ser castigada por lo
que probablemente hará, sino por lo que efectivamente hace.
Debe ser desechada la pretensión del Estado de asumirse dueño
y señor de la vida de cada persona porque esto va contra la
filosofía de la constitución del que por lo que hay que tratar de
compatibilizar la libertad individual con las normas pero
protegiendo la libertad individual.
Por las consideraciones anteriores la ley 30 sólo puede ser
tomada como el deseo del Estado de que las personas cuiden su
salud.

El tratamiento médico y la sanción penal:

El literal C del artículo 51 del Código de estupefaciente


(Demandado) planteaba que el drogadicto que fuera
sorprendido, debía ser internado en un establecimiento
psiquiátrico y remitirlo a su familia para que siga el
tratamiento. Según la corte hay que aclarar que sí se trata de
una pena o de una medida humanitaria. Si es lo primero esta
norma es inconstitucional ya que esto no es un delito sino una
conducta que solo atañe a la persona. Si es una medida
humanitaria, también es inconstitucional, pues cada uno es
libre o no de decidir si cuida su salud o no lo hace.
Bajo el tratamiento de ciertas conductas consideradas
anormales se esconde una concepción represiva de estas
conductas.

La sanción al consumo de la droga y el libre desarrollo de la


personalidad

El artículo 16 de la Constitución reconoce el derecho al libre


desarrollo de la personalidad, ¨ sin más limitaciones que las que
imponen los derechos de los demás y el orden jurídico ¨, esta
última expresión debe tomarse como que la ley solo puede
establecer limitaciones que estén en armonía con el espíritu de
la Constitución. Según esto, se reconoce la dignidad de la
persona y se le mira como un fin en si misma y no como un
medio. El ser humano tiene capacidad plena para decidir sobre
sus actos y su destino, si a la persona se le reconoce esta
autonomía no puede limitársela al menos que entre un conflicto
con la autonomía ajena. Considerar a la persona como
autónoma supone reconocer que los asuntos que solo a la
persona le atañen, deban ser decididos por ella. No hay que
temer a la libertad, hay que asumirse como persona y responder
por las decisiones. Cuando el Estado reconoce la autonomía de
las personas está reconociendo el derecho de darle un sentido a
su existencia, cualquiera sea. Reconocer y garantizar el libre
desarrollo de la personalidad no admite que se limite al
capricho del legislador ya que este debe buscar una sociedad
justa, en la que las personas sean libres y autónomas para
elegir su forma de vida, mientras esta no interfiera con la
autonomía de loas demás. Basándonos en lo anterior es
inconstitucional prohibir la dosis personal.

Libertad, educación y drogas.


Si es inconstitucional prohibir la dosis personal, cabe la
pregunta: ¿Qué puede hacer el Estado frente al consumo de
drogas?. La Corte cree que debe brindársele a la ciudadanía la
posibilidad de educarse para que cada persona tenga elementos
para decidir libre y responsablemente sobre su estilo de vida, ya
que el primer obstáculo para esto es la ignorancia dado que el
conocimiento es un presupuesto esencial de una libre elección
sobre nuestro estilo de vida. Y si una persona con pleno
conocimiento elige un estilo de vida, hay que respetar eso, sobre
todo sino perjudica a los demás. La idea es que la voluntad
racional elija lo que considere más conveniente: si, por ejemplo,
una sociedad de hombres libres, educados decide vivir
narcotizada, nada ético hay que oponer a esa decisión.
El Estado no puede renunciar a su obligación de educar y
reemplazar esto por la represión como única forma de combatir
el consumo.

3. FALLO:

3.1. Declaró EXEQUIBLE el Literal j del Artículo 2 de la


Ley 30 de 1986.
3.2. Declaró INEXEQUIBLE Los Artículos 51 y 87 de la Ley
30 de 1986
4. SALVAMENTO DE VOTO

Son las constancias escritas que dejan los magistrados que no


estuvieron de acuerdo con la decisión mayoritaria:

4.1. El Derecho al libre desarrollo de la personalidad no es


un derecho absoluto:
El argumento en contra es que lo que la sentencia declara
inconstitucional, sí tiene bases constitucionales, que el fallo
contradice el estado social de derecho y que puede traer
perjuicios al país.
El fallo es ingenuo sobre la concepción de libertad: el concepto
de libertad en el que se basa la sentencia es ingenua y no tiene
en cuenta los avances teóricos del liberalismo del siglo XX que
establecen límites a la libertad.
El derecho a la libre desarrollo de la personalidad no es un
derecho absoluto ya que no se puede concebir un derecho sin
límites; que faculte a la persona a hacer lo que le plazca, aún
en contra de su salud y el bien común. Se desconocen otras
providencias de la Corte en las que se establece que la libertad
tiene límites por lo que sorprende esta interpretación de la
mayoría porque el Art. 16 de la C.N. que consagra esta derecho
plantea que los límites al mismo son los derechos de los demás
y el orden jurídico. En el caso del drogadicto, no sólo se causa
daño a él sino que se causa daño al entorno familiar, por lo
tanto es falso que no perjudique a los demás. También es
verdad que muchos drogadictos terminan como delincuentes.
Toda libertad es responsable, ella implica responsabilidad y no
puede ir contra la naturaleza humana Ya que ésta es perfectible
(el hombre puede mejor o buscar la perfección), por lo tanto, no
se puede ir contra el hombre mismo.
Asumir que el derecho al libre desarrollo de la personalidad es
un derecho absoluto significa aceptar que en ejercicio de tal
derecho se pueden asumir conductas incorrectas.
4.2. La drogadicción atenta contra la dignidad humana .
La noción de dignidad humana supone entender que el hombre
es fin en si mismo y que por lo tanto el hombre debe buscar su
perfeccionamiento, lo que implica que esté destinado a unos
fines, entre otros, la integridad física, psíquica y moral. Por lo
tanto la dignidad humana exige el respeto a los mismos. En este
sentido el consumo de estupefacientes va contra la dignidad
humana porque lo esclaviza y lo degrada física y moralmente.
4.3. El consumo de drogas no es un acto indiferente:
La ley manda, permite, prohíbe o castiga de acuerdo con la
naturaleza de los actos humanos. Los actos indiferentes, es
decir, aquellos que tienen muy poco de bondad o maldad, son
permitidos porque, ente otras cosas, no perjudican a nadie más
que al actor moral, por lo tanto, no es punible. De acuerdo con
la decisión mayoritaria, el consumo personal de estupefacientes,
por ser un acto que solo atañe y/o perjudica al consumidor, es
un acto indiferente para el derecho (ley, estado) aunque tenga
repercusiones morales.
Pero resulta que no todo acto privado es indiferente porque
puede trascender a la comunidad y afectar el bien común o a
otras personas. Si esto es así, el acto privado en cuestión puede
ser prohibido y castigado.

El consumo de drogas no es indiferente ya que el ciudadano se


priva de su salud, consumiendo, por lo que no puede ser
indiferente ni para la sociedad ni para el estado. El bienestar de
cada uno, es de interés general.

Se argumenta en la Sentencia que, según lo anterior, tendrían


que prohibirse las bebidas alcohólicas y los cigarrillos. Sin
embargo, con el consumo de alcohol y cigarrillos existe la
posibilidad de lesión pero con las drogas no es una posibilidad
sino que hay la certeza de lesión y la probabilidad de adicción.
Por lo anterior, se deduce que el consumo de drogas no es un
acto indiferente sino lesivo contra el bien común, empezando
por la familia.
Ante esto la ley tiene que prohibir esa conducta al menos que se
quiera legalizar un desorden social.

4.4. Las normas declaradas inexequibles tienen sólidos


fundamentos constitucionales:
Recordemos que los Artículos declarados inexequibles fueron el
51 y el 87. Según los magistrados contrarios al Fallo, estos
artículos son exequibles, es decir, respetan el espíritu de la
Constitución. Ellos tratan de demostrar esto a través de los
siguientes argumentos:

4.4.1. En el Preámbulo de la Constitución se señala que uno de


los fines del estado es garantizar a los ciudadanos la vida, la
convivencia, el trabajo...la libertad y la paz dentro de un marco
jurídico que garantice un orden social justo. Es claro que estos
propósitos se ven gravemente comprometidos con la
drogadicción. No es compatible con un orden social justo la
destrucción de una parte de la población víctima del consumo
de drogas el cual es incentivado con la despenalización.

4.4.2. Los artículos en cuestión se fundamentan en el concepto


de estado social de derecho.
El estado social de derecho supone, entre otras cosas, que el
interés general está por encima del particular. También que el
país se funda en el respeto a la dignidad, en el trabajo y la
solidaridad entre las personas.
Al permitirse el consumo de drogas, se desconoce la dignidad ya
que bajo el efecto de las mismas, el individuo atenta contra su
propia dignidad al reducirse a la categoría de un enteque actúa
sin responsabilidad cayendo en lo más bajo a nivel moral. Es un
contrasentido despenalizar la dosis personal invocando la
dignidad ya que es ésta la que se ve degradada con la
drogadicción. También el trabajo se ve afectado por la
drogadicción porque se disminuye la capacidad laboral.

4.4.2. Los artículos en cuestión se fundamentan en los fines


esenciales del estado.
El ARTÍCULO 2 DE LA constitución señala que uno de los fines
del estado es servir a la comunidad, promover la prosperidad
general...asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un
orden justo. La destrucción paulatina de la comunidad no es
compatible con estos fines la drogadicción Mucho menos
despenalizar la disk personal que fortalece a los carteles de la
droga con las consecuencias nefastas para la sociedad, sobre
todo para la convivencia.
El mismo Artículo 2 plantea que las autoridades están para
defender la honra y la vida de los ciudadanos y para asegurar el
cumplimiento de los deberes sociales del estado y de los
particulares. Es claro que los artículos declarados inexequibles
contribuían al logro de estos propósitos.

4.4.3. Se fundamentan en el deber del estado y de la sociedad


de velar por la salud de los asociados.
La Constitución señala de manera clara que se busca asegurar
la salud física y mental de los asociados y que el estado
protegerá especialmente a aquellas personas que por su
condición…física o mental se encuentren en debilidad
manifiesta. (Art. 13 de la C. N. ) Por otro lado, el Art. 47 señala
que el estado adelantará campañas de prevención,
rehabilitación e integración de estas personas. En los dos
artículos declarados inexequibles se preveían normas para
alcanzar los objetivos señalados arriba ya que los que la
necesiten deben tener atención especializada a través de
establecimientos siquiátricos y luego ser remitidos al cuidado de
la familia.
El Art. 49 de la C.N. contempla que la atención a la salud es un
servicio a cargo del estado y que se garantiza el acceso a los
mismos. Además señala que toda persona tiene el deber de
procurarse una buena salud. Como se puede ver el propio
cuidado de la salud es un deber del ciudadano por lo que el
artículo declarado inexequible por el Fallo sí respeta el espíritu
de la Constitución por lo tanto no debió ser declarado como tal.
Ahora, permitir el uso de estupefacientes contradice el principio
de solidaridad consagrado en el Art. 49 de la C.N.

4.4..4 Se fundamentan en la prevalencia del interés general


sobre el particular y en el catálogo de deberes de las personas.
Este principio se desconoce en la Sentencia porque hace
prevalecer los deseos de individuos sobre el interés general. Los
adictos con estas conductas afectan al interés general.

4.4.5. Se fundamentan en los derechos de la familia, los niños


y los adolescentes.
La Constitución defiende la familia. El consumo va contra ella
por todas las consecuencias que tiene para ella.

4.5. ¿Es tan nociva la droga como el alcohol y el tabaco y por


ende debe dárseles éstos el mismo tratamiento?.
En la Sentencia se equipara la droga con el alcohol y el tabaco
ya que, incluso son màs dañinos que algunas drogas. La
Sentencia platea el cuestionamiento de por que a los
drogadictos se les da un tratamiento discriminatorio respecto a
los que consumen alcohol y tabaco. Y que al penalizarse el
consumo de drogas y o el de alcohol o de tabaco, se està
violando el derecho a la igualdad. Es falso que los efectos de la
droga son menores que los del alcohol o tabaco. Nadie comete
un crimen porque fume tabaco. En cuanto al alcohol, no se
duda de que los daños por consumo de drogas son peores que
por el consumo de drogas.

4.6. Una paradoja inexplicable y una contradicción


protuberante.
Esto se presenta porque, por un lado, se legaliza la dosis
personal pero por otro se prohíbe el narcotráfico. No es lógico
que la ley ampare al consumidor y en cambio sancione a quien
se la vende. Entonces habría que legalizar el narcotráfico y esto
es inaceptable.

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