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Sattelzeit y transición.

Fundamentos estructurales y semánticos de la modernidad en América Latina

Aldo Mascareño
Universidad Adolfo Ibáñez, Chile

Sattelzeit es un difícilmente traducible concepto del historiador alemán Reinhart


Koselleck, especialmente desarrollado para dar cuenta de una época en la historia
europea en la que los conceptos propios de la modernidad se habrían formado. Se trata
de una fase de cambio conceptual o de invención de nuevos conceptos, pero también de
una transformación estructural generalizada del mundo europeo (Koselleck 1972), cuyas
consecuencias no solo afectan a Europa, sino también al resto del mundo en distinta
medida, y particularmente, a mi juicio, a América Latina.
Sattelzeit significa, literalmente, ‘período de montura’. La metáfora indica el
momento en que la modernidad no solamente se hace consciente de sí misma, sino
también el momento en el cual crecen y se hacen fuerte las bases sobre las cuales deberá
montar en el futuro. Es decir, es el momento de formación y consolidación de estructuras
jurídicas, políticas y económicas especialmente, cuyos correlatos semánticos forman una
fuerte unidad con las operaciones concretas que las estructuras sociales realizan. Según
Koselleck (1972), para el caso europeo este Sattelzeit se inicia en 1750/70 y concluiría, de
modo relativo, hacia 1850. Ciertamente, las dataciones son siempre discutibles, pero las
fechas importan menos que la naturaleza del período. Se trata del espacio temporal en
que se organiza, ocurre y se deforma la Revolución Francesa, en el que la democracia se
institucionaliza como acoplamiento de derecho y política, en el que se consolida la
expansión colonial en forma política de imperio moderno (con regulaciones comerciales y
jurídicas para la descentralización de decisiones), en el que la arquitectura financiera se
hace global de la mano del comercio y los intereses políticos, y en el que la
industrialización y la tecnología comienzan a mostrar sus consecuencias positivas —por
ejemplo, en la medicina y en el acortamiento de las distancias— y negativas —en la
contaminación, la pobreza extrema en el margen urbano, en la aceleración del tiempo.
Todo ello lleva consigo el desarrollo de nuevos conceptos que dan cuenta de
operaciones fundamentales de la modernidad: democracia, clase social, proletariado,
empresa, cultura, y de conceptos antitéticos como civilización/barbarie, cristiano/pagano,
hombre/bestia (Koselleck 1992), a los que se puede agregar izquierda/derecha,
liberal/conservador en el plano político, compra/venta, riqueza/pobreza en el plano
económico, legal/ilegal, justo/injusto en el plano jurídico. Por cierto, al contrario de lo que
ha sostenido Nolte (2006), todo esto no significa ni que las estructuras sociales ni sus
semánticas hayan permanecido inmóviles en el tiempo posterior, o que no se hayan
agregado nuevas operaciones o conceptos (solo cabe pensar en la experiencia totalitaria y
la formación de derechos humanos con pretensiones universales en que eso desemboca),
pero estas nuevas estructuras y semánticas deben ‘montarse’ sobre conceptos conocidos
para justificar su novedad.
La hipótesis que quiero avanzar en esta presentación tiene una doble dimensión.
En la primera de ellas sostengo que América Latina recibió este Sattelzeit conceptual —
como producto europeo ya elaborado— en el período de formación de las repúblicas, es
decir, entre 1810 y 1860/70 aproximadamente, sin que las estructuras sociales que se
requerían para sostenerlo estuviesen desarrolladas o fuesen efectivamente operativas. En
segundo lugar, sostengo que América Latina construye su propio Sattelzeit entre 1810 y
1930 sobre estructuras sociales y semánticas propias que constituyen una recombinación
de semánticas de origen europeo con expectativas locales/regionales que se han formado
sobre una experiencia histórica (estructural) real. Este Sattelzeit latinoamericano
expresaría lo central de la modernidad regional. Una característica particular de él, más
allá de su natural hibridez, es —sostengo— su legitimación de la transición como modelo
del estar. En esa medida, se trata de la reconstrucción de un modalidad de pensamiento
que diagnostica el presente como incompletitud y desplaza hacia un futuro
indeterminado la realización in extenso de la historia del presente.
Para hacer plausible esta hipótesis, parto mostrando la unidad de transformación
estructural y desarrollos semánticos en el período del Sattelzeit europeo (1). Sigo con la
disociación entre el Sattelzeit europeo en América Latina y las estructuras sociales de la
región, especialmente en el período de pre-independencia (2) y entonces observo las
alternativas de relación entre semántica y estructura que surgen en la primera mitad del
siglo XIX (3). Luego de un breve análisis sobre la morfogénesis de estructuras sociales en
la segunda mitad del siglo XIX (4), examino las principales familias semánticas y las
condiciones estructurales que sustentan la trayectoria particular de la modernidad
latinoamericana (5). Concluyo con una síntesis del argumento central (6).

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