Professional Documents
Culture Documents
Share
Tweet
Email
Read in English
[Si quieres recibir los mejores reportajes de The New York Times en Español en tu
correo suscríbete aquí a El Times]
Aunque Indonesia es uno de los países con mayor actividad sísmica en el mundo, el
tsunami de Palu fue una sorpresa para los geofísicos. Un tsunami ocurre cuando un
terremoto en el lecho marino empuja el agua hacia arriba de manera abrupta, lo cual
produce una ola de una altura peligrosa. Lo más normal es que el culpable sea un
megaterremoto, que sucede cuando una placa tectónica se desliza debajo de otra. Un
megaterremoto fue la causa del tsunami que azotó Sumatra en 2004 y provocó 230.000
muertes.
Además, resulta que ocurrió algo incluso más inusual, de acuerdo con dos artículos
publicados el 4 de febrero en la revista Nature Geoscience. Cuando la falla se quebró, el
borde principal de la ruptura rasgó la corteza a una velocidad mucho mayor de lo
normal, y tal vez magnificó la sacudida que provocó el desprendimiento submarino.
Este tipo de comportamiento se había predicho en la teoría, pero no se había
documentado de una manera concluyente en la naturaleza.
Una imagen panorámica del daño que sufrió el distrito de Tondo en Palu, tomada unos
días después del paso del tsunami. Credit Antara Foto/Reuters
Los terremotos siguen siendo terremotos: vibraciones que se producen cuando la
energía de deformación almacenada en las rocas se libera de pronto. No obstante, sus
idiosincrasias —las personalidades de sus fallas sísmicas— están comenzando a surgir.
Los dos estudios recientes ofrecieron un buen ejemplo.
Lo más común, y de acuerdo con la teoría básica de la geofísica, es que una ruptura no
viaje más rápido que las ondas sísmicas más lentas. Sin embargo, la nueva investigación
indicó que la ruptura que provocó el terremoto de Palu aventajó incluso a sus propias
ondas S, lo cual lo convirtió en uno de los primeros terremotos “supercortadores” que se
hayan documentado.
El equipo pudo calcular con precisión el momento en que llegaron los diferentes tipos
de ondas sísmicas a distintas estaciones de monitoreo. El grupo encontró que la ruptura
que produjo el terremoto de Palu se desplegó en fases marcadas, al disminuir la
velocidad entre 10 y 25 segundos después de la fricción inicial, tal vez debido a las
curvas en la falla o las variaciones en la fricción de las rocas.
Bao y sus coautores escribieron que tal vez el tramo inicial de la zona de la falla estaba
formado de rocas muy fracturadas y dañadas. La ruptura pudo haber pasado justo a
través de este, sin gastar energía en romper rocas prístinas.
Estos hallazgos dan mucho qué considerar a los geofísicos. ¿El comportamiento
supercortador era intrínseco de esta falla, o lo provocó algo específico en la forma en
que empezó el terremoto? ¿Es más probable que ciertos tipos de rocas, o de fallas más
viejas y dañadas, produzcan terremotos supercortadores? A fin de cuentas, ¿qué tan
especial fue este suceso?
Las implicaciones son tanto humanitarias como científicas. Se pueden encontrar fallas
de desgarre por todo el mundo, incluidas muchas zonas con una gran densidad
poblacional: la falla de San Andrés en California; el sistema de fallas Anatolia en
Turquía; la falla del mar Muerto en el Medio Oriente; y la falla de Enriquillo en Haití.
Los vecinos sísmicos de la humanidad vivirán mucho tiempo a su lado, hacemos bien en
conocerlos.
New York Times